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PEDAGOGÍA EN EDUCACIÓN BÁSICA

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GESTIÓN ESCOLAR: Es la relacionada con la estructura y los procesos institucionales
como participación, liderazgo, trabajo en equipo, identidad, clima organizacional, entre otros.

LIDERAZGO INSTITUCIONAL.

El liderazgo está inserto en la actividad humana desde sus comienzos y, especialmente,

relacionado con la idea de progreso que implica cambio y superación.
Existen muchas teorías y modelos de liderazgo que han sido motivo de análisis y discusión en
seminarios y reuniones de estudio; son modelos que se hace necesario recrear en función de
la naturaleza de la tarea, sus objetivos, sus medios y su efectividad, integrando a sus
protagonistas en un todo participativo, en pos de un objetivo común. Luego, ante diversas
circunstancias el estilo de líder exige ser diferente, más aún un mismo líder debe actuar de
diferente manera ante un diferente grupo o circunstancia.
En una organización educativa por su organización jerárquica, se requiere muchas veces que
el liderazgo sea ejercido por los directivos del establecimiento, en algunas situaciones por el
director, en esta situación estaremos hablando de liderazgo institucional.
Entenderemos entonces, por liderazgo institucional al rol o aporte que desempeña el director
en la organización educacional, para que la escuela sea considerada efectiva.
El director de un establecimiento educacional por su relación jerárquica es un líder formal,
dependiendo de él y del grupo la posibilidad de acentuarse más hacia uno u otro tipo.
El liderazgo es susceptible de mejorarlo aprendiendo y usando con habilidad ciertas actitudes
tales como la empatía, objetividad y autoconocimiento. Es claro que el liderazgo es un aspecto
dentro de la gestión administrativa y forma parte de las relaciones personales entre directivo y
equipo.
Es conveniente destacar que un directivo debe ser más que un administrador, un líder que
asuma la toma de decisiones creativamente, pasando de las ideas y buenos propósitos a la
acción y logros efectivos , tratando de lograr la colaboración voluntaria de su equipo para el
logro de los propósitos de la organización, es decir, es el empleo del prestigio, de la
competencia técnica, profesional y personal del líder , ganando en progreso la organización y
en satisfacción y desarrollo personal todos sus integrantes.

En ocho estudios realizados por Sweeney (1982) se evidencia el impacto que el liderazgo del
administrador educacional tiene sobre los resultados obtenidos por el sistema que dirigen. Así,
se aislan seis conductas del administrador que estarían estrechamente asociadas con la
efectividad del sistema, lo cual es realzado cuando el líder:
- Pone especial énfasis en el rendimiento.
- Tiene su decir en cuanto a estrategias instruccionales.
- Provee una atmósfera instruccional de orden y facilitadora de aprendizaje.
- Evalúa frecuentemente el progreso de los alumnos.

Dra Fabiola Salgado Alarcón

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- Coordina la instrucción.
- Apoya a sus maestros.

Sergiovanni (1984) identifica una jerarquía de cinco aspectos de liderazgo que denomina
fuerzas, que serían los medios disponibles a los administradores educacionales para promover
la excelencia en las organizaciones que dirigen. Los aspectos de liderazgo señalados por este
autor los denomina: técnicos, humanistas, educacionales, simbólicos y culturales (Sergiovanni
en Ramírez, G. S.).
Las teorías del mecanicismo científico y de Relaciones Humanas, estando representado por los
técnicos y humanistas, lo podemos fundamentar de la siguiente manera. Lo educacional
enfatiza el rol del practicante clínico del administrador, con conocimiento de experto en
materias relacionadas a la efectividad de la instrucción.
El aspecto simbólico enfatiza el rol de líder y modelo, que continuamente está dando claves
sobre lo que es de importancia para el sistema, visita clases, se pasea por la escuela, dialoga
con los estudiantes; es el directivo que induce claridad, consenso y compromiso con las
personas.
La fuerza cultural involucra el fortalecimiento y articulación por parte del administrador, de
valores, credos y tradiciones, que dan a la organización su identidad única.
Las tres últimas dimensiones son situacionales y contextuales, derivando sus cualidades de
aspectos específicos en la educación.

Con respecto al liderazgo instruccional, Cawelti opina que éste debe incluir las áreas de
destrezas y procesos destinados a mejorar la instrucción. A su juicio serían cuatro áreas:
1. Desarrollo curricular con una detección de necesidades, selección de fines y objetivos,
organización de contenidos y actividades, evaluación de la enseñanza y del currículum.
2. Supervisión clínica, que es una estrategia que implica un potencial mejoramiento de la
instrucción a través de una secuencia claramente delineada.
3. Desarrollo del personal que debe efectuarse preferentemente a través de la organización
de programas de perfeccionamiento y reciclaje.
4. Evaluación de profesores a través de un manejo de técnicas, escala de observación,
tasación de antecedentes profesionales, etc.
El líder necesita del grupo, es más, está fuertemente integrado en él, siendo capaz de conducir
a todos los miembros hacia los objetivos fijados, con entusiasmo y perseverancia.
Se suele atribuir al líder una serie de cualidades específicas: inteligencia, estabilidad
emocional, imaginación creativa y constancia.
Klennet Wishart (1961) enumera las más importantes, en este orden:
- Inteligencia.
- Estabilidad emocional.
- Capacidad para orientar a los demás.

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- Aceptación de responsabilidades.
- Iniciativa.
- Actitud comunicativa.
- Acción directiva.
- Planteamiento.
- Organización.
Por su parte, Jack Gibb, presenta al líder como un hombre integrado, espontáneo y dueño de la
situación, una persona que trata de ser y deja a los otros ser, una persona que no vive a la
defensiva, que confía.
Los últimos estudios realizados desde un enfoque conductual, demuestran que la mayoría de
los líderes, en cualquier grupo y situación, suelen moverse en torno a dos categorías de
conductas (Owens, Robert, 1976).
1. Estructura: el líder intenta crear un mínimo de estructura de base de entendimiento, de
líneas claras de actuación, que permitan al grupo desarrollarse eficaz y satisfactoriamente,
en busca de sus objetivos.
2. Consideración: denota una mutua confianza, amistad, respeto y afecto en las relaciones
entre el líder y los miembros de su equipo.

Se cree conveniente que el director-líder trate de subrayar ambos aspectos, ya que no siempre
la consideración, la amistad y respeto entre los miembros del grupo, son cualidades suficientes
para encaminarse, decidida y eficazmente hacia la consecución de los objetivos fijados, ni por
el contrario, la simple distribución de tareas y la creación de la estructura idónea repercute en
una mejor integración del grupo y, por tanto, en un mejor funcionamiento del mismo.
Si el líder no es sólo conductor, sino también animador, debe ser capaz de motivar y estimular
al grupo de tal manera que, perfectamente cohesionado, concentre todos sus esfuerzos, su
ilusión y su entusiasmo en las tareas marcadas.

En la práctica en las organizaciones educativas se suelen dar diferentes estilos de liderazgo,

pero curiosamente estos estilos no vienen determinados tan sólo por las cualidades personales
del líder sino también por la estructura y la situación de cada momento. De hecho, un mismo
líder puede actuar de distintas maneras según el grupo en que se encuentra, según el
momento o circunstancia. Más aún, un líder de un grupo determinado puede dejar de serlo en
un grupo de características diferentes.

Con respecto a los estilos de liderazgo, según estudios realizados por Lippit, White y por
Bonner, existirían en cinco estilos básicos de liderazgo:
1. El líder autocrático, en donde la toma de decisiones es asumida exclusivamente por una
persona. Los miembros del grupo reciben las órdenes oportunas que deben cumplir; este

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tipo de liderazgo suele exigir una estructura centralizada, muy autoritaria y fuertemente
jerarquizada.
2. El laissez-faire se caracteriza por la actitud pasiva del líder; la dependencia de los
integrantes de la organización con relación al líder es mínima y éste prácticamente
reduce su cometido a dejar que cada uno desarrolle las tareas por su cuenta y según su
responsabilidad.
3. El democrático estimula la participación activa de todos los miembros, favoreciendo las
interrelaciones entre todos y él mismo.
4. El burocrático es un estilo de liderazgo ejercido desde un cargo administrativo, tratando de
combinar los estilos autocráticos, laissez-faire y democrático, según el momento y las
circunstancias.
5. El carismático es un estilo muy personal provocando una lealtad absoluta y por encima de
cualquier consideración por parte de los adeptos.

El hecho de que los estilos de liderazgo se adapten a situaciones diferentes, ha sido

caracterizado en el concepto de continuo de liderazgo, es decir continuo en la conducta de los
administradores educacionales, que varían desde uno muy centrado en las personas, hasta
otro muy centrado en los subordinados; influyendo en ellos el medio ambiente social y
organizacional.

Es claro que la acción de liderazgo, implica un intercambio social y dinámico, para tener líderes
hay que tener seguidores, por lo tanto, dos o más personas, interactúan o intercambian
influencias. Los seguidores dependen de los líderes para las tareas, instrucciones y apoyo; los
líderes dependen de los seguidores para las contribuciones en el desempeño de la
organización.

La perspectiva más reciente sobre el liderazgo institucional, aunque la preocupación por los
estilos de liderazgo no ha sido abandonada, propone que el director es capaz de desarrollar un
liderazgo adecuado, sólo en la medida que sus subordinados perciben que su conducta es o
puede llegar a ser para ellos una fuente inmediata o futura de satisfacción (House, 1971).

Pocos temas en psicología de la organización han recibido tanta atención como el liderazgo.
En cualquier análisis que se haga la naturaleza y motivación humana nos llevan
individualmente a considerar la forma cómo un líder debe manejar a sus subordinados.
Si bien es cierto, que el liderazgo es uno de los recursos organizacionales para una mejor
gestión directiva y con ello lograr escuelas efectivas; las orientaciones que han seguido las
investigaciones sobre éste, han sido variadas, pasando por tres fases:
1. Las características del líder.
2. Situación y estilo de liderazgo.

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3. Criterio pragmático del liderazgo.

En cada una de las fases anteriores se plantea el mejor modo de liderar, pero si bien
podríamos preguntarnos ¿ cuál es el estilo de liderazgo correcto, o qué características necesita
un líder efectivo?,... quizás tendríamos que respondernos tal como lo señala Fiedler: " depende
".
Es casi imposible encontrar un modelo simple de un buen liderazgo, aplicable en una
organización; no nos podemos dar el lujo de adoptar un determinado estilo, porque este
depende de una serie de factores, además hay que considerar que las organizaciones son
cambiantes.
Pero sí debemos tener presente, cualesquiera sea la situación, que el liderazgo es el " uso
moral del poder" y que los subordinados son personas a las cuales se les debería tratar de
exaltar las más altas aspiraciones, motivarlas, para alcanzar, en un proceso de colaboración y
apoyo mutuo, las metas propuestas; siendo el líder el primero entre todos sus iguales, en la
misma tarea compartida.
Mucho se ha escrito sobre liderazgo, tratando de explicar las conductas asociadas a él; pero
es claro que la acción del liderazgo busca influir en forma directa en el pensamiento y en la
conducta de sus seguidores, utilizando para ello distintas formas de actuar.
A pesar de todas las investigaciones realizadas, se podría decir que el tema aún no está
agotado, se seguirá buscando permanentemente la forma de enriquecer el desempeño de los
administradores para lograr escuelas efectivas, en el cual el liderazgo cumple un rol
fundamental; el interés seguirá adelante, proporcionando nuevos hallazgos empíricos,
enriqueciendo con sus aportes el desempeño de los administradores, traduciéndose éstos en
progreso para las organizaciones educacionales.

Dra Fabiola Salgado Alarcón

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