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CUADERNILLO DE TEMAS

FOLKLÓRICOS

Amigos del editor:


Daniel Antoniotti
José de Guardia de Ponté
Raúl Chuliver
Editor responsable: Raúl Lavalle
Dirección de correspondencia:
Paraguay 1327 3º G [1057] Buenos Aires, Argentina
tel. 4811-6998
raullavalle@fibertel.com.ar

nº 26 – 2020
Publicación auspiciada por la Academia del Folklore de Salta

1
ÍNDICE

Presentación p. 3

Carlos Manuel Villasuso. Décimas para el Cuadernillo de


temas folklóricos p. 4

Mario Rojman. Al pie de la cuarentena (décimas) p. 7

Fanor Ortega Dávalos. “Si yo no hubiera nacido / en el día


en que nací” (glosa poética) p. 9

Fanor Ortega Dávalos. El capitán del “Sapo cancionero” p. 11

Fanor Ortega Dávalos. “El Paraná quedó solo” (glosa poética) p. 12

José de Guardia de Ponté. Jorge Hugo Chagra p. 14

Raúl Lavalle. “Sapo cancionero”, una canción “clásica” p. 16

Daniel Antoniotti. El adiós a Jorge Hugo Chagra p. 20

Libros y otras cosas p. 21

2
PRESENTACIÓN

Cuando vino a mi mente la idea de una publicación en Red sobre


temas folklóricos, busqué apoyo en mi amigo Daniel Antoniotti, de la
Academia Porteña del Lunfardo, pero también muy amante de la cultura
nativa, además de gran bibliófilo y reconocido escritor. Y se corporizó
entonces la idea, que esperamos dé lugar a estudios, poemas, cuentos,
reseñas; en suma, varia. Escribirán quizás escritores consagrados y
también personas no muy conocidas, incluso alumnos. Pero todos
tendrán en común el amor por la tierra.

Ruego a los lectores no me pidan que defina folklore, tarea


superior a mis fuerzas. En todo caso los temas de nuestro Cuadernillo
irán desde la rigurosa investigación científica y de campo hasta el
folklore de los artistas. El ámbito será argentino, aunque alguna vez se
extenderá a otras tierras hispanoamericanas y a otras modalidades (por
ejemplo el tango). Cada colaborador usará sus propias normas en cuanto
al modo de citar y de dar, en fin, formalidad a su aporte.

Los invito entonces, queridos amigos, a leer este pequeño


esfuerzo de un simple “aficionado”, de alguien que tiene afecto.
Agradezco especialísimamente a la Dra. Olga Fernández Latour de
Botas, de la Academia Argentina de Letras, por haberme alentado en
este paso, que doy no sin temores.
R.L.

3
DÉCIMAS PARA EL CUADERNILLO
DE TEMAS FOLKLÓRICOS
CARLOS MANUEL VILLASUSO1

Nos están borrando la identidad; no hay historia sin pasado, no hay


pueblo sin raíz. En nuestros pueblos originarios de la América del Sud, nos
vemos invadidos por la globalización, contagiados por las culturas
extranjeras. Entiendo que, en muchos aspectos, la escuela no está
enseñando a repensar nuestros orígenes, nuestra tradición oral y escrita,
nuestras canciones. Lo que hemos heredado de nuestros abuelos, se está
perdiendo. Cada uno de nosotros debiera ser consciente de que debe portar
la llama de argentinidad que identifica nuestros orígenes. Por esto y, viendo
el esfuerzo continuo de un grupo de personas, que con cariño y mucha
dedicación, editan un cuadernillo digital de folklore, quise escribir unas
humildes décimas describiendo lo que se visualiza en forma alegórica, y
reconociendo el enorme esfuerzo para realizar este mensaje de patria y sus
orígenes.
Gracias, queridos editores.

Mojón de tradición

Inquieto pensar quisiera


dónde encontrar un mojón2
que guarde la tradición,
pa3 que, guitarra campera,
no seas “solo madera”4.
Mojón machazo en su oficio,
al no permitir que un vicio5
nos seque la enredadera6,
que ha trenzado campo afuera
tanta historia y sacrificio.

1
Agradecemos al autor sus bellas palabras de elogio. No sin pudor las publico aquí; lo
hago más por reconocimiento a quienes me ayudan, con su pluma, con su lectura y con
su difusión, a hacer este Cuadernillo.
2
Señal que sirve para demarcar un territorio; en este caso, un costumbrismo (la
tradición).
3
Expresión gauchesca de para.
4
No solo un instrumento de madera sino la expresión de nuestra tradición.
5
El vicio de conocer lo de afuera y no nuestras raíces.
6
Como enredadera hemos trenzado en nuestra raíz una historia de usos y costumbres
de nuestros ancestros.

4
“Lo he buscado en una isleta”,1
un tala me contestó.
“Usted sabe, lo llevó
hace tiempo una carreta,
se me ha gastado la jeta
de tanto y tanto llamarla.
No se pa dónde atajarla,
y cuéntele. si la ve;
tantas veces lo intenté,
porque quisiera encontrarla.

“Ya no viene a matear


un criollo con su azulejo2,
y… me estoy poniendo viejo,
parece que voy perdiendo
lo que ya se está sabiendo.
‘Poco paisano ha quedado’;
el campo tecnificado
también pierde su costumbre,
no queda luz que me alumbre
lo que el abuelo3 ha mirado.

“El caballo es pal club hípico,


la ranchera4 se murió
y la milonga5 quedó
como maleta olvidada;
la zamba6 está abolerada
y… si programan festival,
se seca como cardal
al no mezclarle cuarteto7;
yo con ellos no me meto
mas… no nacimos igual”.

1
Formación boscosa que aglutina variadas plantas autóctonas como: chañares, talas,
algarrobos, espinillos, garabatos.
2
Caballo de pelaje azulejo, no agrego overo porque todos los azulejos son overos.
3
Un viejo tala de rugoso tronco y muy melenudo (coposo).
4
Género popular y folklórico, mantuvo algunos rasgos de mazurca pero adquirió otra
configuración y puede ser cantada.
5
Género musical rioplatense, típico de Argentina y Uruguay.
6
Género musical de las provincias del norte argentino, propuesto como danza nacional.
7
Género de música popular oriundo de Córdoba.

5
Al Cuadernillo le digo:
“Ustedes son un bagual”1,
como mojón aparcero2,
y se andan jugando el cuero:
defienden lo nacional.
Capaz que les vaya mal
con tuito globalizado,
porque ahurita hasta el asado
se hace con gas, no con leña;
ya no se encuentra una peña
y el criollaje queda a un lado.

Muy temprano en la aclarada


como el gallo me levanto;
su edición me trae el canto
que tiene Salta guardada.
Se alegra la paisanada,
el mojón no se ha perdido,
la tradición… no es olvido
y nunca será borrada;
sigan la corajeada,
por favor, hoy se lo pido.

CARLOS MANUEL VILLASUSO

El autor de estas décimas y, a su derecha, un lonko (cacique) ranquel de San Luis

1
Potro salvaje que no ha sido domado.
2
Expresión campera: amigazo, más que amigo.

6
AL PIE DE LA CUARENTENA
Décimas al mate entrerriano

En esta tierra excelente,


cuna de grandes maestros,
sigue siendo el mate nuestro
un tibio y abierto puente.
Queriendo ser consecuente
con su criollo desafío,
como tributo a los míos
alzo mi orgullosa voz
pues, por la gracia de Dios,
he nacido en Entre Ríos.

El mate tiene niveles


de variantes infinitas,
puede ser con tortas fritas
medialunas o pasteles.
Es para todos los fieles
–en la montaña o el llano–
un rito ya cotidiano
que se ejerce con amor,
pero te sabe mejor,
si lo ceba un entrerriano.

Es un requiebro, un halago,
que rueda de mano en mano,
atención con que el paisano
le rinde culto a su pago.
Es mucho más que un amago
de algún diálogo intimista;
sería muy larga la lista
de lo que el mate conlleva,
pero es una seria prueba
cuando encara la conquista.
En nuestro Río de la Plata
hizo nido la hermandad,
y en el campo o la ciudad
es un lazo que nos ata.

7
Viene de muy vieja data,
su leyenda es muy profusa;
es el sostén de la musa,
del poeta o del juglar,
y en tren de fraternizar
suele servir como excusa.
Yo, devoto del Dios Baco,
le suelo meter los cuernos,
puesto que el mate y el termo
me han ganado el lado flaco
y muy a pesar del paco,
del que nadie se hace cargo,
suelo salir del letargo
para acudir al rescate
del viejo y sagrado mate
criollo, amistoso y amargo.
Respondiendo al protocolo
–del que ya estoy más que harto–
ni siquiera lo comparto
y hoy lo tomo amargo y solo.
Como entrerriano enarbolo
vivencias de mi región
y al vivir la regresión
mi exaltación no desmaya
sentado frente a la hornalla
añorando aquel fogón.
MARIO ROJMAN

8
GLOSA POÉTICA

Si yo no hubiera nacido
en la tierra en que nací,
estuviera arrepentido
de no haber nacido allí.

GLOSA
Morenita de mi pago,
cómo me hubiera perdido
toda la miel de tus labios,
“si yo no hubiera nacido.”
Porque la dicha comienza
el instante en que te vi
más deslumbrante que el sol
“en la tierra en que nací.”
Hoy no me perdonaría,
si no te hubiera querido
y hasta el final de mis días
“estuviera arrepentido.”
Y por todo lo vivido,
citando a Hernández Marín,
nada valdría la pena,
“de no haber nacido allí.”
FANOR ORTEGA DÁVALOS

9
Lo anterior requiere una explicación. El propio autor aclara que
la glosa es sobre “la primera estrofa del poema ‘El buen borincano’, del
poeta de Puerto Rico don Rafael Hernández Marín.” Por ello incluí la
foto de la página anterior. Don Fanor Ortega Dávalos es una presencia
frecuente en este Cuadernillo y siempre le agradezco su permiso para
publicar sus escritos. Muy emotiva es para mí su glosa, que toca el
corazón de un gran tema de la lírica: es bello todo lo que me recuerda a
mi morena. En fin, borinqueña, tarijeña, salteña o porteña, saludo, con la
ayuda del poeta, a todas las mozas.

Pero hay una situación especial. Cuando leía la glosa, tuvimos la


triste partida de Jorge Chagra, gran figura de nuestro folklore. No tuve la
suerte de verlo personalmente las veces que estuve en Salta. Como un
raro acto de arrepentimiento por mi error, pongo a continuación una foto
de dos “salteños.” Chagra nació en Jujuy y Don Fanor, en Tarija, pero
Salta los unió en la imagen y en el espíritu.

10
EL CAPITÁN DEL SAPO CANCIONERO

El título es el de la publicación de Alma García, en la revista


Historiando Cantos,1 de una entrevista al Dr. Jorge Hugo Chagra, sobre
el plagio de la letra de Sapo cancionero.2

El compositor relata que había escuchado, de un conocido jujeño,


una poesía muy hermosa; que le puso música con facilidad, pues el tema
inspiraba rápidamente la melodía.

En Buenos Aires Editorial Lagos resolvió imprimirla, aunque ya


para entonces la habían estrenado Los Gauchos Riojanos. Como es
notorio, Sapo Cancionero tuvo gran éxito.

Cita de Chagra: “Pero, un día en Jujuy, un sacerdote amigo me


dijo que el supuesto autor de la letra no era el que me la había dado; y al
mismo tiempo un discípulo de Alejando Flores, el poeta chileno. Se
comunica con Editorial Lagos y le confirman la autoría del poeta
chileno. Entonces entendí la demora de mi amigo jujeño para firmar el
contrato. No hubo necesidad de devolver nada, porque no habíamos
alcanzado a cobrar derechos de autor.”

FANOR ORTEGA DÁVALOS

1
Por el título de la publicación, se supone que el Dr. Chagra ya revistaba con el grado
de Capitán del Ejército Argentino.
2
Sapo Cancionero está registrado en SADAIC, en fecha 24/04/1962, por Alejandro
Flores (autor) y Jorge Hugo Chagra (compositor).

11
EL PARANÁ QUEDÓ SOLO

El Paraná quedó solo:


lo dejó su enamorada.
¿Por qué al eterno Silencio
se fue Ramona Galarza?

GLOSA

El veintidós de septiembre
nos vino para el asombro;
cuando nadie lo esperaba,
“el Paraná quedó solo.”

Aunque ella quiso quedarse


al lado de quien amaba,
con un nudo en la garganta
“lo dejó su enamorada.”

Pero el viejo Paraná


ya lo estaba presintiendo,
haciéndose la pregunta:
“¿por qué al eterno Silencio?”

Y el Cielo dos días antes


se llevó a Jorge Hugo Chagra…
y tras del compositor
“se fue Ramona Galarza.”

Con pocos días de diferencia partieron de este mundo El Padre


Julián Zini, Jorge Chagra y Ramona Galarza; dos correntinos y un
jujeño. Esta glosa de Fanor Ortega Dávalos establece tales entrañables
relaciones pero, si nos quedamos solo con Ramona, veamos las bellas
personificaciones. El gran río que se queda solo, como con la garganta
anudada, por haber perdido a la mayor de todas sus novias. Para los
antiguos los ríos eran dioses; por ello no sorprende que el Paraná sea
aquí un profeta, que presiente la mala nueva de la muerte de la gran
cantora litoraleña, aunque “dejónos harto consuelo / su memoria.” Más
aún, es como si el río hubiera querido dejar pasar el día de la primavera.

12
Me incluyo muy humildemente en la legión de sus admiradores;
soy menos que un pacú, que un surubí y que un dorado, de los que tiene
Brascó, pero sigo mi destino por las aguas marrones y bravas de este
mundo, que me llevarán nadie sabe hasta qué puerto. Pero en medio del
dolor tomemos una copa de vino y celebremos la memoria de una mujer
que cantó con una voz superlativamente diáfana y con un inmenso
sentimiento. Te pido perdón, caro lector, por hacer una suerte de dos en
uno: intento en ínfima copla hacer las laudes del que rinde y de la que
recibe el homenaje.

El río Guadalquivir
saluda al gran Paraná:
un coplero de Tarija,
a una voz tan singular.

13
JORGE HUGO CHAGRA

JOSÉ DE GUARDIA DE PONTÉ

Como si fuera hoy recuerdo que un miércoles 3 de junio de 2009,


en un cafecito de la calle Zuviría, nos reuníamos Eduardo Ceballos, Julio
César Ulivarri, el que suscribe y el maestro Jorge Hugo Chagra para
fundar la Academia del Folklore de Salta.
Nunca me podré olvidar de las palabras del Maestro que, con
toda humildad, nos decía que estaba muy orgulloso de estar allí, en un
momento histórico para Salta, siendo jujeño.
El Maestro Chagra efectivamente nació en San Salvador de Jujuy
un 29 de marzo de 1928; allí realizó la primaria y secundaria, además de
estudios incompletos de piano y violín; en 1946 ingresa a la facultad de
odontología en Córdoba y en plena bohemia estudiantil comienza a
enriquecerse musicalmente y a dialogar con el folclore y tímidamente a
componer.
En el año 1952 se recibe de odontólogo y se radica en Apóstoles
(Misiones), pueblo en ese entonces fronterizo a Corrientes. Retorna a
Jujuy en 1957, donde empieza a componer sobre la temática lugareña.
El 31 de diciembre de 1959 se incorpora al Ejército Argentino con el
grado de Teniente Odontólogo; tras un año de capacitación en la Escuela
General Lemos y Hospital Militar Central, retorna a Jujuy. Destinado al
Regimiento 20 de Infantería. Sus destinos posteriores fueron:
Regimiento de Infantería Monte 28 de Tartagal, Regimiento 20 de San
Salvador de Jujuy y, ya con el grado de Mayor, es trasladado al Hospital
Militar de Salta en 1977. En 1990 finaliza su carrera con el grado de
Teniente Coronel.
En 1974 graba diez temas musicales de su autoría y los edita en
un sello personal, Viltipoco; el título: A Jujuy siempre se vuelve.
Desde 1977 reside en Salta, siendo ya adoptado por esta tierra. Se
convirtió en un “Cónsul Honorario de Jujuy en Salta” y representante del
Norte Argentino para el mundo.
Su trayectoria, ampliamente reconocida, está formada por temas
tan conocidos como: Sapo Cancionero, Quiero volver a Jujuy, A Jujuy
siempre se vuelve y Viltipoco, El Carnavalito de Chicoana, cuyas letras
son de Alejandro Flores, Rodolfo Aparicio, Marcos Paz y Luis Clemente
D'Jallad respectivamente.

14
Es autor en letra y música de Así es Jujuy, A Zapla me voy,
Zamba para Medardo, La 23 de agosto, Sapukay, ¡Ay carnaval, cómo te
espero!, Zamba para mi viejo maestro, Jujuy, que lejos estoy; y otras
más que tienen una evidente raigambre provinciana, de tal suerte que en
1996 la Intendencia de San Salvador de Jujuy le otorgó el Premio San
Salvador “por contribuir y ser parte de nuestra ciudad”.

Su vena artística también se transporta a la pintura; siendo un


apasionado por la figura y el retrato, utiliza la técnica del pastel para
realizar sus obras pictóricas. Realizó dieciséis exposiciones individuales
entre 1987 y 2010.

No hay alma que no haya tocado su encantadora personalidad de


caballero indiscutible y sentir maravilloso. Jorge Hugo Chagra no ha
muerto. Como gran poeta queda para siempre en las eternas letras de sus
canciones dedicadas a su Jujuy querido, y como persona será una bella
luz en el alma de los amigos que tanto le quisieron.

JOSÉ DE GUARDIA DE PONTÉ

15
SAPO CANCIONERO, UNA CANCIÓN “CLÁSICA”1

RAÚL LAVALLE

Según mi humilde experiencia, Sapo cancionero es una canción


folklórica de la que gustan incluso muchos que no son tan amantes de
nuestra música telúrica. Me propongo aquí simplemente comentarla un
poco. Ojalá estas líneas sirvieran, aunque sea en pequeñísima medida,
para darla a conocer más. El Cancionero Folklórico Argentino dice que
la letra es de Jorge Chagra y que a Nicolás Toledo pertenece la música.2
Copio entonces el texto.

Sapo de la noche, sapo cancionero,


que vives soñando junto a tu laguna.
Tenor de los charcos, grotesco trovero,
estás embrujado de amor por la luna.
Yo sé de tu vida sin gloria ninguna;
sé de las tragedias de tu alma inquieta.
Y esa tu locura de amor a la luna
es locura eterna de todo poeta.
Sapo cancionero,
canta tu canción,
que la vida es triste,
si no la vivimos
con una ilusión.
Tú te sabes feo, feo y contrahecho;
por eso de día tu fealdad ocultas
y de noche cantas tu melancolía
y suena tu canto como letanía.
Repican tus voces en franca porfía;
tus coplas son vanas como son tan bellas.
¿No sabes acaso que la luna es fría,
porque dio su sangre para las estrellas?

Cuando estamos ante una composición “folklórica”, solemos


toparnos con ciertas palabras de la tierra (el mero hecho de escucharlas
nos da ganas de visitar nuestros loca sancta telúricos).

1
Trabajo leído años atrás en un encuentro de Casa de Salta, Buenos Aires.
2
Cf.: http://www.folkloredelnorte.com.ar/cancionero/s/sapocancionero.html. Sobre
Chagra hay bastante información en el Portal Informativo de Salta (cf.:
http://www.portaldesalta.gov.ar/chagra01.htm). No entro en el tema de la autoría de la
letra, que otros trataron en varias ocasiones.

16
Topónimos, instrumentos musicales, vestimentas, comidas; en
fin, voces que por sí solas nos remiten al solar nativo. En cambio,
nuestro poeta emplea aquí nada más el español general… y con algunas
formas cultas.

La interpelación del primer verso se explica bien, porque el poeta


personifica al vate de los bañados. Ambos tienen cosas en común: uno y
otro aman la noche; uno y otro veneran a la luna paseandera; uno y otro
son anfibios, seres de dos mundos, de lo real y de lo ideal. En lo que a
mí respecta, nada tiene de “grotesco” el canto que modula en las charcas.
Es una música constante pero de variadas métricas.

El estribillo nos dice algo repetido por muchos: el canto alivia las
penas. En este valle de lágrimas, en las aguas de esta charca,
necesitamos escuchar a los bardos cantores. Más aún, con el canto el feo
se vuelve bello, como nuestro sapo querido, que nos transporta a un
empíreo de ilusiones. Su vida ya no podemos decir que es “sin gloria
ninguna”, porque el cálamo del escritor lo llevó a los astros.

Pero salgamos de las aguas y miremos un segundo a otros bardos


diminutos. No estoy obligado –creo yo– a citar ejemplos de las cigarras,
platónicos insectos del Fedro y de otras obras de la literatura clásica.
Baste con el final de “Sinfonía en gris mayor”, de Rubén Darío, que
muchos aprendimos de memoria en la escuela:

La siesta del trópico. La vieja cigarra


ensaya su ronca guitarra senil,
y el grillo preludia un solo monótono
en la única cuerda que está en su violín.

Grillo que todos recordamos cuando elogiaba el azul de los


eneros tucumanos, en la Zamba del grillo de Yupanqui:

Un grillo feliz cantaba


su canto de azul y enero
y, al regresar a los llanos,
yo le iba diciendo
mi adiós al cerro.

En fin… pido al lector disculpas por haber acompañado a nuestro


sapito con coro de coyuyos en el día y con cuerdas de grillo por la noche.
Además de mi gusto por las relaciones, quise recordar brevemente que
varios poetas hicieron laudes de los bichitos músicos.

17
Volvamos un poquito atrás, a la palabra tragedia. Junto con ella
están tenor, trovero, porfía, letanía. No suenan a gaucho. Al revés, nos
transportan a literaturas antiguas y venerables. Tal, la intención del
poeta, quien, haciendo una apoteosis del bardo de la laguna, se ensalza a
sí mismo. Y el panegírico es “nocturno”, por así decir. En efecto el
sapito glo glo glo1 se halla más a gusto en los dominios de esa diosa
hesiódica, hija del Caos,2 que también es piadosa con mi fealdad. En
todo caso, desde la Batracomiomaquia o Combate de ranas y ratones,
que los antiguos atribuyeron a Homero, hasta hoy, los batracios han
tenido una silla en la academia literaria.
Me considero uno de sus mayores admiradores y, cada vez que
paso por una zanja o un charco, pienso en él, pues yo también soy poeta.
Más aún, soy muy mal poeta y mis poemas y escritos son malos, porque
nadie los lee. Pero acaso nuestras voces (bella la de mi amigo y fea la
mía) tienen sangre, savia vital, para nosotros. Pero mi comparación con
el sapo es mala, pues yo a nadie sirvo; él es servicial como la luz de la
luna, que da a las estrellas lejano resplandor. Quizás los físicos digan que
esto no es así, pero batracios y yo vivimos en un mundo irreal.
Por último, permita el lector mi último encomio: copio aquí una
versión latina que hice de esta canción emblemática. Me tomé más de
una libertad, pero quizás la mayor fue inventar la palabra crocus, para
traducir ‘sapo.’ Pido al lector su benevolencia para mi Crocus musicans.
Crocum garrulantem, crocum musicantem
lyra rauca audimus undanti in palude.
Tribue nobis mixtam concinnationem,
ut Dianam caelestem melius contemplemur.
Inglorius vixisti et inglorius vives;
grues necnon mures tecum certaverunt
sed, quia amavisti sub rivulis Lunam,
merito vocaris dignissimus vates.

1
Quizás alguien recuerde a ese “irlandés” José Sebastián Tallon, prócer de la literatura
infantil:
Nadie sabe dónde vive.
Nadie en la casa lo vio.
Pero todos escuchamos
al sapito: glo... glo... glo...
No es momento de discutir si usamos mayúsculas o cómo puntuamos “glo… glo…
glo…” Pero sí de recordar otro poema suyo, “La garganta del sapo”:
Tan desnudo y lustroso, y tan feo y romántico,
cuando inflas, oh sapo, tu croclera garganta,
yo te escucho celoso, porque sé que tu cántico
brota para una sapa que presuntuosa canta...
2
Hesíodo, Teogonía 123: ‘Del Caos nacieron Érebo y la negra Noche.’

18
Batrache amice
omnibus poetis,
abiice tristitiam,
quoniam vita floret,
remanente spe.

Tu videris foedus, foedus, turpis visu;


tu igitur sub sole corpusculum condis;
at nocturnus canis carmina iucunda,
quae currentia sidera laetificantur.
Viridibus aquis, amoebaeus sonus:
illud grave guttur certat cum natatu;
tintinnabula agunt omnes alii croci,
hymnum conficientes deitati palustri.

RAÚL LAVALLE

19
EL ADIÓS A JORGE HUGO CHAGRA

El pasado 20 de septiembre murió Jorge Hugo Chagra; para


decirlo del modo más elocuente posible a quien no le suene del todo ese
nombre, el compositor de Sapo cancionero, esa zamba que cantó el país
en la década del ’60. Siempre merodeó a ese tema un cierto misterio
sobre el autor de la letra, pues en algunos discos se leía el nombre de
Nicolás Toledo, aunque en realidad este adaptó la métrica de un poema
del chileno Alejandro Flores, un hombre de teatro en lo esencial, que
también había publicado un poemario que llegó a manos de Chagra,
quien tuvo la feliz inspiración de musicalizar los versos en cuestión.
Chagra había nacido en Jujuy el 29 de marzo de 1928, estudió
odontología en Córdoba y la última etapa de su vida la pasó en la ciudad
de Salta. En su acercamiento a la música de proyección folclórica,
además de aquel tantas veces interpretado Sapo…, logró composiciones
francamente recordables como Así es Jujuy –su preferida– o Mulita,
talán, talán, en las que también aportó la letra.
Su acercamiento a poetas destacados lo llevó a componer temas
como A Jujuy siempre se vuelve, con letra de Marcos Paz, y Quiero
volver a Jujuy, con la colaboración poética del periodista y locutor
Rodolfo Aparicio, a quien escuché durante muchos años en audiciones
folclóricas de Radio Provincia de Buenos Aires. La versión de esta
canción de otro jujeño de ley, Jorge Cafrune, es francamente memorable.
Con 92 años dio su último suspiro y deja composiciones que
acompañarán por siempre a todos los amantes de la música raigal de
nuestro noroeste.
DANIEL ANTONIOTTI

20
LIBROS Y OTRAS COSAS

Se dio vuelta la taba: España saborea la yerba

“DIA, cuyo nombre legal es Distribuidora Internacional de


Alimentación, S.A., es una compañía internacional del sector de la
distribución de la alimentación, productos de hogar, belleza y salud.” Así
me dice la Wikipedia; también, que es una empresa de origen español.
Pero lo que nos concierne ahora, también vende yerba; incluso lo hace o
lo hacía con alguna variedad (por ejemplo, con sabor a naranja). Alguien
se preguntará qué tiene que ver España con la yerba mate. Varias
respuestas, pero solo doy una. Amaro Villanueva, en su célebre El mate:
arte de cebar (II, 8), enseña que existía el llamado té de los jesuitas.
Quiere decir, lo que llamaríamos mate cocido, porque los jesuitas,
mucho tiempo atrás, lo bebían en forma de infusión. Yo mismo, querido
amigo, te confieso que, a pesar de don Amaro, a mí me gusta el mate
preparado como mate cocido… y dulce, endulzado con miel. No
desprecio la tradicional mateada; solo digo la que más me gusta. En ese
sentido, sin que esto sea propaganda, no veo mal tomar mate con yerba
de un supermercado español.
Nicolás Demio

21
Un lindo regalo / para Don Amaro

En la nota anterior recordábamos a Amaro Villanueva y su libro


sobre el mate. Allí se manifiesta muy adverso al uso del termo, tan
frecuente en nuestros días. Me acordé de él cuando vi, en un negocio de
cosas criollas, esta colección de pavas. El comercio estaba cerrado por
refacciones; por tal motivo tuve que sacar desde afuera, con mucho
reflejo, esta mala foto. A pesar de mi falla, quizá esta notilla sirva para
que algún lector dé nuevo valor a una pava vieja.
Nicolás Demio

Saludo folklórico al padre


SIN PALABRAS
El fogón, unos marlos y un leño,
ñandubay o quebracho, qué importa,
y su mirada azul, lejana, absorta,
clavada en la cumbre de un sueño.

22
Reiteración de un rito cotidiano,
de tierna comunión con la tibieza
y el mate era un gorrión en esa pieza,
anidado en el hueco de su mano.
En aquella prodigiosa madrugada,
fingiendo dormitar, el niño espiaba
esa mirada adusta, ausente, dura.
Mas de pronto, si el niño se movía,
otro fuego sus ojos encendía
y era una catarata de ternura.

Don Mario Rojman ha colaborado ya en este número pero quise


aprovechar la ocasión de incluir también este sentido soneto que, para el Día del
Padre de 2020, envió a sus contactos. Revive con nostalgia una escena de infancia
en Entre Ríos. No conocía la palabra marlo. Copio lo que dice la enciclopedia en
línea: “El raquis del maíz es el corazón (raquis) de la mazorca del maíz. A lo largo
de los países hispanohablantes recibe nombres diferentes, generalmente de origen
indígena.” Uno de tales nombres es marlo. [R.L.]

Un pelaje muy seguro


Vivo en el centro de la Ciudad de Buenos Aires, muy cerca del
Obelisco. Pues bien, en la entrada de un edificio vecino un oficial de
seguridad privada tenía un escudo donde se leía Pangaré. La Red
remedió mi ignorancia, pues, si bien sabía que se trataba de un pelaje, no
tenía la siguiente definición: “Se aplica al caballo cuya capa básica,
dorada o castaña, se ve descolorida en algunas regiones del cuerpo, en
especial las inferiores.”

23
Nada pude encontrar respecto de su etimología pero casi me
animaría a decir que es voz de origen guaraní. En todo caso, es bello
encontrar en pleno bullicio de la ciudad una nota folklórica. Y alguien
tan porteño como Gardel hizo, junto con José Razzano, la música del
estilo El pangaré. El comienzo de la letra, obra de Alcides de María:
En un pingo pangaré,
con un freno coscojero,
buen herraje y buen apero,
en dirección al Pigüé,
va el paisano Cruz Montiel
orillando una cañada,
con camisa bien planchada,
un clavel rojo retinto,
puñal de plata en el cinto
y bota fuerte lustrada.

Una cosa lleva a la otra; no sabía el significado de coscojero pero


me ayudó la Academia: “adj. rur. Arg. y Ur. Dicho de una caballería:
Que agita mucho las coscojas (‖ ruedas en el puente del freno).” Dicho
sea de paso, el poeta usa la palabra retinto, que se aplica al castaño muy
oscuro de algunos animales.
E.L.

Carlos Villasuso: un saludo desde Villa María


El señor que figura en el título, poeta y escritor de la cordobesa
Villa María, me ha enviado un muy literario saludo que hizo a su amigo
Juan Farías, baqueano, que vive en Puerto Aragón (Santa Fe).
Andaremos navegando
Por el río de la vida,
una morena prendida
en la punta del anzuelo,
viendo levantar el vuelo
un crestón en el bañado.
Y un carpincho camuflado
entre tanto camalote
hace sentir el azote
de la cola de un dorado,
que ha quedado dibujado
entre las aguas del río:
ese Paraná bravío
que tanto has navegado.

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Pero demos vuelta nuevamente la página: dejamos Santa Fe y el
Paraná, con sus patos y demás aves, sus afluentes llenos de plantas, sus
tarariras, sus carpinchos y pecaríes. Volvamos a Villa María, a la tierra
de Don Carlos Villasuso y de Otero Wilson. Pero lo hago por un motivo
peregrino. Compramos en efecto el otro día una manteca marca
Tonadita. Como amigo que soy del folklore, me gustó el nombre, porque
la tonada, según la Academia: “composición métrica para ser cantada.”
Y una segunda acepción: “música de la tonada.” Pero a mí me trajo la
Tonada del viejo amor, la tonada de Calle angosta y, vaya Vargas a
saberlo, alguna tonada más. Y, paseando por la Red, me vengo a enterar
que ELCOR, la empresa láctea que produce Tonadita, es vecina de mi
querido Don Carlos, de Villa María, “a orillas del Río Tercero.” En fin,
en vez de brindar por mi amigo, me voy a tomar un té de los jesuitas…
con tostadas y Tonadita.
R.L.

hay otros envoltorios, pero me gusta este de papel manteca

Un recuerdo del Padre Zini


La señora Marilyn Stalla, correntina, escribe un breve y muy
bonito testimonio personal sobre el Padre Julián Zini, fallecido en agosto
de 2020. Añadimos una foto tomada de la Red. [R.L.]
“Con respecto al padre Zini, puedo comentar que tuve el
gusto de conocerlo y charlar con él en distintas Ferias del Libro
que se realizaban acá. Fue un gran poeta, ya que dejó muchas
canciones escritas a las que Julio Cáceres, la voz de los de
Imaguaré, puso música. Se destacan, entre otras, Avío del alma,
Compadre que tiene el vino, Peregrino de la esperanza, Pimpollo, Madre
Ternura y muchas más.

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El Pai Zini como lo llamaban, se presentaba en todos los
festivales que era invitado, donde él con su conjunto interpretaba
sus poemas. Es una gran pérdida para los chamameceros.”

Una cerveza bien gaucha


Normalmente asocio la cerveza con los mundos germano y celta,
aunque hoy en todo el mundo hay. ¡Incluso en relación con lo gaucho!

Descubrí por casualidad este producto. Me equivoqué al decir


que por casualidad pues, si bien no consumo cerveza, Philippus, un
querido exalumno mío y sabedor de mis gustos, me regaló una lata
vacía, que es como la de la foto de arriba, procedente de la Red. En fin,
lo que importa es que, con ocasión y sin ella, hablemos del gaucho.
E.L.

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Sobre Néstor Esteban Cuestas
También en septiembre de 2020, falleció uno de Los Hermanos
Cuestas. Si no estoy equivocado, el más cantor era Néstor y el silbador
de pájaros, Rubén. No hablaré aquí sobre la trayectoria de tan importante
dúo folklórico. Simplemente quiero agradecer a ambos por enseñarme a
prestar más atención a la bellas y canoras aves de nuestro suelo. [R.L.]

El hornero
El hornero
–Alfarero criollo–
Con su pico aún humeante
De pajitas y barro
Me saluda.
Y no huye
Como los otros pájaros,
Comprende que el poeta
Es un hermano
De alas invisibles,
Que surca junto a ellos
El espacio.
GERARDO MOLINA1

1
Un muy buen homenaje a Los Hermanos Cuestas es el bello poema del amigo oriental
Gerardo Molina, activo participante de este Cuadernillo. [R.L.]

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