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UN ACERCAMIENTO CONSTITUCIONAL
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autonomía sobre la rama a la cual hace parte. La prueba como objeto de estudio requiere un
diseño metodológico propio acorde con los parámetros constitucionales y legales, el cual
debe estar enmarcado en las vertientes pragmática y hermenéutica. Como se anotará más
adelante en este texto, el método que se propone para el derecho probatorio es el
reconstructivo, y el objeto como tal lo constituye la prueba.
Pero cabe preguntarse: ¿El derecho probatorio es una rama del derecho procesal? Si
la respuesta es afirmativa, por qué varía tanto su objeto y su método. Si la respuesta es
negativa, cual será entonces la naturaleza real del derecho probatorio. Estas inquietudes se
irán resolviendo a lo largo del escrito.
Además, con el tratamiento que se hacen de las pruebas en este texto se pretende ir
más allá de los postulados garantistas y hacer un verdadero ensamble con las normas
constitucionales y legales vigentes en el ordenamiento jurídico colombiano. Es importante,
como se mencionó anteriormente, hacer un acoplamiento de las distintas corrientes teóricas
con la realidad legal, constitucional y jurisprudencial, todo ello permitirá en forma real
tener una comprensión del derecho probatorio en un marco neogarantista.
Se iniciará este texto con una aproximación a las dos corrientes que influyen en el
comportamiento del Juez y del manejo de la Prueba: los modelos del common law y el civil
law, además de presentar lo referente a los sistemas Activista y Garantista. En un segundo
momento se estudiará lo referente a la naturaleza y estructura de la prueba y finalmente, se
estudiarán los diferentes medios de prueba desde una mirada global.
Colombia se ha enmarcado desde sus inicios jurídicos (si se quiere ver de esta
forma), en un modelo denominado Civil Law, el cual proviene del derecho continental,
entre ellos del derecho romano y germano, destacándose dentro de este modelo la
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prevalencia de la palabra escrita, es decir, la producción de códigos donde se pretende
regular una serie de comportamientos humanos, pero también el desarrollo mismo del
proceso va a ser diferente, en especial la forma en que las pruebas se aportan al proceso
mismo, como se verá un poco más adelante. Pero, detenerse presente que al desaparecer
este, los distintos países han incluido desde el ámbito probatorio notas que los diferencian,
aunque algunas de sus características se comparten.
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de la prueba que se debe realizar. Hoy día algunos de los puntos mencionados también se
aprecian en el sistema continental.
Tal como se anunció al inicio de párrafo anterior, las decisiones judiciales al ser
vinculantes se constituyen en normas que sirven de guía dentro del proceso y en el manejo
probatorio dentro del sistema anglosajón. En el contexto colombiano, la figura del
precedente ha tomado gran auge, incluso la misma Corte Constitucional les ha dado fuerza
vinculante a las decisiones judiciales. En la SU354 de 2017 señalo:
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proyecta más allá del caso concreto, tiene fuerza y valor de precedente para todos
los jueces en sus decisiones, por lo que puede ser considerada una fuente de derecho
que integra la norma constitucional”.
Además, debe decirse, que el common law predomina el modelo de la libre
valoración probatoria, en ésta el jurado no tiene la obligación de motivar la decisión, sin
embargo, en los jueces de primera instancia si es indispensable que se realice la motivación
de la decisión. No existe como tal una regla que le permita decidir al jurado, sobre el valor
que se le deba dar a cada medio de prueba. Esta es una diferencia con el modelo romano
canónico, donde la valoración que realiza el funcionario judicial esta reglada, es decir, él se
encuentra sometido a una serie de criterios legales de los cuales no puede salirse.
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\l 9226 ]. En este sistema el juez no puede practicar ningún medio de prueba de manera
oficiosa, en el sistema continental los jueces si cuentan con esa facultad, de manera
regulada y para casos excepcionales, pero si puede hacer uso de la prueba de oficio.
Para finalizar este aparte, téngase presente que “(…) el sistema procesal colombiano
cada vez se acerca más a la idea de inmediación del common law y no reduce la
inmediación simplemente como la comunicación directa entre el juez y la prueba, sino
también a la institucionalización de que la práctica y la valoración de la prueba se surta en
un mismo momento”[CITATION GIA17 \p 84 \l 9226 ]
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2. CONCEPTO DE PRUEBA
Desde la tradición jurídica al iniciarse una obra de carácter procesal, el autor busca dar un
concepto inicial de lo que es la institución procesal, si se me permite utilizar este término,
pero ubicándonos en un ámbito filosófico procesal, lo que se hace es caracterizar la prueba
y el derecho a la prueba.
Un primer aspecto que se debe dilucidar en esta fase introductoria es qué se entiende por
proceso. Desde la teoría general del derecho procesal, puede entenderse el proceso como el
conjunto de etapas, organizadas, a través de las cuales el juez dirime una controversia,
presentando el resultado por medio de la sentencia. Proceso que debe cumplir con los
principios rectores de esta área del derecho: El Debido Proceso y la tutela judicial efectiva.
Pero también puede pensarse en lo que es el procedimiento y dentro de este se hayan los
aspectos prácticos, es decir, el quehacer diario del juez y de las partes, y dentro de este está
el análisis de los hechos propuestos por los sujetos que intervienen en el proceso y la
valoración de las pruebas que se utilizaran para mostrar la veracidad de los hechos
manifestados. Y es en este punto donde el derecho a la prueba adquiere un papel
trascendental. En este momento puede adelantarse enunciando que es un derecho de rango
constitucional, consagrado en el artículo 29 de la Carta Política.
Se tiene señalado que toda controversia judicial se apoya, por regla general en un
hecho o serie de hechos, respecto de los cuales existen divergencias entre las partes,
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lo que hace indispensable realizar una laboriosa investigación tendiente a establecer
con exactitud la existencia de hechos pasados. Esta investigación y determinación
precisa de los hechos es la que constituye la actividad probatoria y que se sustenta
en la prueba, para el esclarecimiento del hecho (PELAEZ HERNANDEZ, 2013,
pág. 3)
Dentro de este ejercicio, por definir el derecho procesal y el derecho probatorio, se hace
interesante la siguiente cita:
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procesal. Todo lo anterior en perfecta conjugación con dos principios de carácter procesal y
de rango constitucional: el principio de legalidad y el principio del debido proceso.
De ello se lee que lo que se busca por medio del derecho probatorio es la verificación de
unos hechos frente a una realidad, en otras palabras, tratar de convencer al juez con la
muestra de la veracidad de una parte de los hechos debatidos. Pero debe entenderse que no
se trata de los hechos en su sentido real, sino de un enunciado factico que se hace de ellos,
enunciado que se probara para determinar si es cierto o no. Los hechos ya se han dado en el
tiempo, al juez se le enuncian dichos hechos y se le tendrá que demostrar si son ciertos o
no.
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Lo acotado en esta sentencia puede predicarse sobre cualquier área del derecho, y para el
caso concreto para el derecho probatorio, o si se quiere, el derecho a probar.
Pero conforme a todo lo anterior, cabe preguntarse ¿qué papel juega la prueba al interior del
proceso? Una primera aproximación consiste en establecer la prueba como el rastro,
vestigio que siguen las partes y el juez para la conformación de la imagen de los hechos.
Téngase presente, que el derecho probatorio o derecho a la prueba parte del mismo método
utilizado por la ciencia, el método reconstructivo.
“En ese orden de ideas, la prueba, en principio, juega un papel que se traduce en
reconstruir los hechos que acaecieron en el pasado y para lograr esa finalidad, el
operador jurídico, sea el funcionario judicial (…), para adoptar la decisión que en
derecho corresponda, debe ejecutar labores similares a la que cumplen los expertos
en ciencias reconstructivas tales como la de los historiadores, geólogos,
paleontólogos, arqueólogos, etc.; labor ésta que, que una vez culminada permite la
tipificación del comportamiento es decir la determinación de la norma que regula la
situación que resulte demostrada acudiendo para el efecto a las operaciones que se
describirán más adelante” (PELAEZ HERNANDEZ, 2013, pág. 5)
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una determinada norma jurídica. La conformidad de los hechos debidamente probados y la
norma es lo que le permite al juez poder dictar una decisión de fondo en que se pronuncie
sobre las pretensiones o las excepciones propuestas por las partes.
“El jurista reconstruye el pasado, para conocer quién tiene la razón en el presente y
también para regular con más acierto las conductas futuras de los asociados en
nuevas leyes; el historiador, el arqueólogo, el lingüista, etc., lo hacen no solo para
informar y valorar los hechos pasados, sino para comprender mejor los actuales y
calcular los futuros.” (DEVIS ECHANDIA, 2002, págs. 2-3)
“Recuérdese que toda norma jurídica es, por esencia, violable, ya que regula
conductas humanas y parte de la base de que estas pueden tener otra manifestación,
por lo cual se hace indispensable exigir la contemplada en ella. Por tanto, sin la
prueba del derecho estaríamos expuestos a su irreparable violación por los demás, y
el Estado no podía ser su función jurisdiccional para amparar la armonía social y
secundariamente restablecer el derecho conculcado. Gráficamente expresa ese
concepto el viejo adagio: tanto vale no tener un derecho, cuanto no poder probarlo.”
(DEVIS ECHANDIA, 2002, pág. 4)
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3. HISTORIA DE LA PRUEBA
Puede afirmarse que el derecho a la prueba es tan antiguo como el proceso mismo. Rastros
de ello lo encontramos en las tragedias griegas, como por ejemplo en Esquilo, Sófocles, o
épocas anteriores como en Homero. En esa parte de la historia lo que se pretendía era
encontrar la verdad, primero con la ayuda del juramento y luego con la presencia de los
testigos.
En esta época antigua, las pruebas se dejaban a las impresiones que tenían los que
participaban en el proceso, era de carácter personal, no tenían en algunos eventos un apoyo
lógico. Aristóteles, en Grecia, hace un estudio de la prueba en la Retórica, en la cual se
indica que la prueba está constituida por el silogismo y la inducción. Bajo este contexto
puede citarse:
“Lo probable (τὸ εἰκός) es entonces un tipo de prueba (πίστις) una afirmación que procede del
discurso mismo, que versa sobre acciones o conductas y que el orador al exponerlo puede encontrar
en el auditorio aceptación gracias a la existencia de casos similares experimentados o susceptibles de
que se experimenten de esa manera. En esa medida, y volviendo al ejemplo expuesto por Platón en
Fedro (273b-d), es fácilmente creíble que alguien débil, pero que oculta su valentía, sea incapaz de
golpear a un hombre fuerte, que esconde su cobardía. De igual forma en Contra Eutino el argumento
de que Eutino, tras recibir el dinero lo negara, a que Nicias lo reclamara sin haberlo dado, resulta
verosímil por el hecho de que normalmente para el auditorio son los que reciben un dinero quienes se
atreven a quedárselo (Isoc. XXI 6). Los medios de prueba tuvieron gran importancia en el
procedimiento penal, sin dejar de reconocer que también en el procedimiento civil se utilizaba la
prueba testimonial y la declaración de parte, ambos sometidos al rigor del juramento.
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No es el punto ni el momento para entrar a determinar si el derecho probatorio es ciencia o
no, sobre esta temática se seguirán las ideas de la profesora Ramírez Carvajal se tiene:
Durante esta etapa el derecho a la prueba está supeditado a la autoridad del Estado, quien
tenía la obligación de probar, entendido en el sentido que indicaba los medios y los valores
que tendrían estos al interior de un proceso.
Además, comienza a darse una mayor importancia al proceso con los aportes de los
doctrinantes de aquella época, se siembran las semillas para llegar a la construcción de una
dogmática procesal.
Una segunda etapa está ubicada en lo que se ha denominado Edad Media. Esta etapa se
caracteriza por:
- Ordalías o juicios de Dios, es decir, aquellas donde el poder divino tenía la fuerza
de dirimir o definir el derecho. También dentro de este grupo de aleas, se
encuentran los duelos, que era otra forma de definir las controversias y que tiene su
origen en el derecho Germano.
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- Las pruebas escritas se iniciaron en el año 715 aproximadamente.
“La prueba se utiliza, luego que el juez determina que el proceso ha sido equitativo, para
dar a uno de los contendores la posibilidad de vencer al otro, por eso eran pruebas para la
persona y no para construir conocimiento sobre el conflicto.” (RAMIREZ CARVAJAL,
2013, pág. 18)
EPOCA MODERNA
Durante esta época se da la aparición de la aplicación simple del derecho, esto es, la lectura
exegética de la norma, tal situación no puede ser considerada ni siquiera una escuela de
interpretación como se sugiere por variados autores de la hermenéutica jurídica nacional.
Puede afirmarse que “(e)l derecho se reduce a un conjunto de leyes ordenadas por el
legislador las cuales debían ser aplicadas por el juez siguiendo detalladamente el espíritu de
su creador y sin ninguna posibilidad de interpretación o complementación. Es por ello que
tras la aparición de los contratos de adhesión o leoninos, de obligatorio cumplimiento
porque el contrato en ese momento era ‘ley para las partes’, el juez fue adquiriendo algunos
poderes extraordinarios como los poderes de equidad” (RAMIREZ CARVAJAL, 2013,
pág. 20)
El juez solo estaba sometido al imperio de la ley, de ahí la carga que se impone al
legislador de determinar de la forma más detallada todo lo que debía hacer el juez, incluso
se determinaba las oportunidades procesales en materia de pruebas; la forma como debía
valorarse cada medio de prueba, es decir, la libertad del juez se encontraba reducida. Si
algún juez pretendía variar el contenido de la ley, a través de los recursos se le recriminaba
tal situación y se variaba su decisión.1 Durante esta época se presentaba una prevalencia de
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“Escrupulosamente el código determina los momentos procesales para aducir, discutir y complementar la
prueba. Establece cuidadosamente los diversos tipos de medios de prueba que se deben utilizar y el cómo se deben
utilizar. Y adicionalmente se le dice al juez cómo debe valorar y apreciar la prueba, es la época de la tarifa legal o prueba
tasada” (RAMIREZ CARVAJAL, 2013, pág. 23)
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la ley sobre otras estructuras del ordenamiento jurídico como, por ejemplo: los principios,
la Constitución misma.
Durante esta época el derecho sufre una gran variación, ya la ley deja de ser el centro de
atracción y otras instituciones jurídicas comienzan a tomar un papel principal dentro de la
práctica jurídica. Es así como, empieza hablarse de la constitucionalización del derecho y
los principios generales del derecho y los principios procesales adquieren una relevancia tal
que hoy día no se puede entender el derecho sino se parte de la nomoárquica procesal.
La tarea de las partes dentro del proceso no queda en un simple alegar de los hechos, ya se
requiere un ejercicio mayor y es mostrar la relación entre unos hechos generados, una
consecuencia y la relación entre estos, todo ellos a través de la prueba. “Probar no es aplicar
algunos medios de prueba, probar es establecer conexiones entre el hecho ocurrido, el
hecho afirmado y las pruebas aducidas en el proceso, en un amplio espectro de
universalidad” (RAMIREZ CARVAJAL, 2013, pág. 27)
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destinatarios de la orden judicial de que el derecho se deberá aplicar en un sentido y no en
otro. Esta será una decisión con apoyo en una tesis postulada en una alta probabilidad como
cierta y probada” (RAMIREZ CARVAJAL, 2013, pág. 31)
“Para unos es de índole sustancial, porque las normas que regulan lo concerniente a la
prueba pertenecen a esa rama; para otros es de carácter procesal, por estar referidas al
proceso. Una tercera tendencia estima que es mixto, por participar del derecho material y el
procesal, y una cuarta aún considera que pertenece a uno y otro, pero conservando cada
cual su individualidad” (AZULA CAMACHO, 2015, pág. 3)
“Consideradas desde el punto de vista de su aportación al proceso, como actividad del juez
o las partes o como los diversos medios utilizados para obtener el convencimiento del
juzgador sobre la existencia o inexistencia y la característica de los hechos sobre los cuales
debe proferirse su decisión, las pruebas son actos jurídicos procesales, porque en ellas
interviene la voluntad humana” (2002, pág. 11)
Con los hechos de la demanda (proceso civil) o la acusación (proceso penal) se pretende
llegar a una verdad, pero puede decirse que se trata de una verdad de carácter procesal, sin
embrago el autor en comento señala:
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“Desde el punto de vista opinamos que, en vez de hablar de ‘demostración de la verdad
material’ y de ‘demostración de la verdad legal o formal’ de un hecho, es mejor decir que
procesalmente probar es la demostración legal de un hecho, porque así se comprenden los
varios sistemas que la ley procesal puede consagrar para la producción y valoración de la
prueba” (DEVIS ECHANDIA, 2002, pág. 22)
Lo que se busca con la prueba, con el cumplimiento de los requisitos señalados en la ley y
los procedimientos en ella establecidos en lograr el convencimiento del juez, pero la
violación de los procedimientos conlleva a que no se pueda formar el convencimiento
necesario para condenar en el juez.
La prueba es el resultado de una imposición o carga procesal, que como se verá más
adelante, se denomina carga de la prueba, consagrada en el artículo 167 del CGP. Y dice:
“Incumbe a las partes probar el supuesto de hecho de las normas que consagran el efecto
jurídico que ellas persiguen.” De lo anterior se puede manifestar que el derecho probatorio
es de índole subjetivo, solo a petición de parte puede el juez practicar la prueba, salvo en
aquellos casos expresos en que se permite la prueba de oficio (art. 169 CGP).
“Su naturaleza de derecho subjetivo es clara, porque la obligación que genera depende de
un acto de voluntad: la petición del interesado; en cambio, cuando en el proceso inquisitivo,
civil o penal, el juez tiene el deber de practicar oficiosamente la prueba, su deber emana de
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la ley directamente y/o existe entonces un derecho subjetivo de las partes a esas pruebas;
pero existirá siempre el derecho a que practiquen las que ellas soliciten” (2002, pág. 26)
Dentro del modelo predominante en Colombia se hace necesario la motivación del análisis
realizado sobre la prueba y que lleva a una determinada decisión. Lo anterior tiene soporte
en el artículo 280 del CGP, el cual señala: “La motivación de la sentencia deberá limitarse
al examen crítico de las pruebas con explicación razonada de las condiciones sobre ellas y
los razonamientos constitucionales, legales, de equidad y doctrinarios estrictamente
necesarios para fundamentar las conclusiones…”. Esta exigencia es muy normal en el
modelo del civil law, pero cuando se trata del common law se puede seguir la propuesta del
profesor Damaska:
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“Una manera más realista de comprender la motivación pasa por desplazar el énfasis de los
factores que causaron la decisión a los argumentos que le proporcionan soporte racional y
demuestran su corrección. De acuerdo con este punto de vista alternativo, el primer deber
del tribunal es mostrar que sus conclusiones fácticas tienen una base firme en las pruebas
presentadas y un soporte solido en los cañones de un razonamiento valido. Dicho de otra
manera, motivar un veredicto significa justificarlo en los términos convencionales que rigen
la validez de la prueba judicial. Desde este punto de vista, el deber del tribunal de expresar
sus razones no es tan hercúleo como cuando la motivación viene interpretada como una
explicación de la génesis de la decisión…” (DAMASKA, 2015, pág. 56)
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se abstendrá de tratar alguno de los puntos sometidos a su consideración” (CORTE
CONSTITUCIONAL, 2010)
El juicio de valor, que se mencionó anteriormente, debe acoger todo el marco normativo, es
decir, la Constitución, los tratados internacionales, las sentencias de constitucionalidad; una
lectura de hechos concretos y su vinculación con el derecho solo es posible cuando esta es
afectada por un orden constitucional, en otras palabras, aceptar la constitucionalización del
proceso y por ende la constitucionalización del derecho probatorio como un paso más en la
construcción de un neogarantismo procesal y constitucional.
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6. PRINCIPIOS PROBATORIOS
Desde lo preceptuado en la física holística jurídica, los principios procesales cuentan con
tres funciones (siguiendo en esto al profesor Hernán Valencia Restrepo 2): la función
interpretativa, la función integrativa y la función creativa. Baste recordar que la función
más importante de las mencionadas en la creativa, la cual se ve representada en la decisión
judicial. Es en la sentencia donde el juez debe exponer los argumentos que han generado
convencimiento en él, esto es luego de la valoración probatoria y la interpretación de los
hechos, debe el juez señalar en forma clara las razones de la decisión.
Cuando el juez interpreta, cuando el juez integra, finalmente está creando, pero su creación
no es ley, sino norma de carácter particular. Sin embargo, a la luz de los nuevos
planteamientos de la filosofía del derecho, la sentencia se puede convertir en punto de
partida para decisiones posteriores, pero no mirada bajo el concepto tradicional de
jurisprudencia, sino bajo el concepto, traído del derecho anglosajón, de precedente judicial.
Dentro de la sentencia debe extraerse las razones de la decisión esto es los obiter dicta y la
ratio decidemdi, siendo la más importante esta última, porque ella es la norma que puede
ser aplicada a posteriores situaciones.
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El Principio, como proceso creador de la norma principial o principialización, debe definirse así:
preexistencia de un valor fundamental y social, cuya aprehensión por parte de la comunidad internacional
(los pueblos o el constituyente primario) le genera la convicción de obligatoriedad coercible de ese mismo
valor. VALENCIA RESTREPO, Hernán. file:///C:/Users/Esteban/Downloads/Dialnet-
LaDefinicionDeLosPrincipiosEnElDerechoInternaciona-2367495.pdf.
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1. Necesidad de la prueba: bajo este principio se expresa en forma clara que el juez
no puede dictar sentencia sin que exista prueba que acrediten los hechos en que se
puede fundar la decisión condenatoria. Para ello es indispensable que quien aporta
la prueba cumpla con las exigencias previstas en los códigos de procedimiento de
las distintas áreas, esto es, que la prueba sea oportuna, que la prueba sea legal, que
la prueba sea conducente, que la prueba sea pertinente y finalmente que no sea
superflua.
En el artículo 164 del código general del proceso se expresa: “toda decisión judicial
debe fundarse en las pruebas regular y oportunamente allegadas al proceso. Las
pruebas obtenidas con violación al debido proceso son nulas de pleno derecho.” La
norma transcrita en desarrollo del artículo 29 de la constitución y 14 del código
general del proceso, que desarrollan el principio fundamental al debido proceso. La
prueba tal como se anotó anteriormente debe ser la base para la decisión judicial, sin
ella se hace imposible para el juez poder llegar a un estado de convencimiento que
equivalga a la certeza, a la verdad procesal. El juez para dictar sentencia requiere
estar en un estado del conocimiento ajeno a la presencia de la duda, no es razonable
dictar una sentencia en la cual el juez se encuentre a un bajo estado de duda, sin
embargo, aún dentro de la certeza puede encontrarse en el error es así como en el
artículo 336 del código general del proceso, al hablar del recurso de casación en las
causales primera, segunda y tercera muestra como el error puede estar involucrado
dentro de la sentencia, esto es con la violación directa una norma sustancial, con la
violación indirecta de la ley sustancial, o tres por existir incongruencia. El juez
puede partir de un error y creer, desde ese error, que está en certeza, esto es, fallar
contrario a la realidad procesal.
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2. Contradicción: este segundo principio, es desarrollo del llamado bilateralidad de la
audiencia, el cual consiste en que nadie puede ser juzgado, condenado sin haber
sido escuchado en juicio. El ejercicio de la contradicción permite el equilibrio
procesal de las partes al interior del proceso, dado que el juez debe garantizar la
igualdad de oportunidades procesales para cada uno de ellos. La posibilidad de
controvertir la prueba hace que la parte.
En el artículo 3 del CGP se indica que las actuaciones se cumplirán en forma oral,
pública y en audiencia; con ello lo que se pretende es mantener la igualdad de armas
dentro del proceso, esto constituye una igualdad real entra las partes.
El artículo 15 del CPP señala: “Las partes tendrán derecho a conocer y controvertir las
pruebas, así como intervenir en su formación, tanto las que sean producidas o
incorporadas en el juicio oral y en la incidente reparación integral, como las que se
practiquen en forma anticipada.
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3. Inmediación: Bajo este principio, se impone la obligación al juez de estar presente
en la práctica de la prueba, so pena de generarse una causal de nulidad por su
ausencia. En el artículo sexto del código general del proceso se establecen que el
juez deberá practicar personalmente todas las pruebas y las demás actuaciones que
le corresponda. En principio el juez no puede delegar en otro funcionario la práctica
de la prueba, siempre y cuando ésta deba practicarse dentro la circunscripción
territorial.
Habrá casos en los cuales, ciertas pruebas deberán practicarse por fuera de la
circunscripción territorial del despacho caso en el cual el juez podrá conforme el
artículo 171 del código general del proceso, comisionar a otro funcionario de igual o
inferior jerarquía de la circunscripción correspondiente para la práctica de la prueba.
Dice así el inciso segundo del artículo mencionado: “excepcionalmente, podrá
comisionar para la práctica de pruebas que deban producirse fuera de la sede del
juzgado y no sea posible emplear los medios técnicos indicados en este artículo”. Si el
juez puede utilizar videoconferencia, teleconferencia o cualquier otro medio no podrá
comisionar.
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En el artículo 37 del CGP establece las reglas generales de la comisión, reiterando que
esta solo es viable cuando deban practicarse por fuera de la sede del juzgado de
conocimiento.
Uno de los aspectos que se pretende proteger o garantizar con la inmediación es o más bien
son la concentración y la contradicción, se pretende entonces que el juez pueda formarse un
convencimiento directo a partir de la práctica de la prueba. Las viejas costumbres en las
cuales no estaba presente en la práctica de la prueba han desaparecido bajo las exigencias
de la 1564 del año 2012 (CGP).
4. Publicidad: Hablar del principio de publicidad es reconocer que la prueba debe ser
conocida por las partes dentro del proceso, situación que se presenta cuando el
mismo juez decreta los medios de prueba que serán utilizados en el proceso. El auto
a través del cual se decreta el medio de prueba es notificado dentro de la respectiva
audiencia a las partes, esta notificación realizada en estrados constituye el acto de
publicidad propio del proceso, con el cual se cumple con el debido proceso,
entendido este desde su aspecto legal. Queda prohibida cualquier tipo de prueba
oculta a las partes, ya no es viable la estrategia de guardar el medio de prueba para
ser mostrado, sin conocimiento de la parte, dentro de la audiencia.
Dentro del proceso penal la oportunidad para desvelar los medios o elementos
materiales probatorios que hará valer la fiscalía y la defensa, esto es lo que se presentara
el juez en el juicio, corresponde a la audiencia preparatoria. Sin embargo, en la
audiencia de formulación de imputación y en audiencia de formulación de acusación la
fiscalía debe dar a conocer los elementos materiales probatorios mínimos en que se
soporta la solicitud de medida preventiva, la respectiva imputación, la acusación.
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juez considere que la publicidad de los procedimientos pone en peligro a las víctimas,
jurados, testigos, peritos y demás intervinientes; se afecte la seguridad nacional; se
exponga psicológico a los menores de edad que deben intervenir; se menoscaben el
derecho del acusado a un juicio justo; o se comprometa seriamente el éxito de la
investigación.”
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El artículo 5 del CGP consagra este principio, indicando que la actuación se debe realizar
sin solución de continuidad, pero la audiencia se podrá suspender por razones expresamente
señaladas en la ley.
Si bien, existe en la doctrina una gran cantidad de principios, se considera que están
abarcados en los ya desarrollados, recordando que todos forman parte del debido proceso,
en el cual se establece que es nula de pleno derecho la prueba obtenida de manera ilegal,
inconstitucional. Solo cuando se cumple lo establecido en el marco constitucional podrá ser
tenida en cuenta por el juez y hacer la respectiva valoración con el fin de establecer si se
produce o no el convencimiento necesario para dictar una sentencia condenatoria.
El objeto de prueba no está solo limitados al estudio de hechos del pasado, de ahí que se
manifieste que el método de estudio en el derecho probatorio sea el mismo de la historia,
esto es el método reconstructivo. El objeto también se puede extender a hechos presentes y
futuros (como en el caso de mirar el daño futuro en un proceso de responsabilidad civil
extracontractual). Igualmente lo pueden ser los usos, las costumbres, las leyes, los
indicadores económicos entre otros.
En el objeto de prueba van a estar aquella situación pasada, presente o futura de un hecho
en abstracto, el cual se concreta en la redacción precisa de lo que se pide a través de la
narración fáctica.
Entre tanto el tema de prueba es relativo a cada situación específica, esto es la concreción
de una situación fáctica y lo que se quiere con ello, lo cual estará determinado por la
pretensión y el derecho subjetivo invocado. Sin embargo, abran ciertas situaciones
especiales que no requieren ser probadas por aquella parte que las manifiesta o alega, puede
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decirse que en este caso la carga de la prueba se traslada a la contraparte que pretende
desvirtuar el hecho alegado.
a. Las normas jurídicas de carácter nacional: define el legislador que las normas de
carácter nacional no requieren ser probadas dentro del proceso, esto se debe en
primer lugar al conocimiento que el juez debe tener sobre el derecho, la persona con
mayor conocimiento dentro del proceso es el juez. Además debe tenerse en cuenta
lo consagrado en el artículo 9 del CCC que señala: La ignorancia de la ley no sirve
de excusa.
La ley es de público conocimiento, todo ciudadano debe conocer la ley. Sobre esta pesa la
presunción de publicidad la cual aparece cuando la norma es insertada en la Gaceta
Judicial.
“Puede afirmarse con certeza que no hay siquiera un jurista especializado en una
disciplina jurídica particular que pueda responder por el conocimiento cabal de las
que constituyen el área de su especialidad. Mucho menos puede esperarse que un
ciudadano corriente conozca todas las normas que se refieren a su conducta. El
recurso epistémico utilizado por el legislador es más bien la ficción, de uso frecuente y
obligado en el derecho, y que en el caso específico que ocupa a la Corte puede
expresarse de este modo: es necesario exigir de cada uno de los miembros de la
comunidad que se comporte como si conociera las leyes que tienen que ver con su
conducta. La obediencia al derecho no puede dejarse a merced de la voluntad de cada
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uno, pues si así ocurriera, al mínimo de orden que es presupuesto de la convivencia
comunitaria, se sustituiría la anarquía que la imposibilita. La solidaridad social, un
hecho inevadible que la Constitución reconoce para construir sobre él conductas
socialmente exigibles, ligada al artículo 13, invocado por los demandantes como
norma violada por el artículo cuestionado, sirve más bien de fundamento al imperativo
que él contiene, así como el artículo 95 que establece de modo terminante: "Toda
persona está obligada a cumplir la Constitución y las leyes", constituyen sólido
fundamento de la disposición acusada que, por los motivos consignados, debe ser
declarada conforme a la Constitución.”3
De lo señalado por el tribunal constitucional toda persona debe cumplir la ley y para
cumplir la ley debe conocerla, pero entiéndase que no se trata solamente de la parte, porque
el destinatario final de la prueba es el juez.
3
CORTE CONSTITUCIONAL COLOMBIANA. Sentencia C-651 de 1997. M.P. Carlos Gaviria
Díaz.
29
dirija a averiguar por este último, de modo que si lo constata queda desvirtuado
automáticamente el indefinido, y en caso contrario se considere cierto éste…”4
4
ROJAS GOMEZ, Miguel Enrique. Lecciones de derecho procesal. Pruebas civiles. T. III.
Bogotá. Ed. Esaju. 2015, p. 68.
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hecho como ocurre con la fama cuando la ley exige su prueba, es sospechoso
y debe ser descartado radicalmente por el juez.”5
Una de las características del hecho notorio, es que este debe hacer parte de la
memoria colectiva de la comunidad, es decir, hacer parte de las conversaciones de esa
comunidad como parte integrante de su comunidad. Indudablemente, este hecho debió
suceder, haberse dado en el tiempo, no puede tratarse de una invención social. Son hechos
ciertos, que en su momento fueron divulgados.
“Esta realidad lleva a esta Sala a considerar que el hecho comunicacional, como un
tipo de notoriedad, puede ser fijado como cierto por el juez sin necesidad de que
conste en autos, ya que la publicidad que él ha recibido, permite, tanto al juez como
a los miembros de la sociedad, conocer su existencia, lo que significa que el
sentenciador realmente no está haciendo uso de su saber privado; y pudiendo lo
miembros del colectivo, tener en un momento determinado, igual conocimiento de
5
DEVIS ECHANDIA, Hernando. Teoría general de la prueba judicial. Tomo I. Buenos Aires: Zabalia, p. 235
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la existencia del hecho, porque negar su uso procesal” (Sentencia N° 98 del 15 de
marzo de 2000)
Puede observarse como dentro de los hechos notorios debe hoy día reconocerse
estos hechos comunicacionales, aunque en la legislación colombiana no aparezcan
expresamente señalados. No puede dejar de desconocerse la realidad de las redes sociales,
de los medios de comunicación, pero lo que si debe estar claro es la existencia real del
hecho.
8. CARGA DE LA PRUEBA
La regla de carga de la prueba indica quien tiene la obligación de probar al interior del
proceso, es decir, a que parte le corresponde demostrar los hechos que ha manifestado. Es
así como el artículo 167 del CGP, señala en el primer inciso que incumbe a las partes
probar el supuesto de hecho de las normas que consagran el efecto jurídico que ellas
persiguen. Bajo este supuesto corresponde, en principio, realizar la actividad probatoria
tendiente a demostrar la veracidad o no de los hechos en que se soporta su petición.
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La norma mencionada hace relación a la prueba del supuesto de hecho, recuérdese que se
hace referencia a la parte de la proposición jurídica en la cual el legislador hace a alusión a
la conducta que debe realizarse para la imposición de una consecuencia jurídica, por
ejemplo, el artículo 127 del código penal establece: “El que abandone a un menor o a
persona que se encuentre en incapacidad de valerse por sí misma, teniendo el deber legal de
velar por ellos, incurrirá en prisión de dos a seis años.” En esta proposición normativa se
observa con claridad el supuesto de hecho y la consecuencia jurídica. La primera parte de la
norma hace referencia a la conducta o supuesto de hecho, la segunda es la consecuencia
jurídica. Al establecerse que la parte tiene la obligación de probar lo que debe hacer es
mostrar de acuerdo al ejemplo planteado que X o Y abandonaron a un menor, es sobre este
aspecto que se debe dirigir, inicialmente, el ejercicio probatorio de la parte.
“Si el objetivo del proceso es resolver estas expectativas contrastadas para poner fin al
conflicto subyacente y los sujetos son los llamados a impulsarlo, a ellos se asignan
responsabilidades que deberán satisfacer en razón de su propio interés. Estas
responsabilidades son cargas procesales porque buscan el interés propio y su inobservancia
conduce a la perdida de efectos útiles que su realización proporciona. Se diferencian de las
obligaciones o deberes procesales porque estos responden a un interés ajeno y su falta
conduce a la sanción. En otras palabras, carga procesal es el “imperativo del propio interés
(por ende de naturaleza incoercible) impuesto a una parte, cuyo cumplimiento puede,
eventualmente, traducirse en una ventaja procesal o –por lo menor- en evitarse una
desventaja procesal. La carga procesal se singulariza por contribuir a la integración y
desarrollo del proceso, y en especial, sobre su vertiente más rica, cual es el de la carga
probatoria”(GIACOMETTE FERRER 2017)
De acuerdo a lo señalado hasta ahora, cada parte tiene la obligación de probar sus supuestos
facticos, si ello no se realiza, la pretensión o excepción invocada no serán reconocidas por
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el juez. Esto quiere decir, que es necesario cumplir esta regla para que el juez pueda realizar
la respectiva valoración de la prueba. Si las partes no han probado en debida forma el juez
al valorar la prueba no podrá darle la razón a ninguna de las partes dado que no tendrá
alternativas para elegir.
Sin embargo, en el inciso segundo del artículo 167 del CGP consagra la posibilidad de
distribuir la carga de la prueba, esto quiere decir, obligar a la parte contraria probar un
determinado hecho propuesto por encontrarse en circunstancias especiales frente al medio
de prueba. Desde la doctrina esta situación ha sido denominada carga dinámica la prueba.
El profesor Peyrano, uno de los principales doctrinantes en esta materia ha dicho:
“La llamada doctrina de las cargas probatorias dinámicas puede y debe ser utilizada por
los estrados judiciales en determinadas situaciones en las cuales no funciona adecuada y
valiosamente las previsiones legales que, como norma, reparten las fuerzas probatorias.
La misma importa un desplazamiento del onus probando, según fueran las circunstancias
del caso, en cuyo mérito aquel puede recaer, verbigracia, en cabeza de quien este en
mejores condiciones técnicas, profesionales o fácticas para producirlas”.(GIACOMETTE
FERRER 2017)
“La teoría de la carga dinámica de la prueba halla su origen directo en la asimetría entre las
partes y la necesidad de la intervención judicial para restablecer la igualdad en el proceso
judicial. Quizá el caso más representativo –no el único-, que en buena medida dio origen a
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su desarrollo dogmático, jurisprudencial y legal, es el concerniente a la prueba de las malas
prácticas médicas:
De esta manera, la noción de carga dinámica de la prueba, ‘que no desconoce las reglas
clásicas de la carga de la prueba, sino que trata de complementarla o perfeccionarla’,
supone reasignar dicha responsabilidad, ya no en función de quien invoca un hecho sino del
sujeto que, de acuerdo con las circunstancias de cada caso, se encuentra en mejores
condiciones técnicas, profesionales o fácticas de acreditarlo”.
Esta carga es una figura excepcional dentro del proceso, porque no puede siempre exonerar
de responsabilidad a quien alega el hecho, esto si puede generar al interior del proceso una
desigualdad entre las partes e incluso llevaría al juez al violentar el principio de
impartialidad, principio que hace referencia a un juez sin partes, a un juez que no es parte
dentro del proceso.
Para dar inicio a este acápite, se tomará como base la sentencia C-202 de 2005 de la Corte
Constitucional:
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“4. De acuerdo con la doctrina jurídica procesal, en materia de apreciación de las pruebas,
es decir, de la actividad intelectual del juzgador para determinar su valor de convicción
sobre la certeza, o ausencia de ésta, de las afirmaciones de las partes en el proceso, existen
tres (3) sistemas, que son:
ii) El sistema de la tarifa legal o prueba tasada, en el cual la ley establece específicamente el
valor de las pruebas y el juzgador simplemente aplica lo dispuesto en ella, en ejercicio de
una función que puede considerarse mecánica, de suerte que aquel casi no necesita razonar
para ese efecto porque el legislador ya lo ha hecho por él.
Este sistema requiere una motivación, que lógicamente consiste en la demostración de que
el valor asignado por el juzgador a las pruebas guarda total conformidad con la voluntad del
legislador.
iii) El sistema de la sana crítica o persuasión racional, en el cual el juzgador debe establecer
por sí mismo el valor de las pruebas con base en las reglas de la lógica, la ciencia y la
experiencia.
Este sistema requiere igualmente una motivación, consistente en la expresión de las razones
que el juzgador ha tenido para determinar el valor de las pruebas, con fundamento en las
citadas reglas.”[ CITATION COR05 \l 9226 ]
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DE LOS MEDIOS DE PRUEBA
DE LA CONFESIÓN.
“Las reglas que rechazan la información obtenida para proteger otros valores
distintos de la búsqueda de la verdad, evidentemente, no se limitan al mundo de la
justicia angloamericana. Un ejemplo apasionante son los privilegios testificales: no
solo están generalizados en el derecho continental, sino que a menudo asumen
formas más amplias –mucho más que en la ley de cualquier país del common law-.
Así, además de negarse a responder a preguntas autoincriminatorias, en muchas
jurisdicciones europeas, los testigos pueden negarse a contestar preguntas
potencialmente capaces de incriminar a los miembros de la familia. Algunos países
van incluso más allá y dispensan a los testigos de su deber de responder a cualquier
pregunta que pueda comportarles una deshonra o exponerlos directamente a
quebrantos económicos. Otros países otorgan a las partes, en los litigios civiles, una
dispensa general de su obligación de declarar. De hecho, algunos de estos
privilegios de ciertos testigos son tan amplios, que uno se pregunta cómo estas
previsiones normativas pueden mantenerse sin perjudicar gravemente los intereses
de la justicia.” (DAMASKA, 2015, pág. 30)
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FOUCUALT, Michel. Obrar mal, decir la verdad. La función de la confesión en la justicia. Buenos aires. Siglo
XXI. 2014, p. 27
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