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12° clase (21-5-20)


Teoría Sociológica Clásica (TSC)
Profesora: Celia Duek

Max Weber

Unidad 3, punto 3.1.: Pensamiento, vida y obra de Max Weber. Relación con el
contexto histórico e intelectual de la Alemania de su época. Posición política. Las
etapas de la producción weberiana.

Comenzamos con la unidad relativa a Max Weber, el tercer clásico de la sociología.


Abordaremos el contexto histórico, algunos puntos destacados de su biografía y obra,
sus posiciones políticas y su preocupación teórica básica. Al contexto intelectual
haremos alusión en la próxima clase.

+ Situación política y económica de Alemania (últimas décadas del siglo XIX y


primeras del XX)
Algo que se lo considera un dato importante para entender el trasfondo político y
económico de la sociología de Weber es el retraso del desarrollo alemán. Cuando Gran
Bretaña llevaba ya varias décadas de industrialización, Alemania mantenía una
estructura social y económica “atrasada”, en la que los junkers (aristocracia
terrateniente) conservaban una posición dominante en la economía y el gobierno.
También en términos políticos la situación de Alemania era particular. En la primera
mitad del siglo, Alemania estaba lejos de ser una nación en el sentido moderno. Recién
alcanzó la unificación política en 1871, cuando Bismarck, canciller de Prusia, obtiene
la victoria en la guerra franco prusiana (Weber tenía 7 años). En ese momento tiene
lugar lugar la creación del Imperio alemán (que perdurará hasta 1918) y la
proclamación de Guillermo I como emperador de Alemania.
La industrialización capitalista se dio en Alemania a finales del siglo XIX y sin que
tuviera lugar previamente una exitosa revolución burguesa, sino en el contexto de un
proceso de centralización política conseguida gracias al imperialismo prusiano. La
antigua aristocracia prusiana absorbió a la vanguardia de la burguesía ascendente y
pudo conservar su posición dominante en el Estado (a diferencia de lo que pasaba en
Francia o Bélgica donde la burguesía había tomado el mando del poder político,
haciendo triunfar el liberalismo.
Ahora bien, si la industrialización alemana se inició relativamente tarde, a cambio, se
produjo a un ritmo mucho más rápido.
Hacia fines de la década del 70, los intereses del bloque de los junkers agrarios y los
grandes capitalistas, interpretados por el gobierno de Bismarck, exigían intensificar la
lucha por los mercados recurriendo a las tarifas proteccionistas, las conquistas
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coloniales y la expansión exterior. Luego, el gran apogeo económico que vivió
Alemania entre 1890 y 1914 aumentó la ambición imperialista de su burguesía. En
pocas décadas Alemania se convirtió en una gran potencia militar, industrial y
comercial, hasta que estalló la 1° Guerra Mundial en 1914.
La crisis de dirección política o de liderazgo por parte de la burguesía, después de la
caída de Bismarck y ante el ocaso de los junkers, es lo que preocupará a Weber en sus
escritos políticos.
En cuanto a las ideologías políticas de la época, el liberalismo, el conservadurismo y el
socialismo representaban las tendencias o fuerzas ideológicas más destacadas en la
Europa decimonónica.
El conservadurismo se apoyaba en la Iglesia y en las fuerzas armadas, mientras que su
rival histórico, el liberalismo, representante de la burguesía ascendente, luchaba contra
el orden monárquico y contra el predominio de las clases aristocráticas.
Por su parte, en el movimiento obrero europeo de la segunda mitad del siglo XIX hubo
direcciones ideológicas diversas, aunque el socialismo marxista relegó a segundo
plano las variantes utópicas y social-reformistas. En Alemania, la socialdemocracia,
principal fuerza política marxista, aparecía como la expresión política del movimiento
obrero.
En los escritos de Weber pueden apreciarse diversas manifestaciones críticas hacia la
socialdemocracia, a la que Marx y Engels apoyaron, más allá de críticas a cierta línea
“oportunista”.
Desde fines del siglo XIX se fue perfilando en la socialdemocracia alemana un ala
reformista, cercana a las ideas de Eduard Bernstein, quien se propuso revisar los
fundamentos del marxismo revolucionario. Las diferencias internas entre los distintos
movimientos incluidos en la socialdemocracia alemana estallaron finalmente en 1914.
Ante la guerra, algunos dirigentes apoyaron al gobierno imperialista, mientras que
otros grupos recogieron la inspiración de Lenin. Hacia 1917, los socialistas se
dividieron entre socialistas reformistas y espartaquistas (Rosa Luxemburgo, Karl
Liebknecht).

+ Algunos aspectos de su biografía y del contexto histórico. Etapas de su


producción

1) Para este punto, lean el siguiente texto de la bibliografía obligatoria:

* POGGI, Gianfranco. Encuentro con Max Weber, Ediciones Nueva Visión, Buenos
Aires, 2005. Pág. 11 a 22.

2) Vean el power point Weber, vida, obra y etapas de su producción, en el siguiente


enlace (para poder escuchar el audio):

https://youtu.be/Wl1BNh1Ms0o

(En el campus no puede subirse con audio por el peso)


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3) Accedan a la siguiente línea de tiempo que les preparamos (son 4 diapositivas, se
pasan desde las flechas verticales que están a la derecha):

https://view.genial.ly/5e8b77e06cbff60dfb3d23e5/horizontal-infographic-timeline-
max-weber-contexto-vida-y-obra

+ Posiciones políticas de Weber

El primer dato a tener en cuenta es que Weber es decididamente nacionalista y


admiraba la conversión de Alemania en una gran potencia.
Respecto del canciller Bismark, a quien se había acercado en los años ochenta el
partido liberal nacional, Weber rescataba su genio político y su esfuerzo por lograr la
unificación de Alemania. Lo apoyaba además en la lucha contra lo clerical y feudal,
pero desaprobaba su absolutismo.
En lo político, su posición de base era la nacional-liberal de su padre, pero añade
algunos elementos más progresistas ligados a ideales de responsabilidad social y
justicia (que hasta los campesinos y obreros tuvieran bienestar).
Weber estaba a favor del capitalismo industrial. Tenía una actitud positiva hacia la
mecanización e industrialismo como condición para una gran potencia.
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Su posición es esencialmente burguesa. Pensaba que:
“Sólo una clase que puede anteponer los intereses políticos y económicos de la
Nación a los propios puede gobernar”, y este había dejado de ser el caso de los junkers
prusianos, según él. Tampoco era el caso de la clase obrera –decía-, que no tiene la
pasión nacional de los obreros franceses.
Escribió mucho en respuesta a los escritos y los compromisos políticos de los autores y
políticos marxistas prominentes de su tiempo. Su diálogo con el marxismo no es sólo
teórico, sino también político:
“La obra de Weber no fue escrita meramente como una réplica a un fantasmagórico
„espíritu de Marx‟, sino que también formaba parte de un debate en el que aparecía una
fuerza -el marxismo- que jugó un papel político e intelectual fundamental en la
Alemania imperial” (Anthony Giddens “Política, sgía y Teoría social”).
Respecto del socialismo, es bastante pesimista, como queda claro en su conferencia
sobre el tema. La idea fuerte es que la estructura burocrática, con su cuerpo de
funcionarios a sueldo y su especialización profesional cada vez más intensa
(preparados en universidades y con examen de aptitud profesional para los cargos), es
inevitable en la sociedad de masas, tanto en el Estado moderno
(independientemente de su carácter capitalista o socialista) como en la economía. Esa
organización burocrática (funcionarios a sueldo especializados) es el destino de todos
los estados con grandes masas de población, de todas las democracias modernas. Sin la
burocracia -afirma- es imposible dirigir la economía moderna, dada la mayor eficacia
de este tipo de acción conjunta. Ya sea que las empresas sean explotadas por
empresarios privados o por el Estado, el trabajador no será dueño de los instrumentos
con que produce, ni consiguientemente, del producto.

Lo que cree Weber, es que una organización socialista no suprimiría las


desigualdades entre individuos y clases puesto que seguiría inevitablemente el camino
de la burocratización, con sus necesarias funciones de dirección, y su disciplina,
indispensable en cualquier sociedad industrial (ej: disciplina del trabajo fabril). Más
que una dictadura del proletariado, Weber avizora una dictadura del funcionariado.

3) Para ampliar, pueden leer el siguiente texto de la bibliografía obligatoria:

* WEBER, Max. “El socialismo” en Obras selectas, Distal. Buenos Aires, 2003. Pág.
219 a 253.

+ Preocupación teórica
La racionalidad, la idea de que existe un proceso de creciente racionalización en la
historia, es la idea fuerza que recorre gran parte de la obra de Weber. El desarrollo del
hombre es el de una creciente racionalidad en su relación con el mundo.
En su conferencia “La ciencia como vocación” (1917) Weber observa que desde hace
milenios estamos sometidos a un proceso de intelectualización impulsado por la
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ciencia y la técnica, por el progreso científico. Hay un proceso de racionalización que
disuelve las nociones mágicas y desencanta al mundo. Hoy todo puede ser dominado
mediante el cálculo. Ya no es necesario recurrir a la magia (como hacía el salvaje para
quienes los poderes secretos existían) para aplacar a los espíritus o solicitar algo de
ellos. Tenemos los medios técnicos y el cálculo. Estas son las principales
consecuencias de la intelectualización. La ciencia es parte y fuerza motriz de ese
proceso de miles de años en la cultura occidental.
La ciencia tiene una lógica que es distinta a la de la religión. Vivimos en una época sin
dioses ni profetas, observa Weber. Los valores más sublimes –subraya- han
desaparecido del dominio público, ocultándose en la vida mística o en las relaciones
fraternales entre individuos. Es el individuo el que decide según su posición última qué
es para el dios y qué es demonio. Los sistemas de valores están en lucha incesante, y el
individuo está solo para decidir entre ellos.
En la introducción a La ética protestante y el espíritu del capitalismo Weber explica
que todas las formas de la civilización occidental han sido determinadas por un modo
de pensar y una conducta metódica, racional: la economía, el Estado, la ley, la ciencia,
el arte. Esto es lo específico de la civilización occidental. Esto lo consideró él como
uno de sus descubrimientos más importantes. Volveremos en otra clase sobre ello.
Sus estudios de las religiones orientales los realiza con la preocupación de, a través de
un método comparativo, analizar las peculiares características de la racionalidad
occidental, su verdadera preocupación. La burocracia como tema-problema se inserta
claramente en esta preocupación y en esta temática. Los tipos de acción también.
Temas todos que veremos en sucesivas clases.

Las palabras de José Medina Echavarría cuando prologa la primera edición en español
de Economía y Sociedad sintetizan bien la centralidad de esta problemática en la obra
de Weber:

“Las publicaciones de Weber abarcan temas tan dispares que en su conjunto pueden dar la
impresión de una completa falta de unidad. Pero si descartamos determinados estudios
rigurosamente técnicos […] y, sobre todo, si partimos de lo que se ha llamado su segunda
fase –desde la crisis de su enfermedad (1903)- puede sostenerse que toda la investigación de
Weber está orientada por un solo motivo: el de comprender su propia época en su pleno
significado, actual e histórico. Su afán de comprensión, que es al mismo tiempo de
orientación – o mejor, fundado en éste-, se traduce en su extremo rigor en una pregunta que
abarca en sí cuajadas posibilidades de ramificación: ¿Qué es lo constitutivo y peculiar de la
civilización occidental? Desde la música armónica al partido político, pasando por otros
fenómenos al parecer muy heterogéneos, nos encontramos con una serie de cosas que
sólo en Occidente se ofrecen en su forma cabal. ¿Por qué aquí y no en otras partes? ¿Qué
consecuencias tiene para nuestra vida este hecho singular?. Al cabo, de manera abstracta y
como hipótesis de interpretación de nuestra historia, se impone averiguar el origen y
desarrollo progresivo del predominio de lo racional en todos los aspectos del espíritu y la
cultura. El proceso de racionalización, como decía Weber, que llega hasta nosotros
cargado de sentido. Pero si tratamos de captar sus manifestaciones singulares, hay alguna de
entre ellas que pudiera parecer decisiva. De ahí el tema más conocido de las investigaciones
weberianas: el de la formación y peculiaridad de “nuestro” capitalismo. Pero es cabalmente el
análisis de este problema lo que lleva a Weber a una de las dilataciones más fecundas del
ámbito de sus pesquisas, al estudio sociológico de las grandes religiones” (pág. XX-XXI).
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4) Una vez leída la clase, el texto de Poggi y visto el power point, realicen la siguiente
actividad (obligatoria e individual) hasta el 26 de mayo:

En educaplay, completen con las palabras correctas el texto “Weber, vida y obra”. No
es por tiempo. Asegúrense que su nombre quede registrado:

https://es.educaplay.com/recursos-educativos/5622243-weber_vida_y_obra.html

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