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Martien Kooyman

¡rtien Kooyman es un experto,


indialmente reconocido, en
>munidades Terapéuticas para
jgodependientes. Empezó su
bajo en Holanda hace ya más
veinticinco años. Desde
tonces, ha recorrido un largo
mino probando diferentes
-.nicas y métodos. Su dilatada
yectoria profesional se ha
ismado en este libro, su tesis
ctoral, que defendió brillante-
mte en Rotterdam en 1992. LA COMUNIDAD
TERAPEUTICA PARA
DROGODEPENDIENTES

Intimidad, implicación de los padres


y éxito del tratamiento

Ediciones Mensajero
Quedan prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del Copyright, "He pasado toda mi vida aprendiendo a ser bien atento con las per­
bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción total o parcial de sonas, a mostrarme, en lo posible, delicado y caballeroso, tratándolas
esta obra por cualquier medio o procedimiento informático, y la distribución como si fueran de porcelana que fácilment e pudiera quebrarse. Lo pri­
de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo públicos, así como la mero que me interesaba en lo referente al trato con ellas era ver alguna
exportación e importación de esos ejemplares para su distribución en venta evidencia que me pudiera indicar si t oda mi actit ud estaba equivocada.
fuera del ámbito de la Unión Europea. Cuanto he leído acerca de Synanon, así como lo que vi la noche pasada
y esta ta rde, me sugiere que la idea de que son como una taza frágil que
pudiera descascarillarse o romperse con toda facilidad y de que a nadie
se le deba levantar la voz porque pudiera traumatizarle o herirle, pen­
sar, en fin, que la gente rompa a llorar enseguida o se descomponga o
cometa suicidio o se vuelva loca si se le grita, todo ello forma parte de
unas ideas que están pasadas de moda".
"El proceso, aquí, propone básicamente la cuestión de qué es lo que
precisa la gente en todas partes. Meparecequeexistejrna buena porción
deyyideiicia.dequelasxosas..queJossereshumanosbásicamente.nece-
sitan son muy pocas en número. No resulta muy complicado. Precisan
tin sentimiento de protección y seguridad, a fin de que se les atienda
cuándo son jóvenes, de modo que se sientan seguros. En segundó lugar,
requíéren “úñ sentido de pertenencia, una especie de familia, clan o
grúpoTo algo que íes haga sentir que están dentro y que pertenecen por
derecho a él. En tercer lugar, han de tener el sentimiento de que la gente
les aprecia y de que merecen ser amados. Y en cuarto lugar deben éxpé-
rimentaF respeto y estima".
"Tal vez pudie ras decir que la clase de problemas que tenemos, nues­
tros consabidos aprietos —no poder resistir a l alcohol, no ser capaces de
dejar la droga ni resistir al crimen, no poder resistir a nada—, que todo
ello se deba a la falta de estas gratificaciones psicológicas básicas. La
pregunta es ¿aporta Daytop dichas vitaminas psicológicas? Mi impre­
sión, al hacer esta mañana un recorrido por ella, es que sí".
"¿Podría suceder que Daytop sea eficaz porque proporciona un
entorno en el que estos sentimientos sean posibles? Son muchas las
impresiones y los pensamientos que me vienen a la cabeza. Me he hecho
miles de preguntas y les he dado vueltas a miles de ideas, pero me pare­
ce que todo forma parte de lo mismo. Permítaseme proponerlo de este
modo: ¿Crees que esta honradez directa, esta brusquedad que hasta
Título original: The Therapeutic Community for Addicts
resulta a veces cruel, aporta una base de seguridad, afecto y respeto?
Traducción: Elias Martínez
Ciertamente hiere y debe herir".
Portada: Alvaro Sánchez
"Es posible, al parecer, que esta brutal honradez, más que ser un insul­
to impEque una especie de respeto. Uno lo puede tomar tal como lo
encuentra, tal como es en reahdad. Y esto puede ser una base de respeto
y amistad".
© 1993 Swets & Zeitlinger B.V., Amsterdam/Lisse
"Una vez superado el dolor, es muy satisfactorio Uegar a conocerse a
© 1996 Ediciones Mensajero, S.A. Sancho de Azpeitia, 2 - 48014 BILBAO
sí mismo. El saber una cosa es mucho más satisfactorio que el pregun­
ISBN: 84-271-1998-4
Depósito Legal: D.L. - BI -1841 - 96
tarse o especular sobre la misma".
Printed in Spain "Es bueno ser capaz de saber".
Impreso en Gestingraf. Camino de Ibarsusi, 3 - 48004 BILBAO
Abraham H. Maslow (1967)
Indice

Prefacio .................................................................................. 7

Capítulo 1 Introducción. La comunidad terapéutica


para drogodependientes..................................... 9
Capítulo 2 La evolución de las comunidades
terapéuticas...................................................... 15
Capítulo 3 Teoría y filosofía del tratamiento................... 27
Capítulo 4 Objetivos, instrumentos y técnicas
del tratamiento................................................. 73
Capítulo 5 Las distintas fases del programa
terapéutico comunitario................................... 97
Capítulo 6 La familia del drogodependiente
y la comunidad terapéutica............................ 111
Capítulo 7 El equipo en la comunidad terapéutica .... 123
Capítulo 8 Los límites de la comunidad terapéutica ... 147
Capítulo 9 Sobre los resultados del tratamiento............ 157
Capítulo 10 La historia de Emiliehoeve: Del caos a
la estructura................................................... 191
Capítulo 11 El éxito del programa: Estudio de
evaluación deEmiliehoeve............................ 221
Capítulo 12 Observaciones finales................................... 257
Bibliografía ...................................................................... 261

5
PREFACIO

Cuando, en 1972, fundé la Comunidad Terapéutica Emiliehoeve en


La Haya, apenas tenía conocimientos y además era bastante ingenuo.
Jamás había visto un adicto rehabilitado salvo en una representación
teatral llevada a cabo por los residentes de una comunidad terapéuti­
ca de Nueva York llamada "Daytop Village". La obra se basaba en la
vida real de un adicto. Se titulaba "El Concepto". Al f inal de la r epre­
sentación los actores bajaban del escenario y se dirigían a los oyentes
para decirles: "¿Me querríais?". Volví a presenciar, pocos años des­
pués, una obra representada por los residentes del programa Portage
en Montreal. Fue en una de las Conferencias Mundiales sobre comu­
nidades terapéuticas. La función empezaba con una joven sola en el
escenario que decía: "No soy perfecta pero sí soy suficientemente
buena", las mismas palabras que solía decir Dan Casriel para hacer
gritar a la gente de sus grupos de terapia con el fin de que se deshi­
ciesen de los mensajes de su pasado. Ambas expresiones indican, en
mi opinión, la esencia de los problemas que subyacen tras los síntomas
de la drogadicción: los adictos tienen un concepto negativo de sí mis­
mos y, por miedo a ser rechazados, no muestran su necesidad de amor.

En los días en que comencé el programa Emiliehoeve resultaba difí­


cil encontrar documentación escrita alguna sobre el programa de tra­
tamiento en las comunidades terapéuticas de adictos. Agradecí mucho
a un colega el recibir una copia de So Fair a House: The Story ofSynanon,
escrita por el mismo Daniel Casriel. Este libro me produjo un impacto
tal que, cuando Casriel visitó Holanda en 1972, acudí a sus seminarios.
Mucho han cambiado las cosas desde entonces. Las comunidades
terapéuticas para adictos se han extendido a todos los continentes y
sus publicaciones de investigación pueden competir con las de salud
mental. Los estudios acerca del resultado dan una buena idea del éxito
y limitaciones de los programas de comunidad terapéutica. Son pocos,

7
sin embargo, los esfuerzos realizados a fin de enlazar los procesos den­
tro de las comunidades terapéuticas para adictos con las teorías exis­
tentes en el campo de la adicción. Presento en este libro un marco de
referencia teórico relativo a la s comuni dades terapéuticas, sus conce p­
tos, instrumentos y técnicas de tratamiento.

Mi proceso, como director del programa, queda descrito en el capítulo


sobre el desarrollo del programa Emiliehoeve. El estudio del seguimien­
to de los 250 residentes iniciales admitidos por primera vez en
Emiliehoeve ha sido posible gracias a la contribución de un gran núme­
ro de personas. Ante todo, el equipo y residentes de las comunidades
terapéuticas "Emiliehoeve" y "Essenlaan", los centros de desintoxica­ Capítulo 1
ción "De Weg" y "Heemraadssingel", el centro de día "Het Witte
Huis" y las secciones de iniciación y reinserción de los programas
libres de droga en La Haya y Rotterdam, el equipo del Departamento Introducción.
de Psiquiatría Social, el Instituto de Investigación sobre la Adicción de
la Universidad Erasmus en Rotterdam y los alumnos que estuvieron
La comunidad terapéutica
implicados en las entrevistas. para drogodependientes
Fue el profesor Cees Trimbos quien, al comenzar yo la investigación,
hizo hincapié en la importancia de centrarse no sólo en el resultado del
tratamiento sino también en la descripción del desarrollo de Emi­
liehoeve como primera comunidad terapéutica libre de droga, funda­
da en Holanda. Deseo dar las gracias al profesor Joost Schudel por sus Las comunidades terapéuticas para personas con problemas psi­
valiosas sugerencias generales y al profesor Charles Kaplan por su quiátricos se han desarrollado a partir de la Segunda Guerra Mundial.
apoyo y supervisión de la parte de investigación del estudio. Aprecié Fue con la fundación del Day top Lodge en Nueva York, en 1963
muchísimo la asistencia de Peter Blanken para los análisis estadísticos (rebautizado Daytop Village en 1964), cuando un sistema de trata­
de los datos, y de Gerben van der Heide para el procesamiento de los miento conforme al modelo de Synanon, una comunidad de vida y
mismos." Quiero agradecer a Marina Smit y a Tineke Hanssen su tra­ trabajo de antiguos adictos, también recibió el nombre de "comunidad
bajo como secretarias. El estudio fue publicado como tesis doctoral en terapéutica" (Sugarman, 1974). Daniel Casriel, psiquiatra, que había
la Universidad Erasmus de Rotterdam en setiembre de 1992. sido uno de los fundadores de Daytop, identificó esta forma de trata­
miento como un proceso similar a las comunidades terapéuticas desa­
rrolladas por Jones para pacientes psiquiátricos, y cuyo principal con­
Abril 1993 cepto es el aprendizaje social mediante la interacción social (Casriel,
Martien Kooyman 1963. Jones, 1953).
Muchos programas de tratamiento fundados en Estados Unidos
seguían el modelo de Daytop Village y de Synanon. En 1975 las comu­
nidades terapéuticas americanas para adictos constituyeron una orga­
nización: Las Comunidades Terapéuticas de América. A fin de poder
establecer unos estándares mínimos para el equipo en las comunida­
des terapéuticas, se describió la siguiente lista de 10 competencias en
un manual para las comunidades terapéuticas, publicado por las
Comunidades Terapéuticas de América (Kerr, 1986):

1. Comprender y promover la auto-ayuda y ayuda mutua.


2. Comprender y practicar un modelado de rol positivo.

8 9
3. Comprensión del aprendizaje social versus el aprendizaje didác­ La presión entre iguales actúa a menudo de catalizador
tico. convirtiendo la crítica y la introspección personal en un cam­
4. Comprender y promover el concepto de "no existe dicotomía bio positivo. Las grandes expectativas y la gran entrega por
entre nosotros-ellos". parte de los miembros y del equipo sostienen este cambio
5. Comprender y promover un sistema de ascensos y privilegios. positivo. La introspección de los problemas propios se obtie­
6. Comprender y practicar el concepto de "actuar como si". ne mediante el grupo y la interacción individual, pero el
7. Comprender la relación entre pertenencia al grupo e individua­ aprendizaje a través de la experiencia, con sus fracasos y éxi­
lidad. tos y experimentando las consecuencias, se considera la
8. Comprender la necesidad de un sistema de creencias dentro de influencia más poderosa para un cambio duradero.
la comunidad. La comunidad terapéutica enfatiza la integración del indi­
9. Capacidad de mantener registros precisos. viduo dentro de la comunidad y el progreso se mide, dentro
10. Comprender y facilitar el proceso de grupo. del contexto de la misma, contrastándolo con sus expectati­
vas. Es esta comunidad, junto con el individuo, quien lleva a
En 1980 en la 5. a Conferencia Mundial de Comunidades Terapéuticas, cabo el proceso del cambio positivo en el miembro. La ten­
celebrada en Noordwijkerhout, Holanda, organizada por la Sección de sión creada entre el individuo y su comunidad se resuelve
Comunidad Terapéutica del Consejo Internacional sobre Alcohol y finalmente en favor del individuo, y esta transición se consi­
Adicciones, se f undó la Federación Mundial de Comunidades Terapéu­ dera como una medida importante de la disposición hacia la
ticas. La definición de la comunidad terapéutica fue adoptada un año integración en la sociedad.
después, tras varios años de discusión en conferencias internacionales: La autoridad se entiende en sentido horizontal y vertical,
reforzando el concepto de respons abilidad compar tida y apo­
El principal objetivo de una comunidad terapéutica es yando el proceso de participación en la toma de decisiones
fomentar el cr ecimiento per sonal. Este se a lcanza mediante el cuando ésta sea factible y esté de acuerdo con la filosofía y
cambio de un estilo de vida individual a otro comunitario de objetivos de la comunidad terapéutica (Kerr, 1986).
personas interesadas, que trabajan unidas para ayudarse a sí
mismas y a las demás. Esta definición viene a ser, en gran parte, una descripción de una
La comunidad terapéutica representa un ambiente sumamen­ comunidad terapéutica modelada conforme a la Comunidad
te estructurado con límites precisos, tanto morales como éticos. Synanon, fundada en 1958. Si bien existen semejanzas con las comu­
Hace uso de sanciones y castigos comunitariament e impuestos, nidades terapéuticas que se habían creado en varias ciudades euro­
lo mismo que de una mejora merecida de estatus y privilegios, peas a fin de servir a distintas poblaciones de pacientes psiquiátricos,
como parte del proceso de recuperación y maduración. Ser parte las diferencias aparecen con claridad. Mientras que la mayoría de las
de algo superior a uno mismo result a un factor especialme nte comunidades terapéuticas para pacientes psiquiátricos, conforme al
importante para facilitar un crecimiento positivo. modelo puesto en marcha por Maxwell Jones en el Hospital Hen­
Las personas, dentro de una comunidad terapéutica, son derson de Inglaterra, estaban caracterizadas por una organización
miembros, como sucede en cualquier familia, y de ningún democrática, según el concepto de que cada decisión concerniente a
modo en pacientes como en una institución. Dichos miem­ la comunidad debería incluir a todos y cada uno de los individuos y
bros desempeñan un papel importante en la marcha de la debería discutirse con todos los presentes, la comunidad terapéutica
comunidad terapéutica y realizan una función positiva como americana para adictos poseía un equipo jerárquico y una estructura
modelos a quienes los otros emulen. entre los residentes, con participación de los mismos en la toma de
Los miembros y el equipo funcionan como elementos de decisiones, basada en el nivel de su maduración personal en el pro­
ayuda, subrayando la responsabilidad personal que cada uno grama de tratamiento.
ha de asumir por su vida y su autom ejora. Los m iembros son La mayoría de las comunidades terapéuticas para adictos mantienen
apoyados por el equipo y servidos por él, y existe una copar­ un programa altamente estructurado. La Comunidad Terapéutica
ticipación en el trabajo, de tal modo que haya una verdadera Synanon Daytop se ha convertido en el modelo para la mayor parte de
entrega dentro de la comunidad, a veces, con el propósito de las comunidades terapéuticas para drogodependientes en muchos paí­
la misma supervivencia. ses de todos los continentes. Dicho modelo ha sido denominado la

10 11
sin embargo, l os esfuerzos reali zados a fin de enlazar los procesos den­
tro de las comunidades terapéuticas para adictos con las teorías exis­
tentes en el campo de la adicción. Presento en este libro un marco de
referencia teórico relativo a las comunidades terapéuticas, sus concep­
tos, instrumentos y técnicas de tratamiento.

Mi proceso, como director del programa, queda descrito en el capítulo


sobre el desarrollo del programa Emiliehoeve. El estudio del seguimien­
to de los 250 residentes iniciales admitidos por primera vez en
Emiliehoeve ha sido posible gracias a l a contribución de un gran núme­
ro de personas. Ante todo, el equipo y residentes de las comunidades
terapéuticas "Emiliehoeve" y "Essenlaan", los centros de desintoxica­ Capítulo 1
ción "De Weg" y "Heemraadssingel", el centro de día "Het Witte
Huis" y las secciones de iniciación y reinserción de los programas
libres de droga en La Haya y Rotterdam, el equipo del Departamento Introducción.
de Psiquiatría Social, el Instituto de Investigación sobre la Adicción de
la Universidad Erasmus en Rotterdam y los alumnos que estuvieron
La comunidad terapéutica
implicados en las entrevistas. para drogodependientes
Fue el profesor Cees Trimbos quien, al comenzar yo la investigación,
hizo hincapié en la importancia de centrarse no sólo en el resultado del
tratamiento sino también en la descripción del desarrollo de Emi­
liehoeve como primera comunidad terapéutica libre de droga, funda­
da en Holanda. Deseo dar las gracias al profesor Joost Schudel por sus Las comunidades terapéuticas para personas con problemas psi­
valiosas sugerencias generales y al profesor Charles Kaplan por su quiátricos se han desarrollado a partir de la Segunda Guerra Mundial.
apoyo y supervisión de la parte de investigación del estudio. Aprecié Fue con la fundación del Day top Lodge en Nueva York, en 1963
muchísimo la asistencia de Peter Blanken para los análisis estadísticos (rebautizado Daytop Village en 1964), cuando un sistema de trata­
de los datos, y de Gerben van der Heide para el procesamiento de los miento conforme al modelo de Synanon, una comunidad de vida y
mismosi Quiero agradecer a Marina Smit y a Tineke Hanssen su tra­ trabajo de antiguos adictos, también recibió el nombre de "comunidad
bajo como secretarias. El estudio fue publicado como tesis doctoral en terapéutica" (Sugarman, 1974). Daniel Casriel, psiquiatra, que había
la Universidad Erasmus de Rotterdam en setiembre de 1992. sido uno de los fundadores de Daytop, identificó esta forma de trata­
miento como un proceso similar a las comunidades terapéuticas desa­
rrolladas por Jones para pacientes psiquiátricos, y cuyo principal con­
Abril 1993 cepto es el aprendizaje social mediante la interacción social (Casriel,
Martien Kooyman 1963. Jones, 1953).
Muchos programas de tratamiento fundados en Estados Unidos
seguían el modelo de Daytop Village y de Synanon. En 1975 las comu­
nidades terapéuticas americanas para adictos constituyeron una orga­
nización: Las Comunidades Terapéuticas de América. A fin de poder
establecer unos estándares mínimos para el equipo en las comunida­
des terapéuticas, se describió la siguiente lista de 10 competencias en
un manual para las comunidades terapéuticas, publicado por las
Comunidades Terapéuticas de América (Kerr, 1986):

1. Comprender y promover la auto-ayuda y ayuda mutua.


2. Comprender y practicar un modelado de rol positivo.

8 9
PREFACIO

Cuando, en 1972, fundé la Comunidad Terapéutica Emiliehoeve en


La Haya, apenas tenía conocimientos y además era bastante ingenuo.
Jamás había visto un adicto rehabilitado salvo en una representación
teatral llevada a cabo por los residentes de una comunidad terapéuti­
ca de Nueva York llamada "Daytop Village". La obra se basaba en la
vida rea l de un adicto. Se titulaba "El Concepto". Al final de la repre­
sentación los actores bajaban del escenario y se dirigían a los oyentes
para decirles: "¿Me querríais?". Volví a presenciar, pocos años des­
pués, una obra representada por los residentes del programa Portage
en Montreal. Fue en una de las Conferencias Mundiales sobre comu­
nidades terapéuticas. La función empezaba con una joven sola en el
escenario que decía: "No soy perfecta pero sí soy suficientemente
buena", las mismas palabras que solía decir Dan Casriel para hacer
gritar a la gente de sus grupos de terapia con el fin de que se deshi­
ciesen de los mensajes de su pasado. Ambas expresiones indican, en
mi opinión, la esencia de los problemas que subyacen tras los síntomas
de la drogadicción: los adictos tienen un concepto negativo de sí mis­
mos y, por miedo a ser rechazados, no muestran su necesidad de amor.

En los días en que comencé el programa Emiliehoeve resultaba difí­


cil encontrar documentación escrita alguna sobre el programa de tra­
tamiento en las comunidades terapéuticas de adictos. Agradecí mucho
a un colega el recibir una copia de So Fair a House: The Story of Synanon,
escrita por el mismo Daniel Casriel. Este l ibro me produjo un im pacto
tal que, cuando Casriel visitó Holanda en 1972, acudí a sus seminarios.
Mucho han cambiado las cosas desde entonces. Las comunidades
terapéuticas para adictos se han extendido a todos los continentes y
sus publicaciones de investigación pueden competir con las de salud
mental. Los estudios acerca de l resultado dan una buena idea del éxito
y limitaciones de los programas de comunidad terapéutica. Son pocos,

7
Indice

Prefacio .................................................................................. 7

Capítulo 1 Introducción. La comunidad terapéutica


para drogodependientes..................................... 9
Capítulo 2 La evolución de las comunidades
terapéuticas...................................................... 15
Capítulo 3 Teoría y filosofía del tratamiento................... 27
Capítulo 4 Objetivos, instrumentos y técnicas
del tratamiento................................................. 73
Capítulo 5 Las distintas fases del programa
terapéutico comunitario................................... 97
Capítulo 6 La familia del drogodependiente
y la comunidad terapéutica........................... 111
Capítulo 7 El equipo en la comunidad terapéutica .... 123
Capítulo 8 Los límites de la comunidad terapéutica ... 147
Capítulo 9 Sobre los resultados del tratamiento........... 157
Capítulo 10 La historia de Emiliehoeve: Del caos a
la estructura................................................... 191
Capítulo 11 El éxito del programa: Estudio de
evaluación de Emiliehoeve........................... 221
Capítulo 12 Observaciones finales................................... 257

Bibliografía ...................................................................... 261

5
Quedan prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del Copyright, "He pasado toda mi vida aprendiendo a ser bien atento con las per­
bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción total o parcial de sonas, a mostrarme, en lo posible, delicado y caballeroso, tratándolas
esta obra por cualquier medio o procedimiento informático, y la distribución como si fueran de porcelana que fácilmente pudiera quebrarse. Lo pri­
de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo públicos, así como la mero que me interesaba en lo referente al trato con ellas era ver alguna
exportación c importación de esos ejemplares para su distribución en venta evidencia que me pudiera indicar si toda mi actitud estaba equivocada.
fuera del ámbito de la Unión Europea.
Cuanto he leído acerca de Synanon, así como lo que vi la noche pasada
y esta tarde, me sugiere que la idea de que son como una taza frágil que
pudiera descascarillarse o romperse con toda facilidad y de que a nadie
se le deba levantar la voz porque pudiera traumatizarle o herirle, pen­
sar, en fin, que la gente rompa a llorar enseguida o se descomponga o
cometa suicidio o se vuelva loca si se le grita, todo ello forma parte de
unas ideas que están pasadas de moda".
"El proceso, aquí, propone básicamente la cuestión de qué es lo que
precisa la gente en todas partes. Me parece que existe una buena porción
de evidencia .de.quedas-cosas .quedos_seres humanos básicamente nece­
sitan son muy pocas en número. No resulta muy complicado. Precisan
un sentimiento de protección y seguridad, a fin de que se les atienda
cuando son jóvenes, de modo que se sientan seguros. En segundó lugar,
f^pHaetrim^sgitidojdfe pertenencia, una especie de familia, clan o
grupo, o algo que íes haga sentir que están dentro y que pertenecen por
derecho a él. En tercer lugar, han de tener el sentimiento de que la gente
les aprecia y de que merecen ser amados. Y en cuarfoTugáf' debenéxpe-
riméñTáFrespeto y estima".
"Tal vez pudieras decir que la c lase de problemas que tenemos, nues­
tros consabidos aprietos —no poder resistir al alcohol, no ser capaces de
dejar la droga ni resistir al crimen, no poder resistir a nada—, que todo
ello se deba a la falta de estas gratificaciones psicológicas básicas. La
pregunta es ¿aporta Daytop dichas vitaminas psicológicas? Mi impre­
sión, al hacer esta mañana un recorrido por ella, es que sí".
"¿Podría suceder que Daytop sea eficaz porque proporciona un
entorno en el que estos sentimientos sean posibles? Son muchas las
impresiones y los pensamientos que me vienen a la cabeza. Me he hecho
miles de preguntas y les he dado vueltas a miles de ideas, pero me pare­
ce que todo forma parte de lo mismo. Permítaseme proponerlo de este
Título original: The Therapeutic Community for Addicts modo: ¿Crees que esta honradez directa, esta brusquedad que hasta
Traducción: Elias Martínez resulta a veces cruel, aporta una base de seguridad, afecto y respeto?
Portada: Alvaro Sánchez Ciertamente hiere y debe herir".
"Es posible, al parecer, que esta brutal honradez, más que ser un insul­
to implique una especie de respeto. Uno lo puede tomar tal como lo
encuentra, tal como es en realidad. Y esto puede ser una base de respeto
© 1993 Swets & Zeitlinger B.V., Amsterdam/Lisse y amistad".
© 1996 Ediciones Mensajero, S.A. Sancho de Azpeitia, 2 - 48014 BILBAO
"Una vez superado el dolor, es muy satisfactorio llegar a conocerse a
ISBN: 84-271-1998-4 sí mismo. El saber una cosa es mucho más satisfactorio que el pregun­
Depósito Legal: D.L. - BI -1841 - 96 tarse o especular sobre la misma".
Printed in Spain "Es bueno ser capaz de saber".
Impreso en Gestingraf. Camino de Ibarsusi, 3 - 48004 BILBAO

Abraham H. Maslow (1967)


Martien Kooyman
i rtien Kooyman es un experto,
ndialmente reconocido, en
munidades Terapéuticas para
igodependientes. Empezó su
sajo en Holanda hace ya más
veinticinco años. Desde
, unces, ha recorrido un largo
' nino probando diferentes
nicas y métodos. Su dilatada
/ectoria profesional se ha
smado en este libro, su tesis
otoral, que defendió brillante-
¡nte en Rotterdam en 1992. LA COMUNIDAD
TERAPEUTICA PARA
DROGODEPENDIENTES

Intimidad, implicación de los padres


y éxito del tratamiento

Ediciones Mensajero
"comunidad terapéutica conceptual" (Sugarman, 1974; Piperopoulos, está relacionado con las características del cliente y las del programa.
1977; Schaap, 1980). Al referirnos a la estructura jerárquica de su orga­ Se analizan igualmente los determinantes del éxito.
nización, la diferencia que más destaca respecto a las comunidades
terapéuticas del modelo Jones (al que nos referíamos como comunida­ Siempre que se emplea "él" en el texto al referirse a los clientes o
des terapéuticas democráticas) consiste en que las comunidades tera­ residentes habría que entenderlo como "él o ella".
péuticas conceptuales se denominan también "comunidades terapéu­
ticas jerárquicas" (Schaap, 1987). Como no se suministraba sustituto
alguno de drogas en el tratamiento dentro de las comunidades tera­
péuticas para drogadictos, se hace referencia a ellas también como
"libre de drogas", para diferenciarlas de modelos médico-clínicos y
programas de metadona.
En este libro se revisará el desarrollo del modelo de la comunidad
terapéutica, la filosofía del tratamiento, los conceptos y la estructu­
ra del programa de tratamiento y la literatura de investigación
sobre comunidades terapéuticas para adictos. Se describen, ade­
más, las características de las familias de adictos así como los
medios para involucrar a los padres y a otros familiares en el pro­
grama de tratamiento. Partiendo de las principales teorías existen­
tes sobre la adicción, el proceso de tratamiento de la comunidad
terapéutica se sitúa dentro de un marco teórico. Los traumas de los
primeros años, el miedo a la intimidad y al rechazo, y un autocon-
cepto negativo están relacionados con la vulnerabilidad para la
adicción.
Emiliehoeve, la comunidad terapéutica descrita en este libro, fue
fundada en Holanda como programa de tratamiento para drogadictos,
siguiendo inicialmente el modelo de las comunidades democráticas
para pacientes psiquiátricos (normalmente neuróticos) de Holanda
conforme a los principios y estructura de Maxwell Jones. Una vez que
el equipo de Emiliehoeve hubo descubierto a través de la experiencia
que dicho sistema no era apropiado para los adictos admitidos, el
modelo jerárquico libre de drogas de las comunidades terapéuticas
americanas fue introducido gradualmente. En su segundo año de exis­
tencia, la Comunidad Terapéutica Emiliehoeve había adoptado por
completo la estructura e instrumentos del modelo Synanon/Daytop.
Sin embargo, la filosofía y conceptos de este modelo se introdujeron
tras sólo seis meses.
En el capítulo 10 aparecerá una panorámica de la evolución del pr o­
grama Emiliehoeve. Desde los caóticos primeros meses, Emiliehoeve
se transformó en un programa estructurado conforme al modelo de las
comunidades terapéuticas americanas. Han quedado especificadas
ocho fases distintas y se han relacionado con el proceso de tratamien­
to. La estructura jerárquica y las relaciones íntimas equipo-cliente se
tienen en cuenta como especialmente importantes en la diferenciación
de las fases. El estudio de seguimiento de los residentes de Emi­
liehoeve viene descrito en el capítulo 11. El resultado del tratamiento

12 13
Capítulo 2

La evolución de las
comunidades terapéuticas

Durante los años 60 Europa se enfrentó con un problema nuevo: un


número considerable de jóvenes se encontraban implicados en el con­
sumo de drogas ilegales. Hasta entonces el abuso de las drogas, en
particular el uso de opiáceos, se hallaba casi por completo reducido a
un pequeño grupo de personas empleadas en el campo de la salud
tales como médicos, enfermeros y farmacéuticos. En la mayor parte de
los países europeos la Ley del Opio había sido impuesta desde los
años 20, mucho antes de que la sociedad europea tuviese que enfren­
tarse con los efectos de la drogadicción. En casi todos estos países la
drogadicción se contemplaba como un problema de salud. A los dro-
gadictos se les enviaba a los médicos, psiquiatras, hospitales mentales
y a clínicas para alcohólicos (Kooyman, 1984a). A mediados de los
años 60 las drogas más comúnmente usadas por los jóvenes eran can­
nabis, LSD, anfetaminas y opio. En la mayoría de los países europeos
no fue introducida la heroína antes de 1970. En Gran Bretaña, la heroí­
na era prescrita a drogadictos adolescentes por los médicos y, desde
1968, por clínicas especiales vinculadas a hospitales psiquiátricos o a
departamentos psiquiátricos de los hospitales generales. Efectiva­
mente, el llamado sistema británico nunca fue un sistema, sino resul­
tado de la tradición británica de permitir a los doctores prescribir dro­
gas a sus pacientes adictos. A pesar de la disponibilidad de suministro
de opiáceos por los médicos, en 1971 empezó a venderse heroína en el
mercado negro británico (Edwards, 1979).

En Holanda, donde la metadona fue introducida en 1968 en los pro­


gramas de mantenimiento para adolescentes adictos al opio, apareció

15
la heroína en el mercado negro en 1972 y enseguida reemplazó a las nidad. Synanon acabó en un fracaso pero dio origen al tempestuoso
anfetaminas y al opio hasta convertirse en la droga dura más popular. desarrollo de las comunidades terapéuticas para adictos (Deitch, et al.,
Como los programas de heroína y de metadona no curaban a los 1979).
pacientes de su adicción, y los hospitales generales y psiquiátricos Unos ex-residentes de Synanon establecieron comunidades terapéu­
demostraron tener menos éxito aún al respecto, tuvieron que estable­ ticas que, a diferencia de Synanon, se propusieron como meta la vuel­
cerse métodos nuevos para el tratamiento de la creciente población ta de los residentes a la sociedad. Varios de aquellos programas de
adicta. auto-ayuda, tales como Delancey Street en San Francisco, consiguieron
sobrevivir sin ayuda financiera del Gobierno. Con todo, la aplicación
del modelo por parte de organizaciones patrocinadas por el Gobierno
Origen de las comunidades terapéuticas americanas obtuvo más expansión. El psiquiatra Daniel Casriel y el criminólogo
Alexander Bassin siguieron las suge rencias de J. L. Moreno, quien ela­
Las raíces de las comunidades terapéuticas americanas nacieron en
boró el psicodrama como método de psicoterapia de grupo (1959);
Synanon. El movimiento Alcohólicos Anónimos (AA) ejerció una gran
influencia en el origen de esta comunidad de auto-ayuda. Los funda­ siguieron también las de Carl Rogers, quien elaboró su psicoterapia
"Rogeriana" y que más tarde dirigió los grupos de encuentro (1970), y
dores de AA se hallaban fuertemente ligados con el Oxford Group,
las del sociólogo y psicodramaturgo Lewis Yablonsky (1967), para visi­
una organización espiritual que después de 1938 llegó a ser conocida
tar Synanon. Su objetivo último era establecer un centro de tratamien­
como Movimiento de Rearme Moral. Dicho movimiento poseía un
carácter religioso. Proclamaba, entre otras cosas, la revisión personal to para el creciente número de drogodependientes en Nueva York.
en reuniones de grupo (Glaser, 1977). Casriel decidió quedarse en esta comunidad unos cuantos días. Por
aquel tiempo, Synanon albergó a más de cien ex-adictos, la mayoría de
El fundador de Synanon fue Charles Dederich, un antiguo hombre ellos adictos liberados de la heroína que al parecer lograban el éxito
de negocios y antiguo miembro de AA. El cambió las reuniones de AA,
viviendo juntos, sin recaer. La vida en dicha comunidad tenía poco
que tenían lugar en su casa, en grupos en los que se confrontaban unos
que ver con la práctica amistosa y comprensiva de la mayoría de los
a otros de forma directa y emocional. A estos grupos les puso por nom­
centros profesionales de tratamiento de aquel entonces. Al comienzo
bre "juegos". Los que asistían con regularidad lograban abstenerse de
de los años 60 ésta fue una situación única (Casriel, 1963).
alcohol y drogas. Decidieron dar comienzo a una comunidad en la que
pudieran vivir juntos. En 1958 fundaron esta comunidad en Santa Rogers le había indicado a Casriel que las críticas de los otros miem­
Mónica, California, y le llamaron Synanon. bros del grupo y sus reacciones emocionales ante el comportamiento
Los juegos se convirtieron en el corazón de la comunidad. La acep­ de uno eran contempladas, casi con toda probabilidad, como preocu­
tación de la expresión de agresión verbal entre los miembros del pación e interés por parte de los residentes.
grupo, como un elemento terapéutico de los juegos, pudo desarrollar­ Tras regresar Casriel a Nueva York se fundó Daytop Village en 1963.
se probablemente gracias a la ausencia de profesionales. El concepto Su objetivo, al contrario del de Synanon, era la reestructuración de la
de autoconfianza descrito por el filósofo americano R. W. Emerson vida de los residentes de tal manera que pudieran funcionar de nuevo
tuvo una enorme influencia en las ideas de Dederich. Su punto de en la sociedad sin necesidad de drogas. Daytop Village y Phoenix
vista se dirigía a la creación de una sociedad mejor. Los residentes de House, fundada algunos años después, fueron los modelos para un
la comunidad Synanon en modo alguno querían retornar a la sociedad rápido aumento del número de las comunidades terapéuticas en
que ellos denunciaban. Crearon en Synanon una sociedad ideal. Sus Norteamérica (Broekaert, 1976). Fuera de los Estados Unidos se fundó
residentes renunciaron a la propiedad privada, trabajaban siete días, el programa Portage, en Montreal, por un equipo proveniente de
seguidos de otros siete de tiempo libre, y adoptaron otras varias nor­ Daytop Village con John Devlin como primer director. Con la ayuda
mas. A cualquier hora podían interrumpir el trabajo para desarrollar de Daytop Village, Bob Garon fundó Dare en Manila (Filipinas), comu­
un "juego" a fin de r esolver conflictos. No había dinero en la comuni­ nidad terapéutica no dependiente de -fondos gubernamentales. Se
dad. Llevaban varios negocios y granjas. Synanon se convirtió en un establecieron también en Estados Unidos unas comunidades terapéu­
fascinante experimento social. El experimento, sin embargo, fracasó al ticas autofinanciadas por ex-miembros de Synanon, tales como la de
fin, debido a una falta de control suficiente por parte del líder. Entre Delancey Street en San Francisco y la de Habitat en Hawaii. Los ex­
otras cosas, Dederich ordenó a las parejas que cambiaran de compa­ miembros de Synanon desempeñaron un liderazgo importante duran­
ñero y que se esterilizasen hasta permitir finalmente la violencia física te los primeros años de las comunidades terapéuticas americanas,
en el tr ato con los delincuentes juveniles que eran remitidos a su comu­ como Deitch y Brancato en Daytop y Natale en Phoenix House. Pro-

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fesionales como Rosenthal y De Leon en Phoenix House, Densen
Gerber en Odyssey House, Biase en Daytop Village, Sholl y Holland ta, las instituciones psiquiátricas permanecieron contrarias a cambios
en Gateway House, Ottenberg en Eagleville Hospital y Vamos en radicales.
Portage contribuyeron en gran medida a la evaluación y al desarrollo Durante la Segunda Guerra Mundial, en Inglaterra varios psiquia­
científicos. Bajo el liderazgo de Mons. O'Brien, quien fue (y sigue sien­ tras trabajaban en la Unidad de Selección del Ejército, donde tenían
do hoy día) el presidente de la Federación Mundial de Comunidades que enfrentarse con soldados que, al volver del campo de batalla, se
Terapéuticas durante más de una década, Daytop Village ayudó a que encontraban mentalmente desequilibrados. A estos soldados se les
se fundaran muchas comunidades terapéuticas en Europa y . en el enviaba al Hospital Northfield, donde cada sala era atendida por un
Sudoeste de Asia. psiquiatra, poco más o menos, a su manera. Uno de ellos, Maxwell
Jones, daba suma importancia a la participación de los pacientes en la
toma de decisiones. Le llamó a este método de trabajo "terapia demo­
Los orígenes de las comunidades terapéuticas crática". El objetivo oficial del tratamiento era la cura de los pacientes
en Europa de modo que pudiesen retornar al campo de batalla. Los médicos, por
el contrario, enviaban a los pacientes a sus casas.
Los profesionales de Europa visitaron los Estados Unidos. Vieron las A uno de los psiquiatras, Bion, se le pidió que introdujese la terapia
comunidades terapéuticas americanas y volvieron con la idea de esta­ de grupo, a fin de rehabilitar a los pacientes de modo que pudieran
blecer centros similares en sus propios países. Uno de ellos, Ian volver a la guerra. La excesiva resistencia con la que se e ncontró dicho
Christie, fundó Alfa House en Portsmouth, Inglaterra, en 1970. proyecto obligó a dejarlo seis semanas después. Las autoridades pro­
Algunos meses más tarde Griffith Edwards fundaba Phoenix House pusieron entonces a Harold Bridger, oficial del ejército y antiguo pro­
de Londres. Un ex-adicto americano y graduado de Phoenix House de fesor, que volviese de nuevo con su proyecto. Aceptó a condición de
Nueva York se convirtió en su primer director. En 1972 se fundó en La que fuese él mismo el encargado responsable de todo el hospital. Su
Haya, Holanda, "Emiliehoeve". Durante los primeros meses, el pro­ primera decisión fue la de desalojar una sala del hospital, llamándola
grama siguió las pautas de las comunidades terapéuticas que se habí­ "el club", y emplazar su despacho junto al local principal. Bridger
an perfeccionado dentro del modelo de hospital psiquiátrico de la esperaba en su despacho sugiriendo a los pacientes que deberían ser
Clínica Henderson, en la que Maxwell Jones había abandonando la ellos mismos quienes creasen un club social en el local desalojado.
tradicional relación doctor/paciente empleada en psiquiatría. Aunque Pocas semanas después se estableció para los pacientes del hospital un
existía cierto conocimiento sobre las comunidades terapéuticas ameri­ local de reuniones (Bridger, 1985). Uno de los psiquiatras del hospital,
canas de auto-ayuda, dichos modelos eran contemplados como dema­ Tom Main, le puso por nombre "comunidad terapéutica" (Clark,
siado autoriarios y rígidos para ser aplicados en la liberal sociedad 1985).
holandesa (Kooyman, 1975a). Más tarde. Jones convirtió una unidad del Hospital Henderson en
La idea de Maxwell Jones de liberar al paciente de la atmósfera una comunidad terapéutica con encuentros diarios entre el equipo y
patógena regresiva de un hospital mental no era nueva. Ya antes, en los pacientes. En el que vino a ser el nuevo modelo Maxwell Jones, se
1800, Pinel introdujo en Francia su terapia "no represiva". Dicho tra­ daba al paciente un papel muy importante en el proceso terapéutico.
tamiento se basaba en la no-violencia, terapia de trabajo y en la pro­ Tanto las funciones de los miembros del equipo como las de los
visión de medios de recreo, etc. Conolly dio comienzo en Inglaterra a pacientes estaban ahora abiertas a discusión en reuniones que unos y
un sistema similar el año 1850. En 1895 se crearon también institucio­ otros llevaban a cabo diariamente. Jones elaboró cinco presupuestos
nes abiertas para delincuentes juveniles en este mismo país. En básicos para las comunidades terapéuticas (Jones, 1953):
Alemania, Herman Simon, inspirado por Bleuler en Zurich, elaboró la
terapia de activación, enseñando a los pacientes a aceptar responsa­ 1. Comunicación en doble sentido a todos los niveles.
bilidades. La mayor parte de dichas innovaciones fueron reemplaza­ 2. Toma de decisiones a todos los niveles.
das, tras algún tiempo, por un sistema tradicional autoritario, debido 3. Liderazgo compartido.
especialmente a la presión de un número cada vez mayor de pacien­ 4. Consenso a la hora de tomar decisiones.
tes y a la falta de equipo (Kooyman, 1978b). Ya en 1937, Sullivan había
5. Aprendizaje social mediante la interacción social, aquí y ahora.
llegado a la conclusión de que un hospital mental podía transformar­
se en escuela de maduración de la personalidad en vez de ser un
guardián de sus errores (Sullivan, 1937). Pese a este idealismo realis­ El ambiente se consideraba lo suficientemente terapéutico, por lo
que no se fijó ningún plan de tratamiento individual. Con tan sólo un
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formato de tratamiento, el programa llegó a ser selectivo, dejando a la te se hallaba comprometido como terapeuta del Movimiento Potencial
mayoría de los pacientes psiquiátricos en el ambiente, tendente a la Humano. Los grupos de encuentro se habían desarrollado á partir de
regresión, del hospital tradicional. los juegos de Synanon hasta llegar a ser el principal instrumento tera­
Los hospitales tradicionales provocan que los pacientes se sientan péutico de las comunidades terapéuticas americanas. Impresionados,
aislados, rechazados y sin esperanza. Uno de los principales propósitos los dos miembros del equipo, a su vuelta, introdujeron inmediata­
del modelo de comunidad terapéutica trataba de prevenir esto último, mente los grupos de encuentro en Emiliehoeve. Al mismo tiempo les
al proporcionar a las personas un sentimiento de auto-estima como dieron suma importancia a los conceptos de honestidad y franqueza,
resultado de su aceptación de responsabilidades. Sin embargo, al con­ A partir de ese momento los sentimientos de culpa se trataban como
trario de las comunidades terapéuticas americanas, el modelo de un mecanismo normal, como algo de lo que debía hablarse abierta­
Maxwell Jones trata al individuo hasta su alta sin darle la oportunidad mente, con el consiguiente y necesario alivio en lugar de interpretarse
de hacerse, él mismo, miembro del equipo si lo desease. psiquiátricamente como síntoma potencial de depresión.
Gradualmente, con la ayuda del equipo y de los miembros del ex­
La comunidad terapéutica Emiliehoeve y sus raíces equipo de Daytop Village y de Phoenix House, iba desarrollándose un
programa claro y estructurado. El equipo superó la resistencia inicial
La comunidad terapéutica Emiliehoeve es un ejemplo de programa a la creación de departamentos para los residentes con una estructura
creado por profesionales que, desde su comiezo, aplicaron los princi­ jerárquica. El equipo fue consciente del hecho de que era importante
pios descritos por Maxwell Jones y que posteriormente se transformó crear conflictos que pudieran tratarse emocionalmente durante los
en un programa estructurado jerárquicamente, empleando los concep­ grupos de encuentro en los que no existía rango alguno. Desde ahora,
tos de las comunidades terapéuticas americanas. Ya desde los tempra­ a los nuevos residentes normalmente se les consideraba como poco
nos días de la Comunidad Terapéutica Emiliehoeve se descubrió que fiables, poco honrados, manipulativos, egocéntricos y emocionalmen­
los principios democráticos del modelo de Jones, al aplicarlos de la te inmaduros. Habían caído en la cuenta de la importancia vital, para
forma en que se habían elaborado en las comunidades terapéuticas el residente de carácter desordenado con imagen de pseudoadulto, de
para pacientes psiquiátricos, principalmente neuróticos, podían con­ que la maduración de este "niño" habría que llevarla a cabo en un
vertirse en antiterapéuticos. Si el equipo no ejercía suficiente presión a ambiente terapéutico estructurado. Nunca más se consideró ya a los
fin de obligarles a actuar responsablemente, los pacientes permane­ residentes como iguales sin tener en cuenta el tiempo que habían esta­
cían en un estado regresivo. El equipo entregaba el poder, en vez de do en tratamiento.
delegarlo y, como el grupo en su conjunto se hacía responsable de
todo, los individuos rehuían sus propias responsabilidades.
El desarrollo de las comunidades terapéuticas para
Durante los primeros meses de su existencia, las decisiones se toma­
ban en Emiliehoeve conjuntamente por el equipo y los residentes, ya adictos en Europa
fuera por consenso o por el sistema "un hombre, un voto". En la ela­
Alpha House y Phoenix House se establecieron en Inglaterra, en
boración de los planes del día, la votación daba como resultado nor­
1970. La comunidad terapéutica Emiliehoeve fue la primera libre de
malmente ir a la playa, a la cafetería o quedarse en la cama, pero
drogas fundada en 1972 en el continente europeo. Gracias a la ayuda
nunca por lo general se proponían ir al trabajo o tener terapia de
prestada por el equipo de Emiliehoeve, otras comunidades terapéuti­
grupo. Como en este proceso democrático no era sopesado dicho
cas se establecieron en Holanda. Entre ellas, Breegweestee cerca de
comportamiento, se evitaba cualquier conflicto. El equipo de Emi­
Groningen, que a su vez dio inicio a la transformación de la clínica
liehoeve no había tenido en cuenta el grado de madurez de los resi­
vecina para alcohólicos (Hoog-Hullen) en una comunidad terapéuti­
dentes de entonces. Dado que los problemas eran objeto de discusión
ca estructurada (Schaap, 1978). Otras comunidades terapéuticas para
y que las sesiones en grupo se desarrollaban según las líneas psicoa-
adictos se establecieron también en Holanda (Parkweg, por ejemplo),
nalíticas, las emociones no eran abordadas en el grupo. Esto desem­
lo mismo que en Suecia (Vallmotorp); empezaron a funcionar par­
bocó en estallidos de violencia u otras conductas de acting out.
tiendo bien de modelos médico-clínicos, bien del modelo de Maxwell
Tras estos meses c aóticos, el equipo de cidió estudiar más a f ondo los Jones. Paso a paso, estos programas llegaron a estar más estructura­
programas americanos. Dos miembros del equipo fueron a un mara- dos, sobre todo desde que el equipo cayó en la cuenta de que lo
toniano seminario de encuentro, llevado por el primer director de importante para los residentes era aprender a enfrentarse con las limi­
Phoenix House de Londres, quien la había abandonado y actualmen­ taciones.

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En sus comienzos, el equipo de las comunidades terapéuticas euro­ ayuda de Phoenix House de Londres. Ese programa ayudó también a
peas consistía, casi exclusivamente, en pr ofesionales. Una de las razo­ poner en marcha una Phoenix House en Alemania. Sin embargo, la
nes fue que no había ex-adictos disponibles. Otra razón era que hizo mayoría de las comunidades terapéuticas de Alemania se desarrolla­
falta bastante tiempo para convencer a las autoridades y sus departa­ ron más bien de forma independiente. Incluso Daytop de Alemania,
mentos del hecho de que los adictos recuperados pudieran llegar a ser fundada por Osterhues un año después de establecerse la comunidad
miembros de toda confianza del equipo. Los profesionales europeos terapéutica Emiliehoeve, tenía en común con Daytop Village de
viajaron a Estados Unidos y a Canadá con el fin de aprender de la Nueva York en sus inicios poco más que el nombre. Trabajadores
experiencia de las comunidades terapéuticas norteamericanas, basa­ sociales constituyeron en Berlín varias formas de comunidades tera­
das en los principios de auto-ayuda de Synanon, y conocidas como péuticas. Asimismo se establecieron en Suiza otras comunidades tanto
comunidades terapéuticas conceptuales. Los europeos vieron la de habla alemana como francesa.
importancia de tener antiguos residentes que desempeñasen el papel En Francia y en Dinamarca apenas florecieron las comunidades
de modelos, y aprendieron también el modo de introducir en el pro­ terapéuticas estructuradas o tuvieron tan sólo una corta existencia.
grama grupos de encuentro y confrontación. Se vió en Francia que el modelo de la comunidad terapéutica ameri­
Las comunidades terapéuticas que se desarrollaban en la Europa del cana no estaba configurado a la medida de los principios democráti­
Oeste, a mediados de los años 70, enviaban equipos a las comunida­ cos de la mayor parte de las personas que trabajaban en este campo.
des terapéuticas ya existentes. Con la ayuda de la comunidad tera­ El hecho de que las autoridades francesas no financiaran el desarro­
péutica Emiliehoeve en La Haya y de Essenlaan en Rotterdam se fun­ llo de las comunidades terapéuticas fue la razón de que pudieran
daron las comunidades De Sleutel y De Kiem en Bélgica. La comuni­ aparecer comunidades para drogadictos de carácter más o menos
dad terapéutica Emiliehoeve sirvió de instrumento, además, en la for­ sectario tales como las de El Patriarca, que se propagaron también en
mación de muchas otras comunidades terapéuticas de Europa. Un España y por el sur de Bélgica. En Italia, las comunidades terapéuti­
equipo de la comunidad terapéutica de Berna, Suiza, llamada Aebi cas rurales enfatizaban mucho el trabajo y el control social. Los equi­
Hus, visitó Emiliehoeve, estudió la de Synanon y, tras su visita, se pos de las comunidades terapéuticas italianas y españolas se consti­
enteró semanas más tarde de que el Dr. Karl Deisler —pediatra que tuyeron con profesionales exclusivamente, a diferencia de las comu­
vivió antes cerca de Synanon y fue médico de ella por algún tiempo— nidades terapéuticas con un equipo mixto de profesionales y de ex­
residía a unos pocos kilómetros de la comunidad. A partir de ese adictos.
momento se ocupó de reestructurar su programa. Muchas comunidades terapéuticas que aplicaban la estructura jerár­
El equipo de un programa ambulatorio en Roma, el Centro Italiano quica de las americanas tuvieron que enfrentarse con una fuerte opo­
di Solidarita (C.E.I.S.), hizo una visita al programa Emiliehoeve en sición por parte tanto de los profesionales como de los políticos. La
1976. Se les puso en contacto con Daytop Village y comenzó el rápido Segunda Guerra Mundial hizo que la gente sospechase del mal uso de
crecimiento de las comunidades terapéuticas en Italia, mediante la las estructuras jerárquicas, y los críticos de las comunidades terapéu­
organización en 1978 de la Tercera Conferencia Mundial de Comu­ ticas temieron un posible abuso de poder dentro del sistema. Existe,
nidades Terapéuticas, pocos meses antes de abrir ellos mismos su pri­ ciertamente, un riesgo real de abuso de poder en una comunidad tera­
mera comunidad terapéutica. El programa C.E.I.S. de Roma ayudó a péutica jerárquicamente estructurada. Es muy importante crear siste­
establecer muchas comunidades terapéuticas en la mayor parte de las mas de control que reduzcan dicha posibilidad. Dentro de los progra­
regiones de Italia y también en España. Su instituto de formación en mas, es importante que aparezca de forma clara que una estructura en
Roma ofrecía cursos básicos y especializados para equipos de Italia y una comunidad terapéutica es un medio, no una ideología, y también
de muchos otros países de dentro y fuera de Europa. que los residentes son formados para afrontar una toma de decisiones
Los programas enviaban terapeutas a la comunidad terapéutica democrática durante la última fase del programa, la de reinserción.
Emiliehoeve para su formación. Se enviaban no sólo de otros progra­ Casi todas las comunidades terapéuticas citadas hasta ahora han
mas holandeses sino también de Bélgica, Suecia, Alemania, Ingla­ estado en contacto y han ejercido influencia unas sobre otras. Un
terra, Austria y, a comienzos de 1980, de Grecia. La mayoría de estas movimiento aparte, el de las comunidades terapéuticas conforme al
comunidades terapeúticas se estructuran siguiendo el modelo, más o modelo Makarenko, basado en una ideología socialista, y que consi­
menos, de Daytop y de Phoenix House. En Noruega las comunidades dera el trabajo en común como elemento terapéutico principal, surgió
terapéuticas se desarrollaron partiendo de los hospitales psiquiátri­ en la Europa del Este y en Alemania; estas comunidades no llamaban
cos. En 1982 se erigió una comunidad terapéutica conceptual con la "terapia" a su modelo (Broekaert, 1981a).

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En 1977, se estableció en Polonia la posibilidad de un tratamiento ahora un influjo sobre las norteamericanas, por ejemplo, al indicar
para drogodependientes dentro de un hospital psiquiátrico; la comu­ constantemente la importancia de introducir la creatividad dentro del
nidad terapéutica como parte de dicho tratamiento fue llamada programa. Demuestran, además, que los residentes son capaces de
"Synanon". Este nombre se lo dieron tras la visita de un terapeuta aprender diversos oficios, tales como la jardinería, la agricultura y la
canadiense. Aunque las sesiones en grupo eran similares a los grupos imprenta, durante su permanencia en el programa. Tanto en Europa
de encuentro, el equipo no había oído hablar de Dederich. A partir del como en Estados Unidos se crearon centros de desintoxicación vincu­
año 1978 se establecieron en varios lugares de Polonia las Monar lados a la comunidad terapéutica ya establecida. Se fundaron, tam­
Centers, comunidades terapéuticas agrícolas de autoayuda. Su estruc­ bién, centros de día y programas nocturnos basados en el concepto de
tura mostraba un parecido notable con Synanon, de Estados Unidos. comunidad terapéutica libre de droga. Las comunidades terapéuticas
En Yugoslavia y en Checoeslovaquia, los profesionales establecieron de Europa han comenzado a preocuparse por otros comportamientos
comunidades terapéuticas para alcohólicos con una ideología de autodestructivos distintos de la drogadicción. Los conceptos de la
ayuda mutua. comunidad terapéutica jerarquizada podrían tener éxito si se emplea­
Las conferencias de la Federación Mundial de Comunidades Tera­ ran en el tratamiento de los alcohólicos (Schaap, 1987).
péuticas vienen a ser una ocasión importante de encuentro para inter­
cambiar ideas y experiencias. La primera Conferencia Europea de
Comunidades Terapéuticas tuvo lugar el año 1982, en Eskilstuna,
Suecia. El tema principal de esta conferencia fue la tercera generación
de comunidades terapéuticas. La segunda generación se desarrolló en
Europa copiando los principios de la primera, los programas de
Daytop y de Phoenix House. Las comunidades terapéuticas de la ter­
cera generación fueron contempladas como programas que añadían
nuevos elementos terapéuticos a los conceptos originales.
Los profesionales de las comunidades terapéuticas europeas intro­
dujeron la terapia de grupo que partía de la misma creencia en las
posibilidades de crecimiento y cambio del ser humano, que es básica
en la filosofía de las comunidades terapéuticas norteamericanas. Se
añadieron a los programas grupos de Psicodrama, Análisis Tran­
sactional, Grito Primal, Bio-energética y Nuevo Proceso de Identidad
o Grupos de Vínculo. Otras ampliaciones fueron la terapia familiar y
la psicoterapia individual para los residentes en fase de reinserción.
Las comunidades terapéuticas iniciaron estructuras variadas que posi­
bilitaban a las diversas poblaciones beneficiarse del programa tera­
péutico comunitario. Como cada comunidad terapéutica ofrece un
solo tipo de tratamiento, no se puede aplicar el modelo a toda clase de
personas. El reto del futuro consiste en descubrir qué tipo de comuni­
dad terapéutica puede acomodarse mejor a cada individuo.
Mientras que la mayoría de las comunidades terapéuticas para adic­
tos fuera de Europa funcionan con una estructura jerárquica por parte
del equipo y de los residentes, muchas comunidades terapéuticas euro­
peas se acomodan a un modelo más i gualitario. Estas últimas tienen un
parecido con las comunidades terapéuticas del campo psiquiátrico que
poseen una estructura democrática (Jones, 1979 y 1986; Zimmer-Hófler,
1981). Las comunidades terapéuticas que sobrepasan los 25 residentes
han adoptado normalmente la estructura jerárquica de los programas
americanos. Las comunidades terapéuticas europeas, a su vez, ejercen

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Capítulo 3

Teoría y filosofía del tratamiento

La etiología de la adicción
Uno de los problemas en el tratamiento de la adicción consiste en
que cada uno puede contemplarlo bajo una gran variedad de puntos
de vista: como si fuese principalmente un problema de disfunciones
bioquímicas del cuerpo, como problema de comportamiento antisocial
o de desviación del individuo, como resultado de una vulnerabilidad
innata o adquirida respecto a la adicción, como resultado de una inte­
racción patológica familiar, o como una enfermedad. Trimbos (1980)
indicó que gran número de definiciones de la adicción normalmente
hablan más sobre el punto de vista de la persona que así la definió, que
del fenómeno mismo.
La mayoría de las teorías sobre la adicción se interesan por su etiolo­
gía. Pocas son las que describen la adicción como un sistema.
Enunciando una causa posible no damos con su definición. Es como si
describiésemos la condición "fiebre" mediante una explicación de cómo
una persona puede tener fiebre porque le ha picado el mosquito de la
malaria o por un virus, o porque tiene neumonía o alguna infección en las
vías urinarias, o porque le ha dado un ataque al corazón. Todo lo cual nos
dice poco sobre la fiebre en sí. Tan sólo nos expresa los múltiples modos
de contraería. La adicción, lo mismo que la fiebre, es una condición cau­
sada por muchos factores que pueden i nteractuar recíprocamente y refor­
zarse mutuamente. La adicción no es una enfermedad, como no lo es tam­
poco la fiebre, sino que es más bien un síntoma de un malestar subya­
cente. La naturaleza de dicho malestar pue de ser psicológica, interperso­
nal y/o social. Los problemas psicológicos pueden variar desde un tras­
torno de carácter hasta una enfermedad neurótica o psicótica.

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Así mismo se puede considerar la adicción como una medicación social estabilizando la condición farmacológica de los adictos
autoadministrada a fin de disminuir los sentimientos de tensión o que han estado viviendo como criminales al margen de la
dolor con una gran diversidad de orígenes. Puede existir un trastorno sociedad. Pero para conseguir que los adictos desfavorecidos
psicológico subyacente, tal como una psicosis esquizofrénica o afecti­ lleguen a un modo de vida productivo, un programa de tra­
va, un síndrome l ímite, etc. (Kooyman, 1986a). Si es así, resulta impo­ tamiento debe permitir que sus pacientes se sientan orgullo­
sible esperar un tratamiento exitoso en una comunidad terapéutica sos y esperanzados aceptando responsabilidades" (Dole &
regular para heroinómanos. Al equipo y a los compañeros residentes Nyswander, 1976; Dole, 1988).
les resulta demasiado complicado hacer frente al comportamiento de
esta clase de pacientes, de forma que su admisión acaba normalmente En caso de que la adicción estuviese causada tan sólo por factores
en un rechazo y expulsión posterior de la comunidad terapéutica biológicos, entonces la respuesta pudiera ser una desintoxicación obli­
(Lakoff, 1978). La mayor parte de los residentes de las comunidades gatoria. La verdad es que el tratamiento comienza, realmente, una vez
terapéuticas pertenecen al tipo de trastorno de carácter de los adictos que haya tenido lugar la desintoxicación, y el saber cómo prevenir una
a la heroína. En un estudio del centro de desintoxicación vinculado a recaída es mucho más importante que cómo desintoxicar al adicto.
la comunidad terapéutica Emiliehoeve se vio que el trastorno perma­ El descubrimiento de las endorfinas, sustancias del cuerpo humano
nente que más prevalece, diferente al de la propia dependencia, con­ similares a la morfina, indujo a especulaciones acerca de que los tras­
sistía en una personalidad antisocial (Hendriks, 1990). tornos del sistema endorfínico pudieran conducir al consumo de sus­
Las numerosas teorías sobre la etiología de la adicción se pueden tancias parecidas a las endorfinas, si se hallaban disponibles. Las endor­
dividir en biológicas, psicoanalíticas, conductuales, sistémicas, socia­ finas pueden desempeñar un rol en la etiología y en el mantenimiento
les y de automedicación. de la conducta adictiva. Pueden estimular un comportamiento de
autoinyección, por lo que la sustancia es inyectada en el fluido cerebral.
Teorías biológicas Se puede considerar a las endorfinas como tranquilizantes fisiológicos
(van Ree y Fraenkel, 1987). Los opiáceos pueden reemplazar a las endor­
Las teorías biológicas concentran su foco de atención sobre la posi­ finas en los receptores del cuerpo. Cuando ya no se sigue administran­
ble existencia de condiciones fisiológicas innatas o adquiridas que do el opiáceo a los receptores de opiáceos, la morfina no resulta aún
hacen vulnerable al invidividuo para una adicción. El descubrimiento reemplazada por las endorfinas, que no han sido producidas en canti­
de un componente hereditario de adicción al alcohol apoya esta teoría. dad suficiente por el cuerpo, con los consecuentes síntomas de absti­
Es parte de la filosofía de los Alcohólicos Anónimos, que recomienda nencia (Noach, 1980).
a sus miembros una abstinencia de por vida (Mullan, 1989). La legali­ Aparte del descubrimiento de la existencia de sustancias similares a
zación de una adicción a la metadona se fundaba en una teoría bioló­ la morfina producidas por el cuerpo, unos experimentos de compor­
gica, la teoría de Dole y de Nyswander acerca de una deficiencia meta- tamiento en animales nos suministran resultados interesantes para
bólica. Estos basaban la misma en el hecho de que en su programa de ayudar a entender tanto la etiología como el proceso de adicción, jun­
mantenimiento con la metadona hallaron que, cuando se eliminaba el tamente con otros comportamientos patológicos en el hombre. A los
ansia por la heroína mediante la metadona, desaparecían las acciones animales, en los experimentos de laboratorio, se les podía convertir en
antisociales exhibidas previamente por sus clientes (Dole, Nyswander adictos a la morfina. Las ratas preferían la droga a la comida (Weeks,
y Warner, 1968). El cambio en el modo de vida de los heroinómanos 1962). Pudiera darse por sentado que, ciertamente, los animales abu­
tratados en los programas de mantenimiento con metadona fue poste­ san de las mismas drogas de que abusan los humanos, y que no lo
riormente evaluado y los posibles efectos secundarios negativos de los hacen con las drogas de las que los humanos no abusan (Griffith y
referidos programas les llevaron, diez años después, a los inventores otros, 1980). Hadaway descubrió que las ratas, en un ambiente más
del método a la siguiente conclusión: natural, y no en las pequeñas cajas empleadas en los experimentos de
laboratorio, no quedaban sometidas a la adicción de morfina cuando
"Tal vez no se tuvieron en cuenta suficientemente las limi­ disponían de ésta (Hadaway, 1986).
taciones del tratamiento médico para problemas médico- Se vio que los monos rhesus a los que se había separado de sus
sociales complejos. No existe medicina que pueda rehabilitar madres al nacer y a los que se mantenía aislados socialmente, al igual
a las personas. Los programas de mantenimiento con meta- que los monos a los que se les había separado en distintos intervalos
dona'hacen posible un primer paso hacia la rehabilitación de sus respectivas madres, consumían más alcohol al ponerles en con-

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tacto con la mencionada sustancia que los no aislados o grupos de con­ los e fectos de la sepa ración y c onsiguiente aislamiento. Si a los monos
trol (Van der Kolk, 1987). Van der Kolk cita la investigación realiza da se les había separado de sus madres, pero se les mantenía juntos con
sus semejantes, aparecían menos conductas de desesperación.
por McKinney, quien percibió una reacción extremadamente violenta
Asimismo su comportamiento era normal después de 3 ó 4 años. Sola­
a la administración del alcohol de los monos aislados, algo que no apa­
recía entre los grupos de control normales. La separación de la madre mente en situaciones de estrés, sí que volvían a su comportamiento
anormal (Suomi y Harlow, 1972). En sus investigaciones con chimpan­
origina, tanto en los animales como en los seres humanos, una reac­
ción de pánico. Es, al parecer, una experiencia dolorosa. En los experi­ cés, Mason (1967) descubrió que los jóvenes jugaban cuando estaba
cerca su madre. Cuando se les separaba de ella ya no jugaban y al vol­
mentos de laboratorio, el llanto de los animales a quienes se había
verles a poner con su madr e se a garraban a ella; cuanto más tiempo se
separado de sus madres desaparecía tras la administración de cierta
les separaba tanto más fuerte se agarraban. Tras administrárseles anfe-
dosis de morfina que no afectaba a su comportamiento general.
taminas —poniéndoles fisiológicamente mucho más alerta— dejaban
Después de la administración de naloxona, un antagonista opiáceo,
de jugar y se agarraban a sus madres con más frecuencia. Mason defen­
torna otra vez el llanto de separación. Aparte de la morfina, tenían
día que el contacto físico con la madre probablemente estimulaba el sis­
también un efecto similar la imipramina y la clonidina. Merece la pena
tema opiáceo del cuerpo, neutralizando así el efecto de las anfetaminas.
hacer notar aquí que la clonidina resulta efectiva para reducir los sín­
En su opinión, el juego estimulaba el sistema noradrenérgico.
tomas de abstinencia de los opiáceos. Cuando se administraba nalo­
xona a los monos, ésta aumentaba su conducta de apego. Van der Kolk
también señaló que se adve rtía que e l ai slamiento social de los ani ma­ La razón de haber hecho una referencia más bien extensa a esta
les incrementaba el número y la actividad de los receptores opiáceos investigación con animales estriba en que suministra una evidencia de
(endorfina) en el cerebro. Las áreas de mayor densidad de receptores que, en los animales, debido a experiencias traumáticamente do-
opiáceos son aquellas cuya importancia para mantener relaciones lorosas, ocurren un número de anormalidades conductuales caracteri­
sociales se advertía en los experimentos de laboratorio. Los circuitos zadas por una conducta antisocial o violenta y la incapacidad de cui­
cerebrales implicados en la separación son aquellos que están relacio­ dar a sus crías una vez nacidas, previa inseminación artificial. Las dro­
nados con la experiencia del dolor. gas con su riesgo de abuso, así como los neurotrasmisores, ejercen su
infuencia en dichos modelos de comportamiento. Parece haber un
Los experimentos con monos rhesus han mostrado que los animales período crítico que podría coincidir con la mielinización de aquellas
jóvenes preferían la piel de una madre artificial a una madre de hierro áreas del cerebro relacionadas con la conducta de apego. No sólo
con una botella de leche (Suomi y Harlow, 1970; Harlow, 1971). puede ocurrir una traumatización psicológica, sino también fisiológi­
Bowlby, entre otros, refirió que los niños, lo mismo que los monos ca que quizá induzca a los rece ptores a hacerse m ás numerosos e hipe-
jóvenes, mostraban una tendencia creciente a agarrarse a sus madres ractivos (Kraemer, 1985). Cuando se junta a los monos traumatizados
cuando experimentan una amenaza de peligro. Como en los niños, con otros normales de la misma edad, se recuperan de su patente com­
todo ello persistía incluso cuando la madre era brutal, despreocupada, portamiento anormal. Podemos hablar de tratamiento con los seme­
representando ella misma un peligro (Bowlby, 1984). Cuando los jantes y de aprendizaje social mediante interacción social cuando
monos tan sólo eran apartados los primeros meses de su vida y des­ observamos la analogía del tratamiento de drogodependientes en
pués regresaban al contacto, se desarrollaban con normalidad (Griffin comunidades terapéuticas.
y Harlow, 1966). Si esto no se realizaba, o se hacía más tarde, mostra­
Las teorías biológicas y la investigación pueden ofrecernos una
ban conductas seriamente anormales. Dicho comportamiento anormal mayor comprensión de la etiología de la adicción. En personas que lle­
estaba caracterizado por un comportamiento agresivo hacia los demás gan a ser adictos, quizá exista una vulnerabilidad que se pueda expli­
monos y también con su propia descendencia. Intentaban incluso car biológicamente por una temprana traumatización que conlleva
matar a sus crías, siendo incapaces de un comportamiento sexual nor­ comportamientos anormales, siendo uno de ellos el abuso de la sus­
mal (Harlow, 1971).
tancia como un intento de superar el trastorno.
Además de esto, Suomi (1984) encontró también una edad crítica en
relación tanto con la aguda reacción desesperada como con los efectos
a largo plazo. Así, muestra que los monos separados a los 90 días de su Teorías psicodinámicas
nacimiento mostraban un comportamiento más anormal que los sepa­
La literatura psicoanalítica temprana centraba su foco de atención
rados a los 30 ó 120 días de su nacimiento, lo cual parece ser un perío­
sobre la relación que se percibía entre el abuso de drogas y la libido.
do crítico en el crecimiento de los monos en que son más vulnerables a

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Freud consideraba el uso de narcóticos como sustituto de la satisfacción ficación inmediata. Los adictos no confían en el futuro; sienten una
sexual; sus seguidores la consideraron como resultado de una infancia desconfianza básica hacia los demás así como una carencia absoluta de
trastornada. Algunas partes de su personalidad no habían tenido un confianza en sí mismos. Los adictos, al contrario de la creencia común,
desarrollo normal y se fijaban a la fase "oral" durante los primeros años no disfrutan con los placeres de la vida. Temen el éxito y tienden a
de vida, cuando la boca viene a ser el órgano má s importante y la figu comportarse de un modo destructivo. Su miedo al éxito está basado,
ra de la madre resulta especialmente importante como suministradora de hecho, en su idea de que el éxito no puede durar largo tiempo y de
de alimento (Platt, 1986). De modo análogo a la fijación a la fase oral, que algo se lo llevará. A fin de eliminar dicho temor el adicto tiende a
pudiera considerarse que las personas que se inyectan drogas regresan destruir su éxito. Se puede considerar al adicto como una persona que
a una fase de su desarrollo incluso anterior: la fase umbilical. busca inconscientemente volverse niño, dependiente por completo y
La dependencia del efecto de la heroína y la implicación en el estilo sin responsabilidades. La regresión a un estado narcisista, caracteriza­
de vida consiguiente puede ser considerada una adaptación a un desa­ do por una gratificación inmediata de las necesidades primarias, es el
rrollo dañado del ego. Un adicto a la heroína del tipo patología del resultado de las tempranas experiencias de la niñez en que la indivi­
carácter padece defectos en el desarrollo pregenital de su personalidad. duación y separación no pudieron desarrollarse en una atmósfera de
Pero de modo particular en la etapa de separación/individuación, pe­ confianza y seguridad básicas (Khantzian, 1980).
ríodo en que los sentimientos de autoestima se desarrollan junto con el Una explicación ofrecida por Szasz en 1958 sobre la adicción consis­
control de los impulsos y la función del super-yo, se puede encontrar tía en que venía a ser el resultado de un mecanismo contrafóbico
un período crítico en la situación de su familia. Normalmente es en mediante el cual el adicto daba la impresión de reactivar dramática y
dicho período cuando el niño ha recibido mensajes inconsistentes y repetidamente situaciones de peligro en las que el yo espera adquirir
cuando se establecieron límites imprecisos a su comportamiento; sus un dominio sobre las mismas. Asimismo sugería la importancia del
padres se hallaban con frecuencia ausentes y se daba a menudo una super-yo que trata de perseguir ritualmente al consumidor de drogas
seria privación emocional. En tal situación, el niño contrae sentimien­ (Szasz, 1975). Argüía Wurmser que la drogadicción no es lo mismo
tos de culpa y piensa que él causa la pérdida de afecto. Todo ello trae que el consumo de drogas ocasional, sino que se puede considerar
como resultado el que los efectos dolorosos vengan a asociarse a un como un síntoma incluido dentro de un estilo de vida en su conjunto
sentimiento de desesperación, inutilidad, y antipatía consigo mismo. (Wurmser, 1972).
Con frecuencia aparece una ansiedad extrema de separación en ausen­ Según una investigación llevada a cabo por Kaplan y Wogan (1978),
cia de una internalización de relaciones positivas objétales y entonces empleando los conceptos psicoanalíticos no era posible hallar un tipo
resulta inevitable un desarrollo dañado del super-yo (Hollidge, 1980). unitario de personalidad adictiva que pudiera aplicarse a los adictos a
Se ha puesto, pues, el fundamento para una seria inhibición relativa a la heroína. Para dichos autores, la variedad tan amplia en los tipos de
la separa ción del hogar pate rno al llegar a la adolescencia tardía. El usó carácter de los adictos provoca que el concepto "personalidad adicta"
de drogas puede satisfacer la necesidad de controlar esta fase crítica de sea contraproducente. Un tratamiento apropiado a un tipo de carácter
la vida de una manera narcisista. La necesidad de afecto y el apoyo de puede ser desastroso para otro. En su investigación, el factor super-yo,
un progenitor pueden encontrarse inmediatamente. Los sentimientos relacionado con la estructura familiar, daba cuenta de la mayor parte
asociados de culpa se hallan entrelazados con la noción de no tener de la variación en la adicción de los consumidores de heroína. El rol de
derecho alguno a los buenos sentimient os y al afecto. La miseria inevi­ los factores del yo y el ello parecía secundario respecto al del super-yo.
table encadenada al uso de droga es una solución simbólica para dicho Consideraba Rado, incluso en 1933, que un alto nivel de tensi ón y una
conflicto interno. El adicto depende entonces tanto de la experiencia pequeña tolerancia del sufrimiento era esencial en los adictos (Rado,
positiva del uso de las drogas como de la miseria que lo acompaña 1933). Casriel, su discípulo en la Clínic a Psicoanal ítica de Formación e
(Kooyman, 1985b). Antes de hacer uso por primera vez de las drogas, Investigación de la Universidad de Columbia (en la que se elaboró la
estos adictos exhiben una conducta que les sirve de protección contra Teoría Psicodinámica Adaptable con su concepto de respuesta-lucha-
los sentimientos inconscientes de sufrimiento. El subsiguiente uso de huida ante una situación amenazante), consideraba al adicto como
las drogas les ayuda para obtener el mismo fin. dependiente del sufrimiento. Más que reaccionar con una respuesta de
El adicto es incapaz —y ya lo era antes de empezar a tomar drogas— lucha o de huida, el adicto reacciona mediante un enfriamiento emo­
de acudir a otras personas para que le ayuden directamente. Controla cional y permaneciendo en una posición cerrada como respuesta ante
su situación mediante una conducta manipulativa, defendiéndose a sí el peligro. En 1962, Casriel fue uno de los fundadores de Daytop
mismo contra el rechazo. Su conducta va encaminada hacia una grati­ Lodge, la primera comunidad para adictos en Estados Unidos patroci-

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nada con fondos del gobierno. Gracias a su experiencia en Daytop,
Casriel desarrolló una nueva clase de psicoterapia, llamada psicotera­ mayor mecanismo psicodinámico que subyace en todo uso y abuso de
pia de vinculación o el New Identity Process (Casriel, 1972). La Teoría drogas. La teoría postula que toda conducta está marcada por el inten­
Psicodinámica Adaptable había partido de los conceptos de Freud to del individuo para protegerse a "sí mismo" dentro del entorno
social. Dicha autoestima se desarrolla lentamente durante el proceso
sobre los impulsos innatos libidinosos, básicamente impulsos de
sexualidad y de agresión. La agresión no era contemplada como un de socialización. Su fundamento se estableció en una edad temprana y
impulso instintivo, sino más bien como una defensa contra un peligro está presente en el tiempo en que el prototipo de la personalidad
real o imaginario. Casriel definía la vinculación como estado emocio­ queda formado. Lo cual no significa que la autoestima no pueda cam­
nal y físi camente cercano a otra persona. La consider aba como necesi­ biarse positiva o negativamente más tarde, ya que el individuo res­
ponde en gran manera a la presión social. La autoestima se desarrolla
dad biológica primaria, al igual que la comida, el oxígeno y el sueño.
La satisfacción de dichas necesidades proporciona placer. La falta con­ mediante un comportamiento que progresivamente se implica en el
dominio de las situaciones y en la consecución de metas personales.
lleva sufrimiento. También los pensamientos de su cumplimiento pue­
den provocar placer, así como dolor los de su insatisfacción. La falta de Una baja autoestima puede ser el resultado de proponerse metas
demasiado altas, o de no alcanzar metas reales por una falta de con­
vinculación convierte a la persona en vulnerable a una gran diversi­
fianza en la capacidad de conseguirlas. Esto último puede suceder
dad de psicopatologías, siendo una de ellas la adicción. La terapia
desarrollada por Casriel difiere con mucho de la psicoanalítica tradi­ cuando un progenitor o cualquier otra persona significativa se lo hace
cional. El daba suma importancia a la implicación emocional por parte todo al niño sin dejarle a él o a ella que emplee su talento para reali­
del terapeuta, y aboga por su autoapertura, mientras que en el psico­ zarlo (Steffenhagen, 1980).
análisis tradicional el terapeuta se muestra independiente, neutral y La baja autoestima puede provenir de una madre excesivamente pr o­
objetivo. La psicoterapia del vínculo se ha convertido en un método tectora que le quita al niño toda responsabilidad respecto a su c onduc­
muy provechoso de tratamiento que ha ido introduciéndose exitosa­ ta. La aprobación y recompensa se consideran frutos de una excelente
mente en los programas de comunidad terapéutica. actuación, lo que les conduce a proponerse metas altas y a desarrollar
salvaguardas compensatorias tales como "Si no me hubiese dolido la
El psicoanálisis tradicional, sin embargo, ha resultado en gran parte cabeza o no hubiese estado bebido o no hubiese tomado drogas me
infructuoso para el tratamiento de adictos. Krystal (1970, 1988) des­ hubiera ido mejor en mi examen". Puede suceder también que se mues­
cribe a los drogadictos como personas traumatizadas desde temprana tre una baja autoestima en una situación en la que el niño no consiga
edad. Sus transferencias a los terapeutas son algo así como si se acu­ atención por parte de sus padres, como puede acontecer en un entorno
diera a una madre omnipotente idealizada. Ellos reaccionan normal­ empobrecido y con unos padres descuidados. Una persona que haya
mente a las dolorosas explicaciones del terapeuta volviendo otra vez desarrollado una baja autoestima siente la necesidad de proteger la
al consumo de drogas. Tampoco están suficientemente en contacto pobre imagen que tiene de sí mismo a través de mecanismos compen­
con sus emociones como para hacer posible el psicoanálisis tradicio­ satorios que crean ulteriores problemas en las relaciones interpersona­
nal, empleando el fenómeno de transferencia en la relación terapéuti­ les, lo cual aumenta su sentimiento de inferioridad. Una persona con
ca. Bratter (1973) reconocía que es necesario que los psicoterapeutas baja autoestima responderá al estrés de modo más negativo que quien
se integren personalmente con los individuos adictos a fin de tener la tiene alta. Puede ocurrir que el individuo vuelva al abuso de drogas
éxito en su terapia. Glasser (1965) menciona que sin la mencionada para afrontar sus metas desmedidas y su propia baja autoestima.
integración no puede haber ningún sustento para relación terapéuti­
ca alguna. Khantzian (1982) indicaba que la mayor atracción hacia los
opiáceos se daba por su acción antiagresiva. Sugería que los drogo-
dependientes que habían estado expuestos a un abuso físico y a vio­ Teorías conductuales o de condicionamiento
lencia durante la niñez poseían unos sentimientos fuertes de agresión
y sadismo hacia los demás. El consumo de opiáceos les permitía Las respuestas conductuales y emocionales lo mismo se pueden
librarse de la disforia asociada con el enfado y la rabia, dejándoles así aprender que olvidarse. Las reacciones respecto a la conducta pueden
tranquilos y relajados. reforzar el comportamiento o tener un efecto punitivo. Respecto a este
Uno de los enfoques psicodinámicos acerca de la adicción es la teo­ enfoque, lo importante es preguntar qué es lo que refuerza la conduc­
ría de la autoestima. En la mencionada teoría, propuesta por la psico­ ta adictiva. En las terapias, de lo que se trata es de desaprender la con­
logía individual de Adler, dicha autoestima es considerada como el ducta adictiva reemplazándola con otro comportamiento. Desempe­
ñan un papel central los factores tanto del condicionamiento clásico
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como del operante, se gún Wil der (1973), en el proceso de la adicción y tores (Tennant y Bernardi, 1988), y con el rechazo emocional durante
recaída. En la teoría de Wikler existen dos definiciones centrales: el la niñez (Kaplan, Martin y Robbins 1984). Entre las familias con hijos
refuerzo farmacológico y el directo. Estaba convencido de que la eufo­ adictos se hallan tanto padres despreocupados, distantes de los hijos,
ria producida por los nar cóticos y el temor a los estados ave rsivos abs­ como excesivamente protectores (Kaufman y Kaufmann, 1979;
tinentes no bastaban para explicar la adicción. Existe una interacción Steffenhagen, 1980). Raras veces recompensan los padres la conducta
con otras fuentes de reforzamiento que él llamaba refuerzo directo (no aceptable del adicto, mientras que prestan una fuerte atención negati­
unido a la droga). El hecho de que aparezca una rápida tolerancia al va a la conducta negativa (Reilly, 1976). También se encuentra una
efecto eufórico de la droga —el adicto tan sólo desea sentirse normal— falta de límites intergeneracionales (Alexander y Dibb, 1975;
y de que el temor de la abstinencia no sea totalmente real, ya que espe­ Klagsburn y David, 1977). Con frecuencia los padres ofrecen mensajes
cialmente muchos heroinómanos experimentaban una abstinencia sin inconsistentes o con doble sentido a sus hijos y no les proponen lími­
dolor sustituyéndola por metadona, es lo que apoya su enfoque de tes claros al comportamiento negativo.
que existen otros factores que condicionan el consumo de drogas. Otro En las familias de la mayoría de los hombres heroinómanos aparece
hecho que apoya la mencionada teoría es la aparición de los síntomas una madre superprotectora y permisiva en combinación con un padre
de abstinencia en los adictos cuando, después de la desintoxicación, pasivo y emocionalmente lej ano (Fort, 1954; Rose, Battjes y Leukefeld,
volvían al entorno en que previamente habían consumido drogas. 1984). Stanton y Todd (1982) describen una homeostasis patológica en
Bajo el punto de vista de los terapeutas conductuales, se consideran las familias de adictos. Frecuentemente los drogadictos que han sido
las actitudes y las normas sociales como los principales determinantes tratados con éxito recaen y vuelven a casa de sus padres cuando ha
del intento de alcanzar cierto tipo de conducta. Al cliente se le explica ocurrido una crisis en la familia (Stanton y Todd, 1982). Cancrini y
en la terapia que él mismo es el responsable de su propio comporta­ otros. (1985) estructuraron tipologías de familias de drogadictos (ver
miento (Stoop et al., 1987). La meta de la terapia es hacer que desa­ Parte I, capítulo 6). La terapia familiar y de relación marital, para adic­
prendan la elección del comportamiento adictivo en una situación tos, está basada en la teoría sistémica de la adicción.
concreta asociada con el consumo de droga o alcohol y que la reem­
placen por otra conducta.
Teorías sociales
Teorías de orientación sistémica El abuso de drogas puede contemplarse como resultado de una
sociedad que funciona mal. La gente consume drogas a fin de escapar
Otro enfoque sobre la adicción tiende a considerarla como resulta­ de la presión ejercida por la sociedad o como protesta contra las nor­
do de un equilibro patológico en un sistema de relaciones o sistema mas establecidas por ella. Los consumidores de droga son estigmati­
familiar. En una relación el adicto crea la posiblidad de que el otro sea zados y eliminados de esa sociedad. Los adictos son utilizados como
el más fuerte de los dos. En un sistema familiar distrae la atención de chivo expiatorio de todo lo que va mal en ella por quienes están adap­
la familia de otros problemas y la mantiene unida convirtiéndose él tados. Algunos defensores de la teoría social arguyen que resulta
en el foco de atención. mejor no tratar a ningún drogadicto puesto que no cambiaría la causa
Con los drogadictos adolescentes parece darse el problema del real de la adicción: el mal funcionamiento de la sociedad. Argumentan
"abandono del hogar". Aparece por ambas partes un intenso miedo a que el tratamiento estigmatizaría tan sólo a las personas que no son ni
la separación, ya que a medida que el hijo trata de mantener fuertes anormales ni pacientes. Zinberg (1984) postuló que la adicción y el
lazos de unión con la familia, al mismo tiempo se prepara para aban­ consumo controlado están relacionados entre sí. Los ritos y las sancio­
donar la casa paterna. La drogadicción resulta una solución para con­ nes modulaban su interacción. El entorno social desempeña un papel
seguir una pseudoindependencia, una pseudoindividuación (Stanton importante en inducirles a la adicción. Su punto de vista se apoya en
y Todd, 1982). Van der Kolk (1992) afirma que la temprana traumati­ el hecho de que la mayoría de los veteranos americanos del Vietnam
zation de los padres conduce a una "vinculación negativa". Los que allí habían sido adictos a la heroína, pudieron dejar de consumir­
padres son las personas más importantes mientras crecen los niños. la sin problema alguno en cuanto se retiraron a sus casas.
Los hijos no desarrollan relaciones normales de compañerismo con su Biernacki (1986) coloca la teoría social dentro del marco de la iden­
grupo de iguales y presentan dificultades para abandonar la casa tidad social y dentro de otros procesos cognitivos que fijan al adicto
paterna. Se ha encontrado que la adicción está asociada a la separación al entorno social y que ofrecen a otros posibilidades y obstáculos para
en la edad temprana junto con el hecho de unos padres superprotec- la recuperación. Él hizo un estudio sobre el proceso de la recupera­

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ción natural de la adicción a la heroína y descubrió que los adictos El debate sobre adaptación-enfermedad
que se habían identificado a sí mismos como yonkis eran más difíci­
les de recuperar de su adicción, sin ayuda profesional, que aquellos De la multiplicidad de teorías resulta difícil sacar la conclusión de
adictos que aún tenían otras identidades en oficios, relaciones o roles que la adicción venga a ser una enfermedad y por ende un problema
sociales. médico. La atención crítica dirigida al modelo de la enfermedad se ha
intensificado recientemente en el debate sobre el modelo-adaptación
en contraposición al modelo de la enfermedad. A partir de los años
La teoría de la auto-medicación y otras teorías 30, la investigación y el tratamiento del alcoholismo habían estado
psiquiátricas dominados por el concepto-enfermedad, que gracias a los esfuerzos
de Alcohólicos Anónimos reemplazó gradualmente al modelo moral
A los adictos se les puede considerar pacientes psiquiátricos. de la adicción al alcohol. Fue Jellinek quien describió el alcoholismo
Cuando consumen alcohol o drogas sus síntomas disminuyen y la como enfermedad progresiva con diferentes etapas (Jellinek, 1960).
depresión o esquizofrenia desaparece. Esta teoría puede explicar por En el modelo de la enfermedad las personas pueden hacerse sus­
qué pueden aparecer tras la desintoxicación síndromes psiquiátricos. ceptibles de drogadicción. Se atribuye generalmente la susceptibilidad
En la tercera edición del libro "Diagnostic and Statistic Manual of a un defecto genético o metabólico, o a un daño psicológico ocurrido
Mental Disorders" (DSM III), publicado por la American Psychiatric en la niñez. Cuando una persona susceptible se encuentra expuesta a
Association, se hace una división entre abuso y dependencia de la sus­ la sustancia y a la vez al estrés ambiental, es probable que la droga-
tancia. Los síntomas aparecen descritos sobre la base de criterios dicción ocurra e induzca todo ello a un comportamiento problemático.
estrictos (DSM III, A.P.A., 1980). Se publicó una descripción revisada Por los años 60, el concepto de la enfermedad comenzó a ser criticado
en el DSM III-R (A.P.A., 1987), mientras que actualmente se prepara la y se consideró a la adicción cada vez más como un problema inicial de
cuarta versión DSM. comportamiento (Schippers, 1984). En opinión de Schaap dicha crítica
Las teorías psiquiátricas son altamente descriptivas. McLellan creó tiene mucho que ver con una restringida definición somática del
un instrumento para medir la severidad de la adicción, el Addiction modelo médico y del alcoholismo. Van Dijk (1976) respondió a esta crí­
Severity Index (McLellan y otros, 1980; Hendriks, 1990). En la investi­ tica describiendo los criterios de la enfermedad. Da una descripción
gación, empleando el mencionado instrumento dividido en siete cate­ del diagnóstico, etiología, prognosis, terapia y prevención de la enfer­
gorías (médica, empleo, consumo de alcohol, consumo de drogas, medad.
legalidad, familia/sociedad y estatus psiquiátrico), la ausencia de La visión del alcoholismo y otras adicciones como una enfermedad
relación entre la severidad del abuso y la severidad de los problemas ha sido beneficiosa para el drogopedendiente al facilitarle tratamien­
asociados cuestionaba la visión de la adicción como una enfermedad to, y al neutralizar la visión de que es fundamentalmente inmoral y de
progresiva tal y como la describió Jellinek (1960). voluntad débil. Por otra parte obtiene para el adicto una excusa de su
La tendencia a recaer, tras prolongados períodos de abstinencia, les comportamiento autodestructivo y puede reforzar su actitud de que
condujo al concepto de que la adicción viene a ser una enfermedad no sea él el responsable de su situación. El modelo de la enfermedad
crónica de por vida tal como aparece caracterizada por Alcohólicos ha dado una justificación para una actuación violenta por parte de la
Anónimos: adicto una vez, adicto para siempre. A consecuencia de policía y los militares contra los traficant es de droga en una gue rra que
dicho concepto de adicción como enfermedad con recaídas crónicas, no parece conseguir resultado alguno. El describir la adicción en tér­
Marlatt (1985) confeccionó un programa de prevención de estas recaí­ minos médicos o en sistemas clasificatorios como el DSM III no se sus­
das. Sin embargo, también se ha descrito la maduración fuera de la tenta en teorías etiológicas y no suministra al terapeuta guías para su
adicción a la heroína, cuando las drogas cesan de tener su función tratamiento. Las descripciones pueden ser sólo parte del problema. En
adaptativa requerida en años anteriores (Winick, 1962; Biernacki, vez de designar al adicto como paciente, Trimbos (1980) habla de una
1986; Swierstra, 1986). En un estudio de seguimiento,Vaillant vio que conducta desviada tendente al riesgo. Schippers (1984) habla de pro­
tras 20 años habían conseguido una abstinencia estable del 35% al blemas de estilo de vida.
42% (dependiendo de la definición). Por otra parte, en otro estudio de Los problemas de la adicción no se resuelven prescribiendo drogas
Harrington y Cox (1979) con una muestra de 51 adictos, tan sólo uno a los adictos, tal como se practicaba en programas con metadona de
se vio liberado de drogas o abstinente, por lo que si tenemos en cuen­ "bajo umbral", puesto que aquellos nunca pedían dejar de consumir­
ta esta muestra la teoría de la maduración no tiene consistencia. las (Driessen, 1987). Aun prescribiendo la heroína, como se hizo en

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Gran Bretaña, no se consiguió que los adictos dejasen de seguir toman­ Modelos interactivos
do drogas adicionales (Denham, 1978). Los clientes del programa de
metadona de Amsterdam comenzaron a emplear el dinero que habían Ninguna de las teorías hasta ahora descritas es capaz de explicar por com­
recogido mediante el robo o la prostitución para comprar otra clase de pleto la existencia de la adicción. Pueden, con todo, explicar parte de ella;
drogas tales como cocaína (Kooyman, 1984a, 1986). Jansen y Swierstra todos los puntos de vista son válidos en sí mismos; centran su atención sobre
(1983) encontraron, en una investigación sobre heroinómanos en diversos factores que pueden desempeñar, en mayor o menor medida, una
Holanda, que más de la mitad de los adictos de su muestra habían función parcial en el origen de la adicción de ciertas personas. Estos factores
estado involucrados en una conducta criminal ya antes de que comen­ son también interactivos. Un modelo interactivo de la drogodependencia
zaran a consumir drogas. El consumo de la heroína parece encajar en fue propuesto por los grupos de trabajo "Nomenclatura y Clasificación de
un particular estilo de vida (Van de Wijngaart, 1987). los problemas relacionados con las drogas y el alcohol" de la Organización
Alexander (1987, 1990) describió la adicción como una manera de Mundial de la Salud (OMS) (Edwards, Arif y Hodgson, 1981). En el men­
afrontar las dificultades. En su modelo adaptativo, las personas con cionado modelo, se considera la dependencia como un síndrome psico-fisio-
alto riesgo de adicción son aquellas que han fracasado en su intento lógico-social, determinado por un sistema complejo de reforzamientos. No
de alcanzar los niveles generalmente reconocidos de independencia, solamente explica cómo puede una persona hacerse adicta, sino que además
de competencia, de aceptación social, de confianza en sí mismo, que indica los factores que mantienen al adicto en su situación.
constituyen las expectativas básicas del adulto. Han fracasado en el Van Dijk (1979,1980) propuso una excelente descripción de las fuerzas
proceso de su crecimiento personal. La adicción les suministra una que mantienen adicta a una persona. En la adicción, considerada por él
especie de identidad y sentido de vida cuando no poseen alternati­ como un proceso autónomo, continuamente dañino, hay factores que
va. En el modelo adaptativo, en vez de considerar la drogadicción operan a modo de círculos viciosos: el círculo farmacológico, el psicológi­
como causa de muchos problemas, más bien se la considera como su co, el social y desintegrador del cerebro. Empleó este concepto al comien­
resultado, del mismo modo que se puede hacer con el juego patoló­ zo para la adicción al alcohol, pero más tarde transformó el principio
gico, la criminalidad, el consumo excesivo de comida, la televisión y incluyendo otras adicciones.
el sexo, viéndolos a todos ellos como el resultado de una incapaci­ El círculo vicioso farmacológico significa que como resultado de haber
dad para afrontar los problemas de la vida. En el modelo de la enfer­ dejado de consumir la sustancia puedan producirse síntomas de absti­
medad, la susceptibilidad sugiere una vulnerabilidad pasiva respec­ nencia. Dichos síntomas desaparecen cuando el adicto vuelve otra vez a
to a la adicción. En el modelo adaptativo la adicción se contempla tomarla. Existe además un círculo vicioso psicológico. Los se ntimientos
como una preferencia en la búsqueda de un principio organizativo de vergüenza y culpabilidad por ser un adicto le pueden empujar al uso
en la vida mientras la motivación normal se encuentra fuera de continuado a fin de disminuir tales sentimientos. Luego existe un círculo
juego. A favor del modelo adaptativo está el hecho de que el hallar­ vicioso social. La conducta del adicto trae consigo conflictos. La sociedad
se expuesto a las drogas no termina necesariamente en adicción. La estigmatiza y aísla al adicto; se engendran subculturas, lo c ual le dificulta
teoría adaptativa no explica, sin embargo, la naturaleza progresiva­ el abandono de la identidad-adicto, que termina al fin asumiendo el con­
mente autodestructiva de la adicción severa (Alexander y Hadaway, sumidor de la sustancia. El círculo vicioso desintegrador del cerebro apa­
1982). rece especialmente en la adicción al alcohol; su uso excesivo puede dañar
Otro punto de vista sobre la preferencia por la adicción en vez de las funciones integradoras y reguladoras y por tanto el individuo tiene
enfrentarse al estrés consiste en la teoría de la búsqueda de sensacio­ una resistencia menor a su ansia de volver a consumir la droga. El con­
nes (Zuckerman, 1970, 1986; Platt, 1975). Dicha teoría puede dar una cepto de círculos viciosos nos ayuda a comprender qué es lo que mantie­
buena explicación del por qué unas personas consumen drogas, pero ne adicto al drogodependiente. Para el tratamiento de la adicción esto'
no explica suficientemente por qué no pueden abandonar tal conduc­ reviste incluso una mayor importancia que su etiología.
ta. Desde el punto de vista adaptativo resultan contraproducentes las El consumo de drogas o la dependencia del alcohol están descritos por
medidas punitivas dirigidas contra los traficantes y los consumidores. Uchtenhagen y Zimmer-Hófler (1981) como consecuencia de un desequi­
Una prohibición de las drogas plenamente eficaz conseguirá tan sólo librio entre los siguientes factores:
forzar a los adictos a que elijan otra adaptación sustitutoria. Un trata­
miento punitivo de los adictos no consigue más que exacerbar su sen­ 1. Presión exterior
timiento de fracaso, y es, por consiguiente, probable que incremente 2. Apoyo por parte del entorno
su necesidad de adicción. 3. La autonomía del sujeto

40 41
Cuando predomina uno de estos factores sobre los otros, o si uno de por parte de los profesionales que "bajaban de sus tronos" y compar­
estos factores no está suficientemente presente, el sujeto experimenta tían sus opiniones con los pacientes —ahora llamados residentes— en
estrés. El consumo de droga puede disminuir temporalmente dicha abiertas dis cusiones. Todo lo que ocurría durante el día era revisado en
sensación de estrés. El adicto ha encontrado una solución sustitutiva a reuniones de grupo al final del mismo. El elemento terapéutico princi­
sus problemas. Se siente bien a pesar de una experiencia amenazante, pal consistía en el aprendizaje mediante la retroalimentación de los
aburrida o dolorosa de origen interpersonal o social. Se encuentra actos llamados aprendizaje social en una interacción social (Jones, 1953,
atrapado en los círculos viciosos de la adicción: su único problema es 1983,1984).
cómo obtener la droga a fin de sentirse bien o precisamente normal. En Las comunidades terapéuticas del modelo Jones demostraron ser en
el supuesto de que la droga sea fácil de conseguir y su consumo no gran parte ineficaces para el tratamiento de adictos (Kooyman,
cause problemas adicionales, tales como una condición física deterio­ 1975a,d; Kooyman y Bra tter, 1980; Schaap, 1977, 1987). La estructura
rada, falta de dinero o la amenaza de ser arrestado, no encontrará democrática requiere que sus miembros funcionen a un nivel más o
generalmente una motivación para dejar de drogarse. menos adulto; la mayor parte de los drogodependientes que son admi­
tidos en las comunidades terapéuticas no son capaces de obrar así.
Más aún, su incapacidad de funcionar a un nivel adulto hasta puede
Motivación negativa y positiva
ser una causa de su adicción.
En la mayoría de los casos, los factores externos le llevarán a deci­ En Estados Unidos, el tratamiento de la adicción a la heroína no tuvo
dirse a pedir ayuda. Con mucha frecuencia, no obstante, el adicto aca­ mucho éxito hasta que surgió Synanon, en 1958, y estuvo dominado
bará jugando con el médico o el trabajador social a fin de continuar por el abordaje psicoanalítico. Según Bratter, fue Mowrer uno de los
con su adicción. Si los factores externos son una verdadera carga primeros autores que rechazaba el modelo psicodinámico. El pensaba
pudiera ser que el adicto pida ser admitido en un centro de trata­ que se debería considerar el comportamiento más bien como una
miento. Esta puede ser la llamada motivación negativa. Nosotros manifestación de irresponsabilidad que como una enfermedad, y llegó
podemos considerar la admisión como un primer paso necesario para a la conclusión de que la terapia psicodinámica era "no-terapéutica".
el tratamiento, paso que no es fácil dar. Dejar de consumir es única­ El psicoanálisis sustrae sutilmente al paciente de la responsabilidad de
mente un primer paso hacia el tratamiento (Kooyman, 1985b). Una sus acciones y su conducta. En Synanon a los adictos se les trasmitía el
motivación positiva, "el deseo de no volver jamás a consumir droga", mensaje contrario; ellos mismos eran responsables de sus problemas:
no surge generalmente hasta después de unos pocos meses de trata­ "Nadie más que tú es quien se pincha en el brazo" (Bratter y al.,
miento (Kooyman, 1975c). 1985a). En las comunidades terapéuticas americanas de autoayuda se
les proporcionaba respeto y autoridad, tratándoles no como crimina­
les ni como pacientes sino como personas que fueron necias al elegir
Conceptos empleados en las comunidades una conducta adictiva, y diciéndoles que podían actuar responsable­
terapéuticas mente y desempeñar un rol activo en su rehabilitación ayudándose a
sí mismos, así como a los demás. Llegaron a ser la única organización
Las comunidades terapéuticas han surgido a partir de la experiencia de tratamiento en donde se esperaba que los antiguos clientes llegasen
y han hecho de sus clientes miembros activos en su propia terapia al a ser miembros del equipo e, incluso, directores de la organización.
igual que los compañeros residentes. Tanto las comunidades terapéuti­
cas para adictos que tuvieron su origen en el movimiento de auto-
ayuda de Estados Unidos como las comunidades terapéuticas para Los conceptos de Synanon
pacientes psiquiátricos desarrolladas en Europa después de la II
Guerra Mundial, tienen en común el ser una reacción contra el cuida­ Algunos meses antes de que Charles Dederich hubiese fundado
do basado en el castigo, contra la custodia y la mentalidad de control Synanon, a la que se invitaba tanto a alcohólicos como a drogadictos a
de las instituciones de tratamiento (Bratter, 1985; Goffman, 1961 y llevar juntos una vida libre de droga, el movimiento AA había excluido
Szasz, 1970). Las comunidades terapéuticas para pacientes psiquiátri­ formalmente a los drogadictos, no permitiéndoles ser miembros de su
cos y las comunidades terapéuticas para adictos se desarrollaron origi­ organización. En los grupos AA reunidos en su casa, Dederich había
nariamente de forma independiente una de otra. En las comunidades desarrollado una técnica a la que se denominó "el juego": una reunión en
terapéuticas europeas basadas en los principios igualitarios y demo­ grupo sin líder en la que se les a seguraba que podían hablar de cualquier
cráticos descritos por Jones, los pacientes recibían respeto y autoridad cosa sin haberla tenido que preparar de antemano. Dichas reuniones en

42 43
grupo se convirtieron en un elemento esencial de Synanon. Durante las abiertamente los conflictos interpersonales (Simón, 1974). Se esti­
mencionadas reuniones el grupo se centraba sobre una persona durante mulaba la automanifestación: haz pública tu vida. La filosofía bási­
unos veinte minutos y luego hacía lo mismo con los demás. La norma era ca del juego tomó su origen del 4." paso de los AA: examinarse uno
atacar agre sivamente al individuo puesto en "silla caliente" y no defen­ a sí mismo sin miedo (Deitch y Zweben, 1979). El juego evolucionó
derle, romper todos los contratos; es decir, confabulaciones tácitas o deli­ dentro de Synanon pasando de los ataques agresivos sobre el com­
beradas con alguien para ocultar material durante el juego. La composi­ portamiento negativo a discusiones con gran sentido del humor y
ción del grupo se cambiaba continuamente para incrementar al máximo exageraciones para abrirse camino a través de la defensa de los par­
la variedad de su impacto (Deitch y Zweben, 1979). ticipantes. Los juegos "se jugaban" en una atmósfera más relajada,
Dederich, con gran carisma y líder cualificado, tenía amplios cono­ si bien había todavía períodos de ataques y confrontaciones
cimientos filosóficos (Freud, Thoreau, Buda, Santo Tomás, Platón, (Broekaert, 1976).
Emerson). Ralph Waldo Emerson era citado con frecuencia ("Existe un Kahlil Gibran fue uno de los filósofos que influyó en Synanon. Un
modo correcto de hacer todas las cosas, incluso si se trata solo de her­ pasaje de su libro "El Profeta" era frecuentemente citado: "Y ni una
vir un huevo") y su ensayo sobre "Confianza en uno mismo" era para sola hoja se torna amarilla sino con el silencioso conocimiento del
los miembros de Synanon lectura obligatoria, lo mismo que su ensayo árbol entero". El sociólogo Yablonsky, que también es un terapeuta de
sobre "Fuerza" (Patton, 1973). Desde el inicio mismo de Synanon for­ psicodrama, pasó algún tiempo en Synanon y escribió un libro sobre
maban parte de la comunidad no sólo los antiguos alcohólicos sino ello: "The Tunnel Back" (Yablonsky, 1965). Maslow, el psicólogo huma­
también los antiguos drogadictos. En Synanon se siguió esta ideología: nista que elaboró los conceptos de niveles de necesidades personales
los adictos son individuos irresponsables. Consumen drogas o alcohol y de la autorrealización, visitó Synanon en varias ocasiones al comien­
para escapar de las frustraciones y tensiones de la vida diaria. Si se zo de los años 60 y envió al fundador unos manuscritos que fueron
quiere darles.un tratamiento eficaz hace falta que aprendan nuevos usados como material de discusión en los seminarios de Synanon. La
valores y actitudes. Dicha ideología estaba basada sobre: visita de Casriel, que escribió también un libro sobre Synanon, "So fair
a house", le condujo a estructurar Daytop Village en Nueva York,
— la creencia de que cada individuo posee un potencial de comunidad terapéutica que siguió el modelo de Synanon (Casriel,
crecimiento 1963). Dos ex-miembros de Synanon, David Deitch y Ron Brancato,
— la necesidad de que cada persona desarrolle su potencial llegaron a ser directores de Daytop Village tras el primer año caótico
creativo del programa; consiguieron asentar una comunidad terapéutica lleva­
— la noción de que la persona ha de tomar la decisión de da por para-profesionales con la filosofía de auto-ayuda propia de
desarrollarse y cambiarse a sí misma; los demás tan sólo Synanon.
pueden ayudarles ejerciendo de modelo, demostrando
interés y compromiso
Los conceptos de las comunidades terapéuticas de
— la creencia de que la meta de la vida juntos es la felicidad
(Broekaert, 1976). auto-ayuda
Las comunidades terapéuticas americanas de auto-ayuda desarro­
En años posteriores Synanon se denominó a sí misma como una religión,
principalmente para eximirse del pago de impuestos. Antes de que esto llaron los conceptos que tuvieron su origen en Synanon. Dichos con­
último quedara establecido se redactó la oración de Synanon: ceptos son conocidos por todos los antiguos residentes y por el equi­
po. Son discutidos en seminarios por todos los residentes y se enseñan
"Concédeme, por favor, ante todo y siempre examinarme a a los nuevos. Representan la piedra angular de la filosofía del trata­
mí mismo, ser honrado y veraz, concédeme buscar y asumir miento. Son conceptos básicos que suministran un conjunto de princi­
la responsabilidad, concédeme antes comprender que ser pios como guías para el programa de la comunidad terapéutica. Aquí
comprendido, concédeme confiar y tener fe en mí mismo y en se describirán los conceptos principales.
mis compañeros los hombres, concédeme mejor amar que ser
amado y concédeme antes dar que recibir" (Garfield, 1978). La elección
El juego venía a ser el principal medio de ayuda al cambio del Para venir a la comunidad terapéutica el adicto ha de hacer una elec­
individuo. Fue además una situación en la que se podían arreglar ción. Esta puede ser entre ir a la cárcel o entrar a formar parte de una

44 45
en los ojos de los otros. La honradez es recompensada por los miem­
comunidad terapéutica. Las puertas están abiertas y los residentes
bros de la comunidad. Cuando conoces la conducta negativa propia
pueden marcharse en cualquier momento. Normalmente, antes de
o de otras personas y guardas silencio, esto se considera un contrato
entrar se establece una entrevista con un miembro del equipo y a la
negativo contigo mismo o con las restantes personas. La persona que
que también acuden otros miembros del mismo y algunos de los resi­
no es honesta no es libre, está acumulando sentimientos de culpa que
dentes de la comunidad. Antes de la entrevista se puede hacer sentar
a su vez le pueden llevar al camino de la droga. Todo lo cual queda
al residente en la silla del candidato frente a una pared en la que se
resumido en el principio de la verdad, leído regularmente a los
halla escrita la filosofía de la comunidad terapéutica. Al nuevo resi­
miembros de las comunidades terapéuticas en las reuniones matuti­
dente se le pregunta por qué desea dejar de consumir droga. Su com­
portamiento como consumidor de droga se califica de estúpido. Se nas:
pide generalmente a la persona que realice algún compromiso como
muestra de su sinceridad a la hora de entrar a formar parte de la "Trabajamos aquí a partir de lo que llamamos el Principio
comunidad terapéutica. Acaso se le diga que pida ayuda en voz lo m ás de la Verdad. Se pudiera decir que parte de nuestra terapia es
alta que pueda. La entrevista es una preparación psicológica del paso la verdad y la honestidad. No tenemos nada que ocultar ni
que el adicto va a dar para entrar en una cultura orientada casi en su hemos de actuar erróneamente. No estamos orgullosos de
totalidad hacia un cambio de valores, de actitudes, de patrones de nuestro comportamiento pasado, pero al mismo tiempo no
conducta y de su propia imagen (Sugarman, 1974). podemos permanecer paralizados por nuestros sentimientos
Un elemento importante de esta entrevista es que la mayor parte de de culpa. La mayoría de las personas tejen su vida con peque­
los entrevistadores son antiguos adictos. No le castigan por su adic­ ñas mentiras y no son honestas entre sí. Hemos caído en la
ción ni le dan muestras de compasión; fuerzan al adicto a que consi­ cuenta de que no podemos permitirnos obrar así. Cada vez
dere su modo de actuar y las consecuencias de sus actos. Cuando el que nos apartamos de la verdad puede ser fatal para noso­
candidato puede convencer a los entrevistadores de que necesita tros. Si no somos sinceros unos con otros, añadimos más
ayuda, es aceptado y será abrazado por todos. culpa a nuestra ya pesada carga. Esto hace que vayamos de
mal en peor y pudiera significar que volvamos a doparnos, a
morir de una sobredosis o acabar en la cárcel".
Un adicto es una persona emocionalmente inmadura
que necesita desarrollarse Compartir la culpa
Los adictos son considerados como individuos inmaduros, irresponsa­ Los sentimientos de culpa no compartidos pueden ser una razón
bles, incapaces de posponer la gratificación de sus necesidades. En la para actuar negativamente de manera autodestructiva. Contraria­
comunidad terapéutica aprenderán a hacer uso de sus potencialidades de mente a algunas teorías psiquiátricas, no se considera la culpa, en la
desarrollo y a evolucionar emocional, física, espiritual, intelectual y comunidad terapéutica, como síntoma de depresión sino como una
sexualmente, y a utilizar su creatividad. alarma natural que no se debería negar o racionalizar. El ocultar algu­
na cosa puede causar sentimientos de culpa que den como resultado
Un adicto es capaz de ayudarse a sí mismo el abandono de la comunidad por la persona. Cuando se comunican
ayudando a los demás todos los pensamientos y sentimientos, la persona se convierte en un
individuo libre.
Al ejercer el papel de modelo para los nuevos, el residente refuerza En las primitivas comunidades cristianas se esperaba de sus miem­
su comportamiento positivo, incrementando así su autoestima. bros que confesasen sus equivocaciones abiertamente en presencia de
Necesita el apoyo de sus semejantes para cambiar: "Sólo tú lo puedes sus compañeros de comunidad. Esto se denominaba "exhomologesis",
hacer, pero no puedes hacerlo tú solo". apertura de todo lo que sucede en tu interior frente a todos (Mowrer,
1977; Glaser, 1977; Broekaert, 1990). En la Iglesia católica, la confesión
ante todos sus miembros se ha convertido en la confesión al sacerdo­
Los frutos de la honestidad te, y en la protestante en oración a Dios. Esta confesión de lo que hicis­
te mal produce un gran sentimiento de alivio. En nuestra sociedad
Al no guardar secreto alguno con los demás miembros y compartir
moderna, contrariamente a las sociedades primitivas, en que la confe­
todos sus pensamientos, el residente puede verse como en un espejo
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46
sión abierta a los miembros de su tribu se advierte que es curativa, mismo y se deprime. Los sentimientos vagos de culpa no aparecen ya
dicha oportunidad de obtener alivio ha desaparecido casi totalmente. más en relación con un comportamiento negativo específico. Esto
En la c omunidad terapéutica, la confesión de que obraste mal "enfren­ resulta insoportable; luego se hace algo negativo a fin de poder atri­
tándote a la culpa" resulta un elemento crucial de curación en el pro­ buir estos vagos sentimientos de culpa a algo obvio. Entonces el círcu­
ceso de tratamiento. Puede tener lugar durante los encuentros de la lo puede empezar de nuevo. La única forma de detenerlo es compar­
mañana, cuando surgen preguntas sobre quién fue responsable de tir los sentimientos de culpa confesando el comportamiento negativo
algo que estuvo mal, o durante un grupo de encuentro en sesiones y enfrentándose a las posibles consecuencias. Los adictos han estado
especiales de toda la comunidad e n las que el e quipo i nvita a los re si­ largo tiempo negando sus sentimientos de culpa. Cuando se permiten
dentes a compartir sentimientos de culpa, denominadas "sesiones de a sí mismos sentir la culpa de algo negativo, se ven abrumados por los
afrontamiento". sentimientos de culpa relacionados con una conducta negativa del
El proceso destructor de no compartir los sentimientos de culpa pasado. En la comunidad terapéutica estos sentimientos se pueden
viene ilustrado por el concepto de círculo de culpabilidad (Fig. 1). El expresar y tratarse en grupos. La confesión de culpa en presencia de
círculo de culpabilidad se puede explicar del siguiente modo: Una los demás residentes puede ser un importante factor de unión en la
persona hace algo negativo. Se siente culpable, niega el sentimiento, comunidad (Cassuto, 1981).
encuentra excusas, racionaliza el sentimiento, pero esto no funciona.
Como compensación quiere demostrar un comportamiento positivo, Ejecución al 100%
pero permanece tenso y siente temor de que la gente se entere de que
ha obrado mal. Empieza por desconfiar de las demás personas y da A diferencia del estilo de vida de los yonkis, se espera del residente
por supuesto que están enfadadas con él. Se siente mal consigo en la comunidad terapéutica que sea limpio; no sólo en no consumir
drogas sino también en que mantenga limpia la casa y cuide de sus
Figura 1. El círculo de culpa. Tras una actuación negativa, los mecanismos de defen­ propias cosas. Se quiere que llegue puntualmente a la hora y se le
sa tales como la racionalización, la compensación y la negación son empleados sin exige mucho en la calidad de su trabajo. Tales demandas le enseñan al
éxito y llevan al temor, la desconfianza y la depresión, junto con unos vagos e incone­ residente a afrontar sus sentimientos de frustración y a dejar el
xos sentimientos de culpa que dan como resultado una nueva conducta de acting out. "laissez-faire", estilo de vida al que estaba acostumbrado.

Acnmir
OV4ÍXLA4. AU. AriA
VAtLjUMiliVÍUVl

Al residente se le hace ver que él es el responsable de sus propios actos.


En última instancia, él es responsable de su adicción. Nadie más que él
introduce la jeringa en su brazo. En la comunidad terapéutica se le con­
ciencia del impacto de su conducta, se le muestran las consecuencias de sus
actos y se le advierte que sea responsable ante sí mismo y ante la sociedad
(Bratter y Hammerschlag, 1975).

Actuar como si...


A los residentes se les dice simplemente que obren como si fueran
ellos los responsables y haciéndolo así lo serán de veras. Se les dice
que obren como si no tuvieran miedo a nada y, al hacerlo, perderán
este temor. Deberían actuar como si estuvieran pictóricos de fuerza,
como si comprendieran los valores de la comunidad terapéutica, obrar
como si fueran la persona que ellos desean ser; haciéndolo de este
modo, acabarán pensando y sintiendo gradualmente como obran y
conforme a ello llegarán a ser la persona que desean. El concepto de
actuar como si, resulta además importante como mensaje de informa­
48
49
ción para los nuevos. El miembro más antiguo de la comunidad nunca Figura 2.1: X se siente bien, consume D (heroína), no siente el problema doloro­
debe ser tan positivo como cuando se topa con el miembro recién lle­ so' no resuelve el problema, tampoco se aparta del problema.
gado (Sugarman, 1974).
La mencionada regla de "actúa como si" no es explíctamente válida
durante los grupos de encuentro, excepto quizás en aquella situación
en que alguno obre como si no tuviera miedo de confrontar a alguien
por su conducta. En la analogía de cambiar cómo sientes a través de
cambiar tus pensamientos, y que es uno de los principios de la Terapia
Racional Emotiva, una persona puede transformar su manera de sen­
tir gracias al cambio de conducta (Ellis y Grieger, 1977).

Mostrar interés
Figura 2.2: X todavía se siente razonablemente bien. Se sirve de drogas sustanti­
Lo que se pretende de los residentes es que demuestren preocupa­ vas (metadona), no siente el problema doloroso, pero aún no resuelve el problema
ción por los demás y por lo que hacen en la comunidad. No se debie­ ni se aleja de él.
ra confundir el mostrarse amable y servicial con cargar con la respon­
sabilidad por la conducta de otro (la simpatía mata al amigo adicto).
Precisamente por interés, puedes decirle con enfado a una persona lo
que piensas de ella, lo mismo que confrontarle por su conducta des­
tructiva. A esto se le llama "interés responsable" (Ottenberg, 1978;
Waldorf, 1971). El nuevo miembro tiene que aprender lo que significa
la expresión "amor dur o" (C assuto, 1981). Aprende que e l enfado en la
confrontación no significa un rechazo hacia él en cuanto persona, sino
un modo de mostrar preocupación por su conducta negativa.

IV /í -*x -t-zx-*-* zx-*« zxl x»*'»!-*-! zxxx 4-zx z-1 zx /4 »»z-t r»-a xr zx xr-J zxl zTcrt znx-X
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Figura 2.3: X dejó de consumir, no se siente bien, es confrontado con los proble­
mas dolorosos.
El adicto entra a formar parte de una comunidad guiado por unas
pocas reglas fundamentales: ningún uso de drogas, alcohol o cuales­
quiera otras sustancias perturbadoras de la mente, y nada de violen­ P
cia o amenazas de violencia. El residente no puede tratar de conse­

í
guir drogas ni alcohol, ni emplear la violencia. El tratamiento libre de
droga se dirige contra los problemas que son la razón del abuso y
que tan sólo pueden ser tratados eficazmente si se deja de usar la
sustancia adictiva. Todo lo cual se puede llevar a cabo en un centro
diferente de desintoxicación, aplicando la metadona u otros produc­ X
tos químicos a fin de aliviar los síntomas de abstinencia de drogas, o
sin dichas drogas "a pelo". Asimismo esto puede tener lugar dentro La adicción es un síntoma de problemas subyacentes
de la misma comunidad terapéutica (Kooyman, 1980).
La violación de una de estas reglas principales supone la expulsión, La adicción se considera como la consecuencia de un problema.
que no tiene por qué ser para siempre. Se le puede admitir de nuevo, en Puede que haya empezado como un intento de resolver un problema,
una semana, tras haber sido minuciosamente entrevistado en relación que a su vez se convirtió en un problema en sí mismo. Una vez que el
con su compromiso. En un ambiente en que el no puede darse un acting síntoma de la conducta adictiva ha quedado eliminado, el residente
out negativo, el residente aprende de modo positivo a responder al aprende cómo descubrir cuál fue la función de su adicción y qué dolor
estrés. Lo dicho se puede describir como sigue (ver las figuras 2.1 a 2.4): o miedo al dolor tuvo que ser anestesiado.

50 51
Figura 2.4: X está en una comunidad terapéutica libre de drogas y aprende con la Hasta que no permite a los demás compartir sus secretos no
ayuda de un compañero residente, Y, a enfrentarse al problema doloroso. se libera de ellos.
Si tiene miedo de darse a conocer a los otros, al final no podrá
conocerse a sí mismo ni a los demás. Estará solo.
¿Dónde podemos conocernos mejor sino en nuestros puntos
comunes?
Aquí, juntos, una persona puede manifestarse claramente no
como el gigante de sus sueños ni el enano de sus m iedos, sino
como un hombre parte de un todo con su aportación a los
demás.
Sobre esta base podemos enraizamos y crecer, no solos, como
en la muerte, sino vivos para nosotros mismos y para los
P = problema; X = adicto; D = droga; M = droga sustitututiva; demás".
Y = compañero residente
La mencionada filosofía, en muchas comunidades terapéuticas de
La participación activa obligatoria en el progama muchos países, es leída en lo encuentros de la mañana y discutida en
terapéutico seminarios. El tener una filosofía que sea discutida conjuntamente por
los residentes y los miembros del equipo, constituye de por sí un ele­
El programa no puede realizarse de una forma pasiva. El adicto mento de gran valor terapéutico (Ottenberg, 1991).
tiene que tomar una postura activa dentro de la comunidad, "poten­
ciarse o marcharse" (Jongsma, 1981). En principio, el programa tera­ Relación entre las teorías sobre la adicción y el
péutico es el mismo para todos. El residente no puede rehusar tomar tratamiento en las comunidades terapéuticas
parte en ninguna de las actividades de grupo. Tras haber aprendido el
residente a comprender el programa, sus valores se interiorizan y ¿Qué relación existe entre el tratamiento en dichas comunidades
comienza a sentir responsabilidad por las reglas, las normas y valores terapéuticas y las teorías existentes sobre la adicción? En primer lugar,
de la comunidad terapéutica. Obrando así, el residente mismo se con­ el error de no distinguir claramente la diferencia que existe entre uso
vierte en un modelo a seguir para los nuevos residentes. de drogas y su adicción a ellas ha creado una confusión en las discu­
Los conceptos que acabamos de describir son los más importantes siones acerca de su etiología. El uso se convierte en adicción en caso de
de los que se empleaban en las comunidades terapéuticas para adic­ que la persona haya perdido el control sobre la droga. En lugar de
tos. Forman parte, implícitamente, de la filosofía del programa. esto, la droga ha tomado el control de su vida. El adicto ya no es libre
para usarla o no. El no usarla llega a ser una situación insufrible, y el
usarla se convierte en una obsesión.
La filosofía del tratamiento de las comunidades La adicción puede definirse del modo siguiente: la adicción es un
terapéuticas proceso dañino continuado, resultado de una conducta adaptativa
de ajuste que perdió el control y se convirtió ella misma en un pro­
Una gran ventaja de los conceptos de las comunidades terapéuticas blema.
de autoayuda es que resultan fáciles de entender a los residentes. La El por qué parece ser continuado se puede ilustrar mediante el efec­
mayoría de las comunidades terapéuticas han adoptado como filoso­ to de los círculos viciosos de diversos factores. Empleando el concep­
fía de su programa la escrita por Richard Beauvais cuando estuvo en to de Van Dijk sobre los círculos viciosos de la adicción (Van Dijk,
Daytop Village: 1980), se pueden dibujar los siguientes círculos (ver Figura 3):
El adicto se ve atrapado en un sistema de círculos viciosos que pue­
"Estamos aquí porque no existe ningún refugio donde escon­ den, cada uno de ellos, desempeñar una función más o menos aparen­
dernos de nosotros mismos. te. Mientras tenga la droga a su disposición y no ocurran problemas
Hasta que una persona no se confronta en los ojos y en los secundarios adicionales, tales como una mala salud, falta de dinero,
corazones de los demás, escapa. amenaza de ser arrestado, presión por parte de la familia para que la

52 53
ma al que quiera dejarla, porque eso puede despertar
Figura 3: Los círculos viciosos de la adicción sentimientos de culpa en el resto del grupo respecto a su
propio consumo.
4. En el círculo social, la sociedad estigmatiza al adicto; ello
conduce a su rechazo y aislamiento, lo que dificulta su
integración en la sociedad tras haber dejado la droga. El
adicto se siente a ceptado sólo en el m undo de los adi ctos.
Fuera de él se le mira como "una vez adicto, siempre
adicto".
5. En el círculo vicioso debilitador del yo-cerebro, el consumo
excesivo puede producir un efecto dañino sobre las funcio­
nes cerebrales que regulan e integran su conducta. El resul­
tado es un debilitamiento de la fuerza del ego. Queda mer­
mado su poder psicológico individual para regular y con­
trolar el consumo. Este es especialmente el caso cuando la s
drogas producen un efecto dañino sobre el cerebro como en
el caso del consumo excesivo de alcohol. Debido a la pérdi­
da de la fuerza del yo, los motivos que incitan al consumo
resultan cada vez más difíciles de resistir.

deje, el adicto no muestra generalmente motivación alguna para dejar­ Si se pretende atajar exitosamente la adicción, todos estos círculos
la, ya que cuando lo hace se pueden observar los siguientes efectos; viciosos han de ser eliminados, y no sólo algunos de ellos. Esto último
se puede conseguir en el ambiente libre de droga las 24 horas al día de
1. En el c írculo fa rmacológico, una discontinuidad del con­ la comunidad terapéutica (Kooyman, 1986a). Ofreciéndoles un
sumo causa un efecto opuesto a los efectos deseados de ambiente libre de drogas y sin la distribución de drogas psicofarma-
la droga: así, al volverla a consumir desaparecen los efec­ céuticas, se excluye el círculo vicioso farmacológico. La influencia del
tos molestos indeseados. sistema primario al que pertenece el adicto queda excluida al apartar­
2. En los círculos psicológicos, el adicto se siente culpable le de dicho sistema. Ello implica en sí mismo ciertas consecuencias
por el abuso de la droga. Estos sentimientos desagrada­ para el sistema. Cuando se espera que el adicto vuelva a este sistema
bles de culpabilidad desaparecen en el momento en que o al m enos que esté e n c ontacto c on él —como en el caso de la pareja,
vuelve a tomarla. Los sentimientos negativos que fueron los padres, o los otros miembros de su familia— hace falta implicar
reprimidos mediante el consumo y que eran las razones dicho sistema en la terapia, con la esperanza de que podrán enfrentar­
verdaderas en su inicio, retornan con más intensidad aún se con un adicto recuperado tras haber sido dado de alta de la comu­
que antes. Desaparecen cuando el adicto empieza otra nidad terapéutica. El círculo vicioso social queda excluido apartando
vez a consumirlas. al adicto temporalmente de la comunidad. Dentro de la nueva socie­
3. En el círculo de los sistemas primarios, la adicción dad de la comunidad terapéutica, al residente ya no se le aísla por
ayuda a establecer un equilibrio patológico. Dentro de la haber sido adicto, sino que llega a implicarse activamente en esta
familia el adicto hace de chivo expiatorio. Distrae la micro-sociedad. Constituye un reto para los programas de comunidad
atención de los problemas existentes. Cuando el adicto terapéutica el educar a la sociedad para que asuma la posibilidad de
deja de consumir, los demás problemas existentes se tratar exitosamente a los adictos. En este caso pueden cambiar el
advierten con claridad, con el resultado de ser de nuevo supuesto "una vez adicto, siempre adicto". Al eliminar cuatro de los
el chivo expiatorio. En una relación, una persona puede cinco círculos viciosos, el foco de atención durante el tiempo que pasa
ser incapaz de arreglárselas con un compañero enérgico el adicto en la comunidad terapéutica se concentra en los factores psi­
cuya propia autoestima se realza estando unido a una cológicos que desempeñan un papel en la recaída en el abuso de droga.
persona adicta débil. En un grupo de adictos se desani­ Gracias al control social estricto dentro de la comunidad terapéutica.

54 55
viene a ser imposible el uso de droga o alcohol en la casa, de tal forma car la huida del contacto físico y el t emor a la intimidad que se advier­
que, si una persona recae en el hábito antiguo, tiene que irse. te en los adictos. Así pues, el adicto evita el rechazo y el consiguiente
dolor que lo acompaña (Kooyman, 1991). •
También nos damos cuenta ahora de la forma opuesta de compor­
Enfocar la atención sobre el individuo: el círculo tarse, una tendencia por parte de los adictos a buscar experiencias
vicioso psicológico dolorosas, como si intentaran neuróticamente dominar la situación
dolorosa. De este modo imitan el modelo de personas severamente
En el t ratamiento, la atención se concentra en el individuo y su inte­ traumatizadas que muestran una tendencia a repetir de diversas for­
racción con los demás miembros de la comunidad. Aquí se da el mas la situación traumática. En la vida real parece ser ésta una activi­
ambiente en el que la conducta adictiva, el síntoma, se ha detenido. dad raramente autocurativa. Sin embargo, en las terapias que emple­
Vamos ahora a echar un vistazo a las teorías sobre la etiología de la adic­ an técnicas para expresar las emociones, tales como la del New
ción anteriormente descritas con respecto a lo que le acontece al indivi­ Identity Process de Casriel o la terapia del grito de Janov, el gritar les
duo durante su estancia en la comunidad terapéutica. Los mismos fac­ sirve como medio de expresar las emociones al tiempo que reviven
tores que le pueden haber conducido a la adicción, como respuesta al emotivamente los eventos traumáticos del pasado (Casriel, 1972;
querer afrontar una determinada situación, pueden causar una recaída Janov, 1970). Asimismo, se remontan hasta la situación traumática
tras haber dejado la conducta adictiva por un determinado período de otras terapias, tales como el psicodrama (Moreno, 1959), la hipnotera-
tiempo. pia (Van der Hart, 1988) y las sesiones que usan LSD o Pentotal para
Así pues, ¿por qué consume la gente drogas de tal forma que se haga derribar las defensas del individuo en contra de los recuerdos doloro­
dependiente de ellas? ¿Son aplicables a la terapia de la comunidad sos (Bastiaans, 1986). Las mencionadas intervenciones terapéuticas
terapéutica aquellas teorías que describen los factores etiológicos parecen funcionar bien con gente traumatizada. Una cuestión a la que
potenciales que desempeñan un rol en el desarrollo de un estado que no se ha dado respuesta es la de si funcionan en el cuerpo a nivel bio­
denominamos adicción? químico. En tal caso, las terapias utilizadas en las comunidades tera­
péuticas del tipo de grupos de encuentro podrían hacerlo también.
Las teorías biológicas sobre la adicción, y el Puesto que aún falta una investigación suficiente, lo dicho resulta alta­
mente especulativo.
residente en la comunidad terapéutica
La persona ya adicta tal vez séa más vulnerable biológicamente que Teorías psicodinámicas sobre la adicción y el
otras. Dicha vulnerabilidad puede ser innata o adquirida a través de residente de la comunidad terapéutica
experiencias traumáticas en la niñez temprana. Las personas que se
convierten en drogodependientes pueden tener una tolerancia decre­ La terapia en la comunidad terapéutica se puede estudiar bajo el
ciente al dolor. El programa de la comunidad terapéutica no ofrece punto de vista de las teorías psicoanalíticas. Difiere en muchos aspec­
ninguna droga sustitutiva. La sustitución de una adicción por otra tos de la terapia analítica tradicional. Por ejemplo, la persona tiene
adicción mantiene a la persona dependiente no sólo de sustancias quí­ primero que cambiar su conducta, después experimentar las emocio­
micas sino también de lós suministradores de dichas sustancias, lo nes que acompañan a dicho cambio, y luego necesita aprender a com­
cual está en contradicción con el objetivo del programa. prender lo que le está sucediendo. Normalmente, en el psicoanálisis es
En el programa, sobre todo en grupos, los residentes aprenden a al revés. El terapeuta de la comunidad terapéutica está emocional­
experimentar emociones dolorosas. Aprenden a expresarlas en vez de mente implicado y expresa sus emociones, sin sentirse cohibido por
ocultarlas. Se desconoce si mediante estos grupos emotivos, por ejem­ los conceptos de transferencia o contra-transferencia. Se niegan los ins­
plo en el nuevo proceso de identidad elaborado por Casriel, se pro­ tintos negativos innatos, se contempla la conducta negativa como un
duce una reconstrucción bioquímica de los patrones dañados. En los reactivo ante las situaciones. Al individuo se le considera como perso­
grupos emotivos, la cercanía a otras personas tanto a nivel físico como na que no ha nacido mala y de la que se espera que pueda crecer hasta
psicológico les recuerda el dolor del pasado que ha quedado archiva­ realizarse mediante el desarrollo de sus potencialidades.
do. Según Casriel, este dolor es el de la privación temprana, el de ser En el proceso terapéutico, al igual que en la terapia analítica, apare­
rechazados cuando eran niños pequeños. Una disfunción bioquímica, cen defensas como reacción contra la presión del sistema terapéutico.
resultado de aquella primera traumatización, puede, en parte, expli­ Cuando un residente se encuentra bajo la presión del programa de tra-

56 57
tamiento, normalmente aparece una conducta de acting out. Ésta se lable, como fue el caso de Emiliehoeve en los primeros meses de su
puede entender como una exteriorización de conflictos intemos, y existencia (ver parte II). El aspecto más importante es encontrar un
verse originariamente adecuada, pero una vez que la persona haya equilibrio dentro de un ambiente que por un lado presenta una pre­
madurado dicha actuación viene a ser una forma defectuosa de expre­ sión suficiente para provocar el acting out y por otro lado aporta una
sión, como defensa y compensación. Un ejemplo de esto último es el de estructura suficiente que establece los límites para prevenir un acting
una persona que hiere a aquellos por los que se interesa; evidentemen­ out incontrolable. Para madurar, el residente ha de abandonar sus
te da por sobreentendido que ellas pudieran no tener interés por él, y mecanismos de defensa. Dentro de la comunidad terapéutica los resi­
consiguientemente se previene para no entrometerse en una situación dentes llaman a estas defensas "imágenes que ocultan el yo verdade­
en que pudiera tener lugar un rechazo (Uchtenhagen, 1985b). ro". Una vez eliminadas las defensas, el residente se siente vulnerable
La mayor parte de los adictos admitidos en la comunidad terapéuti­ y se le puede ocurrir escapar de esta presión. Generalmente, tras unas
ca pertenecen al tipo de trastorno de carácter. Antes de que hubieran semanas o varios meses, tiene lugar una regresión: los residentes de
tomado la primera droga, su conducta les servía de prote cción en con­ entre 25 y 30 años llegan a regresar hasta el nivel de edad en el que les
tra de los sentimientos dolorosos, con frecuencia inconscientes. El con­ fue todo mal; se comportan como adolescentes y exteriorizan sus con­
sumo de drogas les sirve para conseguir idéntico fin: se puede descri­ flictos de autoridad al equipo y a los residentes más antiguos. Pero en
bir el consumo de droga como una conducta de acting out. Viene a ser la comunidad terapéutica vuelven a desarrollarse sanamente, siendo
parte de un mecanismo de defensa ya existente. El mecanismo más capaces de dejar su nuevo hogar, con esperanzas de éxito, como un
importante de defensa de la persona con trastorno de carácter es la adulto maduro.
proyección. Los sentimientos negativos del adicto son proyectados Los residentes, casi sin excepción, tienen una baja autoestima.
sobre otras personas. El acting out descrito como una exteriorización Alexander Bassin (1980), uno de los fundadores de Daytop, describía
de conflictos internos se puede considerar una defensa. Dicha defensa a los adictos como sigue: "Los adictos son personas con baja estima,
puede tener su origen en un modo defectuoso de expresar o afrontar que poseen una identidad malograda y son incapaces de sostener rela­
los conflictos internos debido a la incapacidad para resistir el estrés ciones emotivas prolongadas". No solamente han fallado los adictos
emotivo que los acompaña (Kooyman, 1985a). en sus relaciones, en su educación o en sus empleos, sino que además
La conducta de acting out está caracterizada por la ausencia de una lo hacen cuando entran a formar parte de una comunidad terapéutica
respuesta emotiva directa. No se demuestra enojo directamente a la como adictos. Lo que de veras evita el adicto es tener que pedir ayuda
persona que provoca la emoción. Tampoco se le demuestra directa­ y, al entrar en una comunidad terapéutica, dicha petición es nula, si
mente amor. Én su lugar se exterioriza la emoción hacia otras personas bien puede ser que esconda esta idea de sí mismo en su conducta. La
u objetos, al tiempo que pueden dirigirse diversas emociones a la per­ reacción misma de los entrevistadores al tiempo de su admisión a la
sona que provoca la emoción. Por ejemplo, a una persona que provo­ comunidad terapéutica indicándole que fue un estúpido tomando
ca amor se le muestra temor o enojo. A una persona que provoca enojo drogas o alcohol incrementa todavía sus sentimientos de auto-estima.
se le puede mostrar amor o no darle respuesta emotiva alguna, mien­ De esta manera se le transmite el mensaje de que él es capaz de actuar
tras que el enojo se encamina hacia otros objetos o personas. El acting de otro modo y de que al parecer tiene una posibilidad para ello
out puede considerarse como un conflicto, como una conducta huidi­ (Sugarman, 1974). El tiempo pasado en la cárcel o el tratamiento que
za, como una expresión de un conflicto interno o como una compen­ recibió en el hospital como paciente, tan sólo le condujeron a una dis­
sación, protegiendo así una vulnerabilidad narcisista con un creci­ minución mayor de los sentimientos de respeto hacia sí mismo. Pero
miento del propio narcisismo (en términos de comunidad, construirse si hubiera sido un caso perdido no se le hubiese llamado "estúpido".
una gran imagen). El acting out se puede considerar un modo de Al actuar como si no temiera hacer las cosas y al asumir la responsa­
defenderse para no ser herido. Un gran miedo es el dolor por ser bilidad de la vida diaria en la comunidad terapéutica, tras realizar
rechazado (Kooyman, 1986a). La persona, sin embargo, provoca con tareas que pensaba era incapaz de realizar, la autoestima del adicto va
frecuencia el rechazo mediante su propio modo de comportarse. en aumento.
Cuando el rechazo es provocado por la propia persona, éste se le hace Preston y Viney (1984) encontraron que los residentes de las comu­
sorportable (Kooyman, 1985a). nidades terapéuticas en Australia que habían estado en tratamiento
El ambiente terapéutico de la comunidad provoca la conducta del 10 meses o más tenían mayor autoestima que los residentes en trata­
acting out, pero a la vez delimita dicha actuación. Un marco terapéuti­ miento durante períodos más cortos. La investigación que llevó a
co puede provocar una conducta de acting out de magnitud incontro­ cabo Biase entre residentes y ex-residentes de la comunidad terapéu­

58 59
tica Daytop Village indicaba un bajo nivel de autoestima en la mayo­
se va a vivir por su cuenta o con un amigo, al menos los de las
ría de los nuevos residentes. Dicha autoestima aumentó durante el comunidades terapéuticas de Norteamérica y del Noroeste europeo.
programa en la mayoría de los residentes y se mantuvo a mayor nivel La comunidad terapéutica es un lugar en que los residentes perma­
después del alta. En los que no se advirtió un aumento de su autoes­ necen entre la fase de estancia, en contacto frecuente con la familia
tima durante su permanencia en el programa, el riesgo de recaída fue de origen, y cuando empiezan a vivir por su cuenta. Puesto que la
mucho más elevado. Esto es lo que se apreció entre los ex-residentes familia o el compañero pueden desempeñar un papel negativo en lo
tal como apareció en el estudio de seguimiento tras el alta (Biase & que respecta a si la adicción se continúa conscientemente o no, los
Sullivan, 1985). Otro descubrimiento interesante fue que a los resi­ contactos con los miembros de la familia, compañeros y amigos no
dentes que habían seguido educación escolar les iba mejor en cuanto les están permitidos los primeros meses del programa. La admisión
al nivel de autoestima que a quienes no recibieron esta educación del residente produce un efecto sobre los padres, compañeros y
durante su tratamiento en dicha comunidad terapéutica. demás parientes. Por lo tanto, ellos se encuentran involucrados en el
tratamiento desde el momento en que se les vuelve a permitir el
Teorías behavioristas sobre la adicción, y el contacto con el residente. Sin embargo, la implicación de dichas per­
sonas comienza preferentemente a partir del comienzo del trata­
residente en la comunidad terapéutica miento, antes incluso de su admisión. En un capítulo posterior se
describirá cómo los padres, compañeros y otros parientes pueden
La comunidad terapéutica es un lugar en que se desaprende la con­ llegar a formar parte del programa de tratamiento de la comunidad
ducta adictiva y se aprende otra. Los miembros de la comunidad
terapéutica.
refuerzan el comportamiento positivo. Que cada uno sea responsable
La familia sustitutoria ofrece un lugar seguro donde madurar y
de su propia conducta es uno de los conceptos básicos para la terapia
sacar provecho de las equivocaciones; las equivocaciones son impor­
de conducta con los adictos, al igual que para el tratamiento en el inte­
tantes. Los residentes han de aprender que cometer una equivocación
rior de la comunidad terapéutica. "Atravesar las emociones" y "actuar
no equivale a un desastre, como quizá pensaban cuando niños. Hay
como si" se pueden entender como una técnica dé la terapia de con­
unas delimitaciones claras en la comunidad terapéutica con respecto a
ducta. Existe un continuo reforzamiento de la conducta positiva. La
la conducta negativa del acting out. Hay figuras fuertes de autoridad:
conducta negativa "yonki" se confronta duramente. Los residentes
normalmente se da la figura fuerte del padre; se premia el comporta­
hacen muchas cosas que tienen miedo de hacer y, de cualquier mane­
ra, al obrar así superan su temor. miento positivo y el negativo se castiga. En la nueva familia el adicto
aprende a respetarse a sí mismo y a los demás. Aprende, además, a dar
y recibir amor y afecto.
Teorías sistémicas sobre la adicción, y el residente
en la comunidad terapéutica Las teorías sociales sobre la adicción, y el residente
La comunidad es un nuevo sistema primario. Las comunidades tera­
de la comunidad terapéutica
péuticas proveen de una familia sustitutoria a una población cuyas Los adictos de la comunidad terapéutica viven en un ambiente muy
experiencias previas en su vida familiar han sido con frecuencia insa­ distinto al de los lugares en que solían estar cuando consumían dro­
tisfactorias. Dederich, el fundador de Synanon, conceptualizó el pro­ gas o alcohol. La casa en que residen se mantiene muy limpia. A su
ceso como aquel en que el adicto rena cía y estaba e xperimentando una alrededor no hay nada que les recuerde la cultura de la droga o el
maduración acelerada. El sistema de apoyo las 24 horas del día conse­ alcohol. Los residentes mismos son despojados de todo aquello que
guía detener las defensas mal adaptadas, y reemplazarlas por patro­ traiga a su memoria la subcultura de la droga. Se les corta el pelo
nes de afrontamiento más positivos (Deitch y Zweben, 1979). largo, se quema o se tira la ropa yonki, que se reemplaza por otra lim­
Una de las mayores diferencias que existen entre Synanon y las pia y de buen aspecto, a veces tras un período inicial dentro de la
comunidades terapéuticas posteriores a ella consiste en la decisión comunidad en la que han de llevar puesto un mono.
tomada en 1968 de hacer de Synanon una comunidad de vida para Salen de la comunidad terapéutica para visitar el "mundo exterior",
afrontar el problema de la recaída, mientras que otras comunidades para ir a conciertos, museos, acontecimientos deportivos, teatros. En
terapéuticas siguieron considerando la reinserción en la sociedad los seminarios se les educa acerca de los eventos interesantes y bue­
como meta alcanzable. La mayor parte de los residentes, tras el alta. nos que existen en la sociedad. En la última etapa de la comunidad

60 61
terapéutica se les anima normalmente a participar en algún club o El sistema
asociación externa para, así, estimular la socialización con personas
ajenas al tratamiento. De ser participantes en el mundo de la droga El edificio de una comunidad terapéutica no es algo sin importancia.
pasan a ser miembros responsables de la comunidad terapéutica. En el Para ser capaz de crear un sentimiento de grupo es preciso disponer
programa de reinserción hay que cambiar su identificación con la de un amplio local en el que residentes y equipo puedan reunirse. Los
comunidad terapéutica por otra identificación personal ya nunca más lugares privados deberían reducirse al mínimo para impedir que los
referida a la adicción. residentes, durante su estancia en la comunidad terapéutica, se aíslen.
Los dormitorios deberían ser al menos para tres personas. En un dor­
mitorio para tan sólo dos personas resulta más fácil emparejarse y
Ambiente terapéutico hacer contratos negativos. En la fase de reinserción, sería peferible que
se asignara a los residentes habitaciones individuales.
El tratamiento en un ámbito 24 horas al día significa que tiene Es importante que haya un despacho en la recepción de entrada de
lugar dentro de un sistema social. A grandes rasgos, existen básica­ la comunidad terapéutica donde se puedan recibir las visitas. Los alre­
mente dos percepciones distintas sobre dicha idea. Una insiste en dedores del edificio deben disponer de espacio suficiente para que los
que los sistemas de tratamiento residenciales son instituciones inte­ residentes paseen o practiquen deportes. Los límites de la zona deben
grales, con toda una serie de desventajas potenciales. Esta percep­ estar claramente indicados de tal modo que resulte obvio cuando
ción la describe, entre otros, Goffman en su libro, "Asylums"
alguien los haya traspasado.
(Goffman, 1961). La otra propone la comunidad como un instrumen­
to terapéutico. La primera considera que el ambiente empeora al
paciente, mientras que la segunda piensa que puede contribuir a su El proceso terapéutico en la comunidad terapéutica
mejora. En un buen clima de comunicaciones abiertas el ambiente
puede hacerse terapéutico: puede darse un aprendizaje social El residente en la comunidad terapéutica participa activamente en su
mediante la confrontación, estructuración, implicación y validación; recuperación. El proceso de grupo es un elemento básico en la terapia.
son los factores descritos por Gunderson que han de estar presentes Se ha comprobado que la terapia de grupo resulta particularmente efi­
en un ambiente terapéutico que sea suficientemente bueno caz en el tratamiento de personas adictas al alcohol o a las drogas
(Gunderson, 1983). (Kooyman y Esseveld, 1984). Dentro de la comunidad el principal ele­
El equipo desempeña un papel importante en la salvaguardia del mento terapéutico es el grupo de encuentro. Estos encuentros pueden
ambiente terapéutico (Jongerius, 1989). Ya desde el año 1954, Stanton ser considerados como una forma de psicoterapia de grupo intensiva.
y Schwartz (1954), al describir un hospital mental, hicieron hincapié Los adictos tienen una baja autoestima, no despliegan confianza en sí
en que los conflictos del equipo producen un efecto negativo en el mismos y no confían en los demás. Sienten miedo a ser rechazados y
clima, y como resultado también en el tratamiento individual del manipulan a las personas para evitar que les rechacen. No son capaces
paciente. Un buen clima seguro es importante para la comunidad de sostener re laciones afectivas. Todas estas c aracterísticas hacen que los
terapéutica. Se necesita una estructura con una tradición normativa adictos no sea n las personas más apropiadas pa ra una psicoterapia indi­
si se quiere conseguirlo. En un programa nuevo, dichas normas vidual. De hecho, la terapia individual normalmente fracasa, a no ser
deben ser propuestas por el equipo con toda claridad. En las comu­ que factores concretos ayuden a controlar el abuso fuera de las sesiones.
nidades terapéuticas más antiguas las cosas acaecen porque se han El terapeuta con amplia experiencia de trabajo con este tipo de per­
convertido en tradición. En una comunidad terapéutica nueva, nor­ sonas es consciente de las tretas que emplean los adictos para no
mas tales como ser puntual a las comidas y reuniones, llamar a la someterse al cambio, especialmente cuando la terapia es no-directiva.
puerta de las oficinas del equipo, todavía no forman parte de una tra­ La dificultad terapéutica principal proviene de la falta de confianza
dición y deben ser estructuradas por el equipo. En las comunidades que tiene el adicto en las personas: "las otras personas te pueden herir
terapéuticas existentes los residentes las aprenden en seguida, así y lo pueden hacer todavía más cuando les has mostrado afecto". La
como los nuevos residentes, y las cosas suceden de cierta manera terapia de grupo tiene la ventaja de que la confianza puesta en el
porque siempre suceden así. Poner en marcha una nueva comunidad grupo puede crecer gradualmente. Al comienzo puede ser que el adic­
terapéutica es más fácil cuando el equipo introduce una estructura to confíe sólo en algunos de los miembros del grupo. Poco a poco
compacta que si se deja a merced de los residentes el proponer sus aumentará su confianza en los demás. Si consigue identificarse con los
normas por un largo período de tiempo. miembros del grupo, al haber sido también ellos adictos, será una gran

62 63
ayuda para él. La identificación les sirve para generar confianza. En los 4. Socialización ,
grupos no se pueden volver a manifestar los antiguos juegos; siendo En lugar de la conducta manipuladora que desplegaba el
expertos en esta conducta manipulativa, los participantes la veta n y dejan adicto a fin de satisfacer sus necesidades propias, el resi­
esos juegos. El nuevo miembro confía mucho más en la confrontación que dente aprende nuevas habilidades de comunicación.
en una actitud comprensiva y amistosa. Cuando una persona que tiene Aprende a pedir ayuda de manera directa.
una imagen muy negativa de sí se ve rodeada de amistad y afecto, esto
generalmente es algo que asusta mucho, sobre todo al nuevo residente, y 5. Desarrollar cualidades interpersonales y compartir la informa­
con frecuencia es una razón para romper el contacto y dejar el programa. ción
Ofrecer a un adicto que acaba de llegar al tratamiento gestos de gran El residente aprende a expresar y a aceptar la crítica. In­
amistad demasiado temprano, es mucho más pel igroso que acercarse a él tercambiando experiencias adquiere la introspección ne­
con una fuerte confrontación (Kooyman y Bratter, 1980). cesaria sobre su propia conducta. De esta forma, com­
Yalom ha descrito los factores curativos en la terapia de grupo prueban la realidad mucho mejor.
(Yalom, 1975). Puesto que la terapia de grupo viene a ser el elemento
principal dentro de las comunidades terapéuticas, en ellas están pre­ 6. Cohesión del grupo
sentes los factores curativos de las terapias de grupo (Hollidge, 1980): Los nuevos residentes pueden considerar la comunidad
terapéutica como una amenaza y consiguientemente se
1. Infundir esperanza aíslan por temor al rechazo. La confrontación con esta
Recién admitido a la comunidad terapéutica, el residente situación les proporciona una mayor introspección sobre
sufre a veces un sentimiento consciente de desesperanza su conducta. Es preciso desarrollar los sentimientos de
e inutilidad. Todo le ha salido mal incluso como adicto. pertenencia al grupo a fin de eliminar los sentimientos
En la comunidad terapéutica se explica al residente que subyacentes de que no se les acepta.
puede cambiar. Pero tal cambio no es posible sin que se
originen conflictos; donde no hay conflictos no se da estí­
7. Revivir situaciones de la familia de origen
mulo para el cambio.
Una comunidad terapéutica hace de nueva familia en la
Resulta difícil infundir esperanza de un cambio positivo
que se pueden experimentar esperanzas positivas.
en la terapia individual o grupal con formato no-residen­
cial, puesto que el cliente, fuera de las sesiones, se refuer­
za en su fracaso continuo. En el clima de una comunidad 8. Identificación
Cuando se ha entablado la primera relación positiva con
terapéutica en el que a ninguno se ve jamás tan desespe­
los compañeros de residencia puede emerger una identi­
ranzado y en el que a la persona en cuestión se le esti­
ficación claramente distinta de la que el adicto había teni­
mula a hacer uso de sus potencialidades, resulta posible
do con sus padres. Queda atrás la antigua identidad y se
eliminar los sentimientos de desesperanza e inutilidad;
produce una nueva y positiva que incrementa su autoes­
al menos cuando alguien del grupo te llama estúpido no
te hace sentirte un caso sin remedio. tima, su introspección y su confianza. En contraste con la
terapia de grupo no-residencial, en que los factores tera­
2. Sentimientos de proximidad péuticos arriba descritos pueden darse también, dichos
La confrontación con los problemas de los compañeros elementos forman parte de un ambiente terapéutico más
residentes hace que dichos problemas ya no sean únicos. amplio, en el que siguen continuamente presentes.
El reconocimiento de la situación de los otros engendra
confianza y esperanza. Al contrario de la situación en la Terapia del vínculo: su posible uso en las
terapia individual o de grupo, el cliente de una comuni­
dad terapéutica no se siente alienado por su vida social. comunidades terapéuticas
3. Altruismo Hay un área específica, problemática para la mayoría de los adic­
La mayoría de los adictos creen que no tienen valor algu­ tos, que no se ha tratado suficientemente en la comunidad terapéu­
no para los demás. Ayudando a los otros, sus sentimien­ tica tradicional: la cercanía emotiva y física a los demás. La mayor
tos de autoestima se ven reforzados. parte de los adictos evitan la intimidad. La cercanía física a un

64 65
compañero está con frecuencia asociada únicamente con el sexo. Si en dose activamente a ella. Un actor experimenta mucho más estrés antes
la comunidad terapéutica no se aborda este miedo a la cercanía, el ex­ de la representación de la obra que durante la misma. Esto mismo
adicto podrá ser capaz de hacerse responsable socialmente, ser una sucede con el deportista antes de la carrera. El residente aprende a
gran trabajador hasta el punto, quizá, de ser esclavo del trabajo, pero afrontar activamente el estrés y las situaciones de crisis en vez de ali­
será incapaz de mantener unas relaciones estables con un compañero. viarlo tomando alcohol o drogas o mediante otras conductas de acting
Casriel (1972) afirmaba que el vínculo, un estado de vivir emotiva y
out-
físicamente cercano a otra persona, es un necesidad biológica y que su El resultado viene a ser un incremento de la autoestima, mientras
satisfacción es necesaria para llevar una vida feliz. El describía dos que el miedo al rechazo disminuye. A través de la experiencia en la
reacciones opuestas al proceso de vinculación de las personas que de comunidad terapéutica, el adicto es capaz de llevar una vida sin
niños no habían aprendido que no hacía falta pagar un precio para dependencia de sustancias químicas con el fin de aliviar su estrés.
afianzar la vinculación, que estaba incondicionalmente disponible y Cuando nosotros advertimos que amplias comunidades terapéuti­
podían aceptarla o rechazarla. cas que albergan más de cien residentes en un sistema con tan sólo
El que la acepta pagará cualquier precio por el afecto, se esfuerza por un puñado de miembros de equipo, tienen éxito con la mayor parte
conseguirlo, sufre o soporta, hasta humillarse, cualquier cosa con tal de los residentes cuya estancia es lo suficientemente larga como
de obtener afecto o vínculo. Teme quedarse solo, no es capaz de expre­ para ser efectiva, hemos de caer en la cuenta de que el efecto tera­
sar enojo; cuando consigue afecto sin t ener que sufrir no lo acepta, e stá péutico no viene del impacto del equipo. Con frecuencia el equipo
atado al dolor. Acostumbrado a pagar un precio por conseguir el afec­ apenas conoce los nombres de los residentes: el elemento terapéuti­
to, el afecto recibido gratis no es de fiar para él y huye. El que la recha­ co principal es la estructura y la filosofía de la comunidad misma.
za ha aprendido que el precio del afecto es excesivo y ha decidido que Los miembros del equipo normalmente son ex-adictos que se han
no le hace falta el afecto de nadie, es incapaz de pedir ayuda, no mues­ graduado gracias al programa y ellos mismos producen un efecto
tra sus necesidades, aprende a apoyarse en sí mismo, se siente más positivo sobre los residentes actuando como modelos. La terapia es
seguro a solas, no puede expresar miedo o pena; resulta muy frío, la comunidad misma.
enmascara sus emociones. La mayoría de los adictos han desarrollado
una identidad de rechazo de vínculos, no muestran sus necesidades a
las otras personas, preferirían antes tomar drogas o alcohol en su Factores terapéuticos de la comunidad terapéutica
lugar. para adictos
En los grupos de terapia de vínculo, a los que Casriel denominó
¿Qué es lo terapéutico en la comunidad, terapéutica? La comunidad tera­
el "New Identity Process" (Proceso de nueva identidad), sus parti­
péutica ofrece un ambiente libre de drogas las 24 horas del día.
cipantes aprenden a sobreponerse al miedo a la proximidad, a la
Empleando los diversos conceptos teóricos descritos en este capítulo
vinculación. La experiencia de cercanía humana dentro del grupo
como marco de referencia, se pueden resumir las características de la
les trae a la mente el dolor por lo que se les ha negado de niños.
comunidad terapéutica para adictos del modo siguiente:
Una vez que la antigua y dolorosa situación se ha trabajado emo­
cionalmente, el participante puede disfrutar de la proximidad físi­
ca y emotiva (Casriel, 1971). En la Comunidad Terapéutica 1. La familia sustitutiva
Emiliehoeve los grupos del vínculo han llegado a ser parte integral Como familia sustitutiva ofrece al residente una posibili­
del programa. Parece que añaden un elemento importante que se dad de crecimiento en ambiente seguro.
echa de menos con frecuencia en la terapia de la comunidad tera­
péutica. 2. La filosofía consistente
Una filosofía consistente que pueda ser fácilmente enten­
dida, explicada y apoyada por todos los miembros.
La terapia es la comunidad terapéutica misma
3. La estructura terapéutica
El residente aprende en el entorno de la comunidad terapéutica a ser El ambiente posee una clara estructura en la que no se
capaz de responder al estrés de una manera positiva. Pierde el temor dan dobles mensajes. Esta estructura ofrece resguardo y
al fracaso, lo cual en sí mismo alivia el estrés interior. El sentimiento seguridad al residente. Las reglas son pocas pero claras.
de estrés se experimenta más esperando esa situación que enfrentán- El ambiente proporciona la presión suficiente para el

66 67
aprendizaje pero, además, una estructura suficiente para la desorganización, seguidas de una reintegración a
prevenir el caos, desarrollándose sin hacerse superorga- mayor nivel, tras haber sido dominada la situación de
nizada. Las equivocaciones tienen que poderse cometer; crisis (Erikson, 1963).
una comunidad terapéutica con excesivas reglas está
muerta. El residente puede, dentro de la estructura de la 7. El impacto terapéutico de todas las actividades dentro de la
comunidad terapéutica, inclinarse hacia posiciones de comunidad
responsabilidad creciente en función de sus distintos Cualquier cosa que suceda en la comunidad terapéutica
niveles de desarrollo. es terapia. Sus miembros han de preparar la comida, tra­
bajar en departamentos y aprender a funcionar en los
4. Equilibrio entre democracia, terapia y autonomía distintos roles.
Dentro de la comunidad debe haber un equilibrio entre
democracia, terapia y a utonomía del individuo. La demo­ 8. Responsabilidad del residente de su conducta
cracia en la sociedad quiere decir que existe un medio de Al residente no se le considera como si fuese un pacien­
delegar poder en todas las personas, de hacer posibles las te. Tal como los describió Parsons (1951), los siguientes
decisiones mediante la mayoría y de resolver conflictos. elementos pueden ser atribuidos al rol de un paciente:
Una comunidad terapéutica que delegue todo el poder en a. el paciente es liberado de las obligaciones normales de
los residentes, que son mayoría en comparación con el su rol;
equipo, puede convertirse en antiterapéutica y utilizarse b. al paciente no se le considera responsable de su situa­
como defensa colectiva en contra de la terapia como un ción;
modo de evitar conflictos. Esto se demostró en los prime­ c. se espera de l pacient e que vea su situación c omo inde­
ros meses de existencia de la Comunidad Terapéutica seada y que deje el rol de paciente tan pronto como
Emiliehoeve (Kooyman, 1975a). Dentro de la comunidad esto se considere médicamente justificado;
terapéutica resulta obligatoria la terapia. El residente no
d. el paciente está obligado a pedir ayuda.
puede elegir entre tomar parte o no. La autonomía del
Los dos primeros elementos no son atribuidos al resi­
individuo está limitada por el hecho de formar parte de un
dente de la comunidad terapéutica. Se les dice que no
grupo.
deberían hacerse las víctimas o echar a la adicción la
culpa de su fracaso en la obtención de las metas dese­
5. Aprendizaje social mediante interacción social adas en su vida, a la vez que culpan a otros o a la socie­
El aprendizaje tiene lugar como aprendizaje social dad de su situación. En vez de eso, se les advierte que
mediante la interacción social (Jones, 1953). su comportamiento fue pueril y que fueron estúpidos
El residente no puede aislarse a sí mismo dentro de la e irresponsables. Al residente se le designa como per­
comunidad terapéutica. Ha de ser activo en su implica­ sona que necesita ayuda y que necesita aprender a
ción y así recibe continuamente comentarios sobre su pedirla. Asimismo se le considera capaz de ayudar a
conducta y actitudes. Los antiguos residentes sirven de sus compañeros.
modelos para los más recientes (Comberton, 1986). El
residente aprende a desenvolverse en distintos roles 9. Aumento de autoestima mediante logros personales
sociales. A través del feed-back mejora la introspección de Mediante la superación del miedo al fracaso en el cum­
su propia conducta. Aprende a hacer e lecciones y a a cep­ plimiento de las cosas, paso a paso va aumentando la
tar las consecuencias de las mismas. baja autoestima del residente, actuando "como si" él no
temiera. Esto es efecto, también, de su implicación en
6. Aprendizaje a través de crisis actividades creadoras y de las clases de educación recibi­
Se fomenta el aprendizaje a través de una experiencia en das en la comunidad terapéutica. El aumento de su auto­
situaciones de crisis. Se puede entender a la luz de la teo­ estima hace decrecer el miedo al fracaso o al rechazo. El
ría del aprendizaje social de Erikson. Para él la madurez residente se da cuenta, al ayudar a otras personas, de que
sobreviene al soportar una serie de crisis conducentes a vale para los demás, lo cual refuerza su autoestima.
10. Interiorización de un sistema positivo de valores. consumo de drogas o alcohol, y desarrolle dentro de la
Se impone y se interioriza un sistema positivo de valo­ comunidad una conducta positiva. Los residentes en la
res. El residente aprende a ser honrado, a confrontar y comunidad terapéutica son confrontados por sus com­
criticar la conducta y actitud negativas y a ver un pro­ pañeros a causa de su conducta negativa. Los individuos
blema como un reto. avanzados en el proceso les sirven como modelos. Se
hace sentir al residente que es responsabilidad suya
11. Confrontación observar y criticar o hacer comentarios sobre el compor­
La confrontación y presión impuestas a las personas tamiento y actitudes de cada uno de los demás residen­
recién admitidas debería ser de carácter limitado, a fin tes. Es un apartarse por completo del código de la calle
de evitar que un exceso les haga abandonar la comuni­ por el que los adictos jamás revelaban a la policía ni a
dad terapéutica. La vida en el interior de la comunidad cualquier otro oficial las actividades de otro adicto. No
terapéutica conlleva en sí misma mucha presión que el se premia el papel de víctima y se denuncia tajante y
nuevo residente asume. Cuando el residente empieza a rápidamente cualquier conducta manipuladora que se
desenvolverse en el proceso terapéutico, se nota que va haya descubierto.
a más su confianza en el programa y que se deshace de
sus defensas. En esta situación espantosa, experimenta­ 13. Aprender á comprender y expresar emociones
da como crisis, el residente se dispone a cambiar su En grupos de encuentro y en otras reuniones terapéuti­
conducta y actitudes. Aprende a expresar verbalmente cas de grupo, se anima al residente a que exprese sus
sus conflictos interiores y a encarar el estrés emotivo emociones. Se emplea normalmente el grito como me­
ligado a sentimientos de culpa e incapacidad. El temor dio de expresión de las emociones de manera diáfana.
básico de aniquilación desaparece y la persona se sien­ El adicto aprende a sobreponerse al miedo de manifes­
te con fuerza para dejar de ponerse a la defensiva. tar su enojo, temor y pena, emociones que no necesitan
Ahora es cuando da el paso hacia la confrontación emo­ ya defenderse, como antes, con una conducta de acting
tiva directa con los otros, en vez de mostrar su conduc­ out. Finalmente, tiene la oportunidad de aprender a
ta de acting out. A medida que aprende que sus experimentar emociones positivas tales como el gozo y
compañeros le aprecian por su nueva conducta, el el amor, que por lo general son todavía más difíciles de
miedo al rechazo comienza a desaparecer. Aprende que expresar que las negativas.
no se requiere ser perfecto para que le quieran, como
pudiera haber pensado de niño. De hecho, parece ser 14. Cambio de actitudes de vida negativas en positivas
que estamos ante el caso contrario. Como escribió La mayor parte de los adictos tienen una visión negati­
Shostrum: "Nosotros pensamos, al parecer, que cuanto va de sí m ismos en r elación con otras pe rsonas, t al como
más perfectos aparecemos, cuanto más intachables, "no merezco que me amen", "no necesito de los
tanto más se nos querrá. En realidad, es lo contrario lo demás", "no tengo derecho a existir". Esta última acti­
que se acomoda a la verdad. Cuando más dispuestos tud es muy corriente entre adictos, si bien con frecuen­
estemos a admitir nuestra flaqueza de seres humanos, cia sólo durante la terapia de grupo se dan cuenta de
tanto más nos disponemos a que nos quieran" que adoptan la misma respecto a la vida. Siendo muy
(Shostrum, 1967). El residente aprende que la confron­ niños se desarrollaron sus actitudes negativas. De
tación no va dirigida a su persona sino a su comporta­ pequeños, les servían para sobrevivir, pero cuando se
miento. hicieron mayores se convirtieron en un gran estorbo.
Cambiar las actitudes negativas sobre uno mismo lleva
12. Presión positiva entre iguales su tiempo. Los grupos tales como el de New Identity
De la misma forma que la presión de los iguales puede Process —en el que se reemplazan las falsas identidades
haber sido un factor que condujo, en primer lugar, a la por las verdaderas— pueden ayudar a superar la fatali­
persona al consumo de drogas, así también dicha pre­ dad que supondría el que se cumpliesen las perspecti­
sión consigue que una persona decida abstenerse del vas negativas en sus vidas (Casriel, 1972).

70 71
15. Mejora de relaciones con la familia propia
Las relaciones con los padres y demás familiares se ven
renovadas con ayuda de miembros del equipo desde el
momento en que se les permite contactar tras un perío­
do inicial sin contactos. En aquel primer período, los
padres acudían a los grupos de padres incluso antes de
la admisión. En algunos casos se añade la terapia de
familia al tratamiento en la comunidad terapéutica. En
los grupos de terapia de dentro de la comunidad tera­
péutica se pueden trabajar emotivamente "asuntos pen­
dientes" con sus padres presentes tan sólo de forma
simbólica (sillas vacías, rol de padres representado por
Capítulo 4
otros residentes o miembros del equipo). Esto se puede
hacer en grupos de encuentro (Kooyman y Esseveld,
1984), en grupos de psicodrama (Yablonsky, 1990), en Objetivos, instrumentos
grupos de psicoterapia Pesso (Jongsma, 1981) o en los y técnicas de tratamiento
grupos New Identity Process (Casriel, 1980; Maertens,
1986).

En conclusión: los quince factores terapéuticos de una comunidad


son esenciales para el proceso terapéutico. Si alguno de estos princi­
El fin último del tratamiento en una comunidad terapéutica no consis­
pios terapéuticos no está presente, el tratamiento será menos eficaz.
te solamente en habilitar al adicto para que lleve una vida indepediente
del consumo de drogas o de cualquier otra conducta adictiva autodes-
tructiva. No consist e tan sólo en la desa parición de una c onducta sinto­
mática negativa. Consiste, además, en realzar un estilo positivo de vida
que enseñe al residente a ser capaz de afrontar el estrés de modo positi­
vo, en transformar su autoconcepto negativo por uno positivo, en apren­
der a mantener plenas e íntimas relaciones con otras personas y por últi­
mo, pero no menos importante, en saber disfrutar de la vida.
El fin del tratamiento en una comunidad terapéutica va más allá del
tratamiento de la conducta personal; dicha conducta se considera sín­
toma de problemas subyacentes. Sólo después de que haya dejado el
consumo de drogas es cuando de veras aparecen los problemas. En
una comunidad terapéutica se enseña al individuo á reconquistar los
sentimientos de confia nza en sí mismo y en los demás . El fin últim o no
es neutral sino positivo. Al residente se le enseña a saber enfrentarse al
estrés y los conflictos de una manera constructiva. Además, se le ense­
ña que pedir ayuda no quiere decir ser un desvalido. El tratamiento
terapéutico en comunidad aspira al desarrollo social, intelectual, físico
y creador del residente. En el mencionado proceso es importante que
el residente aprenda a descubrir los límites de sus capacidades, que
sepa que no es el gigante de sus sueños ni el enano de sus miedos, y
que esto está bien (Kooyman, 1986).
Los graduados ideales de un programa de comunidad terapéutica ya
no son dependientes de drogas y/o alcohol, ya no son dependientes

72 73
del programa de tratamiento o de cualquier otra ayuda profesional, ya El tratamiento en una comunidad terapéutica libre de droga tiene por
no tienen necesidad de consumir sustancia química alguna perturba­ fin último uno de mucho mayor alcance del que espera de ellos ia socie­
dora de la mente y no les hace falta ningún tratamiento psiquiátrico ni dad, que es el de proporcionar un tratam iento a los pr oblemas de la adic­
de otro tipo que tenga relación con su adicción formal; no se hallan ción. No obstante, la filosofía de l t ratamiento indica i mplícitamente que
implicados en conducta criminal alguna. Han conseguido un autocon- la persona que haya sido adicta debe cambiar su autoconcepto negativo
cepto positivo y están emotivamente abiertos: son capaces de dar y por uno positivo, aprender a enfrentarse al estrés positivamente, y ser
recibir amor, capaces de resolver conflictos y experiencias penosas, capaz de disfrutar de la vida a fin de reducir al mínimo el peligro de
capaces de solicitar ayuda y de mostrar sus necesidades a otras perso­ recaída en la conducta autodestructiva del pasado.
nas. Están seguros de sí mismos y se sienten responsables de sus pro­
pias vidas. Han conseguido hacer crecer sus cualidades sociales, creati­
vas, intelectuales, físicas y sexuales. Han aprendido a ser honestos, Reglas básicas
imponerse metas y conocer las limitaciones de sus capacidades.
En la mayoría de las comunidades terapéuticas sólo existen unas
Funcionan a un nivel socia l aceptable para ellos mismos. Han desarro­
llado una actitud crítica para con ellos mismos, para con el programa pocas reglas básicas:
terapéutico y par a con la socieda d. Los graduados deberían ser capace s
de funcionar al mismo nivel emotivo y social que los miembros del — Nada de drogas, alcohol o demás sustancias perturbadoras de la
equipo del programa terapéutico. Los graduados son capaces de bus­ mente;
car responsabilidades, de entablar relaciones provechosas con otras per­ — Ningún uso de violencia o amenazas de violencia y, generalmen­
sonas, saben enjuiciar y disfrutar de la amistad, sienten las emociones y te, nada de sexo entre residentes.
las expresan (Kooyman, 1983).
El incumplimiento de las reglas básicas, consumiendo drogas o
Todo lo dicho indica que el fin del tratamiento no consiste tan sólo en alcohol o haciendo uso de la violencia, significa la expulsión inmedia­
dejar su comportamiento de acting-out, ni en dejar de consumir drogas, ta de la comunidad terapéutica. Es muy importante enfatizar que no
alcohol u otras sustancias que alteran sus mentes, ni en que prescindan es posible discutir sobre estas consecuencias. Al residente se le puede
de la violencia o de las amenazas. El fin del tratamiento va más allá de volver a admitir, pero no sin haber sido antes interrogado seriamente
los síntomas mencionados. De hecho, el abandono total de esa conduc­ sobre sus compromisos.
ta de acting-out es una regla capital dentro de la comunidad terapéuti­ Durante los primeros meses tras la apertura de la comunidad tera­
ca. La comunidad terapéutica es un entorno libre de drogas y de vio­ péutica de Emiliehoeve no se explicaron claramente dichas reglas a los
lencia en el que el residente aprende a enfrentarse al estrés de la vida residentes. No existía regla alguna sobre el sexo, pero se esperaba de
dentro de esta comunidad sin que quepa la posibilidad de resolver ellos que no tomaran drogas o alcohol y no se toleraba la violencia. Estas
dicho estrés mediante una conducta destructiva de acting-out. Esto ha de reglas no se cumplieron muchas veces en estos primeros meses de
aprenderse paso a paso. El primero de ellos es que sepan a costumbrar­ Emiliehoeve. Luego seguían largas discusiones que, generalmente,
se a una estructura regular del día y la noche, a que asuman responsa­ tenían como resultado el dar otra oportunidad al que incumplió las
bilidades en el desempeño de las diversas ocupaciones. El residente, reglas. Medio año después, las re glas que daron claras y la sa nción c on­
entonces, ha de aprender a manejar la s emociones que le sobrevienen en sistía en la expulsión inmediata. Desde entonces, nadie jamás tomó dro­
sus contactos con otros miembros de la comunidad, el miedo, el enojo y gas o alcohol dentro de casa, cosa que sucedía antes con frecuencia. Así
el dolor subyacente. El o ell a se ven c onfrontados con su propia "ima­ se verificó mediante controles de orina semanales, en días elegidos al
gen" de conducta, el mecanismo de defensa para evitar emociones azar. En Emiliehoeve los residente s sólo usaron la violencia en raras oca­
penosas. El residente aprende a comprender su miedo al rechazo y a siones. Comberton notificó que en la comunidad terapéutica Colémine
cambiar autoconceptos negativos tales como: "Yo no tengo derecho a no hubo acto de violencia alguno durante 13 años consecutivos. Hacen
existir", "no merezco ser feliz", "no soy suficientemente bueno"; por falta reglas básicas claras para crear un ambiente sano y seguro
actitudes positivas: "Tengo derecho a existir, a ser feliz"; "no soy per­ (Comberton, 1986).
fecto pero soy bastante bueno". Gracias a la experiencia dentro de un En cuanto a la regla sobre el sexo, se necesita alguna que evite juegos de
programa terapéutico estructurado, el residente aprende a elaborar poder y abuso, pero resulta contraproducente su prohibición durante
emocionalmente su pasado traumático, a arriesgarse en el momento todas las fases del programa. Hay que añadir a este respecto la interesan­
actual y a adquirir una visión positiva del futuro. te experiencia de Emiliehoeve. Cuando el programa se puso en marcha no

74 75
había regla alguna sobre el sexo. Los residentes seguían la costumbre que 4- Problemas de coimmicación, tipo de conducta, forma de la terapia y objetivo de la misma
F'S-
tenían antes de su admisión. En cuanto fueron admitidas muchachas, los
muchachos se convertían en sus protectores. El uso del sexo era para sen­
tirse bien, para manipular y adquirir estatus. Cuando él o ella se enamo­ COMUNICACION INDIRECTA EVITACION DIRECTA
raban, practicaban el sexo con otro residente para comprobar cómo res­ Conducta Acting-out Cerrazón; Respuesta
pondería el objeto de su amor. La respuesta, generalmente, era ha cerlo retirada; emotiva directa;
con otro diferente. Más o menos un año después, y tras largas discusiones control lucha / huida;
resolución
en el grupo, funcionaba aún la estructura de tipo democrático y los resi­
dentes llegaron a la conclusión de que había un abuso del sexo y de que Terapia Poner límites; Grupos sobre Grupos;
sería mejor desterrarlo. Se impuso un "nada de sexo entre residentes" (aprendizaje) reprimendas emociones; elaboración de
hasta que la pe rsona se gr aduara en e l progr ama. Podían hacerlo fuera, verbales; grupos conducta y nuevas estrategias;
de confrontación actitudes; aprender a mejorar
entre amigos, durante los fines de semana después de las primeras fases
(encuentro); aumentar la las relaciones con
del programa. Los residentes incumplían frecuentemente la regla de abs­ crear concienciación otros; mayor
tenerse del sexo. A veces, la reacción del equipo consistía en transferir al concienciación crecimiento
residente a otra comunidad terapéutica. A un residente raras veces se le
expulsaba de la comunidad. Algunos años después se permitió el sexo
entre residentes. Tenía que ser precedido de una solicitud. S i se conside­ mendas verba les y confrontando para hacerles conscientes de la misma.
raba a los residentes concernidos suficientemente responsables y habían La evitación de la comunicación, tal como aparece en la conducta de
residido en la comunidad terapéutica cierto período de tiempo (de tres a acting-out, retirada y control de las emociones, es tratada en grupos que
seis meses) se les concedía su petición. No era ya una conducta de acting- centran su atención en la expresión de las emociones y en el cambio de
out y podía ser públicamente discutida en grupos por sus compañeros actitudes. Por ejemplo, la concienciación puede aumentarse, en los gru­
residentes. Desde que se implantó dicha política, la regla del sexo raras pos de terapia del New Identity Process, enfatizando lo que se ha trata­
veces se quebrantaba, mientras que las solicitudes respecto al sexo, que do de evitar. Finalmente, las comunicaciones de dirección única demos­
tenía lugar en el local de un edificio aparte, eran también raras. tradas en un comportamiento de lucha o huida no abierto a los demás las
En cuanto un residente está dentro de la comunidad se le imponen tratan grupos en los que una persona aprende a resolver un conflicto
limitaciones a su conducta de acting-out. No es posible el uso de dro­ mediante una comunicación de doble dirección empleando preguntas y
gas o alcohol y no se tolera la violencia. El estrés que esto origina es respuestas. De esta forma, el residente aprende a afrontar los conflictos
tratado principalmente en los grupos de encuentro. No hay otro modo de modo constructivo, y a resolver los conflictos interpersonales con la
de encontrar alivio al estrés si no es expresando las emociones en estos ayuda de otras personas. Puesto que en una comunidad se da una res­
grupos o escapándose. Aunque el nuevo residente pueda estar bien puesta inmediata a la conducta de acting-out, es raro que tenga lugar una
preparado en el programa de iniciación, la comunidad terapéutica conducta destructiva severa como la automutilación, intentos de suicidio
conlleva un ambiente de estrés y muchos (del 15 al 30%) de los resi­ o destrucción de muebles. Imponiendo limitaciones a la conducta de
dentes recientes se marchan en las primeras semanas de estancia. acting-out, en combinación con sesiones de grupo e n las que se pue den
Cuanto antes se asotumbran a manejar sus emociones en grupos de expresar las emociones y dirigirlas, además, a las personas que las pro­
encuentro, tanto mejores son sus perspectivas. vocaron, es cómo se ofrece la oportunidad de elaborar estrategias de
afrontamiento de los conflictos en vez de evitarlos.
La comunidad como ambiente para la práctica
de la comunicación directa El triángulo y el círculo terapéutico
El proceso terapéutico de la comunidad terapéutica está basado en la El tipo de comunidad terapéutica Synanon-Daytop ofrece, por un
mejora de la comunicación. No se permite el aislarse del contacto con lado, una estructura jerárquica de los niveles de residente y equipo, en
otras personas. Esta comunicación se mejora esquemáticamente de la la que tienen lugar las actividades diarias, y, por otro lado, los grupos
forma que se muestra en la fig. 4 en los que todos son iguales, en principio, independientemente de la
En esta figura puede uno ver cómo la comunicación indirecta expresada posición que puedan ocupar fuera del grupo. Así, las comunidades
en un comportamiento de acting-out se trata poniendo límites, con repri- terapéuticas difieren de las instituciones jerárquicamente organizadas.

76 77
tales como la prisión o el ejército; los grupos ofrecen a todos una opor­ la estructura es un medio de recompensar la responsabilidad mostra­
tunidad de confrontar la conducta de cualquier otro. Existe un equili­ da, o para destituirle a uno de su puesto juntamente con los privilegios
brio entre el círculo de los grupos de encuentro, donde cada cual dis­ adicionales como respuesta a su conducta destructiva. En Synanon no
fruta de una posición de igualdad, y el triángulo de la e structura jerár­ se remuneraba directamente a los miembros y se podían crear un
quica, en el que los residentes tienen posiciones de distintos niveles de número ilimitado de puestos. En las comunidades terapéuticas que
importancia (Dederich, 1975; Kooyman, 1983). siguieron no había bastantes plazas para todo el que se comportase
Los elementos, instrumentos y técnicas que se aplican en la mayoría bien. No era posible que cada residente pudiera convertirse en un
de las comunidades terapéuticas para adictos son los siguientes: miembro remunerado del equipo.

La estructura jerárquica del trabajo Premios y sanciones

Los residentes se hallan divididos en grupos que se oc upan de va rias Al margen del uso de la estructura jerárquica, se pueden conceder los
tareas como limpiar la casa, preparar la comida, cuidar de la adminis­ premios por una conducta positiva en forma de ciertos privilegios. Uno
tración, encargarse del jardín y de los animales, montar y reparar los de los peligros en la comunidad terapéutica es que las sanciones y casti­
objetos de casa. C ada grupo tiene su líder o jefe de sector, a veces con gos pueden darse con mucha más frecuencia que los premios. Se puede
un asistente; los demás son la plantilla. Hay sectores de cocina, domés­ abusar fácilmente quitándoles los privilegios o asignándoles trabajos
tico, de jardín, de administración, a veces incluso de investigación, etc. desagradables, a veces con prohibición de hablar.
Los residentes que se hayan portado muy negativamente son en oca­
siones aislados de los demás y tienen obligación de hacer trabajos Delimitación a la conducta negativa
desagradables, como fregar los platos. El jefe de sector da cuentas al
coordinador, que suele ser un residente (con frecuencia más de uno) Hay varias maneras mediante las que se hace consciente al residen­
responsable del funcionamiento diario de la comunidad terapéutica. te del impacto de su comportamiento. La más directa para conseguir
El coordinador recibe ayuda de personas que supervisan lo que suce­ esto último son los pull-up (reprimendas verbales) y los cortes de pelo.
de y que dan un inf orme sobr e e l com portamiento de los m iembros; se Al obtener una respuesta inmediata a su conducta negativa, las reac­
denominan supervisores. ciones de los residentes para probar los límites son controlables: su
El puesto del residente en la estructura es decisión del equipo clínico acting-out consiste en llegar tarde o no hacer su trabajo en vez de des­
de la comunidad. A los nuevos residentes se les asignan puestos de poca trozar ventanas o consumir drogas.
responsabilidad. Aprenden a asumir mayor responsabilidad a medida
que se adentran en el proceso. Se les puede promocionar o quitar res­ La reprimenda
ponsabilidades mediante decisiones regulares del equipo. Frecuente­
mente reciben un puesto en el que puedan aprender equivocándose. El La reprimenda es una observación o, a veces, una exposición pública de
sistema ofrece posibilidades de premiar a las personas asignándoles su conducta, normalmente por su negligencia en un deber. A una perso­
puestos con privilegios especiales. Pueden ser despedidos y descender na se le dice, por ejemplo: "Esto es una reprimenda; no has hecho todavía
en la jerarquía hasta ocupar puestos de plantilla, no sólo cuando su tra­ la cama". Se supone que escucha y contesta: "Gracias". Y se espera que lo
bajo no sea aceptable sino también cuando no demuestren suficiente haga. Se puede dar una reprimenda a toda la comunidad, especialmente
interés y preocupación por las personas que trabajan para ellos en sus cuando no aparece claro quién es el responsable de algo negativo. No sólo
sectores. Así el residente aprende a asumir responsabilidades, a dele gar­ es en beneficio de la persona que lo recibe. También el que lo da refuerza
las y a saber tratar los conflictos de autoridad. Una persona que tiene su propia actitud positiva. Si algo ha quedado sin hacer, generalmente un
problemas con las autoridades quizá pueda percibirse luego muy auto­ desorden de cosas en la comunidad, puede hacerse por escrito una lista
ritaria como jefe de sector. El residente aprende, además, dentro de esta de reprimendas con el nombre del que lo advirtió. En el encuentro diario
estructura a enfrentarse al fracaso y al éxito. Antes de terminar su resi­ de la mañana se leerá esta lista y pueden darse a conocer los nombres de
dencia se les da con frecuencia un tiempo libre, sin cargos de trabajo, los responsables. Durante la reunión se puede pedir la opinión de otras
para relajarse y pensar en sus planes para el futuro. personas sobre dicho comportamiento y que les digan cuál es la supues­
La estructura jerárquica puede servir para premiar la conducta posi­ ta actitud que se esconde detrás de esta conducta negativa. La revisión de
tiva y sancionar la negativa. El ascenso y descenso en el escalafón de la lista por la mañana resulta una parte enérgica de la reunión y les ofre­

78 79
ce además una posibilidad de compartir los sentimientos de culpa y que­ miento y su pasada conducta autodestructiva. En el tercero y último
dar "limpios". "round" le indican la clase de comportamiento alternativo que podría
mostrar en el futuro recordándole a dicha persona que ya había sido
capaz de mostrar otros cambios positivos antes en la comunidad.
El corte de pelo También puede darse una experiencia educativa o una instrucción
El corte de pelo viene a ser una reprimenda verbal ritualizada. Se sobre la manera de desempeñar cierta tarea. De esta manera el mensa­
aplica cuando la conducta negativa no reacciona a las reprimendas o je resulta, al mismo tiempo, confrontado y educativo.
confrontaciones en el grupo de encuentro o cuando requiere una res­ Cada corte de pelo empieza con estas palabras: "Este es un corte de
puesta intensa. Su fin es hacer consciente a la persona de la destrucción pelo, se te ha denegado el derec ho a responder". Su tono puede ser agre­
que acarrea dicha conducta, indicándole su relación con la conducta nega­ sivo, dicho en voz alta. Se puede ridiculizar el comportamiento. Al resi­
tiva de su pasado. Va encaminada, además, a hacerle ver la clase de con­ dente que lo recibe se le puede hablar como a un adulto o como a un
ducta que se espera de él y qué dirección se supone que debe tomar su niño por su padre. Una manera especial de dar un corte de pelo consis­
comportamiento. La reprimenda verbal la dan al menos dos, general­ te en la "tacada ideal" (término inventado en Synanon, sacado del juego
mente tres, personas que confrontan al residente por su conducta. Tres de billa r) en la que las personas que se lo dan hablan sobr e el residente
personas se sientan en sus sillas, mientras que aquél a quien va dirigida pero no a él directamente. A veces se da un corte de pelo en silencio, sin
la confrontación ha de estar de pie y no se tolera que dé alguna respues­ palabras, o se le encarga a una persona que se lo dé a sí misma mi rán­
ta. Se le manda que escuche y tan sólo puede responder al final con un dose al espejo. También se le puede dar a más de una persona.
"Gracias". El rito resulta muy efectivo con los residentes que están siem­ Se le puede dar al sector entero o a grupos de compañeros. Algunas
pre dispuestos a responder para defenderse a sí mismos. veces se da en cadena, por el equipo al coordinador y subsiguiente­
El procedimiento es como sigue: El residente que piense que otra mente por el coor dinador al j efe de sector y luego por los jefes de sec­
persona necesita un corte de pelo lo escribe en un papel, que va a parar tores a sus respectivas plantillas.
a uno de los supervisores. El coordinador y los supervisores serán Tras haberle dado al residente el corte de pelo y, una vez que haya
quienes decidan si se le ha de dar un corte de pelo tras haber investi­ abandonado la oficina, las tres personas que se lo dieron discuten el
gado los segundos el asunto. Luego se decide la forma de corte de pelo corte de pelo mismo y la actitud mostrada no verbalmente por el resi­
y se presenta la propuesta al equipo junto con una recomendación a dente en cuestión. Se espera del residente que lo recibió que no hable
las personas que habrán de darlo (normalmente tres personas, el jefe inmediatamente con sus compañeros sobre el mismo y que guarde sus
de sector de los residentes, uno de los supervisores y un compañero observaciones para el próximo grupo de encuentro. No es tan sólo el
cercano del residente). Cuando la recomendación de un corte de pelo que lo recibe quien se beneficia de él sino también las personas que se
parezca provenir principalmente por motivos personales del que la lo dieron, reforzando así su propio sistema de valores positivos. Un
hace, el corte de pelo se traspasa a un grupo de encuentro. Una vez corte de pelo no se considera un castigo sino una experiencia para
tomada la decisión por el equipo, bajo la recomendación de un super­ corregirse. El riesgo está en que se den con excesiva frecuencia y pier­
visor o un coordinador, de que el residente haya de recibir un corte de dan, por tanto, su impacto. Treinta cortes de pelo di arios en una c omu­
pelo, se comunica a éste que deje todo lo que está haciendo y vaya a nidad de cincuenta residentes, dados generalmente por la tarde, es
sentarse en el banco del corte de pelo. Este es un banco situado fuera una práctica bastante común, pero difícilmente efectiva.
de la oficina en donde tienen lugar los cortes de pelo. Es el mismo
banco en que los nuevos residentes se sientan antes de la entrevista Experiencias educativas
inicial. Allí se le deja, sin permitirle hablar, mientras se pregunta cuál
puede ser la razón del corte de pelo. Entretanto, las personas que se lo Otro modo de hacer consciente al residente de su conducta negativa es
vayan a dar prepararán el contenido y su forma. asignarle una experiencia educativa. Una experiencia educativa, fre­
Hay muchas maneras de dar los cortes de pelo. En la mayor parte de cuentemente empleada en las comunidades terapéuticas, consistía en
las ocasiones se emplea el siguiente procedimiento: en el primer hacer escribir al residente una frase corta como: "¿Qué estoy haciendo
"round" las personas encargadas de dar el corte de pelo le hacen al aquí?" o "s ólo me preocupo de mí mismo" o "soy un ladrón" en un papel
residente consciente de su conducta negativa dentro de la comunidad o en una cartulina. El escrito tenían que llevarlo colgado al cuello y el resi­
y le expresan su enojo y desaprobación por lo sucedido. En el segun­ dente que se encontrara con él debía preguntarle cada día por qué se lo
do "round" le hacen ver la relación existente entre dicho comporta­ habían dado. Así pues, el residente ha de repetir una y otra vez lo que sig-

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nifica. Aunque ésta es una medida muy eficaz, tiene el inconveniente de — Nadie es perfecto.
que el residente lo considera humillante, especialmente cuando hay visi­ _ Un líder de grupo es también objeto de confrontación.
tas que no comprenden qué sentido puede tener. Se puede abusar de estos _ Si una persona trata de decirte algo sobre ti mismo,
carteles al tenerles dando vueltas por la casa muchos días con ellos. La quizá sea su problema. Si dos personas te cuentan lo
mayoría de las comunidades terapéuticas han suprimido esta costumbre mismo, deberías prestarles atención. Cuando seis perso­
o la han cambiado por un papel grande o signos de madera como insig­ nas dicen lo mismo, es mejor que empieces a aceptar lo
nia o incluso sobres cerrados con una frase en su interior. que te están diciendo.
Otra de las experiencias educativas consiste en poner en escena par­ — Tú obtienes del grupo lo que tú aportas.
tes de su personalidad, o de su defensa (imagen). El equipo puede deci­
dir que los residentes anden por casa como enfermeros, como pacien­
Rogers ha denominado al desarrollo de los grupos de encuentro la
tes en pijama, como vaqueros o que se sienten en un rincón como per­
invención social del siglo más rápidamente propagada y probable­
sonas sabias, con un montón de libros, conocedores de todas las res­
mente la más efectiva (Rogers, 1970). El grupo de encuentro en las
puestas. Se puede aislar a los residentes por un cierto tiempo, por ejem­
comunidades terapéuticas se desarrolló independientemente de los
plo en tiendas de campaña en un local, solos durante una semana cuan­
grupos de encuentro del Human Potential Movement (Schutz, 1975).
do hayan querido aislarse de los demás, o se les puede internar en
Este último tuvo origen en los grupos T (grupos de formación) esta­
broma en un hospital dentro de la comunidad terapéutica, cuando se
blecidos en el Massachusetts Institute of Technology por colaborado­
hayan portado como enfermos, recibiendo cuidados de amigos y aten­
res de Kurt Lewin (que había sido uno de los discípulos de Moreno, el
ción por parte de sus compañeros residentes que hacen de enfermeros.
fundador del psicodrama). Los grupos de encuentro centraban más su
Este tipo de experiencias educativas no son más que oportunidades interés en el crecimiento personal. En 1967 Schutz empezó a poner en
para romper la monotonía y poner humor en la comunidad.
funcionamiento grupos de encuentro en Esalen, California, donde ya
Una experiencia educativa fuerte es enviar a un residente antiguo, funcionaban seminarios con las nuevas técnicas, tales como los grupos
que cree que ya no tiene nada que aprender, en viaje de investigación Gestalt, el psicodrama, masaje. Tai Chi, grupos de sensibilidad y gru­
por unos días a los sitios en que solía estar antes de su admisión. pos de conciencia sensorial (Coulson, 1972). Por la misma época
Siempre se le permite que pueda volver antes de dicho tiempo. La Synanon tenía en funcionamiento muchos clubes de juego en que se
experiencia dura con frecuencia unos pocos días poniéndose en con­ invitaba a participar a personas "honradas". Más tarde muchos de
tacto por teléfono cada seis horas con un compañero suyo en la casa. ellos se unieron a Synanon para vivir en su comunidad. Si bien los gru­
La confrontación con la escena de la droga o el alcohol resulta gene­ pos de encuentro de Esalen y los juegos de Synanon provenían de dis­
ralmente impresionante y desagradable, y refuerza su voluntad para tintas fuentes, sin embargo tenían mucho en común. Unos y otros se
entregarse enérgicamente a lo que queda de tratamiento. centraban en la experiencia del aquí y ahora en el grupo y perseguían
el mismo fin de hacerlos conscientes mediante una comunicación
El grupo de encuentro abierta. Al compartir las propias ideas, que son desconocidas para los
otros, aparecen patentes la "agenda oculta" y los "puntos ciegos" de
La palabra "encuentro" significa reunirse con otra persona. En el cada cual.
encuentro es posible que, gracias al otro, uno aprenda sobre sí mismo. Ya en California, por los años 60, los juegos de Synanon y los grupos
Los presupuestos básicos del grupo de encuentro fueron formulados en de encuentro dirigidos profesionalmente se influenciaban mutuamen­
los juegos de Synanon. En las comunidades terapéuticas, los grupos de te. En décadas posteriores los graduados de las comunidades tera­
confrontación recibieron el nombre de encuentro, empleado también péuticas se unieron a los centros para su crecimiento personal como
para los grupos de interacción emotiva desarrollados por profesionales líderes de grupo. En el desarrollo de la comunidad terapéutica Emilie-
en el Human Potential Movement en el mismo período de tiempo. hoeve y otras varias comunidades terapéuticas de Europa, estos líderes
Los supuestos básicos que fundamentan el grupo de encuentro son grupales ex-adictos con doble experiencia enseñaban al equipo profe­
éstos: sional el modo de llevar los grupos de encuentro en la comunidad tera­
— La crítica es valiosa. péutica. Así, los grupos de las comunidades europeas emplean con fre­
— "Todos están siempre equivocados"; un grupo de en­ cuencia técnicas provenientes de otros grupos de terapia a fin de abrir­
cuentro no es una lucha sobre quién tiene razón; no es se camino entre las defensas de los participantes. Los fuertes ataques
un grupo de discusión. del grupo sobre las actitudes engañosas hacia sí mismo son frecuente-

82 83
mente el único camino para llegar al sí mismo verdadero de los adictos, participante quiere confrontar al líder, el co-líder toma el mando y el
y ésta es la razón por la que dichos grupos de encuentro han llegado a líder confrontado ya no es responsable de nadie más que de sí mismo.
ser tan esenciales en las comunidades terapéuticas (Yablonsky, 1989). Los líderes pueden compartir sus propias emociones con el grupo o
En la mayoría de las comunidades terapéuticas se convocan grupos de comunicarles cómo también ellos tuvieron la misma experiencia por la
encuentro generalmente tres veces a la semana. Uno de esos tres viene a que estaba pasando algún miembro de él. En los grupos de encuentro,
ser frecue ntemente un encuentro semanal especial. Puede ser un grupo la autorrevelación de un líder de grupo se practica con frecuencia y se
de semejantes, personas que han pasado casi el mismo tiempo en el pro­ tiene en cuenta como un elemento importante de su rol. Antes de la
grama, grupos solamente de hombres o mujeres, o un tipo específico de reunión, los líderes de grupo tienen una charla con el equipo para ana­
grupo de terapia, com o podría ser un grupo de vinculación o un grupo lizar lo que ellos esperan que suceda. Después del grupo se vuelven a
Pesso-motor. Los grupos regulares pueden durar hora y media o dos reunir para hacer la evaluación de éste. En los grupos de encuentro, las
horas. Es importante atenerse al tiempo fijado, ya que de lo contrario los personas se confrontan una a una con otros miembros del grupo (fig.
grupos pueden durar interminablemente. Los miembros del grupo tien­ 5). Así pues, el foco de atención del grupo se centra en una persona
den a posponer su participación si no existe tiempo fijo para acabar. durante un tiempo.
Importa darse cuenta de que lo que no se ha resuelto en un grupo volve­
rá a salir a relucir probablemente en otro próximo.
Figura 5: Foco de atención del grupo
Para un grupo de encuentro, el mejor número es 10 personas. No debe­
rían sobrepasar las 12, sin incluir los líderes. Los grupos excesivamente
numerosos se prestan mucho a que los i ndividuos se oculten, no se sien­
tan implicados y no compartan sus experiencias en el feed-back. En el pri­
mer período de la Comunidad Terapéutica Emiliehoeve, existía la tradi­
ción, como es todavía el caso en algunas comunidades terapéuticas, de
reunir juntos a todos los residentes en un solo grupo (Van Epen, 1990).
Cuando el equipo decidió incrementar el número de residentes de 10 a 20,
se advirtió que, en cuanto el grupo de encuentro tenía 14 personas o más,
algunos residentes lo dejaban hasta que se hubiera vuelto a estabiliza r en
12 personas. Cuando se tomó la decisión de tener dos grupos de encuen­
tro convocados a la misma hora, de jaron de mar charse y la c omunidad
pudo aumentar hasta 20, y posteriormente hasta 35 residentes. Los gru­
pos e staban compuest os cada vez por distintos resi dentes. Esta fue otra
ventaja. Al estar los grupos compuestos por distintas personas cada vez,
el problema era confrontado cada vez de distinta forma. En lugar de repe­
tir los mismos mecanismos una y mil veces, los grupos se hicieron más
dinámicos.
La selección de los que van a participar y en qué grupo, la decide el
equipo, y con frecuencia el supervisor y/o los coordinadores hacen
una propuesta. Todo ello se hace examinando las peticiones de con­
frontación escritas en papeletas por los residentes. De los residentes se
espera que "escriban una papeleta" cuando estén disgustados emoti­
vamente por algo sucedido en la comunidad, frecuentemente por una
conducta negativa o por la actitud de un residente. Estas papeletas se La confrontación puede durar desde irnos pocos minutos hasta una
introducen en un buzón para los encuentros. Al examinarlos, los hora. Cuando un participante no responde o se encierra e mocionalmen­
supervisores o los coordinadores hacen una propuesta indicando te al ser atacado, es mejor detener la confrontación y centrarse en algún
quién debería estar con quién y por qué en el mismo grupo. otro. La continuación del ataque supondría tan sólo una reacción más
Aunque en Synanon los grupos no tenían líderes, en las comunida­ defensiva. Viene bien, normalmente, volver sobre el susodicho posterior­
des terapéuticas hay normalmente dos personas responsables de la mente. Conviene mucho centrar el foco de atención sobre una persona
marcha del grupo. Dos personas tienen la ventaja de que cuando un sola. Confrontar a distintas personas al mismo tiempo origina confusión.

84 85
Es de esperar que l a persona se defienda a sí misma. Ayudar a una per­ A seguir _________________ A evitar
sona a defenderse no se considera realmente una ayuda, puesto que la
persona no tiene la oportunidad de hacerlo por sí misma. Es como jugar polarizar y generalizar dormirse
a enfermero y convertir en paciente a la persona confrontada. Es posible hacer uso de contrastes hacer terapia
mostrar interés hablar, fuera del grupo,
que varias pers onas confronten a alguien al m ismo tiempo. No im porta de lo experimentado por otras personas
tener humor
tanto lo que se dice como la manera en que se dice. Todo esto se refiere a contar tu propia historia ¡fumar!
las emociones. El grito ayuda a provocar y expresar emociones. A l inicio contar con todo el grupo
de un grupo de encuentro suele haber normalmente mucho ruido (Blank, hacer lo que temas hacer
Gottgegen y Gottgegen, 1971). (actuar como si no tuvieras miedo)
El grupo comienza generalmente con una furiosa confrontación por
un participante, seguida de una clamorosa expresión de emociones. Se
unen otros miembros del grupo a la confrontación y se expresan las Las normas son si mples y fáciles de explicar. En c ontraposición a los
emociones reprimidas. A menudo, la persona atacada suele empezar a grupos Synanon de encuentro sin líderes, los grupos de encuentro de las
reaccionar expresando sus propias emociones reprimidas. Tras el esta­ comunidades terapéuticas suelen estar dirigidos por dos personas.
llido emocional, el grupo recuerda datos que relacionan el motivo de Pueden ser del equipo o antiguos residentes. Dichos líderes respetan
la confrontación con otros similares de la conducta anterior de la per­ estas normas. Pueden, además, aplicar ciertas técnicas a fin de incre­
sona en cuestión. Ahora es cuando la persona confrontada suele dejar mentar la eficacia del grupo. Importa mucho que no se fume durante la
de defenderse, admitiendo lo que se le ha dicho. Puede experimentar reunión, ya que puede distraer la atención de lo que acontece. Asimismo
desesperación, miedo o dolor. Se le anima a que exprese esto que el tabaco puede ser un medio de suprimir tensiones, lo cual es contrario
acaba de sentir. Se le puede pedir que se comprometa a cambiar de al fin del grupo de encuentro: expresar tensiones y emociones. Los líde­
conducta. A se r posible, se pide a la pe rsona que ha ga en e se momen­ res, como modelo de funcionamiento, deberían atenerse estrictamente a
to algo correcto en el grupo. La confrontación suele acabar con un dichas normas, absteniéndose incluso de fumar durante la reunión.
fuerte a brazo de la persona que la empezó. Luego sigue una fase ama­ El funcionamiento de los grupos de encuentro es un resultado de
ble. Existe una empatia entre el grupo y la persona que se confrontó. técnicas específicas, mecanismos, roles representados por los partici­
Un miembro del grupo puede relatar cómo pasó por la misma situa­ pantes, sistema y material. Las técnicas que se emplean en los grupos
ción (Cassuto, 1981). El mensaje es: nosotros aún te seguimos aceptan1 de encuentro son las siguientes:
do como persona, aunque condenemos tu comportamiento; nosotros
pasamos por la misma situación, nosotros somos distintos de ti, noso­ — exageración
tros vigilaremos si cumples tu compromiso. Después de algunas con­ — ridículo
frontaciones más, terminará el grupo pidiendo a sus miembros que — imitación (del comportamiento de alguien)
compartan su opinión de lo sucedido. Tras este feed-back se concluye la — confrontación indirecta hablando sobre alguno presente
reunión y van a tomar café en una atmósfera relajada.
en el grupo (llamado 'tacada ideal', nombre derivado
Aunque está permitido decir cualquier cosa en el grupo de encuen­ del juego de billar).
tro, existen ciertamente normas de grupo (Simon, 1974):
Esta última técnica es extremadamente provechosa con personas
Cuadro 1: Normas a seguir o a evitar por los grupos de encuentro que tienden a responder a la confrontación directa, negándola enfada­
dos.
A seguir A evitar Cuando hay un conflicto entre dos personas, se les puede mandar
que se confronten en el centro del grupo, encuentro llamado diádico. El
ser activo, tomar parte evitar la confrontación empleo del humor es tan importante como el ridículo: es difícil defen­
exponer tu vida en público hacer uso de la violencia o de sus amenazas derte c uando todos se están riendo de ti. La mejor re spuesta es reirte de
decir la verdad acting-out sexual ti mismo. Dentro del grupo, los asuntos serios deberían ir seguidos de
decir lo que sientes y sentir lo que dices confrontación sin interés
empezar por el aquí y ahora jugar a enfermero
situaciones entretenidas o livianas. Por más que la situación del adicto,
buscar la confrontación abandonar el local de reuniones fuera de la comunidad, sea asunto de vida o muerte, el encuentro en sí
emplear cualquier lenguaje estar callado no lo es.

86 87
Mientras que las técnicas han de ser introducidas por los participan­ — El enfermero: defiende a la persona en la confrontación.
tes, algunos mecanismos emergen de todos modos. Durante el grupo — El pacificador: se las arregla de modo que la persona
de encuentro es posible que se den los siguientes: confrontada vuelva a ser aceptada por el grupo; sugiere
acuerdos que cambien su conducta en el futuro.
— proyección: El participante confronta su propio proble­ — El que distrae la atención: les distrae de lo que está ha­
ma cuando lo hace con el del otro. ciéndose cambiando de conversación o comportándose
— identificación: El participante, con frecuencia, puede como un niño.
identificarse con otra persona. — El creador de introspección: explica lo que acontece en el
— empatia: La implicación emotiva crea una condición de grupo.
empatia entre los participantes. — El chivo expiatorio: siempre se las arregla para ser con­
— bloqueo emotivo: Una persona puede separarse emocio­ frontado en el grupo.
nalmente de lo que está aconteciendo y permanecer en — El captador de atención: intenta que le presten atención
silencio algunos períodos de tiempo. Seguir la confron­ interrumpiendo la marcha del grupo.
tación es inútil y ha de ser pospuesta.
— transferencia y contra-transferencia: Las emociones del
La representación de estos roles es ventajosa tanto para el actor
pasado son transferidas a los miembros del grupo. Los
como para los demás. Cuando una persona representa el mismo rol
otros pueden reaccionar ante esas emociones.
frecuentemente, esta actuación hay que confrontarla como conducta
Reviste su importancia caer en la cuenta de estos mecanismos. que se debe evitar. El intento de representar diferentes roles aumenta
Podemos hacer referencia a ellos en el feed-back al final del grupo. La las posibilidades de aprender.
proyección es un mecanismo terapéuticamente importante. Dederich Los encuentros se pueden desarrollar en cualquier local. En las
se dio cuenta de que resulta más valioso lo dicho por una persona en comunidades numerosas pueden tener lugar más de diez grupos de
el encue ntro, que lo que se le ha dicho. Al confrontar a otro, la perso­ encuentro a la misma hora. Los miembros del equipo pueden andar de
na se confronta a sí misma (Dederich, 1974, comunicación personal). grupo en grupo por la casa preguntando en cada uno de ellos si
No le sirve de nada al líder ni a cualquier otro pa rticipante el t ratar de alguien desea confrontarles, y ver si algún líder necesita ayuda. Las
ocultar las emociones que surgen en un grupo de encuentro. Durante personas pueden estar sentadas en sillas. Debido a la influencia de
el feed-back se pueden hacer referencias a las emociones expresadas en terapeutas de grupo profesionales, en las comunidades terapéuticas
el grupo que vienen transferidas de tiempos pasados. europeas los participantes suelen sentarse en cojines. Sentarse así invi­
ta a la gente a tocarse o abrazarse. El miedo a una conducta de acting-
Aparte del rol de los líderes de grupo que facilitan las confrontacio­ out violenta es la principal razón del por qué en la mayoría de las
nes, pueden darse una variedad de roles que surgen de los partici­ comunidades terapéuticas americanas se espera que los residentes
pantes de un grupo de encuentro: estén sentados en sus sillas. Cuando tiene lugar una explosión de
enojo, puede invitarse al participante a que grite con fuerza mientras
— El fiscal: continuamente pronuncia acusaciones que el golpea el cojín con las manos o con un bastón.
acusado no admite. En el encuentro es donde se gestionan los conflictos de la comunidad
— El secuaz: nunca da comienzo a una confrontación, sino terapéutica. La reunión comienza con una confrontación de los miem­
que se une a las acusaciones de las otras personas. bros del grupo con la conducta actual o reciente de uno de los partici­
— El testigo: apoya la acusación con pruebas personales. pantes. A menudo la respuesta emotiva representa más de lo que en
— El identificador: explica cómo él mismo se ha visto en realidad ha ocurrido en el aquí y ahora. Pueden salir a relucir emocio­
una situación similar. nes en conexión con experiencias similares del pasado. Esto puede ser
— El clérigo: predica cómo debe comportarse una persona. esclarecido por el líder de grupo tras haberse tratado los conflictos
— El espejo: muestra a la persona confrontada su modo de actuales. Estos interminables asuntos del pasado pueden tratarse en
comportarse ahora. otros grupos, en grupos maratón (extensos), en grupos New Identity
— El provocador: trata de que la persona se enfade. Process, en grupos Pesso-motor o en grupos de psicodrama.
— El terapeuta: busca explicaciones de la historia pasada A menudo se piensa que los gritos que se dan en los grupos de
de la persona. encuentro son un riesgo para la persona que grita. Es todo lo contra­

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rio. El riesgo está en las personas que no son capaces de chillar, quie­ en la comunidad aquí y ahora, y con los mayores, sus esperanzas para
nes se bloquean emotivamente cuando se les grita, y quienes se sepa­ el futuro. Además pueden convocarse los grupos llamados estáticos.
ran afectivamente del grupo. La mejor respuesta es dejarlos por el Los mencionados grupos ofrecen la oportunidad de evaluar, dentro de
momento y volver a ellos posteriormente en un momento más tran­ los grupos de semejantes, el progreso conseguido durante la última
quilo. Al gritar, la persona pierde su necesidad de manifestar sus semana o mes. A los residentes mayores se les puede someter a la
emociones a través de su conducta. Las personas que sean capaces de prueba de la "silla caliente", en la que cada participante, por turno, es
chillar furiosamente contra alguien no necesitan ya pegarle nunca confrontado por sus iguales durante una media hora. Los grupos
más. El grito es un medio de atraer a la persona hacia sus emociones. Pesso-motor se pueden reunir para trabajar, emotivamente, los pro­
No es posible gritar durante largo tiempo sin una emoción en el blemas del pasado. Sus participantes pueden indagar en las experien­
grupo de encuentro. El grito sin emoción suele convertirse al cabo de cias con sus actuales padres. Los miembros del grupo pueden poner
un rato en un grito emotivo. A veces un participante puede que dé en escena el rol de sus padres o de los padres ideales según su fanta­
gritos como un niño histérico con el fin de conseguir una respuesta de sía (Pesso, 1980).
simpatía, un gritar sin verdadera emoción. Los demás captan la dife­ Los grupos de terapia de vinculación o los New Identity Groups ela­
rencia y le mandan callar. Al igual que toda conducta histérica que no borados por Casriel también sirven como método para resolver, emoti­
alcanza el efecto que desea, el grito histérico se detiene inmediata­ vamente, problemas del pasado. Además de esto, los participantes
mente cuando se dice al interesado, con furia, que ya basta. El com­ aprenden a sobreponerse a su miedo a la intimidad, o a la proximidad
portamiento histérico en un encuentro de grupo desaparece ensegui­ física y emotiva, y buscan el modo de cambiar sus antiguas actitudes
da al no desempeñar función alguna. Las reacciones psicóticas duran­ negativas, desarrolladas en su niñez temprana, por otras positivas.
te los grupos de encuentro son verdaderamente muy raras. Quizás Mientras que el foco de atención de los grupos de encuentro se fija más
ocurran por primera vez en su vida cuando una persona se halla en la conducta, los grupos de vinculación lo hacen más bien sobre otros
abrumada por los cariñosos afectos de que se ve rodeada y no sabe dos elementos básicos de la persona: las emociones y lo cognitivo
cómo afrontarlos. Si la persona recibe una atención especial puede (Casriel, 1972; Coolen, 1985; Geerlings & de Klerk-Roscam Abbing, 1985).
que salga gradualmente de su estado psicótico (Casriel, 1972).
Después de una visita a Daytop Village, Maslow se dio cuenta de que El proceso de vinculación se puede presentar en un esquema con
los terapeutas en general consideran a sus clientes como personas ocho fases, tal como aparece descrito en el cuadro 2.
débiles incapaces de resistir una fuerte confrontación (Maslow, 1967).
La descarga emotiva en los grupos de encuentro puede resultar una En el tratamiento se imponen límites a la conducta negativa (I)
catarsis benéfica. No obstante, son igualmente importantes los proce­ cuando se requiere una conducta positiva dentro de reglas estrictas,
sos cognitivos para comprender lo sucedido. Este proceso, que puede lo cual conduce a (II y III) la experiencia de emociones negativas.
tener lugar al final de la reunión, durante el feed-back, es una parte Dichas emociones negativas están causadas por pensamientos negati­
importante, aunque a menudo olvidada, de la sesión del grupo. vos, especialmente actitudes negativas sobre uno mismo (IV). Du­
rante los grupos de terapia de vinculación, los residentes aprenden a
expresar las emociones negativas transformándolas en positivas (V) y
Otros grupos a experimentar el placer de confirmar las actitudes positivas en los
ejercicios en grupo, y en la proximidad con otras personas (VI). Estas
Aparte de los grupos de encuentro, generalmente se celebran otras experiencias correctoras de la emoción llevan a un comportamiento
sesiones terapéuticas en grupo. Las hay de grupos especiales para positivo, combinado con unas emociones positivas (VII) (Maertens,
hombres y mujeres con cierta regularidad sobre diversos temas, por 1982).
ejemplo sobre la sexualidad. Puede haber grupos sobre diversos asun­ Los grupos de vinculación se pueden convocar una vez por semana.
tos especiales tales como el nacimiento, el ciclo de la vida, autoridad, Las personas que han residido en la casa menos de tres meses son capa­
culpabilidad. Estos suelen ser grupos de larga duración, como los ces de preparar para los grupos ejercicios de confianza, ejercicios de con­
maratones, que duran 48 horas con unas pocas horas de sueño, y de tacto cara a cara y ejercicios de gritos. Puesto que el trabajo con emocio­
exploración, que duran de 6 a 8 horas. Las exploraciones se pueden nes del pásado puede distraer mucho a los residentes del proceso de
tener con un grupo de semejantes. Con los más jóvenes, el foco de aprendizaje aquí y ahora en la comunidad terapéutica, los grupos de
atención se centra en sus enganches del pasado antes de que fueran vinculación no duran más de tres horas. Pueden también convocarse
admitidos en la comunidad. Con los medianos, el tema es su posición como grupos extensos o en seminarios de dos días consecutivos.

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Cuadro 2. El proceso de vinculación en la comunidad terapéutica a las actitudes de la comunidad en conjunto, como un corte de pelo
dado a toda la casa. En raras ocasiones pueden dar todos los residen­
I Vivir bajo las reglas de la Comunidad Terapéutica significa: tes de la comunidad un corte de pelo a un solo miembro, a no ser que
Abandonar la conducta de acting-out haya sido infringida una regla fundamental. En Synanon a esto se le
No consumo de drogas ni alcohol llamaba el ritual de la parrilla. A las reuniones de toda la comunidad
No aislarse
se les denomina también "reuniones de casa". Una sesión especial en
Ninguna violencia ni amenaza de llevarla a cabo
la que están todos presentes es la llamada "sesión de afrontamiento".
II Cuando sigues estas reglas, el producto resultante es: En ella, uno o dos miembros del equipo se sientan frente al grupo,
Miedo haciendo el papel de padres. Comienzan con una charla sobre los ries­
Enojo gos que supone el mantener ocultos sus sentimientos de culpa, y a
continuación invitan a los residentes a que los compartan con la
III Detrás está:
comunidad. Uno a uno se ponen delante para hablar. No se les mues­
Dolor tra ninguna reacción inmediata. Los miembros del equipo tan sólo
IV La causa de esto es: escuchan, animándoles para que continúen. Al final de la sesión los
miembros del equipo suelen mandar hacer alguna labor a los resi­
Actitudes negativas tales como:
"No soy lo suficientemente bueno" dentes, por ejemplo limpiar la casa. Una reunión así resulta necesaria
"No tengo derecho a existir" cuando se ha relajado la disciplina y se ve que hay numerosos "con­
tratos negativos" entre los residentes.
V Esto puede cambiarse por la auténtica realidad:
Tengo derecho a existir
No soy perfecto, pero... Seminarios
Soy suficientemente bueno
Diariamente se dan seminarios para "ejercitar las mentes". Residentes,
VI Experimentarlo conlleva: miembros de l equipo o personas del exterior presentan una introducción
Gozo de un tema seguida de una discusión. Los residentes aprenden a hablar
en público ante un grupo amplio. Aprenden, asimismo, que fuera exis­
VII Su resultado es:
ten muchas más cosas interesantes aparte de la droga. Se puede pedir a
Ir al encuentro de la gente
Buscar responsabilidad
los residentes que cuenten la historia de sus vidas, o que hablen de cual­
Disfrutar de la intimidad quier asunto que les interese. La filosofía de la comunidad terapéutica o
Capacidad de mostrar emociones temas como la confianza, amistad, prejuici os o valores son discutidos al
invitar a todos a que den su opinión. Se puede escribir en el encerado un
pensamiento filosófico y se invita a los miembros del grupo a que
comenten el significado del mismo. Las di scusiones sobre t emas para los
Reuniones de la comunidad entera que no hay solución buena ni mala ayudan a los residentes a cambiar su
rígido modo de pensar y a expresarse libremente.
Cuando ha tenido lugar una crisis seria o cuando ha habido una
seria violación de las normas por uno o más residentes, se convoca Ejercicios físicos
una reunión general. Los residentes esperan en silencio a que entre el
equipo. El director de la comunidad terapéutica se encarga de la reu­ Se practican diariamente por la mañana temprano antes del desayu­
nión. Demuestra su preocupación por lo que está sucediendo y llama no, desde correr alrededor de casa hasta hacer ejercicios de aerobic. Se
a los residentes que se han comportado mal, les pone frente al grupo da mucha importancia a la práctica del deporte para el bienestar del
y les dice lo que piensa de ellos, y lo mismo hacen otros miembros del cuerpo y de la mente. A veces tienen lugar meditaciones dinámicas,
equipo. Se suele invitar a los residentes a que sigan su ejemplo. Es ejercicios de mente y cuerpo. Son meditaciones con música, en las que
necesario que la reunión general provoque de nuevo confianza cuan­ el participante conecta con sus emociones mientras sigue la música
do las cosas se han ido fuera de control. Normalmente, la reunión con movimientos del cuerpo. Esta clase de meditaciones fueron
general va dirigida a uno o más individuos. También se puede dirigir empleadas originariamente en la India.

93
El encuentro de la mañana sean todos conocidos, se les puede encargar durante unos pocos días
que convoquen a toda la comunidad para que venga a escuchar las
Cada mañana, después del desayuno, se juntan todos para una reu­ noticias, todo lo que está pasado en la comunidad. Puede haber tam­
nión dirigida por uno de los supervisores. Es una oportunidad para bién un rincón para el orador, desde donde un residente puede hablar
"animar" a determinados individuos o a la comunidad en su conjun­ a la comunidad cuando desee comunicarse con todos.
to. Les mantienen a tono durante el día y se trata de que todos se Son numerosas las técnicas dentro de las comunidades terapéuticas.
encuentren en buen estado de ánimo. La mayoría de ellos lo necesita, Las que hemos descrito aquí son las que se emplean más comúnmen­
ya que no se sienten bien por la mañana. te. Todas ellas forman parte del sistema terapéutico. La mayoría de
El e ncuentro de la m añana da c omienzo con un anuncio de lo que se ellas no requieren preparación profesional para poderse usar. Tan sólo
va a hacer durante el día. Luego, a uno de los residentes recientes se le los grupos especiales como New Identity Groups, terapia Pesso-motor
pide que dé lectura a la filosofía de la comunidad. A otro residente se y psicodrama tienen necesidad de profesionales preparados. Por esta
le encarga dar las noticias de la comunidad o de fuera de ella. Tras razón apenas se suelen emplear en las comunidades terapéuticas ame­
esto, el residente que dirige la reunión, generalmente uno de los super­ ricanas, las cuales tienen en sus equipos principalmente a ex-adictos
visores, lee la lista de pull-ups. Se ruega a las personas responsables recuperados. En las comunidades terapéuticas europeas, se ha recurri­
que se pongan de pie y se invi ta a los demás a que confronten su con­ do desde el primer momento a profesionales para que formen parte de
ducta. los equipos, por lo que el uso de técnicas de grupo especiales es mayor.
La persona que está al frente de la reunión puede hacer algún co­
mentario o pedir la opinión de otros residentes que están callados.
Uno de los residentes lee el lema del día. A todo esto sigue un rato de
entretenimiento, una oportunidad para el humor. Al concluir este
encuentro de la mañana, salen todos formando un círculo con los bra­
zos en los hombros de sus compañeros para dar el grito de la comuni­
dad. El día anterior se puede elegir a la persona que haya de desem­
peñar oficios especiales en el encuentro de la mañana. Las reuniones
de la mañana pueden ser muy animadas y motivo de humor para los
residentes, además de ofrecer una gran información al equipo para
estar al tanto de lo que sucede.

Otros medios
A cada nuevo residente se le da un cuaderno para que escriba lo
que aprende. Los miembros del equipo tienen el privilegio de poder
leerlo. Cuando en un cierto tiempo no haya escrito nada, se le pre­
guntará el porqué. El residente puede decidir por sí mismo si desea
que lean este cuaderno otras personas además del equipo. De tiem­
po en tiempo, los residentes escriben sus autoevaluaciones, que
entregarán al equipo antes de la entrevista, a fin de determinar si la
persona está preparada para entrar en una nueva fase del programa.
Se ha de redactar un extenso trabajo de autoevaluación antes de que
el residente deje la comunidad terapéutica para pasar al programa de
reinserción.
Los jefes de sector redactan cada semana unos informes en los que
se incluye también información sobre el progreso de las personas que
trabajan en sus respectivos sectores. El coordinador presenta por escri­
to un informe semanal al equipo. A los nuevos residentes, a fin de que

94 95
Capítulo 5

Las distintas fases del


programa terapéutico comunitario

El tratamiento en la comunidad terapéutica no es precisamente un


cuarto oscuro en el que el residente pasa cierto tiempo sin drogas.
Consta de varias fases muy significativas tanto para el equipo como
para el mismo residente. En la mayor parte de las comunidades tera­
péuticas para adictos, el programa terapéutico comunitario está divi­
dido en varias partes. Antes de que el residente sea admitido en dicha
comunidad, él o ella pasa por un programa de iniciación. Antes de que
termine el programa para integrarse de nuevo en la sociedad, hay un
programa de reinserción. El programa de iniciación y el de reinserción
se llevan a cabo, con frecuencia, en diferentes lugares. El tratamiento
en la misma comunidad terapéutica y en el programa de reinserción
están también divididos, generalmente, en distintas partes denomina­
das fases.
Aunque el período de tratamiento en dicha comunidad es la parte
más espectacular del programa, son cruciales para su efectividad una
buena introducción al mismo y un alta bien preparada en la fase de
reinserción (Kooyman, 1975b). En este capítulo se describen las distin-
tas>fases del tratamiento que existen en la mayoría de las comunida­
des terapéuticas tomando como ejemplo el programa de Emiliehoeve.
Las diversas fases del programa aparecen en la figura 6.

El programa de iniciación
Este programa prepara al candidato para su admisión en la comuni­
dad terapéutica. Puede variar de una a dos entrevistas para un pro-

97
Figura 6: Las fases del programa de tratamiento terapéutico comunitario frutaba de un ambiente libre de droga. En la mayoría de los casos,
durante los dos primeros años del programa de Emiliehoeve el adicto
era admitido en un departamento del hospital psiquiátrico Bloemen-
Centro de día/programa de tarde
daal antps de su admisión en la comunidad terapéutica. Aquí el can­
didato era desintoxicado y visitado por el equipo y los residentes de la
comunidad terapéutica antes de ser admitido a la misma.
Desintoxicación
e ______ En enero de 1974, el programa de iniciación se transformó en un pro­
No residencial Residencial
grama más estructurado. Los adictos podían ahora ser visitados dia­
iniciación
> riamente por un ex-adicto que se había graduado en el programa jun­
tamente con dos residentes que llevasen bastante tiempo en la comu­
nidad terapéutica. Los candidatos a la admisión eran analizados en
Diversas reuniones de grupo. La actitud del equipo ya no se encaminaba a
Comunidad fases
intentar que el adicto viniera a la comunidad terapéutica convencién­
terapéutica _\ y \ /_______________
dole de la importancia de someterse a un tratamiento. En lugar de esto
el equipo les exigía algunos encargos a fin de que los adictos demos­
traran que deseaban hacer algo para solucionar su problema. El men­
al saje era "no te necesitamos, pero tú a nosotros sí". Sorprendentemente,
al cambiar de este modo su actitud se interesaban muchos más adictos
Reinserción
Programa de Vida en su propio
que cuando se les hablaba al modo tradicional. No se admitía ya a los
reinserción domicilio adictos en el hospital psiquiátrico para su desintoxicación, por no con­
siderarse dicho entorno una situación satisfactoria que prepare al can­
didato para la comunidad terapéutica. El mensaje del programa de
iniciación estaba claro: tú eres responsable de tu situación, tú puedes
V hacer algo para cambiarla, pero no puedes hacerlo solo. Este progra­
ma de iniciación no-residencial duraba de siete a diez días. Durante
grama estructurado que dura varias semanas o meses. Los programas todos estos días los candidatos tenían que venir limpios. Tenían que
de iniciación de las comunidades terapéuticas del Centro Italiano di dejar de usar drogas, pastill as y alcohol. A veces seguían un corto pro­
Solidarietá en Roma, por ejemplo, pueden extenderse a un período de grama ambulatorio de desintoxicación, en la clínica de drogas no resi­
tiempo de diez a doce meses (Kooyman, 1987). dencial, antes de participar en los grupos de iniciación. Se les manda­
Los candidatos suelen tener un contacto informativo en otro centro, ban varios trabajos para casa. Por ejemplo, se pedía a los candidatos
en una clínica de desintoxicación o dentro de la misma prisión antes que escribiesen episodios de sus vidas, que propusieran por escrito
de participar en el programa de iniciación.' Los residentes de Emi- diez razones para dejar el consumo de drogas y otras diez para no
liehoeve siguieron un programa de iniciación ambulatorio hasta mayo dejarlo, que volvieran al día siguiente vestidos de otra forma, que
de 1980, en que se añadió al programa un centro de desintoxicación leyeran un periódico y entresacasen algún tema para comentar al día
llamado "De Weg". Desde entonces, el programa de iniciación se lleva siguiente.
a cabo en el centro de desintoxicación para aquellos que prefirieron un Desde 1975, internos de varias prisiones del entorno pidieron ser
tratamiento adicional en una comunidad terapéutica o en un centro de trasladados para su tratamiento desde la prisión a una comunidad
día. En los dos primeros años, tras el inicio de Emiliehoeve, la fase de terapéutica. La decisión de admitirlos fue tomada tras muchas discu­
iniciación constaba de dos entrevistas de orientación en clínicas no siones en las reuniones de equipo. Se temía que la comunidad tera­
residenciales para problema de drogas en la ciudad de La Haya. Los péutica presentara la imagen de ser parte del sistema punitivo.
candidatos a la admisión eran examinados por el director de Además se pensaba que la motivación de los presos en busca de trata­
Emiliehoeve en calidad de doctor de dicha clínica. Dos antiguos resi­ miento era dudosa. Influyó en su decisión el siguiente episodio ocu­
dentes de la comunidad terapéutica, disponibles una vez a la semana rrido en 1974. Un adicto que había estado ya en prisión varias veces
en la sala de espera de la clínica, aportaban una información más consiguió que la policía le permitiera visitar la clínica para drogadic-
amplia. Se informaba al adicto de que la comunidad terapéutica dis­ tos no residencial en la que fue atendido por el director médico de

98 99
Emiliehoeve. El adicto entró aquella noche a la habitación, con policí­ En enero de 1976, este centro de iniciación fue traspasado de la clíni-
as a ambos lados, pidiendo ser admitido en la comunidad terapéutica no residencial para pacientes drogadictos al recién abierto centro de
en lugar de la prisión. R esultó imposible, pero tras ello se le entrevis­ dfe "Het Witte Huis", comunidad terapéutica de nueve a cinco, con­
tó varias veces en la prisión y finalmente pudo ser remitido a forme al modelo de Emiliehoeve, con el psiquiatra que también dirigía
Emiliehoeve. Contrajo una seria ictericia al poco tiempo de su admi­ piniliehoeve como director médico. Antes de 1976, año en que los pro­
sión, pero se recuperó y se graduó en el programa. Este incidente con­ de metadona de bajo umbral habían sido establecidos a gran
venció al equipo de que su discusión había sido académica y de que escala, la mayoría de las personas eran capaces de dejar el hábito
su problema consistió únicamente en cómo tratar la nueva situación viniendo a diario al programa ambulatorio de iniciación. La prescrip­
más que en verlo como un problema de los adictos en prisión. ción de metadona menos restringida a los adictos a la heroína creó pos­
teriormente una situación en la que los adictos se hacían dependientes
Desde 1975, a petición propia, los adictos en espera de juicio podían tanto de la heroína como de la metadona. Todo esto dificultó más el
ser visitados con cierta regularidad en la prisión. Los acusa dos de crí­ dejar el consumo de drogas, de un día para otro. No resultó fácil; para
menes serios, tales como asesinato, homicidio, tráfico de drogas o robo adictos que estaban consumiendo también metadona diariamente fue
a mano armada, eran excluidos de dicha posibilidad. Cuando el equi­ incluso imposible dejarlo "a pelo" sin tratamiento de droga para al iviar
po llegaba a la conclusión de que e l ca ndidato era a pto par a la comu­ el síndrome de abstinencia. En octubre de 1976, se abrió un centro de
nidad terapéutica, la persona podía ser admitida al tratamiento y se desintoxicación crítica en Rotterdam adjunto al programa de la comu­
posponía el juicio. El juicio tenía lugar, generalmente, unos cuatro nidad terapéutica Essenlaan, hermana de la comunidad terapéutica
meses después de su admisión. Cuando todavía estaban en tratamien­ Emiliehoeve. La mayoría de los residentes de la comunidad terapeúti-
to, había dos posibilidades: o se abandonaba el caso, o el residente reci­ ca Essenlaan han sido admitidos desde entonces a través de dicho cen­
bía una sentencia de prisión equivalente al tiempo pasado en prisión, tro, después de haber completado un programa clínico de iniciación.
con la condición de que continuara el tratamiento. En la mayoría de los Para ser admitido en el departamento de crisis de l ce ntro de desint oxi­
casos había una libertad condicional durante uno o más años. Recien­ cación, no se necesitaba expresar el deseo de dejar el consumo de dro­
temente, se han podido remitir también al programa de tratamiento los gas. Sólo en caso de que el cliente desee hacerlo hay un traspaso al
adictos que han sido condenados. Pueden pasar el último período de la departamento de desintoxicación. De esta forma, una crisis en el con­
condena en prisión recibiendo un tratamiento en la comunidad tera­ sumo de drogas por parte del adicto puede servir para que se decida a
péutica.
dejarlas, una de las opciones posibles (Kooyman, 1981).
En los primeros años, el programa de iniciación dentro de la pri­
sión lo llevaba el equipo de Emiliehoeve. Los ex-adictos que habían En el departamento de desintoxicación del centro, el cliente era libre
estado en prisión resultaban modelos excelentes para los adictos de elegir si iba a participar en el programa de iniciación de la comuni­
encarcelados. Aparte de las entrevistas individuales se organizaban dad terapéutica. Este programa estaba integrado en las actividades del
también grupos de iniciación en la prisión para jóvenes de La Haya. centro de desintoxicación. P or ejempl o, los candidatos a la admisión en
Además, una vez a la semana se convocaba una reunión de grupo la comunidad terapéutica asistían a los grupos de iniciación mientras
para los adictos que estuviesen interesados pero que aún no habían los demás residentes limpiaban la casa o lavaban platos. En los semina-
decidido solicitar el tratamiento. Al cabo de unos pocos años esta ' rios del programa de desintoxicación, juntamente con información
tarea fue asumida por los trabajadores sociales de la clínica no resi­ sobre el tratamiento se daban programas con seminarios sobre materias
dencial para pacientes drogadictos. Fue ésta una decisión de la que como la amistad, la honradez, la discriminación y la confianza. En
posteriormente el equipo de Emiliehoeve se lamentó mucho. En tér­ dichos seminarios se pedía a los residentes del centro de desintoxicación
minos generales se puede decir que la diferencia entre los residentes que dieran su opinión sobre el tema junto con el equipo, llevando al
provenientes de prisión y los demás fue muy pequeña, respecto a su grupo a que sacara sus conclusiones. Además de estos ejercicios para
actitud para con el tratamiento. La elección de solicitar tratamiento que el cerebro piense, hay también ejercicios físicos y meditaciones diná­
la tomaba el adicto en ambos grupos. También en ambos grupos era micas que estimulan las expresiones físicas y emotivas. Durante los pri­
manifiesta la presión exterior para hacer una solicitud de tratamien­ meros años de existencia de este centro de Heemraadssingel en
to. Tras la admisión desde la cárcel, la posición del residente no era Rotterdam, más del 20% de los adictos admitidos fuer on remitidos a un
distinta de la de los otros. Podía abandonar el programa, pero ya programa libre de droga para un tratamiento posterior (entre el 1 de
sabía que se informaría a las autoridades judiciales en caso de no vol­ octubre de 1976 y el 1 de marzo de 1978). Más del 20% de los admitidos
ver en 48 horas. fueron después enviados a una comunidad terapéutica o centro: de día;

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una tercera parte lo abandonó y fueron readmitidos al cabo de un año narte de su conducta en la fase de iniciación. Sólo las personas con
(diez se quedaron fuera y no volvieron) (Kooyman y otros, 1979). El cua­ serios trastornos psiquiátricos de naturaleza psicótica, con defectos
dro 3 muestra un resumen de admisiones y altas remitidas a este centro mentales, o los individuos con lesiones cerebrales serias eran exclui­
de desintoxicación. dos por el equipo. Otros que no llegaron a entrar en la comunidad
terapéutica fueron los que cambiaban de opinión y decidían no parti­
Cuadro 3: Remitidos del centro de desintoxicación Heemraadssingel a comunidades cipar o continuar el programa de iniciación.
terapéuticas A quien había sido adicto menos de medio año se le remitía gene­
ralmente a otro tratamiento o bien a una clínica no residencial, por
hombres mujeres Total ejemplo a un centro de día. El principal criterio de admisión era ver si
el adicto podía o no demostrar que deseaba hacer algo por cambiar la
número de admisiones 445 140 585 situación. El programa de nada servía cuando el adicto no quería
número de enviados a centro de día libre de droga o C. T. 88 38 126 hacer el propósito de dejar de tomar drogas, alcohol y demás sustan­
porcentaje del total enviado al
cias químicas alteradoras de la mente. Cualquier razón que llevase al
centro de día libre de droga o C. T. 19,8% 27% 21,5%
adicto a tomar la determinación de dejar las drogas era válida, incluso
el deseo de salir de prisión.
Varios clientes fueron admitidos más de una vez antes de que deci­
diesen solicitar su admisión en el programa de iniciación (Kooyman y El ingreso
otros, 1979).
En mayo de 1980 se abrió en La Haya un centro clínico de desinto­ El ingreso en la comunidad terapéutica puede organizarse de varios
xicación llamado "De Weg". Desde entonces, casi todos los clientes modos. En Emiliehoeve se suele llevar a cabo en forma de entrevista al
admitidos a Emiliehoeve lo han sido a través de dicho centro. Los interesado por un grupo formado por equipo y residentes. El futuro
adictos en prisión fueron también introducidos mediante "De Weg" a residente ha de convencer al grupo de que desea formar parte de la
la comunidad terapéutica. A los adictos a la heroína se les daba un comunidad. El equipo y los residentes le preguntan el por qué quiere
corto tratamiento de desintoxiación con metadona, lo que se conside­ dejar las drogas o el alcohol y por qué busca ayuda en Emiliehoeve.
raba compatible con la filosofía libre de droga del programa de Emi­ Importa mucho que el interesado sea capaz de pedir ayuda; a veces se
liehoeve. No obstante, en la comunidad terapéutica Emiliehoeve pide a la persona que quiere ser admitida que lo haga a gritos. Esto es
nunca se había distribuido metadona. algo que jamás ha hecho el adicto en su vida. Su incapacidad de pedir
En el programa de iniciación de Emiliehoeve formaban parte del ayuda fue, en muchos casos, una de las razones para empezar a con­
equipo, en la mayoría de los casos, un trabajador social y un ex-adicto sumir drogas como medio de suprimir el dolor. Este grito de ayuda es
graduado miembro del equipo de Emiliehoeve o de cualquier otro pro­ una inversión emotiva. Cuando esto sucede, el grupo puede llegar de
grama de tratamiento libre de drogas. Eran asistidos por residentes de verdad al nuevo residente.
la comunidad terapéutica, del centro de día o por residentes en la fase En los primeros años de Emiliehoeve esta entrevista de ingreso se
de reinserción. El hecho de que los adictos que entraban al programa podía hacer muy emotivamente. Los residentes llegaban directamente
de iniciación se encontraran con personas con las que pudieran identi­ de la calle. Algunas veces se les demandaba una prueba o señal de la
ficarse resulta un elemento importante en el proceso de este programa. seriedad de su compromiso, por ejemplo que se cortaran un poco de
No se podía ya negar que es posible dejar el consumo de drogas. El ex­ pelo. Raramente finalizaba la entrevista denegando su admisión; sola­
adicto que trabajaba en el programa de iniciación desempeñaba una mente en caso de que no apareciese claro si el candidato había hecho
función de modelo para los posibles candidatos. de verdad una seria elección de ser admitido. En tal caso se le diría a
Tras un período de 7 a 10 días con reuniones diarias excepto los fines la persona que lo vuelva a pensar y que venga, por ejemplo, dentro de
de semana, podía considerarse a los adictos preparados para su ingre­ una semana a explicar por qué quería ser admitida. Al final de la entre­
so en el programa de tratamiento libre de droga de la comunidad tera­ vista se designa al candida Lo una "hermana o un hermano mayor", es
péutica o del programa del cuidado de día (day-care). Hoy en día, suele decir, un residente que haya estado ya en el programa durante algu­
ser posible una visita a la comunidad desde el centro de desintoxica­ nos me ses y que es e l re sponsable de pr esentar al nuevo miembro a los
ción "De Weg" antes de que tenga lugar el ingreso. El que a una per­ demás residentes y hacerle saber los valores, normas y costumbres de
sona se le considere ya dispuesta o no para el ingreso depende en gran la comunidad. En los primeros años de Emiliehoeve, se echaba a los

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nuevos residentes al canal frente a la granja en una especie de rito. un informe sobre su estancia en el programa. En este período y duran­
Después se les entregaba un "mono", que era el uniforme de los nue­ te una o dos se manas no ti enen ningún t rabajo concreto en la .comuni­
vos miembros durante los primeros meses de su estancia, para que se dad. Esta fase concluye al dejar la comunidad terapéutica para ir al
lo pusieran. Por razones prácticas y debido a factores inciertos —el programa de reinserción.
tiempo, si sabían nadar, hielo sobre el agua— se abandonó dicho rito.
El programa de reinserción
Las diversas fases de la comunidad terapéutica
El programa de reinserción es la parte en la que el residente se rein­
A medida que el programa de la comunidad terapéutica adquiría tegra en la sociedad. Esta reintegración desde la comunidad terapéu­
una estructura más clara, el tratamiento llegó a dividirse en tres fases: tica es para la mayoría de los residentes difícil, a menudo una expe­
riencia dolorosa. Muchos residentes creen que no han cambiado en
— Fase I: los nuevos residentes absoluto en la comunidad terapéutica si se enfrentan con los mismos
— Fase II: los residentes intermedios y problemas que tenían antes de su admisión. No pueden encontrar un
— Fase III: los residentes antiguos trabajo y se sienten solos, inferiores e inútiles. Ven que no siempre
pueden confiar en las personas del exterior aunque éstos sean ciuda­
danos respetables. No pueden solicitar un encuentro cuando tienen
La primera fase, en la mayoría de los períodos, era precedida por otra
problemas con el jefe. Reconocen que no pueden hacerlo solos.
de miembro aspirante, período de iniciación previo a la vida comuni­
Necesitan ayuda y alguien que les guíe de entre sus semejantes y del
taria. A dichos residentes se les denomina ba "tíos", "chavales", "ranas"
o cualquier otro nombre caprichoso. En fases posteriores se les llamaba equipo. Esta asistencia se les ofrece normalmente en el programa de
"canguros", "fanáticos" y "diamantes". Durante la fase "tíos" los resi­ reinserción de la comunidad terapéutica.
dentes eran guiados por una "madre" y un "padre" residentes de la De hecho, existen dos modelos para el progr ama de reinserción. Uno
comunidad, que les daban a diario seminarios sobre lo que importaba es "vivir en reinserción". Estos residentes están viviendo aún en los
conocer dentro de ella. Unas dos semanas más tarde pasaban a la fase locales de la comunidad terapéutica. El otro modelo es un "vivir la
I como miembros de pleno derecho. En la mencionada fase se daba reinserción en el exterior": los residentes viven separados de la comu­
mucha importancia a que olvidasen su conducta negativa y destructo­ nidad terapéutica, en su propia casa de reinserción. En el primer mode­
ra, y a que aprendieran a acostumbrarse a una vida aseada y ordenada. lo, el equipo de reinserción y la comunidad terapéutica son general­
En los grupos de encuentro los nuevos residentes aprendían a expre­ mente los mismos. En el segundo modelo hay un equipo diferente de
sarse por sí mismos emotivamente y a confrontar la conducta negativa reinserción. Ambos modelos tienen sus ventajas y desventajas:
de otros residentes. En un grupo "de exploración" —que duraba un día
completo— los residentes de esta fase evocaban los sucesos de su Los ventajas de los modelos del vivir dentro son:
pasado de los que sentían vergüenza. Una meta importante del mismo
era abrirse, dentro de un grupo de semejantes, sobre su vida pasada y — Los problemas de vivir y trabajar fuera no se encaran al
hablar sobre sus sentimientos de culpa. mismo tiempo.
En la segunda fase los residentes adquieren los nuevos valores de la — Los residentes no tienen que acostumbrarse a distinto
comunidad. Asumen puestos de responsabilidad en la estructura de la equipo.
casa. En el grupo, confrontan sus relaciones con otros miembros y las — Los residentes de la comunidad terapéutica están en
emociones asociadas a otras personas de su historia pasada. En esta fase estrecho contacto con otras personas en el proceso de
hay una larga exploración sobre quiénes son ellos, sobre su autoconcep- reinserción y pueden aprender de sus experiencias.
to y sus actitudes en relación con los demás miembros de la comunidad.
En la tercera fase los residentes incrementan el número de contactos Las desventajas:
con personas de fuera de la comunidad terapéutica. Se estudian los
problemas con sus padres, compañeros y amigos. Este período sirve — Los residentes en reinserción no tienen apenas oportuni­
de preparación para su reinserción en la sociedad. Se realiza una dad de actuar negat ivamente cuando llegan a casa tras un
exploración sobre el futuro; ver qué planes hay de una mayor educa­ duro día de trabajo en el programa.
ción, empleos y relaciones. Al final de esta fase, los residentes escriben — Si tienen un trabajo como ayudante del equipo en la

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comunidad terapéutica en la que además están vivien­ edificio. Al programa de reinserción de la Emiliehoeve se le denomina
do, no se encuentran apenas expuestos a la presión exte­ "Maretak" y los residentes viven juntos en una misma casa de la ciu­
rior. Su puesto como miembro del equipo y como resi­ dad en la primera de las dos fases del programa de reinserción. En la
dente en reinserción resulta difícil cuando viven en la segunda fase viven fuera, en sus propios domicilios.
misma casa. Los residentes en reinserción se enfrentan a un conflicto cultural
— El equipo de la comunidad terapéutica es incapaz de cuando dejan el ambiente de la comunidad terapéutica. Dentro de la
hacer el cambio de papel necesario de la figura de padre comunidad los residentes aprenden a ser honestos y que vale la pena
a la de profesor y consejero, y puede tratar a los residen­ serlo. En la reinserción se encuentran con que no siempre esto es así.
tes en reinserción de modo similar a como lo hace con Bien pudier a ser que no encuentren el trabajo que de sean, si han de ser
los residentes inmaduros de la comunidad. honestos teniendo en cuenta su pasado. Se les ha enseñado en la comu­
nidad terapéutica a confrontar el comportamiento de alguien cuando
Las ventajas de vivir la reinserción en el exterior son: no sea auténtico. En la reinsertion ven que la gente no siempre acepta
su crítica abierta y honesta. Les queda por aprender a solucionar sus
— Hay una clara ruptura con la subcultura de la comuni­ conflictos sin gritos ni chillidos como lo hacían en los grupos de
dad terapéutica. encuentro. Su autoestima se resquebraja al tener que pasar por frustra­
— El invitar a los amigos de fuera les resulta generalmente ciones de rechazo una y otra vez mientras buscan un trabajo. Cuando
más fácil, lo mismo que acomodar a sus compañeros en ellos dicen que han sido j efes de c ocina e n la comunidad terapéutica la
la casa. gente no le da importancia. No tienen ningún certificado de estudios.
— El equipo que se ocupa de la reinserción ya no es la figu­ Muy a menudo el nuevo residente en reinserción se convence a sí
ra de autoridad de la comunidad terapéutica y trata a los mismo de que lo aprendido en la comunidad terapéutica tiene poco
residentes como adultos. valor respecto a las realidades de la sociedad. Antes de su convenci­
— El abuso de alcohol o de drogas se puede tratar de forma miento cae en la cuenta de que está volviendo a su antigua conducta.
distinta si se compara con la situación en que viven los Pudiera ser que ya no diga la verdad, que no limpie ya su habitación,
residentes en la comunidad terapéutica, donde la única ni confronte con sus semejantes, y llegue quizá a una situación en que
consecuencia de dicho abuso es generalmente su expul­ esté casi a punto de volver a consumir drogas. Importa mucho saber
sión de la casa. que ésta es una experiencia corriente en la reinserción. Les puede
divertir dejarse bigote o barba de nuevo, pero si se ponen los distinti­
Las desventajas son: vos y la vestimenta del mundo de los drogodependientes puede ser
una señal de una próxima recaída en el consumo de drogas. Al nuevo
— El cambio de vivir en comunidad a vivir fuera coincide residente en reinserción hay que enseñarle que los valores de la comu­
con un cambio de equipo y generalmente con un cambio nidad terapéutica son válidos también para la nueva vida que acaban
de trabajo. de empezar, sobre todo en su relación con amigos y familiares. Debe
— Volver a ser otra vez de nuevo un joven residente al enseñársele que a veces es más sabio tener la boca cerrada; pero, ade­
entrar en la casa donde se desarrolla el proceso de rein­ más, que decir mentiras es algo que no se puede permitir porque no
serción y tener que buscar su sitio. sabrá cómo dejar de decirlas.
Lo mismo puede ocurrir en cuanto a dejar de beber alcohol. Muchos
En la mayoría de los programas, sin embargo, la localización de la residentes en reinserción descubren que no saben cómo arreglárselas
comunidad terapéutica ha sido el factor más importante para decidir con la bebida. En los primeros años del programa de reinserción en
tener la reinserción viviendo dentro o fuera. Puesto que con frecuen­ Emiliehoeve, no se permitía a los residentes beber durante el mismo,
cia una comunidad terapéutica está situada fuera de la ciudad (como al habérseles informado sobre los desastrosos efectos de los llamados
es el caso del programa Emiliehoeve), se ha abierto una casa indepen­ en otros programas privilegios de beber. Se vio, sin embargo, que
diente para la reinserción en la ciudad. Con todo, las comunidades algunos graduados tuvieron serios problemas de alcohol tras haber
terapéuticas pueden estar situadas en la ciudad, como es el caso de las completado el programa. Por lo que se decidió ofrecer, a los residen­
que prestan sus servicios en Phoenix House de Nueva York. El pro­ tes que lo quisieran, un período de dos meses de aprendizaje sobre
grama de reinserción está entonces generalmente situado en el mismo alcohol a partir del cuarto o quinto mes de su estancia en la casa de

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reinserción. Podían beber fuera de casa, comunicando después su cuando todavía sea un residente en la comunidad terapéutica.
experiencia al equipo. A los dos meses había una evaluación conjun­ Después del período "aprendiz" trata de encontrar trabajo. Puede
ta del equipo y sus semejantes. Entonces se decidía si la persona tener su período de aprendizaje de alcohol durante esta fase. El último
podía o no beber durante su estancia subsiguiente en el programa de mes se traslada fuera de la casa de reinserción, a un domicilio, gene­
reinsertion. A los que habían sido alcohólicos nunca se les ofrecía un ralmente con uno o más compañeros. En la fase II asiste al encuentro
período de aprendizaje. Se les decía que comprendieran que volver a de la tarde una vez por semana, así como a otra reunión, también
la bebida entraña un riesgo excesivo. Se excluía también a los resi­ semanal, con un miembro del equipo. En la fase III el residente vive
dentes que, antes de su admisión, eran adictos al alcohol y a. las dro­ fuera de la casa de reinserción. Asiste a la reunión de la tarde una vez
gas. Era frecuentemente difícil de entender para estos últimos que al mes y se reúne con un miembro del equipo semanalmente. El últi­
habían sido tan adictos al alcohol como a las drogas. mo mes antes de su graduación no tiene que venir a los grupos ni
El problema común de la reinserción estriba en que la mayoría de los verse con el equipo. Esto es una opción más que una obligación.
residentes experimentan dificultad en dejar atrás la seguridad de la Con el paso de los años se ha comprobado que el cambio que supo­
comunidad terapéutica, en la que nunca están solos. Algunos pueden ne pasar de hacer una vida en la comunidad terapéutica a entrar en el
incluso mostrar síntomas de depresión poco después de su llegada a programa de reinserción resulta una verdadera conmoción cultural.
la casa de reinserción. Ciertas personas tienen tendencia a una con­ Para hacer más fácil el tránsito se hicieron en la comunidad terapéuti­
ducta de acting-out poco antes de la fecha fijada para la reinserción, ca los siguientes cambios:
con el fin de perder su estatus de antigüedad en la comunidad tera­
péutica y poder así volver tranquilamente a fregar platos de nuevo. De — Cuando un residente del grupo de compañeros vetera­
este modo se pospone su marcha de la comunidad terapéutica. Otro nos se convierte en un candidato a la reinserción, se le da
fenómeno común en la reinserción es la conducta del adolescente que una semana sin obligaciones para que escriba una eva­
quiere vivir a su manera sin respetar los valores o normas del progra­ luación sobre su estancia en la comunidad terapéutica.
ma. Si bien uno espera que el residente elabore su conflicto de autori­ Además, tiene que encontrar un club en el que practicar
dad con las normas y valores del programa cuando todavía está en tra­ deporte o ejercitar sus hobbies durante una tarde a la
tamiento en la comunidad terapéutica, raras veces lo hace. La com­ semana.
probación de sus limitaciones forma parte del crecimiento, y se debe — Visita al grupo de reinserción de la fase I, una vez por
permitir esta prueba sin que el residente tenga que volver a su antigua semana. Visita también, una tarde a la semana, a los resi­
conducta autodestructiva. Se requiere un asesoramiento individual dentes del programa de educación de reinserción de esa
junto con una confrontación entre semejantes para guiarles en este
fase.
proceso.
A fin de que sea obvio que el residente en reinserción tiene que hacer­ Como el contacto sexual es posible entre los residentes de la comu­
se independiente por completo, al final de los años setenta se fijó la nidad terapéutica Emiliehoeve (si se acepta su petición) o con perso­
duración de este programa en un máximo de doce meses. El programa nas ajenas a dicha comunidad, se han tratado ya muchos problemas
completo quedó dividido en distintas fases de aproximadamente cua­ sexuales, antes de la reinserción. No existen restricciones en cuanto al
tro meses cada una. En la fase I el residente suele trabajar como ayu­ sexo en la reinserción. Los problemas sexuales, el buscar nuevas a mis­
dante de equipo en el programa. En ocasiones puede trabajar en un tades, el aprender a vivir sin el control de compañeros de grupo, saber
puesto fuera del programa sin que se le pague, al recibir todavía ayuda cómo emplear el tiempo libre, son problemas que no han podido ser
social. La fase I tiene un grupo semanal, aparte del encuentro semanal tratados suficientemente en la comunidad terapéutica, y que hacen
de la t arde con los ot ros r esidentes e n r einserción y una reunión sema­ necesario un programa de reinserción.
nal individual con un miembro del equipo. Un psiquiatra supervisa
Desde que el residente está próximo a abandonar el programa, se
estas reuniones individuales. Mientras que se ha comprobado el poco
pueden reproducir de nuevo los anteriores miedos de separación.
provecho que el asesoramiento individual tiene en la comunidad tera­
Para muchos residentes una parte importante del programa de
péutica, se considera útil en la fase de reinserción del programa.
reinserción es el consejo individualizado. En algunas comunidades
En la fase II, el residente trabaja fuera del programa durante algunas terapéuticas (es decir, Hoog Hullen y Breegweestee, al norte de
semanas sin paga alguna, como voluntario (llamado "aprendiz") en Holanda) la psicoterapia forma parte del programa de reinserción
cualquier puesto de trabajo. A veces tal período se puede aplicar ya (Vos, 1984). En la mayoría de los programas de reinserción, ésta

108 109
acaba con una fiesta de graduación. Algunos programas gradúan a
los clientes un año después de haber completado el programa.

La graduación
En el programa de Emiliehoeve se concede la graduación al cliente
al final del programa de reinserción. Durante la primera década del
programa, la fiesta de graduación era un ritual importante. El cliente
debía escribir un trabajo sobre el programa, o tenía que demostrar algo
de su actividad creadora. El día de la graduación entrevistaba al gra­
duado un comité formado por los directores de las diversas fases, pre­
sidido por el director del programa. A continuación seguía una cere­
Capítulo 6
monia en la comunidad te rapéutica. En dicha r eunión se le hacía entre­
ga del certificado y él, a su vez, ofrecía un regalo al programa. Solía
seguir a la ceremonia de graduación una comida con familiares, ami­ La familia del drogodependiente
gos y una fiesta. Era uno de los ritos del programa que revestía mayor y la comunidad terapéutica
carácter emotivo. En los años más recientes el cliente ha escogido la
manera que más le agrade para llevar a cabo la fiesta de su gradua­
ción.

Secuencia de fases Problemas en la familia [


i
Durante el programa de tratamiento en la comunidad terapéutica el ¿Existe una estructura característica de la familia de un adicto? Se
cliente tiene que pasar a través de sucesivas fases. Cada una de ellas han publicado un número considerable de investigaciones sobre corre­
finaliza con una entrevista al individuo por el equipo y los residentes. laciones entre los factores específicos internos de las familias y la a pa­
Durante su estancia en dicha comunidad, los residentes suelen ser rición de drogodependientes entre los hijos de esas familias. La relación .j
entrevistados conjuntamente por dos miembros del equipo y algunos entre los que abusan de las drogas y sus respectivos padres ha recibido
miembros de la fase próxima. Tras pasar una fase puede haber un una atención considerable en los estudios publicados. Se ha comproba­
ritual. Los primeros años de existencia de Emiliehoeve, a los residen­ do que el abuso de la droga tiene relación con padres preocupados en
tes se les llamaba "miembro" solamente al pasar la primera fase. exceso y superprotectores de sus hijos y con padres alejados y despre­
Luego los residentes veteranos les entregaban una camiseta Emilie­ ocupados de ellos (Kaufman y Kaufmann, 1979; Steffenhagen, 1980;
hoeve y un pequeño regalo. Cuando creció la comunidad de 12 a 35 Stanton, 1980). La calidad de las relaciones parece desempeñar un
residentes, los rituales empleados al pasar de una fase a otra fueron papel importante. Kandel (1976) halló una correlación entre la calidad
abolidos o cambiados por un anuncio público y una charla del direc­ de las relaciones entre pa dres y adolescentes, y el consumo de droga de
tor frente a todos los residentes. los padres y la continuación del consumo de heroína y de otras drogas
El paso por el programa completo a través de distintas fases con duras por el a dolescente. Existe una alta proporción de padres con pro­
metas distintas proporciona al residente un sentimiento de haber rea­ blemas de bebida. Stanton (1980) descubrió en padres de adictos a la
lizado algo paso a paso; un sentimiento que el residente a menudo heroína un problema de alcohol en una proporción de al menos uno de
jamás había tenido.
los progenitores en al menos un 80% de los casos. i.
Muchos adictos han experimentado la separación o muerte repenti­
na de uno de los progenitores, principalmente del padre, antes de que
tuvieran 16 años. Sin embargo la mayor parte de los adictos, según la
investigación de Stanton, no provenían de familias separadas
(Stanton, 1980). Son bien conocidas las experiencias traumáticas fre­
cuentes en familias con hijos adictos, incluyendo experiencias de vio-

110 111
lencia, falta de respeto a los hi jos, incestos, suicidios, reclusiones psi­ Existe una madre superprotectora, indulgente y permisiva para el
quiátricas, muerte repentina de un miembro de la familia, o la salida adicto como hijo favorito. Los padres de los varones adictos aparecen
de la c asa de sus padres (Aron,'1975). Reilly (1976) obser vó que raras desligados, despreocupados, débiles o ausentes. Asimismo las relacio­
veces alababan los padres el comportamiento aceptable del hijo adic­ nes padre e hijo demuestran ser bastante negativas en medio de una
to, mientras que se fijaban mucho en su comportamiento negativo disciplina áspera e inconsistente.
(consumo de droga). La ira apenas se manifestaba en las familias que Las mujeres adictas, a diferencia de los varones, parecen estar en
estudió. Alexander y Dibb (1975) advirtieron además la incapacidad abierta rivalidad con sus respectivas madres. Las consideran super-
de los padres para expresar su crítica directamente a los hijos, y que protectoras y autoritarias, y a sus padres indulgentes con ellas, sexual-
los límites entre generaciones eran oscuros. Reilly y Alexander, y Dibb mente agresivos, y a menudo alcohólicos. La probabilidad de incesto
principalmente, estudiaron familias de clase media. Kaufman (1981), es mucho mayor que la normal, en un cálculo de hasta un 90% en las
quien hizo estudios sobre familias de diferente origen étnico y estatus adictas a la heroína (Cuskey y otros, 1979; Ellingwood y otros, 1966).
sociales diversos, notó también límites difusos entre generaciones.
Raramente se esforzaban sus padres por estimular una conducta posi­ Hallazgos de investigaciones
tiva en los hijos adictos. Al final, Klagsburn y Davis (1977) llegar on a
la conclusión, en su revisión de lo escrito sobre este tema, de que exis­
sobre familias de adictos en Europa
te una carencia de límites entre generaciones. Se da generalmente una En una investigación que realiza una encuesta con clientes de pro­
fuerte relación madre-hijo y una débil entre padre e hijo. gramas de metadona en Holanda se ha comprobado que el 67% de los
adictos tenían contacto regular con sus padres (Sijlbing, 1981); el 32%
Estructura familiar de los adictos a la heroína (Bindels, 1981) o el 38% (Hubert y Van Steijn, 1986) de los adictos vivía
en casa de sus padres.
La mayoría de los adictos, al contrario de lo que comúnmente se Una investigación llevada a cabo entre 50 familias de residentes en
cree, no llevan una vida aislada en el mundo de la droga, sin contac­ centros de la Association du Levant en Lausana (Suiza), indicaba que
tos con su familia. Vaillant (1966b) ha advertido que el 72% de los adic­ en el 66% de los casos existía una estructura familiar de madre domi­
tos a la heroína estaban, según su estudio, a la edad de 22 años, vivi en­ nante. Había un fuerte influjo femenino sobre tres generaciones, la
do aún en casa de sus padres. A la edad de 30 años, el 47% vivían toda­ abuela materna, la madre y una hermana del adicto o la adicta misma
vía con una mujer de la familia. Crawley (1971) descubrió, en su estu­ cuando es mujer. Existía una alianza entre la abuela y la nieta, con la
dio sobre adictos en Inglaterra, que el 62% de los adictos seguían abuela entrometiéndose en la vida de su hija, criticándola por su
viviendo en casa de sus padres. Stanton y Todd (1972) hallaron que el matrimonio y el modo de educar a sus hijos. En el 20% de los casos se
66% de su muestra de varones adictos a la heroína estaban viviendo comprobaba una estructura familiar caracterizada por una madre que
con sus padres o al menos una vez al día llamaban por teléfono a sus se había separado de un mal marido tras el nacimiento del futuro adic­
madres. Haley (1980) describió los problemas de las familias en que un to, se había vuelto a casar con un hombre radicalmente distinto al pri­
adolescente abandona su casa y su relación con el abuso de droga. mero, que se presentaba a sí mismo como marido y padre ideal. Los
Stanton y Todd (1975) señalaron que el adicto tiende a recaer en sus investigadores señalaban en dicho estudio el importante rol desempe­
antiguos hábitos del abuso de drogas, pero tiende también a volver a ñado por los abuelos, el modo como se descalificaba a los miembros de
su casa cuando ha ocurrido una crisis en la familia, una vez que haya la familia y la existencia de secretos. Solían encontrar un hermano o
dejado de consumir droga y conseguido empezar a vivir su propia una hermana que hacían de padres y les consideraban como el niño
vida. Estos autores vieron en la base de ello un miedo a la separación ideal en la familia. Las familias, generalmente, vivían desconectadas
entre la familia y el adicto. La dependencia de la heroína conlleva una del entorno (Ausloos c.s., 1986; Lanini, 1985).
pseudoindividualización (Stanton y otros, 1978). Alexander y Dibb En un estudio sobre familias de drogadictos de Zurich, se veía
(1975) indicaron que la adicción es necesaria para mantener un cierto que su relación con los progenitores —especialmente con el
equilibrio. padre— era peor que la del grupo de control. La inestabilidad fami­
En revisiones de la literatura que tratan de los factores familiares en liar era seria en el 55% de las familias de los adictos. A diferencia de
la drogadicción (Rose, Battjes y Leukefeld, 1984; Stanton, 1979; Salmon otros hallazgos en Zurich, se encontró que los adictos vivían con
y Salmon, 1977; Harbin y Maziar, 1975; y Seldin, 1972), se hace una sus padres con menos frecuencia que el resto del grupo de control
descripción de una estructura común de familia de un varón adicto. (Zimmer-Hólfer, 1987).

112 113
Cancrini (1985) investigó familias de drogadictos en Roma, en un con una conducta de acting-out. Todas ellas comparten típicamente la
proyecto evalúativo de la terapia familiar. Describía la drogadicción en siguiente historia: un conocido comportamiento antisocial, anterior a
relación con la estructura familiar y halló cuatro tipos de adicción: dro­ su drogadicción, que en seguida se adapta al estilo de vida del droga-
gadicción traumática, drogadicción con neurosis actuales, drogadic­ dicto, una actitud desviada, una incapacidad para dar y recibir amor.
ción de transición y drogadicción sociopática. Hablan con despreocupación de sus hábitos, y menosprecian los efec­
En la drogadicción traumática aparece una rápida ruptura con el tos de la droga. Suelen ser hijos de mujeres desprovistas de medios
modelo de vida normal. La droga protege al individuo que se encuen­ económicos o culturales, o hijos de familias multiproblemáticas en los
tra en estado de pánico. El adicto toma, de modo destructor, toda clase guetos de las grandes ciudades. Su inadaptación se descubre en pri­
de drogas en busca de adormecimiento más que de placer. El consumo mer lugar ya al principio de sus años de escuela y posteriormente en
y sus consecuencias dramáticas enmascaran o encubren el sentido de la adolescencia; cada vez se van haciendo más violentos como reacción
culpa provocado por la experiencia traumática. El contexto familiar de contra las reglas de una sociedad que perciben hostil. A menudo se les
dicho tipo de adicción es más bien variado. En algunos casos el adicto llevaba a ciertas instituciones. Las familias pueden ser despreocupa­
ha sido el niño "modelo". A menudo el adicto ha atravesado reciente­ das o dramáticamente desorganizadas.
mente la fase de individuación y separación de la familia al tiempo Señala Cancrini que las familias de drogadictos no pueden verse
que la nueva red de relaciones resultaba inadecuada para lo que le como sistemas homogéneos. Las familias que aparecen en los estudios
hacía falta en tales circunstancias de estrés. realizados sobre terapia familiar con drogadictos pertenecen general­
El segundo tipo es la drogadicción con neurosis actual. Hay un mente al segundo tipo de drogadicción (en familias con neurosis
intenso conflicto actual de familia en torno del adicto. Existe una actuales) o al tercero (drogadicción de transición). La distinción hecha
estructura familiar típica: implicación profunda de uno de los padres por Cancrini en cuatro tipos de familias ha probado tener gran utili­
(generalmente del sexo opuesto); rol periférico del otro padre; barreras dad en su proyecto de investigación sobre el efecto de la terapia de la
débiles en la jerarquía familiar; polaridad entre el adicto como niño familia con drogadictos.
"malo" y otro niño "bueno"; comunicaciones contradictorias en la La terapia de familia elaborada por Stanton (Stanton y Todd, 1982)
familia y conflictos explosivos y violentos. combinaba el enfoque estructural (restableciendo la "jerarquía" pa­
El tercer tipo es la drogadicción de transición. Esta drogadicción pre­ dre-lujo y reestructurando alianzas y subsistemas durante la sesión:
senta las características siguientes: una experiencia de efectos potentes, Minuchin, 1974) y el enfoque estratégico (centrando la atención en los
estáticos y agradables que alivian los sufrimientos personales previos; síntomas con estrategias específicas de intervención, asignándoles
estados depresivos repetidos, unidos a una conducta adictiva compul­ tareas para casa y evitando así la lucha de poder con la familia: Haley,
siva; dificultades en encadenar el consumo de droga a sucesos especí­ 1980). La idea de Stanton tuvo un éxito enorme en las investigaciones
ficos de la vida del adicto, y el riesgo a largo plazo de recaída, frecuen­ de Cancrini con familias del tipo de drogadición con una neurosis ac­
temente en el alcoholismo. La familia presenta las siguientes caracte­ tual. La terapia familiar paradójica desarrollada por Palazzoli (1978)
rísticas: una falta completa de definición en las relaciones, con mensa­ fue de lo más efectivo en familias del tipo de adicción transitoria. En
jes a menudo incongruentes; los m iembros ignoran el si gnificado de los familias del tipo de adicción traumática se vio que, por lo general, era
mensajes de los otros; tratan de manipular a terapeutas y otras perso­ suficiente la terapia individual ambulatoria.
nas para reafirmarse en su postura y puede haber un acting-out repeti­ En la adicción del tipo sociopático, se advirtió que raras veces eran
do, breve, pero intenso. Ambos padres se ven sobreimplicados en la efectivas las terapias convencionales. Cancrini considera a las comuni­
adicción o vida privada de sus hijos. La polaridad entre los hijos no es dades terapéuticas un medio provechoso para llenar el vacío de las
la de bueno/malo sino más bien la de éxito/fracaso. Frecuentemente, relaciones sociales y de familia, en la adicción de este cuarto tipo.
en esta clase de familia hay una persona, denominada por Selvini Dentro de las comunidades terapéuticas se instituía temporalmente
Palazzoli (1978) el miembro "prestigioso", que se implica activamente un sistema de familia sustitutiva de la que el adicto pudiera al fin
en solucionar los problemas de la familia. En el momento en que este separarse de modo saludable (Cancrini y otros, 1985; Cingolani, 1986).
miembro prestigioso se retira, el paciente en cuestión reacciona crean­
do un problema de consumo de drogas, que produce el efecto de dejar
las cosas tal como están.
La comunidad terapéutica como familia sustitutoria
El cuarto tipo es la drogadicción sociopática. Esta clase de adicción En Estados Unidos, en la fase i nicial del desarrollo de las c omunida­
se encuentra en personas cuyos conflictos psicosociales se muestran des terapéuticas para adictos se les denominaba como la nueva fami­

114 115
lia del adicto; un sustitutivo de la familia que en algún caso el adicto los residentes iban a casa de sus padres por la noche, estaba claro que
jamás había tenido (De León y Be schner, 1976). Muchos residentes lle­ éstos debían estar implicados en el tratamiento. Los grupos semana­
gaban directamente de prisión. La primera comunidad terapéutica, les para padres llegaron a formar parte de los programas de cuidado
según el modelo del programa de autoayuda de Synanon, de Daytop diario (day-care). Las parejas no asistían al mismo grupo de padres. Si
Village, partió como una rama del Departamento de Libertad Condi­ bien, en el inicio, los grupos eran sólo para padres, a veces tomaban
cional del Juzgado Supremo de Nueva York. Era un programa de también parte en ellos otros parientes (Lakoff, 1984; Maloney, 1985).
dicho departamento para varones drogadictos delincuentes, culpables Una de las primeras personas que trabajó en las comunidades tera­
de delitos, en libertad condicional (Sugarman, 1974). La mayoría de péuticas y que introdujo en ellas elementos de terapia familiar en el
sus residentes jamás habían experimentado un ambiente familiar que programa de tratamiento fue Pauline Kaufmann. Fue formada como
se interesara por ellos. Era la comunidad terapéutica quien hacía de terapeuta familiar por Minuchin. A principios de los setenta, dio
familia sustitutiva para ellos. Los miembros y el equipo de dicha comienzo a los grupos multifamiliares del programa de día de la
comunidad eran denominados 'familia'. Los compañeros de residen­ Phoenix House en Nueva York. Estaban presentes en el tratamiento
cia se llamaban entre sí hermanos o hermanas. familias enteras junto con los adolescentes. Dichos grupos podían
Como se advertía que la familia original del adicto tenía un influjo constar de un número de hasta cincuenta personas de quince familias
negativo en los residentes, estaba prohibido cualquier contacto entre distintas (Kaufman y Kaufmann, 1979). Los grupos multi-familiares
ellos y los miembros de su familia durante al menos cuatro meses. Fue alternaban con grupos bisemana les de padres en los que los clientes no
sólo en los años 70 cuando las comunidades terapéuticas aprendieron se hallaban presentes. Hoy en día, los grupos multi-familiares se con­
que la implicación de las familias en el tratamiento de los residentes vocan una vez por semana, y con grupos sólo de padres una vez al
podía impedir que éstos sabotearan los esfuerzos del equipo de trata­ mes. En los centros de día de Nueva York, se instauró una nueva polí­
miento (O'Brien, 1983). En vez de ser enemigos se estimaba a los tica en la que únicamente se podía aceptar para el tratamiento a los
padres de los adictos como fuente de ayuda y apoyo en el proceso del adictos cuando al menos uno de sus progenitores o cualquier otra per­
tratamiento. sona significativa pudiera estar implicada en él. A los padres se les
preparaba para que fuesen líderes de grupo. Los padres nuevos asistí­
an a grupos educativos sobre la filosofía del tratamiento y sobre méto­
Implicación de la familia en los programas de dos clínicos en el programa de tratamiento. Los padres aventajados
tratamiento de las comunidades terapéuticas tomaban parte en un grupo de encuentro de padres.
En 1980 la asociación de padres de Daytop Village cambió su nom­
Aunque en un principio las comunidades terapéuticas americanas
bre por el de Asociación de F amilias de Daytop Village. Existen actual­
excluyeron a los padres del proceso terapéutico, con todo fueron los
primeros programas de tratamiento que hicieron que la familia for­ mente grupos especiales para parejas, sólo para hombres o mujeres,
para padres de residentes en la comunidad terapéutica y para padres
mase parte integral de sus actividades. Tras los años iniciales, el equi­
de adolescentes. Para residentes ya en la última parte del programa, la
po de las comunidades terapéuticas cayó en la cuenta de que el adic­
fase de reinserción, están organizados grupos formados conjuntamen­
to, al acabar el programa, volvería a su familia de origen. Si no se pres­
taba atención a la familia podría tener lugar un rápido deterioro de los te por padres y residentes. Tienen reuniones semanales durante un
período de tiempo de dos meses, dirigidos por un miembro del equi­
beneficios derivados del tratamiento.
po, por un graduado y un líder del grupo de padres (Kalajian, 1979).
Era evidente, asimismo, que cuando se trataba exitosamente al her­
En 1985, se formaron grupos para hermanos de los adictos. Se estable­
mano o la hermana drogrodependientes, los demás hijos asumían la
ció, además, un grupo femenino para esposas, novias e hijas de los
posición de éstos dentro de la familia.
residentes, quienes les ayudaban a superar sus sentimientos de impo­
Durante la segunda mitad de los años sesenta, fue adoptada una
tencia y de ser víctimas (Tarbell, 1985).
nueva filosofía, abierta a la implicación de la familia, en la mayoría de
las comunidades terapéuticas de América. Con la apertura en 1967 de Los grupos en Estados Unidos son ahora menos rígidos. También los
centros ambulatorios con mayor alcance, la implicación de los padres padres cuyos hijos no están (todavía) en tratamiento pueden asistir a
en la comunidad terapéutica de Daytop Village de Nueva York llegó los grupos, y asimismo los esposos y esposas. Ciertos programas han
a ser estructural. Antes había habido reuniones informales de padres comenzado a invol ucrar a las fa milias incluso durante la fase de orien­
de los residentes en la mencionada comunidad. En estos centros fue­ tación en el tratamiento (Gleason, 1983). En los años ochenta, los tera­
ron tratados los adictos jóvenes en un programa de día. Puesto que peutas familiares y los programas de comunidad terapéutica que se

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ara parejas de los residentes. Puesto que en ocasiones se formaban
desarrollaron por separado empezaron a cooperar e integrar sus- ilaciones entre las parejas de los residentes, estos grupos se transfor­
esfuerzos. Muchas comunidades terapéuticas de América y de Europá maron más tarde en grupos de relación de pareja en los que residentes
pusieron en marcha las técnicas de la terapia de familia. Por otra parte ■
suS parejas participaban en el mismo grupo. El programa de padres
cambió el objetivo de los terapeutas de familia en su labor con las y familia en Emiliehoeve, allá por los años ochenta, recibió el influjo de
familias de adictos. Al principio, los terapeutas familiares promovió joS nuevas perspectivas sobre la terapia de familia. Estas son algunas
ron la terapia familiar como una alternativa a la terapia residencial-:1 je las materias tratadas en los grupos de padres: un luto, a menudo
Más tarde, en un número de casos cada vez mayor, conseguían ayudar relacionado con la muerte de los abuelos, representando una amenaza
a la familia haciendo que el adicto fuese admitido en una comunidad cada separación; mensajes inconsistentes; la reencarnación de un
terapéutica. Así, la familia permitía al adicto que dejara su casa. miembro fallecido; nacimientos fracasados; el niño que asume el pues­
to de uno de sus padres difuntos; la ausencia de jerarquía en la familia
Implicación de la familia en el programa (Van der Meer, 1985, 1986). Existen grupos separados para padres de
de Emiliehoeve residentes en la comunidad terapéutica y para padres de residentes en
la fase de reinserción. Las sesiones de confrontación entre los residen­
Los grupos de padres, en Emiliehoeve, se pusieron en marcha tes y sus padres o parejas se convocaban a intervalos regulares duran­
como una parte regular del programa en 1974. Los objetivos de los te su admisión. Además, hay unas fechas en las que los padres toman
grupos de padres iban encaminados a acabar con su aislamiento, a parte en el programa de la comunidad terapéutica por un día.
hacer que cambiaran mientras sus hijos cambiaban; a que aprendie­ Emiliehoeve fue en Holanda el primer programa de tratamiento que
ran a ser honestos y a incrementar su autoestima (Bos, 1977). Una vez implicaba a los padres y posteriormente a otros miembros de la fami­
que los residentes habían estado unas semanas en el programa, los lia. Otras comunidades terapéuticas holandesas siguieron su ejemplo
padres eran visitados en sus casas e invitados a participar en los gru­ (Van Dijk-Karinaka, 1985; Frank y Weesie, 1985). Comunidades tera­
pos de padres. Algo así como la mitad de los padres llegaron a invo­ péuticas de otros países de Europa, por ejemplo Bélgica (Cafmeijer,
lucrarse en los grupos que se convocaban una vez cada dos semanas. 1986) e Irlanda (Comberton, 1982), fueron desarrollando programas
La mayoría de ellos empezaban a asistir a los grupos al segundo o similares para padres. En Italia, el Centro Italiano di Solidarietá de
tercer mes de la admisión de su hijo o hija. Roma recurría a la filosofía de ofrecer ayuda cuando la gente llamaba
Uno de los principales objetivos de los grupos de padres era conse­ a su pue rta. E l pr oblema de un número fimitado de camas en su comu­
guir reducir el número de los que abandonaban la comunidad tera­ nidad terapéutica trajo consigo como consecuencia el desarrollo de un
péutica. La mayoría iba a sus casas al abandonar el programa. Estos programa ambulatorio extensivo previo a la comunidad terapéutica
solían ir a pasar la noche en casa de sus padres o compañeros y pron­ llamado Accoglienza (Acogida). Estos programas Accoglienza tenían
to recaían en su adicción tras el abandono de la comunidad. Los en su origen las siguientes características:
padres habían sido avisados de que no admitieran a sus hijos a pasar
la noche, sino que los enviaran de vuelta inmediatamente a la comu­ — Los padres y otros familiares se hallaban involucrados
nidad terapéutica. Cuando sus padres no lo hacían así, se les comuni­ en el programa desde los primeros contactos con el adic­
caba que dejaran de asistir a los grupos de padres. Durante las fases to. Como los clientes entonces corrían todavía riesgo, la
iniciales, los participantes en los grupos de padres querían hablar mayor parte de sus padres acordaron comprometerse en
sobre los problemas que tenían antes de que fuera admitido su hijo. el programa.
Posteriormente, en la continuación del proceso, los padres eran capa­ — A los residentes se les advertía que siguieran en sus
ces de prestar atención a otros problemas en los que se veían envuel­ casas y allí realizaran algo del trabajo. Los padres eran
tos ellos mismos. Se animaba a los padres a que mostraran sus emo­ de nuevo emplazados en su función de autoridad, apo­
ciones y a que resolvieran sus sentimientos de culpabilidad. yados por el equipo y los padres que trabajaban como
Desde 1975, se implicó a otros familiares en el programa de Emi­ voluntarios en el programa.
liehoeve. Se pusieron en marcha grupos separados para hermanos y — El adicto debía ir al centro acompañado diariamente por
hermanas de residentes, dirigidos por un miembro del equipo y un un miembro de la familia durante las primeras semanas,
residente veterano. Había grupos para personas de menos y de más de y no se les permitía hacer llamadas telefónicas, ni visitar
20 años de edad. La s ac tividades de dichos grupos e ran variadas, desde a los amigos, ni manejar dinero. Cuando esto se cumplía
jugar hasta participar en grupos de encuentro. Había grupos aparte
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(generalmente tras una serie de incumplimientos) el adicto La participación de los padres en el tratamiento de las comunidades
había dejado de consumir drogas en la mayoría de los casos. terapéuticas parece ser un elemento esencial del programa. Por la
El adicto y los padres formaban entonces grupos separados misma razón, a saber, la de que la familia pueda tener un influjo nega­
que Ies introducían en el programa de tratamiento. tivo en la conducta adictiva del residente, fueron, al principio, exclui­
das las familias en el tratamiento, aunque posteriormente se Ies impli
có en el proceso de tratamiento de dichas comunidades. En el estudio
Esta amplia implicación de la familia, anterior a la admisión del
de seguimiento en Emiliehoeve, una hipótesis central es que la impli­
adicto en la comunidad terapéutica (que duraba de 4 a 9 meses), es
cación de los padres a través de los grupos de padres tiene un efecto
muy probablemente el factor principal del bajo promedio de personas positivo en el resultado del tratamiento de una comunidad terapéutica.
que abandonan las comunidades terapéuticas en Roma (aproximada­
mente el 95% de los admitidos acababan el programa) (Kooyman,
1987; Ottenberg, 1988). Junto a la participac ión en los grupos de padres
éstos también forman parte de otros comités. Actúan en política, en la
investigación y prevención, proveyendo puestos de trabajo para ex­
adictos y recibiendo a los visitantes. Algunos de ellos, con mayor habi­
lidad, son preparados para ser líderes de los grupos de padres. No
deberían ser trabajadores sociales o psicólogos, ni asistentes profesio­
nales: son sólo padres. Como resultado de la experiencia positiva de
organizar reuniones conjuntas de padres e hijos en la comunidad tera­
péutica breve del programa de Roma, se comenzó un programa para­
lelo de terapia familiar. Esta terapia fue añadida a los grupos de
padres en 1984. Las reuniones multifamiliares en grupo y las sesiones
de familia individuales se convirtieron en parte integral del programa
del Centro Italiano di Solidarietá (Gelormino y otros, 1985). Se han
establecido en Italia más de 20 comunidades terapéuticas que siguen
el modelo de Roma. Equipos de comunidades terapéuticas de otras
naciones, incluida Holanda, han visitado y estudiado la experiencia de
Roma. Advirtieron el bajo porcentaje de abandonos de la comunidad
terapéutica, y cayeron en la cuenta de que, si se ponían en contacto con
los padres en el programa únicamente varias semanas después de la
admisión de los adictos, nunca tendrían a su alcance a los padres de
los adictos que abandonaban tempranamente. Aquellos residentes ya
se habían marchado cuando se planeaban las visitas a sus casas. En las
comunidades terapéuticas de Holanda, éste fue el motivo decisivo
para ponerse en contacto con los padres antes de la admisión, implan­
tando grupos en la fase de iniciación de las comunidades terapéuticas
del Centro Jellinek, Emiliehoeve, Essenlaan y otros centros.
Es cierto que en Estados Unidos, Italia, España, Grecia, Bélgica,
Irlanda y Holanda los padres se hallan involucrados como parte inte­
gral del programa terapéutico en comunidad, pero no es éste el caso
en todos los paíse s. En ciertas na ciones la principal ra zón de la falta de
implicación por parte de los padres consiste en que viven lejos de los
centros, com o es frecuente el caso en Alemania, Suecia e Inglaterra. La
razón, no obstante, proviene a veces de la resistencia del equipo por
los problemas no resueltos con sus propios padres o por una sobre­
identificación con sus clientes jóvenes, siempre rebeldes.

120 121
Capítulo 7

El equipo

: W.':
en la comunidad terapéutica

El equipo profesional y el de ex-adictos


En la comunidad terapéutica tradicional para adictos implantada en
los Estados Unidos, casi todos los miembros del equipo eran adictos
recuperados que fueron antiguos residentes de dicha comunidad. Se
habían abierto camino sin que tuvieran estudios superiores ni creden­
ciales para el puesto de liderazgo terapéutico o administrativo. Los
miembros del equipo eran un modelo para los residentes y estos po­
dían ser miembros del equipo en el futuro. Los profesionales encarga­
dos de las primeras comunidades terapéuticas solían desempeñar car­
gos administrativos o de gobierno. Eran, a menudo, mediadores entre
la "loca"comunidad terapéutica y la "íntegra"sociedad exterior.
Lakoff (1978) escribió lo siguiente acerca de la posición de un ex­
adicto miembro del equipo:

"El ex-adicto tiene mucho en común con un terapeuta.


Suele ser listo e ingenioso y estar altamente motivado. Sus
impulsos, que mediante la terapia han sido desviados de la
conducta de drogarse, encuentran provechosas sublimacio­
nes en la ayuda a los demás. Por dicha razón, el ex-adicto
puede, si recibe una preparación adecuada, convertirse en un
para-profesional provechoso. Teniendo en cuenta los requisi­
tos de esta preparación, sería conveniente reseñar las defi­
ciencias del terapeuta ex-adicto. No son suficientes doce
meses de terapia para cambiar la profunda desconfianza que

123
la sociedad desarrolla hacia la mayoría de las personas que tes. Y así, en Emiliehoeve se adoptó el modelo de Daytop Villa-
han vivido en el mundo de la droga muchos años. Es fre­ ee/Phoenix House, que reemplazaría al de Maxwell Jones (Kooyman,
cuente un resentimiento respecto a la comunidad profesional 1975 a,d). Los ex-adictos que habían estado trabajando como miem­
"íntegra", especialmente hacia los doctores y psiquiatras, los bros dp equipo en Phoenix House, de Nueva York y de Londres, fue­
cuales no han sabido ayudarles del modo como lo han hecho ron contratados como consultores que ayudaron al equipo en esta
con otras personas con otros tipos de problemas. Para cuan­ transición.
do el ex-adicto se ha convertido en un miembro junior del
Uno de los primeros cambios en el programa de Emiliehoeve, debido
equipo, ha aprendido a controlar adecuadamente sus impul­
a esta influencia,, fue el que se estableciera una clara distinción entre la
sos, y aunque su resentimiento para con los profesionales se función del equipo y la de los clientes. La principal función del equipo
reprime rápidamente, sin embargo sale con frecuencia a la del programa sería el de hacer un buen trabajo, y se les remuneraría por
superficie, a modo de resistencia pasiva a las sugerencias que
ello. El motivo por el que los residentes estaban en el programa era por­
se le hacen y por una tendencia a no consultar".
que no podían llevar una vida independiente de drogas fuera de él.
Necesitaban el programa para cambiar sus vidas. Se vio la posibilidad
Un problema de las comunidades terapéuticas, dirigidas principal­ de formar un equipo profesional de "no ex-adictos", que asumiera en el
mente por un equipo de ex-adictos (p. ej. las comunidades terapéuti­ equipo las mismas posiciones que en las comunidades terapéuticas
cas Daytop Vil lage y Phoenix House en Nueva York) es que, a menu­ americanas eran ocupadas por ex-adictos. Estos profesionales podían
do, existe entre el equipo una actitud de "lo que fue bueno para mí es servir también como modelos para los residentes de la comunidad tera­
bueno para otros" que provoca el mantenimiento de conceptos bas­ péutica enseñando cómo vivir una vida plena y saludable.
tante rígidos y la resistencia al cambio. En Europa, al margen de los Siempre que se contrataba un nuevo equipo profesional, éste pasaba
progresos en Estados Unidos, los que han desarrollado las comuni­ cuatro semanas como residente en la comunidad terapéutica seguidas
dades terapéuticas para pacientes psiquiátricos han sido profesiona­ de otra semana en el programa de reinserción. De esta manera era
les del sistema sanitario. Fueron modeladas principalmente después posible que se identificaran con la situación del residente en la citada
de la clínica Henderson en Inglaterra, descrita por Maxwell Jones comunidad. Cuando se iniciaron programas hermanos en Holanda, el
(1953). equipo advirtió que sería mejor para los nuevos miembros del equipo
Según el modelo de Jones, al paciente se le concedía un rol impor­ pasar este tiempo en una comunidad distinta de aquella en la que pos­
tante y activo en el proceso terapéutico. Tanto las funciones del equi­ teriormente iban a trabajar. Esto evitaba la confusión de funciones y la
po como las de los pacientes eran discutidas abiertamente en las reu­ transferencia de sentimientos hacia el equipo, experimentados duran­
niones diarias de la comunidad. Los profesionales de las citadas comu­ te su tiempo como residentes, ya que, después, podría complicarse tra­
nidades trataban de ejercer su función a igual nivel que los pacientes. bajando como colega con la misma gente.
No obstante, los pacientes recuperados no eran incluidos en el equipo. Para trabajar en un puesto del equipo clínico, los profesionales te­
Este fue el modelo para algunas de las primitivas comunidades tera­ nían que ser preparados conforme a las técnicas empleadas en la
péuticas para adictos de Europa. Fue también el modelo elegido por el comunidad terapéutica, para lo cual resultaba esencial haber tenido
equipo de Emiliehoeve durante los primeros meses del programa. Tal una experiencia personal con las mencionadas técnicas como partici­
como anteriormente se describió, este modo de actuar trajo consigo pante. Con este propósito, se organizaron seminarios para miembros
una situación caótica con decisiones que fueron más bien destructivas de equipos dirigidos por para-profesionales y ex-adictos que habían
para los residentes mismos y para el programa. Siendo menos en sido miembros del equipo de comunidades terapéuticas desarrolladas
número y tomadas las decisiones según el principio "un hombre un en Estados Unidos.
voto", el equipo se veía incapaz de imponer limitaciones claras y de El equipo de Emiliehoeve fue preparado para dirigir encuentros de
implantar una estructura definida (Kooyman, 1975 a,d). Además el grupo y reuniones generales de toda la casa, para saber dar "cortes de
equipo en otras comunidades terapéuticas descubrió que el concepto pelo" y promover encuentros por la mañana. En este proceso de los
de comunidad terapéutica democrática conforme al modelo Maxwell primeros años de Emiliehoeve la actitud del equipo profesional expe­
Jones no funcionaba bien en una comunidad terapéutica para adictos rimentó un cambio, pasando de la comprensión y prestación de servi­
(Schaap, 1977). Poco a poco, el modelo Jones de Emiliehoeve se trans­ cio a la enseñanza y al establecimiento de unos límites claros.
formó poco a poco en otro de estructura clara, con perfecta distinción El siguiente ejemplo ilustra este cambio de actitud por parte del
de funciones y responsabilidades tanto del equipo como de los clien­ autor, que fue psiquiatra y director durante los primeros años de

124 125
Emiliehoeve. Es la historia de su intervención en el caso de una joven Por aquel tiempo, en los primeros meses del programa, el
judía, Rebeca, que había sido adicta durante varios años, en el momen­ equipo era todavía muy ingenuo. K. era aún muy comprensi­
to en que se encontraron por primera vez. Se hará referencia al autor vo. El se encargaba de las sesiones tradicionales de terapia de
con el nombre de K. grupo y mientras tanto se consumían drogas ilegales, intro­
ducidas por los residentes en el edificio. El comportamiento
de Rebeca dentro de la comunidad era malo, y por entonces
Rebeca era delgada y ocultaba sus dañados dientes cuan­ K. no reaccionaba emocionalmente. Pensaba que ella pudiera
do reía. Había intentado suicidarse de varias maneras más mejorar si el equipo no le hacía caso. Pero su conducta iba a
de treinta veces. Unos cuantos años antes de entrar en Emi­ peor. Por entonces, los enfermeros del vecino hospital psi­
liehoeve había sido admitida en una dependencia general quiátrico Bloemendaal eran todavía más ingenuos que el
psiquiátrica del hospital donde K. estaba finalizando su pre­ equipo de Emiliehoeve. Estaban de guardia durante la noche
paración como psiquiatra. Se la trasladó desde un hospital y los fines de semana. En uno de esos fines de semana Rebeca
general donde había sido internada tras una sobredosis que se las apañó para desaparecer de los locales. Vino de vuelta
al poco de su admisión le produjo un parada cardíaca de la trayendo opio escondido en una muñeca. A las pocas horas
que se recuperó. Estaba tensa e irascible. K. trató de calmar­ una enfermera notó que Rebeca daba la impresión de estar
la siendo amable con ella y recetándole grandes dosis de tran­ adormecida. Rebeca dijo que se había dado un golpe en la
quilizantes. Sin embargo, Rebeca siguió igual en el departa­ cabeza contra una columna y que sufriría posiblemente algu­
mento, rompiendo tazas, platos y ventanas; en alguna oca­ na conmoción. La enfermera la llevó a la cama, se mostró
sión vino a su despacho a pedirle más pastillas de dormir, y muy amable con ella y le dio unas aspirinas. Aquella noche,
daba portazos cuando K. rehusaba darle más. Sus análisis de durante la sesión de grupo, de repente se oyó un gran ruido.
orina sobre opiáceos dieron positivo, por lo que Rebeca fue Cuando el equipo llegó corriendo al cuarto de Rebeca, la
llevada a un departamento residencial. Los análisis de orina cama estaba vacía y la ventana abierta. Allí abajo, sobre el
siguieron siendo positivos. Mucho más tarde, K. averiguó suelo de cemento del patio, yacía Rebeca inconsciente. Fue
que una enfermera le había estado suministrando drogas. Al llevada al hospital general con una conmoción cerebral.
final se escapó, fue devuelta, volvió a escaparse y de nuevo Cuando volvió tras haberse recuperado de las heridas, ha­
la trajeron. Habiendo robado dinero a otros pacientes, fue bían sucedido muchas cosas en Emiliehoeve. Tres miembros
despedida con el aviso de que no se la volvería a admitir. del equipo, incluido el psiquiatra, habían participado en un
Pocas semanas después la hallaron inconsciente a la entrada encuentro maratoniano de formación, dirigido por un con­
del hospital, y fue admitida por el médico de guardia, quien sultor graduado de Phoenix House en Nueva York. Tras esta
pasó un mal rato al tratar de explicar a sus colegas por qué experiencia se introdujeron inmediatamente grupos de en­
la había admitido. cuentro en la comunidad. Ahora el equipo se sentía libre para
Habiendo sido despedida otra vez, Rebeca fue admitida al reaccionar inmediata y emotivamente ante el comportamien­
programa de metadona para casos sin esperanza, a cuyo fren­ to de los residentes. Resultado de lo ocurrido fue que la
te estaba K. por entonces en una clínica no residencial para comunidad terapéutica llegó a ser de veras terapéutica y libre
drogodependientes de La Haya. Aunque se inyectaba anfeta- de drogas.
minas en las venas antes de venir a recoger la metadona, se
las apañaba para convencer al equipo que tenía sentido man­ Poco después de su vuelta del hospital, Rebeca se hizo cor­
tenerla en dicho programa. El único cambio positivo experi­ tes en la muñeca con una navaja. Cuando fue llamado, K. se
mentado por Rebeca durante el período del programa de puso furioso y le gritó que ya estaba cansado de su modo de
mantenimiento con metadona fue el arreglo de su dentadura. proceder. Si deseaba morir no tenía sentido quedarse en
Al cabo de un año, en 1972, K. dio comienzo a la comuni dad Emiliehoeve. Este era un lugar en que podía aprender a vivir.
terapéutica Emiliehoeve y cambió el programa de metadona, Dicha reacción no fue precisamente lo que había aprendido
del que también estaba encargado, del mantenimiento a un durante su preparación como psiquiatra. El incidente, sin
programa de desintoxicación. La mayoría de los "casos embargo, se cerró inmediatamente tras la explosión emotiva
desesperados" del programa de mantenimiento pasaron a la de K. S e le cur aron las he ridas a Rebe ca y volvi ó a su ocupa­
comunidad terapéutica. Rebeca fue uno de ellos. ción en la cocina.

126 127
En el siguiente encuentro de grupo, Rebeca no c ontestaba a flictivos o recaídas en su conducta adictiva con abuso del alcohol, úni­
las preguntas. Se decidió que el grupo bien pudiera enterrar­ camente se contrataba a nuevos ex-adictos como miembros del equipo
la, puesto que ya se la podía considerar muerta. Corrieron las cuando hubieran estado funcionando bien en la sociedad durante al
cortinas del local y los miembros del grupo cubrieron a menos un año tras su graduación.
Rebeca con almohadones; Rebeca permanecía en silencio y no Con la introducción de ex-adictos graduados como miembros del
reaccionaba. El grupo empezó a hablar de ella, los participan­ equipo en la comunidad terapéutica, en Holanda los programas
tes se decían unos a otros que había sido una pena no haber comenzaron a experimentar problemas similiares a los de los progra­
conocido bien a Rebeca, que no sabían quién fue realmente mas americanos una vez que contrataron más y más profesionales
Rebeca. Repentinamente reaccionó dando gritos y lanzando para trabajar en su programa. Tuvieron lugar serios conflictos entre los
los almohadones mientras chillaba: "Quiero vivir". Los parti­ profesionales y los ex-adictos, denominados para-profesionales. En los
cipantes del grupo se abalanzaron sobre ella y la abrazaban. programas americanos, los para-profesionales (como sucedería des­
Rebeca arrancó a llorar y siguió llorando largo tiempo. Desde pués también en las comunidades terapéuticas europeas) habían asu­
aquel suceso nunca ha intentado suicidarse ya. R ebeca dejó e l mido tareas y responsabilidades que antiguamente eran dominio
programa medio año después. No ha vuelto a recaer en su exclusivo de psiquiatras altamente especializados y muy bien paga­
antigua conducta. Se casó y encontró trabajo en una tienda. dos, psicólogos y trabajadores sociales. Los para-profesionales pronto
se sintieron infravalorados económicamente y pidieron aumento de
Mucho ha cambiado en Emiliehoeve tras haberse introducido los
salario al mismo nivel que los titulados con masters y doctorados
grupos de encuentro. Gracias a ellos cambiaron también las actitudes
(Bassin, 1973). Esta y otras cuestiones acababan frecuentemente en
del equipo. Jamás volvieron a ocurrir intentos de suicidio. Ya mucho
conflictos entre profesionales y para-profesionales.
antes de que un residente se decida por una acción tan extrema, sus
compañeros residentes han notado que algo va mal. Se llegó a apren­ Una de las causas de dichos conflictos radica en la opinión negativa
der que una de las principales causas del cambio en el comportamien­ que tienen los ex-adictos sobre los profesionales y sus capacidades.
to de las personas, dentro de una comunidad terapéutica, es la impli­ Esta opinión suele estar basada en las experiencias que tuvieron ellos
cación emotiva de otras personas, especialmente del equipo. Lo quie­ mismos en el pasado con los profesionales. Además, los para-profe­
ran o no, los miembros del equipo se convierten en figuras de padres sionales suelen pensar que el trabajo de los profesionales es con fre­
de la nueva familia del residente, por lo que un miembro del equipo cuencia tan fácil como el suyo (Weber, 1957). A menudo -el ex-adicto
puede desempeñar el papel de padre o madre en una comunidad. necesita demostrar que es suficientemente bueno para realizar el tra­
Tienen que ser conscientes de dicho fenómeno de transferencia. Lo bajo. Hay sentimientos de inferioridad y temores a fracasar, así como
que, sin embargo, no quiere decir que tengan que ocultar sus reaccio­ una alta necesidad de recibir un feed-back positivo.
nes emotivas. Cuando estas se expresan, los residentes lo suelen inter­ Por otro lado, quizá los profesionales teman que los para-profesio­
pretar como el interés que tanta falta les hace. nales desempeñen mejor su oficio y que su preparación profesional no
valga para ello. En el caso del equipo de Emiliehoeve, los primeros ex­
adictos eran graduados en el mismo programa de los que son ahora
Profesionales y para-profesionales en el equipo miembros del equipo. En Holanda, Emiliehoeve fue por algún tiempo
la única comunidad terapéutica de esta clase, por lo que no existían ex­
En 1975 se graduaron los primeros clientes del programa de Emi­
adictos que contratar que no hubieran sido tratados en el programa de
liehoeve. Estaban ansiosos por trabajar como ayudantes del equipo
Emiliehoeve. El equipo profesional tenía dificultades en abandonar su
aun antes de su graduación. El equipo apoyó inmediatamente su idea
de venir a trabajar con ellos al finalizar e l programa (esto sucedió en la visión de estas personas como clientes. Les costaba aceptar el cambio
de clientes o pacientes a colegas. En el fondo de la crisis del año 1977
"fase post-profesional" que más tarde se describirá en el capítulo 10).
se hallaba un conflicto para-profesional/profesional (Ver capítulo 10,
Se les consideraba necesarios en su función de modelos, especialmen­
te para el programa de iniciación. En realidad no se hizo una selección "La fase de la comunidad cerrada").
para su trabajo, y para muchos de ellos el cargo resultaba demasiado
exigente. Con frecuencia el equipo no se daba cuenta de que una de las Convicciones personales del equipo
razones para querer ser miembros del mismo radicaba en el temor de
abandonar el programa, por miedo a que fracasaran en un trabajo Un ejemplo de los problemas que pueden surgir cuando el equipo de
fuera. Después de algunos fracasos, que produjeron abandonos con­ una comunidad terapéutica expresa sus creencias o convicciones per-

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sonales se puede encontrar en la historia de Emiliehoeve. A fin de ofre­ grama que demandaba que los miembros de sectas, de grupos reli­
cer la necesaria preparación tanto para los profesionales como para los giosos o políticos tenían que llevar vestimenta normal, y que no se
ex-adictos, se propuso un programa común de formación para el equi­ admitía signo visual alguno como el del "mala", ni insignias que
po de Holanda el año 1976 en La Haya (Laudermilk, 1981). El primer demostraran su pertenencia a determinado grupo. Debían llamarse
consultor americano del programa Emiliehoeve, que había sido un exce­ por sus nombres oficiales y tenían que abstenerse de hablar a los resi­
lente profesor y líder de grupo, fue designado director. Poco después de dentes sobre sus opiniones personales a fin de conseguir su conver­
tomar su nuevo cargo, se había hecho miembro de una secta denomina­ sión. Tras introducirse dicha política, uno de los miembros del equi­
da "Sanyassin" encabezada por un guru llamado Rajneesh quien se lla­ po que vestía color naranja se marchó, mientras que el otro vistió nor­
maba a sí mismo Baghwan (Dios). Todos sus seguidores llevaban vesti­ malmente durante su trabajo y no usó el nombre Sanyassin (que le
dos de color naranja y se ponían al cuello un lazo del que colgaba una dio Baghwan). El equipo de Emiliehoeve experimentó que dicha polí­
estampa de Baghwan llamada "mala". A pesar de que el nuevo director tica había sido crucial para prevenir que las sectas, los cultos u otros
había prometido al Consejo del Instituto de Formación no hablar de sus sistemas de creencias personales interfiriesen con la filosofía del pro­
creencias personales, al cabo del primer año de curso más de la mitad grama encaminada a ayudar a los residentes a hacerse adultos, cada
de los residentes llevaban vestidos de color naranja y se hicieron Sanya- cual con sus propias opciones de vida, independientes del programa
ssins. El resultado fue la dimisión del director del programa de de la comunidad terapéutica. En comparación con la comunidad tera­
Emiliehoeve como presidente del Consejo del Instituto. Poco tiempo péutica Essenlaan, fue tan sólo un pequeño grupo de graduados de
después el Gobierno retiró los fondos del Instituto de Formación. Al Emiliehoeve el que se unió a la secta Sanyassin durante la reinserción
cabo del segundo año este Instituto de Formación holandés —en el que o tras la graduación. Los Sanyassins también habían sido un proble­
se preparaban juntos los profesionales y los ex-adictos en una programa ma en Alemania, donde los miembros de la Daytop alemana habían
común para hacerse terapeutas de la adicción— tuvo que cerrarse. sido formados por el mismo carismático líder de grupo, antiguo
Entre los estudiantes de dicho instituto había un gran número de director del Instituto de Formación holandés para terapeutas de la
miembros del equipo de la comunidad terapéutica Essenlaan de adicción.
Rotterdam (la mayoría de los cuales se habían hecho Sanyassin). Una El ejemplo citado ilustra el peligro de la interferencia de las se ctas en
explicación posible al hecho de que la mayor parte del equipo de la la finalidad de las comunidades terapéuticas. Un resultado directo de
Essenlaan se uniera al movimiento Baghwan en contraste con las dos las normas de sexo Ubre entre los residentes de Essenlaan y los nuevos
que lo hicieron del equipo de Emiliehoeve, reside en que el psiquiatra, residentes que no sabían cómo afrontar dicha libertad, fue un promedio
que había sido director tanto del programa de Emiliehoeve como del muy alto de abandonos. El consum o de cannabis en reinserción era fre­
de Essenlaan, dejó su puesto en Essenlaan en 1977 para concentrar cuentemente el primer paso de los residentes para reanudar el consumo
todos sus esfuerzos en el programa de Emiliehoeve. Lo que provocó de otras drogas. La comunidad terapéutica Essenlaan fue considerada
que el programa de Essenlaan se quedara sin una figura carismática de durante algunos años como una secta, y su programa se aisló de los
padre. Un año después, la mayoría del equipo de Essenlaan se había otros programas de tratamiento en Holanda a causa de las normas de
hecho Sanyassin, más de la mitad de los residentes del programa de Baghwan sobre la libertad de sexo y drogas. El equipo de las otras
reinserción habían seguido su ejemplo y se habían unido además a comunidades terapéuticas opinaba que el aprendizaje para posponer la
dicho movimiento llevando vestidos de color naranja y "mala". La satisfacción inmediata de las necesidades personales era un concepto
filosofía Sanyassin entró en conflicto con la filosofía del programa al valioso del programa de su comunidad, y denunció la abierta indoctri­
ser menos estricta en la actitud hacia el consumo y las normas sexua­ nation de los residentes mediante normas de una secta particular. Una
les, por lo que el programa de la comunidad terapéutica Essenlaan — vez que el equipo de Essenlaan dejó de ponerse vestidos color naranja y
que había sido una copia de la de Emiliehoeve hasta 1978— cambió se contrataron nuevos miembros para el equipo, no pertenecientes al
dramáticamente. Las relaciones sexuales entre los residentes de la movimiento Sanyassin, desapareció su imagen de secta.
comunidad eran permitidas e incluso promovidas para un buen desa­ El período "Sanyassin" de Essenlaan comenzó después de la época
rrollo del programa. Fumar cannabis ya no estaba prohibido en la fase en que el psiquiatra y director del programa de Emiliehoeve era al
de reinserción del programa.
mismo tiempo director de Essenlaan.
En la comunidad terapéutica Emiliehoeve, dos miembros del equi­ El grupo de residentes de Essenlaan, objeto de este estudio de
po, que habían sido preparados en el Instituto de Formación de seguimiento, fue tratado en la comunidad terapéutica durante esta
Holanda, se habían hecho Sanyassin. Se adoptó una política de pro­ dirección conjunta de los programas y antes del período "Sanyassin".
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El fenómeno de las sectas menos que lo experimentes personalmente. Y para experi­
mentarlo plenamente uno tiene que "dejarse llevar", "entre­
La comunidad terapéutica no requiere que el equipo abrace una secta garse por completo", lo que quiere decir dejar de lado pre­
de fuera para que llegue a convertirse en secta en sí misma. Ottenberg guntas y dudas sumergiéndose sin reservas en las activida­
(1984) ofrece la siguiente descripción de una comunidad terapéutica: des y creencias de la comunidad. En un primer momento de
la pertenencia, antes de que la fe de uno mismo en la comu­
nidad y sus normas sea sólida, se espera que uno actúe
"La comunidad entera se reúne diariamente, y durante ese
"como si", esto es, como si estuviera plenamente convencido,
tiempo varios mi embros hablan sobre sus experiencias y sen­
aunque su convicción sea aún dudosa. Haz lo que se espera
timientos hacia la comunidad. Hay muchísimo canto en
que hagas, te guste o no, lo entiendas o no, lo aceptes o no,
grupo y actividades físicas grupales. Los cumpleaños y suce­
estés motivado o no. Después podrás preocupante de las con­
sos significativos se celebran de modo especial. Hay fiestas y
sideraciones intelectuales y emotivas. De lo único que ahora
festivales periódicos.
se trata es de proceder: ¡Hazlo! La propia vida será por ente­
Los miembros que llevan ya más tiempo en la comunidad dis­ ro distinta y mejor, como resultado de la pertenencia a la
frutan de más privilegios que los recién llegados, y tienen en ella comunidad. Uno mismo debe prestar, a cambio, lealtad y
responsabilidades especiales en cuanto a la orientación e indoc- fidelidad a la comunidad".
trinación de los nuevos miembros. Todos los miembros han de
cumplir las reglas de comunidad; quienes no las cumplen son
Ottenberg señala el hecho de que la citada descripción de una comu­
distinguidos y castigados. Todos ellos observan las normas en el
nidad terapéutica se ajusta a muchas de las comunidades terapéuticas
vestir. Todos se reparten las labores necesarias y participan en
y que se ajusta además por igual a muchas sectas. Ottenberg ofrece la
varias actividades para sacar fondos para la comunidad.
siguiente definición de una secta:
No se permite a sus miembros abandonar el terreno de la
comunidad sin permiso de las autoridades. Los viajes fuera
de la comunidad se hacen sólo en grupos; ningún miembro "Por definición, una secta es un grupo que muestra las caracte­
nuevo va jamás "fuera" sin "apoyo". Como miembro que es rísticas siguientes:
de la comunidad, cada uno llega a comprender que el valor y
los altos niveles éticos que espera encontrar en la comunidad — Es un grupo de personas que siguen a un líder vivo, por
no se halla n en el mundo exterior, que es percibido como peli­ lo general una figura dominante de padre, o en ocasio­
groso. Es necesaria la prohibición de comunicarse con las nes un par o una familia de líderes.
familias y amigos de fuera, particularmente al comienzo de la — Es un grupo cuyo líder demanda exigencias absolutas
pertenencia a la comunidad. Dichas restricciones son exigi­ sobre su carácter, habilidades y/o su saber. Dichas exi­
das estrictamente. gencias pueden incluir cualquiera o todas de las siguien­
La comunidad crea y emplea un lenguaje privado compues­ tes: reconocer su divinidad, la encarnación de Dios que
to de palabras con nuevos significados, así como frases, lemas es el mesías, etc. Reconocer que es él el único agente di­
y palabras de nuevo cuño, todo lo cual tiene un significado vino en la- tierra; que es el agente o emisario de Dios.
especial para sus m iembros y no es fácilment e inteligi ble para Reconocer que es omnisciente e infalible, el poseedor de
los de fuera. Uno aprende secretos solamente conocidos por la verdad absoluta y de toda sabiduría.
los miembros de la comunidad. Uno debe tener fe en la — Es un grupo en el que la pertenencia depende de una
comunidad. Los miembros más antiguos desempeñan "fun­ completa y literal aceptación de las demandas del líder
ciones de modelo" que ayudan a los recién llegados a "con­ respecto a su divinidad e infalibilidad, etc., y a la acep­
fiar en los líderes" y a "confiar en el proceso". A veces hay tación de sus enseñanzas, doctrinas y dogmas.
sesiones de grupo de muchas horas de duración que sirven — Es un grupo en que la pertenencia depende de una com­
para rebajar la resistencia y penetrar así en las defensas psi­ pleta e incuestionable lealtad y fidelidad al líder.
cológicas. — Es un grupo en el que la pertenencia depende de una
Como miembro experimentas el gozo de formar parte de completa y total voluntad de obedecerle y del culto a los
algo mayor que tú mismo. No lo puedes entender de veras a mandatos del líder, sin cuestionamiento alguno.

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— Es, pues, por definición, un grupo no democrático y | je Synanon). Se permitió a sus miembros golpear a estos adolescentes
absolutista. cuando lo considerasen necesario. Esta fue la primera ruptura del
ideal originario. El líder y la comunidad fomentaban ideas sospecho­
No todos los grupos designados como "sectas" muestran sas y pa ranoicas. Habían sido introducidas las artes marciales y entre­
todas estas características por igual, y no basta que un namientos en tácticas de defensa. Había guardas armados estaciona­
grupo sea religioso por naturaleza para que sea considera­ dos a la puerta de Synanon. Al permitir a una persona convertirse en
do una secta. Una de las implicaciones de dicha definición líder dominante sin posibilidades de cambio, la comunidad estaba a
es que no presupone que cualquier acción reprensible ads­ su merced.
crita comúnmente a las sectas sea necesariamente intrínse­
ca a su naturaleza. El hecho de que un grupo, por decirlo Cuando el autor visitó Synanon el año 1974, expresó a
con otras palabras, sea una secta no quiere decir necesaria­ Dederich su preocupación sobre el hecho de que ya no fuese
mente que tenga que recoger fondos bajo falsos pretextos, confrontado por los miembros de Synanon sobre su propia
reclutar miembros con engaño, aconsejar el odio a los conducta. Sentía que los residentes de Synanon le miraban
padres, distorsionar la fe de otras religiones, violar las leyes como a un semidiós. Incluso en el juego de Synanon fue reta­
del estado, o prohibir a sus miembros la atención médica. do únicamente por su esposa Betty, su hermano y su hija.
Por otra parte, todas estas prácticas no son siempre esen­ Aunque, al parecer, era consciente de los peligros de dicha
ciales en una secta; lo esencial de una secta es que todo situación, nada mejoró.
depende del líder" (Ottenberg, 1984).
La situación empeoró tras la muerte de Betty, la esposa de Dederich,
Transformación de Synanon en una secta el año 1977. Dederich encaminaba al divorcio a todos los miembros
casados y a que se emparejasen tres años con otros en "empareja­
En Synanon, el grupo, la colectividad se había hecho más importan­ mientos de amor". Había forzado, también, a todos los hombres de
te que las necesidades del individuo, al igual que en las primitivas sec­ más de dieciocho años a hacerse la vasectomía. Dederich había llega­
tas, descritas por Weber (1958). En aquellas sectas no se tenían en con­ do a la conclusión de que Synanon no era un buen lugar para niños.
sideración los intereses individuales. Se adoraba a Dios a fin de tener De hecho, tal vez temía la confrontación con personas de Synanon que
buena fortuna para toda la colectividad, conseguir lluvia, buen tiem­ no habían elegido estar allí. Como reacción a la crítica oficial contra la
po, victoria sobre los enemigos. Tratándose de problemas personales, organización, Synanon se declaró independiente de Estados Unidos y
de enfermedad y otros males, uno acudía a los brujos, a los mayores y trató de abrir una embajada en Washington. Después de que un abo­
a los sacerdotes para recibir consejo. gado (que había ganado un juicio contra Synanon y que había conse­
Synanon había adquirido el estatus de una organización religiosa guido mandar que sacaran de Synanon a varios jóvenes por orden del
principalmente para conseguir exención de impuestos, al no ser ya tribunal) casi fuese asesinado al meterle en su buzón una serpiente de
considerada comunidad terapéutica. La cerrada comunidad de Sy­ cascabel, se arrestó a Dederich. Fue acusado de conspiración para el
nanon ya no tuvo la intención de ayudar a sus residentes a encontrar asesinato mediante una cascabel. Como prueba de evidencia se mos­
un puesto en una sociedad más amplia. Se convirtió en un programa tró una cinta obtenida en la transmisión por radio de la propia emiso­
de por vida. Además, se permitió a su fundador, Dederich, que asu­ ra de Synanon, en la que radi aron los juegos de los vet eranos. Durante
miera un poder incontestable. En un artículo periodístico (en el New dichos juegos se estaba comunicando a los residentes las actividades
York Times del 27 de noviembre, 1978) sobre Synanon, los residentes del abogado en contra de Synanon y Dederich gritó: "matad a ese
serán descritos como antiguos desadaptados siempre sonrientes que hombre". A los pocos días dos residentes de Synanon pusieron la ser­
adoran al fundador como si fuese Dios. Los residentes, al principio piente en el buzón. Se dictaminó sentencia de prisión contra él, orde­
sólo hombres, posteriormente mujeres, se rasuraban la cabeza como nándole que nunca jamás estuviera implicado en Synanon ni en cual­
signo de entrega. quier otra organización para la rehabilitación de adictos.
Cuando Synanon admitió grupos numerosos de delincuentes jóve­ Synanon había incumplido todas las reglas que salvaguardan una
nes para un proyecto especial, se advirtió que dichos muchachos eran comunidad terapéutica contra un líder carismático que llega a ser inca­
muy difíciles de manejar. Se incumplió por primera vez la regla de la paz de continuar como la principal fuente de principios morales y éti­
no violencia en la organización (la violencia física suponía la expulsión cos (Ottenberg, 1982). Incluso los mismos juegos dejaron de ser un ins-

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truniento de corrección. Los líderes de Synanon raras veces participa^ jen. Este exceso desgraciadamente sirve únicamente para mantener
ban en las asambleas o reuniones con líderes de otros programas/ aún más aislados estos programas de lo que ya están.
Synanon se sentía orgullosa de su autofinanciación sin ayuda del El abuso de poder ocurre cuando un miembro del equipo tiene nece­
Gobierno o de fundaciones. A causa de e sto Synanon evita ba cualquier sidad de sentirse poderoso, con frecuencia como resultado de sus pro­
compromiso que fuese objeto de impuestos para el contribuyente o pios sentimientos de inseguridad. Tales sentimientos pueden superar­
para las actividades comunitarias (Endore, 1968). Lo que sucedió en se en gran medida mediante un largo programa de formación. Esta
Synanon se asemeja a lo que sucede en muchas sectas en el momento preparación de las personas que trabajan en las comunidades tera­
en que al líder ya no se le pone en duda. A veces uno se pregunta si la- péuticas resulta necesaria, tanto para el equipo de ex-adictos como
desastrosa conducta de tales líderes puede ser un esfuerzo por propor­ para los profesionales (Vamos & Devlin, 1975; Ottenberg, 1986). Los
cionar limitaciones. Su decisión de ordenar a los casados que cambia­ profesionales que no tienen la experiencia de haber vivido como resi­
ran de compañero, y a los varones que se esterilizaran, bien pudiera ser dentes en una comunidad terapéutica, tienen que pasar por ella algún
un esfuerzo de este tipo. El deseo de Baghwan por poseer más de tiempo para comprender plenamente su significado. Los profesionales
noventa "limusines" Rolls-Royce puede haber sido un esfuerzo similar. que fueron seleccionados para trabajar como miembros del equipo clí­
¿Cuáles son las protecciones para impedir que las comunidades nico en Emiliehoeve, tuvieron que vivir un mes como residentes en
terapéuticas se transformen en sectas? Lo primero de todo, el objetivo una comunidad terapéutica. Era preferible que esa comunidad tera­
de una comunidad terapéutica es la terapia, para la que han sido péutica fuera una comunidad hermana para evitar confusiones en el
admitidos los clientes. Todas y cada una de las cosas que acontezcan en desempeño de sus roles. Se obligaba al equipo de ex-adictos a seguir
dicha comunidad han de conformarse con este fin. La comunidad es un un curso de preparación, a tiempo parcial, en una Academia de
entorno terapéutico, ni más ni menos. Ha de prestar servicio a los indi­ Ciencias Sociales. En el corto espacio de tiempo que existió en La Haya,
viduos que en ella vivan y no al revés. El programa de comunidad tera­ el Instituto de Formación para Terapeutas en Drogodependencias, los
péutica ha de ayudar al individuo a que funcione autónomamente profesionales y los ex-adictos siguieron el mismo programa de prepa­
fuera de dicha comunidad. Así pues, el poder nunca debiera estar en ración. De esta manera aprendieron sus propias y mutuas habilidades.
manos de una persona. Los líderes tendrían que ser los responsables
ante el grupo de los de fuera, como representantes de una comunidad
más amplia, al igual que en la mayor parte de los programas en que los El equipo quemado
líderes se responsabilizan ante el Consejo de Dirección. La comunidad
terapéutica, al contrario de una secta, habría de centrar toda su aten­ Pero todos los problemas no se pueden prevenir sólo con prepara­
ción sobre la identidad única de cada persona. La comunidad terapéu­ ción. Por desgracia, un fenómeno común al equipo de las comunidades
tica refuerza el ego, la secta lo suprime (Ottenberg, 1982). terapéuticas y a otras instituciones de ayuda es el síndrome de agota­
miento (Majoor, 1986). Se caracteriza por un desgaste de la persona o
por un agotamiento causado por la excesiva demanda de energías, de
Abuso de poder fortaleza o de recursos. Suele ocurrir después de un año de trabajo. Las
señales físicas son-un sentimiento de fatiga, molestias físicas, dolores
Aunque la mayoría de las comunidades terapéuticas disponen de de cabeza, trastornos gastrointe stinales, falta de sueño, pérdida de peso
protecciones construidas en sus mismas organizaciones, el abuso de y respiraci ón cortada (Freudenberger, 1976, 1980). Se produce en per­
poder por los líderes de dichas comunidades entraña un posible peli­ sonas super-entregadas, frecuentemente con una vida social poco satis­
gro para estos programas. En el caso de Emiliehoeve, tal como se des­ factoria. Suelen tener aspiraciones extremadamente elevadas y se ven
cribió en la Parte II, el director designado temporalmente, extranjero sometidas al fracaso. Otras personas propensas a quemarse son las que
y ex-adicto, no toleraba oposición alguna ni del equipo junior ni de necesitan tanto mandar que consideran que nadie más puede hacer el
los residentes. No fue tampoco contrastado suficientemente ni con­ trabajo tan bien como ellas. Lo tienen que hacer todo por sí mismas. Los
trolado por su supervisor ni por familiares externos. Existen muchos administradores de un pr ograma corren un riesgo especial. Pueden lle­
ejemplos de programas terapéuticos con un jefe carismático como gar a ser los úrdeos destinados a escribir propuestas, a r ecibir a pe rio­
líder. distas, a charlar con el alcalde, a llevar la preparación del equipo y a
Un ejemplo de esto último es el programa 'El Patriarca' en Francia, buscar dinero de fundaciones. Tienen, además, que emplear el lengua­
fundado por Engelmayer, líder carismático. Los profesionales de este je y cultura de la comunidad terapéutica y acomodarse a la vez a la cul­
ámbito miran con recelo este programa. A veces estos críticos se exce­ tura de fuera. Freudenberger lo propone así:

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"Por ejemplo, emplear la palabra "joder" en una sesión de tos son personas que, en definitiva, se sienten más desgraciados que
formación es algo corriente. Pero proferirla en una entrevista de ellos. El trabajar con gente desgraciada le hace a uno olvidar su propia
televisión no es lo mismo, por no decir más. Prevenirse uno desgracia, pero puede, sin embargo, impedir un cambio real. Tales
mismo contra tal desatino (cuando tales palabras forman parte voluntarios pueden mantener, inconscientemente, a las personas a las
de su modo corriente de hablar) requiere un esfuerzo y una que "ayudan" en el mismo estado. Una persona sana puede confron­
concentración tremendos. El comportamiento de una persona tarles por su propia miseria. Este fenómeno no se da tan sólo ent re los
quemada sufre un cambio. Se irrita con facilidad y se va vol­ voluntarios; también al equipo retribuido se le puede presentar esta
viendo paranoica. El estado parecido a la paranoia puede agra­ necesidad inconsciente al entregarse a las personas en relación con las
varse por su sentimiento de impotencia. El miembro del equi­ cuales se ven superiores. Los voluntarios, sin embargo, al no recibir
po puede arriesgarse con demasiada facilidad en su trabajo. Su salario son más propensos a tener la satisfacción de esta necesidad a
comportamiento puede llegar al extremo, por ejemplo, de modo de impulso inconsciente. Por otra parte, los voluntarios pueden
tomar drogas o practicar el sexo con un residente, como resul­ ser muy beneficiosos para el programa, especialmente como represen­
tado de su desgaste. Otra manifestación es volverse rígido y tantes de una sociedad más amplia. Se les debería hacer pasar siempre
cerrado a todo influjo. Para una persona exhausta, el cambio por un proceso de selección y, a ser posible, por un programa e special
resulta amenazador. Otros índices son un desarrollo de su acti­ de formación.
tud cínica, vagar por todas partes, gastar más tiempo en el tra­
bajo y hacer menos".
La estructura del equipo
Según Freudenberger, mandar a un equipo ya quemado a una sesión en una comunidad terapéutica
de terapia de grupo no es una buena idea. La persona necesita simpa­
tía y apoyo. Una sesión de grupo puede añadirse precisamente al En los primeros diez años de su existencia, la estructura del equipo
estrés. de la comunidad terapéutica Emiliehoeve había experimentado un
gran cambio. A mitad del primer año, el equipo estaba estructurado
Se pueden tomar las siguientes medidas de prevención que actúen horizontalmente. Las decisiones eran tomadas en conjunto por el equi­
contra el síndrome de agotamiento: po. Ese grupo era el responsable, lo que significaba que ninguna per­
1. Un buen procedimiento de selección. sona en particular lo era. El psiquiatra que fundó la Comunidad
2. Cargos rotativos; el equipo no tiene que estar haciendo el Terapéutica era uno más de los miembros del grupo. A pesar de todo,
mismo trabajo una y otra vez. la sociedad de fuera y la organización del hospital a la que pertenecía
3. Enseñar al equipo a delegar responsabilidades. Emiliehoeve consideraban al psiquiatra como la persona responsable.
De hecho, él era el responsable del tratamiento ante la ley. Al caer en
4. Que el equipo trabaje sólo la jornada normal, que tenga
la cuenta de esto, aceptó de mala gana, el puesto de líder del grupo.
su tiempo libre.
Fue en se tiembre de 1973 (año y medio después del inic io del progra­
5. Tiempo suficiente de vacaciones. ma) cuando el equipo estuvo estructurado jerárquicamente, con el psi­
6. Enviar al equipo a seminarios de formación y a confe­ quiatra de director, el psicólogo y su esposa de directores asistentes
rencias. con él (dirigían al equipo clínico y el equipo de especialidades), el tra­
7. Mantener al equipo en buenas condiciones físicas, ani­ bajador social, el supervisor de la granja, el terapeuta creativo y el
mándoles a que hagan ejercicio hasta llegar a cansarse secretario. En 1974, uno de los miembros del equipo clínico recibió el
físicamente. encargo especial de montar un programa para los padres de los resi­
dentes. En 1976, cuando el programa creció hasta formar una Co­
Voluntariado munidad Terapéutica de 45 residentes y de unas 20 personas encarga­
das de varias funciones en el equipo, la estructura del equipo del pro­
Se debiera tener mucho cuidado con los voluntarios. Antes de que se grama completo era como sigue (ver figura 7):
comprometan en un programa, importa verificar sus motivaciones, El director del programa era el psiquiatra que se responsabilizaba en
especialmente si ya tienen un trabajo retribuido que comporta estrés. última instancia del programa de tratamiento. El era el encargado de
El trabajo con adictos puede atraer a las personas que lo necesitan para la dirección del hospital psiquiátrico de cuya organización formaba
olvidar las penas de sus propias vidas llenas de problemas. Los adic- parte Emiliehoeve, y del consejo de la fundación de reinserción que

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Figura 7: La estructura del equipo del Programa Terapéutico Emiliehoeve Figura 8: La estructura del equipo en la comunidad terapéutica

Los residentes tenían contacto directo, mediante su estructura jerár­


quica, con uno de los dos supervisores o con el gerente. Los directores
asistentes podían reemplazarse uno a otro. Sin embargo, era incum­
bencia de uno de ellos la organización de asuntos prácticos y dirigir a
los que tenían tareas especiales, como el terapeuta creativo, el supervi­
sor de la granja y el profesor. Durante un corto espacio de tiempo hubo
también un supervisor del trabajo del sector de mantenimiento de los
residentes. El otro director asistente desempeñaba funciones especiales
para las actividades terapéuticas, tales como planificación y dirección
llevaba el programa de reinserción y la acomodación. El programa de grupos especiales, organizando las evaluaciones de los residentes y
para padres lo llevaba el equipo de la unidad de pr evención. El direc­ las reuniones clínicas. El director era responsable de toda la planifica­
tor del programa lo era también de un centro de día libre de drogas, ción y del gobierno del equipo. El gerente se encargaba de las activi da­
denominado "Het Witte Huis" en La Haya. Este fue un programa de des del día a día junto con el supervisor, que le asistía proporcionán­
nueve a cinco, conforme al modelo de la organización Emüiehoeve, dole información sobre lo que estaba sucediendo con la comunidad.
dentro de una organización de tratamiento distinta. El director del Esta estructura seguía un modelo acomodado a la estructura jerárqui­
programa y los directores y coordinadores de las distintas unidades se ca de los residentes. Venía a ser, en gran medida, una copia de la estruc­
reunían semanalmante para un encuentro de equipo, seguido de una tura del equipo en las comunidades terapéuticas americanas. Un psi­
reunión para tratar cuestiones diversas. quiatra formado ocupaba un puesto especial en el equipo. Rendía
cuentas de su trabajo diario al director asistente de tareas terapéuticas
La estructura del equipo en la comunidad terapéutica era la siguien­ especiales, y además tenía línea directa con el director-psiquiatra del
te (Figura 8): programa en cuestiones médicas.

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Cuando se marchó el director temporal, extranjero, un graduado Reuniones de todo el equipo
de Emiliehoeve asumió el cargo de director de la comunidad tera­
péutica. Era un buen terapeuta, pero carecía de cualidades de direc­ A medida que iba creciendo el programa Emiliehoeve y el equipo
ción. Al año, el director asistente que había sido el responsable de la empezó a trabajar en distintas unidades, vieron la necesidad de con­
organización en los asuntos prácticos de dicha comunidad, fue nom­ vocar a todos los grupos juntos. A partir de 1976, las reuniones se te­
brado co-director. Esto estaba en línea con una tendencia a introdu­ nían varias veces al año con todo el equipo, incluido el equipo del pro­
cir una doble dirección en instituciones de salud, dividiendo así las grama hermano, el centro de día "Het Witte Huis". Las citadas reu­
responsabilidades terapéuticas y organizativas. El director se res­ niones, en el inicio, eran una reacción a la crisis con el director de la
ponsabilizaba de la terapia, el co-director de la dirección organizati­ comunidad terapéutica, quien se había aislado del resto del programa.
va. Pero aunque este plan pueda funcionar en los hospitales psiquiá­ Se trataba de evitar rupturas entre las distintas unidades del programa
en La Haya. Sirvió también como medio para crear unidad en el trata­
tricos, no lo hizo en Emiliehoeve. No resulta un buen modelo para
miento libre de droga de La Haya. Aunque había un director de pro­
una comunidad terapéutica, ya que, a diferencia de los hospitales
grama, las actividades eran responsabilidad de tres organizaciones
psiquiátricos, en aquella todas las actividades forman parte de la
diversas: el hospital psiquiátrico "Bloemendaal" (del que formaban
terapia: los grupos, la limpieza, las comidas, la cocina, el manteni­ parte el centro de desintoxicación "De Weg", la comunidad terapéuti­
miento de los edificios. Los mismos residentes son los responsables, ca Emiliehoeve y el programa de prevención), el tratamiento de adic­
como parte de la terapia, de la marcha de la casa. Tras varios años de ción y el centro de consulta "Zeestraat" (al que pertenecía el centro de
prueba, se designó un director de la Comunidad Terapéutica día "Het Witte Huis" y el centro ambulatorio de iniciación) y la fun­
Emiliehoeve cuando dimitió el anterior y el co-director se convirtió dación del programa de reinserción "Maretak". En una de las prime­
en director del programa de reinserción. Quedó bien clara la lección ras reuniones se formó una junta de la que formaban parte todos los
de que el director de una comunidad terapéutica debería no sólo ser miembros de equipo de las diversas unidades. Aparte de las discusio­
un buen terapeuta o líder de grupo, sino poseer cualidades directi­ nes sobre la política del programa para equipos (es decir, política sobre
vas y organizativas. Esto último es más importante que lo primero. pertenencia a sectas) también se concretaron fechas para reuniones del
Su destreza en cuestiones de dirección y organización es imprescin­ equipo de carácter informal. Una vez al año había un seminario expe­
dible para todos los directores o quienes ocupan puestos de lideraz­ rimental llevado a cabo por alguien externo, y una vez al año el equi­
go. Así se vio también en la descripción realizada del Instituto de po salía de excursión al monte, a remar en canoas o de camping unos
Formación, en que se elegía al director principalmente por sus cuali­ días. Aquí se conseguía un buen efecto preventivo, manteniendo
dades terapéuticas. No tener en consideración la necesidad de talen­ unido al equipo. La división en el equipo acarrea desastres en el pro­
tos directivos es una equivocación que puede convertirse en un ver­ grama; tiene efectos negativos inmediatos sobre los residentes.
dadero desastre. En un estudio sueco de seguimiento, se advertía una clara correla­
ción entre un bajo nivel de éxito entre los residentes y el abandono del
Encuentros del equipo programa durante la crisis del equipo (Franeer, comunicación perso­
nal, 1976). La estabilidad del equipo es de suma importancia para el
programa. "Los residentes no pueden desarrollarse a un nivel superior
En el programa de Emiliehoeve todo el equipo se reúne semanal­
al del equipo" es un dicho del equipo de las comunidades terapéuti­
mente en un encuentro de grupo, normalmente antes de la reunión
cas. Las posibilidades de una buena preparación con vistas al cambio
para asuntos varios. Si dicha reunión no se convoca semanalmente
de trabajo, las facilidades para poderse consultar y confrontar mutua­
quedan conflictos sin resolver. Se ha comprobado lo provechoso que es mente, todo ello sirve para ayudar a que se estabilice la situación del
tener a alguien ajeno (por ejemplo, un consultor) que dirija, de tiempo equipo.
en tiempo, dichos encuentros del equipo. De lo contrario, será gene­
ralmente el director quien los dirija. Se previenen, así, conflictos que Con el paso del tiempo, ha habido en el programa de Emiliehoeve
puedan surgir entre equipo y dire ctor. A menudo se dirigen al l íder tan algunas experiencias, unas negativas y otras positivas, en la formación
del equipo. De las experiencias positivas se pueden mencionar las
sólo ataques agresivos emotivos sin proponer solución alguna. Los
siguientes:
encuentros del equipo pueden prevenir actitudes irracionales que se
producen en el equipo, unos contra otros. Pueden prevenir algunos
problemas y solucionar otros. No todos los problemas, sin embargo, se 1. Fue una gran ayuda el nombramiento de consultores
pueden prevenir o solucionar mediante encuentros. externos. Ellos aconsejaban al equipo a través del director

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durante el primer año y posteriormente por medio del sario para grupos de residentes con este tipo de perso­
director del programa. Estos per tenecían al equipo de ex­ nas. Sin embargo, no deberían, a poder ser, ocupar una
adictos de las comunidades terapéuticas de EE.UU. o de posición mayoritaria en el equipo (es decir, que no sean
Inglaterra. Fueron una valiosa ayuda para el crecimiento mayoría los negros o los homosexuales), ya que los resi­
del programa, especialmente los primeros años. Las reco­ dentes necesitan tener reflejada en el equipo una repre­
mendaciones que hacían se podían seguir o no, dejando la sentación de la sociedad real.
responsabilidad en manos del director del programa. 4. L os graduados desempeñan para los residentes un papel
2. A diferenci a de la mayoría de los programas americanos, importante como modelos dentro del equipo. Sin embar­
se contrataban profesionales que no pertenecían a la es­ go, cuando llegan a ser uno más del equipo en el progra­
tructura de equipo clínico. No eran responsables de la ma en que un día fueron clientes, resulta difícil para los
terapia, en sentido estricto, sino de la supervisión del tra­ otros miembros del equipo desechar la antigua relación
bajo en los sectores de los residentes (la granja, el mante­ cliente-equipo. Es preferible, por tanto, reclutar gradua­
nimiento y los sectores creativos) o, en el caso del profe­ dos de otros programas como parte del equipo en la
sor, de las clases de educación básica y de las enseñanzas comunidad terapéutica.
especiales a algunos residentes. No se hallaban involu­ 5. Dentro del equipo, los graduados que antes no habían
crados en las cuestiones terapéuticas y disciplinarias del tenido una experiencia laboral fuera del programa y que
equipo, sino que actuaban como representantes de la no habían recibido educación dependían demasiado de
sociedad. su trabajo dentro del programa. Nadie espera que ellos
3. Al tener psiquiatras asistentes que trabajaban por un año ocupen un puesto de trabajo en la comunidad terapéuti­
en la comunidad terapéutica durante su formación, exis­ ca hasta cumplir sesenta años, por lo que importa mucho
tió la oportunidad de tener aprendices profesionales con buscarles posibilidades de elección alternativas.
conocimiento de las comunidades terapéuticas. Eran
provechosos para mantener buenas relaciones con los
profesionales.
4. El tener un psiquiatra como director de programa, espe­
cialmente en los años iniciales, resultaba importante para
proteger al centro de la consideración de no científico o
no profesional.

Algunas de las experiencias negativas fueron:

1. Tener a un extranjero de director, lo que creaba proble­


mas innecesarios de comunicación, especialmente por no
entender el holandés. Llevó a la comunidad terapéutica a
un estado de aislamiento de la sociedad y acrecentó la
tendencia paranoica preexistente.
2. Al trabajar el esposo y la esposa en el mismo equipo, lo
cual ocurrió dos veces, se complicaba la situación. El
equipo y los residentes los veían como una unidad cuan­
do se confrontaban mutuamente en las reuniones, lo que
causó casi una crisis en su relación. Cuando confronta­
ban ellos a un residente les parecía como si el otro cón­
yuge los viera de la misma forma.
3. El tener grupos con personas de minorías étnicas repre­
sentados en el equipo es excelente y especialmente nece-

144 145
Capítulo 8

Los límites de
la comunidad terapéutica

Motivaciones negativas y positivas


En el tratamiento de adictos hemos de enfrentarnos con el hecho de
que la adicción al consumo de sustancias es consecuencia de la elec­
ción de hacer de las drogas o el alcohol un medio para afrontar los sen­
timientos desagradables, debidos a una variedad de causas. El uso
mismo tiene su función. Cuando un adicto opta por someterse a trata­
miento en una comunidad terapéutica libre de droga, quiere decir que
ha elegido dejar las drogas y el alcohol, y e nfrentarse a los sentimien­
tos desagradables que ya no puede evitar haciendo uso de dichas sus­
tancias. Esto trae consigo, generalmente, un dilema al tener que elegir
entre las consecuencias desagradables tanto por continuar consumién­
dolas como por dejarlas. Realizar una elección de este tipo es el primer
requisito para Un tratamiento eficaz con vistas a una vida indepen­
diente del consumo de drogas o de alcohol. Esta nunca es una elección
absoluta. Siempre habrá ambivalencias.
¿Qué es lo que influye en la elección de abandonar su consumo, o
qué es lo que les motiva para ponerse en tratamiento? Los resultados
negativos de la terapia se suelen atribuir a una falta de motivación por
parte del cliente. Varios autores, sin embargo, han resaltado la impor­
tancia del terapeuta en el tratamiento de los clientes, que con frecuen­
cia son clasificados como intratables. Es crucial ofrecer un mensaje de
esperanza a las personas que tienen una "identidad de fracaso" y que
tienen grandes problemas para creer que el tratamiento puede ser efi­
caz con ellos (Bratter, 1978; Walburg, 1984; Schaap, 1985). Un influjo

147
importante en su determinación de buscar t ratamiento es la pr esión de te y produce el efecto contrario. Heckman argumenta que apenas exis­
la situación actual. La presión puede venir de los compañeros, de la te una situación que anule más la motivación que la prisión. Lo impor­
familia, de su actuación en el trabajo o por la amenaza de verse arres­ tante en la prisi ón es sobrevivir dentr o de una estructura restricti va. El
tado. También puede ser la falta de disponibilidad de drogas, proble­ encarcelamiento conduce a los adictos, ansiosos por recibir terapia
mas físicos de salud, problema s de alojamiento; en pocas palabras, l as durante su permanencia en pr isión, a re acciones defensivas y de re be­
condiciones molestas que fuerzan a la gente a elegir otra condición lión. De esta forma es fácil que la motivación quede destruida en la
desagradable, a saber, el tratamiento. cárcel.
Una motivación positiva es la de elegir el tratamiento no como una El tratamiento obligatorio de los drogadictos no es cosa nueva.
manera de evitar una situación molesta, sino como un estilo de vida Antes de que el Narcotic Addict Rehabilitation Act fuese aprobado el
positivo libre de drogas o de alcohol. La citada motivación se halla año 1962 en EE.UU., el único tratamiento disponible era casi el obli­
raras veces presente en el tiempo de la admisión en la comunidad tera­ gatorio. Se hallaba concentrado en dos hospitales federales; uno en
péutica, pero normalmente crece durante el tratamiento, con frecuen­ Lexington y el otro en Fort Worth (Platt, 1986). Los resultados inicia­
cia varios meses después de haberlo comenzado (Kooyman, 1975c). les del estudio de seguimiento entre los ex-pacientes del U.S. Public
A la motivación sostenida principalmente por influjos externos se la Health Hospital en Lexington mostraban ciertos efectos positivos.
puede llamar motivación negativa. El c onsumo de drogas o de alcohol Pescor (1943) advertía que el 24% de los pacientes varones que fueron
les causa demasiados problemas. Una motivación negativa para dados de alta entre el 1 de enero de 1936 y el 31 de diciembre de 1940
ponerse en tratamiento puede ser la de que no hacerlo puede signifi­ no consumían cuando se hizo el estudio de seguimiento. Los mejores
car la continuación de la sentencia de prisión, o cualquier otra deten­ resultados se obtuvieron con los que habían recibido after-care obliga­
ción. Los adictos, en muchos países, pueden solicitar el tratamiento torio de cualquier tipo (entre los grupos de no consumidores el 55,7%
tras su arresto. Cuando no están acusados de comportamiento crimi­ estaban en libertad bajo palabra y el 38,6% estaban en libertad provi­
nal serio, como asesinato, tráfico de drogas, asalto con violencia, se les sional). En dicho estudio se recabaron datos de un 60% del grupo total
puede remitir al programa de iniciación de una comunidad terapéuti­ de 4.766 ex-pacientes. En el estudio de seguimiento de Hunt y
ca. Esta posibilidad de elegir el tratamiento en lugar de la prisión no Odoroff (1962), de 1.912 ex-pacientes varones y mujeres de Nueva
equivale, sin embargo, a un tratamiento forzado. El cliente ha de hacer York en el Lexington Hospital que fueron dados de alt a entre el 15 de
una elección. Puede escaparse de los locales de la comunidad tera­ julio de 1952 y el 15 de diciembre de 1955, se obtuvo información del
péutica. El equipo no irá tras él, sino que, en caso de que no haya vuel­ 98,4% de la población. Encontraron tasas altas de recaídas. Sin embar­
to a las 48 horas, informará a la policía. go, el promedio fue menor entre aquellos que habían recibido un
after-care obligatorio (91,2% versus 85,7%). En un estudio de segui­
miento de doce años, de los 100 varones adictos de Nueva York que
Tratamiento obligatorio habían sido hospitalizados en Lexington entre el mes de agosto de
El deseo de dejar las drogas o de recibir terapia no suele nacer es­ 1952 y enero de 1953, descubrió Vaillant (1966) una recaída en el
pontáneamente en el adicto. Normalmente hay algún tipo de presión abuso de drogas de un 90% de los casos durante el período de su
externa. La presión legal puede ser utilizada con éxito para atraer a investigación. Sin embargo, el 46% eran abstine ntes en el momento de
algunos adictos al tratamiento (Brown y otros, 1987). Pero resulta cues­ contactar con ellos para el estudio de seguimiento, o en el momento
tionable hasta qué punto el tratamiento obligatorio sea eficaz. Algunos de su muerte. De aquellos que habían sido tratados por voluntad pro­
autores opinan que un tratamiento obligatorio, en cualquier caso, es pia, el 96% había recaído al año de su alta. De los que habían sido
mejor que no recibir ninguno. Ausubel (1972), por ejemplo, ve la adic­ admitidos durante al menos nueve meses con un año obligatorio de
ción como una enfermedad infecciosa. Cuando se trata de epidemias after-care tras su alta, el 67% había estado abstinente durante al menos
o de enfermedades infecciosas también se emplea un tratamiento a la un año tras su alta.
fuerza. El adicto admitido en un instituto ya no sería un foco de ulte­ Los resultados descritos no nos ofrecen una respuesta a si el éxito fue
riores infecciones. debido al tratamiento o no. En 1973 fueron cerrados los hospitales de
Otros opinan que a los adictos no se les puede cambiar por la fuerza. Lexington y de F ort Worth. Su cierre no se de bió solamente a los resul­
Heckman (1986) comprueba que la presión externa, incluso la legal, tados relativamente pobres del tratamiento. Al f inal de los años sesen­
puede atraer al adicto a elegir el tratamiento. El, sin embargo, afirma ta, empezaron a desarrollarse programas de tratamiento con base
que la aplicación de presión legal suele ser, a menudo, demasiado fuer­ comunitaria. Existía una tremenda actitud en favor de la desinstitu-

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cionalización. Se habían ido fundando cada vez más comunidades Las comunidades terapéuticas libres de drogas se implantaron tam­
terapéuticas "libres de droga" en las que los adictos podían ser admi­ bién dentro de la misma prisión. Los adictos que habían recibido sen­
tidos voluntariamente o a las que se les podía mandar por el sistema tencia de prisión podían inscribirse para que se les admitiera a dichos
judicial. Se habían establecido, además, en gran escala programas de programas (Chinlund, 1978; Wexler, 1986). Después de cierto tiempo se
mantenimiento con metadona no residenciales, como respuesta a los clausuraron la mayoría de éstos. Tenían que enfrentarse con problemas
crecientes problemas de la droga. como el estar insufic ientemente se parados del clima de prisión, ser mal
Tal como aparecía indicado en los resultados de estudios de segui­ interpretados por el personal de la prisión que trabajaba en otras partes
miento a ex-pacientes de Lexington, el after-care obligatorio parece ser de la misma, tener facilidades inadecuadas para la reinserción y un after­
lo que los distinguió, si se les compara con los de un after-care no obli­ care insuficiente. En 1977 se implantó en Nueva York un sistema, parte
gatorio. En un artículo que revisaba los resultados de programas de de él en el interior de la misma prisión (durante la fase inicial), y otra
tratamiento dentro de las prisiones federales, gracias al Narcotic fuera de la prisión, en las comunidades terapéuticas ya existentes de
Addiction Rehabilitation Act, Petersen (1974) afirmaba que las varian­ siete organizaciones grandes de tratamiento (las siguientes fases). Este
tes relacionadas con el tratamiento apenas tenían correlación alguna programa, denominado "Staying Out", creó una oportunidad para pro­
con el éxito tras el alta. Se comprobó, sin embargo, que para algunos ceder gradualmente desde el sistema de prisión al sistema de trata­
adictos el after-care obligatorio, que consistía en citas de consejo con los miento de una comunidad terapéutica fuera de la prisión.
oficiales de comprobación de la libertad condicional, había sido más Hoy en día, las comunidades terapéuticas holandesas reciben cier­
provechoso que un acercamiento completamente voluntario tras el tamente a residentes remitidos por el sistema judicial. Los adictos han
alta. Concluía Petersen que el tratamiento residencial obligatorio, de inscribirse por sí mismos. Pueden ser admitidos, desde la prisión
combinado con tratamiento no residencial obligatorio, parece ser muy a la comunidad terapéutica, antes de recibir sentencia. Queda sus­
efectivo en l a rehabilitación del drogadicto (Petersen, 1974). En la de s­ pendido su caso en el juzgado por un período de cuatro a cinco
cripción que hizo Kramer (1972) a propósito del programa de com­ meses, tras los cuales se abandona el caso o se deja en suspenso la sen­
promiso civil en California, atribuye los pobres resultados de su pro­ tencia si el residente está aún en tratamiento. Otra posibilidad es que,
grama ambulatorio, entre otras cosas, al hecho de que fuera parte del siendo culpable, el último medio año de la sentencia lo pueda pasar
sistema judicial, y no del sistema de salud, y por esto el programa no en una comunidad terapéutica, gracias a un arreglo especial. En Ho­
era suficientemente flexible en la aplicación de nuevos métodos de tra­ landa se puede mandar a los adictos a tratamiento en un hospital psi­
tamiento. En las dos últimas décadas se concedieron a los adictos de quiátrico cuando se les considere peligrosos tanto para sí mismos
EE.UU. cada vez más posibilidades pa ra que se les remitiese a centros como para los demás, y cuando se vea que no son responsables de su
de tratamiento antes de recibir sentencia. Dicha concesión se aplicaba conducta debido a sus condiciones mentales. Sin embargo, dicha ley,
especialmente a los delincuentes menores y a los transgresores de la pensada para pacientes psiquiátricos, apenas se ha empleado en años
ley por primera vez, quienes podían ser remitidos a tratamiento por el recientes.
District Attorney (Brown y otros, 1987). En Alemania se crearon institutos especiales para tratamiento obliga­
Ya desde su comienzo, las comunidades terapéuticas de USA han torio. Estos programas obligatorios han de ofrecer una alternativa al
estado aplicando tratamiento a drogadictos remitidos por el sistema abuso de droga, ya que de lo contrario no tendrían efecto alguno. Se les
judicial. Es el adicto quien ha de elegir entre recibir tratamiento y/o puede considerar como sistemas de cuidado intensivo. Cuando los
encarcelamiento. Aunque restringida, el cliente disfrutaba aún de una residentes permanecen bastante tiempo para poderse beneficiar (al
libertad de elección (Deitch y Zweben, 1979). Podía abandonar el pro­ menos nueve meses hasta su alta regular), más de la mitad de ellos
grama a cualquier hora, tras lo cual la policía recibiría notificación. Si parecen haber mejorado considerablemente (Paschelke y otros, 1986).
bien existe, en definitiva, una fuerte presión legal, se di ferencia del tr a­ Jongsma (1986) dec laró que, en su opinión, en los centros de esta clase
tamiento obligatorio en que el adicto no elige, sino que se le indica pre­ en los que el tratamiento sea completamente obligatorio, éste única­
cisamente el programa de tratamiento que seguirá. Este programa de mente puede ser efectivo si es posible combinar la obligación con deli­
tratamiento se halla ubicado fuera del marco del sistema judicial. El mitaciones seguras y con restricciones respecto a las figuras de padres
programa de tratamiento dentro de la comunidad terapéutica se sigue interesados por ellos. El imponer limitaciones sin este contexto de amor
junto con los residentes admitidos "voluntariamente". No parecen estimulante lo inhibirá, en vez de potenciar su desarrollo y bienestar.
diferir los resultados del tratamiento en estas dos categorías de resi­ Describía Scholer (1986) cómo la comunidad terapéutica Persat
dentes (Rosenthal, 1977; De León, 1987). Pertolongan de Malasia pasó de luchar por los derechos de los drogo-

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dependientes para solicitar su recuperación voluntaria a aceptar urf Ibbserve cuidadosamente la presión en el sistema, resulta necesario
tratamiento obligatorio. Como la mayoría de los adictos eran admití^ asegurarse de que n0 sea demasiado alta.
dos todavía int oxicados e inc apaces de tomar alguna decisión, el equi ­ Cuando un residente ha sido remitido por el sistema judicial a una
po cambió por completo su política. La admisión obligatoria trajas , coinunidad terapéutica normal, tras haber elegido entre esta opción o
adictos no motivados para el tratamiento y los mantuvo en él bastará permanecer en prisión, ya no existe esta desventaja. Siempre puede el
te tiempo para que fueran motivados por el equipo y los compañeros- residente decidirse a abandonar el tratamiento, aunque ello puede sig­
residentes. El sistema legal alivió al equipo para no tener que perder nificar un posible arresto y, consecue ntemente, tener que pasar tiempo
tiempo mantenie ndo a los residentes dentro del tratamiento o conven­ en prisión. Existe una gran diferencia en comparación con un trata­
ciendo a los padres de que aún no era el momento oportuno para sacar miento obligatorio ordenado por la decisión de un juzgado, supri­
a sus hijos del programa. Es esencial, sin embargo, que el equipo sea miendo la responsabilidad del adicto de hacer la elección. Si elige el
consciente de la necesidad de motivar activamente a los residentes ' tratamiento en lugar de la prisión, esto no difiere mucho de elegir un
para que elijan un estilo de vida positivo, y para que no piensen que tratamiento en vez de ser despedido de su trabajo, alejado de la pare­
basta sólo con que ellos permanezcan en el programa. Scholer compa­ ja o expulsado de casa (Kooyman, 1977).
ra el tratamiento involuntario con los padres que envían a sus niños a
la escuela: también esto es coacción, pero coacción con cariño. Mejorar la motivación
Los programas obligatorios pueden ser una respuesta para algunos
adictos muy dest ructivos consi go mismos y con los dem ás. El trabajar El proceso de tratamiento tras la admisión en una comunidad tera­
en programas obligatorios conlleva grandes exigencias para el equipo. péutica puede mejorar la motivación para quedarse en ella. Y cambiar
Dicho tratamiento, no obstante, nunca será una solución al problema la negativa por una positiva. Además, la motivación con la que empie­
de la adicción en su conjunto. Incluso en situaciones controladas con zan, generalmente negativa, puede recibir el influjo del terapeuta o
un tratamiento forzoso para todos los drogadictos, algunos de los consejero antes de la admisión. Son importantes los tres factores
metidos de lleno en la droga siguen recayendo o cambian a una con­ siguientes:
ducta adictiva legalmente aceptada. Este es el caso de Singapur, donde
se ha elaborado un sistema en el que todos los drogadictos que sean 1. Indicarles el aspecto negativo; la miseria de la adicción.
cogidos por la policía han de pasar obligatoriamente al menos 6 meses Esto quiere decir confrontar al adicto con su negación,
en una institución de tratamiento forzoso. indicándole la realidad de la situación, frecuentememte
Por otra parte, un tratamiento obligatorio puede dar mejores resul­ penosa.
tados que no tener ninguno. Mientras haya listas de drogadictos que 2. Crear esperanza. La presencia de adictos recuperados en
esperan un tratamiento voluntario, como sucede en Amsterdam con el equipo de iniciación puede por sí misma resaltar el
las comunidades terapéuticas, no parece tener prioridad un trata­ mensaje de que es posible un tratamiento exitoso.
miento forzado. Además de posibles ventajas en el tratamiento obli­ 3. Exigir a los clientes. Al pedir a los clientes que muestren
gatorio, al introducir en la terapia a individuos que, de otra forma, su motivación realizando tareas sencillas, se les envía el
seguirían consumiendo droga, existen también serias desventajas mensaje de que ellos pueden hacer algo por sí mismos.
especialmente dentro del sistema de una comunidad terapéutica. Una
comunidad terapéutica se parece a una olla a presión. Produce estrés El tratamiento tiende, también, a hacerse más atractivo cuando el
en el individuo que ya no puede responder consumiendo drogas o adicto ha de hacer algo para que se le admita. Ejemplo de esto último
alcohol, con conductas de acting-out o aislándose a sí mismo. La única es la experiencia de Emiliehoeve. Fueron más los clientes, que tras
respuesta posible enfrentándose positivamente con la presión de una venir a orientarse en entrevistas con miras a su admisión en Emi­
comunidad terapéutica —a saber, escaparse— ya no está dis ponible en liehoeve, continuaron el programa de iniciación al pedírseles que
el tratamiento obligatorio. Que un residente deje temporalmente la hicieran algo para ser admitidos, que aquellos a los que, durante el
comunidad terapéutica puede ser necesario como alivio de dicha pre­ primer año, los miembros del equipo intentaron amigablemente con­
sión, que parece insoportable. Cuando esto resulte imposible, la situa­ vencerles de la importancia de venir a la comunidad terapéutica. Al
ción se pa recerá a una caldera sin vál vula de e scape. Quiere esto decir preguntar al cliente por qué deseaba dejar la droga, pudiera ser que el
que en un sistema cerrado de tratamiento involuntario, dentro de una aspirante no hubiera dado una respuesta honesta, pero ciertamente le
comunidad terapéutica de la que el residente no puede huir, cuando se hizo actuar como si de verdad quisiera dejar de consumirla. Expli-

152 153
cando el porqué, la motivación para dejarla quedó reforzada. La han creado comunidades terapéuticas especiales para grupos mino­
manera más efectiva de introducir a los clientes la comunidad tera­ ritarios: para negros, hispanos y homosexuales. Otras comunidades
péutica para mejorar su motivación hacia el tratamiento es tener reu­ terapéuticas especiales ofrecen tratamiento para adictos con proble­
niones previas, en grupos, dirigidas por un equipo al que acompañen mas psiquiátricos específicos, tales como personalidades límite. Hay
los residentes más antiguos de la comunidad terapéutica. comunidades terapéuticas sólo para mujeres. Ciertas mujeres han
Jongsma y Van der Velde (1985) demostraron que el llamado alto sido tratadas brutalmente y heridas por hombres hasta tal punto,
umbral de las comunidades terapéuticas es un mito. Comprobaron que su tratamiento entre ellos no parece aconsejable, al menos en la
que existe el mismo tipo de adictos en tratamiento dentro de la comu­ fase inicial.
nidad terapéutica que en los programas de bajo umbral, que imponen Dentro de una comunidad terapéutica se pueden dividir las contrain­
pocas o ninguna exigencia a los clientes para su admisión. dicaciones del tratamiento en absolutas y relativas (Schaap, 1987). Está
absolutamente contraindicada la admisión en una comunidad tera­
Indicaciones y contraindicaciones del tratamiento péutica para la siguiente clase de adictos:

Para algunos adictos las comunidades terapéuticas pueden ser el — pac ientes con defectos cerebrales o faltas de inteligencia
tratamiento preferente. Para otros, puede no ser solución dicho tra­ que les incapaciten para comprender los conceptos del
tamiento, o puede ser incluso contraindicado. Cancrini (1985) sugie­ programa. No hace falta, sin embargo, que el residente sea
re, en su estudio sobre drogadictos y sus familias, que los adictos brillante o inteligente. La mayor parte de los adictos que
provenientes de familias multiproblemáticas, a menudo hijos de sobreviven en la calle poseen la inteligencia suficiente para
mujeres económica y culturalmente empobrecidas, que han sido seguir el programa en una comunidad terapéutica.
frecuentemente abandonados en instituciones públicas, pueden reci­ — pacientes con psicosis tales como esquizofrenia, estados
bir el mejor tratamiento en estas comunidades. Los adictos adapta­ paranoicos o psicosis de pánico maníaco-depresivas. Se
dos a un estilo de vida yonki precisan una modalidad de tratamien­ les han de pasar bastantes tests para comprobar de veras
to intensivo las 24 horas del día para reestructurar sus vidas y adqui­ su contacto con la realidad y la capacidad de asumir la
rir valores personales nuevos, necesarios para llevar una vida libre
responsabilidad de su propia conducta.
de drogas y crimen. A los adictos que han mantenido todavía una
vida social positiva, que aún tienen trabajo y el apoyo de un sistema
familiar sano, puede no hacerles falta un programa de tratamiento Las contra-indicaciones relativas a su admisión son las siguientes:
extensivo tal como el de una comunidad terapéutica. Puede serles
suficiente un ambulatorio de día o un programa de tarde. La impli­ — comportamiento sociopático extremo unido a incapaci­
cación de la familia o la pareja en dichos programas, sin embargo, dad de establecer relaciones objetivas.
parece ser crucial para un resultado exitoso (Kooyman y Van Steijn, — recaídas tras completar el programa. Las personas que
1990). las han tenido pueden tener necesidad de un tratamien­
El tratamiento dentro de una comunidad terapéutica es, en princi­ to distinto. Les suele resultar muy difícil superar los sen­
pio, el mismo para todos los residentes. Lo que, en sí mismo, limita timientos de haber fallado por recaer después de acaba­
las posibilidades terapéuticas. La comunidad misma es el elemento do el programa. Les convendría más ingresar en otra
terapéutico principal. No todos los residentes requieren el mismo comunidad terapéutica o recibir otra modalidad de tra­
tratamiento y no todos los adictos encajan en un tipo de programa tamiento con distinto equipo.
de comunidad terapéutica. Un modelo de comunidad terapéutica — serios deterioros físicos que hagan imposible su partici­
puede no ser respuesta para todos los adictos. Hay diversos tipos de pación en ciertas actividades de la comunidad.
tratamiento necesarios para diferentes adictos. Se conoce poco de — falta de tratamiento alternativo. No se dispone de un tra­
los límites de los modelos específicos de comunidades terapéuticas. tamiento más apropiado, tal como sería un tratamiento
Se han creado comunidades terapéuticas especiales para algunos de día o un programa de corta duración.
sub-grupos de adictos. Hay comunidades especiales para adoles­ — la edad: cuando la edad del grupo oscila entre los 18 y 35
centes, las cuales ofrecen más posibilidades de educación, deportes años, las personas de más y menos edad pueden no
y juegos recreativos que las comunidades terapéuticas regulares. Se tener suficientes compañeros con los que identificarse.

154 155
— la lengua: en la mayoría de los casos, hablar una lengua ■<
diferente puede ser sólo un problema temporal. La
comunidad terapéutica resulta un ambiente en el que se
pueden aprender y practicar lenguas con facilidad.

Hace falta establecer programas de comunidades terapéuticas sepa­


radas que se adapten a las necesidades de poblaciones específicas de
adultos, tales como clientes con SIDA o personalidades límite (Oster-
hues, 1990). Puesto que cada comunidad terapéutica ofrece un plan­
teamiento similar para todos los residentes, este programa no puede
servir a las necesidades específicas de todo adicto. Aparte de las comu­
nidades terapéuticas especiales para grupos especiales como mujeres, Capítulo 9
adolescentes, alcohólicos, grupos minoritarios, son pocas las respues­
tas definitivas que se ofrecen a cuesti ones tales c omo qué tipo de adic­
tos son mejor ayudados por qué tipo de comunidad terapéutica, o Sobre los resultados
para qué tipo de adictos es un programa de comunidad terapéutica el del tratamiento
mejor tratamiento. Además de las condiciones psiquiátricas arriba
mencionadas, son pocas las contraindicaciones de la admisión en una
comunidad terapéutica. Las tendencias al suicidio o a la auto-mutila­
ción no son en absoluto ninguna contraindicación. De hecho, este com­
portamiento parece desaparecer cuando se les admite dentro de un
ambiente estructurado de comunidad terapéutica.
El cliente, para beneficiarse suficientemente del tratamiento en una Comunidades terapéuticas para adictos
comunidad terapéutica, debe participar en el programa por largo
tiempo. Como demuestra este estudio, una larga permanencia en el e investigación
programa es el determinante principal para un resultado exitoso. Las La comunidad terapéutica aparece en la escena general terapéutica
personas tendentes a abandonar y que no están todavía convencidas
como un miembro relativamente joven. Surgió para llenar un hueco,
plenamente de que deberían abandonar la droga de por vida, obten­
una necesidad, que los institutos profesionales no podían satisfacer a
drán un resultado menos favorable. Las comunidades terapéuticas no
los individuos que se hallaban alienados por la sociedad "normal". Su
son la única respuesta al problema de la droga. Existen otras vías de
alienación es un elemento importante y con frecuencia descuidado en
superar la adicción. Son, sin embargo, una solución para muchos adic­
el proceso de su recuperación. Para crecer, al igual que todo ser que
tos, especialmente para aquellos que no poseen factores positivos en
madura, necesita un conocimiento objetivo de sí mismo. En las prime­
su entorno.
ras fases de la construcción de una comunidad terapéutica se necesita
una creatividad constante. Para mantenerla son precisos responsabili­
dad y equilibrio entre los factores subjetivos y objetivos. Dicho equili­
brio ha sido ya puesto en marcha en las comunidades terapéuticas
americanas con la introducción de profesionales en los inicios del pro­
ceso de auto-ayuda. El siguiente paso fue la introducción de investi­
gación científica para explicar lo que pasa, no sólo en el interior de la
comunidad terapéutica, sino también en el mundo exterior. No basta
con una llamada compasiva a la gente para que crean en el concepto
de comunidad terapéutica. Se precisa, también, una comprensión clara
que surja de un proyecto diseñado racionalmente. Ha habido, tal vez,
demasiados signos de celo religioso y de fenómeno sectario en el
movimiento de las comunidades terapeúticas.

156 157
Muchos miembros de la comunidad terapéutica desconfían de la Investigación sobre el resultado en Estados Unidos
ciencia. La comunidad terapéutica funciona. A veces el equipo no es
capaz de aceptar que el programa no funciona bien con todos los resi­ Se han realizado muchos estudios durante los últimos veinte años
dentes. Cuando no se acepta la posibilidad de errores y se sugiere un para medir los resultados provenientes de las comunidades terapéuti­
100% de eficacia, uno se sitúa para ser juzgado por la lógica de fines cas. Los estudios de seguimiento fueron llevados a cabo mediante
absolutos más que por la lógica de la consecuencia y la responsabili­ entrevistas cara a cara con antiguos residentes de las comunidades
dad. La ciencia rechaza el pensamiento absoluto y en su lugar formu­ terapéuticas. Muchos de estos estudios sólo incluían a individuos que
la sus casos en términos de probabilidades y contingencias. Así, por habían realizado el programa completo. Collier (1970), por ejemplo,
ejemplo, considera la medida de la tasa de eficacia. Muchos miembros entrevistó a finales de los años sesenta a graduados de Daytop Villa­
de comunidades terapéuticas temen se cretamente que su eficacia no se ge. De las 38 personas entrevistadas al año de haber completado el
acerque al fin a bsoluto del 100%. Temen que si se contentasen con algo programa, advirtieron que sólo cuatro habían vuelto a caer en el abuso
considerablemente inferior, pondrían e n pe ligro s u e xistencia al admi ­ de la droga; 11 de los 38 casos, sin embargo, habían pertenecido al
tir el fracaso. Pero el método científico plantea esta pregunta: "¿Cuál equipo del programa de tratamiento de Daytop Village; 17 tenían otros
es la probabilidad de éxito, en primer lugar?" La adicción, al igual que empleos, uno trabajaba en otro programa de rehabilitación y se desco­
otras enfermedades crónicas con las que con toda propiedad se la nocía la ocupación de cinco individuos. También Casriel y Amen
puede comparar, posee una tasa de éxito relativamente baja, sea cual (1975) hicieron un estudio de seguimiento de los graduados de
sea el método de tratamiento que se emplee. Si uno está ayudando al Daytop: el 90% de ellos no habían recaído en el año posterior a la fina­
30% del personal que entró por su puerta para abstenerse durante al lización del programa de tratamiento, el 25% trabajaban en otros cam­
menos tres años tras el tratamiento, está realizando bien su trabajo. pos distintos de la rehabilitación de la droga. El año 1971 un grupo
Pero muchos miembros de comunidades terapéuticas no lo saben, por mayor de graduados de Daytop Village fueron objeto de un estudio de
el miedo a no alcanzar el 100% de eficacia. La vieja justificación de que seguimiento. De nuevo se comprobó que el 90% de los 250 graduados
tal vez se a yude "a un solo adicto" es la otra c ara de la misma mone­ no habían recaído. En dicho estudio fue también entrevistado un
da religiosa. La investigación científica muestra qué es realment e posi­ grupo que abandonó prematuramente, al menos 6 meses después de
ble y, por ende, suministra una pauta objetiva para la comunidad que su admisión al programa. El promedio de recaídas fue del 50%; sin
da cuenta de sí misma, para sí misma y para un mundo escéptico. embargo, no se pudo saber el paradero del 41% de los graduados ni
Los datos "sólidos" de sus logros, lo mismo que de sus fallos, pueden del 63% de las personas que lo habían dejado prematuramente tras los
ofrecer una ciencia en sí y pedir que le de n la razón de su universali­ seis meses (Collier, 1971). Repitió Collier la investigación de segui­
dad. Sin ciencia, las comunidades terapéuticas pueden convertirse miento el año 1972: el 84% de los graduados no habían recaído en el
fácilmente en algo nostálgico ("recuerda los buenos tiempos pasados"), consumo de droga, no habían tenido problema alguno de alcohol, nin­
algo que va unido históricamente a un particular lugar y tiempo, y que guno fue arrestado y estaban trabajando o estudiando; el 46% de los
por tanto ya ha perdido su utilidad al ser simplemente un estilo o moda residentes que lo habían abandonado prematuramente tras los seis
pasajera. A medida que el concepto de comunidad terapéutica va meses se ajustaban a aquellos criterios (Collier e Hijazi, 1974).
madurando, le hace falta desarrollar un sentido de la historia. La cien­ De León (1984) desarrolló un extenso programa de investigación en
cia forzosamente exige datos y documentos. Es preciso que la comuni­ Phoenix House de Nueva York. Hizo gráficos de un período de cinco
dad terapéutica, gobernada en parte científicamente, organice sus años anteriores a su admisión en comunidad terapéutica y comparó el
documentos y memorias a fin de que consiga una visión global de sí citado período con el de los cinco años posteriores al alta. Se estudia­
misma. No se trata con ello de una mera administración de los hechos, ron muestras de admisiones, incluidos no sólo los individuos que
sino que debería ser también capaz de dar respuesta a las cuestiones habían completado el programa o que habían permanecido al menos
formuladas. Las comunidades terapéuticas no deberían contentarse tan 6 meses, sino también los que abandonaron tempranamente (De León
sólo con echar una mirada retrospectiva a su pasado para explorar sus y otros, 1982). En un estudio de seguimiento de dos años. De León
orígenes de una manera sistemática —por ejemplo mediante la "histo­ comprobó en todos los clientes una mejora en aspectos como "uso de
ria oral"— sino que deberían existir investigaciones de seguimiento a droga", "criminalidad" (arrestos) y "empleo". Cuando el éxito era
largo plazo de sus miembros durante un período entero de la vida definido en términos de no uso de heroína, estar trabajando al menos
(Kooyman y Kaplan, 1986). el 75% del tiempo tras su alta y ningún comportamiento criminal,
encontró una significativa relación entre el éxito y el tiempo pasado en

158 159
Cuadro 4.a: Evaluaciones de post-tratamiento en comunidades terapéuticas 1972-1982; estudios de modalidades individual
el programa. En el seguimiento durante dos años de dos muestras dis­

es
en °
tintas de residentes de Phoenix House, De Leon encontró, con sorpre­ O Tu

adicionales
sa, una relación similar entre el tiempo pasado en el programa y el

Análisis
1 8 o " 1
éxito y su mejora (De León y Jainchill, 1981). »- Tí tí
o2
Varias comunidades terapéuticas desarrollaron sus propios progra­
bp E
mas de investigación durante los años 70, en Estados Unidos: el pro­ <88
grama de Phoenix House por De León y Jainchill; el de Daytop Village

de arrestos -7%. —40 a -50%.


por Biase y los programas de EaglevÚle por Barr y por Holland en 3tí mS

Para grupos DO, 1,2-4, y 5,


ti ■8 -s| 8

respectivamente, disminu­
Gateway House (De León, 1984; De León y Jainchill, 1986 a; Biase, Q tí o 2 se 2 i « 8. §
•O ¿ ■£ 3 ái a.gi

ción en el porcentaje
1986; Barr, 1986; Holland, 1983b). Dichos investigadores formaban .ghos

Resultados
" 2 2 2 9 S g-Q -i
parte de la organización del tratamiento, lo que puede llevar a un posi­

y permanencia,
o* 8 C1 & co 'tí u 11
ble sesgo, puesto que sus programas han tenido que demostrar el éxito 3 2 = ? ¿ 51 3 “A ?
«a •S •§ J h le-i 1
y así los resultados pudieron verse afectados. Los investigadores
3*3SHg
empleados en los programas de tratamiento pueden defenderlos a mütSuJtío'tíScu
ultranza. Por otra pa rte, dichos investigadores tienen l a ventaja de que o
es mucho más fácil para ellos obtener la cooperación necesaria por
c Is

1 año preadmisión durante


parte de los residentes y equipo para llevar a cabo sus investigaciones.

Períodos de seguimiento
32 o .§ í; -5
■8 ■ ■! : >otí w
<u n tí w m 8

el tratamiento, y 1 año
En una supervisión de 19 estudios sobre la eficacia del tratamiento g 23 ... <3 tu tu tí

Línea base y
de adictos en la comunidad terapéutica, completada entre los años hle
y « 3 ¿
1972 y 1982, Holland (1983 a) hacía un resumen del grado de cambio us? H .S 8 g 2 ® O

tras el alta
g T tí tí S a h 1 S -3 P
que aparecía en tres áreas: abuso de droga, criminalidad y empleo. De ° t¡ $ : tu •2,'U <5 P 52 "tí tu
estos 19 estudios, 13 tenían por base los programas (los de la Abraxas, o o - tícu£Q5 <n
tu W
ipfh*
•^O o -rt 5 5 S3SJ S
Daytop de Connecticut, Daytop Village de Nueva York, la de Eagle­ <75- & S USíle

ville, Gateway House, Phoenix House y Teen Challenge) (ver cuadro S So B ■§


„ & 2 o' S 5
4.a). Los 6 restantes eran estudios multimodales que comparaban los t. •g .S. 8 S a, -o .s _. •§
resultados de una o más comunidades terapéuticas con una u otras o §ctf a ü

Medidas
|i ; tí
modalidades de tratamiento, tales como l ibres de droga no re sidencia­ ! —j gg 5»
é 'U 'O« O> tí -rt tu r-<
SG £ •-'<u ’u g£ 8^1?3 =
les o programas de mantenimiento con metadona (ver cuadro 4.b). tu
■u k2 ¡2TJ OJ3
tí tj o ¿5tí 1 -Os-Í'®
En el c uadro 4.a, la primera columna indica los aut ores y la fecha del o -g « 8ü O ¿ ® tñ 'tí « ° -8
2«j’’ II tí Sí- <n-tí
tu < £ Tí >> íc w rhli
estudio. La segunda columna expresa las muestras potenciales con Q TÍ
clientes que había que localizar o entrevistar y la muestra conseguida.

(TIP [permanecido] = 22
mesés)y "permanencia"
5 grupos DO (<3meses,
tí S

3-5 meses, 6-8 meses,


9-11 meses, 12 ó más
Grupos de contraste
tu So
BtiS-
X» 2 <J 3
Siglas de los cuadros 4a y 4b (Holland, 1983a) <-¡ o ' 75 tu o <u
•iW3 K «
'3
tí la tu 11

meses)
DO Abandono antes de completar el tratamiento GRAD Tratamiento completado O B B
LT A largo plazo ST A corto plazo S 8SE
TIP Tiempo en el programa TOP Tiempo fuera del programa

(Objetivo)
Obtenida
CO ■'* Rg

358
N
IX CM CM ¡O
Nota: Una rayita o NA significa no proporcionado o no aplicable. CM
(Holland, 1983).

& Rosenthal (1972)


a. Sujetos entrevistados incluidos los alcohólicos (N = 162) y adictos a la droga (N = 111); los

De Leon, Holland,
O tx
resultados se presentan aquí sólo para los adictos a la droga.
Estudio

b. Sujetos entrevistados incluidos alcohólicos (N -99) y adictos a la droga (N = 93); los resul­ c s> s
8.8
tados se presentan aquí sólo para los adictos a la droga.
c. Los resultados para una segunda (validación) muestra se describen en el informe pero no gó 3og
se presentan aquí. OC

160
Cuadro 4.a: continuación

N
Estudio Obtenido Grupos de contraste Línea base y Análisis
Medidas f . Resultados
(Objetivo) Periodos de seguimiento adicionales

Romond, Forrest, 40 DO (TIP = 6 meses) y Auto-informe: Sólo post-test: Para DO y GRAD Período de seguimiento
& Kleber (1975) GRAD (TIP - 21 meses) medidas item unitarios vida en la post-admisión respectivamente, % de TOP ajustado al tiempo
de uso de drogas, (6 a 47 meses, TOP con empleo/estudios = 40%, de riesgo.
criminalidad, empleo, [DO] = 27 meses, TOP 94%; % de TOP adictos =
tratamiento para el abuso. (GRAD] = 17 meses). 35%, 0,5%;% de TOP
encarcelados = 29%, 0%.
Entre los DO aumenta en
TIP asociado con
un resultado más positivo.
Pin, Martin, & 200 2 TIP de grupos: Auto-informe: Sólo post-test: Para ST y LT Regresión de las varia­
Walsh (1976) (300) ST (<3 meses) y Medidas de item al tiempo de seguimiento respectivamente, sin uso de bles de los clientes sobre
LT (12 ó más meses) unitario de uso de droga, (TOP NA) drogas "duras" = 26%, 96%; el TIP, tipo de alta,
(TIP NA). criminalidad, empleo. no arrestos = 43%, 77%; resultado
con empleo = 45%, 93%.
Instituto Nacional 186 3 Grupos en fase de Auto-informe, Al tiempo de la admisión Para DO iniciación,
de Abuso de (366) tratamiento: DO retrospectivo: medidas y al tiempo del seguimiento DO residencial, y
Droga (1977) iniciación (IIP = de item unitario de uso (7 años postadmisión). GRAD respectivamente,
14 días); DO residencial de substancia, % descenso de uso de la
(TIP=3 meses);GRAD criminalidad, empleo, heroína -79%, -98%, -95%;
residencial (TIP = tratamiento para el % descenso de arrestos
7,6 meses). abuso, religiosidad. -1%, -24%, -64%; % aumen­
to de tratamiento
recibido para el abuso
+100%,
+65%, y descenso -52%.

Cuadro 4.a: continuación

N
Línea base y Análisis
Estudio Obtenido Grupos de contraste Medidas Resultados
Períodos de seguimiento adicionales
(Objetivo)

Holland (1978a) 193 2 grupos DO (<9 meses. Datos de agencia: medidas 1 año preadmisión Para grupos DO 1 y 2, Resultado examinado
TIP = 3 meses; 9 ó + meses, de item unitario de y 1 año post-alta y GRAD, respectivamente, según tipo de arresto,
TIP = 17 meses) y GRAD criminalidad. descenso tasa arrestos sexo, raza, edad
(TIP = 28 meses). 0%,-81%,-97%.

Holland (1978b) 400 3 grupos DO (<3 meses, Autoinfonne, retrospectivo: 2 años preadmisión y Para grupos DO y GRAD,
(684) TIP = 1 mes; 3 a < 9 meses, medidas de item unitario 2 años post-alta respectivamente, descenso %
TEP = 5 meses; de uso de drogas, de opiáceos -72%, descenso
9 6 + meses, TIP = 18 criminalidad, empleo, -75%, -90%, -96%; n.° de
meses) y GRAD tratamiento para el abuso. arrestos -34%, -50%, -74%,
(TIP = 26 meses). -98%; n.” desempleo en
aumento +16.°, +117%,
+106%, +160%.

De León, Andrews, 202 6 TIP de grupos: Dato de agencia: 3 años preadmisión. Descensos Pre-post en Período de seguimiento
Wexler, jaffe, & — .<1 meses, 4-6 medida item unitario de 3 años post-alta. porcentaje de arrestados y ajustado al tiempo en
Rosenthal (1979) meses, 8-10 meses, criminalidad. y tiempo de post-alta promedio de arrestos ocurri­ riesgo. Resultados
12-14 meses, 15-19 (3 a 6 años). dos como una función TIP. examinados por estatus
meses, 20-26 meses. legal, raza, sexo.
Autoinforme, prospectivo: 1 año preadmisión y Descensos Pre-post en n.° de
Pompi, Shreiner 223 Ninguno. (TJLP [todos] medidas item unitario de 1 ciño post-alta. arrestos (-73%); en cárcel
& McKey (1979) (250) = 12 meses) droga & uso de alcohol, (-64%); % usando 8 de 10
criminalidad, empleo, sustancia (-50% a -95%);
estudios, tratamiento para aumento en número de
el abuso, suicidio; y empleados (+105%).
medidas compuestas de
productividad, implica­
ción con droga.
Cuadro 4.a: continuación

N
Estudio Obtenido Grupos de contraste Línea base y Análisis
Medidas Resultados
(Objetivo) Períodos de seguimiento adicionales

Barr & Antes 192 3 grupos en fase del Auto-informe: medidas Sólo post-test: Durante el período de Período de seguimiento
(1982) (292)b tratamiento: DO residencial item unitario de uso vida en post-alta seguimiento, promedio de ajustado a. tiempo de
(TIP = 24 días); GRAD de droga y alcohol, (79 a 87 meses, DO 20 meses en buen esta­ riesgo, regresión del pre,
residencial (TIP = 61 días); criminalidad, empleo, TOP = 84 meses) tus, GRAD promedio de 32 durante y
alguna REINSERCION estudios, medidas meses en buen estatus, y post-tratamiento sobre
(TIP = 197 días). compuestas del éxito, REINSERCION promedio el estatus del resultado.
médicas, y psicológicas. de 62 meses en buen estatus

De Leon, Wexler, 273 6 Grupos DO (<1 Auto-informe y otras, 1 año preadmisión; Para DO y GRAD respectiva­ Muestra de Validación.
& Jainchill (1982) (307)' mes, 1-4 meses, retrospectivo: medidas 1,2,3,4, y 5 años mente, aumento pre-post en Resultados por sexo,
5-8 meses, 9-12 compuestas de uso de post-alta; vida "eficacia" = 31%, 75%; raza, droga primaria
meses, 13-16 meses, droga, criminalidad, en post-alta (TOP aumento pre-post en
17 ó + meses) y empleo, éxito. [DO] = 4,7 años, TOP "mejora" = 56%, 93%. Entre
GRAD (TIP NA). [GRAD] = 6,4 años). los EX3, aumenta el TIP aso­
ciado a un resultado más
positivo.

Holland 400 3 grupos DO (<3meses, Auto-informe y otras, Vida y 30 días Mejora pre-post Otras explicaciones para
(648) TIP = 1 mes; 3 hasta < 9 retrospectivo, medidas preadmisión; vida de para todos los grupos el efecto IIP examinado,
meses, TIP = 5 meses; 9 ó+ compuestas de uso de post-alta; 30 días en todas las medidas incluyendo selección,
meses, TIP = 18 meses) y droga, uso de alcohol, de pre-seguimiento excepto alcohol. Grado maduración, tasas de
GRAD (TIP = 26 meses). criminalidad, empleo, (2 a 10 años post-alta, de mejora en función finalización diferencial,
estabilidad psicológica, TOP = 56 meses). del TIP para uso de TOP diferencial,
estabilidad social. droga, criminalidad, y validez diferencial de
empleo y estabilidad los datos de
psicológica. autoinforme.

N
Línea base y Análisis
Estudio Grupos de contraste Obtenido Medidas Resultados
Períodos de seguimiento adicionales
(Meta)

Nash (1973) Residencial libre de 198 Dato de agencia y otro: Vida en preadmisión Para MM y RDF Resultados analizados
droga (308) medida de item unitario y vida en post-admisión respectivamente, descenso según el tipo de
de criminalidad (promedio de tiempo de porcentaje de arrestados acusaaón, las caracterís­
Mantenimiento con 249 post-admisión = 17 meses). -60%, y -60%; descenso ticas del cliente y del
metadona (269) promedio de arrestos -23% programa.
y -33%. TIP asociado a
resultados más positivos
para RDF pero no para MM.

Burt & Asociados Programas de la Ciudad Auto-informe, mixto 60 días preadmisión, Mejora significativa pre-post Regresión de las varia­
(1977) de Nueva York:a retro- y prospectivo: 60 días post-alta, de todos los grupos, incluidos bles pre-tratamiento de
medidas de item unitario y 60 días pre-seguimiento los de ningún tratamiento, en los clientes sobre el
Residencial libre de 185 de uso de droga, crimina­ (3 a 4 años postadmisión). todas las medidas. AI tiempo resultado.
droga (290) lidad, empleo; medida de seguimiento, el 50% por
No-residencial libre de 135 compuesta de éxito. completo restablecidos, el
drogas (219) 33% parcialmente
Mantenimiento con 142 restablecidos, el 10%
metadona (273) marginalmente restablecidos,
y el 7% fracasado. TIP no
Sin tratamiento 118 asociado con los resultados.
(223)

Lectura de siglas:

LT A largo plazo RDF Residencial libre de droga


MM Mantenimiento con metadona ST A corto plazo
OD Desintoxicación no residencial TIP Tiempo en programa
ODF No residencial libres de droga VA Administración de Veteranos
O\ Cuadro 4.b: continuación
O\

N
Estudio Línea base y Análisis
Grupos de contraste Obtenido Medidas Resultados
Períodos de seguimiento adicionales
(Objetivo)

Simpson, Savage, Residencial libre de droga. 856 Autoinforme mixto, Vida en preadmisión (arres- Los RDF, ODF, y MM tuvie- Resultados ajustados
Lloyd & Sells (1.097) retro-1 y prospectiva: tos, cárcel, tratamiento); 1 año ron resultados más favorables al tiempo de riesgo.
(1978) No residencial libres de medidas de item unitario preadmisión (empleo); que los OD y ningún trata- y para características
droga 425 de uso de droga, crimina- 60 días preadmisión (uso de miento con respecto al uso de del cliente (ANCOVA).
(567) lidad, empleo, tratamien­ droga, uso de alcohol, droga y empleo. Los MM Regresión de las carac­
Mantenimiento con to para el abuso, meses empleo); 1 año post-alta tuvieron los resultados más terísticas del cliente
Metadona. 1.485 no supervisados; medi­ favorables con respecto a la sobre el resultado.
(1.904) das compuestas del éxito. cárcel; y RDF y tienen los
Desintoxicación resultados más favorables
no residencial. 236 con respecto al tratamiento
(323) para el abuso. TIP asociado
Ningún tratamiento con el resultado para RDF (8
162 de 10 criterios); para ODF (5
(216) de 10); y MM (4 de 10).
Ninguno b
Administración de 1.471 Autoinforme, prospecti- 30 días preadmisión Los clientes mostraron una Regresión de las varia-
Veteranos (1979) (2.269) vo: medidas de item uni­ y 30 días de pre-se- significativa mejora en pre- bles de. cliente y el TIP
tario para uso de droga y guimiento (44 meses post con respecto a todos los sobre e. resultado.
alcohol, criminalidad, post-admisión) resultados. TIP sin relación
empleo, médica, social, con el resultado excepto el
psicológica, satisfacción médico, y esta relación fue
con tratamiento. negativa.

Este estudio informaba también de los resultados en una muestra de los programas de Washington, D.C., que no incluían residencial libre de droga (Comunidad Terapéutica).
b Resultados no informados por el tipo de programa.
c Dos tercios de los clientes de mantenimiento con metadona estaban en tratamiento al tiempo del seguimiento.
d
Resultados no informados por el el tipo de programa. Los sujetos entrevistados incluían drogadictos (N = 282; ST = 57; LT = 225) y alcohólicos (N = 460; ST = 98; LT = 362).
Tail sólo se presentan aquí los resultados de los drogadictos.

Cuadro 4.b: continuación

N
Línea base y Análisis
Estudio Grupos de contraste Obtenido Medidas Resultados
Períodos de seguimiento adicionales
(Meta)

Holland (1978a) 193 2

Bale, Van Stone, Residencial a corto plazo Autoinforme, prospecti- Solamente post-test: 1 año Los LT RDF y MM tuvieron Resultados ajustados a
Kuldau, Engelsing, libre de droga vo: medidas de item uni- preadmisión (arrestos, conde- resultados más favorables las características del
Elashoff, & Zarcone (TIP = 21 días) 75 tario para uso de droga. ñas, empleo); 30 días pre- que los de tratamiento no-VA cliente CANOVA y
(1980) criminalidad, empleo; seguimiento con respecto a la heroína, a ANCOVA).
Residencial libre de droga 75 medidas compuestas del (1 año post-admisión) condenas, tiempo en cárcel.
a largo plazo (TIP=1 año) éxito empleo. Los LT RDF tuvieron
Mantenimiento con resultados más favorables
metadona 59 que los de tratamiento no-VA
Desintoxicación con no- con respecto al uso de otras
residencial 224 drogas, arrestos. El TIP aso-
Tratamiento a no ciado con resultados más
veteranos 112 positivos.
Total
545
(585)
30 días preadmisión y 30 días Los ST mostraron una signifi-
Me Lellan, A corto plazo 155 Autoinforme, prospecti- pre-seguimiento cativa mejora pre-post con res- Resultados ajustados a
Lubord.-Sky, (6 a 15 días) vo: medidas de item uni- (6 meses post-admisión). pecto a drogas, empleo, y pro- características de clien-
O'Brien, Woody & A largo plazo 587 tario y medidas com- ‘ blemas psicológicos. Los LT tes y puntuaciones de
Druley (1982) (15 ó + días) puestas de uso de droga, mostraron una mejora pre- los criterios pretrata-
Total 742 alcohol, empleo, crimina- post en todas las medidas miento 'ANCOVA).
(879) lidad, familia, médico, menos la médica. Los LT
psicológico. tuvieron resultados más favo­
rables que los ST en todas las
medidas.
Cuanto menor es la diferencia entre el número de clientes, tanto más miento con empleo desde el 30 al 45% entre los que abandonaron tem­
significativos son los resultados de la evaluación. La tercera columna pranamente, hasta un aumento de tiempo con empleo entre más del
muestra los grupos de contraste (los abandonos tempranos con res­ 150% de los graduados (Holland, 1983a).
pecto a los graduados, el término a corto plazo respecto al largo). Tan
sólo uno de los estudios de modalidad unitaria y uno de los estudios El tiempo de permanencia en el programa
multi-modales no descompone la muestra total en grupos de contras­
te. Los grupos de contraste ayudan a comprobar la hipótesis de trata­
es predictor del éxito
miento en ausencia de un grupo de control. La cuarta columna regis­ El pre dictor m ás consistente de un resultado exitoso ha sido la dura­
tra las medidas empleadas. La mayoría usan medidas para los mismos ción del tiempo de permanencia en el tratamiento. La investigación
criterios de comportamiento: consumo de droga y alcohol, criminali­ indica, además, una diferencia gradual en la mejora en lugar de una
dad, educación, empleo y funcionamiento psicológico. La.quinta diferencia absoluta entre los que lo completaron y los que lo abando­
columna muestra el período de pre-tratamiento, comparado con el de naron (Holland, 1983a; De León, 1984; Berglund y otros, 1991). Los
post-tratamiento. A fin de evitar inexactitudes (si el período anterior y graduados obtienen mejores resultados en todos los criterios que los
posterior al tratamiento es demasiado corto, indicará inevitablemente que abandonaron el tratamiento (De León, 1989). Entre los que aban­
mejoras el estudio) las evaluaciones mínimas deberían mostrar perío­ donaron existe una relación positiva entre resultados y duración del
dos de seis meses anteriores y posteriores al tratamiento. Idealmente tiempo de permanencia en el tratamiento (Barr y Antes, 1980; De León,
las evaluaciones deberían ser sobre resultados a corto y largo plazo (es 1984,1985: Holland, 1983; Coombs, 1981; Wilson y Mandelbroke, 1978).
decir, hasta cinco años). La última columna, "análisis adicional", indi­ Comparando las tasas de retención y mejora de dos grupos de resi­
ca si fueron estudiados factores ajenos al tratamiento tales como la dentes admitidos en Phoenix House en Nueva York, De León halló
motivación, que estando bajo mayor presión para cambiar, explica el resultados casi idénticos entre el grupo de admitidos en 1970-71 y el
resultado exitoso. Algunos estudios son prospectivos en el sentido que de 1974 (De León, 1985). Hubo un 93% de éxito entre los graduados en
contienen información obtenida del pre-tratamiento en los ingresos y el programa, en c omparación con el 89% de éxito e ntre los que lo aban­
del post-tratamiento en el seguimiento. Otros son retrospectivos, y en donaron con más tiempo de permanencia. Sin embargo, la duración de
ellos se obtuvo la información pre y post tratamiento en el seguimien­ la permanencia y el éxito del tratamiento pueden no estar correlacio­
to. Algunos estudios sólo poseen tests sobre el post-tratamiento. nados para todos los residentes (De León, 1989).
Unos pocos estudios de evaluación han utilizado un índice com­ McLellan descubrió una correlación positiva entre la duración del
puesto del resultado exitoso, combinando medidas de actividad cri­ tratamiento y la mejora relacionada con su resultado, tanto en el pro­
minal, uso de droga y empleo. Con respecto a tales medidas globales grama de mantenimiento con metadona como en la comunidad tera­
del éxito, el resultado varía desde un 20% de éxito total entre los que péutica para clientes con niveles de severidad bajos o moderados de
abandonaron pronto el programa, hasta un 85% de éxito total entre los problemas psiquiátricos, pero a su vez aparecía una relación negativa
graduados, totalmente exitosos (Holland, 1983a; De León, 1982,1984). en la comunidad terapéutica para clientes con problemas psiquiátri­
En cuanto al área de abuso de droga, medida en términos de reducción cos severos. Estos tipos de clientes no experimentaban cambio alguno
en el porcentaje respecto a los antiguos residentes que usan drogas en en el programa de metadona (McLellan y otros, 1984). Dicho estudio
el período de seguimiento o el porcentaje de tiempo de consumo ha sido, sin embargo, criticado como estadísticamente inválido.
desde el alta, dichos estudios muestran que fueron de un 25% al 40% Había habido tan sólo 28 clientes con severidad alta en la muestra de
de los que abandonaran tempranamente (es decir, menos de 90 días en la comunidad terapéutica (la cual, de hecho, no era una comunidad
el programa de tratamiento) los que no consumían drogas, en compa­ terapéutica según el concepto tradicional, sino un programa residen­
ración con el 85% al 90% de los graduados que no las tomaban. En el cial con una duración de sólo 60 días) (Holland, 1987). Holland (1987)
área de la criminalidad, medida en términos del número de arrestos o notó que los clientes enfermos a nivel psicológico no reaccionaban al
de condenas, los citados estudios indican reducciones de criminalidad tratamiento en la comunidad terapéutica tan bien como los más sanos
en el post-tratamiento, las cuales varían desde ningún cambio entre los psicológicamente. Este hallazgo es consistente con anteriores estudios
que abandonaran tempranamente, hasta el 98% de reducción de arres­ en todas las formas de tratamiento. Por otra parte, estos residentes
tos entre los gradua dos. En el áre a deí empleo, medida en términos de enfermos no empeoraron durante el tratamiento.
aumento en el porcentaje de los antiguos residentes con empleo o el Coombs comparó los resultados provenientes de una comunidad
porcentaje de tiempo con empleo, hay un aumento pre-post trata­ terapéutica a corto plazo (tres meses) con los de otras a largo plazo (11-

168 169
18 meses). Los cambios de conducta más impresionantes ocurrieron Nueva York. Los grupos minoritarios, como los residentes hispanos ( la
entre aquellos que participaron en el programa de largo plazo en com­ mayoría de origen portorriqueño), obtuvieron resultados menos satis­
paración con los de uno más corto, y lo mismo sucedió con aquellos factorios. Las personas enviadas por el juzgado lo hicieron mejor que
que se graduaron en comparación con los que abandonaron (Coombs, las admitidas voluntariamente. De entre ellos fueron menos los que
1981). abandonaban pronto (De León y otros, 1982). Aquellos que mostraban
niveles más a ltos en las punt uaciones psicopatol ógicas de los tests psi­
Características del cliente relacionadas cológicos, tales como el MMPI, mostraban unos resultados menos exi-
tosos (De León y otros, 1973).
con un resultado exitoso Sansone (1980) advirtió, en un e studio de c lientes de Odyssey House
Los intentos por determinar las características del cliente que indi­ de Nueva York, menores tasas de retención en mujeres, adolescentes e
quen un resultado exitoso subsiguiente al tratamiento no han sido hispanos. La tasa de retención durante los primeros seis meses en el t ra­
muy reveladores. Una revisión de la investigación de programas des­ tamiento de readmisión comparado con las admisiones únicas, era con­
cubrió ciertas características del cliente correlacionadas consistente­ siderablemente más alta, especialmente con residentes varones negros
mente con la duración en él, aunque el influjo de dichas característi­ y residentes mayores. C utter (1977) enc ontró que el nivel de educación
cas no ha sido corroborado en ulteriores estudios (Rosenthal, 1984). previa a la admisión estaba en relación con un resultado e xitoso tras el
En estudios DARP americanos a gran escala en los que participaron tratamiento en un programa de comunidad terapéutica libre de droga
25 agencias, no se halló ninguna evidencia de la mejora en los resul­ ¿ en un hospital para enfermos mentales, así como el tiempo de perma­
tados del cliente mediante un óptimo emparejamiento entre tipos de nencia en el programa. En un estudio del NIDA sobre la predicción de
cliente y tipos de tratamiento. Aunque algunas características del la retención y el estatus del seguimiento en la comunidad terapéutica.
cliente, en particular la implicación criminal baja antes del trata­ De León (1984) encontró como predictores significativos del éxito la cri­
miento, se relacionaban con resultados más favorables, éste fue el minalidad durante la vida y los factores psicológicos (menos defensivi-
caso dentro de cada tipo de tratamiento (Simpson y otros, 1978); Joe dad, menor negación, sentido de responsabilidad más bajo).
y otros, 1983). En la mayoría de los estudios no se ha visto que la Suprimidos los ef ectos de otras variables, el tiempo en el programa per­
edad, la raza y otros factores demográficos tengan relación con el manecía como un predictor significativo del éxito.
resultado en las comunidades terapéuticas. Sin embargo, en Phoenix
House las mujeres mostraban tasas más altas de éxito y manifestaban ® Estudios sobre la retención
resultados psicológicos significativamente mejores (De León y
Jainchill, 1981). Ya que el predictor más consistente de un resultado exitoso es la
Se han identificado varios elementos correlativos con resultados permanencia en el programa de comunidad terapéutica, importa
positivos respecto al uso de la droga, criminalidad o empleo. Incluyen: mucho entender la retención en cuanto fenómeno. En los estudios
menores períodos de criminalidad en la vida anterior, mayor nivel sobre la retención, no se ha visto ningún perfil claro de cliente que
educativo anterior al tratamiento (promedios más bien bajos de aban­ prediga su duración en el tratamiento. Algunos estudios indican que
dono del cole gio), opiáceos como pr imera droga, menor reinserción en el abandono temprano del programa revela una mayor disfunción
el tratamiento dentro del primer año tras el alta (De León, 1989; psicológica, si se mide con los tests psicológicos estándar (Sacks y
Simpson y Sells, 1981). Dichas correlaciones, aunque significativas, Levy, 1979; Wexler y De León, 1977; Zuckerman y Sola, 1975). De
resultaban pequeñas en comparación con los efectos del tiempo en el León (1973) encontró puntuaciones psicopatológicas más bajas, en
programa. Al medirlas con el índice compuesto, no predicen consis­ los MMPI pasados a los residentes con permanencia superior a 6
tentemente los éxitos (De León, 1985). meses, en comparación con los que estuvieron menos de 6 meses.
Las personas que completaron el programa de la comunidad tera­ Fourman y Parks (1981) vieron que las puntuaciones del MMPI dife­
péutica de Phoenix House tenían una media de edad de 25,3 años al renciaban significativamente los grupos que permanecieron menos o
tiempo de su admisión, mientras que entre los que la abandonaron la más de 20 días en tratamiento, pero no podían predecir variaciones
media de edad en el ingreso era de 21,7 años. Las personas má s jóve­ de retención más precisas.
nes en la admisión tuvieron menos éxito. Los residentes negros lo En un estudio de evaluación de todas las comunidades terapéuticas
hacían algo mejor que los blancos. Al contrario de Daytop Village, los existentes en Nueva York el año 1970, Winick (1980) computó los pro­
residentes negros habían sido siempre mayoría en Phoenix.House de medios de retención. Halló un descenso de los promedios, en conjun-

170 171
to, de casi el 14% entre los de uno a tres meses, y un descenso del 13%
El abandono refleja una interacción entre el cliente y los factores de
entre los de tres a seis meses. Para los tres meses, casi la mitad de los
tratamiento. Más que características estáticas (tales como demográfi­
clientes se fueron. Después de seis meses el descenso disminuye el 8%
cas o entorno social), los factores importantes del cliente, tales como
para los siguie ntes tres meses, a los doce meses el descenso es del 5%.
las circunstancias (presiones extrínsecas), motivación (presiones in­
Los programas de ciclo corto lograban una permanencia mayor que
trínsecas), disponibilidad y adecuación al tratamiento son dinámicos
los de largo plazo. Las comunidades terapéuticas con una capacidad
(De León y Jainchill, 1986). Sin embargo, las diferencias en dichos fac­
no superior a los 100 residentes tenían mejores resultados que las más
tores entre clientes surgen tras su experiencia inicial dentro de la
grandes. Sansone (1980) advirtió, en un estudio en Odyssey House de
comunidad terapéutica durante los días iniciales de residencia (De
Nueva York, un porcentaje mayor de gente que abandonó entre muje­
León, 1989). En un intento por mejorar el porcentaje de retención, se
res, adolescentes y residentes hispanos. Encontró, además, diferencias
llevó a cabo un estudio experimental en Phoenix House de Nueva
entre readmisiones y primeras admisiones. Los negros, los hombres y
York introduciendo tres intervenciones:
los residentes mayores tendían a un promedio más alto de retención
tras la readmisión en el programa. Después de seis meses dichas dife­
rencias habían desaparecido. Sugiere que exista mayor separación 1. Cuatro seminarios de 90 minutos a la semana durante
entre la primera admisión y las readmisiones. dos meses para las nuevas admisiones, impartidos por
miembros senior del equipo, sobre la filosofía de la
Los promedios de un año de retención varían entre un 8% y un 25% comunidad terapéutica, sus expectativas y los problemas
en la mayoría de las comunidades terapéuticas, dependiendo del pro­ de estar en tratamiento.
grama estudiado. Sin embargo, hay excepciones. Las comunidades 2. Dos sesiones de orientación de dos horas en las primeras
terapéuticas del Centro Italiano di Solidarietá de Roma que tienen dos semanas con grupos de miembros familiares de las
una comunidad terapéutica de corto y largo plazo, dicen tener un nuevas admisiones, y una sesión con un consejero del
90% de promedio de retención. Dicha comunidad terapéutica tiene equipo en el tratamiento.
una fase de iniciación larga (hasta de 11 meses) con grupos ambula­ 3. Sesiones extra de consejo individual para los recién
torios y con una gran implicación de los padres y de otras personas admitidos durante los primeros 14 días de tratamiento.
significativas. Más de las dos terceras partes de las personas que lle­ Hubo un efecto positivo a consecuencia de las interven­
gan pidiendo orientación (accoglienza), no son admitidas a ninguna de ciones administradas por separado y combinadas, en
las comunidades terapéuticas. Yohay y Winick (1986) manifestaron particular de las sesiones para otras personas significati­
una alta capacidad de retención con resultados de un 85% entre aque­ vas (miembros familiares) y los seminarios dirigidos por
llos que entraron en el programa completándolo en el programa el equipo senior (De León y Jainchill, 1986b).
AREBA. Esta es una comunidad fundada por Casriel que aplicaba el
New I dentity Process (grupos de vinculación) en el t ratamiento, basa­
do en el modelo Synanon/Daytop (Casriel, 1972). Factores familiares y retención
En todos los estudios aparece que el mayor número de abandonos Los que abandonaban el programa provenían, con mayor probabili­
del programa se da dentro de los primeros 15 días, y después baja el dad, de familias desviadas (Wexler y De León, 1977). Aron y Daily
número. La mayor parte de los que dejan la comunidad terapéutica lo (1976) informaron de que había un mayor a buso de alcohol y droga en
hacen en los tres primeros meses. Después de 90 días la probabilidad las familias de los que abandonaban. Condelli (1986, 1989) encontró
de una permanencia continuada en el tratamiento aumenta conside­ un mayor número de abandonos entre los Chentes que habían experi­
rablemente con una estancia más larga en el mismo (De León y mentado menor presión para la admisión por parte de otras personas
Schwartz, 1984; Hendriks, 1990). Los promedios de retención de la significativas, antes y durante el tratamiento.
mayoría de las comunidades terapéuticas muestran un patrón carac­ En el estudio mencionado arriba de Phoenix House, se encontró que
terístico. La mayor parte de los abandonos se da en las cuatro prime­ la asistencia a los seminarios de los padres durante los primeros esta­
ras semanas (De Leon y Schwartz, 1984). Bschor (1986) compara las dios del tratamiento reducía considerablemente los abandonos (De
curvas de retención de las comunidades terapéuticas americanas Leon y Deitch, 1985; De León y Jainchill, 1986b; De León, 1985).
publicadas por De León en 1984 con una curva de retención de una
La implicación frecuente de las familias en el programa de la comu­
comunidad terapéutica alemana. Como puede verse en la Figura 9,
nidad terapéutica en Roma bien puede contribuir al porcentaje extre­
las curvas, a modo de hipérbola, parecen muy similares.
madamente alto de retención en la comunidad terapéutica.
172 173
? ran número de comparaciones a gran escala de la retención en las
Presión legal y retención |j g
comunidades terapéuticas (Pompi y Resnick, 1987). En general, los
Las comunidades terapéuticas americanas han atendido a cliente! ' clientes remitidos por el sistema de justicia criminal a las comunida-
remitidos por el sistema de justicia criminal ya desde sus orígenes. Los ■ ¿es terapéuticas permanecen más tiempo en el tratamiento que los
remitidos por dicho sistema suponen casi el 30% de todas las admi- clientes voluntarios. La relación entre los remitidos por la ley y el
siones en las comunidades tradicionales de largo plazo en Estados resultado del tratamiento es, por tanto, indirecta (De León, 1987). La
Unidos. Ha habido, sin embargo, una disminución durante las últimas' presión legal, no obstante, se vio que estaba en relación con la reten­
décadas. Por ejemplo, más del 40% de las admisiones en Phoenix ción tan sólo durante los primeros meses que residían en el progra­
House de Nueva York el año 1970 fueron remitidos legalmente, en ma (Pompi y Resnick, 1987; Condelli, 1989).
comparación con menos del 20% el año 1985 (De León, 1987). La
mayoría de los estudios de seguimiento en las comunidades terapéu­ La mayoría de los estudios no especifican claramente qué presión
ticas informan de pequeñas o ninguna diferencia en la mejora del post­ fue ejercida por el sistema legal y sólo se fijan en la relación que
tratamiento respecto a los remitidos legalmente, comparados con las existe entre presión legal formal y la retención del residente. Mu­
admisiones voluntarias. chos residentes, sin embargo, acuden a los programas anticipándo­
De León observó un resultado mejor para los mejores porcentajes de se a la vista del tribunal al ser arrestados y con frecuencia los resi­
éxito (ningún consumo de droga, ningún crimen) de los clientes volun­ dentes "voluntarios" se hallan sometidos a tanta presión por parte
tarios en los estudios de Phoenix House. Sin embargo, al controlar el de sus familias y de influjos no legales, como los residentes "invo­
transfondo criminal, se eliminaba la significación de la variable legal­ luntarios" están bajo presión del sistema de justicia criminal
mente remitido. (Condelli, 1989).
La remisión legal no parece ser un predictor significativo de un
resultado exitoso. La relación entre el remitido por la ley y la perse­
verancia es compleja. Dichos remitidos por la ley a un grupo de ¿Por qué abandonan el programa los clientes?
comunidades terapéuticas miembros de la T.C.A. (Therapeuthic
Communities of America) muestran que los 9 meses de retención
decrecen con la edad de los remitidos por el juzgado, en compara­ Las hipótesis sobre los clientes que abandonan han sido elabora­
ción con las admisiones voluntarias, para quienes la retención das mediante impresiones clínicas, tales como el miedo a una rela­
aumenta con la edad (De León, 1987). Este hallazgo se apoya en un ción cercana e íntima con otros, no recibir apoyo de su familia o
compañeros para continuar en el tratamiento, sentimientos de culpa
concernientes a alguna acción mala cometida en la comunidad y el
miedo a ser descubiertos, una incapacidad de adaptación al modo
Figura 9: Curvas de retención para programas residenciales (Bschor, 1986) de vida de la comunidad terapéutica, y los conflictos sin resolver
con miembros del equipo. De León (1984,1985) encontró que los que
abandonaban tras un largo plazo de tiempo (después de 12 meses en
el tratamiento), aportaban significativamente menos razones perso­
nales y más razones relativas al programa para abandonarlo, mien­
tras que los que lo abandonaban pronto alegaban como motivo de
su abandono más factores personales que relativos al programa. Un
residente que lo abandona al principio puede que nunca haya opta­
do de veras por abstenerse de la droga para siempre, lo cual es el
objetivo del tratamiento en la comunidad terapéutica. Puede que
haya buscado su admisión con vistas a un alivio temporal de la pre­
sión externa. La determinación de llevar una vida libre de drogas no
se suele tomar antes, sino después de la admisión al programa;
generalmente sólo después de unas semanas o meses. Si no está
decidido, el residente puede abandonar el programa con la inten­
ción clara de volver al consumo de drogas (Kooyman, 1975).

174 175
co según los antecedentes del cliente y las variaciones de línea base
Investigación sobre el resultado de diversos entre los grupos de tratamiento (Simpson y otros, 1979; Simpson,
programas de tratamiento en Estados Unidos 1979). Sin embargo, los clientes de comunidades terapéuticas que
habían permanecido en el tratamiento 90 días o menos, no mostra­
Como los diversos programas de tratamiento pueden proporcionar ban diferencia alguna en el seguimiento respecto al resultado final con
diferentes resultados, así también las diversas modalidades de trata­ el grupo de la sola de sintoxicación y con el de los únicamente admiti­
miento pueden suministrar resultados diversos. La comparación de dos.
dichos resultados, sin embargo, origina muchas dificultades. El objeti­ En el estudio-evaluación a largo plazo de una muestra del estudio
vo tanto de los grupos que forman parte del programa como del pro­ DARP, se descubrió que el 61% de la misma había conseguido abste­
grama mismo puede diferir. Mientras que la meta de una comunidad nerse de opiáceos durante un año o más tiempo inmediatamente antes
terapéutica tiende hacia una vida libre de drogas independiente de un de la entrevista. Aparte de la historia criminal, las variables demográ­
programa de tratamiento, en cambio, la de un programa de manteni­ ficas, socio-culturales o de historia en el consumo de droga no estaban
miento con metadona puede consistir en la sustitución de una adic­ significativamente relacionadas con los resultados del seguimiento.
ción ilegal por una vida en dependencia de droga legal obtenida gra­ Simpson (1982) señalaba que el 19% de los grupos con tan sólo admi­
cias a un programa de tratamiento. sión indicaba una inmediata y continuada abstinencia tras la entrevis­
En un esfuerzo por evidenciar que los programas de tratamiento ta inicial del DARP, incluso aun cuando no recibían tratamiento. En
para adictos a los narcóticos funcionan bien, el Instituto de Inves­ general, las citadas personas se ajustaban socialmente mejor que otros
tigación Conductual de la Universidad Cristiana de Texas ha llevado pacientes de tratamiento del DARP, lo cual estaba indicado por unos
a cabo un proyecto de investigación a gran escala. Veinticinco agencias promedios más altos de empleo en pre-DARP, por una criminalidad
participaron en el estudio del Drug Abuse Reporting Program (DARP). más baja y menor tratamiento previo. La mayoría no tenía historial cri­
Los programas que participaban en dicho estudio estaban clasificados minal y en su mayor parte eran auto-remitidos. Estos hallazgos son
en los siguientes grupos de modalidad de tratamiento: MM (Man­ similares a los descritos por Waldorf y Biernacki (1981) en su estudio
tenimiento con Metadona), TC (Comunidades terapéuticas), DF (pro­ sobre "recuperación natural" de la adicción a los opiáceos. En el estu­
gramas libres de droga no residenciales), DT (Programas de desintoxi­ dio DARP el resultado del post-tratamiento mostraba una llamativa
cación no residenciales) y un grupo de personas que venían de veras a similitud con la evaluación subjetiva de los clientes de los programas
que las admitieran, pero que no lo fueron, a un programa de trata­ de tratamiento. La evaluación global más elevada respecto a la actua­
miento IO (solamente admisión). Los resultados de estudios de segui­ ción tratamiento la dio el grupo de la comunidad terapéutica. La razón
miento respecto a los opiáceos, no opiáceos y consumo de alcohol, principal de dicha evaluación provenía de las puntuaciones positivas
porcentajes de arresto, tratamiento adicional y empleo, indican un en proveer insight y en entender y proveer de ayuda para otros pro­
máximo de resultados favorables para más de la mitad de la muestra, blemas que los relacionados con la droga. La evaluación global de los.
tanto de los que completaron como de los que abandonaron el pro­ programas de tratamiento, en su conjunto, por parte de anteriores
grama (Simpson y Sells, 1981). En una muestra de seguimiento de clientes fue más favorable en la muestra de la comunidad terapéutica
2.178 personas, varones negros y blancos procedentes de grupos de (Simpson y Lloyd, 1979). El grupo de comunidad terapéutica mostra­
todas las modalidades de tratamiento, se advirtió lo siguiente: los ba también el promedio más bajo de retorno a cualquier tratamiento
clientes del programa de mantenimiento con metadona eran los de durante tres o más años tras la terminación de su tratamiento, el 56%.
más larga estancia: el 47% permaneció más de 300 días en compara­ de los clientes TC no recibieron tratamiento alguno en comparación
ción con el 22% de los clientes de la comunidad terapéutica; el 12% de con el 36% hasta el 46% de los grupos MM, DT e IO (Savage y
los clientes MM había completado con éxito su tratamiento (el 5% esta­ Simpson, 1978). Las diferencias entre agencias dentro del programa de
ban todavía en el programa cuando el estudio DARP, comenzado en los grupos MM y TC del estudio DARP no fueron significativamente
1969, acabó en 1974), en comparación con el 22% de lps client es de la diferentes en relación con el resultado definitivo para el uso de opiá­
comunidad terapéutica. Las puntuaciones compuestas del resultado al ceos, no opiáceos, alcohol, actividades productivas y criminalidad (Joe
cabo de un año de seguimiento fueron considerablemente más favora­ y otros, 1983).
bles para los del mantenimiento con metadona, para la comunidad
Bale (1980) comparó la eficacia de tres comunidades terapéuticas
terapéutica y para programas no residenciales libres de droga, que
para los grupos de desintoxicación y de los tan sólo admitidos. Las residenciales y una clínica de mantenimiento con metadona no resi­
diferencias significativas permanecían tras aplicar un ajuste estadísti- dencial para veteranos y los sujetos fueron asignados al azar a las

177
176
modalidades de tratamiento. Las mujeres fueron excluidas de dicho el otro con entrevistas y orientación, mientras que el ineficaz no apor­
estudio, ya que eran demasiado pocas como para suministrar compa­ taba ninguno de dichos servicios a los familiares de los clientes (Bale y
raciones signi ficativas. La naturalez a del proyecto de investigación fue otros, 1984).
explicada a todos los clientes y se les pedía su consentimiento por
escrito antes de entrar en la unidad de dcsintoxicación. A los sujetos
que no expresaban interés alguno en un tratamiento posterior se les Comunidades terapéuticas a corto y largo-plazo
designaba como grupo de "sólo desintoxicación". Los sujetos única­
mente podían entrar en el programa de tratamiento en caso de que La mayoría de las comunidades terapéuticas organizan programas
fueran asignados al azar a un programa para un mes tras su admisión. de tratamiento con un plan de duración de 10 a 12 meses que el resi­
Después de dicho tiempo se encontraban fibres para entrar en cual­ dente ha de pasar en la comunidad terapéutica. Por razones económi­
quiera de los otros programas. Las tres diferentes comunidades tera­ cas principalmente y, en parte, en un esfuerzo por atraer a otras per­
péuticas, en combinación, eran capaces de retener el 39% de los clien­ sonas al tratamiento residencial, se han fundado comunidades tera­
tes originariamente asignados; el programa de mantenimiento con péuticas con una duración de tres meses. Las comunidades terapéuti­
metadona el 31%. El compromiso de "30 días concertados" condujo cas a largo plazo demuestran resultados definitivos más favorables, al
sólo a la mitad de los pacientes a los programas que les fueron origi­ compararlas en varios estudios con las comunidades a corto plazo
nalmente asignados. (Aron y Daily, 1974; Coombs, 1981).
Se desconoce en gran medida qué clase de adictos pueden ser trata­
En el estudio de seguimiento tras un año se advirtió que todos los dos con efectividad en comunidades terapéuticas a corto plazo, y hace
grupos, incluso el de no tratamiento, habían mejorado. Los clientes del falta una mayor investigación. Una impresión clínica es que los adic­
MM y del TC que habían permanecido más de 50 días en tratamiento tos a un estilo de vida 'yonki' y aquellos con antecedentes criminales
consumían significativamente menos opiáceos. Los clientes del MM requieren un tratamiento terapéutico en comunidad a largo plazo y
no se diferenciaban del "grupo de no tratamiento" en el consumo de que los adictos con otra identidad aparte de la de adicto, tales como los
otras drogas ilegales, mientras que los clientes del TC consumían que tienen empleo y una familia que los apoye, pueden ser tratados
menos. Los cl ientes del TC que estuvieron menos de 50 días no se dis­ con efectividad en comunidades terapéuticas a corto plazo. Para adic­
tinguían, en el consumo de otras drogas, de los "grupos de no trata­ tos de la call e, la admisión en una comunidad terapéutica a largo plazo
miento". Los clientes del MM y el grupo TC con una permanencia parece resultar más económica que repetidas admisiones en progra­
mayor eran los que más probablemente conseguían empleo o asistían mas de corto plazo.
a centros educativos, y los que menos probablemente eran encarcela­
dos o condenados por crímenes serios, comparados con los c lientes de
no tratamiento (Bale y otros, 1980). Sustitución del abuso de droga por el del alcohol
Las tres comunidades terapéuticas de este estudio fueron compara­ tras el tratamiento
das entre sí en un seguimiento de dos años. Clientes de dos de las tres Al alcohol se le suele considerar, por lo común, precursor del con­
comunidades terapéuticas, una comunidad con equipo profesional en sumo de opiáceos y, además, como adicción sustitutiva, entre adic­
un hospital y una comunidad de iguales con equipo profesional de tos recuperados de los opiáceos. En la mayor parte de las comuni­
adictos recuperados, encontraban trabajo o asistían a centros educati­ dades terapéuticas en la fase de reinserción del programa, se conce­
vos con mayor probabilidad que el grupo que sólo se desintoxicaba, y dían los llamados privilegios del alcohol a los clientes en tratamien­
se comprobó también que eran condenados por crimen con menor to. Formaba parte de la rehabilitación el que fueran capaces de
probabilidad, todo ello de manera significativa. La tercera comunidad manejar el consumo de alcohol. Sin embargo, ocurría en muchos
terapéutica, un programa ecléctico con empleados tanto profesionales casos que los residentes no podían manejarlo. Dicha razón movió a
como para-profesionales, no difería en ninguna variable importante muchas comunidades terapéuticas a posponer el uso del alcohol al
del resultado del grupo de los "sólo desintoxicados". Los dos progra­ período posterior a su graduación, lo cual originaba aún mayores
mas más exitosos, si bien distintos en estructura y estilo, eran consi­ dificultades al consumir alcohol sin un programa de apoyo.
derados por sus residentes como de mayor claridad, orden, control de Algunos programas decidieron abogar por la abstinencia del alco­
equipo y orientación hacia los problemas personales que el programa hol, de por vida, para todos los residentes, incluidos los adictos
ineficaz. Otra diferencia consistía en que los programas más exitosos recuperados del equipo. Otros programas introdujeron en su pro­
implicaban a los familiares de los residentes, uno en grupos de tarde. grama de reinserción un período de aprendizaje, respecto al alcohol.

178 179
para aquellos residentes que no tuvieron problemas anteriores rela^fl tancias. Su estatus positivo de éxito era confirmado por la ausencia de
cionados con éste. ¿ I criminalidad y por el éxito en el empleo. Puede apreciarse el uso de
En los datos de seguimiento de 1.409 personas del estudio DARP í ; estas sustancias en un contexto social.
Simpson y Lloyd (1978) hallaron una evidencia que sugería una susÜ-"S| | Respecto a la cuestión de la sustitución química, la investigación de
tución del alcohol por drogas opiáceas en una pequeña proporción dé® De León indica que los grupos de a lcohol y marihuana primarios ape­
la muestra total (menos del 10%). Las personas que no retornaron alO nas mostraban evidencia de algún cambi o a los opiáceos o a otras dro-
tratamiento después de la terminación del DARP consumieron menos ' I ; gas. La mayoría de los que abusaron de opiáceos alcanzaron la absti­
opiáceos, pero el c onsumo de alcohol era ligeramente más alto que eíí W nencia de sus drogas primarias, pero aumentó, en cambio, el consumo
las que volvieron a entrar en el tratamiento. El uso de marihuana yM de alcohol. Los que abusaron de no opiáceos (poli-consumidores)
otras drogas no opiáceas tendía también a asociarse con porcentajes®! mostraron un aumento en el consumo de bebidas alcohólicas con una
más altos de bebida. En otra muestra S impson y Lloyd (1981) hall aron íá frecuencia ordinaria de tres veces por semana. No hubo graduados
una evidencia de sustitución en el 13% de la muestra. Los otros hallaz­ que manifestaran haber entrado en tratamiento alguno de droga o
gos fueron confirmados. Ya que un mayor exceso de bebida tras el tra­ alcohol (De León, 1987). Así pues, se comprobó que no existe base para
tamiento DARP estaba asociado con otro exceso antes del mismo tra­ la hipótesis de la sustitución, al no poderse detectar cambio alguno en
tamiento, la tendencia al abuso del alcohol puede interpretarse como el abuso serio de alcohol entre quienes habían experimentado una
una vuelta a un viejo problema más que como una alternativa al uso recuperación exitosa de la adicción a drogas. Las dificultades con el
de la heroína u otros opiáceos. alcohol pueden haber sido adquiridas algún tiempo después del trata­
miento terapéutico en comunidad, lo cual se veía indicado por la sig­
Con el fin de investigar la posibilidad de una sustitución de la droga nificativa disminución entre los que no tomaban bebidas alcohólicas
por el uso del alcohol tras el tratamiento. De León (1987) analiz ó una en el período de post-tratamiento. El uso de alcohol puede no consti­
muestra de residente s entre 1974-75 en lo relativo al cambi o de droga tuir una nueva adicción, pero hace referencia a antiguos modelos
por otras primarias, en un seguimiento de dos años. De los que abu­
negativos de afrontamiento (De León, 1987).
saron de los opiáceos originales, más del 79% estaban abstinente s. No
Los resultados para drogadictos de comunidades terapéuticas libres
hubo virtualmente uso alguno de no opiáceos. El uso de marihuana
de droga son por lo general más favorables si se los compara con los
y/o alcohol se había incrementado considerablemente, en general
centros de tratamiento para adictos. Armour (1976) descubrió en un
hasta una frecuencia de 1 a 3 días por semana. El número de los no í- estudio multi-centro que menos del 25% de los pacientes se habían
consumidores de alcohol en este grupo había disminuido de un 54,4%
abstenido de alcohol durante el último medio año antes del segui­
en pre-tratamiento, a un 18,2% en post-tratamiento. Los graduados
mostraban la diferencia mayor ( del 73% en pre-tratamientó a un 5,3% 7’ miento a los 18 meses. Cuanta más terapia recibían tanto mejores
resultados obtenían. También la asistencia ordinaria a AA indicaba la
en post-tratamiento). La proporción global del uso diario fue, sin
probabilidad de alteraciones. Costello (1975), en un análisis de 58
embargo, baja. El uso diario pre-tratamiento/post-tratamiento no se
estudios, halló que al año, tras el tratamiento, había fallecido el 1% de
incrementó significativamente (los que abandonaron el 14,3%-11,5%;
los antiguos alcohólicos, el 53% seguían con su problema de bebida y
los graduados el 5,3%-10,5%). En el grupo de los que abusaron prima­
el 25% no la probaban; del 21% no se sabía su paradero en el segui­
riamente del alcohol, más del 26% se abstenían del mismo e n el segui­
miento. El uso diario experimentó una caída del 63,2% al 36,8%. Se miento.
hacía relativamente poco uso de drogas (opiáceos, no opiáceos o
marihuana) antes o después del tratamiento. Entre los que abusaron Investigación sobre el resultado en Europa
en un primer momento de no opiáceos y entre los que abusaron de la
marihuana, se experimentó un descenso significativo del uso diario El departamento Lien del Hospital psiquiátrico Dikemark ha sido
del alcohol (del 20,7% al 6,9% y del 63,2% al 36,8% respectivamente). una de las instituciones de Noruega en que se intentó elaborar un tipo
En el estudio de De León se advirtió que el uso de alcohol anterior Henderson (Maxwell Jones) de comunidad terapéutica para el trata­
al tratamiento suponía un predictor pequeño pero significativo del uso miento de jóvenes drogadictos. Vaglum y Fossheim describieron algu­
posterior que se haría de él. Aproximadamente el 30% de los tratados nos resultados de la evaluación de este programa. El plan era evaluar
exitosamente que abusaban de opiáceos, tomaron alcohol o marihua­ el tratamiento de los primeros 100 jóvenes drogadictos. A medida que
na más de tres veces por semana durante casi un mes en el segui­ pasó el tiempo tuvieron lugar tres cambios radicales en el programa.
miento, si bien no aparecía virtualmente indicado el uso de otras sus- Las distintas fases, denominadas Lien I, II y III, fueron comparadas en

180 181
fef ■

cuanto a los resultados de los residentes admitidos y tratados en las responsabilidad de que no hubiera drogas en el programa. Se asistía
tres mencionadas fases. 1 T) 1 a muchos de ellos con terapia individual y de familia. En ambos gru­
Lien I ofrecía terapia de grupo, ninguna terapia individual niÉt pos parecía que se les facilitaba un tratamiento exitoso cuando el
paciente intentaba entablar una relación relativamente segura con los
familia. El equipo de este período consideraba a sus pacientes cófríp
descuidados por sus padres y por la sociedad; no existían delimitacW
nes estrictas, muchos se escapaban del programa y se daba un abuso
■fe terapeutas, con los amigos y la familia. Según informaron los investi­
gadores, muchos de los residentes decían: "Drogas, eso es lo que se
considerable en el consumo de droga durante el tratamiento. En LiS necesita cuando estamos faltos de personas" (Vaglum y Fossheim,
II el programa estaba más estructurado; se añadía educación y afteú 1980).
care. El equipo introdujo grupos de confrontación individual y de IRj-, Las primeras comunidades terapéuticas, basadas en la filosofía de
familia. Diariamente se convocaban reuniones de comunidad y se con­ E-fe- autoayuda de las comunidades terapéuticas americanas, fueron fun-
frontaba el comportamiento criminal en grupos ad hoc. Al consumo de tHSÉdadas en Inglaterra. Ogborne y Malotte dirigieron una investigación
drogas seguía un despido inmediato. El paciente, no obstante, podía > de los primeros 100 residentes admitidos en la casa fundada en Lon-
volver, bajo contrato, dos semanas después. En dicho período, los resi­ i dres el año 1970 (Ogborne y Malotte, 1977). En su estudio de segui-
dentes empezaron a tomar responsabilidad respecto al programa y al |¿- miento fueron obtenidas 87 entrevistas personales de estos 100 resi-
control de consumo de droga. En Lien III muchos del equipo se inar- f ■ dentes al menos seis meses después que dejaran el programa. Menos
charon por varias razones. El ambiente mostraba una menor confron- t del 10% habían completado el programa entero; el 30% de todas las
tación. Había una terapia individual, y una mayor preocupación y f personas admitidas no mostraban ningún uso de drogas, o bien sólo
apoyo que en otras fases por parte del equipo a pacientes psicóticos y £_ esporádico, lo cual estaba positivamente relacionado con el empleo, y
casi psicóticos. La mayoría de los pacientes recibía terapia individual i ‘ ninguna retención criminal. Había un 17% que se abstuvieron de usar
y de familia. Un cuarto grupo de clientes en la investigación recibía fe drogas psicoactivas, excepto alcohol (esto se confirmó mediante prue-
otro tratamiento además de la comunidad terapéutica. Los clientes dé jfe:? bas de orina). Todos ellos habían permanecido algo más de un mes,
la muestra que fueron entrevistados en el estudio de seguimiento fe mientras que la menor probabilidad de permanencia de un mes la
(96%) no mostraban diferencia alguna estadísticamente significativa tefe tenían los que se inyectaban regularmente; 9 de los 11 que se abstenían
en sus antecedentes, excepto en el bajo estatus social y económico, que fe” habían completado el programa. De entre aquellos que se abstuvieron,
se hallaba más presente en el sub-grupo Lien II que en los otros. E el 40% había experimentado algunos problemas de alcohol. Los abste-
El último año, antes del seguimiento, no se dio ningún abuso de p mios y los consumidores esporádicos tenían algunas ventajas en el
droga en el 41% del grupo Lien I, el 63% en el Lien II, el 34% en el Lien ¡ campo educativo por encima de las otras personas de la muestra. Los
III y el 38% en el grupo no tratado en Lien. En el grupo Lien II sólo el efectos positivos sobre el uso de droga se vio que estaban altamente
15% había consumido droga o fallecido el año anterior al seguimiento, relacionados con la duración de su estancia en el programa, habién­
mientras que en los otros grupos alrededor del 30% las habían estado dolo completado o no.
consumiendo excesivamente. Cuando se los compara, la diferencia en En una inve stigación más reciente en el programa de Phoenix House
los resultados de aquellos que se estaban inyectando drogas antes de gfe de Londres, se midieron los cambios en la autoestima durante la
su admisión es todavía más relevante: el 70% dejaron el abuso de estancia en la comunidad terapéutica. Los sentimientos negativos
droga en los grupos Lien II, mientras que en los otros tres grupos era sobre sí mismos se consideraba que entrañaban un factor importante
tan sólo de alrededor del 30%. Los pacientes que habían consumido de riesgo para el abuso de droga. En una de las tres comunidades tera-
drogas psicodélicas, sin embargo, fueron los que menos mejoraron en L péuticas se comprobó una ganancia del 94%, en comparación con un
el grupo Lien II y obtuvieron los mejores resultados en el grupo Lien 25% en las otras dos del programa. La comunidad terapéutica con un
III. Así pues, los distintos grupos de drogodependientes obtuvieron la resultado más favorable gozaba de un porcentaje más alto de reten­
mejor ayuda en distintos programas terapéuticos. A los que antes ción, de un programa más estable, de menos reuniones de grupos de i
habían abusado de drogas psicodélicas, que con frecuencia eran psi­ encuentro, y dedicaba más tiempo a actividades prácticas y a un i
cóticos o casi psicóticos, les fue mejor en un ambiente de apoyo con aprendizaje de habilidades sociales (Kaye, 1987). Los citados resulta­
delimitaciones claras en combinación con una terapia psicodinámica dos sustentan los hallazgos de Biase en Daytop Village de Nueva York,
individual y con terapia de familia. A los no psicóticos que habían en que la disponibilidad de educación durante la estancia en la comu­
abusado de opiáceos y estimulantes centrales se les ayudaba mejor en nidad terapéutica está relacionada con un incremento de la auto-esti­
un ambiente de más confrontación en que ellos mismos asumían la ma (Biase, 1986).

182 183
Wilson y Mandelbroke compararon los promedios de condenados drogas tres años. Cuanto más tiempo habían avanzando las personas
de los 61 primeros residentes admitidos a la Ley Community de en los estadios del programa, al dejarlo, tanto más cortos habían sido
Oxford durante los dos años anteriores y los dos años posteriores a su sus períodos de recaída (Ber nath, 1978, citado por Uchtenhagen, 1985).
alta. Los residentes estaban divididos en tres grupos: un grupo de En el programa de la Daytop alemana, Lutterjohann encontró una
corta estancia (menos de un mes), un grupo de estancia media (entre 1 correlación entre la finalización del programa y la abstinencia según
y 6 meses) y un grupo de larga estancia (6 meses y más). En la pre­ auto-informes. Indicó, también, la utilidad de la Terapia Racional Emo­
admisión, los tres grupos no diferían entre sí en las características his­ tiva dentro de las comunidades terapéuticas a fin de prevenir recaídas
tóricas. Mas del 80% de cada grupo tenía una historia de abuso de (Lutterjohann, 1984).
opiáceos. El grupo de larga estancia había experimentado un descen­ En Italia, los primeros 203 clientes admitidos entre 1975 y 1984 en la
so en las condenas del 60% al 10%, el grupo de estancia media del 70% comunidad terapéutica Casa Verde de Milán fueron incluidos en un
al 40% y el porcentaje del grupo de corta estancia no había cambiado, estudio de seguimiento (Gori y otros, 1984). El programa había mos­
sino que continuaba en el 57% (Wilson y Mandelbroke, 1978). trado tres estadios de desarrollo en los 10 años del estudio, durante los
Wilson y Mandelbroke repitieron la investigación 10 años después cuales el tiempo entre el primer contacto y la admisión en la comuni­
del alta. Se intentó buscar el paradero de sesenta de las 61 personas; dad terapéutica se extendió desde las dos semanas, en la fase inicial del
seis habí an fallecido; cuatro del grupo de corta estancia habían muer­ programa, hasta unos 6 meses en la fase más tardía. En el último esta­
to debido al abuso de drogas, una del grupo de estancia media por dio los grupos no residenciales de psicoterapia formaban parte del pro­
causas naturales, y una del grupo de larga estancia por suicidio. Sólo grama antes de la admisión. A medida que avanzaba el tiempo antes de
tres del grupo de larga estancia, compues to de 20 personas fueron con­ la admisión, el porcentaje de los que abandonaban pronto (abandono
denadas de nuevo durante el período de 10 años (15%), en compara­ antes de un mes) en la comunidad terapéutica se vio reducido del 40-
ción con el 70% en el grupo de estancia media y el 85% en el grupo de 50% al 4%. El porcentaje de los graduados había subido al 50%. No
corta estancia. Los hallazgos eran extremadamente prometedores al hubo cambio significativo en la retención de los que abandonaron pre­
compararlos con un seguimiento de 10 años a pacientes de una clínica maturamente el programa entre un mes y su finalización. De los que
de drogas en Londres (el 83% condenados de nuevo) (Gordon, 1973). abandonaron, del 10% no se pudo saber su paradero en el estudio de
En el seguimiento podían incluirse entrevistas del 90% del mismo seguimiento en un mes, el 17% podía considerarse plenamente resta­
grupo de clientes. Se llevaron a cabo las entrevistas entre los 2 y 4 años blecido teniendo en cuenta factores tales como el uso de heroína, pri­
después de haber dejado la comunidad. La recaída, inyectándose sión preventiva, readmisión en la comunidad terapéutica para su tra­
droga regular o irregularmente, estaba en correlación con la duración tamiento, en comparación con el 34% de los que lo dejaron entre un
de la estancia en el programa (Wilson, 1978). mes y la graduación y el 70% de los graduados (Capitanio, c.s., 1985).
Deissler publicó el año 1981 resultados de evaluación provenientes De la comunidad terapéutica Phoenix House de Oslo, Noruega, en un
de Aebihus, una comunidad terapéutica de Suiza basada en los con­ estudio sobre sus residentes, fueron s eguidos 144 durante su estancia en
ceptos de Synanon. Durante un período de observación de 6 años, el el programa. El 30% permaneció más de un año y el 20% acabó el pro­
54% de los residentes abandonaron prematuramente. Ochenta de los grama completo. Se advirtieron diferencias significativas entre los que
100 graduados pudieron ser entrevistados de un mes a cinco años des­ lo abandonaron y los que lo completaron. Entre los que lo completaron,
pués de dejar el programa. Sólo el 6% eran abstemios totales, el 21% había más varones, más personas que usaban anfetaminas con alta fre­
habían recaído en el uso de opiáceos; los otros habían consumido alco­ cuencia y alcohol con baja frecuencia antes de su admisión. Tenían, ade­
hol y drogas blandas, tales como cannabis, esporádica o regularmen­ más, menos rasgos esquizotípicos que los que abandonaron (Ravndal y
te. Sin embargo, el 70% se ganaban la vida, el 85% tenían más o menos Vaglum, 1991). En un estudio aparte, se hizo un seguimiento a una
empleo regular, mientras que el 20% habían estado de nuevo involu­ muestra representativa de mujeres adictas del programa de Phoenix
crados en alguna actividad criminal (Deissler, 1981, citado por Uchten- House, que todas menos una habían completado, dos meses después
hagen, 1985). También Bernath hizo un estudio en Suiza de un pro­ del mismo. Todas las mujeres del grupo no exitoso habían establecido
grama en que un equipo no profesional no retribuido, en parte con su relaciones destructivas con los residentes masculinos, mientras que nin­
familia, vivía con un pequeño grupo de adictos en una comunidad de guna de las exitosas siguieron est as pautas. Se repitieron con los com­
unas 25 personas en total. Diecisiete de los 25 adictos a los opiáceos pañeros y la pareja las mismas relaciones que se tenían con los padres
fueron visitados después de que dejaran su comunidad. Aunque el (Ravndal y Vaglum, 1992). En otro estudio, 15 clientes VIH-positivos de
70% había recaído una o más veces, el 47% había estado sin consumir Phoenix House, Oslo, fueron investigados en un seguim iento de cuatro

184 185
años tras el comienzo del tratamiento. La mitad de los residentes VIH- 78% de los programas para la juventud), el 22% de los padres tenían
positivos completaron el tratamiento residencial, en comparación con problemas de alcohol, el 22% no tenían contact o alguno con la madre,
sólo el 27% de los residentes VIH-negativos. Sin embargo, la tasa dá8 el 45% no lo tenían con el padre. De los drogadictos, el 39% usaban
finalización de todo el programa, incluyendo la fase de reinserción principalmente cannabis. Las drogas dominantes de los otros eran
residencial, fue bastante similar a la de los clientes VII I-negativos (el anfetaminas: el 46%, opiáceos: 18%, otras drogas: 6%. Los porcentajes
20% contra el 19%). De los clientes VIH-positivos, a los cuatro años de :íl sólo para adultos eran: cannabis: 26%, anfetaminas: 47% y opiáceos:
O
seguimiento habían fallecido tres, de los 13 restantes tan sólo una per- 22%. De los 560 clientes seleccionados en el estudio de seguimiento,
sona no estaba consumiendo drogas, los otros habían recaído, a dos se 31 fueron entrevistados 448; 112 faltaban, de los que 11 habían muerto. El
les había diagnosticado sida. No se había producido relación alguna -íl promedio de respuesta fue el 80%. Fueron entrevistados 12 meses des­
entre el tiempo en el programa y el éxito (Ravndal, 1992). Este estudio ’i pués de que dejaran el programa. El 35% de los jóvenes y el 36% de los
aunque los números son pequeños, cuestiona lo deseable que sería tener S adultos jamás habían consumido drogas. Otro 12% de los jóvenes y el
programas de tratamiento para adictos VIH-positivos por dirigirse 16% de los adultos sí las habían consumido, pero se mantuvieron sin i
j'
mejor a sus necesidades. Un amplio proyecto de investigación, llamado 3Í tomar droga durante los últimos 6 meses antes de la entrevista.
el Swedate Project, se inició en Suecia el año 1988. Es una combinación 3 Muchas personas entrevistadas habían estado bebiendo en exceso. De
de evaluación, de proceso y de resultado; se hallaban implicados 31 >3 todos los abstinentes durante los seis meses antes de la entrevista, el
programas diversos, incluidas 8 comunidades terapéuticas para jóvenes 5% de los jóvenes y el 16% de los adultos habían estado bebiendo dia­
y 16 comunidades terapéuticas para adultos. Fueron recogidos datos H riamente más de 40 gramos de alcohol.
completos de entrada de 1.164 clientes, de entre los cuales fueron incluí- < Los programas de las diversas comunidades terapéuticas se halla­
dos en el estudio de seguimiento 570 clientes elegidos al azar. Hubo una 1 ban divididos en grupos, con filosofías y programas de tratamiento
íntima cooperación entre los investigadores y el equipo de tratamiento similares. Los programas sin unidad entre la filosofía y la práctica del
de los distintos programas durante el proyecto de investigación. A fin momento, o con ideas conflictivas entre el equipo, fueron introducidos
de poder describir las diversas filosofías y objetivos de los programas, ¡
en uno de estos grupos. El último grupo mostraba, en conjunto, los
se entrevistó no sólo a los directores, sino también a todo el personal K
resultados más pobres. Pero lo que resulta interesante es que entre los
implicado en el tratamiento.
grupos más homogéneos había una vasta diferencia en el resultado L
S:
definitivo, con variaciones, por ejemplo, desde 64 a 0 en el grupo de
Las comunidades terapéuticas eran principalmente de dos tipos: programas terapéuticos para adultos con un enfoque ambiental tera­
péutico, basado en una filosofía humanística . La mayoría de estas uni­
— Programas con base en la terapia ambiental de Maxwell dades empleaban el T.A. (análisis transaccional) como método princi­
Jones, con una estructura democrática no jerárquica en pal de tratamiento (Stensmo, 1988; Bjórling, 1986, 1989; Segraeus,
la que equipo y clientes participan de las responsabili­ 1986).
dades de la comunidad. Se veía la adicción como sínto­ La investigación del Swedate Project encontró una correlación entre
ma de trastorno psicológico y social, y el medio princi­ el tiempo en tratamiento y un resultado positivo. De todos los clientes
pal para resolver el problema adictivo era la psicotera­ en el estudio de seguimiento, el 51% no indicaba ningún uso de dro­
pia.
gas un año después del tratamiento. A las mujeres les fue un tanto
— El otro tipo se fue desarrollando al modo de las "Hassela mejor que a los hombres. Algunos, sin embargo, seguían un patrón de
pedagogics", comunidades inspiradas en el educador
ruso Makarenko. Los adictos venían a ser jóvenes no
í® excesiva bebida o uso frecuente de benzodiacepinas. Con criterio muy
estricto (nada de drogas, poco alcohol y ninguna benzodiacepina)
socializados que exhibían normas y valores destructores :'.yí hubo un 37% de casos con éxito. Solamente el 10% no tenía problemas
para la sociedad que les rodeaba. El tratamiento está basa­ de droga, sin recibir cuidado alguno institucional forzado, y se halla­
do en la reeducación, empleando las normas tradicionales ba socialmente integrado sin tener necesidad de apoyo social autori­
de una familia sana. Dichos programas están inspirados zado o pensión tras el tratamiento. En el grupo más exitoso, fueron
en una ideología política socialista. comparadas las personas con las del peor grupo, cuyo resultado fue 3
negativo en todos los criterios de éxito. En las variables históricas se
Merece la pena mencionar aquí algunos de los hallazgos de las comprobó que sólo los factores de familia en la niñez temprana eran
admisiones: el 61% de los adictos provenían de familias deshechas (el significativamente diferentes. El peor grupo tenía más separaciones

186 187
tempranas de sus padres y admisiones en hogares de niños. En el peor y otros, 1989). Tras una crisis, se abrió un centro de desintoxicación, y
grupo había habido más padres con problemas de abuso de alcohol y el promedio de los que abandonaban pronto la comunidad terapéutica
de otras sustancias y con problemas m entales. Del grupo peor el 93% De Spiegel descendió, tanto para los residentes admitidos desde su
estaba sin empleo al momento del ingreso, contra el 54% del grupo de centro de desintoxicación como para los residentes admitidos directa­
los mejores. Del grupo de los mejores, en el 57% de los casos se planeó mente en la comunidad terapéutica (Vandenbroele, 1991).
su alta, del grupo de los peores sólo el 8%. En vista de la muestra total, En un estudio piloto dentro de la comunidad terapéutica Emilie-
se comprobó que la perspectiva del equipo era una buena predicción hoeve de Holanda, materia de la presente investigación, Kooyman
del resultado del tratamiento. El buen clima en el tratamiento, dentro encontró un aumento llamativo en el potencial de retención una vez
del equipo, se vio que estaba también en relación con los resultados que el programa hubiera experimentado un cambio de comunidad
positivos del mismo (Segraeus, 1992). Existía una correlación negativa terapéutica democrática a un programa claramente estructurado
entre el resultado exitoso y el porcentaje de los miembros del equipo (Kooyman, 1975a). Describía, además, los prometedores resultados
ex-adictos. Los investigadores sacaron la conclusión, además, de que finales de un número de personas presentes un día concreto dentro de
un estudio empírico que empareje los pacientes al tratamiento es casi la comunidad terapéutica Emiliehoeve; el .50% de los 23 residentes no
imposible debido a l a interacción compleja en el interior, y entre clien­ había recaído en el abuso de drogas o en una conducta criminal y tam­
tes, del tratamiento (Berglund y otros, 1991).
poco había sido admitido a un hospital psiquiátrico al tiempo de su
En un estudio de los primeros 40 residentes de la Comunidad Te­ entrevista para el seguimiento (Kooyman, 1985b).
rapéutica De Kiem en Bélgica, se contactó con 33 un año después de su En un estudio sobre drogadictos admitidos en Breegweestee, una de
admisión, 11 estaban todavía en tratamiento y 22 habían abandonado. las comunidades terapéuticas de la New Hoog Hullen Foundation,
De los últimos, el 38% habían vuelto a cometer un intento de suicidio, el modelada tras Emiliehoeve, no se encontró ninguna diferencia signifi­
50% había sido admitido en un hospital psiquiátrico y el 25% tenía pro­ cativa en las variables históricas, ni en la historia de drogadicción,
blemas con la policía. Sin embargo, una cuarta parte de los que abando­ entre el grupo que fue admitido y el grupo tratado en un programa
naron habían permanecido sin consumir droga (Broekaert, 1981). ambulatorio. Dicho hallazgo contradice las suposiciones de que las
Durante los primeros seis años de la Comunidad Terapéutica De Sleutel, comunidades terapéuticas tratan a un número de personas sumamen­
en Bélgica, el 70% de los residentes que habían sido admitidos se habí­ te selectas (Van der Velde y Jongsma, 1985). En la misma fundación se
an ido dentro de los primeros cuatro meses de estancia (Maertens, 1982). modeló una comunidad terapéutica para alcohólicos según la comu­
En una investigación de una comunidad terapéutica similar de nidad terapéutica jerárquica Breegweestee, la cual sólo admitía origi­
Bélgica, De Spiegel, encontró lo siguiente: los residentes que habían nalmente a drogadictos. Un proyecto de investigación comprobó que
permanecido al menos 30 semanas indicaban un claro descenso en el este modelo jerárquico era también efecti vo para alcohólicos. Un estu­
uso de drogas legales e ilegales, un descenso en prisión preventiva y dio de seguimiento llevado a cabo entre clientes de la New Hogg
en cuestión de admisión en un centro residencial de tratamiento. Dicho Foundation incluyó a 881 clientes (638 de ellos alcohólicos), admitidos
resultado positivo se hallaba relacionado con el hecho de tener un tra­ todos ellos en la clínica de desintoxicación. Desde allí se les envió a
bajo. De los 128 residentes de este estudio, el 17% estaba todavía en el una de las dos comunidades terapeúticas, a una corta estancia en un
programa después de 52 semanas. La relación varón/mujer era programa residencial, a un programa ambulatorio de tratamiento o a
77/23%, el 53% había abusado principalmente de opiáceos, el 30% de otro tratamiento residencial en otro lugar. La información del estudio
alcohol, el 16% de anfetaminas u otras drogas. En este grupo las per­ de seguimiento fue recogida a los 8 meses, a los 18 meses y a los 30
sonas comenzaron a usarlas un promedio de 4 años antes de la admi­ meses, empleando un cuestionario que debía ser devuelto. El segundo
sión; el 60% fue entrevistado en el estudio de seguimiento: quienes no seguimiento daba un 53% de respuestas: el 69% no había abusado del
respondieron no eran estadísticamente diferentes. Al año de dejar el alcohol durante el tiempo de este seguimiento. El resultado definitivo
programa, el 19% no había consumido ninguna droga. No había dife­ positivo se hallaba en relación con las bajas puntuaciones de trastorno
rencia entre los que abandonaron pronto (menos de 8 semanas), los de psiquiátrico al tiempo de su admisión, con una clase social más alta
estancia media (entre 9 y 30 semanas) y los de largo plazo (más de 30 económicamente y con un menor egocentrismo. En cuanto a los dro­
semanas). Pero, cuando los ex-residentes recaían, bien sea en el consu­ gadictos, la criminalidad seria estaba relacionada con un resultado
mo del alcohol o en drogas blandas o duras, los de largo plazo las usa­ más pobre. Los ex-residentes de ambas comunidades mostraban la
ban durante períodos más cortos, mientras que los que abandonaron mayor mejora, especialmente entre los que se habían graduado en los
pronto, o las dejaban o recaían y continuaban usándolas (Vandebroele programas. Si se los compara con los pacientes tratados en el progra-

188 189
ma de ambulatorio, los residentes de las comunidades terapéuticas
habían mostrado más problemas en su admisión. Los resultados más
pobres se encontraron en el grupo que había recibido otro tratamiento
residencial que el de las dos comunidades terapéuticas (Van der Velde
y otros, 1989). La variable de tratamiento más importante relacionada
con un resultado exitoso era la duración de su estancia en el trata­
miento (Schaap, 1987).
En el Jellinek Center se estudió el efecto de los cambios en el pro­
grama sobre retención. Dos comunidades terapéuticas (Parkweg
Binnen y Buiten) presentaban programas similares hasta el año 1983.
La Comunidad Terapéutica Parkweg Binnen acortó la duración de su Capítulo 10
programa en la comunidad terapéutica de 9 a 5 meses. La otra
Comunidad Terapéutica Parkweg Buiten, mantuvo su duración hasta
los 9 meses. También desde el año 1983, se inició una red de trata­
miento con las personas en la lista de espera (en ese tiempo de 3 a 6 La historia de Emiliehoeve:
meses) incluidas reuniones de grupo de los adictos y grupos de Del caos a la estructura
padres. Los grupos de padres procedieron mediante fases diversas
paralelas al tratamiento del cliente. Los clientes que dejaron la comu­
nidad terapéutica fueron divididos en dos grupos: los que abandona­
ron y un grupo exitoso, según el tiempo transcurrido en la comunidad
terapéutica y las valoraciones de los terapeutas. No hubo seguimiento Cuando se fundó Emiliehoeve el 14 de febrero de 1972, se veía la
que evaluara su eficacia después de que se hubieron ido los residentes necesidad, en la ciudad de La Haya (Holanda), de un centro en que
del programa. En el grupo exitoso había estadísticamente más varo­ pudieran ser tratados los drogadictos que deseaban dejar su adicción.
nes, más personas con una educación más alta, de un nivel profesional Existía un pequeño programa de mantenimiento con metadona para
más alto, más personas remitidas de otras instituciones de tratamien­ adictos a opiáceos en una clínica no residencial, pero en ese período la
to, personas que duraron en la adicción más tiempo y personas que mayoría de los adictos usaban anfetaminas como droga principal. La
abusaron menos de drogas farmacéuticas. Entre los que se marcharon heroína no se encontraba, por entonces, disponible en el panorama de
(el 32%) había más personas que no permanecieron con sus padres tras la droga. Los adictos a opiáceos consumían opio obtenido principal­
dejar el programa, que entre el grupo exitoso (el 11%). De las personas mente por medio de la comunidad china de Amsterdam. Dicha comu­
que continuaban en las comunidades terapéuticas más de un mes, el nidad había mantenido durante décadas a un pequeño grupo de con­
75% del grupo exitoso tenían padres que asistían al menos a un grupo sumidores de opio. Tan sólo una vez que la policía consiguió reprimir
de padres, frente al 58% del grupo de los abandonos. Los residentes a los vendedores chinos de opio, fue cuando otros traficantes introdu­
cuyos progenitores asistían a grupos de padres, se hallaban divididos jeron la heroína en el mercado de drogas de Holanda (Kooyman, 1984).
en los de corta estancia (menos de un mes) y en los de larga estancia Cuando los consumidores de anfetaminas se volvían psicóticos
(más de un mes). L os porc entajes eran del 58% y del 77% respectiva­ eran con frecuencia admitidos en un hospital psiquiátrico. En estos
mente. Antes de que se introdujeran grupos de padres, el porcentaje hospitales solían aprender a combinar sus drogas con las recetadas
de los de corta y larga estancia entre todos los residentes había sido del
para ellos, traídas de la farmacia o pedidas prestadas a sus compa­
49% y del 66%. Estas diferencias resultaron significativas estadística­ ñeros internos. Los programas de tratamiento no residenciales de
mente. En este estudio piloto pudo demostrarse una reducción en el los centros de adicción, al igual que los de las clínicas de trata­
número de los que abandonaban tras la introducción de grupos de miento de droga residenciales (es decir, la Parkweg Clinic del
padres en el período en que se veía a los clientes antes de que entraran Jellinek Center de Amsterdam y la Essenlaan Clinic de The Bouman
a formar parte de la comunidad terapéutica (Nabitz y Hermanides,
Foundation de Rotterdam) o el tratamiento en hospitales psiquiá­
1986).
tricos, no tuvieron éxito a la hora de tratar la adicción. Debido a la
falta de estructura y de reglas estrictas, el consumo de drogas con­
tinuaba tras la admisión en estas clínicas de modelo médico.

190 191
Como ninguna de las posibilidades de tratamiento existentes servía IV. La fase post-profesional (enero 1975 - junio 1976)
para tratar con éxito la adicción a la droga, la comunidad médica sen­ V. La fase de comunidad cerrada (junio 1976 - abril
tía la necesidad de establecer un programa de tratamiento como alter­ 1977)
nativa al programa de mantenimiento con metadona, con una admi­ VI. La fase de integración (abril 1977 - mayo 1980)
sión rotativa en hospitales psiquiátricos o en clínicas de modelo médi­ VII. La fase de programa abierto (mayo 1980 - setiembre
co. En respuesta a dicha necesidad, se fundó Emiliehoeve como una 1981)
comunidad terapéutica para adictos en la que los clientes podían VIII. La fase de programa adulto (setiembre 1981 - años
aprender a llevar una vida sin drogas. Ño se les suministraría meta- 90).
dona, sino solamente tranquilizantes y medicación para el sueño por
un período limitado de tiempo. Después de llevar a cabo un intercam­
bio de terreno con la ciudad de La Haya, se estableció la comunidad Fase I: La fase de comunidad a-terapéutica
en una granja que había formado parte de los terrenos del hospital psi­ (14 febrero 1972 - 13 junio 1972)
quiátrico "Bloemendaal". Inicialmente había sólo 10 plazas para resi­
dentes varones. El día de la apertura de la comunidad terapéutica, el psiquiatra res­
El modelo para la comunidad terapéutica fue extraído de las comu­ ponsable del programa había invitado a todos los conocidos por enton­
nidades terapéuticas para pacientes psiquiátricos, propuesta de acuer­ ces que trabajaban en el campo de la adicción en H olanda. Habló a la
do con las ideas de Maxwell Jones (Jones, 1953). La responsabilidad se audiencia escéptica de que Emiliehoeve sería el primer centro de
iba a compartir entre el equipo y los resident es, y el objetivo a alcan­ Holanda en que a los adictos se les tratara con éxito. Este pronuncia­
zar sería una re-socialización mediante un aprendizaje por interacción miento, por supue sto, atrajo algunas observaciones cínicas por parte del
social. Aunque Emiliehoeve estaba emplazada dentro de los locales de auditorio. Había invitado a un colega, que recientemente había visitado
un hospital psiquiátrico, el equipo partía del modelo médico. Pronto una comunidad terapéutica en Nueva York, para presentarle la aplica­
se vio de manera evidente que el sistema democrático no funcionaba ción de los grupos de encuentro en las comunidades terapéuticas ame­
para el personal admitido en la comunidad terapéutica. La comuni­ ricanas para adictos. Aquel mismo día fueron admitidos los primeros
dad, de hecho, se volvió anti-terapéutica. Algunos elementos negati­ adictos procedentes de un departamento del hospital psiquiátrico.
vos de entre los residentes se hicieron con el control. Los residentes la Se pensaba que el principal instrumento terapéutico era la terapia de
estaban abandonando prematuramente, por lo que los últimos que grupo. Pero los grupos de Emiliehoeve fueron inicialmente dirigidos
quedaban tuvieron que ser despedidos a causa de su recaída en el con­ según líneas analíticas principalmente, debido a la falta de experiencia
sumo de drogas. del equipo en otras técnicas terapéuticas de grupo. Aparte del psi­
quiatra, había otros dos terapeutas, un psicólogo y su esposa, que
Se fue cambiando el sistema, estructurándolo cada vez más. Se intro­ todavía no había terminado sus estudios de Psicología. Había dos gru­
dujeron conceptos e instrumentos terapéuticos de las comunidades pos de líderes (socio-terapeutas), un terapeuta creativo a tiempo par­
terapéuticas de autoayuda de América. Subsiguientemente, se adoptó cial y un supervisor, también a tiempo parcial, de la granja y activida­
el modelo americano para adictos con un equipo jerárquico y con resi­ des del jardín. No había enfermeros. El equipo de Emiliehoeve pensa­
dentes en régimen estructurado. Finalmente, tras un período en que ba que la "enfermería" venía a ser lo último que necesitasen los adic­
dicho modelo fue aplicado de manera muy rígida, se modificó apli­ tos. En los primeros años, los enfermeros del hospital psiquiátrico
cándosele con más flexibilidad. adjunto dormían por la noche en la comunidad terapéutica. Desde la
tercera fase en adelante, el equipo ya no durmió en la comunidad tera­
El desarrollo de la comunidad terapéutica atravesó 8 fases distin­ péutica. Por las noches y fines de semana hacían guardia los residen­
tas: tes, que trabajaban por parejas turnándose conforme a una lista. Un
enfermero del hospital psiquiátrico hacía de enlace con la dirección del
I. La fase de comunidad a-terapéutica (febrero 1972 - hospital.
junio 1972) A los residentes de la primera fase se les solía admitir después de
II. La fase de confrontación e intimidad (junio 1972 - una estancia de una o dos semanas en el hospital psiquiátrico donde
setiembre 1973) tenía l ugar la desintoxicación. La noche del día de la apertura llegaron
III. La fase de adopción jerárquica (setiembre 1973 - los primeros residentes. Estos primeros eran adictos a anfetaminas
enero 1975) y/o a opiáceos. En una etapa posterior, desde la fase II en adelante, se

192 193
admitieron también alcohólicos si tenían la misma edad que los del todo comportamiento positivo y provechoso mediante cumplidos ver­
grupo (entre 16 y 40 años). bales. Simultáneamente el equipo ignoraba cualquier comportamiento
Cuando se puso en marcha, tras discusiones con los residentes, se autodestructivo y antisocial porque suponían que se acabarían, al no
llegó a un acuerdo sobre las siguientes reglas: prestarles especial atención. Los adictos, durante esta temprana fase
del tratamiento, no respondían a esta orientación psicoterapéutica per­
a. Nada de drogas, incluidas las blandas, como el hachís. misiva, ya que continuamente estaban probando los límites.
b. No salir de los locales sin permiso del equipo. La experiencia de Emiliehoeve indica que, si no existe una inter­
c. Prohibido fumar en los dormitorios. vención terapéutica directa y una fijación de límites consistente por
d. Los residentes se encargarían ellos mismos de la limpie­ parte del equipo, la conducta disfuncional y destructiva continuará
za de la casa. intensificándose. Por ejemplo, cuando un residente arrojó enfadado,
e. Habría controles de orina una vez por semana en días deliberadamente, un vaso de agua al suelo, el equipo permaneció en
elegidos al azar. silencio. Al no recibir queja terapéutica alguna, el residente se hizo
f. Las visitas sólo se podían recibir los miércoles por la más destructivo, no sólo rompiendo vasos sino también arrojando
tarde o los domingos por la tarde. una silla por la ventana. Cuanto más se excedía tanto más se situaba
g. Los residentes deberían tomar iniciativas para planificar en una postura de "no victoria". El equipo estaba anclado en la posi­
el programa de trabajo en la granja. ción reaccionaria de no tener otra opción que expulsarle. Considerado
h. Era obligatorio participar en los grupos de terapia y en este suceso retrospectivamente, se ve, trágicamente, que ni el equipo
otras reuniones de grupo. ni los otros residentes intervenían en él o en otros episodios previos
similares, de modo que lo que empezaba como una conducta de
El grupo inicial de residentes estaba compuesto por diez hombres, acting out relativamente de poca importancia acarreaba consigo la
jóvenes drogadictos que presentaban una historia de uso múltiple de expulsión.
drogas, siendo las anfetaminas su problema principal. Las sesiones en El empeño del equipo por reforzar una conducta positiva y fructífe­
grupos de terapia y las reuniones comunitarias eran las únicas activi­ ra se comprobó ineficaz; conseguía solamente un efecto temporal;
dades obligatorias; las primeras se convocaban tres veces por semana. Cuando los residentes cooperaban y se les felicitaba algún día por su
El equipo les animaba a que trabajasen en el jardín y en casa. Se emple­ contribución, volvían a fallar al día siguiente. No se puede determinar
aba algún tiempo en actividades recreat ivas tales como la pintura, gra­ si este fallo se debía al modelo de tratamiento o porque el residente,
bado en madera y deportes, bajo la guía de un miembro del equipo siendo respetado totalmente por sus iguales, se comportaba con un
contratado a tiempo parcial. Todos los planes eran discutidos por la desafío rebelde. El aceptar la conducta negativa del residente líder
comunidad entera. Las decisiones se tomaban colectivamente por delataba inadvertidamente la incapacidad del equipo para dirigirle.
equipo y pacientes de modo democrático. A todos los residentes, sin Así pues, se convirtió en una poderosa fuerza nociva. El equipo se sen­
consideración a su estatus y tiempo en el programa, se les concedía un tía frustrado y desmoralizado al verse incapaz de controlar y contener
voto. Bastaría una mayoría simple para que se llevara a cabo lo pro­ dicha desorganización.
puesto. Había 10 residentes y 5 miembros del equipo. De entre estos Tuvieron lugar, significativamente, durante este período de tumul­
últimos, dos estaban contratados a tiempo parcial. Los residentes to intentos de suicidio por parte de los residentes, así como abando­
siempre obtenían mayor número de votos para rechazar cualquier nos prematuros. Esto se debió probablemente a la falta de estructura
sugerencia del equipo. Complicaba todavía más e l proc eso e l hec ho de y de influjo terapéutico efectivo. Más aún, utilizando el Modelo
que rara vez el equipo entero podía asistir a las reuniones comunita­ Jones, se determinaba la agenda del día siguiente en la reunión ves­
rias en las que se tomaban las decisiones diarias. La enseñanza explí­ pertina diaria a la que asistían los participantes del programa y los
cita era que "el tratamiento" llegaría a ser una responsabilidad com­ profesionales. Pero, al día siguiente, los residentes no cumplían lo
partida. Actuando, pues, de esta forma, el programa de Emiliehoeve que por acuerdo habían acordado voluntariamente menos de 24
trataba de eliminar la dicotomía "nosotros"-"ellos" entre pacientes y horas antes.
equipo. El presupuesto implícito, que más tarde se comprobó inco­ Cuando se hizo evidente que el Modélo Jones igualitario resultaba
rrecto, era que los adictos, durante su primera fase de tratamiento, menos que efectivo, el equipo decidió intentar un pago simbólico. A
cuando se les ofreciese la oportunidad, tomarían decisiones razona­ los resident es se les podía o bien recompensar o bien castigar dándoles
bles, realistas y juiciosas. El equipo recibió instrucciones para reforzar puntos que al final de la semana serían traducidos en dinero de bolsi-

194 195
lio. Los puntos positivos se podían ganar con un comportamiento' la granja y, en ese momento, descendieron las recaídas
positivo. El negativo traería consigo pérdida de puntos. Este sistemé en un consumo ocasional.
de pago simbólico conllevaba una paga y unos privilegios los fines de e. La cohesión dentro del grupo pareció ser necesaria para
semana. Dicho sistema ayudó a mejorar la situación. El pago simbóli­ obtener de la terapia del programa resultados notables.
co posibilitó al equipo mantener una orientación psicoanalítica, per­ f. A fin de apreciar la eficacia de esta forma de tratamien­
manecer relativamente pasivo e interpretar lo sucedido. La terapia de to, resulta necesario un estudio de seguimiento.
grupo era conducida al modo psicoanalítico tradicional (Adams, 1978-
Wolf y Schwartz, 1962). La atención terapéutica se enfocaba hacia rela­ Al mes siguiente el programa estaba de cambio.
ciones y eventos pasados. Se suministraron interpretaciones de con­
flictos previos. El equipo trató raras veces de conectar el pasado con el Fase II: La fase de confrontación e intimidad
presente. Los conflictos se discutían de modo intelectual. El empeño (13 junio 1972 - 9 setiembre 1973)
de la terapia iba más encaminado a producir insight que a intentar
influir en un cambio de comportamiento. Aunque a los participantes Se decidió no admitir residentes sólo porque hubieran expresado su
del programa se les llamaba residentes, el equipo no se daba cuenta de necesidad de tratamiento. La entrevista que comprobaba la motiva­
que se les trataba como a pacientes. ción de cada residente iban a llevarla a cabo todos los miembros del
A los cuatro meses, los dos residentes que quedaban fueron despe­ equipo de guardia, e n esta fase, y no sólo el psiquiatra. Dos de los resi­
didos por abusar continuamente de drogas. En vista de la evidencia dentes que habían sido admitidos en la fase I fueron entrevistados de
irrefutable de que a ninguno de ellos se le ayudó, el equipo pensó en nuevo y readmitidos.
otras filosofías de tratamiento. El consumo de droga en el cómodo Al contrario de la fase I, en la fase II se admitieron mujeres. Esto tuvo
establecimiento de la granja había sido un mero sustituto de su con­ algunos efectos positivos, tales como una apariencia más casera del
sumo en la calle. Un resultado positivo para el equipo fue la lección ambiente de la casa. Pronto trajo también consigo algunos problemas.
clara de "lo que no se debe hacer"; le sirvió para obtener una idea más La primera mujer admitida acordó que de jaría el há bito de dormir con
precisa de cómo podía llevarse mejor un centro de tratamiento para varios hombres. Sin embargo, a los pocos días siguió con su hábito.
adictos. Esto motivó discusiones en el grupo. Se veía claro que los hombres
tendían a alardear de su éxito con la mujer y que ella mantenía rela­
Tras estos primeros cuatro meses, el equipo sacó las siguientes con­ ciones sexuales para comprobar las reacciones de los otros hombres
clusiones: que realmente le agradaban más. Estaba claro que el sexo usado de
esta forma resultaba destructivo y que se había convertido en juego
a. Los motivos para solicitar la admisión al centro podían narcisista de poder manipulador. Por ello, los residentes y el equipo
ser diferentes al deseo de no consumir droga. Por ejem­ proclamaron una regla de no sexo entre los residentes durante su
plo, quedarse fuera de la prisión, poder pagar sus deudas estancia en la comunidad. Los residentes comenzaron a relacionarse
gracias a las ayudas sociales recibidas tras la admisión, entre sí como hermanos y hermanas. El grupo se convirtió en una
quedarse limpio a fin de emprender un hábito más bara­ familia en que había un compartir e interés mutuos.
to, o continuar usando drogas de vacaciones en el campo. En los primeros meses de esta fase tuvo lugar un cambio importan­
b. Los residentes no admitidos voluntariamente continua­ te en el programa. El psiquiatra y el grupo de terapeutas participaron
ban tomando drogas y daban muestras de una influen­ en un fin de semana maratón dirigido por un antiguo miembro del
cia nociva sobre el grupo. En ocasiones, cuando un equipo de Phoenix House de Nueva York. El era un adicto recuperado
miembro del grupo salía a comprar drogas, casi todos y había sido el primer director de Phoenix House de Londres. Para
los demás, a su vuelta, volvían a caer en su consumo. ellos ésta fue la primera experiencia de grupos de encuentro. El fi n de
c. Cuando el grupo no había estado participando en las semana duró del 7 al 9 de julio, 54 horas, interrumpido solamente por
actividades diarias, la tendencia al consumo era mucho cuatro horas para dormir (la privación de sueño era empleada para
mayor que en los días de. trabajo. reducir la resistencia, una práctica común en grupos de terapia mara­
d. El programa en la granja tenía que estar estructurado tón por aque l ent onces). Una semana después e l equipo introdujo gru­
más estrictamente. Tras dos meses se introdujo un siste­ pos de encuentro en la comunidad después de que el líder hiciese una
ma de pago simbólico para estimular las actividades en visita a la granja de Emiliehoeve. En los grupos de encuentro los resi-

196 197
dentes aprendían no sólo a expresarse por sí mismos sino también a En esta segunda fase se frenó por completo el uso de droga dentro
afrontar sus emociones. Se ayudaba a los participantes a comprender de casa. Evento importante fue la recuperación, gracias a los. residen­
que muchos de sus sentimientos actuales y gran parte de su compor­ tes y al equipo, de un órgano de iglesia traído de la casa de un trafi­
tamiento sufría el influjo de conflictos sin resolver, provenientes de su cante que con la ayuda de algunos residentes de la granja lo había
pasado. Los tranquilizantes y somníferos que se habían suministrado robado unos meses antes pagándoles con drogas, y su regreso triun­
a los residentes durante las primeras semanas de su admisión en la fante encima del coche del psiquiatra (con un miembro del equipo
comunidad ya no se les proporcionaban. tocando: "We shall overcome"). Esto sucedía el 17 de agosto de 1972.
El impacto de dicha introducción de grupos de encuentro durante Desde entonces no se han consumido drogas en Emiliehoeve. Todas
los que los residentes, al igual que los miembros del equipo, se hací­ las pruebas de orina tomadas al azar han dado negativo.
an mutuas confrontaciones sobre su conducta, directa y emocional­ A los residentes en la granja se les concedía más responsabilidad.
mente, fue enorme. En los grupos de encuentro los grupos solían Comenzaron a preparar la comida para ellos mismos. Desde el mes de
comenzar con asuntos desde el "aquí y ahora". Con frecuencia, gri­ diciembre de 1972, el equipo y los residentes eligieron conjuntamente
tando sus emociones, salían a la superficie conflictos del pasado que un coordinador y se le hizo responsable de la delegación de todas las
podían trabajarse emocionalmente. Se introdujeron otros elementos tareas y actividades de la casa, tales como jardinería biológicamente
en el programa. Después de que el psiquiatra y un terapeuta del dinámica y f abricación de muebles. Los jefes de dichos pr oyectos eran
grupo participaron en grupos maratón, dirigidos por Daniel Casriel seleccionados del mismo modo. Desde el m es de marzo de 1973 se eli­
en dos fines de semana consecutivos en agosto de 1972, se incluyeron gió a un residente como responsable de las tareas de administración de
las técnicas de grito y vinculación del New Identi ty P rocess de Casriel la comunidad, encargado de la supervisión del pago de compras y del
(Casriel, 1972). Fue en estos grupos donde tuvieron lugar los abrazos dinero para cada uno. Aunque la elección de un coordinador por los
entre equipo y residentes y de residentes entre sí. Los residentes residentes produjo un efecto positivo, con todo, algunos de ellos se
aprendieron a superar el miedo a la intimidad y a la cercanía física y servían del sistema democrático como recurso para rehuir responsabi­
emotiva. lidades. Así, por ejemplo, preferían elegir un coordinador del que se
Después de que los residentes pasaran la entrevista con éxito, seguía pudiera esperar que exigiese muy poco. Se advirtió que las decisiones,
un ritual: se les echaba al canal de enfrente de la granja y se Ies daban tomadas conjuntamente por equipo y residentes democráticamente,
unos buzos para que los llevaran puestos. Al final del primer mes se podían demostrarse antiterapéuticas, por ejemplo, al designarles el
les devolvían sus ropas; ya no se acepta ba más su vestime nta de "yon- trabajo, al aprobar su salida los fines de semana, o al permitir anima­
kies" o "hippies". les de compañía. Cuando se dejaba la designación de las labores en
Aparte de los cambios en la terapia de grupos, se incluyeron en el gran medida a la decisión de los residentes, esto acarreaba consigo la
programa otros elementos nuevos, tales como charlas de compromiso formación de subgrupos en la granja. Se notaba a los residentes que
en las que un residente introducía en el grupo un tema al que después dudaban en anular las peticiones de salida de fin de semana que hací­
seguía una discusión. Las visitas a los residentes sólo podían hacerse an sus compañeros, ya que ellos mismos podían ser tratados de igual
los fines de semana y no ya los miércoles por la tarde. A los visitantes, modo en otra ocasión.
tales como personas implicadas en organizaciones que trabajaban con Persistió durante esta fase el sistema económico de puntos, que se
adictos, se Ies daba la bienvenida en grupos. Se animaba a los resi­ traducían en dinero de bolsillo. Tras una propuesta de los residentes,
dentes más antiguos a que tomaran parte en cursos o clases nocturnas todas las asignaciones recibidas de varios fondos de seguridad u otros
fuera de Emiliehoeve. Todo el equipo asistía a seminarios de fin de ingresos fueron a parar a una bolsa común de la que los residentes reci­
semana organizados por centros del movimiento del potencial hu­ bían dinero para el bolsillo, ropa y actividades recreativas. Se advirtió
mano. que no era justo que entre los residentes pudiera haber gran diferencia
Las visitas de familiares y amigos y la salida a visitar familiares los en sus asignaciones. Podían pagarse de la bolsa común, en parte, sus
fines dé semana se pospusieron de uno hasta, últimamente, cuatro deudas acumuladas antes de la admisión. Durante las primeras cinco
meses tras la admisión. En la primera salida de fin de semana el resi­ semanas los residentes no recibieron dinero para el bolsillo.
dente era acompañado por un compañero de residencia veterano. Las El sistema de tomar democráticamente, por consenso entre todas
confrontaciones con familiares durante los períodos iniciales habían las personas de la comunidad terapéutica, las decisiones —por ejem­
producido a menudo fuertes reacciones emotivas y abandonos prema­ plo, la elección de un coordinador o la división del trabajo— persis­
turos del programa. tía aún. Pero solía dar como resultado el evitar los problemas eli-

198 199
giendo una persona grata como coordinador; una persona a la que sobre si elegir o no una estructura jerárquica. Esta elección no fue fácil.
fácilmente se pudiera manipular. Se formaban con frecuencia sub­ Especialmente porque por aquellos días las estructuras democráticas
grupos de personas negativas y se evitaban las responsabilidades horizontales estaban reemplazando a las jerarquías en el trabajo social
claras del trabajo. No era el de coordinador un puesto al que se apun­ y en las organizaciones del cuidado de la salud en Holanda. A media
taran voluntariamente los residentes. Escogían los puestos para los noche del 9 de setiembre, se levantó de la cama a los residentes para
que eran buenos. Así pues, se soslayaban un gran número de posibi­ una reunión general en la que se les informó del nuevo equipo y la
lidades que les enseñaran el uso de un proceso democrático en la nueva estructura. Con sorpresa del equipo, los residentes no se rebe­
toma de decisiones. En la toma de decisiones el equipo siempre esta­ laron contra tal decisión, que había sido tomada sin pedirles opinión.
ba en minoría. El equipo les explicó con toda claridad que había dos grupos de per­
En esta segunda fase dieron comienzo los grupos de padres. Los sonas en la comunidad: los residentes, que llegaban en busca de
padres de residentes que habían estado en la casa al menos dos meses, ayuda, y el equipo, al que se retribuía para que trabajara en el progra­
eran invitados a asistir a reuniones bisemanales. En estas, reuniones, ma. Desde entonces, tratándose de decisiones, nunca más las tomaron
dirigidas por miembros del equipo, los padres podían discutir como conjuntamente entre el equipo y los residentes.
grupo su contribución al problema. Se vio que muchos padres tenían Las llamadas decisiones clínicas, tales como el puesto de los resi­
sentimientos de culpa y que por lo tanto habían hecho, normalmente, dentes en la estructura de trabajo, privilegios, permiso de salida los
demasiado por sus hijos, como darles dinero o pagarles sus deudas, fines de semana, admisión y alta, eran tomadas solamente por el equi­
todo lo cual daba por resultado la continuación del abuso en el consu­ po. L as decisiones concernientes a activi dades diarias se les delegaban
mo de drogas. Se comunicó a los padres los objetivos y metas del pro­ a los residentes a través de la estructura del trabajo. El sistema econó­
grama, animándoles a que volvieran a traer sus hijos a la comunidad mico de retribuciones fue abolido porque así se soslayaba la confron­
terapéutica en caso de que la abandonaran prematuramente. tación directa de miembros de equipo y residentes, desatendiendo la
Esta segunda fase puede caracterizarse por una fuerte implicación filosofía de los grupos de encuentro. Se esperaba que los residentes
personal del equipo que también hacía sentirse a los residentes como cumplieran su trabajo al cien por cien. A las reglas fundamentales de
promotores y responsables del programa. Se ponía el énfasis en el nada de drogas ni alcohol, se añadieron las de no violencia y nada de
aprendizaje del dominio emotivo y el contacto y cercanía físic a. Había sexo con compañeros residentes.
quedado implícitamente adoptada la filosofía de los programas de El mes de agosto de 1973, se estableció una fundación separada,
autoayuda americanos. Aunque las decisiones las tomaba la comuni­ "Maretak", que albergaba a los residentes una vez que éstos dejaran la
dad entera, los residentes tendían a declinar su responsabilidad en las comunidad terapéutica. Se sentía la necesidad de una casa de media
tareas diarias de la granja. Se sentía la necesidad de una mayor presión estancia, tras haber dejado la atmósfera segura de la comunidad tera­
a fin de que los residentes aprendiesen a aceptar responsabilidades y péutica. En el mes de febrero entraron los primeros residentes a esta
a adaptar sus actitudes, su conducta y estilo de vida para afrontar el casa de reinserción. No existía gran cosa por entonces sobre lo que era
estrés y las demandas de la sociedad una vez que salieran de Emi- un programa de reinserción. Un trabajador social a tiempo parcial se
liehoeve. Esta fase finalizó con un seminario para el equipo sobre la encargaba de las reuniones individuales con los primeros residentes
base de las comunidades terapéuticas americanas, dirigido por el líder de reinserción. Se les estimulaba a estos últimos en este período para
de grupo que había estado antes al frente de los anteriormente men­ que fueran a centros educativos. La mayor parte de éstos trabajaron
cionados encuentros maratón en mayo de 1972. como ayudantes de equipo en el programa, durante varios meses.
El 15 de enero de 1974 se abrió un ce ntro a mbulatorio de iniciación
Fase III: La fase de la adopción jerárquica en la ciudad de La Haya. Antes de la a dmisión e n la comunidad tera­
(9 setiembre 1973 -14 enero 1975) péutica debían venir los nuevos clientes al citado centro diariamente,
una o dos semanas. Los residentes en reinserción y los residentes anti­
En el seminario que precedió a la nueva fase, se formó en el modo guos de la comunidad terapéutica estaban encargados de llevar las
de utilizar la estructura jerárquica del equipo y de los residentes como entrevistas y la terapia de grupo con los que solicitaban su admisión.
instrumento terapéutico. Durante este seminario se preparó al equipo Al pedirles a las personas deseosas de entrar en la comunidad tera­
para organizar las reuniones generales en la casa y para dar reprimen­ péutica que hicieran ciertas cosas, como cambiar su atuendo o escribir
das verbales estructuradas (los llamados "cortes de pelo"). Al finalizar la historia de sus vidas, apareció que su admisión en Emiliehoeve se
dicho seminario el equipo discutió durante 14 horas las decisiones les hacía cada vez más atrayente.

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Cuando se hicieron dormitorios extra en el antiguo edificio de la confrontación, experiencias de aprendizaje y la implantación de la
granja, se pudo aumentar el número de residentes de Emiliehoeve de estructura jerárquica de los residentes.
diez hasta veinte. Ocurrió un fenómeno interesante que posteriormen­ Ciertos signos o atuendos especiales se empleaban como experien­
te se vio en otras comunidades terapéuticas en expansión (por ejemplo, cias de aprendizaje, con el fin de acabar con el comportamiento nega­
en Sonnenbühlc de Sui za). Cuando e n la casa aume ntaba el número de tivo, a la vez que se reforzaba la conducta positiva (Kooyman, 1979).
residentes a más de 15, normalmente algunos de ellos se iban hasta que Nunca se presentaban las experiencias de aprendizaje como un casti­
fuesen 11 ó 12 en total. Por entonce s se convocaban todas las re uniones go, sino como una consecuencia natural por un comportamiento ina­
de grupo con todos los residentes juntos. Después, esto se cambió con ceptable o indeseable. Siempre que el equipo decidía crear una expe­
la formación de dos grupos de encuentro llevados simultáneamente al riencia de aprendizaje para un individuo concreto, se detallaba explí­
llegar de nuevo el número de residentes a 16, este fenómeno remitió y citamente qué había sido lo inapropiado y qué podía hacerse para
la comunidad pudo aumentar hasta 20 residentes. Además, los grupos mejorar su modo de actuar. Se añadieron a los grupos técnicas emple­
de encuentro se hicieron más dinámicos cuando ambos tenían otros adas en terapias desarrolladas en el movimiento potencial humano,
participantes. Se iniciaron también en esta fase los grupos para resi­ tales como bioenergéticas. Gestalt y meditaciones dinámicas.
dentes nuevos y grupos separados para mujeres residentes. Al final de esta fase, el psiquiatra se marchó durante dos meses a
El programa de trabajo con una estructura jerárquica proporcionó visitar varias comunidades terapéuticas libres de droga en Norte
una oportunidad a los residentes para explorar, aceptar e incluso soli­ América, entre las cuales estaban Daytop Village, Phoenix House,
citar más responsabilidad para sí mismos y para los otros. Además, el Odyssey House, Project Return y AREBA en Nueva York, y Delancey
programa de trabajo creaba situaciones de estrés a los residentes. Estos Street y Synanon en la Costa Oeste, y X-Kalay y Portage en Canadá.
problemas y dificultades se discutían durante los grupos de encuen­
tro. En dichos grupos todos los participantes eran igualmente impor­
tantes. Se podía también confrontar al equipo que dirigía los grupos. Fase IV: La fase post-profesional
Cada día, se convocaba un encuentro de la mañana dirigida por los (14 enero 1975 - 21 junio 1976)
residentes, a la que seguían reuniones de los varios sectores de traba­ AI comienzo de esta fase, la mayor parte del equipo profesional se
jo. Los del equipo debían aprender a presentarse a sí mismos como
había ido o cambiado de puesto. El psicólogo y su esposa habían
figuras de autoridad. Además, dentro del equipo había ahora respon­ retornado a su país de origen para establecer una comunidad terapéu­
sabilidades más claramente definidas. El psiquiatra, que había asumi­
tica. Un graduado de Emiliehoeve había sido nombrado director asis­
do ser el jefe del programa para personas de fuera de la comunidad
tente de la comunidad terapéutica. Se delegó en él el cuidado de la
terapéutica, asumió formalmente el título de director.
marcha diaria del programa. El equipo de Emiliehoeve se convertía
Un miembro del equipo había dado comienzo a grupos de padres al cada vez más en una mezcla de profesionales y para-profesionales
fin de la fase previa, que se convirtieron en reuniones bisemanales de (graduados del programa).
padres de residentes. Los padres de los residentes eran abordados Los residentes de Emiliehoeve se hallaban divididos en grupos dife­
durante el segundo mes de estancia de sus hijos. Genera lmente, a conti­ rentes en conformidad con su nivel de progreso. En este preciso mo­
nuación, se les visitaba en sus casas y normalmente se planeaba la pri­ mento se establecieron estos grupos, llamados "fases". Antes de que
mera asistencia al grupo de un padre unos tres meses tras la admisión entraran en una nueva fase, los residentes eran entrevistados por los
de su hijo y un mes antes del primer contacto con sus hijos en la comu­ miembros del equipo y los residentes de la fase siguiente. Aquellos
nidad. Los grupos de padres estaban divididos en grupos para padres que eran nuevos pertenecían a grupos separados "en perspectiva". Se
"nuevos" y grupos para padres con más experiencia. En los primeros, lo les asignaba un hermano o hermana de los más veteranos, una vez
que se hacía, principalmente, era darles información. En los más avan­ admitidos, que les introdujeran en la nueva situación de vida en una
zados tenía lugar más confrontación y participación entre los padres. comunidad fibre de drogas. Los residentes de la comunidad se divi­
Significativamente, en la fase III, el equipo decidió utilizar las expe­ dían en tres grupos: los "en perspectiva" (que venían a ser miembros
riencias de tratamiento de trabajadores ex-adictos prevenientes de de la comunidad después de un mes), el grupo medio y los más anti­
Estados Unidos y Gran Bretaña, que funcionaban entonces como con­ guos. Se convocaban las reuniones de los llamados grupos "estatus"
sultores (asesores adjuntos del programa). Instruían inicialmente al por separado, dentro de estos grupos igualitarios, a intervalos regula­
equipo en el modo de utilizar los instrumentos de tratamiento según res, por lo general mensualmente, a fin de discutir el progreso de cada
el concepto de las comunidades terapéuticas, tales como grupos de miembro. Muy poco antes de entrar al programa de reinserción se con-

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cedía al residente el estatus de candidato a la reinserción. Este resi­ Fase V: La fase de comunidad cerrada
dente debía escribir un reportaje sobre su estancia en la comunidad
terapéutica y se le solía colocar fuera de la estructura de los residentes (21 junio 1976 - 21 abril 1977)
por un corto espacio de tiempo, sin que tuviese responsabilidades
específicas en el interior de la comunidad. Al programa de reinserción Esta fase se puede caracterizar por una comunidad cerrada. Desde el
se le proporcionó un equipo aparte. Había sesiones de grupo semana­ 21 de junio de 1976, el psiquiatra ya no ocupaba el puesto de director
les y reuniones de los de casa en el edificio de reinserción. de la comunidad terapéutica. Asumió temporalmente este puesto un
En el mes de mayo de 1975, el equipo y los diez residentes de una ex-adicto británico que ya estuvo trabajando en el programa de la
nueva comunidad terapéutica, iniciada unos meses antes en Utrecht, Comunidad Terapéutica Emiliehoeve como consultor en la fase IV.
fueron asumidos por Emiliehoeve. A los residentes se les consideraba Este director, que no sabía holandés, tenía poco o ningún contacto con
como si hubieran sido residentes de Emiliehoeve desde su admisión. lo que sucedía en el mundo de fuera. De hecho, el mensaje dado a los
Cuatro de ellos lo habían sido ya. Habían sido remitidos a la nueva residentes era: "La sociedad es mala, nuestra comunidad es buena; los
comunidad terapéutica en Utrecht desde su inicio. Al equipo de dicha residentes deben ser agentes de cambio que trabajarán por cambiar la
comunidad terapéutica se le había preparado en Emiliehoeve y llegó a sociedad de fuera una vez que se gradúen".
formar parte de su equipo. Esta comunidad terapéutica no había sido La disciplina era excesivamente estricta. Como castigo se empleaban
capaz de sobrevivir, debido a problemas con la vecindad. cada vez más las experiencias de aprendizaje, tales como carteles y cabe­
Durante esta f ase, se llegó a la conclusión de que no todos los adictos zas rapadas (también a las mujeres). En vez de sentarse sobre cojines, los
requerían una comunidad terapéutica para su tratamiento. Especial­ residentes lo hacían en sillas durante los grupos de encuentro. Se les
mente para los residentes más jóvenes un centro de día podía ser más tenía centrados en un tema semanas enteras, durante las cuales no se
apropiado. En enero de 1976, se abrió el "Het Witte Huis", un centro de admitía ningún nuevo residente. Los residentes ejercían un control
día, libre de drogas. El psiquiatra, que era el director de Emiliehoeve, estricto unos sobre otros. Se pasaban al equipo informes por escrito, dia­
también se convirtió en el director de este centro de día libre de drogas ria o semanalmente. El director podía ver, desde su habitación, ciertas
en La Haya. El citado centro seguía el modelo del programa de partes de la comunidad terapéutica por medio del monitor de una cáma­
Emiliehoeve. En este centro, al igual que en el equipo de Emiliehoeve, ra de circuito cerrado. Uno de los eslóganes empleados como filosofía
se contrataba a los graduados de ésta como equipo asalariado. básica era: "Si no eres parte de la solución, eres parte del problema".
Un profesor, que les daba clases de educación a todos los residentes
El psiquiatra llegó a ser el director del programa libre de drogas en los sábados por la mañana y durante la semana a quienes les faltaba la
La Haya, que era parte de tres fundaciones distintas; educación básica, entre ellos dos residentes de 14 años de edad, se
sumó al equipo. Si bien se prestaba especial atención a estos residen­
tes jóvenes, aparecía claro que no encajaban en la estructura de la
— Witte Huis era parte de un centro de tratamiento para la
adicción. comunidad terapéutica. Lo mismo se podía decir de las dos ocasiones
en que fueron admitidos niños junto con sus madres en la comunidad
— Emiliehoeve, parte de un hospital general psiquiátrico
(Bloemendaal) terapéutica durante este período.
— La casa de reinserción era parte de una fundación sepa­ El 31 de agosto fue inaugurado el nuevo edificio por la princesa
rada (Maretak). Beatriz. Al día siguiente hubo una conferencia nacional para el equipo
y para los residentes de todas las comunidades terapéuticas de Ho­
landa y Bélgica en los locales de Emiliehoeve. Al final de ese día, dos
Al final de esta fase estaban viviendo unos treinta residentes en una residentes en reinserción dejaron públicamente de fumar, seguidos de
granja pensada para diez. Se hicieron los planos para la construcción otros muchos. Sin consultar a los otros directores ni al director del
de un nuevo edificio. Nueve meses después de las primeras ideas, se programa, el director de la Comunidad Terapéutica anunció que
aprobaron los planos del edificio y por primera vez en el mundo se eri­ Emiliehoeve estaba libre de tabaco y declaró regla fundamental para
giría una casa con el propósito de albergar a una comunidad terapéu­ los residentes el no fumar. Vacilantes, los otros directores de las res­
tica para adictos. Dicho edificio se iba a construir con materiales natu­ tantes comunidades terapéuticas, todavía presentes, siguieron su
rales, ladrillos y madera, con amplios espacios abiertos en su interior ejemplo. La regla de no fumar no condujo a un incremento en salidas
y amplios dormitorios. Aunque era un edificio moderno tenía apa­ prematuras de residentes fuera de la comunidad terapéutica. Y los
riencia cálida y acogedora.
residentes tenían una cosa más que cambiar. Además, no resultaba tan
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difícil dejarlo, en un ambiente en que el tabaco y los ceniceros se Fase VI: La fase de integración
hicieron desaparecer. A los que venían a visitarles se les pedía que (21 abril 1977 - 14 mayo 1980)
dejaran el tabaco en unas bolsas a la entrada de Emiliehoeve. Sin
embargo, la norma de no fumar impidió, probablemente, que ingre­ En esta f ase la di stancia entre e quipo y residentes l legó a ser menor.
saran más residentes pot enciales e n Emiliehoeve como hubiera suce­ Tuvo lugar una integración de la estructura y las técnicas del modelo
dido en caso contrario. En definitiva, la repugnancia a solicitar la americano de autoayuda y del influjo profesional. Sobre todo en los
admisión en Emiliehoeve fue el resultado de la disciplina estricta e grupos. En éstos se prestaba más atención que en el período previo a
inflexible y de medidas ext remas como raparles l a cabeza . La comu­ las experiencias del pasado y al miedo a la intimidad. Los residentes
nidad terapéutica tenía la reputación de ser un campo de concentra­ volvieron a sentarse en cojines durante los grupos y no en sillas, y se
ción entre los drogadictos de la calle. Esta reputación era difundida introdujeron de nuevo técnicas de terapia de vinculación que no se
por residentes que la abandonaron prematuramente y volvieron al habían empleado en la quinta fase.
escenario de la droga, y por un artículo de una revista que describió
El período de tiempo en el que los nuevos residentes debían llevar
situaciones extremas, tales como residentes que llevaban carteles
puestos monos se redujo de dos meses a uno. Se redujo también el
semanas enteras, la placa de cobre con el nombre en la puerta del
tiempo en el que a los residentes no se les permitía ningún contacto
director y la prohibición a algunos residentes de hablar con otros por
con el mundo de fuera, de cuatro meses a un mes. El contacto sexual
más de un día.
entre residentes fue concedido tras haberlo discutido con el equipo y
Los residentes tenían menos contacto directo con el equipo que los compañeros de grupo, después de que los residentes hubieran
antes. Se esperaba de ellos un trato de gran respeto al equipo. Le obe­ estado cuatro meses en el programa. Podían presentar una instancia
decían por miedo. La distancia entre equipo y residentes se incremen­ para dormir juntos una noche en una habitación del edificio del equi­
tó. El director de la comunidad terapéutica había desplegado una acti­ po. Aunque las solicitudes fueran raras, como resultado de esta políti­
tud casi paranoica hacia el mundo exterior y hacia los profesionales en ca desapareció el antiguo acting-out sexual entre residentes. Raramente
particular. El director del programa, por fin, se dio cuenta de que había se cuestionaban las relaciones que se desarrollaban entre residentes
serias señales de abuso de poder por parte del director y que había que durante esta fase y fueron más o menos sancionadas por el equipo. La
detener este proceso. Cuando el director de la comunidad terapéutica mayoría de dichas relaciones se convirtieron en un serio obstáculo
negó a unos antiguos residentes la oportunidad de que se le confron­ para el tratamiento. Una vez acabado el programa, estas relaciones no
tara en un encuentro de grupo, el director del programa sintió que solían continuar y ambas personas recaían en el abuso de droga. En
tenía que actuar de inmediato. Decidió no esperar hasta que el contra­ otros casos, la pareja se fugaba del programa cuando se cuestionaba su
to del director expirara sino llamar al director de la comunidad tera­ relación.
péutica a la casa de reinserción, donde le despidió inmediatamente, A los recién admitidos se les llamaba "huevos" y se hacía respon­
prohibiéndole también que volviera a la comunidad terapéutica. Lo sables a dos personas, un varón y una mujer residentes, de los "hue­
que, además, hizo inevitable esta decisión fue el plan del director de vos" en la "caja de huevos". Durante este período, dos miembros
Emiliehoeve de no enviar residentes a la casa de reinserción por no del equipo, que habían sido formados en el Instituto para la
confiar en dicho programa. Aquella noche el director del programa Formación de Terapeutas en Drogodependencias, inaugurado en
introdujo un equipo completamente nuevo para los residentes de setiembre de 1976, bajo la iniciativa de Emiliehoeve, se unieron a la
Emiliehoeve, ya que todos y cada uno de los anteriores habían decidi­ secta Baghwan. Siguieron el ejemplo del director del Instituto, un
do marchar con su director. Se nombró director de la comunidad tera­ americano, que había sido consultor del programa en la segunda y
péutica a un graduado del programa de la Emiliehoeve que había sido tercera fase. En reuniones de equipo de varias unidades del
miembro del equipo del centro de día Het Witte Huis desde su Programa Libre de Droga de La Haya, que constaba de la Unidad de
comienzo. El trabajador social que había puesto en marcha el progra­ Ingreso, de la comunidad terapéutica Emiliehoeve, del programa de
ma de padres fue nombrado co-director. El director era el responsable reinserción Maretak, del centro de día Het Witte Huis y de la
del tratamiento, el co-director lo era de la gestión y organización del Unidad de Prevención, se decidió escoger la siguiente política: los
programa. Tras haber expuesto la situación a los residentes, todos ellos miembros del equipo del programa no tendrían permiso para hablar
fueron por grupos con el director del programa y su nuevo equipo. a los residentes sobre sus convicciones personales, creencias o elec­
Sólo cuatro residentes se fueron aquella semana, de los cuales dos ciones políticas a fin de no influir sobre las opiniones propias de los
retornaron poco después. Había comenzado la siguiente fase. residentes. Esto se consideraba contrario al objetivo del programa.

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que era mejorar la capacidad del cliente para tomar decisiones inde­ los candidatos a la admisión que estuvieran presos. Con la apertura
pendientes. A los dos miembros del equipo que se habían unido al del De Weg dio comienzo la nueva fase (Wagenaar 1981). Esta sexta
Movimiento Baghwan se les advirtió que no llevaran puestos vesti­ fase finalizó el 20 de agosto de 1977; el día que siguió a la admisión del
dos naranja ni "mala" (cadena de la que colgaba una imagen de residente número 250 en Emiliehoeve.
Baghwan) durante su trabajo, que no se llamaran por su nombre
Baghwan y que aceptaran la política del programa sobre conviccio­ Fase VII: La fase del programa abierto
nes personales. Uno de ellos estuvo de .acuerdo con esta política, el
otro la encontró inasumible y dejó el programa. (14 de mayo de 1980 - 14 de febrero de 1981)
Durante esta fase, el equipo de las diferentes unidade s del Programa En esta fase, Emi liehoeve est aba sumament e im plicada en programas
libre de Droga de La Haya trabajaba unido, convocando reuniones preventivos que promoviesen los valores de un estilo de vida sin drogas.
combinadas. Las e xcursiones de supervivencia a las colinas del sures­ Equipo y residentes participaban en los programas de formación en la
te de Bélgica, organizadas por una Fundación de Salidas que formaba cárcel y en institutos de formación de la policía, en academias de estudios
parte del programa de residentes en esta fase, fueron también prepa­ sociales y en la preparación de estudiantes de Medicina y personas que
radas para todo el equipo. La regla de no fumar se abandonó al año y trabajaban en otros programas para adictos.
medio de haberse establecido, siendo la razón principal que resultaba La combinación de un director, responsable del programa de trata­
excesivamente difícil de cumplir para algunos miembros del equipo miento, y de un co-director, responsable de la dirección y del equipo,
que no habían dejado de fumar. A las mujeres ya no se les rapaba la no había funcionado satisfactoriamente en la comunidad terapéutica.
cabeza y al final de esta fase tampoco a los hombres. Aunque el rapa­ En la primavera de 1981 el co-director de Emiliehoeve fue nombrado
do de cabeza fuese consecuencia de haber dejado el programa para director del programa de reinserción Maretak, y el director de Emilie­
usar drogas, y pudiera haber servido de freno para mantener a algu­ hoeve dejó el programa. El director del programa se hizo cargo tempo­
nos residentes en el programa una vez que hubieran sido readmitidos, ralmente de esos puestos en la comunidad terapéutica.
sin embargo esta medida extrema había desanimado, probablemente, Se admitieron más residentes de grupos minoritarios durante esa
a muchos otros adictos a solicitar su admisión. fase, especialmente de entre los originarios de Surinam. Cuando su
Desde el verano de 1978, la metadona era fácil de conseguir en La número llegó a cinco residentes, atendidos principalmente en el tiem­
Haya en los llamados programas de bajo umbral. Como resultado de po de iniciación por un residente reinsertado de Surinam, la tendencia
esto último, se hacía cada vez más di fícil solicitar a los residente s que al abandono prematuro disminuyó. Desde entonces, un grupo minori­
fueran al centro de iniciación, una unidad ambulatoria para dejar de tario de residentes de Surinam se halló presente en la Comunidad
tomar drogas y volver abstinente al día siguiente. Aunque ciertos Terapéutica Emiliehoeve.
clientes fueron realmente desintoxicados en el programa ambulatorio En esta fase el programa de tratamiento se estabilizó. El progreso de
para desintoxicación con metadona, dirigido en el centro no residen­ cada residente era evaluado por el equipo y sus compañeros antes de
cial para la adicción por el psiquiatra que también era director del que pasara a la fase siguiente. Después de la primera fase de unas dos
Programa Libre de Droga, para un número creciente de adictos no semanas, durante las que a los residentes ahora se les llamaba "young-
resultaba ya ésta una opción posible. Se les hacía mucho más duro kies"1, seguían otras cuatro fases de unos tres a cuatro meses de dura­
usar metadona a lo largo de la fase de supresión que consumir heroí­ ción. Había exploraciones de 8 horas con compañeros 3 ó 4 veces al
na o anfetaminas sin metadona. A fin de hacer posible el paso por la año para grupos en primera fase ("ranas"), para grupos en segunda
fase de supresión en un centro residencial donde, además, se llevaba fase ("canguros") sobre el aquí y ahora, para grupos en tercera fase
el centro de ingreso para la comunidad terapéutica o centro de día sin ("fanáticos") sobre ellos mismos, y para la cuarta fase ("diamantes")
droga, se hicieron planes para un centro de desintoxicación dentro del sobre el futuro. Era obligatorio para los re sidentes en la cuarta fase ser
programa siguiendo el ejemplo del Heemraadssingel Center estableci­ miembros de un club de fuera de la comunidad terapéutica para expe­
do en Rotterdam y adjunto a Comunidad Terapéutica Essenlaan. El 14 rimentar contactos con personas no consumidoras de su misma edad.
de mayo de 1980 se abrió una unidad para desintoxicación de 12
camas, llamada "De Weg", dentro de la organización Bloemendaal
como parte del Programa Libre de Droga. Para los residentes de Emi-
liehoeve todo el período de ingreso tenía lugar en este centro, excepto (>) Es un juego de palabras cuyo resultado se pronuncia igual que "junkies" (yonkis). Se
para aquellos provenientes de otros centros de desintoxicación y para puede traducir como jóvenes yonkis.

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Antes de ir a la fase de reinserción, los residentes entraban en un psiquiatra responsable del tratamiento en el centro de día Het Witte
período de candidatos a la misma, con una duración aproximada de dos Huis. Como el Het Witte Huis formaba parte de una organización de
semanas. Durante dicho período se les llamaba "los promotores". Se les tratamiento distinta, este programa perdió su contacto cercano con el
proporcionaban dormitorios separados en la comunidad terapéutica. programa Emiliehoeve. Los Amigos de la Organización del Programa,
En este último periodo el residente escribía su propia evaluación de la sin embargo, permanecieron unidos a ambos programas.
experiencia en la comunidad terapéutica. Se llevaban a cabo sesiones de Emiliehoeve y De Weg llegaron a estar más integradas en la Bloemen-
terapia grupal c ombinada para l os residentes e n fase de pre-reinserción daal Hospital Organization. La dirección de la comunidad terapéutica
y los residentes en la primera fase del programa de reinserción. mejoró. En el programa de tratamiento de Emiliehoeve se daba mayor
En el programa de reinserción el residente pasaba unas dos semanas importancia a la propia responsabilidad de los residentes en su cam­
en la casa, seguidas de una primera fase con una dura ción a proxima­ bio de conducta. El tiempo que los nuevos residentes debían llevar
da de tres meses durante la cual el residente actuaba como asistente puestos sus buzos se redujo primero a dos semanas, y luego f ue a ban­
del equipo en el programa, más una fase en que el residente trabajaba donado. Desde 1983 tan sólo se emplearon los monos como un instru­
como voluntario fuera del programa. Durante la última fase trabajaba mento especial de aprendizaje. En 1988 se abandonó también lo de los
a tiempo completo en un empleo y se iba de la casa de reinserción a su carteles; estos fueron reemplazados por pequeños botones o insignias.
propio domicilio o apartamento. En la reinserción, los residentes que Los grupos de psicoterapia de vinculación y los viajes de superviven­
no tenían problema de alcohol antes de su admisión al programa reci­ cia para grupos de residentes se convirtieron en parte integrante del
bían lecciones sobre el alcohol durante cuatro semanas en la segunda programa de tratamiento. Desde 1989 los grupos de terapia de vincu­
fase de su estancia. En este período podían c onsumir alcohol fuera de lación se han celebrado semanalmente.
la casa de reinserción. El período era seguido por una evaluación de
Durante esta fase en el desarrollo del programa se vio, mucho más
sus compañeros para determinar si podíanlo no, controlar el consumo
que antes, que eran los residentes mismos quienes debían tomar la
de alcohol.
determinación de quedarse en el tratamiento. La norma, por ejemplo,
Aunque las relaciones sexuales entre residentes eran posibles del de que a los nuevos residentes nunca se les debería dejar solos, un ves­
modo anteriormente descrito, no se fomentaban, y ahora sólo se tole­
tigio de la fase rígida de c omunidad cerrada, fue abolida. La transición
raban después de que el residente hubiera permanecido seis meses en del centro de desintoxicación De Weg a la comunidad terapéutica se ha
la comunidad. Durante esta séptima fase fue posible abrir una segun­ convertido en un proceso más gradual. Los fines de semana los resi­
da casa de reinserción, ampliando la capacidad hasta 20 residentes en dentes de De Weg visitan Emiliehoeve; pueden juntarse los dos grupos
las dos casas. En el bajo de la segunda casa se abrió un centro de pre­ y tener competiciones de deporte entre ellos. Los residentes de Emi-
vención de droga, que suministraba información sobre programas de
liehoeve daban seminarios en la unidad de desintoxicación. Cuando se
tratamiento y actividades preventivas. El 1 de setiembre de 1981 el admite, generalmente por pares, a los nuevos residentes en la comuni­
director del centro de desintoxicación De Weg, un graduado del pro­ dad terapéutica, ya no están obligados a hacer ninguna manifestación
grama Emiliehoeve, se convirtió en el nuevo director de Emiliehoeve. emotiva, como pedir ayuda a gritos en medio de un amplio grupo de
El director del programa que había sido el f undador del m ismo anun­ residentes y equipo, sino que se les r ecibe en una e ntrevista tenida c on
ció su partida para convertirse en el médico director del tratamiento algunos del equipo y residentes. La manifestación emotiva se pospone
para drogadictos y alcohólicos del Jellinek Centrum en Amsterdam. para el momento de pasar a la fase siguiente. Se nombra a un miembro
Esto tuvo lugar e l 14 de febrero, en el décimo ani versario del progra­ del equipo responsable de guiar a los nuevos residentes. Puede en­
ma. trevistarse con ellos individualmente, si él o el residente lo ven necesa­
rio. Los nuevos residentes no tienen obligación de cambiar su aparien­
Fase VIII: La fase adulta del programa cia en su admisión, sino que pueden ser confrontados sobre qué les
(14 de febrero de 1982-años 90) parece a sus compañeros y mediante esto ir cambiándola gradual­
mente.
Una vez que se fue el director del programa, esta función ya no con­ Los residentes del programa de Emiliehoeve van pasando por cua­
tinuó por más tiempo del mismo modo. Un psiquiatra se puso al fren­ tro fases durante su tratamiento en la comunidad terapéutica, prece­
te de toda responsabilidad médica para los programas de tratamiento didas por un período de dos semanas como miembro junior. Tras las
en el centro de desintoxicación De Weg, la comunidad terapéutica dos semanas introductorias, los residentes están en la primera fase
Emiliehoeve y el programa de reinserción Maretak. Se nombró a otro durante dos meses. En esta fase se ocupan de contar la historia de su

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vida, de hacer una revisión de sus deudas y otros asuntos de su pasa­ niones especiales llevadas por el equipo de re inserción, en que se dis­
do y aprenden a adaptarse al programa regular del día, trabajando en cutían varios aspectos, tales como la planificación del tiempo libre,
diversos sectores. Después de dos semanas se da al residente algún educación, relaciones, padres y sexualidad. En las cuatro últimas
dinero para el bol sillo. Al mes se les devuelven sus objetos personales, semanas en la comunidad terapéutica, antes de ir a la reinserción, el
cosméticos y joyas, guardados por el equipo. Tras dos meses pueden residente pasa una tarde en la casa de reinserción con miras a su orien­
pedir ciertos privilegios como hacer uso del teléfono, recibir visitas y tación. Es preciso que haga los preparativos necesarios para su nueva
correspondencia. Al final de esta fase y de todas las fases siguientes, el situación. Ha de unirse a personas de fuera del programa. Invita a sus
residente escribe una evaluación y una solicitud para pasar a la fase padres para que conozcan al equipo de reinserción. En la primera fase
siguiente; todo ello va seguido de una entrevista con un miembro del del programa de reinserción el cliente participa en el grupo de encuen­
equipo. tro de reinserción, convocado una vez por semana, y asiste también a
La segunda fase consiste en un período de unos tres meses de dura­ grupos de padres. Tras cinco meses, puede tener su período de apren­
ción. A las experiencias en el grupo se les presta la mayor atención. Al dizaje de alcohol. Después de ocho meses deja la casa de reinserción.
comienzo de esta fase, pueden solicitar privilegios tales como salir de Tiene la posibilidad de venir a los grupos de encuentro de reinserción
la comunidad por un día en un fin de semana junto con un residente al menos una vez cada dos semanas. Puede que haya encontrado tra­
más veterano. Hay una reunión de confrontación con padres o fami­ bajo o que haya comenzado algún estudio. Esta segunda fase del pro­
liares a la que asiste un miembro del equipo. grama de reinserción dura tres meses. Luego sigue un mes en el que
se hacen los preparativos para la graduación.
En la tercera fase, de unos tres meses de duración, la atención se fija
principalmente en la persona misma y en cómo tratar con amistad e Un contratiempo serio para el programa fue la decisión de la ciudad
intimidad. En 1988 se reintrodujeron los grupos de vinculación, que de La Haya, en 1984, de suprimir el subsidio a la Fundación Maretak. El
previamente habían casi desaparecido. Un año después ya se habían arreglo c onsistió en que e l B loemendaal Hospital esta bleciera una casa
integrado en el programa y eran convocados una vez por semana. de reinserción como parte de su organización. El centro de información
Dentro de la comunidad el residente desempeña más responsable­ y prevención se trasladó a un piso de uno de los edificios de reinserción
mente un trabajo tal como de jefe de un sector, supervisor o coordina­ Maretak. Los residentes fueron albergados temporalmente en los locales
dor. En esta fase ya puede pasar un fin de semana fuera de la comuni­ del hospital psiquiátrico, en apartamentos que anteriormente fueron
dad terapéutica acompañado de un residente más veterano. para enfermeros, situados en el segundo piso de un departamento psi-
En la c uarta fase de tres meses, el residente da los pasos convenien­ cogeriátrico. La Fundación Maretak se disolvió. En febrero de 1989, los
tes para preparar su futuro. Puede trabajar como voluntario fuera del Amigos de la Organización del Programa sintieron que esta situación
programa o realizar, algunas tareas en el programa de iniciación o de temporal no era ya aceptable. Se creó una nueva fundación "Steigers"
prevención. Se le deja ir solo a pasar fuera los fines de semana. Hará con el fin de recoger fondos para una casa de reinserción en la ciudad,
una evaluación de todo el tiempo que pasó en Emiliehoeve seguida de en la que los residentes en reinserción alquilaran habitaciones, y el equi­
una fase de entrevistas con el director de Emiliehoeve, con el director po de Emiliehoeve tendría a su cargo el programa de tratamiento.
del programa de reinserción y con otros candidatos a la reinserción Medio año después los residentes en reinserción pudieron trasladarse a
(Kooyman, 1992). una casa mejor en los terrenos del Hospital Bloemendaal. La casa se
hallaba ubicada en la carrretera principal que pasaba por el hospital. Un
Los grupos de padres se prolongaron hasta los primeros meses de la
año después, en setiembre de 1990, se consiguió que los residentes se
admisión de sus hijos en Emiliehoeve, así como los de padres de clien­
trasladaran a una casa de reinserción en la ciudad La Haya, comprada
tes admitidos en el centro de desintoxicación. En Emiliehoeve, lo
por la Steigers Foundation con fondos de diferentes procedencias, entre
mismo que en Het Witte Huis, se seleccionaban los casos para sesiones
otras de la ciudad de La Haya.
de terapia familiar. Había, además, sesiones de grupos especiales para
hermanos y hermanas de los residentes, para residentes y sus parejas El programa había sido limitado a una duración de dos años, un año
(libres de droga) y para residentes con niños. Un profesor viene una en la comunidad terapéutica y otro en el programa de reinserción. En
vez a la semana a preparar a los residentes para que vuelvan al cole­ los últimos diez años el número de residentes de grupos minoritarios
gio o a proporcionarles educación básica. De tiempo en tiempo se tiene se ha incrementado hasta, a veces, un tercio de la población. El núme­
una clase de teatro, llevada por voluntarios. ro de residentes de la comunidad terapéutica se ha estabilizado en
El paso a la reinserción se convirtió en un proceso más gradual. unos cuarenta. Alrededor de quince han participado ya en el progra­
Los residentes de la cuarta fase acudían una vez por semana a reu­ ma de reinserción.

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Hasta un tercio de los residentes de Emiliehoeve provenían de gru­ En la primera fase, el equipo no mostraba respuesta emotiva directa
pos minoritarios que reflejaban el creciente problema de la droga en y no estableció con claridad los límites. En la segunda fase hubo una
los inmigrantes de Holanda. Además de los residentes de Surinam respuesta emotiva directa sin una estructura rígida. En la tercera y
también se admitían moluqueños, antillanos y marroquíes. Encajaban cuarta fase se dedicó más atención a la disciplina y la estructura. En la
bastante bien en el programa. Si bien el equipo debía estar atento a las quinta fase casi toda la atención iba dirigida a producir un cambio en
diferencias culturales, resulta obvio que la comunidad terapéutica es la conducta de los residentes, mientras el equipo permanecía más dis­
una cultura en sí misma y que la admisión es un shock cultural tam­ tante. La estructura de la comunidad terapéutica había sido extrema­
bién para los residentes nacidos y educados en Holanda. damente rígida. Los residentes tendían a actuar por miedo a las posi­
Un nuevo problema es cómo actuar con residentes que son seropositi- bles consecuencias de un comportamiento negativo. En la sexta fase la
vos. No se admite a los adictos a los que se ha diagnosticado sida, ya que estructura fue menos rígida y uno podía acercarse al equipo con más
el programa no sabe enfrentarse al hecho de que no pueden participar en facilidad. En esta fase creció el contacto emotivo entre equipo y resi­
todas las actividades. Además, es problemático el hecho de si los enfer­ dentes, así como el interés mutuo. Se desarrolló un término medio
mos de sida deberían estar en un ambi ente terapé utico enfocado a una entre el interés y el establecimiento de límites a la conducta negativa
vida futura que estas personas no pueden llevar. de acting-out. En las siguientes fases se mantuvo este importante
Los programas libres de droga de Emiliehoeve, De Weg, el programa equilibrio.
de reinserción y el centro de información y prevención fueron organiza­
dos como unidades separadas dentro de la Bloemendaal Organization. Emiliehoeve y la sociedad
El di rector de E miliehoeve, que había adquirido pre paración profesio­
nal tras la graduación en su programa, se convirtió en la cabeza respon­ Emiliehoeve había comenzado como una alternativa a la hospitali­
sable de l a dirección y del equipo; el psiquiatra es responsable del pro­ zación psiquiátrica y a los programas de mantenimiento con metado-
grama de tratamiento. Los directores de la comunidad terapéutica y del na que no habían conseguido detener el consumo de drogas en los
programa de reinserción son graduados del c entro con preparación pro­ adictos. El programa de Emiliehoeve estuvo, ya desde su puesta en
fesional, y el jefe del centro de desintoxicación es enfermero psiquiátri­ marcha, influido por el movimiento democrático que se propagó en
co. El centro de información y prevención llegaron a formar parte de las los años sesenta. Los principios de las comunidades terapéuticas
responsabilidades del coordinador del programa de reinserción. democráticas formulados por Maxwell Jones encajan perfectamente
Emiliehoeve ha quedado íntimamente vinculada con la Erasmus en el concepto de compartir y tomar decisiones por consenso. La intro­
University en Rotterdam. Su base de datos de un millar de residentes ducción de la estructura jerárquica residentes-equipo chocaba con las
es extremadamente valiosa para futuras investigaciones. ideas comunes de los trabajadores sociales y de otros profesionales en
las "profesiones de ayuda". Su aprobación inicial al plan de comenzar
un centro de tratamiento distinto del modelo de abordaje médico
Diferencias de fase e investigación actual, experimentó un cambio enorme tornándose en una fuerte críti­
ca de las crueles medidas llevadas a cabo en la comunidad terapéuti­
El desarrollo del programa de Emiliehoeve a través de diversas fases
ca. Parte de esta crítica estaba justificada. Emiliehoeve se había con­
posibilitó la investigación de las diferencias en el resultado de éstas. Se
vertido a mediados de los años setenta en una sociedad a su estilo,
necesitaron diez años para desarrollar un programa estable "adulto".
copiando medidas, como la de rapado de cabeza, de los programas
Hubo equivocaciones por parte del equipo durante las diferentes fases,
americanos, sin t ener en c uenta el i mpacto que esto supondría sobre la
como haber delegado el poder en los residentes en una etapa en que no
imagen del programa en Holanda.
estaban preparados para asumir responsabilidades, o haber copiado los
instrumentos y técnicas usados en las comunidades terapéuticas ameri­ Otro fenómeno curioso se hizo patente. Cuando en los primeros
canas sin tener en consideración que dimanaban de una cultura muy años se veía poco o ningún resultado de los esfuerzos por tratar a los
distinta. Sin embargo, de estas equivocaciones el equipo sacó provecho pacientes, equipos de otros programas de tratamiento mostraron su
y pudo elegir luego alternativas con claridad. Durante los primeros diez simpatía. Esta simpatía se convirtió en escepticismo en cuanto, más
años iba un equipo y venía otro nuevo. El psiquiatra que había fundado tarde, pudieron mostrarse los buenos resultados.
la Comunidad Terapéutica Emiliehoeve había sido, sin embargo, el En el hospital psiquiátrico, la Comunidad Terapéutica Emiliehoeve
responsable de su programa de tratamiento a lo l argo de todo est e pe­ era un fenómeno extraño. El equipo del Hospital Bloemendaal miraba
ríodo. a los residentes con recelo. Cuando en los primeros meses los residen­

214 215
tes bajaban por la carretera a lo largo de las casas del personal del hos­ alcohólicos Hoog Hullen al norte y Leefdaal al sur, tenían programas
pital, se llamaba a los niños que jugaban para que subiesen a casa por similares. En 1975 formaban una Federación de Programas. Libres de
miedo a los adictos. Esta actitud cambió después de una fiesta para Drogas que duró unos cinco años, con la mira puesta en la coopera­
niños celebrada en la granja de Emiliehoeve. Se invitó a todos los ción, la formación e intercambio de equipo, organización de semina­
niños de la vecindad a que asistieran con sus padres. La sesión de gui­ rios y mejora de contactos con el gobierno central sobre intereses
ñol fue un éxito. Los cien helados fueron suficientes para todos los comunes. Esta federación fue posteriormente transformada en una
niños y sus padres se dieron cuenta de que los residentes no consu­ sección más estructurada, y más amplia, de la Organización Nacional
mían drogas ni eran peligrosos. En años posteriores la gerencia del de Programas para el Cuidado de Drogadictos y Alcohólicos, dejando
hospital no aceptó inicialmente que los ex-adictos que trabajaban así a las distintas comunidades terapéuticas más espacio para desple­
como ayudantes de equipo en Emiliehoeve comieran en el restauran­ gar su propia identidad. La meta inicial de la Federación era tener
te para el personal de Bloemendaal. Las influencias de Emiliehoeve estructuras de programa similares, haciendo de esta forma más fácil el
pudieron verse en Bloemendaal. La idea de tener ex-pacientes en el intercambio de residentes y equipo que habían sido temporalmente
equipo era nueva y costó c ierto t iempo el que se acostumbrase n a ella. contratados. En años posteriores la diversificación de programas se
Dentro del Hospital Psiquiátrico Bloemendaal, una unidad para ado­ consideró crecimiento natural. A esto se añadía, además, la ventaja de
lescentes adoptó partes de la estructura y técnicas de la Comunidad que los distintos programas pudieran satisfacer necesidades distintas
Terapéutica Emiliehoeve. En esta comunidad terapéutica se concedía a en relación con las poblaciones de clientes.
los residentes más responsabilidad en su programa. El programa de Emiliehoeve no fue aplicado como modelo solamen­
Desde 1975, los graduados del centro pudieron ser miembros a te por comunidades terapéuticas de Holanda. En Emiliehoeve se for­
sueldo del equipo en el programa de Emiliehoeve. Era un novedad maban equipos de programas de Bélgica, Inglaterra, Alemania,
que fueran aceptados ex-pacientes como equipo y que su experiencia Austria, Suiza, Noruega, Suecia, Indonesia, Italia y Grecia. El equipo de
personal se considerara provechosa para su trabajo. La aceptación del Emiliehoeve trabajaba activamente en la organización de reuniones
programa Emiliehoeve como una unidad que podía ser considerada internacionales para l os equipos de comunidades terapéuticas. En 1980
una clase especial de tratamiento psiquiátrico, tuvo la ventaja de que se organizó la quinta Conferencia Mundial de Comunidades
el programa se pudiese financiar en conformidad con las tarifas fija­ Terapéuticas en Noordwijkerhout, Holanda. Durante esta conferencia
das para los pacientes tratados en hospitales psiquiátricos especiali­ se creó la Federación Mundial de Comunidades Terapéuticas.
zados. Además, Emiliehoeve también ha influido en otros programas dife­
La desventaja de ser parte del sistema sanitario consistía en que la rentes de comunidades terapéuticas para adictos o alcohólicos. La idea
política del Gobierno trataba de disminuir el número de camas en hos­ de que los adictos pueden ser considerados responsables de su elec­
pitales psiquiátricos, incluidos hospitales especiales como las clínicas ción de seguir consumiendo drogas llegó a ser ampliamente apoyada
para el trata miento de la adicción. Emiliehoeve, por tanto, no podía ofi­ y reemplazó a la opinión común en Holanda de ver a los adictos úni­
cialmente aumentar su número de camas a más de 45 (Kooyman, camente como víctimas sin remedio. Emiliehoeve se implicó en la
1986d). Así pues, quedó limitada la expansión del programa. Esta fue implantación de programas para preparar a los adictos para un trata­
una de las razones para establecer un centro de día, que comenzó sus miento libre de droga, como en el caso de centros de desintoxicación
actividades el año 1976 dentro de una fundación separada que implan­ crítica y de programas en prisiones.
taba un modelo médico clínico para drogadictos y alcohólicos. Este cen­ Su influjo respecto a la implicación de padres, parejas y otros fami­
tro de día. Het Witte Huis, fue implantado por e l equipo de Emil iehoeve liares en el programa de tratamiento fue grande. Emiliehoeve había
y abierto el 15 de enero de 1976. El programa fue desde su implantación sido el primer programa de tratamiento de Holanda que implicaba a
casi una copia de Emiliehoeve con estructura de comunidad terapéuti­ los padres mediante la organización de reuniones aparte con ellos. El
ca, los días laborables de nueve a cinco. compromiso de los padres se convirtió en la política de muchos pro­
Emiliehoeve ejerció una gran influencia en los centros de tratamien­ gramas de tratamiento.
to existentes y nuevos de Holanda. Casi todas las comunidades tera­ Equipo, residentes y familiares de residentes se han mostrado activos
péuticas para adictos y alcohólicos del país fueron modeladas como en varias ocasiones, mostrando su interés por las proposiciones o pla­
Emiliehoeve. Algunas como Breegweestee al norte, Essenlaan en nes de gobiernos locales o de políticos loc ales y nacionales encamina­
Rotterdam, la comunidad terapéutica H.A.D. y Welland en el sur, dos a controlar o regular y aceptar el abuso de droga como una alter­
Krauweelhuis en Amsterdam y las comunidades terapéuticas para nativa al tratamiento y a los programas de prevención. Varios cientos

216 217
de ex-adictos de todo el país organizaron una marcha a los edificios del así como normas para el caso de que los clientes que hubiesen sido remi­
parlamento de La Haya en 1977 para protestar contra los planes de pro­ tidos a la comunidad terapéutica dejaran prematuramente el programa.
porcionar heroína gratis a los adictos. Hubo también una protesta con­ En el Ayuntamiento se celebraron reuniones con organizaciones preo­
tra la distribución de metadona a los adictos desde autobuses. El plan cupadas por la prevención de la droga. Los Amigos de la Organización
de prescribir heroína a los adictos nunca se ha llevado a cabo; la distri­ Emiliehoeve, que eran profesionales interesados, padres y amigos de
bución de metadona desde unidades móviles a tantos adictos como sea residentes o del equipo, se preocupaban de la organización de las reu­
posible, sin que pidieran dejar la heroína, se llevó a cabo en l as grandes niones dentro y fuera de Emiliehoeve como comunidad terapé utica. Sus
ciudades de Holanda (Kooyman, 1984a). Sin e mbargo, no se alcanzó el visitas a la comunidad terapéutica constituyeron un enlace importante
fin primario de los citados programas de reducir el crimen relacionado con la sociedad de fuera de Emiliehoeve, que ayudó a prevenir el creci­
con la droga (Grapendaal, c.s., 1991). Un efecto secundario de estos miento de un espléndido aislamiento.
programas alternativos de bajo umbral fue que los adictos pospusieran
su plan de buscar tratamiento para su adicción, tal como aparece indi­ Futuros desarrollos
cado en el aumento de edad en el tiempo de su admisión en
En el mundo de la droga de los años noventa, la cocaína se está
Emiliehoeve, desde que dichos programas empezaron (Kooyman,
haciendo más popular y más de la mitad de los adictos a opiáceos la
1985c).
consumen de forma regular. Tal como se muestra en este estudio de
Lo dicho tal vez pueda sugerir que no es posible combinar los pro­ seguimiento, definitivamente Emiliehoeve n,o es menos eficaz en tra­
gramas de metadona y de tratamiento libre de droga. La experiencia tar la adicción a estimulantes como son las anfetaminas o la cocaína
de La Haya y de otros lugares, sin embargo, ha sido que la coopera­ que en la adicción a depresores como la heroína y la metadona.
ción entre programas sin droga y programas de tratamiento con meta- Un problema creciente es la adicción al juego, como se ve en los ado­
dona puede ser muy fructífera. El director del programa de lescentes. Cuando un tratamiento no residencial como la terapia de fami­
Emiliehoeve había sido el responsable de los programas de metadona lia o de grupo con o sin compañeros fracasa, una respuesta puede ser la
de La Haya , Rotterdam y Leiden durante los primeros años de su exis­ admisión en la comunidad terapéutica. Si llegará a ser un programa
tencia, mientras que en el mismo período fue director del programa separado o a int egrarse dentro del programa exi stente de Emiliehoeve,
libre de droga de La I laya, y más tarde también de Rotterdam (Kooy­ es una cuestión a la que se responderá en el futuro cercano.
man, 1984c, 1986). Estos pr ogramas de meta dona eran ambos de man­ El desarrollo de un programa de comunidad terapéutica a corto plazo,
tenimiento, empleando ésta como sustitutivo con la mira puesta en de cuatro a cinco meses, par a adictos poli consumidores que aún no han
que los client es dejaran e l uso de drogas ilegales, así como en que fue­ desplegado un estilo de vida yonki, parece un añadido deseable a los
ran programas ambulatorios de desintoxicación. Para muchos adictos, programas de tratamiento fibres de drogas existentes en La Haya.
tales como clientes con serias enfermedades psiquiátricas o somáticas Como se advirtió en la unidad para adolescentes del hospital psi­
además de su adicción a la droga, el mantenimiento con metadona quiátrico Bloemendaal, la estructura y técnicas de Emiliehoeve pue­
puede ser una buena alternativa, al no podérseles tratar bien en un den utilizarse eficazmente en centros para otros grupos de clientes,
ambiente estresante como lo es una comunidad terapéutica. Para como pacientes con anorexia nerviosa, comportamiento de acting-out
muchos residentes de Emiliehoeve los programas con metadona han suicida o delincuentes juveniles. Su utilidad en comunidades terapéu­
sido su primer contacto con cualquier tratamiento para la adicción. La ticas para adictos fue comprobada por la comunidad terapéutica Hoog
cooperación entre programas sin droga y programas que han abando­ Hullen, un centro de tratamiento dedicado principalmente a personas
nado su última finalidad de ayudar a los clientes para que dejen de con serios problemas de alcohol.
consumir drogas, es una cuestión totalmente distinta y casi imposible. Desde el inicio de Emiliehoeve, se ha conseguido reunir datos históri­
En La Haya el programa de Emiliehoeve tomó la iniciativa al estable­ cos de casi todos los residentes admitidos. Dichos datos pueden ser uti­
cer una reunión central de admisión en la que fueron presentados lizados en investigaciones futuras. Pueden indicar tendencias en el
todos los programas de tratamiento. En dichas reuniones los repre­ patrón de abuso de drogas con e l paso del tiempo. En años recientes han
sentantes de distintos programas informaron a los otros sobre nuevos elaborado proyectos comunes de investigación el equipo de Emiliehoeve
métodos de tratamiento y posibles derivaciones de casos. y el Instituto de Investigación sobre Drogodependencias de la Universi­
El equipo de Emiliehoeve organizó reuniones regulares con represen­ dad Erasmus en Rotterdam. Mediante esta investigación, el programa de
tantes del tribunal de La Haya, que resultaron en esclarecedores acuer­ Emiliehoeve puede mantener su tradición de ayuda a otros programas
dos sobre la admisión en la comunidad terapéutica de clientes presos. para que se ayuden a sí mismos.

219
Capítulo 11

El éxito del programa:


Estudio de evaluación
de Emiliehoeve

Poco después de la fundación de Emiliehoeve se ideó un plan que


evaluara el resultado del tratamiento. Se fueron juntando datos histó­
ricos de los residentes después de que fuesen admitidos. A todos los
residentes recién admitidos se les proporcionaba un número de iden­
tificación. A las readmisiones se les asignaba números de identifica­
ción distintos. Los residentes que retornaban al programa tras haber
estado fuera más de seis meses, eran considerados readmisiones. Si
habían estado fuera del programa por un período de tiempo más
corto, se consideraba una interrupción en el tratamiento. Estos resi­
dentes guardaban el mismo número de identificación que habían reci­
bido en el momento de su primera admisión. El factor tiempo pasado
en el programa se obtenía añadiendo los días transcurridos en el tra­
tamiento. Si los residentes habían estado menos de 48 horas fuera del
programa antes de ser readmitidos, dichos días no se deducían del
total "Tiempo en Programa" (TIP).
A fin de poder reunir información comparable con la que se utiliza
internacionalmente en los cuestionarios, se realizó uno que emplea
items derivados de los americanos existentes, tales como los emplea­
dos en los estudios CODAP DARP (anteriormente descritos) y en la
investigación de De León en Phoenix House. El cuestionario se probó
entre los residentes en reinserción de Emiliehoeve.
En contraste con los anteriores proyectos de investigación sobre
resultados en las comunidades terapéuticas que carecían de compara-

221
ciones con grupos de control, se incluyeron dos grupos de residentes que habían finalizado el tratamiento graduándose en los seis últimos
en el estudio de seguimiento que no recibieron tratamiento en una meses o pr eferiblemente más tiempo (o en el c aso de pe rsonas que no
comunidad terapéutica (C.T.). Uno de los grupos constaba de personas habían recibido ningún tratamiento, aquéllas que no habían sido
que habían dejado la droga y el alcohol durante su participación en el admitidas en la comunidad terapéutica al menos seis meses después
programa ambulatorio de ingreso, y que entonces decidieron solicitar de haber sido entrevistadas).
su admisión en una comunidad terapéutica. Estos eran clientes del cen­ Se eligieron estrictos criterios de éxito, derivados del objetivo del pro­
tro ambulatorio de ingreso del programa libre de drogas en La Haya. grama. Este objetivo no era sólo que los clientes dejaran su adicción a la
El segundo grupo lo formaban personas que habían dejado la droga y droga, alcohol, tranquilizantes o medic ación para el sueño, sino también
el alcohol tras su admisión en el centro de desintoxicación Heemraad- que fueran capaces de aguantar situaciones de estrés de una manera sana
ssingel en Rotterdam, vinculado a Essenlaan, pero que habían decidi­ y que dejaran cualquier modo de comportamiento criminal. Ade más, en
do abandonar el centro sin continuar un tratamiento ulterior. los criterios de éxito se incluían las admisiones en centros de crisis o en
hospitales psiquiátricos, los arrestos, las condenas relacionadas con la
Aparte de estos grupos de no tratamiento, se eligió, también, un
droga y los encierros en prisión. En el momento de la investigación no
grupo comparativo compuesto por una muestra de residentes admiti­
podía considerarse conducta desviada el consumo de cannabis, tranquili­
dos en Essenlaan poco después de que este programa hubiera adopta­
zantes o pastillas para el sueño, inci dentalmente y no de forma adictiva;
do el programa de tratamiento Emiliehoeve. Essenlaan había sido fun­
este tipo de uso se consideraba aceptable y no como una razón para que
dada en 1970 como un modelo médico de clínica de metadona resi­
se le incluyera en el grupo de no éxito. Asimismo, el que tuvieran un
dencial para adictos únicamente a opiáceos. En 1974, el equipo de
puesto de trabajo remunerado no se incluía en los criterios de éxito, ya
Essenlaan había cambiado radicalmente su programa hacia una comu­
que el desempleo juvenil era alto en la época de la investigación.
nidad terapéutica libre de drogas, jerárquicamente estructurada, con­
forme al modelo de Emiliehoeve. Al autor, que era el psiquiatra de Se eligieron los siguientes criterios para un resultado exitoso. Tras
Emiliehoeve, se le pidió ayuda para esta transición. Se convirtió en haber dejado el programa, o en caso de no admisión, desde la entre­
director médico del programa de tratamiento para el abuso de dr oga de vista, las personas incluidas en el estudio deberían haber conseguido:
la Fundación Bouman, a la que pertenecía Essenlaan, y llegó a ser el
fundador del programa de desintoxicación de Heemraadssingel en 1. Ningún consumo de drogas duras (heroína, anfetaminas,
1975. Como era también el responsable del programa de iniciación de cocaína, metadona, alucinógenos, disolventes).
la comunidad terapéutica y del centro de día en La Haya, pudo tener 2. Si se consumieron otras drogas (cannabis, tranquilizan­
acceso a la información necesaria para la investigación. Al estar ligado tes, pastillas para el sueño), la frecuencia de su consumo
al Departamento de Psiquiatría Preventiva y Social de la Universidad durante el último medio año antes de la entrevista debe­
de Rotterdam, le fue posible llevar por sí mismo la investigación con la ría haber sido menor que una vez por semana.
asistencia de miembros del equipo de dicho departamento y de estu­ 3. Ningún abuso de alcohol.
diantes de Medicina, que participaron en el proyecto de investigación 4. Ningún arresto o detención en la cárcel.
durante cinco meses de estudio. Los estudiantes fueron adiestrados en 5. Ninguna condena relacionada con droga.
el modo de entrevistar a las personas incluidas en la investigación. A 6. Ningún contacto con la policía, en relación con la droga,
fin de que comprendieran el tratamiento en el que los antiguos resi­ sin condena.
dentes de la comunidad terapéutica habían tomado parte, los mismos 7. Ningún tratamiento por problemas de alcohol o droga.
estudiantes pasaron dos semanas como residentes en Emiliehoeve, 8. Ninguna admisión en algún hospital psiquiátrico.
antes de comenzar sus entrevistas de seguimiento. Las personas inclui­
das en la entrevista de seguimiento fueron visitadas en los lugares en Los incluidos en el grupo de éxito que respondieron a la entrevista
que estaban viviendo en el momento de la misma. debían puntuar positivo en las ocho áreas. Empleando los criterios
El estudio de seguimiento consistía en una entrevista a cada una de arriba expresados se entiende por tratamiento exitoso, por consi­
las personas que habían sido incluidas en la muestra original del estu­ guiente, no recaer tras el tratamiento, o, en el caso de los no admitidos,
dio por lo menos seis meses (180 días), pero preferiblemente un año, o tras la entrevista inicial. Lo cual quiere decir que si, por ejemplo, una
más, después de su marcha del programa de la comunidad terapéuti­ persona había tomado cocaína sólo una vez, dicha persona no sería
ca. Esto significa todas las personas que habían dejado la comunidad incluida en e l grupo de éxito. A fin de poder comprobar el éxito de otra
terapéutica o el programa de reinserción prematuramente, o aquéllos manera, se investigó también la situación durante medio año antes de

222 223
las entrevistas referentes al consumo de drogas o alcohol. De este Esta información fue muy provechosa en la búsqueda de los entre­
modo, el estudio se podía comparar con los que miden el éxito aten­ vistados.
diendo al período de seis meses anterior a la entrevista, en vez del No se ha usado en este estudio toda la información adquirida
período total desde el tratamiento. durante las entrevistas. Los grupos de estudiantes también presen­
Se volvió a entrevistar a todos los clientes de Emiliehoeve que habían taron algunos trabajos más modestos que fueron editados como
sido incluidos en el grupo de éxito. Las nuevas entrevistas iban a rea­ publicaciones de estudiantes por el Departamento de Psiquiatría
lizarse, más o menos, tres o cinco años , después de que los clientes Preventiva y Social. Los items seleccionados de las primeras entre­
hubieran dejado el programa de tratamiento. Esto último proporcio­ vistas y de las entrevistas de seguimiento fueron analizados esta­
naría información sobre la estabilidad de los supervivientes exitosos dísticamente. Las personas que no habían sido adictas a drogas o
del primer seguimiento. alcohol fueron excluidas de la muestra, así como las personas pro­
Ha constit uido un problema ve r a las per sonas de la m uestra a inter­ cedentes de las muestras de una comunidad terapéutica cuyo trata­
valos defini dos de tiempo. De muchas tan sólo se podía saber su para­ miento había tenido lugar en más de una comunidad terapéutica;
dero tras varios intentos de los estudiantes. Un hecho que hizo impo­ aquéllos que habían sido remitidos a Emiliehoeve o a Essenlaan
sible estar con los que respondieron a intervalos fijos fue que los estu­ desde otra comunidad. También fueron eliminados del análisis los
diantes de Medicina que tomaban parte en las entrevistas sólo podían que no habían completado una entrevista de seguimiento.
dedicarse al estudio durante el período de febrero a julio de cada año. Para comparar las diferencias potenciales del resultado definitivo
Otro problema consistía en que, durante los nueve años, estaban entre las distintas fases del desarrollo de Emiliehoeve, los clientes de
implicados en la asistencia al proyecto de investigación diferentes gru­ ésta fueron asignados a la fase del programa justo donde lo habían
pos de estudiantes. abandonado, a no ser que hubieran estado el 75% o más del período
Si bien los cuestionarios estándar se usaban con preguntas fijas y con total de tratamiento en el programa en una o más fases anteriores. En
respuestas fijas a las múltiples opciones, tener que usar 38 entrevista- tal caso, se les asignaba a la fase anterior a aquélla en la cual habían
dores distintos ha sido un problema. La ventaja era que los estudian­ dejado la comunidad terapéutica.
tes podían trabajar a tiempo completo y se les concedían medios para Para investigar la influencia de la participación de los padres en los
viajar por todo el país con el fin de ver a los sujetos en una entrevista grupos formados en el programa de Emiliehoeve, se examinó la asis­
cara a cara. No se consideró necesario recoger muestras de orina. La tencia a grupos de padres de al menos uno de ellos. Esto se aplicó a los
validez de los auto-informes respecto al consumo de heroína puede residentes desde la fase tres a la seis, cuando las reuniones de padres
considerarse alta (Bale y otros, 1981). Se estimó que la visita de los se habían convertido en una parte integral del programa. La asistencia
adictos en su propio entorno por entrevistadores que habían estado en de padres a los grupos estaba dividida en no asistencia, asistencia a
Emiliehoeve, pero que no formaron parte del equipo del programa de uno o dos grupos, y asistencia a tres o más grupos.
tratamiento, proporcionaba suficiente información sobre una posible Durante la recogida de esta información el psiquiatra, que es el
recaída. Además, el objetivo era investigar el período entero desde el autor de este libro e investigador de este estudio, era el director de
tratamiento a la primera entrevista y no realizar una valoración del los programas de tratamiento implicados. Así fue más fácil conseguir
momento. la cooperación necesaria del equipo que implementara este estudio
Las entrevistas solían durar unas dos horas y las realizaba un estu­ realizado a lo largo de muchos años. Durante el período en que se
diante. A veces había un segundo estudiante como observador duran­ analizaron los resultados, el autor/investigador había dejado el
te la entrevista. Algunos participaron en el proyecto de estudio duran­ cargo de director del programa y no era ya el responsable del pro­
te algún tiempo después de su período de cinco meses como asisten­ grama de tratamiento. Este último hecho disminuye un potencial
tes remunerados. Aconsejaban a los nuevos estudiantes durante sus sesgo en la interpretación de los resultados (Kooyman, 1992).
primeras entrevistas. Antes de las citadas entrevistas se celebraban
sesiones de formación con grabaciones de vídeo.
En el momento de la entrevista inicial se recogían direcciones y
números de teléfono de tres informadores virtuales, aparte de los La población de Emiliehoeve
padres o compañeros, con quienes se pudiera contactar posterior­
mente a fin de saber las andanzas del cliente. Estas direcciones po­ En los años subsiguientes del programa de Emiliehoeve, se pueden
dían ser de familiares o amigos, pero también de algunos empleados, observar ciertas tendencias en las características históricas de los resi­
o del equipo, procedentes de otras organizaciones de tratamiento. dentes. Se recogió información de todos los clientes en el momento de

224 225
su admisión, empleando cuestionarios estándar. De las admisiones de Figura 10: Cambios en las drogas problemáticas
entre 1972 y 1974, el 71% de los residentes había recibido solamente
educación primaria. Durante los años siguientes aumentó el nivel de
educación (los niveles de educación solamente primaria en 1972-74
eran de un 71%, en tanto que los de 1984 eran del 34%).
La media de edad en el momento de la admisión subió de 20,6 años
entre 1972 y 1974 a 24,4 años en 1983 (ver cuadro 4).

Cuadro 4: Tendencias en la admisión en Emiliehoeve; edad en la admisión


Abuso en el momento
de admisión:
Año Promedio de edad en el momento de la admisión
---------- Anfetaminas
............. Opiáceos
1972-74 20,6
■ Alucinógenos
1975 21,6
1976 21,1
1977 21,1
1978-1979 22,2
1980-1981 23,1
1982-1983 24,4

Con el paso de los años, menos residentes provenían de clases socia­


les más bajas (estimado); el porcentaje descendió del 37% (en 1972-74)
al 33% en 1976 y al 9% (en 1982-1983).
Los remitidos de tribunales permanecieron estables en esos años adicción antes de la a dmisión aumentó de 3 años en 1976 a 7 años en
(9-10%). Ivíás del 50% de los residentes, en todos los años, habían esta­ 1983. Se pudo ver un cambio considerable en los patrones de consu­
do en prisión antes de ser admitidos. También la proporción hombre- mo de droga. La inyección de droga como principal método de con­
mujer ha sido más o menos constante: 7 a 3. Durante los años 1972- sumo descendió del 65% en 1972-1975 al 47% en 1980-1983. El fumar
1976 no hubo residentes de grupos minoritarios en el programa. Desde (o inhalar) droga subió del 6% en 1972-1975 al 32-47% en 1980-1983
entonces, el porcentaje ascendió al 17% en 1983. (ver cuadro 6).
Hay una tendencia al abuso de un mayor número de drogas dife­
rentes. En 1972-1974 se manejó un promedio de 2,87 drogas distintas.
En 1976 un 3,77 y en 1983, 3,97. Con el paso del tiempo, se ha expe­ Cuadro 5: Tendencias en la admisión en Emiliehoeve; uso adicional.
rimentado un cambio considerable en el uso de la droga que con más
frecuencia se consumía (ver Fig. 10). En 1972 las drogas más preferi­ Año Cannabis Cocaína Metadona
das eran las anfetaminas, mientras que en 1983 las más populares
eran los opiáceos (heroína). Al final de los años .ochenta era popular 1972-74 89% 26% 30%
la cocaína, de la que se abusaba incluso entre los adictos a opiáceos. 1975 80% 63% 50%
Mientras que en 1972-1976 entre el 23% y el 25% de los residentes 1976 67% 44% 38%
usaban inhalantes para esnifar, tales como pegamento o tricloretile-
1977 61% 31% 24%
no, este uso descendió al 5%-9% en el período 1978-1983. También
descendió en los años ochenta el consumo de alucinógenos. Desde 1978-1979 67% 40% 48%
1976 la metadona se hizo más fácilmente asequible a través de dis­ 1980-1981 73% 63% 71%
pensarios de bajo umbral en los programas de salud de la ciudad 1982-1983 75% 72% 75%
(ver cuadro 5). Desde ese mismo año, el promedio de duración de la

226 227
O
Cuadro 6: Tendencias en el momento de admisión en Emiliehoeve; métodos principales de uso ||fe Las personas remitidas a Emiliehoeve o a Essenlaan desde otra
■B comunidad terapéutica, o las que fueron enviadas para un tratamien-
Año Inyectada Fumada Esnifada Ingerida to más largo desde estas comunidades terapéuticas a otras, eran
igualmente excluidas.
1972-1975 65% 6% 6% 24% ■ ■ De Ia muestra de Emiliehoeve fueron excluidas doce personas a
1976-1977 54% 8% 22%
U? causa de que su admisión no se había debido a una adicción a drogas
16%
fe duras o alcohol. Once personas fueron excluidas porque habían sido
1978-1979 39% 23% 21% 17% 1 ~ remitidas a Emiliehoeve desde otra comunidad terapéutica (tales
1980-1981 46% 32% 20% 3% [j como Essenlaan o Breegweestee) o porque fueron remitidas de Emi-
1982-1983 47% 47% 6% 0% íy' liehoeve a otra comunidad terapéutica antes de que hubieran finaliza-
LL do su tratamiento.

De las 227 personas restantes, 172 habían sido entrevistadas en el


La muestra del estudio de seguimiento seguimiento al menos una vez después de que hubieran terminado el
® programa. Este es un porcentaje de respuesta del 75,8%. Del grupo de
■Para esta investigación fueron estudiados los primeros 250 residen­ te Essenlaan pudieron ser incluidas 67 personas en el grupo de compara-
tes admitidos por primera vez en la Comunidad Terapéutica Emilie- jta ción de 90 casos; la mayoría de las exclusiones (como en el grupo
hoeve desde el inicio del programa. Dichos residentes fueron admiti­ S Emiliehoeve, ninguna adicción a drogas duras y/o alcohol, traspasos a o
dos en los primeros cinco años desde la fundación del programa. Las j; desde otras comunidades terapéuticas y fichas incompletas en el
readmisiones en los seis meses posteriores a su marcha se considera­ ta momento de la admisión) tenían fichas incompletas. De estos 67 resi­
ban parte de la misma admisión. Las readmisiones tras haber estado) te dentes, 47 fueron entrevistados en el seguimiento, lo que equivale a un
fuera del programa por más de seis meses eran excluidas del estudio. porcentaje de respuesta del 70,1%. De los grupos de control de no admi-
Se eligió un grupo comparativo procedente de la comunidad tera- te; siones fueron entrevistados 49 clientes en el centro ambulatorio de ingre-
péutica Essenlaan de Rotterdam, consistente en una muestra de 90 so de Emiliehoeve; de 32 de ellos se pudo saber el paradero para una
residentes admitidos después de que el programa de Essenlaan hubie­ iggi entrevista de seguimiento (65,3%). Catorce clientes fueron e ntrevistados
ra introducido un programa como el de Emiliehoeve (Fase 4). Esto; tai en el centro de iniciación residencial de Essenlaan; de 12 de ellos se pudo
ocurrió en el período en que el psiquiatra, que era entonces el director
saber el paradero para una entrevista de seguimiento (85,7%). Los dos
del programa de Emiliehoeve, fuese nombrado también director del
grupos de no admitidos no diferían significativamente en su promedio
programa de Essenlaan. Estos residentes de Essenlaan eran, también,
de respuesta. Ambos grupos se unieron, dando como resultado un grupo
los primeros admitidos.
de no admisiones de 63 clientes, de los cuales 44 realizaron una entrevis­
Como control (no tratamiento) se habían incluido dos grupos de per­
ta de segui miento, lo que da un promedio de respuesta del 69,8%.
sonas que habían optado por dejar de tomar drogas y que habían sido
admitidos o bien en el programa ambulatorio de ingreso de Emiliehoeve; Las diferencias en promedio de respuesta entre grupos de Emi­
de La Haya, o bien en el programa de iniciación residencial de Essenlaan liehoeve (EH) y de Essenlaan (ES) y de las no admisiones (NA) no eran
en el Centro de Desintoxicación de Rotterdam. Estas personas habían significativas (ver cuadro 7).
interrumpido su programa de iniciación y se habían marchado antes de
ser admitidos en Emiliehoeve o en Essenlaan. A las personas de este ! Cuadro 7: Promedio de respuesta.
grupo se las denominaba “no admitidos".
Las personas con problemas de drogadicción que no eran claramen-- Promedio
N.° total N.° de seguimiento
te adictas a drogas duras (anfetaminas y/o opiáceos) y/o alcohol, fue­ de respuesta
ron excluidas de este estudio. Las personas admitidas en el programa
de la comunidad terapéutica por otros problemas (principalmente psi- EH 227 172 75,8%
quiátricos) di stintos de la adicc ión a las drogas duras o al alcohol, eran ES 90 67 70,1%
también excluidas. Las personas cuyas fichas estaban incompletas en NA 63 44 69,8%
el momento de la admisión (o en el ingasso, en caso de no admisiones) ;
Total 357 263 73,7%
también fueron excluidas.

228 229
F
■V

Los clientes del grupo de Emiliehoeve tenían más hospitalizaciones


Los residentes de Emiliehoeve habían sido tratados durante las pri­
previas que los de otros grupos. Una posible explicación es el hecho de
meras seis fases del desarrollo del programa. Para el estudio de segui­
que Emiliehoeve formara parte de la organización del Hospital
miento, la sexta fase finalizó un día después de que los primeros 250
Psiquiátrico Bloemendaal y pudiera, por tanto, haber recibido más
residentes admitidos entraran en la comunidad terapéutica. Esto sig­
clientes que habían sido hospitalizados en un hospital general psi­
nifica que los residentes de la muestra llegados en último lugar perte­
quiátrico o en un centro de crisis psiquiátricas.
necían a las fases subsiguientes. Dieciocho personas no pudieron ser
asignadas a la sexta fase, porque se marcharon después del 20 de agos­ En todos los datos ulteriores del historial de drogadicción, tales como
to de 1977, último día de esta fase, y pa saron en ella menos del 75% de la edad en el momento de empezar a tomar diariamente droga, dura­
su tiempo total en el programa. De la muestra total del estudio ción de este c onsumo diario, problemas de alcohol e intentos de suici­
(N = 227), 209 clientes pudieron ser incluidos en una de las seis fases dio, no se encontraron diferencias significativas entre los dos grupos. En
de Emiliehoeve. ,•» datos demográficos, tales como el sexo, la edad en el ingreso, el grupo
Los promedios de respuesta para las seis fases de Emiliehoeve se étnico, el mayor nivel educativo alcanzado, clase social y situación labo­
presentan en el cuadro 8. ral en el ingreso, no se encontró ninguna diferencia significativa.
Tampoco había diferencias significativas en la historia criminal entre los
Cuadro 8: Promedios de respuesta en las distintas fases de Emiliehoeve tres grupos.

Fases Porcentajes Diferencias entre las poblaciones


de Emiliehoeve y Essenlaan
1 46,2% (6 de 13 personas)
2 79,2% (19 de 23 personas) Las diferencias que indican el poder de retención de los dos pro­
3 73,9% (17 de 23 personas) gramas se investigaron teniendo en cuenta el tiempo total trans­
4 75,4% (43 de 57 personas) currido en el programa (TIP), los abandonos prematuros y los gra­
5 78,2% (43 de 55 personas) duados.
6 73,0% (27 de 37 personas)
Retención
El tiempo pasado por los residentes de EH y de ES en el programa se
Estas dif erencias en promedios de respuesta no fueron significativas. mide en días. Una diferencia entre los grupos de Emiliehoeve y los de
Además, entre los dos grupos de no admitidos, no había diferencia Essenlaan era que los de Emiliehoeve entraban, en casi todos los casos,
significativa en el promedio de respuesta: el promedio de respuesta a través de un centro de iniciación ambulatorio, mientras que los de
para el grupo no residencial fue del 65,3% ( 32 de 49 clientes), para el Essenlaan entraban, casi exclusivamente, desde un programa residen­
grupo residencial el 85,7% (12 de 14 clientes). cial del centro de desintoxicación de Rotterdam1.
En la figura 11 están indicadas las curvas de retención para todos los
Comparación de los datos históricos e historial de drogadicción residentes de la muestra de las dos comunidades terapéuticas.
de los tres grupos La curva de retención muestra que aproximadamente el 25% de los
Al comparar la historia demográfica y la del consumo de droga, clientes de Emiliehoeve abandonan el tratamiento en el espacio de un
hubo solamente diferencias importantes en la prevalencia de proble­ mes. Después de unos cuatro meses, el número de clientes que se man­
mas de anfetaminas. En el grupo EH, fue mayor el número significati­ tiene en el tratamiento es de alrededor de un 50%. El promedio de los
vo de sujetos con problemas en el consumo de anfetaminas que en el abandonos se estabiliza en un nivel bajo, alrededor de seis meses tras
grupo ES. La prevalencia de problemas de anfetaminas en el grupo la admisión. Las curvas de retención de la figura 11 son similares.
NA era también más alta que en el grupo ES. Una posible explicación
es que el progr ama de Essenlaan, antes de convertirse en una comuni­
dad terapéutica libre de drogas era una clínica residencial con meta- (') En un estudio piloto de una submuestra del grupo Emiliehoeve, este grupo fue com­
dona para adictos a opiáceos, y, por consiguiente, quizá hubiera atraí­ parado con un grupo de clientes de Emiliehoeve admitidos después de que se abrie­
do un número menor de personas con problemas de anfetaminas en el ra, en 1980, el centro de desintoxicación "De Weg". Se constató la tendencia de que el
último grupo tenía menos abandonos prematuros.
momento del estudio.
231
230
Figura 11: Retención de clientes de Emiliehoeve y de Essenlaan Cuadro 9: Abandonos prematuros (<14 días) de los clientes de Emiliehoeve y de Essenlaan

¿ % de retención de clientes Emiliehoeve n__ o EmiI¡ehoe,


(n = 172) y Essenlaan (n - 47) a —0 Essenlaan
EH 16,7%
ES 20,9%

EH + ES 17,7%

Existe una ligera pero no significativa diferencia (chi2 = 0,4; df = 1; p =.55)3.

Los graduados
Del total de los 219 entrevistados que habían sido tratados en la Emi­
liehoeve o en Essenlaan y que participaron e n una entrevista de segui­
miento, 46 eran graduados del centro (21%). No había diferencia sig­
nificativa entre porcentajes de EH (21%) y de ES (14,9%).
Los clientes de las primeras tres fases del programa EH no pasaron a
la graduación, ya que el programa de reinserción no se había desarro­
llado aún ni había sido establecida la ceremonia de graduación. Cuan­
do se omiten los clientes de estas fases de Emiliehoeve, el porcentaje de
graduados asciende al 26,6% (36 de los 135 clientes restantes).
Tiempo en programa (días) -> '’ *
Contactos con los padres
Antes de su admisión, el 66,5% de los residentes de EH habían teni­
La curva de ES, sin embargo, muestra un declive algo más fuerte que do un contacto personal, al menos una vez al mes, con uno de los
la de EH, después de un año. I padres por lo menos. Para los residentes de ES el porcentaje fue del
76,6%. El porcentaje de los del grupo NA (no admitidos) fue el 62,5%.
Tiempo en el programa Las diferencias no eran significativas. De los tres grupos combinados,
El promedio de TIP para todos los residentes de Emiliehoeve no es el 67,6% de las personas habían tenido un contacto personal, al menos
significativamente distinto del de todos los residentes de Essenlaan2. ) una vez al mes con uno de los padres por lo menos. Dichos porcenta­
jes hacen referencia al último medio año antes de la entrevista inicial.
Los abandonos prematuros
A los clientes que abandonaban el programa dentro de los primeros 14
días se les consideraba abandonos prematuros. Lo dejaron antes del día 1
Diferencias dentro de la muestra de Emiliehoeve
14, siendo el día 1 la fecha de admisión a la comunidad terapéutica. Los
porcentajes para los dos grupos valen para todos los clientes del estudio Datos demográficos e historial de drogadicción en la fase de Emilie­
(ver cuadro 9): hoeve

(3) Hendriks halló, en su estudio, que los residentes de Emiliehoeve que permanecieron
(2) Dentro de la muestra de Emiliehoeve surgió la pregunta de si las estaciones del año menos de tres meses tenían una historia laboral más corta, menos problemas sociales,
influían en la retención. Los clientes admitidos entre el 1 de abril y el 30 de junio y los menos problemas de droga y una necesidad mayor de tratamiento por problemas de
admitidos entre el 1 de octubre y el 1 de diciembre en los años 1977,1978 y 1979 fue­ alcohol. De las personas con una patología de personalidad antisocial, más de la
ron comparados respecto al TIP. La diferencia no era significativa. Pero pudo verse mitad habían dejado la comunidad terapéutica antes de los tres meses, en compara­
una tendencia según la cual la media del TIP para personas admitidas al comienzo ción con el 28% de las personas sin esta patología (basado en el diagnóstico DSM-III).
del invierno era mayor que la de las personas admitidas al comienzo del verano. Del También las personas con diagnóstico de síndrome de pánico abandonaron el trata­
grupo del verano el 65% había abandonado el programa de EH antes de la semana miento antes de los tres meses, en un porcentaje más alto (72%) que las personas sin
14; del grupo de invierno, el 50%. este diagnóstico (38%); (Hendriks, 1990).

232 233
De las primeras seis fases en el desarrollo de Emiliehoeve (N = 209) vista de seguimiento, el 58,2% tuvo contacto, al menos una vez al mes,
se compararon los datos demográficos e historial de droga. No había con al menos uno de los padres. La diferencia no es significativa. Pero
diferencias significativas en sexo, edad y admisión, grupo étnico, últi­ existe una tendencia a que las personas incluidas en el seguimiento
mo curso educativo finalizado, clase social o historia laboral; ni en tuvieran algo más de contacto con los padres que los clientes que no
contactos con los padres, y abuso de droga en relación con contactos fueron entrevistados en el seguimiento.
con la policía o arrestos sin condena; ni en admisiones en hospitales
generales, centros de crisis y demás clínicas relacionadas con proble­
mas de adicción; ni en si fue la adicción al alcohol, opiáceos o anfeta- Fechas de las entrevistas
minas el problema principal; ni en el comienzo del uso diario, la dura­
ción de este uso diario y el principal modo del uso. El primer residente fue admitido en la muestra Emiliehoeve el día en
que dio comienzo el programa (14 de febrero de 1972), y el último resi­
Los clientes de las diversas fases no se diferenciaban significativa­
dente de la muestra fue la admisión número 250, el 19 de agosto de 1977.
mente en el historial de drogadicción y datos demográficos, excepto
El primer residente de la muestra de Essenlaan fue admitido el 20 de
en la prevalencia de suicidio y fichas criminales, que eran más altas
marzo de 1974. Todas las primeras admisiones de Essenlaan que se
entre los residentes admitidos en tiempo posterior. Con el paso de los
hicieron desde esa fecha, fueron incluidas en la muestra. El último se
años, la población de Emiliehoeve parece haberse diversificado.
admitió el 25 de diciembre de 1977. A los no admitidos que fueron entre­
vistados en el centro ambulatorio de ingreso de La Haya se les vio entre
el 1 de noviembre de 1978 y el 14 de mayo de 1980 (inicio de la ac tivi­
Comparación de los clientes dad del centro de desintoxicación De Weg). Los no admitidos, entrevis­
con seguimiento y sin él tados en el centro de desintoxicación Heemraadssingel de Rotterdam,
fueron vistos entre el 11 de noviembre de 1978 y el 30 de setiembre de
Los sujetos a los que no se les pudo locali zar pa ra una entrevista de 1979. Como los no admitidos habían sido entrevistados en un período
seguimiento o que habían rehusado tenerla, se diferenciaban de los posterior al de la entrevista de las personas admitidas, bien sea al grupo
que fueron entrevistados en que habían tenido un historial criminal de Emiliehoeve o al de Essenlaan, las entrevistas de seguimiento pudie­
más largo y en que previamente habían sido recibidos con frecuencia ron tener lugar a lo largo de los mismos años para todos los grupos. Es
en hospitales residenciales o admitidos en centros de crisis relaciona­ decir, después de que las personas hubieran estado expuestas al
dos con el tratamiento de su adicción. Así pues, los clientes entrevis­ ambiente social al m enos durante seis m eses después del t ratamiento o
tados en el seguimiento se diferenciaban únicamente en unos pocos desde la admisión. Unicamente se repitieron las entrevistas de segui­
aspectos de los clientes no entrevistados, en lo referente a datos demo­ miento, por segunda y tercera vez, a los clientes de Emiliehoeve, y sólo
gráficos e historial de drogadicción. a los que habían tenido éxito en conformidad con los criterios elegidos
Había una considerable diferenci a en el tiempo pasado en el progra­ en el momento del primer seguimiento.
ma de tratamiento. Los clientes entrevistados en el seguimiento per­
manecieron, ciertamente, más tiempo en el programa que los clientes
no entrevistados en el seguimiento. Cuando comparamos el porcenta­ Tiempo entre la entrevista de seguimiento y la
je de abandonos prematuros, advertimos en todos los clientes (N = fecha de abandono del programa o de la entrevista
294) de Emiliehoeve y de Essenlaan combinados, un promedio del de admisión en el caso de los no admitidos
17,7%. El porcentaje de clientes con abandonos prematuros que pudie­ ("Tiempo fuera del Programa")
ron ser incluidos en el estudio de seguimiento (N - 219) es más bajo:
el 15,1%. Los clientes que permanecieron más tiempo en el programa El "Tiempo fuera del Programa" (TOP) únicamente se aplica a
de tratamiento, aparentemente pudieron ser localizados para una aquellos sujetos que fueron vistos en una entrevista de seguimiento al
entrevista de seguimiento con más facilidad. menos 180 días después de que dejaran la comunidad terapéutica
De todos los clientes, el 14,9% no tuvo contacto alguno con al menos Emiliehoeve o Essenlaan. La media TOP para los clientes de Emi­
uno de los padres; el 67,6%, al me nos una vez al mes; el 17,4% restan­ liehoeve en la muestra en el momento de la primera entrevista de
te tuvo algún contacto, pero menos de una vez al mes. De los clientes seguimiento es 710 días, siendo la mediana 535 días (entre el día que
incluidos en el seguimiento, el 71,3% tuvo contacto al menos una vez dejaron el programa y la fecha del primer seguimiento). Así pues, la
al mes con al menos uno de los padres; de los que no tuvieron entre­ media TOP fue 1,9 años y la mediana TOP alrededor de año y medio.

234 235
La media TOP para los clientes de Essenlaan en la muestra es 1.090 muestra de Essenlaan aparecían 7 personas fallecidas, 6 de ellas hom­
días, siendo la muestra 958 días. Por lo que la media TOP promedio bres.
del seguimiento para la muestra de Essenlaan era alrededor de dos
años y medio. El TOP de los clientes de Essenlaan fue significativa­ Porcentajes de éxito general
mente más a lto que el TOP de los clientes de Emiliehoe ve. El prome­
dio mínimo TOP de los clientes de Essenlaan (851 días) es más alto Exito a partir del momento de dejar el tratamiento
que el promedio máximo TOP para los clientes de Emiliehoeve (791 En términos de criterios de éxito, desde el momento en que dejaron el
días). El tiempo entre la primera entrevista y la entrevista de segui­ tratamiento, el 25,5% (67 de 263) de los clientes pueden clasificarse como
miento de las no admisiones es intermedio (media, 855 días; media­ exitosos. Se han encontrado diferencias significativas entre los grupos
na, 804 días) y no es significativamente distinto al compararlo con el (Chi2 = 14,4; df = 2; p <.001). El grupo EH tuvo el porcentaje de éxito más
TOP del grupo de Emiliehoeve o de Essenlaan. La media de tiempo alto: el 32,0% (55 de 172). El grupo ES obtuvo un porcentaje de éxito del
entre la entrevista inicial y la primera o única entrevista de todos los 21,3% (10 de 47). El grupo NA tuvo el porcentaje más bajo de éxito total,
que respondieron (N = 263) y la entrevista de seguimiento es 802 días, el 4,5% (2 de 44). Entre los dos subgrupos NA no se halló ninguna dife­
siendo la mediana 606 días. Los clientes de Emiliehoeve cuyo trata­ rencia significativa (ver cuadro 10).
miento fue exitoso en el primer estudio de seguimiento, volvieron a
ser entrevistados con un promedio TOP de dos años y nueve meses Cuadro 10: Éxito general; todos los clientes con seguimiento
en el segundo seguimiento y con un promedio de cinco años en el
Total (N = 263) EH (N = 172) ES (N = 47) NA (N = 44)
tercero.

N de éxitos 67 55 10 2
Resultado del tratamiento En porcentajes 25,5% 32,0% 21,3% 4,5%
En este capítulo se presenta una descripción de los resultados del
tratamiento empleando dos criterios: éxito desde que se dejó el trata­ De todos los residentes admitidos por primera vez en Emiliehoeve,
miento y éxito para el último año y medio. Las comparaciones se pre­ pudo calificarse el 32% de exitoso, empleando criterios estrictos de
sentan bajo los criterios de grupos del programa y no admitidos al tra­ resultado definitivo exitoso, cuando se les vio en el momento del pri­
tamiento. Este análisis se ha realizado sobre una muestra total de 263 mer seguimiento. De los residentes en Essenlaan vistos en el momen­
entrevistados, los cuales habían completado una entrevista de segui­ to de la entrevista de seguimiento, el 21,3% tuvieron éxito en confor­
miento. Además se han presentado los resultados de un análisis de midad con los mismos criterios, mientras que sólo el 4,5% de los no
supervivencia basados en el seguimiento a largo plazo de los clientes admitidos pudieron clasificarse como exitosos en el momento de la
EH que habían tenido éxito en el momento de la entrevista de segui­ entrevista de seguimiento.
miento. Por estar nosotros interesados en aquellos clientes que no
habían recaído durante este largo plazo, se empleó únicamente el cri­ Exito en el último medio año antes de la entrevista
terio de éxito desde que dejaron el tratamiento en este análisis de El criterio de éxito en el último medio año es menos estricto que el de
supervivencia. éxito a partir de su marcha del programa. No existe ninguna diferen­
cia significativa entre los grupos de los programas EH y ES en prome­
Sobredosis y suicidios dios de éxito en el último medio año. Los porcentajes de éxito son el
49,4% (85 de 172) para el grupo de la EH, el 42,6% (20 de 47) para el de
En el momento del tercer seguimiento de la muestra original de los la ES y el 16,1% (10 de 62) para el grupo NA (Chi2 = 20,95; df = 2; p
clientes de Emiliehoe ve (N = 227), habían fallecido 12 personas según <.00)4 (ver cuadro 11).
la información recibida. Como dicha información no se puede obtener
del registro oficial de fallecidos, éste es el número mínimo de defun­ (<) Hay que hacer notar que el número de no a dmisiones empleado como porcentaje base
ciones dentro de un período de cinco a diez años a partir del momen­ es 62 en vez de 44. Esta discrepancia se debe a que 18 casos adicionales se han incluido
en esta base, que poseía una medida de seguimiento, pero tenía fichas incompletas en el
to en que dejaron el programa. De las 12 personas 11 eran varones, 7 momento de la admisión. Se decidió, no obstante, incluir dichos casos en este análisis
murieron de una sobredosis de droga, 4 se habían suicidado y uno porque suministraba una base más conservadora para comparaciones de grupo, puesto
falleció de un accidente relacionado con el abuso de alcohol. De la que estos 18 casos fueron todos fallos en el seguimiento.

236 237
Cuadro 11: Éxito en el medio año anterior a la entrevista; todos los clientes con segui­ El trabajo y la situación de estudios tenían una relación significativa
miento con el porcentaje de éxito tanto en los grupos de Emiliehoeve como en
los de Essenlaan (ver cuadro 13).
Total (N = 263) EH (N = 172) ES (N = 47) NA (N = 44)
Cuadro 13: Situación laboral en el momento del seguimiento
N de éxitos 114 85 20 10
Trabajo o estudios Ni trabajo ni estudios Total
En porcentajes 43,3% 49,4% ' 42,6% 16,1%
Emiliehoeve* 100 71 171
De los 196 que respondieron sin éxito y clasificados con un criterio (58,5%) (413%) (100%)
más estricto de éxito desde que dejaron el tratamiento, el 24% (47) cier­ Essenlaan 22 25 47
tamente obtuvieron éxito en el último medio año anterior a la entre­ (46,8%) (53,2%) (100%)
vista (ver cuadro 12). No admitidos 11 33 44
(25,0%) (75,0%) (100%)
Total 133 129 262
Cuadro 12: Éxito en el medio año anterior a la entrevista; de fallos en el seguimiento (49,2%) (100%)
(50,8%)
* = desconocido un caso
Total (N = 196) EH (N = 117) ES (N = 37) NA (N = 60)
Los porcentajes en las muestras de Emiliehoeve y de Essenlaan de
N de éxitos 47 30 10 8 personas que estaban trabajando o estudiando en el momento del se­
En porcentajes 24% 25,6% 27 13,3% guimiento (58,5% para la EH y 46,8% para la ES) eran significativamen­
te más altos que los del grupo NA (25,0%). El 49,7% de la muestra Emi­
liehoeve, que recibían aportaciones de la seguridad social, es significati­
Casi la mitad de las primeras admisiones a Emiliehoeve, el 49,4%, no vamente más bajo que el 75,0% de la muestra de no admitidos. La mues­
había recaído en el consumo de drogas duras o alcohol en el medio año tra Essenlaan se coloca en un punto intermedio (61%).
anterior a la entrevista de su primer seguimiento. Para los residentes de Existe una diferencia significativa en la comparación de intentos de
Essenlaan éste fue el 42,6% y para los no admitidos el 16,1%. De aque­ suicidio antes de la admisión y después del tratamiento (ver cuadro 14).
llos residentes de Emiliehoeve y de Essenlaan que fueron clasificados
como fracasos en este seguimiento, vemos en el último medio año ante­ Cuadro 14: Intentos de suicidio
rior a la entrevista un éxito mayor que entre las no admisiones sin éxito
(el 25,6% de los no exitosos del grupo Emiliehoeve, el 27% del grupo EH ES NA
Essenlaan y el 13,3% del grupo de no admisiones).
Antes de la admisión, en
Co-factores de éxito 41,7% 39,3% 35,0%
la entrevista de ingreso
El resultado exitoso en el tratamiento de las comunidades terapéuticas de
Después de la admisión.
Emiliehoeve y de Essenlaan se definió por criterios procedentes de los obje­ en el primer seguimiento 15,3% 10,7% 30,0%
tivos del programa de tratamiento. Un número de factores no incluidos en
los criterios de éxito pueden considerarse indicadores del mismo.
La integración social puede indicarse por el nivel de empleo o de En la muestra de Emiliehoeve se advirtió el 41,7% de intentos de suici­
asistencia al colegio, y por las actividades sociales y culturales. El com­ dio antes del tratamiento y el 15,3% después. Para la muestra de
portamiento autodestructivo puede indicarse por los intentos de suici­ Essenlaan los porcentajes fue ron el 39,3% y el 10,7%. La muestra de las
dio, conducta adictiva en sustitución de otra adicción, tal como el no admisiones, en fuerte contraste, no acusaba diferencias significativas
abuso de alcohol, en lugar de abuso de droga. Se investigaron como en suicidios antes (35,0%) y después de la primera entrevista (30,0%). Se
indicadores potenciales de éxito los factores siguientes: empleo y situa­ descubrió una relación significativa entre éxito e intentos de suicidio. No
ción de estudios, ingresos, intentos de suic idio, sust itución de adicción se halló evidencia de un incremento de riesgos de suicidio como resulta­
(entre drogas y alcohol), y actividades de tiempo libre. do de la admisión. Por el contrario, había un descenso significativo en los

238 239
intentos tras la admisión en la comunidad terapéutica, si se lo compara fuera del pr ograma en el m omento de la úl tima entre vista fue de 1.801
con las no admisiones. días o 5 años (ver cuadro 16).
El porcentaje de problemas de alcohol a partir del abandono del tra­
tamiento es significativamente más bajo para la muestra de Emilie- Cuadro 16: Éxito a largo plazo en la muestra de Emiliehoeve (N = 172)
hocvc (28,5%) que para l a de Essenlaan (57,4%) y la de las no admi­
siones (54,5%). Las diferencias entre los clientes de Emiliehoeve y de 1." 2.° 3."
Essenlaan puede explicarse como el r esultado de un énfasis más fue r­ seguimiento seguimiento seguimiento
te sobre el alcohol como problema potencial, especialmente en la fase
de reinserción en el programa de Emiliehoeve en el momento de este Tiempo medio una vez
estudio. De los que respondieron, y que fueron clasificados como no- dejado el tratamiento 1 año y 11 meses 2 años y 9 meses 5 años
exitosos sólo por problemas de alcohol, el porcentaje es relativamente
bajo. Para la muestra total el 3,8%, para la muestra Emiliehoeve el Número total de
1,2%, para la de Essenlaan el 10,6%, y para las no admisiones el 6,8% éxitos 55(32%) 42 (24%) 36 (21%)
(ver cuadro 15).

Cuadro 15: No éxito en el momento del seguimiento debido al alcohol De la muestra original una tercera parte había obtenido éxito según
todos los criterios en el primer seguimiento, una cuarta parte en el
Total (N = 263) EH (N = 172) ES (N = 47) NA(N = 44) segundo y una quinta parte en el tercero.
De las 18 personas no exitosas en el tercer seguimiento, 12 no lo ha­
bían sido ya en el segundo. Del grupo total de 18, solamente dos habían
No éxito debido recaído en su antigua adicción a las drogas; habían abusado del alcohol
al alcohol 10 (3,8%) 2(1,2%) 5(10,6%) 3(6,8%) cuatro, todos los cuales habían tenido problemas previos de alcohol
antes de su admisión a Emiliehoeve. Dos personas habían consumido
Los resultados proporcionan poca o ninguna evidencia respecto a la con irregularidad anfetaminas, otra anfetaminas, cocaína y hachís, y
tendencia a sustituir una adicción a las drogas por una adicción al una más heroína. Cuatro de ellas habían estado consumiendo regular­
alcohol tras el tratamiento. No se vio una sustitución del consumo del mente hachís por algún tiempo, una de ellas había tomado, en ocasio­
alcohol por el de drogas duras tras el tratamiento en los alcohólicos de nes, cocaína. La s cuatro restantes habían sido excluidas por varias razo­
la muestra; el 19,2% de los alcohólicos, tras el tratamiento y sin que nes: por consumir cocaína una vez, por haber sido condenada a prisión,
hubieran recaído en el uso problemático del alcohol, eran clasificados por el uso diario de tranquilizantes o pastillas para dormir. Una perso­
como no-exitosos por usar "drogas blandas" (cannabis), tranquilizan­ na se había marchado del país y no se la pudo localizar para un ulterior
tes o pastillas para el sueño. seguimiento.
Mediante la investigación sobre las actividade s de tiempo libre en la Durante el último medio año, sólo cuatro de los clientes que en el
muestra de Emiliehoeve, se comprobó una relación significativa entre primer seguimiento aparecían como éxitos estaban consumiendo dro­
resultado exitoso y la implicación en activi dades deportivas, asistencia gas duras, una tenía problemas de alcohol, mientras que las otras habí­
a centros juveniles o recreativos, tener aficiones, acudir a teatros, cines an sido excluidas del grupo exitoso, debido al consumo de cannabis,
y visitar museos. Los e ntrevistados que no tuvieron éxito habían esta­ tranquilizantes o pastillas para dormir. Las personas que no tuvieron
do visitando centros en que se consumía droga mucho más que los que éxito en la segunda o te rcera entrevist a de seguimiento y que lo habían
sí tuvieron éxito. La participación en actividades de tiempo libre tenido en la primera, con pocas excepciones, no habían recaído com­
puede verse como un cofactor importante en el resultado del trata­ pletamente en su antiguo patrón de adicción, y por consiguiente pue­
miento exitoso. den considerarse como éxito parcial en el tratamiento.

Análisis de supervivencia: resultados a largo plazo Estimación del resultado del tratamiento respecto al grupo total de los resi­
A los cl ientes de la m uestra de Emiliehoeve que habían tenido éxito dentes de Emiliehoeve en la muestra de estudio, incluyendo los residentes sin
en conformidad con los criterios en el momento del primer segui­ seguimiento
miento, se les vio en una segunda y tercera entrevista de seguimiento Del total de la muestra EH, N = 272,217 clientes fueron vistos en el
con el fin de investigar la estabilidad de su condición. El tiempo medio momento del seguimiento y 55 no. Como el tiempo en el programa es

240 241
el determinante de mayor importancia para un resultado exitoso, el tiempo en el programa. Si, m ediante un simple a náli­
puede hacerse una predicción de dicho resultado respecto a aquellos sis de correlación bi-variada, parece que existe dicha
residentes del grupo de Emiliehoeve no vistos en el momento de la relación, se ha de interrogar sobre su causalidad: ¿Re­
entrevista de seguimiento. Se empl eó un a nálisis de función discrimi­ sulta plausible que el determinante en cuestión (por
nante utilizando un procedimiento de división media de la fiabilidad ejemplo, el estatus socio-económico del cliente) afecte
(Kooyman, 1992). Empleando este método estadístico, se realizó una a la permanencia en el programa y, en consecuencia,
estimación basada en el tiempo transcurrido en el programa del men­ tenga un efecto indirecto sobre el resultado del tratamien­
cionado grupo. Se combinaron los resultados con el que se obtuvo del to?
seguimiento. El resultado del tratamiento estimado para todos los
clientes de la muestra en el momento del primer seguimiento fue: el El análisis iba, inicialmente, encaminado hacia la primera entrevista
74% fracasos y el 26% éxitos. de seguimiento. Se realizó un segundo análi sis comparando los "super­
vivientes" a largo plazo (es decir, éxitos) del programa de Emiliehoeve
Seguimiento de la población residente un día concreto con el total de los clientes de la pobalción.
Un modo distinto de medir el result ado es eligiendo un día concreto
en un año y realizándoles un seguimiento a todos y cada uno de los Tiempo en Programa (TIP) y éxito
presentes aquel día en la comunidad terapéutica. Como los de corta El Tiempo en Programa ya se ha descrito como un determinante cru­
estancia reciben un tratamiento menor, este método puede dar una cial del é xito en los est udios s obre drogadicción (ver Capítulo 10). No
buena visión sobre la relación coste/beneficio del tratamiento. Como obstante, resulta raro encontrar estudios controlados de la relación
investigación publicada aparte, esto se hizo un día en Emiliehoeve TIP-Éxito donde se incluyen otros determinantes potenciales. En este
(1/09/1975). En el primer seguimi ento, 12 del total de 23 residentes que capítulo se discutirán otros determinantes potenciales del resultado
se hallaban presentes en Emiliehoeve aquel día (por entonces la capa­ del tratamiento: participación de los padres en reuniones de grupos de
cidad máxima, puesto que el nuevo edificio no estaba disponible y no padres, fases de Emiliehoeve, graduación, características del cliente, y
se podía albergar a más residentes) tuvieron éxito, conforme a los tiempo fuera del programa, juntamente con la simple descripción de
estrictos criterios de seguimiento descritos anteriormente: 11 de ellos la relación TIP-éxito.
completaron el programa de tratamiento (Kooyman, 1985 b).
De los clientes EH y ES que tuvieron, al menos, un seguimiento de
La importancia del "Tiempo de Programa" (TIP) como mayor determinante 180 días, o más, tras haber dejado el programa combinado (N = 219),
del resultado del tratamiento el 37% de la varianza del éxito se puede explicar por el TIP (la corre­
Dado el conocimiento ya existente en los escritos internacionales sobre lación Pearson producto-momento entre el TIP y el más estricto crite­
determinantes del resultado.del tratamiento, tal como se describió en el rio de éxito es r = 0,61; (p <.001)). Repitiendo el mismo análisis des­
capítulo 9, resulta esencial, al hacer una estimación de estos efectos, sepa­ compuesto según el programa muestra una relación ligeramente más
rar el efecto directo de los determinantes potenciales sobre el resultado del fuerte para los clientes EH (r - 0,63; p <.001; N = 172), y una relación
tratamiento de sus relaciones con el tiempo en el programa, y por tanto algo más débil para los clientes ES (r = 0,45; p = .001; N = 47). Para los
de su efecto indirecto sobre el resultado del tratamiento. Por tanto, las pre­ clientes EH casi e l 40% de la va rianza del éxito se explica por el TIP,
guntas de la investigación se han formulado como sigue: mientras que para los cliente s ES menos del 20% se explica por él. La
figura 12 ilustra esta relación entre el éxito y el tiempo transcurrido en
(1) ¿Cuál es la relación entre un determinante potencial y el el programa.
resultado del tratamiento cuando se controla la co­ La figura indica, con toda claridad, que cuanto más tiempo está un
variation entre el determinante potencial y el tiempo en cliente EH en el programa tanto mayor es la probabilidad de que sea
el programa? ¿Es posible, mediante un análisis de corre­ tratado exitosamente. Esta relación es lineal: aquellos clientes que per­
lación parcial, hacer una estimación del efecto único y manecieron en el programa 30 días o menos (N = 32) no obtienen éxito;
directo que un deter minante virtual tiene sobre el resul­ la tasa de éxito se incrementa hasta aproximadamente el 10% si el
tado del t ratamiento, dada la re lación entre el t iempo en cliente permanece en el programa de 30 a 180 días (N = 62); se triplica
el programa y el resultado del tratamiento? a casi un 30% si e l cliente pasa de 180 a 360 días (N = 17) y sube con­
(2) Se debería medir, adicionalmente, la relación entre el siderablemente una vez más hasta aproximadamente el 70% si el clien­
determinante potencial del resultado del tratamiento y te permanece más de 360 días (N = 61).

242
Figura 12: Éxito en clientes de Emiliehoeve y TIP (n = 172) Para los clientes de Emiliehoeve, casi el 40% de la varianza de la efica­
cia puede explicarse por el total del tiempo transcurrido en el progra­
ma. El 70% de los clientes que estuvieron más de 360 días en el pro­
grama de Emiliehoeve tuvieron éxito en el momento del primer segui­
miento.
, i
Exito, Tiempo en el Programa y Tiempo fuera del Programa (TOP)
Desde el punto de vista de asociaciones espúreas, el factor "Tiempo
Fuera del Programa" (TOP) debe ser controlado cuidadosamente en
cualquier evaluación del éxito, dado que el TOP incrementa la proba­
ble exposición a factores de riesgo que no se producen en el ambiente
protector de un programa de tratamiento. Dadas las diferencias que
existen entre clientes EH y ES en el TOP (más prolongado para cl ien­
tes ES) y en el TIP (más prolongado para clientes EH), las diferencias
respectivas de éxito entre los EH (32,0%) y los ES (21,3%) se han con­
trastado controlando el TOP y el TIP para a mbos. El aná lisis Chi2 com­
probó que no son significativas. Las diferencias de éxito en el progra­
ma no pudieron atribuirse ni al TIP ni al TOP. Para explorar más a
fondo este hallazgo, se han realizado sucesivos análisis de co-varian-
zas empleando el TIP y el TOP como covariantes. Dichos análisis con­
siguieron similares resultados negativos. Incluso cuando se controla­
ban el TIP y el TOP, las diferencias entre éxitos ES y éxitos EH seguían
sin ser significativas.

Graduación y éxito
El TIP ofrece un claro indicador cuantitativo de la exposición de un
cliente a un programa dado. Otra variable, la graduación del progra­
ma mismo, proporciona un indicador de una relación más cualitativa;
es decir, la expresión simbólica de haber completado el final del pro­
Para obtener un resultado exitoso, un cliente tiene que haber per­ grama. En la mayoría de las comunidades terapéuticas, la graduación
manecido un tiempo considerable en el programa. Marcharse durante está imbuida de un fuerte significado simbólico y ritual. Es la meta
el primer mes lleva casi con seguridad a una recaída. Desde entonces planeada de dejar el programa en el tiempo óptimo. Abandonarlo
en adelante puede verse un incremento de resultados exitosos cuanto antes significa un fallo por no haberlo completado.
más tiempo permanezca el cliente en el programa. Este tiempo, sin Para todos los clientes de EH y ES en conjunto, con una medida de
embargo, está limitado por la duración planificada del programa seguimiento (N = 219), el no haber pasado por la graduación está sig­
mismo. Entre los 12 y los 18 meses, se espera que el residente deje la nificativamente, y más bien fuertemente, relacionado con el no haber
comunidad terapéutica para proseguir en el programa de reinserción. obtenido éxito, en conformidad con el criterio más estricto (r = 0,51; p
Tanto los re sidentes del programa de Emi liehoeve como l os de E ssen- c.001). De la varianza en las puntuaciones de éxito, el 26% se explica
laan permanecen entonces en una casa separada de reinserción entre 6 por la variable graduación. De los clientes EH y ES, un total de 46
y 18 meses, seguidos de un programa no residencial de 3 a 6 meses, (21%) se habían graduado. De estos graduados, el 74,5% (35) son exi­
durante los que los pacientes están viviendo en sus propios domici­ tosos, mientras que para los no graduados sólo el 17,4% (30) pueden ■
lios. El tiempo planificado de la permanencia en el programa de considerarse de este modo. Las diferencias en estos porcentajes son 1
Emiliehoeve ha variado con el paso de los años. El período considera­ significativas (Chi 2 = 54,8; df = 1; p c.001). Para la muestra EH sola, el
do óptimo en el programa, hoy en día, es de 12 a 15 meses en la comu­ 80% (29 de 36) fueron exitosos. Además, no había diferencia significa­
nidad terapéutica y de 9 a 12 meses en el programa de reinserción. tiva entre residentes que habían abandonado antes de la graduación y

244 245
Se hizo una comprobación de seis hipótesis en el estudio de segui­
que habían permanecido más de un año en el programa, y los resi­
miento. Las tres primeras fueron:
dentes graduados. Así pues, parece existir un equivalente funcional de
un valor umbral del TIP (residencia por más de un año) y el acto cua­ 1. Cuanto más tiempo participe un residente en la comuni­
litativo de la graduación. Sin embargo, puesto que el análisis anterior dad terapéutica, tanto mejor será el resultado del trata­
no asume ninguna secuencia temporal entre graduación y TIP, una miento.
pregunta obvia es si la graduaci ón tiene algún efecto sobre el resulta­ 2. La implicación de los padres ayuda a que los residentes
do del tratamiento controlando del TIP. Dada la fuerte relación entre se mantengan en el tratamiento y en consecuencia mejo­
graduación y tiempo en el programa (r = 0,869; p <.001; N = 172), no ran los resultados.
resulta, pues, nada sorprendente que, cuando se controla el TIP, la gra­ 3. Un nivel previo de estudios más bajo conlleva una ten­
duación no tenga un efecto adicional significativo sobre el resultado dencia mayor a que abandonen prematuramente el pro­
del tratamiento. Si se tiene en cuenta la relación entre graduación y el grama.
tiempo transcurrido en el programa, no parece que la graduación
posea un efecto específico sobre el resultado de l tratamiento. La sim­ 1. Cuanto más tiempo esté el residente en tratamiento, tanto mejor
ple cantidad de exposición al programa puede deducirse que es el será el resultado.
mecanismo de éxito. Los resultados de los graduados son mejores sólo Esta hipótesis se pudo verificar en los grupos comparativos tanto de
porque tienden a estar más expuestos al programa. Emiliehoeve como de Essenlaan. Se advirtió que el tiempo transcurrido
en el programa era el determinante principal de un resultado e xitoso. En
el segundo y tercer seguimiento de clientes exitosos de Emiliehoeve, la
Factores que influyen en el abandono y en el éxito cantidad de tiempo transcurrido en el programa demostró tener un efec­
to altamente significativo sobre la "supervivencia".
La alta tasa de a bandonos de las comunidades terapéuticas es un pro­ Los clientes que estuvieron en el programa menos de 30 días no tuvie­
blema. Por otra parte, los que más tiempo permanecen son los que más ron éxito. La tasa de éxito se incrementa a un 10% si el cliente permane­
se benefician. Queda aún sin respuesta si existe una diferencia psicoló­ ce en tratamiento de 30 a 80 días, al 30% si se queda de 180 a 360 días y
gica entre los abandonos y las personas que completan el programa. En al 70% si e l cl iente permanece en tratamiento más de 360 días. Dichos
algunos estudios se halló una relación entre una mayor psicopatología resultados concuerdan con los hallazgos de otros estudios (De León,
y un promedio más alto de abandonos (ver capítulo 10)5. 1984; Holland, 1983a; Berglund y otros, 1991). No solamente en las
comunidades terapéuticas se advierten mejores resultados entre los
clientes que están más tiempo en el programa. En un estudio de segui­
(s) A un conjunto de residentes de una muestra Emiliehoeve se Ies dio un cuestionario
miento, al compararse los clientes de mantenimiento con metadona y los
3ue media el neuroticismo para que ellos mismos lo contestaran. Este cuestionario, de las comunidades terapéuticas libres de droga, Barr advirtió (1986)
amado "Delftse Vragenlijsr, fue probado con estudiantes; su puntuación media fue que la permanencia en el tratamiento guardaba relación para ambos
15 (Appels, 1975). Se pedía a los residentes que lo rellenaran una vez cada tres meses.
No se halló diferencia significativa entre la puntuación de los abandonos y los resi­ grupos con mejores resultados sobre el consumo de droga, problemas
dentes que dejaron la comunidad terapéutica para ir al programa de reinserción. No con la justicia criminal y el empleo. En cuanto al abuso de alcohol había
se esperaba cambio alguno en la puntuación puesto que medía el neuroticismo. Sin
embargo, descendió la puntuación desde una media de 25,6 de todos los residentes una diferencia significativa: la permanencia en tratamiento se hallaba
en la admisión, a 21,6 en el último cuestionario rellenado antes de dejar la comuni­ asociada con un mejor resultado respecto al abuso de alcohol para clien­
dad terapéutica (prematuramente o para ir a la reinserción). Esta diferencia fue medi­ tes de comunidad terapéutica, pero no para clientes de mantenimiento
da para aquellos que habían pasado al menos seis meses en el programa. Tal tenden­
cia a la baja puede en parte explicarse por un regreso a la normalidad. Pero las medias con metadona. Y, por supuesto, los clientes de mantenimiento con meta-
de ambos valores son mucho más altas que las de controles normales. dona seguían todavía adictos a la metadona (Barr, 1986).
Se incluían en los cuestionarios dé seguimiento preguntas abiertas sobre las razones
de haber abandonado el programa y críticas sobre el programa de tratamiento. Se No se descubrió la duración óptima del programa. Muy probable­
compararon las respuestas entre clientes de Emiliehoeve y de Essenlaan. Había poca mente esto se debe al hecho de que la permanencia en una comunidad
diferencia entre los grupos de Emiliehoeve y de Essenlaan. Las razones más frecuen­
tes de abandono prematuro del programa fueron: injusticia del equipo, rigidez de las terapéutica tiene un lí mite fijo. AI completarse el programa se celebran
normas, demasiada presión, falta de contacto con familiares y amigos, sentimiento de una ceremonia que simboliza sus logros y la despedida. Obtienen
soloedad, y severidad de los grupos de encuentro. Los graduados escribían observa­ mejor resultado los graduados que los que abandonaron prematura­
ciones más críticas contra el equipo que los que habían abandonado. Criticaban más
la falta de tiempo libre y la mayoría de sus críticas iban dirigidas a la fase de reinser­ mente. La posibilidad de que los residentes permanezcan más tiempo
ción del programa. Los que abandonaron presentaban críticas menos diferenciadas del necesario no tiene ningún efecto negativo en el resultado. De los 33
sobre el equipo (principalmente acusaciones sobre la injusticia de éste).

247
246
graduados en la muestra de Emiliehoeve, 28 tuvieron éxito en el pri­ Cuadro 17: Participación de padres y éxito en los clientes de Emiliehoeve que
mer seguimiento (85%). Por otra parte, la duración total del programa, obtuvieron un TIP > 90 días con un seguimiento (N = 103)
que viene a ser (incluida la fase de reinserción) de unos tres años,
puede ser innecesariamente larga para algunos residentes. Se están Clientes con participación Clientes sin participación
promoviendo las comunidades terapéuticas a corto plazo en un pro­ de sus padres (N = 59) de sus padres (N = 44)
grama de 4 a 6 meses. La investigación futura puede que haga posible
predecir la duración óptima de estancia en una comunidad terapéuti­ Media TIP en días 698 343
ca para diversos tipos de clientes. N de éxitos 38 11
Porcentaje éxito 64,4% 25%
2. La implicación de los padres ayuda al residente a quedarse en el
tratamiento, por lo que mejoran los resultados definitivos.
Puesto que los clientes sin padres o clientes que tuvieron poco o nin­
Esta hipótesis pudo ser verificada. Se habían introducido los grupos
gún contacto con sus padres antes de su admisión pudieron, por tanto,
de padres en la segunda fase del desarrollo del programa, una vez que
no haber tenido participación de padres en el programa, los clientes
el cliente hubiera estado en el tratamiento un mínimo de 90 días, ya que
que habían tenido contacto con uno de sus padres una vez al menos
era sólo en ese momento del desarrollo del programa de Emiliehoeve por mes se consideraron de manera separada. Para los clientes EH que
cuando se invitaba a los progenitores a que asistieran a los grupos de estuvieron en la fase 2 o superiores (es decir, fases caracterizadas por
padres, después del tercer mes. Se eligió como criterio la asistencia de la existencia de grupo de padres) y que tuvieron un contacto mínimo
al menos uno de los padres a al menos una de las reuniones de grupos de una vez al mes con uno de los padres, se realizó un análisis por
de padres. No existía casi ninguna diferencia en los resultados cuando separado con el PP. Se observó PP en el (47/75) de dichos clien­
se comparaba la asistencia a ellos una o dos veces con el asistir tres tes. Se comprobó una diferencia estadísticamente significativa de este
veces o más. grupo seleccionado en el TIP sobre la variable PP (F = 23,5; df = 1;
A partir de la fase 2 o siguientes, el 57% de los Chentes del programa p<001). Para los citados Chentes con PP, la media de TIP fue 660,8 días
Emiliehoeve que permanecieron al menos tres meses en el programa en comparación con sólo 301,1 días de los que no tuvieron PP. Estos
tuvieron a uno de los padres participando en su grupo. El tiempo resultados son similares a los de todos los clientes EH a partir de la
medio que estos clientes dedicaron al programa (TIP) fue de 698 días fase 2 o en adelante que permanecieron un mínimo de 90 días en el
en comparación con sólo 343 en aquellos cuyos padres no habían par­ programa. En los siguientes análisis se emplean los resultados de par­
ticipado. Al relacionar la PP (participación de padres) con el éxito, los ticipación de los padres de todos los clientes.
Chentes que tuvieron PP mostraban haber conseguido éxito (64,4%; El satisfactorio resultado de la muestra de clientes de Emiliehoeve
38/59) con un porcentaje más alto que los que no habían tenido PP con participación de padres en grupos de padres al menos una vez, fue
(25%; 11/44). Esta diferencia era estadísticamente significativa (Chi2 = superior más de dos veces en comparación con los residentes cuyos
14,2; df = 1; p <001). padres no participaron en ellos (64,4% en oposición al 25%). Un análi­
La PP se encontraba en relación con el TIP. La media de tiempo en el sis ulterior de la r elación con el t iempo en el programa r eveló que é ste
total (N = 103) de los clientes EH fue de 546,7 días, y la mediana era de es un efecto indirecto (Kooyman, 1992). Los clientes cuyos padres asis­
458 días. Al descomponerlos en grupos con PP o no PP aparece una tían al grupo de padres permanecían más tiempo en el programa y
significativa diferencia en el TIP (F = 33,3; df = 1; p c.001). Los clientes obtenían, por tanto, mayor éxito (ver fig. 13).
con PP (N = 59) tuvieron una media TIP de 698,3 días y una mediana
Figura 13: Modelo causal simplificado de participación de padres y éxito de TIP
de 883,0 días, mientras que los clientes sin PP (N = 44) tuvieron un TIP
mucho más bajo, con una media de 343,5 días y una mediana de 224,5
días. PP TIP Exito
El cuadro 17 muestra los resultados de la tabulación cruzada de la —►
variable PP empleando el criterio más estricto de éxito. De aquellos Tiempo
clientes que tuvieron éxito, el 64,4% tuvieron además PP, mientras
que sólo el 25% tuvo éxito sin tener PP. Las diferencias que aparecen
en la tabla eran estadísticamente significativas (X2 = 7,8; df = 1; p Este hallazgo es de relevancia clínica; confirma la opinión de que la
<001). implicación de los padres puede mejorar los resultados del tratamiento.

248 249
Si estos mejores resultados son debidos al impacto de los grupos de Puede también significar que la persona tenga menos posibilidades
padres es una cuestión todavía por discutir. Al participar una vez al de empleo tras haber dejado el programa.
menos, un padre puede dar simbólicamente su consentimiento al hijo
para que elija el programa de tratamiento, mientras que su no asistencia Los clientes de Emiliehoeve con un nivel más bajo de educación
puede dar pie a un mensaje contrario. El descubrimiento de que la pa r­ obtuvieron ciertamente resultados ligeramente más pobres. Sin
ticipación de padres en grupos de padres está en correlación con un TIP embargo, si se controlaba su tiempo en el programa esta diferencia
más largo, combinado con la experiencia de tasas más bajas de abando­ desaparecía (ver cuadro 18). Esto quiere decir que los resultados más
no en- las comunidades terapéuticas italianas en que los padres se pobres de los clientes con una educación más baja se deben princi­
encuentran ya involucrados antes de la admisión del cliente a la comu­ palmente a un TIP más bajo. Las posibilidades, sin embargo, de con­
nidad terapéutica, sugiere que merece la pena implicar a los padres cuan­ seguir un nivel más alto de educación aumentan con la edad.
to antes mejor (Kooyman, 1987). Otra razón del TIP prolongado cuando Cuando observamos la edad en la admisión y su correlación con la
los padres han participado en gr upos de padres, pudiera ser el que los permanencia en el programa, vemos que existe una significativa
padres en estos grupos siempre perciben el mensaje de que envíen a su correlación de orden cero con el TIP. Cuanto mayor sea su edad en la
hijo o hija de vuelta inmediatamente a la comunidad terapéutica en caso admisión tanto mayor es el TIP. Así pues, un TIP más bajo en clien­
de que éste/a haya ido a casa tras abandonar la comunidad. Por último, tes de inferior educación puede estar causado por el hecho de que
se puede argumentar que los clientes que tienen a sus padres interesados sean más jóvenes. Controlado el TIP, el efecto edad en los resultados
por el programa de terapia gozan de mejores oportunidades, ya que pue­ definitivos desaparece por completo. Esto quiere decir que los clien­
den disfrutar de una mejor relación con sus padres. tes de menor edad y de una educación más baja cuando fueron admi­
El enorme influjo indirecto sobre el resultado del tratamiento indi­ tidos, obtienen en realidad el mismo resultado que los otros, con tal
caba que la muestra de Emiliehoeve de este estudio confirma la deci­ de que se queden. Una razón del abandono prematuro en personas
sión clínica de incluir los grupos de padres en el programa de trata­ más jóvenes pudiera ser que la vida de un adicto ofrezca más atrac­
miento. En otras investigaciones se encontró una disminución en tivos a una persona cua ndo e s más joven. El m undo de la droga, sien­
abandonos prematuros tras haber estado los padres involucrados en el do todavía atractivo, puede ser también el motivo por el que los
programa de tratamiento (De León & Jainchill, 1986; Nabitz & Her- clientes con menor consumo diario abandonen antes. También aquí
manides, 1986). Esto sugiere un efecto del programa. El estudio de desaparece la diferencia en los resultados tras controlar el TIP. Pues
seguimiento en Emiliehoeve ha demostrado que hay una correlación aunque los clientes más jóvenes con una carrera más corta en la adic­
entre una mayor permanencia en el programa y un resultado exitoso, ción y con educación más baja abandonen antes, pueden beneficiar­
cuando un padre participaba en grupos de padres, y que la mejora del se por igual si su estancia es suficientemente larga. Por otro lado, los
éxito cuando participan los padres en sus correspondientes grupos es clientes de más edad y los que tienen una carrera más larga en la
un efecto indirecto. Los residentes con padres participantes se mantie­ adicción con mayor educación, tienden a permanecer más tiempo en
nen más tiempo en el programa y obtienen, por ende, más éxito. Un el programa de tratamiento y, por consiguiente, alcanzan resultados
estudio de seguimiento de la Comunidad Terapéutica Caseína Verde mejores.
de Milán halló sorprendentemente resultados similares en relación
con la participación de padres, la permanencia en el programa y un Otra característica del cliente que indica una correlación de orden
resultado exitoso (Gori, 1992). cero con el TIP es el haber estado detenido en prisión antes de su
admisión o cuando realizó la entrevista. Los clientes con esta expe­
riencia permanecen más tiempo. Los de más edad tienen mayores
3. Los clientes con un nivel de educación previo menor tienden a posibilidades de haber sido detenidos. También desaparece esta dife­
abandonar el programa antes que los clientes con una educación su­ rencia tras haberse controlado el TIP. Todas las demás características
perior. del cliente no influyen sobre el TIP o sobre los resultados. Estas inclu­
Esta hipótesis pudo verificarse (hay una significativa correlación yen situación de empleo en el momento de la entrevista, clase social,
de orden cero con el TIP). El nivel educativo alcanzado fue valorado contactó con sus padres y homosexualidad. Sus condenas previas no
en la admisión. En la comunidad terapéutica, la misma causa que afectan al TIP, ni al resultado del tratamiento, tras controlar el TIP. Las
impulsó a dejar los estudios puede provocar un abandono prema­ residentes muestran una tendencia hacia un resultado ligeramente
turo del programa. Es posible que una educación inferior esté rela­ mejor que los residentes. Sin embargo, dicho resultado no e s estadí sti­
cionada con una menor capacidad de aprendizaje en el programa. camente significativo.

250 251
Cuadro 18: Los efectos de las características del cliente sobre el resultado del tra­ significativo del uso de opiáceos en el éxito desaparecía, sin embargo,
tamiento, controlado el TIP tras un control del TIP en el tercer seguimiento. En este seguimiento
a largo plazo, desaparecía la diferencia significativa inicial entre per­
Correlación Correlación parcial Casos sonas con problemas de opiáceos o anfetaminas como droga princi­
de orden cero (control del TIP con válidos pal.
con el TIP resultado de tratamiento) El tratamiento previo en clínicas, hospitales generales o centros de
crisis para problemas de adicción no ejerce efecto alguno en el TIP. Exis­
Tipo de droga:
te, sin embargo, una ligera tendencia hacia un resultado más pobre
después de un control sobre el TIP. En el tercer seguimiento surgió una
— Alcohol 0.173* 0.041 n= 172
diferencia significativa. Los clientes con más admisiones previas en
— Opiáceos 0.018 -0.156* n= 172 estos centros de tratamiento de modelo médico obtenían resultados
— Anfetaminas 0.128* 0.102 n= 172 menos exitosos.
Ninguna de las variables incluidas bajo las características demográfi­
Carrera de adicción: cas ha tenido efecto sobre el resultado del tratamiento, después de un
— Edad al comienzo 0.312*** -0.014 n= 151 control del tiempo en el programa (ver cuadro 18). No obstante, pudo
del uso diario observarse una clara tendencia en diferencias de sexo y éxito cuando se
— Duración del uso diario 0.224** 0.080 n= 150 controlaba el TIP (r parcial - -0.116; p = 0.065). Las mujeres tendían hacia
(aproximadamente) un resultado mejor que el de los varones. Esto parece estar relacionado
— Tratamiento previo -0.083
con la tendencia de los var ones a un abandono más prematuro. Las dife­
-0.030 n= 159
rencias en porcentaje basadas en una amplia sub-muestra (n = 141) de
clientes EH (Kooyman, 1985c) fueron: un 33% de éxito en los hombres y
Historia criminal: un 39% en las mujeres. Entre los residentes que se mantuvieron más de
— Condenas 0.024 -0.088 n= 156 un año no había diferencias en cuestión de sexo. /
— Detenciones 0.134* -0.004 n= 162
Fases del programa y éxito
Características demográficas: Con el fin de estudiar los efectos del programa sobre el resultado del
— Sexo -0.016 -0.116 n= 172 tratamiento, se compararon los resultados de residentes tratados en las
— Nivel de educación diversas fases de crecimiento del programa de Emiliehoeve. Las dife­
alcanzado 0.144* -0.011 n= 167 rencias entre las fases se hallan descritas en el capítulo 10. Las dife­
— Situación de empleo 0.115 0.013 n= 164 rencias importantes son la introducción de grupos de encuentro y una
— Clase social 0.071 -0.079 n= 162
filosofía libre de droga en la fase II, tras una fase democrática inicial
menos estructurada. En la segunda fase había poca distancia entre
— Contacto con los padres 0.022 0.092 n= 153
equipo y residentes y una fuerte implicación emotiva por parte del
— (Homo-)sexualidad -0.061 -0.027 n= 161 equipo. En la tercera fase se introdujo la estructura jerárquica de las
comunidades terapéuticas americanas y se añadió una fase de re-rein-
* -p < .05; ** -p < .01; *** -p < .001.
serción alargando así el programa. En la quinta fase el programa se
había vuelto altamente estructurado y rígido. El equipo se hallaba más
Existen diferencias en el efecto de la droga principal de adicción distante de los residentes y se prestaba menos atención a los proble­
sobre el resultado del tratamiento. Los alcohólicos permanecen más mas de intimidad. En la sexta fase se combinó una estructura clara con
tiempo y los adictos a anfetaminas permanecen menos tiempo en el posibilidades para los residentes de superar su miedo a la intimidad.
programa. Cuando se controla el tiempo en el programa, estas dife­ La distancia entre equipo y residentes se redujo.
rencias desaparecen. Los adictos a opiáceos son el único sub-grupo
con un resultado menos exitoso al controlar el TIP. Esto quiere decir Se examinaron las siguientes hipótesis:
que los adictos a anfetaminas y alcohol parecen de veras tener unos 4. Las fases que ofrecen en el programa una estructura clara
resultados ligeramente mejores que los adictos a opiáceos. E ste efecto obtienen resultados más exitosos.

252 253
5. Las fases que ofrecen posibilidades terapéuticas que les Un hallazgo interesante en el tercer seguimiento fue que el efecto
enseñen a enfrentarse con el miedo a la intimidad obtie­ significativo sobre el resultado del tratamiento de la segunda fase
nen resultados más exitosos. desaparecía al hacer un control del TIP. Así pues, en el seguimiento a
6. Las que ofrecen una estructura clara, así como posibili­ largo plazo la diferencia significativa en resultados inicial ya no se
dades terapéuticas que les enseñen a enfrentarse con el apreciaba. Una posible explicación es que los clientes tratados en la
miedo a la intimidad, obtienen los mejores resultados segunda fase no tenían un programa específico de reinserción que les
posibles. preparase para la nueva situación en la sociedad. Esta carencia de
posibilidades de re-socialización puede tal vez revelar sus posteriores
4. Los resultados confirmaron tan sólo parcialmente esta hipótesis. efectos negativos.
La primera fase, con la estructura más clara, tenía el porcentaje de Con ciertas reservas se han de extraer las conclusiones sobre los
éxito más bajo (16,8%); se encontró que uno de los seis clientes que posibles efectos del programa en las diversas fases sobre el resultado
fueron entrevistados había obtenido éxito (lo que más le ayudó pro­
del tratamiento. Los datos relacionados con la historia del residente
bablemente a mantenerse libre de drogas fue su pertenencia a un
indicaban ciertas diferencias. Estadísticamente fueron significativas
grupo religioso tras el tratamiento). Sin embargo, la quinta fase,
durante la cual fue muy clara y rígida la estructura, fue apenas sobre: condenas por crímenes (2. a fase: 13,0%; 3." fase: 14,3%; 4.a fase:
mejor (18,6%, 8 de 43). Los contrastes principales aparecen entre la 60,0%; 5. a fase: 49,0% y 6.a fase: 47,2%), internamiento en prisión (2.a
sexta fase (51,9%, 14 de 27), de estructura clara con grupos sobre fase: 4,2% y 6.a fase: 47,2%), número de tentativas de suicidio (2. a fase:
intimidad y equipo menos distante, la cuarta (25,6%, 11 de 43) y la 29,2%; 3. a fase: 22,2% y 6. a fase: 64,2%). No existían diferencias signi­
quinta fase (18,6%), ambas sin una estructura rígida, especialmente ficativas en los demás datos históricos, incluidos el nivel educativo y
la quinta. la historia del consumo de droga. Los cambios en el equipo pueden
tal vez haber ejercido influencia en los resultados. El equipo de
5. Esta hipótesis encuentra su confirmación en los resultados. Las Emiliehoeve se cambiaba casi por completo varias veces en las diver­
fases que pusieron gran interés tanto en los grupos, para vencer el sas fases del programa. La persona responsable del programa de tra­
miedo a la intimidad, como por un contacto más cercano con los tamiento completo, sin embargo, era la misma. Tenía además esta
miembros del equipo fueron las fases segunda y sexta. Obtuvieron, responsabilidad en la comunidad terapéutica Essenlaan durante el
con mucho, los mejores resultados: el 50% (8 de 19) y el 51,9% (14 de tratamiento de las personas de la muestra de comparación en Essen­
27). Pero sigue siendo una cuestión a debatir si los resultados de estas laan.
fases se deben a las diferencias del TIP. La sexta fase, especialmente,
indica un importante efecto del TIP prolongado. Sin embargo, con­
Diferencias de resultado entre Emiliehoeve y Essenlaan
trolado el TIP, se descubrió un significativo efecto directo sobre el
resultado del tratamiento en la segunda fase6. Las diferencias respecto al éxito encontradas entre la muestra de
Emiliehoeve (32% de todas las primeras admisiones) y la de Esselaan
6. Esta hipótesis encuentra su confirmación en el hecho de que la (25,5%) pueden explicarse por los tres factores siguientes.
fase, al combinar una estructura clara con posibilidades de aprender Esselaan tenía en la muestra más adictos a opiáceos, una media de
a superar el m iedo a la intimidad (sexta fase), tuvo los mejores resul­ TIP menor y un lapso mayor entre la salida del programa y la entre­
tados. Este favorable resultado está relacionado con un TIP más vista de seguimiento. Además, el equipo de la época del estudio
largo. La segunda fase, al igual que la primera, no tenía un progra­ poseía menos experiencia que el de Emiliehoeve. La muestra de per­
ma separado de reinserción, por lo que el TIP que se perseguía era sonas que no eligieron su admisión en la comunidad terapéutica des­
más corto (en la segunda fase, un máximo de 18 meses). pués de su desintoxicación, obtuvo claramente menos éxito que las
personas tratadas en Emiliehoeve o en Esselaan. Los resultados son
favorables al compararse con los del seguimiento de otras comuni­
(6) En la segunda fase, al igual que en la sexta, se tenían con frecuencia grupos de terapia de dades terapéuticas para adictos. Los resultados de estudios basados
vinculación. Estos grupos pudieron tener un efecto positivo sobre el poder de retención de en uso de droga, actividad criminal y empleo oscilan entre un 20% de
la comunidad. En la comunidad terapéutica AREBA, en que se había empleado esta tera­ abandonos y un 85% de los graduados (Holland, 1983a; De León,
pia de vinculación desde su fundación por Casriel, se notó una capacidad extremadamen­
te alta, del 85%, para retenerlos (Yohai y Winick, 1986). 1984).

254 255
Drogas diversas y resultado
Parece que, aunque existe una pequeña tendencia a que los consu­
midores de opiáceos tengan menos éxito en el tratamiento y otra a que
los consumidores de alcohol y de anfetaminas permanezcan un poco
rnás de tiempo en el programa, el tipo de droga con el que el cliente de
EH tenía problemas al entrar en la comunidad terapéutica no tenía un
efecto sustancial directo o indirecto sobre el resultado del tratamiento,

Capítulo 12

Observaciones finales

El tratamiento libre de drogas para adictos en una comunidad tera­


péutica estructurada, con implicación de sus padres y conciencia por
parte del equipo de los problemas de intimidad, puede considerarse
como un abordaje bien establecido y exitoso. El residente en una
comunidad terapéutica debe participar en el sistema terapéutico de la
comunidad por un período de tiempo suficientemente largo a fin de
que se beneficie de su tratamiento. Cuanto más tiempo permanezca el
residente en tratamiento, mejores resultados obtendrá. El tiempo ópti­
mo de estancia en la comunidad terapéutica Emiliehoeve se sitúa en al
menos doce meses, seguido por lo menos de otros doce en el progra­
ma de reinserción. Dentro de la comunidad terapéutica, el ambiente se
encuentra estructurado al modo de una mini-sociedad en la que los
residentes aprenden a asumir responsabilidades y a responder al
estrés de un modo positivo. No se considera a la comunidad como un
ambiente que incapacite al residente para funcionar más tarde en la
sociedad exterior. Al contrario, en la comunidad terapéutica los resi­
dentes se preparan para funcionar en la sociedad sin necesidad de dro­
gas ni otras sustancias; en el programa de reinserción aprenden a
explorar y a desenvolverse entre los problemas con que tendrán que
enfrentarse tras su alta de la comunidad terapéutica.
Los diversos cambios y las diferencias en los programas de trata­
miento son de tal complejidad que resulta difícil extraer conclusiones.
Los resultados de este estudio indican que una menor distancia entre
equipo y residentes, así como las posibilidades para los residentes de
sobreponerse a su miedo a la intimidad, pueden tener mayor influen­
cia sobre el resultado positivo que una estructura clara del programa.

256 257
Se comprobó que la implicación de los padres está firmemente rela­ de la droga en la sociedad aun cuando el tratamiento no se dirija a
cionada con un período más largo de permanencia en el programa y, solucionar la adicción de los clientes, como, por ejemplo, en progra­
debido a esto, con mejores resultados. mas de mantenimiento con metadona de bajo umbral. Cuando el
objetivo del programa de tratamiento es una vida sin droga, tal
No se pueden atribuir al tratamiento todas las mejoras del post-tra-
como la de las comunidades terapéuticas, el adicto se enfrenta con
tamiento. Contribuyen signi ficativamente en la mejora el influjo de la
un dilema: ha de elegir entre las consecuencias desagradables de
familia y otros influjos sociales externos. El sistema familiar del resi­
seguir consumiéndolas o de dejarlas. La determinación de dejarlas
dente en una comunidad terapéutica era, con frecuencia, una fuente
normalmente se toma por presiones exteriores y por influjos exter­
de problemas que conducían al abuso de las drogas o del alcohol. Fue
nos, una "motivación negativa". Cuando la motivación de los adic-
ésta una de las razones para prohibir cualquier contacto con familiares
tos proviene de su interior —determinación personal de un estilo de
en la parte inicial del programa de tratamiento, tras el ingreso del resi­
vida positivo sin droga—, normalmente llevan ya algunos meses en
dente en su nueva "familia", la comunidad terapéutica. El apoyo por
tratamiento. La elección de tratamiento en vez de prisión es un
parte de la familia para que se decida a ingresar en la comunidad tera­
ejemplo de una motivación negativa. En Emiliehoeve, durante el
péutica y el conocimiento y comprensión del tratamiento se conside­
período de la investigación de seguimiento, descrita en el capítulo
ran hoy en día factores igualmente importantes para mantener a los
11, fueron remitidos pocos clientes desde la prisión. En Estados
residentes en él. Los padres involucrados en el programa podrán
Unidos, los residentes de comunidades terapéuticas enviados al
enviar a su hijo de vuelta a la comunidad terapéutica si se pone en
programa por los tribunales obtuvieron tasas de éxito similares e
contacto con ellos habiéndola abandonado prematuramente. El estu­
incluso ligeramente mejores que los residentes admitidos volunta­
dio de seguimiento en Emiliehoeve muestra la evidencia de que la
riamente (Wexler, 1986). Las diferencias halladas, no obstante, son
implicación de los padres incrementa el éxito del re sultado de los pro­
pequeñas, y el que un residente sea remitido por la ley no parece ser
gramas de la comunidad terapéutica gracias a una estancia prolonga­
un indicador significativo de un resultado exitoso (De León, 1987).
da de sus hijos en el tratamiento. La incapacidad para saber desenvol­
En todo caso, se requiere un trabajo considerable de investigación
verse íntimamente y para sostener relaciones estables puede conside­
futura sobre la relación entre presiones específicas externas, proce­
rarse una de las características principales de los adictos (ver capítulo
sos del programa, tales como grupos de padres y terapia de vincu­
3). Dicha característica puede conducirles al abandono temprano de
lación, tiempo en el programa y el resultado del tratamiento. El
los e studios. C omo se descubrió en investiga ciones previas (ver capí­
estudio de seguimiento en Emiliehoeve iba parcialmente encamina­
tulo 9), no resulta probable que las variables socio-demográficas afec­
do a la preparación de un marco de investigación del futuro progra­
ten al tratamiento. Sin embargo, pueden darse características psicoso-
ma y de la evaluación de su política.
ciales específicas relacionadas con el abandono prematuro del progra­
ma de tratamiento. Una característica puede ser cierta tendencia al No se ha de esperar que todos los tipos de adictos puedan benefi­
abandono como resultado de la i ncapacidad para de senvolverse cuan­ ciarse del tratamiento en las comunidades terapéuticas. Como su
do se trata de relaciones íntimas. Se forma entonces una cadena de marco es el tratamiento mismo, la comunidad terapéutica ofrece el
abandonos que les lleva a dejar los estudios y una sociedad conven­ mismo tipo de tratamiento a todos los residentes. Este marco concre­
cional. to puede no ser una respuesta apropiada a todo tipo de adictos. Los
Los datos acumulados de la comunidad terapéutica Emiliehoeve, casos que requieran un cuidado más individual pueden tratarse
desde el inicio del programa el año 1972, ofrecen grandes oportunida­ mejor en otros lugares. El tratamiento en comunidad terapéutica está
des para la investigación futura. Las tendencias de los cambios en el absolutamente contraindicado para las psicosis y los problemas men­
uso de drogas a lo largo de más de veinte años pueden evaluarse, y se tales graves, así como para las lesiones cerebrales. Un comportamien­
pueden medir los efectos del programa. Poco se conoce de las prog­ to sociopático severo es una contraindicación relativa. Mejor sería
nosis de readmisiones que fueron excluidas en el estudio de segui­ remitir a otro tratamiento a quienes recayeron después de haber fina­
miento. Se precisa una ulterior investigación sobre este asunto tan sig­ lizado su comunidad terapéutica. Se ha fundado un tipo especial de
nificativo. Ciertamente, el estudio de seguimiento indicaba que una comunidades terapéuticas para tratar a sub-grupos tales como adic­
comunidad terapéutica para adictos es una forma de tratamiento exi­ tos con desórdenes límites de personalidad, grupos minoritarios y
tosa para muchos adictos, no para todos. Las comunidades terapéuti­ adolescentes. Se han implantado comunidades de corta estancia para
cas no pueden ser una solución al problema de las drogas en la socie­ adictos que no han desarrollado aún un estilo de vida "yonki" y tie­
dad. N i hay tratamiento que lo pue da ser. Ni se resolverá e l problema nen contactos positivos en la sociedad (Kooyman, 1987). Se precisa

258 259
mayor investigación, capaz de especificar las potencialidades y limi­
taciones de los diversos modelos de comunidades terapéuticas.
El modelo de las comunidades terapéuticas Synanon/Daytop/
Phoenix House se ha difundido desde Estados Unidos a Europa,
Canadá y Sudamérica, Sureste de Asia y Australia. Si bien hubo que
adaptar el programa a las diferentes culturas, tienen más similitudes
que diferencias. La comunidad terapéutica es en sí misma una cultu­
ra, aun en Estados Unidos, que fue el país donde se originó este mode­
lo (O'Brien, 1981).
La comunidad terapéutica Emiliehoeve ejerció un gran influjo sobre
el tratamiento de la adicción dentro y fuera de Holanda. El estudio de
seguimiento descrito en este libro indica los efectos positivos de la Bibliografía
implicación de los padres y las posibilidades terapéuticas para que los
adictos aprendan a enfrentarse con el miedo a la i ntimidad. Se necesi­
ta mayor investigación sobre el potencial de las comunidades tera­
péuticas para mejorar su poder de retención y aumentar, de este
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