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Virtudes Teologales: LA CARIDAD

 ¿Qué es la Caridad?
Definiciones de la RAE:

1. Actitud solidaria con el sufrimiento ajeno.

2. Limosna que se da o auxilio que se presta a los necesitados.

Definición diccionario de Google:

Sentimiento o actitud que impulsa a interesarse por las demás personas y a querer
ayudarlas, especialmente a las más necesitadas.

Definición según el Catecismo de la Iglesia Católica:


Virtud teologal por la cual amamos a Dios sobre todas las cosas por Él mismo y a
nuestro prójimo como a nosotros mismos por amor de Dios.
En resumen, la caridad es sinónimo de amor, sinónimo del amor infinito e inmenso
de Dios para y con nosotros.
El Papa aseguró que la caridad es “el corazón” de la Iglesia, su deseo es que todo
en la Iglesia revele el amor de Dios. Esta debe ser una “brújula” para nuestra vida.

Y el centro del anuncio de nuestra fe es: Dios es amor”. Dios “derrama


incansablemente su caridad sobre nosotros y nosotros estamos llamados a ser
testigos de este amor en el mundo. Por eso, debemos ver la caridad divina como la
brújula que orienta nuestra vida, antes de encaminarnos en cualquier actividad”.

En definitiva, “Caridad y misericordia están tan estrechamente vinculadas porque


son el modo de ser y de actuar de Dios: su identidad y su nombre”.

Este último tiempo hemos estado viviendo de cerca la caridad, por ejemplo, siendo
parte de “Las Viandas de los Amigos de San Aníbal”, compartiendo con Rodri su
ordenación diaconal (servidor que se compromete especialmente en al ámbito
caritativo) o mismo este 5 de septiembre recordamos a Santa Madre Teresa de
Calcuta.
 ¿Quién infunda la Caridad?
Jesús hace de la caridad el mandamiento nuevo. Amando a los suyos “hasta el fin”
manifiesta el amor del Padre que ha recibido. Amándose unos a otros, los
discípulos imitan el amor de Jesús que reciben también en ellos. Por eso Jesús
dice: “Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros; permaneced en
mi amor” (Jn 15, 9). Y también: “Este es el mandamiento mío: que os améis unos a
otros como yo os he amado” (Jn 15, 12).
Fruto del Espíritu y plenitud de la ley, la caridad guarda los mandamientos de Dios y
de Cristo: “Permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis
en mi amor” (Jn 15, 9-10)
Y Jesús nos pide que amemos como Él hasta a nuestros enemigos, que nos
hagamos prójimos del más lejano, que amemos a los niños y a los pobres como a
Él mismo.
San Pablo dice “Si no tengo caridad “nada soy...”. Y todo lo que es privilegio,
servicio, virtud misma... si no tengo caridad, “nada me aprovecha”. La caridad es
superior a todas las virtudes, es la primera de las virtudes teologales: “Ahora
subsisten la fe, la esperanza y la caridad, estas tres. Pero la mayor de todas ellas
es la caridad” (1 Co 13,13). Y la describe así: «La caridad es paciente, es servicial;
la caridad no es envidiosa, no es jactanciosa, no se engríe; es decorosa; no busca
su interés; no se irrita; no toma en cuenta el mal; no se alegra de la injusticia; se
alegra con la verdad. Todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo
soporta» 
La Caridad es “el vínculo de la perfección” (Col 3, 14). Asegura y purifica nuestra
facultad humana de amar, la eleva a la perfección sobrenatural del amor divino.
 ¿Por qué debemos ser caritativos?

Dice el Papa Francisco “Debo ser trabajador en la caridad, la caridad fraterna: no


solo dar una limosna; también tolerar a la gente que me molesta, tolerar en casa a
los niños cuando hacen demasiado ruido, o al marido o a la mujer cuando están en
dificultad, o a la suegra”, dijo. Agregó que hay que tolerar, siempre con la caridad
pero activa, y también “la alegría de bendecir al Señor. Así debemos vivir este
camino, esta voluntad de encontrar al Señor”. Siendo caritativos vamos hacia el
encuentro con Cristo.

La práctica de la vida moral animada por la caridad da al cristiano la libertad


espiritual de los hijos de Dios. Este no se halla ante Dios como un esclavo, en el
temor servil, ni como el mercenario en busca de un jornal, sino como un hijo que
responde al amor del “que nos amó primero”

La caridad tiene por frutos el gozo, la paz y la misericordia. Exige la práctica del


bien y la corrección fraterna; es benevolencia; suscita la reciprocidad; es siempre
desinteresada y generosa; es amistad y comunión:

«La culminación de todas nuestras obras es el amor. Ese es el fin; para


conseguirlo, corremos; hacia él corremos; una vez llegados, en él reposamos» (San
Agustín).

 Ejemplos de Caridad para los Cristianos

Santa Madre Teresa de Calcuta: Toda la vida y obra de Madre Teresa reflejaron la
alegría de amar a Dios y al prójimo, especialmente a los más necesitados, los más
pobres de entre los pobres. Su respuesta a la petición de Jesús “Ven, se mi luz”,
hizo de ella un símbolo de compasión en el mundo y un testigo viviente del amor de
Dios.

En el centro de ésta íntima relación con Dios estaban las palabras de Jesús en la
cruz “Tengo sed” (Juan 19, 28). “Saciar la sed de amor y de almas de Jesús en
unión con María la madre de Jesús” dijo el Papa Juan Pablo II

“El amor no puede permanecer en sí mismo. No tiene sentido. El amor tiene que
ponerse en acción. Esa actividad nos llevará al servicio.”

“Si no se vive para los demás, la vida carece de sentido.”

Figuras de Santos como Francisco de Asís, Ignacio de Loyola, Juan de Dios,


Camilo de Lelis, Vicente de Paúl, Luisa de Marillac, José B. Cottolengo, Juan
Bosco, Luis Orione, Teresa de Calcuta, por citar sólo algunos nombres, siguen
siendo modelos insignes de caridad social para todos los hombres de buena
voluntad. Carta encíclica “DEUS CARITAS EST” Benedicto XVI

 Ejemplos de Caridad más cercanos


Vemos el video de  “Los jóvenes de San José” un grupo de jóvenes que sensibles
ante la situación de muchos indigentes y personas sin techo de Barcelona, cambian
la diversión del sábado a la noche por ofrecerles ayuda, en forma de alimentos y un
ratito de compañía.
http://www.youtube.com/watch?v=U9ibEeKM94c
Consta de 4 partes:
1. Comprar todo lo necesario.
2. Recoger a los jóvenes y los alimentos calientes.
3. La formación espiritual.
4. Los jóvenes con los más necesitados.
Compartimos la reflexión anotando nuestras respuestas respondiendo a las
preguntas:
1. ¿QUÉ SIENTO? 
2. ¿QUÉ  ME  PREGUNTO? 
3. ¿QUÉ NECESIDADES VEO EN MI ENTORNO? 
4. ¿A QUÉ ME COMPROMETO?

De este vídeo/testimonio me quedan las frases: “Consolar a Jesús en el corazón de


ese pobre”. “Es una obra de amor”. “Cada vez que amamos a los demás estamos
amando a Jesús”.
Finaliza el vídeo con “ad maiorem dei gloriam” (Para mayor gloria de Dios).

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