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1. Introducción
2. Conceptos básicos
Linfocitos T CD4+
Linfocitos T CD8+
5. Conclusiones
6. Referencias
7. Bibliografía recomendada
HLA: Antígenos de Leucocitos Humanos (denominación de las moléculas del complejo mayor de
IFN: Interferón
IL: Interleuquina
La diana principal del VIH son los linfocitos CD4+, pero la infección por este virus no solo
causa la destrucción de estas células, sino que desencadena toda una serie de procesos
inmunopatológicos. Por ello, la mayoría de las personas infectadas por el VIH-1 no son capaces
Frente a los progresores, algunos individuos infectados por VIH-1 parece que son
capaces de controlar la infección de manera natural, estos pacientes son, sin embargo, un
pacientes denominados no progresores a largo plazo (LTNPs) que son capaces de controlar la
niveles de linfocitos CD4+ elevados, aunque sus niveles de carga viral son variables. Estos
VIH. Desde el punto de vista virológico, existe un grupo de pacientes capaces de controlar la
infección con cargas virales por debajo de 50 copias/ml en ausencia de tratamiento, son los
denominados controladores de élite. Los controladores de élite suelen tener niveles de CD4+
controladores de élite también puede perder el control virológico y/o experimentar una
Algunos estudios sobre LTNPs y controladores de élite indican que los pacientes están
infectados por virus defectivos (Deacon NJ et al. 1995; Alexander L et al. 2000). Entre estos
trabajos, algunos caracterizan mutaciones en algunos genes del VIH: vpr (Lum JJ et al. 2003), vif
(Kikuchi T et al. 2015; Hassaine G el al. 2000), nef y vif (Cruz NV et al. 2013) y nef (Kirchhoff F et
al. 1995; Huang Y et al. 1995), entre otros estudios. Otros datos basados en la secuenciación de
los genomas virales completos en controladores de élite, no sugieren una asociación entre el
control de la replicación viral y la presencia de virus atenuados. Por otro lado, se ha demostrado
que virus aislados a partir de controladores de élite son capaces de replicarse (Blankson JN et al.
2007; Miura T et al. 2008). Por último, se ha documentado la transmisión del VIH-1 de un
2008). Estos datos sugieren que el aumento del control de la replicación viral en los controladores
de élite debe ser debido, al menos en parte, a factores intrínsecos del hospedador, que una vez
En este capítulo vamos a exponer en qué consiste la respuesta inmune frente a virus, y en
concreto frente a la infección por el VIH-1. La respuesta inmune frente a cualquier patógeno
del VIH-1, los estudios realizados en controladores sugieren que ambos tipos de respuesta
inmune, la innata y la adaptativa, son importantes para el control de la infección en etapas muy
tempranas de la infección.
2. Conceptos básicos
Estructuralmente los anticuerpos tienen forma de “Y”. Cada molécula está formada por
dos cadenas pesadas idénticas y por dos cadenas ligeras también idénticas, y ambos
(Figura 1). Los sitios de unión al antígeno están formados por las regiones o dominios
mientras que las regiones o dominios constantes son las que determinan la unión a las
Región
Variable
Fab
S S
S S
S S
S S
Región
constante
Fc
Cadenas pesadas
Figura 1. Estructura de una molécula de anticuerpo. Cada molécula está formada por dos cadenas
pesadas representadas en color azul y por dos cadenas ligeras en marrón. Dentro de cada tipo de
cadena, las regiones constantes están representadas con tonos más claros mientras que las regiones
variables lo están en tonos más oscuros. Las cadenas están unidas entre sí por puentes disulfuro. Los
fragmentos denominados Fab (Fragment antigen binding o fragmento de unión al antígeno)
corresponden a los dos brazos idénticos de la molécula de anticuerpo implicados en la unión al
antígeno, y el fragmento Fc (Fragmento Cristalizable) es la parte del anticuerpo que interacciona con
células y moléculas efectoras. Figura cedida por Elena Jiménez Navarro.
- Las moléculas de HLA son glucoproteínas que presentan péptidos derivados de proteínas
histocompatibilidad (MHC), por lo que ambas terminologías son equivalentes. Existen dos
tipos de moléculas de HLA, las de clase I y las de clase II, las primeras presentan los
péptidos antigénicos a los linfocitos T CD8+ y las segundas a los T CD4+. Los linfocitos
de clase I son reconocidos por las células asesinas naturales (NK) a través de sus
receptores.
Los genes de las moléculas de HLA son los más polimórficos de nuestro genoma, lo que
contexto de la respuesta inmune es un proceso muy habitual por ejemplo para eliminar la
mayoría de las células T específicas una vez eliminado el antígeno que originó su
de los receptores Fas o TNFR-1 con sus ligandos. Esta interacción inicia una cascada de
caspasas y en la que finalmente una DNasa activada entra en el núcleo y digiere el DNA.
- Las citoquinas son proteínas producidas por determinados tipos celulares que producen
en la lisis de las células diana recubiertas por anticuerpos. Las células que causan la lisis
poseen receptores Fc que reconocen la región Fc de los anticuerpos unidos a las células
diana. Una de las líneas celulares que pueden llevar a cabo este mecanismo de
- El sistema del complemento está compuesto por una serie de proteínas plasmáticas que
- Las células NK y los linfocitos T CD8+ se caracterizan por su actividad citolítica (lisis
celular). Uno de los mecanismos por el que llevan a cabo esta actividad es a través de la
poros en las membranas de las células diana por los que las granzimas pasan al
citoplasma de dichas células. Las granzimas son serinproteasas que inducen la muerte
patogénico y no requiere de un contacto previo con sus antígenos, comprende por tanto,
pertenecen a tres familias: tipo I, tipo II y tipo III. En el primer grupo se encuentra el IFN-
y elIFN- junto a otras moléculas con las que comparte receptor y una alta homología
estructural.
síntesis de IFN- tras la infección vírica. Los IFN- constituyen la primera línea de
defensa frente a estas infecciones. Una vez sintetizadas, estas moléculas se unen a sus
los denominados genes estimulados por IFN (ISGs) que generan el “estado antiviral”.
Los IFN- son moléculas con actividad antiviral e inmunomoduladora. Estas moléculas
frenan la replicación viral por una variedad de mecanismos que incluyen la paralización de
La respuesta inmune innata la llevan a cabo las propias células infectadas y células del
sistema inmune. Las células del sistema inmune implicadas en la respuesta inmune innata son
los granulocitos, las células asesinas naturales (NK), las NKT (células T con actividad NK), los
Las infecciones virales se caracterizan por una fuerte activación del sistema inmune
IFN- en las primeras horas post-infección y/o pueden sufrir apoptosis. El papel de los
granulocitos y de las células NKT en la respuesta inmune frente a infecciones virales no está
claro. Los granulocitos comprenden varios tipos celulares, los neutrófilos, los basófilos y los
eosinófilos, y son células fagocíticas de vida corta. Las células NKT son un tipo de células T que
limitado, presentan actividad citotóxica y producen altos niveles de IFN-, molécula con efectos
antivirales e inmunomoduladores. Los macrófagos son células fagocíticas de vida larga, que
además de su función fagocítica son capaces de presentar antígenos muy eficientemente a los
quimioquinas (que no sólo reclutan células inflamatorias en el lugar de la infección sino que
también tienen funciones antivirales), y de secretar óxido nítrico que inhibe la replicación de un
alto número de virus. Las DC son las mediadoras entre la respuesta inmune innata y la
antígenos en el lugar de la infección y migran a los órganos linfoides secundarios donde los
presentan a los linfocitos responsables de la respuesta inmune adaptativa, que migrarán al foco
Con respecto a las NK, dado que parecen tener una gran importancia en la infección por el VIH-1,
muy altos de viremia durante la infección aguda y logran tener carga viral indetectable en pocos
meses. Dado que el pico de viremia precede al desarrollo de la respuesta inmune adaptativa, la
Las células del sistema inmune reconocen a los patógenos a través de receptores entre
los que se incluyen los Toll-like (TLR). Los receptores endosomales TLR7/8 reconocen moléculas
de RNA de cadena sencilla (ssRNA) y los TLR9 oligonucleótidos con motivos CpG y virus DNA, y
parecen tener un papel en la regulación de la progresión de la infección por VIH. En este sentido,
se ha observado que el ssRNA del VIH-1 codifica múltiples ligandos de los receptores TLR7/8. La
Los IFN de tipo I inhiben la replicación del VIH-1, disminuyen la infección por el VIH-1 en
VIH-1 de las células dendríticas (DC) a los linfocitos T CD4+ y regulan la supervivencia de los
sangre periférica) son las principales productoras de IFN-in vivo y expresan TLR7 y TLR 9. Se
control del VIH, se encuentra preservada en los controladores de élite (Machmach K et al. 2012).
En este estudio se demuestra que las pDCs llevan a cabo su función antiviral no solo a través del
IFN- sino induciendo la apoptosis de las células T. El número de pDCs está, por el contrario,
los pacientes virémicos son funcionales pero no son estimuladas eficientemente por el VIH, el
nivel de producción de IFN- por las pDCs es muy bajo y apenas inducen la apoptosis de células
Es importante señalar que la producción crónica de IFN puede ser perjudicial a largo plazo
para la persona infectada porque induce receptores de muerte, aumenta la expresión del
correceptor para la entrada del virus CCR5 (Stoddart CA et al. 2010) y contribuye a una
activación inmune anormal. Por tanto, la cinética de la respuesta inmune innata puede ser un
factor clave en el control de la progresión. Una respuesta rápida en la fase aguda de la infección
y una disminución de esta respuesta en la fase crónica podría ayudar a controlar la expansión
viral y evitaría, al menos en parte, los problemas relacionados con una activación inmune
anormal. En este sentido es interesante que la respuesta inmune debida al IFN sea rápidamente
Los factores de restricción son proteínas celulares que pueden restringir o bloquear la
estimulación por IFN. En el caso del VIH-1, generalmente no son suficientes para bloquear su
replicación, puesto que el virus ha desarrollado estrategias de contraataque mediante las propias
Entre los factores de restricción retrovirales más importantes están la familia de proteínas
citidina en uridina, ambos componentes esenciales del material genético. A3G y A3F son
potentes citidín deaminasas de DNA de banda sencilla (ssDNA), por lo que son capaces de
inhibir la replicación de retrovirus, entre los que se incluye el VIH. El VIH escapa de la acción de
estas proteínas gracias al factor de infectividad viral (Vif). La proteína viral Vif elimina
A3G, compite (o directamente bloquea) la incorporación de A3G en los nuevos viriones e incluso
una serie de líneas celulares, entre las que se encuentran las pDC. Su expresión también se
puede inducir en varias líneas celulares por interferones u otros estímulos pro-inflamatorios. Se le
han atribuido varias funciones, pero probablemente la más estudiada sea su actividad antiviral
frente a distintas familias de virus. En el caso del VIH-1, previene la liberación de viriones de las
células infectadas. El VIH-1 virus escapa a su acción a través de la proteína Vpu, puesto que se
trata de un antagonista de la tetherina. Dado que el IFN estimula la expresión de tetherina, esta
SAMHD1: Actúa reduciendo los niveles intracelulares de dNTPs, las unidades que forman
el DNA, inhibiendo con ello la transcripción inversa del VIH-1y bloqueando así la replicación viral.
Sus niveles de expresión son altos en monocitos, macrófagos, células dendríticas y linfocitos
CD4+ no activados. Estos linfocitos son muy resistentes a la infección por VIH-1, lo que apoya el
papel de SAMHD1 como factor de restricción celular. Recientemente se han identificado otras
funciones de esta proteína que podrían estar implicadas en su actividad como factor de
restricción.
El VIH-2 tiene una proteína que revierte la acción de SAMHD1, se trata de la proteína viral
x (Vpx). En la célula diana, Vpx es transportada al núcleo donde forma un complejo con una
Las células NK tienen origen linfoide, pero no poseen receptores específicos de antígeno
por lo que forman parte del sistema inmune innato. Las NK son capaces de eliminar células
infectadas por virus, producir citoquinas y de interaccionar con el sistema inmune adaptativo. Su
de la unión a receptores que inducen apoptosis en las células diana, bien vía ADCC (citotoxicidad
mediada por células dependiente de anticuerpos). Además, las NK son capaces de secretar
La activación de las células NK está regulada por complejas interacciones entre sus
receptores son los KIRs, y sus ligandos son las moléculas de HLA de clase I, en la superficie
celular. Los cambios de expresión de las moléculas de HLA de clase I son reconocidos por las
las funciones citolíticas de las NK, mientras que los segundos inhiben su activación, impidiendo
que lleven a cabo la lisis celular. Las células NK constituyen una población celular altamente
heterogénea en un individuo dado, esta población está constituida por múltiples clones diferentes
los KIRs. La combinación de estos receptores, junto con las moléculas de HLA de clase I, es la
las células NK. Esta activación podría ser debida en parte a los altos niveles de citoquinas
expansión inicial se observan células NK dañadas, lo que se asocia con células NK incapaces de
responder a la estimulación.
Grandes estudios de cohortes han mostrado que ciertos alelos de HLA de clase I se
correlacionan con el control de la replicación del VIH. En concreto, el alelo HLA-B*57 (Migueles
SA et al. 2000; Kiepiela P et al. 2004) y, en menor proporción, el HLA-B*27 (Magierowska M et al.
1999) están sobrerrepresentados en los controladores de élite. En el caso del alelo HLA-B*57,
parece estar presente casi en el 50% de los controladores de élite, mientras que en el caso de
conoce el mecanismo por el que el alelo HLA-B*57 podría intervenir en el control de la carga viral,
aunque existen datos que relacionan este alelo con la expresión de determinados receptores de
mecanismo de control de la carga viral del VIH en los controladores de élite. Los alelos HLA-B
pueden ser clasificados en Bw4 o Bw6 dependiendo de su secuencia de aminoácidos entre las
posiciones 77 y 83, que forman parte del bolsillo donde se unen los péptidos virales. La mayoría
de los alelos asociados con los controladores, son miembros de la familia HLA-Bw4 (HLA-B*57 y
27 contienen el motivo Bw4), mientras que aquellos asociados con los progresores, son
miembros de la familia HLA-Bw6. Dado que las moléculas de la familia HLA-Bw4 se pueden unir
al receptor inhibidor KIR3DL1 y al receptor activador KIR3DS1 de las NK, mientras que las de la
familia HLA-Bw6 no pueden, cabe la posibilidad de que los polimorfismos en los receptores de las
HLA y KIR, frecuentes en la población de progresores lentos y relacionadas con bajos niveles de
carga viral y protección frente a infecciones oportunistas definitorias de sida (Martin MP et al.
2002; Qi Y et al. 2006), sin embargo algunos resultados en este sentido son controvertidos.
También se ha visto en un estudio que las células NK de individuos que poseen el receptor
activador KIR3DS1, producen más IFN- comparadas con las NK de individuos sin este alelo
(Long BR et al., 2008), y varios estudios han observado que las células NK activadas pueden
estimular la función de los CD4+ y promover la diferenciación de las CD4+ Th1 a través del IFN-.
Por lo tanto, KIR3DS1 podría promover la actividad de las NK y ayudar así al mantenimiento del
número de CD4+.
Por otro lado, en algunos estudios en los que se comparan las células NK de LTNPs y
progresores se ha observado que los LTNPs tienen células NK con una mayor capacidad
Por último comentar que las células NK también juegan un importante papel modulando la
función de las DC eliminando estas células cuando son inmaduras. Un estudio ha demostrado
que esta función de las NK está gravemente dañada durante la fase crónica de la infección por el
mediante el bloqueo de la entrada de los virus a sus células diana (anticuerpos neutralizantes) y
fagocíticas. Para ello, los anticuerpos se unen específicamente a sus antígenos a través de sus
dominios variables. Sin embargo, la región constante de los anticuerpos (Fc) es capaz de
citotoxicidad mediada por células dependiente de anticuerpos (ADCC). Todas las células del
sistema inmune innato (incluyendo monocitos, células NK, células dendríticas, neutrófilos y otros
granulocitos) poseen receptores Fc, por lo que los anticuerpos son capaces de conferir
especificidad a la actividad antiviral de las células del sistema inmune innato. Por último, los
anticuerpos pueden contribuir a la respuesta inmune frente a virus de una forma más indirecta,
facilitando la recogida de antígenos virales por las células presentadoras de antígenos en los
van a la zaga de las mutaciones de escape virales en la mayoría de los pacientes. Las
alta variabilidad viral, especialmente en las regiones expuestas de la envuelta viral, y la escasa
accesibles, expuestos solo transitoriamente u ocultos por un escudo de glicanos. Además, los
Se ha descrito que los títulos de anticuerpos neutralizantes frente a virus autólogos son
bajos y similares en progresores, controladores de élite y pacientes con carga viral controlada
debido al tratamiento antirretroviral, por lo que estos resultado sugieren que no se requieren
controladores de élite (Bailey JR et al. 2006). En otro estudio, se describe que la intensidad y la
menor que en pacientes virémicos (Lambotte O et al. 2009). Sin embargo, en otro estudio se
detectar a bajos niveles durante la fase crónica de la infección, siendo esta respuesta mayor
entre los controladores que entre el resto de los pacientes infectados crónicamente (Deeks SG et
al. 2006).
Mientras que hasta hace pocos años solo existían unos cuantos anticuerpos neutralizantes
monoclonales con una considerable potencia y amplitud de respuesta, ya que son capaces de
neutralizar más del 80% de las cepas circulantes sin autorreactividad. Uno de estos anticuerpos,
denominado N6, es capaz de neutralizar el 98% de los aislados a una dosis baja, lo que significa
que también tiene una potencia elevada (Huang J et al. 2016). Este anticuerpo, que se une al
virus por el sitio de unión a CD4, es además activo frente a la mayoría de los aislados virales
resistentes a otros anticuerpos que se unen al sitio de unión a CD4. Estos avances son
distintos ensayos clínicos en los que se valora la seguridad y eficacia de suministrar directamente
inmunizaciones pasivas con un solo anticuerpo, un estudio de fase Ib con dos anticuerpos
diferentes del virus, ha logrado que personas con carga viral indetectable, la mantengan hasta 30
semanas sin antirretrovirales y con solo 3 infusiones de los anticuerpos separadas entre ellas 3
semanas (Mendoza P et al. 2018). Otro estudio, usando una estrategia similar, habría logrado
reducciones de la carga viral de hasta 2 log copias/mL durante 3 meses en personas que no
estaban tomando tratamiento antirretroviral y tenían carga viral detectable (Bar-On Y et al. 2018).
diana, los anticuerpos tienen otros mecanismos de acción. En la citotoxicidad mediada por
células dependiente de anticuerpos (ADCC), el anticuerpo forma un puente entre la célula diana
que expresa los antígenos del VIH en su superficie y la célula efectora que posee receptores Fc.
anticuerpos están dirigidos mayoritariamente frente a Env, puesto que en este tipo de respuesta
se requiere que los antígenos virales se expresen en la superficie celular. Algunos estudios han
enfermedad. También se ha visto que los controladores de élite tienen mayores niveles de
anticuerpos ADCC que los pacientes virémicos, mientras que los niveles de anticuerpos
neutralizantes son similares o incluso inferiores. Por lo tanto, las respuestas inmunes
Por último señalar que los anticuerpos de los controladores de élite son capaces de
control de la infección.
Dentro de la respuesta celular encontramos dos linajes celulares, los linfocitos T CD4+ o
linfocitos T helper (Th), y los linfocitos T CD8+ o linfocitos T citotóxicos (Tc o CTL). Las células T
se caracterizan por reconocer péptidos derivados de proteínas virales presentados por moléculas
En la infección por el VIH, los linfocitos T CD4+ son la principal diana del virus. Mientras
que la activación de las células T puede originar una mayor susceptibilidad a la infección y está
asociada con una mayor progresión de la enfermedad, numerosas líneas de evidencia sugieren
que la respuesta inmune celular es crítica para el control permanente de la infección. Durante la
fase aguda de la infección se alcanza un elevado pico de viremia que posteriormente se reduce
hasta llegar a un nivel que se ha denominado set point, y que es altamente predictivo de la
todos los controladores (Emu B et al. 2005; Sáez-Cirión A et al. 2009; Pereyra F et al. 2008).
Linfocitos T CD4+
Los linfocitos T CD4+ reconocen los antígenos virales en el contexto de las moléculas de
receptores TCR y los correceptores CD4, lo que produce una activación antígeno-específica. Los
interior celular.
Los linfocitos T CD4+ pueden jugar un papel fundamental en el control de las infecciones
virales persistentes. Estos linfocitos llevan a cabo su función frente a una infección vírica por
distintas vías. Los linfocitos Th1 promueven la respuesta celular activando a macrófagos y
linfocitos T CD8+, y secretan citoquinas como el IL-2, TNF- e IFN- con actividades antivirales e
considerados tradicionalmente los linfocitos que ejercían estas funciones helper atribuidas
actualmente a los TFH, contribuyen a estas funciones junto con otros linajes celulares como las
células T y las NKT. Los linfocitos TFH producen cantidades significativamente mayores de IL-21
con respecto a las poblaciones Th1 o Th2. La IL-21 podría ser un mediador clave en las
funciones de los linfocitos T CD8+ específicos de VIH, ya que se ha observado que la adición de
destacar que tanto la producción, como los niveles circulantes de IL-21 están disminuidos en los
En la infección por el VIH, los linfocitos T CD4+ constituyen la diana principal del virus, por
lo que durante el curso natural de la infección se produce una disminución progresiva del número
controlar la replicación viral. Los controladores muestran una población de linfocitos CD4+ intacta
o prácticamente intacta, y niveles de DNA proviral muy bajos, sin embargo, tienen niveles más
altos de DNA viral no integrado, lo que sugiere un bloqueo en su integración tras su entrada en el
núcleo (Graf EH et al. 2011). También se ha observado que los CD4+ de los controladores de
élite producen menos partículas virales que los no controladores (O'Connell KA et al. 2011).
Los linfocitos T CD4+ de los controladores se caracterizan por ser más polifuncionales,
estimulación por el VIH (Younes SA et al. 2003; Potter SJ et al. 2007). Esta última característica
apoptosis, a través de la inactivación de la vía FOXO3a que regula la apoptosis mediada por Fas
(van Grevenynghe J et al. 2008). Pero además hay que destacar que otros estudios muestran
que los controladores se caracterizan por una población de linfocitos CD4+ de memoria con una
alta avidez hacia antígenos Gag, a diferencia de lo que ocurre en los pacientes tratados (Vingert
B et al. 2010), lo que les confiere a estos CD4+ un alto potencial proliferativo y la consiguiente
También es importante señalar que los linfocitos T CD4+ de los controladores expresan
bajos niveles de moléculas inmunosupresoras como CTLA-4 y PD-1 (como se explicará más
adelante) lo que parece compatible con unas funciones efectoras preservadas en estos linfocitos,
y por otro lado, pueden desempeñar actividades citolíticas además de sus clásicas funciones
CD4+ de los controladores con respecto a los progresores y con respecto a los pacientes con
carga viral controlada gracias al tratamiento antirretroviral, están ayudando a comprender qué
características de esta respuesta ayudan a controlar la carga viral en los controladores y qué
características son consecuencia de dicho control. En este sentido, además del estudio
mencionado anteriormente sobre la avidez hacia antígenos Gag de los linfocitos CD4+ de los
controladores, hay otro trabajo que demuestra que los linfocitos T CD4+ específicos de Gag en
los controladores mantienen un perfil Th1 efector con producción de IFN- y capacidad de
desgranulación que no existe en el largo plazo en los pacientes tratados (Vingert B et al 2012).
Por último, un estudio publicado en 2016 centrado en el estudio de clones de linfocitos CD4+ con
TCR específicos llamados clonotipos, concluye que algunos de estos clonotipos encontrados en
los controladores (los dirigidos frente al epítopo más inmunoprevalente de la cápsida del VIH-1)
2016).
Linfocitos T CD8+
Los linfocitos T CD8+ reconocen los antígenos virales en el contexto de las moléculas de
HLA de clase I en la superficie de las células infectadas a través de sus receptores TCR y los
correceptores CD8, lo que produce una activación antígeno-específica. Los péptidos antigénicos
cuando dicho péptido está unido las moléculas de HLA de clase I se liberan del retículo
Los linfocitos T CD8+ llevan a cabo su función efectora por dos vías distintas, la citolítica y
la antiviral. La lisis de las células infectadas se efectúa a través de dos mecanismos distintos,
comunes a los linfocitos T CD8+ y las NK, la vía de las perforinas/ granzimas, y la de Fas/ Fas
ligando (FasL). La función antiviral no citopática la llevan a cabo secretando citoquinas como IFN-
y TNF- en el lugar de la infección. Estas citoquinas son capaces de controlar las infecciones
respuesta de los linfocitos T citotóxicos es crítica para el control de la replicación del VIH. Se
sabe que los CD8+ pueden reconocer y eliminar las células infectadas (Walker BD et al. 1987) y
resolución de los síntomas de la infección aguda (Koup RA et al. 1994; Borrow P et al. 1994).
Como ya se ha descrito en el apartado de las células NK, ciertos alelos de HLA de clase I se
correlacionan con el control de la replicación del VIH, y se ha observado que estos alelos
protectores contribuyen de una manera importante a la respuesta CTL total durante la fase aguda
de la infección, lo que apoya el papel de los linfocitos T CD8+ en el establecimiento temprano del
control viral. Varios estudios han mostrado también que la homocigosis en uno o más alelos HLA
se asocia con una mayor progresión de la enfermedad, lo que parece indicar que la heterozigosis
proporciona ventaja a los individuos que la presentan dado que serían capaces de presentar una
mayor variedad de epítopos virales, produciendo una respuesta CTL más amplia (Carrington M et
al. 2003; Carrington M et al. 1999). Por otro lado, la propensión de mutar del VIH para evadir la
respuesta CTL, añade más evidencias a la importancia de este tipo de respuesta inmune en el
control de la infección por VIH (Allen TM et al. 2005; Schneidewind A et al. 2007).
no está claro. Curiosamente, al contrario de lo que se pudiera esperar, se ha observado que los
linfocitos T CD8+ presentan una magnitud y una amplitud de respuesta menor en los
controladores de élite que en los progresores (Pereyra F et al. 2008). Por ello, los estudios se
Las citoquinas más frecuentemente estudiadas son IFN-, MIP-1, IL-2, TNF-, y el marcador de
desgranulación CD107. Varios grupos han demostrado una correlación inversa entre la calidad
de la respuesta CTL y la progresión de la infección (Peretz Y et al. 2007; Betts MR et al. 2006;
Emu B et al. 2005). Otro estudio ha sugerido que la polifuncionalidad y la capacidad de supresión
del VIH de los clones de linfocitos T CD8+ VIH-específicos se correlacionan con una alta avidez
por el antígeno (Almeida JR et al. 2009). También se ha observado en otro estudio que los
linfocitos T CD8+ polifuncionales se caracterizan por una rápida proliferación y por una expresión
de perforina aumentada (Migueles SA et al. 2002), y en otro trabajo los linfocitos T CD8+ de los
controladores se distinguen por inducir altos niveles de granzima b y liberarla eficientemente a los
linfocitos CD4+ diana, lo que se correlaciona con una alta actividad citotóxica por célula efectora
(Migueles SA et al. 2008). Por último mencionar que también se ha observado una mayor
estudios realizados con distintos subtipos del VIH-1, que una mayor amplitud de la respuesta CTL
dirigida a la proteína Gag se correlaciona con niveles de carga viral menores, mientras que los
individuos con mayores cargas virales centran sus respuestas CTL en la proteína Env (Kiepiela P
et al. 2007). Es de resaltar que los pacientes que portan el alelo protector HLA-B*27 desarrollan
Gag y que esta respuesta se correlaciona inversamente con la carga viral (Almeida JR et al.
élite en comparación con los no controladores (Berger CT et al. 2011). El hecho de que la
respuesta inmune se dirigida fundamentalmente frente a la proteína Gag, es coherente con una
respuesta inmune eficaz, dado que la proteína Gag es menos flexible que la proteína Env desde
el punto de vista genético. Esto es debido a que las mutaciones de Gag pueden causar una
disminución del fitness o capacidad replicativa viral, mientras que Env es una proteína que
presenta genéticamente una gran heterogeneidad sin que esto suponga una desventaja
replicativa para el virus, proporcionándole, sin embargo, una gran ventaja frente al sistema
inmune.
Por otro lado, incluso dentro de una población de CTL específica para el mismo epítopo,
pueden existir diferencias en cuanto a actividad antiviral debidas a los receptores de antígeno de
células T (TCR) implicados. Se ha observado que los linfocitos CD8+ específicos de HLA-B*27
viral cuando se dirigen frente al epítopo inmunodominante de Gag (Chen H et al. 2012). Esta
distinta capacidad de inhibición se asocia con distintos clonotipos que se diferencian en sus TCR.
Los clonotipos de los controladores se caracterizan por un mayor control de la replicación viral in
vitro, mayor reactividad cruzada con variantes epitópicas y mayor liberación de perforina.
de los distintos clonotipos de linfocitos T CD8+ específicos de los alelos HLA-B*57. Por lo tanto,
la eficacia de los llamados alelos protectores es modulada por clonotipos de células CD8+ con
de respuestas CTL potentes. Además no podemos asegurar si todas estas observaciones son
causa o efecto. Es posible que la presencia de bajas cargas virales sostenidas sea la causa de la
Entre los factores predictores clásicos de progresión de la infección por VIH se encuentra
el nivel de CD4+ y la carga viral. Sin embargo, muchas evidencias indican que otro de los
al. 2004), incluso entre los controladores de élite (Hunt PW et al. 2008). Todos estos factores
predictores están generalmente relacionados, las bajas cargas virales, por ejemplo, suelen
correlacionarse con bajos niveles de activación inmune. Sin embargo, un estudio ha descrito
varios no progresores con altos niveles de carga viral y bajos niveles de activación inmune
(Choudhary SK et al. 2007). La falta de progresión en estos individuos, a pesar de las altas
viremias crónicas, sugiere que la activación inmune por sí misma más que el propio virus, puede
Existen otros estudios que aportan más evidencias sobre la importancia de la activación
crónica. Aquellos controladores de élite que presentan mayores niveles de activación de células T
(HLA-DR+CD38+), se caracterizan por tener un menor nivel de CD4+ (Hunt PW et al. 2008). Por
otro lado, IL-10 es una citoquina que induce inmunosupresión a través de la inactivación de
células T. Se ha observado que una marcada reducción en los niveles de IL-10, se correlaciona
con un aumento de la actividad inmune y una progresión más rápida a sida (Shin HD et al. 2000).
linfocitos CD4+ como CD8+ en progresores (Day CL et al. 2006; Petrovas C et al. 2006;
Trautmann L et al. 2006). La unión de PD-1 (CD279) con sus ligandos, PD-L1 o PD-L2, en los
superficie de los linfocitos T VIH-específicos, lo que sugiere que estas células están siendo de
(Petrovas C et al. 2006). Los controladores expresan niveles significativamente menores de PD-1
que los progresores (Zhang JY et al. 2007). Por tanto, parece que los bajos niveles de PD-1 en
polifuncionales, mientras que los progresores presentan elevados niveles de PD-1 y linfocitos T
VIH-específicos exhaustos, incapaces de llevar a cabo sus funciones citolíticas. Existe una fuerte
correlación entre expresión de PD-1 y progresión, pero de nuevo no está claro qué es la causa y
qué es el efecto. En este sentido, hay un estudio que muestra evidencias de que altos niveles de
causar este agotamiento de sus células T, más que ser dicho agotamiento la causa de la falta de
Igual que PD-1, CTLA-4 (CD152) está a menudo sobreexpresada durante la infección. Se
fase aguda como en la crónica, y ha sido implicada en la pérdida de las respuestas CTL
2007; Zaunders JJ et al. 2006). La hipótesis más barajada es que los linfocitos T con una elevada
Las células T reguladoras, o Treg, son células T que inhiben las funciones efectoras de
mayoría de las células Treg son CD4+ (constituyen aproximadamente el 5% del total de linfocitos
CD4+). En el caso del VIH, no está claro si las Treg tienen un papel protector o deletéreo, e
especulado que durante la infección aguda las Treg tienen en general un efecto beneficioso
sobre el hospedador (Moreno-Fernandez ME et al. 2011). Sin embargo, durante la fase crónica,
Montes M et al. 2006; Nikolova M et al. 2016). Todas estas evidencias subrayan el delicado
Por otro lado, las células Th17 son células Th que se encuentran predominantemente en
tempranas de la infección por el VIH, las células Th17 del intestino son eliminadas en un alto
porcentaje, y esta eliminación sigue siendo significativa durante la fase crónica. Las células Th17
pueden tener un doble papel en la infección por el VIH. Por un lado, en la fase aguda promueven
viral. Por otro lado, la eliminación de estas células en el intestino se cree que contribuye a la
inmune y la progresión de la infección. También es interesante destacar que los LTNPs parecen
Por último comentar que durante la infección por el VIH, los números absolutos de Treg y
5. Conclusiones
Los controladores de élite, personas infectadas por el VIH que mantienen controlada la
carga viral por debajo de 50 copias/ml en ausencia de tratamiento, constituyen un modelo natural
de cura funcional, en el que a pesar de que el virus sigue estando presente en los reservorios,
existe un control de la replicación. Aunque en algunos casos existan factores virales que puedan
explicar, al menos en parte, este control, en otros casos son los factores genéticos y la respuesta
No todos los hallazgos se han observado en todos los controladores de élite, lo que parece
la infección, sino que las causas que subyacen a este control son probablemente multifactoriales,
y muy posiblemente todavía no estén descritas todas ellas. Por otro lado, existe la posibilidad de
que al menos algunas de las discrepancias encontradas entre los distintos estudios puedan estar
relacionadas con problemas metodológicos o incluso con diferencias intrínsecas a las cohortes
estudiadas (las definiciones de controladores de élite pueden variar de unas cohortes a otras).
Además, es difícil dilucidar qué elementos distintivos de la respuesta inmune de estos pacientes
son la causa del control de la carga viral y cuáles son la consecuencia de dicho control.
control de la carga viral y protección frente a progresión. Sin embargo, algunos controladores de
élite no tienen ninguno de estos alelos protectores y, por otro lado, HLA-B57 no protege
factores clave en la respuesta inmune eficaz frente al VIH, no son ni estrictamente necesarios ni
Los resultados de los estudios con los controladores sugieren que tanto la respuesta
tempranas de la infección. Los controladores de élite generalmente no alcanzan niveles muy altos
de viremia durante la infección aguda y logran tener carga viral indetectable en pocos meses. El
hecho de que el pico de viremia preceda al desarrollo de la respuesta inmune adaptativa, sugiere
respuesta inmune innata, las pDCs y el IFN- podrían tener un importante papel en las etapas
tempranas de la infección, y con respecto a las NK, tanto los polimorfismos de sus receptores
Con respecto a la respuesta inmune adaptativa, mientras que el papel de los anticuerpos
neutralizantes en el control de la infección por VIH no está claro, sí parece que la repuesta
nos lleva de nuevo a la conclusión de que los mecanismos implicados en el control de la viremia
en los controladores de élite deben ser multifactoriales. Por otro lado, la activación de las células
T también origina una mayor susceptibilidad a la infección y está asociada con una mayor
progresión de la enfermedad, por lo que parece existir un delicado equilibrio entre activación
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