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EL HECHO EDUCATIVO
Guerau de Avellano F.
Extraido de "La vida Pedagógica" (1985) Roselló Impressions. Barcelona
Creo que la pedagogía no logra hacerse rigurosa y navega siempre en un mar de ambigüedades y
confusiones porque el análisis del hecho educativo obliga a un doble movimiento aparentemente
contradictorio: por una parte de reducción (circunscripción) y por otra parte de ampliación
(contextualización).
Movimiento de circunscripción:
Por lo que se refiere a este segundo movimiento, aparentemente paradógico respecto al primero sólo
resaltamos lo siguiente, ya que se explicita después:
Si el hecho educativo, después de haberlo circunscrito, no se contextualiza (fisiológica, geográfica,
histórica, cultural, socialmente…) se cae en idealismos, formalismos y neutralismos que desfiguran lo que
es el hecho educativo.
De lo que acabamos de exponer (reducción - ampliación, circunscripción- contextualización) se
sigue la dificultad del abordaje del hecho educativo pese a su sencillez esencial.
Por hacer extensivo el concepto de educación a toda clase de influjos y a la vertebración que de ellos
puede derivarse, la pedagogía no avanza y no sale de su maraña.
La “mala educación”, desde mi punto de vista, no existe, es una flagrante contradicción. La
educación, si ocurre, es siempre “buena”. Lo otro será vertebración, estructuración, proceso
antropogenético, que no coincide forzosamente con las notas de positividad, esencialidad y libertad
específicas de todo proceso educativo y de su resultado final nunca clausurado.
Todo influjo negativo, alienante, de dominación, de opresión, debilitador del psiquismo, regresivo
no terapéutico, de explotación, engañoso…ocurre y vertebra (en muchas ocasiones); pero no es educativo.
Que a todo esto queramos llamarle educación (aunque añadamos calificativos) no deja de ser una
arbitrariedad, aunque se formule a título de realismo y hasta de ciencia. La educación lo que hace es dotar
de instrumentos para ser consciente de todos estos influjos negativos y metabolizarlos para que devengan
educación.
Admitir este planteamiento significa aceptar que la educación es “una cosa muy pequeña” aunque
sea “una cosa muy profunda y dinamizadora”.
Esencialidad: que el hombre decida por sí mismo es esencial; que camine con más o menos
elegancia, accidental. Que el hombre sepa pensar es esencial; que sepa contenidos matemáticos o físicos
especializados, accidental…
Libertad: es más libre un niño que, en su evolución, logra autoalimentar las fuerzas autónomas de su
yo para construirse interiormente de forma positiva y avanzar activamente hacia el mundo, que aquel que
tiene que recibir constantemente alimento heterónomo ( de sus padres, educadores, terapeutas…)
El análisis del hecho educativo incluye tres tipos de datos: Datos Invariantes, Datos Diferenciadores
y Datos de Síntesis.
Por Datos “Invariantes” entiendo aquellas “ideas reguladoras” de la genericidad humana1 que,
consideradas en sí mismas, tienen una relativa independencia. Pueden ser, entre otras, las siguientes:
1
Según Marx, la genericidad humana es: El trabajo, la historicidad, la conciencia, la universalidad y la libertad.
4
Por datos “diferenciadores” entiendo aquellos que dan especificidad a lo educativo y que derivan,
sobre todo en su momento fuerte (infancia y adolescencia), de la dialéctica niño-adulto, generación más
evolucionada - generación menos evolucionada.
Esta dialéctica supone:
“surgimiento progresivo del sentimiento de diferencia”,
“confrontación en su momento con el polo opuesto”,
“identificación con la propia clase de edad”,
“contención sociabilizadora”,
“renovación o cambio personal: individual y social”2
Las ideas reguladoras (datos invariantes) que hemos mencionado arriba y su confrontación
generacional (datos diferenciadores) sólo alcanzan rigor si se las ubica en una triple realidad objetiva. A
esto es lo que llamo en mi análisis “datos de síntesis”. Son los siguientes:
Esta triple ubicación objetiva (dentro de lo posible) del hecho educativo, garantiza, porque las
relativiza, el rigor de las ideas reguladoras de lo educativo y del proceso dialéctico generacional que las
hace efectivas. Luego se explicitan más estas ubicaciones.
Las piezas de la máquina educativa no quedan del todo articuladas con la citada triple ubicación. Si
fuera así instalaríamos al hombre sólo en la región de lo científico, no le daríamos acceso a otros espacios
de realidad más amplios y profundos, que ya no son científicos, aceptaríamos a un hombre des-subjetivado,
puro objeto de descripción y de manipulación técnica.
* apoyo del adulto o generación más evolucionada al niño o generación menos evolucionada,
* apoyo provocador de positividad de acuerdo con la genericidad humana,
* apoyo dialéctico generacional,
* apoyo contextualizado siempre en la realidad objetiva.
2
Apuntes ciclostilados, J.M. Rueda, secretaria técnica del Ayuntamiento de Barcelona 1982-1983.
5
Considero necesario comentar dos de las opiniones expuestas: 1ª) Sólo se da hecho educativo
cuando hay positividad, esencialidad, libertad; 2ª) No pude identificarse socialización con educación, ni en
el terreno conceptual ni en el terreno práctico:
Se cae en idealismo cuando no se tiene muy presente que toda realidad relacionada con el individuo
humano es encarnada biológica y sociológicamente, es decir, dependiente de los datos científicos que estas
realidades aportan.
3ª) La sociedad, tal como está constituida, es en profundidad un conflicto. Socializar es articular en
este conflicto. Es capacitar para discernir, graduar y comprender el sentido de la oposición a lo establecido.
Es pasar d ella rebeldía adolescente a la capacidad revolucionaria adulta cuando es necesario. Es descubrir
la contradicción fundamental (poseedores y desposeídos) en las secundarias (hombre-mujer,
profesional-cliente, niño-adulto…) descubriendo los polos dialécticos, midiendo fuerzas con el polo
opuesto, descubriendo la alternativa escondida en el polo más débil… Todo esto supone un alto grado de
estructuración de la propia individualidad, si no se hace de forma anónima, masificada y ciega.
4ª) Las grandes decisiones d ella vida se toman en solitario aunque pueda recabarse consejo social.
El amor, la amistad, lo más profundo del placer intelectual, ético, artístico, profesional, desborda en mucho
a lo social con sus instancias legalizadoras.
5ª) Todas las situaciones- límite de la vida (sobre todo la muerte) no quedan disueltas ni de lejos en
los convencionalismos ni siquiera en los dinamismos sociales más valiosos.
La educación del hombre no puede reducirse a su socialización porque es un juego cualitativo entre
construcción interna de la propia personalidad y avance activo hacia el mundo; entre capacidad de
ensimismamiento y alteración; entre la oferta social y el fondo insobornable de la propia personalidad.
“El buen o mal humor, el tener o no ganas de trabajar o estudiar, la lucidez u ofuscación ante lo
teórico, el control o descontrol de la agresividad, la pasividad o actividad excesivas… tienen relación con la
endocrinología. Las hormonas son unas substancias químicas, segregadas por las glándulas endocrinas, que
prestan diversos servicios al organismo: estimular, excitar, conmover, inclinar (órganos, ritmo, instintos,
psiquismo…). Aunque todavía no se haya clarificado a fondo la relación entre la substancia química que es
una hormona y ciertos comportamientos humanos, no puede dudarse de su mutuo influjo. Las drogas son
una prueba de ello. Un autor habla del señorío de las hormonas…
Dar información exclusivamente sobre la vida sexual, como suele hacerse más o menos bien porque
ahora está de moda, no es suficiente. Hay que informar sobre la vida cerebral, la vida hormonal, la vida
respiratoria, la vida cardiológica…, etc.
Sólo así se ubica correctamente el hecho educativo y se accede a un primer nivel objetivador que da
rigor a la pedagogía.
El hombre no nace hecho, se va haciendo poco a poco. En este proceso de irse haciendo, lo
somático, y por ello lo cognoscitivo y lo afectivo, van pasando por momentos evolutivos que se cumplen en
secuencias contiguas en todos los individuos humanos. El niño es un cuerpo cognoscente y afectivo que va
pasando por ciclos vitales similares- En este sentido trasciende al individuo concreto, porque, aunque haya
excepciones, lo fundamental se repite en cada niño.
Todos los elementos del hecho educativo - niño, educador, proceso - han de ubicarse en esta realidad
objetiva transindividual evolutiva.
El desarrollo cognoscitivo del niño - salvo situaciones anómalas - pasa por los siguientes estadios
evolutivos: sensoriomotor, preoperatorio, operativo concreto, operativo formal.
El desarrollo afectivo del niño (no desvinculado del cognoscitivo) pasa, salvo situaciones anómalas,
por los siguientes momentos evolutivos: oral (receptivo-captativo), anal (retentivo- eliminativo), genital
(intrunsivo-inclusivo) con su proceso infantil, latente, púber y adulto.
Conocer, saber conceptualizar y verbalizar, poder utilizar lo que deriva de estos momentos
evolutivos, hace que el hecho educativo se objetive suficientemente y que la pedagogía se vaya haciendo
rigurosa (no arbitraria).
En cada niño estos ciclos evolutivos toman sus matices especiales; pero la comprensión global de los
procesos ayuda a situarse ante cada individuo y da un punto de apoyo común al equipo educativo adulto
para el análisis de las intervenciones educativas.
El hecho educativo, en todos sus elementos -niño, educador, proceso-, se hace riguroso si, además,
se ubica en la realidad objetiva social y se sacan las consecuencias que de ello derivan.
Todo niño nace ubicado en una infraestructura social :
- Instrumentos de producción: (fábricas, industrias…): poseedor o desposeído.
- Fuerza de trabajo: obligado a venderla a cualquier precio o sin necesidad de venderla porque posee
bienes.
- Relaciones técnicas de producción: dirección o mera ejecución.
- Relaciones sociales de producción: dueño del capital o dpeendiente de un salario.
El riesgo existencial que corre cada niño por el hecho de nacer, queda aumentado para todos
aquellos niños que en la infra y superestructura social ocuparán, de entrada, un lugar dominado, oprimido,
desposeído. No nace igualmente ubicado el príncipe Felipe, hijo de los reyes de España, que Bernardo, hijo
de una prostituta marginada del barrio chino de Barcelona.
¿Qué le ocurre a un niño el día que descubre, al hacerse mayor, su puesto en relación a la
infraestructura y a la superestructura social que acabamos de describir? Si nunca llega a descubrir esta
ubicación real, que condiciona su proceso evolutivo y educativo, pasará su vida alienado, tanto si es un niño
pobre como si es un niño rico, tanto si es dominados como dominado por origen. Nunca problematizará su
vida ni buscará solución a lo que le deshumaniza, nunca comprenderá los mecanismos, las configuraciones
de su conciencia, muchas de las motivaciones por las que se siente instado en su vida. Este ocultamiento
puede suponer un fraude por parte de sus educadores.
Cada formación social concreta tiene que producir un caudal de energía psíquica para poder subsistir
como tal formación. No es la energía solar, acuática o terrestre, en sí misma, la que necesita una sociedad
para subsistir, sino que es la energía psíquica de los individuos humanos la que necesita para aprovechar
esta energía cósmica (sol, agua, tierra…)
Si una sociedad concreta necesita más técnicos que agricultores, que intelectuales o viceversa,
encauza la energía individual en este sentido y no al contrario de lo que necesita.
Este hecho- “aprovechamiento de la energía psíquica de los individuos para lo que necesita una
formación social concreta” ¿es, en sí mismo y siempre, negativo? Primera cuestión.
¿De qué modo la energía psíquica global que necesita una formación social concreta para subsistir,
se extrae modelando la energía psíquica de cada individuo? Segunda cuestión.
¿Qué ocurre en el psiquismo individual cuando se le obliga a movilizarse, no en el sentido
espontáneo a que él tendería, sino en el sentido forzado que necesita la sociedad concreta? Cuando entra en
pugna la corriente de placer vital de cada individuo, con la necesidad de someterse a lo que una formación
social concreta necesita y exige, ¿qué le ocurre por dentro a ese individuo? Tercera cuestión.
Estas cuestiones son profundas, no pueden despejarse a la ligera, ni en un sentido ni en otro, y
enlazan muy directamente con el hecho educativo teórica y prácticamente.
Como este libro no tiene más que carácter de ensayo, sólo haremos algunas indicaciones para
investigaciones posteriores que no puede hacer un solo individuo:
a) La sociedad es cuerpo “situacional” del hombre, tan real como su cuerpo “individual”. En este
sentido, plantear la relación psiquismo - sociedad (y su repercusión en el hecho educativo) como
una oposición frontal, siempre amenazante y excesivamente trágica, es hacer terrorismo mental,
que no conduce a nada.
b) Adoptar una actitud extrapunitiva, que todo lo achaca a la sociedad, es ignorancia vulgar y una
manera fácil de eludir la complejidad del ser del hombre.
c) La sociedad es una creación que ha hecho el hombre para aumentar sus posibilidades y planificar
su vida, no para lo contrario. En este sentido, la sociedad como cuerpo situacional del hombre, es
un bien positivo que hay que valorar, aunque resulte arma de doble filo.
d) Es muy importante distinguir entre “la” sociedad y “ciertos” elementos de la sociedad, como
pueden ser los que detectan los bienes de producción y lo que de ello deriva.
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En el proceso evolutivo del ser humano ocurre lo que en todo organismo vivo: surgen estructuras
(no conclusas, cambiantes) en virtud de funciones (iguales e invariantes esencialmente) de adaptación, es
decir, de “asimilación - acomodación”. Un organismo vivo es una estructura en funcionamiento.
Si un niño vive en la inseguridad realiza la función de “asimilar-acomodarse” a la agresividad y, por
ello se estructura en la opresión (conciencia oprimida que no es lo mismo que conciencia de opresión).
Pero como las estructuras (en el sentido en que aquí usamos la palabra) son inconclusas y
cambiantes queda margen a la acción reestructurante que debe apoyar el educador. Si el educador sitúa al
niño desestructurado en un contexto nuevo, concebido para que produzca efectos terapéuticos, ese
organismo vivo que es el niño, desarrolla de nuevo la función del “asimilación-acomodación”. Si el
contexto es securizador, higiénico, pulcro, sereno…,el niño funciona, es decir realiza la función
“asimilación- acomodación” en relación a algo positivo que puede ir neutralizando y metabolizando la
negatividad anterior. Es así como un educador puede ir ayudando a un niño a que supere las dificultades en
su vivir y a que se reestructure bien.
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En la medida que un educador se hace lúcido al respecto, deja de sentirse un cuidador superficial del
niño y adquiere conciencia profesional. Sabe que su cuidado pedagógico especializado, a través de lo
cotidiano, tiene como efecto que el sistema de fuerzas interiores del niño, constitutivo de su “personalidad”
evoluciones ys e organice bien, lo cual influye en sus “conductas”.
Los rasgos de personalidad comunes a un grupo originan rasgos de conducta similares por el hecho
de que estos rasgos (de “conducta”) están originados en los primeros (los de “personalidad”).
Hay ejemplos en que es relativamente fácil observar la personalidad social de un grupo. En algunos
casos este carácter social es pacífico, amistoso, cooperativo, y no agresivo- En otros es agresivo,
destructivo, sádico, suspicaz. Esto, cuando se analizan sociedades primitivas. En sociedades más
evolucionadas, por lo general descubrimos que diferentes clases tienen un carácter o personalidad social
distinto, según su diferente papel en la estructura social. Ejemplos que pone Erik Fromm son los siguientes:
La clase media del capitalismo del siglo XIX fue motivada a ahorrar, a economizar, a aferrarse a sus
posesiones, a ser puntual y ordenada, no sólo en su conducta en los negocios, sino también en sus conductas
sexuales. Las clases europeas altas tenían un carácter social muy diferente. No gustaban del ahorro, sino de
gastar y disfrutar y no estaban sujetas a las restricciones morales victorianas de su conducta.
La personalidad social (no desvinculada de la individual) tiene las condiciones de mediación,
gratificación, cohesión y posibilidad de cambio:
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El niño, y el hombre, es un sólo cuerpo, que es sujeto objeto y situación; pero, a nuestro propósito
didáctico, consideramos que tiene dos cuerpos: el cuerpo individual y el cuerpo situacional.
Del cuerpo individual, el que termina en su propia piel, no dudamos. Nos parece obvio. Podemos
verlo con los ojos, tocarlo con las manos, escucharlo con los oídos…
No dudamos en cuanto a sus funciones más ostensibles: lo que llamamos la fisiología del ver, oír,
gustar, oler y tocar, por ejemplo. En cuanto a las funciones menos ostensibles: la psicología del ver, oír,
oler, gustar, tocar, ya es otra cosa. La evidencia ya no se nos impone tanto. Que mis ojos sean pensantes y
mi pensamiento vidente, que yo piense auditivamente y que mis oídos sean pensantes… esto ya nos ofrece
una cierta complicación; pero ahora nos adentramos en este problema esencial.
Del cuerpo situacional del niño, el que empieza más allá de su piel, realmente dudamos. Se nos
antoja, como máximo algo accidental, completamente externo, casi como un contingente superfluo del que
el niño puede prescindir a su antojo. El primer gran engaño educativo empieza aquí.
¿Qué es el cuerpo situacional del niño? : Es la forma esencial e idiosincrásica de la relación de su
cuerpo individual con la situación.
La situación quiere decir todo lo que no es él.
Esencial quiere decir que no es contingente, eventual, accidental, elegible en su globalidad. Tiene
un carácter necesario y habitual.
Idiosincrásica quiere decir singularizada, que es relación esencial, al hacerse efectiva en su cuerpo
individual concreto, se hace irrepetible, lo convierte en único.
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El cuerpo situacional del niño es su referencia a la realidad física (p rimera aproximación)
Pero resulta que toda esta realidad física (la que suministra espacio, atmósfera, alimento, sexo,
temperatura…), en la práctica real, no se brinda al hombre espontáneamente. No basta con salir de casa
para pasear cómodamente, abrir la ventana para respirar aire puro, alargar la mano para comer frutos,
acercarse a otro ser humano para sexualizar, apretar un resorte natural para guardar frío y calor… Todo ese
inmenso patrimonio natural no se encuentra en estado libre. Está retenido, almacenado, controlado,
transformado, canalizado, organizado… en un complejísimo sistema recolectivo, elaborativo y distributivo
(en conjunto productivo) que llamamos sociedad.
El cuerpo situacional del niño es su relación esencial e idiosincrásica con la realidad físico- social.
Como la situación física (la que brinda espacio, aire, alimento, sexo, temperatura…) llega al niño
filtrada por la mediación social, no hay dificultad en simplificar la definición, como haremos en adelante, y
definir el cuerpo situacional del niño como la referencia esencial e idiosincrásica que tiene respecto a la
sociedad.
Somos una transacción entre organismo y medio, un campo unificado, como dicen los físicos. La
explicación de lo que ocurre en esta transacción, intercambio, trueque, influencia real mutua… resultaría
relativamente fácil si por "medio" entendiéramos sólo la situación física. Podríamos, incluso, como hace
Alan Watts, decir que "como cuerpo, armonizo con mi medio natural de la misma manera que las abejas
armonizan con las flores. La flor crece de la tierra, colorea y perfuma el aire. La abeja es independiente y
anda por ahí, volando y zumbando. Pero donde no hay abejas no hay flores, y donde no hay flores no hay
abejas. Ambas van juntas y, en ese sentido, constituyen un sistema. Sustituyamos la palabra "sistema" por
la palabra "organismo", una única forma vital, un solo individuo, en el que hay abejas y flores, por muy
diferentes que parezcan. Naturalmente, mis pies tienen un aspecto muy diferente de mi cabeza. Claro que
hay un lazo que los une, y por eso decimos: "evidentemente todo es lo mismo". Son cosas muy diferentes,
pero las dos son yo. La cabeza y los pies, aunque sean diferentes, son como las abejas y las flores:
"armonizan una con la otra".
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1. Criterio de incertidumbre: Hay una "relación de incertidumbre" entre las leyes de la sociedad
y las del yo, según consideremos la primera o el segundo.
2. Criterio de la infraestructura económica: El individuo es, en parte, el conjunto de sus
relaciones sociales, que en concreto, enajenan, por la clase dominante, la fuerza de trabajo que es la
propia actividad vital y la expresión de la propia vida. Por ello la enajenación no sólo afecta la base
económica sino que atraviesa todos los dominios de la vida: amor, amistad, relaciones familiares…
3. Criterio del marco dialéctico: el materialismo dialéctico como medio amplio para la
aclaración y la modificación de las relaciones sociales de forma natural, puede más bien dar un
marco de nivel superior para el psicoanálisis, que a la inversa.
4. Criterio de ocultamiento: Tras las ideologías sociales y las racionalizaciones individuales,
están las ocultas fuerzas económicas o sexuales que, en un caso, se han emancipado de sus productos
en forma de mercancía y, en otro, en forma de neurosis.
5. Critero de decantamiento social: Las perturbaciones psíquicas que no se deben directamente
a lesiones cerebrales son muchos menos procesos patológicos que una praxis enajenada de las
personas en una estructura social enajenada.
6. Criterio psicológico de la praxis social: La praxis (acción + reflexión) sociológica
desencadena motivaciones psicológicas que pueden ser aprovechadas para estructurar positivamente
la personalidad si se crea una situación real de aprendizaje.
7. Criterio sociológico de la praxis psicológica: La praxis (acción + reflexión) psicológica
desencadena situaciones que desbordan el plano individual y grupal y remiten a la descodificación
de la realidad social y a su transformación.
8. Criterio de reversibilidad: La superación de la enajenación de sí mismo recorre el mismo
camino que la enajenación de sí mismo.
9. Criterio de la esencia genérica: La especie humana (según Marx) tiene una esencia cuyos
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10. Criterio de la legitimidad propia: La psique tiene sus leyes propias sobre el trasfondo de la
socialización.
11. Criterio de los eslabones intermedios: Entre la biografía del sujeto concreto y la historia
global de la sociedad hay eslabones intermedios. Si se tratara de reducir totalmente la carencia
privada del sujeto a la baso socioeconómica, se dejarían olvidados muchos y significativos eslabones
de la cadena de mediación.
12. Criterio de la jerarquía de urgencia: El sujeto inadaptado sólo en algunos casos puede
concebir racionalmente la existencia del entrelazamiento general de su problemática en el contexto
social y aún entonces es difícil que considere con evidencia emocional directa. Aunque se trate de
una jerarquía de urgencia privada, es para él tan vital que cierra su aventura a lo social. Sin disolver
su problema no puede acceder a lo social. La infancia desdichada, con todas sus consecuencias hasta
el día de la muerte, es vivida por el interesado ante todo como aflicción personal y, secundariamente,
como parte de un múltiple mal social.
13. Criterio de compensación: Cuanto más racional es el comportamiento tanto más estrecho es
el campo de acción de la psicología del inconciente; y cuanto más irracional es, tanto más amplio, y
mayor ayuda requiere la sociología de la psicología.
14. Criterio de la hoja en blanco: El oprimido de las ciudades industriales se diferencia del
oprimido de las ciudades puramente agrícolas. Este último es como una hoja en blanco. El segundo
como una hoja escrita. Es necesario diferenciar las deformaciones psicológicas por vacío o por
deterioro, para tenerlas en cuenta en la acción individual y social.
15. Criterio de la línea horizontal: Existe una línea horizontal de separación en la estructura
psíquica y en la conciencia de cada obrero que determina, por una parte, la repercusión inmediata de
su situación económica y social y, por otra, la repercusión mediata por la estructura ideológica de la
sociedad. Por eso, en la mayor parte de los casos, no es ni claramente revolucionario, ni claramente
reaccionario.
16. Criterio de la transmisión superyoica: La transformación de la imposición social externa en
obligación moral interna se efectúa mediante la identificación del niño con sus educadores; pero el
superyo del niño no se construye realmente conforme al modelo de los educadores sino según el
superyo que éstos últimos tienen constituido, que resulta ser el garante psicológico de las
representaciones de valor moral opuestas o facilitadoras del progreso social. Por eso en la economía
del individuo pueden producir efecto de encadenamiento o de liberación y, consecuentemente, en el
mantenimiento o en el cambio cualitativo social.
17. Criterio del contacto con la vida: El contacto con la vida y los deseos cotidianos, pequeños,
aparentemente banales, primitivos y sencillos logra que el proceso sociológico objetivo y la
conciencia subjetiva de los individuos fluyan juntos, dialectizando la contradicción y anulando su
polarización disociadora.
18. Criterio de la segunda capa: Bajo la capa de los instintos deformados y pervertidos por la
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20. Criterio del encuadre dramático: El educador que trabaja con encuadre dramático no aisla,
autonomiza ni causaliza ninguna instancia psíquica sino que opera teniendo en cuenta "la acción
humana total" (drama), fruto de un dinamismo vectorial, que es resultante del interjuego
psiquismo-sociedad, organismo-medio (cuerpo individual-cuerpo situacional del hombre)
21. Criterio del útero social: Cuando se termina la gestación del individuo humano en el seno
materno, continúa su gestación en el seno social, cada vez más amplio. Sin esta segunda gestación
es irrealizable la madurez y la adultez del hombre.
22. Criterio de la unidad funcional: La desestructuración del inadaptado psicosocial nace del mal
acondicionamiento del útero social, de la desarticulación organismo-medio. La acción estructurante
del educador especializado consiste en lograr una unidad funcional entre organismo y medio de
acuerdo con la fase evolutiva en que se encuentra el desadaptado. Esta unidad funcional supone
"alimentación externa", en sentido técnico, que no responde a la crudeza real de la sociedad; pero es
indispensable como momento estructurante. En las fases avanzadas la "alimentación interna" suple a
la externa, y pueden llegar a soportarse condiciones ambientales adversas.
23. Criterio de autonomía del yo: El yo puede adquirir una "relativa" autonomía respecto a la
estructura social y a las circunstancias del propio organismo. Esta distancia, que no se logra en la
particularidad sino en la individualidad, constituye la zona de libertad del hombre y justifica la
educación cuyo objetivo es ayudar a emerger las furzas autónomas del yo.
24. Criterio del acontecimiento humano: El acontecimiento humano se gesta en el espacio que
media entre deseo y realización. Este espacio, con sus situaciones y consiguientes, es el privilegiado
por el educador en su cuidado pedagógico especializado.
25. Criterio del nivel operativo: El educador, sea cual fuere el espacio en que realiza su función
(doméstico, escolar, barrial, urbano…) se dedica a crear situaciones que impulsen el más alto nivel
operativo (intelectual, operativo e imaginativo) de los educandos. Su meta es llegar al hecho máximo
en ese sentido, de acuerdo con lo que posibilita el momento cultural humano y la idiosincrasia
concreta del sujeto.
26. Criterio de la suplencia vicaria: La evolución psicosocial del individuo humano sigue
teniendo vigencia en el caso de graves y habituales carencias individuales. No es lícito
rebajar planteamiento, en cuanto al criterio, sino acudir a la suplencia vicaria: donde no llega el
deficiente ha de llegar en su nombre, vicariamente, la comunidad. Un deficiente es un individuo
humano destinado a potenciar al máximo el sentido de la comunidad.
27. Criterio de la sincronización: Los niños, adolescentes y jóvenes no pueden quedar
sometidos, en orden a su adaptación, al ritmo, familiar, vecinal o social. La deseable sincronización
ha de gravitar a su favor.
28. Criterio de la anticipación estructurante: El criterio de la sincronización, por lo que a la
realidad social se refiere, exige la anticipación estructurante, teoría y práctica, de un tipo distinto de
sociedad, a través de enclaves críticos y aunque queden forzosamente condicionados (nuevas
comunidades, nuevas formas de vida, nuevos estilos de convivencia…)
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Como referencia de conjunto resaltamos que estos criterios enmarcan "una pedagogía orientada por
la síntesis de la psicología dinámica y la sociología crítica". Opino que ni el psicoanálisis (en sentido
amplio) ni el marxismo (también en sentido amplio) están superados, si se interpretan críticamente.
En relación con la temática de la inadaptación, que es la que profesionalmente privilegio, esta doble
orientación (Freudo-Marxiana) creo que es muy útil porque se rectifica mutuamente, eliminando las
simplificaciones en que se podría incurrir. La pedagogía derivada une el "enfoque potenciador" del
psiquismo individual (enlace con la mejor tradición de la educación especial) con el "enfoque
problematizador" (enlace con la corriente liberadora social). Los temas subsiguientes, si se leen con
detenimiento, ofrecen elementos para la conjunción de ambos enfoques.
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El niño recién nacido, inmaduro, frágil, indefenso, dependiente, necesitado de "adquisición" (porque
apenas tiene conductas heredadas, al revés que los animales que nace con conductas fijas y estereotipadas),
maleable (para poder adquirir diversos modos de conducta), cargado con una dotación genética concreta y
ubicado en un seno social ya hecho, ¿cuenta todavía con algún espacio de libertad para poder elegir, ser él
mismo, emerger con una unicidad y singularidad que le distinga de los otros individuos y del conjunto
global de la sociedad?
Aceptar una zona de libertad en el hombre, pese a sus condicionamientos y amenazas, es transgredir
el dato científico, no de ir en contra de la aportación científica sino de desbordarla. La libertad no es objeto
de demostración empírica, no es un producto manejable en un laboratorio. La pedagogía, aunque busca el
rigor científico, habita en una región mucho más amplia: El arte, la ética, la filosofía… son anfitriones y
huéspedes suyos.
La pedagogía, al estudiar rigurosamente el hecho educativo, no puede prescindir de ninguna de las
dimensiones y posibiulidades del hombre. La pedagogía es un impulso hacia la evolución y hacia la libertad
real. Por eso, aunque ha de contar al máximo con lo científico, no puede quedar agotada en la ciencia.
Teóricamente podemos distinguir entre libertad ontológica (la que radica en el "ontos", en el ser
mismo del hombre), libertad jurídica (la reconocida por la leyes en la sociedad concreta en que se vive) y la
libertad real (la que puede ejercerse efectivamente porque se cuenta con medios, por ejemplo económicos
para ello)
1ª) El hombre tiene libertad ontológica; pero ni más ni menos que como hombre (no es libertad
infrahumana ni suprahumana, ni de pájaro, ni de ángel…). Esto equivale a decir que la libertad humana es
muy amenazada y muy condicionada; pero que, pese a ello, existe una zona de libertad, que es posible
ampliar.
2ª) La libertad jurídica depende de cada formación social concreta y de su réplica instituida que es el
estado: No es lo mismo como una dictadura, que una democracia formal, que una democracia de raíz
económica efectiva.
3ª) La libertad real es una conquista de la historia individual y social. Se relacionaba con la biografía
personal que no es interpretable, asumible y construible más que en el marco de la historia social.
Se podría hablar de la libertad existencial en el sentido de tener suficiente conciencia o no de las
propias posibilidades reales. Sólo una nota a este respecto: creo que el máximo nivel de libertad existencial
(y real) se halla en aquellos individuos humanos que optimizan, simultáneamente, su propia capacidad de
"ensimismamiento" y de "alteración", entrada en el propio mundo interior y salida hacia el mundo externo
natural y cultural. Todo esto conecta con opciones personales (individuales y sociales) y exige labor
educativa estricta.
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UTOPÍA REALIDAD
Da sentido
denuncia anuncio concreción de sus fallos
Visión prospectiva c rítica de sus condicionamientos
praxis comprometida permanente de sus posibilidades
esperanza
Privilegia la transmición y la adaptación más que el Ideal de libertad, no sólo ontológica y jurídica, sino
futuro. real.
Produce el individualismo que acaba engendrando Hombre comunitario. Tarea y destino comunes.
la concurrencia. Atención a la dimensión estructural.
Afirmación del espíritu sobre la materia que acaba Esfuerzo de vivir en unidad todas las expresiones
siendo disociación. de lo humano.
En esta segunda clave no se pretende tampoco describir con detalle dos tipos de sociedad sino que se
pretende sólo esbozar dos estilos diferentes. Llegar al detalle a lo que a la nueva sociedad se refiere,
es difícil, porque es utópico y por los condicionamientos que nos impone el presente. Hay ideologías
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También aquí es muy importante distinguir entre las buenas intenciones o las meras palabras y los
proyectos y realizaciones concretas. Hoy día hay mucha confusión de lenguaje.
El educador que opta, claramente, por el hombre libre y creador y por la sociedad libre y solidaria,
entra en una dinámica educativa nueva tanto en relación a los contenidos como a los métodos y los
vínculos. La clave siguiente relaiza la síntesis comparataiva de tres posibilidades.
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