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¿Qué pudieron haber sido esas extrañas formas, cuya descripción hace recordar tan poderosamente a la nube
negra de orcos muertos que envuelve a Gandalf y al rey de Rohan en Las Dos Torres de J.R.R. Tolkien? Más
inquietante aún, ¿hacia dónde se dirigían, y con qué propósito? La tradición bíblica siempre ha dicho que los
desiertos son el lugar reservado para los espíritus impuros.
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“C.B.” de la ciudad de Montgomery, Alabama (EUA) recuerda una experiencia espeluznante ocurrida en el verano
de 1985 mientras que él y su esposa dormían sobre un colchón de agua en su recámara. La pareja escuchó el
retintinear inesperado de unos colgantes en su salón, y poco después una presencia entró a su habitación—una
cosa malformada que parecía no haber completado su transmogrificación del todo.
“Era una cosa alta, y sus brazos no podían verse bien definidos”, escribe el testigo. “Dentro de unos segundos,
había adoptado una forma nueva. La cosa era mucho más oscura que la oscuridad que imperaba en el cuarto.
Aquello se quedó ahí por unos 30 ó 40 segundos mientas que nosotros no reaccionábamos en absoluto. De
repente, se internó deprisa en la pared justo al lado de nuestro lecho”.
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En fechas recientes la página “Paranormal Phenomena” de Stephen Wagner (www.about.com) hizo mención de un
caso sucedido en el estado de Nueva Jersey en una casa suburbanita de este estado-alcoba al oeste de la ciudad
de Nueva York. El testigo, identificado sólo como “MSF”, cuenta que poco después de haberse mudado a dicho
inmueble, sus hijas se quejaban de que “algo” podía verse en movimiento en el sótano, que utilizaban como lugar
de juego. La silueta parecía vivir en el techo del espacio subterráneo en cuestión, cerniéndose sobre las
chiquillas. Poco después, MSF convirtió el sótano en taller y pudo constatar que sus hijas no le mentían: el
espacio estaba lleno de sombras negras en movimiento constante a lo largo de uno de los muros. “Nunca las
vimos en ninguna otra parte de la casa aparte de esa, pero aún cuando no nos era posible verlas, estábamos muy
conscientes de su presencia. Algunas parecían ser malévolas. Años después, me fue necesario decirles que su
presencia no era bienvenida y parecieron alejarse por algún tiempo.”
Según las declaraciones de MSF, tuvo la oportunidad de tener un “encontronazo” con una de estas perturbadoras
siluetas mientras que iba de paso a la cocina, llegando a pensar que un intruso había irrumpido en su hogar:
“Todo sucedió muy deprisa. La luz no penetraba la silueta como lo hubiera hecho con una sombra—era fornida y
con cabeza, pero sin facciones, y con hombros, brazos y torso. Desapareció tan repentinamente que no pude
verle ni piernas ni pies. Pude detectar que la sombra estaba tan sorprendida como yo, y que no había esperado
ser vista”.
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Los testimonios anteriores se refieren a los “Seres sombra”, “Gente de las sombras” o “Shadow People”, como
también se los conoce. Su fama ha llegado hasta a Wikipedia (http://es.wikipedia.org/wiki/Gente_sombra), debido
a que el fenómeno tiene una magnitud considerable.
No existe consenso respecto a su origen y al motivo de su presencia. Por supuesto, las asociaciones de las
sombras con el fenómeno OVNI no podían hacerse esperar: algunos testigos han ofrecido la posibilidad de que la
reciente “invasión” de sombras negras represente la nueva oleada de seres extraterrestres que ha sustituido a los
“grises” que tanto furor causaron en la década de los ’90.
En esos años, precisamente, el escritor Michael Lindemann entrevistó a varias personas cuyos padres habían
trabajado para el sector de la industria bélica de los Estados Unidos y que comentaron que sus familias se habían
visto “plagadas” por fenómenos paranormales como consecuencia de dicha asociación. En su libro UFOs and The
Alien Presence (1995) Lindemann plasmó la historia de “Marty”, de 31 años de edad, cuyas experiencias con
siluetas fugaces, que sólo podía distinguir con el rabillo del ojo, se produjeron a partir de su vinculación a
proyectos “negros” relacionados con la aviación militar.
“Pienso que hay una presencia alienígena en esto… durante siete años, desde que comencé a trabajar con los
aviones, cosas raras se vienen sucediendo en mi hogar y a mi alrededor. Mueven cosas, abren y cierran puertas,
me desaparecen las llaves… durante mi ausencia del hogar”, comenta “Marty” al escritor Lindemann, “mi esposa
ha experimentado los mismos movimientos en la casa – libros que estaban en los anaqueles aparecen sobre una
mesa y las puertas se cierran solas.”
“Marty” explicó que su trabajo con proyectos de alto secreto le ha puesto en contacto con muchos militares que
afirman haber experimentado lo mismo. Los soldados destacados en Pearl Harbor, Hawai, usaron la palabra
nativa huna para describir el fenómeno. Los “mini-huna” son responsables de la desaparición de objetos, el
movimiento inusual de objetos, etc. “Es algo que ocurre fuera del alcance de la vista.”
Por extraña que pueda sonar esta posible asociación entre los ovnis y las siluetas oscuras, debemos recordar que
muchas víctimas de experiencias de secuestro por ovnis o testigos de encuentros cercanos del primer, segundo y
tercer tipo suelen quejarse del componente “paranormal” que caracteriza sus experiencias, y que suele producirse
después del evento.
Las misteriosas sombras también han sido asociadas con viajeros interdimensionales, cuya aparición se
produciría en nuestro medio como sombras.
Otra teoría, más inverosímil que las otras, sería que ya comienzan a sentirse los estragos del mal manejo de las
energías sutiles por agencias secretas de los gobiernos – proyectos como el calentador atmosférico HAARP, por
ejemplo – que han resultado en una especie de dilución de la barrera, por así llamarla, que separa al mundo físico
del mundo de lo paranormal, proceso que tuvo su comienzo con la detonación de la primera bomba atómica en
1945 y que continúa hasta nuestros días. Los estudiosos de la ufología y lo paranormal pueden afirmar a ciencia
cierta que los fenómenos extraños se han redoblado en años recientes y que el misterio ha llegado a formar parte
de la vida cotidiana de muchos. ¿Será que las fugaces siluetas que atormentan a muchos representan,
efectivamente, una nueva intrusión en el mundo físico? Aún no tenemos suficientes elementos de juicio sobre
dichas extrañas presencias, y los años venideros serán de gran importancia para nuestra comprensión del
fenómeno.
En todos los casos se afirma lo mismo; son siluetas oscuras, que se ven sólidas al tacto, similares a sombras pero
mucho más oscuras que éstas. La mayoría de los reportes de gente de sombras los relatan como siluetas
humanoides negras, sin ojos o boca. Se les describe generalmente como faltos de masa, aunque su naturaleza
específica varía de bidimensional (como una sombra) a vaporosa o distorsionada. Su movimiento a veces se
reporta como muy rápido y sin orden, o "tembloroso", en el sentido de que primero parecen moverse como un
fluido (espeso, similar a gelatina en lugar de agua), y rápidamente "brincar" a otra parte de los alrededores del
testigo.
Algunos testigos describen este movimiento como si las entidades de sombras "bailasen" de una pared a otra. No
desaparecen con la luz, simplemente, en muchos casos siguen su ruta, como ajenos por completo a la presencia
de los observadores. Algunos testigos no reportan haber sentido temor sino sorpresa, mientras que otros se
sintieron francamente acechados por las presencias. El contacto visual es raramente reportado, pues las criaturas
desaparecen con rapidez, o son vistas de reojo, algunas veces en espejos.
En la verde y montañosa Virginia Occidental, cuna del “hombre polilla” y del “monstruo de Flatwoods”, un grupo de
adolescentes—los protagonistas casi por excelencia en tales relatos—tendría un encuentro cercano con una de
estas entidades.
Corría el mes de julio de 1989 y Suzanne Ocheltree, la joven gerente de un McDonalds en la comunidad de Sago,
estaba a punto de cerrar el establecimiento con cuatro de los empleados que eran sus amigos. Este grupo a
menudo se dedicaba a hacer camping en las cercanías e investigar las maravillas naturales de su estado. Sin más,
Ocheltree y sus amigos decidieron ir a dar una vuelta por Red Rock Road al oeste de la población de Buckhannon
a la 1 de la madrugada.
Entrevistada para el libro West Virginia UFOs (1994) Ocheltree recuerda que antes de ponerse en camino, se
sintió invadida por una sensación de temor, segura de que “algo terrible les iba a suceder” si se empeñaban en
visitar dicho sector a esa hora. Sus compañeros trataron de calmar su preocupación y el grupo se bajó del coche
al llegar al prado dominado por una antigua granja abandonada.
“Sabes que ahí espantan”, dijo uno de los chicos de su grupo jocosamente, dirigiéndose hacia la estructura que
apenas podía verse en la oscuridad.
Entre risotadas y comentarios de mal gusto, el resto del grupo subió la cuesta hacia la destartalada granja.
Suzanne se había resistido inicialmente a formar parte de la expedición a la ruina, pero prefirió no quedarse sola
al lado del coche.
“Fue entonces que escuché como regresaba corriendo el chico que se había adelantado al resto del grupo”,
explicó la mujer al investigador Bob Teets. “Volvió corriendo con el rostro blanco y los ojos desorbitados, gritando
que algo lo perseguía, que le pisaba los talones. Todos miramos a la dirección indicada y pudimos ver una forma
oscura, de unos dos metros de alto, con la forma de un hombre alto. No podía vérsele la cara ,pero tenía unos
enormes ojos de color verde fosforescente”.
Los cinco visitantes dieron la vuelta y echaron a correr, saltando sobre verjas derrumbadas y evitando obstáculos
que eran casi imposibles de ver en la oscuridad. Mientras huían, explicó que la sombra negra parecía seguirlos,
aunque sólo resultaba posible ver los enormes ojos verdes.
Internándose en el coche y
abandonando el lugar
maldito a toda prisa,
Suzanne Ocheltree
recuerda que hicieron el
viaje de vuelta al
estacionamiento del
McDonalds en absoluto
silencio, pero al llegar a su
destino, ella no pudo sino
exclamar que no podía
bajarse del coche sin saber
primero que todos habían
visto lo mismo que ella.
“Verdaderamente no
sabemos lo que fue, pero
sentimos miedo, mucho
miedo. Había una
sensación de maldad en la
zona… después del
incidente, llegué a escuchar relatos sobre adolescentes que realizaban prácticas satánicas en la región. Se dijo
que las paredes de la granja arruinada ostentaban emblemas satánicos y que la policía tuvo que investigar”.
La experiencia de Susan Ocheltree no es única. Otras personas en otras partes del mundo que han entrado –sin
saberlo—en lugares empleados para prácticas de magia negra se han encontrado a menudo con “guardianes” de
corte sobrenatural que parecen vigilar la zona. En este caso, el protector de los secretos de la granja abandonada
lo era una sombra negra… ¿un demonio, quizás?
Relatos y películas como El Exorcista nos han convencido de que el fenómeno es real; el dato de que, desde el
año 2000 la Iglesia Católica ha formado a más de 200 sacerdotes como exorcistas, nos debería dar la pauta de
que, al menos, alguien se toma muy en serio el asunto.
Por lo general, estas entidades presentan un aspecto más corpóreo que las anteriormente mencionadas, con
rasgos definidos y un aura específica que indica malas intenciones o maldad a secas, algo que los testigos
pueden percibir de manera contundente. Fenómenos paranormales se asocian a su presencia, ya que tienen la
capacidad de levitar y arrojar objetos, encender fuego, cerrar y abrir puertas a distancia y hablar a sus víctimas.
Las personas pueden sufrir ataques de parte de estos entes pero la mayor parte de las veces el hostigamiento se
produce a través de sueños muy vívidos, que generan recurrentes pesadillas, que tornan paranoicos e inseguros
a los sujetos que habitan espacios tomados por estas entidades. Ante su presencia, lo más seguro es buscar
ayuda de alguien que conozca del tema… y mejor si es rápido.
Las casas donde se presenta este fenómeno suelen ser víctimas de violencia que se desata, aparentemente, con
posterioridad a ser habitadas, lo que estaría demostrando que los demonios inciden en el comportamiento de
quienes viven allí.
4. Síntomas y prevención
Los síntomas de que en nuestro hogar existe alguna de estas entidades suelen ser olores desagradables
repentinos, visión de sombras que no pertenecen a nadie y se mueven, objetos que se caen o rompen en
habitaciones vacías (o donde no se pueda demostrar la incidencia de otro causante, como el viento), ruidos
extraños, voces claramente audibles, comida que se pudre con demasiada rapidez, presencia de insectos, como
hormigas, moscas y cucarachas en cantidades sorprendentes, sombras fugaces en los espejos (suelen ocultarse
ahí), ropa que huele mal al ser sacada del armario o ropero, objetos que se extravían sin causa aparente,
manchas de humedad que no responden a cañerías rotas y en lugares donde es imposible que aparezcan (se
dice que son portales dimensionales), plantas que se secan en interiores, aparatos eléctricos que se encienden o
apagan solos, o que sufren de interferencias inexplicables, luces que parpadean de modo constante… Por lo
general, estos síntomas no se presentan de manera simultánea ni en su totalidad; quienes poseen buena
sensibilidad tienen, a veces, sensación de ser observados o, al acercarse a determinado lugar, sentir incomodidad
o cierto recelo. Estas son sensaciones comunes, por sí solas no indican nada, pero es bueno tomarlas en cuenta.
Hay maneras de evitar que estas entidades se desarrollen y proliferen:
Evitar las expresiones violentas o intensas de nuestros estados anímicos: discusiones, gritos, peleas,
llantos, una pena largamente sostenida, estados de angustia y sufrimiento, etc.
Mantener una buena higiene personal, con baños diarios y limpieza cuidadosa del cabello.
Mantener la casa limpia, sobre todo en los rincones y tras los muebles grandes y pesados.
Realizar una limpieza del ambiente y renovación de las energías, al menos una vez cada 15 días, o cuando
se sienta malestar o cualquier signo de que el ambiente se ha enrarecido. Esta limpieza puede hacerse
quemando ruda, salvia y romero con una pizquita de azufre en polvo (cuidado con esto, porque el azufre es
MUY tóxico, deben dejarse puertas y ventanas abiertas mientras se hace, y usar protección como barbijo o
pañuelo en la boca… la limpieza sin azufre es igualmente efectiva); también se pueden quemar otras
hierbas conjuntamente, como laurel y cedro.
Evitar lugares donde puedan “transferirse” este tipo de parásitos, como aglomeraciones humanas, cárceles,
colectivos urbanos, cementerios, salas de velatorios, etc. Las energías que podemos traer de algunos de
esos sitios son, definitivamente, muy degradadas.
Si no podemos evitarlos, al volver colocar toda la ropa usada al sol, por 2 horas como mínimo, y pasar una
barrita de azufre por la suela de los zapatos. Rociar el cabello y la piel que estuvo descubierta con una
solución de agua con limón, al 5%. Es buena idea tener siempre una botellita con esta preparación a mano.
No arrojar los abrigos sobre la cama, esto es algo que hacemos frecuentemente cuando volvemos de la
calle.
No recostarnos en la cama con los zapatos puestos, idealmente deberíamos dejarlos lejos de la cama…
incluso afuera.
Encender sahumerios y quemar aceites aromáticos cuando tenemos visitas o cuando estas se marchan.
Evitar prácticas mágicas en nuestro entorno si no tenemos los conocimientos suficientes.
Desterrar, desterrar, desterrar… siempre que sea necesario, y tomarse esta práctica con seriedad.
Si sospechamos de la presencia de una entidad más peligrosa (o hemos notado su existencia), es
necesario contactar con alguien que sepa del tema y no improvisar rituales de expulsión.
Consigue un gato y cuídalo; según se dice, el perro es el guardián de lo material, el gato de lo inmaterial. Si
hay algo negativo lo neutralizará, o te avisará de su existencia.