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Biblioteca Nacional de España

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DEPARTAMENTO

LAMBAYEQUE

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Elfoe^ i 1921 ' K. ;

Biblioteca Nacional de España


Biblioteca Nacional de España
K 734es

DEPARTAMENTO

LAMBAYEQUE
MONOGRAFIA HISTORICO-GEOGRAFICA

CARLOS J- BACHMANN
MIEMBRO ACTIVO I*E LA SOCIEDAD OEOOKAEICA DE LIMA, CORRESPONDIENTE DE LA SOCIEDAD

DK KSTUDIOS GEOGRAFICOS K HISTORICOS DE SANTA CRUZ, BOLIVIA.

SOCIO HONORARIO DE LA SOCIÉTÉ ACADÉMIQUK D’HISTOIRE INTERNATIONALE DE PAKIS.-


MIKMBKO DE HONOR DE LA ACADEMIE LATINE DES SCIENCES, ARTS KT

BELLES-LETTRES DE PARIS, ETC. ETC.

Imp- Torres Aguirre


1921

Biblioteca Nacional de España


Obras publicadas por el autor
Alcoholismo y Medios de Combatirlo.—1901
Apuntes de Viaje por el Oriente Peruano.—1905
El Departamento de Tacna.—1905
Historia de la Demarcación Política del Perú.-1905
De Lima á Puerto Maldonado.—1918
Departamento de Lambayeque.—1921

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INTBODUCCIOISr

Fué á iniciativa de los señores Eulogio Delgado, Federi­


co Villareal y José Balta, ingenieros los tres y oriundos del
departamento de Laynhayeque, que nos decidimos, hace ya al­
gunos años, á confeccionar la presente monografía.
Predominaba entonces en el Consejo Directivo de la “So­
ciedad Geográfica de Lima” la idea de encomendar á varios
de sus socios la redacción de trabajos histórico-geográficos de
cada una de las circunscripciones departamentales en que se
halla dividido políticamente el Perú, para de este modo, poco
á poco y sin grandes sacrificios pecuniarios, contar, después
de algunos años, con una obra de consulta sobre geografía na­
cional, de la que hasta la fecha carecemos, que fuera el expo­
nente de nuestra riqueza territorial y del estado de nuestro
desarrollo y cultura al conmemorar una centuria de vida in­
dependiente.
Tan patriótico como útil proyecto fué acogido entusias­
tamente, y varios miembros de aquella docta institución se
encargaron de modo espontáneo de la confección de monogra­
fías de diversos departamentos; y si alguno de los tres dis-
iinguidos hombres de ciencia arriba nombrados hubiera dis­
puesto de tiempo, es seguro que habría emprendido la tarea
de llevar á cabo la del departamento de Lambayeque, en cu­
ya preparación habría puesto su amor al suelo en que vió la
luz primera, su reconocida competencia y su talento indiscu­
tible.
Redactada esta Monografía por persona que carece de di­
chas cualidades y alentado solo por aficiones goegráficas y por

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II

el deseo de dm' á conocer la gran riqueza agrícola de uno de


los departamentos de nuestro litoral, no es de extrañar que los
que la lean encuentren en ellas deficiencias g a,caso errores
que espero disculparán con benevolencia.
Desde hace algunos años tenemos acumulados mucha par­
te del material para esta obra, g deseando comprobar y com­
pletar nuestros datos, hicimos una visita al indicado depar-
mento en los últimos meses del año pasado, recorriendo pue­
blos g haciendas, llanos g quebradas, ruinas y huacas, ya en
ferrocarril, ya en automóvil, ya á caballo, en viaje de estudio
que nos resultó muy provechoso é interesante; y hubiéramos
ampliado aim más nuestros datos, si el deseo de dar á luz este
trabajo para el centenario no nos lo hubiera impedido.
Acompaña al volumen un mapa del departamento de
Lambayeque, bastante detallado, hecho por un hijo de Chicla-
go, el señor Camilo Vallejo Z., a.ntiguo y entendido cartógra­
fo de la Sociedad Geográfica, de acuerdo con los datos de esta
Monograf ía; el cual, si bien es el más completo de los que se
hmi trazado hasta ahora, adolece, sin embargo, de ligeras inco­
rrecciones, algunas de las cuales hemos podido salvar en el
te.)oto, pues cuando volvimos de miestro viaje se hallaba ya im­
preso.
Ilustran también á la Monografía cerca de 150 fotograba­
dos de puertos, pueblos, haciendas, edificios, plazas, etc., y al
final se inserta un indice alfabético de los nombres geográficos
del Perú que se mencionan en el cuerpo de la obra.
Deber de hidalguía es manifestar al Gobierno nuestro vi­
vo agradecimiento por las facilidades que nos ha prestado pa­
ra la publicación de este trabajo, así como á las autoridades
de todo orden del departamento de Lambayeque, hacendados
é industriales del mismo, que con i anta amahilúlad nos sumi­
nistraron las informaciones que solicitamos.

{¡L ^UTOF(.

Centenario de la Independencia del Perú, Lima, 1521.

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Departamento de Lambapeqne
MONOGRAFIA HISTORICO-GEOGRAFICA

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INDICE GENERAL
PAGINA

Introducción.....................................................................................................................
Dedicatoria........................................................................................................................
Etimología de la palabra Lambayeque.......................................................................
Historia del Departamento.—Extensión que tenía en la época ineáica.—Pro­
vincias á que pertenecía durante el Virreinato.—Encomiendas que lo for­
maban.—Población que entonces tenía.—Eundaeión de las ciudades de Sa­
ña y Lambayeque.-—Saqueo de los piratas.—Inundaciones.—Destrucción
y abandono de Saña.—Se funda una nueva ciudad con el mismo nom­
bre.—Traslación de Lambayeque y su gran auje.—Lambayeque en 1740
—Visita de Jorge Juan y Antonio Ulloa.—Determinación de sus coor­
denadas.—Extensión que ocupaba á fines del siglo XVIII.—Población
que tenía.—Proclama la independencia del Perú en 1820.—Actas do la
proclamación en 27 de diciembre de aquel año.—Participación de sus
hijos en la guerra de emancipación.—Decadencia de Lambayeque y pro­
greso de Chiclayo.—Títulos honoríficos.—Creación de la provincia de Ghi-
clayo.—Establecimiento del departamento de Lambayeque con Chiclayo
como capital.—Queda sujeto en lo eclesiástico al departamento de Tru­
jillo.—En lo judicial cuenta con Corte Superior independiente .............
Situación y Superpicie.—Situación del departamento.—Superficie que abraza el
departamento y cada una de las dos provincias.—Situación de la pro­
vincia de Lambayeque.—Situación de la provincia de Chiclayo.—Exten­
sión de su litoral..................................................................................................... 28
Límites.—Linderos generales.—Detalle de la línea que sopara el departamento
de los que lo circundan.-—Distancias entre los puntos principales de la
costa de S. á N........................................................................................................ 29
Zona .Marítima.—La Playa.-—La tasca.—Vientos reinantes.—Las olas ............ 31
Bravezas del mar; meses en que se presentan; períodos de calma; ex­
plicación hipotética sobre las causas que las producen.—Consejo á los
marinos........................................................................................................................ 32
Las mareas: su recrudecencia en las repuntas de llena; no ofrecen pe­
ligro á los buques..................................................................................................... 36
Corriente Peruana ó de Humboldt: su nacimiento en el mar polar An­
tartico ; recorre las costas de Chile y el Perú; cambia bruscamente de di­
rección á la latitud de Guayaquil; fuerza de su corriente............................ 36
Corriente del Niño: corre en dirección opuesta á la Peruana y entre és­
ta y la costa; su nacimiento en el golfo de Guayaquil; hipótesis sobre su
formación................................................................................................................. 37
Las neblinas: dificultades que oponen á la navegación; meses en que se
presentan; causas que las producen según Raimondi y Carranza, buques
que se han perdido por ellas................................................................................. 38

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n
PAGINA

Las lluvias: su escasez; teorías de Babinet, Carranza y Eaimondi expli­


cando este fenómeno; las garúas; periodicidad de las lluvias en nuestro
litoral septentrional; los grandes aguaceros de 1891 ............................... 40
Contracorriente cálida; parece venir de las regiones ecuatoriales; se de­
ja sentir sólo en ciertas épocas; fenómenos que produce; es una corrien­
te extraordinaria é independiente de la del Niño; opinión al respecto
del Dr. Carranza; relación entro las variaciones de temperatura del am­
biente del litoral y las perturbaciones de sus corrientes marítimas; ex­
cesivo calor y extraordinario humedad que esto fenómeno produjo en el
estío de 1891; causas que refrescan el clima de nuestra costa.................... 43
Islas.—Lobos de tierra: distancia á la costa.—Lobos de afuera; distancia á
la costa y á la de Lobos de tierra; extensión, alturas, constitución geo­
lógica; esterilidad de su suelo; sólo son depósitos de guano; algunas me­
didas batimétrieas..................................................................................................... 47
Puertos.—Puerto de Eteii: su situación; tráfico marítimo; su fondeadero; el '
faro; fué llevado á Chile durante la ocupación; servicio de carga y des­
carga.—El muelle; su extensión; material de que está construid, ; el-
mentes de que dispone para la carga y descarga............................................ 49
Pimentel: cómo y por qué se estableció; servicio marítimo que ha pres­
tado; por qué lleva ese nombre; la tasca; su fondeadero; puntos de orien­
tación para los marinos. modo cómo se efectúa el embarque y desembar­
que; utilización de las balsas; manera como se les construye; sus tri­
pulantes, su manejo; poso de la carga que soportan..................................... 53
Caleta de San .losé: su importancia ahora años; su decadencia y clau­
sura ; condiciones de su playa. ............................................................................ 62
Caleta de Santa Rosa: os tan sólo aldea de pescadores; sus habitantes;
sus pobres moradas; la tasca; su fondeadero................................................ 63
Calet.a del Progreso: sólo es accesible en lanchas; posición geográfica; pa­
ra qué fué abierta..................................................................................................... 64
Caleta de Chérrepe: su situación y posición geográfica; su fondeadero;
peligros que éste ofrece; necesidad de su estudio y de levantar un plano 64
Punta de Saña: Posición geográfica ........................................................ 65
Servicio Marítimo.—Los matriculados de marina.—Manera como está organiza­
do el trabajo de mar.—Irregularidad de los itinerarios de vapores. Ser­
vicios de lancheros................................................................................................... 66:
Aspecto Físico.—Orografía: llaneza de su suelo.—El desierto de Hechura.—Los
médanos.-—Los contrafuertes de la cordillera.—Los valles de Saña, Lam-
bayeque y Ghiclayo.—Pequeñas eminencias ó cerritos.—Constitución geo­
lógica del suelo del departamento.—El cerro de las Campanas................. 70
Clima.—Sus características.—Predominan el ardiente y el primaveral.—El cli-
ina delicioso de Beque, Monsefú y Mórropo.—Temperatura media en in­
vierno.—Clima de la costa, del interior y de la cima de las estribaciones
andinas.—Causas de insalubridad á pesar de su bondad manifiesta.—
Magistral estudio del doctor Carranza sobre el clima de nuestra costa.—
Influjo importante de la corriente Peruana y de la cordillera en los sin­
gulares fenómenos meteorológicos que se observan en nuestro litoral... 74
CONDICIONES DE SALUBRIDAD.—Enfermedades endémicas y epidémicas.—Sus cau­
sas ............ '............................................................................................................ 79
Ríos Y Lagunas.—Ríos principales que riegan el departamento.—Su origen, cur­
so y desagüe.—Ríos Lambayeque, Taimi, La Leche, Motupe, Saña.—Des­
cripción de cada uno de ellos.—Afluentes que reciben.—Zonas que rie­
gan.—Otros riachuelos.......................................... ................................................ 82
Lagunas principales.......................................................................................... 96

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m—
PAGINA

Idioma.—Castellano.—Keslinn.—La lengua inoeliiea ó yunga tiende á desapare­


cer.—Pueblos que la hablaban.—La gramática del cura Fernando de la
carrera.—Trabajos filológicos de D. Enrique Brüning..................................... 91
Población.—Necesidad del recuento periódico de la población.—Censos de Li­
ma y el Callao.—Habitantes de cada uno de los curatos de las provincias
de Saña y Huambos en 1784.—Castas predominantes entonces.—Población
de las provincias de Lainbayeqne y Cbiclayo en 18(52.—Censo de 187(5.—
Población calculada por la Sociedad Geográfica de Lima en 189(5.—Ulti­
mo censo de la provincia de Cbiclayo en 190(5.—liazas predominantes.—
Crecimiento vegetativo.—Cuadro demográfico ............................................... 97
SuPEKSTlciONBS Y CREENCIAS,—Brujos y brujas en el Perú, especialmente en la
sierra.—La brujería en el departamento de Lambayeque.—Diversas cla­
ses de brujos.—Brujos y curanderos.—Cómo ejercen su perniciosa in­
dustria.—La imprescindible y fastidiosa macana.—Yerbas que emplean.
—En pleno trabajo macabro.—Alegoría de la locura.—Conocen las virtu­
des de ciertas yerbas para curar determinadas enfermedades.—Venganza
contra los causantes de daño.—Un caso que da horror.—Cómo explotan
el amor y á los enamorados.—Los buscadores de tesoros.—Castigo á un
brujo: las autoridades le chupan la sangre.—Cerros y huacas sagrados.—
Litolatría.—Alucinaciones que les producen los narcóticos ...................... 104
Usos Y Costumbre,s.—Los rodeos.—Cómo los verifican.—Luchas reñidas con
muertos y heridos.—El día de todos los santos.—Manera como lo cele­
bran.—Espectáculo fantástico.—Alumbrando á los muertos;—Costum­
bres extravagantes.-—Deberían oroscribirse.— Kl agua bendita el da de
Difuntos.—Absurdas creencias que tienen.—Sacando almas del Purgato­
rio.—Modo de conducir cadáveres ai Panteón.—Cómo enlutan los deu­
dos sus domicilios............................................................................................... 113
Gobierno y Poder Judicial.—Autoridades políticas.—Edificios que ocupan.
—La gendarmería, la guardia civil.—Cuarteles.—Concejos provincia­
les.—Servicio judicial.—Magistrados que lo atienden.—Gobierno espiri­
tual .......................................................................................................................... 118
Instrucción.—Su estado actual.—Deficiencia de locales.—Personal y mobilia­
rio.—Escuelas fiscales y particulares ........................................................... 120
Colegio Nacional de San José.—Historia de su fundación.—Presupues­
to del Colegio.—Cuadros estadísticos: alumnos matriculados, su edad,
nacionalidad.—Su local sirvió de cuartel durante la ocupación cbilena.—
Esfuerzos que se hicieron para refeccionarla.—Principales benefactores
del Colegio............................................................................................................. 121
La Escuela de Artes y Oficios.—Su fundación.—Cuerpo de profeso­
res.—El Colegio de Edueandas.—Su fundación.—Colegios particulares.
—En casi todas las haciendas existen escuelas ....................................... 124
El ORA.—Distribución geográfica de los vegetales, según Raimondi,— Familias
botánicas que más abundan............................................................................... 126
Fauna.—Clases y órdenes que predominan.—Cría de caballos.— Decadencia, de
la raza caballar.—Mamíferos, aves peces, insectos, crustáceos,—molus­
cos.—Nuevo género: el Sareoramphus Lambayeeana ............................... 131
AGRICULTURA Y G.í^nade.’^.a.—Consideraciones generales.—Principales cultivos.
l’laiitas exóticas importadas.—Ganado vacuno, cabrío, porcino, asnal.
—Producción anual de azúcar y arroz.—Descripción detallada de cada
una de las haciendas............................................................................................ P40
Provincia de Chiclayo......................................................................................... 443
Distrito de Chiclayo..................................................................................... ' 143
Hacienda Santa Rosa .................................................................................... 443
„ Casa Blanca .................................................................................. 444

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— IV
PAGINA

Hacienda La Cofradía.................................................................................... 144


„ Vista Alegre.................................................................................... 144
„ Samán ................................................................................................ 145
„ Pomalea y Collud........................................................................... 146
Rineonazo............................................... 150
„ Calupe.......................................................................................• .. • 150
Distrito de Pimentel............................................................................................. 151
Distritos de Monsefú y Santa Rosa......................... .................................... 152
Distritos de Eton (villa) y Eton (puerto) ................................................ 152
Distrito de Roque................................................................................................. 152
Hacienda Chacupe............................................................................................ 153
Distrito de Saña.................................................................................................. 154
Hacienda Cayaltí............................................................................................... 154
„ Chumbenique..................................................................................... 159
„ Oyotún................................................................................................ 160
„ Culpen ............................................................................................... 161
„ La Viña de Saña .......................................................................... 162
„ El Potrero................................................................................• ... 163
„ La Otra Banda............................................................................... 164
„ Salitral............................................................................................... 165
„ San Antonio .................................................................................... 165
„ Palomino........................................................................................... 166
, „ La Punta.......................................................................................... 167
„ La Calerita ..................................................................................... 167
„ Saltur ............................................................................................... I(i7
„ Sipán.................................................................................................. 16S
„ Pucalá ... . ....................................................................................... 109
„ Tabernas.............................. 172
Distrito de Lagunas............................................................................................ 173
Hacienda Rafagán............................................................................................. 173
„ Ucupe................................................................................................... 174
Distrito de Picci.................................................................................................. 175
Hacienda Turnan............................................................................................... 175
_„ Pátapo y Tulipe................................................................................ 179
„ Luya .............. 184
„ San Miguel......................................................................................... 185
„ Visjta Florida,Collocei y Morrojúllo............................................... 185
Distrito de Chougoy.ipe ..................................................................................... 186
Hacienda Paredones.......................................................................................... 187
„ Almendral........................................................................................... 187
„ Tinajones............................................................................................. 188
„ Tabacal ............................................................................................... 189
„ Potrerillo............................................... •......................................... 189
„ Huaca Blanca ................................................................................... 190
„ Tablazos.............................................................................................. 191
„ Pampa Grande ................................................................................ 191
Provincia de Lambayequb............................................................................................. 192
Distrito de Lambayeque......................................................... 192
Hacienda Cliucupc ó Capote............................................................................ 193
Distrito de Ferrcñafo.......................................................................................... 194
Hacienda Mocopú............................................................. 194
Distrito de San José............................................................................................ 195
Distrito de Mórrope............................................................................. 190
Hacienda Sásape................................................................................................ 190

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PAGINA

Distrito de Mochumí ... ....................................................................................


Distritos de Túcume é Illimo .......................................................................... '
Distrito de Pacora................................................................................................
Distrito de Jayanea.............................................................................................. •
Hacienda La Viña............................................................................................. ''
„ Batán Grande..................................................................................
Distrito de llotupe ..............................................................................................
Distrito de Salas..................................................................................................
Distrito de Olmos............................................................................;..................
Condiciones apropiadas del Perú para la ajívicnllnra.—Causas que
detienen su mavor desarrollo v progreso.—Carencia de conocimientos cien-
tíñeos.—Falta “de brazos.—El indígena excelente bracero.—Escasez de
agua y de lluvias.—-Retraimiento del capital.—Reglamento de aguas.
Sistema de pesas y medidas.—.úbonos.—Ventajas de los bosques: bay que
fomentarlos.—Guerra despiadada á los algarrobos.....................
Irrigación.—Número de hectáreas bajo riego.—Opinión de M. Adams. Zona <le
lluvias anuales regulares.—Factibilidad de irrigar el despoblado de Olmos
en aguas del Huancabamba.—Riego con agua de pozos.—Estudios para
aumentar las aguas del río de La Leche.—Las aguas del subsuelo.-—Son­
da abisinia.—Hectáreas cultivadas en Lambayeque.—Caudal del río de
este nombre.—Trabajo y estudio para aumentar sus aguas.—Tomas.-—Rie­
gos del Taimi.—Desbordes del río.—Construcción de diques.—Dragaje del
Taimi.—Causas de las inundaciones del río Lambayeque, según los ingenie­
ros Rey y Basadre y Adams.—Tomas para represas y encauzamientos de los
ríos del departamento.—Opiniones del doctor TTgaz.—Trabajo del señor
Dalí’ Orso para buscar agua surgente.—Hectáreas regadas en el va­
lle de Saña.—Las aguas que se pierden en el subsuelo podrían aprovechar­
se. por medio de bombas y de molinos de viento...................................... “iO
Industria y Comercio.—La agricultura principal industria del departamento. •
—Elaboración de azúcar y alcohol.—Pila je y beneficio del arroz.— Indus­
tria fabril.—Fabricación de sombreros de paja.—La industria apícola:
su gran porvenir.—Nuevo sistema de colmenas.—La industria minera es
nula.—No se explotan sus riquísimos bosques.—La pesca y la caza.—La
ganadería.—La industria de tejidos de algodón.—La huaqueria.—Indus­
trias molinera y vinícola.—Explotación de la sal, yeso y cal.—Enumera­
ción de las principales industrias en cada uno de los distritos.—Algunos
datos estadísticos sobro la industria azucarera................................................ 223
Puertos de. Eten y Pimentel.—Actividad del comercio.—Conqiañías de
vapores.—Mercaderías que se importan y exportan.—Interesante estu­
dio económico del antiguo partido do Saña por don Manuel Pardo.—Mo­
vimiento comercial de los puertos de Eton y Pimentel.—Derechos recau­
dados por las respectivas aduanas.—Importación y exportación en 1919 244
POBI.AGIONEB PRINCIPALES.—Descripción do cada uno dé los pueblos (pie for­
man este departamento.—Destrucción de la ciudad de Saña en 1720.—
Muerte en Saña de Santo Toribio de Mogrovojo.—Documentos interesan­
tes sobre la jura de la independencia en Tmmbayeque en 1820.—Las ruinas
de Apurlé.—La célebre cruz do Chalpón....................................................... 258
Vías de comunicación.—Estado de los caminos.—Líneas férreas.— Ferroca­
rril de Eten á Ferreñafe y do Chiclayo á Pátapo.—Tarifas y distan­
cias.—Ferrocarril de Pimentel á Chiclayo y Pncalá.—Caminos carrete­
ros.—Distancias entre las capitales de las dos provincias y las de sus
respectivos distritos.—Diversos itinerarios terrestres.—Distancias de Eten
á los puertos del litoral del Perú.—Administración de correos.—Oficinas
principales y secundarias..................................................................................... 381

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VI
PAGINA

Telégrafo.—Teléfono; extensión de las líneas.—Telegrafía inalám­


brica ......................................................................................................................... 398
Bemakcación' Política........................................................................................................ 401
Cuadro de los distritos de las provincias de Cliielayo y Lambayeque,
así como de las ciudades, pueblos, haciendas, etc. de cada una de
ellas.......................................................................................................................... 414
DEMARCACIÓN JUDICIAL.—Personal de la CorteSuperior de Lambayeque .. . 422
Demarcación Eclesiástica ...... ............. ;.. ... ....................................... 424
Personal de la Próviiíciá Eclesiásticade Chiclayo ............................... 42.1
Personal de la Provincia Eclesiástica de Lambayeque............................ 426
Demarcación Militar.—Personal del Cuartel General de la primera Región
Militar..................................................................................................................... 427
Abreviaturas .......................................................................................................................... 429
Indice alfabético de los nombres geográficos del Perú, mencionados en la
obra ................................................. 431

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INDICE DE FOTDGRABADDS
PAGINA

Sr. I). Augusto B. Leguía, Presidente de la República......................................


8r. D. Julio Egoaguirre, Ministro de Fomento........................................................
D. Enrique Zegarra, Director de Fomento.........................................................
Sr. D. Moisés Escurra, Prefecto del Departamento.................................................. 118
Sr. D. Eugenio W. Ibáfiez, Alcalde de Chiclayo . ,............................ 124
8r. D. Antonio Monsalve, Subprefecto de la provincia de Lambayeque .... 236
Sr. D. Manuel A. Maúrtua, Presidente del Congreso Regional del Norte . . . 404
Teniente Coronel Manuel C. Mírquez, Ayudante del Congreso Regional del
Norte . .... ................................................................................................................. 408
Cayaltí.— Conductor de bagazo para los hornos.................................................. 1.10
Corrida de toros en la hacienda............................................................ 154
La hermosa casa del fundo...................................................................... 154
Triple efecto y defecadoras...................................................................... 156
El trapiche.................................................................................................... 156
La fábrica..................................................................................................... 158
Oficina generadora de luz eléctrica.......................................................... 158
La bien tenida huerta..................................... •............................................ 158
El precioso cafetal...................................................................................... 158
Chiclayo.— Plano topográfico......................................................................................... 2
La Matriz, el Parque, el Club de la Unión y parte de la calle o
jirón de San José.............................................................................. 4
Recibimiento al 8. Augusto B. Leguía, a su paso para el Callao, de
regreso de Europa en 1918 .............................................................. 4
Compuertas de la acequia de Chiclayo.................................................. 88
Tanques de agua para consumo dela ciudad........................................ 88
Estación Central.......................................................................................... 100
Vista panorámica de la ciudad............................................................. 100
Carro repartidor de agua que corre por los rieles del tranvía ... 112
Carreta distribuidora de agua................................................................ 112
Lá guarnición militar de Chiclayo formada frente al teatro “Dos
de Mayo”, en cuyo local se reunió la segunda Ts'gislatura del
Congreso Regional del Norte.......................................................... 120

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— VIH —

PAGINA

La calle Real............................................................................................... 120


Colegio Nacional de San .losé................................................................... 122
Manifestación pública en honor del Sr. D. Au­
gusto B. Leguía, el 5 de julio de 1919.......................................... 122
Oficinas de. la fábrica de luz eléctrica.................................................. 204
Tractor “Internacional” el más generalizado en el departamento 204
Casa Comercial Pinillos (loicochea y C?............................................... 232
Casa Comercial y factoría de D, M. Waldispülil............................. 232
Molino Santa Isabel.................................................................................... 232
Molino de la Sra. Vda. de Dall’Orso...................................................... 232
Escuela de Artes y Oficios....................................................................... 240
Sucursal del Banco del Perú y Londres ..................................... .... . 240
La nueva cárcel............................ 258
Otra vista del jirón Real......................................................................... 258
Portal Orrego................................................................................................ 258
Locales de los Cinemas....................................... ■................................. 2.18
Casa Consistorial en construcción......................................................... 260
Club de tiro.................................................................................................. 260
Fábrica de chocolate del Sr. Cortez . . ............................................... 260
La Plaza “Elias Aguirre”....................................................................... 262
Otra vista de la Empresa de luz eléctrica.......................................... 262
Hotel Royal .............................................................................................. ■ . 262
Fotografía Hégola...................................................................................... 262
El alegre Parque.......................................................................................... 204
I.a. inconclusa iglesia................................................................................... 264
Parquecito Cabrera...................................................................................... 204
Club de la Unión......................................................................................... 264
Colegio Nacional de San José................................................................ 266
La iglesia Matriz........................................................................................ 268
Hospital: Pabellón Larco Herrera........................................................... 268
Pabellón González...................................................................... 268
Pabellón Cugliovan.................................................................... 268
Interior del pabellón Cuglievan.............................................. 270
Pabellqn de Alniinistración...................................................... 270
El Panteón nuevo..................................................................................... 270
Fachada del Matadero general.................................................................. 272
Puerta principal del Camal.................................................................... 272
Cervecería alemana...................................................................................... 274
Molino de la Sra. Vda. de Piedrae Irijos........................................... 274
Chongoyupc.— Plaza de armas........................................................................................ 312
^ Camión que trasporta pasajeios y carga entre Chongoyape y Pátapo 32
Etcn, puerto.— El muelle en una braveza del mar..................................................... 32
Las poderosas grúas que funcionan en la cabeza del muelle , . , 50

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IX

PAGINA

El espléndido muelle................................................................................... 52
Caseta en- el muelle, donde los pasajeros esperan la jiartida del
F. C. que los lleve al Puerto........................................................ 52
Empresa del P. C. y muelle de Eteii..................................................... 228
Sr. Augusto F. León, Superintendente del F. C. y muelle de Eteii,
en su escritorio................................................................................... 228
Estación del F. C........................................................................................ 228
Molino Campodónieo .................................................................................... 234
Puente del F. C. sobre el río do Eten..................................................... 244
Plaza principal.................................................................... 244
El Kiosco central de la plaza............................................................. 244
Baile de trajes en el carnaval de 1920 .................................................. 276
Ufen, viUa.— Tejedoras de sombreros de la fábrica de Escajadillo................. 224
Tejedoras de sombreros de la fábrica de Parro............................ 224
Plaza de armas.......................................................................................... 288
Estación del P. C....................................................................................... 288
Ferreñíifc.— Patio principal de la casa del Sr. Alcántara.................................. 236
Estación del Ferrocarril........................................................................... 336
La antigua y bien conservada iglesia................................................... 332
Plaza principal............................................................................................. 334
Alameda del Panteón.................................................................................. 334
Fuellada de una residencia particular..................................................... 46
Islas de Lobos.— Lobo durmiendo en la playa.......................................................... 46
El mismo lobo desperezándose y alistándose para zabullirse en el mar 46
Grupo de lobos descansando en la playa.............................................. 198
Jayanca.— Caballeros notables de Jayanca banqueteando al Sr. Enrique Ba­
ca, diputado nacional por la provincia de Lambayeque .... 198
I’rocesión de la cruz de Mayo................................................................. 238
Esparcimiento en una de las pintorescas huertas.............................. 238
Lambayeque.— Gasa colonial de la familia Saco, en donde los libertadores se
reunín a conspirar desde el año 1812........................................... 20
Casa colonial, llamada hoy casa do la Independencia, en donde
S3 reunieron los patriotas para dar el golpe en la aurora del
27 de diciembre de 1820 .................................................................... 20
Casa colonial de D. Pedro do las Muñecas, esposo de la Sra. Ca­
talina Agüero, comprada por la masonería de Lambayeque . 24
Puente sobre el río Lambayeque.......................................................... 24
El río Lamí ayeque no época de aguas................................................ 24
Otro puente sobre el río Lambayeque................................................... 82
El Sr. Enrique Brüning, explotando una huaca.................................. 230
Extrayendo objetos de una huaca........................................................... 230
El magnífico cuartel general do la primera Región Militar .... 320
El Panteón y su capilla............................................................................ 320

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PAGINA

Monsefú.— Plaza principal e iglesia........................................................ • , . . . 234


Misa de campaña en la Plaza principal................................................. 234
Motupe.— La procesión de. la célebre Cruz de Clialpón...................................... 352
Paseo á burro............................................................................................ 352
Puestos de mercachifles durante las fiestas de la Cruz de Chalpón 352
Pátapo.— Casa de la hacienda..................................................................................... 182
Vista general de la hacienda................................................................... 182
PimenteL-— El magnífico muelle.................................................................................... 54
Embarque de pasajeros por la grúa de la cabeza del muelle .... 54
Puesta de sol................................................................................................ 00
Balsas que se usaban ahora años para trasporte de carga .... fiO
Desembarque do la maquinaria de la hacienda Turnan..................... 150
Nueva estación del P. C. que termina en Pucalá.................................. 282
La capilla...................................................................................................... 282
La Estación vieja...................................................................................... 284
Bodegas y depósitos do carga del P. C.................................................. 284
Pomalca.— Vista general de la fábrica.................................................................... 140
La hermosa casa de la hacienda.............................................................. 140
Hotel de Pomalca............................................................................................ .140
Un convoy de pasajeros y azúcar, expedito para dirigirse al puer-
, to de Pimentel.................................................................................... 140
Casas de empleados..................................................................................... 140
Barracas de operarios................................................................................. 148
El trapiche.................................................................................................... 148
Pucalá.— Casa de la hacienda..................................................................................... 170
La fábrica..................................................................................................... 170
Santa Rosa.— Pescadores mariscando........................................................................ 02
Caleta de Santa Rosa................................................................................. 02
Saña.—. Vista panorámica . .-................................................................................... 2!)4
Alumnos del “Liceo Aguirre’’ de Chiclayo, en una excursión spor­
tiva que hicieron a Saña................................................................... 294
Patena, pectoral y fragmento del brazo de Santo Toribio .... 308
La Catedral en ruinas............................................................................. 190
Tumán.— Pábrica de la hacienda............................................................................. 170
Uno de los bonitos chaletsde los empleados....................................... 170

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22. ^ ^ en en en en rn en co en on en Qn en qn on^ en
K™).

DEPARTAMENTO DE LAMDAYEQUE
Monografía Históríco-Geográfíca

ETIMOLOGIA

■ENERALMENTE SG hace dei’ivar la palabra Lambaye-


que de las voces keshuas lamhac y yacu, que quie­
ren decir agua desabrid-^; mas, personas que han
hecho prolijos estudios de la lengua mochica, creen
hallar en ella el origen de este vocablo, desechando toda in­
tervención del idioma incaico en su composición.
En efecto, el señor Marco Aurelio Cavero, que desde ha­
ce tiempo viene contrayéndose al estudio de la lengua mo­
chica, y á quien enviamos esta monografía para que tuviera
la bondad de revisarla, como persona de ilustración vasta y
muy conocedora de todo el departamento que nos ocupa, nos
favoreció con importantes apuntes respecto al origen de la
palabra Lambayeque, de los que copiamos los siguientes:

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— 2 —
“En este departamento son muy raros los nombres geo­
gráficos pertenecientes al idioma keshua. Por otra parte, no
es el río el que ha dado nombre á la población, sino vicever­
sa. Cuando la población tuvo ya el nombre de Lambayeque,
el río que por ella corre era conocido con el de “Río de Colli-
que”, nombre que recibía de una antigua é importante pobla­
ción por cuyos confines pasaba. Así aparece del expediente
“Querella de los indios, caciques y principales contra los En­
comenderos, desde el callejón de Huaylas al pueblo de Ol­
mos”, que se formó en 1578 y que en fojas mil conservo ori­
ginal entre mis manuscritos del siglo XVI.
“Los habitantes de Collique fueron después reducidos
en Chiclayo, y por algún tiempo esta provincia era conocida
con el nombre dual de “Chiclayo ó Collique” ó “Collique y
Chiclayo”, hasta que prevaleció el que hoy tiene. Una vez
que se extinguió el pueblo de Collique, desapareció también
el nombre de su río, para cambiarlo con el que hoy lleva de
Lambayeque.
“Mas, el nombre antiguo de Lambayeque fué el de
Ñampallec, como paso á demostrarlo, así como lo difícil que
es construir esta voz: Lanibnc-yacu.
“Miguel Cabello de Balboa nos ha trasmitido la tradi­
ción de la fundación de Lambayeque. Dice que en tiempos
remotos llegó á la desembocadura de un río que se conocía
con el nombre de “Faquisllanga”, una flotilla de balsas
mandada por su poderoso jefe Naimlap. Este fabricó á me­
dia legua de la desembocadura del río un templo, al que lla­
mó “Chot”, en cuyo templo puso un ídolo de piedra verde,
que había traído, y al cual denominaba “Ñampallec”, que
significaba “Imagen de Naimlap.
“Los indígenas de la villa de Eten, que algo conservan
del antiguo idioma, llaman hasta el día á Lambayeque “Nam-
pásec”. El cura Carrera, de Reque, en su gramática “Arte de
la lengua “Yunga”, le llama: “Ñampaccllec-
“El célebre investigador de vocablos yungas, mi ami­
go don Enrique Brüning, me asegura no haberle sido posible
encontrar hasta ahora á la palabra Lambayeque un sinóni-
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mo que le satisficiera: “Ñan”, en lengua mochica, signifi­
ca “humo”, y “Pásec” es nombre de tinaja.
“Desde 1575 se conoce al pueblo de que nos ocupamos,
en documentos oficiales, con el que actualmente lleva: Lam-
bayeque.
“El antiguo Lambayeque fundado por Naimlap se en­
contraba en el sitio que todavía es conocido con el nombre
de Lambayeque viejo, que lo caracterizan algunas ruinas. En
sus inmediaciones se halla la huaca “Chotuna”, idéntica con
el antiguo Chot, cuyo nombre se conocía aún ahora 150
años”.

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HISTORIA

“Cuando la expansión de las inmigraciones tuvo lugar


en la costa del Perú,—dice el ilustrado doctor Maximiliano
Oyóla en sus “Ligeros apuntes históricos de los distritos de
Olmos y Motupe”, que acaba de dar á luz,—muchos años
antes de ios incas, entre los pueblos que habitaban la parte
setentrional del territorio, se singularizaban los “yungas” ó
“yuncas”, los “mochicas” y los “tallanes” ó “tallancas”, que
se extendían desde Tumbes hasta Pativilca, en la costa pro­
piamente dicha, y por el interior desde Piura hasta las cabe­
ceras del Marañón. Al principio carecían de gobierno pro­
pio, vivían agrupados en tribus aisladas entre sí y dispersas
por vastos espacios desiertos, haciendo de jefe el mayor de
la familia. Más tarde fueron adquiriendo cierta cultura y se
dedicaron á florecientes trabajos agrícolas, como lo revelan
las acequias canalizadas y los acueductos, cuyas ruinas has­
ta hoy existen perdidas bajo el suelo, en los extensos campos
eriazos de Piura, Lambayeque y Trujillo.
“Aunque habitaban dentro de los límites naturales del
mismo territorio que los yungas y los mochicas, es preciso
advertir que los tallanes eran, según Lorente, de proceden­
cia (?) y á ellos pertenecían los naturales de Motupe, Caña­
res, Incahuasi, Chóchope, Colaya, Salas, Copis y Olmos. Al­
gunas de estas poblaciones se hicieron centros importantes
de parcialidades, que preponderaron bajo el imperio de los

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CHICLAYO

La Matriz, el Parque, el Cliib ele la Unión y parte de la calle ó jirón


de San José.

Recibimiento al Sr. Augusto 11. Leguía, á su ¡laso para el Callao,


de regreso de Europa, en 1918.

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U 'hv, *1

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incas Pachacutec, Tupac Yupanqui y Huayna Capac, que so­
juzgaron á los yungas, avanzando hasta Quito”.
Así, pues, en la época incaica, el territorio que hoy for­
ma el departamento de Lambayeque era parte de la vasta
región que se extendía en la costa desde los confines del se­
ñorío del Gran Chimú hasta el despoblado de Sechura. El
postrero de sus régulos independientes, que respondía al
nombre de “Chimú Cancho”, al reconocerse á mediados del
siglo XIII tributario del emperador Pachacutec Inca, el Ha­
zañoso, era señor de ocho dilatados valles, de los cuales el
primero daba principio en Paramonga y el último en Tum­
bes. Esos valles eran conocidos con los nombres de Saña, Co-
llique, Centu, Tucmi, Sabanea, Mutupi, Puchin y Sullana, á
los que Garcilaso, en sus “Comentarios Reales”, agrega Chu-
nana, Chintui, Collanche y Yacual.
A fines del siglo XV, dice el mismo historiador Garcila­
so de la Vega, cuando el inca Huaina Capac, duodécimo de
su estirpe y padre del infortunado Atahualpa, llevó sus con­
quistas hasta Quito, logró someter á su dominio los valles de
Pacasmayo, Saña, Llampallec (Lambayeque), Collique y
Cyntu (Chiclayo), Tucmi, Xapanca, Motupe, Sullana y Túm-
bes- Incorporada así esta gran región al Imperio de los In­
cas, no tardó en recibir los beneficios de su sabia legislación
y con ella los caminos y canales que lo pusieron en comunica­
ción con el resto del país é impulsaron la agricultura. Entre
esos notables caminos que hoy mismo asombran al viajero y
de los cuales hay aún vestigios, citaremos el del Chasqui que
iba de Chérrepe á Cajamarca, pasando cerca del lugar don­
de después se fundó la ciudad de Saña, y que, según la tra­
dición, se empleaba para llevar á Atahualpa pescado fres­
co de la costa; y el camino real de los Incas, que unía Quito
con Cajamarca, pasando por Piura, Motupe, Jay anca, Tú-
cume viejo, Lambayeque, Chiclayo, Saña y Cajamarca.
Cuando un puñado de audaces aventureros españoles,
guiados por Francisco Pizarro, emprendieron la atrevida
empresa de conquistar el Imperio de los Incas, fué su prin­
cipal objetivo dirigirse á Cajamarca, ciudad en que á la sa­

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— 6 —

zón se hallaba Atahualpa, el infortunado rey de los perua­


nos, y en la que tan ignominiosa como cruelmente fue eje­
cutado.
El historiador Jerez refiere que cuando Bizarro, después
de fundar la ciudad de San Miguel de Piura, marchó hacia
Cajamarca el 24 de setiembre de 1532, llegó al pueblo de
Larán el 17 de octubre; después de tres días más de camino
llegó el 20 de octubre á una plaza cerrada en la cual no ha­
lló gente y supo que era de un cacique llamado Copis. Este
lugar correspondía al que hoy conocemos con el nombre de
Olmos, y fué, por lo tanto, el primer pueblo de este departa­
mento que visitaron los españoles.
Hasta ahora los indios de Olmos conservan el recuer­
do del nombre del cacique, y en su iglesia hay dos efigies que
se conocen por San Francisco de Copis, la una, y por Santo
Domingo de Olmos, la otra, correspondiendo estas dos de­
nominaciones á las parcialidades indígenas que antaño vi­
vían en esos terrenos, hoy despoblados por escasez de agua.
De Copis siguió su camino Bizarro hasta Motupe ó Mo-
tupi, donde descansó cuatro días de la fatigosa travesía por
el desierto de Sechura. Continuó luego su viaje pasando por
valles habitados durante dos jornadas y otra por desierto
arenoso, para llegar á otro valle despoblado y á un río cau­
daloso, probablemente el de Lambayeque, por ser el más cre­
cido entre todos los de esa región. Después de haber pasado
á la otra banda del río, se alojaron los españoles en una for­
taleza cuyas ruinas se ven hoy en la hacienda de Bucalá, si­
tuada en el ángulo formado por el río Lambayeque y la anti­
gua acequia de Lémepe, hoy río de Eten. Tanto esta forta­
leza como un gran pueblo que existía á sus inmediaciones,
pertenecían á un cacique llamado Cinto, cuyo nombre conser­
vó la encomienda y una parcialidad de indios en el valle de
Chiclayo.
Bor su parte, Brescott, en su “Historia de la conquista
del Berú”, dice, al referirse al derrotero que siguió Bizarro
en su viaje de Biura á Cajamarca, “que prosiguiendo Bizarro
su marcha, después de abandonar el pueblo de Copis (01-

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mosj se dirigió rectamente á Motupe, lugar agradablemen­
te situado en un rico valle entre colinas de poca elevación,
que se agrupan alrededor de la base de las cordilleras. Este
punto había sido abandonado por su curaca, que, con 300 de
sus guerreros, había ido á reunirse al ejército del Inca. Aquí,
á pesar de sus deseos de apresurar la marcha, el general es­
pañol se detuvo cuatro días. Esta detención sólo puede ex­
plicarse por la esperanza que abrigase aún de recibir refuer­
zos antes de atravesar la cordillera. Sinembargo, éstos no
parecieron, y adelantando al través de un país en que las lla­
nuras arenosas estaban entrecortadas de cuando en cuando
por anchos campos de verdura, regados por corrientes natu­
rales y con más abundancia aún por canales artificiales, las
tropas llegaron por fin á orillas de un río”.
La aserción de Prescott, respecto á que el curaca de Mo-
tupe abandonó el lugar con sus guerreros á la aproximación
de las huestes españolas, es desmentida por Cabello de Bal­
boa, quien afirma que los naturales no huyeron al acercarse
el audaz conquistador, sino que por el contrario, fué cumpli­
mentado por el régulo ó cacique llamado “Pecfumpisan”,
uno de los descendientes del misterioso “Naimlap”. Y el
catedrático é historiador doctor Oyóla, á quien ya nos he­
mos referido, al citar en su aludido trabajo esta asevera­
ción de Cabello de Balboa, á quien concede mayor crédito
que á Prescott, al menos en este punto, dice que la aserción de
aquel “es más conforme con la sicología de los descendientes
de los motupanos, y en general, de todos los moradores ac­
tuales de todos los pueblos del norte de Lambayeque, que
son generosos en la hospitalidad, fanáticos en sus afectos,
aún cuando terribles en vengar las injurias; sicología caba­
lleresca que realiza el ideal de los espíritus levantados y al­
truistas”.
El 25 de octubre de 1532, sale de Motupe Pizarro
profundamente contrariado, sin duda por no haber recibi­
do el refuerzo que esperaba, y visitando Jayanca, donde
gobernaba “Caxusoli”, uno de los descendientes de Llap-
chihulli, llega al río de que habla Prescott, el 27 del mis-

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— 8 —

mo mes, el cual, dice, “era ancho y profundo, y la rapidez


de la corriente ofrecía graves inconvenientes al pasaje. Bi­
zarro, temeroso de que le disputaran este paso los indígenas
desde la orilla opuesta, mandó á su hermano Hernando que
lo atravesara con un corto destacamento de noche, y se apo­
derase de un punto de desembarco seguro para el resto de las
tropas. Al romper el día. Bizarro hizo preparativos para
atravesar la corriente, cortando árboles de los bosques que
tenía cerca de sí, y formando una especie de puente flotante,
por el cual, antes de anochecer habían pasado todos los
aventureros a pié enjuto, con los caballos nadando, guiados
por las bridas”.
Entretanto, “Bizarro se hallaba en Lambayeque, donde
gobernaba “Efquempisan”, que, al ver la actitud pacífica
de los españoles, los atendió debidamente y les manifestó
que el inca se hallaba en Caxamalca, Con un ejército de
50.000 hombres”.
Bizarro descansó en el valle de Cinto unos pocos días,
prosiguiendo después otras tres jornadas hasta llegar al pun­
to donde se apartaba el camino que seguía á Chincha por
los llanos de la costa, del que continuaba por la región de la
sierra, punto conocido hoy con el nombre de Saña.
El antiguo camino de los incas en este departamento,
llegaba al río de Lambayeque, cruzando terrenos de la actual
hacienda de Bátapo, pasaba en seguida por la fortaleza y
atravesaba el río de Eten para continuar por el valle de Sa­
ña, de cuyo lugar el atrevido conquistador emprendió resuel­
tamente sobre Cajamarca.
Bedro Cieza de León, vecino de Sevilla, que escribió su
“Crónica del Berú” en 1553 y pasó por Bacasmayo en se­
tiembre de 1548, recorriendo los valles que actualmente for­
man el departamento de Lambayeque, dice: “De Biura á
Trujillo hay 60 leguas, del valle de Biura al de Motupe 22
leguas, hay que llevar agua en calabazas, se ve el camino
real de los Ingas, y aunque en lo más bajo del valle hay pue­
blos de indios, se mantienen del agua que sacan de los po­
zos hondos.

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“Cuatro leguas de Motupe está el hermoso y fresco va­
lle de Xayanca, que tiene de ancho casi cuatro leguas, pasa
por él un río, era muy poblado antes y había señores con mu­
chos criados que los seguían detrás.
“De este valle se va al de Tuqueme, que también es
grande y vistoso y lleno de florestas y arboledas, y asimis­
mo dan muestra los edificios que tiene, aunque arruinados
y derribados, de lo mucho que fué.
“Más adelante una jornada pequeña está otro valle muy
hermoso llamado Cinto.
“Deste valle se llega al de Collique, por donde corre
un rio que tiene el nombre del valle (río de Lambayeque),
es también ancho y lleno de arboleda como los pasados y
faltan en ellos la mayor parte de los naturales que con las
guerras que uvo entre unos españoles con otros, se han con­
sumido con males y trabajos que las guerras acarrean.
“Deste valle de Collique se camina hasta llegar á otro
valle que nombran Zaña de la suerte y manera que los pasa­
dos, de allí pasé á Pacasmayo”.
Como Túcume no estaba donde está hoy, junto al Ce­
rrito Coeto, sino tres kilómetros al E., á inmediaciones del
cerro del Purgatorio, donde existen sus ruinas llamadas Tú­
cume viejo,—lugar rodeado de construcciones antiguas, co­
mo dice Cieza,—resulta que el camino que seguían los pri­
meros conquistadores, según el doctor Villarreal, no es el ac­
tual que une Jayanca, Túcume, Lambayeque y Chiclayo,
sino el camino de los incas de Jayanca á Túcume viejo, te­
rrenos de Tumán, Pátapo y Pucalá, donde existen ruinas co­
mo: los Paredones de Tumán, Paredones de Pátapo, Rua­
ca Till. Por este camino se encuentran los arenales llamados
“El Médano”, diez kilómetros al E. de Túcume actual, que
es el lindero con Batán Grande; siguiendo “El Médano” al
S., está el cerro de “La Salina” y volteando al E- el cerro de
Pítipo; mientras que por el camino actual no se encuentran
los arenales que citan Herrera, Jerez (secretario que fué de
Francisco Pizarro) y Cieza de León. De allí que los pueblos
que estaban al O. no fueron conocidos sino después, cuando
se establecieron los frailes y encomenderos, despoblándose

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— 10 —

los que estaban en ese camino para avecindarse en Mórrope,


Pacora, Illimo, Mochumí, Lambayeque, Chiclayo, Monsefú
y Reque, que ya existían más abajo de los valles. Parece
probable que las comunidades de Cinto y Collique fueron
atraídas por los frailes' de San Francisco hacia su convento
que tenían en Chiclayo y del que eran anexos los pueblos de
Eten y Picci.
En el día, dice el doctor Emiliano A. Carvallo (1) en
sus cartas descriptivas del departamento de Lambayeque,
publicadas en “El Taimi" en 1892, cuando se trata de reunir
á los indios del valle de Chiclayo para la limpia del río ó de
sus acequias, convocan á són de caja y voz de pregonero, á
las parcialidades de Cinto, Collique y la parte forastera. Y
el doctor Rodolfo Osores, juez de aguas que fue del depar­
tamento, en carta dirigida al doctor Villarreal en 31 de agos­
to de 1900, le decía: “Según los informes obtenidos de la ge­
neralidad de los interesados, todas las ramas de la acequia
de Chiclayo, desde las primeras á las últimas, están sujetas
á la misma condición de reparto, pues la matriz fue formada
por las comunidades unidas de Sinto, Collique y la parte fo­
rastera, según reza el pregón que hoy mismo se dá para la
concurrencia á los trabajos del cauce común”.
Según tradición local, parece que la antigua población
de Collique ó Coyique se hallaba á la izquierda de la antigua
acequia de Lémepe, que se conoce actualmente con el nom­
bre de río de Eten, el que en los meses de febrero á abril se
pone muchas veces invadeable.
Constituido el virreinato, el virrey don Diego López de
Zúñiga, conde de Nieva, dispuso en 25 de abril de 1563, la
fundación de la “Villa de Santiago de Miradores de Saña”,
en la margen derecha del río de su nombré y á unas siete le­
guas del mar, en el partido entonces llamado de Saña y Lam­
bayeque, que pertenecía al corregimiento de Trujillo, y cu­
yo coiregidor, el licenciado don Diego Pineda, fuá el comi­
sionado por el virrey para fundarla, quien la estableció el
4 de octubre del referido año 1563.
(1).—Prefecto del departamento de laimliayí <]iie en 1892.

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— 11 —.

El mismo año de su fundación, el conde de Nieva sepa­


ró del corregimiento de Trujillo el partido de Saña y poco
después el virrey Toledo le agregó el partido de Chiclayo,
formando así un nuevo corregimiento.
Corrobora Cosme Bueno lo anteriormente expuesto,
cuando dice: “El virrey conde de Nieva (1561-1564) separó
el valle de Saña del corregimiento de Trujillo, y le agregó
después el virrey don Francisco de Toledo (1569-1581) el par­
tido de Chiclayo. Tuvo Saña cabildo con alcaldes y regido­
res y demás oficios. Había en ella cuatro conventos: de San
Francisco, de San Agustín, de la Merced,y de San Juan de
Dios”.
Lo mismo dice el general Mendiburu: “Santiago de Mi-
raflores. Saña, fué capital de una provincia que con este nom­
bre se formó en territorio que antes pertenecía á la de Tru­
jillo. El virrey Toledo había incorporado el partido de Chi­
clayo á dicha provincia de Saña, cuya ciudad tuvo cabildo
y mucho tráfico marítimo.
El cura de Reque, don Fernando de la Carrera, al indi­
car los curatos donde se hablaba la lengua yunga en 1644,
dice que Eten, Chiclaiaep y San Miguel (Picci) son benefi­
cios de San Francisco; mientras que todos ios demás pueblos
del actual departamento de Lambayeque eran beneficios de
clérigos; y un siglo después estos tres pueblos formaban
siempre un curato. Habiendo hoy mismo en Chiclayo un
convento de San Francisco y teniendo -por anexos á Eten y
á San Miguel de Picci, según el doctor Bueno en su almana­
que de 1766, es evidente que la iglesia de Chiclayo es la que
pertenecía á ese convento-
El virrey Toledo practicó en 23 de octubre de 1570 una
visita general que duró cinco años, en las audiencias de Li­
ma, Quito y Charcas, y el 23 de setiembre de 1581, que cesó
en el mando embarcándose para España, dejó hecha la ta­
sación de tributos que había practicado en esa visita, encon­
trándose haber en las 19 provincias que formaban dichas au­
diencias, 695 encomiendas con 325,889 indios, cuyos tribu­
tos anuales importaban 1.506,290 pesos de oro, de los que

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— 12 —

301,258 pesos correspondían al rey por el derecho de quin­


tos, quedando de renta para los encomenderos 1.205,032
pesos.
Los pueblos que hoy forman el departamento de Lam-
bayeque pertenecían unos á la provincia de Píura y otros á
la de Trujillo, provincias que entonces tenían:
Trujillo: 34 encomiendas con 17,597 indios tributarios,
que pagaban un tributo anual de 62,100 pesos, de los cuales
correspondían al rey por el quinto 12,420, constituyendo los
49,680 pesos restantes la renta de los encomenderos.
Piura: 29 encomiendas con 3,537 indios tributarios, que
abonaban 12,890 pesos de tributo al año, siendo de éstos
2,578 pesos del rey, por el quinto, y quedando como renta de
los encomenderos 10,312 pesos.
Consignamos á continuación el pormenor de las pobla­
ciones que entonces pertenecían á una ú otra de las provincias
nombradas y que hoy forman parte del departamento que
nos ocupa:
ENCOMIENDAS INDIOS TRIBUTO ANUAL QUINTO REAL

,Motiipe.................. 543 2017 403


PROVINCIA O co- ICopiz.............. ...... 41 160 32
kregimiento de \01mos y otros
I
PIURA......................... dos (Santo Vé-
] lico y Catón). 382 1417 283
(Salas vPenachí. 255 882 176
\.\Iotupe.................. 34 123 24

'Jayanca................. 1248 4640 928


Lainbayeque...... 1453 5396 1079
Callanca (Mon-
sefú)..................... 716, 2662 532
PROVINCIA DE TRU-I Ferreñafe.............. 398 1354 270
TILLO o CORREGI- 1 Recpie....................... 536 1832 366
MIENTO DE SAÑA j Illiiiio....................... 834 3097 619
Túcnme.................. 820 2858 571
Sin tu........................ 644 2400 480
Collique................. 518 1932 386
Chérrepe................ 144 493 98
Mocupe.................. 320 1188 237
Pacora.................... 234 862 172
Saña......................... 219 759 151

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— 13 —

Se notará que en el cuadro de encomiendas que precede


y cuya matrícula fuá hecha por Luis Morales de Figueroa, no
se cita á ninguno de los tres pueblos citados: Eten, Chiclayo
y San Miguel; y como allí aparecen Cinto y Collique cuyos
pueblos no existen actualmente, pero cuyos nombres corres­
ponden á comunidades de Chiclayo, ha deducido Raimondi
que Chiclayo actual es Cinto, opinión que tiene también el
doctor Sebastián Lorente. Mas, es difícil explicar el cambio
de nombre, porque los tres, como ya lo hemos dicho, vienen
del idioma yunga y actualmente se usan las tres palabras, por
lo que juzgamos como más probable que dichas comunidades
se retiraron al pueblo de Chiclayo, que ya existía, lo mismo
que Eten y Picci que no figuran en la matrícula de Fi­
gueroa.
D. Juan López de Velasco, cosmógrafo-cronista, en su
“Geografía y descripción universal de las Indias” desde el
año de 1571 al de 1574, dice que Trujillo tiene 300 vecinos
españoles, 23 encomenderos y 42,000 indios en 42 reparti­
mientos que pagan de 63,000 á 64,000 pesos y en la lista de
repartimientos repite tres veces á Pacasmayo, tres á Túcu-
me y á Saña, Collique, Reque, Mambayeque (Lambayeque)
y Cinto. Al tratar de Miraflores en el valle de Saña, que está
15 á 20 leguas al norte de Trujillo, agrega que tiene 15 á
20 vecinos españoles, y ningún encomendero por ser juris­
dicción de Trujillo. Ocupándose de Piura cita entre las en­
comiendas dos veces á Jayanca y á Olimos (Olmos), Pena-
chepo (Penachí), Copiz, Motupe y Moscalá.
Simón Pérez de Torres, que visitó el Perú en 1586, dice
“que de Moscala (Piura) se fué á Olmos, que son. 24 leguas
de tierra desierta y sin agua, que tienen que llevarla en unos
calabazos, y que de Olmos pasó á Zaña, ciudad de españoles
de mucho trato de cordobanes, sebo, miel, azúcar, trigo y
fértil de todas cosas, distante 40 leguas de Olmos, y agrega:
hay en medio muchas ciudades de indios, muy grandes y ri­
cas; estos indios andan diferentes que los de la sierra, en par­
ticular las mujeres, que traen unas camisas sin mangas y muy
anchas, que parecen capuz, y así le llaman”.

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— 14 —

Fray Reynaldo de Lizárraga, en su “Descripción y po­


blación de las Indias”, que escribió en 1604 y que en 1908
publicara D. Carlos A. Romero, dice hablando de Saña, en el
cap. XIV: “Volviendo, pues, á Jay anca y continuando el ca­
mino la tierra adentro, á pocas leguas unos de otros, se va de
valle en valle, lo cual, si bien se considera, no parece sino que
desde Jayanca á Trujillo es todo un valle en diversos ríos;
empero, todos de muy buena agua que los fertiliza en gran
manera. Entre ellos hay uno llamado Saña abundantíssimo,
adonde pocos años á esta parte se ha poblado un pueblo de
españoles de no poca contratación por los ingenios de azúcar
y corambre de cordobanes y por las muchas harinas que de él
se sacan para el Reino de Tierra. Firme. El puerto no es muy
bueno: dista del pueblo algunas leguas; ni en toda esta cos­
ta desde Paita á Chiloé, que es lo último poblado de Chile,
los hay buenos; los más son playas- Con el que tienen embar­
can sus mercaderías para la ciudad de los Reyes y para Tie­
rra Firme. Esta población de Saña destruye á la ciudad de
Truiillo, porque dejando sus casas los vecinos de Trujillo se
fueron á vivir á Saña”.
Esta sección territorial tomó el nombre de Lambayeque,
desde que se establecieron en el entonces pueblo de ese
nombre la mayor parte de los vecinos de la villa de Santiago
de Miraflores, antigua capital del corregimiento de Saña, los
que hubieron de abandonarla por haberla saqueado en 1686
el pirata flamenco Eduardo David, quien desembarcó en la
caleta de Chérrepe, único puerto que existía en el litoral de
este departamento, y atacó la villa de Saña permaneciendo
en ella siete días robando templos y casas. A esta calamidad
siguió 34 años más tarde otra mayor aún; la inundación del
15 de marzo de 1720, causada por la copiosa lluvia que duró
muchos días y que hizo crecer el río extraordinariamente, de­
terminando así su completa ruina. El pueblo de Lambayeque
quedó desde esa época erigido en capital de la provincia de
Saña, pues el corregidor y demás autoridades fueron á radi­
carse allí.
Don Cosme. Bueno, en sus efemérides del año 1766, re­
firiéndose al éxodo de los habitantes de Saña, con motivo
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— 15 —

de esta inundación, dice que “por este motivo muchos de sus


moradores se han avecindado en un pueblo dos leguas del
mar en el camino de Piura á Lima, nombrado Lambayeque,
el cual por su situación, temperamento y otras proporciones
que goza, se ha hecho el mayor y más opulento de la provin­
cia y aún de toda la costa. Tiene cabildo secular con los ofi­
cios correspondientes, por lo cual y por habitar alb el corre­
gidor, es hoy capital de la provincia (de Saña). Hay mucha
gente honrada y noble y más de 7,000 almas entre españoles,
indios y otras castas, que con las demás de la provincia^ lle­
gan á 9,000- Fundóse á una legua del mar y la trasladó á
pocos años de su fundación al lugar en que hoy está”.
Lambayeque es de origen más antiguo que Saña, pues
el historiador Diego Fernández, el Palelino, al citar un pasa­
je de los adictos á la revolución de Girón en 1553, habla ya
de la existencia de Lambayeque, es decir, diez años antes que
se fundara Saña.
En efecto, Fernández, en su “Historia del Perú”, impre­
sa en Sevilla en 1571, y reimpresa por Odriozola en el tomo
IX de sus “Documentos Literarios”, dice que cuando la re­
volución de Francisco Hernández Girón, el 12 de noviembre
de 1553, antes de fundarse la ciudad de Saña, un vecino de
Piura, Francisco de Silva, tomó prisionero al corregidor Juan
Delgadillo, al que llevó á pié y con una cadena hasta Pena-
chí. Al llegar á Cajamarca supo la retirada de Girón, que in­
tentó atacar á Lima; entonces Silva se retiró á Jayanca al
tambo de Alonso Carrasco, y en el camino de Motupe se se­
pararon los amotinados. Delgadillo que se había escapado,
reunió algunos vecinos, los persiguió y “siguiendo la huella
caminaron hasta tierra de Túcume, y en la acequia Honda,
que está á media legua del tambo, les dijo un Nava, estancie­
ro, que por allí andaban los delincuentes y tomaron quatro
de ellos, los quales pusieron con colleras en una cadena, y
volvieron con ellos al tambo de Túcume, donde durmieron
aquella noche. El día siguiente llegó al tambo un estancie­
ro de Lambayeque y dijo como en el tambo estaban tres de
los Silva. El corregidor dijo: que estaban en término fuera
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— 16 —

de su jurisdicción”. Romani, que salió el 8 de abril de 1554


del Callao contra Silva, desembarcó en Trujillo; pero Fran­
cisco de Silva y Juan de Aponte, dejaron las armas á la en­
trada del valle de Cinto (32 leguas de Trujillo), entraron en
la ciudad de noche y se acogieron en el monasterio de San
Francisco de Trujillo.
En ios archivos de Lambayeque existe una notificación,
con fecha 6 de julio de 1596, hecha al cacique Gonzalo La-
rrochumbi, de Lambayeque; y un mandamiento, fechado en
1599, de don Juan Sánchez de los Ríos, teniente de corregi­
dor y justicia mayor de la villa de Saña, por la que hizo sa­
ber al cacique, alcaldes y principales del pueblo de Lamba­
yeque, la merced que concedió de rebajar los mitayos que
existían en dicho pueblo-
La población fue construida al principio á 5 kilómetros
del mar, pero después fue trasladada á un lugar distante 10
kilómetros de la costa, donde hasta hoy existe.
Aunque el obispadojie Trujillo se fundó en 1577, los
primeros cuatro obispos murieron sin tomar posesión y el
primer obispo que erigió su iglesia, fue fray Francisco Díaz
de Cabrera, dominico, natural de Córdova, el 14 de octubre
de 1616; pero el 14 de febrero de 1619, sobrevino el espan­
toso terremoto llamado de San Valentín, que redujo á escom­
bros Trujillo y otros pueblos. Entonces el Obispo se trasla­
dó con su cabildo á Lambayeque, estableciendo en esa ciu­
dad su sede por auto de 19 de marzo del mismo año; y aun­
que el virrey príncipe de Esquilache dispuso que se restitu­
yese á Trujillo, no pudo verificarse ésto hasta después de
la muerte del Obispo, que acaeció en Lambayeque el 25 de
abril del propio año 1619.
Don Luis Jerónimo Cabrera, conde de Chinchón, llegó
á Paita á hacerse cargo del virreinato del Perú en 1628,
acompañado de su esposa Doña Francisca Henríquez de Ri­
vera, que se hallaba en cinta. Esta, dice Mendiburu en su
“Diccionario Histórico-Biográfico”, continuó sola el viaje por
tierra, y al llegar á Lambayeque dió á luz un niño. Este ac­
cidente retardó su viaje, por lo que sólo pudo llegar á Lima

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— 17 —

tres meses después que lo hiciese su esposo, esto es el 19 de


abril de 1629, habiendo llegado el virrey el 14 de enero del
mismo año.
Destruida y abandonada la ciudad de Saña, tomó gran
incremento la de Lambayeque, á punto de convertirse en el
centro mayor y más opulento de la provincia y aún de toda la
costa norte.
La nueva ciudad de Saña sólo se fundó dos años des­
pués de su ruina, ésto es en 1722, en que el general Don Luis
del Castillo y Andraca, corregidor y justicia mayor de la ciu­
dad de Saña, partido de Chiclayo, Chimo y Chicama y sus
jurisdicciones, convocó á nombre de S. M. á los capitulares
del Cabildo y Corregimiento de dicha ciudad para elegir al­
caldes ordinarios para 1723 y salió del pueblo de Lambayeque
en virtud del permiso del virrey para fundar la nueva ciudad
de Saña, como lo atestigua el acta que entonces se levantó,
y que aún existe, en el archivo de la notaría pública de D.
Manuel Rivadeneira en Lambayeque, acta que fué autenti­
cada por el escribano público y db registros D. Antonio Ri­
vera, natural y vecino de la antigua Saña, por testimonio fe­
chado en la nueva ciudad á 31 de diciembre de 1722.
No obstante, la nueva población no llegó nunca al es­
plendor de la arruinada, y poco á poco fué perdiéndose el
nombre que dió á la provincia, para ser reemplazado por el
de Lambayeque con que hasta hoy se le conoce.
En 1740, D. Jorge Juan y D. Antonio Ulloa hicieron un
viaje por tierra desde Tumbes hasta Lima. El 24 de noviem­
bre de ese año salieron de Sechura entrando en el despobla­
do- El pueblo de Mórrope, al que llegaron al siguiente día de
su salida, “se halla al otro lado del arenal, dicen los citados
viajeros, á más de 30 leguas de Sechura”. “Los habitantes
de Mórrope, añaden, son indios que tienen sus chácaras en
las inmediaciones del rio llamado de Le-s PoziieloH, que pa­
sa á corta distancia, y que, como el de Sechura, carece de
agua muchos meses”.
El 26 del mes citado llegaron á Lambayeque, situado á
20 kilómetros de Mórrope. Lambayeque contaba entonces

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— 18 —

como 1,500 casas, de las cuales unas eran de adobes, otras


con paredes de cañas enlucidas de barro, á las que llamaban
cajareques; y por fin, muchas no eran sino simples ranchos
de cañas, que servían de habitación á los indios. La pobla­
ción, según el relato de D. Antonio de Ulloa, tenía aquella
época como 3,000 vecinos, y entre ellos había familias muy
respetables.
La crecida población de Lambayeque se formó con los
vecinos de Saña después de la destrucción de esta ciudad, co­
mo hemos dicho más adelante.
El día 27 descansaron en Lambayeque, y fijaron su la­
titud en OMl’ST”. Luego pasaron por Monsefú que dista 4 ó 5
leguas hasta llegar al lugar llamado de “Las Lagunas”, á cau­
sa de unas lagunas prod^ucidas por el desagüe del río de Sa­
ña, casi en el punto de su desembocadura en el Pacífico. De
Lagunas continuaron su marcha á San Pedro y á otros luga­
res, que no mencionamos por no pertenecer á la circunscrip­
ción del departamento que nos ocupa.
A fines del siglo XVIII (1793-95) alcanzaba ya esta pro­
vincia ó partido,—pues ya el virrey D. Agustín de Jáuregüi
había dictado en 28 de enero de 1782 la ordenanza de Inten-
tendentes, por la que se dividió el virreinato en intendencias
(departamentos después de la Independencia) y éstas en
partidos ó sub-delegaciones (hoy provincias)—por el norte
hasta el desierto de Sechura, á causa de la anexión de los dis­
tritos que, situados al S. del desierto, formaban parte de la
de Piura. “Comprendía, según dice Haencke, un territorio
regado por cuatro ríos, que mudan de nombre según los lu­
gares por donde pasan y nacen todos en las seiTanías de Ca-
jamarca”, ríos que no pueden ser otros que los de Saña,
Lambayeque, La Leche y Motupe. Contaba por aquella época
con 32,192 almas, repartidas en 20 doctrinas y 7 pueblos
anexos.
Lambayeque fué una de las primeras ciudades que pro­
clamó la independencia del Perú el 27 de diciembre de 1820;
por lo que el Supremo Delegado, por decreto de 15 de junio
de 1822 le dió el título provisional de ciudad, con el renom-

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— 19 —

bre de “generosa y benemérita”, decreto que fué confirmado


por ley de 18 de diciembre del mismo año. Contribuyó, ade­
más, á la emancipación con 600 hombres disciplinados, 200
voluntarios, 2,000 acémilas y 300,000 pesos-
ACTAS de la PROCLAMACION de la INDEPENDENCIA
DE LAMBAYEQUE .

La primera proclamación privada.

En el pueblo de Lambayeque, á las diez de la noche del


día de hoy, 27 de Diciembre de mil ochocientos veinte y j^i-
mero de la independencia de este pueblo: los señores Dr.
D. Pedro Antonio Lopez y Vidaurre, alcalde de primera no­
minación y abogado de la audiencia nacional del distrito; D.
Melchor Sevilla, alcalde de segunda nominación y teniente
del escuadrón de Pacasmayo; los regidores D- José María
Muga, alguacil mayor y Subteniente del regimiento de infan­
tería de milicias de este pueblo; D. José Manuel Poemape, de­
positario de la caja de propios; D. Eugenio Crisanto Yerren,
D. Valentín Mondragon, subteniente de milicias de infante­
ría de este partido y alcalde provincial; D. Pedro Yayas;
los síndicos procuradores, Dr. D. Mariano Quesada y D. Hi­
lario Gil, que componen el I. Ayuntamiento de esta pobla­
ción : se han reunido los señores susodichos en la hora intes-
pestiva y en la casa del señor alcalde D. Melchor Sebilla, por
varias graves razones y siendo entre ellas la que más ha obli­
gado á esta junta extraordinaria en tiempo y lugar, eludir
el continuo espionaje y las trabas que por ser español euro­
peo el Subdelegado Presidente podría oponer á las miras be­
neficiosas de esta corporación, si se reunise en la sala consis­
torial ; resolvieron cautelarlo todo en el modo expresado y en
su consecuencia después de haber hecho presentes las diver­
sas cartas del Excmo. señor D. José de San Martín, general
del ejército libertador del Perú escritas á varios individuos
de este cuerpo y conferenciado muy detenidamente sobre el
espíritu de todos sus capítulos é igualmente después de ha-

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— 20 —

ber balanceado la justicia de la causa que defiende por el co­


tejo de sus papeles públicos, superiores en todo á los huecos
conceptos de los papeles de Lima, convencidos en mérito
de todo, de la buena causa que defienden las armas patriotas,
de que anticipadamente cada uno estaba persuadido; y tra­
tando de dar ejemplo á los demás cabildos de esta provincia,
adictos al sano sistema de la libertad é independencia de la
América del gobierno español, á que desgraciadamente á es­
tado sujeta hasta el día por el duro sistema colonial, de­
seando romper las cadenas opresoras de tan ignominiosa es­
clavitud, por un rasgo generoso y unido de la libre y espon­
tánea voluntad de este I. Cuerpo ha resuelto jurar, como de
facto jura, la independencia absoluta del gobierno español
por sí y á nombre de toda esta población á quien representa,
satisfecho hasta la evidencia de ser este el voto común, su­
bordinándose totalmente al sistema de Constitución y leyes
que el gobierno supremo de la Patria estableciese para el
arreglo, buen orden y felicidad de todos sus hijos nacidos en
esta América protestando ante Dios y á la faz de todo el
Universo, sostener y defender con sus vidas y haciendas la
santa religión que profesa, los códigos y leyes que en lo pre­
sente y futuro dictase la Patria para el mejor orden y régi­
men de sus pueblos previniendo que si este juramento no lo
hace con todas las demostraciones y solemnidá que desea es-'
te cuerpo y en el modo público que correspondiera, no es por
otra causa, que la de evitar el escándalo de las opiniones de
los jefes militares de esta población que juzgan contrarios
sus votos y juramentos en mérito del total y falta de noticia
de este Ayuntamiento, con que ha procedido hasta el día el
señor comandante militar acerca de cuanto se le ha comuni­
cado de oficio sobre el estado de los negocios públicos; para
cuya constancia así lo dijeron y firmaron, previniendo, que
sacando copia certificada de ésta se remita en tiempo opor­
tuno al Excmo. señor Capitán General y jefe del ejército li­
bertador para su superior satisfacción, siendo el resorte de
esta corporación el manifestar variadas las circunstancias, de
un modo solemne y público sus patrióticos sentimientos, en

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LAMBAYEQUE

Casa colonial de la familia Saco, en donde los libertadores se reunían á


conspirar desde el año 1812.

Casa colonial, llamada hoy casa de la independencia, en donde se reu­


nieron los patriotas para dar el golpe en la aurora del 27 de
diciembre de 1820.

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— 21 —

celebridad del día feliz y en que ha recuperado el Perú la


antigua libertad en que fue criado por el Eterno, de que cer­
tifico.—Dr. Pedro Antonio Lopez y Vidaurre.—Melchor Se­
villa—José María Muga.—Eugenio Crisanto Yerren.—José
Manuel Poemape.—Pedro Yuyas.—Valentín Mondragón.—
Dr. Mariano Quesada.—Hilario Gil.—Ante mí, José Manuel
Otiniano, Secretario patriótico.

La segunda proclamación pública.

En Lambayeque, á los treinta y un días del mes de di­


ciembre de mil ochocientos veinte, los señores que componen
el cabildo patriótico juntos y congregados en esta sala nacio­
nal, primeramente, el señor subdelegado don José Díaz de
Arellano que preside, los señores alcaldes Dr. D. Pedro An­
tonio Lopez y Vidaurre de primera nominación, abogado de
la real audiencia del distrito, el señor D. Melchor Sevilla de
segunda nominación y teniente de caballería de Pacasmayo,
y los regidores José María Muga, alguacil mayor y subtenien­
te de milicias del regimiento infantería de Lambayeque, D.
Eugenio Crisanto, D. José Manuel Poemape, depostiario. de la
caja de propios, subteniente D. Valentín Mondragop, alcalde
provincial y subteniente de Milicias de dicho pueblo y el sín­
dico procurador D. Hilario Gil dijeron: que penetrados del
mismo entuciasmo y amor á la libertad é independencia,
conque en reunión y representación de todo este numeroso
vecindario juraron privadamente en la acta que precede, por
las razones que en ella se expresan, ratifican su antecedente
juramento por sí y á nombre de todo este público, que con­
gregado espontáneamente por las calles y plazas de esta po­
blación desde las tres de la mañana de este día, los precisa­
ron á que sin que se perdiesen momentos se jurase y pro­
clamase la libertad é independencia con la solemnidad que
exije la vehemencia de sus deseos; en cuya consecuencia y
de la interrupción que ocasionó uno que otro vecino que se
introdujo en esta sala, emos tenido á bien ratificar nuestro
antecedente juramento, despojándonos como nos despojamos

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_ 22 ~

de los cargos que hasta este instante hemos tenido, suplicán­


dole á este generoso pueblo, que en obsequio y considera­
ción á nuestras fatigas y desvelos exesivos que nos ha costa­
do sostener en tan críticas circunstancias y tan delicadas, se
sirva ahorrarnos en lo sucesivo, si fuese posible, de los onero­
sos cargos que hemos cérvido, resignando en sus manos la
misma autoridad que de ella recibimos para que disponga
de su arbitro y que para su satisfacción y conocimiento se
lea esta acta como la antecedente: así lo dijeron y firmaron
de que certifico.—José Díaz de Arellano.—Dr Pedro Anto­
nio Lopez Vidaurre.—Melchor Sevilla.—José María Muga.
—Eugenio Crisanto Yerren.—José Manuel Poemape.—Va­
lentín Mondragon.—Hilario Gil—Ante mí, José Manuel
Otiniano, secretario patriótico.

La solemne y pública proclamación de la independencia

En Lambayeque, á los catorce días del mes de enero de


mil ochocientos "veinte este M. I. Ayuntamiento, compuesto
del señor gobernador político y militar y de todos los señores
que suscriben, consecuentes con lo acordado en actas de dos
y cinco de este presente mes, junto y congregado en esta sa­
la consistorial refrendó la ratificación que en treinta y uno
del último diciembre hizo el juramento de libertad é indepen­
dencia la noche del veintisiete próximo pasado, y seguida­
mente presente que fueron las corporaciones seculares, en es­
ta sala prestaron el mismo juramento, habiéndose proclama­
do el nuevo sistema de independencia en los días dos y ocho
del mes presente, con la mayor pompa, grandesa y lucimien­
to posible en este pueblo y conforme á lo acordado en la acta
de cinco de este mes, evacuada la ratificación por los señores
de este ayuntamiento, y los jefes y subalternos de esta adua­
na patriótica y factoría, se dirigió á la plaza pública el señor
comandante militar, y habiendo recibido el juramento de su
tropa, vuelto á incorporarse en esta corporación como pre­
sidente de ella, en uijión de los jefes expresados, pasó á la
iglesia Matriz en donde al tiempo del Evangelio se le recibió

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— 23
el juramento público al venerable clero y en seguida á todo
el numeroso vecindario que concurrió mui gozoso á la solem­
ne función misa y Te Deum que le cantaron en el templo, de
donde restituido este Ayuntamiento á esta sala consistorial,
arengaron por el cabildo el señor alcalde de primera nomi­
nación, Dr. D. Pedro Antonio Lopez de Vidaurre y por el cle­
ro el presbítero D. Manuel Machuca, con lo que cerraron las
satisf acciones públicas en la mañana de este día por lo res­
pectivo á este ayuntamiento, que en obsequio del público re­
gocijo, alegría y contento de este vecindario y para perpetua
memoria del entusiasmo patriótico de todos sus vecinos, á
creído no deber silenciar que en los siete días que corrieron
desde el ocho de este mes, en que se publicó el bando, hasta
este día que se hizo la solemne jura, á porfía han esplicado
la efusión de su goso con iluminaciones vistosas y alegres,
candeladas graciosas, adorno de sus calles, tan divertidas
con estos festines, que solemnizaban las diversas orquestas;
y no sólo el cabildo y las personas principales, sino también
la plebe, con sus instrumentos comunes de guitarra y tambo­
res, han tomado parte en el regocijo invadiendo las calles y
las plazas con el más íntimo alvorozo; y no contentos con ta­
les demostraciones, han dado principio ya las casas pudien­
tes á las funciones privadas que tienen dispuestas, para se­
llar en privado con lucidos saraos y magníficos convites, las
satisfacciones públicas de los días precedentes. De todo lo
conforme á lo dispuesto por el señor gobernador intendente
del departamento (1) en 29 de Diciembre del número dos,
se remitirán las sertificaciones por triplicado con inserción
de la acta primera de este libro, la segunda del día dos de
enero corriente por el presente secretario, acompañada del
oficio que corresponde por esta corporación que finalmente
requerirá á todos los pueblos del partido, á quienes se le man­
dó ejecutar lo mismo de orden de su señoría contesten el re­
cibo y den noticia á este ayuntamiento de si han cumplido
con cuanto se les previno. Así lo dijeron y firmaron, de que
(1).—El Marqués de Torre Tagle.

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— 24 —

certifico.—Juan del Carmen Casos—Dr. Pedro Antonio Lo­


pez Vidaurre'—José María Muga.—Eugenio Crisanto Ye­
rren.—José Manuel Poemape.—Valentín Mondragón.—Pe­
dro Yuyas.—Hilario Gil.—Ante mí, José Otíníano, secreta­
rio patriótico.

Informe que don José Ignacio íturregui y don José Leguía,


proceres de la independencia nacional, presentaron en
1869 á la municipalidad de Lambayeque, sobre la
proclamación de la libertad en esa población, el 27 de
diciembre de 1820.

Señor Alcalde Municipal:


Desde el año 1821 empezó esta ciudad á propagar en
esta provincia y fuera de ella, los principios del contrato so­
cial, el entusiasmo por su independencia y el amor á la liber­
tad. Por esto los lambayecanos eran tenidos por insurgentes
y erejes, confundiendo la causa política con la religiosa, y se
creía ó se quería hacer creer, que no se podía ser indepen­
diente sin dejar de ser cristiano. Los lambayecanos con el
Mably en la mano, y con su genio naturalmente libre y enér­
gico, eran infatigables en la dilucidación de estos principios,
que entonces eran cuestiones para unos y blasfemias para
otros.
Los generales Cochrane y San Martín, instruidos de que
en Lambayeque abundaban estos gérmenes de mejora so­
cial, se pusieron en comunicación con algunos lambayeca­
nos, especialmente con el señor D. Juan Manuel Iturregui,
que por su abnegación y noble patriotismo, mereció la dis­
tinción de ser el primer gobernador ó autoridad política de
esta provincia, nombrado por el gobierno independiente, y
las instrucciones que estos les suministraban, influyeron mu­
cho para que el general San Martín decampase de lea á
Huaura, porque ansiaban por el día de su independencia y por
ponerse en estado de prestarle sus servicios de un modo más
directo y enérgico-

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LAMBAYEQUE

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(’asa colonial (h; 1). Pedro de las Muñecas, esposo de la Sr a. Catalina


Agüero, comprada por la masonería de Lambayecpie, que se
dice, fné la primera (pie se fundó en el Continente
Americano

Otro puente sobre el río Lambayeque.


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— 25 —

Así fué que sin aguardar órdenes de la capital del de­


partamento : teniendo en Piura y Loja á los generales godos
Gonzales y German, que se hallaban á la cabeza de mil qui­
nientos veteranos y trecientos hombres de buena tropa que
estaban de guarnición en esta ciudad mandadas por el co-
mandahte Romero, se convocó á los ciudadanos una noche con
el pretesto de formar una ronda de policía, se armaron como
pudieron; y esta muchedumbre brava, arrojada y sublime,
encabezada y sostenida por el referido don Juan Manuel Itu-
rregui, D. Melchor Sevilla, Dr. D. Mariano Quesada, D. Ma­
nuel Navarrete, D. Juan del C. Casós, D. Santiago, D. Rómulo
Leguía, por los informantes y por otros ciudadanos nota­
bles; marchó denodado al cuartel, y dió un grito terrible in­
timándole rendición........
El cuartel se rindió, á pesar de las órdenes de muerte
que había recibido de sus jefes y de hallarse la tropa vigi­
lante y con fusilería cargada. En seguida proclamó Lamba-
yeque su independencia el día 27 de Diciembre del año 1820,
diez dí/^s antes de que lo verificara ya la capital de Trujillo;
conduciéndose en esta trasformación con moderación y
magnanimidad. Y al punto, muchos jóvenes lambayecanos
de la clase selecta, en su mayor parte llenos de patriótico ar­
dor, y abandonando sus intereses, sus comodidades, y arran­
cándose de los brazos de sus familias, se pusieron en marcha
y se presentaron voluntarios al general San Martín en Huau-
ra: fueron colocados y sirvieron en el ejército libertador, se­
llando con su sangre, algunos de ellos, la emancipación de
la patria.
Estos voluntarios fueron, el primero de los informantes,
D José María Roja, D. Pascual Saco, D. Pedro Haro. D. Do­
mingo Pozo, D. José del Carmen Sacó, D. José María Las­
tres, D. Andrés Lastres, D. Venturo Muga, D. N- Guerrero, D.
N. Pando, D. Sebastián Fernández, D. Francisco Rivas, D. Ma­
nuel Rivas, D. José Joaquín Lecuona, D. Agustín Estevas,
D. José Orozco, D. Julián Chirinos, D. Valentín Castro. D.
D. Leandro Larín, D. José Manuel Cornejo, D. Gabriel de He-
za, D. Eugenio Matos, D. Manuel Rubio, D. N. Blanco y tantos

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^ 26 —

otroslambayecanos que el trascurso del tiempo no nos permi­


te recordar-
Poco después se remitieron seiscientos hombres de tro­
pa y docientos voluntarios que caminaron á incorporarse al
cuartel general de Huaura, que por su bravura y decisión me­
recieron el honor de haber formado la escolta del ’ general
San Martín y más de dos mil entre caballos y muías. En di­
nero Doscientos mil pesos. En arroces, jabones, cordobanes,
telas y demás auxilios para el ejército, trescientos mil pesos;
quedando todos los talleres ocupados en fabricar monturas,
lanzas, vestuarios, etc.
El comandante Aramburú formó en esta ciudad dos es­
cuadrones de lanceros con trescientas plazas, y no se omi­
tió por los lambayecanos sacrificio alguno que no se hiciera,
sin excluir las valiosas alhajas de oro y plata que entonces
abundaban en su templo, por alcanzar su independencia y
libertad. Es cuanto podemos informar en obsequio á la ver­
dad y justicia; y en cumplimiento de lo ordenado por la Ho­
norable Municipalidad de esta provincia.
Lambayque á 6 de mayo de 1869.
Jo.s'é Ignacio Iturregui. José Leguia.

“Fueron en gran parte lambayecanos los valerosos sol-


“dados que á órdenes del comandante Suárez dieron la vic-
“toria de Junín el 6 de agosto de 1824”, según lo dice D. En­
rique Benites en su Geografía del Perú.
Lambayeque (1), como Saña, tuvo su período de opu­
lencia para descender en seguida. La gran inundación de
1828, á la que ya había precedido otra de poca importancia
en 1791, determinó el principio de su decadencia para dar
paso al auje y progreso de la ciudad de Chiclayo (2). Esta,
(1) —L.ambayeque fu6 encomieuda de indios de los marqueses del Carpió—Véase
archivo de los marqueses de Betlavista.
(2) .—Chiclayo fué encomienda de indios de los condes do Chinchón.—Véase ar­
chivo de los marqueses de Bellavista.

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_ 27
favorecida por la naturaleza con un valle feraz, con varias
salidas al mar, y establecida sobre las antiguas y populosas
poblaciones de Cinto y Collique, iba paulatinamente acumu­
lando fuerzas y elementos de progreso que más tarde le de­
bían dar el primer puesto entre los pueblos de esa sección te­
rritorial.
En efecto, y merced al asiduo laboreo de sus tierras y á
la producción de azúcar, su industria favorita entonces, me­
reció Chiclayo ser elevado á villa por ley de 12 de noviem­
bre de 1827, y ocho años después un decreto de Salaverry de
15 de abril de 1835, le dió el título de “heróica ciudad”, co­
mo premio á los servicios prestados á los restauradores. Es­
tas preeminencias fueron bien pronto seguidas de otras de
mayor trascendencia aún, pues por otro decreto del mismo
general Salaverry, de 18 de abril del propio año de 1835,
se creó la provincia de su nombre, con los pueblos de Chiclayo,
Chota y Cajamarca; y posteriormente por otro decreto de 22
de marzo de 1839, se la reconstituyó con los de Pacora, Pe­
que, Monsefú, Eten, Saña, Chérrepe, Pueblo Nuevo, Guada­
lupe, Jequetepeque, Chepén, San Pedro y Chiclayo, siendo
organizado definitivamente por ley de 29 de diciembre de
1856. Al formarse la provincia de Pacasmayo por ley de 26
de noviembre de 1864, le fueron segregados algunos distri­
tos.
Estas dos provincias, Lambayeque y Chiclayo, pertene­
cieron al departamento de La Libertad hasta que se dió la ley
de 1" de diciembre de 1874, que las erigió en departamento
bi-provincial, con la ciudad de Chiclayo como capital y así
subsiste hasta hoy, aunque con algunas modificaciones en sus
primitivos distritos, como se verá al tratarse de su actual de­
marcación territorial.
En lo judicial este departamento estaba sujeto á la Cor­
te Superior de Trujillo, y en lo eclesiástico al obispado de la
misma ciudad. Hoy cuenta Lambayeque con Corte Superior
independiente.

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SITUACION Y SUPERFICIE

El departamento está comprendido entre los 5’39’ y


7"11’ de latitud S., y los 79'’09’ y 80*84' de longitud O. de
Greenwich.
Ocupa una superficie de 11.952 kilómetros cuadrados,
según medición planimétrica hecha sobre el mapa Raimon­
di por el contralmirante D. M. Melitón Carvajal, correspon­
diendo 9,362 kilómetros á la provincia de Lambayeque y
2,590 á la de Chiclayo.
La provincia de Lambayeque se halla entre los 5’39’ y
6*47’ de latitud S. y los 79*09, y los 80*34, de longitud O de
Greenwich.
La provincia de Chiclayo se encuentra entre los 6* 32’ y
7"11’ de latitud S. y los 79*18’ y 79*56’ de longitud al O. del
mismo meridiano.
La costa del departamento se extiende desde los 6*22’
hasta los 7*11’ de latitud, con rumbo general, tomando co­
mo base la punta de Saña, cuya coordenada geográfica ha si­
do debidamente revisada por el doctor Federico Villarreal, al
N. 47 Ó, ó sea una extensión de 145 kilómetros, según medi­
ción sobre el mapa que acompaña este trabajo, hecha con
un curvímetro de cuadrante.

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LIMITES

Confina por el N. con las provincias de Piura y Huan-


cabaniba del departamento de Piura; por el S. con la de Pa-
casmayo del departamento de La Libertad, por el E. con las
de Jaén, Chota y Hualgayoc, del de Cajamarca, y por el O.
con el Océano Pacífico. Estos son sus límites generales. En
cuanto á la línea que demarca su perímetro y que lo separa
de los departamentos que lo circundan, sigue las inflexiones
que á continuación se indican, según el mapa que acompaña
á esta monografía:
Comenzando á orillas del Pacífico en un punto situado
á los 6''22’ atraviesa el desierto de Sechura en dirección al
N. 46'’ E. hasta poco más allá de la cuesta de Ñaupe; de aquí
baja con rumbo al E. 35- S. hasta el portachuelo Mano de
León que forma la divisoria entre las quebradas de Cascajal
al S. é Inscunlás al N. Del portachuelo va hacia el E. pasando
por el N. de Porculla é inclinándose al S. E. toma la cordille­
ra occidental atravesando el portachuelo de Escacha y el ce­
rro de Tambohuaca para seguir las inflexiones de esa cordi­
llera; deja al O. á Cañares, población la más apartada del
departamento, á Tembladera y á las lagunas Yashpampa y
Yanahuanga. De aquí con pequeña variante va al S. O. atra­
viesa el río de La Leche, pasando luego por el occidente de
Tocmoche; sigue por el río Cumbil hasta Carniche, dejando
al E. Carniche de Baca y al O. Carniche de Arriola, se dirige
al S. y cortando el río Chancay, sigue esta dirección por 3 ki­
lómetros poco más ó menos, punto desde el cual toma nueva­
mente rumbo SE; pasa luego por las cabeceras de la Quebra-

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— so­
da Seca, corta el río Saña en dirección S. que cambia des­
pués al S.O. y formando un semicírculo llega hasta los
T’O’SO” de latitud S. y 79-23’ de longitud occidental de
Greenwich. Ya desde este punto sigue en recta imaginaria
pasando por entre el cerro de la Horca que pertenece al
departamento de Lambayeque y Cerro Prieto del de La
Libertad, terminando la línea á más de un kilómetro al
S. de la punta de Saña. De aquí va hacia el NO. siguiendo
las sinuosidades de la costa hasta el punto de partida, ó sea
los 6'22’ de latitud S. en esta forma: de la punta de Saña si­
gue al N. donde inmediatamente se encuentra el pequeño se­
no de la caleta de Chérrepe; á los 13 kilómetros al N. de Ché-
rrepe está la abandonada caleta del Progreso; á los 19 kiló­
metros al N- del Progreso queda el morro de Eten; á 7 kiló­
metros del morro se encuentra Santa Rosa; á 6 kilómetros
al N. de Santa Rosa está el puerto de Pimentel, á 10 kilóme­
tros al N. de Pimentel está la caleta de San José; á los 5 kiló­
metros al N. de San José desemboca el río de Lambayeque;
á los 148 kilómetros al ONO. de la boca del río Lambayeque
queda la punta falsa de Aguja, que ya pertenece á Piura.
Como la costa del departamento termina casi enfrente de la
isla de Lobos de Tierra, resulta que concluye á los 77 kilóme­
tros de la boca del río Lambayeque.

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ZONA MARITIMA

El capitán de fragata D. Juan Salaverry, ilustrado ma­


rino qué por mucho tiempo desempeñó la capitanía del puer­
to de Eten, ha tenido la bondad de proporcionarnos muy in­
teresantes datos,, sobre la parte marítima del departamento
de Lambayeque, gran parte de los cuales insertamos en se­
guida, por cuya oportuna colaboración le manifestamos aquí
nuestro agradecimiento.
La Playa.—La costa de este departamento que com­
prende una extensión de noventa millas marinas más ó me­
nos,.es una playa tendida baja y arenosa, que se dirige de
S.E. á N.O., sembrada de pequeños médanos de arena, sin
más punto culminante que el morro de Eten, á 195 metros de
altura sobre el nivel del mar, y limpia de arrecifes que pue­
dan hacerla peligrosa al navegante, á punto de que no hay
tradición de ningún siniestro marítimo ocasionado por tal
causa en las condiciones ordinarias de la navegación, esto
es, teniéndose, particularmente en la noche, un resguardo
prudente de ella, y desplegándose la vigilancia que es natu­
ral suponer en un marino experimentado y celoso de su
deber.
La Tasca.—La playa desciende casi insensiblemente ha­
cia el mar, y esto es causa de que disminuyendo paulatina­
mente el fondo las olas rompan más ó menos 500 á 600 me­
tros de la orilla, formando una tasca peligrosa que hace la-
costa inabordable para embarcaciones menores corrientes,
como lanchas y botes, y accesible tan sólo para balsas de ma­
dera y totora, y eso por determinados embarcaderos que más

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— 32 —

adelante detallaremos, y aún eso no siempre, pues ocasiones


hay en que hasta esas ligeras embarcaciones corren riesgo de
zozobrar.
Vientos reinantes.—El viento reinante en esta costa es
el alisio del S- E., el que se entabla generalmente desde las
9 de la mañana, soplando del S.S.E., hasta más ó menos las
8 de la noche, hora en que rondando hacia tierra sopla de
E.S.E. Este último viento, llamado te'rral, es bonancible y du­
ra hasta el amanecer, al paso que el anterior, llamado virazón,
es de más fuerza, galeno por lo general, no faltando ocasio­
nes en que sopla á rachas duras hasta llegar á ser frescachón,
sin alcanzar nunca la intensidad de temporal.
No escasean, en verano, ligeras ventolinas del NO. y O.,
las que se dejan sentir por lo común en las mañanas acompa­
ñadas de tiempo húmedo, brumoso y cálido, y de finísima
lluvia denominada garúa, tiempo que forma Potable contras­
te con el fresco, seco y limpio que predomina durante el ali-
sio, el que por la dirección de la costa sopla siempre del mar.
Las Olas.—Desabrigada como está la costa por el lado
de donde soplan los vientos reinantes, no es extraño que se
levanten olas enormes que van á estrellarse furiosamente
contra la playa, formando con la espuma una ancha y perpe­
tua sábana blanca, visible más ó menos á cuatro millas en
tiemno claro, (lo que es una segura marca para el marino du­
rante el día), y produciendo un ruido tan fuerte y caracterís­
tico, que anuncia el peligro al navegante envuelto entre las
tinieblas de la noche ó en el impalpable velo de la neblina,
ruido que se hace perceptible hasta seis millas de distancia
durante las calmas; lo que no sucede cuando el viento sopla,
en cuyo tiempo no se oye sino á bien corta distancia.
Bravezas del mar.—Pero no se crea que este oleaje es
producido por el viento, ó cambia con éste, no; el viento no le
imprime dirección, no hace sino levantar la marejada boba
del S. O. que azota toda la costa del Perú, produciendo en es­
te departamento en febrero, marzo, abril, julio, agosto y se­
tiembre, por lo regular en las lunaciones y especialmente en
la proximidad de los equinoccios, bravezas tremendas, cuya

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PUERTO ETEN

El muelle en una braveza del mar.

Las podero.sas grúas que funcionan en la cabeza del muelle.

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Nv.' r*
V" r

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— 33 —

verdadera causa no es conocida, que por lo regular duran de


tres á cuatro días, y durante las cuales es forzoso, en los puer­
tos desabrigados de dicha marejada, esto es por el S. O sus­
pender todo tráfico marítimo y aún el de comunicación con
tierra.
Dijimos que es desconocida la verdadera causa de estas
bravezas, porque no se nota indicio alguno que las dé á co­
nocer y difieren de la causa que generalmente origina el olea­
je, lo que lo aumenta o disminuye.
En efecto, mientras vemos que en las regiones azotadas
por temporales, es siempre el viento el que levanta la mar
aumentando el oleaje á medida que arrecia aquel y amainan­
do en cvanto afloja, y esto tan invariablemente, que da lugar
para que, con tiempo, se preparen los buques, pues el baró­
metro anuncia estos fenómenos con tanta anticipación como
certeza; no pasa nada de esto con la marejada boba del S.O.
que azota nuestra costa. Ella se encrespa, unas veces poco
á poco, y otras repentinamente, con olas de 15 á 20 pies, aún
reinando calma completa; algo más, viéndose muchas veces
que el viento sirve para amainar la braveza; pero notándose
sí cierta recrudescencia á la hora de la repunta de llena, con
la particularidad de que la braveza dura tanto menos cuan­
to más repentinamente se inició, calmándose tan de repente
como comenzara, y no paulatinamente, como el oleaje pro­
ducido por un temporal, siendo más durables, los que se de­
sarrollaron gradualmente.
El oleaje, durante las bravezas, tiene sus intermitencias.
Por lo común vienen unas tras otra cierto número (de tres á
siete) de enormes olas, rompiendo como de 800 á 1200 me­
tros de la orilla, y á esta extremada violencia sigue un inter­
valo de calma llamado mf/io, del que se aprovechan para
aproximarse ó alejarse de la orilla las embarcaciones preci­
sadas á trabajar en tan riesgosas circunstancias.
Después de este momento de tranquilidad vuelve el olea­
je momentáneamente interrumpido, y así continúa entre sa-
gios y embravecimientos, estando la intensidad de la brave­
za en razón directa con el número y elevación de las olas que,

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— 34 —

á cortísimos intervalos, una tras otra, se precipitan, y en ra­


zón inversa con la duración de los sagios; siendo sí raro que
la mar rompa á 1200 metros de la orilla, pues lo corriente es
que quiebre á 800 metros más ó menos.
A veces se nota que á 1200 metros más ó menos de la
orilla, hay relativa calma en el mar, pues el oleaje apenas
mdeve las embarcaciones, y á 800 ó 900 metros, esas olas, po­
co sensibles, se convierten en imponentes masas de agua que
ponen en serio riesgo á las embarcaciones del tráfico si las
toman por el costado, siendo necesario no confiar mucho en
la aparente tranquilidad de la mar, en los días de braveza,
particularmente durante el cuarto día; pues tras largos sa­
gios que duran 2 á 3 horas, á punto de que parece que ha
caído completamente la mar, repentinamente y por lo común,
coincidiendo con el principio del flujo, vuelve á comenzar el
oleaje con violencia, cual si se hubiera dado un corto reposo
para comenzar sus furias.
Pero si el estado del mar es de braveza en los meses in­
dicados, en el resto del año predominan los días bonancibles.
Siempre hay oleaje manejable; pero no escasean días de cal­
ma absoluta, durante los cuales el bravio mar se presenta tan
llano y terso como un espejo.
No todos los años son las bravezas iguales en número,
fuerza ó duración; por el contrario, varían sin que se pueda
tener indicio anticipado de cómo se presentarán, habiendo
años en que no las hay casi y otros en los que son frecuentes.
Tampoco es seguro que en febrero, marzo y abril, julio,
agosto y setiembre las haya; pues á veces, los tres primeros
meses han pasado en tranquilidad, sin dejarse sentir, ni aun
en la proximidad del equinoccio de otoño, época durante la
cual han sido fuertes en otros años.
Se ha tratado de explicar estas bravezas, atribuyéndo­
las á la marejada levantada _por violentos temporales que se
realizan mar afuera, tan lejos que la acción del viento no se
deja sentir en nuestras costas; pero esta hipótesis no es sa­
tisfactoria, tanto porque de tan larga distancia como para
que no se note el viento que la produce, no puede llegarnos

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~ 35 —
el movimiento de las aguas, con la fuerza con que se presen­
tan las bravezas, cuanto porque el Pacífico, en la zona tórri­
da, es tan bonancible, que apenas se desarrollan ligeros chu­
bascos de agua y poco viento. En raras ocasiones esas tur­
bonadas toman proporciones, forma y dm*ación extraordi­
narias.
Algunas personas han atribuido las bravezas intempes­
tivas á erupciones volcánicas submarinas ó á corrientes ma­
rítimas desconocidas venidas desde lejanas costas. Así, en
19 de marzo de 1910, se dejó sentir en Eten y Pimentel
un movimiento extraño en el mar, acompañado de dos fuer­
tes olas que arrojaron á la playa multitud de peces muertos
unos y vivos otros. A los pocos momentos principió la brave­
za del mar hasta en Pimentel mismo, cuya bahía es conoci­
damente serena y bonancible- Personas que estuvieron en
Eten refieren que junto con los peces arrojados á la orilla, se
vió una cantidad de fango oscuro y pestilente, jamás visto
en ese litoral. La braveza continuó el domingo y siguió el lu­
nes en que el océano se puso en su normalidad acostumbra­
da. "Estudiando este fenómeno, decía el corresponsal de un
periódico de Lima, se cree que sea alguna corriente venida
desde ignotas latitudes, mientras que otras opiniones supo­
nen que sea alguna irrupción proveniente de algún volcán
submarino, no conocido ni estudiado hasta hoy. Con todo,
hay que convenir que el movimiento del sábado tiene alguna
relación con el cercano equinoccio de otoño”.
Por último, se ha observado que es limitada la zona don­
de se hace notar la marejada del S. O. que constantemente
bate nuestra costa, haciéndose más notable á medida que
más se aproxima á ella.
Consejo á los marinos.—Durante las bravezas los bu­
ques deben tomar exquisitas precauciones para su seguri­
dad. Los vapores que, por lo regular, fondean próximos á
tierra, de 50Ü á GüO metros de la tasca, deben enmendar más
afuera su fondeadero, y los de vela, que no sean árbitros de
sus movimientos, adoptar especiales precauciones con.sus an­
clas y amarras; pues ya se ha visto, en puertos semejantes á

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— 86 —

los de este departamento, como Supe y Cerro Azul, perderse,


arrojados á la playa, buques cuya cadena rompió la braveza,
sin gue hubieran podido hacerse á la mar por falta de*viento
y absoluta calma.
Ese riesgo no se tiene en los fondeaderos de este depar­
tamento, tanto como en sus semejantes, porque en ellos sopla
casi siempre viento fresquito; pero eso no autoriza el descui­
do y se corre riesgo de varar, antes de dar la vela, por la fuer­
za de la marejada, la corriente y el poco fondo.
Las Mareas.—Las mareas son, en este litoral, de bien
poca consideración. Se nota, ciertamente, el flujo y reflujo,
en la parte de la costa que corresponde al departamento; pe­
ro las aguas no suben más de ochenta centímetros, siendo
raras las ocasiones en que asciende al doble. Esto sucede só­
lo cuando la acción del Sol y de la Luna se combinan de ma­
nera perfectamente uniforme.
Nada de particular ofrecería este fenómeno, si no se
hubiera notado que en las bravezas hay recrudescencia
cuando se verifica la repunta de llena, que es el momento en
que, después de la baja mar, principia el flujo ó subida de
las aguas. No ofrecen, pues, las mareas el peligro de hacer
varar un buque que se aproxima á los puertos de esta costa,
ó fondee en ella. A lo sumo debe tenerse presente, en época
de braveza, para tomar precauciones durante el tráfico de
embarcaciones menores, como lanchas, etc.
Corriente de Humboldt—No sólo el alisto del S. E. que
sopla en nuestra costa, y la marejada del S. O., que azota
nuestras playas, son constantes; también lo es la Corriente de
Humholdt llamada asimismo Corriente peruana. Esta co­
rriente nace, como todos sabemos, en las soledades del mar
Antártico, moviéndose de S. O. á N. E. hasta bifurcarse an­
tes de tocar el extremo austral de la América. De allí, una
parte corre al Atlántico, bañando á su paso el archipiélago
de las Malvinas, para bajar considerablemente la tempera­
tura invernal de su clima; mientras que la otra porción cau­
dalosa sigue paralelamente las costas de Patagonia, de Chi­
le y del Perú, con más ó menos fuerza, dejándose sentir un

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— 37 —

tanto enérgica en la de este departamento, especialmente en


sus orillas. Así acaece á menudo ver lanchas, botes y otros
objetos que se han desprendido del fondeadero de Eten, por
ejemplo, varados á 5, 6 ó más millas al norte, á despecho
de las marejadas que, aún en días de gran braveza, no han
podido llevarlos directamente á la playa próxima. Al llegar
á la latitud de Paita, según el mismo Humboldt, la corrien­
te se inclina bruscamente al O. y se pierde en la corriente ecua­
torial del Pacífico. Su profundidad en algunos lugares es de
más de 1,300 metros, y su anchura media parece que es de
8" equinocciales. Aunque esta corriente, cuya velocidad puede
estimarse hasta en dos millas por hora, no ofrece peligro pa­
ra el navegante, debe tenérsele presente en los buques de ve­
la que han descuidado ó no han tenido observación as­
tronómica para determinar su posición; pues es muy fácil pa­
sarse de los puertos de destino, cuando se la trae favorable,
y ocasiona á los barcos de vela que tienen que contrarrestar­
la por venir del norte, pérdida de tiempo, cuando con bor­
dadas cortas, pretenden barloventar, próximos á la costa; no
siendo raro ver buques chicos, á la vista de Eten, batallan­
do por tomar el fondeadero, durante tres y cuatro días, á pesar
del fresquito del S. S. E., por hacerles perder el barlovento
ganado la fuerza de la corriente, que parece aumentar hacia
la Orilla-
Contracorriente del Niño.—En oposición á esta gran
corriente de agua fría, corre en la costa N. del Perú, en di­
rección al S., una contracorriente cálida, completamente in­
dependiente á la anterior; pues esta corre de N. á S., siguien­
do la dirección de la costa y pegado á ella, mientras que la
de Humboldt toma una "dirección opuesta, según la descrip­
ción que de ella hemos hecho.
Los marinos de nuestro litoral N., particularmente los
paítenos que navegan frecuentemente pegados á la costa y
en embarcaciones pequeñas, ya al N. ó al S. de Paita, conocen
esta corriente y la denominan Corñeyite del Niño, sin duda
porque ella se hace más viva y palpable después de Pascua
de Navidad. Parece que esta contracorriente tiene su origen

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— as­
en el golfo de Guayaquil, pues en ciertas épocas, principal­
mente en verano, se nota en las inmediaciones de la costa
N. del Perú, hojas de palmeras y de plátanos, naranjas y mu­
chos otros objetos, que las aguas de los ríos Guayas y Tumbes
conducen al mar, y que en virtud de la dirección que sigue
la corriente del»Niño, suelen encontrarse en las latitudes de
Sechura, Eten y Pacasmayo.
Esta contracorriente es muy poco sensible por su veloci­
dad,—dice el capitán de navio D. Camilo N. Carrillo,—y no
puede ser resultado de los vientos del N. como lo suponen al­
gunos marinos, porque estos vientos no son frecuentes en
esas latitudes, y porque, de suponerlo así, era necesario acep­
tar que su acción fuese suficientemente activa para vencer la
resistencia que opondría la corriente de Humboldt hasta do­
minarla y formar la contracorriente del Niño.
Las Neblinas.—Si por la constancia bonancible de los
vientos reinantes, la corriente no difícil de vencer, etc-, es
fácil la navegación á la vela y facilísima la de vapor, en la
costa del departamento de Lambayeque, no sucede lo mis­
mo con las neblinas, las que en ocasiones, durante el tiempo
en que reinan, ofrecen serio peligro de varar, ó cuando me­
nos,' retardo para tomar el fondeadero, á los buques que la
trafican.
De febrero á agosto, y en especial en marzo, abril y
mayo, una capa de niebla, más ó menos espesa, cubre la cos­
ta por completo, desde el amanecer hasta las once de la ma-
ñanaj durante cuyas horas las recaladas son muy peligrosas,
y lo serían del todo, sí el ruido de la rompiente (cuando no
sopla duro) no advirtiera á tiempo la proximidad del pe­
ligro.
A la hora citada se despeja por lo regular para no vol­
ver hasta el día siguiente, á las 5 ó 6 a. m.; pero hay ocasio­
nes en que vuelve á presentarse en la tarde, y otras en que
todo el día permanece tan cerrado, que escasamente se dis­
tingue á 50 metros de distancia; pero esto no es frecuente, y
por lo general cuando sucede, el viento terral barre la ne­
blina repeliéndola al O., siendo frecuente el ver á las 9 a.

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— Bo­
rn., la bóveda celeste perfectamente estrellada, después de
un día de espesa neblina, y parece que hay una zona, á 3 ó
4 millas afuera de la costa, en que la neblina se condensa
haciéndose más espesa é inamovible, pues se nota que mien­
tras que en tierra el sol brilla en todo su esplendor, enormes
masas de vapores forman una impenetrable barrera hacia el
occidente, envolviendo á los buques, los que tienen que cru­
zar dicha cerrazón antes de entrar al fondeadero, tiempo há
completamente despejado, cuando la región oscura es la que
vá quedando atrás, siendo variable su espesor y duración.
No todos los años son igualmente nebulosos, pues hay
algunos en que el tiempo es claro, ó al menos en los que, du­
rante pocos días, las neblinas se dejan sentir en las primeras
horas de la mañana en los meses de marzo, abril y mayo.
Raimondi para explicar las causas de estas neblinas que
caracterizan el litoral del Perú, dice que en el invierno se en­
fría el suelo de nuestra costa mucho más que la superficie
del mar, lo que hace qpe se precipite en niebla todo el va­
por acuoso que los vientos inferiores arrastran del Océano, y
como la corriente ascendente del aire que es tan fuerte en el
verano, cesa completamente en invierno, porque desapare­
cen las causas que la producen, no hay una fuerza que impe­
la á las nieblas, las cuales permanecen bajas por esa razón,
cubriendo como un toldo todo el suelo de nuestra costa, sin
que jamás puedan suspenderse á conveniente altura para
producir tempestades.
Y el ilustrado doctor Carranza, hablando de este mismo
fenómeno meteorológico, propio de nuestro litoral y produci­
do por la corriente oceánica, que cubre una extensión consi­
derable del mar en los meses de verano, se expresa así; “El
estío, elevando la temperatura de la corriente y la de su at­
mósfera, aumenta en la misma proporción la cantiadd de agua
evaporada por el mar, aproximándola á su punto de satura­
ción. Basta en estas condiciones el contacto del aire con un
cuerpo frío, para condensar instantáneamente su vapor acuo­
so; y esto es lo que sucede con los vientos dominantes del
S.S.E. y con los que directamente soplan del Océano sobre

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— 40
nuestras costas. Cargados de humedad, por el calor del estío,
tocan con la superficie fría de la corriente polar que baña
nuestro litoral, y precipitan allí, en estado vesicular, todo el
vapor que contienen, como sucede cuando se proyecta una
columna de vapor sobre un cuerpo frío, un vidrio ó una lá­
mina metálica.
“Así condensada la humedad atmosférica en la faja de
la corriente marítima de nuestro litoral, se forman esas bru­
mas que son tan peligrosas para las naves que arriban á nues­
tros puertos en el verano”.
La neblina es, pues, durante tres meses en el año, el úni­
co peligro para la seguridad absoluta de la navegación en
la costa del departamento de Lambayeque, en la que en épo­
ca ya lejana se perdieron en ella el “Iberia” y el “Paquete
de Lima” y en época reciente el “Limarí” y otros más cuyos
nombres no recordamos. Débese atribuir estas pérdidas á
descuido ó temerario empeño por llegar al fondeadero. Esos
buques fueron á embaucar en la tasea por haberla apercibido
cuando no era tiempo de evitar el peligro. No hubo felizmen­
te pérdida de vidas.
Lluvias.—Las lluvias en el departamento son escasas,
pero no tanto como lo asevera Simón Pérez de Torres, que
visitó el Perú en 1586 y á quien ya nos hemos referido, quien
dice: “que desde Olmos hasta el desierto de Atacama, en
una extensión de 650 leguas de N. á S., nunca llueve; pero á
más de doce leguas del mar se rasgan los cielos con agua”;
y luego añade: “que en toda esta extensión, no reina más
viento que el del S; pero pasando adelante hacia Chile ó ha­
cia Panamá, corren todos vientos y llueve muy fuerte”.
Tratando el doctor Carranza de la falta de lluvias en
nuestra costa, del fenómeno más sorprendente que el clima
de nuestro litoral puede presentar al extranjero, ó sea la eter­
na sequedad de su atmósfera, hace suya la siguiente explica­
ción de Babinet: Obedeciendo los vientos alisios del Atlán­
tico su fuerza de impulsión en sentido del N. O. atraviesan
oblicuamente toda la América del S., en una extensión longi­
tudinal de más de dos mil millas geográficas, descargando á

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— 41 —

su paso en la cordillera del Brasil gran cantidad del vapor


acuoso que arrastran del mar, hasta que la elevadísima ca­
dena de los Andes condensa el último resto de vapor que
aquellos vientos contienen, privando de esta manera á nues­
tro litoral de la única fuente de humedad que pudiera tener
su atmósfera.
Por su parte el sabio Raimondi explica así este fenómeno:
“La enorme elevación de temperatura que los rayos verticales
del Sol producen en los desiertos de nuestra zona marítima
durante la estación cálida, establece en la atmósfera una co­
rriente rápida, en virtud de la cual las capas inferiores del
aire ascienden con fuerza á las regiones superiores, obligan­
do á los vientos del mar á seguir la dirección de la resultan­
te de Jas dos fuerzas combinadas; y como la una obra verti­
calmente y la otra en sentido horizontal, el viento húmedo
es impelido oblicuamente de abajo hacia arriba y en direc­
ción de la cordillera, donde se precipita todo su vapor acuo­
so, dando origen á las copiosas lluvias que riegan á esa zo­
na durante el verano, dejando al mismo tiempo en una ex­
cesiva sequedad á toda la faja de nuestro litoral”-
El doctor Carranza, aunque considera muy ingeniosa la
teoría de Raimondi, juzga más verdadera la de Babinet,
fundándose en que siendo los vientos del S. S. E., los que do­
minan en nuestra costa, la cantidad de vapor acuoso que ellos
arrastran debe ser muy pequeña, porque aquella corriente
atmosférica sigue paralelamente á la faja de los desiertos
de nuestro litoral y á la gran corriente oceánica de Hum­
boldt. Esta, por la baja temperatura de sus aguas, no se pres­
ta á una considerable evaporación, de manera que los vien­
tos marítimos del Sur no pueden contener jamás una canti­
dad considerable de vapor acuoso capaz de condensarse en
nubes tempestuosas, y su escasa humedad, que nunca sube á
conveniente altura, es la que se precipita en niebla al contacto
de las capas frías de la atmósfera baja de nuestros desiertos en
la estación en que se enfría el suelo de nuestro litoral. Así,
pues, no siendo los vientos dominantes de nuestra costa bas­
tante húmedos para producir lluvias, no debe buscarse sino

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— 42 —

en su relativa sequedad la causa verdadera de la falta de


temporales en nuestra zona marítima.
Mas, cualquiera que sea la causa, lo cierto es que pasan
ios años sin que caiga la más leve lluvia en nuestra costa.
Ambiente húmedo, ó á lo sumo ligerísimas garúas, se sienten
durante los días neblinosos, y rara vez ligeros chubascos traí­
dos del mar por el alisio, rocían el suelo.
“Desde la latitud de Lambayeque poco más ó menos—
dice Raimondi—la cordillera que sirve de línea divisoria de
las aguas que van al Pacífico de las que bajan al Atlántico,
siendo muy baja, sucede que en años excepcionales el viento
alisio del S. E. que sopla sobre el Atlántico, atraviesa dicha
barrera y viene derramando por medio de copiosas lluvias
en la región N. del Perú, los vapores acuosos recogidos en
su pasaje sobre dicho mar.
En estas raras ocasiones, entre las que median á veces
períodos de cuatro, cinco y más años, aquellos áridos y cal­
cinados terrenos se cubren de improviso de un manto de ver­
dura y proporcionan á los habitantes del lugar buen pasto
para sus animales y abundantes cosechas en sus cultivos’’.
Se ha comprobado, en efecto, que tvas de un período de
sequedad de 7, 9 ó más años, viene uno de aguas, que si bien
redunda en beneficio de la, agricultura, causa muchos daños
en casas como las de las poblaciones de este departamento,
construidas como para no ser'mojadas por las lluvias.
Uno de esos aguaceros torrenciales tuvo lugar á media­
dos de marzo de 1891, esto es, durante el verano, que fuá
muy fuerte; pues el calor, aún en los puertos, llegó á ser so­
focante.
Parece que una contracorriente cálida venida del Nor­
te, y cuyo origen se cree fuá en el golfo de Guayaquil, y des­
de luego más fuerte que la de Humboldt, se estableció pa­
ralelamente á ésta, como empujándola al occidente, y la­
miendo, por decirlo así, la costa de este departamento. Tan­
to ella como los rayos solares caldearon las aguas del mar,
á punto de producir evaporación más activa que la ordina­
ria, la que claramente se veía alzarse del mar (más ó menos

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— 43 —

á tres ó cuatro millas afuera) en gruesos nubarrones duran­


te el día, los que ai enfriarse en la noche, se resolvían en
aguaceros, más ó menos fuertes, impelidos hacia tierra, sea
por el alisio que soplaba suavemente, sea por vientos del N.O.,
cálidos desde luego, los que predominaban, bien que por
pocas horas, venciendo en fuerza al alisio, después de unas
cuantas horas de calma.
Estas lluvias, que en otra región en Guayaquil por
ejemplo, no habrían pasado de un aguacero corriente, toma­
ban aquí proporciones colosales ante la imaginación de los
habitantes no acostumbrados á ver correr, con ímpetu, el agua
llovediza, encharcarse el suelo, formarse lagunas en las de­
presiones del terreno, y filtrarse los techos de sus casas, cons­
truidas sin preparación alguna para el caso; pero antes de
15 días todo había cesado, quedando muchos vestigios del fe­
nómeno diluvial, volviendo á predominar los vientos del Sur
y la corriente austral, momentáneamente interrumpidos por
el viento del Norte, y la cálida corriente ya indicada.
Contracorriente cálida.—Que dicha corriente existió es
un hecho; no sólo las embarcaciones pescadoras derivaban
del N. al S., lo que nunca sucede, sino que en toda la costa
del departamento vararon troncos de árboles no conocidos
aquí, y sí en las regiones más cálidas del N., como en el de­
partamento de Piura y la costa de la república ecuatoriana.
Que las aguas del mar adquirieron una alta temperatu­
ra es un hecho también. Los bañistas lo notaron perfecta­
mente ; no encontraban en ellas refrigerio alguno; y sea esta
causa, ó la alteración que en las aguas del mar producía la
enorme masa de aguas caldeadas de los ríos que, en fuertes
avenidas, desembocaban en toda la costa norte, ó lo más pro­
bable, una y otra causas reunidas, el hecho es que las condi­
ciones meteorológicas y climatéricas del departamento su­
frieron, por cerca de un mes, un notable trastorno, hasta que,
á poco y como ya se ha dicho, volvió todo á su estado nor­
mal.
No falta quienes crean que la extraña é inesperada con­
tracorriente cálida que en marzo se dejó sentir, ocasionando

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_ 44 —
el trastorno ligeramente trascrito, es la misma que se conoce
con el nombre de “Corriente del Niño”, y que lame las costas
de los departamentos de Piura y Lambayeque, bien débil­
mente por lo general, y la que, por causas aún no investi­
gadas, se prolongó hasta el Sur de Pacasmayo, esto es, como
150'millas al Sur de la corriente; pero esto no pasa de una
hipótesis tan creíble, mejor dicho tan presumible, como la de
que fuá una corriente extraordinaria, cuyo verdadero origen
y causales no se conocen hasta hoy.
El doctor Luis Carranza, refiriéndose á esta contraco­
rriente cálida que se hizo muy sensible en el estío de 1891,
decía, entre otras cosas, lo siguiente: (1).
“Debemos consignar un hecho de gran interés para el
estudio de la influencia que las corrientes oceánicas del li­
toral tienen en el clima general de nuestra costa. El hecho es
que en el verano pasado se observó en la zona de Paita á Pa­
casmayo una corriente de N. á S. contraria á la gran corrien­
te polar que baña constantemente nuestro litoral, y que, co­
mo se sabe, sus aguas tienen una temperatura 7" ú 8' más
baja que la del resto del mar en nuestras latitudes, llegan­
do esta diferencia, según Humboldt, á 12\ Aquel río oceá­
nico de agua fría, que parte del mar Antártico, llega en su
largo curso hasta la altura de Paita, desviándose luego al oc­
cidente h^psta perderse en la corriente ecuatorial del Pací­
fico, entre los paralelos 8' S. y 6- N.
La contracorriente observada el verano pasado, tuvo su
origen sin duda en el golfo de Guayaquil, y por consiguien­
te sus aguas debieron ser más cálidas que las del océano, en­
tre los paralelos de Paita y Pacasmayo; precisamente lo con­
trario de lo que sucede con la corriente polar, que sus aguas
son más frías que las del resto del mar en esas latitudes-
Aquella rechazó á ésta, inclinándola.al occidente en la zona
comprendida entre los dos puntos citados, puesto que fué
reemplazada por las aguas tibias del golfo de Guayaquil.
La coincidencia de este fenómeno con los calores ex­
traordinarios del estío de 1891, en nuestro litoral, prueba la
(1).—Bol, Soe. Goog. de Lima, N? 9, año I, 1891, pág. 344.

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— 45 —

íntima relación que hay entre las variaciones de temperatu­


ra de su ambiente y las perturbaciones que sufren sus co­
rrientes marítimas. Así podría explicarse hoy la causa del
excesivo calor del pasado estío y la extraordinaria humedad
de la atmósfera por esas perturbaciones.
Normalmente el clima de nuestro litoral está refresca­
do por los vientos constantes del S. E. que soplan deslizán­
dose sobre la superficie fría de la corriente polar que tiene
la misma dirección. Estos vientos son, además, secos ó muy
poco cargados de humedad, por ser insignificante la evapo­
ración del mar en la zona de esa corriente glacial. Explícase
de esta manera el por qué el clima de nuestra costa es gene­
ralmente seco y fresco, relativamente á su posición geográfi­
ca ; pero si por cualquier motivo cambian aquellas condiciones
de las que dependen el carácter peculiar de su climatología,
ésta debe sufrir naturalmente una variación correlativa.
Sentados estos principios, es fácil comprender la in­
fluencia que sobre la temperatura y humedad de nuestra at­
mósfera ha de tener cualquier desviación de la corriente an-
tártica, mucho más aún, si esta desviación corresponde á la
presencia de una nueva corriente contraria; porque separán­
dose aquella de nuestras riberas, permite penetrar, en el se­
no que deja, á las aguas calientes del océano, arrastradas
por la corriente nueva, elevando en el mismo grado la tem­
peratura del ambiente, el que se carga á la vez de mayor can­
tidad de vapor acuoso, por el aumento proporcional de eva­
poración de esas aguas calientes del mar. Estos dos elemen­
tos meteorológicos serán más preponderantes, si una corrien­
te de temperatui;a alta sustituye á la otra de temperatura ba­
ja; y así, habiendo concurrido estas dos causas perturbado­
ras de nuestro clima, en el estío pasado, es natural buscar en
ellas la razón del calor excesivo y de las lluvias excepcionales
que lo caracterizaron.
La contra-corriente cálida del golfo de Guayaquil, pro­
dujo sin duda una evaporación anormal y excesiva en las
aguas del mar de nuestro litoral, arrojando ese excedente de
humedad atmosférica al suelo de nuestra costa, en forma de

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— 46 —

nubes tempestuosas, que ocasionaron las grandes inundacio­


nes de abril y mayo.
Estas ligeras consideraciones respecto á la influencia de
las corrientes marítimas del litoral en la climatología gene­
ral de la costa peruana, nos induce á investigar con gran in­
terés las causas de las desviaciones de aquellas corrientes, y
de las leyes á que obedecen tales perturbaciones, si llega á
probarse que son periódicas.
Marinos ilustrados nos aseguran que aquella contraco­
rriente del golfo de Guayaquil se presenta todos los años en
los meses de estío; pero que en general es tan débil, que so­
lo los muy prácticos la notan. Mas habiendo sido la del año
pasado de tal consideración que pudo arrastrar restos de
grandes lagartos de Tumbes, así como troncos de árboles,
hasta las playas de Pacasmayo, es natural suponer que fué
una corriente extraordinaria por su caudal, como por la zona
hasta donde se extendió. No tenemos, pues, la menor duda
de que los fenómenos meteorológicos que singularizaron el
verano de 1891, en nuestro litoral, han sido debidos á la in­
vasión de las aguas cálidas de la costa ecuatoriana sobre la
nuestra.
Con fecha 6 de octubre de 1909, el capitán del vapor
“California”, de la P. S- N. C., comunicó á la agencia de esa
Compañía en el Callao, que durante la noche del 29 de se­
tiembre, entre Paita y Eten, experimentó una corriente muy
fuerte con dirección N. 10. W. (mag) con la fuerza de una
y media millas por hora, la cual hizo al vapor aproximarse á
la isla de Lobos de Tierra. Añadía que desde 20 millas al N.
de Punta Falsa hasta pocas millas cerca de la isla, tuvo ma­
rea creciente, y hacía notar que la luna tenía un día de ple­
nilunio.
Este dato puede corrobar la opinión de algunos nave­
gantes que creen que las contracorrientes que viniendo del
golfo de Guayaquil invaden parte de nuestra costa norte, no
son tan raras, y que no sólo se presentan en estío, sino tam­
bién en otras estaciones del año, debidas á causas aún no
bien estudiadas.

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ISLAS DE LOBOS

Lobo durmiendo en la playa.

El mismo lobo desperezándose y alistándose para zabullir en el mar.

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ISLAS

Las islas de Lobos son las únicas que hay en este de­
partamento y pertenecen al distrito de San José, de la pro­
vincia de Lambayeque.
Lobos de Tierra.—Estas islas son dos. La llamada Lo­
bos de Tierra se halla más cercana á la costa, de la cual dis­
ta 19 kilómetros y de las de Lobos de Afuera 53, al N. 24
W. Tiene una extensión de 10 kilómetros de largo por 3 y
medio de ancho y está rodeada de varios islotes. Su constitu­
ción geológica pertenece á los terrenos cristalinos denomi­
nados granito, atravesados por diques de basalto; y su posi­
ción geográfica en la cumbre central es de 6’26’45” lat. S. y
80’50’27” long. W de G., según el doctor Villareal, quien ha
tomado el promedio de las tres coordenadas siguientes:
Lobos de Tierra (cumbre central) según Fitz Roy, 6’26’45”
lat. S. y 80"48’50” long. W de G.
Id. (Punta Sur) 6-27’ lat. S. y 80'’51’26” long. W- de G.
según Espinosa.
Id. (Punta Norte) 6"22' lat. S. y 80"51'06" long. W. de G.
según el mismo observador.
Lobos de Afuera—Las islas de Lobos de Afuera, nom­
bradas así por hallarse á mayor distancia de la costa que la
anterior, distan 90 kilómetros del morro de Eten y 83 de la
caleta de San José. Tienen un largo de 4 y medio kilómetros
y un ancho de 3, estando dividida en dos por un hermoso ca­
nal de 40 metros de ancho. Su mayor altura es de 30 metros

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— 48 —

sobre el nivel del mar y su constitución geológica cuarcita.


Hacia el E. ofrece un amplio desembarcadero denominado
de la Independencia.
Tanto en una como en otra isla existe aun guano, no obs­
tante de haberse extraído de ellas ingentes cantidades.
Son completamente estériles y faltas de vegetación. Se
hallan rodeadas de muchos islotes y arrecifes que las hacen
inaccesibles por el S., donde soplan los vientos y se rompen
con fuerza las olas.
La mayor profundidad entre estas islas y las costas no
pasa de 50 brazas ó sean 85 metros, siendo su posición geo­
gráfica en la caleta del E., según el capitán de navio Aure­
lio García y García de 6' 56'45" de lat. S. y 80'39'55" de long.
W. de G.

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PUERTOS

Este departamento cuenta en la actualidad con dos puer­


tos mayores: el de Eten y el de Pimentel. Este último fue
clausurado por decreto supremo en 1904, pero en 1920 aca­
ba de ser declarado mayor, por ley del Congreso. Las cale­
tas de Santa y San José, residencias de pescadores y ba­
ñistas, carecen de importancia comercial.
Puerto de Eten,—El puerto de Eten que tiene el rango
de mayor, queda al norte del morro del mismo nombre y á
3,450 metros al O. de la población. Después de Salaverry es
el más agitado de la costa del Perú, y por él se hace casi todo
el movimiento mercantil del departamento, que es conside­
rable. !'o obstante, éste, ni el de Pimentel merecen el título
de puerto, pues ninguno está resguardado de la marejada ni
de los vientos, y no sólo no ofrecen á los buques el convenien­
te refugio contra las tempestades y riesgos marítimos; sino
que, lejos de eso, es en ellos donde el marino debe estar más
alerta para evitar un contraste ocasionado por las bravezas,
peligro que no corre á 4 ó 5 millas fuera de la costa. No son,
pues, sino surgideros, por lo que el tráfico se hace vencien­
do obstáculos, y eso que en Eten se ha invertido un caudal
en obras para convertirlo en puerto regular. La marea máxi­
ma es de 2" 10 hallándose el puerto á dos metros de altura
sobre el nivel del mar. La posición geográfica en su centro,
según García y García, es de G'SS'Sl" lat. S. y 79''51’30” de
long. W. de Greenwich.
Hasta 1870 no se hacía por Eten tráfico comercial de
ninguna especie, y fué en dicho año que se escogió esa pla-

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— so­
ya para punto de partida del ferrocarril que debía unir, con
el mar, los centros comerciales del departamento; siendo
entonces que se levantó el plano hidrográfico del puerto y
principiaron sus construcciones, pues antes no había en su
playa ni un mal rancho de totora.
Desde el punto de vista marinero es Eten un buen sur­
gidero, (Pues con buenas anclas y cadenas proporcionadas,
una de ellas fondeada y la otra lista para largarla cuando el
estado del mar lo exija, un buque puede estar perfectamente
seguro, sin que le sea indispensable acoderarse por la popa,
y mucho menos aún los vapores.
El puerto es fácil de reconocer al buque que á él.se diri­
ge de cualquier punto del horizonte, esto es, del S. Ó. ó N;
pues hay en su proximidad lugares notables que son otras
tantas marcas seguras que no permiten confundirlo con otro
alguno. En efecto, el morro de Eten á la orilla del mar, á bar­
lovento del fondeadero, visible á la distancia, pues se levan­
ta á 195 metros sobre el nivel del mar, (228 metros según
Fitz Roy), de forma y color característicos, de cuyo extremo
S. O. se destaca una punta rocallosa de regular altura, y cu­
yo mogote S. se halla, según García y García, á los 6" 56’ 30”
de latitud S. y 79’ 51’ de long O. de Greenwich; el muelle
que avanza 800 metros en el mar; la capilla del Milafjro, ais­
lada á una milla á sotavento del muelle; la punta de Santa
Rom, que aunque es una lengüeta baja de arena que avan­
za hacia el mar, es fácil de reconocer por una capilla que,
aislada, se destaca sobre una lomada; y el cerro de Reque, de
forma trapezoidal, color ceniciento claro, que se yergue soli­
tario, seis millas al interior, son, todas, marcaciones inequivo-
cables para reconocer el puerto á la distancia, especialmen­
te á los buques que vienen del N. ú O., que, en cuanto á los
que vienen del S. es después que tienen á la cuadra el morro
de Eten, cuando se les hace visibles las antedichas marca­
ciones, excepto el cerro de Reque, que sólo lo es para los que
vienen de los dos rumbos antedichos.
Esto es para los buques que hacen su arribada durante
el día, que para los qué se aproximan éh la noches fió hay

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— 51 —

por hoy más guía que una luz blanca, corriente, visible has­
ta tres millas en tiempo claro, y colocada en la extremidad
saliente del muelle, más ó menos á 20 pies de altura y encen­
dida durante toda la noche; luz que por deficiente no ofrece
sino una seguridad relativa para el navegante que no es prác­
tico en esta costa.
Hista setiembre de 1880 existía un buen faro, visible
de 12 á 15 millas del S.E. al N.O. y colocado en sitio conve­
niente para marcar la punta que se desprende del morro de
Eten, el cual era una segura marca para tomar el fondeade­
ro con seguridad, á cualquiera hora de la noche. Ese faro,
junto; con dos cajones de piezas de repuesto, fueron llevados
á Chile por la expedición que encabezó el vicealmirante
Lynch en setiembre de 1881 y que tan tristes recuerdos ha
dejado en estos pueblos.
El fondeadero para buques á vapor, á 300 metros del
muelle, próximo á las lanchas allí fondeadas, en 6 á 8 bra­
zas, y en 10 á 12 brazas á 200 metros de las boyas y con 45
brazas de cadena para los de vela de más de 500 toneladas,
es cómodo, seguro, un tanto libre de la marejada boba del
8.0., cuando no hay braveza, siendo el fondo de arena y ba­
rro de greda compacta, y, por tanto, fácil para que en él se
entierren las anclas y cadenas al caer.
El servicio de carga y descarga se hace en grandes lan-
chones, remolcadas por otras lanchas automóviles movidas á
gasolina.
Estas embarcaciones ofrecen la seguridad apetecible pa­
ra la carga y pasajeros, pues siempre están en buen estado
de conservación, disponiéndose de una maestranza que, por
turno, las carena. Con ellas, que son suficientes para el trá­
fico del puerto, se hace activamente la traslación del mue­
lle á bordo y de aquí al muelle, á cuya extremidad atracan.
El muelle de fierro, sistema Mitchell, de 803 me­
tros de largo, 9m75 de ancho, 4m27 de altura sobre el
nivel del mar en marea media y 7m32 de profundidad á me­
dia marea en su extremidad saliente, es de lo mejor, en su
género, en la América del Sur, y sólo pueden comparársele,

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— 52 —

en longitud, los de Puerto Chicama y Pacasmayo, siendo su­


perior al de Pisco. Su solidez está en armonía con la agita­
ción del mar que lo bate con violencia, probándolo amplia­
mente los muchos años que tiene de duración, hallándose ac­
tualmente en perfecto estado de uso y conservación.
Está construido con columnas de fierro dulce, sólidas,
de 0ml02 y 0ml27 de diámetro, colocadas á distancias dis­
tintas de 20,17 y 15 pies en las tres secciones en las que, á
este respecto, está longitudinalmente dividido, siendo hacia
su parte saliente donde dicha distancia va disminuyendo, for­
mando un total de 459 columnas perfectamente atornilladas
en el fondo y sujetas de tres en tres, por tirantes de fierro re­
dondo en forma de aspa; travesanos que aumentan en núme­
ro á medida que se avanza al mar, haciéndose así más sóli­
das y resistentes las columnas hacia los lugares donde con
más violencia rompe el mar, y donde á más de los tirantes de
fierro redondo se han puesto otros de plancha de fierro en
forma de T, á manera de contravientos. Descansan sobre las
columnas vigas trasversales de fierro de 0m61 de alto, sobre
las que descansan, á su vez, siete vigas longitudinales de ma­
dera de 12 por 14 pulgadas, y sobre ellas, trasversalmente,
una plataforma de cuartones de madera de 6 por 6 pulgadas,
con una separación de una pulgada del uno al otro.
Hacia la mitad del muelle, hay una garita donde vive
un guardián, y al extremo saliente, otra con oficina, depó­
sito, etc., facilitándose la comunicación instantánea con la
aduana y diferentes secciones de la Empresa del Ferrocarril,
como agencia, escritorios, factoría, etc., etc., por medio de
un teléfono.
Cuatro grúas á vapor hacen cómoda y rápidamente la
carga y, descarga de bultos y pasajeros, atracando al pié de
ellos las lanchas que los conducen ó traen del mar, y una lí­
nea férrea que pone en contacto la extremidad del muelle
con la estación central, facilita sobremanera el trasporte, pa­
ra la cual existen cambios convenientemente colocados, de
modo qjie, en días de faena, es incesante el movimiento de
trenes de la estación al muelle y viceversa, y como inmedia-

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fe.

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— 68 —

tamente se depositan á disposición de la autoridad aduanera


las mercaderías desembarcadas, y este servicio se hace só­
lo durante el día y por sólo las grúas antedichas, resulta que
están, en la medica de lo posible, garantidos los derechos del
fisco y los del comercio honrado.
El muelle se desprende de un barranco color blanquisco,
de greda fina y compacta, de 15 á 20 metros de elevación y
cortado á pique, el que principiando en la punta de Eten, co­
rre, más ó menos, por tres millas al N. hasta terminar en una
playa de arena, pues va en visible declive hacia el N. Por en­
tre este barranco, unos 800 metros antes de terminar, se ha
practicado un corte ó callejón, en rápida curva, más ó me­
nos de 900 metros de largo, 15 metros en su mayor altura, ó
mejor dicho profundidad, y del ancho preciso para el paso
del convoy férreo, pasadizo por el que está absolutamente
prohibido el tráfico pedestre, en especial los días de tráfico
mercantil, pues sería de inminente peligro el encuentro de
una persona con la locomotora que incesantemente lo re­
corre.
Una cañería de fierro, de cuatro pulgadas, de diámetro,
y tres millas de largo, surte de agua á las embarcaciones que
la necesitan, tomándola en la cabeza del muelle, donde exis­
ten dos tanque de fierro para depósitos, de los que la condu­
ce una manguera hasta las embarcaciones que al muelle atra­
can.
Pimentel.—Hasta ahora poco el puerto de Eten era el
más importante del departamento, desde el punto de vista co­
mercial, pero hoy el de Pimentel comparte con Eten el tráfi­
co marítimo del departamento.
Desde hace muchos años éste se hacía sólo por San Jo­
sé, pero los chiclayanos deseaban tener un puerto propio y
al fin lo consiguieron.
Primero se fijaron en Eten y en 1854 una sociedad de
los notables de Chiclayo, encabezados por don Manuel Ari-
zola y eficazmente ayudados por el subprefecto don José Co­
lons, reunieron fondos y aún hicieron algunos trabajos; pero

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— 54 —

la revolución de ese año, iniciada en Arequipa por el gene­


ral Castilla los paralizó.
Aquietado el país con el triunfo de la revolución en los
campos de la Palma, volvieron á agitarse los ánimos en bus­
ca de puerto y el gobierno comisionó al capitán de navio don
José María Silva Rodríguez, para que hiciese un estudio con­
cienzudo de la caleta de Éten, pero una nueva revolución
(la de 1856 inciada por el general Vivanco) en la que toma­
ron parte Chiclayo y Lambayeque, suspendió los trabajos de
ese distinguido jefe
Estaban así las cosas, cuando se empezó á decir que exis­
tía un desembarcadero cómodo á seis millas al S. de San Jo­
sé y por el cual se aseguraba que en años anteriores hacía
desembarcos un capitán paiteño de apellido Pimentel, cuyo
hermano vivía en Chiclayo por entonces, y como la ocasión
era propicia entusiasmáronse los chiclayanos, formóse una
expedición de sus hombres distinguidos, á quienes presidía
el suprefecto teniente coronel Andrés Benavides y dirigién­
dose al embarcadero lo bautizaron con el nombre de Salave-
rry, con cuyo nombre figura en la primera edición del “De­
rrotero de la costa del Perú”, obra del malogrado jefe de
nuestra marina de guerra don Aurelio García y García, nom­
bre que se le dió por acuerdo unánime, en memoria del gene­
ral de ese apellido que en 1835 rigió los destinos del Perú
como jefe supremo, y que, mártir de la independencia é inte­
gridad de nuestra patria, fué sacrificado por el invasor bo­
liviano en la plaza de Arequipa el 18 de febrero de 1836,
junto con ocho de sus principales compañeros de armas, que
como él fueron hechos prisioneros de guerra en la funesta
jornada de Socabaya, acaecida once días antes.
Los chiclayanos han tenido siempre entusiasta decisión
por este general, á quien deben su erección en provincia en el
primer tercio del siglo pasado.
A pesar de que los chiclayanos deseaban que la caleta
conservase el nombre de Salaverry, las reclamaciones del
hermano de Pimentel contrariaron ese anhelo, llamándosele
Pimentel por unos y Salaverry por otros, hasta el año 1869,

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— 66 —

en que se le dio oficialmente el primer nombre y el de Sala-


verry ai puerto que hoy lo lleva, centro del tráfico marítimo
del departamento de La Libertad, como un homenaje al ilus­
tre jefe que en 1833 libró, con éxito brillante, la batalla de­
nominada de “La Garita de Moche”.
Pero, si bien el nuevo puerto quedaba escogido y pro­
clamado, sus excelencias como desembarcadero eran pura­
mente teóricas, desde que sólo se conocían por tradición, ne­
cesitando que las confirmasen el voto facultativo de los hom­
bres de mar, y como tanto se dijese en pró y §n contra del
nuevo puerto, comparándolo con San José, el capitán del ber­
gantín nacional “Héctor”, don Pedro Pehovés, se propuso ex­
plorar y reconocer la nueva caleta é invitando al piloto de la
barca “María Cristina”, don Gaspar Ureta, que en 1892 fué
administrador de las aduanas de Eten y Pimentel, se embar­
caron en un bote, saliendo de San José al amanecer, rumbo á
la caleta de que me ocupo, la que reconocieron con cuanta
proligidad les fué posible, dadas las circunstancias en que
lo hacían, encontrando que, realmente, tenía mejores condi­
ciones que San José, como fondeadero, siendo su tasca mu­
cho más manejable para balsas y aún accesible para lanchas,
después de lo cual regresaron para San José, aconteciendo
esto á medidos de 1858.
Probado ya profesionalmente que el nuevo puerto era
superior á San José, principiaron los chiclayanos á trabajar
con empeño para establecer una población, como seguro
medio de conseguir que fuese habilitado para el tráfico, y,
para ello, entusiasmaron á algunos pescadores de Santa Ro­
sa, que se trasladaron á Pimentel, siendo José Manuel Sán­
chez, Carmen Castro, Antonio Urcía, Manuel Bello, José Ur-
cía y Sebastián Gordillo, los que construyendo los primeros
ranchos de totora, se establecieron con sus familias en Pi­
mentel, á cuyo lugar abrió un camino desde Chiclayo, el sub-
prefectp don Manuel Bonilla. La importancia del puerto au­
mentó con la concurrencia de las familias que iban á pasar
en él la estación de verano.

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— 66 —

En 1862 el coronel don José Balta consiguió que Pi­


mentel fuese habilitado para el tráfico marítimo y bien pron­
to acudieron barcas nacionales, de poco tonelaje, á embarcar
leña y carbón, siendo de los primeros embarcadores don Mi­
guel Laca, vecino de Chiclayo.
Como era natural, esto dió gran impulso á Pimentel; al­
gunas personas notables construyeron casas sólidas, siendo
el primero que lo hizo un señor Laserna; se estableció la pri­
mera agencia comercial con bodega de depósito por los se­
ñores Lamas y el incremento comercial fue mayor con la es­
cala que de regreso al sur, hacían los vapores “Peruano” é
“Inca”, en su carrera del Callao á San José.
Cada casa que se construía era motivo de una fiesta, y
cuando se concluyó la primera calle, una caravana de lo más
selecto de Chiclayo se trasladó á Pimentel á inaugurarla,
siendo el padrino de ella el coronel del regimiento “Lance­
ros de la Unión”, don Mariano Ignacio Prado, cuyo nombre
se dió á la calle.
Entretanto, en San José continuaba el tráfico; ningún
agente de aduana cambió de residencia, sea por tener allí sus
bodegas y clientela segura y constante, ó por otras causas;
á tal punto que la apertura de Pimentel no disminuyó el trá­
fico marítimo que por San José se hiciera, y como la aduana
permanecía en San José por ser puerto mayor, allí encon­
traba el comercio toda clase de facilidades para la importa­
ción y exportación al extranjero, lo que no podía hacerse en
Pimentel, por ser sólo caleta habilitada para embarcar fru­
tos del país. Todas estas causas dieron por resultado que
disminuyese el tráfico por Pimentel, á tal extremo que los
vapores dejaron de hacer escala.
En 1872 recobró de nuevo impulso con la construcción
de la línea férrea que lo une hoy con Chiclayo y Lamba-
yeque.
Situada la caleta de Pimentel á 10 kilómetros al S. de la
de San José y á los 6" 50’ 25” de lat. S. y á los 79- 54’ 30” de
long. O- de Greenwich, en el recodo que forma la costa in­
mediatamente al norte de una punta barrancosa poco sa-

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— 67 —

líente y que no es sino prolongación de una huaca ó cerrillo


de tierra dura y conocida con el nombre de “La Vieja”, está
completamente desabrigada del viento reinante del S.S.E.,
y azotada por la marejada boba del 8.0. que, como yo se ha
dicho, es constante en nuestra costa; de suerte que no es si­
no un surgidero en el cual fondean los buques de una á una
y media milla de las casas, en fondo de 4 y media á 6 brazas;
siendo indispensable, al fondear, no hacerlo sólo con una
buena ancla y 60 brazas de cadena, sirio aún tener lista la otra
para arrearla inmediatamente, si la braveza lo exige; no
siendo raro el caso en que los buques se ven obligados á lar­
gar sus cadenas y zarpar, por garrear, en términos de correr
peligro, yéndose á la playa. Conviene tener las anclas abali­
zadas.
La tasca es por el estilo de la de Eten, esto es, una zona
de 500 á 600 metros, donde las olas rompen furiosamente por
efecto del poco fondo. Peligrosa en todo tiempo para las em­
barcaciones menores de los buques, jamás deben aventurar­
se á ella, y sí, tan sólo, esperar á que vayan á bordo las de
tierra, que son á propósito para el caso, manejadas por tri­
pulante^ avezados al peligro y eximios nadadores. Sin em­
bargo, comparada esta tasca con la de Eten, es más mane­
jable que ésta; pues se nota que las olas, en Eten, son más
elevadas y tienen más empuje y violencia que en Pimentel.
Hay ocasiones, en media braveza, por ejemplo, en que
mientras en Eten la rompiente y la marejada no permiten á
los pescadores entrar á la mar, los de Santa Rosa y Pimentel
pueden hacerlo y lo verifican sin mucho riesgo, no siendo la
causa otra que el peligro, en Eten, de ser envueltos por la
mar, al enconchar (formar concha) ó argusar las olas, las que
en éste tienen notable tendencia á sumergir lo que encuen­
tran ; lo que no pasa en Pimentel, donde las olas son más ba­
jas y tendidas.
Algo más, mientras en la tasca de Eten (antes de exis­
tir muelle) han zozobrado, en dos ocasiones, las lanchas, oca­
sionando pérdidas de vidas (15 personas), fracasando gene­
ralmente al salir casi de la rompiente; esto es al afrontar las

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— 58 —

primeras olas que quiebran, en Pimentel jamás ha aconteci­


do caso igual, y lejos de eso existe, en dirección á la torre de
la iglesia, un canal natural, por el que las lanchas penetra­
ban, con fondo suficiente, hasta la mitad de la tasca, en ba­
ja marea; y mientras á los lados reventaba la mar, á no mu­
cha distancia, en esa especie de. canal se hacía, cuando se
trabajaba con lanchas, tranquilamente, la carga y descarga,
todo lo cual quiere decir que, en igualdad de circunstancias,
esto es, caso de afrontar la tasca de uno ú otro desembarca­
dero, mayor peligro se corre por Eten que por Pimentel.
Como surgidor no sólo es Pimentel de poco fondo, sino
que hay trechos en que éste disminuye rápidamente, á pun­
to de ofrecer peligro á los vapores que entran con mucha via­
da, por lo que e^ prudente no descuidarse con la sonda. Nues­
tra corbeta “Unión” estuvo á punto de varar por esta cau­
sa al fondear en 1873 en la caleta de Pimentel, y el vapor
alemán “Biranca”, en marzo de 1892, no sólo varó al fon­
dear, sino que, con el ancla ya en el fondo, al dar atrás, ras­
pó sus fondos, ocasionándose una avería de tal considera­
ción, qup á pesar de hacer su viaje á Centro América, se vió
obligado á regresar al Callao, y entrar en el dique para re­
pararlo.
El fondeadero para los vapores puede tomarse hasta
en 4 y media brazas de fondo, en tiempo ordinario; pero se­
ría peligroso hacerlo así en el de braveza, pues con su qui­
lla tocaría el fondo al hallarse en la concavidad que dejan
las olas al pasar.
Dueños de sus movimientos, como son, pueden fran­
quearse en el momento que lo necesiten, sea para evitar un
peligro, ó para facilitar el acceso de las embarcaciones de
carguío; pero en los buques de vela es muy distinto, y por
tanto no es demás el dar aquí algunas ligeras instrucciones
para tomar en Pimentel un buen fondeadero-
Sea que por venir del norte haya el buque tomado el de­
bido barlovento, ó que venga del sur, navegará con un res­
guardo de tres millas de la costa, teniendo siempre á la vis­
ta el morro de Eten, la punta de Santa Rosa y el cerro de

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PIMENTEL

Embarque de pasajeros por la finia de la cabeza del muelle.

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— 59 —

Reque, de los que ya se ha hablado al tratar de Eten, y una


vez rebasada la punta de Santa Rosa, la que está perfecta­
mente caracterizada por la iglesia que se ve en la altura, se
orza poco á poco, cuidando de no ensenarse mucho, hacién­
dolo sólo al avistarse las casas del pueblo y el cerro de Ro­
maica, que es un cerrito situado más ó menos á 15 millas al
interior, color blanquisco y terminado por dos mogotes cóni­
cos, perfectamente determinados, en cuyas circunstancias so­
bre la torre de la iglesia, hasta tenerla al E. un cuarto al N. E,
y se seguirá á este rumbo, teniendo mucho cuidado de fijar­
se como demoran el morro de Eten y la punta de Santa Ro­
sa, marcaciones que se van aproximando á medida que el bu­
que avanza hacia tierra, y cuando se vea que el morro cita­
do está confundido con la iglesia de la punta de Santa Rosa,
en cuyo momento el buque se encuentra en el fondeadero.
Pero como no es conveniente fondear en cualquier sitio, pa­
ra tomar el mejor fondeadero se buscará la enfilación de la
torre de la iglesia de Pimentel con la abertura ó seno que
separa los dos mogotes del cerro de Romaica, y al verificar­
se la enfilación, se larga el ancla en cinco brazas de agua,
con 60 de cadena.
Algunas veces no está visible el cerro de Romaica por
estar nublado el interior, y entonces se toma como marca­
ción el cerro de Reque, y cuando el último de los mogotitos
que de él se prolongan por el N. está enfilado con la media­
nía de las casas de Pimentel, se larga el ancla, siendo éste el
mejor fondeadero, tanto para el acceso á bordo de las lan­
chas de carguío, cuanto para la seguridad del buque, pues
caso de un accidente que obligue á darse á la vela inespe­
radamente, en ese lugar hay campo sobrado para manio­
brar, debiéndose además preferir este lugar en invierno, me­
jor dicho, en la época de bravezas. Cuando no las hay, se
puede fondear á un cable más á tierra, no pasando de 4 y
media brazas de fondo-
En cuanto á los vapores, que á más de su andar perma­
necen poco tiempo en Pimentel, pueden fondear, como ya
se ha dicho, hasta en cuatro brazas de agua, yendo siempre en

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— 60 —

demanda de las balsas que cargadas y fondeadas los es­


peran.
El servicio de embarque y desembarque en Pimentel se
hacía hasta la construcción del actual y magnífico muelle,
por medio de balsas, que la experiencia ha demostrado ser
las únicas embarcaciones aparentes para afrontar la bravia
tasca de nuestra costa norte.
Las balsas se construían con unos palos especiales, de­
nominados pu/o.s de balm., que flotan en el agua á semejanza
del corcho. Estos palos se colocaban longitudinalmente en
número de 8 á 9, amarrados unos á otros, y además por me­
dio de tres barrotes atravesados llamados corbatones. Sobre
éstos se colocaban otros palos, en el mismo sentido que los de
abajo, y luego unos trozos pequeños atravesados, formando
dos plataformas pequeñas, una á cada tercio de la balsa, de­
jando en el centro un hueco y allí un mástil con una vela re­
donda. Las trincas y amarras no eran de cabo de cáñamo al­
quitranado, cual debían ser, fuerte y torcido á máquina, sino
de la corteza del árbol del tabaco, llamada pasaya, burda­
mente torcida por los mismos balseros. Iban tripuladas por
10 ó 12 hombres que llevaban una especie de remos, hechos
por ellos mismos, de madera dura y gruesa, con los que se em­
pujaban apoyándolos en el fondo y por medio de los cuales
disminuían el abatimiento de la balsa; pero á pesar de todo,
las balsas no salían sino en circunstancias especiales, pues
necesitaban mar lleno y viento; con calma era imposible ha­
cerlo, y aún el viento no bastaba, pues muchas veces se so­
taventeaban por completo, á lo que contribuía la corriente,
siendo entonces indispensable prestarles auxilio, sucediendo
esto con la virazón. Sólo el terral, que lo llevaban en popa, les
permitía tomar el buque con facilidad-
Las balsas grandes, esto es, las de diez palos, á lo sumo
podían llevar 150 quintales, ó sean 80 sacos de arroz, y esto
en buen tiempo, que por lo que respecta á los días en que,
aunque con braveza, se podía hacer el tráfico, á lo sumo con­
ducían 60 sacos, ó sean 115 quintales en buen tiempo, y 75 en
circunstancias desfavorables.

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PIMENTEL

Puesta del Sol tras del muelle.

Balsas que se usaban ahora años para el trasporte de carga.

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— 61 —

Hemos dicho que con el viento del S.S.E., ó sea la vira­


zón, las balsas no lograban tomar el buque al que conducían
la carga, y, en efecto, como entonces navegaban ceñidas al
viento, la fuerza impulsiva de éste al presionar en la vela,
se descomponía por obrar en ángulo en dos direcciones; una
que impelía hacia adelante y la otra hacia el costado; de mo­
do que la balsa navegaba avanzando, á la vez, en dos direc­
ciones, á lo que los marinos llaman irse de ronza ó abatir, y
como las balsas no tienen ninguna cualidad marinera, excep­
to la flotación, el abatimiento es considerable, á lo que en
mucho contribuye la corriente; de modo que la balsa, im­
pulsada de costado por la corriente y el abatimiento, avan­
zaba de costado el doble que avante, y así, tanto al ir á bor­
do como al regresar, jamás llegaban al punto objetivo: siem­
pre caían á sotavento del puerto, más ó menos lejos al regre­
so, ó del buque á la ida.
En el primer caso varaban donde Dios les ayudaba, y,
ó tenían que traer por la orilla la balsa cargada, halándola,
ó bien la descargaban donde varaba, en hombros ó en ca­
rreta; y de su cuenta, riesgo y responsabilidad, conducían
la carga á los almacenes. Cuando iban á bordo, si veían que,
aunque sotaventeada, esto es, bien lejos por la popa, la bal­
sa había llegado á la altura del buque, fondeaban allí y es­
peraban á que del buque les enviasen un cabo, al que se ama­
rraban, y después de levar su ancla, se cobraban por él has­
ta llegar á bordo.
Esto pasaba cuando^ el buque era de vela y permanecía
varios dias á la carga; pero con los vapores, que siempre es­
tán de apuro, las cosas pasaban de otro modo. Helo aquí: Sa­
biendo por el itinerario el día que debían llegar, desde la
víspera y con marea á propósito, cargaban las balsas, y éstas
salían á fondear en el sitio donde calculaban podía entrar
el vapor, y éste, al llegar, iba en demanda de ellas tomándo­
las y amarrándolas á su costado ó popa, fondeando poco des­
pués.
En otra época se hacia el tráfico marítimo en Pimen­
tel por medio de lanchas, las que aprovechaban de un cá-

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— 62 —

nal natural que existe entre la tasca, más ó menos en direc­


ción de la iglesia, por el que las lanchas se aproximaban á
la orilla como hasta á un tercio del ancho de la tasca, aguan­
tándose allí á un andarivel, á poco más de media braza de
fondo, y desde allí sacábase en hombros la carga y pasajeros
por la cuadrilla de tasqueros, cuyos individuos tenían que
caminar, hasta con dos quintales al hombro, por entre la rom­
piente, como unos 200 metros, hasta salir á tierra; pero al
fin se palparon los inconvenientes de tan pesado sistema y
se comenzó á hacer uso de las balsas.
El magnífico muelle que hoy posee Pimentel comienza
con una curva que fue necesario hacer por no poder conse­
guirse el terreno del que debía arrancar en línea recta para
echarlo sobre el canal á que acabamos de referirnos. Tiene
el muelle 602 metros de longitud. Su construcción es sólida,
sobre pilotes de 6 pulgadas de diámetro con tirantes de 1 y
medio, tramos de 4 y medio y 6 metros, viguería de hierro
doble T y plataforma de vigas de madera de 5 X 8”. Está
dotado de una grúa Demac, de 40 toneladas de peso, que
puede levantar 15 y es á la vez martinete, empleo que se le
dió durante la construcción. Hay otra grúa de 25 toneladas
para levantar 8, y una tercera de 15 que levanta 5.
El proyecto del muelle es del ingeniero Wood, modifi­
cado por la Brückenbau Flender A. G.—Benrath a Rh., Ale­
mania, que fue la firma que lo construyó, habiendo dirigido
su colocación el ingeniero B. Pellny.
San José,—Dijimos anteriormente que durante muchos
años fuá San José el puerto mayor y desembarcadero único ha­
bilitado para el tráfico de esta sección territorial, y así fue, en
efecto, hasta que, terminadas las obras del ferrocarril y muelle
en Eten, se trasladó á éste la aduana, y con ella, todo el trá­
fico marítimo, quedando aquel reducido á la condición de
caleta, y como han desaparecido ó emigrado las familias no­
tables de Lambayeque que lo fomentaban, frecuentándole
como lugar de baños en el verano, hoy es una humilde aldea
de pescadores que decae visiblemente y que tiende á desapa­
recer, invadida por los médanos de arena que ya han éntefra-

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SANTA ROSA

("ahta de Santa Rosa.

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l’esi-adores niariscaiido.

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— 63 —

do algunos de sus edificios, y que viniendo de N, á S., se ven


entre esta caleta y Pimentel y entre este puerto y Santa
Rosa.
La playa es generalmente arenosa y baja, y á trechos cu­
bierta .con la planta salina de la que suelen hacer legía.
Como ya no concurren á este lugar buques á hacer trá­
fico marítimo, inútil es dar una idea del puerto bajo el pun­
to de vista técnico; pero como algunos buques que rara vez
arriban á nuestra costa y que se dirigen á Eten ó Pimentel
viniendo del norte ó extraviados por la neblina y arrastra­
dos por la corriente viniendo del sur, pueden, como ya ha
sucedido, confundirlo con Pimentel, al menos á la distancia,
conviene decir que es fácil rectificar el error, fijándose en
una huaca ó cerrillo de arena, al extremo N. del pueblo, en
el cual está situado el panteón.
Santa Rosa.—La caleta de Santa Rosa es otro de los de­
sembarcaderos del departamento, y poco es lo que se puede
decir de ella, sea como población ó como lugar de tráfico ma­
rítimo, pues es sólo una aldea de pescadores, situada sobre
una pequeña loma de tierra, por la que no se hace ninguna
operación mercantil.
Sus habitantes, todos ellos indígenas, viven en ranchos
de totora ó de quincha enlucida con barro, y su edificio más
notable es una capilla en estado ruinoso, ubicada en el lugar
culminante del pueblo y visible á gran distancia por el lado
del mar, donde se venera á Santa Rosa, patrona de la caleta.
Dicha capilla sirve de segura marcación para los buques que
se dirigen á Eten ó Pimentel.
La tasca en esta caleta es por el estilo deda de Pimen­
tel: carece de abrigo respecto de la marejada del S O., pe­
ro es más manejable que la de Eten para embarcaciones pes­
cadoras y no faltan en ella canalizos por los que, en parte,
evitan la rompiente al entrar ó salir las frágiles embarcacio­
nes en que se hace la pesca.
No es posible decir nada, con certeza, sobre las condL
clones del lugar como fondeadero para buques, por no ha­
berse hecho al respecto estudio alguno, desdé que nuhca, á

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— 64 —

lo que se recuerda, se ha hecho por allí tráfico comercial; pe­


ro puede asegurarse que así como en Pimentel, puede fon­
dear un barco con seguridad á una y media milla de tierra,
en 4 ó 5 brazas de agua, y que no hay ningún escollo ni ban­
co que pueda hacer peligroso el fondeadero, por ser tendi­
da y de arena fina toda la playa.
El Progreso.—Entre la caleta de Chérrepe de que nos
ocupamos más adelante y el morro de Eten, se encuentra la
caleta del Progreso, que dista de aquella 13 km. hacia el N. Es
desabrigada y la playa sólo accesible en lanchas cuando el mar
está bueno. El centro de esta caleta se halla á los 7''04, lat.
S. y los 79 " 43' long. W. de Greenwich, según García y Gar­
cía, y fue abierta exclusivamente para exportar la leña, car­
bón y otros productos de las haciendas y fundos cercanos.
Chérrepe.—Aunque la caleta de Chérrepe depende de la
aduana de Pacasmayo, como en lo marítimo pertenece al ter­
cio naval de Lambayeque, no es demás decir algo respecto
de ella.
Se halla situada en un recodo que forma la costa, cua­
tro millas al N. de la punta de Saña que le sirve de abrigo,
y como esta es un tanto saliente, la resguarda bastante de la
marejada, en términos de ser su tasca menor que en los de­
sembarcaderos antes descritos. Los buques pueden fondear
hasta á un tercio de milla de la playa, en 5 ó 6 brazas de fon­
do, siendo la posición geográfica del centro de la caleta, se­
gún García y García, 7'' 10’ 20” lat. S. y 79" 40’ 10” long. W.
de Greenwich.
En esta bahía se perdió en 1881 el vapor francés “An-
tartinue”, el que chocó con una roca ahogada, un tanto pró­
xima á tierra, al tomar el fondeadero durante la oscuridad
de la noche. Como esta caleta no ha sido debidamente ex­
plorada y la costa es rocallosa, no es extraño que existan en
su fondeadero otras rocas, más ó menos hundidas y que los
buques corren el riesgo de descubrirlas con sus quillas, cual
sucedió con el “Antartique”, razón por la que puede conside­
rarse la caleta como peligrosa, mientras no se la someta á
estudio y se levánte un plano prolijo de su fondeadero.

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— 65 — ■

Punta de Saña.—Al S. de la caleta de Chérrepe queda


la Punta de Saña, cuyo extremo W. se halla á los 7- 10’ de lat.
S. y á los 79’ 40’ 50” de long. W. de G., según el capitán Gar­
cía y García.

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66

SERVICIO MARITIMO (1)

Los matriculados de marina, que son todos los que de


cualquier manera ejercen la industria de mar en las playas,
como pescadores, lancheros, fleteros, tasqueros, etc., y que
forman las milicias navales, están obligados por ley del Es­
tado á prestar sus servicios para el tráfico marítimo, con arre­
glo á tarifas formadas de común acuerdo entre sus sargen­
tos y los representantes del comercio, en junta presidida
por el capitán de puerto.
Estas tarifas se ponen en vigencia cuando han sido
aprobadas por el supremo gobierno y son valederas por dos
años, prorrogables á voluntad de las partes. De este modo
están garantizados los comerciantes y los matriculados y las
huelgas de éstos se hacen imposibles, desde que los capita­
nes de puerto los obligan á cumplir sus deberes, así como los
amparan en sus derechos, y como son tan distintas las con­
diciones de cada puerto, los gremios y las tarifas lo son tam­
bién; pero en todos el servicio es obligatorio para los ma­
triculados, sin exceptuarse día ni hora para atender á los
vapores de itinerario fijo, cuya obligación está sólo restrin­
gida por el estado de la mar, á juicio del capitán del puer­
to y por las prescripciones expresamente dictadas por el su­
premo gobierno en determinadas circunstancias.

(1).—Aunque lo que se consigna en cate capítulo so refiero al servicio marítimo


tal cual so hacia ahora años, lo incluimos aquí, pues hoy subsiste más ó monos lo mis­
mo. El tiempo nos ftié escaso para corregirlo durante nuestra reciente estada en el
departamento.

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— 67 —

Esto es en tesis general; pero concretándonos al depar­


tamento, he aquí como se hace el servicio en el puerto mayor
de Eten.
A pesar de que la Empresa del ferrocarril y muelle de
Eten proporciona de un modo voluntario y gratuito á los ma­
triculados que en Eten se establecen, casa compuesta de dos
habitaciones y corral, pasaje de ida y regreso hasta Monse-
fú en sus trenes de 7 a. m., proveyendo al intento á cada fa­
milia de una libreta que se renueva anualmente; visita de
médico una vez á la semana; ataúd para el que fallece; dia­
rio de veinte centavos al que de cualquiera manera se mal­
trata en el servicio y sea cual fuere el tiempo de su inhabi­
litación; á pesar de que proporciona adelantos graciosos de
dinero, descontables á razón de un sol semanal (y á veces
menos, segiin lo que el agraciado alcanza por trabajo hecho
en la semana) á los matriculados que lo solicitan, siempre,
como es nab’ral. con conocimiento de la capitanía del puer­
to; aunque jamás cobra ni un centavo por los deterioros mu­
chas veces culpables de las lanchas, en choques contra los
buques, ó entre ellas, roturas de remos, etc., etc; y á pesar,
en fin, de que generosamente se grava en el pago de los bul­
tos que se rompen ó van al agua; cuando según el reglamen­
to de capitanías estas pérdidas ó roturas deben pagarlas los
matriculados, pues ellas provienen, salvo excepcionalísimas
circunstancias, de punibles descuidos al estivar ó recibir la
carga; á pesar de todo eso, repetimos, tan sólo un corto nú­
mero de matriculados se establecieron en Eten como lanche­
ros, y como eran insuficientes para el tráfico comercial, dis­
puso el Gobierno que los pescadores matriculados de la ca­
leta de Santa Rosa, prestasen sus servicios en Eten, para lo
cual son oportunamente llamados por el capitán de este
puerto.
Los matriculados aptos para el servicio que viven en
Santa Rosa, están divididos en dos cuadrillas al mando de sus
respectivos sargentos y cabos. Cada cuadrilla entra de tur­
no 15 días, durante los cuales debe..proporcionar él número
de hombres que se piden, cuando el servició lo requiere, lo

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— 68 —

cual sólo tiene lugar dos ó tres veces á la semana, en los días
en que tocan en Eten los vapores de itinerario fijo, y en las
raras ocasiones en que hay que atender á alguno de los pe­
queños barcos de vela que en escaso número tocan aquí
Cuando no bastan los matriculados de Eten, por nece­
sitarse más de una lancha en actividad, se piden á Santa Ro­
sa cinco hombres, que agregados á aquellos, son bastantes
para tripular dos lanchas, siendo sólo en los días de vapor
que se pide íntegra la cuadrilla de servicio, y á veces 4 ó 6
hombres más de los que están de descanso, dependiendo esto
del número de lanchas que hay que tripular (para cada una
de las cuales se necesitan once hombres), lo que se aprecia
por la cantidad de carga que debe embarcarse-
Lo natural sería que, sino todos, algunos de los habitan­
tes de Santa Rosa se radicasen en Eten, tanto para no ha­
cer á pié el viaje de ida y regreso á la citada aldea, que
dista de 7 á 8 kilómetros, cuanto para aprovechar de aque­
llas ventajas de que disfrutan los de Eten; pero sea amor al
terruño ó mayor abundancia de pesca y mayores facilidades
de la tasca para cogerla, ello es que los matriculados de
Santa Rosa prefieren hacer el incómodo viaje ya indica­
do, el que hacen generalmente en una hora por la orilla del
mar, y teniendo en verano que vadear el río de Eten á cer­
ca de dos millas al N. del puerto. Este no es muchas veces
vadeable durante algunos días, y en ellos los matriculados
vienen por Monsefú, haciendo más de diez kilómetros de ca­
mino, bien que entonces la empresa les proporciona pasaje
gratis en sus trenes á cualquiera hora. .
El servicio antedicho está tan bien organizado, los ma­
triculados tan disciplinados y la agencia marítima tan cum­
plida para con sus clientes, que el tráfico se hace con rapi­
dez y orden, sin que surjan disturbios, reclamos ni dificul­
tad alguna, y sería todo completo sin el inconveniente que
vamos á exponer.
Como de antemano y por los . itinerarios impresos que
distribuyen las agencias generales de los vapores costaneros,.

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— 69 —

se sabe el día en que cada vapor debe tocar en los puertos, se


prepara todo en Eten con la debida anticipación para el día
fijado, esto es: la agencia, sus lanchas, cuadrilla de muelle,
locomotora, pescantes á vapor y carros cargados, teniendo
en fin todo listo en el muelle para principiar la carga apenas
se aviste el vapor, lo que sucede en tiempo claro una hora
antes de que fondee, esto es, cuando aun se encuentra de 10
á 12 millas de distancia. Los matriculados, por su parte, vie­
nen de Santa Rosa á Eten, en el número pedido de antema­
no, amaneciendo en éste el día señalado para la llegada de
los vapores; pero éstos no cumplen con su itinerario, espe­
cialmente los procedentes de Panamá, los que no sólo no
arriban el día fijado, sino uno ó dos días después y casi al
anochecer, unas veces porque se atrasaron en Panamá, otras
porque no alcanzaron la marea para entrar ó salir de Gua­
yaquil, no pocas por demasiada carga; muchas, por navegar
despacio á fin de economizar carbón, y todas perjudicando
al comercio, á la Empresa del ferrocarril, á los pasajeros y
á los matriculados; siendo lo peor que esto no suceda una
que otra vez, sino siempre; á punto de que ya se sabe, con
seguridad, que los vapores del norte llegan siempre después
de su itinerario. Notable excepción es su llegada el día pre­
fijado.
Como los matriculados todos tienen que estar en Eten
listos para el servicio de embarque y desembarque de la car­
ga del vapor que se espera, no pueden dedicarse, en ese día,
á trabajo alguno, puesto que, de un momento á otro, puede
fondear el vapor, y como éste no llega, esa gente pierde inútil­
mente su tiempo, ó lo que es lo mismo, no gana jornal alguno.
No es justo cobrarle el perjuicio á la agencia, desde que
no le han hecho trabajo alguno; antes bien, ésta sufre per­
juicio gastando inútilmente su combustible, aceite, sebo, etc.,
en sus locomotoras y pescantes del muelle, los jornales de
sus cuadrillas de muelle y estación, etc., etc. Son las empre­
sas de vapores las que debían abonar los perjuicios que oca­
sionan con la informalidad en el cumplimiento de sus iti­
nerarios.

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— 70

ASPECTO FISICO

Los Andes del Perú en su viaje al N., antes de formar


la cresta fría llamada Coimolache, sita al occidente de la ciu­
dad de Hualgayo'c del departamento de Cajamarca, des­
prenden un ramal importante que marcha al poniente, deno­
minado de Gordillos, ramal que sustenta en su falda N. al
pueblo de Niepos y cuyos últimos contrafuertes bajan des­
pués para cerrar el S. de la hacienda Cayaltí. Sus cumbres
planas forman el divorcio de las aguas de Lambayeque con
las que van al valle de Pacasmayo; es decir, que las del N.
bajan á constituir los ríos Chancay y Saña, y las del S. el río
Jequetepeque.
Un cerro altísimo, negro y brillante, cuyo vértice está
siempre oculto por nieblas que se condensan, llamado Yana-
huanga, se levanta solitario en un estribo vecino á la inter­
sección de la cordillera Real y el ramal de Gordillos: hacia
el S. alimenta esta mole las lagunas de Llalladén, cuyas
agqas forman, entre otros, el río Poclush que corre al E. de
San Miguel; en el centro del ángulo N. O. de ambas cordille­
ras se halla la laguna llamada Mishacocha (laguna de colo­
res)_, la que forma el origen más lejano del río Lamba­
yeque.
El territorio que ocupa este deprtamento es casi todo
llano, pues la mayor parte de la provincia de Lambayeque
la constituye el dilatado desierto de Olmos, que se ex­
tiende hasta Mórrope, Jayanca y Motupe, donde el viajero
sólo encuentra la pascana de los Callejones perdida en ese

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— 71 —

inmenso arenal. Hacia el E. vénse uno que otro ramal de la


cordillera occidental y cerros bajos.
La provincia de Chiclayo, que está al S. de la ante­
rior, tiene un suelo completamente llano; no hay.en él ra­
mal alguno de la cordillera y sólo se ven pequeñas eminen­
cias como los cerros de Chongoyape que bajan hasta la ha­
cienda de Pátapo, los contrafuertes del ramal de Gordillos,
que llegan hasta la hacienda Cayaltí, y los de Reque que van
hasta las fronteras del distrito de Lagunas. En este distrito
hay grandes médanos, á tal extremo que el pueblo, que era
habitado sólo por indígenas, ha sido casi abandonado por
hallarse cubierto con la arena.
En el centro del departamento se dilata la pampa de
los Burros, de 28 kilómetros de largo por 22 de ancho, terre­
no que en la época incáica ó tal vez preincaica, estaba total­
mente cultivado y regado por la extensa acequia llamada de
los Gentiles, que saliendo de la margen derecha del río de
Lambayeque, en portachuelo Blanco, la atravesaba de orien­
te á occidente é iba á perderse más al N. de Ferreñafe.
Desde el mar el terreno va ascendiendo gradualmente
hasta el pié de la cordillera, donde sube en Chongoyape
á 248 metros, en Potrerillo á 907, á 1,245 en los límites orien­
tales de Lutis, á 1,744 en el cerro Yanahuanga, á 1,817 en los
confines orientales de Succha, y por último, hasta 2,820 me­
tros en Porculla, límite con la provincia de Huancabamba
del departamento de Piura.
La parte oriental de la provincia de Lambayeque se ha­
lla sobre las bajas escabrosidades de la falda de la cordille­
ra, y en la provincia de Chiclayo sólo corren dos pequeños
ramales en dirección al O que terminan en el cerro de la Pi-
nita ó Reque el uno, y en los llamados Altos de Pátapo y Po-
sope el otro, formando los dos anchurosos valles de Saña, y
de Lambayeque y Chiclayo.
Existen, además, diseminados en el departamento, ce-
rritos aislados como el del Purgatorio en Túcume; Pítipo,
cerca de Batán Grande; Chaparrí, entre Chongoyape y la ha­
cienda nombrada; Tres tomas en Ferreñafe; Morropillo, en

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— 72 —

Chiclayo; Dos Tetas, compuesto de un cerro pequeño y otro


más elevado hacia el O., en el Combo; Boreaud, en Collud;
La Horca, al E. de Saña; La Purísima en el camino de Chicla­
yo á Pimentel; y los siguientes del distrito de Salas: Cerros
Chonto que concluyen con el cerro Surita al S., á 12 y medio
kilómetros del pueblo; Potrerillo y Mama Angelina que dis­
tan 7 y medio kilómetros hacia el N. E.; Peche á 5 km. al
N.O.; Quinaquina á 5 km. al N.; Morrupe á 200 metros al
E.; Trompetero á 150 m. al O.; cerrito. del Niño á 50 m. al N.;
cerro Tempón á 5 km. al O., y algunos más en este y otros dis­
tritos que indicaremos al ocuparnos de cada uno de ellos-
En cuanto á la constitución geológica del departamento,
Mr. Adams ha reconocido la formación cretácea, fundándose
en su semejanza litoiógica y su relación con rocas ígneas, en
el valle del río de Saña, especialmente en el cerro donde se
levanta la ciudad de este nombre, que contiene canteras de
cal; también en el valle de Lambayeque, en la parte más al­
ta cerca de la hacienda de Pátapo, donde las calizas y cuar­
citas se presentan al N. E. de Ferreñafe y al E. del puerto de
Eten en un cerrito situado al O. del cerro de Reque. El cre­
táceo está generalmente acompañado de rocas ígneas, según
es de notarse con claridad cerca de Ferreñafe: sus estratas
se perciben dobladas ó por lo menos onduladas y con fre­
cuencia las atraviesan diques de roca ígnea, pero no son
nunca grandes las áreas que las contienen. -
En Eten hay un barranco de arcilla arenosa. Esta mis­
ma arcilla se encuentra también al descubierto en la plani­
cie, en varios sitios, á corta distancia del puerto.
Los cerros que forman el río de La Leche y la hoya de
la hacienda Batán Grande, son de caliza que contiene piritas
de hierro, cúbicas y doradas.
En las pampas de la costa, cerros aislados rompen su
monotonía; de éstos hay dos tipos claramente distinguibles
y que han tenido origen diferente: uno de estos tipos está
constituido por rocas más antiguas que las llanuras. Parece
que durante la formación de estas rocas de la planicie ya
existían los cerros, ora en forma de islas, ora como rocas

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73 —
ocultas en el mar, y solamente su base estaba cubierta por se­
dimentos. En algunos casos, estas rocas de formación más
antigua, pueden haber estado enteramente cubiertas por se­
dimentos marinos y aparecen ahora como cerros, porque los
ha puesto á descubierto la erosión subsecuente á la forma­
ción de los llanos costaneros. Tales cerros se observan entre
Pacasmayo y Eten.
En el cerro de Eten se encuentra el fonolito conocido
allí por Campanas.

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74

CLIMA

Dada la latitud de la costa del departamento, su clima


debería ser cálido y ardiente; pero las brisas del mar, siem­
pre constantes, por una parte, y la corriente polar, de que
hemos hablado, por otra, refrescan de tal modo el ambiente,
que muchas veces hasta frío se siente en las noches, siendo
en el día la temperatura templada y agradable-
En poblaciones inmediatas al mar, como Lagunas, Mon-
sefú y Mórrope, se goza de temperamento verdaderamente
primaveral, existiendo otras que por su situación especial
son permanentemente calurosas, como Ferreñafe, Chongo-
yape y haciendas Batán Grande y Pátapo.
El naturalista Raimondi, refiriéndose al clima de Chon-
goyape, dice: “está rodeado por un semicírculo de cerros
áridos que á manera de espejo cóncavo reverberan los ra­
yos caloríficos que concentrándolos en su foco, hace que ten­
ga temperatura muy elevada é insoportable cuando los des­
nudos cerros se hallan calentados por el sol”.
Entretanto, Reque, Monsefú y especialmente Mórrope
gozan de aire puro, delicioso y seco, que los hacen necesa­
rios para la curación y convalecencia de enfermedades pul­
monares; pudiéndose decir lo mismo de Tocmoche y Cachén,
que son para Lambayeque y Chiclayo, lo que Tarma y Jauja
para Lima.
Durante el invierno la temperatura media es de 16’ cen­
tígrados en la costa. No sucede así en las poblaciones del in­
terior hasta las que no llegan, al menos con fuerza, las bri­
sas marinas: en ellas el calor es sofocante durante el vera-

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— 75 —

no. Sólo en algunos pueblos que están al pié de la cordille­


ra occidental, se siente un poco de frío.
El clima del departamento es, pues, por lo general, sa­
no y tónico, distinguiéndose entre las poblaciones de la cos­
ta el puerto de Eten, por estar exento del paludismo, que
no falta, aunque en pequeña escala en los de más al N. y cuyo
origen no es otro que los pantanos y ciénagas «que los ro­
dean por barlovento, .cuyas emanaciones, aunque atenua­
das, trasporta el alisio, y especialmente el terral, al pasar por
dichos pantanos, antes de llegar á las poblaciones de Pimen­
tel y San José.
Pero, á pesar de que el departamento goza de benéfi­
co clima, como se ha dicho, carece, por desgracia, de las in­
dispensables condiciones higiénicas y de salubridad, á las
que debían dedicar atención preferente los Concejos Muni­
cipales. Aparte de las epidemias de viruela y bubónica que
últimamente han grasado en él (en 1902 la primera y en
1905 la segunda), los desbordes de las aguas de regadío, en
ciertas épocas de excesiva abundancia, forman los pantanos
á que hemos aludido más arriba, cuyas emanaciones co­
rrompen la atmósfera é infeccionan las poblaciones. Otra de
las causas de insalubridad, son los muladares y huacas que
se hallan próximos á las localidades, y que en Chiclayo, fe­
lizmente, van ya desapareciendo. La baja policía, servicio
que dejaba mucho que desear, ha mejorado de manera sen­
sible desde que se implantó un arbitrio especial con tal ob­
jeto; y los trabajos que actualmente se llevan á cabo para
dotar á la capital de agua potable y desagües, darán induda­
blemente muy provechosos resultados para la higiene pú­
blica.
Fuera de los pequeños defectos que hemos apuntado, el
clima es de lo más sano que cabe, y lo prueba la robustez de
sus habitantes, por más que, como pescadores, los indíge­
nas trabajan entre el agua, viven casi á la intemperie en ran­
chos de totora, sin proporcionarse comodidad alguna, y es­
tén en riña cerrada con las más elementales prescripciones
de la higiene.

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— 76 —

El ilustrado doctor Luis Carranza, fundador y presi­


dente de la institución científica más .útil del Perú, la Socie­
dad Geográfica de Lima, hombre de vasta ciencia y observa­
dor profundo, en un estudio magistral sobre “la costa del
Perú y algunas singularidades de su clima”, se expresa así:
“El litoral del Perú se extiende en una estrecha faja de
16’ geográficos más ó menos de N. á S., por menos de un 1’
equinoccial de O. á E, posición geográfica que lo expone du­
rante medio año á recibir verticalmente los rayos solares, pa­
ra reflejarlos bajo la misma incidencia en su suelo general­
mente llano y cubierto de arena, como los desiertos del Afri­
ca. Pero el nivel regular de las inmensas soledades de aquel
continente, permite que el calor se distribuya uniformemen­
te en su suelo.
“Nuestra costa no tiene ese nivel análogo al de los de­
siertos africanos ;'ni la misma elevación del terreno al aproxi­
marse á la cordillera ofrece una gradiente regular. La apa­
rente horizontalidad de sus arenales está bruscamente in­
terrumpida por valles y sierras de más ó menos elevación que
desde los Andes avanzan hasta el mar; mientras que sus lí­
mites orientales se pierden en un laberinto de quebradas:
uñas desprovistas de vegetación durante muchos meses en
el año, y otras eternamente áridas.
“Así, pues, la extremada sequedad de una parte de su
territorio alterna en algunos lugares con el húmedo ambien­
te de sus valles, en los que la variada perspectiva de su ve­
getación lujosa, contrasta con el sencillo paisaje de los are­
nales vecinos. Allí la reverberación solar en los días de esn
tío eleva la temperatura á un grado enorme, haciendo muy
incómodo el calor de las quebradas en su límite oriental^
mientras que en los valles los rigores del clima están mode­
rados por la constante evaporación de su suelo húmedo.
“Apesar de esto, la temperatura de nuestro litoral no
sería inferior á la de las costas de Guinea ó superior á la del
litoral brasilero, comprendido en la misma latitud que el
nuestro, si otras causas más poderosas no influyeran, neutra­
lizando de una manera singular el calor excesivo, al cual

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— 77 —

está expuesto su territorio, no solamente por sú posición geo­


gráfica, sino también por su constitución física. Esas cau­
sas son la proximidad de la cordillera de los Andes, y la co­
rriente polar que baña nuestra costa, las que han impedido
que en ellas tengamos un obstáculo más formidable aún pa­
ra la prosperidad del país, que lo es ahora la inmensa cade­
na que divide su territorio.
“La elevación de las enormes montañas que por E. limi­
tan nuestro litoral, y la prodigiosa ondulación de su terreno
en esas regiones, causan en su atmósfera un enfriamiento
considerable, porque á la natural disminución del calor por
la altura, hay que agregar el enfriamiento que produce la
radiación de su suelo quebrado; y es natural que esas gran­
des masas de aire frío obren por su proximidad á la costa,
haciendo bajar algo la temperatura de su clima.
“Comparando la humedad y la prodigiosa vegetación
del suelo casi horizontal de las mismas selvas que se extien­
den al oriente de nuestra cordillera, con la eterna aridez y
la sequedad de los desiertos del Africa, se puede apreciar
la magnitud de la influencia que en el clima de la porción
cálida de la América del Sur, ejerce la enorme elevación de
sus regiones occidentales.
“La humedad del suelo y el estado higrométrico de la
atmósfera de todo nuestro territorio se mantienen en su pro­
porción actual, casi exclusivamente por la elevación de la
cordillera que hace las veces de un inmenso aparato conden­
sador, en el cual se precipitan las masas de vapor acuoso
que los vientos arrastran de los dos océanos; y como hay una.
estrecha relación entre la temperatura de un clima y su esta­
do higrométrico, siendo tan grande la influencia de la cordi­
llera en la humedad de la atmósfera y del suelo de nuestra
costa, es extraño que se haya negado su poder perturbador
en los fenómenos térmicos de nuestro clima.
“Si la influencia de la atmósfera fría de la cordillera en
la temperatura general de nuestro litoral no es tan peque­
ña, como ya se ha manifestado, la perturbación que en ella
causa la vasta y profunda corriente polar p[ue baña nuestra

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— 78 —

costa, es inmensa; y á la baja temperatura de sus aguas, que


es 12" menor que la del resto del Océano en nuestras latitu­
des, debe atribuirse particularmente la suavidad del clima
que gozamos.
“Los efectos que en la temperatura de la costa de esta
parte de América debe producir una faja fría tan extensa,
son muy grandes sin duda, como lo prueba la considerable
inclinación equinoccial de las líneas isotermas al pasar por
la costa del Perú, donde la temperatura media de 23’ coinci­
de con el paralelo 8", mientras que en el litoral brasilero pa­
sa por los 22’ 50’; es decir, á la latitud de Río Janeiro; y
Lima, á los 12° 14’, tiene la misma temperatura media que
Montevideo á 36’ del ecuador,
“La influencia del aire frío del mar en el clima de los
lugares situados á corta distancia de las orillas del litoral,
domina completamente á las otras causas locales que pueden
aumentar el calor; de modo que puede decirse que la co­
rriente polar que baña nuestras costas, es la gran causa per­
turbadora de nuestra climatología, pues ella sola basta pa­
ra explicar todos los singulares fenómenos meteorológicos
que se observan en el litoral peruano”.

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79

CONDICIONES DE SALUBRIDAD

Las condiciones de salubridad en el departamento de


Lambayeque, son indudablemente buenas, no obstante las
frecuentes inundaciones de sus ríos y la falta de comodida­
des higiénicas en los centros poblados
En cuanto á su constitución médica, reproducimos la
opinión del Dr. Víctor M. Sarria, antiguo y aprovechado alum­
no ¡le la Escuela de Medicina, á quien encomendó este es^
tudio D. Emiliano A. Carvallo, cuando aquél desempeñaba
la prefectura del departamento, cuya secretaría servía éste'
“Colocado el departamento de Lambayeque, dice el se­
ñor Sarria, en la zona tórrida del sur, que goza de una tem­
peratura cálida y húmeda, marcándose, casi perfectamente,
las estaciones: del calor, que se inicia con la primavera y
termina con el estío, en cuyo tiempo el. termómetro oscila
entre 25" á 33° centígrados, llegando, en algunos años á su­
bir hasta 35" bajo nombra; y la del frío, que dura desde la
terminación de la estación calurosa hasta setiembre, con una
temperatura que varía entre 18' á 25'; no obstante de no ser
muy pronunciada esta estación, pues sólo se maniñesta por
pequeñas garúas en las mañanas, y un frío que sin ser fuer­
te, es penetrante en las noches: se ha observado que en su
curso y periódicamente (cada siete años), caen lluvias to­
rrenciales que duran hasta ocho días, con pequeños interva­
los, y se derivan generalmente de tempestades que se desa­
rrollan á corta distancia. .
Casi la totalidad de la extensión del departamento se
compone, de una dilatada llanura de terreno exuberante.

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80

surcado por los ríos de La Leche, de Lambayeque y de Saña,


que corren de E. á O. y desembocan en el mar.
Si á estas circunstancias agregamos las condiciones pe­
culiares que exige el arroz para su provechoso cultivo, y las
frecuentes inundaciones provenientes de la ruptura del cau­
ce del río principal, fácil es colegir las enfermedades que son
endémicas en el departamento; y para que se pueda apre­
ciar con toda claridad las que generalmente se presentan,
vamos á dividirlas en endévricd.s y epideminimanifestando
á 'la vez sus causas.
Enfermedades endémicas.—Constituyen éstas las fie­
bres palúdicas, bajo todas sus formas, desde la intermitente
simple, hasta la perniciosa, que es muy rara.
Entre las fiebres connives debemos citar: la malario ó
padádica, que asociada al elemento tífico, engendra las co­
nocidas generalmente con los nombres de fiebres gástricas,
fiebres pseudo-tifoidea ó tifo-malaria. También pueden com­
prenderse en el tipo de fiebres comunes, las biliosas, leves ó
graves, según sus causas determinantes ó el temperamento
del atacado.
Por regla general las causas de las fiebres son los panta­
nos que se forman por los derrames de agua de los ríos ó de
las lluvias, cuando son copiosas, ó de los sembríos de arroz
que, como nadie ignora, necesitan del agua en abundancia.
Los miasmas palúdicos que se desprenden de las aguas
así estancadas son el origen de esas fiebres, cuya gravedad
está en relación directa con la putridez de sus emanaciones.
En las márgenes del río Chancay, es endémico el paludismo.
Asimismo, existe otro elemento morboso no menos esen­
cial para la complicación y como germen de las enfermeda­
des de que nos ocupamos, ó sea las emanaciones de las letri­
nas que existen en cada casa y cuya desinfección se desa­
tiende de un modo deplorable.
También podemos señalar en este grupo la fpippe be­
nigna, conocida universalmente con el nombre de “infinen-
¿a’\ la que aparece casi todos los años; pero en manera al-

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81

guna reviste la gravedad que en Europa, pues de todos los


casos ocurridos en el departamento no tenemos noticia de
uno sólo fatal-
Finalmente podemos enumerar la tuberculosis, oftal­
mías y f orunculosis.
Enfermedades endémicas raras son: la fiebre tifoidea,
la pústula maligna y las neumonías, las que obedecen á cau­
sas específicas.
Enfermedades epidémicas.—Estas se reducen á la virue­
la, que ataca generalmente á los niños en períodos lejanos,
pero no la confluente; y el tifus icteroide ó fiebre amarilla,
que reviste esta forma cada 12 ó 14 años. No obstante, algu­
nas veces se presenta de un modo anómalo y aislado, sin
afectar carácter grave.
Entre las fiebres eruptivas así como la viruela, no debe­
mos omitir el sarampión y la escarlatimi. La primera no re­
viste carácter grave; la segunda es de forma benigna, ata­
cando una y otra á los niños menores de 12 años.
Algunas veces se ven casos aislados de coqueluche que
hace víctimas entre los niños.
Tales son, en síntesis, las enfermedades que se experi­
mentan en el departamento”.
Los indígenas aquí, como en todo el Perú, continúan
curándose con la aplicación de ciertas plantas cuyas virtudes
conocen. Así contra los dolores neurálgicos emplean una
hierba llamada “curí”, la que estrujada en agua, sirve para
lavar la parte dolorida repetidas veces. La alcaparrilla la
usan con el mismo objeto. Ambas hierbas se hallan en varias
partes, especialmente en Olmos. La tucasquilla que crece en
las alturas de la hacienda Chinche, la emplean también pa­
ra la neuralgia: es una especie de bejuco, cuyas anchas ho­
jas se aplican sobre la parte dolorida, calentándolas prévia-
mente.

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82

RIOS Y LAGUNAS

Los ríos que riegan el departamento, como todos los de


nuestro litoral, nacen en la falda occidental de la cordillera
de los Andes y corren de E. á O. hasta desembocar en el mar,
ó hasta que se agotan por la agricultura ó insumen en
los arenales de nuestra dilatada costa. Cuatro son los princi­
pales que se encuentran viniendo de N. á S-: el de Motupe,
el de La Leche, el de Lambayeque y el de Saña.
El río Lambayeque es el principal y el más importante,
tanto por su caudal de agua, como por las ramificaciones que
de él se derivan. Tiene su origen en unas lagunas que están en
la cumbre de la cordillera de los Andes, al oeste del impor­
tante asiento mineral de Hualgayoc; de esas lagunas sale el
río Se la hacienda de Quilcate, el que recibe, cerca de la
casa de la hacienda de Ninabamba, otro riachuelo que baja
de los bosques de la montaña de Santa Rosa. Las dos co­
rrientes de agua reunidas se precipitan casi totalmente en
una abertura de la roca calcárea, siguiendo su curso subte­
rráneo por más de cinco kilómetros, saliendo de una peña
en la hacienda de Samana; mientras el arroyito sobrante
sigue su curso por cerca de tres kilómetros, entra en la gran
caverna de Usco-Pishco (agujero de pájaro), donde forman­
do cascada va á reunirse á su vez con el agua subterránea.
que se precipitó por la abertura anterior. Al brotar el agua
en Samana se junta con el río de la hacienda de Utcuyacu,
que baja de los altos de Chugur.,y de esta confiuencia resul­
ta el río de Chancay, cuyas aguas llevan la vida al extenso y
rico valle de Lambayeque.

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LAMBAYEQUE

-. V--'’

/f’ '■
El río Laiiibayeque en época ele aguas.—Al fondo se vé el puente de
hierro.

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— 83 —

El río Chancay separa las provincias de Chota y Hual-


gayoc, pertenecientes al departamento de Cajamarca; toma
su nombre de la aldea Chancay, que está en la ribera dere­
cha, y recibe por el norte los riachuelos Montán-mayu, Ru-
tuchacra, Huarimarca, Sirato y Cumbil, y por el sur, los de
Yauyucán, Catache y Cascadén; quedando formada su hoya
hidrográfica por la cordillera de Huambos al oriente y nor­
te, por el ramal de Gordillos al sur, y por el secundario que
se desprende de éste, llamado de Chachalá (en Ayacos) al
occidente. En su centro se halla situado el pueblo de Santa
Cruz de la provincia de Hualgayoc.
Frente al fundo llamado Oroya, perteneciente á Carri­
zal, se junta el Chancay con el riachuelo Cumbil, de curso
breve y lecho pedregoso. Tiene 15 riegos, próximamente, y
en el punto de confluencia el agua es ligeramente salada. El
Cumbil baja de la cordillera real comprendida entre Llama
y Cachen, formado del arroyo Timón, el que unido con dos
que descienden de la hacienda vecina, corren al S. E., lle­
vando el nombre de riachuelo Cucaracra; de éste y del San
Antonio que baja del flanco N. E. de Llama, se forma el
Huangamarca, y éste junto con el Yonque, que viene de los
altos de Chatuquis, forman el Cumbil, cuyas aguas fertili­
zan la hacienda Carrizal y parte de la de Carhuaquero.
Desde la unión del Chancay y el Cumbil, toma el río el
nombre de Chongoyape.
En el sitio llamado la Puntilla, sale por la derecha el
Taimi, acequia madre sacada por el cura de ese nombre, en
reemplazo de lá antigua que salía de Carniche y pasaba por
Batán Grande á Ferreñafe. El Taimi se lleva un tercio del gas­
to del río Después en el Tambillo sale por la izquierda el
río Eten que se lleva la quinta parte del agua restante, to­
mando entonces el río el nombre de Lambayeque; finalmen­
te, en la Repartición sale por la izquierda la acequia de Chi-
clayo, que se subdivide en once ramas, y del río de Lamba­
yeque se desprenden después cuatro ramas ó acequias prin-

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— 84 —
cipales para la campiña de Lambayeque, contribuyendo en
la conservación y limpia del río: Lambayeque con un tercio
y Chiclayo con dos tercios de los gastos.
El Chongoyape fertiliza por su izquierda las haciendas
La Ramada, Ruaca Blanca, Tablazos y Pampa Grande, y
por la derecha la de Carniche, en la que se halla la enorme
huaca de su nombre, acerca de la cual corren tantas y tan
inyerosímiles creencias sobre las riquezas que oculta, y las
haciendas de Potrerillo, Tabacal, Almendral, Tinajones y el
progresista pueblo de Chongoyape. En Tabacal alumbran
más de seis riegos de agua proveniente de las filtraciones dq
las chácaras del mismo pueblo.
En casi todo el norte del Perú llaman jagüeyes ú ojitos
de agua, á los sitios donde brota un manantial. El río Chan-
cay, en su largo curso, alimenta algunos con sus filtraciones.
También tiene á sus orillas fuentes termales con casas y po­
zos para baños, á donde acuden los anémicos, linfáticos y los
que padecen de enfermedades infecciosas, artríticas y cu­
táneas.
El Taimi, que es el primer derivado importante, salía
de la antigua Puntilla; pero habiendo cambiado de curso ei
río principal, los entusiastas interesados de Ferreñafe die­
ron un corte más arriba, después de la pampa de Cuculí, en
el sitio llamado la Puntilla Nueva. El canal sigue faldeando
la hilera de cerros teniendo en la margen derecha la Pampa
de los Burros, los Altos de Pátapo, Pósope y Fanupe y por
la margen izquierda hasta el Tambillo, se encuentra el de­
saguadero y las antiguas quiebras del Taimi. Actualmente
han construido un vertedero lateral para echar el agua so­
brante al río principal.
Del Taimi salen por la izquierda las acequias de Tuli-
pe, Pátapo, Turnán, Conchucos, Jarrín, Chucupe, Luya, San
Miguel, Falá, Chuchicol, Ferreñafe y Rompón; ei punto de
donde salen las tres últimas se llama las Tres Tomas. Jarrín
es la acequia de Picci, Chucupe es la de Capote, Falá sepa-

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88

ra las dos provincias y es la acequia de la hacienda Mocopú,


cuya casa está en el camino del ferrocarril de Lambayeque
á Ferreñafe.
La convidad de agua que pasa por La Puntilla se com­
puta en 76 riegos de 72 litros por segundo, ó sea 5.47 metros
cúbicos por segundo.
: Vnp\ 'io- os Hohagen y Bonnemaison, designados
p; :; '■ : len de la acequia Taimi, informaron que habían
iUKi ; .c en dddcmbre de 1891, de 5.592 á 6.444 litros,por
o, 6 sea de 5.5. á 6.44 metros cúbicos por segundo, y
'du n , optaron 4 752 litros, como caudal medio del río
en el estiaje.
«i; la P'mtilla continúa el río su curso en dirección
O. r' O. ha ; el Tambillo, donde se bifurca para formar los
de Eton y Lambayeque. El de Eten, que es la antigua ace-
(p :r, Cíe I-'únepe, va hacia el S. O. hasta desembocar en el
n á eosíi de dos kilómetros al N. del morro de Eten, des-
u'-ndiendo en su curso por la margen izquierda las acequias
de Sipán y de Reque, y por la margen derecha la acequia
de Moijsefú que abastece á las de Alicán, Castilla, Callan-
( s M= raimo, Poémape, Poncoy, San Bartolomé y Yal-
hit;l O. Fi río de Lambayeque, de corriente recta al O.,
dGtpuóE du ou ¡ar al N. de la ciudad de su nombre, expira
í‘ortani'0 k* ', altos médanos de la playa N. de San José. A
partir del T-mldllo tiene por la margen izquierda las ace­
$ quias de i't rdá, Calupe, Pomalca, Combo, Samán, Collúd
;/ ' hdclayo. Lata última sale en el lugar llamado La Repar-
tici, n y se olvide en once ramas para regar los extensos te-
) ■'^nos'de e. - a ciudad y la hacienda de Vista Alegre. Después
,tA 1, h,,.. hie la acequia de Chiclayo, el río abastece por la
margen i zquierda las acequias de San Nicolás y de San Ro­
mualdo y por la derecha la de San José, que pertenecen á
launbayeque!
Ln;'/ie Chongayape hasta el mar, el Lambayeque riega
el S. de la provincia de su nombre y el N- de la de Chiclayo.
Su extensión, desde la confluencia del Chancay y Cumbil, se
calcula en 115 kilómetros; y desde la cabecera del Chancay

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— 86 —

hasta el mar en 205 km. La parte de su cuenca que está al


oriente en la región de lluvias generales anuales, tiene una
extensión de más ó menos 2,900 kilómetros cuadrados, in­
cluyendo todas las áreas drenadas por los dos ríos que lo for­
man. El valle del río de Lambayeque tiene sólo 1,700 kiló­
metros cuadrados y no recibe más que aguaceros locales. La
circunstancia de tener este río sus afluentes bien al oriente,
explica la importancia del caudal de sus aguas, el cual esti­
ma el doctor Juan Ugaz en 40 riegos en tiempo de sequía y
en más de mil durante las repuntas de enero, febrero y mar­
zo y algunas veces abril.
El río de La Leche, dice M. Adams, tiene 255 kilómetros
de largo y 3,300 kilómetros cuadrados de cuenca, de los que
1,250 están comprendidos en la región de lluvias anuales ge­
nerales. Su principal afluente es el río de Motupe que se le
une cerca de Jayanca; éste tiene 150 kilómetros de largo y
1,300 kilómetros cuadrados de cuenca. La cuenca del río de
La Leche, aguas arriba de su confluencia con el Motupe, es
de 1,350 kilómetros cuadrados, según el mapa de Raimon­
di, y aunque las cuencas de los ríos Motupe y el curso supe­
rior del de La Leche, difieren poco en extensión, difieren sin­
embargo mucho en el caudal de aguas que colectan- Posible es
que esto se explique por errores del mapa, pero más proba­
ble es que se deba á la cantidad de lluvias que reciben.
La sección inferior del río de La Leche tiene caudal en
tiempo de lluvias, y en años de escasez no llega al mar. Es­
to acontece por el empleo que se dá en la parte superior del
río para irrigación; de manera que, después de esa desvia­
ción,' el resto de las aguas desaparece en el lecho del río
que es arenoso.
Este río nace de la quebradita que sale dé la laguna Tem­
bladera ó Yaspampa; engrosando también sus aguas las ver­
tientes que bajan de las quebradas de Incahuasi, Yonque y
de la de Canchachalá, que se conoce con el nombre de Can­
cha río. Atraviesa de E. á O. toda la provincia de Lambaye­
que, repartiendo sus aguas entre Mochumí. Túcume, Pacora,
Illimo, Jayanca, Mórrope y las haciendas Batán Grande, La

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— 87 —

Viña, La Pava y Sásape, que toman sus aguas del río de La


Leche después de Mayascón, en la forma que sigue: I” Ba­
tán Grande; 2" En el sitio La Malena, por haber un^cerrito
allí con ese nombre, sale la toma de Jayanca que más aba­
jo se reparte con La Viña; 3’ La toma de Pacora; 4’ La ace­
quia de Moyocupe cuya toma sale en La Huaca de La Cruz,
más arriba del Médano. Esta acequia de Moyocupe se repar­
te en dos ramales casi al frente de Sapamé á un distancia
de 800 á 1,000 metros al E. de este cerro y toman entonces
los nombres de acequia de Mochumí y acequia de Túcume.
El lugar donde se separan estas acequias se llama “Las dos
tomas”. La toma de Illimo sale de “El Limón”, y más abajo
de esta toma sale el corte de “Los Morropanos” y la ace­
quia de Sásape. Al oriente, tras las huacas del cerro Purgato­
rio, hay una laguna que se llama de Gallo López. Al occi­
dente de Túcume y á 5 kilómetros hay otra laguna llamada
del Horcón. Hay otras lagunas norias de particulares que pro­
veen al pueblo en época de escasez.
Al río de La Leche cae un zanjón que se llama de Batán
Grande, el que baja del cerro de Chaparrí. Al zanjón cae una
acequia vieja llamada de los Gentiles, que pertenece á Batán
Grande, llegando sus vestigios hasta Carniche. Aumentadas
las aguas de esta acequia con las que caen de las alturas de
Llama, podría abastecer á esos pueblos.
En el camino de Túcume á Illimo hay un zanjón que
se llama Samarranquillo, que sirve de lindero á los dos
pueblos.
Al partir de la confluencia con el Motupe el río de La
Leche se llama de Mórrope, por pasar al N. del pueblo de es­
te nombre, y toma entonces una dirección bien marcada de
E. á O., secándose en los arenales de las playas antes de lle­
gar al mar. A la margen derecha de este río se halla ubicada
la hacienda Sásape-
El río Saña nace de las jaleas de San Lorenzo, bien al
oriente de Niepos en la provincia de Hualgayoc. Corre de
oriente á occidente sin ninguna ramificación de importancia,
regando las numerosas haciendas que se encuentran en sus

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— 88 —

márgenes hasta desembocar en el Pacífico, como á 200 me­


tros al N. del pueblo de Lagunas. Su único afluente por la de­
recha es el Oyotún. El río de Saña, en tiempo de aguas, inun­
de la población, ocasionando desgracias y ruinas.
Todo el valle tiene 110 kilómetros de largo, compren­
diendo cerca de 2,300 kilómetros cuadrados, de los que 110
están en la región de lluvias generales anuales. Los cursos
de agua que dan origen á este río, no se hallan tan al E. co­
mo los del río Lambayeque al N. ó los del Jequetepeque al S.
Las hoyas de estos ríos vecinos llegan á la cumbre de la cordi­
llera; de manera que comparando el Saña con los antes nom­
brados, se puede considerar como uno de los más cortos de
la costa. El caudal del río de Saña no se ha medido, pero no
llega al mar sino en los años de lluvias, y cuando éstas son
copiosas su caudal es muy crecido.
El río Motupe no es de mucha consideración. En la
época de sequía se seca muchas veces antes de juntarse con
el de La Leche, por cuyo motivo es más bien un tributario de
éste y no un componente del Mórrope, como algunos opinan,
haciéndolo formado por la reunión de los ríos Motupe y La
Leche-
Las primeras aguas que forman el río Motupe bajan de
la quebrada de Chiñama, que se halla en el confín N. E. de
la provincia de Lambayeque y se aumentan con las que vie­
nen de las alturas de Santa Lucía y Huayabamba. No recibe
ningún afluente por la derecha, y por la izquierda únicamen­
te el riachuelo de Penachí y el río de Salas, que es su com­
ponente de mayor importancia. El río de que nos ocupamos
toma en su origen el nombre de la quebrada donde nace, río
Chiñama, y después se denomina Motupe, desde que pasa
por este distrito, al S. E. del pueblo del mismo nombre, hasta
su desembocadura en el río La Leche. Este río y el Motupe
riegan la parte septentrional de la provincia de Lamba­
yeque.
Además de los cuatro principales ríos nombrados, co­
rren en el departamento los riachuelos de Reque y Mórrope
y los de Surita que se pierde entre los terrenos de Sancarran-

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CHICLAYO

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Compuertas de la acequia de Cliiclavo.

Tanques de agua para el consumo de la ciudad.

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— se­
co y La Viña, y Chóchope y el Loco, en Ferreñafe, que só­
lo tienen agua en tiempo de avenidas.
Las exigencias de la agricultura ha hecho también de­
rivar de los ríos inñnidad de acequias, canales y zanjones.
Así á cosa de 16 kilómetros de Ferreñafe sale del Taimi la
acequia de San Miguel, recorriendo desde su toma á la ca­
sa de la hacienda de este último nombre, once kilómetros
más ó menos.
De la acequia llamada de Chiclayo se desprenden varios
ramales, como Chéscope que riega la hacienda Vista Alegre;
Samán; Quefe; La Benedicta que riega la hacienda Casa
Blanca; Tonope que riega la Cofradía y una parte de la ha­
cienda Chacupe; Cois, Chilape, La Victoria, La Compuerta,
Pulen y Ortuque.
El río de Salas nace en Andamarca, de donde salen tam­
bién tres quebradas de avenidasuna que baja por el sitio
llamado Shita, otro por el de Tallal y otra nombrada Naran­
jo, al E.
La quebrada Pilasca que nace del cerro Tierra Blanca
ó Pilasca, dista 2 kilómetros al N. y la de Pescadores que
proviene del cerro Ñoco, 3 % kilómetros al S. En Canchacha-
lá existe también la quebrada de Cancha.
Al S. del despoblado de Piura se divide la llanura cos­
tanera en lo que puede llamarse Despoblado de Olmos, que
lleva el nombre del pueblo de Olmos, situado al E-, en el bor­
de del área montañosa.
Su extensión se puede estimar en 3,500 kilómetros cua­
drados. Se encuentra enteramente al O. de la región de llu­
vias generales anuales. No tiene ningún curso de agua per­
manente. En el período de lluvias recibe agua de tres cor­
tos riachuelos Inscunlás, Cascajal y Olmos, que juntos desa­
guan en una superñcie de 1250 kilómetros cuadrados de
la región montañosa que en su mayor ])arte recibe lluvias ge­
nerales anuales. Estos riachuelos en la estación de lluvias
llegan hasta la planicie, pero el agua luego es absorbida por
la arena del despoblado, á no ser que su caudal sea excesi­
vo por copiosísima lluvia. A veces los tres riachuelos se jun-

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— Bo­
tan en el lugar que se llama “Pasaje” y fluyen en dirección
O. al desierto de Sechura hasta un lugar llamado Tres Cru­
ces, donde el agua es totalmente absorbida por unos méda­
nos, sin que se tenga certidumbre de haber salido al mar.
A cien metros de la caleta de Santa Rosa hay una la­
guna llamada Ciénaga, de unos 600 á 700 metros de ancho,
rodeada de médanos, y abundante en caza de aves acuáticas,
como patos, gallaretas, tiltiles, cuaresmeros, etc. A sus con­
tornos crece abundante pasto natural. Esta laguna es forma­
da por los desbordes y filtraciones del río de Eten.
Existen además las pequeñas lagunas formadas por los
desbordes del río Saña, al N. de Lagunas, entre el pueblo y
río de Saña.
Por el lado de la sierra, al oriente de Incahuasi, anexo
del distrito de Salas, se encuentra la laguna Tembladera ó
Gran Laguna, situada en el cerro Yanahuanga, y en Motupe
otra lagunita llamada Benito y el riachuelo Chiñama.

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IDIOMA

Afinque el idioma que generalmente se habla en to­


do el departamento es el castellano, existen todavía algunos
indígenas que conservan la lengua de sus antepasados, la que
día á día tiende á desaparecer.
Al emprender los incas sucesores de Manco Capac las
conquistas á que frecuentemente se entregaban para sujetar
á su cetro y poderío las numerosas tribus que por entonces
habitaban el vasto suelo americano, iban imponiendo, junto
con su adelantada civilización, el expresivo idioma keshua,
que parece haber perdido con la conquista hispana su belle­
za armónica, sonoridad y fuerza, hasta quedar reducido hoy
á una lengua dura, gutural, falta de expresión y notablemen­
te adulterada. Cuando oímos expresarse en keshua á indí­
genas de nuestras punas y valles de la sierra, las palabras
one emiten ¡intójansenos, á veces, gritos destemplados, cual
alaridos, y otras, quejas nostálgicas arrancadas á la quena al
evocar recuerdos de su antiguamente aguerrida raza y del po­
derío y esplendor de sus incas y señores.
Nunca pueblo subyugado alguno ha renunciado fácil­
mente á sus tradiciones, usos y costumbres, y si bien con el
trascurso de los años han ido amoldándose á las que le impo­
nía el invasor, conservaban siempre su idioma, como que les
era indispensable para comunicarse sus penas ó sus, por lo
general, quiméricos proyectos de emancipación.
En sus guerras de expansiones y conquistas, los keshuas
sometieron á los huancas y á los chinchas, á quienes impu-

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— 92 —

sieron su lengua; pero siguiendo más al norte sus incursio­


nes guerreras, Huaina Capac hubo de tropezar con los yun­
gas, nación poderosa y vasta, culta y orgullosa, la que se en­
señoreaba en la gran zona comprendida desde Trujillo hasta
Piura y Cajamarca. Dominada al fin, tuvo que someterse al
afortunado vencedor, el que no consiguió imponer del to­
do su lengua, logrando tan solo adulterar la de sus nuevos
vasallos, á tal punto que en las diversas poblaciones en que
se hablaba el yunga ó mochica, y entre ellas Saña, Collique,
Cinto, Tucmi, Sayanca, Motupi, que pertenecen hoy al de-
narcamento de Lambayeque, notaron los españoles cierta di­
ferencia de pronunciación, dejando no obstante entrever que
tenían por fuente común un mismo idioma.
A la muerte del Iltmo. señor D. Diego Montoya y Men­
doza, obispo de la diócesis de Trujillo, quedó encargado del
gobierno de ella el licenciado D. Matías de Caravantes, chan­
tre de la catedral de esa ciudad, y su provisor y vicario gene?
ral, quien observando los muchos pueblos que hablaban el
yunga y cuan conveniente era que los curas supiesen valerse
de ella para hacerse comprender de sus feligreses, encomen­
dó al cura y vicario de San Martín de Reque, del corregi­
miento de Chiclayo, D. Fernando de la Carrera, que era doc­
to en esa tan dificultosa lengua, por haberla aprendido en
su niñez en el pueblo de Lambayeque, á donde se crió, “que
trabajase por su cuenta en reducir esta lengua (que en él
era natural) á los preceptos de la latina”. El comisionado
trabajó con tesón y gran provecho, redactando un “Arte de
la lengua yunga de los valles del Obispado de Trujillo con
un confesonario y todas las oraciones cristianas y otras co­
sas”, obra que dedicó al Licenciado Caravantes, y que debi­
damente autorizado hizo publicar en Lima en 1644.
No pudo ser más acertada la designación de D. Fernan­
do de la Carrera para semejante árdua empresa; pues apar­
te de poseer el mochica profund"mente como se ha dicho,
desde lia tiempo tenía propósito de come oner 'm -i obra de la
“lengua más general y más elegante de los indios de los va­
lles de este obispado”; y fue tal el éxito, que su “Arte” mere­

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— 93 —

ció la “aprobación del bachiller Gonzalo Jacinto de Miran­


da, cura de Lambayeque y comisario del Santo Oficio en la
jurisdicción de Saña, eminente en esta lengua” y del “licen­
ciado Juan Niño de Velasco, cura rector de la santa iglesia
parroquial de Saña, y muy grande lenguaraz de la lengua
mochica, del obispado de Trujillo”; la “censura del padre Fr.
Marcos García, del Orden de San Agustín, el más eminente
de la lengua yunga que se conoce; desde el inga acá exami­
nador general en ella, por los señores obispos del obispado de
Trujillo”; la “licencia del licenciado D. Matías de Caravantes,
Dean, y Cabildo sede vacante de la Santa Iglesia Catedral
de la ciudad de Trujillo”; y el privilegio del Excmo. señor
Marqués de Mancera, “para que él, y no otra persona alguna,
pueda imprimir este Arte por tiempo de veinte años, pena
de mil pesos ensayados”.
Tan interesante trabajo, primero que se emprendía, y
aún hoy mismo el único que se conoce, se imprimió en Lima
el año 1644, como hemos dicho, y son rarísimos los ejempla­
res que en la actualidad existen en las bibliotecas del mun­
do. El señor Carlos Paz Soldán, que en 1879 editaba la muy
interesante “Revista Peruana”, obtuvo del erudito filólogo
nacional doctor Leonardo Villar un ejemplar de tan raro co­
mo valioso folleto, y con magnífico acuerdo, lo reprodujo ín­
tegro en la publicación periódica referida, é hizo además, en
1880, una reducida edición de sólo 200 ejemplares, de los
cuales son pocos los que aún existen.
La lengua yunga ó mochica, conocida también y más
comunmente con los nombres de lengua del Chimú ó de Eten,
porque parece que hoy mismo hay aún indígenas que la ha­
blan en esa villa, es indudablemente una de las más antiguas
del Perú; pues por los datos históricos que nos ha hecho co­
nocer Cieza de León, el conquistador Pachacutec halló seria
resistencia para dominar á los chimús, mucho más de la que
tuvo que vencer al subyugar á los huancas y los chinchas; y
á buen seguro que harto sorprendido quedaría ese inca gue­
rrero, que quería imponer su civilización á las naciones con­
quistadas, juzgándola sin duda el de la posible per­

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— 94 —

fección, al encontrar en las poderosas y numerosas tribus de


la costa, nacionalidades perfectamente establecidas y hábil­
mente gobernadas, regidas por leyes tan justas como previ­
soras que recuerdan las de la antigua Grecia, y con civiliza­
ción más culta y adelantada de lo que hubiera podido supo­
nerse- Allí están para atestiguarlo sus grandes construccio­
nes, como fortalezas, templos y palacios, que á lo largo de
nuestro litoral se erguían entonces, y de las que hoy sólo se
ven vestigios que causan sin embargo la admiración de los
hombres de ciencia.
Muchos son los escritores que se refieren de un modo ó
de otro á esta lengua; pero fuera del cura Carrera, no cono­
cemos otro que haya publicado estudio alguno de ella que val­
ga la pena. El presbítero Dr. Manuel Gonzáles de la Rosa, pa­
rece que hizo algo á este respecto, pero no sabemos que haya
impreso nada; y Midenddorf, en el primer tomo de su es­
pléndida obra “Perú” agrupa unas cuantas palabras. Des­
pués de los anteriormente nombrados, no creemos que ha ha­
bido otra persona que se haya ocupado de hacer estudios de
esta lengua que pronto está llamada á desaparecer; pues
día á día va reduciéndose el número de poblaciones que la
hablan, á punto de que hoy sólo la emplean unos pocos mo­
radores de Eten, Jayanca y uno que otro pueblo más, cuando
antiguamente era el idioma común de más de 40.000 perso­
nas de los corregimientos de Trujillo, Saña, Piura y Caja-
marca.
El citado cura D. Fernando de la Carrera da la siguien­
te “Razón de todos los beneficios adonde se habla esta len­
gua”, y añade “que aunque es verdad que se diferencian al­
gunos de otros en pronunciar los verbos y vocablos, en reali­
dad de verdad la lengua toda es una”:
Corregimiento de Trujillo.—Santiago, Magdalena del
Cao, Chócope, Paiján y todo el valle de Chicama.
Corregimiento de Zana:—San Pedro de Lloco, Jequete-
peque, Chepén, Guadalupe, Pueblo Nuevo, Eten, Chiclaiaep
(Chiclayo), San Miguel, (Picci), Santa Lucía (Saña), Lam-
bayeque (tiene cuatro curas), Reque, Omeensasfac, (Mon-

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— 95 —

sefú), Firruñap (Ferreñafe), Mocchumí (Mochumí), Túcu-


me, Illimo, Pacora, Mórrope y Jayanca.
Corregimiento de Piura;—Motupe, Salas, anexo de Pe-
nachí; Copis, anexo de Olmos; Guacabamba, Frías.
Corregimiento de Cajamarca:—Santa Cruz, Ñepos, San
Miguel (en la sierra), San Pablo, Balsas (en el Marañón),
Cachen, una parcialidad de Cajamarca, algunos pueblos de
la provincia de Guambos, y otros muchos de la sierra, entre
ellos el valle de Condebamba.
Como se ve, no sólo en las poblaciones de la costa se ha­
blaba esta difícil lengua, sino también en algunas de la sie­
rra, adonde fue extendiéndose á causa de que, según dice
Carcilaso, “cuando Huaina Capac bajó á conquistar estos va­
lles, viendo la ferocidad de sus naturales, por la resistencia
que le hicieron, sacó de todos los pueblos cantidad de fami­
lias y las llevó á la sierra, y repartió en tierras diferentes, te­
niéndolas como en rehenes, porque no se le alzasen estos de
los valles, y para disminuirles las fuerzas”. Estos indios, aun­
que conocían el keshua, conservaron su lengua materna, de
la que hacían uso más frecuentemente entre ellos: pero po­
co á poco, como hemos dicho, ha ido extinguiéndose, hasta
quedar reducida hov á los pocos oriundos de una que otra
población del departamento.
Aunque hubo tres ó cuatro linajes de generaciones de
estos yungas, todos ellos hablaban una lengua, tenían unos
ritos y usaban unas costumbres, como lo dice el cronista Cie-
za de León, cuando refiriéndose á los indios de los llanos, afir­
ma “que en parte nunca pudieron los más de ellos anrender
la lengua del Cuzco”; lo que corroboran, igualmente, Gar-
cilaso al decir que “en el valle de Trujillo hablaban los na­
turales en lengua pronia y despreciaban la del Cuzco”; y el
cronista Oviedo cuando asegura que “desde Piura á Trujillo
no bfiblaba la lengua Mochica”, etc.
Don Sebastián Dórente, en su estudio sobre la civiliza­
ción peruana y en la “Descripción del Imperio de los Incas”,
dice: “ de Pacasmayo á Sechura, vivía una raza tan numero­
sa como activa, conservando en el mochica, que era el idio-

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— Ge­
ma de la mayoría, en las tradiciones de la venida por mar con
un jefe llamado Nainlap y en diversos usos, pruebas incon­
testables de su espíritu independiente y de su procedencia le­
jana”-
El infatigable filólogo señor Brüning tiene algunos es­
tudios acerca de esta lengua, que ojalá los diera cuanto an­
tes á la publicidad; y D Marco A. Cavero, debe haber dejado
inéditos, otros. Por nuestra parte, tenemos en obra un peque­
ño vocabulario que vamos confeccionando, tomando como
base la gramática del padre Carrera, las pocas palabras que
consigna Midenddorf en su obra “Perú”, y algunas más que
con gran paciencia hemos logrado adquirir, abusando de la
buena voluntad de algunos amigos nuestros de Chiclayo y
Eten, á quienes manifestamos desde luego nuestro agradeci­
miento por su valioso concurso en salvar del olvido un idio­
ma que ha de prestar gran ayuda á los filólogos para des­
cubrir la antigüedad y origen de nuestro continente. Pero la
premura con que tenemos que dar á luz esta monografía del
departamento de Lambayeque, y el hecho de estar nuestro
distinguido amigo Brüning dedicado á esta árdua empresa,
nos priva de publicarla en el presente trabajo.

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POBLACION

La estadística, que es la base primordial para el buen


gobierno de un país, sobre todo para una mejor distribución
del régimen tributario, no ha merecido entre nosotros toda la
solicitud que su importancia requiere; y mientras en países
europeos el recuento de sus fuerzas vivas se hace periódica­
mente, y en algunos americanos se tiene oficinas de estadísti­
ca perfectamente establecidas, en el Perú nos contentamos
con proyectos para un plan general de ese ramo, ó con cen­
sos parciales de las poblaciones más adelantadas, cuando
lo que necesitamos conocer es precisamente el número de
individuos que forman la gran masa de nuestros indígenas
de la sierra y de las tribus salvajes ó semisalvajes que moran
perdidos en las intrincadas selvas de nuestro oriente.
Felizmente, se ha establecido ya en Lima una oficina de
estadística general con personal idóneo, la que se ocupa de
levantar el censo de las provincias de Lima y Callao, como
ensayo ó preparación para un censo de toda la República
que pronto ha de levantarse, y cuyos resultados nos darán
acaso cifras no esperadas.
Entretanto, por lo que al departamento de Lambayeque
se refiere, hemos de contentarnos, por ahora, con los pocos
datos que hemos podido reunir, y que son también los úni­
cos que existen. Helos aquí:
En 1784, la provincia de Saña ó Lambayeque contaba
con más de 32.000 habitantes, los que ascendían á más de
40.000, con los de la doctrina de Huambos (hoy distrito de
Chota) que entonces le estaba anexa, como puede verse en
el siguiente cuadro que ha tenido la amabilidad de propor-

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— 98 —

clonarnos, junto con otros datos importantes para esta mo­


nografía, el señor M. Aurelio Cavero, cuyo fallecimiento nun­
ca deploraremos bastante.
PADRÓN DEL NÚMERO DE ALMAS DE LA PROVINCIA DE SAÑA Y I.A DE
HUAMDos (año 1784)

Curatos inclusive sus anexos Espa­ Indios Mixtos Pardos Negros- Totales
ñoles

Saña....... .................................................. 73 39 370 90 372


Chérrepe................................................. 139 ......, 139
Santa Lucía de Lambayecpie., 487 1.256 646 286 338; 3.013
San Pedro de Lambayecpie.... 316 1.577 623 161 83 2.960
Santa Catharina de Lamba-
yeque................................................... 303 1.134 381 379 305; 2.502
San Roque de Lambayeque,.. 406 1.935 475 538 160 3.514
Jequetepeque..................................... 86 720 259 76 1.141
Chiclayo................................................ 408 4.211 883: 635 6.170
M ocu pe ......................................... lio lio
Mochil mí.............................................. 350 350
Ferreiiafe.............................................. 384 3.160 797 166 60 4.431
Mórrope.................................... ........... 4 1.317 67 13 1.401
Jayanca.................................................. 89 313 228 84 714
Iliimo...................................................... 54 10 64
Reque...................................................... 481 4 494
Monsefú................................................ 1.516 16 1.532
San Pedro............................................ 54 746 213 72 1.085
Ingenios................................................. 17 8 14 319 358
Chepén.................................. ................ loo 336 318 148 308¡ 1.230
Puelilo Nuevo.................................... 343 6 349

Total de castas............... 2.593 19.751 4.873 3.15211.76032.129


Doctrina de Iluambos. 1.068 3.997 2.954 1601......... 8.179

Totales de ambas provincias 3.661 23.748 7.827 3.312 1.760:40.308

Según el censo de 1862, el departamento contaba ya con


más de 52.000 almas, distribuidas en los 18 distritos de que

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— 99

por entonces se componían las dos provincias que hoy lo for­


man, de la manera siguiente:

i Provincias Distritos

/Ferreíiafe................... ...........
¡Ja vanea...................... ...........
Habitantes

5,197
2.549
l Lamba veque............ ........... 6.101
miórrope.................... ........... 2.247
La mljaveque. /Alotnpe...................... .......... 4.589
\Mochnmí...................
JOlmos.......................... ........... 1.843
/Pacora....................... ........ 689
Salas........................... ........ 5,167
\^San José.................... ........ 1.008 2&598

/ Chiclayo.................... ........ 9.119


1 Cliongoyape............. ........ 1,140
\Eten............................ ........ 3.445
Cliicla V(). /'Lagunas.................... ........ 874
' Monsefú.................... ........ 4.959
yPicci............................ ........ 685
/Reque.......................... ........ 1.547
ISaña..................................... 2.063 23.832

Total del departamento 52.430

Y según el último censo general levantado en la Repú­


blica el año 1876, la población del departamento era en esa
época de 85.984 habitantes, de los cuales 34.283 correspon­
dían á la provincia de Chiclayo y 52.063 á la de Lambayeque,
en esta forma:

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— 100 —

Provincia de Lambayeque

Ferreñafe.......................................... 7.326
Jayanca.............................................. 2.722
Lambayeque...................................... 7.883
Mochumí, Túcume é Illimo............. 1.882
Mórrope............................................. 4.928
Motupe.............................................. 6.412
Salas.................................................. 12.129
San José..................................... ... . ' 1-569
Pacora................................................ 1.702
Olmos................................................ 3.861
Islas Guaneras................................... 1.649

haciendo un total los doce distritos, de: 52.063 almas;


siendo de advertir que en el censo referido aparecen sólo en
el distrito de Motupe 6.050, por no haberse empadronado el
pueblo de Chóchope, que según datos que tenemos contaba
aquel año con 362 habitantes, cifra que hemos agregado no­
sotros á ese distrito.
Provincia de Chiclayo

Chiclayo.......................................... 12.937
Chongoyape.................................... 1.737
Eten................................................. 3.909
Lagunas........................................... 887
Monsefú................................... ... . 8.256
Picci................................................. 2.525
Reque............................................... 1.573
Saña................................................. 2.459
Con un total en los 8 distritos de
que entonces se componía de . . 34283
Pero desde la fecha de aquel censo han trascurrido ya
44 años, tiempo en que es natural presumir que la población

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CHICLAYO

Estación Central.

Vista panorámica de la ciudad.

Biblioteca Nacionai de España


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— 101 —

haya considerablemente aumentado. Ahora 24 años encargó


el supremo gobierno á la docta Sociedad Geográfica de Lima
la preparación de un nuevo proyecto de demarcación terri­
torial de la República, y en el informe tan concienzudo como
prolijo que elevó al ministerio de gobierno esa comisión,
que presidió el hoy contralmirante D. M. Melitón Carvajal,
calculaba la población del departamento de Lambayeque en
ese año, 1896, en 124.091,correspondiendo de esta cifra
55.134 á la provincia de Chiclayo y á la de Lambayeque
68.957. Aunque en algunas provincias estas cifras pueden
aproximarse mucho á la población actual, en la de Chiclayo,
al menos, resulta exagerada; pues según el censo levantado en
esa ciudad el 16 de diciembre de 1906 por el señor Juan L.
Rospigliosi, de orden del Ministerio de Fomento, el número
de habitantes en aquel año era solo de 42.507, en esta forma:
Chiclayo.......................................... 21.110
Picci.................................................. 2.520
Monsefú.......................................... 8.346
Eten (pueblo y puerto)................... 3.909
Reque.............................................. 1.525
Lagunas........................................... ‘ 887
Saña................................................. 2.402
Chongoyape..................... 1.808
42.507
*
* *
Al paso que la ciudad de Chiclayo progresa más cada
día en todo orden, la de Lambayeque, sino decae, permanece
por lo menos estacionaria.
La mayor parte de los habitantes del departamento son
indígenas y el resto blancos y mestizos. Hay muchos zambos;
los negros van extinguiéndose. Los chinos y japoneses, que
antes eran colonias numerosas, van asimismo disminuyendo.
Según datos fidedignos el número de ambas apenas llega hoy
á 531, distribuidos así:

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— 102 —

Japoneses y chinos existentes en el departamento de Lam-'


bayeque en noviembre de 1920.
Japoneses (1) Chinos (2)

Chiclayo........................... 58 180
Ferreñafe............................. 28 4
Monsefú............................. ... 5 60
Lambayeque..................... . . . . 12 30
La Viña.............................. ... 1 —
Puerto de Eten.................. . . . . 2 5
Villa de Eten..................... ... 2 12
Batán Grande.................. . . . . 2 —

Cayaltí............................... ... 3 -—

Saña...................................., . . . 1 25
Pomalca............................ ... 3 —
Tumán............................... ... 12 _
Pucalá....................... ... . ,. . . . 1 —
Pátapo................................ , . . . 8 —
Chongoyape ..................... . . . . 5 —
Pimentel............................. ... 3 4
En las haciendas............... . . . . — 70
141 390

Existe también una muy apreciable cantidad de ameri­


canos y europeos, particularmente italianos y alemanes, ele­
mentos de orden y de trabajo.
Las condiciones higiénicas de cada localidad, determi­
nan decisivamente el aumento ó disminución de la pobla­
ción; y aunque en Chiclayo, por ejemplo, el cuidado de la
higiene no responde todavía á las necesidades de vida y con-
(1) .—Datos suministrados por la “Sociedad Japonesa de Auxilios Mutuos” do
Chiclayo, fundada el 12 de agosto de 1920, cuyo local está sitiuido en la callo do San
Pedro.
(2) .—Datos suministrados en Chiclayo por el comerciante chino Alberto Dejo, cu­
yo establecimiento está situado en la Plaza del Mercado. Dejo es persona respetable
de' la colonia y tiene motivos para saber el número aproximado do sus connacionales
existentes en el departamento.

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— 103 —

servación de sus 27,000 habitantes, la bondad del clima man­


tiene una proporción halagadora entre los que nacen y los
que mueren; pues la estadística municipal de nacimientos y
defunciones revela un aumento de 32 por ciento semestral.
Resumen de los nacimientos, defunciones y matrimonios ins­
critos en la Municipalidad en el primer semestre de 1920
Nacimientos Defunciones Matrimonios

Enero.................. .... 91 38 —
Febrero ............... ..................... 78 34 3
Marzo................ .... 105 16 2
Abril................... .... 90 25 1
Mayo................... 82 28 3
Junio ....... .... 81 20 2
627 161 11

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SUPERSTICIONES Y CREENCIAS

Desde las más antiguas edades y en todo el orbe, han


existido brujos y brujas, siendo las mujeres las que más se
dedicaban al arte de la magia; sólo que entonces se les daba
diversos nombres, como los de hadas, magas, sibilas, ninfas
y hasta el de semidiosas. Esos brujos, como los actuales, co­
nocían portentosas hierbas con que sanaban, mataban, ó
componían elixires de amor; y aseguraban que eran capaces
de remozar á personas viejas, de convertir en animales á los
hombres, de evocar muertos y hasta de traer sus espíritus
para que respondieran ellos mismos á las preguntas que se
les dirigiera. No es, pues, de extrañar que en la edad media
estos hechiceros ó brujos fueran causa ú origen de horribles
persecuciones y de que fueran llevados al patíbulo gran nú­
mero de ellos.
Aún para los que suponen que la brujería es cosa va­
na y mentirosa, el estudio de la manera cómo se ejerce en
diversos pueblos, tiene importancia como examen histórico y
sicológico de las aberraciones del espíritu humano, de la
degeneración y extravío del sentimiento religioso, del estu­
dio primitivo de las cosas naturales y de los errores de las no
descubiertas aún ni bien explicadas verdades á que dicho es­
tudio nos induce, ó que dicho estudio nos muestra.
Es por esto que vamos á echar una rápida ojeada sobfe
los brujos y sus brujerías en el departamento que nos ocupa.
En todos los pueblos del Perú, especialmente en los de
la sierra, se halla muy generalizada la creencia de que por me­
dio de ciertos sortilegios, conjuros ó evocaciones, y valién­
dose de extravagantes subterfugios y hechicerías, se consi-

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— 105 —

gue obtener lo que se apetece para satisfacción de nuestros


deseos, ó acarrear el daño ó maleficio que por venganza an­
helamos para nuestros prójimos. De aquí que los llamados
brujos abunden, y que los indígenas, mestizos y aun blancos,
creyendo á pie juntillas en el éxito de tales artimañas y en
la ciencia infusa de esos picaros por conveniencia ó por con­
vicción, acudan con inusitada frecuencia á consultar sus va­
ticinios ó á curar sus dolencias, pues tales embusteros á la
vez que á la brujería se dedican también á curar enfermos.
En el norte del Perú es donde existe más arraigada la
fé por los hechiceros, y el departamento de Lambayeque, des­
de lejano tiempo, ha sentado fama á este respecto. En casi
todas sus poblaciones los naturales se consultan en sus atren-
sos con esos anáspices ó fakires, cuyos presagios ú oráculos
los tienen por verdad inconcusa, casi sagrada; y en casos de
enfermedad grave son ellos los únicos que, á su entender,
son capaces de salvar al paciente de las garras de la muerte.
Motupe, Jayanca, Pacora, Salas y otros pueblos de la
provincia de Lambayeque, tienen tan arraigadas sus convic­
ciones en la bondad y saber de los hechiceros, que pasarán
muchos años antes de que la civilización moderna logre ex­
tirpar tan perniciosas creencias y desterrar prácticas tan
extravagantes, en las que mezclan lamentablemente sus as­
querosos utensilios con imágenes venerandas de la religión
católica, y sus disparatados conjuros con plegarias y ruegos
á los santos ó á cosas sagradas-
Hay brujos de ambos sexos y especialistas en diversos
ramos; así unos son tenidos como la última palabra en mate­
rias amorosas, á los que se da el nombre de enguayanchado-
res; otros considerados eximios en hacer todo el mal posi­
ble al prójimo, como empobrecerlo, enfermarlo y hasta cau­
sarle la muerte: estos son denominados maleros; otros son
simplemente adivinos; otros sohadores-, ó sean diestros en
hacer frotaciones con el cuy á fin de liuipiar al paciente, etc.,
etc; pero todos ellos á la vez son curanderos brujos que sa­
nan á los enfermos, á decir del vulgo, por medios sobrenatu­
rales, en una palabra, valiéndose de la hechicería.

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— 106 —

Sabido es que la ciencia de curar era ejercida por los an­


tiguos peruanos desde remotas épocas, los que empleando
hierbas que sabiamente aplicaban en ciertos casos, lograban
curaciones sorprendentes. Conocían también algunos narcó­
ticos y las virtudes y efectos de determinadas raíces, corte­
zas y hojas, conocimientos que trasmitidos de generación en
generación subsisten hasta hoy; existiendo entre nuestros in­
dígenas algunos que conocen el secreto de ciertas plantas que
producen efectos admirables en la curación de determinadas
enfermedades de carácter grave, secreto que en vano ha tra­
tado de arrancárseles. Natural es, pues, que sepan la plañe­
ra de sanar ciertas enfermedades por medio de hierbas bené­
ficas cuyas virtudes y aplicación conocen, así como el daño
que se sigue del empleo de otras venenosas, con las que pre­
paran terribles narcóticos y producen irreparables daños.
Todos los curanderos usan más ó menos los mismos
utensilios en el ejercicio de su perniciosa industria: huacos,
ídolps de piedra, caracoles, piedras sin labrar de capricho­
sas formas, trozos de madera, particularmente de chonta,
grandes fragmentos de cuarzo, insectos, pequeños reptiles,
culebras, diversas hierbas y sobre todo la indispensable ma­
cana que no falta á brujo alguno y que parece ser instru­
mento imprescindible para sus funciones. A veces la macana
es de metal, pero más comunmente hecha del fruto seco de
la tutuma que es redondo, de corteza dura y hueco por den­
tro, muy parecido á la calabaza. En el interior de la tutuma
se ponen algunas piedrecitas y es agitando este aparato por
el mango de madera que le colocan, como producen monó­
tono y desagradable ruido.
Los remedios que emplean son todos del reino vegetal,
como varias especies de heléchos, hongos, cactus, gramíneas,
cortezas de árboles, flores, etc., siendo los más usados los que
vulgarmente se conocen con los nombres de huachuma, San
Pedro ó Cardo santo, hórnamo y cóndor de varios colores,
huamanripa, mullo y cutí, minaquero, hucaquero, toroquero,
misha, huarhuar, narcóticos, misha curandera, inga, simora,
micha-rey, micha rastrera, querdrnomo, toro, huaminga, ci­

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— 107 —

te huaminga, cachi huaminga, bejuquillo amarillo y negro,


hualmí, hualmí de hombre y de mujer, trencillo, la hierba
del carpintero, la del Dios te dé (tucán) la del pilco, la aya-
huasca, la simora, la de la señorita (para enguayanchar), de
la justicia, la de Santo Tomé, etc., etc.
Aunque con pequeñas variantes todos los curanderos ó
brujos siguen un mismo método. Principia por llevar al
paciente á un paraje solitario ó poco frecuentado, que de an­
temano elije en el monte. El día anterior á la traslación fro­
ta al enfermo con un cuy de determinado color, que luego
sacrifica abriéndolo por la barriga, y examina atentamen­
te las entrañas para descubrir, según dice, en el cuerpo
del animal, las partes de los miembros humanos atacados
por el mal. Hecho esto, tiende el brujo una pequeña manta
y coloca encima los ídolos de piedra, junto con efigies de san-,
tos; prohíbe al enfermo alimentos condimentados, proscribe
en lo absoluto el uso de ajos y cebollas y ordena dieta riguro­
sa por 24 ó 48 horas. Listos los acompañantes que han de
colaborar en la curación sorbiendo tabaco y otras hierbas, ó
suspendiendo al enfermo como dicen los hechiceros, es tras­
ladado al lugar solitario ya escogido, donde lo colocan en
medio de la reunión, dando principio á la curación cuando
está completamente cerrada la noche.
El brujo comienza por impetrar el auxilio de los santos
al mismo tiempo que el de sus ídolos, el de loá cerros tenidos
por encantados, y el de otros objetos inanimados, con voz
monótona y triste, mezclando cada una de sus súplicas con
destemplados gritos, que siguen sin embargo una especie de
sonsonete ó canto desgradabilísimo, aumentado todavía con
el ruido agudo y penetrante de la macana, que no ha cesado
de ser agitada un solo instante. Tan extrañas súplicas é in­
vocaciones son acompañadas con frecuentes absorciones na­
sales de agua de tabaco, haciendo lo mismo todos los acom­
pañantes mujeres y hombres. De vez en cuando dan al enfer­
mo su dosis de remedio, crudo ó cocido, y el brujo sigue
horas tras horas danzando, cantando y moviendo rápida é
incesaptemente la fatídica macana.

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— 108 —
“Fantasmas parecen todos estos seres supersticiosos,—
dice el señor M. Antonio Mesones Muro,—alumbrj.dos por la
luz de débil fogata, rodeados por el misterioso silencio de
la noche y en un paraje sombrío, practicando actos tan ex­
traños, propios de los tiempos ya lejanos de los incas”.
Hay individuos fáciles y otros “que no los agarran las
hierbas”. “Sospechamos,—dice el mismo señor Mesones Mu­
ro (1),—con justísimas razones, que el maestro aproveche
de los efectos producidos por los narcóticos para sugestionar
ó hipnotizar á casi toda la reunión sin conocer él mismo las
causas. Principian uno ó dos de los acompañantes á bambo­
learse sin moverse del sitio- Los músculos de la cara, brazos
y piernas comienzan á saltarles como movidos por poderosa
corriente eléctrica; tienen la mirada fija é inanimada como si
el alma los hubiera abandonado encontrándose lejos de sus
cuerpos, y los ojos inyectados de sangre, presentando, en con­
junto, un aspecto poderosamente extraño, repulsivo. Como,
no pueden contenerse, siguen impulsados por fuerza supe­
rior á su voluntad, detrás del maestro, haciendo los mismos
movimientos que él. Algunos, muy ébrios, corren fuera del
círculo; pero el brujo, conocedor de su poder, con un movi­
miento de la chonta los detiene en su carrera y quedan co­
mo estátuas, viendo, según cuentan después, cosas extrañas.
Otro movimiento de la chonta, cuando el brujo lo tiene á
bien, los atrae de nuevo á la reunión. La pintura de esta esce­
na, en esos momentos, podría servir como alegoría de la lo­
cura. Por estos medios obligan los hechiceros á muchos de
sus enfermos, paralíticos ó reumáticos, á levantarse y seguir
bailando detrás de él, junto con los demás, y á veces algunos
quedan completamente sanos.
Son muchos los casos que se citan de enfermedades gra­
ves curadas por estos brujos, lo que, por otra parte, poco tie­
ne de sorprendente, toda vez que conocen perfectamente las
virtudes medicinales de ciertas plantas para enfermedades

(I).—La brujería en el norte del Perú. “El Comercio' 24 do enero, 1007, edi-
cic'm de la tarde.

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— 109 —

del costado, pulmón, nerviosas, etc. Son expertos en la com­


posición de ciertos laxantes poderosos, como el cuasi vene­
no Santo Tomé; conocen y emplean hierbas que hacen arro­
jar tenias y lombrices, haciendo creer á los ignorantes que
son culebras que se han criado en el estómago á causa de
daño que le han hecho sus enemigos.
Los brujos maleros se valen de parecidas artimañas pa­
ra los vaticinios con ^ue explotan la candorosid^d de los que
los ccmsultan. Como hacen concebir la posibilidad de adqui­
rir lo que se desea, ó de vengarse de un enemigo apelando á
sus conocimientos cabalísticos, cubileteos, y otras zaranda­
jas de la laya, son siempre buscados por aquellos que anhe­
lan tomar represalias de alguna ofensa recibida, y así unos
le piden que de rico convierta en pobre á Fulano, que la des­
gracia acompañe siempre á Zutano, que debilite las fuerzas
genitales á hombres ó mujeres, que se vea presa de enferme­
dad crónica ó incurable Mengano, que desaparezca de muer­
te violenta Perencejo, et sic de cmteris.
Proceden de manera idéntica á los anteriores, con sus
cantos monótonos y destemplados, chirridos estridentes, ges­
tos ridículos, danzas insulsas y libaciones frecuentes de al­
cohol y tabaco. Cuando ya todos los acompañantes se hallan
ébrios, idiotizados, clavan en la mesa un puñal ó espada y
preguntan al que en peor estado notan lo que vé. Presa éste
de alucinación terrible apenas alcanza á vislumbrar sombras
y en su imaginación extraviada no acierta á coordinar bien
las ideas y confunde lamentablemente una persona con otra,
altera completamente el pensamiento, y acosado por el ope­
rador, sindica á la persona cuyo nombre se le viene prime­
ro á la imaginación como causante del daño inferido al pa­
ciente. Muchas veces el individuo ni es de él conocido, otras
resulta ser su buen amigo ó su pariente cercano. El brujo de­
clara enfáticamente entonces que Fulano es el causante del
daño, y sin más averiguaciones, como si tuvieran convicción
profunda de la realidad del hecho, toman sus medidas para
ejercer cruel venganza en la persona señalada como produc­
tora del mal.

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— lio —
Tan invívita tienen la convicción de que es cierto, ciertí-
simo, lo que el malero les dice, que nadie ni por nada podría
persuadirlos de lo contrario. Su ignorancia supina no les per­
mite discernir ni discurrir, y poniendo en ejercicio sus per­
versos instintos, se entregan ciegamente y con furor á satis­
facer su venganza. El señor Mesones Muro relata, entre otros,
un caso que causa horror. “En meses pasados (mediados de
1906) dice, estaban brujeando en esta villa (Ferreñafe). El
objeto era sanar á una joven cuyo vientre sufría un cambio
notable sabe Dios por qué. Dos de los sugestionados vieron
en su estado ebrio, que la causante del daño era una pobre
vieja parienta de la enferma. ¡Cuál sería la sorpresa de la
infeliz mujer, cuando á media noche fue asaltada en su do­
micilio y molida á golpes con unas varillas de catre por los
dos enagenados!”
Pero con lo que más especulan es con el amor y con los
enamorados. Verdad es que esta pasión, este afecto del alma,
se presta más para engañar y dejarse engañar, como que es
el más poderoso de los sentimientos del corazón humano. De
aquí que los “enguayanchadores” sean los más solicitados.
“Hay mujeres,—dice el mismo señor Mesones (1)—que hur­
tan á los esposos algunas prendas de vestir, para, por me­
dio del encanto, buscar una eterna fidelidad. Otras acuden
en distinta forma á estos encantadores. Larga es la lista de
los filtros y amuletos amorosos que usan los brujos.
“Continuas son las quejas en los juzgados de paz por los
robos de jóvenes verificados por esta clase de manejos. Tam­
bién una mujer ó el esposo, por los mismos medios, puede ad­
quirir odio irreconciliable á su mitad, como obra de la
maldad de algún individuo envidioso de la felicidad de la
pareja.
“Los buscadores de tesoros son peligrosísimos. Estos in­
dividuos sin conciencia apelan á los brujos y llevan consigo
algún ñiño inocente. El efecto producido por el narcótico
en los niños es espantoso. Corren locos por los montes y prin-

(1)—Artículo de “El Comercio” de Lima, ya citado.

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— Ill —
cip'ian con las manos á escarbar la tierra. El terrible brujo
pregunta: “¿Michita, qué ves?”. Y el niño contesta: en tal
parte hay un entierro, un tesoro de tanto y á tal profundidad-
Se refieren historias inverosímiles de tales descubrimientos”.
El siguiente hecho da idea de lo arraigada que está en
los pueblos del departamento de Lambayeque la creencia en
brujerías, maleficios, etc. Un colono de la hacienda “Aqui-
pampa” (1), fue al pueblo de Salas á servir de padrino de
un matrimonio. Este hombre tenía fama de ser el brujo más
malero del distrito. En esa fecha grasaba una epidemia de
tifus en los montes de la mencionada población, desapare­
ciendo faniilias enteras. Las autoridades del pueblo tomaron
preso á ese individuo, señalado y acusado como el causante
de la mortalidad. Lo encarcelaron para matarlo por la no­
che y sin comprometerse mucho. Por felicidad influyeron unos
señores de Lambayeque. Presentes allí solicitaron la liber­
tad del preso, previa denuncia al juez de la provincia.
Las autoridades estaban contristadas, pues se les obli­
gaba á dar libertad al brujo. Temblaban de miedo ante la
futura venganza del encantador malero; pero sin embargo,
ofrecieron concederle la libertad para el día siguiente. A me­
dia noche, el gobernador, el alcalde municipal, los conceja­
les, jueces de paz, etc., se dirigieron sigilosamente, favore­
cidos por la obscuridad de la noche á la cárcel. Como ellos
creen que la única manera de impedir á un brujo hacer daño
es chupándole la sangre, una vez abierta la puerta de la cár­
cel se precipitaron los honorables sobre el viejo brujo que
era feísimo y de aspecto repugnante, y á porfía le arranca­
ban los pelos y comenzaron á chuparle la sangre!
Cuando se cansaron abandonaron á su víctima, casi exá­
nime, teniendo ésta que regresar á la hacienda por distinto
camino, pues algunos individuos lo acechaban para asesinar­
lo. Un año después se halló á este pobre hombre estrangulado
en un camino.

(])—Kstc colono fué <lel señor Mesones Muro, quien en noviembre de 1030 nos Ini
confirmado el hecho en el propio I’erreñafe.

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— 112 —

Avesados como están á estas supercherías groseras, no


es de extrañar que tengan infinidad de supersticiones; así
creen en sueños, en pájaros, en piedras; entierran los cadáve­
res con sus ropas, alhajas y monedas, como dice haberlo visto
en una ocasión D. Fernando de la Carrera, cura que fue de Be­
que á mediados del siglo XVII, quien hizo desenterrar un
cadáver que acababan de depositar en la misma iglesia, y al
registrarlo, “le halló siete petacones en tres apartadijos, ca­
da uno con tierra de diferentes colores: verde, amarilla y ce­
nicienta, y tres piezas de ropa, la una nueva, flamante”-
Entre los muchos cerros, huacas, piedras etc. que tienen
como sagrados, citaremos el de Yanahuanga, el que es mira­
do por los indígenas con mezcla de temor y de respeto, y por
el que sienten una especie de litolatría. Refieren que entre el
frío Yanahuanga y el cálido Chaparrí, de Chongoyape, se han
hecho varios presentes de vegetales, afirmando que en las al­
turas del primero crecen el algarrobo, el zapote y el arroz, y
en las del segundo el gualte, la escorzonera y la cebada. Los
brujos de ambas regiones buscan en ellas sus plantas predi-
lecias, tale scomo la misha, el condurango, el hórnamo y las
finas huachumas de 5 ó 6 costillas; y cantan á esas moles de
granito versos alegóricos durante sus macaneon.
Cuando tienen que llevar á cabo alguna empresa difí­
cil y arriesgada, se embriagan con narcóticos que les produ­
cen diversas alucinaciones, las que, según sean buenas ó ma­
las, deducen de ellas el resultado que han de obtener. Cosa
idéntica sucede entre los aguarunas, indios que habitan en
las márgenes del bajo Marañón, los que antes de emprender
una correría contra alguna de las tribus vecinas, celebran
una fiesta en la que de modo especial se dedican á hacer
abundantes libaciones de una cocción de atfahimHca, bejuco
narcótico; y de las visiones que les produce la bebida, dedu­
cen el mal ó buen éxito de su empresa.

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CHICLAYO

Cíirro repartidor de aprua, (pie corre por los rieles del tranvía.

>■ _ . Y ^'
('arreta distribuidora de asrua.

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usos Y COSTUMBRES
Con el objeto de saber la cantidad de ganado que posee
cada hacienda, se acostumbra practicar un rodeo anual, ope­
ración que se lleva á cabo hoy de la misma manera que se
hacía á principios de la conquista, es decir, con todos sus de­
fectos y séquito de desgracias.
Esta faena agrícola que es de gran importancia, pues
ella da á conocer al yanacón ó colono el aumento anual de
sus reses y al propietario de las tierras la suma que debe co*-
brar á aquel por arrendamientos, da lugar frecuentemente á
desórdenes y riñas sangrientas entre los vecinos, cada uno de
los cuales quiere apoderarse de todo ó de la mayor , parte
de la ganancia obtenida, alegando para ello pretextos fúti­
les unas veces, y otras, que son las más, el derecho de la
fuerza.
En las haciendas de la sierra, con ocasión de los rodeos,
todos los indios, hombres y mujeres, se congregan de co­
rral en corral y andan los hombres, ya sea montados o á pié,
reuniendo el ganado, armados de escopetas ó carabinas que
manejan muy bien; y como la tarea es ruda y fatigosa, cui­
dan de llevar bien provistas las alforjas del veneno llamado
cañazo por todo fiambre, licor que los tiene siempre en per-
pétua borrachera.
En tal estado, el pretexto más nimio basta para armar
discordia, produciéndose luchas reñidas á balazos en las
que hay por supuesto heridos y muertos. El enardecimiento
que en esos casos se apodera de los indios es increíble; sus
instintos sanguinarios se revelan con toda fuerza, victiman
á los heridos, persiguen tenazmente á los vencidos y arrasan

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— 114 —

y queman las propiedades de los contrarios, siendo imposi­


ble entonces contener los desbordes de esa canalla alcoholi­
zada y sedienta de sangre, pues no respetan nada ni á nadie.

El fanatismo religioso y el culto por los muertos es tal


que llegan á veces á lo inverosímil. El día de todos los San­
tos, por ejemplo, acostumbran ir los deudos al panteón á de­
positar su ofrenda de flores naturales ó artiflciales, como re­
cuerdo á los seres queridos que yacen, acaso desde muchos
años, ocupando un lugar en la Casa de reposo, como llaman
á los cementerios. Desde muy temprano y provistos de fiam­
bres, coca, aguardiente y velas de cera, se encaminan al
Campo Santo, formando interminable romería. Una vez allí
buscan la sepultura de sus deudos y colocan, fijándolas en el
suelo, dos. cuatro, seis ó más velas encendidas- Se sientan en­
seguida alrededor, y entre sollozos y rezos se entregan á la
bebida. Así permanecen renovando cirios hasta altas horas
de la noche, para proseguir, al día siguiente, en la misma fú­
nebre y piadosa faena. Esta costumbre que nos habían con­
tado, tuvimos ocasión de presenciarla en los pueblos de Mo-
chumí. Pacora, Illimo, Túcume, Jayanca y Motupe, no ha
mucho, el 1" de noviembre del año en curso que veníamos
desde Motupe en automóvil, de 10 á 12 de la noche- Por to­
das partes veíamos grupos de gente del pueblo más ó menos
ebrios, que con sus atados de comidas, bebidas y velas se diri­
gían al Cementerio á reemplazar, sin duda, á los que habían
permanecido todo el día acompañando los restos de seres
que fueron para ellos muy queridos; y el esoectáculo fantás­
tico de las tumbas rodeadas de tantas velillas encendidas,
ofrecía al viajero tema de variados comentarios, unos de ad­
miración por la fé que esa práctica encierra y por la pacien­
cia y amor á los suyos que denota tan extravagante costum­
bre; y otros de protesta por el acto mismo, revelador de
creencias perniciosas tan profundamente arraigadas é incul­

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— 115 —

cadas por quienes, por especular, fojnentan actos tan poco


cultos, tan irrespetuosos por las borracheras á que se entre­
gan y tan antihigiénicos por los miasmas que allí absorben.

El mismo día de todos Santos observan otra práctica.


Muy de mañana llevan al templo en jarras, huacos, botellas
ó cualquier recipiente, agua de las acequias ó pozos que van
depositando en un gran tonel ó botijo con gran afán y soli­
citud. No queda, puede asegurarse, individuo alguno del pue­
blo que no acuda con su poco de agua á verterla en el reci­
piente indicado.
Permanece allí hasta el día siguiente, 2 de noviembre,
en que la iglesia conmemora el día de los difuntos y cada
cual que aportó contingente líquido el día anterior, va ansio­
so á extraer del barril el agua que ya el cura, durante la mi­
sa, había bendecido. Es de ver el apresuramiento é interés
que se toman por llevar á su casa un cántaro colmado, que
luego colocan en los sitios que los miembros de la familia
que pasaron á otra vida, ocuparon de preferencia cuando vi­
vieron en ésta.
Estas costumbres retrógradas y fanáticas son practica­
das, por supuesto, por el vulgo, especialmente en los pueblos
nombrados de la provincia de Lamb ay e que y por los peones
de las haciendas, oriundos de Santa Cruz, Bambamarca y
otros lugares del departamento de Cajamarca.
Cuando visitando la hermosa y limpia hacienda de Ca-
yaltí, preguntamos á unas cruceñas qué significado tenía lle­
var el agua bendita á sus casas, nos contestaron que era pa­
ra que los pobres difuntos saciaran su sed, pues ellos, aña-i
dieron, salen de sus tumbas, cada año, por ese día, con tal
objeto.

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— 116 —

En Ferreñafe presenciamos otra escena curiosa. Pene­


tramos al amplio templo como á las 3 de la tarde, para cercio­
rarnos cómo celebraban allí el día de los difuntos. Todos los
altares tenían muchas velas encendidas y hasta el suelo se veía
con infinidad de ellas que hacían difícil el paso. Vimos sen­
tado en una silla, al pié del último altar del lado izquierdo,
cerca del altar mayor, á un fraile ya entrado en años, de bea­
tífico aspecto, quien tenía á su lado, en el suelo, una especie
de ánfora de metal blanco, quizá de plata, llena de agua
bendita, y dentro de ella un hisopo del mismo metal. Sobre
el altar había una pequeña caja y junto á ella algunos bille­
tes de á sol y medio sol, y al pie del fraile abigarrada mul­
titud de mujeres todas enmantadas. Mientras musitaba algu­
nas frases en latín, corría entre sus manos las bolillas de un
rosario, no por cierto para contar los padrenuestros y ave­
marias, sino para no perder la cuenta de los reales que co­
bra por responso, cada uno de los cuales sirve para sacar
una alma del Purgatorio. De vez en cuando interrumpe su
rezo para preguntar á la interesada que se halla próxima á
él, por el nombre en esta vida del alma que desea arrancar
de ese lugar de tormentos, nombre que intercala en su res­
ponso, que no dura más de dos minutos. Concluidos los que
corresponden al billetico que le han dado, lo guarda en la
caja y sigue con otra de las muchas—más de 100 contamos—
que reclaman solícitamente su turno, alargando con sus ma->
nos cobrizas y sucias billetes de diversos tipos, más mugrien­
tos que sus manos. Y así continúa todo el día y toda la no­
che el que tiene tanto poder en la tierra para libertar de
sufrimientos á almas que padecen y purgan sus pecados Pro­
bablemente con esta práctica quedará más holgado el Purga­
torio dejando sitio para nuevos huéspedes, pero lo cierto es
que los creyentes salen con los bolsillos vacíos y el fraile que­
da con los suyos llenos. Y esto se repite desde principios de
la conquista y continuará por los siglos de los siglos. Amén.

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— 117 —

En algunos pueblos de este departamento, cuando fa­


llece persona de cierto valimiento entre el pueblo, acostum­
bran llevar el cadáver en hombros, precedido de la carroza.
Tras de la caja van autos,—pues no hay coches públicos ha­
lados por caballos,—con piezas florales, y los demás deso­
cupados, mientras por las veredas sigue el cortejo de dos en
dos, muchas veces hasta el cementerio, que por cierto queda
lejos. En la casa de los deudos se fija en la puerta de la calle
una tarjeta grande enmarcada de negro, con esta inscrip-,
ción: “El duelo se recibe por tarjeta”. Tuvimos ocasión de
presenciar en Chiclayo dos entierros así, recientemente-
En Monsefú y Eten vimos también las puertas de las
casas habitadas por familias que habían perdido algún deu­
do, con una aspa formada con tiras de género negro.
Son las diversas maneras como acostumbran indicar en
esos lugares el pesar que les embarga.

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GOBIERNO Y PODER JUDICIAL

La autoridad del departamento la ejerce un prefecto, la


de las provincias los subprefectos y la de los distritos los go­
bernadores.
La prefectura funciona en una finca que, aunque se en­
cuentra algo retirada del centro de la ciudad, es espaciosa,
cómoda y de propiedad del Fisco. El año 1892 fue completa­
mente refeccionada.
Las cárceles públicas, tanto de Chiclayo como de Lam-
bayeque, se hallan instaladas en locales municipales, siendo
la primera de construcción moderna con todas las condicio­
nes de higiene y seguridad deseables; se inauguró en no-,
viembre de 1907. No sucede lo mismo con la de Lamba-
yeque que debería suprimirse, dada la corta distancia (15
minutos) que separa ambas ciudades por ferrocarril.
Las cárceles de los otros pueblos establecidas en fincas
de una ó dos piezas, húmedas y reducidas, carecen de toda
seguridad y, son inapropiadas para el fin á que se les desti­
na. La de Olmos es una excepción.
La gendarmería del departamento consta de un escua­
drón de caballería con 100 hombres y la guardia civil de una
columna de 60 policías, fuera de un mayor de guardias, un
inspector superior y 4 subinspectores; números ambos de­
ficientes para el servicio. De los últimos existe una guarni­
ción permanente en Lambayeque, quedando el resto para la
custodia de Chiclayo, de los cuales se envían con frecuencia
comisiones á los distritos para el cumplimiento de órdenes
políticas ó judiciales.

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D. Moisés Escurra, prefecto del Departamento.

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— 119 —

La guardia civil ocupa á la espalda de la casa prefectu­


ra!, un espacioso y adecuado cuartel recientemente refec­
cionado y la gendarmería un local al lado de la prefectura.
En la capital, Chiclayo, hay un tesorero fiscal que ad­
ministra las rentas del departamento y una Cámara de Co­
mercio con organización idéntica á la de la capital de la Re­
pública. En cada una de las dos provincias sus respectivos
Concejos funcionan con toda regularidad.
En lo judicial cuenta este departamento con Corte Su­
perior establecida en el año actual (1920).
Hay un agente fiscal y dos jueces de primera instancia,
uno en cada provincia, los que apenas se dan abasto para
el número crecido de expedientes. Además, hay un juez ep
lo criminal para ambas provincias, despachando en días al­
ternados en una y otra capital. Para los asuntos de menor
cuantía hay jueces de paz en cada uno de los distritos; pero
este servicio deja mucho que desear, tanto por el personal
poco idóneo que lo constituye, como por falta de renta, que
obliga á los que desempeñan esos cargos ad konorem á dis^
traer parte de las horas de su trabajo diario para administrar
justicia, lo que á todas luces perjudica á jueces y litigantes.
En lo eclesiástico depende del Obispado de Trujillo, ha­
biendo dos vicarios foráneos, uno en Chiclayo y otro en
Lambayeque y curas párrocos en las capitales de distrito-

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INSTRUCCION

Es innegable que la instrucción encierra el secreto del


adelanto y prosperidad de los pueblos. Comprendiéndolo así
las personas cultas y las autoridades hacen converger todos
sus esfuerzos hacia este ramo tan importante para la vida del
país. Desgraciadamente esos buenos deseos han tropezado
con inconvenientes en algunos departamentos; no sucedien­
do lo mismo en el de Lambayeque, en el que la instrucción
primaria se halla difundida en los pueblos y haciendas, aun­
que en algunos de ellos se nota remediables deficiencias.
Los locales en que funcionan las escuelas son en su ma­
yoría estrechos y faltos de ventilación, circunstancia debi­
da casi siempre á la escasez de rentas que no permite insta­
lar esos establecimientos, de conformidad con las precripcio*
nes de la materia.
Los preceptores son generalmente idóneos y la mayor
parte han obtenido sus puestos en concurso, sin que por esto
falten algunos que carecen no sólo del respectivo diploma,
sino hasta de los conocimientos indispensables para hallarse
al frente de un plantel de educación.
Puede asegurarse que no hay localidad, por pequeña
que sea, que no cuente con una escuela.
El Gobierno que ha reasumido la dirección general de
este ramo, encomendado hasta 1904 á las municipalidades,
hará que llegue á alcanzar el pié progresista que tiene ep
otras naciones, para lo cual cuenta con personal competente
en la Dirección respectiva, y con fondos suficientes.
En la provincia de Chiclayo, existen hoy (1920) 31 es­
cuelas fiscales: 11 de varones, 15 de mujeres y 5 mixtas, en

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CHICLAYO

La guarnición militar de Chielayo formada frente al Teatro “Dos de


Mayo”, en cuyo local se reunió la segunda Legislatura del
Congreso Regional del Norte.

La calle EeaL

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— 121 ^

las cuales hay matriculados 3,019 alumnos; de los cuales:


1,234 son varones y 1,785 mujeres, con un promedio de asis­
tencia de 2,019.
Además de los establecimientos de instrucción oficial
hay en la capital los siguientes planteles particulares: Cole­
gio Nacional de San José, de instrucción media; Colegio Bo-
lognesi, de instrucción primaria completa; y el Liceo Agui­
rre, los tres para varones; Colegio de niñas de Nuestra Señora
de la Concepción de 1* y 2* enseñanza, el del Sagrado Cora­
zón y el Instituto de Chiclayo, también para mujeres.
La municipalidad de Chiclayo, haciéndose eco del sentir
de sus vecinos, elevó al Congreso un memorial pidiendo se
estableciese en esa ciudad un plantel de instrucción media.
Esta solicitud fué atendida debidamente dándose la ley de
22 de diciembre de 1832, en virtud de la cual se disponía
su instalación en el local del antiguo convento de San Fran­
cisco, cuya existencia es anterior al año 1644, señalándose­
le como rentas para su sostenimiento, las que anteriormente
disfrutaban los conventos supresos de Saña y el superávit de
las capellanías de jure devoluto fundadas en la misma villa,
sin perjuicio, desde luego, de tercero. Más tarde, siendo aún
insuficientes estas rentas, dispuso el Congreso en 21 de di­
ciembre. de 1849, que se asignase en el presupuesto general
la cantidad de 1,600 pesos para la dotación de dos cátedras
en el referido Colegio; y posteriormente, en 11 de mayo de
1859, decretó el Ejecutivo que la tesorería de Trujillo entre­
gase 514 pesos para la compra de útiles; que entregase en
mesadas iguales los 1,600 pesos votados en el presupuesto
para las dos cátedras, y además, que pagara el déficit, que
por entonces ascendía á 482 pesos, 4 reales. Y como todavía
no se había instalado con todos los requisitos legales, orde­
nó que se procediese á su apertura solemne á la posible bre­
vedad, y que se estableciesen tres cátedras: una de matemá­
ticas puras y geografía, otra de filosofía é historia, y la ter­
cera de letras, gramática castellana y religión. Mientras se
daba un reglamento.especial, se dispuso también rigiera,
provisionalmente, el del Colegio de Trujillo.

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— 122 —

En 21 de enero de 1863 se dictó otra ley, votando en el


presupuesto general 4,000 pesos para la refección y arreglo
del primer claustro del convento supreso de San Francisco
de Chiclayo, á fin de que quedara adecuado para que en él
funcionara el Colegio de Ciencias, y estableciendo las cáte­
dras de inglés y francés, cada una de las cuales tendría co­
mo asignación 400 pesos- Asimismo se fundaron doce becas
de merced con la dotación de diez pesos mensuales cada una,
y se elevó el sueldo del Rector á 1,200 pesos anuales.
Tal fué el origen del Colegio de instrucción media de
San José, el que cuenta hoy con local aparente.
Durante la administración del general Cáceres se dió la
ley de 17 de diciembre de 1887, por la que se le asignaba ade­
más de las rentas de que ya disponía, el impuesto de 5 cen­
tavos por cada 138 kilogramos de arroz en cáscara que se
introdujeran á los molinos del departamento; el de 5 centa­
vos por cada saco de arroz de 87 kilogramos que se exporta­
ra por los puertos de Eten y Pimentel, y el de 25 centavos
por cada 314 kilogramos de maíz que se consuma en los pue­
blos del propio departamento de Lambayeque. La misma ley
dispuso que estos impuestos se recaudarían y administrarían
por la junta económica del expresado Colegio de San José
de Chiclayo, conforme á lo prescrito por el reglamento gene­
ral de instrucción pública, y que por ningún motivo podría
dárseles otra aplicación.
Cuenta, pues, el referido Colegio con rentas propias se­
ñaladas por leyes especiales, incluso el impuesto al arroz de
que ya nos hemos ocupado y el de la chicha.
Posee gabinete de física, y su mobiliario está conforme á
las prescripciones del último Congreso higiénico escolar.
El presupuesto del Colegio para el presente año (1920)
alcanza á Lp. 3,983.8.00, habiendo producido el impuesto al
arroz en 1919 Lp. 835.8.94, y el de la chicha en el mismo año
Lp. 439.5 55.
En el año actual se matricularon 317 alumnos, de los
cuales 207 en la sección primaria y 110 en la de media. La
edad y nacionalidad de estos últimos se indican en el siguien­
te cuadro:

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CHICLAYO

Colegio Nacional de San José.

Manifestación pnbliea en honor del señor Angn.sto lí. Leguía,


el día ñ de julio de 1919.
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123 —

Edad Nacionalidad

De 12 á 14 años . . . 16 De Arequipa............... 1
yj 14 77 16 „ ... 88 „ Cajamarca............. 9
M 16 77 18 „ ... 34 „ Callao..................... 2
97 18 97 21 „ ... 20 „ Lambayeque .... 89
97 más de 21 años . . 2 „ Loreto.................... 2
„ La Libertad............ 2
lio „ Lima....................... 2
„ Piura....................... 1
„ Cochabamba (Boli­
via) ................. 2
lio
Durante la infausta época de la ocupación chilena, en
la que el ejército invasor, por necesidad unas veces, y otras
por malignidad, ocupaba los establecimientos públicos que
hallaba á su paso, el local del Colegio de San José sirvió
de cuartel, quedando como es de presumirse, en calamitoso
estado al desocuparlo. Fué entonces que á iniciativa de los
señores Francisco E. Tagle, Claudio Ortigas y don José Ri-
vadeneyra, secundados eficazmente por el prefecto D. José
Antonio Alarco, y por el alcalde, doctor don Pedro Pablo
Chacaltana, se promovió una reunión de todos los vecinos de
la capital en el Teatro “Dos de Mayo”, con el objeto de pro­
mover erogaciones voluntarias con que proceder á la repa­
ración del pavimento, paredes y techos, así como á la cons­
trucción de nuevas puertas y ventanas: tal era el estado de
destrucción en que dejaron el local las fuerzas invasoras.
Como era de esperarse, dió espléndidos resultados la reu­
nión antedicha, encabezando la suscripción el nombrado
prefecto, señor Alarco, quien dió en el acto 200 soles y en­
comendándose los trabajos á una comisión especial. Los pre-,
fectos posteriores, coroneles Federico Ríos y Pedro Ugarte-
ché y D. Emiliano A. Carvallo, continuaron prestando su pro­

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— 124 —

lección y apoyo á esos trabajos con lo que se terminó de re­


parar el Colegio, quedando más cómodo y decente de lo que
fuera acaso en su principio.
A iniciativa de su director, doctor Karl Weiss, se ha
organizado una banda de músicos compuesta por 42 jóve­
nes y actualmente se están mejorando los servicios de agu^
y desagüe.
La Escuela de Artes y Oficios fue fundada á mediados
de 1918, siendo su primer director el doctor Pedro A. La-
barthe; hoy la dirige el señor Manuel Antonio Chirinos. Tie­
ne local propio construido por el filántropo D. Virgilio
DairOrso en el jirón de Colón, con todas las herramientas
y útiles indispensables. Hacen en él su aprendizaje más de
50 alumnos entre internos y medio-internos. Siguen allí su
instrucción teórica y práctica en los ramos de carpintería,
mecánica y fundición. Además del director, dictan clases:
de revisión de matemáticas, el ingeniero D. Ladislao Hi­
dalgo; de mecánica física y dibujo, el profesional electricis­
ta de la Escuela de Artes de Lima, D. Guillermo Silva San-
tisteban; de historia, gramática y geografía el señor Osías
Pita, quien á la vez es secretario de la Escuela; de dibujo
profesional, el jefe de la sección de mecánica, Sr. Figueroa,
mecánico diplomado. Los talleres de carpintería y fundición
corren á cargo de los señores Gálvez y Figueroa, respectiva­
mente. Esta escuela está militarizada, corriendo la instruc­
ción respectiva á cargo del técnico D. N. Pradel. Tesorero y
Contador es el señor Adolfo Meyer.
El Colegio de Educandas fué fundado en julio de 1866,
en un espacioso local que el Gobierno compró al señor Ver­
nal y mandó entregar á los padres de familia y vecinos no­
tables de la localidad para que lo administraran, los que
designaron una comisión que debía encargarse de la colecta
de fondos para establecerlo y fomentarlo debidamente. A
la señora Petrona Grandal debe mucho la sociedad chiclaya-
na; pues fué ella quien, como directora del Colegio, hacien­
do esfuerzos inauditos, lo mantuvo durante la ocupación
chilena y merced á sus esfuerzos y contracción, salieron de

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I
D. Eugenio W. Ibanez, alcalde de Chiclayo.

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mv

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— 125 —

él aprovechadas institutrices, que más tarde debían dedicar­


se al noble magisterio del profesorado. En la actualidad el
Colegio de Educandas se ha convertido en el Colegio de la
Concepción, dirigido por la señorita Julia Hulsen, la que, co­
mo compensación del local que ocupa, sostiene algunas
becas.
Existen, además, en Chiclayo, dos colegios particulares
para niñas, uno de instrucción primaria y media que reúne
buenas condiciones, y otro de instrucción primaria solamen­
te; y dos colegios particulares para varones, de enseñanza
primaria y comercial, uno de los cuales está dirigido por el
inteligente pedagogo D. Nicolás La Torre,
La antigua capilla de Santa Catalina en Lambayeque,
es hoy escuela municipal, y en la mayor parte de las hacien­
das sus propietarios sostienen escuelas de instrucción pri­
maria.
El activo y entusiasta alcalde actual, señor Eugenio W.
Ibáñez, proyecta el establecimiento de escuelas mixtas ru­
rales.

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FLORA

La flora del Perú, que se presenta exuberante, lozana,


riquísima en nuestra espléndida y extensa región montañosa,
donde las plantas encuentran todas las condiciones necesa­
rias para nacer, crecer y multiplicar, como son: terreno apro­
piado, luz, calor, aire y agua, no ofrecen en nuestro litoral,
por las razones que hemos apuntado al tratar de la climato­
logía, los mismos afortunados caracteres- La extrema seque­
dad de la larga y estrecha faja comprendida entre la cordi­
llera occidental y el océano Pacífico, en la cual queda el de­
partamento de Lambayeque, es relativamente pobre en espe­
cies vegetales; y como lo que puede decirse de cualquiera
sección de nuestro litoral es aplicable á todo él, desde que
el Perú se halla situado en la zona tórrida del sur, extracta­
remos aquí lo que el sabio Raimondi dice al respecto, en su
notable trabaio sobre fltogeografía ó sea sobre la distribución
geográfica de los vegetales en nuestro país:
El viajero que por primera vez visita el Perú en la esta­
ción de verano, queda admirado de la aridez de la costa;
en efecto, un inmenso arenal desprovisto de vegetación, cor­
tado por algunos valles cultivados, se extiende por toda esta
zona, cuya monotonía es interrumpida por la vista de unas
secas Filandsias, algunas especies de Cactus y una que otra
planta de Argemone mexicana (Cardo Santo); si recorre las
orillas del mar podrá notar la carnosa Salicornia peruviana,
algunas especies de Salsola, de Sesuvium, etc., y el largo Ma-
crocystis Humboldtii (Sargaso) con sus grandes vegigas lle­
nas de aire, arrojado sobre la playa por la fuerza de las olas
en la gran marea.

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— 127 —

Pero pasada la estación del verano y después de algu­


nas lluvias muy finas (garúas) que anuncian el invierno en
la costa del Perú, verá como por encanto las lomas de los ce­
rros, que hasta entonces habían quedado enteramente áridas,
cubarse de vegetación, matizarse de flores muy variadas, en­
tre las cuales se hacen notar; el oloroso Ismene hamancaes
(Amancay), con sus grandes periancios amarillos, la hermo­
sa Begonia geranifolia (Papita de San Juan) en la que el be­
llo color rojo de los pétalos externos, contrasta con el blan­
co purísimo de sus pétalos internos, el Quamoclit coccínea,
de flores campanuladas de un color rojo muy encendido, las
fétidas Valeriana-officinalis y pinnata, la bella Bomaria ova-
ta con las flores dispuestas en quitasol, varias especies de
Oxalis y de Solanum, la graciosa Commelina fasciculata,
muchas especies de Piper, entre las cuales el Piper crystalli-
num, notable por su tallo trasparente y cuyo fuerte olor de
anís lo hace descubrir fácilmente; en fin, un gran número
de otras plantas que sería demasiado largo enumerar.
El grande arenal que forma la costa, está cortado de tre­
cho en trecho, como se ha dicho, por hermosos valles, cuya
temperatura media es de 19’ á 20' centígrados y donde el via­
jero podrá descansar su fatigada vista por la reverberación
de las arenas, en el bello follaje de su lozana vegetación,
donde apagará su ardiente sed con los refrigerantes frutos
de la Passiflora ligularis (granadilla) y del Citrus aurantium
(naranja dulce), en fin, donde reposará sus extenuados miem­
bros á la sombra del hermoso quitasol, formado por las hojas
de la Musa paradisiaca (plátano)-
En estos valles hallará cultivados tanto los vegetales de
las regiones tropicales, cuanto los de las zonas templadas,
notándose además de los ya citados, la Annona cherimolia
(chirimoya), la Annona muricata (guanábana), de Persea
gratissima (palta), notable por sus grandes y delicadas dru­
pas, la Malpigia setosa (cereza), la Bunchosia armeniaca
(ciruela del fraile), la Spondias purpurea (ciruela agria) de
drupas muy sabrosas, y al lado de estos habitantes de las cá­
lidas regiones encontrará los árboles frutales de la templada

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— 128 —

Europa; tales como: el Amygdalus pérsica (melocotón), el


Pyrus communis (pera), el Malus sativa (manzana), la Cy-
donia vulgaris (membrillo), la Vitis vinifera (parra), etc.
Entre las graminaceas ocupan el primer rango el Saccharum
officinarum (caña dulce), el Zea mays (maíz) y la Oryza sa­
tiva (arroz); y entre las plantas de raíz, ó tubérculos ricos
en fécula, hallará: el Manhiot aipi (yuca), el Solanum tube­
rosum (papa) y la Batata edulís (camote).
Pero lo que admira al botánico viajero que recorre la
costa del Perú, es el pequeño número de vegetales arbóreos
indígenas de esta región; en efecto, exceptuando algunos ra­
ros y pequeños bosques de Prosopis dulcís y hórrida (algarro­
bos) ó de Acacia punctata (guarango), no halla aquellos
grandes bosques y selvas que caracterizan la vegetación de
las zonas templadas y tropicales, sino esparcidos acá y allá,
la Carnnomanesia cornifolia (palillo), el oloroso Schinus mo­
de tmolle), la Carica integrifolia (mito), el Alnus acuminata
(aliso), etc.
Mas, lo que caracteriza la vegetación de esta zona, son
las plantas que crecen espontáneas en dichos valles, entre las
cuales las compuestas se hacen notar por su mayor propor­
ción en géneros, especies é individuos. Los principales son:
el Baccaris Pevillei (chilco), la Tessaria legitima (pájaro
bobo) que se podrían considerar como plantas sociales, por­
que por sí solas ocupan grandes espacios de terreno; la Mi-
kania variabilis, la Flaveria contrayerba, la Encelia canes-
cens, el Spilanthes diffusa, las Piquería artemisoides y quin-
queflora, la Galinsoga parviflora, la Wedelia hispida, la Am­
brosia peruviana, el Xanthium ambrosioides, algunas espe­
cies de Senecio, Guaphalium, Eupatorium, Melanonthera,
Ageratum Bidens, etc. Las solanáceas también son muy
numerosas, haciéndose notar entre ellas: la Nicotiana pani-
culata y glutinosa (tabaco cimarrón), la elegante y olorosa
Datura arbórea (floripondio), el Datura stramonium (cha­
mico), el Physalis peruviana (capulí), los Phvsalis prostrata
y angulata (capulí cimarrón), la Nicandra physaloides (ca­
pulí cimarrón de flores azules), el Lycopersicum peruvia-

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— 129 —

num, el Hebecladus umbellatus, el Acnistus aggregatus


(quiebra ollas), el Cestrum hediondinum (yerba santa ó yer­
ba hedionda), un gran número de Solanum, tales como el
Solanum tuberosum (papa) y los Solanum nigrum, phyllan-
thum, montanum, corymbosum, multifidum, etc. Cuncuno.
Las verbenáceas son representadas, por la Verbena offi­
cinalis, la Latana camara (yerba de la maestranza) y varias
especies de Lippia, tales como: las Lippia nodiflora, gemi-
nata canescens, etc. Entre las escrofulariáceas se hacen notar:
la hermosa Galvezia limensis, la caprichosa Calceolaria pin-
nata (yerba bolsilla), la Scoparia dulcís, la Browallia abbre-
viata, las Budleja occidentalis y spicata. Las leguminosas
tienen por representantes: el Dolichos glycinoides, el Hedy-
sarum uncinatum, la Psoralea pubescens, la Genista spar-
tium (retama). En fin, muchas otras familias tienen algunos
representantes en la vegetación de la costa, y entre sus nu­
merosas plantas citaremos el elegante Myrsine Manglilla
(manglillo), las Passiflora littoralis, foetida y punctata (ñor-
bos), la Mirabilis Jalapa (buenas tardes), las Boerhaavia hir­
suta y scandens, el Tropaelum majus (mastuerzo), la Malva
peruviana, la Salvia rhombifolia, los Heliotropium corymbo­
sum, pilosum, synzystachyum y curassavicum, etc.
Si el viajero dejando la orilla del mar se dirige hacia
la cordillera, verá, á medida que el terreno va elevándose,
desaparecer poco á poco las plantas de las regiones tropica­
les para ser reemplazadas por otras de las regiones templa­
das; la caña de azúcar que hasta la altura de 1,100 metros
(3,600 pies) produce perfectamente, desaparece su cultivo
más allá de este límite; los cactus (gigantones), al contra­
rio, á pesar de ser plantas de los trópicos, parecen ser favo­
recidos en su desarrollo por un clima más templado, de ma­
nera que los verá aumentar en número y en dimensiones has­
ta la altura de 1220 metros (4.000 pies) sobre el nivel del mar,
donde aparece el colosal Cactus peruvianus que se eleva acá
y allá, en medio de un terreno pedregoso y enteramente
árido.

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— 130 —

Como casi todo el territorio del departamento de Lam-


bayeque queda en la región de la costa, carece de represen­
tantes de familias botánicas, propias de las regiones de la sie­
rra y de la montaña.
Para cerrar este capítulo, sólo añadiremos que en el des­
poblado de Olmos, que colinda con el desierto de Sechura, hay
una especie de yuca llamada de monte, otra de cal)allo y
otra de cochino, porque estos animales las desentierran por
instinto' y les sirve de comida y bebida, pues allí no hay agua.

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FAUNA

Si en el reino vegetal, el departamento de Lambayeque


no ha sido muy favorecido por la Naturaleza, no lo ha sido
más en el animal, siendo aún mayor la pobreza que se no­
ta en el reino mineral. Los ingentes veneros de éste se ha­
llan de preferencia ubicados en la gran cordillera de los An­
des, y apenas si algunos de sus contrafuertes penetran al
oriente de su teiritorio.
El señor Víctor M. Sarria, á quien ya hemos citado al
hablar del clima de este departamento, estudió también su
fauna, y como su laborioso trabajo es el más completo que
al respecto conocemos, lo incluimos en gran parte á conti­
nuación.
La clase de los mamíferos, dice el señor Sarria, está re­
presentada por casi todas las variedades de individuos que
la constituyen, á excepción de algunos órdenes que son pro­
pios del continente americano, entre los que podemos citar
toda la tribu de los cuadrumanos, algunos de los quirópteros,
así como también los correspondientes á la familia de los car­
nívoros feroces y unos pocos anñbios.
Puédese, pues, contar entre los clasificados en la clase
de los mamíferos, los correspondientes al orden de los roedo­
res. A este pertenecen las ardillas (Sciunis vulgaris) de pe­
laje gris, que abundan en la época del algarrobo correspon­
diente al trimestre de abril, mayo y junio. Estos animales
de carácter medroso, salen de sus nidos ó madrigueras en
los últimos momentos del crepúsculo vespertino, con el obje­
to de satisfacer sus necesidades vitales, ocultándose sola­
mente al despuntar el día, constituyendo por este hecho casi

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— 132
una especie nocturna. No obstante, se ven algunos indivi­
duos, aislados, durante el día. La rata común (Mus Rathus)
y el ratón casero (Mus Musculus) que todos conocemos. A
propósito de estos roedores, debemos rememorar, por ser un
hecho excepcional y jamás antes observado en el departa­
mento, que el año 1884 se experimentó una verdadera plaga
de estos animales tan numerosa en los campos, que en pocas
horas destruían completamente eras de arroz, maíz y diver­
sos granos. De su número puede formarse idea si se toma en
consideración que cada uno de los encargados de vigilar las
sementeras ó las eras, mataron á palos, en una hora, de 200
á 300 ratones.
El género Lepus (Viscatia) vizcacha de los cerros, es
muy abundante en la zona oriental, en el ramal occidental
del majestuoso sistema andino que separa este departamen­
to del de Cajamarca, constituyendo su carne un alimento
sano y exquisito. Se crían domésticos y en abundancia asom­
brosa los cuyes. (Cavis domesticus) y los conejos (Lepusicu-
nículus) muy apreciados, porque á lo gustoso de su carne
debido á la magnífica alfalfq que constituye casi su único ali-'
mentó, se une su gran baratura.
En el orden de los carnívoros, existe el género Mephitis
Furcatus conocido con el nombre de añaz, el que despide un
olor nauseabundo é irrespirable, debido á la gran cantidad
de secreción venal.
El género Canis es tan numeroso, que comprende
casi todas sus variedades: el de caza, el pastor, el bull-dog,
el galgo, el de Terranova, el chino, conocido con el nombre
de biringo, etc., etc. Tamién se encuentra en este orden, el
hurón, la muca y el canis vulpes (zorro) enemigo de las aves
de corral.
Asimismo citaremos, aunque en número reducido en al­
gunos lugares del distrito de Chongoyape, en Incahuasi y
otros de la sierra, una especie de comadreja, que en esta úl­
tima parte es conocida con el nombre de Huaghuaschi.
Del género gato solo existen dos especies: el doméstico
y el llamado tigrillo, que es feroz. Este último llamado tam-

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— 133 —

bien gato del monte, es pintado como el tigre y poco mayor


que el gato casero. Se conoce una especie de este género,
Felis Leo, de pequeño tamaño y color amarillo, con el nombre
de leoncillo ó puma que llega á unas 150 libras de peso,
que sin ser nocivo al hombre, ataca á los animales pequeños, .
sirviéndose de ellos para su alimentación. También se cono­
ce el jaguar.
Para terminar con este orden, debemos mencionar una
variedad del género Ursus, oso de color negro muy abun­
dante y de medianas dimensiones, que alcanza hasta más
de 200 libras de peso. Habita generalmente en la extensa
llanura ó pampa llamada Chaparrí, comprendida entre la
hacienda Batán Grande, en la provincia de Lambayeque, y
el distrito de Chongoyape, de la de Chiclayo. Este animal,
que es más bien frugívoro, es inofensivo al hombre y muy
buscado por su carne que constituye un alimento agradable.
El oso hormiguero es poco abundante.
Siempre tuvo este departamento gran fama por sus in­
mejorables crías de caballos, á la que se dedicaban con es­
mero los principales hacendados; pero la guerra de 1879,
con sus crueles exigencias, puso término á industria tan flo­
reciente como útil á la Nación. A esta única causa se debe
hoy el que la cría del ganado caballar no tenga la misma
importancia que antes.
En este orden, el de los jumentos, solo se cuenta hoy con
el género caballo, (Equs caballus), cuyas mejoras crías se en­
cuentran en las haciendas Ucupe y Calupe, y el género asno
(Equs assinus) que es la bestia de trasporte y de carga de
los naturales.
De los que corresponden al orden de los Bisulcos, se en­
cuentran en los extensos montes del departamento, el cier­
vo común (Cervus vulgaris), una variedad de gamo (Cervus
gama) y en mucha abundancia el venado, que llega al pe­
so de unas cien libras' y cuya carne es alimento de buena ca­
lidad.
Asimismo se encuentran en estado salvaje grandes ma­
nadas de cabras (capra hirens) á más de las domésticas, que

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— 134 —

se crían por centenares y cuya baratura llega, en algunas


épocas del año, á tal punto que se venden á 60 y 70 cen­
tavos. Abunda también el carnero (ovis) y el toro (Botau-
rus) cuya carne se adquiere á precio ínfimo y de tan buena
calidad, que es la mejor que se come acaso en toda la repú­
blica-
Para concluir esta clase, mencionaremos los dos siguien­
tes géneros del orden de los Porcinos: el chancho, cerdo ó
puerco, doméstico, cuya abundancia es grande; tienen pier­
nas y ocíeos largos, el color de la piel es negro y casi no tie­
nen cerdas, y el sajino (Dycotiles torquatus), cerdo del mon­
te, audaz, que vive en familia, y que tiene la particularidad
de una glándula sobre el lomo que segrega un líquido pes­
tilente.
Entre las aves se encuentran desde el terrible y corpu­
lento cóndor ó buitre hasta la tímida paloma, y desde la pa­
vorosa y lúgubre lechuza hasta el canoro ruiseñor, el dorado
chiroque y el pintado colibrí.
En el orden de las rapaces ó aves de rapiña, tenemos
el cóndor (Sarcorhamphus gryphus), cuyo dominio está cir­
cunscrito á la región oriental del departamento, en los altos
picos de una ramiñcación andina, entre éste y el departa­
mento de Cajamarca, cuyos géneros más comunmente cono­
cidos son el buitre ceniciento (Bultur cinereus), el Sarcor­
hamphus papa mullusco, y el gallinazo (Cathortes fétidus).
Encuéntrase algunos géneros de halcones, de los cuales
es raro el cerúcalo (Falco Fermiculus) y ©i milano (Falco
milanos), siendo abundante el gavilán (Falco nisus).
Ultimamente indicaremos entre las nocturnas la lechu­
za común (Stris passerina) muy abundante en el campo y
aún en las poblaciones, en donde hace sentir su presencia con
destemplados graznidos.
El orden de los pájaros es el que á la vez que numeroso
llama más la atención, tanto por lo variado y pintoresco de
su plumaje que hace recordar el "topacio, el rubí y la esme­
ralda, como por su melodioso canto. La putilla, (Musicapa),
el hornero, llamado así por la forma de horno en que cons­
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— 135 —

truye su nido de barro; el chusco (Furdus Corregidor) acli­


matado y casi indígena de este departamento y de los de Piu-
ra y La Libertad; el ruiseñor (Fylvia Luserania) más nume­
roso en la provincia de Lambayeque; el gorrión (Zonotri-
chia matutina); el peche (Sturnus militaris); el chiroque
de color amarillo vivo, muy estimado por la facilidad que tie­
ne para repetir cualquiera canción que se le silbe; el tordo
ó chivillo (Cassicus pelvetus), etc. A estos últimos se les cría
domésticos entre las habitaciones, donde están libremente;
el Martín pescador (Alcido Amazónica); el carpintero (Pi-
cut venter rojo); el periquito (Conurus rupicola); las urra­
cas (Psittacus rupicola); el guarda caballo, el chisco que se
distingue por su canto y que es oriundo de la América es­
pañola, loros de diversos tipos, y muchísimos otros cuya enu­
meración requeriría un libro.
Las gallináceas constituyen, tanto en esta provincia co­
mo en la de Lambayeque, numerosa familia. Así en el lugar
llamado La Puntilla, ó sea la bifurcación del río Chancay en
los de Ferreñafe y Tambillo, se encuentran en abundancia
patos silvestres. En las casas se crían pavos comunes (Pavus
meleagris) y los pavos reales (Pavus eristata), así como tam­
bién gallinas y gallos (Gallus domésticos). Pavos alzados.
Entre las aves que llamaremos de caza, existen la palo­
ma torcaz (Columba libra), la llamada serranita (Columba
aenas), ave muda que anida en el valle y en la sierra; la cu­
culí (Columba molocha), ave de canto que vive en la cabe­
cera de la sierra, bajando al valle por las cosechas de arroz;
la tortolita peruana (Columba passerisia); la tortolita co­
mún (Columba zurita) abundante en la costa y en la sierra;
y la africana (Columba risoria).
En las riberas de los ríos que cruzan el territorio y en
las lagunas formadas por los derrames de éstos, abundan
entre los palmípedos, la garza común (Ardea garsela); la
garza cenicienta (Ardea cinérea); el flamenco rosado (Her-
nicopterus ruber); el pájaro niño (Spheniscus Humboldttis),
etc; el alcatraz (Pelianus anacrotalus); el cuervo de mar
(Cormoranus Philocrocoras) y el ganzo común (anoes lege-

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. — 136 —
turn). Pero las más numerosas especies del orden de los
palmípedos, son: el pato lefe (anoes nidauta), el pato ma­
yor generalmente conocido, y un sin número de especies, cu­
ya relación seríá muy larga. También abundan las gallinetas
llamadas vulgarmente pollas de agua y los tiltiles (Cocorli
subarqueada) - Entre las zancudas no debemos olvidar el hue-
requeque, que se cría doméstico para destruir los insectos
de los que se alimenta.
La clase de los reptiles, aunque no se hallan todos los
géneros venenosos tan generales en otras regiones, como en
el Ecuador, no puede llamarse escasa.
Mencionaremos en primer lugar las tortugas (Tortuca)
ó quelonias, que rio es muy corriente encontrar, no hallán­
dose más individuos de este orden.
El género lagartija (Lacesta viridis) es muy numero­
so; así se ven á cada paso : la lagartija común (Lacesta vul­
garis), la iguana (Iguana uberculata), cuya carne la usan en
algunas provincias limítrofes como alimento; el saltojo, que
no es sino una variedad inofensiva de la salamanqueja (Ge-
cos ó Disco-dáctilos chacophones) de color de tierra, y al que
se atribuye propiedades venenosas; lo cual no es sino una
apreciación infundada, pues dichos reptiles son completa­
mente inocentes.
Entre los ofidios hay muy escasamente algunos indi­
viduos de las crotalus ó culebra de cascabel; siendo de no­
tarse, por ser propio del departamento, el jergón (Crotalus
Coxtrus), así como el colambo, con cuyo nombre se conoce una
especie de boa, no muy desarrollada, y que llega á alcanzar
algunas veces hasta tres metros. Este animal inofensivo, le­
jos de ser dañino, es útil, pues se alimenta de insectos y pe­
queños reptiles, que destruyen las plantaciones de cereales,
etc. Tampoco es raro encontrar algunos individuos del géne­
ro víbora (vípera veros).
Entre los batracios anotaremos los sapos (Buffos) que
abundan en las orillas de las acequias, en las haciendas, y en
todo lugar donde corre agua permanentemente. Es tal la
cantidad de estos anfibios, que aun en las mismas poblacio-

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— 137 —

nes se escucha, durante la noche, el monótono concierto de


sus destempladas voces.
Los peces son tan numerosos, que hacen de la pesca una
industria floreciente, á la que se dedican gran número de.
naturales del departamento. No sólo en el mar, sino también
en los ríos, es abundante esta clase de animales, y tan varia­
dos, que existen tipos característicos de todos los órdenes de
peces, hallándose también anphioxus, que es un ser de tran­
sición entre éstos y los invertebrados. Citaremos entre
otros la corbina (Leixua) cuya carne es exquisita; el len­
guado, la cachema, conocida generalmente con el nombre de
ayanque, la liza, la sardina, el róbalo, el tollo, la mojarrilla,
la anchoveta, etc., etc., que son otros tantos peces delicados y
sabrosos-
Los moluscos no son menos numerosos; así se ven con
abundancia extraordinaria en todo el litoral, los pulpos (Oc­
topus Mocropus); los argonautas (Argonauta argo); los ca­
racoles de todas clases.
Son tantos los insectos que aquí se conocen, que sólo
citaremos los géneros más notables. Entre los coleópteros
existen: el cicindelos, conocido generalmente con el nombre
de Caballito de siete colores (Negalea chilenses), por los ri­
cos y variados matices que decoran sus alas; la luciérnaga
(Noctilio noctilus) muy comunes en los campos; el escaraba­
jo ó torito, y aunque en corto número la cantárida (Lita ve­
sicatoria) cuya aplicación medicinal es de todos conocida.
En el orden de los ortópteros: la cucaracha (Blata
oriental y el grillo (Grillus timidus), con toda la numerosa
colectividad de sus especies.
Entre los hemípteros, existen casi todos los parásitos
conocidos.
De los neurópteros se distinguen la hormiga león (Mir-
meleón) muy conocida por la manera infundibiliforme con
que construye su morada; la hormiga terme y algunas otras
de menor importancia.
El género más importante del orden de los himenóp-
teros, es el género abeja (Apis). Este útilísimo y laborioso

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— 138 —

insecto se criaba ahora años en grande escala, y hasta se


exportaba á Europa grandes cantidades de la miel que ela­
bora. Hoy la industria apícola ha decaído mucho. Debemos
también hacer mención de las avispas.
El orden de los lepidópteros comprende una variedad
bellísima de las especies que abraza, notables por la multi­
tud y riqueza de sus vivos colores; como las mariposas diur­
nas y gran variedad de las nocturnas.
Entre los dípteros podemos anotar como muy comunes:
el mosquito (Culex pipiens); el zancudo muy abundante en
la estación de verano, en cuya época son tan numerosos que
hay que tomar precauciones especiales para evitar que pe­
netren en los dormitorios ó servirse de mosquiteros, pues de
lo contrario no sería fácil conciliar el sueño; la mosca (uci-
lia viridis) y el tábano, enemigo implacable de los caballos
y bueyes.
La fauna peruana se ha eñriquecido con un nuevo géne­
ro estudiado y clasificado por el reputado médico doctor
Juan del Carmen Ugaz, quien lo denominó Sarcófaga Lam-
bayecana, díptero que deposita sus larvas en las cavidades
naturales del hombre, determinando enfermedades que el ci­
tado médico ha tratado con feliz éxito.
Los ápteros están representados en el departamento por
Pediculles capitis, que vive en la cabeza del hombre; el Pe-
diculles puvis; la pulga (Pulex irritans); el pique.(Pulex pe­
netrans) ; todos parásitos del hombre. También se encuentra
la garrapata, parásito de los mamíferos.
El cientopiés (Escolopendra) y algunas variedades de
casi ninguna importancia, caracterizan los miriápodos. Es­
tos articulados habitan generalmente ocultos bajo las pie-,
dras, las hojas, cortezas y otros cuerpos, sobre el suelo, y sor­
prenden por la agilidad de sus movimientos.
Entre los arácnidos merecen citarse la araña conocida
con el nombre de Yacomé (Mígala aveculieri) cuya picadura
es grave; la araña doméstica (Arácnea dumesticus), la cual
es, como todos saben, insectívora.

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— 139 — .
Aunque de la misma clase, pero de orden distinto, se
encuentran en gran número el alacrán (Scorpion), y los Aca­
ras Scapici, ó aradores de la sarna, cuyo estudio correspon­
de á la medicina-
Los crustáceos comprenden una clase muy numerosa de
acuáticos, que constituyen un exquisito alimento; tales como
el cangrejo (canelo), la langosta (Polineris lacurta) muy
abundante en toda la costa; el camarón (Estecus fuvialis),
comibles sólo en la época de avenidas, pues ingeridos en la
estación de sequía son dañinos estos crustáceos, por cuanto
se alimentan de los infusorios y demás microbios que son ger­
men de las enfermedades infecciosas.
Abunda también el cochinito de humedad (Oniscus ma-
ranus).

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AGRICULTURA Y GANADERIA

La industria agrícola del norte del Perú, tiene en este


departamento y en su limítrofe el de La Libertad, la mani­
festación más halagadora entre los demás que se hallan en
el litoral. Ocupa una región llana y fértil, interrumpida la
primera por arenales extensos que sorprenden al viajero
que de la sierra va á la costa, pasando de la exuberante ve­
getación de aquella á la aridez propia de las pampas areno­
sas en los bajos terrenos que llegan hasta el mar; y limitada
su fertilidad por la naturaleza de su suelo en ciertos lugares
y por la gran carencia de aguas que rieguen otros de asom­
brosa fecundidad.
La caña de azúcar y el arroz son los cultivos á los que
con mayor ahinco se dedican sus agricultores: ellos absorben
casi todos sus capitales y esfuerzos. En las principales hacien­
das, como Pomalca, Tumán, Pátapo, Pucalá y Cayaltí, la vis­
ta se pierde en los inmensos horizontes que forman las gran­
des llanuras cubiertas de caña; al paso que en otras las es­
pigas de arroz constituyen su fuerza productora esencial. La
caña de azúcar produce todo el año; el arroz se cosecha de
mayo á agosto.
En las épocas no muy buenas la cosecha de este cereal
no baja de 180.000 fanegas en el departamento, y en las me­
jores,'es decir de octubre á marzo, meses en que por lo regu­
lar no escasea el agua, llega hasta 240.000. Vienen después
en correlativo orden de importancia, el maíz, que se cosecha
de diciembre á febrero, sembrío que ha quedado casi en ma­
nos de la raza indígena, y los pastos que, prescindiendo de
los especialmente cultivados como el alfalfa y el gramalote.
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— 141 —

nacen espontáneamente. También se produce viña de buena


calidad y olivo de excelente clase; pero de estos cultivos es­
tá poco generalizado el primero y casi extinguido el segun­
do. El algodón que se cosecha en los lug'ares escasos de agua,
como Túcume, Mochumí, Mórrope, Jayanca y Olmos, ofrece
asimismo inmejorables ventajas. Se cultiva, además, con mnv
buen éxito, el cacao en Pucalá y Tumán, y el café en este úl­
timo fundo y en Cayaltí. La papa nace en cualquier campo,
siendo superior la que se cosecha en las haciendas del distri­
to de Salas situado en los ramales occidentales de la cordille­
ra. La producción anual del maíz puede calcularse de 32 á 35
mil fanegas. El distrito de Motupe es el principal productor
de este grano- Las legumbres, granos y frutas nacen con fa­
cilidad y adquieren pronto desarrollo en las campiñas del de­
partamento.
Entre las hortalizas se encuentran: lechuga, coliflor,
achicoria, tomate, caigua, culantro, chilchil, orégano, ají, ce­
bolla, rábano, yuca, camote y azafrán de Castilla. Entre los
granos: fríjoles de diversas clases, garbanzos, arvejas y len­
tejas. Las frutas varían según las estaciones, siendo abun­
dantes los mangos, ciruelas, pacaes, guabas, mameyes, hua-
nábanas, cerezas, peros, manzanas, peras chilenas, paltas, li­
mas, limones, naranjas, chirimoyas, membrillos, duraznos,
higos, huayabas, plátanos, papayas, lúcumas, granadas, pali­
llos, tumbos, sandías, melones, piñas cidras, pepinos, níspe­
ros, dátiles, cocos, etc., etc., en una palabra es tal la abundan­
cia, variedad y grandor de las frutas en este departamento,
que un comerciante americano que ahora 75 años recorrió ca­
si todo el Perú, después de haber viajado mucho por el mun­
do, hallándose en Lambayeque y sorprendido por la exquisi­
ta calidad de sus frutas, denominó al departamento todo:
“la huerta del mundo”.
Aunque son pocos los ensayos que se han hecho para
introducir y aclimatar en el Perú plantas y árboles útiles que
se cultivan con gran éxito en otros países, hay sinembargo
algunos importados, si bien raros y meros ejemplares, entre
los que podemos citar el árbol del pan, la caña fístula, el

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_ 142 —

algarrobo de Genova, el mango de la India, el arroz de Ja­


maica y otros más.
Siendo esencialmente agrícola este departamento, es á
este ramo al que de un modo preferente se han dedicado los
propietarios de tierras, descuidando la ganadería. Esta es la
razón por la que casi todos los fundos no cuentan sino con el
número de animales precisos para sus propias necesidades.
El ganado que más abunda, aunque en limitadas haciendas,
es el cabrío, sobresaliendo al respecto el de la Viña de Ja-
yanca- Cuanto al vacuno, caballar, porcino y asnal, su nú­
mero es reducido, como se verá cuando nos ocupemos deta­
lladamente de cada fundo. No obstante esto, algunos ensa-
vos se han hecho, antes de ahora, para mejorar las razas, de­
biéndose á la iniciativa de los señores Delgado, hermanos é
hijos, la introducción en 1866 á la hacienda Batán Grande,
perteneciente entonces á esa familia, de dos cabras y un
cabro de Angora, dos vacas y un toro Durham de cuernos
cortos, y de chanchos ingleses de los de la cría del Príncipe
de Gales, acaso los primeros ejemplares de razas exóticas
que se importaron al Perú. Como la costa de los departamen­
tos de Piura, Lambaveque y Libertad tienen grandes despo­
blados, semejantes á los de Africa y con clima muy adecua­
do, la misma familia Delgado propúsose también traer ca­
mellos para dedicarlos al trasporte de carga en esos arenosos
desiertos. Desgraciadamente no tuvo ocasión para ello, per­
diéndose así la oue se hubiera ofrecido nara implantar en el
país ese género de trasportes, que quizá hubiera dado bue­
nos resultados á sus introductores, sobre todo en aquella épo­
ca en que no existían más vías férreas que las del Callao á
Lima y la de Arica á Tacna.
Este departamento es el primero en el Perú en su pro­
ducción de arroz y segundo en el de azúcar.
Para que se pueda formar una idea de la riqueza agrí­
cola de este departamento, vamos á hacer una ligera enu­
meración de las principales haciendas y fundos de cada uno
de sus distritos, así.como de su producción, maquinarias, po­
blación, fanegadas cultivadas, propietarios, etc-, etc.

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— 143

Provincia de Chiclayo

Es una de las más florecientes de la República por la im­


portancia de la agricultura y el crecimiento de su comercio.
Su terreno, como el de todo el departamento, es llano y fe­
raz. La parte arenosa no solamente se encuentra en los dis­
tritos ribereños al mar, también se halla en algunos lugares
del interior.

DISTRITO DE CHICLAYO

Este distrito cuenta con los siguientes fundos; Santa Ro­


sa, Casa Blanca, Vista Alegre, La Cofradía, Samán, Romai­
ca y Collud, Rinconazo y Calupe.
Santa Rosa.—Este pequeño fundo fue de D. Manuel
Echeandía, quien lo vendió en 1905 á don Moisés Escurra,
éste á D. Constantino O. Bustamante, y éste en 1910, á D. Jo­
sé Francisco Cabrera, quien lo ha ensanchado con los terre­
nos que pertenecieron al doctor Francisco Villacorta. Dista
un kilómetro de la ciudad de Chiclayo y tiene una extensión
superficial de 200 hectáreas más ó menos. Tiene plano levanr
tado en 1889 por el ingeniero civil señor Emetefio Pérez. Es­
tá inscrito en el registro de la propiedad inmueble.
Limita al N. con terrenos de la Beneficencia, llamados
La Purísima, que conduce el mismo señor Cabrera; al E. con
el camino real para Picci; al S- con terrenos de D. Guillermo
Senmache, Antonio Senmache, Viuda de Piedra é hijos, y de
la testamentaría de los Chambillos, y al O. con el camino de
Culpón á Lambayeque.
La mayor parte de esta hacienda está sembrada de gra­
malote : el resto carece de agua. El fundo es regado por las
acequias de Chilape y Cois, con sujeción á lo que dispone
la Comisión Técnica de Irrigación del departamento, para
lo cual cuenta con tres primeras tomas de las corrientes: dos

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— 144 —

en Cois y una en la acequia de Chilape. Está unido á Chicla-


yo por un camino carretero' de un kilómetro y por otro de 11
á Picci, verificando sus trasportes por medio de carretas.
La casa de la hacienda es nueva y amplia y su ranche­
ría muy regular.
Todo su ganado vacuno, caballar y asnal es criollo. Sus
cercos son de alambre.
Cas?. Blanca.—Fué de propiedad del señor Manuel Diez
Quiñones, quien murió repentinamente en Monsefú en se­
tiembre de 1907, dejando dos hijas. La hacienda es hoy pro­
piedad de Doña Elmira Diez de Campodónico.
Está situada á pequeña distancia de Chiclayo con una
extensión superficial de 360 hectáreas.
La mayor parte de este fundo se siembra de arroz y gra­
malote, dejando el resto para el descanso de las tierras. El
arroz que produce se remite á los molinos de la capital para
su lirñpia y venta. Está regado por una toma corriente en la
rama de Quefe de la acequia de Chiclayo.
Su casa es pequeña y algo destruida, y sus cercos de le­
ña, algarrobo y alambres-
La Cofradía.—Este pequeño fundo que tiene una ex­
tensión superficial de 300 hectáreas, es propiedad de la Be­
neficencia Pública de Chiclayo y la tiene actualmente arren­
dada el señor Rodolfo Lora. Carece de plano, de teléfono y
no está registrada.
Su cultivo principal es el arroz, el que es enviado en
cáscara á los molinos de la capital. Es regado por una toma
corriente en la rama de Quefe de la acequia de Chiclayo.
Su casa es pequeña y se halla un tanto deteriorada. Sus
cercos son de leña y ramas.
Vista Alegre.—Es propiedad de la testamentaría de D.
Manuel Diez Quiñones. Su extensión es de 420 hectáreas,
sembradas en parte de arroz y gramalote.
Su toma es la primera de la acequia de Chiclayo.

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— 145 —

Su casa es pequeña y aseada. Su ranchería de caña y sus


cercos de ramas.

Samán.—El señor Santiago Luis Gonzáles es su propie­


tario y la conduce en la actualidad el señor Miguel Arbulú
Gonzáles.
Limita al N- con la acequia de Chiclayo, al E. con la ha­
cienda de Pomalca y Collud, al S. con la acequia de Monsefú
y al O. con La Cofradía y Chacupe, de las que la separa la
acequia antigua de Tenope. Su superñcie es de 1440 hectá-
í'eas, de las cuales hay cultivadas 390. Está registrada y en
conexión con la línea central de teléfonos de Chiclayo.
Su población es de 12Ó habitantes y tiene plano levan­
tado por el ingeniero D. Antonio Meyer, siendo su longitud
horizontal de 4 kilómetros.
Cultiva arroz, caña de azúcar, maíz, alfalfa y gramalo­
te. El arroz se beneficia y vende en los molinos de la capital.
La caña se muele en la oficina de Pomalca, la que percibe el
50 por ciento por dicha operación, corte y carguío. Para el
arroz se trae de Pacasmayo la semilla conocida con el nom­
bre de Jamaica y para la caña se usa el cogollo más fresco.
Sus tierras son bastante salitrosas y el promedio de su
producción, por hectárea, esile 1,794 kgs de arroz en cásca­
ra. No se alternan las sementeras, pero se dejan descansar
las tierras por dos años. El sistema de regadío es el corrien­
te, por medio de acequias.
Corresponde á esta propiedad la sexta parte del volu­
men que conduce la acequia de Chiclayo, con dos tomas:
una en dicha acequia, que sirve para el riego de 1,200 hec­
táreas, y la otra, en la de Monsefú, llamada antiguamente
Ñómala y hoy Chacupe, para regar las 240 hectáreas restan­
tes; sinembargo nunca proporcionan el agua suficiente para
el riego total de las tierras indicadas. Las tomas son de uso
corriente.
Cuando se establecen las mitas, en los ocho días que
corresponde á Chiclayo tomar el agua, la reparte entre los re­
gantes, entre los cuales está Samán.

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— 146 —

Da ocupación esta hacienda á más de 100 individuos


entre adultos y menores- Estos son todos del lugar, contrata­
dos directamente.
Dada su proximidad á la capital, no se da en este fundo
asistencia ni intelectual ni material á los jornaleros.
Dista de Chiclayo 4 y medio kilómetros por camino ca­
rretero, pantanoso en tiempo de lluvias, y de Pomalca cua­
tro kilómetros. El ferrocarril de Eten á Pátapo pasa á unos
250 metros de la casa de la hacienda, teniendo obligación
de detenerse en este punto cuando se solicite, por haber sido
ésta una de las condiciones estipuladas al ceder los terrenos
para la construcción de la vía.
La casa es de dos pisos, de regular extensión, aseada y
bien montada. La ranchería es nueva y limpia. Es de adobe
con cimiento de ladrillo y te jho de caña, á media agua, con
torta de barro.
Posee ganado vacuno, caballar, cabrío y asnal, todo
criollo y en regular estado de conservación.
Pomalca y Collud.—La “Sociedad Agrícola Pomalca Li­
mitada”, es en la actualidad propietaria de la hermosa ha­
cienda Pomalca, que hasta ahora poco pertenecía á los se­
ñores Vicente, Agustín, Salvador y Carlos Gutiérrez, y á la
que han entrado á formar parte la señora viuda de Piedra
é hijos. El señor Augusto Piedra, uno de los propietarios, es
el administrador de Pomalca y el ingeniero agrónomo señor
Germán Klinge, el administrador general de toda la nego­
ciación.
Pomalca y Collud forman la base de la Sociedad, en la
que también hay que considerar la hacienda Samán, de pro­
piedad del señor Santiago L. Gonzáles, quien la tiene cedida
en arrendamiento. La primera está situada á ocho kilóme­
tros de la ciudad de Chiclayo y mide 16 kilómetros de lar­
go con una superficie de 7,500 hectáreas más ó menos.
Las tierras sembradas con caña miden una extensión al­
go mayor de 760 fanegadas; teniéndose además bajo cultivo
120 fanegadas de alfalfa y gramalote, y porciones más pe-

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POMALCA

Vista general de la fábrica.

La hermosa casa de la hacienda.

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— 147 —

quenas de terreno distribuidas en todas las secciones de las


haciendas de la negociación, cultivadas con arroz, maíz, le­
gumbres y hortalizas. Aparte de las extensiones cultivadas,
quedan terrenos cubiertos de bosques de algarrobo, porque
la dotación de agua que corresponde á los fundos según las
ordenanzas de regadío, no alcanza para ponerlos bajo cul­
tivo.
Su población será de 1,000 habitantes, y llega á 2,000
con las demás secciones denominadas, Collud, Ventarrón y
Bola de Oro-
Pomalca limita al N. con la acequia de Chiclayo, al E.
con Calupe, al S. con la acequia de Monsefú y el río de Eten
y al O. con la acequia de Samán.
Sus terrenos son planos y feraces, regados con agua del
río de Lambayeque por medio de una acequia principal y
otras accesorias llamadas regadoras. Como dotación de agua
tiene la quinta parte del caudal del río de Lambayeque en el
punto llamado Unión. En tiempo de escasez se establecen las
mitas.
El ferrocarril de Eten pasa por este fundo, donde hace
estación, y tiene un desvío á las oficinas. Sus productos se
embarcan por el puerto de Pimentel por medio del ferrocarril
de la empresa del ferrocarril y muelle de Pimentel, de la que
son accionistas los propietarios de esta hacienda. Para el ser­
vicio interior hay un ferrocarril de vía angosta, servido por
tres locomotoras y 300 carros Koppel de dos toneladas de ca­
pacidad cada uno. Como es natural, esta línea se prolonga
según las necesidades del corte; pero la parte firme mide una
extensión de 35 kilómetros.
Los braceros empleados en el cutlivo serán cosa de 600
todos hombres, pues aquí como en todo el departamento no
se aprovecha el servicio de las mujeres. Se proveen por me­
dio de contratistas de las provincias de Piura y Chota, ade­
más de los del lugar, por medio de enganchadores que perch
ben buena comisión y son responsables de los fuertes ade­
lantos de dinero con que los habilita el propietario.

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— 148 —

Tiene dos escuelas, una de hombres y otra de mujeres.


Existe un hospital con capacidad para 25 enfermos, con bo­
tica, médico y farmacéutico.
Hombres encargados especialmente hacen el servicio de
policía
Las semillas no se importan de afuera: para la caña se
aprovecha del cogollo, prefiriéndose el más verde. Se emplea
como abono el guano de las islas, el sulfato de potasa y el
amoniaco. No se alternan los cultivos y se da poco descanso
á las tierras.
La caña es el principal y más valioso sembrío del fun­
do, pudiendo estimarse su producción anual en 250.000 quin­
tales de azúcar granulada. Se corta la planta de los 20 a los
22 meses y las socas á los 18. Su poder sacarino es de 10% tér­
mino medio. El producto de cada hectárea es de 6.900 kilo­
gramos más ó menos. El sembrío se hace todo el año. La ca­
ña para su beneficio es conducida á las oficinas por tracción
á vapor. Toda el azúcar de Pomalca se exporta para Inglate­
rra y Chile. La alfalfa y gramalote se consumen en la alimen­
tación de los animales del fundo. El maíz se vende en el de­
partamento.
El camino de Chiclayo á esta hacienda es de 8 y medio
kilómetros de largo, en buen estado; el mismo camino con­
tinúa como 5 y medio kilómetros hasta el Combo, estación del
ferrocarril. Hay otro antiguo camino real que pasa por te­
rrenos de la hacienda. Sus caminos interiores están en buen
estado.
Existe una red telefónica de 25 kilómetros de extensión,
que la comunica con la central de Chiclayo, y con ramales
particulares para las diversas secciones de la hacienda, la
toma y servicio interno del fundo-
Los cercos empleados han sido de adobón, pero se van
reemplazando por los de alambre, compuestos de hilos con
púas á distancia de tres á cuatro pulgadas. Estos alambres
van asegm'ados por medio de grampas á pequeños postes de
algarrobo de 2 y medio metros de alto, los que son enterra­
dos á unos 50 centímetros.

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— 149 —

El edificio de la oficina es de adobe con cimientos de la­


drillo y techos de calamina.
Su maquinaria es moderna y cuenta con todos los acce­
sorios indispensables para el beneficio de la caña.
En 1917, los señores Gutiérrez instalaron un trapiche
Me Neill de once cilindros con capacidad para beneficiar 35
toneladas de caña por hora, y posteriormente importaron de
Estados Unidos un “cuádruple efecto" de 12,000 pies cua­
drados de superficie. Ha sido también renovada su instalación
de calderas multitubulares sistema Babcock & Wilcox, una
sección de centrífugas hidráulicas Laidlaw Weston, una ba­
tería de filtros prensas Krogg y un laboratorio químico com­
pleto para análisis de azúcares, tierras y abonos. Posee asi­
mismo un gran taller de mecánica con todo el utilaje necesa­
rio para atender á las reparaciones del material.
Las chimeneas del ingenio son dos: una de ladrillo de
18m.282 de alto, y otra de 30m470.
El combustible empleado es el bagazo, que se quema
apenas salido del trapiche.
La casa es espaciosa, cómoda y bien tenida, con altos.
Existen dos almacenes para guardar víveres y herramientas.
Las habitaciones para los empleados y el alojamiento de peo­
nes, reúnen las condiciones indispensables de higiene. Anexa
á la casa hay una huerta de tres hectáreas de extensión, con
árboles frutales, legumbres y verduras.
Toda la hacienda está alumbrada con luz eléctrica.
La peonada ha establecido una sociedad obrera de au­
xilios mutuos, que recibe de los jefes de la negociación
el más amplio apoyo; como asimismo los dos centros depor­
tivos, con campos apropiados al objeto, que han fundado los
habitantes de Pomalca, uno de foot ball y otro de tiro al
blanco.
El ganado es vacuno, con mezcla de raza inglesa; caba­
llar de raza del país, y yuntas para el laboreo de las tierras-
Todo el ganado está en buenas condiciones y es uno de los
mejores del departamento.

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— 150 —

Rinconazo.—Formada de terrenos que fueron de Po-


malca y Collud, es de propiedad del señor José F. Cabrera,
que la conduce. Tiene una extensión de 686 hectáreas 4,950
metros cuadrados. No tiene plano, ni teléfono, ni está regis­
trada.
Linda al N. con terrenos de Casa Blanca, al E. con Ca-
lupito, al S. con el río de Eten y al O. con Pomalca y Collud.
No tiene agua, habiendo sido sembrada en años anterio­
res por medio de una dotación que le daba la hacienda Tu-
mán, produciendo entonces arroz y maíz y destinándose hoy
á la cría de ganado.
Su casa es buena, de adobe y techos de cinc. Su ranche­
ría es regular.
Su ganado es vacuno y caballar.
Calupe.—Esta extensa hacienda de 2,997 hectáreas,
comprende tres partes: el Combo, Casa Blanca y Calupito-
La negociación Tumán es la propietaria de las tres. Su exten­
sión horizontal es de 14 kilómetros y sus terrenos fértiles
son los mejores del departamento.
Limita por el N. con el río de Lam.bayeque que la sepa­
ra de las haciendas Tumán y Pátapo; por el E. con la de Pú-
calá; por el S. con el río de Eten que igualmente la separa de
Saltur y La Punta, y por el O. con Pomalca y Rinconazo.
Dista de la estación del Combo 14 kilómetros y 22 y
medio hasta Calupito, -camino carretero.
El Combo y Casa Blanca tienen 714 hectáreas de terre­
nos, cultivados, siendo su extensión total de 2194; el resto
permanece improductivo, pues tiene 30 hectáreas pantano­
sas y las demás carecen de agua y brazos- Cultiva caña, maíz
y gramalote. Produce también camote y yuca en corta can­
tidad.
Calupito tiene 803 hectáreas: cultivadas 270 y sin cul­
tivo 533, por falta de agua y braceros. Siembra caña, maíz y
gramalote.
En Casa Blanca y Calupito se ocupan 400 braceros.

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CAYALTI

('oiuUictor de bagazo para los honios.

PIMENTEL

Desembarcando la maquinaria de la hacienda Tumán.

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ZíQiW

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— 151 —

parte del mismo departamento y parte de las provincias de


Piura y Chota.
Las tres secciones mencionadas que forman la gran ha­
cienda Calupe, tienen derecho á las dos catorce avas par­
tes del caudal de agua que lleva el río Lambayeque al pasar
por la toma de esta propiedad, repartiéndoselas por terceras
partes. La toma es de las corrientes, situada en terrenos de
la hacienda Tabernas, y su sistema de regadío es el de ace­
quias. En los tiempos de escasez se establecen las mitas en­
tre las haciendas Tabernas, Pucalá y los pueblos de Lamba­
yeque y Chiclayo. Cuando el turno toca á las haciendas se
reparten el agua por terceras partes.
La casa de Casa Blanca es de adobe, en buen estado de
aseo, y la ranchería de cañas en no muy buenas condicio­
nes. En Calupito hay una pequeña de quincha, hallándose
diseminada la ranchería; tiene además una huerta de cua­
tro hectáreas, con árboles frutales y hortalizas, y una capi-
llita, “Santa Inés”, de adobe, sumamente descuidada, cuyo
altar está perpétuamente alumbrado por velas de cera. El
atrio se ve cuajado de crucesitas, pues ha servido de cemente­
rio. En las dos haciendas que acabamos de nombrar hay tam­
bor
Casa Blanca y Calupito tienen una línea telefónica par­
ticular á la toma de su acequia, con una extensión de cerca
de 16 kilómetros y se comunican también con Tun^án.
Todo el ganado es criollo y se halla en buen estado.

DISTRITO DE PIMENTEL
J

Este distrito, recién creado por ley N’ 4155, cuenta con


las haciendas “San Félix” y la “Carolina”, y está rodeado de
extensa campiña muy subdividida, que produce los mismos
artículos que Santa Rosa y Monsefú. Sus habitantes se dedi­
can, además de la agricultura, á la pesca.

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152

DISTRITOS DE MONSEFU Y SANTA ROSA


Están formados de unas 80 pequeñas propiedades ó cha-
carillas, más ó menos, con una extensión territorial de unas
2400 hectáreas cultivadas y 400 más de terrenos salitrosos y
arenales.
Producen como 100 hectáreas de caña, que se beneñ-
cian en 24 trapiches verticales movidos por bueyes, produ­
ciendo mieles que se consumen en el lugar y en Chiclayo en
su aplicación á la chicha- Los demás cultivos son de panlle-
var y alfalfa, cuya semilla se vende en Lima. La semilla de
alfalfa de Monsefú es excelente y es muy solicitada por los
agricultores de todo el Perú
Hay dos pequeñas propiedades en Monsefú: “Las Ani­
mas”, de 3 hectáreas y “Nuestro Amo”, de 6, las que son ad­
ministradas por las sociedades del mismo norqbro y sobre cu­
ya posesión sigue juicio la Beneficencia de Chiclayo.
El agua se toma del río de Eten.
DISTRITOS DE ETEN (villa) y ETEN (puerto)
La campiña de ambos distritos está repartida en peque­
ñas pertenencias, cuyas producciones, con excepción del
arroz, son idénticas á las de Santa Rosa y Monsefú. La ma­
yor parte de sus terrenos son eriazos, salitrosos, y van has­
ta el mar.
El agua de que se hace uso se toma del río de Eten.
DISTRITO DE REQUE
La campiña de este distrito, de unas 1,000 hectáreas,—
no considerando á Chacupe, gran hacienda de propiedad de
la municipalidad del lugar, que también le pertenece,—está
bien cultivada y subdividida en pequeñas pertenencias sem­
bradas de caña, maíz, frutas y legumbres. La importancia
de este distrito consiste especialmente en su horticultura.

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— 153 —

que abastece los mercados de Chiclayo y Eten, y en su gran


provisión de buena alfalfa.
Existe una extensión de terreno conocido por el “Monte
Grande” cubierto de algarrobales y todo cercado, de pro­
piedad de la iglesia y administrado por el párroco.
El producto de los reducidos sembríos de caña, que con­
siste en mieles, se aplica á la elaboración de la chicha, sien­
do las plazas de expendio las de Reque y Chiclayo. El bene­
ficio se hace por pequeños trapiches de bronce, verticales,
movidos por bueyes.
Chacupe.—Esta hacienda la tiene arrendada la munici­
palidad al señor Pedro Baca; su extensión superficial es de
3,900 hectáreas y la horizontal de 20 kilómetros. No tiene
plano ni teléfono.
Limita por el N. con la acequia de Chiclayo, por el E.
con Samán, La Cofradía y la acequia de Monsefú; por el S.
con esta misma acequia, y por el O. con las pampas de San Jo­
sé y las ciénagas de Santa Rosa-
Tiene 1800 hectáreas cultivadas de arroz y maíz, y pe­
queñas parcelas sembradas de hortalizas, que trabajan los
yanacones ó colonos.
Su producción es de cerca de un millón de kilos de arroz
en cáscara que van á los molinos de Chiclayo; en las vega^
se siembra maíz que se vende en los mercados de Chiclayo
y Monsefú. Las semillas proceden del lugar, escogiéndose pa­
ra el arroz la llamada Jamaica.
Como dotación de agua tiene la mitad de la que condu­
cen las acequias de Chiclayo y Monsefú, teniendo en la pri­
mera cuatro tomas que son: San Antonio, La Victoria, Coi-
nate y Tomope, de cuyo caudal toma el fundo La Cofradía
la tercera parte; y en la segunda tres: Chacupe, Poémape y
Valcuchique. En época de escasez apela á las mitas.
Cuenta con numerosos braceros que reciben tierra para
sembrar, á los cuales se llama colonos. La mayoría de estos
braceros provienen de las poblaciones de Chiclayo y Mon­
sefú.

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— 154 —

Los trasportes los hace con carretas y acémilas por ca­


minos carreteros: uno que va á Chiclayo de 8 kilómetros,
otro de igual extensión á Monsefú y otro á Reque de 11 ki­
lómetros.
Todo el ganado vacuno, caballar, porcino, cabrío y
asnal, es criollo y está en buen estado.
La hacienda tiene dos casas, aunque en mal estado:
una en Chacupe y otra en el lugar llamado Pozo loco. La
ranchería está diseminada y consta de pequeño número de
chozas. Los cercos son de alambre y ramas.
DISTRITO DE SAÑA
Es este uno de los más importantes, tanto por el número
de haciendas, cuanto por el desarrollo de su agricultura. Las
haciendas son las siguientes:
Cayaltí. San Antonio.
Chumbenique. Palomino.
Oyotún. Galerita.
Culpón. La Punta.
La Viña de Saña. Saltur ó La Calera.
El Potrero y La Huaca. Sipán.
La Otra Banda. Pucalá.
Salitral. Tabernas-
Hay además 8 pequeñas pertenencias conocidas por
“Acciones de Santa María”.
El ingeniero agrónomo D. Isaac Acevedo, ha sido nom­
brado recientemente administrador de aguas del río de Saña.
Cayaltí.—Este importante fundo, propiedad de los se­
ñores Aspíllaga hermanos, ofrece una hermosa perspectiva
y puede reputarse como uno de los mejores del departamen­
to. Tiene plano de la parte que fue Cayaltí, pues con poste­
rioridad se han agregado otros fundos que, con aquel, for­
man la hacienda actual. Se halla registrada.

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CAYALTI

(Jorrida de toros.—El circo está formado por carretas, eii (pie antes que
hubiera P. C. se trasportaba el azúcar á Puerto Bteu.

La hermosa casa de la hacienda.

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— 155 —

Sus linderos son: al N. las haciendas de Sipán y Saltar;


al E. Pampa Grande y Chumbenique; al S. el río de Saña
y al O. terrenos eriazos del Estado.
Su extensión horizontal es de 28 kilómetros y la super­
ficial de 3,750 hectáreas, de las que hay cultivadas 1,950 y
por cultivar 780 por carencia de brazos y 900 por falta de
agua. La parte incultivable, por ser terrenos salitrosos, es
de 120. La parte cultivada se descompone así:
De caña........................ 1,600 hectáreas
De arroz................. 90 „
De maíz......................... 60 „
De café.......................... 15 „
De frutas...................... 6 „
De alfalfa...................... 60 „
De gramalote.............. 447 „
Su producción anual es: 220,000 quintales de azúcar;
300.000 litros de alcohol; 2,500 fanegas de arroz en cáscara, y
186,300 kilos de maíz.
La caña produce, por término medio, 840 quintales por
fanegada y su grado es de 10 y medio. Se trasporta del corte
á la oficina por ferrocarril de 0m60 de trocha. El material
para este sei’vicio se compone de 255 carros ingleses que
cargan seis toneladas cada uno y la línea portátil existente
es para 8 kilómetros. La fija tiene el mismo ancho y mide
hasta puerto Eten 37 kilómetros, además de la interior fir­
me que alcanza aproximadamente á 40 kilómetros. La ha­
cienda entrega á la Salinera por el prorrateo que le corres-»
ponde 1,144 sacos mensuales de 224 libras, mitad marca T
y mitad blanca.
El alcohol se exporta en parte á Bolivia y el azúcar va
á Inglaterra y á Estados Unidos.
Las semillas son del mismo lugar: en la caña se emplea
tanto el cuerpo como el cogollo, prefiriéndose este último;
la de arroz es de Jamaica y la de alfalfa de Reque-
Se acostumbra en esta hacienda, al aporcar la caña, po­
ner á cada planta un puñado de guano de las islas, empleán-

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— 156 —

dose cinco toneladas por fanegada (se hace uso de este abo­
no en la caña planta, soca y resoca).
Tiene cinco juegos de arados á vapor con todos sus úti­
les, sistema Fowler, de alta y baja presión y 54 Collins N" 9,
dos rastras, dos cutivadoras, y las demás herramientas de
uso constante.
Para el riego de la hacienda tiene tres tomas de las co­
rrientes sobre la margen derecha del río Saña, en puntos di­
ferentes, de las que toma libremente su dotación de agua; y
sólo en los meses de noviembre y diciembre, en que hay su­
ma escasez, se reparte proporcionalmente á la extensión
y cultivo de los fundos, tomando tres días las haciendas
de arriba, Chumbenique, Oyotún, Culpón y la Viña de Sa­
ña, y cuatro días las restantes desde Cayaltí hasta los terre­
nos de Lagunas.
Los braceros de la hacienda son, como en las demás,
unos libres y otros contratados: aquellos ganan S. 1.40 dia­
rios y éstos S. 1.40 también, además de ración de una libra
de carne y una y media de arroz y sal, fuera de las gratiñca-
ciones. La mayor parte de los peones son de los pueblos de
Bambamarca y Santa Cruz de la provincia de Hualgayoc- A
los contratistas se les adelanta grandes cantidades de dinero
y perciben por comisión 25 por ciento. El número de braceros
es en la actualidad 1,200 mayores y 100 menores.
Hay dos colegios de primer grado: el de varones con
120 matriculados y asistencia media de 70, está regentado
por D. Gregorio Ramírez Fanning, y el de mujeres, con 60
de matrícula y un promedio de asistencia de 40, está dirigi­
do por la señora Teresa Tapia. Los locales construidos para
el objeto son extensos, higiénicos y bien tenidos, con los úti­
les necesarios para la enseñanza.
Existe un hospital con capacidad para 30 enfermos en
muy buen estado de aseo y asistencia, con botica anexa bien
surtida y provista de instrumentos de cirujía. El doctor Ca­
simiro Medina es el médico permanente, ayudado por dos
enfermeros. Hay también una bonita capilla.
Está unida por medio de un ferrocarril de vía angosta
de 60 centímetros de ancho y 36 kilómetros 300 metros de

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CAYALTI

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Triple efecto y defecadoras.

El trapiche.

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— 157 —

largo, al puerto de Eten: fuá construido para el servicio del


fundo, pero presta ya importantes servicios á una parte de
las haciendas de este valle y á sus moradores, que se veian
condenados á traficar por entre pampas de arena con carros
pesados de dos ruedas, tirados por bueyes- Cuenta con cinco
máquinas inglesas pequeñas, dos coches de primera, uno de
segunda, un furgón para equipajes y seis carros para poder
conducir siete toneladas de carga cada uno. Corren dos tre­
nes diarios, y la perspectiva que ofrece la bella, limpia y
extensa avenida de más de dos kilómetros de extensión que
queda al entrar ya á la hacienda, es por demás sugestiva.
Esta preciosa alameda está formada por laureles y sacuari-
nas, traidos especialmente de Europa, cuyas flores encarnadas
y verdes hojas, forman un matiz encantador.
Hay camino carretero al Combo, que dista 27 y medio
kilómetros. A Saña hay otro carretero de 5 kilómetros, en
magníficas condiciones. A Chumbenique otro de 22 kilóme­
tros. Los caminos interiores de la hacienda no pueden ser
mejores. También está unido por teléfono con la oficina cen­
tral de Chiclayo y por tanto con sus ramales. Hay asimismo
teléfono interior para todas sus oficinas.
Los cercos son de adobones en su mayor parte, y el
resto de estacas de madera y de ramas, llamadas talan­
queras.
Posee las siguientes cabezas de ganado: 1,200 vacuno,
450 caballar, 1,300 ovejuno. 260 cabrío y 100 asnos, todo
criollo y en buenas condiciones. El número de yuntas es
de 300.
El edificio de la maquinaria es de piedra y adobe con
techos de fierro y planchas de cinc, espacioso y en superior
estado de limpieza; construcción sólida y elegante. Contie­
ne un conductor de caña de 40m de largo por lm.67 de an­
cho; un trapiche con triturador de once mazas, de lm67
de largo, por 0m82 de diámetro; un motor Fowcett Preston
y C\, de Liverpool, horizontal, de 500 caballos de fuerza;
cuatro calentadores de caldo con una superficie total de 185
metros cuadrados; seis defecadoras modernas de 16,000 li­
tros cada una; cuatro cachaceras de 8,000 litros cada una;

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^ 158 ~
diez filtros prensas para cachaza; cuatro filtros “Excelsior”
para caldo; dos triple-efecto y un cuádruple-efecto por lle­
gar; cuatro vacuum-panes: tres de 15 toneladas y uno de 30;
una máquina balancín de vacío, de 100 H. P., para los triple-
efecto ; una bomba de vacío al aire seco para los vacuum-pa­
nes, y todos los accesorios para el servicio de éstos; cuatro cla­
rificadores de 2270 litros cada uno; trece centrífugas de 107
metros de diámetro, con conductores y elevadores de azúcar,
una bomba hidráulica para mover las centrífugas, de 400 H.
P.; quince cristalizadoras de 20 toneladas de capacidad cada
una; siete calderas Babcock y Wilcox, de 200 caballos cada,
una, con dos bombas alimentadoras; un taller de lavandería
para los paños-filtros y para la paja de los filtros “Excel­
sior”. Los hornos se alimentan con el bagazo que viene de los
trapiches, que es suficiente. Puede producirse en 24 horas
90,000 kilogramos de azúcar.
La destilación está instalada en otro edificio igual al
anterior, pero menor en tamaño, con un alambique escocés
Coffey de alimentación continua, con poder para 22.715 li­
tros en 10 horas; 32 toneles para mosto, cada uno con capa­
cidad para 18,172 litros; un salón para depósito de cajas
de alcohol; una máquina de 10 caballos de fuerza y bombas
accesorias, con caldero Lancashire, de 30 caballos. Hay, ade­
más, tañeres de mecánica, calderería, fundición, herrería,
hojalatería y carpintería. El alumbrado de las oficinas y de
toda la hacienda es eléctrico. El motor, tipo petróleo cru­
do, marca Ruston, de 40 H. P.
La casa está situada en el centro de los edificios; es de
dos pisos, espaciosa, de arquitectura moderna, con todas las
comodidades requerióles, bien aseada y mejor montada, ro­
deada de pequeños jardines. Hay otras casitas y departa­
mentos para empleados, según sus categorías, con billar, ba­
ño, etc. Algo distante de la casa hay una huerta grande, sem­
brada de parras y árboles frutales de la zona, á la que con­
duce una avenida de altas y vistosas palmeras. Anexa á ella
se ven corrales para la crianza de aves finas. La ranchería
forma una pequeña población de varios jirones, compuestos

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CAYALTI

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III
iSrsrt 11 ■ I
TiSlKl^L f=-+

La fábrica.

Oficina generadora de luz eléctrica v chimeneas de los hornos.

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C A Y ALTl

La hi’ll tenida ¡inerta.

El precioso cafetal.

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— 159 —

de habitaciones de un cuarto con su corralito, en buen esta­


do de aseo: son de adobes y techos de caña con torta de ba­
rro; tiene también doce cuadras para peones. Cuenta ade­
más con una limpia y adecuada plaza de abastos; con un
almacén bien surtido y otro de artículos de primera ne­
cesidad, los que se expenden á precios de costo; hotel con
billares y dos panaderías. Los peones han formado una
banda de músicos, uniformada y con alguna instrucción.
Los propietarios proporcionan gratis los instrumentos y pa­
gan el sueldo del director y de los músicos, teniendo la banda
la obligación de dar una ó dos retretas por semana y tocar
cuando se hacen los pagos.
El alumbrado es eléctrico en toda la hacienda y lá po­
blación de unos 3,000 habitantes.
Hay el Centro Social Cayaltí, con buen local, billares y
otros entretenimientos cultos, y otro' centro deportivo del
mismo nombre, que cuenta con campo de tennis, juegos de
bochas, gimnasios y otros pasatiempos. Un cinema funciona
también diariamente en local construido por los propieta­
rios, para el que han obsequiado el mobiliario necesario y
al que proporcionan alumbrado gratuito.
Hay hombres encargados de conservar el orden, así co­
mo otros que por medio de carretas atienden al servicio de
baja policía.
Chumbenique.—Esta extensa hacienda del valle de Sa­
ña, propiedad del señor Abelardo González, tiene una lon­
gitud de 33 kilómetros y una superficie de 3,300 hectáreas
de buenas tierras. A este fundo se han agregado los de Cam­
pana, Caña Cruz, Soronto y Bebedero. Está situado á la ca­
becera y margen derecha del río Saña..
Colinda al N. con Pampa Grande; al E. con Udima, ha­
cienda del departamento de Cajamarca; al S. con el río Sa­
ña y al O. con Cayaltí.
De las 3,300 hectáreas expresadas se trabajan 180 de
arroz, 90 de maíz y otras tantas de gramalote. Sin cultivo
el resto, es en su mayor parte monte en que pasta el ganado.

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— 160 —

Cosecha 500,000 kilos de arroz más ó menos y de maíz


cosa de 200,000 kilos. El arroz se remite á los molinos de Tu­
rnan y Chiclayo y el maíz se consume en el departamento.
Las semillas qu§ emplea son del mismo lugar, sus arados
del país y las herramientas las de uso común.
Dispone de cuatro tomas libres en el río de Saña, en
época de abundancia: tres en jurisdicción del departamento
de Cajamarca con los nombres de Campanas, Soronto y Be­
bedero, y la cuarta en la jurisdicción del distrito, llamada
de Chumbenique- En tiempo de escasez hay mitas para esta
última toma por ser una de las haciendas dé arriba á que
nos referimos al hablar de las mitas de Cayaltí.
Entre mayores y menores tendrá 90 braceros. La mayor
parte de los peones son estables, sin intervención de nin^
gún contratista. ’
Está unido el fundo por un camino carretero á Cayal­
tí de 22 kilómetros, y por otro de herradura de 5 y medio
kilómetros á Culpón, de 11 á la Viña de Saña, de 20 á Oyo-
tún, de 42 á Udima y de 49 á Chongoyape.
Los trasportes los veriñca por medio de carretas y acé­
milas. ' 'i
La casa así como la ranchería no están en buenas con­
diciones, exigiendo inmediata reparación; los ranchos para
los peones están repartidos en diversos lugares. La población
será de 200 habitantes.
Tiene ganado vacuno, caballar, porcino, cabrío y asnal,
todo criollo y en buen estado. Tiene también yuntas para el
laboreo. Los cercos son de leña, ramas, pilcas y alambre.
Oyotún.—Fué de propiedad de don Marcelino Balare-
zo, hoy la poseen, muy dividida, vecinos de Niepos- Su ex­
tensión longitudinal es de 28 kilómetros y la superñcial de
1,800 hectáreas, de terenos llanos, feraces, y con parte de
monte. Es hacienda cabecera á la margen izquierda del río
Saña. Carece de plano.
Limita por el N. con el río Saña que la separa de Chum­
benique; al E. con terrenos de la comunidad de Niepos, al

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— 161 —

S- con los de Sintupaya de la provincia de Hualgayoc, y al


©. con Culpón.
Cultiva arroz, gramalote, maíz, yuca, camote y alfalfa;
pero la mayor parte de sus tierras no se trabaja por ca­
rencia de agua.
Para el arroz se emplea sólo la semilla Jamaica, las de­
más semillas son del mismo lugar. No hay alternabilidad en
los sembríos, y se da á las tierras un descanso de dos años.
Posee arados del país y Collins, así como las demás he­
rramientas de uso general.
Se provee de agua de las cuatro tomas corrientes que
tiene en el río Saña, y en la época de escasez entre en la mita
en la proporción que ya hemos indicado al tfatar de Ca-
yaltí.
Los peones que ocupa se contratan directamente por
intermedio de contratistas á los que se abona el 25 por cien­
to de los jornales. Provienen del mismo departamento y de la
vecina provinci ade Hualgayoc. Al presente tendrá 180.
Está unido por caminos de herradura: con Guadalupe
de 71 kilómetros, con Niepos de 49 y medio, con Chongo-
yape 38, con Culpón de 16 y medio y con Chumbenique
de 20, todos en mal estado. Los caminos interiores de la ha­
cienda son carreteros. Acémilas y carretas le sirven para el
trasporte.
La casa de este fundo, como la de los otros en que no se
beneficia la caña, á excepción de tres ó cuatro, no merecen
el nombre de tales, por su construcción ligera y malas con­
diciones higiénicas. La ranchería está constituida por ver­
daderas chozas diseminadas, en las que viven como 260 ha­
bitantes.
Todo el ganado es criollo y en regular estado de conser­
vación.
Los cercos son de troncos en esta hacienda.
Culpón—La extensión superficial de esta hacienda es
de 600 hectáreas y la longitudinal de 9 kilómetros. Su pro­
pietario es el señor Pedro Baca. No hace mucho se ha ven­

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— 162 —

dido á la comunidad de Niepos más ó menos la tercera par­


te de esta hacienda, conocida con el nombre de la Leonera,
comprendida entre La Ruaca agujereada y Oyotún.
Sus límites son: al N. con el río Saña que la separa de
Chumbenique; al E. con Oyotún, al S. con los cerros “El exa­
men”, qué la separa de los terrenos de “Manchó” de la pro­
vincia de Hualgayoc, y al O. con la hacienda La Viña de
Saña.
Cultiva arroz, yuca y camote. Su producción de arroz se
remite á Chiclayo al molino de Santa Isabel, sacando las
semillas de lo mismo cosechado.
Tiene una toma corriente en el río Saña, y una dotación
de agua igual á la de Oyotún. Cuenta con arados de palo y
demás herramientas de general uso.
El número de peones será 50, los que ganan el mismo sa­
lario que se paga en Oyotún.
Sus trasportes lo hace por medio de acémilas por los
siguientes caminos de herradura: á Chepén 66 kilómetros, á
Guadalupe 55; y á las haciendas vecinas: Oyotún 16 y medio.
La Viña de Saña 11 y á Chumbenique 5 y medio.
Tendrá unos 100 habitantes; la casa y la ranchería son
inapropiadas y de pobre construcción.
Los cercos son de algarrobo y ramas, y su ganado todo
criollo y en regular estado-
La Viña de Saña.—Pertenece á la Sociedad de Benefi­
cencia de Guadalupe, que la tiene arrendada á D. Ramón
Calderón, y éste la subarrienda á D. Manuel Antonio Qui­
ñones y Lastres. Su extensión superficial es de 1,500 hectá­
reas y la longitudinal de 6 kilómetros. Carece de plano.
Confina al N. con el río Saña, al E. con Culpón, al S.
con la Otra Banda, y al O. con el Potrero.
Tiene sembradas 420 hectáreas con arroz, maíz, yuca,
camote, ají, fréjol y plátano; el resto es monte. No emplea
sino semilla propia. Para el laboreo de sus tierras cuenta
con arados de palo y las herramientas de uso corriente, co­
mo palanas (lampas), hoces, calabozos, hachas, etc.

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— 163 —

Tiene derecho á diez riegos del caudal del río Saña, loa
que saca de una toma de las comunmente usadas. Durante
la escasez se procede á la repartición de las aguas como lo
hemos expresado al tratar de Cayaltí.
La provisión de brazos lo hace por medio de contratis­
tas; en la actualidad ocupará 100 peones mayores- Como en
otros fundos, á los braceros estables, llamados desde el co­
loniaje yanacones, les da pequeños lotes de terreno para que
lo siembren.
Hay una escuela mixta pequeña pero limpia, con 70
matriculados entre hombres y mujeres.
Hay caminos de herradura á Guadalupe de 55 kilóme­
tros, á Saña de 22, á Cayaltí de 16 y medio, á Culpón de 11
y á Chumbenique de 10.
El arroz en cáscara se lleva hasta Guadalupe por me­
dio de acémilas.
La casa y la ranchería están en mal estado y su cons­
trucción es igual á las de las últimas haciendas ya descritas.
Tendrá 300 habitantes.
Los cercos son de leña y ramas de algarrobo; su ganado
es criollo y está en regular estado.
El Potrero.—Es propiedad de la señora Asunción Vda.
de Diez y Quiñones, siendo su conductor actual D. Francis­
co Negrete. Tiene una extensión superficial de 600 hectá­
reas y horizontal de 5 y medio kilómetros. No tiene plano.
Limita al N. con Salitral y el pueblo de Saña, al E. con
La Viña de Saña, al S. con la Otra Banda y al O con la mis­
ma y Palomino.
Siembra arroz, maíz y viña. El arroz en cáscara se en­
vía á los molinos del departamento.
Su dotación de agua consiste en cuatro riegos del río
de Saña por la acequia que parte en el punto Cerro Prieto
y que se divide en Mata-indio, con tomas para esta hacienda
y la de La Otra Banda. Con este último fundo tiene mitas
en proporción tal que cuando La Otra Banda usa del agua
120 horas, el Potrero la toma durante 20.

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— 164 —

La provisión de brazos se hace lo mismo que en La Vi­


ña, siendo su número actual de 50 entre mayores y me­
nores.
Practica sus trasportes por medio de acémilas. Tiene
caminos de herradura: á La Viña de 15 kilómetros y á Sa­
ña de 5. .
La casa y la ranchería están en regular estado: en ellas
habitan como 70 personas.
_E1 ganado es criollo.
Sus cercos son de leña y ramas.
La Otra Banda.—Pertenecía á D Vicente Caballero y
Navarrete; pero en 1907 sus herederos vendieron sus dere­
chos á la Sociedad Alvarez Calderón, Busaglo y Gallagher,
para implantar en ella la industria algodonera. Como sus
tierras no se prestan para el sembrío de algodón, porque las
heladas que caen en dicho fundo queman la planta y hace
ilusorio su rendimiento, fracasó la negociación, adquirién­
dola entonces la Sociedad Castañeda y Cía., la que la explo­
ta en la actualidad, con sembríos de arroz y cría de ganado
vacuno y caballar.
Su extensión superficial es de 930 hectáreas y la lon­
gitudinal de 11 kilómetros de buenas tierras y parte de
monte. No está registrada ni tiene plano.
Confina al N. con la acequia principal de Ucupe y El
Potrero; al E. con el último fundo; al S. con terrenos de la
comunidad de Pacanga del distrito de Guadalupe, y al O.
con Palomino.
La semilla que emplea es la conocida con el nombre de
Jamaica que toma de la misma cosecha.
Aunque tiene derecho á tres riegos, sólo puede dispo­
ner de la mitad de uno en época de escasez. Su toma queda
en el río Saña, en el sitio ya indicado al tratar de El Po­
trero.
Hay un camino de herradura de 3 kilómetros á Saña y
de 44 á Guadalupe. El trasporte interior lo hace con carretas
y el exterior con acémilas.

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— 165 —

La casa y la ranchería están en muy buen estado de


conservación; sus cercos son de alambre y ramas, y la pobla­
ción de 85 habitantes. Tiene teléfono.
Todo su ganado es criollo.
Salitral.—Este pequeño fundo del valle de Saña perte­
neció al señor Leónidas Rodríguez; hoy la poseen los comu­
neros de Saña- Tiene 2 y medio kilómetros de extensión ho­
rizontal y 270 hectáreas de superñcial. Sus terrenos son bue­
nos. Está registrada, pero no tiene plano.
Sus linderos son: al N. la hacienda Cayaltí; al E. el río
Saña, al S. el mismo río y al O. el pueblo de Saña.
Cultiva arroz, maíz, caña y gramalote, ó sea en todo 150
hectáreas, no cultivando las 120 restantes por falta de agua,
brazos y capital. El arroz en cáscara va á los molinos de Gua­
dalupe, el maíz se consume en su mayor parte en Chepén,
y de la caña hacen melados y chancaca que se vende en el
lugar y en Guadalupe. Las semillas la sacan de los mismos
productos.
No tiene sino una toma de las corrientes en el río Saña.
Valiéndose de carretas y acémilas verifica sus trasportes
por caminos carreteros á Saltur y Cayaltí, distantes, respecti­
vamente, 19 y 5 y medio kilómetros y á Guadalupe por ca­
mino de herradura de 60 kilómetros.
La casa es pequeña y como la ranchería de estilo anti­
guo. Apenas 14 habitantes viven en la hacienda, pues la ma­
yor parte de los peones residen en el pueblo inmediato de
Saña.
Los cercos son de adobón, de leña y de alambre, en buen
estado. El ganado todb es criollo.
Este fundo tiene una calera con su respectivo horno pa­
ra el beneficio de la cal, que es de magnífica calidad, y un
molinito para pilar arroz
San Antonio.—Sus linderos son: al N. con Cayaltí; al
E. con terrenos de la municipalidad de Saña; al S. con el río
de este nombre que lo separa del de Palomino y al O. con
otros terrenos de la misma municipalidad.
Sus sembríos son de arroz y gramalote.

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— 166 —

No tiene bien establecidas sus mitas; pero se acostum­


bra, en la escasez, repartirse el agua entre el pueblo de Sa­
ña, Salitral y este fundo, dos días cada uno, para lo que cuen­
ta con una toma de las corrientes en el río Saña.
^e provee de peones en el pueblo de este nombre por
medio de adelanto de dinero.
Tiene camino carretero á Saña de kilómetro y medio de
extensión.
Carece de casa y la ranchería se compone de cuatro cho-
citas para los peones, donde viven hasta 15 personas. Los
cercos son de ramas de espino, entre paradores de sauce. El
gañado es criollo y está en regular estado.
Palomino.—Es de propiedad de la testamentaría La
Torre Ugarte y la conduce una sociedad china. Por los ves­
tigios que aún existen, parece que en tiempo anterior hubo
en este fundo ingenio de caña de sistema antiguo. No tiene
plano, pero está inscrita en el registro de la propiedad. Su
extensión superficial es de 450 hectáreas y la horizontal de
7 kilómetros. Tiene una parte de monte.
Confina por el N- con el río Saña; por el E. con el mis­
mo río; por el S. con la acequia de Ucupe y por el O. con
Ucupe.
Cultiva arroz y gramalote. La semilla que emplea es del
lugar, de la clase Jamaica, y se alternan las tierras, dándoles
un descanso de dos años.
Se provee de agua del río de Saña por una toma corrien­
te, y tiene establecida las mitas á que nos hemos referido
al ocuparnos de Cayaltí.
La peonada está casi toda radicada en el fundo y no ha­
ce uso de contratistas.
Tiene camino de herradura al pueblo de Saña, de 11 ki­
lómetros. En tiempo de fuertes lluvias se queda aislado este
fundo. Para los trasportes emplea acémilas y carretas para
el servicio interno.
La casa es un poco cómoda y la ranchería como las de
de lo-s demás fundos cercanos, con una población de 50 habi­
tantes.

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— 167 —

El ganado es criollo y está en buen estado. Los cercos


son de leña y ramas.
La Punta.—Este fundo está hoy en litis entre la hacien­
da Cayaltí y los propietarios de Saltur. Es la mitad del anti­
guo fundo, cuya otra mitad tomó el nombre de La Galerita.
Su extensión longitudinal es de 8 kilómetros y la superficial
de 744 hectáreas, de las cuales 204 son de buenas tierras y
podrían cultivarse si hubiera agua. Las 540 restantes son de
médanos con algarrobales. No está registrada ni tiene plano-
Limita al N. con el río de Eten; al E. con Saltur; al S.
con unos cerros, calcáreos en su mayoría, y al O. con La Ga­
lerita.
No cultiva nada por falta de agua, y sólo produce leña
que se lleva á Ghiclayo. Antiguamente tuvo una toma en el
río de Eten, de la que no hace uso por haber quedado el ál­
veo del río 4 ó 5 metros en bajo.
Hay dos caminos carreteros: uno á Ghiclayo de 27 y
medio kilómetros y otro á Saña de 22.
No tiene casa, ranchería ni cercos.
La Galerita.—Este fundo está formado dé la mitad del
antiguo denominado La Punta, como se ha dicho, con una
extensión igual á la que hoy tiene éste, de terrenos idénticos y
en las mismas condiciones. Su propietario, el señor F. La­
brera, no lo ha registrado; tampoco tiene plano.
Carece de agua, produciendo sólo cal y leña que se ven­
de en Ghiclayo.
Sus vías de comunicación son las mismas que tiene La
Punta. Carece de casa y ranchería.
La cal la extraen de un cerro de propiedad del fundo,
habiendo dos hornos para el beneficio.
Saltur—Esta hacienda conocida también por La Cale­
ra, perteneció al señor Juan W. Ibáñez y hoy á sus herede-,
ros. Su extensión superficial es de 900 hectáreas y la longitu­
dinal de 8 kilómetros. Está registrada, pero no tiene plano.
Colinda por el N. con el río Eten, que la separa de Calu-
pe; por el E. con Sipán y Cayaltí; por el S. con una cadena
de cerros y Cayaltí, y por el O. con La Punta.

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— 168 —

Hasta hace poco no tenía cultivo alguno, por la falta ab­


soluta de agua. Antes se cultivaba porque, siendo el propie­
tario arrendatario de Sipán, aprovechaba del agua perte­
neciente á este último fundo. Cierto es que el río de Eten
atraviesa esta propiedad, pero su lecho es tan bajo que no
permite sacar agua. Se hizo, con tal objeto, uso de una bom­
ba á vapor cuyo tubo absorbente medía 9 pulgadas, siste­
ma que se abandonó por insuficiente y costoso. En la actua­
lidad se aprovecha para invernas, de algarrobales bien cerca­
dos, con las que se atiende á la manutención de animales; y
hoy, después de un largo, ruidoso y costoso juicio, los pro­
pietarios actuales han conseguido obtener el exceso de agua
que lleva consigo el río para irrigar el fundo, trayendo es­
to como consecuencia que desde el año pasado (1919) se cul­
tiva arroz y maíz en grande escala.
Para sus trasportes emplea el ferrocarril de Pimentel á
Pucalá, el cual no sólo atraviesa la hacienda sino que tie­
ne allí un paradero. Hay caminos carreteros á Cayaltí de 6
y medio kilómetros y á El Combo de 22; á Monsefú, pasando
por Reque, otro de herradura de 49 kilómetros, traficados
por autos y camiones de la compañía del señor Allemánd.
Cuenta con casa espaciosa y cómoda ranchería. Existe
una bodega para guardar granos. El material empleado en
las construcciones es el adobe y el barro; los techos son de
caña con torta de barro. La población ascenderá á 50 habi­
tantes.
En el cerro que queda frente á la casa se beneficia la
cal en dos hornos, cuyo producto se vende en la provincia.
El ganado es criollo. Los cercos son de algarrobo, lla­
mados talanqueras, estando casi todos buenos.
Sipán—Es de propiedad de la testamentaría de D. An­
tonio Delgado y Delgado, y la conduce el ingeniero y co­
propietario D. Pedro Antonio Delgado Gutiérrez. Sus tierras
son feraces, planas y con parte de monte. Su extensión lon­
gitudinal es de 5 kilómetros y la superficial de 1,050 hectá­
reas. No tiene plano.

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— 169 —

Linda al N. con el río Eten, que la separa de Pucalá, al


E. con una cadena de cerros y Pampa Grande; al S. con Ca-
yaltí, y al O. con Sal tur.
Cultiva arroz en grande escala y maíz. Las tierras se
dejan descansar en esta hacienda por lo menos un año.
Como dotación de agua, tiene la quinta parte del río
de Eten al pasar por la toma: el resto va á dividirse entre Pe­
que y Monsefú. En la cabecera del río nombrado tiene una
toma de las corrientes, en terrenos propios de la hacienda,
para cuya defensa, así como de la acequia, se ha trabajado
una punta de diamante y muro de cal, piedra y cemento ro­
mano, de unos cien metros. No tiene mita alguna.
Una tercera parte de sus braceros son libres; los demás
los contrata en las provincias de Chota y Cajabamba.
Para sus trasportes se vale de carretas, acémilas y del
ferrocarril de Pimentel á Pucalá.
Tiene las siguientes vías de comunicación: un camino
carretero al pueblo de Saña, pasando por Cayaltí, de 16 ki­
lómetros; dos para Chiclayo, uno de 44 kilómetros, en su
mayor parte carretero, que sigue para Saltur, Calupe, Po-
malca y Samán, y otro de herradura, de 49 kilómetros, en mal
estado, que pasa por Saltur, La Punta, Galerita, Pomalca y
Collud y Samán- Además, hay un camino de herradura de
uso particular á Pucalá, (en donde se paga pontazgo) de 4
kilómetros de largo, y otro de tráfico común, de 16 y medio
kilómetros, para Pampa Grande.
La casa, en Sipán viejo, es antigua y está en mal estado •
hoy tiene construida una cómoda en la parte conocida por
Sipán Nuevo. La ranchería se halla en las mismas condicio­
nes que la de las otras haciendas de panllevar del valle. Su
población será de 200 habitantes.
El ganado es criollo y está en buen estado. Los cercos
son de algarrobo y cañas.
Pucalá.—A la testamentaría de D. Manuel María Izaga
pertenece esta bien tenida hacienda de terrenos feracísimos,
la que queda situada en el ángulo que forman los dos ríos
de Lambayeque y Eten. Tiene una extensión superficial de

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— 170 —

1,379 hectáreas y longitudinal de 10 kilómetros. Está regis­


trada y tiene plano levantado en 1898 por el ingeniero se­
ñor Emeterio Pérez. Los actuales propietarios forman la So­
ciedad Agrícola Pucalá, Limitada, cuyo gerente es el señor
Bernardino Ramírez, socio también de la negociación.
' Limita al N. y al E. con la hacienda Tabernas, al S. con
el río de Eten, que le sirve de lindero con Sipán y al O. con
la hacienda Calupe.
La hacienda Tabernas formaba antes parte de la de Pu­
calá, de la que está hoy separada, pero la tiene arrendada á
su actual propietario. También ha adquirido una gran exten­
sión de terreno perteneciente antes á Calupe.
La extensión del fundo alcanza á 900 fanegadas, de las
que están en cultivo como 800, siendo uno de los pocos fun­
dos del Perú que está cultivado casi en su totalidad. Hay co­
sa de 350 fanegadas sembradas de caña, las demás con
arroz, maíz, cacao, alfalfa y árboles frutales-
Su cuantiosa producción anual, que pasa de 125,000
quintales de azúcar, se exporta al extranjero, especialmente
á Bolivia y Chile, salvo pequeñas cantidades que se consu­
me en el departamento. No elabora alcohol y el aguardien­
te y ron que produce, muy estimado por su calidad, se ven­
de en la misma hacienda. La caña, por promedio, tiene 10
y medio grados y su producción por hectárea es de 7,222
kilos. El arroz en cáscara se beneficia en la misma hacienda,
pues cuenta con un molino, y el maíz se vende en el depar­
tamento.
El sembrío de la caña se hace de manera distinta que en
las demás del valle. Los cuarteles están divididos por cajones
de 80 metros de largo por 7m.20 de ancho, con 6 surcos,
separados por medio de un lomo de tierra de 80 centímetros
de ancho. No se aporca la caña.
No se observa rotación alguna para las tierras, y á veces
se las deja descansar por poco tiempo. La caña planta se
corta á los 18 meses y las socas á los 16. Las semillas las sa­
can de la producción misma, aprovechando para la caña tan­
to del cogollo como del cuerpo. Como abono hace uso de
guano de las islas.

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PUCALÁ

Casa de la hacienda.

Fábrica de la hacienda.

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^ 171 —

Tiene máquinas de arar, un tractor, arados de tracción


animal, de diversos sistemas, rastras, desterronadoras, cul­
tivadoras, rufas y las demás herramientas menores de uso
conocido.
Su dotación de agua es la catorce avas partes del caudal
que trae el río Lamb ay e que, después de haberle dado la
quinta parte al de Eten. Su sistema de regadío es el de ace­
quias y tiene una toma en el río Lambayeque, de las corrien­
tes, situada en tierras de Tabernas.
Cuenta con cerca de 500 peones. Los hay libres y con­
tratados del mismo departamento y de la vecina provincia
de Chota- Los enganchadores perciben el 25 por ciento del
valor de los jornales.
Hay un camino carretero á El Combo, en donde se to­
ma el ferrocarril de Eten, de una extensión de 30 kilómetros;
y dos más á Pampa Grande y Saña, atravesando el río de
Eten por medio de dos puentes de propiedad de la hacienda,
cobrándose pontazgo.
Los trasportes los verifica por medio del ferrocarril, ca­
rretas, acémilas y un ferrocarril portátil, sistema Decauville,
para 8 kilómetros de vía y con un ancho de 60 centímetros;
cuenta con 130 carros con capacidad para una tonelada ca­
da uno. Tiene también un autocarril.
La casa de la oñcina es de ladrillos y adobes, con te­
chos de caña de Guayaquil y calamina. Fué construida en
1878, instalándose la maquinaria al año siguiente, habiendo
sufrido notables mejoras. Contiene un trapiche movido por
un motor moderno; calderos de diferentes sistemas y tama­
ños, vacuum-panes, un triple efecto, centrifugas, filtros-pren­
sas, defecadoras, motores á vapor y carros enfriadores. La
chimenea de cal y ladrillo tiene una altura de 28 metros. El
alambique puede destilar 500 litros diarios de aguardiente
de 20% y cuenta esta sección con 24 mosteras, 8 depósitos
grandes y 100 barriles chicos para aguardiente.
Hay talleres de fundición, herrería y carpintería y un
almacén anexo para depósito de azúcar. Como combustible
se usa el bagazo seco, que dá abasto al consumo de los cal-

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— 172 —

deros. La oficina puede abastecer hasta 55 pailas diarias, de


230 kilos cada una.
La casa es bonita y aseada, de un piso y construida
de adobes y techos de cinc, con una huerta anexa de 6 hectá­
reas de extensión, bien tenida, con diversidad de árboles
frutales y florestales, que prueban la afición y gusto del pro­
pietario. Está unida por teléfono con la oficina de Chiclayo
y hay un hilo particular para la oficina de máquinas. La ran­
chería es nueva, de adobes y bien distribuida, prestando las
debidas comodidades á los peones. Tiene hospital, hotel, al­
macén, panadería, mercado, dos escuelas. La población de
esta hacienda será de mil quinientos habitantes de ambos
sexos. Tiene alumbrado eléctrico.
Los cercos son de caña y alambre. Cuenta con ganado
vacuno, caballar, porcino, ovejuno y asnal, casi todo criollo
y en buen estado- De vacuno hay algunos ejemplares con
mezcla de raza inglesa y suiza. Tiene además yuntas.
Tabernas.—Este fundo de propiedad del señor Manuel
María Izaga y Lora, es la mitad del antiguo Pucalá, que he­
redó de su señor padre. Tiene una extensión superficial de
1,164 hectáreas y una horizontal de 10 kilómetros. Está
arrendado á la Sociedad Agrícola Pucalá Lda. No tiene pla­
no, pero está registrada.
Confina al N. con el río Lambayeque, al E. con el mis­
mo río y con el de Eten; al S. con la hacienda Pucalá y al
O. con la de Calupe.
Casi todos sus terrenos disponibles están sembrados de
caña.
Su dotación de agua es igual á la de Pucalá, con una to­
ma en el río de Lambayeque, situada en terrenos propios.
Tiene un camino carretero de 10 kilómetros á Pucalá,
haciendo sus trasportes por carretas y acémilas.
La casa es de adobe y techo de cinc. La ranchería peque­
ña y su población como de 120 habitantes.
Los cercos son de algarrobo y ramas, pero se están reem­
plazando con los de alambre- El ganado es criollo y está
bien cuidado.

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— 173 ^

DISTRITO DE LAGUNAS
Solo cuenta con las haciendas Raffán y Ucupe. Los ha­
bitantes del caserío de Lagunas cultivan 100 hectáreas más ó
menos de huertas de diversos frutos y los del de Mocupe arroz
y maíz. Los terrenos de Lagunas y Mocupe pertenecen á la
municipalidad, que los arrienda exclusivamente á sus ve­
cinos.
Raffán.—Esta hacienda es propiedad del Colegio de
San José de Chiclayo, que la tiene dada en arrendamiento,
por varias vidas civiles, á la testamentaría del señor Manuel
Diez y Quiñones, la que á su vez la ha subarrendado al se­
ñor David Campodónico, de Chiclayo. El Colegio hace las
gestiones necesarias para redimir el censo que grava al fun­
do. Su extensión horizontal es de 9 kilómetros y la superfi­
cial de 795 hectáreas de terrenos de variada calidad. Ni es­
tá registrada, ni tiene plano.
Sus linderos son: Al N. y E. Ucupe; al S. terrenos de
Lagunas y al O. la pampa de Las Delicias.
Cultiva maíz y gramalote. Parte de esta hacienda son
médanos con algarrobales.
Tiene dos tomas de las corrientes en el río Saña, de las
que sólo hace uso en tiempo de grandes avenidas, alimen­
tándose, entretanto, con las filtraciones de Cayaltí y Palomi­
no, pues el río Saña, en la parte baja de su curso, ha perdi­
do gran trecho de su cauce
Su peonada es parte del lugar y parte traídos del de­
partamento de Piura, adelantándoles dinero. El salario es un
sol sesenta centavos por jornal ó tarea.
Tiene los siguientes caminos: uno de herradura de 33
kilómetros para el puerto de Eten; otro de igual extensión
para el pueblo de Reque; otro de 36 kilómetros á Pueblo
Nuevo de la provincia de Pacasmayo, y otro de 27 y medio
kilómetros á Saña y de 5 y medio á Lagunas, este último en
mal estado. Se sii’ve de acémilas para sus trasportes.

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— 174 —

La casa es pequeña. La ranchería, compuesta de cho­


zas, se halla diseminada. La población será de 80 habitantes,
y un profesor enseña á niños de ambos sexos en el mismo co­
rredor de la casa.
El ganado está en regular estado y es criollo: vacuno,
caballar, cabrío, asnal y yuntas. Los cercos son de leña de al­
garrobo y ramas.
Ucupe.—Este extenso fundo de tierras feraces, fue de
los herederos del señor José del C. Baca. Hoy lo poseen los
señores Aurelio Sousa, Manuel Mujica y Carassa y J. Gallo
Diez. Su extensión superficial es de 2,400 hectáreas y la lon­
gitudinal de 11 y medio kilómetros. Parte de los terrenos son
arenosos con médanos y algarrobales que sirven para pastar
el ganado. Antes era de caña este fundo y aún existen restos
de sus oficinas y maquinaria- Tiene plano y está registrada.
Sus límites son: al N. con Palomino y Cayaltí, al E. con
Mocupe y Palomino, al S. con Raffán, pueblo de Lagunas
y terrenos de Pacanga de la Beneficencia de Guadalupe y al
O. con pampas del puerto de Eten y Raffán.
Sólo cultiva arroz y maíz. Las semillas son las conoci­
das y del mismo lugar.
Cuenta con implementos modernos de agricultura, co­
mo son tractores, trilladoras y autocamiones para el traspor­
te de sus productos.
Tiene dos tomas en el río Saña.
Los braceros los obtiene sin intermedio de contratistas,
en el departamento y en la provincia de Hualgayoc. Tendrá
200 peones entre colonos y yanacones. El salario es de S. 1.40
á S. 1.60 por día ó tarea.
Hay un camino carretero de 38 y medio kilómetros al
puerto de Eten, que queda interrumpido en la estación de las
aguas; y otro de herradura al pueblo de Saña, distante 16
y medio kilómetros, á Raffán 11 y á Palomino 5 y medio.
Además de los autocamiones, usa como medios de tras­
porte acémilas y carretas. El ferrocarril de Cayaltí al puer­
to de Eten ha proporcionado la facilidad de aprovecharse

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— 175 —

de éi en el paradero de San Nicolás, distante un poco más


de 6 kilómetros de la casa de la hacienda-
La casa es de dos pisos y de construcción moderna,
grande y bien situada. Al frente y al costado de ella existen
las antiguas oficinas de que hemos hablado al principio'. La
ranchería es de caña y paja, esparcida en el fundo en pe­
queños agrupamientos. La población será de 300 habitantes.,
Los cercos son de leña y ramas. Tiene una huerta de 4
hectáreas, regularmente tenida. El ganado es criollo y bien
mantenido.
DISTRITO DE PICCI

Este distrito no tiene más importancia que comprender


grandes haciendas: no posee terrenos de campiña. Su capi­
tal, Picci, dista de Chiclayo 16 y medio kilómetros y de Fe-
rreñafe 11.
Las haciendas son: Tumán, Pátapo y Tulipe, Luya, San
Miguel, Vista Florida, Collocci y Morropillo.
Tumán.—Esta valiosa hacienda de propiedad de la fa­
milia Pardo, se ha formado del antiguo Tumán y de los fun­
dos Conchucos, San José y Bellavista. Tiene una superficie
de 3.733 hectáreas y 7,920 metros de extensión horizontal,
según plano levantado por el ingeniero señor Emeterio
Pérez. El ingeniero agrónomo Sr. Enrique Ferreyros es el ge­
rente de la negociación y el comandante Antonio Beingo-
lea, el administrador general.
Linda por el N. con las haciendas Luya y Chucupe; por
el E. con Pátapo, por el S. con el río Lambayeque y por el O.
con Chucupe.
Las hectáreas cultivadas son 1,524: de caña de azúcar
1386 y de gramalote 138. Las 2.212 restantes no se cultivan en
gran parte por falta de agua, por ser terreno salitroso y por ser
monte. Produce 20,000 toneladas de azúcar y 350,000 litros
de alcohol, aproximadamente. El azúcar se exporta en su ma­
yor parte á Estados Unidos, vendiéndose á la Salinera la
cantidad á que está obligada la negociación Tumán, según

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— 176 —

decreto supremo. El término medio del corte de la caña es de


20 meses y su grado de 10 y medio.
Cuenta con 28 riegos del río Taimi, estimado cada rie­
go con una medida especial de un pié de alto por una vara
de ancho, sin tomar en cuenta la velocidad. Tiene tres tomas
sobre el expresado río, dos de piedra y cal y una de cal y la­
drillo con compuertas de fierro, y con un ancho de un metro
veinte centímetros por dos metros ochenta centímetros de
largo. El sistema de regadío es por acequias. En época de
escasez, cuando el río marca menos de 60 riegos, se distribu­
yen las aguas en esta forma: 8 días para Ferreñafe, dejando
un riego para cada una de las haciendas de Pátapo y Tuli-
pe, Tumán y Conchucos, Jarrín y Chucupe, Luya y San Mi­
guel. Cuando pasa de 60 riegos, la repartición se hace dán­
dole á Pátapo y Tulipe 16 riegos, á Tumán y Conchucos 16,
á Jarrín 12, á Chucupe 16, á Luya 12, á San Miguel 4 y á
Ferreñafe 76, con un total de 152 riegos.
Tiene teléfono en comunicación con la oficina central de
Chiclayo, y líneas propias para las dependencias de la hacien­
da. Cuenta con camino carretero á Pátapo de 5 kilómetros
de distancia; y otro á El Combo, de 4 y medio kilómetros; y
de herradura: á Casa Blanca, 10 kilómetros, á Vista Alegre
11 y á Picci 10 y medio.
El ferrocarril de Eten á Pátapo atraviesa la hacienda y
tiene en ella una estación. Se sirve, además, para sus tras­
portes, de carretas y acémilas. Para el carguío de la caña
cuenta con un ferrocarril fijo de 60 centímetros de ancho y
30 kilómetros de extensión, servido por seis máquinas de 12
y media toneladas; la línea movible tiene material para una
extensión de 6 kilómetros; hay 280 carros de primer tama­
ño que cargan una tonelada y 90 de madera. Estos carros han
sufrido en esta hacienda una transformación provechosa: se
les ha unido de dos en dos por medio de plataformas de ma­
dera, con troneras á ambos lados, para colocar estacas que
impidan la caída de la caña. Con este sistema se conduce
doble carga y se evitan los frecuentes descarrilamientos.

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TUMÁN

-. ; 4$f

Fábrica de la hacienda.

Fno de los bonitos chalets de los altos empleados.

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^m—
Su peonada se compone de 1,200 braceros. La edad mí­
nima de los menores es de catorce años. Hay libres y contra­
tados, oriundos del lugar y de la provincia de Chota. Los peo­
nes ganan de S. 1.50 á 2 diarios, según la clase de trabajos,
fuera de horas extraordinarias que se abonan aparte.
Con motivo de haberse sublevado los japoneses y casi
dar muerte á don Enrique Pardo se vió la negociación en
la penosa necesidad de expulsarlos del fundo en 1907.
Para el sembrío de la caña eligen de preferencia el co­
gollo. La recolección se hace todo el año, se da poco descan­
so á las tierras y no se alternan los cultivos. También se
siembra cacao y café con buenos resultados.
Como abono se emplea el guano de las islas de Lobos,
puro ó mezclado, según los casos.
Para el laboreo de las tierras cuenta con tres juegos de
máquinas de arar (6 máquinas), de 16 H. P. por máquina,
sistema Fowler, con sus respectivos implementos y demás
herramientas menores de uso corriente. La oñcina de la ma­
quinaria comprende: un conductor de 42 m. 65 de largo por
1 m. 98 de ancho; dos trapiches, uno antiguo de 1. m. 97 de
largo y 0 m. 80 de diámetro, y otro moderno, de once mazas
de 34 por 78 pulgadas, movido por un motor de 500 H. P. de
Me Neil. Cuatro vacuum-panes; un cuádruple efecto, un triple
efecto; 8 filtros-prensas; catorce eliminadoras; catorce centrí­
fugas; seis estanques para melados; ocho id. para miel; nueve
cristalizadoras de 170 hectólitros; nueve calderos de diferen­
tes fabricantes; chimeneas de cal y ladrillo de 38 metros 08
de altura y un dinamo y acumuladores para producir fuerza
eléctrica para el alumbrado de las oficinas y la casa, en todo
200 luces. Hay talleres: de mecánica, movido por un motor
de 10 caballos de fuerza, de calderería, fundición, herrería,
carpintería y hojalatería. Se dispone de un almacén para de­
pósito. Cuando el bagazo es insuficiente para alimentar las
calderas, se hace uso de otros combustibles.
La fábrica en esta hacienda, como en Cayaltí, Pomalca,
Pucalá y Pátapo, no para nunca: trabaja incesantemente día
y noche. Causa verdaderamente admiración contemplar el

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— 178 —

trabajo de las maquinarias en estos grandes fundos, donde


la caña sufre varias trasformaciones hasta convertirse en azú­
car. Así, desde el momento en que es echada la caña en el
conductor, llega al trapiche que la tritura y muele, pasando
el caldo por los tanques de reposo para llegar á los calenta­
dores y al vacuumpán, donde se forma el grano desde que pe­
netra á los cristalizadores; sigue luego á las centrífugas y
pasa á los elevadores convertida ya en azúcar, que se ensa­
ca y pesa inmediatamente; realizándose todas estas compli­
cadas operaciones de modo admirable y sin el menor tro­
piezo.
La oficina de destilación tiene un alambique escocés,
sistema Coffey, para destilar 227 litros de alcohol por hora,
con 48 mosteras para 9,000 litros cada una. La maquinaria
puede beneficiar en 24 horas de trabajo, 60,000 kilos de
azúcar.
Hay también un edificio situado en el centro de las cons­
trucciones, todo de ladrillo y cal, con techos de cinc, que anti­
guamente era molino para pilar arroz, y que hoy sirve de
teatro.
La casa principal está en alto, es de un solo piso, de
construcción moderna y arreglada con gusto y comodidad.
Le está anexa una bonita huerta de cerca de 5 hectáreas,
sembrada de parras y variados árboles frutales. Entre los ár­
boles florestales hay ejemplares de cedro, jacarandá, cei­
bos, eucaliptos, palmeras, etc. Hay, para el administrador,
una casa de dos pisos, también de construcción moderna, en
la cual se encuentra el escritorio de la hacienda en la planta
baja. Al frente de esta casa se halla el almacén, que abastece
á los vecinos del fundo. Finalmente, existen casas para el in­
geniero de la fábrica y demás altos empleados, recientemen­
te construidas con toda comodidad. Tiene también Sociedad
de Artesanos con su biblioteca, court de tennis, cancha de
gallos, plaza de toros, polígono de tiro, campos para sport,
y actualmente se prepara un aeródromo. Sociedad Filarmóni­
ca con su profesor, y Sociedad de Empleados.

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— 179 —

La ranchería es completamente nueva. Los departamen­


tos son de dos piezas con corral, de adobes y techos de caña
y torta, á media agua, con todas las principales condiciones
exigidas por la higiene. Forma un pequeño pueblo de más
de 1,500 habitantes, con mercado, camal, fonda y panadería.
Existen dos escuelas, una de hombres y otra de mujeres.
Los locales son amplios con capacidad para cien alumnos ca­
da uno. Hay también un hospital bien situado, con local
apropiado y limpio, sala de cirujía, compartimento para mu­
jeres, con capacidad para 25 enfermos y una asistencia me­
dia de 8. Anexa á él se halla la botica, que atiende al pue­
blo y también al hospital. La hacienda tiene médico que re­
side de un modo ñjo en el fundo. Hay asimismo una capilla
de bonito estilo, estucada, y construida á todo costo, con ca­
pacidad para 250 personas.
La señora Cecilia Althaus de Pardo, ha fundado desde
hace cosa de tres años, una Cuna Maternal y Gota de leche,
con todo el confort posible, donde se atiende á cerca de
cien niños nacidos en la hacienda.
Cuenta con 600 cabezas de ganado vacuno y 240 de ca­
ballar, con algunos ejemplares de los primeros mezclados con
raza suiza y de los segundos con sangre inglesa; 400 asnos,
que pertenecen á particulares, pero que están al servicio de la
hacienda según contratos. El número de yuntas destinadas
al laboreo es de 80. El ganado no padece de enfermedades.
Los cercos son casi todos de alambre de dos hilos con púas,
asegurados en pequeños postes de madera de algarrobo y de
huarango.
Hay gente especialmente encargada de conservar el or­
den en el fundo, y el aseo general de baja policía se hace
por medio de carretas.
Pátapo y Tulipe.—Esta hacienda fué propiedad de los
herederos de D. José Tomás Ramos, chileno, y hoy pertene­
ce á la Compañía de Azúcar de Chiclayo, cuyos principales
accionistas residen en Chile. Su administrador general es el
señor Héctor Descalzi. Tiene una extensión longitudinal de

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— 180 —

25,025 metros y superficial de 4,858 hectáreas, sin contar


7,702 de terrenos eriazos, altos, á la otra banda del Taimi,
sin agua; pero que en tiempo antiguo fueron irrigados por
la acequia, de la que existen partes visibles,.y la cual, en su
origen, ha quedado como á unos 7 metros más alta que el cau­
ce del río. Parte de su terreno es pantanoso. Tiene plano le­
vantado por el ingeniero señor S. T. Rose en 1877 y rec­
tificado en 1896 por el ingeniero señor Belisario Burgos.
También está registrada. La línea central de Chiclayo tiene
una oficina telefónica sucursal para el público, y el fundo tie­
ne comunicación con dicha central. Además cuenta con lí­
neas propias para el servicio de sus dependencias, y un in­
dicador eléctrico que hace conocer desde la oficina la can­
tidad de agua que hay en el medidor del río Taimi, á dis­
tancia de 12 kilómetros; estas líneas tienen una extensión
de cerca de 50 kilómetros.
A las haciendas de Pátapo y Tulipe, ó mejor dicho, á su
antiguo dueño, don José Tomás Ramos Font, corresponde el
honor de haber introducido la moderna industria azucarera
en el departamento de Lambayeque, en época en que se en­
contraba en estado muy rudimentario, limitada á la forma
primitiva de trapiches movidos por bueyes, con lo que se ob­
tenía un producto muy impuro y ordinario,. desperdiciándo­
se considerable proporción de jugo de caña. Estas haciendas
fueron adquiridas en 1861 por don José Tomás Ramos Font,
quien las compró á su antiguo propietario don Juan Pablo
de la Piedra, teniendo por límites, del lado de la hacienda
Tumán, el camino del Inca hasta el río Lambayeque; por el
lado de Chongoyape hasta terminar con los parajes de Cu­
culí ; por el costado izquierdo, con el río de Lambayeque; y
por el costado derecho, con las pampas de Batán Grande, lla­
madas Chaparrí y además un terreno que perteneció á la ha­
cienda Santa Inés de Calupe. El señor Ramos Font inició
desde entonces el establecimiento en vasta escala de la in­
dustria azucarera y sus derivados, los rones y alcoholes, do­
tando á sus haciendas de maquinarias á vapor para el bene­
ficio de la caña. Asociados sucesivamente don J. Eduardo

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181
y don Alfredo Solf y teniendo como administrador á don
Christian Schreimuller á don Nicanor Leguía á don An­
drés Flores y á don Juan J. Clarke y como su representante
y apoderado general á Mr. William V. Fry, continuó en es­
cala intensiva la explotación de Pátapo y Tulipe, que á la
muerte del señor Ramos Font, en 1891, quedaron en el más
floreciente estado. Sus cinco hijos que le sucedieron en la
propiedad de los fundos: don Antonio Joaquín, don José To­
más, don Manuel Hipólito, doña Juana Rosa y don Luis Ma­
rio Ramos y Ramos, después de hecha, definitivamente, en
1893, la división y partición de las haciendas por el árbitro
que nombraron los mismos herederos con aprobación judi­
cial, don Pedro Cabillas R., y de entregado á cada herede­
ro el título correspondiente á la quinta parte de los derechos
y acciones que en los fundos se les había adjudicado por el
partidor, siguieron explotándolos en común durante trece
años, hasta que en vista del mal resultado que esta forma de
explotación les producía, por diferentes causas, resolvieron,
á iniciativa de don Manuel Hipólito, constituir una sociedad
anónima á la que cada uno de ellos vendió su respectiva par­
te, recibiendo el importe del precio correspondiente, que fué
fijado en Lp. 25,000.
Este es el origen de la “Compañía Azúcar de Chiclayo”,
actual propietaria y poseedora de Pátapo y Tulipe, creada
el 22 de noviembre de 1906, con un capital de Lp. 125,000, ín­
tegramente pagado, de cuyo directorio formaron parte los
primeros años algunos de los herederos, entre ellos don An­
tonio Joaquín y don Manuel Hipólito Ramos y Ramos, hasta
que por muerte del primero y por haber enajenado sus ac­
ciones el segundo, fueron reemplazados por los que las adqui­
rieron. Actualmente, el único de los herederos que ingresó
después y que pertenece al directorio con el cargo de director
gerente, es don José Tomás Ramos y Ramos.
Cultiva la hacienda caña, gramalote y arroz. La azúcar
la exporta en su mayor parte á Viña del Mar, Chile, en don­
de residen sus principales propietarios.

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— 182 —

Como semilla toman el cogollo ó cuerpo de la caña, in­


distintamente y para el arroz se emplea la llamada Jamaica.
El guano de corral mezclado con ceniza es el que usan co-
nío abono, empleando 1 % de tonelada por hectárea. Cuan­
do se usa el guano de las islas el procedimiento es el mismo
observado en Tumán. Se deja descansar las tierras por espa­
cio de 2 ó 3 años, pero los sembríos de caña no se alternan
con otros distintos.
Tiene en el Taimi dos tomas de cal y ladrillo y compuer^
tas de fierro, una llamada Tulipe de 1 m. 29 de ancho por 1
m. 82 de alto, y la otra Pátapo de 0 m. 94 por 1 m. 82; tie­
ne una tercera, corriente, situada en el cauce del Chongoya-
pe. Su dotación de agua es de 16 riegos que extraían del
Taimi por medio de acequias corrientes y una porción toma­
da del río de Chongoyape con la que irrigan la sección lla­
mada Cuculí. En época de escasez tiene las mitas que hemos
indicado al hablar de la hacienda Tumán.
Los braceros son del lugar unos y contratados en las pro­
vincias vecinas otros, en la misma forma indicada al tratar
dé la hacienda últimamente nombrada. Cuenta con más de
500 braceros, y con elementos de agricultura para el laboreo
del fundo.
Como vías de comunicación tiene el ferrocarril de Eten,
cuyo término es Pátapo; un camino carretero de 33 kiló­
metros á Chiclayo y otro de 58 para Chongoyape: ambos exi­
gen reparaciones. Además del ferrocarril hace uso para el mo­
vimiento interior del fundo de carretas y acémilas. Posée
también dos líneas de fierro: una fija de 10 kilómetros y otra
portátil. Para el servicio tiene máquinas inglesas de 10 to­
neladas cada una y más de 150 carros que pueden cargar
2 1/2 toneladas cada uno: ambas vías son de ancho de 0 m.
91. A los carritos conductores de caña se les está reformando
como en Tumán.
La oficina es un extenso edificio de adobe y cinc, dividi­
do en compartimentos para las distintas oficinas y talleres.
Las secciones de maquinarias cuentan : con el conductor de
30 m. 47 de largo por 1 m. 82 de ancho; trapiche de 3 cL

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PÁTAPO

Casa de la hacienda.

Vista general de la hacienda.

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— 183 —

lindros con maza cada uno de 0 m. 76 por 1 m. 82, movido


por máquina de W. y A. Me Onic, de 90 caballos de fuerza;
6 calderos de diferentes sistemas; 3 vacuum-panes, uno' de 5,
y 2 de 3 toneladas; cuatro centrífugas, 10 pailas de 2,271
litros cada una; un triple-efecto; 4 filtros de carbón animal;
2 bombas de vacío; 38 enfriaderas; un secador americano
y 2 molinos pulverizadores. La sección de destilación tiene
un alambique para alcohol de 40'’ sistema directo, para 113
litros por hora; 4 decantadoras con capacidad para 6,804
litros cada una; 9 cubas musteras de 9,086 litros cada una.
La chimenea, de cal y ladrillo, tiene 28 m. 94 de alto por
1 m. 80 de circunferencia, y las de fierro de 6. m. 09 de alto
por 0.30 de circunferencia. Cuenta con oficina de destilación
y con talleres de mecánica, herrería, fundición, calderería,
hojalatería y carpintería. El bagazo, después de secado, es
suficiente combustible para la alimentación de las hornillas.
La caña es de 10'' término medio y el de su producto
6,900 kilogramos por hectárea.
La casa principal es espaciosa, de adobe y techos de
cinc, con un segundo piso de madera en su parte central,
construida en alto. Hay otro edificio, también espacioso, de
dos pisos, para habitaciones de los empleados. Los almace­
nes están contiguos á la oficina de la molienda; son grandes
y están bien surtidos. Tiene tres instalaciones para peones,
cada una de 7 departamentos, compuestos de dos cuartos,
de quincha enlucida y techos de caña con torta, á dos aguas.
El resto de la ranchería está formada por ranchos de cons­
trucción antigua. Frente á la casa hay una huerta de 3 hec­
táreas de extensión, sembrada de árboles frutales, hortali­
zas, etc. La capilla se conserva limpia; podrá contener has­
ta 300 personas.
Hay una escuela mixta para párvulos, mercado y ci­
nema. El hospital que existe es de capacidad para 20 enfer­
mos y tiene una botica anexa. El médico de la hacienda, que
lo era el doctor Pedro Pablo Chacaltana, está hoy jubilado;
en la actualidad hace el servicio el doctor Darío Torres. La
población de la hacienda es de cerca de 1,000 habitantes,

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, _ 184 —

habiendo gente destinada á mantener el orden y vigilar por


el aseo que se practica por carretas apropiadas.
Todo su ganado es criollo y está en regular estado. Los
cercos antiguos de adobón, de un metro 60 centímetros de
alto por 1 m. de ancho en su base y 60 centímetros en la
parte alta se están sustituyendo por los de alambre de 2 y 3
hilos, con púas á distancia de 3 á 5 pulgadas y de 4 á 6 hi­
leras.
Luya.—A la testamentaría de don Genaro Barragán
pertenece este valioso fundo de 2,670 hectáreas de extensión
superficial y 12 kilómetros de longitudinal, de buenas tierras
y una pequeña parte de monte. No tiene plano ni está regis­
trada.
Sus linderos son: por el N. con terrenos de la cofradía
de Nuestro Amo de Ferreñafe, llamados Fanupe, y con la
hacienda Batán Grande; al E. con Pátapo; al S. con la ace­
quia de Chucupe que la separa de Tumán y Bellavista, y al
O. con la hacienda San Miguel y terrenos de Ferreñafe.
Siembra exclusivamente arroz.
Tiene una toma de cal y piedra con compuerta de fie­
rro en el río Taimi, en el que tiene derecho á 12 riegos. En
época de escasez se establecen las mitas, correspondiendo 8
días de riego á Ferreñafe y 6 á las haciendas. A veces el agua
es tan escasa que entre éstas se establecen á su vez mitas es­
peciales. Cuando el Taimi corre con un volumen de 60 rie­
gos más ó menos, desaparecen las mitas.
Tendrá 80 peones, los que consigue por medio de ade­
lantos de dinero, en el lugar, en Catacaos (Piura) y en la
sierra.
Un camino carretero de 8 y medio kilómetros lo une
al molino de Las tres Tomas y otro directo á Ferreñafe, de
14. El camino de herradura á Pátapo es de 16 y medio kiló­
metros de largo. Para sus trasportes se vale de carretas y acé­
milas.
La casa es pequeña, situada sobre una huaca. La pobla­
ción será de 250 habitantes.

Biblioteca Nacional de España


— 185 —

Los cercos, en parte, son vivos, y los hay también de ra­


mas y alambres.' Todo su ganado es criollo y está en regu­
lar estado.
San Miguel.—Esta hacienda tiene una extensión super­
ficial de 360 hectáreas y horizontal de 5 kilómetros. La con­
duce su mismo propietario, señor Nicanor Carmona. Está
registrada, pero no tiene plano.
Limita al N. con Mocopú y terrenos de Ferreñafe, al E.
con Luya, al S. con Bellavista y Chucupe, y al O. con este
mismo fundo y Mocopú.
Sólo tiene sembrado arroz, que se beneficia en Ferreña­
fe en el molino de “Santa Lucía”, de propiedad del mismo
señor Carmona.
Tiene una toma de cal y piedra con compuertas de fierro
en el río Taimi, en el que tiene derecho á 4 riegos. En la épo­
ca de escasez se establecen las mitas en la forma expresada
al tratar de Luya.
Trabajan en el fundo como 100 peones, entre los del lu­
gar y los contratados en Catacaos.
Hay un camino de herradura á Picci de 1,200 metros y
á Mocopú otro de 1,400, valiéndose de acémilas para sus
trasportes.
La casa y la ranchería están en regular estado. Su pobla­
ción será de 150 habitantes.
Los cercos son de rama y alambre; el ganado todo crio­
llo y en regular estado.
Vista Florida, Colloccí y Morropillo.—Estos tres fundos
pertenecen hoy á la testamentaría de D. Virgilio DalFOrso,
formando uno sólo, con 1,500 hectáreas de extensión super­
ficial y 11 kilómetros de longitud. Tiene plano levantado por
el ingeniero agrimensor señor Ignacio Magliochetti, y está
registrada.
Colinda al N. con Chucupe, al E. con Tumán, al S. con
Lambayeque y al O. Chucupe.

Biblioteca Nacional de España


^ 186 ^
Cultiva arroz; no trabajándose todo el fundo por falta
de agua y brazos.
Existen varias tomas en la acequia madre llamada Ja-
rrín, la que parte del Taimi en la que tiene 5 y medio rie­
gos; esas tomas sirven para regar estos tres fundos, Bella-
vista, hoy comprendida en Tumán, y parte de esta última ha­
cienda. Sólo hace uso de las mitas en tiempo de escasez. .
Tiene 80 braceros, tanto del lugar como de Catacaos, y
no se les adelanta dinero. *
Está unido á Picci por camino de herradura de un ki­
lómetro, á Ferreñafe por carretero de 19, y á Chiclayo por
otro de igual extensión. No tiene teléfono ni casa; la ran­
chería es compuesta de unas cuantas chozas y la población
pasa de 100 habitantes.
En este fundo, como en otros, se cobra á los colonos, á
quienes se proporciona terrenos y agua para sembrar, el 16
por ciento del fruto cosechado, teniendo además aquéllos
la obligación de contribuir con sus brazos á la limpia del
canal del Taimi y de las acequias regadoras. El cobro del 16
por ciento que en otras partes sube á 20 por ciento, se conoce
con el nombre de terrazgo.
Tiene ganado criollo, en regular condición. Los cercos
son vivos y de ramas.
DISTRITO DE CHONGOYAPE
Forman la campiña de este distrito unas 240 hectáreas
llamadas “Acciones”, trabajadas por 22 propietarios, que las
siembran de arroz, fruta, hortalizas y pastos. Todos estos te­
rrenos están ubicados entre el pueblo, los fundos Tabacal
y Almendral y el río. Distínguese la chacarilla Guayaquil
por su esmerado cultivo, sus buenos cercos de alambre y su
aseada casita.
A las fueras se encuentra el molino “San Jacinto”, es
movido á vapor, y puede beneñciar 5.520 kilos de arroz al
día que se expenden en la sierra, aparte de lo que se consu-

Biblioteca Nacional de España


— 187
me en el lugar. Su personal lo componen tres empleados y
cuatro peones.
A Pátapo, por camino carretero, hay 58 kilómetros, des­
de Chongoyape.
Comprende este distrito las siguientes haciendas:
Paredones, Almendral, Tinajones, Tabacal, Potrerillo,
Ruaca Blanca, Tablazos y Pampa Grande.
Paredones.—Llámase así á unos extensos terrenos que
fueron trabajados antiguamente, regados por la acequia del
“Gentil” de la cual existen grandes trechos en buen estado.
Dichos terrenos tendrán una extensión de 6,000 hectáreas
más ó menos, y pertenecen á varios propietarios. En tiempo
de fuertes lluvias se siembra gran parte de estas tierras con
maíz, menestras, árboles frutales, etc., vistiéndose el resto de
los campos y cerros que los circundan de pasto natural que
se aprovecha en la alimentación y engorde de grandes canti­
dades dé ganado.
Sus linderos son: al N. la hacienda Batán Grande, al E.
la de Ramalpón, al S. Tinajones y al O. Pátapo.
Almendral.—Pertenece á don Antonio' Gayoso culti­
vándola él y los colonos que arriendan pequeños lotes. Su
extensión superficial es de 289 hectáreas, por una longitudi­
nal de 3 kilómetros de no buenas tierras. Tiene plano levan­
tado en 1886 por los ingenieros Enrique Silgado y Emeterio
Pérez.
Confina al N. con terrenos del pueblo de Chongoyape,
al E. con el indicado pueblo; al S. con Tabacal yTa chácara
Guayaquil y al O. con Tinajones.
Produce azúcar y arroz, habiéndose implantado una re­
gular fábrica con todos sus accesorios.
Tiene una toma en la acequia madre, la cual, á su vez,
tiene la suya en el río Chancay. Su dotación de agua es la
cuarta parte del volumen que conduce aquella del pueblo de
Chongoyape. Para la acequia se toma el agua libremente y
puede contener hasta 16 riegos. La limpia de ella se verifica

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— 188 —

á prorrata, en proporción á la cantidad de agua de que se


hace uso. No tiene mitas.
Los peones proceden de Chongoyape y Santa Cruz.
Hay camino carretero á Pátapo de 66 kilómetros en mal
estado; á Chongoyape de 1 y medio; á Tinajones de 3; y
de herradura á Tabacal de 4 kilómetros. También se pue­
de ir á Pátapo por Tabacal ahorrándose unos 11 kilómetros.
Para el acarreo de sus productos se vale de carretas y acé­
milas.
La casa es de adobe con techos de cinc, espaciosa y bien
distribuida. Tiene teléfono. La oficina es de paredes de ado­
be y techos de fierro con planchas de cinc; contiene trapi­
che, vacuum-pan, centrífugas, carritos depósitos para con­
ducir el melado, pailas, calderos y otros útiles. Hay una chi­
menea de fierro, y otra pequeña de adobe, de construcción
caprichosa. Existe en los depósitos material fijo de ferroca­
rril, además de los rieles tendidos; carros conductores de
caña sistema Koppel; regular cantidad de herramientas y
materiales para herrería.
El ganado es escaso.
Tinajones.—Su propietario es el señor Abelardo Gon­
zález. Su extensión superficial es de 600 hectáreas y su lon­
gitud de 9 kilómetros. No tiene plano; pero sí teléfono.
Confina al N. con Una cadena de cerros; al E. con Al­
mendral, al S. con Tabacal y al O. con Pátapo.
Cultiva arroz y gramalote.
Tiene una toma de las corrientes en la acequia madre
del pueblo de Chongoyape, que le proporciona la cuarta par­
te del agua que conduce. Para su limpia contribuye en la
misma proporción que Almendral. No tiene mitas.
Se provee de brazos directamente de Chongoyape y de
Chota.
Hay un camino carretero á Chongoyape de 4 y medio
kilómetros y otro á Pátapo de 63, en mal estado.
Tanto la casa como la ranchería son deficientes; los cer-

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— 189 —

cos todos de talanqueras. La población será de 80 habitan­


tes, y el ganado es vacuno, caballar, porcino, cabrío, asnal
y yuntas.
Tabacal.-—Trabaja este fundo su mismo dueño, el se­
ñor Antonio Gayoso. Sus tierras son muy buenas y su ex­
tensión superficial de 1,260 hectáreas, con una longitud de
9 kilómetros. Está registrada, y no tiene ni plano ni telé­
fono.
Sus límites son: al N. la hacienda Tinajones; al E. los
terrenos conocidos por “Las acciones” de varios propieta­
rios, al S. el río Chongoyape y al O. Pátapo y Pampa
Grande.
Siembra arroz, maíz, yuca y gramalote.
En el río Chongoyape tiene una toma de las corrientes
y otra en la acequia madre del pueblo del mismo nombre,
de cuyo caudal tiene derecho á la cuarta parte. No hay mitas.
En la actualidad tendrá como 150 peones. Son libres
unos y contratados otros, proveyéndose de ellos en Chongo-
yape. Posee un molino pequeño de beneficiar arroz.
Hay un camino de herradura de 6 kilómetros de exten­
sión á Chongoyape.
La casa ha sido últimamente refeccionada; la ranche­
ría deja algo que desear. La población será de 200 habi­
tantes.
Posee ganado vacuno, caballar y yuntas, todo en buen
estado. Hay tres clases de cercos: vivos, talanqueras y de
alambres.
Potrerillo.—Este pequeño fundo de 240 hectáreas de
extensión superficial y 5 kilómetros de largo, fué del señor
Conrado Bustamante y hoy lo poseen los señores Baca, de
Chongoyape. Sus tierras son regulares. No tiene plano ni te­
léfono.
Sus linderos son: al N. Paredones, al E. la hacienda Car-
niche del distrito de Llama de la provincia de Chota, al S.
el río Chongoyape que lo separa de Huaca Blanca, y al O.
el pueblo de Chongoyape.

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— 190 —

Siembra arroz, maíz, yuca, garbanzo y gramalote.


Tiene una toma de las corrientes en el río Chancay^, de
la que saca el agua libremente. No hay mitas.
La provisión de brazos para este fundo se hace en Chon-
goyape, fuera de algunos del lugar.
Las acémilas verifican los trasportes por el camino ca­
rretero á Chongoyape de 2 kilómetros, y por otro de herra­
dura á Llama de la provincia de Chota, de 49 kilómetros,
y al pueblo de Santa Cruz de la de Hualgayoc, de 140.
La casa y la ranchería se hallan como las de los otros
pequeños fundos. La población será de 30 habitantes, pues
la mayoría de los peones viven en el inmediato pueblo de
Chongoyape.
Los cercos son de leña y ramas; y su ganado criollo y en
regular estado.
Huaca Blanca.—Es de propiedad de D. Ricardo Che­
ca. Su extensión superficial es de 438 hectáreas y la longitu­
dinal de 6 kilómetros. Está registrada; no tiene plano ni
teléfono.
Limita al N. con el río Chongoyape, al E. con La Rama­
da de la provincia de Chota, al S. con la Quebrada Seca que
baja de Udima, y al O. con el portachuelo que la separa de
Tablazos.
Siembra arroz, maíz y gramalote. Posee pequeño inge­
nio de pilar arroz. Tiene dos tomas de las corrientes en el
río Chancay, de las que usa libremente; no hay mitas.
La provisión de brazos se hace como en Potrerillo, con­
tando con 50 hombres.
Hay camino carretero á Chongoyape de 3 kilómetros,
intransitable en tiempo de lluvias, y uno de herradura á Ta­
blazos, de 10 kilómetros. Los trasportes se hacen con acémi­
las.
Tiene casa recién construida; la ranchería está disemi­
nada. La población es de 100 habitantes.
Posee ganado vacuno, caballar, porcino, asnal y yun­
tas. Los cercos son de talanqueras y ramas.

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191 —
Tablazos.—Fundo de 900 hectáreas de extensión su­
perficial y 8 kilómetros de largo, de propiedad del señor
Ricardo Checa, quien la conduce personalmente. Está regis­
trada, pero no tiene plano ni teléfono.
Confina al N. con el río Chancay, al E. con el Portachue­
lo que lo separa de Huaca Blanca, al !S. con la Quebrada
Seca que baja de Udima, y al O. con la misma quebrada
en la parte que la limita con Pampa Grande.
Cultiva arroz, maíz, yuca, camote y gramalote.
Tiene una toma de las corrientes en el río Chancay, de
la que saca el agua libremente. No tiene mitas. Recientemen­
te ha abierto una nueva acequia, con la cual irriga unas 250
hectáreas de tierras vírgenes y llanas. El río de Chongoyape
separa este fundo del de Tabacal. Por la quebrada seca de
Udima, en tiempo de aguas, bajan fuertes corrientes perió­
dicas que aumentan el caudal del expresado río.
Cuenta con unos 100 braceros procedentes de Chon­
goyape y la sierra.
El trasporte lo verifica por medio de acémilas. Hay
dos caminos de herradura: uno á Pampa Grande de 8 kiló­
metros y otro á Huaca Blanca de 10.
La casa es regular, de adobe y bastante aseada en el in­
terior. A su lado hay una pequeña huerta con verduras y
frutales. Los ranchos están diseminados, algunos cerca de la
casa. La población será de 150 habitantes.
Todo el ganado es criollo y está en buen estado. Hay va­
cuno, caballar, asnal y yuntas. Los cercos son de ramas y de
alambres.
Pampa Grande.—Los propietarios de este fundo fueron
los señores Pedro Navarrete y Virgilio Dall’Orso, hoy po­
see la mayor parte de las acciones el señor Abelardo Gon­
zález, quien lo tiene arrendado al señor D. Pedro Baca.
Su extensión superficial es de 1,350 hectáreas y la ho­
rizontal de 16 kilómetros. No está registrada, no tiene plano,
pero sí teléfono.

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— 192 —

Con motivo del litis que siguen los condominos del señor
González, es probable se saque á remate esta hacienda próxi­
mamente.
Sus límites son: al N. el río Chongoyape; al E. Tablazos,
al S. una cadena de cerros que lo separan de Cayaltí y Chum-
benique, y al O. otra cadena de cerros.
Cultiva arroz, maíz y gramalote. De las dos tomas co­
rrientes que tiene en el río Chancay saca libremente el agua
que necesita. No tiene mitas.
Cuenta con los braceros necesarios para sus cultivos con­
tratados directamente.
Hay caminos de herradura á Pátapo de 22 kilómetros;
á Pucalá de 16 y medio; á Tablazos de 8, y á Saña de 22. En
tiempo de aguas el fundo queda casi incomunicado, y sólo
se utiliza el camino á Saña. Los trasportes se hacen con acé­
milas.
Cuenta con ganado vacuno, caballar, porcino, cabrío, as­
nal y yuntas.
Ultimamente han sido reparadas la casa y la ranchería;
la población será de 300 habitantes. Los cercos son de talan­
queras y muy pocos de alambre.
Provincia de Lambayeque

Bajo su aspecto general, esta provincia no conserva la


preponderancia de que antes gozaba, no obstante de contar
con Ferreñafe, que es un centro agrícola de importancia.
Pasamos á continuación á enumerar las haciendas y fundos
que componen esta provincia.

DISTRITO DE LAMBAYEQUE

En las haciendas de este distrito se cultiva arroz, y maíz


y se cría ganado vacuno, cabrío y caballar. En los caseríos al­
falfares, rosacéas, cucurbitáceas y gramináceas. Tiene cinco
haciendas denominadas Santa Rita de Bululú, Santo Tomás,

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— 193 ^
Capote, Yéncala y Bodegones; pero de éstas, la úpica de
consideración es la siguiente:
Chucupe ó Capote.—El propietario de esta hacienda es
la señora Victoria viuda de Dall’Orso, con una extensión
superficial de 12,000 hectáreas y 34 kilómetros de longitud.
Tiene plano levantado por el ingeniero agrimensor señor Ig­
nacio Magliocheti y está registrada. No tiene teléfono.
La hacienda Chucupe, que comprende las de Eureka,
Cadapé, Capilla, Huamantanga y Sialupe, limita al N. con
Mochumí, al E. con Bellavista, San Miguel, Mocopú y terre­
nos de Ferreñafe que van hasta Mochumí; al S. con el río
Lambayeque y Collocci, y al O. con el camino real á Mo­
chumí .
Este fundo y Batán Grande son los que mayor cantidad
de arroz producen en el departamento. Su producción anual
se calcula en 18,000 fanegas de 300 libras.
Tiene una toma de cal y ladrillo con dos compuertas de
fierro en el río Taimi, en el que tiene derecho á 16 riegos. En
épocas de escasez se establecen las mitas, con sujeción á las
reglas indicadas al ocuparnos de otros fundos que se riegan
con aguas del Taimi.
De los 300 braceros, unos son colonos del lugar y otros
proceden de Catacaos (Piura), pero sin contrato ni adelan­
to de dinero. El salario fluctúa entre S. 1.30 á 1.50.
Verifica sus trasportes con asnos, por un camino carre­
tero á Chiclayo de 14 kilómetros de largo, y por otro de he­
rradura á Ferreñafe de 16 y medio, abonando como flete 50
centavos cada 138 kilogramos de arroz en cáscara hasta Chi­
clayo.
La casa es semejante á la de los otros fundos, exigien­
do reparación; la ranchería es compuesta de chozas disemi­
nadas en el fundo, siendo de extrañar que perteneciendo á
persona tan rica, no se haya hecho nada hasta ahora por el
mejoramiento de su peonada, que pasará de 500.
Pose también una capilla, pero en estado ruinoso.

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— 194 —

Este fundo, situado á inmediaciones de las ciudades


de Chiclayo y Lambayeque, es considerado como uno de los
más valiosos del departamento, tanto por su gran dotación
de agua, cuanto por la extensión y bondad de sus tierras,
todas irrigables con poco esfuerzo, y por sus dos represas
naturales, las que en ciertas épocas del año se prestan para la
caza y pesca, abundando el huaco, animal de exquisito gus­
to y muy solicitado.
Hay cercos vivos y de ramas; su ganado es criollo y es­
tá en regular estado.
Como derecho de terrazgo cobra el 16 por ciento sobre
lo cosechado, con obligación, los arrendatarios ó colonos, de
trabajar en la limpia de las acequias del fundo y del canal del
Taimi.
DISTRITO DE FERREÑAFE

Es el más industrioso é importante de la provincia por


el desarrollo de sus sembríos de arroz, que se cosecha en
grande "escala. Tiene una hacienda Mocopú, y algunos te­
rrenos en los que se produce arroz y se creía ganado. La
propiedad está muy subdividida.
La campiña, bien cultivada, consta de 10,000 hectáreas,
de las cuales 900 no se aprovechan por ser terrenos salitro­
sos: está dividida en 300 pertenencias. Además del arroz,
que, como hemos dicho, es su principal producto, se cultiva
maíz, menestras, frutas, alfalfa, etc. Está constituida la co­
munidad de regantes, y su sindicato muestra celo en la dis­
tribución de las aguas.
Está unido á Lambayeque por camino carretero de 19
kilómetros y á Mochumí por otro de 22.

Mocopú.—Esta es la única hacienda del distrito. Perte­


nece al señor José Barragán A. Su extensión superficial es
de 490 hectáreas y la longitudinal de 6 kilómetros. Tiene
plano pero no teléfono.

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— 195 —

Confina al N. con terrenos de Ferreñafe, al E. con San


Miguel, al S. con la misma y Chucupe y al O. con este fundo.
Su principal cultivo es el arroz; pero 450 hectáreas no
se cultivan por falta de agua y brazos y 90 por ser terrenos
salitrosos. Las 4,000 fanegas de arroz en cáscara que produ­
ce van al ingenio “Santa Lucía”, del señor Carmona en Fe­
rreñafe, cuya maquinaria fue totalmente renovada en marzo
de 1910, por otra modernísima traída de Alemania.
Cuenta con 30 arados de palo, 2 rastras y las demás de
uso común. Posee la toma de Fala, de cal y piedra, con com­
puerta de fierro en el río Taimi en el que tiene derecho á dos
riegos. Cuando se establecen las mitas toma agua al mismo
tiempo que Ferreñafe.
Hay braceros libres y contratados de la misma manera
que en San Miguel, en número de 80, más ó menos.
Tiene camino de herradura de 5 y medio kilómetros á
Ferrí^afe, otro' á Lambayeque de 8 y medio y un tercero á
Picci,_de 2,600 metros. Acémilas le sirven de medio de tras­
portes.
Hay dos casas, pero en ruinas; la ranchería es de cho­
zas; la población pasa de cien habitantes.
Todos los cercos son de ramas; el ganado criollo y en
regular estado, se compone de vacuno, caballar, cabrío, as­
nal y yuntas.
DISTRITO DE SAN JOSE
En este distrito, el menos importante de la provincia, no
hay agricultura ni ganadería, ni telégrafo, y sólo en agosto
de 1907 se ha establecido el teléfono. El pueblo dista de
Chiclayo 18 kilómetros, de Lambayeque 11 y otro tanto de
Pimentel.
A este distrito pertenece una parte de la hacienda Bo­
degones, que tiene 5 kilómetros de extensión, que ya hemos
citado al hablar de la agricultura en el distrito de Lambaye­
que, en cuya jurisdicción queda la otra parte. En Bodegones
se cría ganado vacuno y caballar.

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196 —

DISTRITO DE MORROPE
Posee extensos y quizás los más feraces terrenos del de­
partamento, pero es muy escaso de agua. Su campiña tiene
27 kilómetros de largo por 16 de ancho, toda cercada. Cuan­
do hay agua se cultiva maíz y alfalfa. Parte de sus tierras son
algarrobales, tan provechosos para la alimentación del ga­
nado.
Está unido por teléfono con la Central de Chiclayo por
medio de varios aparatso particulares. Dista Mórrope al
pueblo de Olmos 132 kilómetros, al de Motupe 93, á Jayanca
46, á Pacora 38, á Elimo 33, á Mochumí 27, á Túcume 27 y á
la caleta de San José 33.
Mórrope tiene una hacienda Sasape y siete fundos, de­
nominados; El Arenal, Lagartera, Fanupe, Quemazón, Arbol
del Sol, Aunape y Caracucho.

Sásape.—Su propietario, D. Marcelino Barreto la con­


duce; antes fué propiedad de don Vicente Maúrtua. Su ex­
tensión superficial es de 5,000 hectáreas y la longitudinal
de 55 kilómetros. No está registrada y carece de plano; pe­
ro está unida á Chiclayo por teléfono.
Limita al N. con terrenos de Jayanca y Pacora, al E.
con los de Túcume y Mochumí, al S. con los de Lambayeque
y al O. con Jos de Mórrope.
Cultiva únicamente 30 hectáreas de algodón por carecer
de agua para extender sus sembríos. En las 4,770 hectáreas
eriazas restantes, se cuentan las no irrigadas por falta de
agua, los extensos montes y la parte desierta. Su producción
se exporta al extranjero obteniéndose la semilla del mismo
lugar. Se corta, por negocio, leña de algarrobo.
Tiene una toma corriente en el río de La Leche, que
atraviesa el fundo y derecho á la quinta parte del agua que
corresponde al pueblo de Mórrope. Hay mitas en tiempo de
escasez.

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TÚCUME

]\Ioli)]o “Santa Beatriz”, prooiedail de D, ('arlos ('astillo Muro.


nonstruído en 192;).
SAÑA

#:

L I ('ateilral en ruinas.

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I
X-z >?;'V ,: <í!
./

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— 197 —

Los braceros son 25, unos estables y otros procedentes


del pueblo de Mórrope.
Como vías de comunicación tiene los siguientes cami­
nos carreteros: á Túcume 5 y medio kilómetros, á Pacora 11,
á Mórrope 16 y medio, á Jayanca 16 y medio y á Lambaye-
que 27.
No tiene casa y la ranchería es compuesta de unas cuan­
tas chozas. La población será de 40 habitantes.
Los cercos son de estacas de algarrobo, y su ganado es
el mismo que en las demás haciendas.
DISTRITO DE MOCHUMI
No existen haciendas en este distrito; sólo tiene los fun­
dos Mancolán, con 22 fanegadas y Moyocup, con 80 fanega­
das. Posee, además, terrenos de sembrío y montes de al­
garrobales, en que se atiende á la cría de ganado. La parte
cultivada será de 900 hectáreas, divididas en 109 pequeñas
pertenencias.
Se cosecha arroz, algodón, caña de azúcar, maíz, gar­
banzos y otras sementeras de panllevar. Aprovecha para su
irrigación de la mitad del volumen de agua de Túcume, cu­
ya toma está situada en la margen izquierda del río de La
Leche. Funciona la comunidad de regantes. Tiene varios
aparatos telefónicos, que lo pone en comunicación con Chi-
clayo y el resto del departamento.
De Mochumí á Lambayeque hay 22 kilómetros, á Ferre-
ñafe 22 y á Túcume 5.
DISTRITOS DE TUCUME E ILLIMO
Como todos los del N. de la provincia de Lambayeque,
la agricultura de estos distritos es reducida por la escasez de
aguas, pues es pobre <^1 río de La Leche que es el único
que la proporciona. La extensión aproximada de cada uno
de ellos es de 5 y medio kilómetros de largo por 13 de ancho
y sus productos iguales á los de los otros distritos.

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— 198 —

El río de La Leche sigue su curso entre Illimo y Pacora,


pasando por Sásape y Mórrope, hasta perderse en los arena­
les del N. Túcume tiene su toma en la banda izquierda del
río y divide sus aguas en iguales partes con Mochumí. El
pueblo de Illimo tiene acequia propia y su toma en la misma
banda izquierda le proporciona agua sin dotación fija. Los
terrenos en ambos distritos están divididos en pequeñas per­
tenencias.
En los dos distritos hay teléfonos y sus distancias á los li­
mítrofes son: Túcume á Illimo 5 kilómetros, á Mochumí 5;
Illimo de Pacora poco más de 5 kilómetros.
DISTRITO DE PACORA
La propiedad en la campiña está subdividida en 98 per­
tenencias, con una extensión superficial de 1,029 hectáreas.
No hay una sola hacienda en todo el distrito. El cultivo es de
panllevar, cuyo producto se consume en el lugar y en los pue­
blos vecinos. Tiene toma en el río La Leche, de donde parte
una acequia propia que lleva su nombre y conduce el agua,
sin dotación fija, para el consumo de la población y el rega­
dío de la campiña. Funciona la comunidad de regantes y no
se hace uso del teléfono.
Existen caminos carreteros para Jay anca de 5 y medio
kilómetros y para Illimo, de igual distancia.
DISTRITO DE JAYANCA
El pueblo de Jay anca' está rodeado de una campiña de
5 kilómetros de largo por 8 de ancho, subdividida en 125
pequeñas propiedades, con unas 1,464 hectáreas cultivadas
de panllevar, siendo el arroz su principal sembrío. Corres­
ponden al pueblo y á su campiña las dos terceras partes del
agua que conduce la acequia de su nombre del' río de La
Leche, en el cual tiene una toma corriente y un marco nL
velado de cal y piedra para la exacta distribución con la
hacienda La Viña, que tiene derecho á la otra tercera parte.
Se ha establecido la comunidad de regantes.

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JAYANCA

('aballcroN notables de .Jayanea, bain|iiete:indo al Sr. Eni'bjue IJaea,


diputado naeional boy de la provincia de Lanibav'eqne.

ISLAS DE LOBOS

Grupo de lobos descansando en la playa.

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— 199 —

Hay caminos carreteros á Motupe de 44 kilómetros, á La


Viña de 10 y de 5 y medio á Pacora.
A este distrito pertenecen las haciendas más grandes
del departamento, como son La Viña y Batán Grande, que
tienen millones de hectáreas, de las que sólo cultivan parte
insignificante por falta de agua.
La Viña.—Es propiedad de D. Víctor Montero, quien la
administra. Tiene un pequeño plano hecho por el arquitecto
D. Genaro Pellón. Está registrada, y tiene teléfono.
Sus linderos son: al N. con, Motupe y el despoblado de
Olmos, al E. con la Calera y el distrito de Salas, al S. con,
Batán Grande y al O. con el Pacífico.
A pesar de su gran extensión, sólo tiene sembradas 210
hectáreas de arroz, y 210 de maíz; las demás permanecen
sin cultivo por falta de agua y brazos, y ser, en parte, terre­
nos de arenales y cascajo. Su producción alcanza á 5,000 fa­
negas de arroz en cáscara que se beneficia en el molino Na­
cional de Chiclayo de la viuda de Dall’Orso y unas 1,500
fanegas de maíz, que se vepden en el departamento de
Piura.
Después de tomar Batán Grande el agua que le corres­
ponde del río La Leche, la acequia de Jayanca toma de éste
la tercera parte de su caudal. De esta acequia, en la que tie­
ne una toma en que se ha construido una punta de diaman­
te de cal y piedra para la mejor división de las aguas, tiene
derecho La Viña á una tercera parte, y las otras dos pasan
para Jayanca y su campiña. No hay compuertas ni mitas.
De su peonada, unos son libras y otros adquiridos por
medio de enganchadores, á los que paga 20 centavos por jor­
nal del peón que contratan. Hoy cuenta con 180 braceros en­
tre mayores y menores. El salario es de S. 1
Los trasportes,se hacen por medio de carretas y acémi­
las, contando con los siguientes caminos carreteros: á Mo­
tupe de 33 kilómetros; á Salas de 27 y medio, y á Jayanca
de 10 kilómetros y con los de herradura: á Ferreñafe de 44
kilómetros y á Batán Grande de 27 y medio.

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La casa está construida en alto; es de un solo piso, de


sólida construcción y está en regulares condiciones. La ran-
cheria se compone de 40 á 45 habitaciones de quincha si­
tuadas cerca de la casa, y otras en distintos lugares del fun­
do. La población será de 350 habitantes. Como derechos de
terrazgo se cobra á los colonos del 10 al 12 por ciento.
Los cercos son de talanqueras, ramas y alambres, y hay
ganado vacuno, caballar, porcino, cabrio, asnal y yuntas.
Batán Grande.—Valiosa hacienda de propiedad de D.
Juan J. Aurich. Sus terrenos son buenos; pero tiene una par­
te con monte y otra arenosa. Su plano fue levantado á prin­
cipios del siglo actual por el coronel La Rosa.
Limita por el N. con Jayanca, por el E. con Mayascón de
la provincia de Chota; por el S. con la cadena de cerros que
la separa de Tinajones, y por el O. con terrenos de los pue­
blos de Jayanca, Pacora, Illimo, Túcume y Mochumi.
Tiene sembradas solamente 450 hectáreas de arroz y
450 de maiz, y el resto de esta inmensa hacienda no está cul­
tivada por falta de brazos; sólo hay agua suficiente para re­
gar hasta 100,000 hectáreas. Produce unas 10,000 fanegas de
arroz en cáscara de 12 arrobas la fanega, que se llevan á
beneficiar al molino Nacional de Chiclayo. De maiz se sacan
unas 2,400 fanegas de 36 arrobas, que se expenden en el de­
partamento y en el de Piura.
Esta y La Viña son de las pocas haciendas importantes
que no tuvimos tiempo ni ocasión de visitarlas. Los datos
que apuntamos, aunque fidedignos ahora seis años, son los
únicos que podemos consignar. Es de suponer que hayan
progresado de entonces acá, como ha sucedido en todas las
demás.
Tiene una toma en el rio de La Leche que atraviesa la
hacienda, teniendo derecho á la cuarta parte del volumen de
agua que conduce al pasar por la toma. No hay mitas.
Los braceros son colonos del mismo fundo ó contrata­
dos en Catacaos y Motupe por medio de comisionados, quie­
nes perciben 20 centavos por tarea de cada peón. A los en-

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ganchados se les abona S. 1 al día, fuera de los 20 centavos
que se pagan al contratista.
Verifica sus trasportes por medio de acémilas, y para el
% servicio interior hace uso de carretas.
Hay los siguientes caminos carreteros: á Chongoyape
de 66 kilómetros; á Motupe otros tantos; á Ferreñafe de 38 y
medio; á La Viña de 27 y medio; á Mayascón, de Chota,
de 22; y de 33 á Jayanca, Pacora, Illimo, Túcume y Mo-
chumí, caminos directos.
La casa es de construcción sólida y bien distribuida. La
ranchería parecida á la de La Viña; y su población de 400
habitantes.
Los cercos son de talanqueras y ramas, y su ganado el
que sigue: vacuno, caballar, porcino, cabrío, lanar, asnal y
yuntas.
En esta hacienda se encuentra el mango padre del Pe­
rú, mandado traer de la India por D. Andrés Delgado, á cos­
ta de grandes sacrificios, á principios del siglo pasado, pues
entonces las mercaderías sólo eran traídas hasta Panamá.
Vinieron dos macetas: una de ellas fué trasplantada en la
huerta de la hacienda donde existe hasta hoy; tendrá una
altura de ocho metros y de doce á quince el diámetro de su
follaje, cayendo las ramas casi hasta el suelo, formando una
especie de habitación de lo más agradable. Los propieta­
rios del fundo lo han cuidado siempre con gran esmero, al
extremo de apuntalar sus ramas para que no se destruyan.
De este árbol se han sacado las semillas para todas las plan­
tas de mangos del Perú y del Ecuador. Como dato curioso po­
demos citar el hecho de que bajo el lindo follaje de, este ma­
jestuoso árbol, se verificó el matrimonio del señor Juan del
Carmen Delgado con doña Mariana Delgado, ambos cqntra-
yentes de la familia de los propietarios de la hacienda. (1)

(1).—Este dato nos lo suministró, entre otros muchos, el ingeniero D. Elilogio


Delgado, presidente de la Sociedad Geográfica de Lima, cuyos antecesores fue­
ron dueños de este fundo y él mismo oriundo de Lambaye<)ue. El mismo señor
Delgado tuvo la amabilidad de revisar y corregir esta monografía, muy minuciosamen­
te y con gran interés.

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