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Si acaso tuvieran un amigo…

El desafío de la atención a las personas migrantes, especialmente jóvenes, leído


desde el carisma salesiano

Los Salesianos de Don Bosco somos una congregación religiosa caracterizada


por la atención a los jóvenes y el trabajo pastoral en ambientes populares. Ahora bien,
la historia de nuestro fundador y la de la misma congregación posee una riqueza tal vez
aún por descubrir y valorar convenientemente en lo que atiene a la realidad de la
atención pastoral de las personas migrantes.

En este ensayo abordaré sucintamente el marco carismático en la vida y obra de


nuestro fundador Don Bosco y en los inicios de la misión salesiana, como nuestra
Historia Sagrada que a semejanza del pueblo de Israel nos tiene que recordar de
dónde venimos para desde allí obrar; en un segundo momento reconocer cuáles son
los desafíos que la realidad nos presenta; y, finalmente, concluir con algunas
posibilidades de respuestas pastorales que se puedan vislumbrar y que de hecho se
están ya realizando respecto a la realidad de las migraciones.

1. Don Bosco y los movimientos migratorios


Don Bosco reconoce el llamado especial de Dios a dedicarse a la atención
pastoral de los jóvenes más pobres y en peligro de la sociedad. Este llamado se
encarna en muchos jóvenes que migraban a la ciudad de Turín promediando el s. XIX.
Llegaban del campo en busca de alguna seguridad económica, o bien habían sido
desplazados de sus tierras por la guerra; muchos de ellos eran huérfanos que van a la
ciudad escapándose de la violencia y el hambre, en búsqueda de alguna posibilidad de
supervivencia. Así narra el mismo Don Bosco respecto al origen de los jóvenes a
quiénes atendía el primer oratorio:

En general, el Oratorio se componía de picapedreros, albañiles,


estucadores, adoquinadores, canteros y otros que venían de pueblos
lejanos1.

Un particular inconveniente que tiene que sobrellevar Don Bosco en el incipiente


oratorio es dar explicaciones respecto a la atención pastoral de estos jóvenes en una
aparente superposición respecto a la labor de los párrocos. Él responde así al
Arzobispo de Turín, Mons. Fransoni:

1
BOSCO, Juan. Memorias del Oratorio de San Francisco de Sales. Trad: José Manuel Prellezo García. Buenos Aires,
Don Bosco Pastoral Juvenil, 2002, pág. 81.
1
La mayor parte de los muchachos son extranjeros; viven en Turín sólo
una parte del año. Ni siquiera saben a qué parroquia pertenecen.
Muchos de ellos andan mal vestidos, emplean dialectos poco
comprensibles, por lo que entienden poco y son poco entendidos por los
demás2.

Respecto a la misma problemática manifestada ahora por los curas párrocos,


quiénes abogaban que Don Bosco debía mandar a los jóvenes a sus parroquias de
origen, el santo les respondía:

Los jóvenes que yo reúno no alteran la frecuencia a las parroquias,


pues la mayor parte de ellos no conocen ni al párroco ni la parroquia.
[…] Porque casi todos son forasteros; se encuentran en esta ciudad
abandonados por parte de sus parientes o han venido en busca de un
trabajo que no encuentran. Quienes de ordinario frecuentan mis
reuniones son saboyanos, suizos, del valle de Aosta, de Biella, de
Novara, de Lombardía. […] La lejanía de la patria, la diversidad de
lenguajes, la inseguridad del domicilio y el desconocimiento de los
lugares hacen difícil, por no decir imposible, el acudir a las parroquias3.

Basten estas pinceladas para tomar noción de cómo los jóvenes migrantes se
encuentran entre los primeros y principales destinatarios del oratorio festivo. La
estructura eclesial tradicional, identificada en la parroquia, no terminaba de otorgar una
respuesta adecuada a sus condiciones y problemáticas, que las podemos resumir en:
1. permanencia breve (migrantes temporales); 2. pobreza y marginalidad; 3. trabajo
precarizado y desocupación; 4. desarraigo y falta de instituciones o grupos de
referencia; 5. distinta lengua; 6. lejanía de la patria y abandono de su familia.

2. Los movimientos juveniles migratorios del s. XXI


La OIT (Organización Internacional del Trabajo), resume la problemática
migratoria de los jóvenes a nivel mundial de la siguiente manera:

Los jóvenes migrantes constituyen más del 10 por ciento de los 232
millones de migrantes internacionales […]. La migración internacional
representa una oportunidad […]; sin embargo […] se produce en un
contexto de elevado desempleo juvenil y de falta de creación de
empleos dignos en el país de origen. […] Con frecuencia queden
atrapados en trabajos donde se les explota y maltrata […]. Además, con
demasiada frecuencia […] se convierten en chivos expiatorios de las
deficiencias de los sistemas sociales y económicos4.

2
BOSCO, Juan. Memorias del Oratorio de San Francisco de Sales. Trad: José Manuel Prellezo García. Buenos Aires,
Don Bosco Pastoral Juvenil, 2002, pág. 87.
3
BOSCO, Juan. Memorias del Oratorio de San Francisco de Sales. Trad: José Manuel Prellezo García. Buenos Aires,
Don Bosco Pastoral Juvenil, 2002, pág. 93.
4
https://www.ilo.org/global/topics/labour-migration/policy-areas/youth-and-migration/lang--es/index.htm
[Consultado el 08 de Noviembre de 2020]
2
En América Latina el porcentaje de jóvenes es mayor que la media mundial,
siendo un 13% de los migrantes menores de 20 años y de ellos el 33% son
adolescentes entre los 15 y los 19 años de edad 5. En Argentina los jóvenes inmigrantes
de entre 18 y 29 años también responden a un 13% del total del flujo migratorio 6. Las
causas o factores de empuje del flujo migratorio son bien diversas, correspondiendo a
los análisis macro de esta realidad. Y respecto a las dificultades que este sector de la
población encuentra, podemos destacar los siguientes 7:

 Invisibilización: falta de políticas públicas que se enfoquen en ellos.


 Problemas estructurales: su condición de vida se encuentra afectada por las
mismas problemáticas socio-económicas juveniles del país.
 Indocumentación: muchos migrantes tienen serias dificultades para acceder al
Documento Nacional de Identidad (DNI), requisito fundamental para acceder a
protección jurídica y distintos beneficios y subsidios estatales, así como también
para el acceso al mercado laboral formal.
 Precarización laboral: muchos de los jóvenes migrantes terminan trabajando “en
negro”, de modo informal y en condiciones precarizadas. La actual situación de
la pandemia llevó a muchos de ellos a perder la posibilidad de trabajar y redujo
fuertemente la ayuda proveniente de sus familiares.

Baste esto para un somero análisis de la realidad juvenil migrante que se da a


nivel global, regional y en nuestro territorio nacional. Ciertamente habría mucho más
que expresar, pero a tenor de la extensión del trabajo no lo podremos abordar
convenientemente. Solo dejo expresados otros puntos de diagnóstico que pueden
enriquecer el análisis de la realidad migratoria local: tasas de migración interna,
regional e internacional; lugares de proveniencia; ubicación de las comunidades
migrantes; fuentes laborales ordinarias (formales e informales); tasa de migración
temporal o circular y permanente; etc.

3. Posibles respuestas pastorales para la atención de la juventud


migrante en Argentina desde el carisma salesiano
Don Bosco asumió desde su propia experiencia vital la atención del joven
migrante. Podemos ver en su experiencia mística-pastoral todos los pasos expuestos

5
CARBAJAL, José Luís. Contexto, conceptos y perfiles de los MMM. Presentación Power Point.
6
AA.VV., Jóvenes migrantes y jóvenes de barrios populares en Pandemia, Observatorio de adolescentes y jóvenes
(UBA), 2020, pág. 13.
7
AA.VV., Jóvenes migrantes y jóvenes de barrios populares en Pandemia, Observatorio de adolescentes y jóvenes
(UBA), 2020, pág. 13.
3
por Ignacio Ellacuría y Jon Sobrino respecto a la metodología para hacer Teología
desde la realidad8:

 Se hizo cargo de la realidad: supo releer su propia historia de migrante interno,


su proveniencia de una familia campesina y su migración a la ciudad tanto para
continuar sus estudios como, finalmente, para el desempeño de su labor
pastoral. Su origen humilde, la necesidad de trabajar en mil y un oficios para
abastecerse de lo necesario para vivir y estudiar, la lejanía de su familia lo
acercaron existencialmente a la realidad de los jóvenes migrantes de Turín.
 Cargó con la realidad: No esperó que otros se hagan cargo de la solución; él
asumió sobre sí la realidad difícil de estos jóvenes, su acompañamiento a partir
de la presencia efectiva y un ámbito que los acogiese. Frente a su difícil
situación, Don Bosco actuó: “dedicaba enteramente los días festivos a estar con
los muchachos; durante la semana, los visitaba en pleno trabajo, en talleres y
fábricas. Esta iniciativa constituía un gran consuelo para los chicos, al encontrar
un amigo que se ocupaba de ellos”9.
 Se encargó de la realidad: la propuesta educativa de Don Bosco condujo a la
promoción social de los muchachos que asistían al oratorio, y para ello el
oratorio mismo tuvo que mutar. A nivel interno, las actividades de fin de semana
mutaron a escuelas nocturnas, talleres de oficios, residencia para los jóvenes
huérfanos y provenientes de otros lugares. A nivel externo, Don Bosco se
comprometió especialmente en la defensa de los derechos laborales de los
jóvenes y su no explotación por parte de los patrones; a raíz de ello logró
establecer acuerdos de aprendizaje y el primer contrato laboral en el mundo que
establecía jornadas de ocho horas.
 Se dejó cargar por la realidad: no solamente amó, sino que fue profundamente
amado por sus jóvenes. En ellos reconoció el rostro amoroso del Padre, y junto
a ellos llevó adelante una inmensa tarea pastoral proyectada mundialmente en
sus sueños y en la misión ad gentes. Argentina fue el primer país con misioneros
salesianos, donde su primer misión antes de ir a la Patagonia fue la de atender a
los migrantes italianos que llegaban a nuestras tierras en búsqueda de porvenir.

Nosotros, hijos de Don Bosco, no podemos desatendernos de nuestros


hermanos y hermanas migrantes, más aun si son jóvenes. Como escuchamos de parte
de los estudiosos y de los pastores abocados a la problemática de las migraciones,
8
CAMPESE, Gioacchino. Hacia una teología desde la realidad de las migraciones: método y desafíos, México,
Cátedra Eusebio Francisco Kino SJ, 2008, pág. 131.
9
BOSCO, Juan. Memorias del Oratorio de San Francisco de Sales. Trad: José Manuel Prellezo García. Buenos Aires,
Don Bosco Pastoral Juvenil, 2002, pág. 81.
4
quien emigra de su tierra lo hace muchas veces por verse empujado por una realidad
difícil que allí ya no le permite vivir dignamente: violencias de diverso tipo, falta de
oportunidades laborales, desastres naturales, etc. De allí que nuestros hermanos y
hermanas migrantes sean realmente pobres entre los pobres, sufran vivamente el
descarte de esta sociedad consumista e individualista.

A fin de poder responder con un corazón de pastor como el de Don Bosco, sus
hijos e hijas hoy también tenemos que:

 Hacernos cargo de la realidad: reconocernos como hijos e hijas de inmigrantes.


Argentina es realmente un crisol de razas: aborígenes, negros, europeos, latinos
de la Patria Grande de América. Que la Historia Sagrada de nuestra Patria no se
nos olvide, y garanticemos los derechos de todos, tal y como reza el preámbulo
de nuestra Constitución Nacional: “para todos los hombres del mundo que
quieran habitar el suelo argentino”.
 Cargar con la realidad: inquirir en las problemáticas locales respecto a los
migrantes, ponerle nombre y apellido a sus dramas, para así discernir con ellos,
con la comunidad cristiana y con otras organizaciones gubernamentales y no
gubernamentales los mejores caminos para acompañarlos.
 Encargarse de la realidad: que nuestra pastoral popular sea complementada y
enriquecida por una pastoral migrante, especialmente en las grandes ciudades
del país en donde los salesianos tenemos centros pastorales. Que los hermanos
y hermanas migrantes, especialmente los jóvenes, encuentren un ámbito
propositivo y amigable, en donde fortalezcan sus vínculos afectivos y encuentren
personas que les brinden su ayuda para problemáticas específicas como pueden
ser el acceso a una residencia, ayuda en trámites de documentación, etc.
 Dejarse cargar por la realidad: que la diversidad y la multiculturalidad enriquezca
a nuestras obras y centros pastorales. Reconocer la Buena Nueva que nuestros
hermanos y hermanas migrantes, en especial los jóvenes, traen consigo para
alimentar nuestra fe y la cultura del lugar. Que la polifonía de voces, cantos y
bailes resuene en nuestros patios. Que seamos verdadera Iglesia de puertas
abiertas, constructores de un mundo donde quepan todos los mundos.

P. Osvaldo Leonel Cánepa sdb

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