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María José Salamanca

Pensamiento Económico
Comunicación Social- Periodismo
Universidad Externado de Colombia

Donde la economía escasea la delincuencia la reemplaza


La desigualdad económica de el país expande una brecha cada vez más grande y en los
estratos más vulnerables las oportunidades de sobrevivir escasean. Ante la necesidad de
llevar el pan de cada día a la mesa las opciones como el hurto o el microtráfico se vuelven
una tentadora alternativa para los más jóvenes.
En su infancia Luis y Carlos soñaban con entrar al SENA, sacar adelante a sus familias y en
algún futuro poder salir de esas casas de latas y madera del Bello Horizonte ubicado en la
localidad de San Cristóbal sur. Hoy en día uno de ellos está muerto mientras que el otro es
buscado por la policía y todas las bandas de microtráfico de la ciudad.
La desigualdad social se ha convertido en un factor de alto riesgo para Colombia ya que no
afecta únicamente a las personas de escasos recursos sino a toda la sociedad. También esta
influye directamente en los niveles de inseguridad, narcotráfico y robo alrededor del país.
Debido a que a muchos jóvenes e incluso niños se les niega la oportunidad de obtener una
educación de calidad después de que terminan la básica primaria y el bachillerato.
Y aunque recientemente el Ministerio de Educación Nacional amplió el presupuesto a 44,1
billones de pesos en este año, es evidente que existe una crisis en el sector de la educación
pública, en especial la educación superior donde entra el Sistema Nacional de Aprendizaje y
todas las universidades públicas del país. Esta crisis limita e impide a los estudiantes que
salen en busca de oportunidades para salir adelante y ahí prefieren optar por delinquir antes
de que su familia pase otra noche sin comer. “De niños, a pesar de que íbamos al mismo
colegio distrital se notaba la diferencia entre nosotros. Ellos tenían que reciclar todos los
materiales que usaban los años anteriores, en sus casas nunca había desayuno o almuerzo y
debían ir a los comedores comunitarios para llevar algo a sus casas. La única fuente de
ingreso en las familias de Carlos y Luis venían de todos los hurtos que cometían sus hermanos
y que luego ellos aprendieron”, relata José quien era amigo cercano de estas dos personas de
escasos recursos que a raíz de no poder estudiar después de la secundaria recurrieron a medios
criminales para vivir. “Cuando llegamos a la adolescencia ellos se percataron aún más de su
nivel de desigualdad y la única forma en la que pudieran adquirir esas cosas era robando y
convenciendo a mis compañeros de pasar a comprarles droga en la esquina de la cancha.”,
añadió.
Este problema no es nuevo o invisible ante los ojos del estado. Como ejemplo está la
polémica frase que dijo el actual director del SENA, Carlos Mario Estrada acerca de una
emprendedora del chocó el año pasado. “La chocoanita es muy hermosa, podría ser prepago,
pero eligió la legalidad”. Aun así, debido a la escasez de recursos y presupuestos muchas
personas son rechazadas intencionalmente en instituciones educativas públicas. Esto limita
la generación de empleados y de capital humano. Entonces menos personas son capaces de
emplearse incluso con un título de bachiller. La tía de Carlos, María, explica que el sueño de
él era entrar en el SENA y de ahí buscar un trabajo digno y decente, pero; “primero, el SENA
nos rechazó al muchacho sin razón aparente. Y segundo, se metió más y más con las drogas
hasta que llego con Luigi (Luis) a ser dueños del negocio en Atenas y en Bello Horizonte y
pues nadie le decía que lo dejara porque de él todos comíamos en la casa. Todo hasta que por
ambicioso intentó controlar el territorio de Villa de los Alpes y lo único que se ganó fue 14
puñaladas. Todos todavía vivimos con el pensamiento de que no lo pudimos detener a tiempo.
Y de Luigi lo único que sabemos es que se esconde por acá, pero ni siquiera puede salir.
Todas las demás bandas lo están buscando con la intención de darle piso (Matarlo). Ni
siquiera la mamá de su futura niña sabe dónde está.”.
“La regulación de estas conductas ‘anti-educación’ si lo podemos llamar así desencadena en
entornos pocos seguros, donde el consumo de alcohol sustancias psicoactivas y sexo
desenfrenado están a la orden del día. Entonces ya los jóvenes no van a educarse o a aprender
en el colegio sino a actuar como quieran y esto lleva a que fuera practiquen lo mismo. Es por
esto por lo que cada vez más lleguen casos de jóvenes ladrones, asesinos, jibaros e incluso
sicarios a las cortes de menores y alas correccionales a lo largo del país.”, explica Inírida
Viatela, abogada defensora de menores del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar en la
ciudad de Armenia. La otra causa de esto es la desestimación de las figuras de autoridad en
las instituciones educativas y ha fomentado las prácticas ilegales que ven que cometen
muchos alrededor de su entorno social y lo más preocupante es que se presente dentro de su
círculo familiar.
Es por esto por lo que el problema de la inseguridad y delincuencia en el país se puede
relacionar con la crisis que existe en la educación pública. Pues a falta de oportunidades de
formarse y encontrar un empleo digno; la ilegalidad está a la vuelta de la esquina dando la
posibilidad de vivir un día más, aunque con el riesgo de poner la vida en juego.
Actualmente el gobierno nacional y distrital deberán lidiar con el reto de igualar las
posibilidades de educación para todos. En especial la actual alcaldesa de Bogotá. Quien a lo
largo de su candidatura y lo que va hasta ahora de su mandato ha prometido expandir el
sector de la educación superior para la población de escasos recursos.

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