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Cálculo

aproximado de
la Huella
Ecológica para
México.
El Cálculo de la Huella Ecológica es en muchas
ocasiones tomado como indicador de
sustentabilidad, sin embargo al realizar el
cálculo aplicando la metodología propuestas
nos damos cuenta que no es así, ya que tiene
bastantes deficiencias y limitantes, por lo que
se ofrece en el siguiente trabajo una
aproximación en base a datos reales del país.

Nydia Lourdes Reyes Rodríguez


José Antonio Sánchez Navarro
Ana Lluvia García
Alfredo Pérez Serrano
Introducción

Recientemente se ha abierto el debate en torno a la


sustentabilidad de las actividades económicas orilladas por el inminente
sobrecalentamiento global y la disminución de la disponibilidad de los
recursos naturales. Al parecer el modelo económico imperante había
ignorado este análisis a pesar de estar presente en trabajos no tan
recientes.

Modelos de corte ricardiano advierten dotaciones iniciales en sus


supuestos, sin embargo la fijación de los precios se genera en el
mercado de acuerdo a la relación marginal de sustitución, que, a pesar
de incorporar ya la teoría del valor-trabajo de Smith, toma como una
externalidad el costo de las dotaciones iniciales. Para actualizar, y no
solo eso, sino repensar la manera en que se hace economía es necesario
eliminar el concepto de externalidad e incorporar al modelo los costos
de los recursos, no solo en relaciones de sustitución, sino con relaciones
de sustentabilidad de los recursos.

En la medida en que los recursos naturales, dejen de contemplarse


como dotaciones iniciales completamente dadas e inalterables y sean
incorporadas al modelo, se podrá asignar coeficientes que permitan
medir su reposición en términos de costos, poder fijar precios y de esa
manera introducirlas al mercado. Aunque es importante señalar que la
introducción de dichas variables antes ignoradas, es desde nuestro
punto de vista, no por completo acuerdo con la dictadura del mercado
sino para fines casi maquiavélicos en el sentido de que es
completamente justificada la creación de un modelo de tipo positivista
para abordar un problema mayoritariamente de corte normativo.

De esta forma, grosso modo, queda explicada y justificada la


metodología cuantitativa aplicada a la medición de la huella ecológica
como herramienta didáctica en la estimación del impacto de la actividad
económica sobre los recursos naturales.

La Huella Ecológica (HE):

La huella ecológica de una persona, región, país o cualquier otro


grupo social, pretende recoger, los recursos naturales necesarios, dada
la tecnología disponible, sostener su nivel de consumo y asimilar los
deshechos que produce. El reto que trata de enfrentar, por tanto, es el
de reducir todos éstos componentes a un único indicador común,
cuantificable y comparable, transversalmente como el tiempo. El
procedimiento seguido para ello es el de agrupar los distintos
requerimientos de consumo y generación de residuos en grandes
bloques, y traducirlos a este único denominador común:

Superficie biológicamente productiva: En primer lugar, el


consumo de productos naturales (alimentos, madera, fibras, etc.) se
asocia a la cantidad de tierra necesaria para producirlas, atendiendo a
su productividad media a nivel mundial. Es decir, como diversos
productos requieren de distintos tipos de superficie (tierra agrícola,
pastos, bosques) y la productividad por hectáreas difiere entre unas y
otras, por lo que se introducen unos factores de equivalencia que
multiplican los distintos tipos de superficie utilizada por un escalar que
refleja su mayor productividad con respecto al promedio de la superficie
del globo: la tierra Agrícola, por ejemplo, tiene asociada un factor 2.8.
De esta forma todos los requerimientos que el consumo de estos
productos conlleva quedan reducidos a una cantidad de hectáreas de
superficie biológicamente productiva, con un rendimiento promedio.
Para calcular la huella ecológica del consumo de un determinado
producto en un país cualquiera a la producción interna (Qi) se les suman
las importaciones (Mi) y se le restan las exportaciones (Xi). Este
numerador se divide por el rendimiento promedio de la tierra en la
producción de dicho cultivo (Yi), y el resultado es la huella ecológica
correspondiente:

Huella (i) = Q + M – X
Y

Finalmente, el resto de los productos consumidos se considera que


únicamente demandan, además de los recursos naturales ya
computados, energía.

El cómputo de las demandas energéticas de la sociedad dentro


de la huella ecológica merece una pequeña digresión independiente,
teniendo en cuenta que explica casi la mitad de la cuantía de la huella
en muchos países desarrollados.

En el caso de la energía de origen hidroeléctrico, el cómputo es


sencillo: se suma la extensión del terreno ocupado por el embalse, el
que utilizan los tendidos eléctricos.

En el caso de la energía nuclear, tomando en cuenta tanto los


terrenos agrícolas perdidos por el establecimiento de zonas de exclusión
alrededor de cada central, como las pérdidas resultantes de los
desastres nucleares habidos, su huella supera a la de las centrales
térmicas convencionales.

El caso más relevante es el de las centrales térmicas


convencionales que queman combustibles fósiles. El procedimiento
seguido para calcular su huella es sencillo: consiste en estimar la
superficie que sería necesaria reforestar para absorber las emisiones de
CO2 originadas en ellas. La información con respecto a la capacidad de
absorción de carbono por parte de las distintas especies forestales en
los diferentes terrenos, se obtienen de los estudios realizados por un
panel de expertos en el cambio climático (IPCC).

Utilizando la metodología apuntada, los requerimientos del


consumo energético pueden sumarse a los anteriores, ya que se
expresan en las mismas unidades: hectáreas de superficie
biológicamente productiva.

A partir de este punto los diferentes autores comparan los


requerimientos de las distintas sociedades con su dotación
correspondiente de tierra biológicamente productiva, para llegar a la
conclusión de que los ciudadanos de los países desarrollados tienen una
HE que supera su dotación, por lo que es a través del comercio con el
mundo subdesarrollado como salvan este diferencial. En el ámbito
agregado, la HE de la humanidad como un todo supera las
disponibilidades del planeta.

En efecto, tomando en cuenta la población mundial del año 2002


de 6 mil millones de personas, a cada habitante del planeta le
correspondería 0.25 hectáreas de tierra agrícola; 0.6 de pastos; 0.9 de
bosque; 0.6 de terreno construido y 0.5 hectáreas de mar, lo que suma
un total de 2.3 hectáreas equivalentes por personas. Si a eso le
restamos un 12% necesario para la preservación de la biodiversidad
biológica, el resultado son 2 hectáreas por persona. Pero la HE promedio
del planeta es de 2.8 hectáreas, lo que nos da como resultado un
déficit agregado.

La huella ecológica como indicador de sustentabilidad:


ventajas e inconvenientes.

Existe un alto grado de consenso respecto al papel que juega la HE


para elevar la conciencia social con relación a los límites
medioambientales que impone la biosfera, los creadores de la HE
argumentan por un lado que es un indicador muy útil de sustentabilidad
debido a las siguientes razones:

• “…se trata de un índice sintético expresado en unidades físicas,


que permite las comparaciones entre distintas situaciones o
países. Los defensores de la HE señalan que los índices de
sustentabilidad expresados en unidades monetarias son
perniciosos, debido a que introducen implícitamente la idea de
sustituibilidad (sustentabilidad débil), operan con magnitudes
marginales, e introducen el descuento futuro.

• Sus conclusiones son inmediatas: la humanidad está viviendo por


encima de sus posibilidades, y los países ricos están disfrutando
de una HE muy superior a la que su naturaleza les permitiría,
gracias al comercio internacional con los países subdesarrollados,
lo que introduce un elemento de injusticia y explotación en el
sistema.” (Azqueta, 2002:204)

Los argumentos de los defensores de la HE se basan principalmente en


esas dos ideas y pretenden que a partir de este calculo se de una mayor
concientización ambiental; sin embargo también hay varias críticas a
esta metodología fundamentalmente en la descarga de distintos
contaminantes en la biosfera, más allá del CO2, que ponen en peligro el
ecosistema. Entre los inconvenientes que los detractores de la HE
identifican se encuentran los siguientes:

• No tiene mucho sentido la oposición al comercio internacional


como elemento equilibrador de las distintas huellas ecológicas, ni
la denuncia de este intercambio como algo injusto y no equitativo.
Al fin y al cabo, el comercio internacional puede conseguir una
mayor eficiencia en la forma en que la humanidad utiliza sus
recursos para satisfacer sus necesidades.
• En los últimos años hay personas y grupos sociales que superan
sustancialmente la huella promedio de un ciudadano medio de los
países desarrollados. Por otro lado también la unidad geográfica
de medida tiene algo de arbitrario ya que hay personas que tienen
patrones de consumo que generan una mayor HE de lo que
deberían poder permitirse como habitantes del planeta.

• El déficit descubierto por la HE toma la tecnología como dada y


parte del supuesto de que la actual distribución de la superficie
terrestre biológicamente productiva es óptima.

Cálculo de la Huella Ecológica para México:

Según los autores de la huella ecológica, la obtención de datos es


uno de las ventajas que tiene este procedimiento, ya que dicen que
están al alcance de la población en la ONU y en la FAO, sin embargo no
es tan fácil la obtención de datos, ya que no coinciden con los datos
oficiales de los países, en el caso de México el INEGI y la Secretaría de
Energía, además de la falta de actualización de los datos y la dudosa
procedencia de los mismos.
Para el cálculo de la huella ecológica de México se usaron
estadísticas de la FAO, para la matriz de consumo, y de la Secretaría de
Energía para la matriz de energía. Una vez obtenidos los datos, se
procedió a la aplicación de la fórmula propuesta por los autores de la
huella.

Para la construcción de la matriz de consumo se utilizaron la


producción, las exportaciones y las importaciones para el año 2003
debido al desfase en que existe en la información publicada. Los índices
de productividad se encontraron en la página de la FAO, y después se
procedió a la aplicación de la formula de la huella ecológica para el
consumo:

Huella (C) = Q + M – X
Y

Se calculó la productividad para México, y no los datos del índice


de productividad mundial1, por lo que los resultados varían de forma
mínima a los publicados en el sitio web de la HE.

Para el cálculo de la matriz de energía se utilizaron datos para los


siguientes rubros:

• Carbón
• Hidrocarburos
o Petróleo crudo
o Condensados
o Gas natural
• Electricidad
o Nucleoenergía

1
El índice de productividad agrícola a nivel mundial es de 108 Ton/Ha y para México es de
117 Ton/Ha.
• Biomasa

A diferencia de la matriz de consumo que utiliza el índice de


productividad, éste tiene una variante en la fórmula:

Huella (E) = (Q-X) FECO2/ACO2

Donde:
Q-X= consumo per cápita
FECO2= Factor de emisión CO2
ACO2= Área de absorción CO2

En la segunda matriz se calcula el área necesaria para absorber el


CO2 emitido en el consumo directo de productos energéticos
(electricidad, combustible fósiles, energías renovables) o utilizados para
la manufacturación de los bienes consumidos.

Para el cálculo de esta matriz los autores de la Huella utilizan unos


factores de emisión de CO2 que transforman directamente el consumo
energético anual (Gj/año) en hectáreas de superficie (ha). Por ejemplo el
factor de emisión del petróleo es de 141 Kg. CO2/Gj.

Energía primaria
Balance Nacional de Ene
(gigajoules)
En la tabla anterior, podemos observar los datos necesarios para
obtener la huella ecológica respecto a Energía que es de 1.069 ha./Cap.
Como podemos observar México es un país productor de petróleo por lo
que la mayor contribución para la huella ecológica proviene de este
producto. El cálculo es limitado, por la misma definición de la huella
ecológica, faltaría agregarle a este cálculo las importaciones de gasolina
y de productos derivados del petróleo.
En el caso de la matriz de consumos tenemos que falta la
contabilización del impacto de los agroquímicos, fertilizantes y
pesticidas que tienen un gran impacto negativo en el ambiente.
Además, el estilo de consumo es diferente en las comunidades rurales
que en las urbanas, de tal forma que el proceso de industrialización del
país también afecta el cálculo al determinar algunas zonas del país que
al promediarse maquillan el rezago de algunos grupos sobre otros. Otro
problema que presenta éste cálculo se refiere a la productividad, ya que
ante cambio o mejoras en la productividad, disminuye el cálculo de la
huella, sin tomar en cuenta la degradación del suelo y el componente
tecnológico que permita estas mejoras.
Agricultura
Así tenemos que la Huella Ecológica del país es de 1.8 Hectáreas
per cápita aproximadamente. A partir de la cifra obtenemos que la
mayor contribución, en el caso de la matriz de energía la aporta el
petróleo crudo, y en el caso de la matriz de consumo la ganadería es la
que más superficie degrada.

Ganadería
El análisis de la huella ecológica no puede ser un indicador de
sustentabilidad ya que tiene inconsistencias metodológicas como la
formulación de los índices de productividad, en base a la media mundial
y aunque en este trabajo se utilizó el índice para México proporcionado
por la FAO, no se puede contabilizar el impacto real que tiene el
incremento de la productividad y de la composición orgánica del capital
que puede elevarla o disminuirla, otro punto es el consumo desigual de
productos y servicios que no son los mismos y dependen de cada
persona, otro punto es la movilidad de la población, en donde la
migración y el constante movimiento de personas desestabiliza la
cantidad de población, de modo que en México lo que realmente
podemos observar es una ausencia de política medioambiental y de una
regulación eficiente de deshechos.
Sin embargo, puede ser muy eficaz como un acto de conciencia
ecológica, que nos ayude a entender que toda acción de consumo que
realizamos puede traer serias consecuencias en el metabolismo del gran
cuerpo que nos aloja llamado Tierra.
Bibliografía:

1. AZQUETA, Diego (2002). Introducción a la Economía Ambiental,


España, Mc Graw-Hill.

2. PRAT MOGUER, Anna aproximación de la huella ecológica de


barcelona: resumen de los cálculos y reflexiones sobre los
resultados Comisión de Medio Ambiente y Servicios Urbanos del
Ayuntamiento de Barcelona Presidencia
3. www.fao.org Secretaria de Energia
4. SÁNCHEZ, Alfredo (2006). La Huella Ecológica y la Deuda
Ecológica en la Comunidad de Madrid, Ecologistas en Acción en
http://www.scribd.com/doc/4776762/Huella-ecologica

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