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Las ocho regiones naturales del Perú es una tesis del geógrafo peruano Javier Pulgar
Vidal formulada en 1938, dicho autor busca hacer una división sistemática del Perú
en regiones naturales de acuerdo a pisos altitudinales, flora y fauna. Las indicaciones
altitudinales cambian levemente entre las diferentes ediciones de su obra, y deben ser
entendidos como orientación. Estas regiones naturales son Costa o Chala, Yunga, Quechua,
Suni, Puna, Janca o Cordillera, Selva alta o Rupa rupa y Selva baja o Omagua.
11 ecorregiones
El mar tropical, el mar frio, el desierto del pacífico, el bosque seco ecuatorial, el
bosque tropical del pacífico, la serranía esteparia, la puna, el páramo, la selva
alta, la selva baja y la sabana de palmeras son las 11 ecorregiones
identificadas por Brack.
CAPITULO I: CUADRO CRONOLOGICO DE LOS ANDES CENTRALES
En los andes centrales ha existido varias propuestas de esquema cronológico desde diferentes
puntos de vista y enfoque. A continuación, se explica las principales propuestas.
John H. Rowe propuso una " Columna cronológica" la cual estaba constituida
en la "Secuencia maestra" que el y sus discípulos emplearon en el Valle de Ica
el cual está ubicado en la parte sur de Perú.
Los restos arqueológicos más antiguos de la historia peruana son los siguientes:
EL HOMBRE DE PACCAICASA
En la aldea de Paccaicasa (Ayacucho) están las cuevas de Piquimachay,
Jayguamachay y Rosamachay a una altura de 2 740 metros sobre el nivel de mar.
El arqueólogo norteamericano Richard Mac Neish halló en 1969 las huellas de
ocupación humana más antigua en el actual territorio peruano. Datan de
aproximadamente 20 000 a.C.
El hallazgo consistió en instrumentos líticos junto a restos óseos. Habían también
raspadores, machacadores y buriles de piedra muy toscos, hechos a golpes o
percusión, al lado de huesos animales giagntes como el megaterio (semejante a un
perezoso gigante), el esmilodonte (semejante al tigre dientes de sable) y
mastodontes.
Falta colocar el hombre de guitarrero:
EL HOMBRE DE CHIVATEROS
Chivateros es una zona ubicada en las cercanías de la desembocadura del río
Chillón. Allí el arqueólogo norteamericano Edward Lanning en 1963 encontro
vestigios humanos de una antigüedad de 12 000 años.
EL HOMBRE DE TOQUEPALA
En la cueva del diablo a 2700 metros sobre el nivel del mar en Toquepala
(Moquegua), se encuentra este importante yacimiento arqueológico. Sus restos
fueron encontrados en 1960 por Miomir Bojovich y Emilio Gonzales, estos restos
tienen una antigüedad de 9500 años.
Lo más notable de este descubrimiento son las pinturas rupestres estudiadas por el
arqueólogo Jorge C. Muelle. Para plasmar su arte, utilizó los colores rojo, blanco,
amarillo y negro.
La escena que representa se refiere a la caza de guanacos. En ella los hombres
aparecen desnudos, enmascarados y armados con garrotes.
EL HOMBRE DE LAURICOCHA
En los hallazgos arqueológicos anteriores no se encontraron restos humanos
directos. Lauricocha es el primer hallazgo de restos humanos directos.
Lauricocha se encuentra a más de 4 000 metros del nivel del mar, en la provincia de
Dos de Mayo en Huanuco.
El ingeniero Augusto Cardich, entre 1958 y 1959, halló los primeros restos humanos
los cuales tenían una antigüedad de 9 525 años.
En estas cuevas se encontraron 11 esqueletos humanos junto a cenizas, restos de
alimentos, utensilios de piedra y huesos de cérvidos y camélidos. Uno de estos
esqueletos fue inhumado en forma ritual. Llevaba ajuares funerarias, cuentas de
collares de huesos, conchas y turquesas.
Los seres humanos requerían de más alimentos para satisfacer a una creciente
población; este hecho se agudizó hacia más o menos los 4 000 años a. de C. al
cambiar notablemente el clima afectando a plantas y animales.
Poco a poco los seres humanos fueron conociendo el ciclo de reproducción de
las plantas y, respecto a los animales, realizando una caza selectiva hasta que
lograron domesticar algunos.
Fue de esta manera y en un largo proceso como se va a producir el descubrimiento
de la agricultura y la ganadería. El hombre de consumidor se convierte en productor
de alimentos; lentamente va dominando a la naturaleza y la obliga a producir en su
provecho.
Entre las plantas que va experimentando su cultivo tenemos la quinua, la
calabaza, el zapallo, los pallares y frijoles. Lógicamente, esta agricultura
incipiente se dio en forma rudimentaria. En cuanto a los animales empieza
domesticando al cuy y la llama. La práctica de estas actividades supone la
utilización de nuevas técnicas y herramientas, lo que va a motivar un nuevo
desarrollo cultural del hombre andino.
KOTOSH
Localizado en Huánuco, cerca del río Mito a 3 km al oeste de su capital. Fue
descubierto en 1935 por Julio C. Tello.
En 1960, Seichi Yzumi, arqueólogo japonés, excavó en el lugar, encontrando el
templo denominado de las Manos Cruzadas, el cual fue edificado hace 4 mil años.
Este es el primer templo en el Perú y América. Las manos están hechas de
terracota.
EL PARAISO
Situado en el valle del Chillón en las cercanías de Lima. Fue descubierto por el
francés Federico Engel. Su antigüedad es de 3 500 a.C. Tiene la forma de un edificio
piramidal en forma de “U”.
LAS HALDAS
Se encuentra en el valle de Casma (Ancash). Es un gran monumento el cual cuenta
con 6 plataformas de terrazas de 45 metros de altura.
Sus habitantes que deformaban cráneos y limaban los dientes, se alimentaban de
mariscos y productos agrícolas.
SECHÍN ALTO
Situado en Casma, Ancash. Fue descubierto por Julio C. Tello en 1937 y Arturo
Jimenez Borja en 1969.
Es un santuario de piedra y barro en cuyas paredes se observa personajes humanos
en diferentes actitudes que sugieren figuras guerreras.
Algunas piedras exhiben la representación de cabezas trofeo o partes seccionadas
del cuerpo, lo que hace pensar en sacrificos humanos.
CHILCA
Situado en los ríos Lurín y Mala en Lima. Sus pobladores fueron agricultores
incipientes, que vivían en chozas cónicas construidas con troncos y ramas de sauce o
de terrones y piedras.
HUACA PRIETA
Este pueblo se localiza a las orillas del río Chicama, al norte de Trujillo. Allí el
arqueólogo norteamericano Junius Bird descubrió un complejo cultural de una
antigüedad de 4 000 años. Desde entonces el periodo pre-ceramico fue admitido
científicamente como unos de los periodos de la historia del Perú.
Los habitantes vivían en pequeñas casas subterráneas construidas de piedra y barro
cuyos techos eran de madera y huesos de ballena.
En sus tejidos de algodón se encuentran el diseño del primer cóndor andino. En las
calabazas muy comúnmente usadas como recipientes y vasos, decoraron el mate de
Huaca Prieta, semejantes a los mates de Valdivia (Ecuador).
En este periodo destaca las culturas Recuay, Cajamarca, moche, lima, nazca, Huarpa y
Tiahuanaco.
La cultura recuay.
“Las viviendas de los recuay fueron erigidas con piedras parcialmente labradas y con relleno de
tierra; se distribuían de uno a cuatro cuartos interconectados, alrededor de un patio. También
hubo casas subterráneas, compuestas de un patio y un ambiente central multiusos, es decir,
que funcionaba como cocina, sala y dormitorio a la vez” (S.A., S.A., p.4).
La mayoría de los arqueólogos están de acuerdo que la cerámica de tipo Huarás (o Huaraz)
blanco-sobre-rojo ocurre antes de materiales Recuay (Bennett, 1944; Grieder, 1978;
Lumbreras, 1970, 1974) o forma parte temprana de una secuencia general recuay, cuyo inicio
empezó a fines del Horizonte Temprano (Lanning, 1965; Gambini, 1984).
El sitio Chinchawas, ubicado al oeste de Huaraz, se encontró cerámica muy similar a los
materiales de Katak y Balcón de Judas (Lau, 2001a). La cerámica llamada «Kayán», pertenece a
una ocupación local recuay.
A fines del siglo VI d.C, la cerámica kaolinita y de pasta fina desapareció dando lugar a la
proliferación de una alfarería más rústica. Se caracteriza por su poca calidad y decoración local.
• La alfarería de Recuay Tardío utiliza pastas más toscas, de color beige o rojizo y
manifiesta la desaparición general de la kaolinita.
• La decoración pintada no es tan fina: las líneas son más anchas, con menos detalle y
frecuentemente, se usa sólo el color rojo.
• Los diseños comunes son variaciones del repertorio Recuay: meandros horizontales,
líneas paralelas verticales u horizontales y motivos básicos geométricos (rectángulos,
triángulos, y círculos). En suma, se puede considerar estos rasgos como componentes
tardíos de la tradición Recuay.
• Las fechas indican que la irrupción Wari ocurrió a inicios del siglo VIII d.C. y estimuló
varios proyectos arquitectónicos en el Callejón de Huaylas, mejor conocidos como
estructuras en forma «D» y los recintos tipo «patio-groups» (Isbell, 1989; 1991).
•
• Los alfareros de esta época prefirieron pintar los diseños en el interior de los cuencos
(en la anterior, prefirieron pintar en los bordes externos).
Dentro de las características más notorias de las formas de entierro de la cultura Recuay son:
Galerías subterráneas
• encontramos otro tipo de entierro como las chulpas, que muestran ser más tardías
debido a la superposición en el mismo espacio ceremonial.
Los recuay son reconocidos por sus trabajos escultóricos realizados en piedra (litoescultura).
• Estas esculturas consisten en lajas de piedra labrada, en forma de prisma o estatuaria,
que se tallaba en alto o bajo relieve o por incisión en la piedra. Representaron
guerreros, felinos y serpientes, cabezas humanas, caras y cabezas trofeo, maquetas y
copas con pedestal, etc.
• De otro lado destacan los célebres monolitos Recuay, bloques de piedra de forma casi
cilíndrica, esculpidos aparentemente para representar a guerreros de rango elevado.
La cultura moche
De esta última clasificación hay tres grandes grupos: las casas de los agricultores (sencillas
hechas de quincha de una sola habitación y puerta), las casas de los agricultores de algodón
(casas más elaboradas, tenían patio externo y fuentes de ventilación), y casas de los artesanos
(que funcionaban casi como talleres alfareros o metalurgos).
La arquitectura mayor:
La arquitectura mayor abarca tres grandes grupos: palacios (donde vivían los soberanos y
sacerdotes con habitaciones y decoraciones sofisticadas), templos (donde residían los
sacerdotes y los miembros del ámbito religioso) y las fortalezas (donde vivían los militares).
Desde luego que tenía una tendencia ceremonial, política y administrativa.
Las huellas arquitectónicas de los Moche se registran en un total de 14 valles; sin embargo,
solo 7 de ellos son los que tienen las obras de mayor envergadura.
Cerámica moche
3.5. PERIODO DE IMPERIO WARI