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CASO N° 3. DAÑOS Y PERJUICIOS DERIVADOS DE ACCIDENTES DE TRÁNSITO. DERECHO CIVIL.

OCURRE UN SINIESTRO EN UNA ENCRUCIJADA, DONDE EL VEHÍCULO QUE VIENE POR LA DERECHA
EMBISTE A UN VEHÍCULO QUE SE CONDUCÍA POR LA IZQUIERDA, QUE SIN DETENER SU MARCHA
SE ADENTRA EN LA MISMA Y ES EMBESTIDA EN EL FRENTE LATERAL DERECHO DE SU VEHÍCULO. LA
CUESTIÓN ES: DETERMINAR CULPABILIDAD Y RESPONSABILIDAD EN EL ASUNTO DE MARRAS; Y
DETERMINAR SI LA MANO DERECHA ¿ES ABSOLUTA? EL CASO YA PASO POR LA ETAPA
ADMINISTRATIVA ANTE LA ASEGURADORA, SIN RESPUESTA FAVORABLE PARA QUIEN SE
CONDUCÍA POR LA DERECHA, DETERMINANDO CULPAS CONCURRENTES.

En un accidente de tránsito, cualquiera sea el vehículo (la ley no distingue) se responde


objetivamente, sea por el riesgo o vicio de la cosa, o porque se trate de una actividad riesgosa.

En cuanto a leyes de tránsito, a nivel nacional rige la ley 24.449 denominada “Ley de Tránsito”,
pero esta ley tiene un ámbito de aplicación muy acotado, ya que las provincias también tienen sus
propios ordenamientos y también los municipios (en razón de la autonomía municipal). Por eso se
debe determinar, en primer lugar, bajo qué jurisdicción aconteció el accidente de tránsito, a fin de
determinar la ley de circulación aplicable.

El art. 64 de dicha ley dispone que “se considera accidente de tránsito todo hecho que produzca
daño en personas o cosas como consecuencia de la circulación”.

En este caso nos vamos a guiar por las normas de la Ley de Tránsito de la Municipalidad de
Neuquén, que se remite a la Ley nacional de Tránsito, y que establece lo siguiente:

ARTÍCULO 41. — PRIORIDADES. Todo conductor debe ceder siempre el paso en las encrucijadas al
que cruza desde su derecha. Esta prioridad del que viene por la derecha es absoluta, y sólo se
pierde ante:

a) La señalización específica en contrario;

b) Los vehículos ferroviarios;

c) Los vehículos del servicio público de urgencia, en cumplimiento de su misión;

d) Los vehículos que circulan por una semiautopista. Antes de ingresar o cruzarla se debe siempre
detener la marcha;

e) Los peatones que cruzan lícitamente la calzada por la senda peatonal o en zona peligrosa
señalizada como tal; debiendo el conductor detener el vehículo si pone en peligro al peatón;

f) Las reglas especiales para rotondas;

g) Cualquier circunstancia cuando:

1. Se desemboque desde una vía de tierra a una pavimentada;

2. Se circule al costado de vías férreas, respecto del que sale del paso a nivel;

3. Se haya detenido la marcha o se vaya a girar para ingresar a otra vía;


4. Se conduzcan animales o vehículos de tracción a sangre.

Si se dan juntas varias excepciones, la prioridad es según el orden de este artículo. Para cualquier
otra maniobra, goza de prioridad quien conserva su derecha. En las cuestas estrechas debe
retroceder el que desciende, salvo que éste lleve acoplado y el que asciende no.

En función del mencionado artículo, podemos decir entonces que quien tenía la prioridad de paso
en este caso, es quien iba por la derecha, ya que, si bien esta regla no es absoluta, no se da
ninguna de las excepciones estipuladas. El vehículo que circula por la izquierda viola la norma de
tránsito que establece que tiene el paso quien circula por la derecha, ya que, aun sabiendo esto,
no tiene intención de detener la marcha y sigue su camino, provocando la colisión con el otro
vehículo.

Además, de acuerdo a los detalles del siniestro, lo que chocan son las puntas, los extremos
delanteros de los autos, lo que indica que el de la izquierda no es que ya había pasado y se había
adentrado, sino que mas allá de que ve que va pasando el de la derecha, igual decide continuar su
marcha. Todo esto teniendo en cuenta que el conductor que se transporta por la derecha, no va
atento al tránsito de su izquierda, sino que, al encontrarse en una encrucijada, va mirando hacia su
derecha para corroborar que no venga nadie por esa mano, ya que es quien tiene el paso, en caso
de que se presente un vehículo por su derecha.

Considero que la culpa no es concurrente, sino que es 100% responsabilidad de el conductor que
se dirigía por la izquierda, ya que más allá de que fue embestido, no respetó la prioridad de paso,
norma que, a mi parecer, salvo por las excepciones expresamente estipuladas, es de tantísima
importancia y es la que da sentido al orden en la circulación del tránsito de cualquier lugar, por lo
tanto, no debería ser pasada por alto.

La aseguradora debería estar a favor de quien se dirigía por la derecha, pero en tanto es opcional
recurrir a la misma para reclamar los daños, en el caso de que continúe la negativa de la misma,
recomiendo al cliente llevar el caso a juicio, o bien tratar de llegar a un acuerdo en etapa de
mediación.

Si existe una violación de una norma de tránsito, no es que se genera una presunción de
culpabilidad, sino que se debe valorar desde una óptica causal: de la conducta violatoria de la
norma (debidamente acreditada), podrá generarse una presunción hominis de causalidad. Es que
son los hechos y las conductas de los agentes, valoradas en función de la previsibilidad de sus
efectos, y no las normas reglamentarias, los que determinan la causalidad jurídica. Los deberes de
diligencia impuestos por las normas de tránsito, tienen el valor indicado en el marco de la
responsabilidad objetiva que se ha estatuido.

Para el caso en concreto, me guie en parte por el fallo “ALSINA, Mauro Ariel c/ CONSTANZO,
Luciano Hernán s/ daños y perjuicios”, en donde se confirma la sentencia que tuvo por
configurada la interrupción del nexo causal en un accidente de tránsito, por haber violado el actor
la prioridad de paso. Esto es porque quien se arrima a una encrucijada debe ceder el paso a los
vehículos que circulan por la calle transversal desde la derecha hacia la izquierda, mientras que su
inobservancia constituye un grave desatino.

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