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ÉTICA Y MORAL

Las palabras ética y moral tienen un significado semejante, pero en la manera como se emplea la
palabra siempre es indistinta, en el habla cotidiana normalmente utilizamos las palabras “ética” y
“moral” como sinónimos; no obstante, existen diferencias importantes entre ambos términos, o al

menos así ha sido durante la historia. A pesar de que están estrechamente relacionadas, cada
palabra se refiere a múltiples características de tipo conceptual como epistemológico.

En los escritos de la ética de los filósofos modernos y contemporáneos suele haber cierta
controversia acerca de las definiciones y la distinción de los términos "ética" y "moral". Algunos
filósofos ven la distinción como una cuestión de crucial importancia para la filosofía moral, porque
piensan que cada uno de estos términos tiene una extensión definida y precisa y no se deben
mezclar sus usos; sostienen que hay usos correctos e incorrectos de los términos. En esta distinción,
nos dicen, hay en juego distintas concepciones de lo que es bueno y lo que es correcto.

La distinción suele hacer referencia a dos esferas de la conducta humana bien delimitadas. Al
distinguir estos dos términos se abre la posibilidad de que las dos esferas a las que se refieren se
opongan o entren en conflicto, de modo que pueda haber acciones que sean éticas, pero no morales,
o viceversa, morales, pero no éticas; a muchos les parece que es importante la distinción, porque en
casos de conflicto entre la moral y la ética tendríamos que saber cuál debería prevalecer sobre la
otra, o en última instancia si sería mejor deshacernos de una en nombre de la otra.

En la vida diaria muy frecuentemente también escuchamos que la gente habla de que hay "aspectos
éticos y morales" en torno a algún asunto, con lo cual implican que hay una diferencia entre los dos.
Por ejemplo, se suele decir que alguien no puede ocupar un cargo público "por razones éticas y
morales", o que alguien se opone a hacer tal o cual cosa porque se contrapone "a sus principios
éticos y morales". Sin embargo, es muy probable que la gente que hace esta distinción no pueda
decirnos en qué consiste la diferencia.

Aquí quiero argumentar que no hay nada en la etimología de las palabras "ética" y "moral", ni en el
empleo que diversos filósofos han hecho de estos términos a lo largo de la historia, que nos
imponga un determinado significado para el uso de cada una de ellas. Se trata de una distinción
estipulatiba, es decir, depende de cómo se estipule que se van a usar los términos; por ello, no puede
haber un único significado válido universalmente. En segundo lugar, las estipulaciones deben tener
un propósito para que tengan sentido; las estipulaciones comunes sobre el uso de estos dos términos
suelen tener el propósito de mostrar las diferencias de dos esferas bien definidas de la conducta
humana, pero además suelen tener la intención de mostrar la mayor importancia relativa de una
esfera sobre la otra.

Por ejemplo, entre otros modos de estipular el significado de los términos, con frecuencia se afirma
que el comportamiento ético, concebido como la afirmación de la conciencia autónoma y la
autenticidad individual, debe tener un mayor peso que el ámbito de lo moral, entendido como la
esfera de la observancia de reglas que nos son impuestas por la sociedad. Sin embargo, esta
distinción sólo cobra sentido en contextos donde hay una clara diferenciación entre lo social y lo
individual. Pero, más importante aún: concebida del modo que he mencionado, esta distinción, por
sí sola, no nos da ninguna justificación de por qué, digamos, la conducta ética va a ser superior que
la moral, simplemente por ser producto de la autonomía o de la autenticidad de la conciencia
individual.

Estos rasgos no hacen, por sí solos, que una determinada acción sea superior a una acción guiada
por los principios socialmente impuestos. Aquí me voy a centrar precisamente en las distinciones
entre ética y moral que hacen un paralelismo, para ponerlo en términos amplios, con la distinción
entre individuo y sociedad. Creo, a fin de cuentas, que la distinción ética/moral es una distinción
que deberíamos cuestionar y sobre la que no deberíamos poner tanto peso como algunos quisieran:
nada realmente significativo en la práctica (es decir, fuera de un ámbito intrateórico) depende de la
estipulación terminológica entre "ética" y "moral" -en todo caso, nada para lo que no tengamos ya
términos menos ambiguos.

Creo que cotidianamente estos términos suelen ser más o menos intercambiables y que no
tendríamos por qué regular su uso, más que para propósitos específicos de teorías éticas
particulares. Por otro lado, los filósofos morales han tratado de dar una definición del término
"moralidad" sin que hayan llegado nunca a ponerse de acuerdo.

Pues la ética normativa, o la moral, prácticamente pone en acento en la búsqueda de la articulación


de aquella intencionalidad ética dentro de normas caracterizadas a la vez por la pretensión de
universalidad y por un efecto de restricción que tiene que ver con el respeto y la solidaridad con los
proyectos de otros. En tal sentido, esta última, la moral, se sitúa en la proximidad del derecho y se
solapa con él, mientras que la primera, la ética, se puede conectar en cambio con la estética, como
lo había mostrado el romanticismo y lo han vuelto a tematizar diversos autores contemporáneos.

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