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El silencio como el todo y la nada

Hernán Tena Cortés

En esta ocasión hablaré de algo sencillo y elemental que quizá ha perdido significado y aporte
para la vida del ser humano. Algo que perfectamente consideraré como la explosión de la
inteligencia. Algo que de aquí en adelante identificaré como silencio. Si, el mismo que resulta
ser una virtud a través de la cual se corrigen muchos defectos y se aprende a ser prudente e
indulgente con las faltas que se observen.

Pues en un mundo globalizado, en la era de la información y la modernidad líquida, es fácil


desviar el silencio. Lastimosamente la vida se ha tornado efímera, las relaciones humanas se
han caracterizado por competir al que más sepa y “aquel que hable más fuerte será el
escuchado”, parece haberse convertido en un adagio popular.

El corre-corre de cada día parece instar a que olvidemos esa vida espiritual que edifica
mejores seres. Llega ese jueves en la noche, sentimientos encontrados me invaden, pues la
energía de mis hermanos me conduce a mi mejor versión y las expectativas de los temas a
tratar en templo se intensifican a medida que el reloj avanza. Entro a templo y el Venerable
Maestro da inicio a los trabajos con su icónica frase: ¡silencio queridos hermanos que estamos
en logia de aprendiz!

A partir de ese momento siento como si me exhortaran a reflexionar. Al principio pensaba


que tanto esperar para no poder hablar era una ridiculez, pues caía en la mala práctica de
relacionar el silencio con el desconocimiento o la ignorancia. Hoy veo en esta acción una
posibilidad de crecimiento; pues cuando nos aislamos de nuestras influencias exteriores,
abrimos los canales de concentración, observamos, escuchamos y contemplamos. Por fin
entendí que el silencio simboliza discreción, disciplina y lealtad; pero fue sólo a través del
mismo que pude llegar a dicha conclusión.

Recordando un poco de historia, Ragon enseña que los primeros hombres, no tenían lenguaje
propiamente dicho. He aquí el por qué el aprendiz no debe hablar en logia. En efecto ¿qué
tendría que decir? ¿podría enseñar? Sencillamente no debe hablar porque no sabe nada.
¿podría preguntar? ¿sobre qué, si ignora lo que se trata en el taller? Por otro lado, en la escuela
pitagórica a los discípulos se les sometía a un largo período de noviciado, en donde se les
admitía como oyentes, observando un silencio absoluto. Por consiguiente, se entiende que es
mejor callar hasta que estemos en capacidad de utilizar la palabra de manera consciente.

El silencio como concepto filosófico tiene un gran significado, jamás hubiese llegado a esta
investigación si no me hubiera iniciado. Íconos de la filosofía se pronunciaron sobre el tema.
Heidegger nos induce a callar para dejar que el ser nos hable. Para los pitagóricos, el silencio
era señal de discreción y autodominio. Por su parte, Bacon nos dice que la palabra es un canal
confuso que, necesariamente, perturba y ensucia la comunicación, pues estas, son un mal
traductor, que violenta la comprensión, y están destinadas a la confusión y el error
permanentemente. Mientras que Max Scheler caracteriza al individuo por su capacidad de
silencio, diciendo: “la comprensión de uno mismo, que es la primera condición requerida
para que una persona pueda hacer entender a otra (…) lo que es, lo que piensa, lo que desea,
lo que ama, etcétera, depende y muy estrechamente de la técnica del silencio”. Finalmente,
Wittgenstein, optó por la renuncia a la palabra, pero no porque ya no tuviera nada que decir,
sino porque ésta ya no le servía. Todas estas apreciaciones me hacen concluir que la palabra
no puede conquistar a una comunicación integral, pues esta es sólo accesible a través del
silencio.

Si pensamos cómo agradarnos y conocernos a nosotros mismos, quizá la respuesta sea, a


través del silencio. ¿Por qué entonces preferimos estar en una frecuente oleada de
información que sostener una relación placentera y enriquecedora con el silencio? A través
de este, podemos entablar un diálogo con nosotros mismos, conocernos mejor y saber
realmente que queremos por encima de nuestro ego. Asimismo, a partir del silencio podemos
despertar nuestros sentidos, hacer viajes al interior de nuestros pensamientos y reposar en
ellos tranquilamente.

Paradójicamente, el silencio está presente en todas las vibraciones, en música es considerado


como una nota que no se ejecuta, marca un tiempo, una pausa que generalmente breve, y se
gráfica en el pentagrama en forma de una z, el silencio en la música puede lograr un largo
disfrute de lo que precede y lo que viene, pero en el silencio también está implícito el
sentimiento del compositor, el nivel de dramatismo que quiere imprimir en su obra, es por
esto que el silencio se considera música en sí mismo. El silencio también es un descanso para
que los intérpretes se recompongan y renazcan. En ese sentido, se puede interpretar como
emoción, reflexión y acción.

El silencio es la búsqueda del equilibrio. Las palabras son la consecuencia de nuestros


pensamientos, el silencio son pensamientos que reservamos y replanteamos. La mudez
sintetiza produciendo las mejores palabras que no implican más que lo justo. Sin embargo,
lograr la habilidad de permanecer callados no es fácil, pues esta se interpreta como un
sacrificio porque estamos acostumbrados a desbordar nuestras pasiones a través de las
palabras.

Para terminar, el silencio nos dota de habilidades para resolver problemas y nos aporta la
virtud de paciencia. El silencio contribuye a elegir la palabra precisa cuando se nos dé el uso
de la misma, y asimismo, ayuda a brindar una respuesta adecuada, inteligente y libre de
falacias. Si hacemos la prueba y empleamos el silencio en nuestros debates, evidenciaremos
una mejor comprensión, escucharemos para discernir y no oiremos para responder. El
silencio te enseña que el aprendizaje llega si lo sabes recibir y que llega cuando estás
preparado para manejar lo que esto te viene a enseñar. No obstante, recordemos la
importancia de dar leche a los niños y carne a los hombres.

Para reflexionar

 Los labios de la sabiduría permanecen cerrados, excepto para el oído capaz de


comprender. (Kybalión)
 “No es necesario decir todo lo que se piensa, lo que sí es necesario es pensar todo lo
que se dice.” (Quino)
 “Más vale permanecer callado y que sospechen tu necedad, que hablar y quitarles
toda duda de ello.” (Abraham Lincoln)
 “Cuando hables, procura que tus palabras sean mejores que el silencio.” (Proverbio
hindú)
 “Para aprender a hablar, es necesario saber callar”
 “Es mejor ser rey de tu silencio que esclavo de tus palabras.” (William Shakespeare)
 “Aquel que pretenda escuchar y comprender la voz del silencio, tiene que saber de la
perfecta atención de la mente en asuntos de índole interna”. (proverbio Hindú)

Referencias
 El silencio del masón: https://centauro996.wordpress.com/el-silencio-del-mason/
 El silencio (2) como concepto filosófico: http://sitiocero.net/2012/08/el-silencio-2-
como-concepto-filosofico/
 Sobre el silencio masónico: https://www.diariomasonico.com/opinion/sobre-el-
silencio
 Reflexiones sobre el silencio masónico: https://www.gadu.org/antologia/reflexiones-
sobre-el-silencio-masonico/
 El Kybalión

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