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EVA. - ¡Desapareció! Y yo pregunto: ¿Qué maneras son estas de dar un mensaje? (VA
HACIA DONDE SALIÓ Y LE GRITA) Vuelve, pajarraco…espera un momento, ¿no? ¡Y
explícate! Por la bronca del ángel mi pobre Adán quedó trastornado, y me gritaba…
EVA. - Adán, no me grites, que estamos solos en el mundo y no estoy sorda. Debe ser
alguien que está contra Yahvé Dios.
ADÁN. - ¿Y dónde está, Eva? Dice que anida en cada criatura disfrazado de
hermosura...Entonces, ¿también puede anidar en mí?
ADÁN. - Sí, Eva, es más fácil que esté dentro de ti ese Diablo- Demonio, disfrazado de
hermosura...
EVA. - ¡Yo! ¡Yo podía ser el Demonio disfrazado de hermosura! (APARTE) ¡Me sentí
enrojecer tanto que casi me desmayé!¡Hermosa! ¡Me ve hermosa! Me dieron ganas de
abrazarle. De echarme a su cuello gritando: "Sí, yo soy el hermoso Diablo-Demonio... ¡y te
arrastraré al infierno!
EVA. - Un lugar.
ADÁN. - Pero ¿qué lugar? Tal vez un barranco, una prisión donde hay que encerrar a ese
Diablo para darle castigo. ¡Yahvé Dios, la que había liado el pajarraco!
EVA. - El bobo de mi Adán ahora veía al Demonio en todas partes. Y la tomó conmigo. Me
echó de la cueva.
ADÁN. - (Se separa apenas) "No sé", (RESPONDE, AZARADO) también me ocurrió el
otro día al levantarte en brazos, cuando jugábamos. ¡Por eso te eché!
EVA. - ¿Y por qué? ¿Qué tengo yo que ver con ese apéndice tuyo que se pone tan travieso
y sale hacia fuera?
ADÁN. - Pero sólo sale cuando te acercas... sobre todo si te ríes ... y también por tu olor.
¿No será un mal, una dolencia? No sé... ¿cómo un bubón risueño?
EVA. - "No, no me duele, ¡todo lo contrario! Pero me turba...me provoca mucho calor,
hasta en la cabeza.
ADÁN. - Sí, creo que sí, Eva... creo que es el mismísimo Demonio en persona...
¡disfrazado de hermosura!
EVA. - Bueno, no exageres, no veo yo tanta hermosura... ¡Ni siquiera tiene ojos!
EVA. - ¿El amor? ¿De dónde te sacas Adán esa palabra, "el amor", que no la había oído
antes?
ADÁN. -No sé, me ha salido sola... de pronto, de los labios... cuando siento estas ganas
locas de abrazarte... de estrujarte a revolcones. Me sale gritarte ¡Amor!
EVA. - "No quiero ofenderte", (JADEA ADÁN) Juraría que dentro de ti se esconde el
infierno... (AMBOS JADEAN) "Y yo creo Adán que sé dónde está ese lugar... ¡pues siento
ahí el fuego del infierno! “Debemos obedecer al ángel de Yahvé Dios que nos dijo:
"¡Cuando veáis al demonio, arrojadlo de inmediato al infierno para su castigo!
¿PROBLEMAS?
EVA. - Y nosotros, un millón de años más tarde, seguimos preguntándonos ¿No será el
demonio?
EVA. - Pero no hay que desmoralizarse, porque todos tienen problemas sexuales... los
divos, las pornoestrellas, los fontaneros... los terroristas... los reyes, los príncipes...
Acuérdense del príncipe Carlos de Inglaterra; que escribía a Camilla: "Quisiera estar dentro
de tus bragas, quisiera ser tu Tampax..." Si eso no es tener problemas sexuales”
ADÁN. - Sí, estamos llenos de problemas, y además sabemos poquísimo de sexo. Puede
que en teoría lo sepamos todo, pero en la práctica mucho menos. Esta charla quiere sobre
todo informar, explicar... sin presunción, quiere hablar de sexo, ser una "lección de amor".
EVA. - Ante todo, quiero tranquilizar a las madres que hayan venido al teatro con sus hijas.
Sé cómo hay que hablar a los jóvenes, con delicadeza, con sensibilidad y respeto... y no
sólo a los jóvenes, también a los adultos. Así que, muy relajados, hagamos juntos una
alegre terapia de grupo. (Grupo numeroso, creo que hay... personas, pero grupo, al fin y al
cabo).
ADÁN. - "EL SEXO, ESE DESCONOCIDO" era el título de una carta al director
publicada en un periódico, en la que un señor se quejaba de que "nuestra sociedad no
enseña nada a nuestros hijos. En la escuela nadie les hablaba de sexo, de la familia para qué
hablar, la madre es tímida, el padre no tiene confianza para plantear el tema, un problema
cultural...
EVA. - Y a los 18 o 20 años un joven no sabe, no sólo dónde está, sino ni siquiera qué es el
clítoris. Liga con una chica, se hacen novios, se casan, no logra satisfacer sexualmente a su
pareja, y la relación se termina".
ADÁN. - Eva tiene toda la razón. Sabemos por artículos y encuestas, en colegios, en la
universidad, que es cierto, que los chicos no están informados, no saben cómo está
estructurado el sexo de su compañera, ni qué posibilidades ofrece...
EVA. - Sólo saben que ahí tenemos un orificio. Y las chicas, poco más. ¿Qué sabe un chico
de 20 años de sexualidad femenina? ¿Qué sabía yo a los 20 años? Nada. Como pueden
imaginar, yo también he vivido mis épocas de confusión, y he tenido mis correspondientes
problemas sexuales antes de los 20 años, y después... de niña, el sexo era para mí algo
misterioso... sabía que existía, pero nadie me hablaba de él. No hablar, no ver, no tocar, era
la regla sagrada. De hecho, las que estuvimos en el colegio de monjas nos hacían duchar
con camisón. ¡Lo juro! ¿Por qué?
MI MADRE NO ME DIJO
EVA. - Me hubiera gustado hablar de ello, que me explicaran ciertas cosas... pero ¿con
quién? La persona indicada hubiera sido mi madre, pero no había confianza entre nosotras.
Mi madre venía de una familia rica... en dignidad y prejuicios. Mi madre es una buenísima
persona, católica ferviente, practicante, e incluso... votante, que con sus hijas jamás habló
de sexo'. Para mi madre éramos como las muñecas... terminábamos aquí. (Indica la
cintura) Para ella, decir sexo era decir obscenidad. Una muestra: al culo lo llamaba
"pompis"... y a lo de delante, "pompis de delante". Curioso, ¿verdad? A veces, cuando yo
estaba haciendo los deberes... yo era una niña buenísima, estudiosa... mi madre llegaba de
improviso con esa cara que ponen las madres en los momentos importantes, y me decía con
una voz, pero una voz... que parecía la de Dios.
ADÁN-MAMÁ. - ¡Ten cuidado, hija! ¡Los hombres sólo quieren una cosa!
EVA. - Nunca me dijo cuál. ¡Mi madre no me preparó para la vida! Las únicas cosas de
sexo las supe por una amiga muy revoltosa, a los doce años... Hacía algún tiempo que no la
veía, y me dice:
ADÁN-AMIGA. - Qué cansada estoy...
ADÁN-AMIGA. - El amor...
ADÁN-AMIGA. - "Pues como no sabíamos nada de esas cosas, sólo que los niños nacen de
la tripa... él con su cosa empujaba, empujaba... ¡No ves cómo tengo el ombligo! (SE
QUITA LA PAÑOLETA)
EL ABORTO
Así que quedé embarazada...Se preguntaran por qué les hablo de algo tan íntimo, tan
privado. La verdad es que me resulta difícil, pero ya saben que corren malos tiempos para
el tema del aborto, no hay más que ver cómo hasta amnistía internacional ha declarado que
“El aborto es un procedimiento médico que pone fin al embarazo. Es una necesidad básica
de atención de la salud para millones de mujeres, niñas y otras personas que pueden
quedarse embarazadas. Se calcula que, en todo el mundo, todos los años uno de cada cuatro
embarazos acaba en aborto. ... y la verdad, creo que un ejemplo de experiencia real, vivida,
vale más que cien discursos ideológicos. Cuando descubrí que era una ignorante
embarazada, creí volverme loca. No me lo esperaba. Estaba aterrada. No me siento con
ánimos para contar lo que pasamos... inmaduros, inexpertos en todos los sentidos, y sobre
todo para traer un hijo al mundo. Si hubiese podido hablarlo con mi madre... pero tuve
miedo, miedo a su reacción, al dolor tan grande que iba a ocasionarle... a la vergüenza, a la
deshonra... y sigue siendo así, o no habría tantos recién nacidos abandonados. Pero sobran
las palabras: aborté. Entonces, abortar era peligroso, podías acabar en la cárcel, tú y el
médico. Y las condiciones sanitarias eran infrahumanas. El trauma y el miedo se me
pegaron al cuerpo durante meses. Por no hablar del tremendo esfuerzo de juntar ese
billetote...Un lugar improvisado, en el quinto piso de una casa de barrio, sin elevador. Un
médico y una enfermera. Cuando entré, ni los buenos días. Pero el dinero, por delante…
(SE ILUMINA OTRA ÁREA)
ADÁN-DOCTOR. - "Desnúdese... acuéstese... coloque una pierna aquí y la otra aquí. No
grite ni llore o se va a la calle".
EVA. - ¿No grite? ¿Por qué "no grite"?, pensaba, mientras el corazón se me salía de la
boca. Después comprendí: habíamos acordado que me harían la intervención con anestesia
general, iba incluida en el precio... pero no fue así. No me atreví a abrir la boca. Aún me
muero de rabia cuando pienso en mi falta de valor. Demasiado a menudo las mujeres no
nos atrevemos a reaccionar. ¿Cuánto duró? Una eternidad.
ADÁN-DOCTOR. - "Se acabó. Puede marcharse. Buenas noches".
EVA. - Mientras bajaba los cinco pisos estaba segura de que me iba a morir allí, en las
escaleras. No sabía qué me había producido más dolor, si la intervención o la humillación
por cómo me habían tratado... Fue una experiencia terrible, el peor recuerdo de mi vida.
Mujeres, tengan cuidado, y ustedes, hombres, no las embaracen por distracción. Cuando
oigo decir ciertas cosas... A unos, "las que abortan son unas putas y unas asesinas", a otros:
"si para las mujeres no tiene importancia, es como ir a la peluquería...", y a otros: "si se lo
han pasado bien, ¡que ellas lo paguen! Pues no, señores, ¡de eso nada! Es un momento
terrible. Y si en lugar de tanto discutir sobre si prohibirlo o ampliarlo, fuera libre y gratuito,
y por encima de todo nos preocupáramos de una auténtica educación sexual, prevención,
anticonceptivos... el aborto dejaría de existir. Todas las mujeres estamos en contra del
aborto. El aborto es una experiencia dramática, dolorosa para todas. El Papa no lo sabe,
pero nosotras sí.
LA MENSTRUACIÓN
ADÁN. - ¿Qué ocurre cuando una niña crece? ¿Cuáles son sus problemas? ¿Cuál es su
primer cambio? El día de su desarrollo. Si la niña tiene ya 13, 14 años, con un poco de
suerte, tal vez su hermana mayor, o una amiga, puedan explicarle...pero ¿cuántas niñas se
encuentran con su primera regla sin saber nada? Un día mi sobrina llegó a casa despeinada,
congestionada, llorando:
EVA. - "Me he peleado con unos chicos... me han pegado... y uno me dio dos patadas
aquí... ¡mira lo que me han hecho! Llama a la policía". Le costó un mes tranquilizarse. Es
un hecho natural, pero hay que explicarlo, prepararlas. (ROMPE CON EL PERSONAJE)
Yo sabía todo del ciclo menstrual... por mis amigas. Lo esperaba con ansiedad, y un poco
de miedo. Dios mío, ¿cómo será? El día en que por fin fui mujer fue muy importante para
mí. Sentí una gran emoción, pero también una gran decepción. Yo me esperaba una gran
fiesta, tipo Primera Comunión. ¡Era un momento tan solemne! Abandonaba la pubertad y
entraba a formar parte del mundo de las hembras... procreadoras, amamantadoras,
criadoras... Pensaba que, como en la Confirmación, me llevarían a la iglesia, donde, con
gran alborozo, se celebraría un ritual, con cánticos y órgano... que el obispo me bendeciría
y me ungiría el vientre con los Santos Óleos, y luego me daría una cachetada... en la
pompis de delante. Imaginaba un final con abrazos, mi madre llorando, mi padre
emocionado... Ingenua de mí, creía que todas las mujeres de mi familia, y también las
vecinas, vendrían a visitarme, encerrándome en un círculo... de ternura y de cariño. Y que
me regalarían compresas de hilo con mis iniciales -entonces no las había de farmacia-,
frascos de gel para la higiene íntima y un spray antiséptico desodorante... Después habría
un juramento colectivo de solidaridad entre mujeres... para no quitarnos los maridos, para
ayudarnos siempre a practicar adulterio, cuidando por turnos a los niños cuando nos
citáramos con nuestros amantes... También acordaríamos jurar en falso para conseguir el
divorcio con alimentos. Pues no pasó nada de eso. Nada de nada. Todo lo que ocurrió fue
que mi madre me dijo: "Ahora eres una señorita. Cuando te sientes, cierra bien las piernas.
ADÁN. - En la Biblia hay páginas y páginas sobre la impureza de la mujer que menstrua.
¿Y sabes que aún existe la creencia de que si una mujer prepara una mayonesa en "esos"
días... se le corta? No depende de que la yema esté fría, o el aceite caliente... ¡No! ¿Se te
corta? ¡Es la regla! Tampoco pueden tocar las flores en "esos" días... ¡se secan! Son unas
floricidas...
¡las asesinas del geranio! Qué poderío el de las mujeres... ¡Las super-monstruomenstruadas!
¡TAMPAX
LA VIRGINIDAD
ADÁN. - Otro tema sobre el que hay mucha confusión es la virginidad. ¡Una pesadilla! No
se sabe por qué, pero las que ya no son vírgenes cuentan a las vírgenes... en relación con
"ese momento"...
EVA. - ¡Unas historias terroríficas! "Él, con su ariete, tiene que rasgar tu himen... ¡Ahaa,
¡qué pánico!" y luego, la sangre...
ADÁN. - Hay culturas que siguen exponiendo las sábanas manchadas de sangre tras la
noche de bodas... sangre, sangre...
EVA. - Así que, cuando me llegó "ese momento", me esperaba surtidores de sangre... el
techo manchado de sangre... "¿Cómo podré limpiarlo?" Después descubrí que era puro
invento. Es un hecho natural, que, si se realiza con amor, no es nada...
ADÁN. - Además, les debo informar que el 20% de las mujeres no tienen himen, o lo
tienen tan fino que se rasga de manera casual. Ahora deberíamos guardar un minuto de
silencio por ese 20% de mujeres que a lo largo de los siglos han sido acusadas de no ser
vírgenes, sólo porque no tenían himen. ¿Ella está angustiada? Pues un empujoncito hoy,
otro empujoncito mañana... Al terminar una función, vino a verme una chica.
EVA. - "Qué bien has hecho en decir lo del empujoncito hoy, el empujoncito mañana,
porque mis amigas se ríen de mí... me casé el 15 de diciembre... un empujoncito hoy, otro
empujoncito mañana... y por fin, el 18 de mayo...Le costó un poco, pero no ha tenido
ningún trauma. En Dinamarca, por ejemplo, en segundo ciclo de enseñanza básica
proyectan unos dibujos animados que enseñan a las niñas de 11, a l3 años a liberarse del
himen con las uñas. Es otra cultura.
EVA. - Queridos hombres, les voy a contar un secreto: las mujeres, en los primeros
encuentros sexuales, no sentimos nada... Estoy segura de que más de una le dirá a su pareja:
"No hagas caso, yo muchísimo, te acuerdas..." Créanme, es como se los digo. No sentimos
nada porque somos jóvenes, inexpertas, no conocemos nuestro cuerpo, tenemos poca
confianza con los hombres... Entonces, ¿qué hacemos las mujeres cuando, al principio,
hacemos el amor y no sentimos nada? ¡Fingimos! Además, no es difícil... "¡Ahaaa!" Basta
con gemir un poco, y el hombre siempre cae. Los hombres están tan pagados de sí mismos,
tan seguros de su poderío sexual, que ni se les ocurre preguntarse: "¿Estará fingiendo?"
¿Por qué fingimos? Para que no se den cuenta de que no sabemos nada... para no
decepcionar, para halagar: "¡Eres maravilloso!" Ahora que los he puesto en ascuas,
hombres, les daré la clave para descubrir si su pareja, durante el acto sexual, simula o
alcanza realmente el... ese término espantoso que detesto... ¡ORGASMO! Qué palabra tan
horrible... podría ser cualquier cosa, menos lo que realmente es... el nombre de un ogro.
ADÁN. - "Niño, ¡cómete la sopa o llamo ORGASMO y te comerá ¿Cuál es la clave para
descubrir si vuestra compañera alcanza el orgasmo?
EVA. - Pongan atención, porque en ese momento... las pupilas... ¡TAC!, ¡se dilatan! Ayer
vino al camerino una señora a preguntarme: "¿Es verdad que las pupilas se dilatan?" "Sí".
¡Menos mal que no ha venido mi marido!" Mujeres, tengan cuidado, porque a partir de este
momento, él sabe. Así que si hacéis el amor y no sentís nada... ¡fuera luces! ¡Oscuridad
total! ¡Ojos cerrados! Y Dios no quiera que en el último momento él saque una linterna y:
'¡Abre los ojos!" Y no es eso todo. Cuando vuestra compañera alcanza el orgasmo y está en
el apogeo del placer... los dedos de sus pies... ¡ZAS! ¡se estiran! Hombres, los estoy
viendo... en su próximo encuentro sexual: ¡los ojos!, ¡los pies! (Mima que controla ojos y
pies)
Como os decía, la mujer al principio no siente nada... después, la relación evoluciona...
Pero si esto no ocurre, aparecen las frustraciones, las neurosis, el deterioro de la relación, y
en lugar de reaccionar, de informarnos, nos limitamos a llorar.
ADÁN. - También hay mujeres que viven toda su vida sexual sin conocer jamás el ápice
del placer, el dichoso orgasmo. No lo hablan con nadie. Algunas se arman de valor y
acuden al ginecólogo, que las hunde para el resto de sus vidas: "Señora, es usted
¡FRÍGIDA!" La pobre mujer vuelve a casa destruida. "¡Soy frígida!"
Pues bien, en el caso de que alguna señora entre el público tenga este problema, que sepa
que la frigidez no existe. Se trata de timidez, de tabúes, de una serie de bloqueos
ancestrales... de falta de conocimiento de su cuerpo, de falta de confianza con su
compañero... En resumen, el orgasmo es un hecho cultural.
LECCIÓN DE ORGASMO
EVA. - El informe Kinsey, famosa encuesta de hace más de 40 años, afirma que el 45 % de
las mujeres estadounidenses finge el orgasmo durante el acto sexual. ¡El 45%! ¡Medio
Estados Unidos! Con el paso de los años, el porcentaje ha ido aumentando, hasta ser en la
actualidad del 60%. Han abierto clubs, como los de aerobic, donde enseñan a las mujeres a
interpretar bien todo el acto sexual, y en particular el orgasmo. El Canal 5, al enterarse, ha
grabado las clases en un vídeo, que emitirá en breve. Yo lo he visto y les adelanto, porque
estimulará su imaginación, y sus próximos encuentros amorosos serán extraordinarios.
Imaginemos juntos la clase. Estamos en un gimnasio. Unas treinta alumnas, solteras o
casadas, en body y mallas, están acostadas en sus colchonetas. De pie sobre una pequeña
tarima, la maestra de orgasmo, diplomada en orgasmo, ella también en mallas, dirige la
clase. Luces suaves, música sexy... (MÚSICA DE FONDO, CON AULLIDOS Y
GEMIDOS) "Vamos chicas, relajaos lánguidamente en la colchoneta... vuélvanse sobre el
costado derecho... Imaginen a su pareja enfrente... no tomen la iniciativa, a los caballeros
no les gusta... Abrásenlo lánguidamente, con los ojos entornados... bésenlo, emitiendo un
gemido: "Mmmhmmm", como diciendo: "Mmhmmm, qué helado tan rico..." La respiración
es fundamental en el acto sexual, sobre todo si no sentimos nada. Respiren con ritmo lento,
pero profundo... así: "¡Ah, ahaa!" No, señorita, eso es un eructo, cuidado... Ahora respiren
más rápido: "Ahohoaaaa... ahoah... ah" ¡No tanto, que te mareas! Ahora coloquence
lentamente boca arriba, y tiren de él sobre su cuerpo, ¡HOP! Cuidado, chicas, este es el
momento crucial: "EL" está encima de nosotras, ÉL va a poseer vuestro cuerpo... ¡EL VA
A PENETRAROS!
¡Os penetra! Hagan que se sienta en casa: "¡Ahahaha!", recibanlo con un gemido, pero de
júbilo: "¡Oho oho oho!", como diciendo: "Bienvenido, cariño, ¿cómo estás, quieres tomar
algo?" "Ah ah", un breve jadeo... ¡No, no tanto, que se asusta, y adiós erección! Abran los
labios, jadeando levemente... ¡Concentración, por favor! ¡Pasión! El acto amoroso no es un
ejercicio gimnástico. El coito es una obra de arte. (Repite los gemidos y suspiros). Es obvio
que no se pueden pasar todo el encuentro sexual suspirando y gimiendo. De vez en cuando
deben intercalar palabras de este tipo: "Oh noooo... no puedo... ¡Dios mío!", me gusta
mucho. Pero no pueden suspirar "Oh nóo... ¡es demasiado!" quédense en posición de
firmes... Sueltas, flexibles, la cabeza no puede quedarse inerte, rígida como por artrosis
cervical... tienen que moverla de derecha a izquierda... contando hasta 8... ¡Y un!, ¡Y dos!...
deben susurrar, es de gran efecto: "Me muero... me muero... ¡Me muero!" no con expresión
dramática, por favor... sino sonriendo: "¡Me muero! ¡Me muero! ¡Me muero! (VUELVE A
SUSPIRAR Y GEMIR) "Ahaaa ahuuu..." No, ¡eso es el lobo! Un, dos... ¡Ahaa!...
¡Mhmmmhmm!" Invocar a la madre siempre queda bien, en agudo: “Ay madre” ... o bien,
(EN TONO BAJO) ¡Ay madre! Cuidado que no sea huérfano, no le vayan a remover la
herida. Hálito religioso... seis veces, subiendo: "¡Oh Dios! ¡Dios! ¡Dios! ¡Dios! ¡Dios! ¡Oh
Diooooss!... ¡Virgen santa!" Ánimo, estamos acabando... Pelvis arriba, ¡y un! Apoyen bien
los talones, coloquen los hombros... bien firmes en el colchón... ahora, ¡rotación de
caderas... “Eres fantástico! Me muero... ¡el corazón se me dispara!" No pierdan el
equilibrio... oigan, no tan fuerte con la pelvis, que lo descoyuntan... Cuenten hasta doce:
uno, dos, tres... no, en voz alta no... once, doce, ¡STOP! abran los ojos, lo miran, y
susurran: "¿Quién eres?", no demasiado interrogante, no sea que se enojen... "¿Cómo que
quién soy? Soy Antonio, ¿no me reconoces? y se marche enfadado. (GESTO) Los brazos
sueltos, nadando hacia atrás. Llegamos al sprint final. Aquí pueden improvisar: "¡No, no,
no!... ¡Sí, sí, sí!" ¡Láncense a todo, brincos, gritos, gemidos, maso-lujuria-líbido a todo gas!
"¡Ahiüa! ¡Ahiua! Ohoh..." Aullido final: "¡AHAHAAA!" No, eso es una ambulancia. "Aha,
aha, aha..." un dos, "Aha", un dos, "¡Ahaaaa!" Orgasmo conseguido. (LA MÚSICA, CON
SU FONDO DE GEMIDOS Y AULLIDOS, SUBE DE VOLUMEN)
LOS HOMBRES, QUÉ FANTASMAS
En toda la historia del mundo, nosotros, los modernos, hemos sido los primeros en
plantearnos el problema de nuestro placer. Cuando la gente trabajaba 18 horas diaria, no les
quedaban energías que dedicar al acto sexual. Estaban agotados, comían, se acostaban, tran-
tran-tran, y después, grrrr... (RONCA), se dormían. Hoy en día sigue ocurriendo, aunque se
trabaje mucho menos. Algunas amigas mías se quejan de que trun-trun-trun, y después
grrrr, sin decir siquiera: Gracias, cariño, ¿quieres una copa? Para los hombres, exhibir su
disfrute se ha convertido en un símbolo de status social: una esposa, una novia, un novio,
tres amantes... y, ¡vámonos, a presumir!
I LA IMPOTENCIA
EVA. - Además de la impotencia temporal, existe la impotencia estable. A partir de los 50
años, más o menos -y lamento mucho la mala noticia que les voy a dar, hombres- las
estadísticas dicen que un hombre de cada ocho se vuelve impotente. Por supuesto, los
presentes están excluidos.
EVA 2. - Existen varias formas de impotencia: la impotencia orgánica, por enfermedad... la
impotencia golfa, por abuso... ¡cuidado, promiscuos!
EVA 3. - Hay también una impotencia más dramática, el profesional, el obrero, que por la
precariedad del trabajo no consigue hacer el amor. Es evidente que para los hombres debe
ser una auténtica tragedia renunciar a las relaciones, a la virilidad, a ser activos
sexualmente... EVA.- Entonces, los que tienen medios se someten a intervenciones
dramáticas y también un poco grotescas. En el caso de que entre el público haya
impotentes... pero qué digo, si entre los presentes nunca hay... me refiero a algún primo, a
un amigo... informo que existen unas inyecciones que se ponen "in situ".
EVA 2. - Pregúntenselo al médico. Además, hay numerosas técnicas de trasplante. El
primer método se aplicó en los Estados Unidos, y después también en Europa. Consiste en
trasplantar en el sexo masculino una prótesis... sólida... que se quedaba siempre... así. Yo
me imaginaba a esos hombres siempre un poco ensimismados... tiene que ser muy
molesto... porque, si haces el amor, viene bien... pero en un funeral, por ejemplo... Así que
algunos dijeron: "Fuera, fuera, que me la quiten". También porque esquiaban, y no podían
tomar las curvas... Después, la ciencia ha seguido avanzando, y han trasplantado una
prótesis blanda que se ponía en... "exaltación" mediante un tubito subcutáneo, acabado en
una perita. Bastaba: (Mima): "Querido, ¿qué te pasa?" "... Un calambre... vamos, querida..."
¡Y unos amores...! Diez horas... las pobres mujeres no podían más.
EVA 3. - Y después, aún mejor: el cirujano inserta en el pene una prótesis conectada a un
sofisticado aparato con el que hacen realidad su sueño de una "prestación perfecta". ¿Y
cómo funciona? Voy a decir cuanto antes un término que odio: ¡escroto! Y es que, con todo
mi respeto por los hombres... a mí, la idea del escroto, peor que "orgasmo"... Y nosotras nos
reímos, porque nos han puesto cada nombrecito... ¡Vulva!, o ¡Vagina!... ¿les parecen
bonitos? EVA. - Por no hablar de "úterooo..." ¡horrendo! ¿Y "ovarios"? Un término rural,
de gallinero... ves a una mujer guapa, elegante... piensas que tiene ovarios... ¡Agggghhh!
Pero "escroto" es el peor, parece el nombre de una lombriz: "¡Ahaaa! ¡Un escroto,
aplástalo! "Bueno, pues bajo la piel del escroto se insertan dos interruptores, dos botoncitos
minúsculos: el de la izquierda. Y provoca la erección, el de la derecha la deserección... toda
coincidencia política es puramente casual... sin que la dama advierta nada... es más, ni
siquiera se lo cuentan a su mujer. ¡Estallaría la guerra de los botones! Es un sistema
extraordinario, que consigue unas erecciones fantásticas. El único inconveniente es que
cuando se aprieta el pulsador de la deserección, pita: "Piii..." De hecho, en el prospecto que
entregan al hacer el trasplante aconsejan encender la radio, la tele, y en su defecto, imitar el
tren: ¡Tutuuutuutu! EVA 2. - Otro sistema es el hilo de plata. La plata es un material muy
flexible, que, así como lo pones, se queda. Sólo que estos hombres ya no pueden viajar en
avión... pasan por el detector de metales, y... ¡driiinn!
EVA 3. - Hace unos meses, en Estados Unidos, han inventado otro sistema realmente
genial y revolucionario. Su gran hallazgo consiste en que el sexo se pone en erección
mediante un mando, sí, como el del televisor... pero con un solo canal. Claro que uno no
puede acostarse desnudo, con su mando. "¿Pero ¿qué haces? ¿Hasta cuándo hacemos el
amor quieres ver la tele?" Lo han miniaturizado... en forma de supositorio... ¿Y dónde se
inserta? Creo que ya lo han entendido. Los médicos te tranquilizan, diciendo: "No tema, es
ultrasensible... Atención a tres advertencias fundamentales: 1) Que las pilas estén siempre
cargadas; 2) Que no caiga en manos enemigas; 3) ¡Nada de sustos