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para que miren el reflejo que las esforzadas palabras de sus escribientes
nos entregan y se reconozcan en ellas.
7
La antigua palabra *
Título
Autor
que manda.
Recordar el pasado es la evocación de un presente mejor. Y eso
hacen los cronistas.
Con eso contribuyen a la consecución de una sociedad cada vez más
democrática, basada en la valoración de nuestro pasado histórico y en la
consolidación de nuestra cultura. 13
L a antigua palabra
Strauss.
Una definición muy acertada es la de Juan Carlos Gil González: “La
crónica es la estampa del tiempo en letra impresa. Es la obra del dios
Cronos condensada en un espacio previamente determinado. Si la vida
está trabada por lo que no acontece en un tiempo, la crónica, sería la na
14 rración ordenada de esos hechos en secuencias temporales”.
L a antigua palabra
Elio Constantín emite sus ideas: “la crónica por su carácter de cosa
“A las siete y media de la mañana del día 18, tocaron el zaguán y Aquiles,
que se encontraba en el piso bajo de la casa, dijo a Manuel, el portero:
—Manuel, abre que toca la policía.
Manuel abrió y Cabrera se precipitó patio adentro al frente de sus
policías. Llevaba su pistola en la mano, pero se detuvo sorprendido cuando
vio a Aquiles que empuñaba una carabina. Sin cruzarse palabra, Cabrera le 17
L a antigua palabra
muerte al primer tiro, pues la bala le dio en pleno corazón, según dijeron los
médicos que autopsiaron el cadáver del esbirro.
A las ocho en punto de aquella mañana, la ciudad se conmovió con
los primeros disparos, sin que el número abrumador de los hombres del
gobierno, que en un momento rodearon el lugar donde nos hallábamos,
causara miedo en nuestro ánimo.
A las nueve, el combate era ensordecedor y recibíamos un nutrido
fuego que comenzaba a diezmar nuestras raquíticas filas. A las diez, la lucha
era encarnizada, feroz y a muerte. Todavía a las diez y media los federales,
en número de mil hombres, no habían podido arrebatar un palmo de terreno
a los combatientes de la casa.
A las diez y media, Aquiles se acercó para decirme:
—Carmela, ya no han de tener parque en la azotea. ¿Quién podrá
llevarlo?
—Yo, Aquiles —respondí—, yo lo llevaré.
Abrí una caja, tomé el parque, lo puse en la falda de mi vestido blanco
y subí hasta las azoteas.
Seguimos combatiendo posesionados de las ventanas, hasta donde
no habían osado acercarse los federales. Yo lo volví a subir como a las once
y media a donde estaban nuestros amigos. Encontré a Máximo que se había
trepado por una cañería y sólo un señor de apellido Méndez, que estaba
herido, lo acompañaba. Los demás estaban muertos y creo que alguno
había logrado escapar.
Le grité a Máximo para que se bajara pero no quiso. Y mientras dis
paraba su carabina me dijo riéndose:
Cofradía de Identidades
a declamadores, y entré a ese plano donde la franja que divide la vida del
trabajo de la privada se vuelve casi invisible.
Me prometí volver a las entrevistas. Pasaron años en que los archivos
guiaron mis investigaciones, me absorbieron y me mostraron otros caminos.
Desde luego con la tentación presente, una que otra entrevista aderezó el
trabajo de escribir, dándole sabor al texto, lo humanizó.
Perdón por esta entrada para agradecerle, una vez más, al profesor
Pedro Ángel Palou la oportunidad de comentar con ustedes mis experien
cias en materia de historia oral, y compartirlas en esta reunión general del
Consejo de la Crónica 2008. Pese a que en pleno siglo XXI ya no debiera
preguntarse, ni dudarse de lo que las fuentes orales nos proporcionan,
existe en la “academia”, entre comillas, la duda de la veracidad de estas
fuentes, debido a su subjetividad y contraponen la objetividad de los do
cumentos. Este mismo argumento nos es muy útil en la construcción his
tórica, dependiendo del tema, porque lo que deseamos conocer es esa
subjetividad al incorporar muchas voces que nos trasmitan sus experien
cias, sus emociones, sus construcciones culturales, sus miedos, sus fobias,
sus gustos y sus alegrías.
Los congresos de historia oral han nutrido con muchas más experien
cias, teorías y métodos en constante construcción, y han enriquecido a
cada uno de los congresistas. Entre éstos podemos contar los congresos
internacionales celebrados en 2006: el II Encuentro Internacional de His
toria Oral, en Panamá y el VII Congreso Internacional de Historia Oral, en
Guanajuato2. También recientemente se celebró el VIII Congreso en la
ciudad de Guadalajara, Jalisco. Estos encuentros nos permiten conocer
Cofradía de Identidades
cuáles son los temas de mayor interés, como historia y memoria, teoría,
Las preguntas que guían este trabajo son: ¿Cómo los habitantes se apropian
del barrio? ¿Cuáles han sido las transformaciones en su idea de barrio a lo
largo del siglo XX? El ensayo está ubicado en el barrio de la Fama de 1940
a 1970. Me interesa explicar cómo los trabajadores se apropiaron de un
espacio, construido por la fábrica pero delimitado por ellos, donde el hecho
de ser obrero y ser sindicalista le impone un uso y un significado al territorio
que habitan, a la vez que define los límites y marca las fronteras de éste, lo
que da a los trabajadores un sentido de pertenencia e identidad, que los
cohesiona y los diferencia de otros grupos. La forma en la que los habitantes
han vivido en el barrio.
Mis experiencias
G loria A. T irado V illegas
En los últimos años las entrevistas han sido fuentes indispensables. Esto se
vislumbra en mi proyecto de “Historia de las mujeres”, sobre todo el
periodo de los años cincuenta a 1985. Una de las líneas de investigación
ha sido la reconstrucción de historias de vida, aplicando entrevistas abier
tas que permitan reconstruir su historia.
A la historia de las mujeres le interesa algo más que eso: conocer sus
propias experiencias, la introyección en su imaginario y la construcción de
su identidad, y a través de ellas visibilizar a las mujeres y devolverles su
historia.
Devolvérselas para recuperar ese proceso donde la identidad se
conforma recorriendo su formación educativa, como también desde sus
años de infancia, juventud y madurez. Citando lo expresado por Nelly
Gayol, la tarea tiene dos etapas, la de reintegrar a las mujeres a la histo
ria en primer lugar, y en segundo término la de restituir a las mujeres a
la historia.3
El recorrido individual que nos ofrecen las protagonistas de cada
historia de vida, trasciende fronteras de la vida privada y junto con ellas
conocemos un escenario que les fue ajeno a muchas otras mujeres de
una generación: la de los años cincuenta o la de los años sesenta, por
ejemplo. Así he podido configurar algunas historias de vida: una guerri
llera, las primeras mujeres en la política, en cargos universitarios, en
cargos sindicales, empresarias de medios. Mujeres valientes que sufrie
ron pérdidas de esposos, hijos, que rebelan los avatares que vivieron.
Otra línea de investigación ha sido la reconstrucción de la partici
pación femenina en los movimientos sociales, el 68 es uno de éstos. Las
Cofradía de Identidades
Cofradía de Identidades
27
J uan P érez de A rteaga *
El conquistador conquistado por el náhuatl
Salvador Cruz
Título
Autor
Quiero decir cómo en todos los pueblos por donde pasamos y en otros
donde tenían noticia de nosotros, llamaban a Cortés Malinche, y así lo nom
braré de aquí en adelante, Malinche, en todas las pláticas que tuviéramos
con los indios, así de esta provincia como de la ciudad de México, y no le
nombraré Cortés sino en parte que convenga. Y la causa de haberle puesto
este nombre es que como doña Marina, nuestra lengua, estaba siempre en
su compañía, especial cuando venían embajadores o pláticas de caciques, y
ella lo declaraba en la lengua mexicana, por esta causa le llamaban a Cortés
el capitán de Marina y para más breve le llamaron Malinche...
Cofradía de Identidades
Y pasó otro soldado que se decía Juan Pérez Malinche, que después lo oí
nombrar de Artiaga, vecino de la Puebla, persona que fue rica; murió de su
muerte.
S alvador C ruz
Cuauhtinchan —en el actual estado de Puebla—.
Según la Cartilla Vieja (1781) nuestro personaje era vecino de la
ciudad de los Ángeles en 1534, con el nombre de Juan Pérez de Palen
cia “conquistador, casado con mujer de esta tierra”. En el mismo docu
mento consta que, en 1543, solicita ser vecino Juan Pérez de Artiaga, el
Mozo, lo que revela el asentamiento definitivo de la familia.
En el vocerío petitorio a que hemos aludido, en 1547, el viejo
soldado afirma tener seis hijas y un hijo; dos de ellas casadas y por casar.
Agrega que la encomienda a Cuauhtinchan es “poca cosa... por lo cual,
y por tener tanta costa, está pobre y adeudado y padece necesidad”. No
olvida decir que “tiene su casa poblada de armas y caballos, y presenta
el traslado de la cédula de Cuautinchan”.
Al respecto, debemos hacer constar que han sido infructuosas
todas nuestras pesquisas por saber las granjerías de su encomienda, por
lo que nos atenemos a su dicho. Tampoco ha sido posible saber el año
probable de su fallecimiento. Sólo podemos agregar las tres notas si
guientes:
los poblanos.
• En 1605 Baltasar Dorantes de Carranza termina de escribir su obra
—publicada por primera vez en 1902 con el título de Sumaria Re
lación de las Cosas de la Nueva España—, donde nos ofrece la
descendencia hasta ese momento conocida de nuestro personaje:
31
J uan P érez de A rteaga : E l conquistador conquistado por el náhuatl
y vecino de la Puebla.
32
La mayordomía en las fiestas de J uan T echachalco
Título
Autor
considerablemente pues:
Tezcoco) nos indica que la roca y el hueco que se formó en ella fueron
Organización social
La institución social básica entre los nahuas de la Sierra Norte de Puebla es
la familia nuclear y extensa. La unidad básica en donde se conforma la
familia es el grupo doméstico. Éstos integran a todos los miembros del
grupo familiar en las actividades de subsistencia, con divisiones básicas de
trabajo según la edad y sexo. Los nahuas de esta región excluyen del ma
trimonio a los parientes reconocidos hasta el séptimo grado. Además, pro
híben el matrimonio entre compadres de “grado”, es decir, aquéllos ligados
por sacramentos religiosos como el bautismo, la confirmación, la primera
comunión y el matrimonio. La norma más común para establecer lazos de
parentesco es la de casarse con alguien del pueblo. Cuando alguna persona
de una comunidad tiene muchos compadres su prestigio es mayor y ad
quiere más posibilidades de extender los lazos de reciprocidad.
Los hombres practican la ayuda mutua o “mano vuelta” en las labores
de la faena. Entre las mujeres también existe la ayuda mutua, pues cuando
se va a realizar alguna fiesta o celebración se invita a las comadres, parien
tes y amigas para que ayuden a la preparación de los platillos.
Según la ley orgánica que rige el estado de Puebla, los municipios
Cofradía de Identidades
La mayordomía
Los cargos tradicionales tienen una función religiosa y el principal es la
mayordomía. Ésta consiste en el patrocinio de la fiesta religiosa vinculada
al santo patrón y a otros santos católicos. Otros cargos de menor impor
tancia son los de diputados, esquineros, padrinos de las imágenes, entre
otros, que ayudan en los gastos de cohetes, flores, ceras y preparación de
la comida.
La mayordomía, ejercida voluntariamente, es una forma de demostrar
la devoción hacia el santo y otorga prestigio a quien la cumple responsa
blemente.
Cofradía de Identidades
indios no sabían quién era Xochipilli ni que era un dios”. También señala
que le mencionan que la fiesta es para Tonatiuh y el teponaztli, ambos
concebidos como deidades.
Cuando se le pregunta a los asistentes a quién o a quiénes acuden a
visitar al sitio las respuestas son: a Xochipila, a Juanito, a Juanito Techa
chalco, a san Juanito Teponaztzintli, a san Juanito Xochipila, a san Juanito 39
La mayordomía en las fiestas de J uan T echachalco
escogido por los espíritus desde hace más de treinta años para realizar esa
tarea específica.
En la víspera del día 24 de junio se reúnen todos los integrantes de
las danzas asistentes de las diferentes comunidades en las casas de los
mayordomos para hacer la “Danza de las Flores”. Éste es un rito prehispá
40 nico compuesto de 24 sones, doce al derecho y doce al revés.
La mayordomía en las fiestas de J uan T echachalco
El teponaztli
Legado de nuestros antepasados, es una figura zoomorfa. Es una
hermosísima pieza tallada y realizada en madera preciosa de
ébano, probablemente hecha por artistas locales dirigidos por
toltecas, totonacos o acolhuas que se asentaron en esa región.
Algunos peritos del Instituto Nacional de Antropología e Histo
ria le atribuyen una antigüedad de 600 años. Esta pieza repre
senta un mono saraguato descansando, ornamentado con oreje
ras sacerdotales. Tenía ojos de jade que simboliza una constelación
Cofradía de Identidades
42
La voz *
Título
Autor
A lo largo del tiempo han visto la luz toda clase de teorías respecto
a los orígenes del lenguaje. En el siglo XVIII, el filósofo francés Jean-Jacques
Rousseau imaginó que en un grupo de mudos se reunía y construía en una
noche un lenguaje que ellos podían usar. ¿Por qué aquellos hombres ha
brían sentido la necesidad de una lengua y cómo se habrían comunicado
44 entre ellos antes de inventar las palabras?
La voz
C ésar M usalem J op
Johann Gottfried von Herder, creía que el lenguaje era un invento humano
y no un don divino, como generalmente se creía. Según él, un fenómeno
tan ideológico y tan imperfecto como el lenguaje no podía ser de origen
divino. Pero sus teorías no eran tan sencillas como las de Rousseau. Herder
consideraba que el lenguaje había surgido de la naturaleza más profunda
del hombre como respuesta a un impulso de hablar. Herder no pudo decir
de qué modo se formó el lenguaje, pero imaginó que los hombres empe
zaron a hablar imitando al principio los gritos de los seres que les rodeaban
y que aquellas imitaciones se convirtieron posteriormente en palabras que
designaban a esos mismos animales. Esta descabellada teoría bautizada
por sus detractores como la “tesis del ua-ua”, fue seguida por una serie de
otras teorías similares: teorías del silbido, del gruñido, del din-don, etcé
tera, que pretendían que el lenguaje procedía de exclamaciones de dolor,
de placer, de temor, de sorpresa.
Actualmente, los científicos no conocen todavía la historia completa
de los comienzos del lenguaje, pero —gracias a Darwin y a la teoría de la
evolución humana, que proporcionó un nuevo medio de abordar el proble
ma— disponen de una idea bastante buena sobre cómo el hombre empezó
a hablar. Aún más, tienen sobrados motivos para creer que el homo erectus
fue el primer hombre que dependió del lenguaje para comunicarse. Estu
dios realizados en los animales, particularmente en monos y antropoides,
tanto en laboratorio como en la naturaleza, nos ilustran sobre los elemen
tos esenciales que constituyen la base del lenguaje. Esos trabajos han de
mostrado que el hombre parlante conserva muchos más elementos del
mono de lo que se puede imaginar.
Cofradía de Identidades
y dere: “dar”. Así, el término tradición: “dar más allá”, al encerrar la idea
C ésar M usalem J op
El folklore
La palabra proviene del inglés folklore: folk, “pueblo” y lore, “conoci
miento”. Debe estipularse como parte importante de la oralidad.
46
La voz
C ésar M usalem J op
nueve años, todos ellos sujetos al escrutinio del Parlamento francés, por su
frase: “para ser más universales necesitamos ser más franceses”) él nos
dice que cultura es: “todo lo que el hombre crea”.
De ahí que el folklore (folclor, castellanizado) sea tomado en cuenta
por sociólogos y antropólogos como la suma cultural de: leyendas, litera
tura, música, bailes, narraciones, dichos, comentarios, concepciones ex
tralógicas y fantasiosas, costumbres y artesanías.
La concepción folclórica es un arma para conservar las tradiciones
religiosas, civiles, e incluso las sincréticas. Sin tener este conocimiento
cualquier pueblo de cualquier mundo está contribuyendo con su ignoran
cia a la desaparición, como ha acontecido durante milenios en todos los
mundos de todas las razas.
“El término ‘folclore’ fue acuñado en 1846 por William Thoms, quien
deseaba usar un término anglosajón para lo que entonces se llamaba ‘anti
güedades populares’. La definición más ampliamente aceptada por los inves
tigadores actuales de la especialidad es ‘la comunicación artística en grupos
pequeños’, propuesta por el investigador de la Universidad de Pensilvania
Dan Ben-Amos”.
Etapas
De acuerdo con la preservación de los elementos, los estudiosos identi
fican cuatro etapas del folclor:
cultura de origen.
Naciente. Rasgos culturales de creación reciente, que con el tiempo
se convertirán.
C ésar M usalem J op
ración de las identidades nacionales, se designan como sus lejanos antepa
sados.
En primera instancia el folclor se limitó a la tradición oral. Hacia la
mitad del siglo xix se amplía el ámbito del folclor, comenzando los recopi
ladores a interesarse también por distintas producciones que emanan de
las culturas populares (creencias, medicina tradicional, trajes, artes, técni
cas, etcétera).
No fue hasta el siglo xx cuando los etnógrafos y etnólogos empeza
ron a intentar registrarlo sin manifestar metas políticas.
La narración de historias es un universo cultural, común por igual a
las sociedades básicas y las complejas. Incluso las formas que adoptan las
historias populares son ciertamente parecidas de una cultura a otra. Un
ejemplo es el diluvio universal como enunciado bíblico, y mencionado en
los textos mexicas y mayas, distantes a miles de años y en territorios aleja
dos por miles de kilómetros.
Los folcloristas no admiten las interpretaciones universales de los
relatos y, analizan las versiones orales de las historias narradas apoyándose
en opiniones muchas veces automanipuladas. Un ejemplo podría ser la
cruz gamada usada en el siglo xx como un logotipo de la raza aria, y su
preexistencia en regiones del Asia Menor donde florecieron magnas civili
zaciones.
Contemporáneamente en Occidente estamos usando a la leyenda
urbana para preservar conductas, lenguajes, y voluntades provenientes de
nuestro folclor patrio o matrio; debido al proceso de mundialización inicia
do a raíz de los nuevos medios de comunicación, y a la venta de fuerza de
Cofradía de Identidades
trabajo, que obliga a los países pobres a emigrar a los países ricos.
50
La voz
C ésar M usalem J op
Los padres narran a sus hijos sus hazañas de amor, de lucha, sus viajes,
sus éxitos, sus fracasos y los anhelos convertidos en realidades. Incluso
los más honestos no adoban la justificación de sus derrotas, y permane
cen expectantes y cuidadosos ante la conducta diaria de sus vástagos.
Esas leyendas personales no tienen muchas veces sustento gráfico,
aunque ahora la mass-media es de gran ayuda para la transmisión de los
informes. La oralidad es en sí una historia mínima perteneciente a la gran
historia familiar.
Las versiones pueden estar apegadas a la verdad o a la fantasía, y
difieren con sinceridad de las historias oficiales, hechas sobre los lomos
y las espaldas de los vencidos.
Los cronistas no narran historias que les consten, describen los
mundos diversos en los cuales se desenvuelven familiarmente.
Hay ciencias como la herbolaria que tiene transmitiéndose centena
res de miles de años. ¿Si no fuese así, cómo se han curado de sus males
20 mil generaciones? El manejo hidráulico tuvo su esplendor en la do
mesticación del Nilo; y los aceptamos sin acceder al segundo piso infor
mativo que nos dice que en el planeta hubo y hay miles de Nilos, donde
el tratamiento para la serpiente acuática también dio prosperidad y gran
deza a naciones ahora desaparecidas. Igual caso guarda la astronomía,
las ciencias exactas y el manejo culinario.
Sin embargo, es una comunicación que tiene determinadas carac
terísticas que la definen ante otro tipo de comunicaciones orales. Es
también verbal e inmediata, pero sus significados, a la vez que son pre
sentes, provienen desde formas de conocimiento fraguadas en el pasado
Cofradía de Identidades
con intención de futuro. Es un puente vivo desde un más allá hacia otro
más allá. La tradición oral, como una forma verbal de la comunicación,
establece una especie de juego de permanencias en el tiempo. Es un
presente continuo donde se conjuga el pasado y el futuro.
Ahora bien, este tipo de comunicación ubicada en el devenir del
tiempo, que transmite de generación en generación y de “boca a oído” 51
La voz
C ésar M usalem J op
tiempos.
En ese libro —equivalente al Corán del Islam, o a los Vedas del
Hinduismo— el contenido histórico es prevaleciente sobre el religioso
como en el caso del Libro de Samuel, o el Libro de Los Reyes.
En el Libro del Génesis La Voz dice:
dicen que era la princesa de Salm Salm y que estuvo a punto de conseguir
que Juárez le perdonara la vida al archiduque Maximiliano de Habsburgo,
pero que en el momento que Juárez le iba a conceder el perdón, Lerdo de
Tejada le grita: “Ahora o nunca señor presidente”.
Cuando la señora Inés Leclerq, nacida en New York, hija de franceses
54 inmigrantes, casada con uno de los miles de príncipes que huían por deudas
La voz
C ésar M usalem J op
escribió sus memorias, en ellas dice: “intenté hincarme ante el presidente
indio, pero éste me tomó férreamente del brazo y me dijo: ‘Señora, si no
lo fusilo, el pueblo me fusila con él’”.
Cierro con un cuento casi leyenda del cual a mí me constan algunos
hechos consignados desde hace sesenta años por los cronistas morelenses.
Algo así como cincuenta recién llegados libaneses provenientes de la
Arabia en guerra permanente, fueron zapatistas, entre ellas María Kuri que
era una de las queridas del “jefe y cien veces jefe” Emiliano Zapata. Esta,
entre las enaguas, pasaba medicinas y municiones para los cuerpos zapa
tistas rodeados por las tropas federales de Victoriano Huerta. María tenía
un hermano llamado Pepe, y cuando el general Zapata se enteraba que su
hermano Ufemio enloquecido por el “aguardiente”, “el limpio de caña” y
la marihuana cintareaba a la tropa con su machete cañero, lo mandaba a
traer y le decía: “Pepe, pon en orden a ese cabrón”. Con su cuerpo de oso
y sus ojos brillando de energía Pepe sometía con palabras a Ufemio y lo
llevaba fraternalmente a que descansara sobre el petate tendido en alguna
choza.
Pasan los años y un tal Jesús Sotelo Inclán crea un texto llamado:
“Raíz y razón de Zapata”. Los insurrectos ostentosos de las áreas rurales
desde México hasta el Perú, lo tenían como libro de cabecera; y cuando
Sotelo Inclán lo estaba construyendo acudió con dos o tres autobuses de
normalistas y universitarios alumnos suyos al pueblo de Anenecuilco, en
Morelos. De pronto el viejo maestro ve algo por la ventanilla y le ordena al
chofer que pare inmediatamente. Se baja con no más de cuatro o cinco de
los viajeros y se arrima a unos viejos vestidos con ropa de manta, calzados
Cofradía de Identidades
con huaraches de cintas de piel, los saluda y les pregunta a boca jarro:
¿Qué leen? uno de ellos responde: “leemos a diario las noticias de los
árabes, pues la cabrona de María Kuri se lo llevó a vivir a las Arabias y anda
por allá repartiendo la tierra”.
Esa es la fuerza, señores cronistas, de la oralidad que ustedes trans
forman y transformarán en historia. 55
Gracias, Pedro Ángel Palou “El Viejo” por dejarme usar la voz.
L a I ndependencia nacional y la R evolución M exicana
en S an S alvador el V erde
Título
Autor
platas para Veracruz con una división de 700 hombres, un obús y una
pieza de batalla. Efectivamente éste marchó a atacarlo el día 27 de
octubre de 1815 y procuró desalojarlo de la hacienda de Contla, situada
ventajosamente en una eminencia.
Retirado de allí Gómez, se empeñó de nuevo y con bastante ardor
58 a la acción en los puntos de Caracol, Soletero y Campo de San Gregorio,
La independencia nacionaly la R evolución M exicana en S an S alvador el V erde
59
El valle de S anta I sabel : un ejemplo de despojo
en la provincia de T epeaca , en el siglo XVII
Título
Autor
Marco general
La tenencia de la tierra, durante el periodo virreinal, era un símbolo de
poder y riqueza. Es por ello que muchos españoles se disputaron, junto
con los habitantes de los pueblos y los caciques de Tepeaca, el derecho de
62 ser beneficiarios de las tierras del valle de Santa Isabel. Por un lado, los
El valle de S anta I sabel : U n ejemplo de despojo
en la provincia de T epeaca , en el siglo XVII
peyacac a finales del siglo xiv y principios del xv. La sucesora del “cacicaz
A ugusto R amón G onzález
go” en la segunda mitad del siglo xvi, doña Isabel de Guzmán, lo legó a su
muerte a uno de sus hijos, Francisco de Guzmán. Francisco se casó con
doña María de la Cruz, una cacica secundona1 de Tepeaca, y con ella tuvo
un solo hijo, don Sebastián de Guzmán, quien sucedió en el señorío siendo
niño. Al morir éste ab intestato, muy joven, la madre se convierte en la he
redera; se une en matrimonio con Álvaro Pérez de Navia, español, y dos
años después, al momento de disponer su testamento, lo nombra su princi
pal legatario. […]
Buena parte de las tierras seleccionadas por los españoles para ocupar
se encontraban despobladas, denominándose tierras baldías o tierras de
3. Ibidem, p. 80.
65
El valle de S anta I sabel : un ejemplo de despojo
en la provincia de T epeaca , en el siglo XVII
4. El cuatequil o repartimiento fue una institución laboral transitoria por la que se resta
bleció el trabajo forzoso, pero remunerado de todos los indios a favor de un número
Cofradía de Identidades
extenso de empleadores, por tiempo limitado de una manera rotativa y bajo la super
visión de los oficiales reales, siendo las obras públicas una de las más grandes recep
toras de mano de obra indígena, pues desde la época prehispánica los indios estaban
acostumbrados a ser movilizados para trabajar en obras de beneficio colectivo. Vid.
Francisco R. Calderón, Historia económica de la Nueva España en tiempos de los
Austrias, México, 2005, pp. 238-239.
5. María Teresa Sepúlveda, Anales mexicanos: Puebla, Tepeaca, Cholula, colección
66 antigua 229, México, 1992, pp. 53.
El valle de S anta I sabel : U n ejemplo de despojo
en la provincia de T epeaca , en el siglo XVII
Yo, Luis Cansino de Rioja, escribano real público y de cabildo de esta pro
vincia de Tepeaca, su partido y jurisdicción, por el rey nuestro señor; hijo
legítimo de Luis Cansino Iñiguez y de doña Francisca de Rioja, su mujer,
difuntos, vecinos que fueron de la ciudad de Sevilla de los reinos de Castilla,
de donde soy natural, y el dicho mi padre de la ciudad de Carmona, pobla
dor y ganador de ella, y al presente soy vecino de esta dicha ciudad de
Tepeaca de la Nueva España7.
Cofradía de Identidades
Declaro por mis bienes una hacienda de labor nombrada San Sebastián y
valle de Santa Isabel de esta jurisdicción, con doce caballerías8 de tierra
poco más o menos. [Posee] casas de vivienda de altos y bajos, trojes, corra
les y con setenta bueyes y cuarenta mulas de recua y arada y otros ganados
ovejunos y de cerda, que está a cargo de Pedro de Aguilar, mayordomo de
quien tengo mucha satisfacción y confianza, al cual le pido y suplico admi
nistre la dicha hacienda como hasta aquí lo ha hecho9.
8. El área total en hectáreas sería de: 513.543732, ya que una caballería equivale a
42.795311 hectáreas.
9. Testamento de Luis Cansino de Rioja. Loc. cit., f. 30.
10 . La composición, a grandes rasgos, era el proceso por el cual un sujeto decidía pagar
a la Corona una suma, a través de la cual “regularizaba” la posesión ejercida sobre
tierras adquiridas de modo no siempre legal.
68
El valle de S anta I sabel : U n ejemplo de despojo
en la provincia de T epeaca , en el siglo XVII
14. A las cuales puede agregarse que la merced hecha a los naturales y a la comunidad
de Tepeaca se ubica en la parte en donde se encuentran los cerros del Temazcal y el
Pinal, es decir, la ubicación de las seis caballerías y la hacienda de San Sebastián son
muy distintas.
15. Hildeberto Martínez, Codiciaban la tierra, op. cit., p. 158.
70
El valle de S anta I sabel : U n ejemplo de despojo
en la provincia de T epeaca , en el siglo XVII
Bibliografía
Archivos consultados
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71
H istoria de Z acatlán
H orizonte P reclásico ( de 1800 a 100 años A. de C.)
los invasores. Ante todo esto, mejoraron sus cultivos de calabaza, chile,
frijol, maíz y otras plantas, haciendo para su consumo metates y metlapiles
mejor elaborados, que ponen de manifiesto el conocimiento que tenían
sobre la agricultura.
De esta forma, completaron su alimentación con carne que obtenían
74 de diversas maneras: engordando perros domésticos o cazando venados,
conejos, aves y algunos otros, como lo hacían ya anteriormente.
H istoria de Z acatlán : H orizonte P reclásico / B autizo de los toltecas
miliar, social o política en este horizonte, pero es probable que su vida haya
sido parecida a la de otros pueblos que en una etapa de evolución cultural
muy similar se conservaran vivos hasta le época histórica. Esta idea debe
aplicarse con prudencia.
Los antiguos habitantes zacatecos se encontraban reunidos con las
76 influencias recibidas, entonces, en pequeñísimas aldeas con una organiza
ción muy abierta que debemos de pensar en una especie de democracia en
H istoria de Z acatlán : H orizonte P reclásico / B autizo de los toltecas
pañales. No hay nada que indique que hubiera diferencias de clase. Sin
Título
Autor
La influencia olmeca
Todo esto que hemos visto anteriormente, se debió a la posible influen
cia de ciertos grupos pertenecientes a la llamada primera civilización
mexicana: la olmeca y que se desarrolló entre el río Grijalba y el río Pa
paloapan, entre 1500 y 88 a. C. Sus principales centros fueron La Venta,
Cofradía de Identidades
distinto al que conocemos hoy en día. Antes había grandes bosques, ex
tensos y siempre verdes y llenos de aves parlanchinas y animales. Ésta y
otras fueron condiciones que seguramente favorecieron la concentración
de bandas de personas en la región que hoy comprende la ciudad de
Zacatlán y sus barrios.
78 En estas condiciones las encontraron los olmecas que provenían de
La Venta y que se iban diseminando por los amplios panoramas naturales
H istoria de Z acatlán : H orizonte P reclásico / B autizo de los toltecas
que formaban Mesoamérica a finales casi del Preclásico Superior. Los ha
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Esto era una costumbre entre aquellas bandas o grupos de salvajes sin
orden ni concierto que sólo buscaban satisfacer sus necesidades básicas.
Este dato de un centro ceremonial es muy importante para conocer
la historia de nuestros primeros orígenes. Este lugar posiblemente surgió
con la primera influencia de los olmecas cuando las aldeas se encontraban
desparramas por aquí y por allá, sin una idea de unificación en un centro, 79
y del que, repetimos, ni siquiera un nombre tenían para identificarse.
H istoria de Z acatlán : H orizonte P reclásico / B autizo de los toltecas
Es posible que hayan sido otomíes los primeros habitantes, pues ésta
S ergio R amos G onzález
es una de las razas, a decir de los especialistas, que habitó en toda Meso
américa primeramente pero que no desarrolló una cultura capaz de afron
tar las situaciones como sí lo hicieron otros grupos.
Antes de proseguir, veamos qué se entiende como centro ceremo
nial, de acuerdo con Luis Nava que en su libro Tlaxcala prehispánica nos
dice que debe entenderse que estos sitios olmecas eran ciudades o centros
al estilo maya: un sitio donde habitaban los jefes, sacerdotes y civiles, sus
dependientes directos y algunas otras personas de “confianza”.
Ignacio Bernal en su libro Tenochtitlán en una isla nos refiere que no
se debe pensar en una ciudad como se conocen en la actualidad. Se trata,
en este caso, de un lugar de reunión durante las fiestas o los días de
mercado, y los habitantes que había en los alrededores reconocían a este
centro como su eje de actividad.
G. Barrón de Morán en su libro Historia de México, nos dice que en
el Periodo Clásico la construcción de centros ceremoniales fue planificada
y que dichas edificaciones fueron el signo distintivo de esta época.
Durante los finales del Preclásico Superior que se incrusta por un
corto tiempo en el Clásico, surgen en Zacatlán, como en otras muchas
partes de Mesoamérica, las primeras construcciones con basamentos pira
midales, y tal vez en nuestra región. Surgieron también los templos, porque
empezaba a existir una especie de religiosidad, que tal vez incipiente, era
ya manifiesta. No sabemos, si al mismo tiempo, surgieron los magos, los
hechiceros y las máscaras a las que daban un sentido mágico, porque
creían que le conferían al portador fuerza y personalidad. Esos magos y
hechiceros presidían los actos rituales, en los que danzaban y tocaban
Cofradía de Identidades
nos lleva a creer que esta convivencia había llevado a una mezcla de ele
mentos culturales pero en el que cada grupo seguía conservando sus cos
tumbres y tradiciones. Esta amalgama de elementos llevó también a un
estilo u orden de vida y que desgraciadamente no podemos comprobar a
la luz de los hechos tangibles, pues no nos queda de ello ni siquiera mo
81
H istoria de Z acatlán : H orizonte P reclásico / B autizo de los toltecas
nombres porque tampoco sabemos cuáles haya sido los originales. La di
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de roza, que consistió en talar los bosques, quemar la madera y todas las
S ergio R amos G onzález
86
E xhacienda M olino de G uadalupe ;
un pasado de esplendor
Título
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hilados y tejidos San Félix, la cual contaba con 5 mil 56 husos y 154
“La mesa del Sr. Presno era una mesa regia y notable. De forma circular, se
componía de dos partes, una fija alrededor de la cual tomaban asiento los
comensales y la otra central y movible en virtud de un mecanismo especial
movido por electricidad.
89
E xhacienda M olino de G uadalupe ; un pasado de esplendor
construcción de la escuela del lugar lo cual nos hace pensar que todavía
91
La herencia patrimonial de A tlixco
Título
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privadas.
Se trata de los complejos conventuales de las órdenes franciscana y
del Carmen, que se encontraban en estado lamentable y que ahora recu
peradas ostentan el esplendor y dignidad que las distinguía.
Sobre la herencia artística novohispana, es importante citar la colec
94 ción al óleo del hospital de San Juan de Dios, particularmente la serie
La herencia patrimonial de A tlixco
sobre la vida de dicho santo, firmada por Luis Berrueco y Pablo Talavera,
informal que invade las calles citadinas, así como una central camionera;
L. C ecilia C abrera M orales
96
V ivencias del M al P aís en dos décadas del siglo XX
Título
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dumbre armada y una gran tolvanera hizo que perdiera el lugar. Por este
V íctor M anuel G omar F abián
Mora, Simón Crispín, Tomas hijo de Josefa, José Fabián; y tres mujeres
que se unieron a las tropas del general Celso Cepeda: Epifanía Fabián,
Teodora Fabián y Dolores Juárez.
La noche del 14 de mayo de 1920 el Mal País no durmió. Desde
la tarde civiles y soldados llegaron pidiendo ayuda, bajaban del monte
98 sucios y hambrientos ofreciendo oro en moneda a cambio de un trago de
V ivencias del mal país en dos décadas del siglo XX
agua, tortilla y ropa de civil. Habían sido guiados por conocedores del
99
La transmisión oral de mi tata está quedando en desuso
Título
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Aquí señalo que “tlachicar” quiere decir raspar el corazón de esta planta
que produce aguamiel. Por otro lado, “Acocote” es la calabaza agujerada
para extraer por succión el aguamiel. Entonces, el “maguey”, del género
agave, produce aguamiel del cual se hace el pulque.
102
La transmisión oral de mi tata está quedando en desuso
coma el tlacuache
Totola o pipila. Ave galliforme hembra del guajolote: pavo.
Tlacuache. Zarigüeya. Mamífero marsupial que tiene aspecto de una
rata. Es nocturno y omnívoro.
* Capítulo III del texto “Producción de documentales como estrategia para el aprendi
zaje de la historia local en tercer grado”. Licenciatura en Educación Primaria. Escuela
Normal Primaria Oficial Profesor Jesús Merino Nieto. San Juan Ixcaquixtla, Puebla. 107
La investigación : lente de la historia y cinta para el documental
nes, los padres de familia pueden percibir o especular que todo lo que
sus hijos o hijas han hecho hasta cierto momento no valga para nada, y
que las cosas importantes empiezan justo en el primer día de clases.
Se puede pensar que nuestros pequeños no saben nada de lo que
consideramos importante: saber leer, escribir, saber contar, conocer la
historia, la geografía, y posteriormente cosas, cada vez más complica
das. Ciertos docentes, juzgan que los niños sólo se dedican a “puro
jugar”1 y, por lo tanto, “pierden el tiempo”. En estas actividades infanti
les se puede aprender a observar, a comparar, a buscar soluciones, a
inventar historias, a representar conocimientos y emociones, formas,
sonidos; a utilizar el cuerpo con destreza o con fuerza, para comunicar
inquietudes y un sin fin de nociones. En definitiva, las actividades que
cumplen los pequeños, son esenciales para que más tarde construyan
con las guías educativas, todos los saberes que les sean posibles.
Nos corresponde estimular la colaboración del infante de manera
sistemática hacia la investigación autónoma. En ella se pueden realizar di
versas actividades que, sin duda, tienen un carácter educativo. Estas acti
vidades enfocadas a la investigación, constituyen un centro para la preser
vación y fomento de ciertos rasgos históricos locales. En correspondencia
con esta idea, proponemos que los docentes tengan la responsabilidad de
fomentar en sus estudiantes la investigación colaborativa.2 Este objetivo
permite trazar un método fundamentado en el aprendizaje por descubri
física, veamos el comentario de una maestra de tercer grado, que al oído me decía:
“Maestro, mire a los chamacos cómo les gusta perder el tiempo, nada más salen a
educación física y puro jugar, no fuera en el salón porque no hacen nada, pura pérdida
de tiempo”.
2. Se caracteriza por un conjunto de principios, normas y procedimientos metodológi
cos que permiten obtener conocimientos colectivos sobre una determinada realidad
social.
108
La investigación : lente de la historia y cinta para el documental
nal; las actividades del aula se organizan en torno a una secuencia de contenidos que
pretende ser una selección detallada de lo que los alumnos deberían saber sobre la
asignatura; el profesor explica los temas, mientras los niños anotan por escrito la in
formación proporcionada, para después poder preparar las evaluaciones que intenta
rán medir su aprendizaje.
4. Al preguntarle a los niños ¿por qué les gusta investigar?, con una sonrisa un chiquillo
responde que sí le gusta, porque no hace nada y sólo platica con las personas que
entrevista. 109
La investigación : lente de la historia y cinta para el documental
5. La escuela de la que hablamos obliga a los alumnos a entrar con los bolsillos vacíos,
se prohíbe exponer pistas de sus experiencias extraescolares, impide que el mundo de
los niños entre en la escuela interrumpiendo el programa oficial.
6. Veamos la investigación que realiza el equipo de alumnos (9 años) Cuxijngui – Remo
lino: “En esta ocasión, estamos entrevistando al señor Isidro, tiene 39 años de edad,
su domicilio es calle Ávila Camacho s/n. Su oficio es músico, aprendió su oficio de su
110 familia y también por la escuela, el señor trabaja con el trombón de varas…
La investigación : lente de la historia y cinta para el documental
7. Recuerdo el comentario que realizó una madre de familia mientras vigilaba y esperaba
que su hijo terminara de documentar, “maestro, esta actividad es buena porque se
conserva la tradición, me acuerdo que antes mi abuelita me platicaba hartas cosas y
se me están olvidando, antes puro popoloca y ahora ya no… hay muchas cosas que
se pueden grabar. Ya mero viene la fiesta del pueblo y pura musica… ‘horita que me
acuerdo mi esposo guardó unas fotos antiguas, las encontré en la basura en un terreno
que está cerca de mi casa, parece que ya las iban a quemar, pero no sé dónde están…
se las voy a mandar a ver si les sirven”. 111
La investigación : lente de la historia y cinta para el documental
terreno seguro, firme; luego será fácil convencerlos de que pueden atre
8. Un ejemplo es el “texto libre”. El docente propone a los alumnos que, si les pasa algo
importante fuera de la escuela (una experiencia peculiar, una imagen insólita, una
sensación, un sueño, un encuentro...), pueden escribirlo de manera resumida, si ellos
quieren, y llevarlo a la escuela; en la escuela, se lee junto con el resto del grupo y, si
se considera oportuno se incluye en el periodo del aula o escolar. Para nuestros do
cumentales el docente invita a los pequeños que, si escuchan, conocen o pueden in
vestigar historias de su comunidad, las narren en el salón de clases y de acuerdo a la
veracidad de estas, se documenten en video.
9. Veamos los resultados del alumno Castillo (9 años) respecto al carnaval: “El carnaval
es una de las tradiciones de San Felipe Otlaltepec, donde bailan con máscaras, pa
Cofradía de Identidades
liacates y el vestuario adecuado para los carnavales. En estos días a los carnavales
como recompensa les dan tamales de frijol y café, para que se calienten del frío que
hace en la noche. Los carnavales sacan a bailar, así sean hombres o mujeres. Para fi
nalizar los bailarines de carnaval terminan en la noche o tarde de Ramos, después del
baile se queman con el fuego de antorcha. Después para jueves santo, viernes santo,
dan su faena, mano de obra, barren el atrio, calle que va al calvario y a traer ramas
para adornar en el calvario, para la muerte de Jesús. Después cargan cuna a donde
está depositado el cuerpo de Jesús, durante el tiempo de la procesión”. 27/02/08 113
La investigación : lente de la historia y cinta para el documental
una buena parte de los mismos que, por temor a equivocarse, prefieren
J osué R omán M artínez
10. Se pueden fomentar interrogantes en relación con diversos contenidos. Por ejemplo,
Cofradía de Identidades
¿Los oficios son parte del testimonio del pasado? En este caso es importante estimular
a las niñas y niños para que piensen en alguna persona de su entorno local que realice
un trabajo de producción, es decir, alguna persona cuyo trabajo se mantenga como
testimonio del pasado. En este momento los niños piensan, planean y efectúa una
entrevista con una persona que haga algún producto; se le puede preguntar lo si
guiente: ¿quién le enseño su oficio?, ¿cuáles herramientas usa?, ¿cómo se siente mien
tras trabaja?...
115
La investigación : lente de la historia y cinta para el documental
esta reunión de datos se pude partir a narrar las opiniones y enfoques del
tema; nos valdrá también para cuidar la expresión y estructura de la
imagen. Toda la información que reúnan nuestros chiquillos es muy útil
para ordenar ideas y sobre todo cuando se va a grabar en forma directa,
no teniendo tiempo ni espacio para selecciones profundas.
Reconocemos que es casi imposible concebir un guión que abarque
el panorama general de la realización de la grabación. Por ello se diseñan
notas que permitan a las niñas y niños un trabajo controlable para el orde
namiento posterior. Proponemos ordenar el material en tres aspectos: de
lo real a lo abstracto; de lo conocido a lo desconocido; y de lo cercano a
lo lejano. Mientras grabamos debemos buscar la síntesis de escenas, breves
pero suficientes, que encierren conceptos claros; esto posteriormente
ayuda a la edición del material. Antes de iniciar a grabar nos corresponde
pensar, en cada una de las tomas que iremos editando a medida que elija
mos cada plano. Las tomas que hagamos deben poseer una razón de ser,
un momento verdadero que justifique su presencia en el video. Uno de
nuestros objetivos al realizar documentales es procurar que el espectador,
después de la proyección, conozca más sobre el tema de lo que sabia antes
de verlo, y al mismo tiempo hacerles pasar un rato agradable
Posteriormente se eligen los lugares estratégicos para que nuestros
alumnos documenten la información; da inicio la grabación del trabajo ya
desarrollado mediante las investigaciones y recopilación de las mismas.
Es conveniente la opinión de una persona que conozca del tema pero
que no haya participado de la grabación, así nos da su punto de vista
objetivo y precisión al trabajo.
Cofradía de Identidades
11. Historia redactada por Beatriz (9 años) “Ella se llama Senorina tiene 72 años vive en
el domicilio calle 5 de mayo su oficio es hacer artesanías de palma su mamá le enseñó
su oficio las herramientas que usa es el machete y cuchillo las materias primas que usa
es la pintura y la palma cuando trabaja se siente muy cansada, lo que piensa de su
producto es venderlo y con ese dinero comprar lo poco que le hace falta. Su trabajo
116 se utiliza en tenates para echar las tortillas y petates para sentarse.
La investigación : lente de la historia y cinta para el documental
12. Es común observar a docentes que utilizan el recurso Enciclomedia, reproducir pe
lículas de “moda” sin sentido ni utilidad didáctica, poniendo en riesgo la eficiencia del
aprendizaje en los alumnos 117
La investigación : lente de la historia y cinta para el documental
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