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Distinguido participante, para el logro de la competencia de la unidad,

debes realizar las siguientes actividades.


1- Realiza un resumen reflexivo de la unidad V: terapia de juego de
relaciones objetales/temáticas.

Para que podamos entender el concepto de relaciones objetales y sus complejas


ramificaciones, es útil considerar cómo surgen estas estructuras, pensar en términos
de los procesos mentales tempranos por medio de los cuales el recién nacido
organiza su mundo en patrones significativos. Un patrón básico es el del sí – mismo
– la representación del sí – mismo- en tanto que la otra es la representación del
objeto – la representación objetal. El objeto se refiere a la persona (o personas)
maternante primaria en el ambiente del bebé y del niño pequeño. Las relaciones
dinámicas y estructurales entre las representaciones del si – mismo y las
representaciones del objeto constituyen lo que denominamos relaciones objetales.

Estos patrones evolucionan durante los tres o cuatro primeros años de vida y
constituyen la base para las configuraciones mentales duraderas. En el desarrollo
sano estas estructuras intrapsíquicas continúan siendo modificadas durante toda la
vida por la experiencia. Pero en el desarrollo patológico se organizan desde muy
temprano de una manera rígida y distorsionada que resulta en fijaciones en niveles
patológicos e infantiles del desarrollo en ciertos aspectos del sentir, pensar y
comportarse. La naturaleza de esta evolución, sus estadios y procesos (horner
1975) constituyen un marco contextual evolutivo que nos permite entender tanto el
desarrollo normal como el patológico, sus consecuencias para el carácter del adulto
y sus implicaciones para el tratamiento del paciente adulto.

Esto significa que, podemos esperar encontrar ciertos tipos de perturbaciones


asociadas con fallas maternas y/o la incapacidad del niño para responder al
maternaje normal en cualquiera de estos estadios del desarrollo o durante los
procesos transicionales que llevan de un estadio al siguiente.
2- Análisis de dos casos clínicos, abordados cada uno de ellos
por dos enfoques teóricos de la terapia de juego, elabora un
programa donde se apliquen las técnicas según los enfoques
seleccionados para trabajar el caso analizado.

Motivo de Consulta.
Demanda Explícita: Claudia pide una Introspección. C. "Quizás con una
introspección voy a resolver ". C. "Tendría que hacer una introspección ".
Motivación Implícita: En las primeras sesiones Claudia habla sobre su preocupación
por el futuro, además, sobre sus sentimientos de presión, insatisfacción, frustración,
disconformidad porque piensa que se ha equivocado al escoger su carrera, lo que la
ha llevado a tener problemas económicos. En las demás entrevistas Claudia relata
la relación que tiene con su novio, como ésta le preocupa y le causa inseguridad.
Objetivo de la Terapia. La finalidad de la Terapia Centrada en la Persona no
consiste en resolver un problema concreto, sino en ayudar al individuo a crecer, a
desarrollar sus potencialidades y llegar a ser la persona que realmente es, para que
pueda enfrentarse con el problema actual y con los que surjan en el futuro.

Análisis de la Evolución del Consultante


Los clientes en la relación terapéutica plantean la misma pregunta por debajo del
nivel de la situación-problema que los aqueja: ¿Quién soy yo realmente?. Lo que
sucede en el clima de libertad y comprensión que crea la relación terapéutica, es
que la persona de manera progresiva y dolorosa explora lo que se oculta tras las
máscaras que presenta al mundo. Experimenta con profundidad y a menudo
vívidamente los diversos aspectos de sí mismo que habían permanecido ocultos en
su interior. El cliente parece tratar de descubrir algo más propio de sí mismo y
comienza a abandonar los roles con que ha encarado la vida hasta ese momento.
De esta manera llega a ser él mismo, no una falsa fachada conformista con los
demás, sino un proceso vivo que respira, siente y fluctúa, en resumen, llega a ser
una persona, diferente y única (Rogers, 1961).
Proceso de Convertirse en Persona. Proceso mediante el cual un individuo se
desarrolla y cambia en el transcurso de una relación terapéutica. Es posible
determinar en qué punto del proceso del cambio de la personalidad se encuentra un
cliente, mediante el cateo y obtención de muestras de las cualidades que presenta
su experiencia y su expresión, siempre que se lo haga en un clima en que él se
sienta plenamente recibido (Rogers, 1961). Para determinar en qué punto del
continuo se encuentra mi cliente, donde el individuo pasa de la consolidación a la
mutabilidad, de una estructura rígida a un flujo, utilicé la "Escala de Proceso en
Psicoterapia", que consta de siete etapas sucesivas por las que atraviesa el
individuo. Esta escala puede aplicarse operacionalmente a fragmentos de
entrevistas grabadas (Rogers, 1961).

Conclusión.
Durante la relación terapéutica, Claudia llega a experimentar que es comprendida y
aceptada tal como ella es en los diferentes aspectos de su experiencia, por lo tanto
se produce un cambio progresivo durante las cinco sesiones de terapia. Se nota un
aumento de la flexibilidad, de la libertad y del flujo organísmico, que se traduce en
las siguientes características:
Los problemas y sentimientos se reconocen como propios, los acepta cada vez
más. Aumenta la aceptación de la responsabilidad en los problemas que se encaran
y aumenta la preocupación a cerca de en qué medida ha contribuido a ellos. Claudia
descubre algunos constructos personales, los reconoce con claridad y comienza a
cuestionar su validez. Las contradicciones o incongruencias son encaradas cada
vez con mayor claridad. Tendencia intensa y notoria a diferenciar con exactitud los
sentimientos y significados. Próxima la posibilidad de experimentar plenamente los
sentimientos, estos surgen a borbotones, se filtran, a pesar del temor a
experimentarlos de manera plena e inmediata. Algunas oportunidades expresa
sentimientos en tiempo presente que interrumpen casi en contra de los deseos de
Claudia. Los sentimientos que surgen a borbotones suelen despertar sorpresa,
temor y desconfianza, casi nunca placer.

Diagnóstico Descriptivo.
En la Terapia Centrada en la Persona no se necesita un diagnóstico previo, más
bien éste se configura a lo largo de la relación terapéutica. El diagnóstico tiene
orientación fenomenológica, trata de describir el fenómeno lo más neutralmente
posible, alejándose de los patrones teóricos e interpretaciones, es decir, describir lo
que el cliente vive más allá de un diagnóstico clínico clasificatorio y reduccionista.
En este caso, Claudia presenta los siguientes nudos experienciales: Preocupación
por el futuro, problemas económicos, falta de identificación con su profesión,
inseguridad respecto a su relación de pareja, falta de comunicación con su pareja.

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