Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Sus otras respuestas oscilaron entre la ternura filial y el credo que el joven profesa, que es
obtuso y reduccionista como todos los credos extremistas (es verdad que las ideologías son
como religiones, pero los extremismos son meras sectas. Ni siquiera tienen dogmas, solo
supersticiones).
PUBLICIDAD
La novedad es que Tomás dice «neosocialismo» en vez de «castrochavismo» (tiene el
sentido del ridículo del que carece su padre): «Los neosocialistas no confiscarán la
propiedad, necesariamente, pero suben los impuestos a un nivel que confisca las rentas de
la propiedad, que es peor aún». Hay que decirlo, Tomás está en otro nivel.
El tema Iván Cepeda también le trueca los cables: «¡Hay un frente de las Farc que lleva el
nombre del papá de Iván Cepeda!». Hombre, Tomás, respete. O al menos lea. El Estado
colombiano fue condenado por el asesinato del padre del senador, que hizo parte del
genocidio de la UP, la página más sórdida de nuestra sórdida historia.
Luego confiesa su terapia, que parece inspirada en los pasajes más tiernos de Petro: «Con
Iván Cepeda pongo en práctica la bondad amorosa, una meditación que consiste en desear
el bien para uno, las personas que uno ama y los que nos han hecho daño».
Despacha la ñeñepolítica diciendo que el Ñeñe era un bocón y que las interceptaciones
fueron ilegales. Cuando le recuerdan que también Caya Daza está involucrada, balbucea:
«No… no sé de Cayita desde hace mucho tiempo. Para mí fueron una sorpresa esos audios.
Es diferente a la persona que yo conocía».
Cuando le recuerdan los líos de su padre con la justicia, Tomás dice que las cortes quieren
vengarse de Uribe, pero olvida decir qué es lo que querrían vengar. Para demostrar que el
magistrado que le dictó detención domiciliaria a su padre tenía conflictos de intereses en el
caso, afirma que fue contratista de la administración Santos, pero no explica qué tiene que
ver Santos con Cepeda, el «abogánster» y este lío de Uribe.
Conclusión. Como precandidato, Tomás es buen hijo. Tiene la simpleza necesaria para ser
candidato del Centro Democrático e irradia una bondad amorosa capaz de defendernos del
neosocialismo, sí, ¿pero quién nos salvará de Tomás Uribe?
https://www.elespectador.com/opinion/la-parabola-del-buen-hijo/