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Nombre: Montesdeoca Agusto Annabell

Bibliología
¿Cómo nos llegaron la Escrituras?

La Biblia se compone de 66 libros que fueron escritos por unas 40 personas que vivieron en diferentes
generaciones durante unos 1600 años. Las partes más antiguas de la Biblia tienen unos 3500 años de
antigüedad y las más recientes unos 1900 años. El escritor más lejano a nuestros tiempos es Moisés y
el más cercano es el apóstol Juan.

La Biblia se escribió en tres idiomas: El hebreo, pequeñas partes en arameo y, finalmente, en


griego. Todos los manuscritos originales, según sabemos hasta ahora, se han perdido, y eso no tiene
nada de raro o misterioso. Ninguna Biblia actual ha sido traducida de los escritos originales o
autógrafos (Aunque de vez en cuando me encuentro con personas que afirman que su Biblia ha sido
traducida de los escritos originales; incluso me lo han dicho pastores de iglesias). Esos autógrafos se
escribieron en material que se destruía con el tiempo: papiro, piel y vitela. Así que había que hacer
copias de las Escrituras para que se conservaran y se les diera uso.

Las copias no cayeron del cielo. Había hombres dedicados a hacer estas copias, copistas profesionales
que tenían altas normas al copiar estos documentos que consideraban sagrados. Desde el siglo VI antes
de nuestra a estos hombres se les denominó “soferim”, luego ya en nuestra era, hasta el siglo X, la
labor de copiar las Escrituras hebreas era hecha por los “masoretas”. De hecho, las copias que tenemos
hoy en día demuestran que contaban las letras de lo que transcribían a fin de asegurar su exactitud.
También había mucha meticulosidad al copiar el Nuevo Testamento, sin embargo, no eran tan
profesionales como los soferim, pero el hecho es que tenemos muchos manuscritos del Nuevo
Testamento cercanos a la fecha de los autógrafos. En este punto es útil recordar que les estoy hablando
de copias, no de traducciones de las Escrituras.
Nombre: Montesdeoca Agusto Annabell

A pesar de todas las medidas, se introdujeron errores. Les explico: Suponga que el maestro de una
escuela copia en la pizarra la siguiente oración: “No debes exponerte al sol sin protección, protección
de factor 15 como mínimo”. . Luego el profesor les pide a los 20 estudiantes que copien estas
oraciones en su cuaderno.

Es de suponer que casi todos copiarán correctamente. Sin embargo, algunos podrían cometer errores.
Algunos copiarán: “No debes exponerte al sol sin protección de factor 15 como mínimo” (Nótese el
error). Otros podrían errar en el número 15 y así por el estilo. Y si alguien después copia las oraciones
del cuaderno del chico que cometió el desliz, entonces perpetuaría el error y si alguien copia de esta
persona y alguien más de esta persona… el error se va expandiendo.

Bien, de las Escrituras Hebreas o Antiguo Testamento se


dispone de unos 6000 manuscritos y de las Escrituras
Griegas o Nuevo Testamento existen unos 5000. Estas
cantidades son de manuscritos en los idiomas originales,
hebreo, arameo y griego. Según sabemos, todos son
copias.

Los expertos han comparado estos manuscritos mediante una serie de técnicas que persiguen restituir
el texto tal como estaba en el autógrafo. Estas técnicas han dado resultados impresionantes. Un
experto, sir Frederic Kenyon, anterior director y conservador del Museo Británico, declaró: “El
cristiano puede tomar la Biblia completa en su mano y decir sin temor ni duda que está sosteniendo la
verdadera Palabra de Dios, transmitida sin equivocaciones fundamentales de generación en generación
a lo largo de los siglos”. También dijo: “Hay que hacer especial hincapié en la seguridad sustancial del
texto de la Biblia. [...] No es posible decir lo mismo de ningún otro libro antiguo del mundo” (Kenyon,
sir Frederic: Our Bible and the Ancient Manuscripts, 1958, p. 55).

La persona, o religión, que afirma que en la Biblia se han introducido errores y cambios que han
alterado lo que escribieron los autores, está en lo correcto, aunque han sido errores menores. Pero esos
deslices se han descubierto, y la lectura original se ha restaurado. Así que en los textos maestros
actuales, o textos base para la traducción, se han depurado, corregido los errores. Nuestras Biblias
actuales han sido traducidas de textos maestros.

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