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PROCESOS DE SOLDADURA
E4C
Desde tiempos inmemorables los metales han estado activamente presentes en la historia
de la humanidad, cumpliendo un papel importante ya sea cómo armas, herramientas,
estatuas, estructuras e incluso de joyas. Esto gracias a sus propiedades, se ve como los
metales han contribuido enormemente al desarrollo de la humanidad y su tecnología.
También hay que tener en cuenta que los elementos metálicos son los más abundantes en la
corteza terrestre, así qué por ende se puede encontrar metales en cualquier parte, incluso en
los cuerpos humanos hay elementos metálicos en gran variedad cómo el zinc, el hierro, el
potasio, etc.
Hoy en día los metales se usan más técnicamente que en las primeras eras de la
humanidad cómo la del bronce y la del hierro. Los usos y clasificaciones dependen de sus
característica y propiedades las cuales son muy variadas, hoy en día se ve como se puede
encontrar un tipo de aleación de metal como lo es el acero, en todas las fabricaciones
modernas, ya sea directa o indirectamente.
Para hablar de los metales y su historia es importante conocer una era que se conoció
como la edad de los metales. Esta edad fue un período prehistórico, posterior a la Edad de
Piedra y anterior a la Edad Antigua, que comprende tres grandes períodos: la Edad del
Cobre, la Edad del Bronce y la Edad del Hierro, y se caracteriza por la utilización del metal
en utensilios y armas. Es un período que comienza al finalizar la Edad de Piedra, en el año
6500 antes de Cristo, aproximadamente. Cuando se habla de Edad de los Metales se hace
referencia al momento en que el hombre comienza a utilizar diferentes tipos de metales
para construir y fabricar elementos y herramientas que se volverán claves en su evolución,
como por ejemplo herramientas de agricultura, armas para la caza y la guerra, y utensilios
para comer.
Se descubre la posibilidad de fundir y dar forma a los metales, con lo cual nace la
metalurgia. El bronce y el hierro contribuyen al mejoramiento de las armas y las
herramientas de trabajo, y por tanto comienzan a reemplazar a la piedra como material de
construcción. El mejoramiento de los instrumentos de trabajo trae consigo el progreso de
las técnicas de agricultura. El hombre de la Edad de los Metales empieza a dedicarse
firmemente a la minería. Se inventa la rueda. Aparición de la ruta de los metales. Eran los
caminos que el hombre abría en busca de encontrar cobre y estaño para fabricar el bronce.
Se inicia un gran intercambio comercial entre ciudades distantes, y este hecho provoca que
la humanidad desarrolle la navegación. La Edad de los Metales se divide en tres fases
principales, que se distinguen debido al tipo de metal que comienzan a manipular: cobre,
bronce y hierro. Después de la edad de los metales la utilización de los metales es continua
y con innovaciones constantes posteriores a esta edad, como alcanzar la temperatura
necesaria para fundir completamente el hierro con lo que se empezó a producir acero.
El cobre (a partir del 6.500 a. C., aproximadamente), fue el primer metal que comenzó a
utilizar el hombre prehistórico ya que era muy fácil de obtener y se encontraba en la
superficie de la tierra mezclado con otros minerales. Los primeros elementos fabricados
con cobre han sido vasijas, puntas de flecha y elementos para arar la tierra. También sirvió
para fabricar adornos que, por lo general, se usaban en los ritos fúnebres.
Imagen 2. Herramientas antiguas de cobre.
A partir de la aleación del cobre con el estaño, resulta un metal más resistente: el bronce.
El primer lugar donde se obtuvo el bronce fue lo que actualmente conocemos como
Armenia, en el año 2.800 a. C., y rápidamente se comenzó a comercializar, siendo el Mar
Egeo la zona principal del comercio de este metal.
Edad del Bronce (a partir del 2.800 a. C., aproximadamente). El acontecimiento clave en
esta etapa, es el desarrollo de la fundición (el proceso de extracción del metal a partir del
mineral). Una vez que un volumen suficiente de metal ha sido fundido, puede ser martillado
o vertido dentro de un molde para darle la forma deseada. La edad del bronce comenzó a
expandirse desde el suroeste de Asia hacia todas las direcciones, y demoró
aproximadamente mil años para cubrir el arco que va de China a Gran Bretaña. Así, para el
año 2000 a. C., la mayor parte de Eurasia había hecho la transición de la Edad de Piedra a
la Edad de Bronce. La Edad de Bronce también se difundió hacia el norte de África, pero
allí se detuvo debido a la incomunicación que imponía el desierto del Sahara. Edad de
Hierro (a partir del 1000 a. C., aproximadamente)
La Edad de Hierro comenzó una vez que los diseños de hornos de fundición avanzaron
lo suficiente como para producir las altas temperaturas necesarias para fundir el mineral de
hierro. Esto sucedió en el Sudoeste de Asia hacia el año 1000 a. C., y de allí empezó a
extenderse de este a oeste por Eurasia. De este modo, para el año 500 a. C., la mayor parte
de Eurasia había hecho la transición de la Edad de Bronce a la Edad de Hierro.
Las edades de bronce y hierro tienen poca relevancia para las Américas precoloniales.
Antes de la llegada de los europeos, la Edad de Bronce fue alcanzada sólo por los incas,
mientras que la Edad de Hierro no se produjo en absoluto. Sin embargo, el oro, la plata y el
cobre ya se utilizaban ampliamente en el arte precolonial.
1.1.4 Modernidad:
Hacia el año 1400 se empezaron a utilizar los hornos provistos de fuelle, que permiten
alcanzar la temperatura de fusión del hierro, unos 1535 °C. Henry Bessemer descubrió un
modo de producir acero en grandes cantidades con un coste razonable. Tras numerosos
intentos fallidos, dio con un nuevo diseño de horno (el convertidor Thomas-Bessemer) y, a
partir de entonces, mejoró la construcción de estructuras en edificios y puentes, pasando el
hierro a un segundo plano.
Hay todo tipo de metales: metales pesados, metales preciosos, metales ferrosos, metales
no ferrosos, etc., y el mercado de metales es muy importante en la economía mundial.
Los metales presentan enlaces característicos: enlaces metálicos (los que forman
moléculas de un mismo elemento metálico entre sí) o enlaces iónicos (por préstamo de
electrones). Las sales constituidas a partir de elementos metálicos forman iones
electropositivos (cationes) en una disolución.
Debe aclararse que incluso las aleaciones de un metal con otro (o con un no metal)
continúan siendo materiales metálicos, como es el caso del acero y el bronce, aunque sean
mezclas y no sustancias.
Los elementos metálicos pueden ser de diversos tipos, según los cuales se agrupan en la
Tabla Periódica. Cada grupo tiene propiedades compartidas:
Las propiedades de los metales vienen determinadas por sus características estructurales,
entendidas estas en su más amplio sentido. El conocimiento de la estructura cristalina de los
metales permite comprender mejor sus propiedades y desempeño.
Los polimorfos de los metales se suelen denominar (con excepciones) con las letras
griegas a, b, g.… conforme aumenta la temperatura. Incluso algunos metales revierten a la
forma estable a baja temperatura cuando alcanzan temperaturas más altas. El hierro
presenta las siguientes transiciones: a-Fe (cúbico centrado en cuerpo) es estable hasta
906ºC, cuando se convierte en g-Fe (cúbico compacto), el cual a su vez retorna a a-Fe a los
1401ºC, y se mantiene en esta forma hasta que funde a los 1530ºC. La forma b (hexagonal
compacta) aparece bajo alta presión. Otro ejemplo de polimorfismo es el del estaño. A
temperatura ambiente el polimorfo estable es el estaño blanco b-Sn, que se convierte en
estaño gris, a-Sn, por debajo de 14.2ºC.
Los metales ferrosos como su nombre lo indica, el principal componente es el hierro. Sus
principales características son su gran resistencia a la tensión y dureza. Por otro lado, están
las aleaciones, logradas con el estaño, carbono, plata, platino, manganeso, vanadio y titanio.
Su empleo en la construcción es muy marcado, destacando el acero (aleación de hierro y
carbono).
Por lo regular tienen menor resistencia a la tensión y dureza que los metales ferrosos, sin
embargo, su resistencia a la corrosión es superior. Su costo es alto en comparación a los
materiales ferrosos, pero con el aumento de su demanda y las nuevas técnicas de extracción
y refinamiento se han logrado abatir considerablemente los costos, con lo que su
competitividad ha crecido notablemente en los últimos años. Los principales metales no
ferrosos utilizados en la construcción son: aluminio, cobre, níquel, plomo, el zinc, …
complementarios de los metales ferrosos. También son muy útiles como materiales puros o
aleados, como por ejemplo el bronce (cobre, plomo, estaño) y el latón (cobre zinc).
Los elementos o compuestos químicos que forman el material metálico son de vital
importancia a la hora de establecer las propiedades de un metal. Las fuerzas de unión entre
los distintos átomos metálicos vienen condicionadas en gran medida por el tipo de átomos y
valencias atómicas que representa el metal.
Las aleaciones ferrosas tienen al hierro como su principal metal de aleación, los aceros
son aleaciones ferrosas, son importantes principalmente por su costo relativamente bajo y la
variedad de aplicaciones por sus propiedades mecánicas. Los aceros inoxidables son las
aleaciones ferrosas más importantes a causa de su alta resistencia a la corrosión en medios
oxidantes, para ser un acero inoxidable debe contener al menos 12% de cromo. Los hierros
para fundición son otra familia industrialmente importante de las aleaciones ferrosas. Son
de bajo costo y tienen propiedades especiales tales como un buena moldeabilidad,
resistencia a la corrosión, al choque térmico, al desgaste y durabilidad.
Las aleaciones de aluminio son las más importantes entre las no ferrosas principalmente
por su ligereza, endurecimiento por deformación, resistencia a la corrosión y su precio
relativamente bajo.
Otras aleaciones no ferrosas son las de magnesio, titanio y níquel. Las de magnesio son
excepcionalmente ligeras y tienen aplicaciones aeroespaciales.
Las aleaciones de titanio son caras, pero tienen una combinación de resistencia y
ligereza que no es asequible para cualquier otro sistema de aleación y por esta razón se usan
ampliamente en las piezas estructurales de los aviones.
Las aleaciones de níquel presentan una gran resistencia a la corrosión y oxidación y son
por tanto son usadas comúnmente en los procesos industriales químicos y de petróleos. Con
la mezcla de níquel, cobalto y cromo se forma la base para las superaleaciones de níquel,
necesarias para las turbinas de gas de aviones de propulsión a chorro y algunas baterías
eléctricas.
La plata fina, el oro de 58 quilates, el oro blanco y el platino iridiado son aleaciones de
metales preciosos.
Las aleaciones de metal y carbono (carburos), boro (boruros), oxígeno (óxidos), silicio
(siliciuros) y nitrógeno (nitruros); conocidas como los cermets; combinan las ventajas del
compuesto cerámico, estabilidad y resistencia a las temperaturas elevadas y a la oxidación,
con las ventajas del metal, ductilidad y resistencia a los golpes
Los metales poseen propiedades físicas características, entre ellas son conductores de la
electricidad. La mayoría de ellos son de color grisáceo, pero algunos presentan colores
distintos; el bismuto (Bi) es rosáceo, el cobre (Cu) rojizo y el oro (Au) amarillo. En otros
metales aparece más de un color; este fenómeno se denomina policromismo. Suelen ser
opacos o de brillo metálico, tienen alta densidad, son dúctiles y maleables, tienen un punto
de fusión alto, son duros, y son buenos conductores (calor y electricidad). La ciencia de
materiales define un metal como un material en el que existe un traslape entre la banda de
valencia y la banda de conducción en su estructura electrónica (enlace metálico). Esto le da
la capacidad de conducir fácilmente calor y electricidad, y generalmente la capacidad de
reflejar la luz, lo cual le da su peculiar brillo. Entre las distintas propiedades de los metales,
las más importantes son:
4.2 Deformabilidad:
4.3 Dureza:
4.4 Soldabilidad:
Los metales ferrosos, como ya se dijo en el numeral 3.1 del anterior capitulo, son metales
que se hacen o fabrican con aleaciones de hierro.
Los metales no ferrosos por su puesto son metales sin contenidos de hierro, como se
mencionó en él numeral 3.2 del anterior capitulo.
4.4.2.1 Metales de bajo punto de fusión: el estaño y el plomo se sueldan fácilmente, a
condición de que la entrada de calor se mantenga suficientemente baja para
evitar el sobrecalentamiento. El zinc es uno de los materiales más difíciles de
soldar, porque se oxida fácilmente y también se vaporiza a baja temperatura
(906ºC).
4.4.2.2 Aluminio y magnesio: la mayoría de sus aleaciones se sueldan fácilmente,
particularmente con una envolvente de gas inerte. De otra manera, la película de
óxido debe ser removida con un fundente poderoso, que a su vez puede requerir
eliminarse después de la soldadura para evitar la corrosión. La humedad (H2O)
se debe evitar, ya que reacciona y produce un óxido que vuelve frágil la unión al
causar porosidad. La alta conductividad térmica y el elevado calor específico,
aunque con un bajo punto de fusión de estas aleaciones, requieren de una
entrada de calor y de precauciones adecuadas contra el sobrecalentamiento.
Debido a las dificultades encontradas con los materiales endurecidos por
precipitación, las aleaciones a menudo son tratadas térmicamente después de la
soldadura o, si esto no es posible, se utiliza un material de aporte diferente (con
frecuencia Al-Si para aleaciones de aluminio).
4.4.2.3 Aleaciones con base de cobre: el cobre desoxidado se suelda de manera
sencilla, especialmente si el material de aporte contiene fósforo para
proporcionar una desoxidación instantánea. Los latones se pueden soldar, pero
las pérdidas de zinc son inevitables; por lo tanto, o el metal de aporte se
enriquece en zinc, o se agrega Al o Si para formar un óxido que reduzca la
evaporación. Los bronces de aluminio no representan problema, aunque el óxido
formado se debe desalojar, igual que con el aluminio puro.
4.4.2.4 Níquel: este metal y sus aleaciones de solución sólida se sueldan fácilmente.
Todas las aleaciones de níquel son muy sensibles incluso a la cantidad más
pequeña de azufre, que forma un eutéctico de bajo punto de fusión y provoca
agrietamiento por calor.
4.4.2.5 Titanio y Zirconio: las aleaciones también son soldables, pero una atmósfera
inerte es esencial para evitar la oxidación; por lo tanto, a menudo se encierran en
cámaras de soldadura de atmósfera inerte o se sueldan con un haz de electrones.
En la soldadura del titanio el principal defecto suele ser, como en el aluminio, la
presencia de porosidad debida a los gases que se forman durante la soldadura,
sobre todo hidrógeno.
Cuando se habla de propiedades térmicas de los metales hay que tener en cuenta la
fusibilidad y la dilatación. La fusibilidad es la facilidad con la que un metal se puede fundir
o pasar de estado sólido a estado líquido. La dilatación por su parte es el aumento de
tamaño que experimenta un material cuando se eleva su temperatura.
4.7 Propiedades fisicoquímicas:
Las propiedades físicas de los metales son aquellas que logran cambiar la materia sin
alterar su composición; como ocurre cuando moldeas un trozo de plastilina, sus átomos no
se ven alterados de ninguna manera, pero exteriormente cambia su forma.
Los metales suelen ser duros y resistentes. Aunque existen ciertas variaciones de uno a
otro, en general las principales propiedades de los metales son: dureza o resistencia a ser
rayados; resistencia longitudinal o resistencia a la rotura; elasticidad o capacidad de volver
a su forma original después de sufrir deformación; maleabilidad o posibilidad de cambiar
de forma por la acción del martillo; resistencia a la fatiga o capacidad de soportar una
fuerza o presión continuadas y ductilidad o posibilidad de deformarse sin sufrir roturas.
Las propiedades químicas de los metales son aquellas propiedades que se hacen
evidentes durante una reacción química (que existe un cambio); es decir, cualquier cualidad
que puede ser establecida solamente al cambiar la identidad química de una sustancia. Los
átomos de los métales tienen 1, 2 o 3 electrones en su último nivel de energía. Los
elementos que forman los grupos IA, IIA, IIIA son metálicos, por lo tanto, los elementos
del grupo IA tienen en su último nivel de energía un electrón, los del grupo IIA tienen dos
electrones y los del IIIA tienen tres electrones. Sus átomos pueden perder los electrones de
su último nivel de energía y, al quedar con más cargas positivas forman iones positivos
llamados cationes. Sus moléculas son monoatómicas; es decir, sus moléculas están
formadas por un solo átomo (Al, Cu, Ca, Mg, Au).
4.7.1 Peso específico: el peso específico de un metal se define como su peso por
unidad de volumen. Esta definición es considerada hoy día como obsoleta,
siendo su denominación correcta la densidad de peso. Se calcula dividiendo el
peso de un cuerpo entre el volumen que éste ocupa.
4.7.2 Punto de fusión: el punto de fusión de un metal es la temperatura a la cual un
material pasa del estado sólido al estado líquido (se funde). Esta transformación
se produce por absorción de calor. El punto de solidificación es la temperatura a
la cual un líquido pasa al estado sólido, durante la transformación hay cesión de
calor. Casi siempre coinciden los puntos de fusión y de solidificación.
4.7.3 Calor específico: el calor específico de un metal es la cantidad de calor
necesario para aumentar la temperatura de la unidad de masa de un cuerpo de 0
hasta 1°C. En general depende de la temperatura inicial. Se expresa en calorías
gramos y se representa con la letra c minúscula, siendo muy elevado en los
metales. Su valor es muy importante ya que permite conocer la cantidad de calor
necesaria para suministrar a una masa de metal para elevar su temperatura hasta
la transformación o fusión.
4.7.4 Calor latente de fusión: el calor latente de fusión es la cantidad de calor que
absorbe la unidad de masa de un metal al pasar del estado sólido al líquido. Se
expresa en calorías gramo. Cuanto más baja es la temperatura de fusión de un
metal, menor es su calor específico, menor su calor latente de fusión y más
económico su empleo para la fusión y el moldeado.
4.7.5 Dilatación y contracción: la dilatación es un aumento de volumen que
experimentan los cuerpos al elevar su temperatura. Esta propiedad se suele
expresar por el aumento unitario de longitud que sufre el metal al elevarse en un
grado su temperatura, llamado coeficiente de dilatación lineal. La contracción es
lo contrario de la dilatación.
4.7.6 Extensión: la extensión de un metal es la propiedad de ocupar un lugar en el
espacio. Es una propiedad medible para las porciones de materia (cuerpos). El
nombre de la medida puede ser: superficie, volumen y longitud.
4.7.7 Impenetrabilidad: la impenetrabilidad de un metal es la resistencia que opone
un cuerpo a que otro ocupe simultáneamente su lugar (ningún cuerpo puede
ocupar al mismo tiempo el lugar de otro). A las partes de un cuerpo no se le
pueden asignar las mismas coordenadas que a las partes de otro cuerpo en el
espacio. Así mismo la impenetrabilidad es la resistencia que opone un cuerpo a
ser traspasado.
4.7.8 Divisibilidad: la divisibilidad de un metal es la propiedad que les permite de
poder fraccionarse en partículas más pequeñas.
4.7.9 Inercia: la inercia de un metal es la propiedad que hace resistirse al cambio del
movimiento, es decir, es la resistencia al efecto de una fuerza que se ejerce sobre
ellos. Como consecuencia, un cuerpo conserva su estado de reposo o
movimiento uniforme en línea recta si no hay una fuerza actuando sobre él.
4.7.10 Resistencia a la oxidación: resistencia a la oxidación La oxidación de un metal
es la reacción electroquímica al entrar en contacto con un oxidante como el
oxígeno. La formación de un óxido de hierro debido a la oxidación de los
átomos de hierro en solución sólida es un ejemplo bien conocido de la corrosión
electroquímica, comúnmente conocido como oxidación. Este tipo de daño
típicamente produce óxido y/o sal del metal original.
4.7.11 Resistencia a la corrosión: la corrosión de un metal es la desintegración de un
material en sus átomos constitutivos, debido a reacciones de productos
químicas. La corrosión puede también referirse a otros materiales distintos del
hierro, tales como la cerámica o polímeros, aunque en este contexto, el término
degradación es más común. En otras palabras, la corrosión es el desgaste de los
metales debido a una reacción química, producida por agentes químicos.
4.7.12 Aleabilidad: la aleabilidad de un metal es la propiedad que tienen para formar
aleaciones que dan lugar a nuevos materiales mejorando sus prestaciones. En
todas las aleaciones un componente como mínimo tiene que ser un metal.
4.7.13 Pesantez: la pesantez de un metal es la presión que ejercen los cuerpos sobre los
que se apoya o tensión sobre los que prende.
4.7.14 Fluencia: la fluencia de algunos metales es la propiedad de deformarse lenta y
espontáneamente bajo la acción de su propio peso o de cargas muy pequeñas
(plomo, estaño). Esta deformación lenta, se denomina también creep.
4.7.15 Magnetismo: el magnetismo de un metal es la propiedad que tienen para ejercer
fuerzas de atracción o repulsión sobre otros metales. Los metales conocidos que
han presentado propiedades magnéticas detectables fácilmente como el níquel,
el hierro, el cobalto y sus aleaciones, que comúnmente se llaman imanes. Sin
embargo, todos los materiales son influidos, de mayor o menor forma, por la
presencia de un campo magnético. También se pueden producir electroimanes.
5. Obtención de los metales
En sus etapas iniciales, el Universo estaba constituido de hidrógeno y helio, dos gases
livianos. Estos dos gases se fusionan en reacciones nucleares en el centro de las estrellas.
Como consecuencia se producen enormes cantidades de energía y también se componen
núcleos atómicos más pesados de nuevos elementos estables. Así es como los elementos
metálicos se formaron de manera paulatina en el corazón de las estrellas. Estos elementos
pesados, como el hierro (Fe) se amontonan en el interior de la estrella. Su presencia hace
más lenta la reacción atómica a medida que ésta se queda sin combustible, ocasionando así
la muerte del astro. Cuando finalmente estalla (una supernova) envía estos elementos a los
diversos rincones de la galaxia a su alrededor. En un ámbito más terrestre, sabemos que los
metales provienen del interior de nuestro planeta, ya que está justamente formado por ellos.
El núcleo terrestre, por ejemplo, es de puro hierro y níquel. Ya estando los metales base en
la tierra hay que extraerlos de los minerales que los contienen y así poder utilizarlos o hacer
aleaciones con propiedades mejores que los metales base.