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“…En tales condiciones, fácil es colegir que la finalidad del artículo 68 A del Código
Penal radica en prohibir sólo las alternativas de libertad para aquellas personas
que sean reincidentes en la comisión de delitos dolosos o preterintencionales
dentro de los últimos cinco años.
i) La persona sea condenada por delito reprimido con pena mínima que sea
igual o inferior a 8 años (art. 38B, n. 1).
Como ya se dijo, MUÑOZ CABRERA tiene un antecedente previo por delito doloso,
pero éste no configura la exclusión de beneficios del numeral 1° del artículo 68A, pues
aunque desde entonces no han pasado 5 años, los hechos por los cuales fue condenado
se cometieron con posterioridad a los que aquí se investigaron.
“3.5. Nada más alejada del orden jurídico que la anterior hermenéutica. Tal como
lo ha expresado la Corte Constitucional1, uno de los criterios que el legislador ha utilizado
para suponer que la pena debe mantenerse, o que no es adecuado otorgar beneficios al
condenado, es el de la reincidencia, «entendida ésta como la reiteración del delito, esto
es, como el reproche a quien cometió una nueva conducta ilícita después de haber estado
sometido a una pena anterior».
(…)
1
C-425 del 30 de abril de 2008.
3.12. En suma, la procedencia de la suspensión condicional de la pena bajo la hipótesis
prevista en el numeral 3º del artículo 63 del C. Penal, se determinará cuando la persona:
a) sea condenada a prisión inferior a 4 años; b) por un delito diferente a los excluidos
por el artículo 68A ibídem; c) tenga antecedentes penales dentro de los 5 años anteriores
a la comisión del nuevo hecho delictivo por delitos dolosos diferentes a los excluidos;
d) y no necesite de la ejecución de la pena, según la valoración subjetiva que realice el
juez.”
En este orden de ideas, la Sala concluye que la interpretación realizada por las
autoridades judiciales accionadas no es la adecuada y, por tanto, constituye un defecto
sustantivo que habilita la protección constitucional frente a decisiones de naturaleza
jurisdiccional, pues contabilizaron el término de cinco años a partir del momento en que
JHON JAIRO RICAURTE CASTAÑEDA incurrió en las conductas por las que se emitió la
segunda condena.”
“Con la interpretación sistemática de los artículos 38B y 68A de la Ley 599 de 2000 la
Sala precisó que para conceder la prisión domiciliaria es menester: i) que la persona sea
condenada por delito que tenga prevista pena mínima igual o inferior a 8 años de prisión;
ii) el ilícito por el cual se profiere la condena no sea de aquellos referenciados en el inciso
2° del artículo 68A de la Ley 599 de 2000; iii) el sentenciado carezca de antecedentes
penales dentro de los cinco años anteriores, por hechos cometidos con anterioridad a los
que motivan la condena; iv) esté demostrado el arraigo familiar y social del procesado
y v) se preste caución para garantizar las obligaciones fijadas legalmente.
“Esta Sala considera que el Tribunal acertó al determinar que el artículo 68A del Código
Penal -vigente para la fecha de los hechos- impedía la concesión de beneficios y
subrogados a la persona que hubiere sido condenada por delito doloso o
preterintencional dentro de los 5 años anteriores, prohibición conservada en la Ley 1709
de 2014, siendo evidente que las reformas posteriores de aquella norma nunca
incluyeron la falsedad ideológica en documento público dentro del listado de delitos que
contempla el inciso 2° del canon citado, frente a los que se prohíbe otorgar la prisión
domiciliaria.
Si bien es cierto que el artículo 38B del Código Penal, modificado por la Ley 1709 de
2014, amplió el requisito objetivo para su concesión de 5 a 8 años, también lo es que
existe una prohibición legal en el artículo 68A, inciso 1° -vigente desde la fecha de
ocurrencia de los hechos, mantenida en la actualidad- que impide otorgar la prisión
domiciliaria pues ORLANDO ANTONIO SALAS VILLA fue condenado como autor del delito
de prevaricato por acción el 9 de junio de 2017 por el mismo Tribunal [rad. 307-15],
decisión confirmada por esta Corporación el 13 de diciembre de la misma anualidad [CSJ
SP21175-2017, rad. 51173], siendo imposible concederla por ello, al estar debidamente
probado tal antecedente penal, probado por la Fiscalía2.”
2 Cfr. Folios 180 a 501; y, 502 a 506 del cuaderno del Tribunal.