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Luego de investigar y analizar un poco sobte la historia de nuestro pais, el manejo que los
mandatarios han venido dandole a la econmia y las soluciones a los problemas economicos,
me di cuenta que Colombia presenta un cambio social notable en este siglo, con una fuerte
caída de la pobreza de 49,7% en 2002 a 27% en 2017, y un aumento sostenido de la clase
media, que ha pasado de 16,3% a 31,0% en el mismo período. Sin embargo, persisten un
conjunto de factores y de restricciones que de no enfrentarse exitosamente comprometerán
la continuidad del cambio social y la posibilidad de lograr un país con mayor equidad y
calidad de vida para todos.
Podemos mencionar unos factores y restricciones que obstaculizan nuestro avance, El
estancamiento de la productividad en la última década, el incremento de las economías
ilegales aprovechando los espacios vacíos y la ausencia de Estado, el aumento en la
corrupción y en la percepción de impunidad, las grandes disparidades regionales en
particular en contra de la Colombia rural, la alta informalidad laboral y empresarial, los
costos tributarios y regulatorios que desestimulan la actividad empresarial, los grandes
rezagos para la transformación digital que tiene el país, y la vulnerabilidad frente a riesgos
de desastres y al cambio climático, entre muchas otras. El Plan Nacional de Desarrollo
2018-2022 intenta trazar el curso de acción para remover dichos obstáculos y transformar
las condiciones que hagan posible acelerar el crecimiento económico y la equidad de
oportunidades, se ve muy bonito en papel, pueda ser que lo apliquen al pie de la letra.
El primer pacto que encontramos en el Plan de Desarrollo es el Pacto por la equidad. La
equidad se entiende aquí como la igualdad de oportunidades para la inclusión social y
productiva de todos los colombianos. El Pacto por la equidad propone una política social
moderna, que se constituye como el conjunto de lineamientos de política, estrategias y
programas dirigidos a aprovechar las ganancias del crecimiento y a fortalecer los canales de
redistribución para que el progreso económico se traduzca en bienestar y oportunidades
reales para todos. El fin último de una política social moderna bajo el enfoque de equidad
de oportunidades es que todos los colombianos tengan cada vez más posibilidades para
elegir libremente aquello que quieren ser y hacer con su vida. El pacto agrupa dos tipos de
oportunidades: las oportunidades para la inclusión social y las oportunidades para la
inclusión productiva. Entre las oportunidades para la inclusión social están el acceso
eficiente y con calidad a servicios de salud, cuidado infantil, educación y formación de
capital humano, seguridad alimentaria, vivienda y hábitat. Y en cuanto a las oportunidades
para la inclusión productiva el pacto se enfoca en el acceso a mercados de trabajo e
ingresos dignos, haciendo especial énfasis en la conexión a mercados de trabajo por parte
de la población pobre y vulnerable. Este último punto conecta estructuralmente a la política
social con el Pacto por el emprendimiento y la productividad. El pacto propone una política
social moderna centrada en la familia, eficiente, de calidad y conectada a mercados. En
primer lugar, se trata de una política social moderna centrada en la familia porque reconoce
en sus objetivos orientadores, diseño y formulación; y en consistencia a la Constitución
Política de Colombia; a la familia como el núcleo fundamental de la sociedad. La familia es
crucial para la política social moderna porque ésta es corresponsable del bienestar de sus
integrantes, tiene la capacidad de reconocerse como sujeto colectivo de derechos, de ser
uno de los garantes de los derechos de los niños y de constituirse como el tejido social más
próximo de cada uno de sus miembros. La política social moderna está centrada en la
familia porque en ella se tejen los canales de solidaridad y una buena parte de los estímulos
para el desarrollo individual. En segundo lugar, la política social moderna busca ser
eficiente y de calidad. Eficiente porque introduce lineamientos y herramientas para el uso
eficiente y la focalización de los recursos públicos. No basta con que la política social esté
justificada desde los acuerdos sociales para que contribuya a ampliar las oportunidades de
todos, además de su motivación, es necesario que su implementación se realice en
condiciones de eficiencia y progresividad. Y de calidad porque conforme avanza el cambio
social en Colombia, a los desafíos de cobertura de los servicios para la inclusión social se
les suman las demandas sociales por contar con servicios de mejor calidad.
Y finalmente, en virtud de su objetivo de acelerar el cambio social en Colombia y de
adaptarse a éste, decimos que es una política social moderna conectada a mercados en dos
aspectos: en primer lugar, porque en su diseño tiene en cuenta la conexión de los hogares
pobres y vulnerables a mercados de trabajo y otras fuentes de generación de ingresos y la
alineación de incentivos para la formalización laboral. Y en segundo lugar, porque en su
implementación tiene en cuenta las diferentes posibilidades de provisión pública y privada
dependiendo de las características del territorio y del grado de consolidación de los
mercados de operadores de servicios sociales. La primera línea es la de salud para todos
con calidad y eficiencia, sostenible por todos, en ella el Plan propone un pacto por construir
una visión de largo plazo del sistema de salud, centrada en la atención de calidad al
paciente, con cobertura universal sostenible financieramente y acciones de salud pública
consistentes con el cambio social, demográfico y epidemiológico que enfrenta Colombia.
Le sigue la línea educación de calidad para un futuro con oportunidades para todos, cuya
apuesta es avanzar hacia la universalización de la educación preescolar, superar las
disparidades en cobertura y calidad educativa entre zonas urbanas y rurales y el rezago de
la educación media y plantear una apuesta decidida por la educación superior incluyente
para la población pobre y vulnerable de Colombia. En lo que tiene que ver con la niñez, la
línea primero los niños: atención integral desde la primera infancia hasta la adolescencia, se
propone fortalecer el papel de la familia como garante fundamental de la protección, el
afecto y los derechos de los niños; llevar la atención integral de la primera infancia a la
adolescencia apostándole a la construcción de proyectos de vida y un sistema de prevención
y superación de la violencia infantil y las vulneraciones de los derechos de los niños. En
vivienda el pacto le apuesta con la línea vivienda digna e incluyente para todos al
mejoramiento del hábitat como estrategia contra la pobreza: vivienda digna y barrios
incluyentes; así mismo, se propone a acelerar el cambio social y el paso de la pobreza a la
vulnerabilidad y a la clase media a través de la estrategia de arrendamiento social Semillero
de Propietarios. La conexión de los hogares pobres y vulnerables a mercados de trabajo y
fuentes de generación de ingresos, rasgo esencial de la política social moderna que se
propone en este pacto, se desarrolla en la línea trabajo decente, acceso a mercados e
ingresos dignos: acelerando la inclusión productiva en la cual se desarrollan estrategias y
programas tanto para la zona urbana como para la zona rural, esta línea es fundamental
como acelerador del cambio social, en ella se desarrollan estrategias que permitirán no solo
reducir la pobreza sino acelerar la transición de la vulnerabilidad a la expansión de la clase
media. El pacto releva, además de la niñez, a la juventud y al adulto mayor desde la
concepción del envejecimiento. En la línea juventud naranja: todos los talentos cuentan
para construir país, se reconoce a los jóvenes como un grupo etario esencial del Pacto por la
equidad, los jóvenes de hoy nacieron en los hogares beneficiarios de la política social
tradicional de Colombia, la política social moderna tiene por prioridad expandir sus
oportunidades a través del acceso a formación para el trabajo, educación técnica,
tecnológica y educación superior y a través de estrategias y programas para su inclusión a
mercados de trabajo formal y a emprendimientos. En la línea envejecimiento activo y
saludable se proponen estrategias para hacer del envejecimiento una trayectoria digna, con
oportunidades para el cuidado y fuentes de generación de ingresos dignas para los adultos
mayores.
Quiero resaltar unos temas puntuales que ayudan a una Colombia equitativa, en la que haya
menos pobres, más empleo, mayor productividad, un crecimiento económico sostenible y
una política social moderna alineando el trabajo descentralizado de los departamentos por
el futuro de nuestro país:
Educación de calidad para un futuro con oportunidades para todos Para consolidar
la igualdad de oportunidades, el Pacto por la equidad hace una apuesta por ampliar
la cobertura en educación inicial para el desarrollo integral, de lograr una educación
media relevante para los jóvenes, y de brindar acceso con permanencia a una
educación preescolar, básica y media de calidad. En complemento, se pone en
marcha una apuesta decidida por impulsar una educación superior incluyente y de
calidad, en especial para la población vulnerable. La educación es la herramienta
más poderosa para promover movilidad social y para la construcción de equidad
social. Pese a todos los avances que ha logrado el país en los últimos años para
mejorar el acceso con calidad a educación, aún persisten rezagos en el acceso,
permanencia y calidad en todos los niveles. Con el fin de generar una
transformación en el sector educativo desde edades tempranas, una de las
principales apuestas es brindar educación preescolar con enfoque de atención
integral en el marco de la Ley 1804 de 2016. En la educación básica se buscará
asegurar el tránsito efectivo entre grados y la calidad de los aprendizajes, en el
contexto de una educación inclusiva, que brinda las condiciones necesarias para el
acceso y la permanencia, con una propuesta específica para atender las necesidades
educativas de la población que habita en zonas rurales. La política pública educativa
para la educación básica y media se dirige a reconocer el rol de los docentes y
directivos docentes como agentes de cambio y su liderazgo para avanzar en calidad,
a incrementar la jornada única de manera progresiva y con calidad, al
aprovechamiento de los resultados de las evaluaciones de aprendizaje como un
elemento transversal de las prácticas pedagógicas y a promover unos entornos
escolares que sean garantes del derecho a la educación. El ciclo de educación media
es uno de los niveles que presenta menor cobertura. Esto es alarmante si se tiene en
cuenta que este nivel es fundamental para definir las trayectorias de vida de los
jóvenes. Por tanto, se proponen acciones orientadas al incremento de cobertura y al
favorecimiento de la calidad en la educación media, de tal forma que este nivel sea
más atractivo y pertinente para los jóvenes colombianos. A lo anterior se suma un
fuerte componente socioemocional y de orientación socio ocupacional con el fin de
favorecer el tránsito hacia la educación superior, así como estrategias para fortalecer
el acompañamiento situado a docentes. En educación superior, se avanzará en
brindar más oportunidades de acceso a una educación de calidad, con un énfasis en
las poblaciones vulnerables, contribuyendo al logro de la equidad y la movilidad
social. En tal sentido, se plantea un esquema de gratuidad gradual, propuestas para
avanzar en la desconcentración de la oferta y llegar a zonas y regiones apartadas, y
el fortalecimiento de la educación pública, a través de nuevos recursos para
inversión y funcionamiento. Adicionalmente y con el fin de garantizar una oferta
educativa y formativa en educación superior con calidad y pertinente se propone
trabajar de manera articulada con el Ministerio del Trabajo y con las instancias que
hacen parte de la Comisión Interinstitucional para la Gestión del Recurso Humano,
para consolidar el Sistema Nacional de Cualificaciones (SNC) y avanzar en la
transformación del Sistema de Aseguramiento de la Calidad.