Profesor: David Contreras Bustos

1. Conjunto de los conocimientos propios de una técnica.

2. Conjunto de instrumentos, recursos técnicos o procedimientos empleados en un
determinado campo o sector.

La tecnología (del griego τέχνη [téchnē], 'arte', 'oficio' y -λογία [-logía], 'tratado',
'estudio') es la aplicación de la ciencia a la resolución de problemas concretos.
Constituye un conjunto de conocimientos científicamente ordenados, que permiten
diseñar y crear bienes o servicios que facilitan la adaptación al medio ambiente, así
como la satisfacción de las necesidades individuales esenciales y las aspiraciones de
la humanidad.
Los estudios sobre tecnología y cultura constituyen una importante corriente por
ejemplo, dentro de la arqueología y se han ocupado, especialmente desde la
segunda mitad del siglo pasado, de manifestaciones culturales de muy diversas áreas
del planeta y periodos cronológicos.
Existe además una extensa bibliografía que aborda aspectos teóricos de este enfoque
y en la que, desde diferentes corrientes, los especialistas se centran en unos u otros
elementos dentro de los que integran el proceso tecnológico, como las relaciones
sociales de producción, las redes de distribución de productos o los aspectos cognitivos
relacionados con el mismo

La pionera y más destacada representante de los estudios sobre tecnologías en los

Andes es Heather Lechtman (1985, 1996), quien afirma: “La tecnología no es una
mera parte de la cultura, es cultura”.
Una cultura tan maravillosa como la Lickan Antai, poseían un Idioma como el Ckunza, una ciencia propia,
con vastos conocimientos en conceptos que conocemos hoy en día, como la agricultura, la metalurgia, la
orfebrería, los textiles, la cerámica, la alfarería, la fabricación de herramientas, la hechura de armas, las
construcciones de viviendas, los corrales para animales, construcción de terrazas, de pucaras, un
conocimiento astronómica y podemos enumerar mucho más.
En el marco de los estudios de tecnologías desde la arqueología y la antropología, el proceso tecnológico
toma tanto protagonismo como el mismo objeto resultante, y el conocimiento de sus fases, relaciones
sociales que implica, espacios en los que se produce, etc., constituyen un enfoque nuevo desde el cual
mirar el pasado de las sociedades andinas y lo que de él queda en la actualidad.
Un aspecto importante es que Lechtman, la cual mencione antes, enfatiza en sus estudios la interpretación
simbólica de muchos procesos tecnológicos que, según ha demostrado, se regían por conceptos clave del
pensamiento andino, como las ideas de dualidad y complementariedad.
De este modo es posible, como ella misma ha mostrado, relacionar procesos de fabricación tan
aparentemente dispares como el tejido y la metalurgia.
Digamos, entonces que los procesos cognitivos relacionados con la construcción de la cultura son así los
mismos que se utilizan en la elaboración de objetos y se materializan en el acto tecnológico mismo.
Sin embargo, de explicado lo anterior, deseo profundizar un poco más en el concepto
tecnológico, mirado desde la cultura occidental versus la cultura indígena, sentando una
instancia entre ustedes de discusión e incentivo a la investigación con el objeto de
fortalecer el conocimiento tecnológico que nuestros ancestros nos legaron:
Convengamos que el pensamiento occidental ha estado dominado por la idea de que el
mundo social se opone al mundo natural, específicamente en la idea de que la
humanidad se constituye, en parte, en la misión de lograr el dominio de la naturaleza.
Diríamos entonces que el significado de “tecnología” como se entiende en Occidente, se
funda dentro de esta polaridad entre sociedad y naturaleza, maximizando la distancia
entre ambas y en estrecha relación al ascenso de la máquina, entendiéndola como “ese
campo de esfuerzos en el cual la razón humana es aplicada para ejercer control sobre la
naturaleza para el beneficio de la sociedad” (Ingold 1990, p.1).
Por el contrario, la “técnica” entendida como habilidades, como las capacidades de
sujetos humanos particulares, es inseparable y está incrustada en la experiencia de sujetos
específicos al darle vida y forma a determinadas cosas, ubicando en el centro de la
actividad al sujeto. En otras palabras, la técnica hace referencia a habilidades, vistas
como las capacidades de sujetos humanos particulares, mientras que la tecnología
constituye un cuerpo de conocimiento objetivo y generalizado, que puede aplicarse de
manera práctica y mecánica, independiente de la identidad subjetiva de los portadores
humanos y del contexto de su aplicación. Así, el modo de conocer el mundo que tiene el
practicante habilidoso es actuando en él, por lo que el contacto directo con la materia
prima, el sentimiento, la manipulación, la observación y la escucha implicada en el
proceso del trabajo creativo, constituye el conocimiento tecnológico en sí. De manera
que la habilidad o la “técnica” es a la vez conocimiento práctico y práctica cognoscitiva.
(Endurecer el cobre en el proceso de fundición)
(Los tejidos)