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1 Reyes 22:5
Homosexualidad
Un caso de identidad equivocada
por June Hunt
Acaba de pasar la medianoche. El lujoso tren Expreso de Oriente ha quedado atrapado en la nieve,
detenido en las vías durante seis días. En la mañana, encuentran asesinado a un pasajero
norteamericano en su compartimiento. Había sido acuchillado una sola vez en la espalda. Agatha
Christie escribió que a partir de ese momento, doce personas, cuya verdadera identidad no correspondía
a quienes decían ser, se dedicaron a embrollar al cuidadoso detective Hércules Poirot.
Asesinato en el Expreso de Oriente ha sido por mucho tiempo uno de las novelas de misterio más
intrigantes del mundo. Los elementos: un tren atascado y doce personas con identidad falsa,
aparentemente todas ellas desconocidas entre sí. Sin embargo, las doce conspiraron para acuchillar en
el mismo lugar de la espalda al secuestrador y asesino del hijito de Charles Lindbergh. Todos los
personajes estaban estrechamente relacionados con la familia Lindbergh. Se trataba de la nana, el
chofer, un amigo de la familia, etc., y todos buscaban vengarse. Cada uno adoptó una identidad diferente
para evitar ser atrapado por su crimen. Si Poirot hubiera seguido las muchas pistas falsas (o cortinas de
humo) que cada uno de los personajes le puso, nunca se habría conocido la verdad.
La ficción es una cosa, la realidad es otra. Si usted quiere vivir a la luz de la verdad, investigue por usted
mismo. ¿Se sigue aferrando a pasiones desubicadas que le han hecho adoptar una identidad falsa?
¿Está usted haciendo caso de las muchas pistas falsas de las iglesias de homosexuales, grupos de
militantes gay y grupos de presión sobre el congreso que apoyan a la homosexualidad? Tal vez usted ha
llegado a conclusiones erróneas y se ha convertido en otro caso de “identidad equivocada”. Si esto es
verdad, usted necesita conocer la verdad. La verdad de Dios. Por eso, Jesucristo dijo:
I. DEFINICIONES
Quizá usted se ha sentido atraído por una persona de su mismo sexo, lo cual le ha hecho
cuestionar su identidad sexual. Si esto es así, usted no está solo. Esa clase de atracción es
común a muchos jóvenes durante la pubertad. Por varias razones, esas emociones pueden
crecer hasta el punto de que se sienten atraídos a tener una relación homosexual. Pero en el
fondo, no es lo que en realidad desean. Si actualmente no experimenta gozo y paz en su vida,
no se desespere. Dios le ofrece esperanza si usted le entrega su vida a él.
“Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza
por el poder del Espíritu Santo”.
(Romanos 15:13)
ORIENTACIÓN HETEROSEXUAL
• Es la persona cuyos deseos sexuales se dirigen hacia las personas del sexo opuesto.
• Esta palabra proviene del término griego heteros, que significa “uno de clase
diferente”.
• Derecho es el término que la comunidad homosexual utiliza para referirse a los
heterosexuales.
ORIENTACIÓN HOMOSEXUAL
• La persona con orientación homosexual tiene deseos sexuales por personas del mismo
sexo.
• El término homosexual viene de la palabra griega homos, que significa “igual”.
• No obstante, muchas personas con orientación homosexual deciden no involucrarse
en la actividad homosexual y por lo tanto no son homosexuales. (Una persona que
desea mentir pero no lo hace, no se le puede considerar un mentiroso).
HOMOSEXUAL
• Es la persona que elige involucrarse en la actividad sexual con personas de su mismo
sexo. Por tanto, la palabra homosexualidad se refiere a la actividad erótica con
personas del mismo sexo.
• Lesbiana es el término que se da a la mujer homosexual.
• Gay es el término que se aplica al hombre o mujer homosexual además de que es el
término “políticamente correcto” que define a la comunidad homosexual en general.
Esta palabra es la que prefiere usar la comunidad de homosexuales porque tiene una
connotación de libertad.
BISEXUAL
• Es la persona cuyos deseos sexuales son estimulados tanto por hombres como por
mujeres.
• Es la persona que tiene relaciones tanto heterosexuales como homosexuales.
• La palabra bisexual viene del latín bi, que significa “dos”.
TRANSEXUAL
• Es la persona que vive con el deseo emocional de pertenecer al sexo opuesto, es
decir, anhela cambiar de sexo porque se siente atrapada en el cuerpo del género
equivocado. Otro término que se usa para el transexual es transgénero.
• Un transexual puede llegar a modificar sus órganos sexuales con tratamientos
hormonales o quirúrgicamente.
• La palabra transexual viene del latín trans, que significa “cruzar”.
TRASVESTI
• Es una persona que utiliza ropas del sexo opuesto para imitar el comportamiento
característico de personas del otro sexo y lo hace con objeto de obtener satisfacción
emocional o sexual.
• Una persona así no necesariamente es homosexual o transexual.
• La persona “drag” se viste con ropas del sexo contrario exagerando su vestimenta y
maquillaje a veces en forma grotesca, ya sea por inclinación natural o como parte de
un espectáculo y puede o no ser homosexual.
—Drag significa usar ropa característica del sexo opuesto.
• La palabra travestí viene del latín vestire, que significa “vestirse”.
RESPUESTAS: Sí. En lo que se relaciona a los asuntos de salud, sólo en los Estados
Unidos las cifras reales muestran que la homosexualidad es sumamente negativa.
Según los cálculos generalmente aceptados, aproximadamente de 3 a 4 por ciento de
la población es homosexual
Ellos son los responsables del:
• 17% de los casos de gonorrea
• 85% de los casos de sífilis en algunas regiones
• 42% de las nuevas infecciones de VIH
• 55% de todos los casos de SIDA
(Solamente el 5% de los casos de SIDA provienen de encuentros entre
heterosexuales. Otro 22% se trasmitió por medio de drogas intravenosas).
• 9% los homosexuales masculinos están infectados de VIH
(Solamente el .03% de hombre heterosexuales tienen SIDA).
Esas personas son:
• 5 veces más propensas a adquirir una enfermedad incurable de transmisión sexual
(ETS) relacionada con el cáncer.
• Muy probablemente están infectadas con alguna enfermedad de transmisión
sexual (Uno de cada tres hombres gay tienen una ETS incurable).
• 50,000 veces más propensas a ser víctimas de “crímenes pasionales” (sufren
violencia a manos de su compañero homosexual) o de “crímenes de odio”.
(Las violencia física se da en el 39% de las parejas de homosexuales masculinos:
22% de hombres homosexuales sufren violencia física por parte de su compañero,
y el 5% sufre violencia sexual por parte de su pareja).
También tienen más alto riesgo de padecer de:
• desórdenes de la alimentación
• desórdenes siquiátricos
• ansiedad
• suicidio
• depresión
• cáncer del ano
• abuso de substancias tóxicas
• muerte prematura (viven un promedio de entre (drogas, alcohol, cigarro) 8 y 20
años menos)
• muerte por cáncer de próstata, testículos o colon
Si son adolescentes tienen más alto riesgo de:
• usar tabaco, marihuana y cocaína antes de los 13 años de edad
• tener relaciones sexuales antes de los 13 años
• tener relaciones con cuatro parejas o más
• ser violados
Aunque las estadísticas varían de año en año, y sólo representan un instante en el
tiempo, revelan el cuadro impactante y devastador de la homosexualidad. Y aunque
esas estadísticas son dolorosamente trágicas, nadie debería asombrarse, porque la
palabra de Dios comunica claramente el impacto negativo del pecado sexual en el
cuerpo humano.
“Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del
cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca”. (1 Corintios 6:18)
PREGUNTA: “¿No dice la Biblia que los verdaderos cristianos pueden perder su
salvación si practican la homosexualidad? Después de todo 1 Corintios 6:9–10
dice: “ni los fornicarios… ni los que se echan con varones…heredarán el reino de
Dios”.
RESPUESTA: No. No en forma indefinida. Los que genuinamente piden a Jesucristo que
sea su Señor y Salvador, y le dan el control de sus vidas, experimentan la salvación
auténtica. En ese momento, son “nacidos de nuevo”. Es decir, son adoptados en la
familia de Dios y se convierten en miembros del cuerpo de Cristo. Por eso, la Biblia
dice: “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los
que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu” (Romanos 8:1).
Las Escrituras también dicen que un cristiano auténtico no puede seguir viviendo en
pecado. Por tanto, los que se convierten en cristianos verdaderos cambiarán su estilo
de vida… ¡sólo es cuestión de tiempo!
“Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de
Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios”. (1 Juan 3:9)
A. Emociones reprimidas
Los que practican la homosexualidad son muy sensibles, pero viven con un gran dolor
emocional. Tratan de esconder sus heridas, pero sus corazones nunca sanan. Necesitan
con desesperación experimentar que el Señor es su sanador emocional porque:
“Él sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas”.
(Salmos 147:3)
Mientras sus corazones no sean sanados, las personas como Gary y Glenda continuarán
experimentando lo siguiente:
SOLEDAD Y AISLAMIENTO
• se sienten solos y confundidos
• se sienten “raros” y distintos a los demás
• se sienten abandonados por Dios y sin derecho a vivir en forma normal
• se sienten rechazados por la familia y condenados por la iglesia y la sociedad
“Mira a mi diestra y observa, pues no hay quien me quiera conocer; no tengo refugio, ni hay
quien cuide de mi vida”.
(Salmos 142:4)
CULPABILIDAD Y VERGÜENZA
• sienten que han fallado como personas de su género y que perjudican a otros
• se condenan a sí mismos y sienten la necesidad de ser castigados
• sienten que son inaceptables delante de Dios y que no tienen perdón
• se sienten hipócritas y culpables del “pecado imperdonable”
“Porque mis iniquidades se han agravado sobre mi cabeza; como carga pesada se han
agravado sobre mí”.
(Salmos 38:4)
ANSIEDAD Y TEMOR
• tienen miedo a ser descubiertos y humillados
• tienen miedo a la condenación y juicio final de Dios
• tienen miedo a estar condenados a vivir en pecado, conformidad o negación
• tienen miedo a las dolorosas consecuencias y pérdidas (del empleo, influencia,
ministerio, salud, relaciones)
“Mi corazón está dolorido dentro de mí, y terrores de muerte sobre mí han caído. Temor y
temblor vinieron sobre mí, y terror me ha cubierto”.
(Salmos 55:4–5)
IRA Y HOSTILIDAD
• sienten enojo encubierto contra uno o ambos padres
• sienten enojo encubierto contra las figuras de autoridad
• sienten enojo encubierto contra el sexo opuesto
• sienten enojo encubierto contra sí mismos y Dios
“Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?”
(Jeremías 17:9)
DEPRESIÓN Y DESESPERACIÓN
• se sienten incapaces de dominar su profundo auto rechazo
• se sienten incapaces de cambiar sus deseos sexuales
• se sienten incapaces de dominar su desesperanza
• se siente incapaz de experimentar gozo genuino
“¿Por qué te abates, oh alma mía, y por qué te turbas dentro de mí?”
(Salmos 42:11)
B. Ideas erróneas
Las emociones infantiles suprimidas se las ingenian para influir en nuestra vida adulta.
Con el tiempo, distorsionan el pensamiento racional. Una vez que el corazón y la mente
aceptan las creencias distorsionadas, es fácil aceptar las siguientes mentiras.
Son varones que sienten una fuerte Son mujeres que sienten una fuerte
atracción física por otros hombres… atracción emocional por otras mujeres…
• Tienden a ser más femeninos que los • Tienden a ser más masculinas que las
heterosexuales mujeres heterosexuales
• Son muy promiscuos (a veces tienen • Son más codependientes (entre cinco
cientos o miles de parejas durante su y siete parejas durante su vida)
vida)
PREGUNTA: “¿Por qué rechaza Dios las relaciones íntimas entre personas del
mismo sexo? ¿Debemos aceptar la prohibición bíblica contra las relaciones
íntimas?”
RESPUESTA: La Biblia no condena las relaciones cariñosas entre personas del mismo
sexo. Es más, es difícil encontrar en la tierra una relación más íntima que la de David
y Jonatán. De la misma manera, el apóstol Pablo no escondía su tierno afecto por el
joven Timoteo. Y Juan fue el discípulo “amado” de Jesús. Rut y Noemí compartieron
un amor y lealtad incomparables. Esas relaciones íntimas fueron bendecidas por Dios
porque no tenían intenciones sexuales ni codependientes, sino que eran saludables en
lo emocional y sexualmente puras.
EJEMPLO BÍBLICO:
“Aconteció que cuando él hubo acabado de hablar con Saúl, el alma de Jonatán
quedó ligada con la de David, y lo amó Jonatán como a sí mismo”. (1 Samuel 18:1)
D. El ciclo de la derrota
El dolor emocional es una poderosa máquina que impulsa el ciclo de la derrota para
“David”, que está tratando de salir de un estilo de vida gay. Aun si Dios llega a
convencerlo de que vive en inmoralidad, el simple deseo de cambiar no logra nada. Su
problema es que durante la etapa de la separación durante su niñez, se cortó la conexión
entre su mente y sus emociones.
Ciertamente reconoce que la actividad homosexual es incorrecta, pero su pensamiento no
afecta sus sentimientos. Inconscientemente, sus emociones desconectadas exigen con
desesperación un bálsamo para sus heridas, y así, las emociones siguen controlando sus
decisiones. Cada vez que busca consuelo para sus emociones heridas, el ciclo se inicia y
se siente culpable. De inmediato sigue la vergüenza que a su vez le provoca dolor
inevitable. Es evidente que puesto que no quiere vivir en dolor, nuevamente busca
consuelo en una relación con alguien del mismo sexo lo cual perpetúa el ciclo de la
derrota.
CICLO DE DERROTA
Las buenas nuevas son que cualquier ciclo de esclavitud puede ser derribado por Dios. La
intervención divina puede iniciar el proceso de traer victoria a ese estado de fracaso
“Porque nada hay imposible para Dios”.
(Lucas 1:37)
“He aquí que yo soy Jehová, Dios de toda carne; ¿habrá algo que sea difícil para mí?”
(Jeremías 32:27)
• Ya ha sido santificado… v. 11
apartado por y para Dios
• Ha sido justificado… declarado v. 11
libre y justo
• Su cuerpo ya no es para la v. 13
inmoralidad sexual… sino para
pureza
• Su cuerpo es miembro de v. 15
Cristo… usted es parte de él
• Debemos huir de la v. 18
fornicación… incluyendo la
homosexualidad
• Usted no se pertenece a sí v. 19
mismo… tiene un nuevo dueño
C. Primero es lo primero
La mayoría de los homosexuales se sienten condenados por la iglesia cristiana. Es verdad
que muchos cristianos no les muestran amor, aunque Dios nos manda amar y
preocuparnos por todos… incluyendo a los homosexuales. Al mismo tiempo, los
cristianos están llamados a compartir la verdad de Dios acerca del pecado de tal manera
que la gente pueda volverse al Señor y experimentar tanto el perdón de pecados como su
poder para abandonar el pecado. Esta no es una condena sin amor, sino una oferta de
esperanza. Dios nos ofrece su perdón junto con el poder de vivir vidas transformadas. En
el pasado, David cometió adulterio, pero aprendió el secreto para ser libre. Sin embargo,
lo que es más importante, aprendió a seguir siendo libre.
“¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra. Con todo mi corazón te he
buscado; no me dejes desviarme de tus mandamientos. En mi corazón he guardado tus dichos
para no pecar contra ti”.
(Salmos 119:9–11)
Las palabras y vida de David indican que una vida sin convicciones nunca trae
contentamiento, pero la paz viene de cumplir con los principios divinos. En repetidas
ocasiones, la Biblia presenta tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, el
estándar divino en lo que respecta a la homosexualidad.
ORACIÓN DE ESPERANZA
Querido Dios, vengo ante ti confundido, quebrantado y con mucho dolor. Yo sé que estoy llevando una
vida que sólo me provoca tristeza y culpa. Pero no tengo poder para escapar de la influencia de mis
pensamientos y sentimientos. He tratado de justificar mis deseos, pero muy dentro de mi corazón sé que
la homosexualidad es una perversión de la identidad sexual que tú planeaste para mí.
Jesús, te pido que vengas a mi vida para ser mi Señor y Salvador.
Te entrego el control de mi vida.
Por favor, perdóname y sáname.
Dame el valor para enfrentar mi pasado, el deseo de perdonar a los que me ofendieron y la capacidad de
perdonarme a mí mismo.
Padre celestial, gracias por tu amor eterno, tu inmutable compasión, y tu compromiso de ayudarme a ser
la persona que tú deseas que yo sea. Te pido todo esto en el nombre de Jesucristo, tu Hijo y Redentor
mío”. Amén.
“Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón; y salva a los contritos de espíritu”.
(Salmos 34:18)
ARGUMENTO:
“Ya traté de cambiar mi estilo de vida homosexual en el pasado. Aunque ya acepté a
Jesucristo como mi Señor y Salvador, ¡no creo poder cambiar!”
RESPUESTA:
Cuando Cristo vive en usted en forma real, él empieza el cambio dentro de usted. Ese
cambio es un proceso que nos ocurre a todos con el tiempo. Sí es posible cambiar
porque Cristo nos va conformando a su carácter. En vez de vivir siguiendo su
“antigua naturaleza pecaminosa”, ahora usted es capaz de vivir con su nueva
naturaleza, la naturaleza sobrenatural de Cristo.
“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron;
he aquí todas son hechas nuevas”. (2 Corintios 5:17)
E. El origen de la homosexualidad
LA FORMACIÓN DE SUS CREENCIAS
Todos tenemos tres necesidades emocionales dadas por Dios: La necesidad de ser
amados, la de tener significado (ser importantes y tener propósito) y la de tener
seguridad. Si esas tres necesidades íntimas no fueron cubiertas en la infancia,
desarrollamos creencias que reflejan ese vacío doloroso y siempre buscamos llenarlo de
alguna manera. Las personas que creen que son homosexuales experimentaron un trauma
infantil o vacío aunado al resultante dolor emocional que distorsionaron sus creencias en
cuanto a ellos. Su razonamiento equivocado los hizo creer que su seguridad emocional
puede encontrarse sólo en las relaciones con personas del mismo sexo.
• La necesidad de amor
CREENCIA BÁSICA:
“Nadie puede amarme”.
“Si en verdad me conociera, no me amaría”.
“Me han pasado cosas malas, soy malo”.
“Debo ser amado por alguien para sentir que importo en la vida”.
RESULTADO:
Esa persona entra en una relación homosexual empujada por sus emociones,
tratando de cubrir el dolor con el placer y confundiendo su relación con el amor
verdadero.
• La necesidad de reconocimiento (significado y propósito)
CREENCIA BÁSICA:
“Soy insignificante”.
“Si en verdad me conociera, usted no me tomaría en cuenta”.
“He fallado, soy un fracaso”.
“Debo ser importante para alguien para poder sentirme valioso”.
RESULTADO:
La persona entra en una relación homosexual empujada por sus emociones,
tratando de adquirir su valor adhiriéndose a alguien que goza de alta estima y
confundiendo su relación con la significancia.
• La necesidad de seguridad
CREENCIA BÁSICA:
“Nadie me necesita”.
“Si usted me conociera de verdad, me rechazaría”.
“Ya perdí la esperanza de ser aceptado, vivo sin esperanza”.
“Debo tener seguridad con alguien para tener estabilidad”.
RESULTADO:
La persona entra en una relación homosexual empujada por sus emociones,
tratando de solucionar la confusión de identidad que tiene y pensando que la
relación le dará seguridad.
LIBERTAD
LIBÉRESE de cualquier relación homosexual
“Velad debidamente, y no pequéis; porque algunos no conocen a Dios; para
vergüenza vuestra lo digo”. (1 Corintios 15:34)
G. La fórmula de la libertad
Todas las adicciones tienen algo en común: ejercen sobre nosotros una atracción
magnética para hacer lo que no debemos, aun cuando nos decimos a nosotros mismos
que ¡no debemos hacerlo!
Cuanto más nos enfocamos en lo negativo como: “No debo pensar en Tomás, no debo
llamarlo, no debo visitarlo”, ¡más fuerte nos acomete el deseo de hacerlo! En otras
palabras, sepa que:
“El poder del pecado, [es] la ley”.
(1 Corintios 15:56)
La forma para empezar a cambiar su conducta es “acentuando lo positivo”.
• Céntrese en el amor de Dios por usted.
—Reconozca que Dios le ama con amor eterno. Él dijo:
“Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia”.
(Jeremías 31:3)
—Respete la forma maravillosa en que Dios lo hizo. A pesar de que David había
pecado muy seriamente en lo sexual, él dijo: “Te alabaré; porque formidables,
maravillosas son tus obras; estoy maravillado, y mi alma lo sabe muy bien”.
(Salmos 139:14)
—Responda al llamamiento de Dios para su vida.
“Pues no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación”.
(1Tesalonicenses 4:7)
• Controle sus emociones negativas.
—Permítase volver a sentir sus antiguas emociones.
—Reconozca cuáles están relacionadas con el dolor del pasado.
—Decida que las emociones no lo van a controlar.
—Pida a Dios que rompa las cadenas de sus emociones infantiles.
“El que encubre sus pecados no prosperará; mas el que los confiesa y se aparta
alcanzará misericordia”. (Proverbios 28:13)
• Deje de actuar basado en sus emociones.
—Rehúsese a dejarse arrastrar u obsesionar cuando surjan las emociones irracionales.
—Repítase verdades bíblicas cuando las emociones negativas lo impulsen a hacer
cosas indebidas.
—Ponga esas verdades en su espíritu memorizando versículos bíblicos como
Proverbios 29:11; Eclesiastés 7:9; Santiago 1:19–20; Salmos 4:4; Filipenses 4:19;
Romanos 6:11.
“En mi corazón he guardado tus dichos para no pecar contra ti”. (Salmos
119:11)
• Haga que el perdón sea su prioridad.
—Acepte que ha sufrido dolor emocional.
—Confiese que su ira y su falta de perdón son pecados.
—Decida perdonar a quienes le hicieron daño en el pasado aunque no sienta deseos
de hacerlo.
“No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados;
perdonad, y seréis perdonados”. (Lucas 6:37)
• Analice qué es lo que le provoca la tentación sexual.
—Identifique lo que lo hace vulnerable al deseo sexual.
—Asuma la responsabilidad de sus fracasos pasados.
—Aléjese de cualquier cosa que estimule la tentación sexual (libros eróticos,
películas, vídeos, revistas, gentes, lugares, circunstancias, pensamientos).
“Sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y
seducido”. (Santiago 1:14)
• Acepte su verdadera identidad.
—Considérese un “hijo de Dios” muy amado.
—Acéptese a sí mismo y el género que Dios le dio.
—Decida ser la persona que Dios quiere que sea.
—Reconozca qué es lo que le gusta y qué le disgusta.
—Rehúsese a hacer aquello que lo hace sentir incómodo.
—Concéntrese en agradar sólo a Dios.
—Guarde la verdad de Dios en su corazón memorizando 1 Juan 3:1; Romanos 6:4;
Isaías 43:1; Ezequiel 36:26–27; Filipenses 1:6.
“Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí;
y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó
y se entregó a sí mismo por mí”. (Gálatas 2:20)
PREGUNTA: “En verdad amo a mi pareja homosexual. ¿Cómo puedo herir a alguien
a quien amo tanto, y abandonar nuestra relación?”
RESPUESTA: El amor sin egoísmo siempre busca el bien del ser amado. Si en verdad
ama a alguien, ¿cómo puede hacer que caiga sobre esa persona el castigo de Dios?
“Fieles son las heridas del que ama; pero importunos los besos del que aborrece”.
(Proverbios 27:6)
PREGUNTA: “Mi esposo dice que ama a su familia, pero aun así, está planeando
abandonarnos. Él dice que debe ser fiel a su inclinación homosexual. ¿Es esto
correcto?”.
RESPUESTA: No. Lo que él necesita es ser fiel a su pacto matrimonial. Nunca deben
obedecerse los deseos prohibidos por Dios; Eva nunca debió dejarse llevar por su
deseo de comer del fruto prohibido. Una de las principales tácticas de Satanás es
engañarnos persuadiéndonos de que no debemos ignorar nuestros deseos, sino que
siempre debemos satisfacerlos. No hay nada más lejos de la verdad. Los deseos que
van contra el diseño divino deben considerarse tentaciones para pecar y por tanto,
rechazarse. Nuestros deseos no definen lo que somos. Dios ya definió quiénes somos.
Todos experimentamos inclinaciones y deseos contrarios a la voluntad de Dios. Sin
embargo, somos llamados a estar en guardia contra ellos y no ceder. Su esposo no
debe romper con usted, sino cumplir el voto conyugal que hizo.
“Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales para con la mujer de
vuestra juventud”. (Malaquías 2:15)
RESPUESTA: Sus ideas están equivocadas. Usted es un hombre casado que según la
palabra de Dios es un “transgresor homosexual” y no un “homosexual”. Usted hizo
un pacto matrimonial con una mujer y juró ser su compañero por toda la vida y tener
con ella una relación heterosexual exclusiva. Lo importante no es que sea tentado a
tener relaciones sexuales fuera del matrimonio con un hombre o una mujer. Esto no
tiene que ver con la homosexualidad o la heterosexualidad, sino con la integridad. El
meollo del asunto es su pacto personal de ser un hombre íntegro. A través de Cristo
usted puede dejar cualquier pecado y alejarse de cualquier relación pecaminosa. Sea
fiel a su compromiso de cumplir el pacto matrimonial y ajuste sus ideas a la voluntad
de Dios.
“Jehová ha atestiguado entre ti y la mujer de tu juventud, contra la cual has sido
desleal, siendo ella tu compañera, y la mujer de tu pacto”. (Malaquías 2:14)
PREGUNTA: “Nuestro hijo quiere traer a su pareja homosexual a nuestro hogar este
fin de semana, pero él no quiere venir a menos que puedan dormir en la misma
cama. Amamos a nuestro hijo y deseamos que él nos visite, pero nos lastima su
comportamiento homosexual. ¿Debemos ceder nuestra convicción cristiana para
demostrarle que le amamos?”
RESPUESTA: Ustedes están en lo correcto al exigir respeto por las “reglas del hogar” que
honran a Dios y que son conforme a sus reglas. Como “embajadores” de Dios y
padres responsables, ustedes están llamados a obedecer la palabra divina y a alinear
sus decisiones con las del Señor. Su prioridad debe ser agradar a Dios, no a su hijo.
Ustedes deben hablar y decirle algo como esto:
“Hijo, tú sabes que te amamos profundamente, así que nuestro amor no está en
entredicho aquí. La verdad es que te amamos demasiado como para participar contigo
en algo que consideramos que te hace daño. Tú sabes que consideramos que nuestro
hogar es propiedad de Dios y las reglas que tenemos no nos permiten hacer nada que
lo ofendan. Deseamos estar contigo. Nos sentiríamos muy tristes si así no fuera.
Anhelamos que desees vernos y decidas venir a visitarnos algunos días. Si lo deseas,
tu amigo se puede quedar en la recámara de los huéspedes y le otorgaremos nuestra
cortesía. Hijo, queremos que sepas que nosotros nunca te rechazaremos”.
“No como para agradar a los hombres, sino a Dios, que prueba nuestros
corazones”. (1 Tesalonicenses 2:4)
RESPUESTA: Una vez que se traspasan los límites durante la infancia, es difícil
establecer límites apropiados en la edad adulta. Reconozca que Dios la hizo mujer y
acéptelo. Si usted no quiere que la identifiquen como homosexual, evalúe la ropa que
usa, la forma en que se comporta y el lenguaje corporal que usa. La clave es practicar
la feminidad sin ser sensual. Elija a una persona a quien le gustaría imitar y pida la
ayuda de esa persona para cambiar su apariencia. A partir de este momento, empiece
a reforzar su identidad diciendo: “Me molestan tus acciones y no voy a permitir que
nadie trate de llevarme por ese camino otra vez”.
“Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te
oyere, has ganado a tu hermano”. (Mateo 18:15)
PREGUNTA: “Me gustaría dejar mi estilo de vida de lesbiana, pero mi pareja no me
deja en paz. Siento que todavía la quiero y ella no me deja estar firme en mis
convicciones cristianas”.
RESPUESTA: La razón por preocuparnos por este tema es el impacto inminente que los
matrimonios gay tendrán en tres áreas: la familiar, la espiritual y la personal.
EL ÁREA FAMLIAR
• El hombre y la mujer son diferentes y distintos unos de otros; por eso se
complementan y completan el uno al otro de manera física, emocional y
espiritual.
• Uno de los propósitos del matrimonio es tener hijos. Solamente un matrimonio
entre un hombre y una mujer provee una manera “natural” de tener hijos, es decir,
la unión de un esperma masculino y un óvulo femenino dentro del vientre.
• El matrimonio entre un hombre y una mujer fue el diseño de Dios para producir y
criar hijos en el camino del Señor. Una relación de dos personas del mismo sexo
conduce a la confusión de los niños, pues no les provee un ejemplo correcto, ni
los prepara para su futuro cónyuge y familia.
CONCLUSIÓN:
Una relación matrimonial entre dos personas el mismo sexo no puede recibir
la bendición de Dios, es imposible que dos homosexuales lleguen a ser “una
sola carne” físicamente para producir hijos, porque su anatomía hace que sea
¡imposible lograr tal unidad tan maravillosa!
“Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a
tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa”. (Efesios
6:1–2)
EL ÁREA ESPIRITUAL
• La Biblia describe el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer, no
es sólo un compromiso o un contrato o una relación sexual entre dos adultos de
mutuo consentimiento.
• La Biblia describe a Jesucristo como el novio y a los creyentes (la iglesia) como
su esposa, por lo tanto, la relación matrimonial entre un hombre y una mujer
representa esa misma relación de nosotros con Jesús.
• Dios diseñó al esposo (hombre) para que fuera el líder amoroso de su esposa
(mujer), de la misma manera que Jesús es la cabeza de la iglesia. La relación entre
dos personas del mismo sexo no puede ilustrar este principio de liderazgo.
“Porque os celo con celo de Dios; pues os he desposado con un solo esposo,
para presentaros como una virgen pura a Cristo”. (2 Corintios 11:2)
• La relación matrimonial entre dos personas del sexo opuesto es una ilustración
para el mundo de la unión de dos opuestos, es decir, de Dios y su pueblo y del
Creador con su creación.
CONCLUSIÓN:
El matrimonio entre dos personas del mismo sexo no recibe la bendición de
Dios. Es imposible para los homosexuales que físicamente representen la
dicotomía (dos partes diferentes que hacen un entero) dentro de la relación
espiritual que Jesús tiene con cada creyente, el novio y la novia (Lea Efesios
5:22–33).
“Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda
idónea para él… Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una
mujer, y la trajo al hombre”. (Génesis 2:18, 22)
EL ÁREA PERSONAL
• Dios declaró que la actividad homosexual es un pecado. El hecho de que se haya
legalizado un comportamiento pecaminoso no lo hace menos grave y no aminora
las consecuencias de ese pecado.
• Dios define el matrimonio como una relación reservada exclusivamente para un
hombre y una mujer. Atentar contra el diseño divino lo único que provoca es
confusión y desviación de su perfecto plan para nuestras vidas.
• La persona que está atrapada en un estilo de vida homosexual no necesita licencia
para seguir descendiendo en una esclavitud más profunda por medio de un
matrimonio con alguien de su mismo género. Más bien, esta persona lo que
necesita es oración y ayuda práctica para liberarse de su pecado.
• Las personas que han decidido dejar de vivir como parejas de homosexuales no
necesitan un obstáculo más, el obstáculo de un divorcio, cuando ambos han
decidido tomar el camino de la libertad que ofrece Cristo.
CONCLUSIÓN:
La relación matrimonial entre dos personas del mismo género no puede
recibir la bendición de Dios “en nombre de la libertad”. Cuando en nombre de
la libertad se redefine el matrimonio, ¿quién decidirá si el matrimonio debe
limitarse a dos personas, y no a tres o más? ¿O por qué no abarcar en el
matrimonio también la poligamia y el matrimonio entre los miembros de una
misma familia? ¿O por qué no podría casarse una persona con un animal o con
un niño? La verdad es que nunca podemos disponer de la libertad de redefinir
el matrimonio cuando entramos en conflicto con las normas establecidas por
Dios. Si redefinimos el matrimonio en contra de la norma divina eso afecta y
lastima a la persona y puede llevarlo a mayor esclavitud del pecado.
“Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros
permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y
conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”. (Juan 8:31–32)
Por todo ello, he aquí algunas de las razones por las cuales usted debe estar
preocupado por los matrimonios entre personas del mismo género:
• Están en directa oposición a los lineamientos establecidos por Dios respecto a
cómo debemos vivir nuestras vidas.
• Están diametralmente en oposición a lo que Dios dice respecto al matrimonio y la
familia.
• Representan una trampa para engañar a más hombres y mujeres y hacerlos seguir
su mismo estilo de vida de pecado.
• Son un peligro pues dificultan que los gays y lesbianas dejen su estilo de vida.
• Son un engaño y distorsión de las verdades claras de Dios y prometen una
satisfacción que nunca cumplen.
• Son el medio que utiliza el “padre de la mentira” para engañar a la gente.
No caiga en la trampa del enemigo y no se deje engañar por su lógica seductora.
Tome en serio la palabra de Dios y viva de acuerdo a sus caminos.
“Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en
ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado
en lo que hace”. (Santiago 1:25)
Empatice con su dolor y tome en serio sus luchas; déjele saber en forma tangible
que usted lo acepta.
• Reconozca que está atormentado por sus emociones en conflicto que lo han
llevado a conclusiones y relaciones erróneas. Entienda que él no pidió tener esas
emociones homosexuales y sólo cuando las cree y actúa con base a ellas es que
comete pecado.
• Escúchelo, tenga en cuenta que él piensa que no puede cambiar su orientación
homosexual y sugiérale que juntos, se esfuercen por aprender más acerca del
asunto.
• Resista la idea de que usted se siente traicionado por él, pero muestre respeto,
simpatía y compasión por sus emociones. Déle amor y aceptación incondicionales
para ayudarle a dominar su temor a ser rechazado, en especial si quiere compartir
algo que nunca ha dicho a nadie.
• No se centre en su pecado, sino en su necesidad de ser comprendido, de saber que
es aceptado y que debe iniciar relaciones sexuales saludables.
“Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo”.
(Gálatas 6:2)
“Por tanto, recibíos los unos a los otros, como también Cristo nos recibió, para
gloria de Dios” (Romanos 15:7)
“Ya entregué a Dios toda la basura de mi vida, toda la ira, el odio, los pensamientos asesinos, los
chismes, el lesbianismo, la amargura, el resentimiento, la crítica, todo ello, y él lo tomó y lo
convirtió en un rico fertilizante para ayudar a otras personas. ¿Sabes? En la economía divina
nunca hay un momento desperdiciado en nuestra vida. Dios va a tornar todo para bien. Como dijo
una de nuestras queridas hermanas hace poco: ‘Dios me ha mostrado que va a cambiar en
incienso el incesto que sufrí’. ¡Aleluya por nuestro gran Dios!”
—Joanne Highley
Supongamos que en alguna ocasión usted cometió un crimen, pero después cambió su
corazón. No obstante, el fiscal asegura que usted nunca cambiará y quiere encerrarlo de
por vida. En el juicio, su abogado defensor prueba a través del ADN que las acusaciones
contra usted son falsas. Finalmente, el juez declara que los cargos contra usted se basan
en una “identidad equivocada”, y ¡sale libre al fin!
Si alguna vez tuvo una relación homosexual pero posteriormente entregó su vida a Cristo,
usted debe saber esta verdad: Usted no es un homosexual empedernido. Tal vez tenga un
acusador que dice: “Nunca cambiarás”. A la luz de ese testimonio en su contra, usted cree
esa mentira. Pero así como el ADN no miente, la Biblia tampoco lo hace. Y la Biblia dice
que muchos homosexuales han cambiado (1 Corintios 6:11). Es más, su abogado
defensor presenta un desfile de testigos que también fueron homosexuales alguna vez,
pero ya no lo son. Y en su argumentación final, declara que usted alguna vez fue
homosexual, pero ya no lo es. Al final, Jesús, su Juez, declara que los cargos en contra de
usted se debieron a un caso de “identidad equivocada” y ¡ahora puede salir gloriosamente
libre! Ahora viva a la luz de su nueva identidad y ande en la luz de su recién adquirida
libertad.
“Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al
yugo de esclavitud”.
(Gálatas 5:1)
BIBLIOGRAFÍA
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