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TEMAS
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
Este hecho de las diferentes respuestas que se dan a una misma pregunta, es
el tema que nos preocupa en la presente unidad. Desde los orígenes de la
humanidad se han dado distintas formas de entender la realidad de los seres
que rodean al hombre y la realidad del hombre mismo; es decir, se ha dado
diferentes interpretaciones de la realidad, del mundo. Esta diversidad resulta
evidente así comparamos cultura muy distantes en el espacio en el tiempo.
Existen muchas diferencias entre el pensamiento del hombre contemporáneo y
el hombre antiguo. Con el correr del tiempo la nueva generación ha ido
haciendo descubrimientos que les ha permitido nuevas facetas de la realidad y
su visión del mundo. La misma diferencia entre pueblos antiguos y modernos
se da también entre pueblos con diferente nivel de civilización que vive en la
misma época. Esto es claro si comparamos las formas de pensar de las tribus
aisladas que existen en nuestro país, con la de los habitantes de las grandes
ciudades.
Nada hay erróneo, sin embargo, que concebir el mito históricamente hablando,
como una creencia ilusoria y falsa. Las sociedades primitivas en que el mito se
conserva aún vivo distinguen cuidadosamente los mitos, que para ellos son
“historias verdaderas”, la de las fabulas y los cuentos que son tenidas por
“historias falsas”. De ahí que aquellos pueden ser resucitados en cualquier
parte ni de cualquier forma, y que incluso en algunos pueblos estén reservados
a los iniciados; lo que no sucede con los cuentos. El mito es para el hombre
arcaico un asunto de mayor importancia porque le concierne en lo más
profundo de su ser le da razón de su existencia y le define el sentido de todas
las cosas que le rodean y de su propia vida.
Profundizando un poco más, diríamos que el mito ofrece dos facetas distintas.
Cuando nos acercamos a él con nuestra mentalidad moderna de tipo científico,
únicamente nos interesamos por su faceta “conceptual”, es decir, por su
contenido de ideas manifiestas. Pero olvidamos otra faceta clave, la
“perceptual”. El mito tiene su propio modo de percibió la realidad. No es una
percepción objetiva, analítica, universal como la científica; es natural,
espontánea, vivencial. El mundo del mito es “dramático”; todo fenómeno natural
manifiesta un juego de fuerzas, una colisión de poderes en pugna. La
percepción mítica aparece impregnada de cualidades emóticas: alegría, dolor,
angustia, excitación, paz, exaltación o postración. Es imposible hablar de las
cosas como algo neutro, de una materia muerta o indiferente. Las cosas están
emotivamente animadas; son benéficas o maléficas, familiares o extrañas,
amigables u hostiles, fascinantes o repelentes. Lo cual no quiere decir que esto
sea exclusivo del hombre primitivo. Esta forma de percepción se sigue dando
en el hombre culto. Si debido a la ciencia sus datos han perdido todo valor
objetivo o cosmológico, no han perdido sin embargo su valor antropológico.
1. El miro es una historia sagrada. Los personajes de los mitos son seres
sobrenaturales que han actuado de modo maravilloso en el tiempo
especial de los “orígenes”. El mito describe a irrupción de lo sagrado en
el mundo; y es esta irrupción lo que realmente fundamenta al mundo.
Pero el mito, como hemos dicho antes, es algo así como una expresión en
clave y hay que estar en el secreto de esa clave para poder descifrar su
mensaje profundo. Por esta razón, no podemos enfrentarnos a los “mitos”
con superficialidad y ligereza. Debemos hacer un esfuerzo serio y constante
para romper el ropaje alegórico y fantástico con el que se disfraza.
Debemos tener la honradez y seguridad suficiente para admitir nuestra
limitación y nuestro desconocimiento del sentido profundo y trascendental
de los mitos.
2.1.2 La religión
5ª. Es claro y preciso: sus problemas son bien definidos y sus resultados
claros.
Todas estas características resultan más que suficientes para captar las
diferencias de la ciencia con relación al sentido común y a la religión. La ciencia
se interesa únicamente por conocimientos concretos, precisos. No admite la
suposición si no es como simple sospecha hipotética que debe ser investigada.
No admite conclusiones aparentemente convincentes sin someterlas al rigor de
la verificación. Ni se resigna a aceptar verdades basadas solo en una
afirmación de autoridad o testimonio.
Por otra parte, el alto poder destructivo que posee la tecnología científica en la
actualidad constituye una serie amenaza para el futuro de la humanidad. Los
grandes descubrimientos científicos y el desarrollo de la técnica actúan
destructivamente sobre el equilibrio ecológico y confieren al hombre un poder
de autodestrucción masiva. Debemos, es cierto, impulsar y generalizar las
actitudes científicas, sobre todo en nuestros países todavía en etapa de
desarrollo. Pero debemos también apartar de nosotros la tentación del
cientifismo. Cuando el conocimiento científico se vuelve exclusivista, corremos
el riesgo de perder el sentido profundo del hombre, de la vida y del universo.
Podemos, pues, entender la filosofía como una “sabiduría con que los seres
racionales coordinamos las diferentes actividades; pero que no alcanza el
grado del “saber” propiamente dicho, reservado únicamente al “conocimiento”
científico”. Esta sabiduría es entendida como una síntesis, más o menos clara,
sistemática, y crítica, de informaciones a nivel de conocimiento y de decisiones
y compromisos atinentes al sentido de la vida, a la posición del hombre en el
universo. La filosofía no presiende del conocimiento; pero la supera. Si
admitimos que responde a las preguntas sobre el saber, el hacer, el esperar,
estamos suponiendo que, además del conocimiento, en ella participan la
decisión y el compromiso. Es una mezcla de decisió9n y conocimiento. Sin este
ya no sería filosofía, sino creencia. Y sin aquella, quedaría reducida a una
ciencia más. Lo cual no es cierto, dado que sus conclusiones escapan al
criterio de verificabilidad común a rodo conocimiento científico. Sólo existe un
saber y una verdad científica, mientras que son posibles varias sabidurías
filosóficas.
Según esto, la filosofía sería “una toma de posición razonada con respecto a la
totalidad de los real”. Al decir “razonada” se pretende distinguir la filosofía tanto
de las tomas de posición puramente prácticas afectivas, como de las creencias
admitidas sin elaboración reflexiva. Además afirmando que se refiere a la
“totalidad de los real”, quedan englobadas tres cuestiones. Primeramente, que
la filosofía mira la conjunta de las actividades superiores del hombre:
conocimientos, fe, estética, moral, etc. En segundo liudar que contempla la
posibilidad de que exista una realidad última, un absoluto, subyacente a las
particularidades. Y, por último, que partiendo de lo real está abierto al conjunto
de los entes posibles.
1
Las sondas espaciales Pioneer X y XI fueron unas de las primeras sondas del programa de exploración
espacial de la NASA. La sonda Pioneer 10 fue lanzada desde Cabo Cañaveral el 2 de marzo de 1972 y la
Pioneer 11 el 5 de abril de 1973 desde el mismo sitio.
La misión de las Pioneer era explorar los planetas gigantes (Júpiter y Saturno) del sistema solar y
también se les han instalado placas inscritas con un mensaje simbólico informando a una posible
civilización extraterrestre, que pudiese interceptar las sondas, sobre el ser humano y su lugar de
procedencia, la Tierra: una especie de "mensaje en una botella" interestelar.
En ellas aparecen: a la derecha, la imagen de la sonda con el único fin de dar proporción a las dos
figuras humanas dibujadas delante, una femenina y otra masculina.
La placa montada en la sonda Pioneer 10.
A la izquierda, un haz de líneas que parten radialmente de un mismo punto. Ese punto es el planeta
Tierra, las líneas indican la dirección de los púlsares más significativos cercanos a nuestro sistema solar
y en cada uno, en sistema de numeración binario, la secuencia de pulsos de cada uno. Este apartado
constituye nuestra "dirección" en el universo. Una civilización técnicamente avanzada, con conocimiento
de los púlsares, podría interpretar las placas. En la parte inferior se representa un esquema del sistema
solar, con los planetas ordenados según su distancia al Sol y con una indicación de la ruta inicial de las
Pioneer. El esquema situado en la parte superior izquierda de la placa, representa una inversión en la
dirección de spin del electrón, en un átomo de hidrógeno (el elemento más abundante en el universo).
Esta transición provoca una onda de radio de 21 centímetros.