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Destilación

La destilación es un proceso de purificación de agua de eficacia


comprobada durante mucho tiempo en el que el agua es tratada
hasta que se evapora y el vapor se condensa y recoge. El equipo
necesario no es muy caro, pero consume mucha energía.
Normalmente utiliza 1kW de electricidad por litro de agua
producida. Según el diseño del alambique, el agua destilada
puede tener una resistividad de unos 1 MΩ-cm y será estéril
cuando se produzca en el momento si se utiliza equipo diseñado
específicamente, pero no así si no se almacena cuidadosamente.
Además, las impurezas volátiles tales como el dióxido de
carbono, sílice, amoníaco y varios compuestos orgánicos
‘pasarán’ al destilado.

¿Cuáles son los inconvenientes de la destilación?

La destilación sólo produce agua purificada de forma lenta. No


es un proceso bajo demanda y, por esta razón, se debe destilar
y almacenar una cantidad de agua para utilizarla
posteriormente. Este almacenamiento del destilado puede ser
problemático si el depósito donde se almacena el agua no está
fabricado de un material inerte. Los iones o plastificantes se
filtrarán del depósito y recontaminarán el agua. Además, las
bacterias crecen muy bien en el agua que permanece en reposo
durante tiempo.

Para mantener la esterilidad, se utilizan frascos de


almacenamiento estériles y el agua recogida se esteriliza
mediante autoclave. Sin embargo, cuando se abre el frasco,
queda expuesto a las bacterias y comienza la contaminación.
En zonas de aguas duras, los alambiques requieren una
frecuente limpieza con ácido debido a la acumulación de
incrustaciones, a menos que el agua de alimentación esté
tratada previamente mediante ablandamiento u ósmosis
inversa.

Intercambio iónico

El intercambio iónico se utiliza en gran medida en los


laboratorios para proporcionar agua purificada bajo demanda.
Los desionizadores de laboratorio incorporan cartuchos de lecho
mixto de resinas de intercambio iónico que, o bien pasan a una
estación de regeneración para su recarga cuando se agotan o
bien se desechan. ELGA fue el primero en aplicar el concepto de
regeneración colectiva de resinas de intercambio iónico, y sus
estaciones de regeneración están entre las más grandes del
mundo.

Los aniones y cationes del agua de alimentación se eliminan


mediante resinas de intercambio iónico, y se reemplazan por
iones hidrógeno e hidróxilo de la resina. Los iones hidrógeno e
hidróxilo se combinan para formar moléculas de agua.

¿Cómo funciona el intercambio iónico?

El intercambio iónico actúa intercambiando los iones hidrógeno


de los contaminantes catiónicos y los iones hidróxilo de los
contaminantes aniónicos en el agua de alimentación. Los lechos
de las resinas de intercambio iónico están compuestos de
pequeñas perlas esféricas por las que pasa el agua de
alimentación. Después de un período de tiempo, los cationes y
aniones habrán sustituido la mayor parte de los puntos activos
de hidrógeno e hidróxilo en las resinas, y será necesario
reemplazar o regenerar los cartuchos.

¿Cuáles son las ventajas del intercambio iónico?

El intercambio iónico tiene muchas ventajas sobre la destilación


para la producción de agua purificada. En primer lugar, es un
proceso bajo demanda; el agua está disponible cuando es
necesaria. En segundo lugar, cuando se utilizan materiales de
resina de alta pureza, todo el material iónico se eliminará con
eficacia del agua para producir una resistividad máxima de 18,2
MΩ-cm (a 25ºC). Los pequeños fragmentos de los materiales de
resina de intercambio iónico se pueden eliminar del cartucho
mediante la circulación del agua. Por lo tanto, el intercambio
iónico se debe utilizar en conjunción con filtros si se requiere
agua libre de partículas. Debido a que las bacterias crecen
rápidamente en el agua estancada, los cartuchos se pueden
contaminar si no se utilizan frecuentemente. El problema se
soluciona mediante la recirculación frecuente del agua para
inhibir la acumulación bacteriana y mediante la sustitución
habitual o la regeneración de las resinas, ya que los productos
químicos de regeneración son desinfectantes poderosos.
El intercambio iónico sólo eliminará compuestos orgánicos
polares del agua, y los compuestos orgánicos disueltos pueden
ensuciar las perlas de intercambio iónico, disminuyendo su
capacidad. Cuando se necesite agua orgánica e inorgánicamente
pura, la combinación de ósmosis inversa seguido de intercambio
iónico es especialmente efectiva.

Han existido muchos intentos de solucionar algunas de las


limitaciones del intercambio iónico y la destilación. En algunos
sistemas, la destilación ha precedido al intercambio iónico (los
cartuchos duran mucho más), pero el problema de las bacterias
permanece. En otros sistemas, el intercambio iónico ha
precedido a la destilación, pero los problemas de
almacenamiento y de no tener agua bajo demanda permanecen.

Electrodesionización

La electrodesionización es un proceso de purificación activado


eléctricamente e incluye una combinación de resinas de
intercambio iónico y membranas selectivas de iones. La
electrodesionización, que normalmente se combina con la
ósmosis inversa, ofrece una alternativa útil a otros métodos de
purificación. Ofrece agua reactiva de laboratorio a volúmenes
elevados sin necesidad de tener cartuchos de desionización.
Este enfoque evita la disminución en la calidad del agua
producida que se asocia con los cartuchos a medida que se
gastan, y reduce los costes que implica la sustitución de los
cartuchos.

¿Cómo funciona la electrodesionización?

La electrodesionización ha evolucionado a partir de la


electrodiálisis. El principio de la electrodiálisis es la purificación
del agua en una cubeta que contiene dos tipos de membranas
selectivas de iones (permeables a cationes y aniones) y situadas
entre un par de electrodos. Cuando se aplica un potencial
eléctrico directo a través de la cubeta, los cationes del agua se
envían hacia el cátodo cargado positivamente. Los cationes
pueden pasar por la membrana permeable a los cationes, pero
no por la permeable a los aniones. De igual forma, los aniones
pueden pasar por la membrana permeable a los aniones, pero
no por la permeable a los cationes. El resultado neto es el
movimiento de iones entre las cámaras, y el agua en una
sección puede desionizarse mientras que en la otra sección el
agua está más concentrada.

En la práctica, la electrodiálisis sólo se puede utilizar de forma


rentable para producir agua de una conductividad relativamente
alta (200 µS/cm o más) debido a los voltajes eléctricos
prohibitivamente altos que son necesarios para impulsar los
iones a través de un agua cada vez de mayor pureza.

Este problema se soluciona con la tecnología de


electrodesionización rellenando los espacios entre las
membranas con resinas de intercambio iónico. Las resinas
proporcionan un flujo conductivo para el transporte de iones, lo
que permite que la desionización sea prácticamente completa,
produciendo agua de alta pureza. Una ventaja adicional de la
electrodesionización es que la electrolisis continua del agua que
ocurre en la cubeta produce iones hidrógeno e hidróxilo. Estos
iones mantienen las resinas en un estado muy regenerado,
evitando la realización de una reactivación química. Las resinas
utilizadas en sistemas de electrodesionización pueden ser
cámaras separadas de perlas de aniones o cationes, capas de
cada tipo en una sola cámara o una mezcla de perlas de aniones
y cationes.

Algunos sistemas de electrodesionización incorporan perlas de


resina combinadas en varias cubetas estrechas, lo que resulta
especialmente eficaz en instalaciones de gran escala para
aplicaciones farmacéuticas o de otro tipo. Vivendi Water
Systems, la empresa matriz de ELGA, es el principal proveedor
de una amplia gama de tecnologías de electrodesionización que
se utilizan en estas aplicaciones de gran escala.

El proceso ADEPT (Desionización Avanzada mediante Tecnología


de Purificación Eléctrica) de ELGA utiliza lechos separados de
resinas de cationes y aniones, así como un lecho de resinas
íntimamente mezcladas. Los lechos separados de resinas
aniónicas y catiónicas se sitúan en cubetas anchas que permiten
el flujo de los iones en tránsito. Esto ofrece ventajas en la
flexibilidad del diseño y la sencillez mecánica a escala de
laboratorio. El volumen relativamente alto de resina en las
cubetas ofrece protección contra los cambios en la calidad del
agua de alimentación. La calidad del agua producida se mejora
aún más mediante un lecho de resinas mezcladas.
El proceso de paso múltiple en el que el agua de alimentación
prepurificada por ósmosis inversa fluye a través de un lecho de
intercambio de cationes, un lecho de intercambio de aniones y
un lecho de resinas mezcladas es similar a una gran cantidad de
sistemas de purificación de agua de alta pureza.

Normalmente, el agua producida tiene una resistividad de 10-18


MΩ-cm (a 25°C) y un contenido de carbono orgánico total
inferior a 20 ppb. Los niveles bacterianos se minimizan debido a
que las condiciones químicas y eléctricas del interior del sistema
inhiben el crecimiento de microorganismos.

La electrodesionización complementa de forma muy eficaz la


ósmosis inversa. La ósmosis inversa es un proceso que actúa
por presión, en el que el se eliminan los contaminantes del agua
a medida que pasa por la membrana. Sin embargo, no elimina
todas las especies iónicas y no puede eliminar las especies
disueltas como el dióxido de carbono. La electrodesionización
puede eliminar el dióxido de carbono así como otras especies de
ionización débil, como la sílice, ionizándolas y pasándolas por la
membrana.

Ósmosis inversa

La ósmosis inversa es un proceso que soluciona muchas de las


deficiencias de la destilación y el intercambio iónico. Para
explicar la ósmosis inversa, primero analizaremos la ósmosis. La
ósmosis es un proceso natural que se produce siempre que una
solución diluida se separa de una solución concentrada mediante
una membrana semipermeable. El agua, impulsada por una
fuerza ocasionada por la diferencia de concentración – la presión
osmótica – pasa por la membrana en la solución concentrada. El
flujo del agua continúa hasta que la solución concentrada está
diluida, y la contrapresión evita que se produzcan otros flujos a
través de la membrana (equilibrio osmótico).

Si se aplica una presión mayor que la presión osmótica en el


lado de mayor concentración de la membrana, la dirección
normal del flujo osmótico se invierte, el agua pura pasa por la
membrana desde la solución concentrada y se separa así de sus
contaminantes. Este es el principio básico de la ósmosis inversa
(en ocasiones denominada hiperfiltración).

En la práctica, el agua de alimentación se bombea a un


recipiente de presión que contiene una espiral o un conjunto de
fibras huecas de membranas semipermeables. El agua
purificada pasa por la membrana para formar el ‘permeado’. Los
contaminantes se acumulan en el agua residual, denominada
‘concentrado’, que se purga continuamente hasta su vaciado. La
última generación de membranas de material compuesto de
película fina de poliamida para ósmosis inversa que han
sustituido a las primeras membranas de celulosa eliminan el 95-
98% de iones inorgánicos, junto con prácticamente todos los
contaminantes no iónicos de mayor tamaño y moléculas
orgánicas con un peso molecular mayor que 100. Los gases
disueltos no se eliminan.

Las membranas de material compuesto de película fina se


utilizan en todos los equipos de ósmosis inversa de los
laboratorios de ELGA.

Gracias a su excepcional eficacia de purificación, la ósmosis


inversa es una tecnología muy rentable para un sistema de
purificación de agua. Sin embargo, está limitada por el índice
relativamente lento de producción y, por lo tanto, se utiliza
normalmente para rellenar un depósito antes del uso o de una
purificación adicional. La ósmosis inversa ofrece protección al
sistema frente a las bacterias y pirógenos, y a menudo se
combina con el intercambio iónico para mejorar
considerablemente la calidad del agua producida.

Medios de adsorción

El carbón activado, preparado mediante la pirolización de


cáscara de coco, carbón o perlas de resina, elimina el cloro
mediante un mecanismo catalítico y los compuestos orgánicos
disueltos mediante adsorción, y a menudo se encuentra en dos
ubicaciones en un sistema de purificación de agua. El carbón se
puede utilizar en forma de gránulos o en bloques más prácticos.
Debido a que las membranas de material compuesto de película
fina para ósmosis inversa pueden dañarse por una exposición
excesiva al cloro libre y, en menor medida, pueden
contaminarse por compuestos orgánicos disueltos, el carbón
activado se sitúa en ocasiones antes de la membrana de
ósmosis inversa para eliminar estos contaminantes.

Los filtros de carbón activado a menudo se ubican en el circuito


de limpieza de un sistema de purificación de agua para eliminar
las trazas de los compuestos orgánicos disueltos antes del
intercambio iónico final.

ELGA utiliza otros medios de adsorción además del carbón


activado. Por ejemplo "Adsorb" es un producto que tiene un
amplio conjunto de tamaños de poro e incorpora tanto carbón
como material inorgánico. Como resultado, Adsorb puede
eliminar las impurezas orgánicas e inorgánicas del agua. Las
resinas de intercambio de aniones macroporosas (que
normalmente actúan en la forma de cloruro) también se
emplean en los equipos ELGA, y son especialmente eficaces a la
hora de eliminar contaminantes orgánicos grandes de formación
natural, tales como ácidos húmicos y fúlvicos del agua de
alimentación.

Filtración microporosa

Las membranas de filtración microporosa ofrecen una barrera


física al paso de partículas y microorganismos, y tiene valores
absolutos de hasta 0,1 micras. Algunos sistemas ELGA también
incluyen "ultramicro filtros" con un valor de 0,05 micras. La
mayoría de aguas sin depurar contienen coloides, que tienen
una pequeña carga negativa (medida por el potencial Zeta). El
rendimiento del filtro se puede mejorar utilizando microfiltros
que incluyen una superficie modificada que atraerá y retendrá
estos coloides de formación natural, los cuales son
generalmente mucho más pequeños que los tamaños de poro en
la membrana. Los microfiltros con un tamaño de poro absoluto
de 0,2 micras se utilizan mucho en los sistemas de tratamiento
de agua. Atrapan los contaminantes, incluyendo disgregados de
carbón de cartuchos de adsorción orgánica, partículas de resina
de cartuchos de intercambio iónico y bacterias.

El filtro submicrométrico se puede acoplar al surtidor, de forma


que el último filtro por donde pasa el agua antes de que se
utilice sea el filtro submicrométrico.

Un enfoque alternativo es incluir el filtro submicrométrico en el


circuito de recirculación para eliminar continuamente las
bacterias del agua purificada. Los filtros submicrométricos
también se deben situar en puntos críticos de uso para ofrecer
una protección absoluta y para evitar la recontaminación del
sistema por parte de bacterias que acceden por esta trayectoria.

Las membranas microporosas generalmente se consideran


indispensables en un sistema de purificación de agua, a menos
que se sustituyan por un ultrafiltro.

Ultrafiltración

La ultrafiltración utiliza una membrana muy similar en diseño a


la ósmosis inversa, excepto que los poros del ultrafiltro son
ligeramente más grandes, de 0,001 a 0,02 micras. Para la
eliminación de pirógenos, los poros de un ultrafiltro deben ser
de un diámetro aproximado de 0,002 micras o menos, y deben
excluir todas las moléculas con un peso molecular de 5.000 o
más grandes.

Los ultrafiltros se pueden utilizar de forma similar a las


membranas microporosas, pero también se pueden configurar
para que una pequeña parte del agua de alimentación circule
tangencialmente en la membrana para minimizar la acumulación
de contaminantes y el crecimiento de bacterias. La ultrafiltración
es una excelente tecnología para garantizar una calidad
homogénea de agua ultra pura en relación con partículas,
bacterias y pirógenos.

Fotooxidación

La fotooxidación utiliza radiación ultravioleta de alta intensidad


para destruir las bacterias y otros microorganismos y para
disgregar e ionizar todos los compuestos orgánicos para su
posterior eliminación mediante cartuchos de intercambio iónico.
La radiación con una longitud de onda de 254 nm tiene la más
potente acción bactericida, y la radiación con longitudes de onda
corta (185 nm) es la más eficaz para la oxidación de
compuestos orgánicos

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