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Núcleo – Táchira
Profesora:
Con dispensa del obispo, el niño Bolívar fue bautizado en su casa natal por
su tío el padre Jerez, con los nombres de Simón José Antonio de la Santísima
Trinidad (a los nombres de antepasados se sumó el de la Trinidad, la
advocación de su capilla en la catedral). Fue su nodriza de leche doña Inés
Mancebo, esposa de Fernando de Miyares, más tarde gobernador de
Maracaibo y gobernador general de Venezuela, una dama cubana, vecina e
íntima amiga de doña Concepción; en 1813 Bolívar recomendará al gobernador
de Barinas: "Cuanto Ud. haga en favor de esta señora corresponde a la gratitud
que un corazón como el mío sabe guardar a la que me alimentó como madre.
Fue ella la que en mis primeros meses me arrullo en su seno. ¿Qué más
recomendación que esa para el que sabe amar y agradecer como yo?" No
obstante, su ama de cría fue la esclava negra Hipólita, de la hacienda de San
Mateo; Bolívar, en carta a su hermana María Antonia, dice lo siguiente en 1825:
"Te mando una carta de mi madre Hipólita para que le des todo lo que ella
quiere; para que hagas por ella como si fuera tu madre: su leche ha alimentado
mi vida, y no he conocido otro padre que ella". Al lado de Hipólita estaba
también la negra Matea, niñera del Libertador, apenas diez años mayor que él,
para atenderle y compartir sus juegos; vivió largos años en San Mateo, donde
presenció el ataque de José Tomás Boves a la hacienda y el sacrificio de
Antonio Ricaurte en 1814, y entró del brazo del presidente Antonio Guzmán
Blanco cuando los restos del Libertador fueron trasladados al Panteón Nacional
de Caracas en 1876.
Por lo demás, el niño Simón siguió los pasos que la tradición hacía esperar
para un infante la aristocracia venezolana. A los trece años y medio de edad
inicia su formación militar y el 14 de enero de 1797 es nombrado cadete en el
Batallón de voluntarios blancos de los valles de Aragua, que había comandado
su padre. En su hoja de servicios de fin de año se califica lo siguiente: "Valor,
se supone. Aplicación, la demuestra. Capacidad, buena. Conducta, ídem.
Estado, soltero". Bolívar es ascendido al grado de subteniente y, como tal,
tiene derecho a lucir su elegante uniforme azul con sus leones y castillos (que
en España costaba veinticuatro reales) y su espada. Este grado, obtenido el 26
de noviembre de 1798, llega con la plena adolescencia de sus quince años
como un certificado de libertad. No han transcurrido seis semanas completas
cuando el joven Simón se embarca en el navío de guerra San Ildefonso, que
zarpa hacia la metrópoli con escala en Veracruz, haciendo realidad el mimado
sueño de viajar a España.
A fines de junio, el tío Esteban escribe al tío Carlos: "Llegó Simoncito tan
guapo después de haber estado en México y La Habana que aunque no tiene
instrucción alguna tiene disposición para adquirirla; gastó en su viaje no poco,
llegó derrotado y ha sido preciso equiparlo nuevamente". Un año después
informan al tutor: "Este niño lo tiene Esteban muy aplicado y él sigue con gusto
y exactitud el estudio de la lengua castellana, el escribir en que está muy
ventajoso, el baile, la historia en buenos libros, y se le tiene preparado el
idioma francés y las matemáticas". En Madrid, el Libertador de seis naciones se
aficiona a la lectura y quema las mejores tardes de su adolescencia en las
hojas de los libros. Ser héroe es su futuro.