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La mediación, una oportunidad para optimizar el tiempo en la

resolución de conflictos

Por: Enrique, Vanesa Gala


SUMARIO: 1. Introducción. – 2. El conflicto – 3. Una breve distinción entre mediación y
negociación. – 4. La negociación: una práctica cotidiana en nuestras vidas. – 5. Las dos caras de la
negociación. – 6. La mediación y el abogado.

1- Introducción
La negociación y la mediación son dos métodos que se utilizan para gestionar los conflictos entre
las personas, antes de llegar a los tribunales. Si bien existen otras alternativas para resolver los
conflictos, en el presente artículo nos abocaremos solo a estas dos.
En los últimos años se ha visto un crecimiento notable en el uso de estos métodos como
consecuencia de la crisis del sistema judicial, lo cual ha quedado evidenciado no solo en Argentina,
sino también en el resto del mundo. Esta crisis judicial se identifica con juzgados sobrecargados,
lentitud en la resolución, y a veces falta de transparencia en los procesos.
Los métodos alternativos de resolución de conflictos resultan mucho más eficientes para las partes,
ya que es de gran ayuda para estas por el poco tiempo y dinero de consumen en comparación con
los procesos judiciales. Cuando cualquiera de nosotros tiene un problema, quiere una solución
rápida y no una que tarde tantos años, provocándose así un desgaste en las personas haciéndolas y
hasta, en algunos casos, desistir de la acción.
2- El conflicto
Es menester, previo al desarrollo de estos métodos, detenernos un momento en analizar el contenido
del conflicto, que al fin y al cabo es lo que venimos a solucionar con estas herramientas alternativas.
Podríamos decir que el conflicto como definición es la divergencia percibida de intereses. Se trata
de una divergencia ya que las partes perciben algo distinto, y esa percepción está relacionada con
cómo lo concibe cada persona, es decir que existe una cierta incompatibilidad. Para poder llegar a
el, es importante aprender a separar a las personas del problema y para ello debemos separar los
siguientes elementos del conflicto:
I. Las personas. Las personas tienen determinados intereses, problemas, culturas,
vivencias, sentimientos y cada una de estas es particular en cada individuo. Dentro del
conflicto podemos ver la participación de las personas del siguiente modo. Por un lado,
los actores primarios que son las personas que tienen directamente comprometidos sus
intereses en la disputa. Por otro lado, los actores secundarios, que son aquellos que van
a tener cierta incidencia en los actores primarios. Y, por último, los terceros que son
aquellos que están avalados por ambas partes y participan del conflicto colaborando (de
acuerdo a su intervención podrán ser persuasores, disuasores y facilitadores.
II. El problema. Es lo que intenta dar respuesta sobre de qué se trata el conflicto. Está
compuesto por tres aspectos muy importantes, las posiciones, los intereses y las causas.
Las primeras se identifican de manera antagónica, son contrapuestas, es el pedido que
hace la persona. El segundo aspecto es lo que habitualmente no se observa de manera
fácil, es el para qué los actores piden lo que piden. El tercer y último aspecto, la causa,
es aquel donde de alguna manera se puede ver dónde está basado el problema.
III. El proceso. Este proceso es variable, los conflictos no son estáticos, ya que dentro del
mismo se puede observar una escalada en la cual se incrementa la tensión entre las
partes pudiendo hasta llegar a haber situaciones de violencia entre ellas y es lo que hace
difícil pretender resolver de forma colaborativa, puede llegar a aparecer una especie de
estancamiento ya sea porque se resuelve o simplemente porque se abandona y, también,
una desescalada en la cual la tensión va disminuyendo.

3- Una breve distinción entre mediación y negociación


Para poder desarrollar de una forma más clara ambos métodos, considero prudente resaltar algunas
de las diferencias entre ellos.
La negociación se trata de un proceso realizado de forma directa entre las partes, sin la ayuda de
terceros, es un informal, no estructurado y no necesariamente implica la existencia de una disputa
previa. Por su parte la mediación, en un proceso en el que interviene un tercero neutral que ayuda a
las partes a negociar, el mediador no aquí no impone una decisión, sino que justamente interviene a
los efectos de llegar a un acuerdo consensuado en el cual ambas partes resulten “ganadoras”.

4- La negociación, una práctica cotidiana en nuestras vidas.


La negociación, aunque no tomemos nota de ello, está presente en lo cotidiano de la vida de todos
nosotros. La podemos encontrar a diario en nuestras relaciones de familia, laborales, contractuales y
demás actividades en las cuales tenemos un vínculo con un otro.
Para que exista la negociación no necesariamente debe haber una disputa previa, pueden existir
intereses comunes que en algún punto son opuestos y se desean aclarar determinadas cuestiones al
respecto. Esta negociación cotidiana está basada en la comunicación, la cual puede ser oral o
mediante comportamientos, de forma voluntaria o no.
Esta es la manera más genérica de caracterizar una negociación, y de estos intercambios tenemos
diariamente muchas situaciones informales que van desde, por ejemplo, acordar decisiones con un
vecino, hasta llegar a negociaciones que consideramos más formales como la de negociar el valor
de un alquiler.1

5- Las dos caras de la negociación


Este método no presenta una sola manera de llevarlo a cabo, dentro de él y de forma más distintiva
podemos encontrarnos con sus dos caras. Por un lado, la llamada “negociación competitiva” y por
el otro la “negociación colaborativa”.

1
Resumen sobre negociación de la Dra. María Elena Caram
Generalmente, las personas en controversia tienen posiciones asumidas respecto a cómo quisieran
que el conflicto se resuelva y ven a la negociación como un choque al que van con actitud defensiva
o agresiva, lo que condiciona la utilización de un esquema competitivo. A pesar de ello, con otro
criterio más colaborativo se puede lograr pasar de las posiciones a los intereses de las partes que
subyacen bajo éstas, generándose así opciones que permiten llegar a una mejor solución del
problema.
En el estilo competitivo el negociador está más arraigado en las posiciones, es decir en sus
intereses. Su objetivo siempre va a estar basado en el interés propio y no pone atención en lo que
quiere la otra parte. Aquí podremos notar que hay una actitud persuasiva, y que la interacción es de
tipo adversarial, donde las partes están completamente enfrentadas y solo buscan salir victoriosos.
Del otro lado nos encontramos con el estilo colaborativo, donde se tienen en consideración los
intereses de ambas partes, es decir, se intenta que ambas logren de alguna manera satisfacer sus
intereses, en mayor o menor medida. Aquí se intenta cuidar la relación entre las partes y
comprender que del otro lado también hay alguien con necesidades que satisfacer.

6- La mediación y el abogado.
La mediación se trata de un proceso estructurado, no adversarial, el cual comprende determinadas
etapas y en la misma interviene un tercero imparcial, quien interviene solo con el fin de ayudar en la
comunicación entre las partes para resolver el conflicto de forma en que las partes queden
satisfechas.
En este proceso el mediador no emite decisión alguna, solo colabora para que ambas partes puedan
comprender el punto contrapuesto de sus intereses, de manera tal que se llegue a un acuerdo
voluntario de forma mucho más expeditiva, logrando la maximización del tiempo y de la economía
de ambos en comparación con lo que significaría recurrir a los tribunales. Además de ello se trata de
un método colaborativo y de autocomposición, es decir que son las mismas partes las que arriban al
acuerdo, y cuando esto ocurre se cumple de manera mucho más espontanea en comparación a al
cumplimiento que se da cuando la decisión la emite un tercero, por ejemplo, en un juicio.
Por otro lado, se encuentran aquellos abogados que asisten a las partes y es esta tarea sumamente
importante, ya que no si este no cuenta con un perfil colaborativo será muy difícil lograr el acuerdo
que se busca en este tipo de procesos. Muchos de ellos “creen estar participando de un proceso
judicial o de un minijuicio donde tendrán que vencer al oponente mediante su protagonismo” 2, claro
está que de acuerdo a la enseñanza que reciben los abogados en las Universidades, eso es lo que
tiene que hacer, entrar al campo de batalla y como sea, salir victorioso. Pero en la última década ha
habido un cambio de paradigma al respecto, por lo que el rol del abogado debe virar casi que 360°
para poder obtener la “victoria” en este proceso, pero sin este tipo de actitud confortativa, ya que lo
único que conseguirá es no lograr ningún acuerdo y terminar en los tribunales, que es lo que
justamente pretende evitar este método.

2
“El rol del abogado en la mediación”. Patricia A. Veracierto. www.metodosalternativos-arc.blogspot.com”

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