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Pabellón del Sahara Occidental, obra del arquitecto suizo Manuel Herz, en Biennal de
Arquitectura de Venecia 2016.
(Iwan Baan/designboom)
‘Diálogos Impostergables’ Enlace externoes el nombre y el tema en torno al cual gira esta versión
de la bienal chilena, que se efectúa entre el 26 de octubre y el 10 de noviembre. Según sus
organizadores, más que exponer grandes obras, su objetivo es reflexionar sobre las urgencias -o
necesidades impostergables- del mundo actual, en el ámbito de la arquitectura y el urbanismo.
Siempre con el foco en las personas que por alguna razón han sido excluidas en los procesos
urbanísticos; minorías étnicas, religiosas, sexuales, inmigrantes y sectores más vulnerables.
Así lo explicó el arquitecto y curador Rodrigo Tisi, al presentar esta versión de la Bienal: “Por
años, la arquitectura ha estado obsesionada con la estética, con casas de veraneo exclusivas,
cuando las diferencias sociales son tan grandes, particularmente en Chile. Aunque no está mal
hacer ese tipo de arquitectura, nosotros queremos poner sobre la mesa una discusión más ética que
estética”.
Y en esa reflexión, el trabajo del arquitecto Manuel HerzEnlace externo tenía mucho que aportar,
en especial sus investigaciones sobre inmigración, arquitectura y urbanismo. Por ello fue invitado a
exponer sobre su trabajo con los campos de refugiados del Sahara Occidental, un territorio en
disputa que se encuentra en el norte del continente africano. Esta investigación dio como resultado
una singular propuesta, desarrollada en conjunto con la Unión de Mujeres Saharauis, y que fue
presentada en la XV Bienal de Arquitectura de Venecia (2016), evento dirigido por el reconocido
arquitecto chileno Alejandro Aravena.
swissinfo.ch: En su opinión, ¿cuáles son los desafíos de la arquitectura actual, para mejorar
las condiciones de vida de las personas más vulnerables? Haciéndonos eco del nombre de esta
bienal, ¿Qué es lo impostergable en este sentido?
M.H.: ¡Hay tantas cosas impostergables! Y eso es lo que esta exposición nos muestra. Es difícil
elegir un solo tema, por encima de todos los demás… Tal vez uno de los temas impostergables es
la provisión de viviendas decentes y dignas para todos. Sin una vivienda digna, la vida a menudo
puede ser miserable. Pero también entendemos que esta responsabilidad recae no solo en los
arquitectos, sino que tiene un nexo entre política, economía, sociedad y cultura. Los arquitectos
pueden ofrecer soluciones, pero los otros actores de otras disciplinas también deben unirse.
swissinfo.ch: A su juicio, ¿cómo deben abordarse -desde la arquitectura- algunos retos del
mundo actual, como ser más inclusivos y respetar el multiculturalismo en una sociedad
global, donde las migraciones son un fenómeno cada vez más frecuente?
M.H.: Mi interés radica especialmente en el tema de la migración y en qué tipo de espacios y
arquitectura han surgido en el contexto de la migración. A menudo vemos a los migrantes (ya sean
refugiados o los llamados “inmigrantes económicos”) como actores relativamente débiles en las
comunidades en que llegan a vivir. Es común verlos como gente que recibe ayuda pasivamente y
que vienen a ‘tensar’ el sistema social. Sin embargo, los estudios de casos -como el de los
campamentos de refugiados del Sáhara Occidental u otro que realicé, en un vecindario somalí en
Nairobi (Kenia)- muestran que los migrantes pueden crear sus propios espacios urbanos,
generando una cultura urbana única, que favorece el desarrollo económico y que puede darles
mayor independencia. Entonces tenemos que estudiar y aprender de ellos. La arquitectura puede
ser inclusiva, especialmente en el contexto de la migración. En ese sentido, para mí el punto de
partida es que confiemos más en el modo en que los migrantes dan forma al espacio urbano y
arquitectónico. Es decir, considerarlos como como arquitectos de su propio (y nuestro) espacio
urbano.
swissinfo.ch: ¿Qué le ha parecido hasta ahora, la Bienal de Arquitectura?
M.H.: ¡Fantástica! Veo a la gente muy comprometida con los objetivos de este encuentro, como la
integración, la participación y empoderamiento de las comunidades, y eso me parece genial.
El Sahara Occidental
Ubicado en el extremo occidental del continente africano, fue una colonia española y desde 1975
está ocupado por Marruecos, por lo que ha sido llamado ‘la última colonia del mundo’. Con el
comienzo de una serie de guerrillas contra Marruecos, la mayoría de la población del Sáhara
Occidental, los saharauis, tuvieron que huir a través de la frontera hacia Argelia, donde se
establecieron en campos de refugiados, que hoy albergan a unas 160 000 personas. Aunque no
tienen control sobre su país, los saharauis proclamaron la independencia del Sáhara Occidental el
27 de febrero de 1976. Su soberanía es reconocida hoy por aproximadamente 40 países, aunque su
condición de Estado sigue sin resolverse.
Habiendo vivido durante 40 años en estos territorios, los saharauis han desarrollado un sistema de
vivienda único, otorgando al campamento una calidad urbana, utilizándolo como un campo de
intercambio social, cultural, económico y político.