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Entre las células procarióticas y eucarióticas hay diferencias fundamentales

en cuanto a tamaño y organización interna. Las procarióticas, que


comprenden bacterias y cianobacterias (bacterias fotosintéticas), son
células pequeñas, de entre 1 y 10 µm de diámetro, y de estructura sencilla;
carecen de citoesqueleto, retículo endoplasmático, cloroplastos y
mitocondrias. El material genético (ADN) está concentrado en una región,
pero no hay ninguna membrana que separe esta región del resto de la
célula. Las células eucarióticas, que forman todos los demás organismos
vivos, incluidos protozoos, plantas, hongos y animales, son mucho mayores
(entre 10 y 100 µm de longitud) y tienen el material genético envuelto por
una membrana que forma un órgano esférico conspicuo llamado núcleo. De
hecho, el término eucariótico deriva del griego ‘núcleo verdadero’,
mientras que procariótico significa ‘antes del núcleo’.

El contenido de todas las células vivas está rodeado por una membrana
delgada llamada membrana plasmática, o celular, que marca el límite entre
el contenido celular y el medio externo. La membrana plasmática es una
película continua formada por una doble capa de moléculas de lípidos y
proteínas, de entre 4 y 5 nanómetros (nm) de espesor y actúa como una
barrera selectiva reguladora de la composición química de la célula. La
mayor parte de los iones y moléculas solubles en agua son incapaces de
cruzar de forma espontánea esta barrera, y precisan de la concurrencia de
proteínas específicas de transporte o de canales proteicos. De este modo la
célula mantiene concentraciones de iones y moléculas pequeñas distintas de
las imperantes en el medio externo. Otro mecanismo, que consiste en la
formación de pequeñas vesículas de membrana que se incorporan a la
membrana plasmática o se separan de ella, permite a las células animales
transferir macromoléculas y partículas aún mayores a través de la
membrana.

El núcleo controla la síntesis de proteínas en el citoplasma enviando


mensajeros moleculares. En él se produce la síntesis de cadenas largas de
ARN nuclear heterogéneo a partir de las instrucciones contenidas en el
ADN (transcripción). Estas cadenas se modifican (transformación) para
convertirse en fragmentos más cortos de ARN mensajeros (ARNm) que
solo en un pequeño porcentaje salen al citoplasma a través de los poros
nucleares. Una vez en el citoplasma, el ARNm se acopla a los ribosomas y
codifica la estructura primaria de una proteína específica (traducción).
Procariota: cianobacteria

Las bacterias y otras células procarióticas carecen casi siempre de muchas


de las estructuras internas propias de las células eucarióticas. Así, el
citoplasma de las procarióticas está rodeado por una membrana plasmática
y una pared celular (como en las células vegetales), pero no hay membrana
nuclear ni, por tanto, núcleo diferenciado. Las moléculas circulares de
ADN están en contacto directo con el citoplasma. Además carecen de
mitocondrias, retículo endoplasmático, cloroplastos y aparato de Golgi.
Aunque, en general, las células procarióticas carecen de estructuras internas
delimitadas por membrana, las cianobacterias, como la ilustrada aquí, sí
contienen numerosas membranas llamadas tilacoides, que contienen
clorofila y pigmentos fotosintéticos que utilizan para captar la energía de la
luz solar y sintetizar azúcares.
Eucariota: célula animal

Una célula animal típica contiene varias estructuras internas separadas por
membranas que reciben el nombre de orgánulos. El núcleo controla las
actividades que tienen lugar en la célula y contiene el material genético.
Las mitocondrias son orgánulos encargados de producir energía. Los
ribosomas, que pueden estar libres flotando en el citoplasma o pegados al
retículo endoplasmático rugoso, fabrican las proteínas. El aparato de Golgi
modifica, agrupa y distribuye las proteínas mientras que los lisosomas
contienen enzimas que digieren determinadas sustancias. La célula está
rodeada por una membrana lipídica que deja pasar selectivamente algunas
sustancias hacia dentro o hacia fuera de la célula.
Eucariota: célula vegetal

Las células vegetales contienen varias estructuras internas rodeadas de


membrana que reciben el nombre de orgánulos. Incluyen un núcleo que
contiene el material genético, ribosomas que fabrican proteínas, retículo
endoplasmático liso que interviene en la síntesis de los lípidos que forman
la membrana celular y una membrana lipídica que rodea la célula. Las
células vegetales también contienen cloroplastos, unos orgánulos capaces
de sintetizar azúcares a partir de dióxido de carbono, agua y energía solar, y
una vacuola grande que almacena sustancias que la célula necesita. Las
células vegetales están rodeadas por una pared celular rígida que protege la
célula y da forma a la misma.
Membrana plasmática

La membrana plasmática de las células eucarióticas es una estructura


dinámica formada por 2 capas de fosfolípidos en las que se embeben
moléculas de colesterol y proteínas. Los fosfolípidos tienen una cabeza
hidrófila y dos colas hidrófobas. Las dos capas de fosfolípidos se sitúan con
las cabezas hacia fuera y las colas, enfrentadas, hacia dentro. Es decir, los
grupos hidrófilos se dirigen hacia la fase acuosa, los de la capa exterior de
la membrana hacia el líquido extracelular y los de la capa interior hacia el
citoplasma. Las proteínas embebidas en las capas de fosfolípidos cumplen
diversas funciones como la de transportar grandes moléculas hidrosolubles,
como azúcares y ciertos aminoácidos. También hay proteínas unidas a
carbohidratos (glicoproteínas) embebidas en la membrana.
Euglena

La euglena es un organismo unicelular afín a ciertos vegetales, provisto de


un flagelo terminal que la ayuda a moverse. Los espermatozoides de los
vertebrados, algunos protozoos y los dinoflagelados (las algas unicelulares
causantes de las mareas rojas) también tienen un flagelo móvil.

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