Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Estimado líder,
Te invitamos a leer este material como preparación a la tertulia de liderazgo. El formato
de la misma requerirá que aportes tus puntos de vista, comentarios y vivencias alrededor
del tema.
“Ni se enciende una lámpara y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y
alumbra a todos los que están en la casa. Así brille vuestra luz delante de los hombres,
para que vean vuestras buenas acciones y glorifiquen a vuestro Padre que está en los
cielos.” Mateo 5:15,16
La palabra resaltar se define como: “Ser [una persona o una cosa] más visible o
perceptible que otras por alguna cualidad.” Es evidente que está ligada al liderazgo, pues
muchas veces debemos resaltar como medio para alcanzar las cosas que nos han
encomendado. Sin embargo, por lo general nos concentramos en la visibilidad y no en la
cualidad. Somos visibles por las razones equivocadas, o como fin mismo, pero ignoramos
las cualidades que debemos tener como líderes para resaltar positivamente en los
entornos que nos ha puesto Dios a liderar.
Rick Warren ha publicado recientemente una serie titulada “Doing Business with God”, y
en ella ofrece una fórmula para resaltar en Dios que es realmente fantástica. Hay seis
características del líder que resalta.
El personaje que Warren escogió como líder que resalta no es ni más ni menos que José.
Resaltaba tanto donde estaba, que pasó de ser vendido por sus hermanos como esclavo
a ser la mano derecha del faraón, y el administrador del imperio egipcio (su historia la
encontramos en Génesis 37 al 50). Si eso no es resaltar...
La primera característica por la cual los líderes resaltan es su audacia, y José no fue la
excepción. Ésta es definida por Warren como el coraje para pensar o soñar en grande,
tomar la iniciativa, y asumir los riesgos necesarios sabiendo que hay una posibilidad de
fracasar. Sin embargo, debe ser la suma de las tres características, no se vale algo
parcial: el que se queda en sus propias visiones sin ejecutar es soñador, el que inicia las
cosas sin validación es soberbio, y el que corre riesgos porque sí, es temerario.
El líder en Cristo sabe que los sueños deben venir de Dios, o ser validados por Dios. Pide
a Él coraje para iniciar las acciones, es diligente al igual que valiente, y recibe la
templanza para navegar los riesgos porque confía en el que lo sostiene.
¿Eres un líder audaz? ¿Has soñado lo suficientemente grande para que nadie te crea?
¿Te atreves a ejecutar cuando hay riesgos? Si crees en Cristo y no eres audaz te estás
quedando corto, es como tener un Ferrari para llevarlo a 40 por la cuadra. Una dosis de
Josué 1:9, y a trabajar.
++
Veíamos la audacia como la primera característica del líder que resalta. Ahora veremos la
simpatía o favorabilidad. Nos guste o no, es más fácil para la gente seguir a un líder
simpático que a un líder antipático.
Así mismo la simpatía se puede ver como la suma de mis habilidades relacionales, y
también las define el diccionario: “Manera de ser y actuar de una persona que la hacen
atractiva y agradable a las demás.”
Hay algo que todos podemos pedir como “antídoto”: ver a los otros como los ve Dios, y
estar acompañados por Él para tener favorabilidad. José, nos muestra cómo es en
Génesis 39:2-3: “El Señor estaba con José, por eso tenía éxito en todo mientras servía en
la casa de su amo egipcio. Potifar lo notó y se dio cuenta de que el Señor estaba con
José, y le daba éxito en todo lo que hacía.”
Sin Él no hay simpatía, sin simpatía no resaltamos, sin resaltar no logramos las cosas
grandes, y si no logramos las cosas grandes que nos encomendaron, ¿para qué
lideramos?
++
Ser generoso es darle a la gente lo que quiere, y lo que más quiere es ser escuchada.
Todos vamos de afán con la cabeza abajo mirando nuestro teléfono y evitamos cualquier
incómodo contacto que nos obligue a dar. El que demanda en una corte quiere ser
escuchado, la esposa que pelea también. Si tú quieres ser escuchado, ¿qué te hace
pensar que los otros no?
Por eso Pablo nos dice en Romanos 12:15: “Si alguno está alegre, alégrense con él; si
alguno está triste, acompáñenlo en su tristeza.” La empatía es un baile en el que nos
acoplamos a la pareja que tenemos enfrente.
Nacimos para escuchar más que para hablar (tenemos 2 oídos y una boca), estamos
diseñados para ser empáticos. No dejes que el enemigo en forma de ego y miedo dañe el
designio original y seamos los líderes que Dios quiere que seamos.
++
El problema viene cuando quiero crecer para acceder al privilegio o la gratificación del
siguiente rol y no para servir de manera más amplia. La ambición se vuelve codicia, y el
enemigo se las sabe todas a este respecto.
++
Durante el tiempo que viví en el Reino Unido tuve la oportunidad de apreciar la brillantez
de los ingleses haciendo publicidad. El comercial que más me impactó fue el más sencillo
de todos: el de Ronseal Woodstain (https://youtu.be/OkGaq9xiQZY). Su publicidad se
limita a decir: “hace lo que dice en el tarro”, así de sencillo. En un mundo de promesas
vanas y mercadeo sofisticado, el argumento de cumplir es algo refrescante.
Así es la confiabilidad, cuarto atributo del líder que resalta. Las personas que más se
destacan en el tiempo tienen la característica de ser confiables. Consistentemente
cumplen sus responsabilidades y mantienen sus promesas hasta ganarse la confianza de
sus jefes, de su gente, de su familia.
Así mismo mantener las promesas es clave para la confiabilidad. Con mi baja asertividad
voy haciendo promesas que luego no puedo cumplir, y olvido que tengo la potestad de
ofrecer una promesa y la esclavitud de cumplirla. ¿Eres de muchas promesas y poco
cumplimiento? ¡Cuidado! No eres tan confiable como crees, la gente no olvida,
especialmente los hijos. Otra cosa es que no te lo digan.
Si cumples tus responsabilidades y promesas en el tiempo, gozarás de la confiabilidad.
No puedes esperar que suceda de inmediato, hay que perseverar. José superó sus
reveses a punta de confiabilidad: una vez en la cárcel se ganó la confianza de Potifar
hasta ser un preso que manejaba la propia cárcel en la que estaba (Génesis 39:22). Deja
de preocuparte porque te confíen cosas grandes y preocúpate por ser consistentemente
confiable. Todo lo demás llegará. El líder en Cristo sabe que eso se llama Mateo 6:33.
Que tu liderazgo sea menos un comercial fastuoso de Chanel y más un simple anuncio de
Ronseal Woodstain.
++
La lealtad no es otra cosa que ser fiel a mi jefe, a mi causa, y a Dios, EN TODO
MOMENTO. Es muy fácil ser fiel cuando todo va bien, pero no cuando las situaciones nos
ponen a prueba. Ésta última es la que prueba mi compromiso, la que determina si soy
merecedor de ser resaltado.
Tal vez te jactas hacia adentro diciendo: “he sido fiel en las pruebas”, porque no dejaste a
tu mujer cuando se puso duro el matrimonio, o tal vez evitaste la tentación de recibir una
coima gigante por un contrato. Ese es el momento duro. Sin embargo, la prueba también
viene con las cosas menores. En Mateo 25:21 Jesús dice “en lo poco has sido fiel”, y nos
muestra dónde está la cáscara.
La deslealtad viene cuando hablo del que no está presente, cuando digo algo que no
puedo probar, cuando caigo en el chisme. Mi carácter, y por ende mi carrera, se definen
más en una conversación informal hablando del jefe, que en una junta dura. Cumplo con
las autoridades cuando pago mis impuestos por 10 millones, pero soy desleal con ellas
cuando compro el DVD pirata de 10 mil.
Líder, es momento de confrontación: si sientes que eres leal en lo mucho, verifica que
también lo seas en lo poco. A pesar de ser el apóstol de confianza y cortar orejas por
defender al jefe, Pedro negó a Jesús 3 veces en Lucas 22:54-62 y fue desleal.
Sin embargo, Pedro luego defendió como león a Jesús y sus preceptos, como líder de la
iglesia, hasta pagar con su vida crucificado boca abajo. ¿Qué sucedió? Recibió perdón y
amor en vez de condena por su jefe. En Mateo 26:52-58, Jesús increpa a Pedro por sus
faltas, y en vez de quitarle todo, le da una oportunidad.
Hoy recibo una nueva oportunidad. Hoy llevo a la cruz mi pequeñez chismosa que opaca
mis buenas obras. Hoy admito la verdad y reconozco el líder que verdaderamente soy, no
la foto bonita que muestro por ahí. Papá, perdóname por haber sido desleal, en lo mucho
y en lo poco. Recibo tu amor perdón y comienzo de nuevo.
++
Es extremadamente difícil pero así mismo de importante poder ser uno en todas partes.
Mi imagen de buen miembro de iglesia o de empresa no sirve para nada si soy infiel con
mi esposa, y es por una sóla razón: Dios lo ve todo. Punto. El líder en Cristo tiene las
narices limpias para cuando llegue el momento (Lucas 12:35-38).
Ser íntegro es ser uno, en todo momento y lugar. Es hora de arreglar el clóset en la casa
y dejarse de jactar de ser tan ordenado en la oficina. Es hora de escuchar a los hijos y no
sólo al subalterno que te pidió un cafecito. Tal vez hay que perdonar al compañero de
oficina que dijo algo sobre ti y no sólo a la esposa por haber perdido las llaves del carro.
En fin. Rick Warren termina diciendo que quiere vivir una vida tan íntegra que tengan que
inventar rumores sobre él (como hicieron con Jesús).
Resaltar desde estas 6 claves es muy distinto que querer brillar a toda costa. Vivir toda tu
vida intencionalmente como líder es inexorable si eres un líder en Cristo. Empezar una
relación con Él te llevará a mirar todos los aspectos de tu vida, te guste o no.
“para que nadie pueda criticarlos. Lleven una vida limpia e inocente como corresponde a
hijos de Dios y brillen como luces radiantes en un mundo lleno de gente perversa y
corrupta.” Filipenses 2:15