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CUATRO DESEOS DEL APÓSTOL PEDRO Oscar Gómez

    

    
   Días atrás me levanté con una palabra de consuelo en mi corazón
que quisiera compartirles.
   Los apóstoles son dones dados a la iglesia, con un corazón
dedicado a Dios siendo su tarea bendecir al pueblo del Señor. Al
final de su primera carta, el apóstol Pedro ya anciano, luego de
hablar sobre la resistencia espiritual que debemos ejercer en esta
vida, expresa cuatro deseos para los cristianos.
           
   “Más el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna
en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo,
él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca. A él
sea la gloria y el imperio por los siglos de los siglos.
Amén” (1°Pedro 5: 10 y 11)

   Pedro comienza dándole a Dios un nombre que hasta allí no tenía


“el Dios de toda gracia”, no de una sola sino de toda gracia.
También recuerda nuestro llamado y hace un contraste entre
la “gloria eterna en Jesucristo” y el padecimiento por “un poco de
tiempo” dándonos a entender el corto plazo de la aflicción no se
compara con la gloria que no tendrá fin.
   El apóstol asienta que será necesario padecer, es decir sufrir,
por un poco de tiempo a causa de nuestra fe. La Biblia no enseña
que no habrá sufrimiento, dice que estando en el Señor tendremos
una cuota de aflicción y si la superamos traerá resultados, frutos,
buenas consecuencias, aunque no sin lágrimas y dolor. Por
supuesto, Pedro tenía un gran anhelo de bien para los hijos de
Dios.

   El primer deseo apostólico: QUE DIOS NOS PERFECCIONE


   No podemos pasar por alto la frase “él mismo”, aclarando que
estas cosas las hará Dios en nosotros. Ahora bien ¿Qué medios
utiliza Dios para perfeccionarnos?

1. Los ministerios rectores de la iglesia.

   “Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros profetas; a


otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de
perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la
edificación del cuerpo de Cristo” (Efesios 4:11 y 12)

   Los apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros están


puestos para perfeccionar a los santos no solamente para predicar
un buen sermón. Aquí la palabra perfeccionar es “katartismos” que
significa concertar, ordenar, aparejar, dotar, equipar, proveer,
preparar, conformar un todo, gobernar, dirigir, restaurar, reparar,
poner en su lugar, asociar para una tarea.

   El cristiano que se va perfeccionando es aquel cuyas relaciones


se van sanando y transparentando, uniéndose con otros con un
propósito determinado.

   2. El dolor

   “Porque convenía a aquel por cuya causa con todas las cosas, y
por quien todas las cosas subsisten, que habiendo de llevar
muchos hijos a la gloria, perfeccionase por aflicciones al autor de
la salvación de ellos” (Hebreos 2: 10)

   Cristo mismo fue perfeccionado por medio de los sufrimientos, 


el profeta Isaías lo llamó “varón de dolores, experimentado en
quebranto”. Dietrich Bonhoeffer, pensador cristiano del siglo
pasado, expresó: “El dolor es el ángel más sacrosanto que muestra
a los hombres unos tesoros que sin él estarían escondidos para
siempre en las profundidades de lo insondable. Mediante el dolor
el ser humano se realiza mucho más que por todas las alegrías del
mundo”
   Había una palmera que creció en un oasis. Era muy pequeña,
pero la más bonita de todas las palmeras que había a su alrededor.
Cierto día, llegó un hombre malvado que, al pasar junto a la
palmera pensó cómo podía dañarla. "La aplastaré," se dijo y
colocando una roca muy pesada en sus ramas, siguió su camino. A
la palmera le fue imposible quitarse el peso de encima. De manera
que estiró sus raíces, alcanzando una veta de agua subterránea.
Después de algunos años, cuando el hombre malvado regresó al
oasis, la palmera era mucho más bonita que antes. Gracias al peso
que soportó, se convirtió en un árbol alto y hermoso”
   Muchas cosas causan dolor: la pérdida de un ser querido, de un
trabajo, la rebeldía  y necedad de los hijos, las injusticias, etc.

   El segundo deseo de Pedro: QUE DIOS NOS AFIRME

   Afirmar significa poner firme una cosa, sujetarla para que no se


caiga. Afianzar. Atar. Apuntalar. Atirantar, apisonar, cimentar,
etc. Santiago nos dice que mientras esperamos la cosecha, es decir
el fruto de nuestra labor y la venida de Jesús, debemos afirmar
nuestros corazones.

“Tened paciencia también vosotros, afirmad vuestros corazones;


porque la venida del Señor se acerca” (Santiago 5:8)

   Es en nuestro interior donde necesitamos afianzarnos. Es un


tiempo donde debemos estar firmes, apuntalados en el Señor, con
nuestra convicción y fe puestas en la Palabra de Dios. Cielo y
Tierra pasarán pero su palabra no pasará.

   “…para que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible


que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo los que hemos
acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros.
La cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que
penetra dentro del velo” (Hebreos 6: 18 y 19)

   La esperanza actúa como una segura y firme ancla del alma, es


decir que provee firmeza al discípulo. La esperanza es mucho más
que una virtud, las escrituras declaran que es “Cristo en nosotros
la esperanza de gloria” La esperanza es una persona, es Cristo.

   El tercer anhelo del apóstol es: QUE DIOS NOS FORTALEZCA

   Creemos en un Dios fuerte, él quiere sacarnos de la debilidad y


fortalecernos. Este es un gran deseo de Dios para sus hijos. “El
mismo” nos fortalecerá.

   Jehová es nuestra fortaleza (Salmo 27:1)

   El gozo del Señor es nuestra fortaleza (Nehemías 8: 10)


   Ver también Efesios 6:10 y Apocalipsis 5: 12

   Por último Pedro desea: QUE DIOS NOS ESTABLEZCA

   Hacer que empiece a funcionar una cosa o una actividad,


generalmente con propósito de continuidad, crear, fundar.
Asentarse. Disponer lo que debe hacerse, ordenar.Dejar
demostrado con firmeza un pensamiento de valor
Establecerse significa echar raíces, no ser plantitas llevadas de
maceta en maceta. En definitiva, para establecernos necesitamos
que Dios nos perfeccione, afirme y fortalezca.

   Leamos Génesis 17:7

   Una vez que estas cosas ocurran hay que darle a Dios la gloria y
el imperio parea siempre. ¡Aleluya!

   “A él sea la gloria y el imperio por los siglos de los siglos.


Amén”

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