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CAPITULO

LA REVELACIÓN DE
1 CRISTO GLORIFICADO.
El Apocalipsis es uno de los libros que menos se
comenta en nuestra iglesia, por eso mismo, se
tienen ideas muy vagas y hasta fantasiosas de este
libro con el que se cierra la Biblia. Son muchos los
que le tienen miedo al Apocalipsis porque,
frecuentemente, han oído hablar de él como de un
libro de terror, al que sólo pueden tener acceso los
especialistas en la Biblia. Cuando Jesús
proporcionó las revelaciones a Juan, su intención
era que todos conocieran este libro. Por eso,
expresamente, le ordenó a Juan que "no lo sellara"
(Apocalipsis 22,10), es decir, que lo difundiera
ampliamente. Jesús quería que todos los cristianos
se empaparan del mensaje del Apocalipsis.

La palabra griega "Apocalipsis" significa "revelación,


retirar un velo para revelar y ver lo oculto y escondido". Y por revelación entendemos, de
acuerdo al Diccionario Bíblico, la declaración o comunicación extraordinaria y sobrenatural
hecha por Dios, de aquellos acontecimientos y verdades que el hombre no alcanzaría a
entender ni a vislumbrar por facultades naturales.

El libro de Apocalipsis promete bendiciones muy grandes para la persona que lo lea y
obedezca las palabras de esta revelación: "Bienaventurado el que lee, y los que oyen las
palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está
cerca". (Apocalipsis 1,3). Por esa razón, es que no incluyo muchas citas Bíblicas, porque mi
deseo es que usted lea cada capítulo del libro. De hecho, te van a quedar muchas dudas,
porque el espacio que utilizó es muy breve, pero, si al menos, usted leyera el Apocalipsis, y
reciba las bendiciones que el Señor prometió, me daré por satisfecho y bendeciré a Dios de
todo corazón.

El primer capítulo del Apocalipsis descorre las cortinas de la revelación divina para
descubrir ante los ojos del lector la persona gloriosa del Señor Jesucristo.

Juan describe al Cristo glorificado de la cabeza a los pies. Se afirma de manera


contundente la realidad de su segunda venida. Los evangelios presentan al Cristo que vino
para servir, no para ser servido (Marcos 10:45). El capítulo uno del Apocalipsis presenta a
Cristo digno de toda adoración, el Juez del universo delante de quien toda rodilla se
doblará. El es el Soberano del universo, el Todopoderoso, Aquel que tiene control absoluto
de todas las cosas y que vendrá de forma: (l) Literal; (2) visible; (3) universal; (4) judicial (5)
glorioso.
CAPITULO
CARTAS A LAS IGLESIAS DE ÉFESO,
ESMIRNA, PÉRGAMO Y TIATIRA. 2
Los capítulos 2 y 3
del Apocalipsis se
refieren a siete
cartas que son
mensajes dirigidos a
siete iglesias
históricas que
existían en el Asia
Menor y en las que
Juan el Apóstol tuvo
un amplio ministerio.
Dichas iglesias,
a d e m á s ,
representaban siete
condiciones que han existido simultáneamente cada siglo de la historia de la iglesia. Las cartas
contienen, por lo tanto, exhortaciones, advertencias, recriminaciones y reconocimientos que
pueden y deben aplicarse a las iglesias de hoy día.

1) Mensaje a la Iglesia de Éfeso: (2,1-7). La iglesia que perdió el primer amor. Significa deseo
ardiente, lleno de celo evangelizador. Fue fundada por el apóstol Pablo en su tercer viaje
misionero (Hechos 19). Éfeso era sana en doctrina y perseveró bajo la adversidad. Ni el mundo
ni la persecución eran el problema. Esta iglesia era notoria por su impulso hacia Dios, su fervor,
su celo doctrinal. Fue una iglesia misionera durante su generación. A pesar de sus virtudes
abandona su amor inicial por Cristo, y el Señor le advierte de regresar a su relación original. Hoy
día, muchas iglesias pese a su celo doctrinal y trabajo sufren de un enfriamiento espiritual que
afecta su vida diaria.

2) Mensaje a la Iglesia de Esmirna: (2,8-11) La iglesia pobre en lo material, pero rica en lo


espiritual. Significa mirra. La mirra es amarga. Sufrió grandes amarguras, persecuciones y miles
y miles de martirios. Una iglesia pequeña, pobre en recursos materiales, a pesar de encontrarse
en un ambiente de opulencia económica y de esplendor sociopolítico. Los creyentes de Esmirna
eran perseguidos y acusados ante las autoridades romanas por un grupo de judíos a quienes
Juan describe como sinagoga de Satanás, pero no claudicó en su esfuerzo por anunciar a Cristo

3) Mensaje a la iglesia de Pérgamo: (2,12-17). La iglesia que se casó con el mundo y el estado
político y estaba implicada en prácticas que desagradaban a Dios. Cristo elogia su firmeza, pero
reprende sus faltas pecaminosas Tolera las inmoralidades, la idolatría y las herejías. Hace
amistad con Satanás. Trono de Satanás.

4) Mensaje a la iglesia de Tiatira: (2 18-29). La que entra en la oscuridad-apóstata. Poseía ciertas


excelencias envidiables como amor, fe, servicio y paciencia. Es reprochada por tolerar la
idolatría y la inmoralidad. También hay prácticas de ocultismo capitaneadas por una mujer.
CAPITULO
CARTAS A LAS IGLESIAS DE
3 SARDIS, FILADELFIA Y LA ODICEA
5. Iglesia de Sardis. La iglesia que
durmió espiritualmente. (Apocalipsis
3:1-6). La iglesia de Sardis era culpable
de una sorprendente aridez espiritual.
Al parecer, la congregación había caído
en la complacencia personal y había
abandonado la responsabilidad de
testificar de Cristo. Es probable que la
mayoría de sus miembros sólo
profesaran ser cristianos, pero no
habían nacido de nuevo. Sin embargo,
había un remanente, que aunque
pequeño, era fiel al Señor. Las iglesias
de hoy día, deben advertir que no basta con tener el nombre inscrito en el libro o registro de
una iglesia aquí en la tierra. Lo verdaderamente importante es tener la certeza de que, por la
fe en la persona del Señor Jesucristo, nuestro nombre esté inscrito en el libro de la vida.

6. Iglesia de Filadelfia (Apocalipsis 3: 7-13): La iglesia perseguida. Esta iglesia, era, al


parecer, pequeña tanto en número como en influencia. A pesar de eso, Cristo le anuncia que
ha puesto delante de ella una puerta abierta. Esta puerta puede ser la oportunidad para que
continuase dando testimonio a pesar de la oposición de los judaizantes. El reto a todos los
que oyen o leen hoy es a recibir a Cristo como Salvador y habiéndolo recibido, dar fiel
testimonio del Señor. Esto confirmará su salvación y su posesión de la vida eterna con Dios.

7. Iglesia de Laodicea (Apocalipsis 3: 14-22) La iglesia rica materialmente, pero pobre en lo


espiritual. Era una iglesia tibia. No tenían interés en ser testigos de Jesucristo, en vivir una
vida de servicio para el Señor, o en predicar y enseñar su evangelio para que avanzaran su
iglesia y el reino. Auque tenían las Escrituras, eran apáticos, indiferentes y despreocupados
en cuanto a las cosas del Señor. Cristo no tiene ningún interés en un cristianismo tibio,
porque no vale nada. Prefiere trabajar con personas que o arden de energía para hacer lo
que les corresponde o que nunca han oído hablar del mensaje de salvación y están
dispuestas a escuchar.

Es un deber de la iglesia llamar a los incrédulos al arrepentimiento, advirtiéndole de las


severas consecuencias de no hacerlo (Jonás 3:3-10). El Señor promete librar a su iglesia de
los grandes juicios que vienen. Esa liberación no será una protección a través de la prueba,
sino una liberación que consistirá en sacar a la iglesia de la tierra antes que esos terribles
sucesos tengan lugar. El propósito de la tribulación es someter a prueba al mundo incrédulo,
no a la iglesia.
CAPITULO
EL RAPTO Y
EL TRONO GLORIOSO. 4
"Después de esto miré, y he aquí
una puerta abierta en el cielo; y la
primera voz que oí, como de
trompeta, hablando conmigo, dijo:
Sube acá, y yo te mostraré las
cosas que sucederán después de
estas. Y al instante yo estaba en el
Espíritu; y he aquí, un trono
establecido en el cielo, y en el trono,
uno sentado". (Apocalipsis 4: 1-2).

La entrada de Juan en el cielo es


una imagen del arrebatamiento de
la iglesia al cielo para estar en este
tiempo con el Señor (1 corintios 15, 51-53). Como Juan era el último apóstol que quedaba y
era miembro de la iglesia universal, su elevación a los cielos es un símbolo perfecto para
representar a la iglesia que sale de este mundo antes de que comience la tribulación, tal como
lo prometió nuestro Señor: (Apocalipsis 3:1O). También conviene mencionar que la invitación
proviene de Cristo mismo, e! primero que le habló con "voz fuerte, como de trompeta" (1: 10).
El que está en el trono glorioso es Dios el Padre, el Señor Soberano Juez del universo. El trono
es el estrado de un juez que esta preparado para ejecutar su juicio. Los veinticuatro ancianos
representan a los santos creyentes del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento que
fueron redimidos. No pueden ser ángeles porque ellos nunca se sentaron en tronos, ni fueron
coronados. Ellos tampoco pueden cantar el canto de redención como lo hacen los ancianos.

¿Por qué ubicamos al rapto a esta altura en el devenir de los acontecimientos del libro de
Apocalipsis? Existen por lo menos cuatro razones para situarlo aquí. l. La ubicación es
adecuada para el rapto. Los capítulos 4 y 5 presentan una visión de! cielo y e! capítulo 6
introduce e! período de la tribulación. 2. El no mencionar la iglesia en el resto del libro de
Apocalipsis indica que no se encuentra en la tierra durante la tribulación. Existen dieciséis
referencias a la iglesia en Apocalipsis 1-3, mientras que en los capítulos 6-18, que hablan de la
tribulación, no se menciona ni una sola vez. 3. El profuso uso de términos y símbolos del
Antiguo Testamento en los capítulos 4-18 nos hablan de Israel, no de la iglesia. Esto es
comprensible, ya que la era de la iglesia es el tiempo de los gentiles, mientras que la
tribulación es el tiempo del sufrimiento de Jacob o de las setenta semanas de Daniel, que Dios
determinó para tratar con Israel. Algunos de estos símbolos del Antiguo Testamento son el
tabernáculo, el arca del pacto, el altar, los ancianos, los incensarios, los querubines, los sellos,
Ias trompetas y las plagas. 4. Existe mucha similitud entre los acontecimientos de Apocalipsis
4:1-2 y otras enseñanzas de las Escrituras sobre el rapto, tales como 1 Tesalonicenses 4: 13-
18.
CAPITULO
EL LIBRO SELLADO Y EL
5 CÁNTICO DE LOS REDIMIDOS.
"Y vi en la mano derecha del que estaba
sentado en el trono un libro escrito por dentro y
por fuera, sellado con siete sellos. Y vi a un ángel
fuerte que pregonaba a gran voz: ¿Quién es
digno de abrir el libro y desatar sus sellos?"
(Apocalipsis 5,1-2).

Este capítulo presenta la visión del libro o rollo


que contiene la totalidad de la revelación de la
intervención final de Dios en los días finales de la
consumación de la historia. El rollo está en la
diestra de Dios el Padre. Este libro contiene un
registro de los juicios que han de caer sobre la
tierra antes de que el Señor Jesús pueda
establecer su Reino. Pero, también, muchos
eruditos de la Biblia creen que es el título de
propiedad de la tierra. Desde que Adán pecó, toda la creación estuvo bajo sujeción al pecado,
Satanás y la muerte. Nadie de la raza de Adán podía pedir su herencia. No se encontraba a
ningún hombre digno de abrir los sellos. Juan lloró. ¿Quién podría quitar la maldición puesta a
este mundo? Todo llanto acaba cuando el justo rey de este universo, el Señor Jesucristo,
aparece para abrir los sellos y tomar posesión de la herencia.

Ninguno, ni en el cielo, ni en la tierra, ni debajo de la tierra, fue hallado apto para desenrollar ni
leer el libro. Ningún ángel, ningún hombre ni ningún demonio tiene la sabiduría y el
conocimiento necesario para ejecutar juicio. Sólo el León de la tribu de Judá, "la raíz de
David", es decir, el Mesías, es digno de romper los sellos con los que el rollo está sellado. Él es
el Cordero, o sea, el sacrificio perfecto ofrecido por el pecado del mundo. Él murió y resucitó
de entre los muertos y vive por los siglos de los siglos. El hecho de que el Cordero reciba la
herencia y asuma su responsabilidad de Juez supremo del universo produce un triple brote de
alabanza de los seres angelicales de mayor rango, de los veinticuatro ancianos, es decir de
todos los redimidos por Jesús, y de billones de ángeles.

Jesús, ya ha tomado el rollo, en cierto sentido, pagando por él con su sangre. Y no sabemos la
fecha ni la época en que vendrá a reclamar su compra; tampoco sabemos cuándo empezará
la gran tribulación. Sin embargo, una cosa es cierta. Cuando se oiga el sonido de la trompeta,
los santos que han sido salvados por la sangre de Jesús no estarán en esta tierra, ¡Ellos
habrán sido llevados al cielo para asistir al banquete de bodas del Cordero! Aquellos que son
salvados durante la tribulación tendrán que sufrir gran aflicción, pero los que sigan en la tierra
al final de la tribulación serán aún más afligidos. Ellos llorarán amargamente cuando Jesús
baje a esta tierra con sus santos a reinar en el reino milenial.
JESUCRISTO, EL CORDERO ABRE CAPITULO
LOS SEIS PRIMEROS SELLOS 6
Después de tomar el
rollo de Dios y de ser
adorado por toda la
creación, el Cordero,
quien es Jesucristo,
ahora abre los siete
sellos para revelar su
contenido.

Cuando el primer sello


es abierto (versículo1) Juan ve un caballo blanco (versículo 2) - una imitación de Jesús a Su
segunda venida descrita más tarde en Apocalipsis 19: 11-16. Este jinete es un Cristo falso, es
el espíritu del Anticristo, que conquista al mundo por medios diplomáticos y pacíficos (porque
tiene un arco pero no flechas), trayendo paz falsa. (1ª Tesalonicenses 5:3a).

El segundo sello es abierto (versículos 3, y 4) y un caballo rojo aparece, matando hombres,


llevándose la paz de la tierra - simbolizando guerra. Un periodo de guerras y amenazas de
guerra quita la paz del mundo. (Mateo 24:6).

El tercer sello (versículos 5, 6) es un caballo negro, ilustrando hambre. La guerra normalmente


produce hambre. Este jinete tiene una balanza, simbolizando control económico. La comida
es tan poca que se necesita el salario de un día para poder pagar un kilo de trigo.

El cuarto sello (versículos 7, 8) es un caballo pálido que significa pestes. La Muerte (muerte
física) y el Hades (muerte espiritual) tienen poder para matar una cuarta parte del mundo con:
(1) espada (guerra y violencia); (2) hambre (y pobreza); (3) muerte (pestilencia,
enfermedades incurables, y desastres naturales); y (4) bestias de la tierra.

El quinto sello (versículos 9-11). Se nos presentan los primeros mártires de la Gran
Tribulación, con vestiduras blancas como símbolo de su rectitud. Son judíos y otros creyentes
que se convierten a Cristo y son muertos por su testimonio.

Cuando el sexto sello se abre, ocurren trastornos espantosos en la tierra y en los cielos.
Hombres escondiéndose en las guaridas y montañas con espantoso terror, clamando para
que las rocas y montañas cayeran sobre ellos y los escondieran de la cara del que está
sentado en el trono de los cielos.
Podemos evitar la ira de Dios si nos arrepentimos de nuestros pecados y si aceptamos hoy a
Jesucristo, Mientras esperamos ser arrebatados para encontrarnos con nuestro Señor en las
nubes, animémonos mutuamente en amor y fe, alabando a Dios de que estamos a salvo de Su
ira. ¡Propaguemos las buenas nuevas de Su salvación a lo largo y ancho del mundo!
CAPITULO
LOS 144 MIL Y LOS SALVOS
7 EN LA GRAN TRIBULACIÓN.
"Y oí el número de los sellados:
ciento cuarenta y cuatro mil
sellados de todas las tribus de
los hijos de Israel" (Apocalipsis
7,4)

En medio de un período de
juicios, entre el sexto y el sétimo
sello, tenemos un paréntesis. A
pesar de que el cielo y la tierra
son sacudidos y todo el universo
se tambalea, hay una pausa en
medio de esa catástrofe
cósmica.

Este capítulo 7 presenta dos cuadros maravillosos de lo que Dios ha de hacer en los últimos
días. El primero (versículos 1 al 8) presenta el sellamiento de los 144 mil israelitas, no son los
Testigos de Jehová ni otro grupo religioso. Doce mil de cada una de tribus de los hijos de Israel.
Este acontecimiento tendrá lugar después de que la iglesia haya sido arrebatada.

Los 144 mil serán israelitas, hombres vírgenes que no han contraído matrimonio (Apocalipsis
14,4). Este número debe entenderse como una cifra literal. Dichos israelitas serán usados por
Dios para proclamar el evangelio del reino. ¿Por qué los escoge Dios para este propósito?
Aquellos que predicaron primero el evangelio eran judíos. Aquellos que registraron por escrito la
Biblia eran judíos. Y es correcto que nuestro Señor use de nuevo a su pueblo escogido como los
que completarán su Reino. Estos 144 mil judíos son como los 7 mil que Dios preservó durante la
época de Elías; ellos no doblaron sus rodillas a Baal sino que mantuvieron su fe en Dios hasta el
mismo final. Son sellados para que puedan sobrevivir a las tempestades de juicio que
sobrevendrán a toda la tierra después de ser abierto el sétimo sello.

El segundo cuadro de este capítulo es el que describe la presencia de una multitud innumerable
con vestidos blancos y palmas en las manos que está alrededor del trono de Dios en el cielo.
Dicha multitud representa a aquellos que han conocido a Cristo durante el período de los juicios
de la tribulación. Esa multitud innumerable no es la iglesia, ya que Juan mismo es incapaz de
identificar a sus componentes. Dios se acuerda de su gracia en medio del juicio y permite que
en los tiempos más difíciles de la historia de la humanidad el evangelio sea proclamado y
personas de todas las etnias y razas puedan recibir el perdón de los pecados y el regalo de la
vida eterna.

El tiempo es inminente, así que seamos fieles para sembrar la semilla del evangelio. No se
descorazone si la gente no cree ahora. Sólo siembre la semilla.
CAPITULO
LOS JUICIOS DE LAS
SIETE TROMPETAS. 8
"Cuando abrió el
séptimo sello, se hizo
silencio en el cielo
como por media
hora" (Apocalipsis
8,1).

La segunda serie de
juicios profetizada en
el Apocalipsis se
relaciona con la
ruptura del séptimo
sello. Este sello consiste en la revelación de las siete trompetas de juicio. El dramático silencio de
media hora que tiene lugar cuando el Cordero abre o rompe este sello presagia la severidad de los
juicios que están por venir. La rigurosidad de dichos juicios se acrecienta hasta culminar con la
consumación de la ira de Dios patentizada mediante el derramamiento de las siete copas postreras.

Dios ha sido paciente con el hombre. Le ha hablado constantemente a través de los profetas, la
historia, las Sagradas Escrituras y el mensaje glorioso del evangelio de la gracia de Dios. El ser
humano, sin embargo, ha mostrado su rebeldía e indiferencia y ha rechazado la oferta del Señor
que promete perdón y vida eterna a todo aquel que cree en Jesucristo. La intervención de Dios
pondrá fin al desafío de los hombres.

Las primeras cuatro trompetas desatan juicios que afectan a la tercera parte de los árboles, la
hierba verde, el mar, los peces, las naves, las aguas potables, el sol, la luna y las estrellas.

Primera Trompeta: La tercera parte de todos los árboles y de la hierba verde se quemará.
(Apocalipsis 8,7).

Segunda Trompeta: La tercera parte del mar se convertirá en sangre. La tercera parte de la vida
marina, y de los marineros y de sus naves será destruida. (Apocalipsis 8,8-9).

Tercera Trompeta: La tercera parte de todas las aguas de la tierra se volverá amarga. (Apocalipsis
8,10-11).

Cuarta Trompeta: La tercera parte del sol, de la luna y de las estrellas serán heridas de tal modo que
palidecerán, lo cual hará que la tierra se vuelva fría y espantosa. (Apocalipsis 8,12-13).

Esto es solo el comienzo de los juicios de Dios. Si usted es un cristiano entregado al Señor, no tiene
de que preocuparse con respecto a esta época terrible que viene sobre la tierra. Pero si usted aun
está rechazando a Jesús, ésta es una buena oportunidad para que se ponga a cuentas y con Él, y
evite estos juicios.
CAPITULO

9 LA QUINTA Y SEXTA TROMPETA.


El quinto ángel tocó la trompeta, y vi
una estrella que cayó del cielo a la
tierra; y se le dio la llave del pozo del
abismo (Apocalipsis 9,1).

Este capítulo presenta los juicios de


la quinta y sexta trompetas. Con la
quinta trompeta se abre el pozo del
abismo. De allí sale una invasión de
langostas infernales que atormentan
a la humanidad durante cinco
meses. En su desesperación, los
hombres buscan la muerte pero no
logran morir. La descripción dada por
Juan no da lugar a dudas. Se trata de
una invasión demoníaca. El jefe de
dicha invasión es el ángel del abismo cuyo nombre es Abadón en hebreo y Apolion en griego, es
decir, el destructor. Tanto él como su ejército son especialistas en destruir. La historia dice que los
soldados romanos eran tan disciplinados frente al dolor que a menudo ni gritaban cuando les
cortaban alguno de sus brazos. Sin embargo, cuando el ejército romano conquistó a Egipto,
muchos soldados fueron picados por escorpiones, y aunque tales soldados estaban
endurecidos, la picada les causaba un dolor tan horrible que proferían gritos de desesperación.
¡Imaginemos el terror de los hombres cuando estas gigantes langostas demoníacas salgan
sobre la tierra!

La sexta trompeta descubre la situación de cuatro ángeles que han estado preparados para
entrar en acción al frente de ejércitos cuyo número es de 200 millones. Tanto los jinetes como los
caballos sobre los que cabalgan emiten a través de sus bocas fuego, humo y azufre. Como
resultado de esas plagas, una tercera parte de los habitantes de la tierra muere. A pesar de todas
esas calamidades, los seres humanos persisten en sus pecados. La idolatría y el satanismo
continúan a un ritmo acelerado.

Los sobrevivientes de los mencionados juicios no sólo actúan contra Dios, sino que también lo
hacen contra sus propios semejantes. Practican el homicidio, es decir, asesinan a sus propios
semejantes. Continúan en sus hechicerías, o sea, utilizan drogas, con fines esotéricos y para
actos de brujería. No abandonan la inmoralidad ni los hurtos, sino que persisten en ellos.

El texto da a entender que estos juicios van encaminados a llamar al hombre al arrepentimiento.
Dos veces, sin embargo, se desata el hecho de la dureza del corazón del ser humano. En el
versículo 20 dice: "ni aun así se arrepintieron..", y en el versículo 21: "y no se arrepintieron de sus
homicidios,...". El rechazo de la luz deja al hombre en las más densas e impenetrables tinieblas
espirituales.
CAPITULO
ACONTECIMIENTOS PREPATATORIOS
ANTES DE LA SÉPTIMA TROMPETA. 10
"Vi descender del cielo a otro ángel fuerte, envuelto en
una nube, con el arco iris sobre su cabeza;…. Tenía en
su mano un librito abierto; y puso su pie derecho sobre
el mar, y el izquierdo sobre la tierra; y clamó a gran voz,
como ruge un león; y cuando hubo clamado, siete
truenos emitieron sus voces" (Apocalipsis 10,1-3).

Antes que suene la séptima y última trompeta de juicio,


Dios envía un ángel fuerte a la tierra con autoridad
delegada sobre todo el planeta. Dicho ángel anuncia
que Dios no dilatará más la consumación de su plan
eterno, particularmente en lo que concierne al
establecimiento del reino glorioso del Mesías, de
Jesucristo.

Anuncia, además, que simultáneamente con el toque


de la séptima trompeta, Dios dará cumplimiento cabal a
lo que los profetas del Antiguo Testamento habían
anunciado (Daniel 12,7). Así se consumirá el misterio de Dios, tal como Dios lo ha declarado a
sus siervos los profetas. Daniel también escribió una palabra de misterio: Daniel 9,24 Setenta
semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la
prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y
sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos. El misterio de Dios concierne al
hecho de que Dios pondrá de manifiesto que Él y sólo Él es el soberano del Universo. El
misterio de Dios concierne al hecho de que Dios pondrá de manifiesto que Él y sólo Él es el
soberano del Universo.

El ángel fuerte tiene en su mano un rollo pequeño que contiene los detalles de lo que Dios va a
hacer en la parte final de los postreros días. Esa revelación es dada a Juan, quien es vuelto a
comisionar para que profetice a lo largo y ancho de la tierra. Los días postreros serán difíciles
tanto para la nación de Israel, que experimentará el derramamiento de la ira de Dios. Aun
cuando la rebeldía humana llega a la cima, Dios no se queda sin testimonio en el mundo.

Este librito dice las cosas que sucederán durante los segundos tres años y medio de la Gran
Tribulación. Este librito es el derecho legal y redentor del Señor; es el título de propiedad para
reposeer la tierra para el hombre. Cristo pagó la deuda del hombre y canceló la hipoteca de la
tierra; ahora viene a reclamarla.
Inmediatamente que la Iglesia sea arrebatada al cielo, en un lapso de 7 años se darán
acontecimientos horrorosos. ¡Por el amor de Dios ven a Cristo hoy!
CAPITULO
LOS DOS TESTIGOS Y LA
11 SÉPTIMA TROMPETA.
En el versículo 1 dice: "me fue dada una caña
semejante a una vara de medir, y se me dijo: ….
mide el templo de Dios". Este es el templo futuro
que será edificado por los judíos en los últimos días
de los tiempos de los gentiles. En este templo el
Anticristo aparecerá en persona y demandará
adoración divina (2 Tesalonicenses 2,3.4). El medir
es un acto de juicio.

"Y daré a mis dos testigos que profeticen por mil


doscientos sesenta días, vestidos de cilicio"
(Apocalipsis 11, 3).

Aparecen en escena dos testigos sobrenaturales


para que entreguen el mensaje de Dios en la zona
de Jerusalén. Los dos testigos, son especialmente
escogidos por Dios para llevar a cabo un ministerio
profético que durará mil doscientos sesenta días, es decir, los tres años y medio finales de la
semana setenta de Daniel. Estos dos testigos son otra ilustración en este libro que nos
muestra que Dios está tan interesado por las almas que envía a dos mensajeros
sobrenaturales para convencer a la humanidad.

Aunque no se identifica el nombre de dichos testigos, sí se da a entender algo de la naturaleza


de sus ministerios. Esos dos hombres harán señales y milagros semejantes a los efectuados
por Moisés en Egipto y por Elías en tiempos de Acab. El ministerio de los testigos dura tres
años y medio. Cuando acaban la tarea que Dios les encomienda. Sufren martirio a manos del
Anticristo. Los moradores de la tierra festejan la muerte de los testigos y asumen que los
siervos de Dios han sido vencidos. Sin embargo, Dios los restaura a la vida y los traslada al
cielo. Simultáneamente con el ascenso del cielo de los dos testigos tiene lugar un terremoto
que destruye la décima parte de la ciudad de Jerusalén y causa la muerte de 7 mil personas.
Los sobrevivientes se ven forzados a dar gloria al Dios del cielo. Aunque podría ser una
expresión de arrepentimiento genuino, es posible que solo sea un acto superficial sin
significado salvador de ninguna clase.

El párrafo comprendido en Apocalipsis 11,15-19 es un trozo de suma importancia en el


desarrollo del argumento del libro. Recuérdese que el tema central del Apocalipsis es la
venida en gloria de Jesucristo. La segunda venida de Cristo será precedida y acompañada de
juicios que culminarán con la destrucción del reino y gobierno que los gentiles han ejercido
sobre las naciones de la tierra y el establecimiento de su reino de paz, justicia y santidad. Es
entonces cuando la tierra será llena del conocimiento de Jehová (Isaías 11,9 y Habacuc 2,14).
CAPITULO

LA MUJER Y EL DRAGÓN. 12
Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida
del sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su
cabeza una corona de doce estrellas - Apocalipsis
12,2.

Apocalipsis 12 explica detalladamente cuál será el


destino de Israel durante la mitad de la tribulación. Esto
ocurre cuando el Anticristo rompe su tratado de paz
con Israel e instala su propia imagen en el templo de
Dios, forzando a los judíos a adorarlo. Aparece la señal
de la mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus
pies y sobre su cabeza una corona de doce estrellas"
que es una clara referencia al sueño de José (Génesis
37:9) y, por lo tanto, la mujer representa a las doce
tribus de Israel. El sueño de José describe al sol (Jacob
o Israel) y a la luna (esposa de Jacob) y a once estrellas
(once tribus de Israel) inclinándose ante él. Esto se
cumple cuando se convierte en el segundo de Faraón y
sus hermanos se inclinan ante él (Génesis 43:26-29).

Esta mujer no representa a la iglesia si se tiene en cuenta que no fue la iglesia la que dio a luz a
Cristo, sino que es Cristo el que fundó a la iglesia. Además, la iglesia aparece ya arrebatada
desde el capítulo 4, mientras que esta mujer sigue aún en la tierra. Tampoco puede ser la virgen
María, la madre de Jesús, quien, aunque dio a luz a Jesús, nada tiene que ver con el simbolismo
de esta porción, especialmente con las doce estrellas. Además, María no huyó jamás al
desierto, sino sólo a Egipto, y acompañada; ni huía entonces de Satanás, sino de Herodes.

Esta mujer es Israel, y va a estar con dolores de parto y en la angustia de dar a luz. ¿Cuándo
estará Israel con dolores de parto? Estos dolores de parto de Israel son simbólicos y hablan de
los dolores del arrepentimiento de una parte del pueblo hebreo llamado remanente (Sofonías
1,15; 2,7; 3,13; Jeremías 4,31 y 30,6,7), y los sufrimientos que ha de experimentar el citado
pueblo cuando llegue al cumplimiento de esta profecía y de otras que se relacionan con ella.

He dicho que la nación es Israel, pero el hijo varón que trata de matar el dragón (diablo)
simboliza al grupito o remanente de israelitas convertidos a Jesucristo en este tiempo de
angustia. Unos serán llevados al cielo, otros protegidos en el desierto y otros muertos por su fe
en Jesús. No debe olvidar que los diez cuernos de este dragón significan los diez países de
Europa unificada, que se formará a comienzos de la tribulación. Este mundo se va a complicar, y
si ahora que hay tanta oportunidad de salvación sigues rechazando a Jesús, menos lo vas a
hacer cuando el diablo se oponga con todo su poder a Dios. Abre tu corazón a Cristo hoy, no
mañana. No postergues más tu decisión. Pronto será muy tarde.
CAPITULO

13 LA TRINIDAD DIABÓLICA
"Me paré sobre la arena del mar, y vi subir
del mar una bestia que tenía siete
cabezas y diez cuernos; y en sus cuernos
diez diademas; y sobre sus cabezas, un
nombre blasfemo". (Apocalipsis 13,1).

La primera parte de este capítulo


presenta la aparición en el escenario
mundial de un personaje descrito
mediante la figura de la bestia (el
Anticristo) que surge del mar, es decir de
naciones gentiles, paganas. Dicho
personaje posee características similares
a las del dragón del capítulo 12. Posee
siete cabezas (siete clases de gobernantes) y diez cuernos (diez reinos).

Esta bestia es sin duda el agente satánico por excelencia que ha de aparecer en estos tiempos
postreros para promover la persona de Satanás entre los seres humanos. Será un ser
fraudulento que intentará imitar al verdadero Mesías hasta el punto que pretenderá aparecer
como alguien que ha muerto y resucitado. La prueba de que es un falso Mesías es que se dedica
a blasfemar contra Dios, contra el lugar de la morada de Dios y contra los seres que habitan en el
cielo con Dios. Este dictador mundial tendrá tanto poder como pocos emperadores en el mundo
lo hayan tenido. Su gobierno durará tres años y medio, y perseguirá sin misericordia alguna a
aquel que no lo adore. Hay pueblo de Dios que prefiere morir que someterse a su gobierno.

La segunda mitad de este capítulo, presenta la figura de otra bestia que surge de la tierra, es
decir de Israel, Esta segunda bestia será el falso profeta que acompañará al Anticristo. Su
cometido principal es promover la persona de la primera bestia. Es probable que el falso profeta
sea ascendencia judía puesto ue sus actividades serán primordialmente religiosas. Será capaz
de hacer grandes señales como hacer descender fuego del cielo e infundir aliento a la imagen
de la bestia para que hable, y de esta forma, engañar con ellas a todos los moradores de la
tierra.

Finalmente, este falso profeta impone a los habitantes de la tierra una marca o tatuaje que será
colocado en la mano derecha o en la frente de los seguidores de la bestia. Sin esa identificación
nadie podrá comprar ni vender nada. Esta marca será equivalente al nombre de la bestia y al
valor numérico del nombre, es decir, 666. De esta manera, los malos hacen una parodia de la
divina trinidad de Dios. El dragón corresponde al Padre, el anticristo corresponde al Hijo; y el
falso profeta corresponde al Espíritu Santo. Así como Dios Padre da su poder a Jesús y el
Espíritu le honra, el dragón da su poder al Anticristo y el falso profeta le honra.
CAPITULO
EL GOZO ANTICIPADO POR
LA VICTORIA DEL CORDERO. 14
"Después miré, y he aquí el Cordero
estaba en pie sobre el monte de Sion,
y con él ciento cuarenta y cuatro mil,
que tenían el nombre de él y el de su
Padre escrito en la frente"
(Apocalipsis 14,1).

Este capítulo es una descripción


anticipada de la victoria del Cordero y
sus seguidores. Juan contempla al
Cordero victorioso rodeado de los
144 mil que, sin duda, son los mismos
que fueron sellados en el capítulo 7.
Desde el comienzo de la segunda
parte de la tribulación, no los
habíamos visto mencionar desde que
difundieron el evangelio durante la
primera parte. Ahora, los hallamos en
el monte Sion, en el cielo, cantando
un cántico nuevo.

Juan prosigue con el desarrollo del juicio divino. Tres ángeles proclaman anuncios divinos a los
"habitantes de la tierra". El mensaje del primero es llamado nada menos que "el evangelio eterno".
Este es el primer mensajero angelical y único en la historia del mundo que Dios usa para
proclamar el único evangelio. En medio de la tribulación, cuando Satanás está procurando
destruir toda la fe en Cristo, Dios envía un ángel para proclamar a todos los moradores de la tierra
que la fe personal en la muerte y resurrección de Jesús puede salvarlos. El segundo ángel
proclama la caída de Babilonia, fuente de todas las falsas enseñanzas religiosas desde Nimrod
hasta el anticristo y el falso profeta. El tercer ángel anuncia el juicio definitivo de Dios sobre los
adoradores de la bestia. Advierte a la población de la tierra acerca de las mentiras de Satanás y su
falso profeta, y de no aceptar la marca de la bestia. Será inevitable el juicio que vendrá sobre los
que reciben esta marca.

Los versículos 10 y 11 enseñan una horrorosa realidad, sobre el castigo eterno de los que mueren
sin Cristo. Los Testigos de Jehová aducen que cuando al gente muere, sus almas también
mueren con ellos. Sin embargo, el versículo 11 dice que las almas echadas al lago que hierve con
fuego y azufre serán eternamente atormentadas, y el humo asciende por siempre y siempre. El
castigo de los perdidos será por siempre. Sus almas sin reposo continuarán experimentando la ira
de Dios eternamente. En contraste, el versículo 13 dice que es bienaventurado el que muere en
Cristo. Esta es una de las promesas divinas más alentadoras para los santos de la tribulación.
Finalmente, otro ángel anuncia la cosecha de grano (versos 14-16) y la vendimia o cosecha de
uvas (versos17-20) que son símbolos del juicio divino final (Jeremías 51,33; Joel 3.13; Mateo
13.39-42).
CAPITULO
SIETE ÁNGELES Y
15 SIETE PLAGAS.
"Vi en el cielo otra señal, grande y
admirable: siete ángeles que
tenían las siete plagas postreras;
porque en ellas se consumaba la
ira de Dios" (Apocalipsis 15,1).

Los capítulos 15 y 16 constituyen


una unidad en la que uno introduce
al otro. De hecho, 15:1 menciona a
siete ángeles con las siete últimas
plagas y 16:1-21 describe a los
ángeles que derraman sobre la
tierra, cada uno de ellos, una de las
siete copas de la ira de Dios. Este componente de siete plagas constituye el último ciclo en la
serie interconectada de sietes: sellos, trompetas y plagas. Una vez más, vemos que esta unidad
concluye con una clara referencia al juicio de Dios sobre los incrédulos. El ciclo de sellos
contiene la frase la cuarta parte de la tierra (6:8); el ciclo de las trompetas utiliza el término un
tercio para sugerir una destrucción parcial (8:7). Este último ciclo, sin embargo, acaba en un
juicio completo y total. Cuando el séptimo ángel ha derramado su copa, una voz poderosa
procedente del trono de Dios dice, "¡Se acabó!" (16:17).

En este capítulo se pone de manifiesto la preparación divina para la ejecución de los juicios que
han de consumar la ira de Dios sobre los habitantes de la tierra. Esa consumación se realiza
mediante el derramamiento del contenido de las siete copas con las siete plagas postreras.

En su visión, Juan contempla un mar de vidrio mezclado con fuego en el que aparecen los
mártires de la tribulación que resistieron a la bestia y se negaron a someterse a sus exigencias.
Delante de la presencia de Dios entonan el cántico de Moisés y el cántico del Cordero. De ese
modo reconocen varios de los atributos de Dios: (1) Su omnipotencia; (2) Su justicia; (3) Su
verdad; (4) Su soberanía; (5) Su santidad; (6) Su dignidad de ser universalmente adorado.

Finalmente, el apóstol ve el templo o lugar santísimo del tabernáculo del testimonio que está
abierto en el cielo. Del lugar santísimo salen siete ángeles con las siete plagas postreras. Los
ángeles visten atavíos reales y se preparan para ejecutar la orden divina. El lugar santísimo se
llena de humo a causa de la presencia de la gloria de Dios. Durante la ejecución de los juicios,
nadie tiene acceso a la presencia de Dios. Esos juicios son inapelables. Dios ha de reivindicar
su causa y reclamar el derecho de soberanía sobre su creación.
La misericordia y paciencia de Dios para con los seres humanos ha sido probada a través de los
siglos, pero llegará el momento en que el hombre debe saber que no se puede seguir burlando
del Creador. ¡Vienen los juicios finales del Señor!
CAPITULO
LOS JUICIOS DE LAS
SIETE COPAS. 16
"Oí una gran voz que decía desde el
templo a los siete ángeles: Id y
derramad sobre la tierra las siet e
copas de la ira de Dios" (Apocalipsis
16,1).

La ira de Dios es una realidad tan


terrible, que debería causar terror en
los corazones de los no salvos que
viven hoy en la tierra.

1. La primera copa (16:1-2) es


derramada sobre la tierra y afecta a la
gente que tenía la marca de la bestia y adoraban su imagen. La gente se enferma debido a
que se apoderan de su cuerpo llagas pestilentes y putrefactas que les infligen un dolor
insoportable.
2. La segunda copa (16:3) es derramada sobre el mar. La sangre se usa para indicar muerte.
Todo se murió en el mar.
3. La tercera copa (16:4-7) es derramada sobre los ríos. Así como el segundo ángel hizo que el
mar se convirtiera en sangre, ahora el tercer ángel convierte a los ríos y los manantiales en
sangre. La sangre está indicando muerte y es el castigo por derramar la sangre de los santos y
los profetas.
4. La cuarta copa (16:8-9) es derramada sobre el sol. Fueron quemados por el gran calor del
sol. ¿Podemos imaginar la terrible angustia que experimentarán las multitudes mientras son
quemadas por este gran calor?
5. La quinta copa (16:10-11) es derramada sobre el trono de la bestia, el cual había sido
establecido en una imitación arrogante del trono de Dios. Ahora, Dios hiere el reino de la bestia
con oscuridad. La obra maestra de Satanás es herida ahora en el centro y base de su poder.
La bestia como una persona real está condenada, por ser el instrumento de Satanás.
6. La sexta copa (16:12-16) es derramada sobre el Éufrates. El acto de secar este río antiguo
permitirá a los ejércitos asiáticos (como se describe en el capítulo 19) marchar sin estorbos
hacia la Tierra Prometida, de la cual el Eufrates es la frontera oriental. Recordemos que tanto
el río Nilo como el río Eufrates han de quedar total y realmente secos (Isaías 11:15). Cuando el
río Eufrates haya quedado seco, los ejércitos orientales bajo sus respectivos reyes podrán
alcanzar su objetivo.
7. La séptima copa (16:17-21) es derramada en el aire. Debido a que todos los hombres
respiran aire, el cual es esencial para la vida, tenemos aquí un juicio divino que afectará el
aliento de vida de la gente. Además, puesto que Satanás es descrito como el príncipe de la
potestad del aire (Efesios 2:2), también vemos en esta copa la consumación del juicio sobre
todas las influencias perniciosas del diablo.
CAPITULO
CONDENACIÓN DE
17 LA GRAN RAMERA
"Vino entonces uno de los
siete ángeles que tenían
las siete copas, y habló
conmigo diciéndome: Ven
acá, y te mostraré la
sentencia contra la gran
ramera, la que está
sentada sobre muchas
aguas;.." (Apocalipsis
17,1).

En esta visión, Juan muestra la derrota de la mujer llamada la gran prostituta y Babilonia la
grande. ¿Quién es esta "gran ramera? Con la ayuda de una antigua moneda romana que
retrata a la diosa Roma sentada sobre las siete colinas y de citas de historiógrafos romanos
(17:9), los estudiosos interpretan que Babilonia es una referencia a Roma.

La figura de mujer sentada sobre muchas aguas sugiere el hecho de que Babilonia o la iglesia
romana ejercerá dominio e influencia sobre un considerable número de naciones y pueblos en
los días postreros. El poder de la Iglesia católica será tal que, por lo menos en apariencia,
llega a tener control de la bestia (anticristo). Sin embargo, probablemente en la mitad de la
tribulación, los diez reyes y la bestia se vuelven contra la mujer (Babilonia, iglesia católica) y la
destruyen hasta dejarla desolada, exterminándola físicamente y quemándola hasta hacerla
desaparecer.

Cuando usted lee el verso 4: "Y la mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, y adornada de
oro, de piedras preciosas y de perlas, y tenía en la mano un cáliz de oro". No tiene que ser muy
inteligente para comprender que estos son los colores de los cardenales católico romanos.
Las vestimentas papales y cardenalicias están adornadas con joyas, piedras preciosas y
perlas. El Vaticano es el estado más rico del mundo. Por medio de los concordatos recibe
millones y millones de dólares al año de las naciones bajo este acuerdo. Cuando se habla del
cáliz en la mano, usted debe saber que en la celebración de la misa en la Iglesia católica
Romana se usa el cáliz, o sea la copa, Una mujer con una copa en la mano era uno de los
símbolos de la idolatría derivada de la antigua Babilonia.

Usted sabe que el catolicismo empezó a adorar a María cuatrocientos años después de
Cristo, antes no. El Papa León XII, en el año 1825, acuñó una medalla con su propia imagen
grabada en el anverso. En el reverso, la Iglesia Católica Romana, simbolizada por una mujer
llevando en su mano izquierda una cruz, y en la derecha una COPA (el cáliz), con la
inscripción alrededor: "Sedet Super Universum" (El mundo entero es su asiento) "Sentada
sobre muchas aguas".
CAPITULO
LA CAÍDA DE
LA GRAN RAMERA 18
"Después de esto vi a otro ángel descender del
cielo con gran poder; y la tierra fue alumbrada
con su gloria. Y clamó con voz potente, diciendo:
Ha caído, ha caído la gran Babilonia…."
(Apocalipsis 18, 1-2).

En el mundo solo hay una ciudad que ha sido


conocida desde hace más de 2000 años como
LA CIUDAD DE LAS SIETE COLINAS O SIETE
MONTES, y esa ciudad no es ni Estambul, ni
Jerusalén, ni París, ni ninguna otra, SOLO ES LA
CIUDAD DE ROMA, en Italia, y si el Apocalipsis
dice bien clarito que la gran ramera tiene su sede
(se sienta) sobre siete colinas, entonces es que
esa iglesia falsa es la IGLESIA DE ROMA.

En Apocalipsis 18 se predice la destrucción por


fuego de la capital de esa gran ramera, Roma, y
el pasaje profético dice que cuando esa ciudad
sea destruida en una sola hora, NUNCA MÁS
SERÁ HALLADA (verso 21). Esto significa sencillamente una DESTRUCCIÓN TOTAL, es
decir, la destrucción será de tal magnitud, que NADA de esa ciudad quedará en pie, todo será
abrasado, reducido a cenizas y desaparecerá para siempre, no quedando ni un solo habitante
y ni un solo edificio en esa maldita ciudad.

"Porque en una hora han sido consumidas tantas riquezas. Y todo piloto, y todos los que viajan
en naves, y marineros, y todos los que trabajan en el mar, se pararon lejos; …Y echaron polvo
sobre sus cabezas, y dieron voces, llorando y lamentando, diciendo: !!Ay, ay de la gran ciudad,
en la cual todos los que tenían naves en el mar se habían enriquecido de sus riquezas; pues
en una hora ha sido desolada!" (Apocalipsis 18,15 y 19). ¡Así será el final de la iglesia del
anticristo, la gran ramera!, su capital, Roma, será destruida por fuego en una sola hora, y
dejará de existir.

Observe ahora algo muy interesante: la profecía dice que todos los pilotos que tienen naves
en el mar se pararán lejos, cuando vean la destrucción por fuego de Roma, la capital de la gran
ramera, lo cual significa que dicha ciudad está cerca del mar, de tal manera que los
navegantes podrán ver su destrucción por fuego, viendo ascender el humo de su incendio al
cielo. Esto demuestra sin ninguna duda que dicha ciudad es imposible que sea Jerusalén, ya
que esta ciudad está muy lejos del Mar Mediterráneo, sin embargo, ¡encaja perfectamente
con la ciudad de ROMA, la cual está a pocos kilómetros de la costa del Mediterráneo!.
CAPITULO

19 LAS DOS BODAS


"Gocémonos y alegrémonos y démosle
gloria; porque han llegado las bodas del
Cordero, y su esposa se ha preparado"
(Apocalipsis 19,7).

Este capítulo comienza con cinco


cánticos de alabanza. Los cuatro
primeros manifiestan el regocijo
celestial por la destrucción de
Babilonia, la gran ramera, la ciudad
idólatra e inicua, el catolicismo y su
sistema ecuménico. El quinto y último
canto es un llamado a participar del
gozo que produce la llegada de las
bodas del Cordero. Hay expresiones de
alabanza y de regocijo tanto por la victoria de Dios sobre Babilonia como por la celebración de
las bodas del Cordero y por la cena de las bodas.

Dice Juan que la esposa del Cordero se ha preparado (versículo 7). ¿Cómo se prepara para la
boda? Juan responde diciendo que se le entrega lino fino, que es resplandeciente y limpio,
para vestirse. La esposa se puede preparar sólo cuando Dios le da la ropa nupcial, porque
esta ropa es hermosa y pura. Sus propias ropas no son sino sucios harapos, pero Cristo la
limpia y se la presenta "sin mancha ni arruga ni ninguna otra imperfección" (Efesios 5:26, 27);
véase Isaías 61:10). Sin embargo, ¿cuáles son las obligaciones de la esposa del Cordero
mientras está en la tierra? Estas obligaciones son ser fiel al esposo, mostrarle amor y
dedicación y esperar con expectación su venida.

El resto del capítulo presenta la deslumbrante escena del regreso en gloria del Mesías. Como
Guerrero Divino regresa triunfante al frente de sus ejércitos. Cabalga un caballo blanco como
símbolo de victoria. Su nombre es Fiel y Verdadero en reconocimiento de sus cualidades
personales intrínsecas. Sus ojos son como llama de fuego, como expresión de que viene
como el juez de la humanidad. En su cabeza hay muchas diademas o coronas propias de su
dignidad como Rey de reyes y Señor de señores. Su ropa teñida de sangre simboliza su
rotunda victoria sobre sus enemigos. Él viene como Rey a tomar posesión de su reino y a
gobernar las naciones con vara de hierro. Los ejércitos encabezados por el Anticristo serán
derrotados de manera aplastante. El Anticristo y el falso profeta serán lanzados vivos en el
lago de fuego. Los soldados que componen las fuerzas de la bestia serán la comida de las
aves del cielo. El Mesías triunfante demostrará que sólo Él es el Todopoderoso. Las fuerzas
del mal serán erradicadas de la tierra y darán paso al reino glorioso del heredero del trono de
David.
CAPITULO
EL DIABLO
EN EL LAGO DE FUEGO. 20
"Vi a un ángel que descendía del
cielo, con la llave del abismo, y una
gran cadena en la mano. Y prendió
al dragón, la serpiente antigua, que
es el diablo y Satanás, y lo ató por
mil años; .." (Apocalipsis 20,1-2)

Apocalipsis 20 presenta el
maravilloso reino de Cristo sobre la
tierra llamado milenio. Ese reino
venidero será una era de justicia. La
historia demuestra que la única
manera de asegurar una era de
justicia es manteniendo atado a
Satanás; mientras ande suelto,
tendremos problemas.

Cuando se encadene a Satanás, se le impedirá hacer lo que mejor sabe, porque en Apocalipsis
20:3 dice que el objetivo de Dios al encadenarlo es "que no engañará más a las naciones, hasta
que se cumplieran los mil años". Durante el milenio, Satanás no engañará a los seres humanos
con respecto a sí mismos, ni Dios, ni Cristo ni a la eternidad. Por esta razón, llegamos a la
conclusión de que la mayoría de los que vivan entonces serán creyentes; pero Satanás será
liberado al final del período permitiéndole un último engaño, después del cual, él también, será
arrojado al lago de fuego.

"Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y
el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos" (Apocalipsis
20:10). Dios, con su mano sobrenatural, tomará a Satanás y lo arrojará para siempre al lago de
fuego. Jesús se refirió a este lugar como la morada eterna de los perdidos.

Muchos bromean presentando a Satanás como director del infierno. Por supuesto, esto no es
verdad. Ningún rey del infierno "será atormentado día y noche por los siglos de los siglos".
Debiéramos entender que el infierno es eterno, por los siglos de los siglos. Los que se niegan a
creer en la existencia del infierno deben recordar que Jesucristo creía en este concepto ya que
dijo: "Luego dirá a los que estén a su izquierda: Apártense de mí, malditos, al fuego eterno
preparado para el diablo y sus ángeles " (Mateo 25:41). Sin lugar a dudas, el Hijo de Dios creía y
predicaba que había un infierno al cual debíamos evitar. Alguien dirá: "Bueno, el infierno para el
diablo y sus ángeles está bien, pero no para la gente". ¡Ay, esa es la tragedia! La humanidad
sufrirá en el infierno todos los tormentos preparados para criaturas sobrenaturales, porque, de
nuevo, le recuerdo Apocalipsis 20: 10, donde, al finalizar el reino del milenio, la bestia y el falso
profeta todavía siguen en tormento.
No se quemaron, sino que siguen allí, lo cual es evidente un infierno eterno.
CAPITULO

21 LA NUEVA JERUSALÉN
"Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el
primer cielo y la primera tierra pasaron, y el
mar ya no existía más" (Apocalipsis 21,1).

Apocalipsis 21 desvela la visión que el Señor


dio a Juan respecto a la nueva creación y la
nueva Jerusalén. Dios prometió la renovación
de todas las cosas (Isaías 65,17; Romanos
8,19-22; Hechos 3,21). En los versículos se
nos muestra como Dios crea un nuevo cielo,
una nueva tierra y una nueva ciudad,
Jerusalén la celestial. Allí habitará Dios y con
Él todos sus redimidos, aquellos cuyos
nombres están inscritos en el libro de la vida
del Cordero, verso 27.

La miseria humana será eliminada de la experiencia de los redimidos por completo (verso
4) porque habrá un ambiente totalmente nuevo (verso 5 y 6) Y una nueva relación con Dios
(verso 7). La gente que no quiso aceptar a Cristo serán absolutamente excluida de la nueva
Jerusalén porque allí habrá total santidad (verso 8).

La visión de la Jerusalén celestial es estupenda. Se asemeja a una esposa ataviada para


esperar va su esposo (verso 9), desciende de la misma presencia de Dios (verso 10), posee
la gloria de Dios (verso 11) y se asemeja a una piedra de jaspe, diáfana como el cristal
(verso 11). La ciudad está rodeada de un formidable muro que representa la seguridad que
hay en ella. Las dimensiones de la ciudad son enormes. Probablemente tenga la forma de
un cubo de dos mil doscientos kilómetros de ancho, por largo y alto (verso 15 y 16).

Los versículos finales 22 al 27 presentan las características de la nueva Jerusalén en su


aspecto espiritual. No habrá templo físico, porque Dios y el Cordero son su templo. No
habrá necesidad de sol ni de luna, porque Dios y el Cordero la iluminarán. Las puertas de la
ciudad nunca se cerrarán. Sólo los redimidos, los que recibieron a Jesús en su corazón
como Salvador y Señor tendrán acceso a la ciudad. Es indudable que la Nueva Jerusalén
exhibirá una gloria jamás soñada por el ser humano. El requisito para la entrada a la santa
ciudad sigue siendo la fe en el único Salvador de los hombres: Jesucristo, el Mesías.

Esta escena final del capítulo 21, Debiera inspirar a cada persona a recibir a Jesucristo
como Señor y Salvador y así tener su nombre escrito en el libro de la vida del Cordero.
CAPITULO
BENDICIONES DEL CIELO 22
"Y si alguno quitare de las palabras del
libro de esta profecía, Dios quitará su
parte del libro de la vida, y de la santa
ciudad y de las cosas que están
escritas en este libro" (Apocalipsis
22,19).

El último capítulo del Apocalipsis


comienza con una descripción de las
bendiciones que están dentro de la
nueva Jerusalén. Allí están el río de
agua viva, el árbol de la vida, el fruto del
árbol y sus hojas. Por encima de todo,
allí está el trono de Dios y del Cordero, es decir, la presencia misma de Dios que, a fin de
cuentas, es lo más importante de todo. Allí los santos reinarán por toda la eternidad. No
habrá maldición, los santos servirán al Señor y verán su rostro, disfrutando de íntima
comunión con Él. La luz de la gloria de Dios proporcionará toda la iluminación necesaria
para la vida en la santa ciudad.

Apocalipsis 22 reitera el mensaje central del libro, o sea, la segunda venida de Cristo en
gloria. A la luz de esa verdad hay varias exhortaciones finales. La primera de ellas concierne
a la necesidad de guardar las palabras de la profecía del Apocalipsis; también presenta la
necesidad de practicar verdadera adoración. Sólo Dios debe ser adorado con la exclusión
de todos los demás seres, sean estos hombres, ángeles u objetos. Hay una declaración
tocante al cumplimiento cercano del Apocalipsis y una advertencia acerca de la actitud del
hombre. Cristo anuncia personalmente su venida como Juez Soberano de la creación y
pronuncia una bienaventuranza para los que practican la santidad en anticipación de la
entrada en el reino eterno. Aquellos que no han acudido al Mesías para ser limpiados de sus
pecados no entrarán en la nueva Jerusalén.

Quizá el libro del Apocalipsis, por su misma naturaleza, se preste a que falsos maestros lo
adulteren. Es por eso que en 22,18 y 19 hay una seria advertencia contra quien se atreva a
cometer un acto semejante. Quien tenga la osadía de hacerlo es porque no ha nacido de
nuevo, y por lo tanto, no tiene parte en el árbol de la vida y, por supuesto, no tiene entrada en
la ciudad celestial.

El libro de Apocalipsis termina con una solemne advertencia y una petición urgente. La
venida del Señor por los suyos ocurrirá pronto. Podría suceder en cualquier momento, y
será tan repentina que no habrá tiempo para arrepentimiento de último minuto. Por tanto,
ahora es el momento oportuno de salvación.
ORACIÓN PARA ACEPTAR A CRISTO
Señor Jesús. Reconozco mi incapacidad de dirigir mi vida. Reconozco que he
pecado contra ti y te pido que perdones todos mis pecados. Yo creo que tú
moriste por mí en la cruz resucitando al tercer día, para lavar mis pecados y
sanar todas mis heridas. Señor Jesús, hoy te entrego mi vida y abro las puertas
de mi corazón para que tú me transformes. Yo confieso que tú eres Dios y te
acepto en mi vida como Salvador Personal. Lávame con tu sangre divina y
escribe mi nombre en el Libro de la vida. Amén.

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