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El colon forma parte de la porción distal del aparato digestivo y pese a ser un órgano no vital, prescindible en el ser human o,
representa un importante elemento por la frecuencia de sus manifestaciones clínicas.

El colon empieza en la válvula ileocecal de Bahuin y termina en la unión sigmoidearectal; en promedio mide en el adulto 1,5mt de
largo y tiene un diámetro de 7,0 cm a nivel del ciego y luego se va adelgazando hasta 2,5 cm en el sigmoides. Se encuentra
enmarcando al intestino delgado, sus porciones ascendente y descendente son retroperitoneales, verticales y fijas a ambos lados de
la cavidad peritoneal. El íleon terminal desemboca en el ciego localizado en la FID y que tiene relativo desplazamiento. El colon
transverso y el sigmoides, gracias a la presencia del correspondiente meso tiene mayor movilidad, esto los caracteriza, además la
hoja posterior del epiplon mayor se inserta en el borde antero -superior del transverso y recubre a modo de delantal a las asas
delgadas.

El colon presenta en su superficie una serie de abollonaduras generadas por pliegues transversales o haustras que caracterizan al
intestino grueso. Asimismo las tres cintillas longitudinales dispuestas simetricamente a lo largo del colon, cond ensan la fibras
musculares longitudinales lisas de su pared, éstas empiezan en la base del apéndice cecal, se les aprecia en toda la longitud del
colon y a nivel de rectosigmoides se explayan formando la musculatura longitudinal de la pared recto. Los apén dices epiploicos,
acumulación subperitoneal de grasa, son también propios del colon ellos son más perceptibles y a veces suculentos en el colon
izquierdo, especialmente a nivel del sigmoides (4,7).

La superficie interna del colon presenta un aspecto más homogéneo que el del intestino delgado (no hay válvulas conniventes ni
vellosidades intestinales), el epitelio cilíndrico de la capa mucosa lo tapiza uniformemente.

La circulación arterial del colon está dada por ramas de las arterias mesentéricas. Esquemáticamente la mesentérica superior da las
ramas cólicas derechas superior, media e inferior (o ileocecoapendículo cólica) que en su recorrido se bifurcan y anastomosan entre
sí; a nivel del transverso la mesentérica superior da la cólica media que también da ramas anastomóticas a la colica derecha y a la
cólica izquierda, rama de la mesentérica inferior como la arteria sigmoidea y rectal superior; todas ellas al anastomosarse forman el
arco marginal de Riolano o arcada marginal de Drumont que sigue próximo al borde mesentérico del marco cólico, de esta arcada
marginal nacen ramas arteriales menores que pronto alcanzan el borde interno del colon, se dividen y anastomosan entre sí irrigan
la pared intestinal hasta su borde antimesentérico.

Las venas vienen a contra corriente de esta distribución hasta los troncos venosos mesentéricos superior e inferior, tributarias del
sistema venoso esplácnico portal.
Los linfáticos del colon nacen en los plexos parietales sub- mucosos y van a drenar sucesivamente a los ganglios pericólicos,
epicólicos intermedios y a nódulos próximos a las raíces de las arterias mesentéricas (ganglios preaórticos).

La inervación es de tipo vegetativo, las finas fibrillas nerviosas acompañan la distribución de los vasos; en la pared intest inal se
distinguen el plexo submucoso de Meissner y el mientérico de Auerbach; las fibras parasimpáticas del X par inervan hasta la mitad
derecha del transverso (esfínter de Cannon), luego las fibras son de origen plexo sacro (3er y 4to pares sacros). La ine r-vación
simpática proviene de los ganglios esplácnicos (11 y 12 dorsales y 1 y 2 lumbares).
Las funciones más conocidas del colon están relacionadas con la absorción de agua a nivel del cecoascendente, dejando a las h eces
más consistentes; también se señala que tiene acción secretora o excretora de moco, que en condiciones anormales puede ser muy
abundante. Otra función es la de servir de reservorio temporal de las heces, las almacena sobre todo a nivel del colon izquierdo y
recto.

Estas funciones se facilitan por los movimientos que presenta este órgano; los movimientos segmentarios o pendulares que amasan
y mezclan las heces; los movimientos de masa las moviliza hacia la porción distal del colon para su evacuación. Se indica que los
movimientos peristálticos en el colon son mínimos y poco trascendentes.

Es muy importante el contenido microbiológico del colon (bacterias, virus y parásitos), saprófitos en sus mayoría. Se indica que los
gérmenes son 1010 por milímetro y representan el 33% del peso de las heces. En condiciones patológicas hay profundas
modificaciones que traen la pérdida de agua, moco, sangre, elec-trolitos y la proliferación de gérmenes patógenos que invaden y
colonizan áreas de la mucosa desplazando a los gérmenes habituales alterando la bi ología.

Los síntomas que presentan las colopatías son diversos, el dolor abdominal puede ser de tipo cólico (visceral) o peritoneal
(somático); la estrangulación ocasiona dolor de gran intensidad. También se produce diarrea y estreñimiento, vómito, sangra do
digestivo bajo que puede ser masivo, distensión o abombamiento abdominal relacionado con oclusión intestinal con falta de
expulsión de gases.


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Los divertículos del colon ocurren en la tercera parte de la población adulta y se incrementan con la edad. Se pueden distinguir los
divertículos verdaderos muy excepcionales y los divertículos adquiridos o pseudodivertículos en los que la mucosa colónica pr otruye
a través de zonas débiles de la pared del colon y son los que hallamos con gran frecuencia en la clínica. Los divertículos tienen gran
predilección por el sigmoides y asa descendente y es probable que estén relacionados con las heces más firmes y el aumento de la
presión intracólica.

La obstrucción mecánica del cuello del divertículo inicia la diverticulitis, el edema y la inflamación en la pared del colon pueden
obstruir otros divertículos adyacentes y producir más diverticulitis; el proceso continúa por reacción en ca dena limitado por la
extensión de la zona con divertículos. El proceso inflamatorio causa estrechez intestinal que puede progresar a obstrucción c olónica
y semejar carcinoma, o formar abscesos que se pueden fistulizar a estructuras adyacentes o perforarse complicando la evolución.

La hemorragia masiva intestinal baja causada por diver-tículos se produce por la proximidad anatómica del diver-tículo con el vaso
sanguíneo que a veces lo acompaña a atravesar la pared intestinal y ambos son comprometidos por la enfermedad. Pericolitis y
edema del mesenterio acompañan la inflamación.

Los signos y síntomas varían con el estadío de la enfermedad y sus complicaciones; puede haber dolor en el cuadrante inferior
izquierdo del abdomen, fiebre y alteración del hábito i ntestinal, a veces piuria y disuria; a veces masa palpable en F II.

Es muy contributorio el examen del colon con bario a doble contraste y la colonoscopía para descartar carcinoma. La evolución
puede ser de años con episodios repetidos, pero a veces un cu adro agudo se presenta. Esquematizando, según Canonico se puede
señalar que el cuadro agudo puede ser de tipo catarral y evolucionar a la curación o a la cronicidad. La forma supurada con
formación de abscesos o fístulas hacia la pared o hacia un órgano vecino; o ser de tipo gangrenoso con producción de una
perforación. La colopatía diverticular crónica puede ser de forma simple con episodios de bajo grado o ser de tipo pericolodi vertículo
hiperplástica de forma fibro-esclerosa, que va a la obstrucción, o fibrosupurada, que conduce a la perforación con formación de
fístulas o produce peritonitis.

En las formas descritas algunas son de necesidad quirúrgica para su tratamiento en el que toman importancia las medidas médicas,
el reposo, la sedación, los antibi óticos y la dieta. El tratamiento quirúrgico se reserva para las complicaciones diverticulares:
perforación, hemorragia, fistulización, obstrucción y formación de abscesos. En casos de obstrucción completa es satisfatorio el
tratamiento en tres tiempos en muchos casos; en un primer tiempo se controla la obstrucción mediante una colostomía proximal; en
un segundo tiempo cuando la obstrucción y la inflamación han cedido, se efectúa la resección del segmento afectando y la
anastomosis correspondiente, y finalmente, cuando se ha producido la cicatrización de la anastomosis, se cierra la colostomía.

En los casos no complicados o de curso evolutivo no urgente se puede practicar el tratamiento quirúrgico en dos etapas o en u n
tiempo operatorio con resección y anastomosis primaria. Es importante la correcta determinación quirúrgica para cada caso.

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Se llama así al colon muy alargado que compromete casi exclusivamente al sigmoides, se le denomina también colon o sigmoides
redundante con sus extremos proximal y distal muy próximos entre sí, el meso igualmente largo con la consiguiente gran movilidad
del asa favoreciendo la producción de vólvulos. Su etiología se debe al desarrollo embriológico del sigmoides que se elonga e n estos
sujetos y según varios autores latinoamericanos esta alteración también se produce por el tipo de dieta que consumen los
habitantes de las alturas de las zonas andinas, donde la incidencia de vólvulos es mayor.

La sintomatología del dolicocolon se manifiesta en forma de deposiciones espaciadas cada dos o cinco días o más con el consiguiente
abuso de laxantes. Se asocia frecuentemente con megacolon (dolicomegacolon) y su complicación más severa es el vólvulo del as a
redundante con el consiguiente cuadro severo de abdomen agudo que se trata generalmente con cirugía. La torsión del sigmoides se
realiza en sentido contrario a las agujas del reloj con sintomatología característica de obstrucción intestinal baja; si se a grega
compromiso vascular se presenta isquemia y necrosis del asa comprometida que obligan a su resección de emergencia. Cuando no
hay compromiso vascular puede intentarse la desvolvuliza-ción mediante enema, mejor si es baritado para control ra-diológico, pero
es riesgoso y no es el tratamiento definitivo.


 

Es la dilatación crónica del colon, se le llama así cuando el diámetro transversal es mayor de 6,5 cm; la dilatación colónica
generalmente ocurre en un segmento y es consecuencia de la obstrucción distal a la dilatación, ésta con tiene heces, mayor cantidad
a mayor dilatación y su manifestación clínica desde el inicio es el estreñimiento. El megacolon se clasifica en congénito y a dquirido.

 
    , enfermedad de Hirschsprung o megacolon aganglionar se produce por la agenesia o hipogenesia de
las células ganglionares parasimpáticas de los plexos mientérico (Auerbach) y submucoso (Meissner) en un segmento del intestino
grueso, el cual puede extenderse a diferentes distancias en sentido proximal a partir del ano; en el 90% de estos pacientes el
segmento afectado se limita al recto o rectosigmoides, sin embargo hay algunos casos descritos en que se afecta todo el tubo
intestinal. La falta de inervación parasim-pática de la pared intestinal tiene como consecuencia la falta de motilidad del segmento,
afectado, por lo que la motilidad de los segmentos proximales se detiene produciéndose obstrucción funcional del tránsito col ónico
con la consiguiente acumulación de heces en el segmento superior al segmento aganglionar y la dilatación progresiva justamente en
el segmento que tiene estructura y función normales; el esfuerzo del colon normal para vencer la barrera del colon aganglióni co
lleva al engrosamiento de la pared desde el inicio y posterior formación del megacolon, m anteniendo el segmento agan-glionar,
distal al megacolon, características clínicas macroscópicas normales, lo que confundió a los primeros investigadores de esta
enfermedad.

El megacolon congénito se manifiesta clínicamente con estreñimiento severo desde las primeras etapas de la vida postnatal con
ruidos intestinales hiperactivos y dolor abdominal, cuando se produce la dilatación se suelen presentar náuseas y vómitos y s obre
todo distensión abdominal que es mayor a más dilatación hasta observarse en algun os casos abdómenes monstruosos. Las
radiografías de abdomen simple demuestran la dilatación colónica con abundante acumulación de heces; para conocer la extensión
del segmento aganglionar se deben hacer biopsias múltiples de la pared intestinal, lo cual pe rmite determinar la extensión de la
resección quirúrgica.

El tratamiento puede ser paliativo en una primera etapa a fin de disminuir la dilatación, con un régimen higiénico -dietético, a veces
es necesario recurrir a una colostomía proximal. El tratamiento definitivo es quirúrgico resecando todo el segmento agangliónico y
anas-tomosis a nivel anorrectal con conservación del esfínter anal, para lo cual existen varias técnicas (6).


 
  : Su etiología es diversa, así tenemos especialmente en Latinoamérica la enfermedad de Chagas
(Tripanosoma cruzi) que produce la destrucción de las células ganglionares mientéricas (plexo de Auerbach), siguiendo la mism a
fisiopatología de la enfermedad de Hirschsprung con la diferencia de que es más frecuen te en adultos y se acompaña de patología
de otros órganos como miocarditis, megaesófago, etc. Existen otros casos descritos con destrucción de células ganglionares
mientéricas en cuya etiología se ha considerado la anoxia, sustancia química e incluso la avitaminosis ³B´ debida a malnutrición en
niños. Otros tipos de megacolon se presentan en niños con constipación severa que puede deberse a estenosis anorrectal congén ita,
a malos hábitos defecatorios que se inician desde las primeras épocas de la vida, en casos de anomalías del sistema nervioso central
como la espina bífida. En adultos también se puede presentar megacolon por hábitos dietéticos alterados, por abuso de laxante s.
Otra causa es la constipación psicógena o pseudoconstipación en pacientes que bus can tener extrema regularidad con una sola
deposición por día, rechazando la idea de que en muchos casos es necesario evacuar dos o tres veces diarias. También se prese nta
el megacolon en pacientes con alteraciones evacuatorias por neurosis o psicosis; otr os casos pueden desarrollar megacolon como
consecuencias de permanencia prolongada en cama sin la atención adecuada.

En los casos de megacolon la sintomatología es el estreñimiento severo y balonamiento abdominal, cuando se complica
generalmente con vólvulos se presenta dolor y si hay compromiso vascular es seguido de necrosis y perforación con peritonitis.

El diagnóstico se basa en la sintomatología y en radiografías de abdomen simple y/o contrastado. El diagnóstico etiológico es
importante en cada caso y el tratamiento también es diferente según sea la causa que produce al desarrollo del megacolon.

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Su incidencia no está bien precisada, pero se asume que es más frecuente que la isquemia del intestino delgado, y se localiza
frecuentemente en el ángulo esplénico y en el sig-moides.

La colopatía isquémica puede ser causada por obstrucción progresiva de sus vasos (trombosis evolutiva) o por su taponamiento
súbito (embolia); ambos ocasionan el dolor abdominal progresivo o brusco en relación con el nivel y grado de la obstrucción
vascular que va a causar falta de irrigación y necrosis tisular, que puede ser grave.

Cuando el proceso obstructivo es de vasos más pequeños o distales se puede presentar la colitis isquémica, en la que hay dolor en
el CII, deposiciones blandas con sangre oscura y coágulos y signos de rebote (Blumberg) en la zona. El colon con enema barita do a
doble contraste puede mostrar las denominadas impresiones digitales. La evolución de las lesiones puede ser hacia la curación o
hacia la saculación o la estenosis: otras veces la gangrena parcelar precisa cirugía urgente para resecar o exteriorizar el segmento
necrosado.

A veces la obstrucción vascular progresiva produce cuadros de ³angina abdominal´, el estudio angiográfico puede mostrar estenosis
vascular que localiza preferentemente en el nacimiento de las mesentéricas o en sus bifurcaciones mayores; la isquemia arterial
puede ser corregida por revasculari-zación (by-pass) Son casos de diagnóstico y tratamiento bastante finos, con apoyo de
tecnología de avanzada. La frecuencia de presentación ha de aumentar con el envejecimiento de la población.
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Son lesiones singulares sobre todo del colon derecho, que pueden ocasionar hemorragia digestiva masiva baja en personas
ancianas, en una incidencia próxima al 30% de las causas que producen este tipo de sangrado (6).

Las lesiones se producen por obstrucción crónica, parcial e intermitente de las venas de la submucosa cuando atraviesan la capa
muscular, dando lugar a la formación de dilatación y tortuosidades con congestión de las venas y al desarrollo de comunicante s
arteriovenosas más patentes, con muy poca o nula alteración arteriolar, por lo que se sigue irrigando la zona; se produce esfacelo y
necrosis de la pared de las vénulas alteradas de la submucosa y sangrado de magnitud variable que a veces por su gravedad
requiere cirugía de urgencia. El estudio con radioisótopos al detectar el nivel de sangrado puede ser contributorio. La
fibrocolonoscopía es difícil pero puede mostrar el área esfacelada sangrante.

La resección parcelar del colon o hemicolectomía derecha es curativa en esta afección.

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La denominación ³pólipo´ hace referencia a su aspecto morfológico, no habla de su naturaleza. Los pólipos pueden ser pediculados o
sésiles y de tamaño variable. Se indica que pueden estar presentes en un alto porcentaje de la población y son más frecuentes en
los adultos y ancianos. Su localización preferente es el recto sigmoides en aproximadamente el 85% de los casos. Pueden ser únicos
o multiples (Poliposis). Cuando su tamaño es menor de 1 cm las posibilidades de malignidad son el 3%, pero si es mayor de 2 c m se
indica que la posibilidad se eleva aproximadamente al 68% (7).

Con los pólipos hay algunas dificultades para su correcta comprensión, a veces por la difusa terminología, los aspectos hered itarios y
la controversia acerca de las posibilidades de malig-nización, pero debe de concretarse su naturaleza histológica para efectuar un
tratamiento adecuado y un buen seguimiento.

Muchos pólipos son asintomáticos, otros se encuentran de modo casual. Muchos son pequeños y ameritan observación, otros dan
síntomas, especialmente sangrado, rectorragia y algunos producen cambios en la defecación, tenesmo, dolor abdominal y heces con
mucus.
Para su mejor estudio es necesario además del examen completo incluyendo tacto rectal, practicar rectosigmoidoscopía,
colonoscopía y colon con enema opaco a doble contraste y guiar el resto del estudio clínico que conduce a conocer el estudio
anatomo- patológico de espécimen precedido o no de una biopsia.
Los estudios de Morson y Bussy del St. Mark s Hospital de Londres inducen una clasificación de las lesiones polipoideas que ayuda a
clarificar su estudio; ellos consideran dos grandes grupos, uno de pólipos únicos y otro de pólipos múltiples y en ambos disi nguen 4
tipos de formaciones:

La primera, que corresponde al pólipo hiperplástico, también denominado metaplásico, casi siempre pequeño, de menos de 1 cm
que se presenta en forma de placa, frecuentemente es múltiple; su génesis no es clara, se indica que se produciría por
hipermaduración y en su histología se aprecia un aplanamien to y desplegamiento del epitelio glandular; estos pólipos no son
neoplásicos y su frecuencia es muy alta, señalándose que en necropsias de sujetos mayores de 40 años se presentan en el 75% de
los casos. Tampoco hay consenso a cerca de su capacidad de degeneración maligna, señalándose sin embargo que la mucosa que
rodea al carcinoma de colon es de tipo metaplástico más que adenomatoso.

Un segundo grupo de pólipos son los inflamatorios, que en su mayoría son de localización rectal, presentan en su composició n
reacción inflamatoria, así el pólipo linfático benigno semeja un ganglio linfático y cuando son varios se tiene la poliposis linfática
benigna difusa. Hay pólipos inflamatorios relacionados con la Enfermedad de Crohn, con la colitis ulcerativa, con la am ebiasis, entre
otros.

Un tercer grupo corresponde a los pólipos hamartomatosos como el pólipo juvenil (Morson), también denominado pólipo de
retención. Se presenta generalmente durante la primera década de la vida, generalmente antes de los 5 años y produce rectorragia
y a veces protrusión através del ano como formaciones rojo oscuro como una cereza o una mora, con pedículo; se localizan en e l
recto y son fácilmente palpables; dentro de este tipo de pólipos se consideran los del Peutz Jeghers y cuando son múltiples se tiene
la poliposis correspondiente de este síndrome.

El cuarto grupo corresponde a los pólipos neoplásicos. Se reconoce una incidencia entre el 5 -10% a los pólipos adenomatosos
tubulares del colon y recto en la población general, y se presentan especialmente en adultos y ancianos, localizándose
preferentemente en el recto sigmoides, su potencial de malignidad es mucho menor que el del pólipo velloso habiendo controver sia
en lo que respecta a esta cifra. Los pólipos tubulares son los más frecuentes de hallar y se indica que representan mas del 70% de
los pólipos del colon sin tomar en cuenta los pólipos hiperplásticos poco estudiados.

Los pólipos vellosos o papilomatoso o tubulovellosos son alrededor del 10% de los pólipos, que ocurren en los a ncianos y producen
abundante mucus que puede dar desequilibrio electro -lítico importante; generalmente tienen base de implantación amplia y su
localización es preferentemente en el recto sigmoides en el 80% de casos, son de consistencia muy blanda, difícil es de palpar al
tacto rectal, se considera que tienen gran tendencia a la recidiva y su índice de degeneración maligna es de alrededor del 25%,
siendo mayor este índice cuando el pólipo es más grande (Lámina 12:2).

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Debemos considerar la Poliposis heredofamiliar, en que se presentan múltiples adenomas en el colon, la predisposición se hered a en
forma autosómica dominante y a veces pueden formar un verdadero empedrado de pólipos de diferentes tamaños en la mucosa. Se
considera que la malignización se efectúa siempre en función del tiempo.

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 tenemos poliposis colónica, asociada a tumores de tejidos blandos como quistes sebáceos,
lipomas y fibromas con tumores óseos benignos (osteomas). Algun os autores señalan la presencia de pólipos gástricos,
adenocarcinoma de duodeno y de vías biliares y tumor des-moides en pacientes con este síndrome; el índice de maligni-zación es
muy alto (95%).

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se presenta poliposis y diarrea en pacientes mayores de 40 años, se describe también
en ellos a veces poliposis gástrica, del intestino delgado, asociados a alopecía e hiperpigmentación cutánea y atrofia de uña s. Se
indica que el índice de malignización es muy bajo y algun os opinan que estos pólipos no degeneran.

 # '  se asocia a la poliposis colónica un síndrome neurológico ocasionado por un tumor cerebral
primario que causa la muerte del paciente.

Para el tratamiento de los pólipos es muy importante su extirpación completa, que puede hacerse por vía endoscópica
(rectosigmoidoscopía, colonoscopía) o mediante laparotomía efectuando la polipectomía o la resección segmentaria del colon
comprometido, efectuando la reposición correspondiente. El estudio histológico de espécimen es mandatorio y ha de servir para
precisar el diagnóstico y para organizar el control y seguimiento del paciente y a veces el planteamiento de una colectomía o
proctocolectomía en función del informe de patología y el estud io del cuadro clínico del paciente.

Es importante señalar el importante aporte de la cirugía laparoscópica para el tratamiento de las enfermedades quirúrgicas del colon
que en nuestro medio también se está practicando y los resultados promisorios están po niendo en evidencia el valor de este nuevo
método de tratamiento (2).

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