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Universidad del Valle

Facultad de Humanidades

Escuela de Estudios Literarios

Licenciatura en Literatura

Literatura Colombiana III

Docente: José Alexander Erazo

Estudiante: Manuel Alejandro Ramírez (1932912)

Este comentario aborda la reflexión en torno al sujeto lírico presente en el autor Raúl

Gómez Jattin a partir de las literaturas del “yo” en tanto a categoría de análisis del

discurso, a través de un poema inédito de su autoría. Este poema aparece en una

grabación que Gómez Jattin hizo para la Colección Literaria de la HJCK. Se trazan algunos

aspectos formales lingüístico-semánticos y retóricos del poema seleccionado y se propone

un plano de interpretación de los mismos con base en las categorías enunciativas

planteadas por el lingüista Dominique Maingueneau. Características que muestran a Jattin

y su lenguaje enunciativo, que en parte ha sido producto de su condición en el mundo y

su relación con los otros.

Es un poema inédito, al parecer, por la indagación realizada, solo ha sido narrado en el

programa radial HJCK y recitado en la voz del mismo Raúl Jattin. Para abordar entonces

teóricamente lo que se llama la situación de enunciación propuesta por Maingueneau, es

necesario entrar en algunas categorías para llegar al concepto de escenografía que es lo

que podemos indagar en Jattin y su utilización. Esta escenografía está inscrita de un


marco escénico que a su vez está constituido por el género poético (escena genérica) y la

instancia social del discurso perteneciente a la literatura (escena englobante); pero no se

inscribe en su parámetros estrictos. Para Maingueneau (2004) la escenografía es un

discurso que no tiene ese marco ya instituido pero que, no desborda el marco escénico en

sus categorías, la escenografía utiliza su propio dispositivo de habla para llevar a cabo

dicho propósito.

Maingueneau (2004) plantea otra categoría que es la situación de comunicación y esta es

una condición del discurso a la que el texto está intrínsecamente ligado y está vinculada

con la categoría de contexto1, donde ambos son los elementos de producción del texto y

están separados del discurso mismo. En cambio, para Maingueneau (2004) la situación de

enunciación está más ligada con el texto mismo y se basa más en lo que el texto mismo

quiere definir. Este comentario se basará más en esta categoría de situación enunciativa,

dado que, el poema por su carácter inédito y al ser de carácter sociológica, se torna difícil

de rastrear para localizar ciertas categorías y requiere un análisis entorno a otras

dimensiones.

Desvinculación del “yo” a partir de los “otros” en sí mismo, para luego, librarse de ellos, en el

poema “El infierno son los otros” de Raúl Gómez Jattin.

El infierno son los otros, de Raúl Gómez Jattin

Cuando saben que viviste entre ellos

a pesar de que no tenías su entraña

y tu tiempo era trascendente y bello

se preguntan qué llevabas en tu pecho

1
Esta categoría según Maingueneau es una noción un tanto intuitiva y pragmática para analizar el discurso y no da
cuenta de todos los elementos del discurso pero complementa la situación de comunicación.
tan callado

tan serio

tan verdadero

Cuando parecías no existir para la vida

Esos libros los perturban

los asedian

¿Por qué los nombras tan oscuros?

¿Por qué no figuran como héroes?

Cuando saben que viviste entre ellos

tal vez se preguntan: ¿por qué no lo matamos

cuando aún no era conocido? 

¿por qué?

Tal vez digan: ¿qué hace tu miseria

tu tristeza

como símbolo de un pueblo?

Nunca es tarde para hablar de ellos

para recordarles que tú no eras el tonto

para revivir algo que el arte siempre

le ha tenido a la bruta vida:


ODIO

Empezando el poema podemos discernir que el carácter impersonal del título le confiere

una categoría a los “otros” donde pareciera referirse a un exilio del “yo” en Jattin, una

figura metafórica al sufrimiento y conflicto entorno a la alteridad. En sus primeros versos

podemos notar cierta agresiva acusación a esa apaciguada forma de ver en esos “otros”

una aceptación de su enunciación de hombre adaptado (un “yo” presuntamente anterior),

figurando que son “ellos” los que se percatan de la extrañeza de su existencia (¿del

enunciador?) y su incomodidad con el mundo: “cuando parecías no existir para la vida” y

que “tu tiempo era trascendente y bello”, aun así lo supieran cuando “(…)a pesar de que

no tenías su entraña”, podemos vislumbrar con el deíctico “su” que puede referirse a ese

no compartir ciertas atribuciones o ser cercano a los esos “otros” (haciendo alusión a lo

interior: ¿metafísico?) por parte de los otros, cabe aquí indagarnos por el ¿Qué no

comparte el yo lírico de Jattin? ¿Sus ideales? ¿Su forma de ver el mundo? En los últimos

versos de esta estrofa del poema y utilizando la figura retórica de la anáfora, Jattin

acentúa unas cualidades etóticas que le infieren de: “callado, serio y verdadero”, dichas

cualidades que refuerzan esa aprobación incómoda generada en los “otros” va entonces

generando un despojo a esos valores morales que ponen en juicio la propia identidad del

yo enunciador.

En la segunda estrofa, Jattin empieza a discernir un poco la instancia por la cual los “otros”

le infieren dicha desaprobación, cuando en su enunciación como creador literario

“perturba a los otros”, específicamente al denotar la falta de adulación de esos “otros”

sobre el sujeto lírico de Jattin, haciendo uso en tono de reclamación diciendo: “¿Por qué
los nombras tan oscuros?” refiriéndose a ellos como sujetos líricos, esta modalidad de

enunciación interrogativa despoja al hipotético -yo enunciador adaptado- a su entorno

social, y nos refleja su condición de rechazo ante el sujeto lírico de Jattin, al poeta en

cuanto a su condición social inadaptada. Cuando hace mención a que “Esos libros los

perturban” también nos muestra que es en la lírica de Jattin a lo cual se genera dicha

acusación tanto así que “los asedian” y pareciera una perturbación que acusa en el otro a

yo empírico de Jattin.

Se nota de seguido que el “otro” es un sujeto de desaprobación del hablante lírico de

Jattin2, por tanto, pareciera entonces que el tono agresivo y de acusación permite a Jattin

librarse de él y encarnarlo como un “yo” propio en su escritura; convertirse en los otros

cuando utiliza varias voces gramaticales; en el segundo verso de la tercera estrofa, Jattin

enuncia: “¿por qué no lo matamos cuando aún no era conocido?”, este desdoblamiento

además de multiplicar las voces gramaticales, permite entre ver un poco la instancia de

ese “yo” enunciador un tanto marginado por los otros y por él mismo (característica del

sujeto comunicativo “extra textual”).

Jattin utiliza aquí de nuevo el tropo de la anáfora, tal vez para remarcar su cercanía con los

“otros” al aclarar que “Cuando saben que viviste entre ellos” demostrando ese arduo

camino del despojo (de un yo enunciador marginado), y así, va generando la imagen de

soledad que le acogió la disrupción a causa de su propios actos, sus libros, su condición

como un ser que no encaja en roles de las heterogéneas situaciones de la vida, y

mientras los “otros” digan: “¿qué hace tu miseria/ tu tristeza /como símbolo de un

2
Para Ruiz Carlos (2011) la proyección de la figura del poeta, con todas sus particularidades y extremos, juega un papel
de primer orden en la realidad existencial creada por el sujeto o hablante lírico, dado que la poesía de Gómez Jattin es el
caso arquetípico del poema que evoca al poeta y su vida.
pueblo?” con esa condición de profundo conflicto, que presupone unos estándares de la

condición estética y la instancia del poeta rechazada por adolecer el mundo y sus

vericuetos. Por último, para dar paso a una búsqueda del “yo” esquivando cualquier

contacto con el sujeto exterior, la posición de “ellos” que asume con estrechez diciendo

que “Nunca es tarde para hablar de ellos/ para recordarles que tú no eras el tonto” ,

donde ya no se expresa tanta es ansía de tal aprobación del “otro” como un complemento

del sujeto como se demostraba al principio del poema, sino que, se quita un poco la

carga y enjuicia su carácter de sujeto lírico encarnando al otro como un yo propio de su

escritura, que tiene a su vez testimonio de su capacidad lírica, donde su condición de

sujeto lírico lo entrona y lo aprueba “para revivir algo que el arte siempre/ le ha tenido a

la bruta vida:/ODIO”

Vemos que la escenografía propuesta adapta una condición extra textual que deslinda al

sujeto lírico de Jattin de la instancia de los otros, utilizando como dispositivo el juego

polifónico y la vinculación de su instancia autobiográfica (actor empírico) en los otros con

el sujeto lírico de Gómez Jattin, que a su vez saca esa multitud de voces presentadas en

unos cuantos deícticos para terminar en una multitud de sujetos hablantes, y así hacer

una especie de defensa a su condición de yo enunciador marginalizado y segregado por

esos “otros” (¿por sí mismo también?), encontrando su voz, en el arte, que lo ampara

porque siempre ese “ODIO” -en mayúsculas- hacia “la bruta vida” es una catalizador de su

instancia como sujeto lírico que le permite ese dolor y esa tristeza que le da esa voz al

sujeto lírico marginalizado en Jattin (autor), esto solo es posible para Jattin por medio de

lo cual llamaría Maingueneau la escena genérica o género poético que lo avala en el sujeto
enunciativo (intra textual).

Bibliografía
Bitonte, M. E. Grigüelo, L. (2011). De la enunciación lingüística a la comprensión del
lenguaje audiovisual una punta sobre enunciación. Documento de Cátedra, Semiótica de
los Medios II. http://www.catedras.fsoc.uba.ar/delcoto

Herrera, Juan Carlos (2011) Anotaciones sobre el sujeto lírico en la poesía de Raúl Gómez
Jattin https://www.researchgate.net/publication/332031713

Maingueneau, Dominique (2003) ¿“Situación de enunciación” o “situación de


comunicación”? en Revista Discurso.org, Año 2, Nº5

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