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DE LA SEXUALIDAD
EN LA INFANCIA Y
ADOLESCENCIA
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Educación
LA SEXUALIDAD EN LA INFANCIA
La capacidad del cuerpo humano para mostrar una respuesta sexual está presente desde
el nacimiento. A continuación, dividiremos esta etapa entre la lactancia y la infancia
temprana.
Por otro lado, la relación madre/ padre/ cuidador-hijo es muy importante para las
relaciones sexuales y emocionales en etapas posteriores. Este vínculo comienza desde
el nacimiento y se prolonga hasta el final de esta etapa. Se facilita por las formas de
contacto físico que se le demuestre al lactante. Estas experiencias son las primeras que
vivimos con respecto al amor y el apego. A los 2 ½ o 3 años, el niño puede identificar
su sexo biológico. Al comienzo, piensa que estas diferencias radican únicamente por la
vestimenta y aspecto físico. No obstante, poco después adquiere consciencia del área
genital y de las diferencias que existen, mostrando curiosidad por estas. Mientras tanto,
entienden que pertenecen al mismo sexo de su progenitor correspondiente.
matrimonio.
A los 5 años los niños se vuelven más pudorosos debido al aprendizaje de las
restricciones sociales, las enseñanzas de los padres, etc. Esto termina en el juego
sexual, que es motivado principalmente por la curiosidad. Como resultado, a partir de los 4
o 5 años, la sexualidad de los niños vuelve más social. Es posible que los niños realicen
juegos imitando a los adultos (jugar al doctor), se abracen, besen, muestren sus
genitales, los manipulen, etc. Aproximadamente a los 5 años, los niños tienen formado un
concepto general de aspectos como el matrimonio, la pareja de géneros opuestos, entre
otros, por lo que practican juegos que impliquen la participación de diversos roles (jugar al
papá y a la mamá, por ejemplo).
esta etapa.
Durante este periodo, suele existir poca conducta sexual entre hombres y mujeres,
muchas veces, debido a la división social entre ellos. Es común que escuchen por primera
vez sobre las relaciones sexuales en este periodo, sus principales reacciones son de
asombro e incredulidad. Asimismo, es común que existan momentos de exploración
sexual. De igual manera, se produce una transición en la naturaleza de las relaciones
sociales. En esta etapa los preadolescentes comienzan a participar en actividades mixtas
como las citas y la búsqueda o interés en tener una pareja.
ADOLESCENCIA: DESCUBRIENDO LA
SEXUALIDAD (13-19 AÑOS)
En esta etapa, ocurre un aumento repentino en el interés sexual. Este es producto de los
diversos cambios corporales y la toma de consciencia sobre ellos. Adicionalmente, se
produce un cambio y elevación en los niveles hormonales, sumado a un énfasis cultural
sobre el sexo y el ensayo de los roles adultos. Estos procesos varían en edad según la
persona, mientras más temprano se produzcan, más rápido se cumple el proceso y se
llega a la adultez (Delamater, 2006).
Para los varones, los niveles de testosterona tienen una fuerte relación con la actividad
sexual, coito, masturbación, grado de excitabilidad, etc. Por otro lado, en el caso de las
mujeres, el desarrollo de una figura “curvilínea”, la presencia de testosterona y, sobre todo,
progesterona y estrógeno, afectan principalmente sus conductas sexuales. Todas estas
conductas en los jóvenes suelen ser parte del descubrimiento y aprendizaje de la
propia sexualidad.
o adolescentes.
Abordar a la sexualidad con sus múltiples aspectos (emociones, deseo,
pareja, relaciones, afectividad, responsabilidad afectiva, prevención de situaciones
de abuso, consecuencias, etc.). Es decir, sin limitarse al aspecto anatómico
únicamente.
Evitar emitir juicios de valor o juzgar conductas, dudas o preguntas que
surjan.
Comunicar la información con naturalidad.
Informarse previamente y estar constantemente actualizados con respecto a
la información compartida.
Mostrar apertura y disponibilidad frente a cualquier duda.
CONCLUSIÓN
Sin duda alguna la sexualidad es un tema importante en nuestras vidas. Comprender que
este aspecto, lejos del tabú social, es necesario de abordar con los niños y adolescentes,
nos abre las puertas a la prevención de muchas situaciones negativas. Por otro lado y,
más importante aún, nos abre la puerta a vivir una sexualidad saludable y positiva, que nos
permita desenvolvernos día a día con responsabilidad y libertad. Resaltamos, por tanto, la
importancia de generar espacios de diálogo y apoyo desde tempranas edades,
naturalizando a la sexualidad como otra área fundamental en nuestras vidas.
En la infancia
Desde la visión de la vida sexual del ser humano como algo flexible, cambiante y en
permanente proceso de transformación, se capta en toda su hondura la realidad del
hecho sexual. La sexualidad no tiene una sola función, ni es algo particular de un
periodo de la vida del ser humano. No es algo rígido desde que nacemos hasta
nuestra muerte. Cada etapa de nuestra vida tiene sus peculiaridades y la sexualidad
no es ajena a esta realidad. Por ello, una visión positiva, enriquecedora y responsable
de las bondades del sexo permite disfrutar de lo bueno de nuestra sexualidad en cada
uno de los periodos de la vida.
El ser humano nace con unas estructuras centrales activas que son
determinantes de la frecuencia, la forma y la orientación de la conducta sexual.
Estas estructuras se relacionan y adaptan a la realidad externa y al sujeto.
En paralelo con los aspectos biológicos con los que nacemos, comienzan a
influirnos una serie de determinantes externos al sujeto y cambiantes en el
tiempo. Entre ellos podemos hablar de factores culturales, religiosos,
ideológicos y sociales. Se manifiestan a través de las pautas de crianza y
criterios educativos referidos al dimorfismo sexual (el hecho de que en la
especie animal humana hay dos sexo, el femenino y el masculino), con una
marcada influencia en la diferenciación psicosexual entre niñas y niños. Por
ello podemos considerar de un modo genérico que el desarrollo sexual es
consecuencia de la interacción del sujeto (formado por su cuerpo y su psique),
su medio socio-cultural y los acontecimientos que vaya experimentando.
Superar problemas como los celos permiten ver el mundo de modo menos
egoísta y aprender que compartir no es perder sino ganar
Misterioso y complejo es el hombre cuyas acciones tienen un fondo que debería ser
analizado. Por ello, el interés de Sigmund Freud se centró en conocer más sobre el ser
humano, en las etapas que experimenta y cómo se desarrolla en cada una de ellas. Ello
le llevó a desarrollar su teoría acerca de las etapas de la sexualidad.
La sexualidad es parte esencial de la vida de todos los seres humanos, pues desde que
nacemos gozamos de ésta. Cómo se desarrolla depende, de acuerdo con Freud, de las
experiencias vividas en distintas etapas, además de lo que hay en el inconsciente,
aparentemente alejado del ser humano y poco visible pero de gran relevancia. De
acuerdo con el padre del psicoanálisis, la sexualidad es un tema clave en la personalidad
e influye de una manera u otra en las decisiones que tomamos día a día.
Durante su vida realizó diversos ensayos sobre la teoría psicoanalítica y las fases de la
evolución de la libido. Tres ensayos sobre la teoría sexual (1905) fue la primera edición
en la que mostró el desarrollo de éste: la sexualidad infantil y la sexualidad puberal y
adulta. Entre la primera y la segunda mostró un periodo de latencia, es decir un periodo
en el que se detenía el desarrollo sexual.
Uno de los aportes más relevantes de Freud fue argumentar que el camino hacia una
actitud sexual madura comenzaba desde la infancia y no en la pubertad como muchos
creían. Para llegar a esta conclusión, Freud se dedicó a observar el comportamiento de
los niños y analizar prácticas tan inocentes como podía ser chuparse un dedo, lo que en
realidad está relacionado con la sexualidad. Más tarde, entre 1913 y 1923, introdujo una
serie de estudios dentro de la etapa pregenital: oral, anal y fálica.
Etapa oral
Esta es la primer etapa que distingue Freud. En ésta el placer se centra en la boca, por lo
que es importante que el bebé experimente. Cuando esta en la etapa oral conoce el
mundo a través de la boca, así es que puede conocer su entorno. Por eso es común que
el niño se chupe el dedo o que todo lo que encuentre a su alrededor se lo lleve a la boca.
Los padres que impiden que los bebés vivan esta etapa estarán perjudicando al niño y
éste podrá tener algunos traumas más adelante por no haberlo vivido como era debido.
Es también por eso que es importante que cuando se deja de dar pecho al niño se haga
paulatinamente y no de un día a otro. Esto podría tener efectos posteriores negativos,
pues se trata del primer placer del bebé. La relación con la madre también es muy
importante, pues hay una relación entre comer y ser comido.
Etapa anal
Esta etapa se presenta entre el segundo y tercer año y es cuando toda la atención se
centra en el control de los esfínteres. Así el niño encuentra placer al momento en el que
defeca. De acuerdo con Freud, el niño se da cuenta que entrega una parte de su cuerpo
cuando defeca. Es importante que esta etapa se viva en el momento justo. Que se le
enseñe al niño con paciencia y sin demasiadas presiones. Si se maneja mal puede
generar en un futuro problemas de estreñimiento y provocar algunas obsesiones. Se trata
de una fase que Freud describe como actividad-pasividad; la primera también la conoce
con el nombre de pulsión de dominio que es el deseo por apoderarse con fuerza del
objeto. La segunda está más relacionada con la expulsión y retención de las heces, que
se relacionan con el rechazo. De acuerdo con Freud, esta etapa es importante por la
simbolización; en la edad adulta se verán algunos aspectos relacionados con el orden,
avaricia o testarudez, dependiendo de cómo se haya pasado la etapa
anal.
Etapa fálica
Durante esta etapa el placer se centra en los genitales. Freud la exploró a detalle en 1923
en La organización genital infantil. Esta etapa ocurre entre los 3 y 5 años y es cuando
los niños y niñas buscan diferenciarse entre sí y se dan cuenta de las diferencias. No
sólo lo notan a través de la vestimenta, sino también entre los genitales. Es cuando
surgen preguntas sobre por qué los niños tienen pene y las niñas no. Se vive una
curiosidad que no debe ser reprimida. Las respuestas que se den a los niños son
fundamentales en esta etapa para que no obstruyan otras capacidades de aprendizaje en
general. Esta etapa se denomina fálica porque Freud hablaba de la relevancia del falo.
Para él lo más relevante era el falo y no la vagina.
Etapa de latencia
Este periodo se encuentra entre la niñez y la adolescencia. Es una etapa relativa en la
que se detiene la investigación sexual infantil. Se vive un periodo en el que, debido a la
represión ya existente, se vive una especie de amnesia infantil. La sexualidad volverá a
aparecer en la pubertad.
Etapa genital
Esta etapa ocurre al momento en el que el cuerpo experimenta cambios físicos, por lo
que los genitales son el interés central de los individuos. La pubertad es una etapa que
muchos describen como difícil, pues hay muchos cambios tanto físicos como psíquicos
que pueden ser invasivos. Durante muchos años el tema de los cambios en el cuerpo y
de la sexualidad eran ignorados por los padres, a quienes les resultaba más fácil evitar el
tema, sin embargo, en años más recientes se ha visto la importancia de mantener una
discusión abierta con los jóvenes para que puedan aclarar dudas y así no tengan tramas
en la vida adulta
Sin embargo, ocurre todo lo contrario, es probable que algunos juegos continúen,
y que tanto la curiosidad, como la importancia que tiene lo que se ve y se oye,
haya aumentado. Lo que no se ve no significa que no existe. Será esta una etapa
muy adecuada para trabajar desde lo importante, sin prisas y sin urgencias.
Es decir, que no vale utilizar un mismo nombre para dos cosas. Por ejemplo,
'culete' para referirse al culo y, a la vez, para la vulva. O 'culete de adelante' y
'culete de atrás' que sigue generando confusión. Dos cosas, dos nombres.
¿Se puede preparar el camino para abordar ciertos temas en la adolescencia?
La preadolescencia es momento de preparar los cambios futuros, antes de que
lleguen, para no llegar tarde. El mensaje que les debemos dar es: sabemos que
nadie se queda sin madurar, cada uno tiene su ritmo, y al final, sea cual sea el
resultado, éste será el de un cuerpo preparado para el placer, el afecto, y para las
relaciones personales y eróticas.
- Prohibir la amistad con ese niño o niña por jugar 'a esos juegos'
- Montar un escándalo que involucre a los demás, por ejemplo a familiares u otros
padres o niños y niñas.
Cada padre y madre podrá razonar por qué son contraproducentes todas estas
reacciones de los adultos. No vayamos a generar un problema donde no lo hay, o
a transmitir un concepto de la sexualidad basado en el miedo, en lo prohibido, en
lo tabú, concepto que cuando queramos cambiar en otras edades, como la
adolescencia o la juventud, ya lleguemos bastante tarde.