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Actividad 1 (Grupal)

Lea detenidamente el siguiente ejemplo de investigación y responda las siguientes


cuestiones:

a) ¿Cuál es el problema que da origen a la investigación?


b) ¿Cuáles son las hipótesis fundamentales sometidas a contrastación?
c) ¿Son hipótesis teóricas o hipótesis observacionales? Fundamente su respuesta.
d) Señale una de las hipótesis auxiliares presentes en la contrastación.
e) Formule la hipótesis de bajo nivel que llevó a la aceptación de una de las hipótesis
rivales y a la refutación de la otra.

A principios de este siglo, Bayliss y Starling habían descubierto que la


estimulación del páncreas libera las enzimas digestivas en un momento
preciso, esto es, mientras el alimento pasa del estómago a la parte superior
del intestino delgado. En la parte inferior del estómago hay una válvula, el
píloro, que cierra el paso entre el estómago y los intestinos. Dentro del
estómago la comida se mezcla por la acción de los músculos del estómago y se
combina con los jugos gástricos de las glándulas estomacales conformando
una masa semisólida denominada quimo. Así, cuando la comida está
semidigerida, se abre la válvula pilórica y pasa al duodeno, la parte superior
del intestino delgado. En la cavidad del duodeno se abre un conducto que
viene del páncreas. Varios minutos después que el quimo ha entrado en el
duodeno el páncreas comienza a secretar el jugo digestivo. Este jugo se
mezcla con el quimo y la masa completa se mueve lentamente a través del
intestino delgado. Este proceso era conocido en el momento que Bayliss y
Starling comenzaron sus investigaciones. Pero la pregunta que quedaba sin
contestar básicamente era: ¿Cuál es el mecanismo que estimula el páncreas y
genera la liberación del jugo digestivo en ese momento preciso? Se sabía que
si se mantenía cerrada la válvula pilórica de modo tal que los alimentos no
pasaran al intestino no había secreción pancreática. Por otra parte, se conocía
también que el quimo que pasaba al duodeno era altamente ácido. Había
evidencia anterior de que la introducción de ácido clorhídrico diluido en el
duodeno de un animal anestesiado producía mucha actividad pancreática,
mientras que al introducir una sustancia similar, pero no ácida, el proceso
secretario no se producía. De este modo, se pensó que la acidez del quimo era
la responsable de la secreción pancreática: la estimulación es llevada de las
paredes del duodemo al páncreas por medio de un “mensajero químico”
presente en la sangre. Este mensajero es producido quizá por las células en la
pared del duodemo. Alternativamente, los fisiólogos habían demostrado que al
estimular ciertos nervios, especialmente aquellos que provienen del llamado
nervio vago, causaban un aumento en la secreción pancreática. Se supuso,
entonces, que el páncreas estaba controlado por el sistema nervioso. La
entrada del alimento al duodemo estimula las terminales nerviosas en las
paredes de este órgano, y estos nervios llevan un impulso a varios centros
nerviosos en la médula y el cerebro. Estos centros reenvían la estimulación
necesaria al páncreas para que comience la secreción de jugo digestivo.
A fin de elucidar la cuestión, en 1902 Bayliss y Starling llevaron a cabo el
siguiente experimento. Abrieron el abdomen de un animal anestesiado,
removieron todos los nervios del duodemo y todas sus inervaciones nerviosas
cortando además el nervio vago en ambos lados del cuerpo. Ligaron luego dos
secciones del duodemo de tal manera que el mismo ya no estaba en
comunicación con ninguna otra parte del canal digestivo y estaba unido al
resto del cuerpo únicamente a través de las venas y las arterias. Se insertó un
tubo de cristal dentro del conducto pancreático con un extremo hacia fuera del
animal para que el número de gotas de jugo pancreático secretado en una
unidad de tiempo pudiera ser registrado con precisión. Bayliss y Starling
tomaron la precaución de anotar separadamente la presión sanguínea del
animal, pues si la presión sanguínea bajara durante el experimento debía
esperarse que disminuyera también la cantidad de jugo pancreático producido.
De este modo, podía saberse si una eventual disminución en el jugo
pancreático se debía a la disminución en la presión sanguínea del animal o, en
su defecto, a las condiciones experimentales. Al inyectar una cantidad de
solución ácida dentro de la porción aislada del duodemo Bayliss y Starling
observaron que después de una pausa de varios minutos el páncreas empezó a
secretar jugo digestivo a una velocidad bastante alta. Así, concluyeron que el
estímulo era llevado al páncreas a través de la sangre y no a través de un
conducto nervioso.

En una fase posterior, la investigación se orientó hacia la determinación de qué


clase de mensajero existía en la sangre, dónde se formaba y cómo operaban
sus efectos [......].

(Tomado de Jeffrey J.W. y Garland E., Biología e investigación científica, Fondo


Educativo Interamericano, Bogotá, Caracas, México, 1970).

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