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NEUROSIS

Dice Jung en “Psicología y Religión”: “Una psiconeurosis debe


considerarse, en última instancia, como el sufrimiento de un alma que no
ha descubierto su significado. Casi toda la creatividad en el reino del
espíritu, así como cada adelanto psíquico del hombre, surge del
sufrimiento del alma, y la causa del sufrimiento es el estancamiento
espiritual o la esterilidad psíquica.” En la visión de Jung la infelicidad de la
neurosis constituye la oportunidad dorada para alcanzar una conciencia
más elevada y significativa. Es como si el sufrimiento tuviera la finalidad
de propulsarnos hacia delante, hacia nuevos estados de ser. Los símbolos
arquetípicos, entonces, son unidades de energía que portan significados
capaces de renovar nuestra vida consciente, e incluso su uso consciente
puede servir para ayudar a liberar al individuo de los conflictos.

EL DESTINO
“La norma psicológica dice que cuando no se toma conciencia de una
situación interna, sucede fuera, como destino. Es decir, cuando el
individuo no toma conciencia de sus contradicciones interiores, el mundo
forzosamente deberá representar el conflicto.” C.G. Jung en “Aion”. Por lo
tanto, parece seguro decir que un compromiso de desarrollo y
conocimiento personales no sólo ofrecen la promesa de ayudar al
individuo a que en el futuro sea un alma más integra, armónica, sino
también que tal paso empieza a menudo a aliviar mucho sufrimiento en el
presente, una vez que la confusión y el desánimo iniciales fueran
vencidos.

LOS MITOS
¨El mito sirve de fuerza vitalizadora en toda cultura, mostrando la relación
del hombre con una realidad más vasta y universal”, afirma Jung. O sea,
que siempre los mitos han sido un gran acervo de conocimientos sobre el
ser humano que al describir los procesos arquetípicos por los que todos
los seres humanos pasamos, nos sirven de guía para nuestra evolución
personal. Los Dioses Mitológicos en la Grecia y Roma antiguas,
representan fuerzas de la Naturaleza y además estados y caracteres
psicológicos. Cada dios representaba una fuerza y principios vivos del
universo que habitan en nuestra psique (es decir, Arquetipos).

LA CONSCIENCIA DEL EGO


En “Psicología y Alquimia”, Jung describe la vulnerabilidad del Ego frente
a la autonomía del Inconsciente Personal y Colectivo: “La conciencia
individual está rodeada por el mar amenazador del inconsciente. Tan solo
en apariencia está segura y confiada, pero en realidad es una cosa frágil
que descansa sobre bases vacilantes. Basta a veces una emoción fuerte
para perturbar sensiblemente el equilibrio de la conciencia. Bien lo
expresan las conocidas frases: “Se pierden los estribos. Parecía otro”. “Es
para salirse de las casillas” “Hay cosas que lo vuelven loco a uno”, y
situaciones en las que se dice: “Ya no sé qué hacer” todas estas frases
corrientes demuestran con qué facilidad una emoción conmueve la
conciencia del ego.”

EL CAMBIO EMPIEZA EN EL INDIVIDUO


Frente a la crisis, la mentalidad extrovertida occidental busca cambiar al
otro o cambiar la sociedad. Sin embargo no se detiene a pensar que para
cambiar a la sociedad hay que cambiar a los individuos que la componen.
Dice Jung al respecto en el libro “Lo Inconsciente”: “Sólo el cambio en la
actitud del individuo inicia el cambio en la psicología de la nación. Los
grandes problemas de la humanidad nunca se resolvieron por leyes
generales, sino únicamente por renovación de la actitud del individuo. Si
ha habido un tiempo en que la meditación interior fuera de absoluta
necesidad y de extrema conveniencia es, sin duda, en nuestra época
actual, preñada de catástrofes. Ahora bien, todo aquel que medite en su
fuero interno tocará en las fronteras de lo Inconsciente, que es
precisamente donde está lo que ante todo hace falta saber. La meditación
del individuo sobre sí mismo, la conversión del individuo hacia su propio
ser, hacia su destino individual y social, es el principio para la curación de
la ceguera que padece. El interés por el problema del alma humana es un
síntoma de ésta conversión instintiva hacia adentro.” La capacidad de un
recién nacido para mamar es arquetípica, como también lo es sonreír,
fruncir el ceño, llorar y todas aquellas acciones repetidas en referencia a
los comportamientos y gestos que nos hacen seres humanos. Algunas
"psicologías extrovertidas unilaterales" argumentan que estas cualidades
se programan desde el exterior ya que creen que, al nacer, la psique
humana es una "tabula rasa". Jung afirmó que existe un potencial
arquetípico en el niño sin el cual nunca podría ser "programado". Innata
en la mayoría de los animales, esta capa o predisposición arquetípica se
expresa desde el primer momento de la vida, como por ejemplo en la
necesidad arquetípica de relacionarse con una figura materna. Esta
necesidad urgente de tener una madre es un ejemplo, muy simple y de
introducción de hecho, de lo que Jung llama: arquetipos. Rituales de
interacción social, los procesos de apareamiento, las maneras de percibir y
evaluar lo que se percibe, entre otros, constituyen una serie de arquetipos
de comportamientos eternamente repetidos entre los seres humanos.

El concepto de inconsciente colectivo (este inconsciente, donde los


arquetipos residen, capa atemporal psíquica compartida por toda la
humanidad) ha "irritado" a algunas personas, probablemente la idea de
que hay un inconsciente colectivo parece reducir la posibilidad de un Ego
único e independiente. En realidad, al igual que tenemos características
personales, que nos hacen únicos, también tenemos que experimentar
ciertas experiencias o lecciones que son arquetípicas. Protágoras, filósofo
griego, abandonó esta idea por escrito hace muchos siglos, cuando
declaró que: "El hombre es la medida de todas las cosas". Esto significa
que no pasará nada al hombre que no es inherente a su naturaleza
humana. Es decir, por analogía, lo que ocurre con el gorrión será lo que le
sucede a su especie y lo que sucede a los leones, a la especie del león.
Todo lo referente a nosotros es tan único como nuestra huella digital o el
ADN, aunque al mismo tiempo también somos seres meramente
humanos. Al igual que con las paradojas se trata de una nueva idea al
principio, aunque, como ya hemos mencionado, existió hace muchos
siglos en la Filosofía.

Si miramos a nuestro alrededor una habitación iluminada por bombillas y


lámparas, vamos a deducir fácilmente que la energía o la electricidad es la
misma en cada uno de ellos. Esta imagen ofrece una idea de la naturaleza
del inconsciente colectivo. Cada uno de nosotros es un foco único,
separado y distinto de la luz, con un voltaje determinado y marca, pero el
principio vital en cada uno de nosotros es el mismo: "energía eléctrica".
Esta idea puede ir en contra nuestra (egocentrismo), pero si lo
examinamos en profundidad y con intensidad vamos a ver que es verdad.
Somos un ser personal e impersonal al mismo tiempo. Los principales
arquetipos que se expresan en nosotros en nuestros tiempos, tal como los
describe Jung son: la Persona (o la "máscara"); Ánima y Ánimus
(arquetipos sexuales); la Sombra (lo que está oculto); el Ser como
sinónimo de la Conciencia real u Objetiva (escondida dentro de nosotros
hasta que lo hacemos consciente). Es nuestra opción de decidir hacer los
Arquetipos conscientes que nos animan a lograr una vida más consciente
e integrada, o continuar en la oscuridad de la ignorancia.

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