Sei sulla pagina 1di 17

LA PRUEBA ILICITA EN EL SISTEMA JURIDICO NORTEAMERICANO

EVER FLOREZ MANJARREZ

HEINER BRAVO OCHOA

SERGIO MEDINA PALENCIA

YULIETH LEON MEDINA

GLENYS IGLESIAS

UNIVERSIDAD POPULAR DEL CESAR

FACULTAD DE DERECHO

VALLEDUPAR – CESAR

2020
Introducción

Abordar el tema de la ilicitud de la prueba en los Estados Unidos, es una tarea compleja

que necesita de un gran nivel de análisis e investigación. Por tanto, es necesario mencionar

que el derecho constitucional en este país ha sido uno de los más importantes, ya que ha

generado una serie de repercusiones en los sistemas jurídicos latinoamericanos. Hablar del

derecho probatorio norteamericano es imprescindible para comprender la naturaleza y

aplicabilidad en la actualidad; como dicen muchos doctrinantes "El Derecho de Pruebas es

la Base de la Justicia". Esta estructura jurídica ha sufrido una metamorfosis conforme

avanza el tiempo y, con los cambios generados, se logró la implantación de un mecanismo

importante que suscitó grandes controversias pero que ha sido un factor fundante. Este

mecanismo es la exclusión de la prueba ilícita, que constituye un principio de carácter legal

y sostiene que las pruebas que se obtuvieron o se practicaron en contra de lo que dicta la

constitución, son inadmisibles.

Se debe diferenciar entre el principio de legalidad de la prueba y el principio de licitud

de la prueba. El primero significa que los elementos de prueba deben obtenerse e

incorporarse al proceso conforme a los principios y normas previstos en la ley. Por su parte,

el principio de licitud de la prueba supone que toda prueba debe obtenerse y practicarse con

respeto a los derechos fundamentales.


1. Prueba Ilícita

1.1 Concepto de Prueba Ilícita y Prueba Irregular

Respecto a la terminología que define la expresión “Prueba Ilícita” existe una gran

variedad de acepciones manifestadas por una amplia gama de personajes estudiosos de las

Ciencias Jurídicas, a pesar de la coexistencia y validez de muchos de los conceptos todos

estos o por lo menos la gran mayoría están encaminados al mismo punto.

Según el maestro Manuel Miranda Estrampes, por prueba ilícita deben entenderse

aquella prueba cuya obtención o practica se da con la vulneración de los derechos

fundamentales, es decir hace alusión a aquel medio probatorios cuya obtención se ha

efectuado mediante acciones que vulneran derechos humanos y fundamentales, por tanto,

esto imposibilita su valoración en un proceso o tribunal. En cambio, cuando hablamos de

prueba irregular se hace énfasis en aquella obtenida, practicada o propuesta valiéndose de

acciones que contravienen la norma procesal que regula determinado procedimiento

probatorio, pero sin que se haya causado afectación determinante y nuclear en la integridad

de los derechos fundamentales.

La diferenciación conceptual ilustrada anteriormente tiene grandes consecuencias, pues

la prueba ilícita y el reconocimiento de su eficacia evidencia que posteriormente se debe

enunciar con exclusividad ciertos puntos, por ejemplo, la prueba regular esta circunscrita a

un régimen de nulidad de los actos procesales, permitiendo en algunos casos su admisión,

subsanación y convalidación, mientras que la prueba ilícita en causal de terminación del

proceso.
Prácticamente la mayoría de los ordenamientos jurídicos de naturaleza acusatoria han

vinculado una regla de exclusión probatoria en la cual no se reconoce ni se admite pruebas

obtenidas con vulneración de derechos fundamentales.

2. Prueba Ilícita en el Modelo Norteamericano

2.1 Introducción a la exclusión de la Prueba Ilícita (Exclusionary Rule)

Uno de los temas de mayor incógnita y cuestionamiento por parte de la sociedad civil

sobre la vigencia y legitimidad de los ordenamientos jurídicos actuales, y principalmente

sobre la justicia es la existencia de normas y reglas de carácter legal cuya aplicación

indebida genera injusticia. Son innumerables los casos que ocupan día a día los medios de

comunicación, casos en los cuales el presunto delincuente no es privado de la libertad, a

pesar de que existen pruebas incriminatorias que ratifican la comisión de una conducta

punible, esto a causa de que las autoridades que realizan la captura no siguieron los

lineamientos y las reglas al momento de efectuar la aprehensión, el allanamiento o el

registro. Estos casos mencionados nos conducen a lo que la doctrina jurídica

hispanoamericana se conoce como la prueba ilícita.

Es necesario tener en cuenta que existen dos formas de abordar la ilicitud de una prueba.

En los sistemas jurídicos europeos esta cuestión, está ceñida en una cuidadosa aplicación

del principio de legalidad, la cual es una imposición del sistema que lo rige. En cambio, en

los Estados Unidos las condiciones respecto a la admisión de una prueba se determinan

teniendo en cuenta la conjunción de varios objetivos, por ejemplo, la búsqueda de la verdad

y la determinación de limites en las acciones que realizan las autoridades policiacas. En lo

referente a estas situaciones se ha ido estructurando un amplio cuerpo jurisprudencial que


ha tenido relevancia y ha causado un gran impacto en un sinnúmero de sistemas jurídicos,

los cuales han adoptado la exclusionary rule como un mecanismo o principio indispensable

en su ordenamiento y estructura jurídica.

La exclusionary rule se denomina como un mecanismo judicial creado por la Suprema

Corte de los Estados Unidos (SCEU), que brinda garantías en el proceso e imposibilita a las

autoridades y organismos con atribuciones jurisdiccionales que se introduzcan en un

proceso un material o elemento probatorio que haya sido obtenido sin atender las normas

fundamentales y procesales constitucionales. Este mecanismo se aplica específicamente

respecto a registros, confiscaciones, allanamientos que atenten contra lo establecido en la

IV Enmienda de la constitución. El objetivo principal de la creación de la IV Enmienda fue

consolidar una garantía que se ejerciera antes los tribunales federales y demás organismos o

funciones jurisdiccionales para evitar que los derechos y normas constitucionales se

convirtieran en simples normas pragmáticas sometidas a la discreción de las autoridades,

sin embargo, la SCEU tardo mas de un siglo en adoptar la exclusionary rule.

Muchos doctrinantes afirman que la causa de esta tardanza se debe en gran parte a que

existía la ausencia de un código federal de procedimientos penales en la época del siglo

XIX, sumado a esto también influyo el reducido numero de litigios o procesos relacionados

a este tema que se dieron. Sin embargo, en los tribunales estatales los litigios sobre esta

problemática aumentaron a medida que llegaba a su fin el siglo XIX. Antes de 1914,

veinticinco de los estados habían estudiado y propuesto la posibilidad de establecer una

exclusionary rule con el fin de rechazar o impedir la admisión y practica de material

probatorio que se hubiese obtenido ilegalmente. El único estado que la adopto

inmediatamente fue el estado de Iowa, que la introdujo en su legislación local, esto por
motivos de que los agentes de policía que realizaban conductas o acciones ilegales estaban

actuando como un mero particular y no como un agente del estado. Eventualmente esta

manera fue cambiando y con el tiempo los agentes comenzaron a ser sujetos susceptibles de

sanciones por realizar sus actividades atentando contra el marco constitucional.

Luego de 1914, las leyes penales federales se habían expandido. Ese mismo año la

SCEU, sostuvo que la IV Enmienda era de indispensable aplicación a las autoridades

federales y que para garantizar su cumplimiento cualquier prueba que fuese obtenida por

autoridades federales vulnerando los derechos fundamentales contenidos en la enmienda no

podía aportarse ni ser valorada por un juez con el fin de determinar la culpabilidad o

inocencia del sindicado cuyos derechos fueron violentados. Al comienzo la Suprema Corte

sostenía que la IV Enmienda no se aplicaba a los estados y que las pruebas obtenidas

ilegalmente por cualquier autoridad local que fueran entregadas a autoridades federales

serian admisibles; esta doctrina paso a la historia con el nombre de Silver Platter.

En esta época existía el libre albedrio para adoptar la doctrina emitida por la suprema

corte en lo referente a la exclusionary rule. Aproximadamente al terminar la década de los

cuarenta, se estableció el derecho a la intimidad como principio rector de la IV Enmienda el

cual debe ser respetado y garantizado por los ordenamientos de cada estado. Sin embargo,

la corte sigue manifestando que la Exclusionary Rule no es de carácter obligatorio en los

procedimientos judiciales de los estados. Finalmente, en 1961, la corte rompió estos

paradigmas y sostuvo que cualquier prueba obtenida en violación de normas previstas en la

IV Enmienda no será susceptible de admisión y valoración en ningún juicio contra un

particular.
El modelo norteamericano se caracteriza por la desconstitucionalización de una regla de

exclusión (Exclusionary Rule), y es un mecanismo esencial del sistema procesal

norteamericano. A pesar de ciertos estudios históricos, se ha determinado que el origen del

Exclusionary Rule nació vinculada a la IV y V Enmiendas de la constitución de los Estados

Unidos, en la cuales se prohíbe respectivamente los registros y detenciones arbitrarias sin

que exista una causa probable y autoincriminaciones externas o involuntarias. Por tanto,

con el transcurso del tiempo la corte suprema federal norteamericana se vio en la necesidad

de establecer que el verdadero objetivo era disuadir a las autoridades policiales de que se

abstuvieran de realizar actividades y procesos de investigación ilícitas. Los efectos

disuasorios se evidencian en varias sentencias emitidas en la década de los setenta; en éstas,

la suprema corte manifestó que el principal propósito de exclusión de las pruebas ilícitas es

evitar las conductas y acciones policiales ilegales, por tanto, esta regla por medio de la cual

se excluye la prueba obtenida mediante vulneración de derechos consagrados en la IV

enmienda tiende a garantizar los derechos contenidos en ésta.

Por razones pragmáticas se determina que la Exclusionary Rule se fundamenta en el

modelo norteamericano direccionada en primera medida a evitar la deterrence of police

missconduct, es decir, conductas policivas ilícitas.

Este mecanismo jurídico es considerado un remedio propiciado por el Poder Judicial que

no descartaría la aplicación de otras herramientas alternativas, por ejemplo, las sanciones

penales o disciplinarias. A pesar de su gran relevancia en beneficio del sistema jurídico,

existen voces muy respetadas en la doctrina norteamericana que cuestionan esta regla de

exclusión afirmando que no está comprobado empíricamente que la misma tenga la eficacia

disuasoria de conductas violatorias de derechos fundamentales que se le atribuyen.


Respecto a los criterios esbozados por los contradictores de la Exclusionary Rule, es

cierto que con este fundamento se produce un efecto indirecto y un reforzamiento de los

derechos plasmados en las Enmiendas Constitucionales, pero no es una exigencia

constitucional, sino que presenta un carácter meramente instrumental y subordinado a actos

que permiten la admisión de pruebas.

Sumado a lo anterior, es importante resaltar el fundamento del tribunal supremo federal

norteamericano, el cual ha señalado que la aplicación de la regla de exclusión de las

pruebas ilícitas se obtenga por particulares o por agentes policiales extranjeros fuera del

territorio no será tenido en cuenta.

2.2 Naturaleza y Propósito de la Exclusión de la Prueba Ilícita (Exclusionary Rule)

Es indispensable conocer que, a pesar de la ausencia de una definición legal de este

mecanismo, este ha sido considerado como un instrumento fundamental para darle mayor

fortaleza a la aplicabilidad y defensa de las garantías y normas constitucionales, y así evitar

que estas se vean violentadas y sean reducidas a un simple texto ineficaz.

Esta regla no es aplicable solamente a registros y demás acciones que contravengan la

IV Enmienda sino a todo lo referente que atente contra derechos constitucionales y

fundamentales como los que hemos mencionado anteriormente; esto lo manifestó la SCEU

en una sentencia del Estado de Arizona, donde excluyó violaciones al derecho a no declarar

contra si mismo, derecho contenido en la V Enmienda.


Cabe resaltar que la Exclusionary Rule no esta considerada como una garantía o un

derecho constitucional de un particular, sino que su fin es la protección de los intereses de

la sociedad, es decir, el fin principal de esta regla que excluye la práctica y admisión de la

prueba ilícita es prevenir mas que reparar, es disuadir a los cuerpos policiales y

jurisdiccionales de actuar al margen de las normas constitucionales; impidiendo con esta

exclusión la afectación de bienes jurídicos tutelados y eliminando incentivos a los que

pueden acceder dichos cuerpos por actuar al margen de la ley (deterrent effect). “(.. En

cualquier caso, es importante tener en cuenta que, desde la primera jurisprudencia, la SCEU

has sostenido que la exclusionary rule conlleva un alto coste social, ya que al impedirse la

presentación de pruebas en un juicio se niega la función primordial de los tribunales: la

búsqueda de la verdad. Es puesto que la exclusionary rule únicamente se aplica una vez que

el tribunal ha concluido que los beneficios obtenidos en disuadir la conducta futura de los

agentes de la policía son mayores que los costes sociales que conlleva esta regla. La

exclusionary rule no es de aplicación inmediata a todos los procedimientos ni todos los

supuestos. Mijangos..J.2014..Mexico.pag226)”.

2.3 Efectos de la Exclusión de la Prueba Ilícita (Exclusionary Rule)

La doctrina ha señalado que la regla de exclusión de la prueba ilícita encasilla no solo a

las pruebas que se han obtenido mediante una actividad inconstitucional por parte de

autoridades sino también a aquellas pruebas que susciten indirectamente de tal actividad.

Esta regla o consecuencia ha sido definida por la SCEU como la derivative evidence rule,
pero es conocida popularmente como la doctrina de “los frutos del árbol podrido” (fruit of

the poisonous tree).

La Corte manifiesta que es imposible la utilización de pruebas ilegales incluyendo tanto

evidencia física como pruebas testimoniales. “(.. Así, las comunicaciones interceptadas

electrónicamente, las huellas digitales, la señalización de un objeto o una persona por parte

de un perro, la identificación de un acusado en una rueda de reconocimiento, o la confesión

escrita u oral de un detenido, que hayan sido obtenidas a través de un registro y/o

confiscación contraria a la Cuarta Enmienda no serán admisibles en juicio.

Mijangos..J.2014..Mexico.pag226)”.

Por consiguiente, la SCEU ha sostenido que la fruits doctrine (los frutos del árbol

podrido), no es aplicable en los casos que la relación causa – efecto entre las acciones

ilegales y la manera en cómo se obtienen las pruebas se haya diluido, de tal forma que le

otorga un sentido de inconstitucionalidad y termina por disiparse. Partiendo desde este

argumento se ha constituido una gran variedad de reglas excepcionales a la aplicación de la

exclusión de la prueba ilícita, que para muchos se ha minimizado esta figura.

2.4 Excepciones a la exclusión de la Prueba Ilícita (Exclusionary Rule)

Aproximadamente en los años sesenta, la corte no intervenía en las normas que regían el

sistema jurídico de los Estados Unidos, pero todo cambió cuando un juez llamado Earl

Warren presidió el máximo tribunal. Este funcionario propició una revolución que impactó

en el sistema de garantías penales de los acusados, sindicados y detenidos; causando

inconformidades en las corporaciones policiales. Una vez cambió la estructura de la corte

desde la década de los setenta hasta nuestros días; gran parte de las jurisprudencias emitidas
por la corte fueron revocadas y modificadas, por ejemplo, en el caso de la exclusión de la

prueba ilícita se ha constituido un bloque o grupo de excepciones que priman y soportan la

necesidad e idoneidad de este mecanismo como lo son los principios de buena fe, el

descubrimiento inevitable, la doctrina del rompimiento causal (purged taint), la fuente

independiente, la doctrina de la evidencia a la vista (plain view), el registro fortuito y el

consentimiento. “(.. Nix v. Williams, 467 U.S 1984.) (..

Mijangos..J.2014..Mexico.pag227)”.

La garantía de la buena fe es una excepción que le permite a las pruebas ser admitidas en

un juicio, aunque la policía cometa errores en los procedimientos de confiscación o

registro. La autoridad puede alegar esta excepción si logra demostrar que la actuación se

realizo honestamente y no hubo voluntad de transgredir los derechos del capturado.

También es posible alegarlas cuando el error haya sido cometido por el juez, cuando el

error fue efectuado por un empleado del tribunal, cuando las autoridades creen

erróneamente que la información dada al juez que emite una orden de allanamiento o

registro era correcta o cuando las autoridades cree que la persona que le concedió

autorización para realizar un registro o allanamiento tenia la autoridad y capacidad de

avalar el procedimiento, y por último, en casos en que la acción perpetrada por las

autoridades este fundamentada en un ley que con posterioridad es declarada

inconstitucional o se derogó.

Respecto a la causal de excepción del descubrimiento inevitable se puede alegar si se

demuestra que la prueba se descubrió de manera inevitable utilizando medios legales, por

ejemplo, a pesar de que se haya efectuado un allanamiento o registro violentando el

ordenamiento constitucional, no sería necesaria una orden de registro que justificara dicha
intrusión. La presente excepción se encuentra restringida en las situaciones donde la

evidencia es un cuerpo o un arma abandonada.

Referente a la excepción del rompimiento causal (purged tain) una acción libre y

posterior por parte del acusado da lugar al rompimiento del nexo causal entre la prueba

descubierta y la acción ilegal de la policía.

La excepción de la fuente independiente puede ser utilizada por las autoridades si logran

demostrar que la obtención de la prueba se logró mediante una fuente que no tenga relación

alguna con el registro o confiscación ilegal, es necesariamente importante tener en cuenta

que la exclusión de la prueba ilícita únicamente se aplica respecto a las acciones de la

policía y no respecto de los particulares.

Con la excepción de la evidencia a la vista (plained view) podemos dilucidar que las

autoridades no necesitan una orden de registro para retener y confiscar objetos que se

encuentren dentro de su área visual o en lugares abiertos al público, por lo general esta

excepción se aplica en situaciones rápidas de emergencia, por ejemplo, delitos flagrantes,

incendios o accidentes; y debe contar con otro requisito el cual es que el agente de policía

debe encontrarse en el lugar de los sucesos.

La excepción del registro fortuito se da constantemente. En los Estados Unidos los

agentes de policía se encuentran legalmente autorizados para retener momentáneamente a

un sospechoso a fin de asegurar su propia protección, además antes de que los sospechosos

sean llevados a las dependencias judiciales, estos pueden ser objeto de un registro ya sea

con o sin orden judicial emitida por la autoridad competente. Para que las autoridades
puedan detener a una persona tiene que demostrar que existe una probabilidad de que ésta

pueda ser titular de la comisión de un delito.

Un registro con consentimiento por lo general se realiza cuando las autoridades no

cuentan con una orden judicial emitida por una autoridad competente, pero se le ha

otorgado el consentimiento por parte del sospechoso para que se realice un registro en sus

propiedades o en su persona. La exclusión de la prueba ilícita en este caso se da cuando el

sospechoso no esta sujeto a amenazas por parte de miembros de las autoridades y se le debe

recalcar las consecuencias jurídicas que acarrea su consentimiento.

2.5 Limitaciones en el campo de la aplicación de la exclusión de la prueba ilícita

(exclusionary rule)

Como resultado de los altos costes sociales a los que da lugar la inadmisión y exclusión

de las pruebas de un delito, la exclusionary rule será aplicada en aquellos casos en los que

el efecto disuasorio de algunos actos premeditados de la policía haya sido determinado por

un juez. Los criterios de la corte demuestran que esta regla se encarna en un campo de

aplicación específicamente penal, ya sean de orden federal o local. Existe un gran numero

de procesos en los cuales se ha excluido expresamente la aplicación de esta regla, ya que la

decisión del tribunal correspondiente no logra acreditar el efecto disuasorio.

En los procesos ante los jurados (Grand Jury) es fundamental la admisión y practica de

pruebas obtenidas ilegalmente, lo mismo sucede en los procedimientos civiles, los

procedimientos de deportación, los relacionados a la libertad condicional, entre otros.

Es importante señalar la relevancia de esta regla para el cumplimiento de los derechos

contenidos en la IV y V Enmienda de la Constitución la cual resulta oponible frente a los


poderes públicos. “(.. las pruebas obtenidas por un particular pueden ser presentadas en un

juicio, con independencia de que no cumplan con los requisitos constitucionalmente

establecidos para los registros y confiscaciones policiales. Esto resulta muy relevante en los

Estados Unidos, ya que una gran parte del trabajo de investigación policiaca es realizado

por cuerpos de seguridad privados. En cualquier caso, la exclusionary rule entrara en

escena si la actividad de estos cuerpos se realiza de forma conjunta con agentes policiales.

Mijangos..J.2014..Mexico.pag229)”.

2.6 Ventajas, desventajas y alternativas a la exclusión de la prueba ilícita

(exclusionary rule)

Aunque la exclusión de la prueba ilícita no se encuentra expresada en la constitución se

ha convertido en un mecanismo fundamental de trabajo de los cuerpos de policía en los

Estados Unidos. A través de la historia se pueden evidenciar nuevas modificaciones que le

han brindado mas eficacia a la manera como opera esta regla. Ésta ha sido una de las

causantes de que los organismos locales y federales inviertan recursos en entrenamiento y

capacitación para las fuerzas que ejercen y garantizan el orden; también reduce las

probabilidades y las consecuencias de que una condena sea idónea, brindando así una

especie de seguridad jurídica y otorgando preponderancia al respeto por las garantías

procesales.

A pesar de ser una regla tan eficaz para la sociedad también existen cuestionamientos

debido a que los sospechosos culpables pueden acceder a la libertad por errores técnicos.

Muchos consideran que la exclusionary rule no se constituye como una garantía sino como

un mecanismo de protección utilizado por los delincuentes, e impide la lucha contra el

crimen. Pero desde el punto de vista académico se afirma que uno de los problemas de esta
regla es que no se sanciona directamente al agente de policía que incumple con los

mandatos constitucionales y hace que la sociedad pierda respeto y credibilidad hacia el

sistema de justicia penal y las garantías procesales.

Aunque suscita la discrepancia entre puntos de vistas académicos y populares la

exclusionary rule se ha mantenido casi un siglo, debido a que la mayoría de la corte sigue

creyendo que nada opera mejor que el efecto disuasorio que rige esta regla; basándose en

criterios de que la opinión publica no es consecuente de la carencia de este mecanismo ya

que la mayoría de las actividades policiales se desarrollan fuera de las vertientes

constitucionales. “(.. aquellos pocos casos que trascienden el anonimato, suelen referirse a

hechos en los que el acusado es presentado a la opinión publica como un “delincuente”.

Ante encabezados periodísticos tales como “declaran ilegal la confesión del asesino” o

“traficante de drogas logra que se excluya como prueba el alijo encontrado en su casa”, la

opinión publica responde con muy poca simpatía al reclamo del respeto a sus derechos

constitucionales. Las preocupaciones a corto plazo sobre la inseguridad publica suelen

triunfar sobre el efecto que tienen en la sociedad las actuaciones policiacas que se realizan

al margen de la ley. Mijangos..J.2014..Mexico.pag230)”.

Por último, es sumamente necesario aclarar que en el sistema judicial estadounidense los

particulares gozan de mecanismos procesales encaminadas a ser efectiva determinada

reclamación pecuniaria en caso de daños propiciados por algún agente del estado que haya

violentado sus derechos fundamentales mediante acciones contrarias a la constitución.

Dichas acciones se encuentran enmarcadas en los ordenamientos jurídicos tanto locales

como federales. Sin embargo, las demandas relacionadas a este tipo de abuso no son
consideradas como el remedio eficaz de protección ante agentes del estado o autoridades

policiales.

Una de las razones que soportan lo mencionado es que este tipo de demandas muy poco

prosperan aun cuando se compruebe la actuación ilegal por parte de las autoridades

policiales. El argumento en el cual se escudan es que a pesar de haber realizado un

requerimiento ilegal estaban guiados por una presunción de “buena fe”. Otra de las razones

es que la demanda no resulta atractiva debido a los bajos salarios de los agentes policiales

ya que al no tener una amplia capacidad económica su responsabilidad pecuniaria es muy

limitada. Esto ha acarreado grandes problemáticas a las entidades de policía estatales, por

tanto, las personas afectadas demandan solidariamente a la institución, pero aun así estas

sentencias emitidas contra estos organismos son esporádicas y muy determinadas por

idiosincrasia del jurado de turno.

3. Conclusión

La exclusión de la prueba ilícita es una regla creada jurisprudencialmente por la Corte

Suprema de Justicia de los Estados Unidos consolidada en el año 1961, la cual buscó

empoderar a los ciudadanos de una herramienta legal que les serviría para defenderse de los

abusos por parte de la autoridad. Este mecanismo debe cumplir con una serie de requisitos

para su aplicabilidad como el siguiente:

1. Que las acciones ejecutadas por parte de las autoridades policiacas vayan en contra

Existe gran contradicción en lo que respecta a los beneficios de este organismo, que

ha servido tanto como una medida de protección como un escudo para aquellas

personas que realizan actividades ilegales. Esto debido a que, si en alguna ocasión
se efectuará un requerimiento o un registro que no esté acorde a las acciones legales

y constitucionales, la adquisición de los elementos probatorios sería ilegal, por lo

tanto, se entenderá como prueba ilícita y será susceptible de inadmisibilidad en el

juicio contra el sospechoso o culpable.

El control sobre la ilicitud de la prueba corresponde a un juez de garantías el cual es

quien determina la calificación o inutilidad procesal. Una acusación fundamentada sobre las

pruebas ilícitas debe calificarse de infundadas siendo su consecuencia procesal la no

apertura del juicio, es decir que el control de la ilicitud de la prueba trata de impedir que el

enjuiciador pueda entrar en contacto con dichas pruebas evitando así las perniciosas

consecuencias originadas de los denominados efectos psicológicos de la prueba ilícita. No

obstante, el hecho de que una prueba ilícita hubiera superado un filtro de admisibilidad no

es obstáculo para negarle todo su valor. En otras palabras, si una prueba ilícita se incorporó

a un proceso eso no impide que exista posibilidad de denunciar su ilicitud y solicitar su

valoración por parte del tribunal sentenciador que n o podrá fundamentar el sentido de su

fallo condenatorio sobre la base de pruebas ilegales.

Potrebbero piacerti anche