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FACULTAD DE DERECHO
SISTEMA DE UNIVERSIDAD ABIERTA
INVESTIGACIÓN:
LA SEGURIDAD PÚBLICA EN MÉXICO,
“UN PANORAMA ACTUAL”
MATERIA:
DERECHO ADMINISTRATIVO II
QUINTO SEMESTRE
ASESOR:
DOCTOR, MIGUEL ALEJANDRO LÓPEZ OLVERA
1
INTRODUCCIÓN
2
de esta muestra ciudadana las autoridades del gobierno del Distrito Federal
argumentaron que fue una marcha pagada y que no fue el reflejo de lo que la
sociedad capitalina estaba sintiendo, miedo, ese miedo a la delincuencia y
sobretodo a la incapacidad de las autoridades para solucionar ese mal que día a
día destruye la convivencia familiar y social.
Para poder dar un enfoque un poco más amplio sobre este vínculo entre individuo
y administración pública citaremos un artículo del Ministro de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, Sergio Armando Valls Hernández, en el cual describe la
relación, forma y como han cambiado los patrones de actuación, la modernidad ha
traído diferencias muy radicales en este sentido como lo cito,
”La globalización definida como un cambio radical del entorno que se vuelve
más fluido e inestable o como una fuerza homogeneizadora que disminuye la
fuerza del Estado –nación y sus capacidades, provoca que se desborden los
patrones tradicionales de lo que se espera obtener del Estado y del individuo,
porque el primero pierde su centralidad y el segundo adquiere importancia. La
globalización enmarca el fenómeno de una participación ciudadana que va
más allá del escenario de la lucha política-electoral, la conquista por el poder,
y se vincula con el ejercicio del mismo, es decir, con la actividad de la
Administración pública.”1
1
VALLS HERNÁNDEZ, SERGIO ARMANDO, “Participación Ciudadana en la Administración Pública”, en Primer Simposio Internacional de
Derecho Administrativo y Municipal., Suprema Corte de Justicia de la Nación, México, D. F. 2006, Pág. 394.
3
beneficien. Este interés se manifiesta con mayor fuerza en los llamados
servicios públicos básicos, contenido en el artículo 115 constitucional, fracción
III, a saber: agua potable, alcantarillado, alumbrado público, limpia, mercados y
centrales de abasto, entre otros.
Sin embargo, la profundización de la globalización, reflejada en el dinamismo
de las relaciones Administración-ciudadano, así como en la multiplicación de
los puntos de contacto entre las autoridades y los grupos de ciudadanos, la
llamada pérdida de la centralidad, provocó que estos intentos de
institucionalización de la participación ciudadana fracasaran por ser
2
insuficientes.”
Pero para darnos cuenta de cómo se están dando las cosas actualmente basta
con observar como la sociedad se está convirtiendo en un indicador de la
ineficiencia de la Administración pública, esta insuficiencia va en contrasentido con
una sociedad cada vez más interesada en vigilar la actuación de la Administración
pública. Esta actitud se percibió, desde la tradición burocrática, como una invasión
de las funciones reservadas a la autoridad, como la irreverencia, el caos o la
inconformidad frente a cualquier decisión estatal.
Baste recordar que hace 5 años aproximadamente aconteció por demás un hecho
insólito en la vida del país, resulta que el ejecutivo federal emitió unos decretos
expropiatorios de algunos terrenos en la zona de Texcoco, Estado de México con
el fin de construir lo que sería el megaproyecto del sexenio foxista, el nuevo
“Aeropuerto de la Ciudad de México”, inversionistas ávidos del desarrollo del país,
constructoras trasnacionales interesadas en modificar la estética urbana de esa
zona se encontraban en espera de la señal de inició, pero algo les falló y un hoy
en día seguimos en espera de alguna explicación al respecto, millares de jinetes
con machetes, campesinos, movimientos sociales, organizaciones estudiantiles,
obreras irrumpieron la ciudad en señal de protesta, se nos hizo extraño mirar
largas cabalgatas marchando sobre la histórica avenida paseo de la reforma
afilando sus machetes sobre las banquetas y el asfalto.
2
Ibíd., pp. 394 y 395.
4
Esas escenas que transmitieron los noticieros, aún hoy en día me siguen dando
vueltas por la cabeza, quien iba a imaginar que ese hecho y las amenazas de
algunos pobladores de San Mateo Atenco diciendo que iban a comenzar una
revolución, iban a provocar que ese megaproyecto institucional se desboronara y
todo lo que en ese momento se había conseguido en cuestión de democracia se
viniera abajo, fracaso de la Administración pública.
Y como este pequeño ejemplo puedo citar otros más para comprobar como la
sociedad civil ha empezado a subir peldaños para conformarse como un gran
contrapeso que no sólo tiene que ser tomada en cuenta para cualquier decisión
sino que ahora tiene que funcionar como gestora de las políticas públicas.
Pero se preguntarán, hasta dónde pretendo llegar con todas estas citas, razones y
justificaciones si el tema de investigación es con respecto a la seguridad pública, y
si precisamente analizaré lo que es la seguridad pública y la necesidad que tiene
la sociedad civil de ser procurada, administrada y garantizada en cuanto a esa
seguridad la cual es compromiso constitucional del Estado. El control civil del
aparato de seguridad y alejarlo de las prácticas autoritarias y arbitrarias del
3
Ibíd., Pág. 396.
5
pasado es función primordial de los actuales gobiernos democráticos, en el
presente se están incluyendo nuevos conceptos en cuanto a la seguridad pública,
por ejemplo llamarla seguridad ciudadana, clara muestra de la democratización de
estos términos y la inclusión cada vez mayor de la participación ciudadana en la
formulación y evaluación de las políticas de seguridad.
Cada vez es más recurrente observar como la sociedad civil se involucra en
cuestiones de la Administración pública.
6
CAPÍTULO UNO
SEGURIDAD PÚBLICA
“La inviolabilidad del orden objetivo, de los derechos subjetivos del particular, así
como de las instituciones y organismos del Estado y de los demás portadores de
la soberanía.”5
Se puede decir de una manera más amplia que se identifica con la protección del
orden jurídico público.
4
PODER EJECUTIVO FEDERAL, “Plan Nacional de Desarrollo, 1995-2000”, Secretaría de Hacienda y Crédito Público, México, D. F., 1995,
pp. 27 y 28.
5
OLIVEIRA DE BARROS LEAL, CÉSAR, Coordinador, “Violencia, Política criminal y Seguridad pública, Realidad y Desafíos en el Siglo
XXI””, Instituto Nacional de Ciencias Penales, México, D. F. 2003, Pág. 74.
7
Para nosotros es importante subrayar que la idea de Seguridad Pública está ligada
a la protección de la paz pública, de tal manera que puede ser conceptualizada,
desde el punto de vista objetivo, como el conjunto de políticas y acciones
coherentes y articuladas, que tienden a garantizar la paz pública a través de la
prevención y represión de los delitos y de las faltas contra el orden público,
mediante el sistema de control penal y el de policía administrativa. Esta
concepción amplia de la seguridad pública, que incorpora las actividades de
procuración e impartición de justicia, es sostenida por algunos autores como
Eugenio Raúl Zaffaroni.
“En un principio fueron los hombres fuertes de una comunidad, después los
señores feudales y el rey/emperador; actualmente, es el Estado moderno el que
asume esta responsabilidad, basándose en una normatividad que establece las
conductas aceptadas que permiten la convivencia civil, así como un aparato que
busca garantizar y ejercer estas reglas y castigar a aquellos que deciden
transgredirlas. Los Estados democráticos contemporáneos presuponen la
existencia de un estado de derecho que no sólo regula la convivencia entre los
ciudadanos, sino que también limita el poder del estado para ejercer la violencia.
Se supone que éste no usará la represión, ni buscará el orden público a
cualquier costo. En el caso mexicano, todos quedamos incluidos dentro de la
Constitución, los códigos penales, los códigos de procedimientos penales y otras
6
Max Weber, en su conocida teorización del tema: «Estado es aquella comunidad humana que, dentro de un determinado territorio (el
territorio es elemento distintivo), reclama para sí el monopolio de la violencia física legítima, que refleja un planteamiento general de su época
en el que la violencia estatal forma parte del concepto –autónomo de dominación. La idea de violencia aplicada a la policía, es clara y se
refiere a la coacción directa legítima. Coacción como posibilidad del uso de la fuerza, que incluye la amenaza del uso de la misma, sin que
por ello deba ser forzosamente aplicada, bastando la mera presencia policial como recordatorio de tal posibilidad. Directa al no haber
intermediarios entre la policía y los ciudadanos, al tratarse de un contacto físico de la fuerza. Legítima en el sentido de ser autorizada (con
ciertos requisitos) por el Estado y el derecho.
8
legislaciones que especifican los derechos y obligaciones del ciudadano frente al
Estado.”7
De hecho hay varios académicos mexicanos que han querido cambiar el concepto
de seguridad pública por el de seguridad ciudadana, como ya ha sucedido en
otros lugares de América Latina.
Esta visión está emparentada con la idea del poder de policía en sentido tan
amplio que implica prácticamente toda acción del Estado.
7
PÉREZ GARCÍA, GABRIELA, “Diagnóstico Sobre la Seguridad Pública en México”, Centro de Análisis e Investigación, Fundar, México,
D.F., Pág. 9 y 10.
9
A partir de su formulación iluminística, por su gravedad, se caracterizó al derecho
penal con reglas específicas de formulación: no hay delito sin ley; reglas
específicas de aplicación: no hay pena sin delito, y reglas específicas de
ejecución: no hay pena sin ley. De ahí que el funcionamiento del sistema de
justicia penal abarque la procuración la procuración de justicia, continúe con la
impartición de la misma y culmine n la ejecución de la pena. Siendo que a la pena
le ha sido asignada la función de prevención general (dada su ejemplaridad, inhibe
la realización de conductas delictivas), y de prevención especial (segrega y
readapta al que cometió delitos), desde una perspectiva amplia, una política de
seguridad pública implicará todos los aspectos del sistema de control penal.
La perspectiva más estrecha comprende elementos que tienen que ver con la
procuración de justicia y con la policía de seguridad pública. En consecuencia, son
elementos centrales de una política de seguridad pública los siguientes:
En el ámbito policial
1.- La policía preventiva estatal y municipal, en todas sus modalidades (policía de
seguridad pública, granaderos, grupos especiales de asalto, policía de vigilancia, montada
y de tránsito, entre otras);
2.- Las policías preventivas federales (de caminos y puertos y fiscal, entre otras);
3.- Las policías judiciales (estatal y federal), y
4.- Los cuerpos de seguridad privados.8
En el ámbito ministerial
El Ministerio Público en los ámbitos local y federal.
Los anteriores elementos deben ser tomados en cuenta si se quiere desarrollar una
política de seguridad política integral y, en consecuencia, coherente; sin embargo,
8
Ídem., p. 75.
10
conjuntamente con estos factores, existen otros elementos que interactúan con ellos de
una manera más amplia.
Así, esta última visión comprende, además de lo anterior:
Las prisiones tienen dos miradas: una interna y otra externa. Ambas reclaman
atención. Ambas están estrechamente ligadas con la seguridad y específicamente
con la seguridad pública. La autoridad de las prisiones, a través de todos los
elementos con que cuenta –sean éstos funcionales, estructurales, instrumentales,
9
Ibíd.
10
Ídem, Ibíd., p. 76-77.
11
sistémicos y volitivos- exigen garantizar racionalmente la ejecución de la pena. En
el caso de las instituciones preventivas, salvaguardar la seguridad de que
procedimiento llegará a feliz término. En los dos momentos –el procesal y el de
ejecución- se deben encontrar presentes los derechos humanos de quienes los
sufren: la salud, la alimentación, la educación, el trabajo y, en el caso concreto de
los condenados, la readaptación social (planteada en nuestra Constitución
Política, como fin de la pena). Todo esto no se puede llevar a cabo en un medio de
inseguridad, en un lugar en donde existan disturbios de toda índole: agresiones a
los internos y a la autoridad, fugas, resistencia organizada y motines.
Pero en síntesis y para dejar en claro de una vez por todas el concepto de
seguridad pública podré decir que es una actividad dirigida a la protección de
personas y bienes y al mantenimiento de la tranquilidad u orden ciudadano que
son finalidades inseparables y mutuamente condicionadas, además de que se
puede agregar lo siguiente, también es la prevención del delito, la procuración de
justicia, la administración de la misma y la rehabilitación del delincuente a efecto
de su reinserción social.
Es aquí donde doy por concluido el primer capítulo donde traté de explicar lo que
era la seguridad pública y sus conceptos.
12
CAPÍTULO DOS
Daré inicio a mi segundo capítulo con cita del doctor Augusto Sánchez Sandoval:
“La seguridad pública cumple con la función conservadora del orden social, con
base en un orden jurídico que controle el poder y norme sus relaciones con los
ciudadanos y de éstos entre sí. Es decir la existencia y permanencia de un orden
público y de un orden privado, como condición necesaria para la vida social. Así,
la seguridad pública se constituye en una manifestación de la acción
gubernamental, ejercida para salvaguardar la integridad, de intereses y bienes
de las personas, y de las entidades públicas y privadas.”11
13
ser mucho más evidente en el nivel municipal que estatal o federal, sin embargo,
el concepto aplica para todos los niveles.
14
sexo-servicio; policía montada, patrulla a caballo efectuando remisiones como
policía preventivo, se encarga de acciones de prevención en actos masivos, así
como operativos en zonas de irregularidad geográfica (cerros, veredas, áreas
boscosas, etc.), donde las patrullas no se pueden desplazar con facilidad;
policía 2000, patrulla a pie y en pareja en zonas del Centro Histórico. Mediante
remisiones y detenciones de delincuentes impide robos a comercios y
transeúntes.”12
A pesar que aún en el siglo XV, por policía se entendió la suma de actividades o
tareas del estado, pero cambió el concepto ya en el siglo XVIII adquiere
autonomía la justicia y las finanzas, así el estado pudo emitir normas o coaccionar
a su libre albedrío, de acuerdo a sus necesidades y conveniencias y para el
bienestar de la nación. Así pues se advierte a la policía ya como una labor del
estado de la cual se encargaba el ejecutivo.
12
Información obtenida en el Manual de los Derechos del Ciudadano, publicación distribuida por organizaciones civiles del D. F., año 2001,
pp. 6 y 7.
13
MARTÍNEZ, MORALES, RAFAEL, “Derecho administrativo, 3er y 4to cursos”, Edit., OXFORD, México D. F., 2000, Pág. 138.
15
En México existen alrededor de 350,000 oficiales de policía, divididos en
aproximadamente 300 corporaciones distintas. Estas fuerzas se dividen según
su función y según el nivel de la federación al que están adscritos. En términos
de funciones existen dos tipos de policía: la policía preventiva y la policía
investigadora, en México llamada judicial. La policía preventiva tiene como
responsabilidad el mantenimiento del orden, la vigilancia y patrullaje en las
calles, sólo puede detener a individuos en flagrancia, no poseen la facultad de
investigar los delitos y puede llegar a auxiliar al Ministerio Público si éste se lo
pide; en el país hay alrededor de 330,000 policías preventivos.14
14
Op. Cit. Pág. 19
15
La mayoría de las cifras sobre la policía en México, su desempeño y entrenamiento provienen del Plan Nacional de Seguridad Pública
1995-2000, un diagnóstico elaborado en la administración de Ernesto Zedillo para entender la situación del país.
16
3.- La policía bancaria e industrial con 17,000 efectivos.16
En el Distrito Federal, en 1994, se calculaba que había 65 policías por cada
10,000 habitantes, un número muy superior a otras ciudades del mundo. Por
ejemplo, en Río de Janeiro hay 40 policías por 10,000 habitantes, en Londres 25
y en Washington 37.17
El trabajo policial tiene varias características que lo hace distinto del trabajo de
otras instituciones. Para la policía, en el caso mexicano la policía preventiva, es
diariamente en la calle; esto significa que la policía es una institución que se
define por estar en contacto directo con los ciudadanos. Esta cercanía puede
acarrear obstáculos para su trabajo. Uno de ellos es la discrecionalidad con la que
cuenta la policía para realizar su labor. Muchas de las situaciones a las que se
enfrenta tienen que ser resueltas en el instante y se deja la decisión a discreción
del policía.
Cuando se suscitan perturbaciones o disturbios en el orden establecido, la
colectividad se une y adopta medidas que en su momento pueden llegar a
restringir a las libertades individuales, en su afán de proteger ese orden.
Se trata de ver al objeto policía como un aparato más de los que el estado utiliza
para mantener el poder y garantizar el control social, ocupando en ella un lugar
16
Ibíd., p. 6
17
Se presenta una relación de 9 ciudades: París, Londres, Roma, Madrid, Río de Janeiro, Nueva York, Washington, Sao Paulo y la Ciudad de
México. J. RAMÍREZ MARÍN, Seguridad Pública y Constitución, México, Editorial Porrúa-Universidad Anáhuac Facultad de Derecho, 2003, p.
225.
17
junto con otros aparatos y mecanismos de control en el contexto socio-económico
correspondiente. Si el objeto-policía pasa a ser visto como un aparato policial,
queda indisolublemente unido a la forma estado de la que forma parte, y
evoluciona con ella. Es pues fruto de un proceso histórico que hay que determinar
no en función de «la policía» sino en función del estado que la cobija.
El uso del concepto de aparto policial permite además ver claramente que este
nace al mismo tiempo que la cárcel como institución y que el aparato judicial. Ello
18
otorga cierta coherencia al modelo teórico del sistema de justicia criminal. Así, se
logra definitivamente arrancar a «la policía» de la centralidad en la que se la había
colocado, lo que permite estudiarla en su contexto, como una de las realidades del
estado moderno y bajo la vertiente de los aparatos de control, de entre los que
destaca el control penal y la aplicación selectiva de sus recursos.
El aparato policial desarrolla una función simbólica y otra real, pero ello sigue
siendo insuficiente para describir qué es en realidad «la policía», aparecen como
ya se ha señalado, diversas funciones policiales que establecen nuevos campos
de intervención, nuevas formas del uso de la fuerza o de la, discrecionalidad, que
no parecen responder a una mera situación de reacción directa al cumplimiento de
normas, ordenes o intereses del estado. Ello abarca un amplísimo campo que va
desde ciertas intervenciones asistenciales o de mediación, hasta la existencia de
«mafias policiales» o corrupción pasando por el desarrollo de intereses financieros
o políticos (tanto legítimos como ilegítimos) etc.
18
RECASENS, I BRUNET, AMADEU, “La Seguridad, el Sistema de Justicia Criminal y la Policía”, en Sistema penal y problemas Sociales,
Universidad de Barcelona, Valencia, España, 2003, pp.-287-310.
19
Además, esta discrecionalidad, si no es bien entendida, puede resultar en
prácticas corruptas o, por lo menos, prácticas poco éticas e ilegítimas. Es por ello
que la capacitación y el entrenamiento de los policías son temas centrales para
garantizar su desempeño. Si bien existen muchas situaciones para las que es
imposible un diseño de estrategia a priori, entre más preparado esté el policía,
existe una mayor probabilidad de que sepa cómo responder en cualquier tipo de
situación, y como usar su discrecionalidad de manera legal y adecuada.
No podemos separar el complejo-policial del entorno del sistema social (en sentido
lato). Dicho complejo-policial debe ser analizado como un «sistema experto»
integrado por profesionales y en relación con conceptos como el de fiabilidad, a fin
de comprender su ubicación real en relación con la seguridad.
19
LÓPEZ PORTILLO, E., “Educación y entrenamiento policial para la democracia”, hhtp://repositories.cdlib.org/usmex/prejm/lopez_portillo,
p.3.
20
CONCLUSIONES
Uno de los grandes retos que enfrentan las policías mexicanas tiene que ver con
la selección de personal y la capacitación que se les ofrece. Así como las
sociedad debe decidir que tipo de policía quiere, es necesario poder escoger a
qué tipo de personas se quiere como policías. Uno de los problemas más serios
en México es que el grupo de prospectos de donde se puede escoger es mínimo
y por lo tanto la policía mexicana tiene que conformarse con los que haya. Esto
significa que no están llegando los elementos idóneos a las corporaciones
policíacas, ni los mejor preparados, ni con una vocación de servicio. Como en
otras corporaciones o instituciones corruptas o con mala imagen, se crea un
círculo vicioso: por la mala fama no acceden a ella el tipo de personas deseadas-
integras, honestas, con vocación de servicio, poco corrompibles- y por no existir
este personal, las corporaciones no se regeneran, además de la inestabilidad y los
salarios.
21
de legitimación o deslegitimación del misma y criticar una visión tanto de la policía
como garante de derechos y libertades, como de la tutela efectiva y de la privación
de libertad orientada a la reeducación y la reinserción social. Todo ello supuso un
gran avance en el terreno de las garantías y del conocimiento teórico de una
realidad cuya fragmentación había operado como ocultación y disimulo de la
verdadera naturaleza del sistema. Tan es así que todo parece aconsejar que el
análisis crítico de tal modelo siga siendo desarrollado y perfeccionado.
Creo que una de las causas principales por la que las instituciones encargadas de
seguridad pública y justicia penal en México no responden eficazmente al reto de
la delincuencia, producto de una confusión del papel que le toca jugar a cada una
de ellas, como resultado de esto existe una falta de claridad en las competencias,
facultades y habilidades que debe tener cada uno de los actores que componen
estas instituciones y por lo mismo una grave desarticulación operativa.
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Hoy en día por lo menos seis dependencias participan en las tareas de seguridad
pública a nivel federal (Secretaría de Seguridad Pública, Secretaría de
Gobernación, Secretaría de la Defensa Nacional, Secretaría de Marina, Secretaría
de Hacienda y Crédito Público y la Procuraduría General de la República) en el
marco de sus facultades cada una coadyuva a mantener la seguridad pública en
el país, sin embargo, ninguno de los seis secretarios tiene facultades para atacar
el problema de manera integral, la responsabilidad está muy fraccionada y en la
práctica, la división entre las competencias de cada uno es difícil de establecer. El
hecho de que el combate a la delincuencia esté tan fragmentado genera
duplicidades y dispersión de esfuerzos y por lo mismo es muy común que los
esfuerzos estén desarticulados y a veces las políticas sean contradictorias.
Por ejemplo en Europa todas las policías, aunque sean diferentes cuerpos están
integradas en el Ministerio del Interior y bajo una misma lógica de política
anticriminal. Esto le da una gran articulación al esfuerzo de seguridad que incluye,
además de las policías (que integran prevención e investigación de los delitos), los
servicios de inteligencia, los servicios migratorios y la protección civil.
23
Ministerio del Interior y nadie más. En este sentido, éste Ministerio tiene las
facultades y las herramientas operativas para integrar una política de seguridad
completa y generar por lo tanto una verdadera disuasión.
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