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Los bienes lerrenales del homb1e

Edición caslllllara: l~ r a Nacional de Coba. 1961 : en Colanbia: Edilorial La


Oveja Negra, uia., abrl de· 1972. (Se dla por esia edic::ión.)
(Tí1ulo original: Man's Won:lly Goods. The HiSIOly Ol 1he Wealh º' Nalions. 1936.)

En el Prelado, el au10r e~lca el p,g>OSllo del libro: - es u111 len1atiVD parn


e~ar la hostona con la IIIOfia eoonómc!.J la 1eoi1a eoonómca con la hlSIOrla •
11). 9) . Es un inIenIO de relacionar una y OIra, mostrando la lnIma unidad que se da
en1re las dos y la mu1Ua dependencia que IIUISlran en IDdo momento. B libro no
es • una híSloria de la ecOflOmla ni es una hisIoria del pensamlen10 económico,
sino una pane de ambas. ~ 51l!ra a &1'11!.icar. en lér ·nos del desarrollo de las
,lnsbll.lelooes--F99nó<DC8$, ¡por qué aertas doclrinas sur1Peron en un manenlO
delermlnado, cómo wvleron su origen en la misma oonlexlura de la vida social y
cómo se desarrollaron, luefOn modllk:adas y ftnalmente desechadas cua,do el
dile/lo de esla oon1BX1ura lue cambiado- (ibld.).

~~ Se hace aqul un anátsis del siS1ema de posesia, de la berra en la epoca_¡


leudal sos1eniando la leSis de que • la sociedad feudal cons,stía 91Lestau e:il
~ ses, déngos guerreros r lraba¡"tf¡~ con eslOs úllmos al servicio de las dos
pnmeras, la eclesiásllca y la ml 1tar. lo enlendló por lo menos ura persora que
vivió en aqueta época y que lo oomen16 en esla lorma 'Para f'I r':el&10 y el
dér1go, ha de vivir quien haal el rabajo'• (pp. 13-14).
Dlranle loó:> el capitulo se nsisie en la lnjusaa sluación a que se ve sanetido
el síeNO: menos malratado, es 119fdad. que el esclavo de OIros siglos, pero, de
IOdos modos, desposado de lodo den!Cho personal.

Se narra. de una manera somera ~ sendla . .el c:agpo poerll<lo en la;yEjl


[!eudal con el lncreo,enio del comerao Sl. en un principio, el leudo era
autosolldente, poco a poco -4lOO el crecmil!nlo de la pol:)laci6n- va haciéndose
mecesario buscar productos que no se tienen en él ~ ace asl el fn1ercamblo ele
cosas por oosas: .el_ d,nero. aun . se. eq,plea,. poco iYa_sorg~ entonces la
acllVldad comerc,al, en lo cual illl~ mucho un hecho importante: las Cruzadas
Que con sos grandes mov,m1en10S de personas de loda lndole. van creando ai
Interés Pot,Joa obtetos de orraa¡ eg,ones
__y ace asl un género especel de persooas. los comeroanles. que se encaiíííiii)
de_poner las mercwicias cerca de los l~es de consumo Un núcleo imponanie
en el Med11erraneo lo conslltuye Venecia. que fue -<:lioe el aulor del libro- una de
las ciudades más beneficiadas por las Cruzadas. Al crecer el come,oo se
neoesano eleclUar las ltansacoones con mayor agl1dad· el dinero adcJ,11ere u
~ Ll!!J><>ftar1~ nace entonces el cambista o - cambiador• de dinero

Can el auge del comercio crece la poblm:lón flotante, espedalmenle en punlDS


neurálgk:os de confluencia de caminos y desembocaduras de ríos. Esta población
se va agrupando alrededor de la catedral o de los sectores 10111ic ar'-os
lamados buro9s . Nace enlonces el tauburg o • fuera del burgo• donde se
l)Slillllban.,los . comerclanles. v~ eros eJa.somllfa deL burgo Poco a poco •
organiza la vida del tauburg, ae foltillca &amblén y se conslluye en .!9!!
QmaNZado y con vtla propia . Van naciendo las dudadei;_la movlidad del d1..Írol
~~~nta el comercio y las relaciones se l'ecen mas aglles_,_y l~ses:0.., 111,.~
l!fD a,,, sa,,.,., ,i ,m.,.,,eo mrre mee '09 H: 1
f ron10 los comerdanle~uleren lener,le,esy(1plas y se van organlwldo nm
y més. Se puede hablar entonces de una sucesiva Independencia. de una lbef1ad
conquistada paulatlnamenle de la rigidez esdlVlzanle de los leudos.
Mas larde ae fueron organizando, dentro de estas ciudades - tuera del burgo•
los gremios, ~ n un slsiema duro y cenado con1r11 q.i1enes no peu eoeclan il,
Tales gremios J,CI fueron hacendo cada YBZ mas fuertes'. hasta lll!ga, caí a
dominar en las cludade~ l~ando a iener una gran 1!1luenoa en lo que entallo
eran los sel'lores teudalei[}En II p,w,., penoclO leudal. la uerra 101a era
de la r1q141•e t4e un hootlla 0.1p,itt da le 8"1)811110n del -
una nueva ciase de IIQueza la del dinero En aQOe4 l)ef10dO teudel
dnero habla sido lnlC1NO, hJI), •n fflOll'fflMO ahofa .. hizv aáNO. ""'°· fluido
En et ?audal!IITIO los c:l6r11JOS y los guen'etot que poeelan le lena esaebln en
~amo de te IICala IOClll llhllaldo e aapanau del traba,O de loa • - -
pu- Hllbar en al o4rO 8JC!remo dll onlll1 soeiel Ahora un nua-.o arui:111
~ la dale media, que :::t:s:a•a de ocra manera. OOff1Wando r -MMtndolll
En et penooo feudal la po1e1on de la 1erra. unca ~le de riqueza trajo al
la nableu et Poder para gobemal O ¡wl4S. la posesión del clne,o llüllMIJ
•• de ""..... dl9 una PWlrrt""'.n ffl PL
r:-!'!• ff!! 52.53¡J
Ce,, el "'.eremento del come100. el dinero lue ad,qumendo una mportan~
6Ída vez mayorlJya que permitía hacer negocios con agilidad. Por este molivo
troduoenct> la coslUmbre de , Ir P.!.." tado.5!1nero con el Ion de hace
os ven1~ , pnrn. el comercante
sle nuevo s,stema da lugar al 1n1erés que se paga por el préstamo de una
canUdad de d,neroLEn la é-poca le<Jdal. quen ped1a p,estado algo. lo haci a por
absoluta necesidad personal tnmed,ata oobrar nteres era enllOnOH eb11e•. ~
t:,;-~•en 1u ge 1atglft!f
de alguien· se conSldelabl como usura y se condenltll en 111&

n el trañSJto hada la 110miahza06n del nter61\ Ji!


~lña de la l11tesia ~
man1lene igual la usura es pecado Pero. pooo a P'()CI:!, se va avanzando en la
slderaoón del fl81¡ocio del dmeto, ce,, lo cual ,se CO!r4)fende que quen ;;..:;¡
eslaci'.> ntenta hacer una ganancia con ese dinero Por lo cual. un 1n,;;;;~
erado se vuelve ~lcamenle. lloto y a~tado por, lodos· por las leyes clvile~
s eclesiástcas

En este capitulo se narra el p,oceso que Hubennan llama de la Jberacoón de


carrpesno de su anligua v da de esclavo de los senores feudales. V ánáliZá ó61hó
se va haciendo -'f, por tanto. va aumentando su valor- el produelo 11grlcola y.
oon~ulentemente. la lierra. El caff1)esinado va con,irendlendo esta mportanc111
y busca librarse de 1ener que trabajar para su seflotLMuchos emoran y alquilan
berras: otros logran que se cambie el sistema y se les dejl! trabajar en los antiguos
leudOS,...!l,()...oondiOOleS más lavorables
La__geste -9\!S. asOIO Eur~ en la m ~ del sijt_o Xl v' y diezmó brutalmerte la
poblacl6n hizo escasear los brazos trabajadores. que se valorizaron más. l.JJego
en el mismo sigo. se produjo la revuelta de los campes,nos aunque tue vencida ~
muchos lueron condenados a muerte_,__la causa del CB(!J)9Snado ganó rrucho on
erza y eriposioónj

La artesanla va dejarldo de ser algo casero y local para convenirse en un


asunto comeraal. Aparecen tambtén los IJ&ffllOS de artesanos y se van
dl erenciando poco a pooo los nrveles ¡ aes1r0s_ aprendlces . y ale os
lormándose de esle modo las dases soclale al mismo den,io que les pug,as en
busca de pnvfleglos o tratando de evitar las Injusticias de lu clues superiores.
Las dues mas pudientes se organizan par a presionar a los más pobres
éstos se organtz.an para defender sus derechos ~ la lucha de dases como u n
oceso oecesano,
En esle CIIJ)IIUlo se QuIere .descnbtt.,eLon:1er¡_ de! podeu ea.ly ,del_sentrnleiiij
X'LJ
.[l&QQnOiSIS 81'1 el SIQIQ
....,Picroooni,,, c;omeri;,alctae,;>n obl•gl! a lo$ mercag,res \ seytegor $1.1$ nogQC;ioi
contra bandidos y asatantes1..;=Qeneralmenle. dice el auto, , J!':0VenenIes de los
pequer'os_grupos armados de los sel\ofes leudaler, y entonces se re<:lama un
poder certrat. con mejores medios y armas para defender et derecho al lbfe
comercio: SL'l>ll la necesidad de un ~
Con el poder real. cuyos ejércitos son p,olesionales y necesitan ser pagados a
ato precio. el monarca llere neoesldad de acudir a las iasu económicas y a
présurnos da los comerciantes . El 8ulOr presenla aqul a la Iglesia como otro
poder que entra en pugna con el rey. por dividir la leallad de sus súbditos y por los
tributos que se enviaban a Roma (p. 109).
CAPITU.O VIL- 8 t-omb<e rico
Es una desaipcl6n sucinta de un periodo de la historia que C0111)1ende
aproximadamente los siglos XIV-XVL Se narra el 111.jo, cada YBZ mayor. de la
actividad comercial. la devaluación de la moneda, la a~laclón de las rulaS y la
búsqueda de ruevos campos pa,a el negocio del dinero y de los bief'les, fungibles.
Aparecen las i,al'ldes col1"4)8ñlas de comerciantes asociados para an-.,llar su
~ d y aume<1ar sus Ingresos. Con tales empresas surgen tantllén las
!1(81\des forlUnas, y de alll se der;,,an las lnlllenclas nolables de financieros como
bs Peruzzl (1300). los Médicl (1440) y. el grupo más polente. las Fugger, que
tuvieron mucho que - en el desarrollo de ta historia europea. B autor atrbuye,
por eje~o, a la ayuda económica de lacob Fugger (banquero alemén) el lriurlo
de Carlos V de España sobre Fral'lclsco I de Fral'lcla para ceñir la corona del
Sacro Imperio Romal'IO.
CAPITULO IX.- Poble. mel'ldigo, ladrón
El flu(o del diooro, de manera muy espedal con el desaJbllrriento de América y
la explotación de las minas de plata y oro por parte de E.spafla. con la consiguiente
expansión de dk:hos metales por el resto de Europa. produ(o una subida da
p,eclos escalldalosa.
El dinero 8f11>8ZÓ a olrll()8rse más y a vur menos. Como siempre. sufren los
asalariados. los que llenen ure pensión f ja: porque nunca el salarlo crece al ritmo
de los precios. •Pata el obrero esto signilcaba o eslrecharse el cinturón o. al 1'10.
llchar por mu altos jornales con los que afrontar la carestla de la vida . y 1'10
hacerse un me-ndigo. Las tres cosas OaJrrieron como resultado de la revolución de
bs precios• (p. 138).
Los mendigos aumentan desmesuradamente, conwrtldos a YBCes 111
merodeadores y salteadores. que han quedado a la orlla del camino de los
señores del dinero: los comerciantes.
La tierra alcanzó tani)jén un vabr más alto. tanto en la ei,:plolaoión agioola
como -pecla)nente al aumenta, el precio de la lana- en la crla de oYejas.
Nació la lnslluclón del oercact> de lu propiedades . dnalojllndo de ellu a tos
agriculo,a y anenclatarios. Se comelieron verdadenla ln)Jsliclu, lal como
apa,ece, po, ejemplo. en el slgulenle lexto de un sennOn del obispo Lálme, ante
los cortesanos del rey Eduardo VI : • V0$0tros, len'atenienl8S. lotes antinalJrales
que &menláis las rentas. ya tenéis por westras posesiones cada año demasiado
(... )• (p. 143).
Las leyes civiles también Intentaron reprimr tos abu101. pe,o no -.ieron
cun'C)lldas. Y. como sieff1)(e ha ocurrido. cuando los campesinos se rebelaron y
!retaron de uchat contra lu situaciones ln).11181, fueron castgldos ,-.mente.
Otu6rvese un lmpottante cambio en elle periodo. LA vieja Idea de ~ la
inportancia de la tiena estaba de acuerdo con la cantidad de trabap en ella. habla
desspa~. B desarrollo del comercio y de III lnduslria y ta reYOluclón de tos
precios hablan hecho el dinero más lmponante que tos holmres. y la tiarra era
considerada ahora como luente de Ingresos. Las gentes hablan apreo:ldo a
!retarla cerno tralaban a III propiedad en general. y se oonvillió en objeto de
especulación. que se veodla o se C0"1>faba para ganar diiero. B movmiento del
'ce,cado' cao l9Ó muchos sufrimientos. pero exlendló las posibilldades de mejorar 111
agriculura. Ciando la Industria capltaliSla tuvo necesidad de obreros. encOf'lró
pat1lll de tos que demandaba en 9CJJ9ll0s lntonunados desp(l seldos de sus tierras.
que ahora sólo tenlan su lrabajo como medio para gararse la vicia• (p. 145).
CAPfTULO X.- Se ne<:e$lta ayuda hasta de nlllosde dos al'los
Ca, la eiq>ansi6n del me,cado aparece una figura nueva. Es el inlermedlarlo,
que reemplaza al pequeoo fab<lcanle en la consecución de la maleria prima v en
111 venta del producto manufacturado. Surgen asl las pequeñas lnduslrias
doméslicas. en las que trabajan casi loáls los de la c•a -hasta los ni/los- para
producir mU y entregar más a quien ha puesto la malena prima. Rs clben un
salario po, ta manufacllra. El i1termedlario se oonvielle. cada vez mU. en el
duello de las oosas· es el capjtallata, para quien trabajsan tos anesanos como
metOS asalariados.
El capltallSla va ganando inpollancla a medida (J.le el me.cado aumenta y
aeoe la explotación de asminas, en las que se requiere la Inversión de fuefles
sumas de dinero.
En el sigulenle esquema resume Huberman las suoeslvas etapas de la
organización lnduslrilll :
•Sl.-ma de ta casa o de la famlla: Los miembros de la familia producen
alll cutos para su prop,o uso. no para la wnta. El trabajo no era para abeSleee- i,i
men:ado exierior. Tlef11)0 de la Baja Edad Media.
•Slsaema de tos gremios: Producción real zada po, maestos indeperdlentes.
en'C)leando dos o tres holmres, para un mercado exteriof. pequeoo y estable. los
obreros poseían las materias primas con las cuales trabajaban y las heffamienlaS
necesarias parw 1'8baja• 1110 veodl an ul su labor, sino el producto de élla. Hasla
et Anal de la Edad Media.
•Sislema doméstico (de putting-ool) : Producción realizada en el hogar para
abaSleeer un credenle mercado exlerior, por maestros artesanos con ayudantes,
como en el Sisiema de los Grerrios. Con eS1a importante dlerencia: los maest.r os
no eran ya independlenles: todavla eran dueños de sus herramientas, pero
dependlan, para las mateñas pñmas, de un empresario. que habla aparecido anlre
elos. y el consumidor. Ahora YBnlan a ser simples asalariados, trabajando por
plez a.. Siglos X:V 1, XVII y XVII l.
• SISlema tabrt : Produoci6n para un metcado Gada YBZ més amplo y ll~ante.
realizada tuera del hogar. en los edificios del patrono y bajo esll1cta supervisión.
Los obn!ros han perdido oo,1"'1111rnenle su Independencia: no poseen ni la
materia pñma. como bajo el Sistema de los Gremios. ni sus herramientas, como
bajo el slSlema doméstico. La pericia no es tan Importante como anleriorma,te.
por el creciente empleo de III maquinaria. El capital se haca més lmpollanta que
nunca. Siglo XIX hasta nuestros d ías• (pp. 154- 155).
No es. aclara
el aulOr, una dlvill6n pertecta. Cada etapa aparece cuando la
otra esti vigente
y permanecen slmultineas duranle mucho tial1'4)0. En un pala
una se adelanta a la otra .... y IO<lavla an asle siglo XX pervlYBn algunas de -
lonnas en determinados sistemas de los pafses Industrializados.
CAPIT\JLO XI.- Oro. i,andeza y gloria
Se narra en esle capitulo. de un■ manara aquemédc■, al proceso de la lucha
por el anricJ¡ecimlenlO de las naciones. El nulll/0 concepto de naclonlildad
IUl!k~ en lol s!glos XVI y XVI . , de d udld,
Al nacer al Estado como conc9J:lo polllk:o. surge tambl6n al concepto de
Estado acorómlco. Lo qua hace neo a un pala es al oro o la plata que pueda
tener. Se crean antor.:es leyes de p,ol8Cd 6n y defensa da aslOs metales. Donde
no se li- n, se busca cómo lograr los. Los economistas acuden entonces a la
lndus-1a: hay que fomentarla, con el fin de YBnder a otros palses sullclenles
produC1os y asf recibir en plata y oro el precio de lo qua se venda.
Se subsidian las Industrias.; se ponen trabas a la lntroduocl6n de productos
manufacturados y se busca una balanza come,cial lo més llrme posible. Enlrll a,
pugna entonces al Interés de los d,ll'BfSOS palses por sus productos. s us medios
de transporle, ale .. debldo a s u Idee de qua hay una ralad 6n dlrada an1re la
produod6n del propé) pa(s y la dlsmloodón de III del rival.
Ello conciJca lnexorablllmante a las gue,ras aoon6mlcas, proyoca.das por los
me«:.,tilSlas. que -<0n razonas valaderas- hacen de sus propios ntereses
come,d ales un inler6s nacional. Huberman hace suya una frase del arzobispo de
canteft:Jury an el aro 1690. como resumen de todo el capitulo: • E n 10das las
contiendas y disputas que en los úllimos años han sobrevenido en H1a esquina
del muncb, he encontrado que aunque la iniencíón ha sido buena y esplrik.ial, la
postrara finalidad y YBrdadero prop6si10 fueron el oro, la grandeza y la glaia
sea.,lar• (p. 175). E l autor. que a lo largo del libro presenta a la Iglesia. como gran
alada del capltalsmo. no duda en utilizarla -<:Uando tiene ocasJón- en apoyo de
sus l8sis.
CAPITULO XIL- 10ejlldnoshaoer l
El exceso de lnlerés de los eslados en II sociedad mercantil produjo no sólo el
sislema de subsidio ya anotado, sno que fue creando un lnlefvendonlsmo
exagerado. Los negocianies se dlson Cll9ftta de las limitaciones y clamaron por la
lbenad del mercado. En todas parleS se esbozaron teor1as que lnlenlabal
demoslrar que el Interés del pals no es1rt>a fU1damentalmenle en la cantidad de
oro y plata de que dl11pooga. sino en el Incremento del nten:amblo conlefdal.
Uno de los teóricos mu l"'C)Onanies de este peflodo es Adam SITith. cuyo
lbro La riqueza de las ~ se cMStilJy6 en la bt>lla del horrbte de negocios
que pedl a lbenad. En él explca que lo más l"'C)Onante para el negocio -y, por
tanto, para el pals- es el aumento de ta productividad sil restricciones. ESID se
logra mediante la dl víslón y la especializadón en el l'abajo, la cual aumenta o
disminuye de acuerdo con la extensión del mercado. El mercado, a su vez. se
extiende !'esta sus m6Jámos llmres medlarce el comercio tbre. Por cons19,,lenle,
el oomercio lbre trae el aumento de la produdlvidad y lleva al en~imiento de
la nación.
El grito de i bertad ~aíssez falre- ha sido dado por los cap,tallslu. que,
haciendo respetar la pn>piedad privada awno algo sagrado, qulsen producir cada
vez más a menor costo y as/ obtener un excedente -sirplus- que haga rentable
en abundancia sus lndustres.
Los llslócratas. con su convenclrTiento de CJJ8 el origen de la rqueza eslll en la
naturaleza. hablan dado al comerdante y al lndultrial la Idea de que el cap,lal
debe producir no sotanente el precio del trabajo del asalariado, sino también ese
excedente que la agrcurura da y que la induSlria Igualmente deberla dat al duello:
esdecr. al capitallsia.
CAPÍTULO XIII .- El Yiep orden cambia_.
Es el último capitulo de la primera parte del libro. Se narra en él la situación
social de los habitantes de los palses en ese época del siglo XVII al XVIN,
destacan<b la existencia de 1res estados: el del clero. el de la nobleza y el del
pueblo raso. Oenlro dlll lllfoer estado MI distinguen dos grupos principales: el de
los campesinos y lrablljldores y el de la burguesla del dinero y la cullJra.
Pooo a pooo va fraguándose II acción por la que el tercer eslado -el
absolutamente mayorlario y el menos faYOrecldo siempre- se sacudirá el yugo
opresor que IOdavla. como en la época feudal, lo aprieta. 8 prototipo de esta
época es la Revolución francesa, que es hecha por la clase baja contra el
despotismo de las clases privílagladu y resulta en beneficio de la burguesla.
El resumen lo pr1M111ta el autor con una cita de Karl Marx tomada de El 18
Brumario de Louls Bonaparte:
• Desmoullns, 0anton. Rcbespisre, Salnt.Just . Napoleón. los héroes , oomo
también los partidos y masas de la gan Revolución francesa (.-J. realizaron la
obra de su dla, que no era otra que liberar la burguesla y eslableoer la moderna
sociedad burguesa. Los jacob4nos desplazaron el llefTenO en que el feudalismo
lenla sus r■loes y cortaron las cabezas de los rnagnallll feudales que alll vivlan.
Nepoleór et•eNecio en 'Oda Francia las condiciones que hicieron poslble el
desanollo de la lbre co"1)91encle: la explotación de la p,opledad agr •• despu6s
de la 1)11'1lclón de las grandes haciendas o lalfundios : y que pudleseo ser
en1)1eadas las kJerzas de producción lndualrial de la nací6'1. Más aJIA de sus
fronteras hiZD por d:lquíer una linl)ieza de las instttuciones le1 !dales• (p. 203).
La RevolK:ión fue un ~pe de fuerza en Francia. cien aflos mlls larde del
~ de opi,ión en Inglaterra. oon los mismos resulados. • En Inglaterra por 1689
y en Francia despues de 1789. la lucha por la lbel1ad de men:ado resullD en una
vlclorle de la clase media. El a/lo de 1789 puede enman:ar bien el ftn de la Edad
Media. po,que en 61 la RevolK:IOn francesa dio el golpe de muerie al leudallsmo.
Oen110 de la esll'UClJra de la sociedad feudal de clérigos. guerreros y t•abajpdor•.
wrgló un grupo de clase media. A través de los a/los fue ganand:> fuerza y libró
una larga y dura pelea oonlra el leudalsmo, caraclerizada por tres batallas
decisivas. La prineia, la relonna protestanle: la segunda, la llamada
híslóricamenle 'Glorbsa Revolución' en lnglalllrra: y la leroeta. la Revolución
trn:esa. 1'J ooncluir el siglo XVUI fue al fin lo bastante poderoso para deslrur el
viejo orden feudal. Y en vez del leu<illlsmo, un sistema social di santo, !undado en
el líbte cambio de men:anclas, con el obje1I110 primordial de hacer u1iidades a
expensas del lrlllbajo ljeno, fue Instaurado por la burguesla.
Nosotros llamamos a ese sistema: capitalismo .. (p. 205).
SEGUNDA PARTE
¿ DEL CAPITALISMO A•• ?
CAPÍTU.O XIV .-¿De dónde vino el dinero?
Este capllulo se dedica al origen del capllalismo.
El dinero -e,cplca Huberman- lue udllzado al pmclpo corno tal: para
conseguir lo necesario para vivir, allmen1arse. etc. Coo el advenimien1o del
oome,cio, paulatinamenle el dnero se fue oonvlrtiendo en capi1al: es dlecir, en un
medio de enriquecimiento. mediante la especulación y la explOladón del lrabajo
del asalariado, .a quien ya no se le paga to<i> lo que produce. El dueoo del dinero
~ • el trabajo del obrero, como una mercancla, al precio más bajo posible,
procurando dllener. del product.o que el obrero logra con sus manos. el mayor
rendimiento.
Pero ¿de dónde saca el capltalilla w dinero? La historia muesn em los siglos
XVI y xvn el origen del dinero acumulado: la explotaclál de las colonias
espallolas, holandesas, portuguesas e Inglesas , y de la esclavllud de los negros
del Atnca. Con citas de K. Marx se va .. mostrando• cómo el origen del dinero que
se oonvie1111 en caplal -es decir, dinero que produoe dilero- eslá unido siempre
a la explotacl6n del hont>re a sangre y fuego. Los medlos de produa:lón se fueron
quedardo en manos de la; CJ.M! tienen el dinero. de tal manera que los
desposeldos se wn oblgados a vender lo único que les queda: su fuerza de
lrabajo. para poder malarnen1e subsistir. El pals de mayor incidencia de la
mentaldad caplail11a fue. sin duda alguna. lnglalerra.
Anota Hubennan "-'e al cambio de menlallclad se adapla tan-1>16n la Iglesia.
PefO no es ya la Iglesia cal6llca, que, para 61. pennaneoe unida al sllllema leudal,
sino el naciente p(Oteslanllsmo. que asume plenamente como ley de vida y
camino de salvación el nuevo modo de vivir, con su afán de lucro y
enricJ,ecinienlO.
CAPITULO XV.- La revolución en la in::tuslria. la agricultura y los transpones
Un bfevtsimo capttulo, en el que se dice, en dos palabras, que oon la m"'-'ina
de vapo, se revolJclonó la Industria; oon el culivo de nuevos y mejo(es produdos,
la agria,IIUra mejoró notablememe. al liel11)0 que slrvió para lomentar el
crecimiento de la poblacl6n : y sur~ la necesidad de transpones más ripld:>s y
eficaces. para movlllzar renlablemenle todo lo que ahora se ealaba pn:,ducleudo.
•El eteelmienlo de la población, la revolución de los transportes, la lnduatria y la
agriculura estuvieron Interrelacionados. C8da uno actuó y reaccionó sobte los
01r0s . Estas fueron las luerzas que conalrulan un mundo nuevo• (p. 233).
CAPITULO XVI.- La semll a que.; ,ole,,t,,u, otro la cosechará. ..
La primera pane de este capftulo descrt>e el trato degradanla que los
propietarios de las fét >rlc:as e ndustrias dieron al obrero en la sociedad de la
Inglaterra de los siglos XVIII y XIX: la jornada de qulnce-<liedsél.s horas, el trabap
de los nlr'los hasta el agotamlentD. la p(eferenda del cuidado de las máquinas
sobre el hombfe, etc. Y la Inutilidad de laa proteatas del obrero, pues las leyes .
hechu por loa riooa . lea lavoreclan siemp(I a elloa mlamoa. a expenaas de la
e,cplolacl6n del pobf'o.
Se Intentó buscar en la democnda y en el voto universal una defensa a los
ilte,eses de su da.se. PefO con elo. realmente. no se consiguió mejOfaf su
situación. Los obreros sJguleron enlonces ILIChando por sus lnlllreses y fueron
IOmancb conciencia de ciase. ESle es un paso inporlante. Nace enlOnces el
siSlema de los sildicatos corno inslí'UmenlO adecllldo, tal como lo señala Friedridl
Engels en 1844: • Si la centralización de la población ealinula y lomen1a la clase
proletaria. fuerza el desenvolvfmlento de los obreros aún más r~mtii'fe. Los
trabajadores comenzaron a sentirse como da.se. como un con;.,nto: oonltii\zaron a
pe«:lblr que, aunque débiles como Individuos, forman un poder unidos: su
separación de la burguesla, el desarrolo de puntoa de vista pea¡llar• a los
obreros y con-espoodlenles a su posición en la vida fueron propiciados. Y se
delptii10 la conclencla de la opresión y el trabajador alcanzó Importancia social y
polbca. La.s grandes ciudades aon la cuna de loa movimientos de trabajadores: en
la ciudad. los trabajadores comenzaron a relexlonar sobre su propla condlc:ión y a
uchat contra ella: en la ciudad. la oposición entre el prolelarlado y la bur{JJISla se
manlleslO lnicialmen1e: de la ciudad proceden los sindicatos, el canismo y el
socialismo• (p. 255).
Los sindicalOS -sigue Huberman- se convierten en el mejor medio para ~
la ciase p(Olelari■ pueda delendef sus dtiiechos contra la claae op,nora
capital,1111: par a luchar por realizar lo que Percy Bysshe SheHey de9Q iba en uno
de 1u1 poema.a y el autor pone corno •sumarlo de este caphulo sobre la.a
oondldona siguientes a la 1'91101udón lndulllrlal y la respuesta de lee trabajadores
a esas condlclones.
'Hombres de lngla181T8, ¿p« qué anlls
para los señotes QJe os t i - subyugados?
¿Por qué tejéis, con esfuerzo y cuidado.
los ricos uestilos que vuestros lilll IOS llevan?'

'La semilla que vosows semb<•is. owos la cosechan


la riqueza que enoontnll., otros la guardan;
las lelas ,que IIOIOtros lej61s. ows las levan;
y las armu que voso1ro1 fofjál&, otros las usan.

Se111b1ad la semlla, pero no dejéis que el tirano la coseche;


encontrad la riqueza. pero que ningún ll1"4)0Stor la acumule;
tejed vestidos. pero que nlngün ocioso los leve;
forjad armas, pero 9Cllo para lda'las en wesra -delal u l'• (p. 259).
CAPITULO XVI.- ¿leyes nallrales? ¿ De q.,16n?
Ca, dtas de Adan Smllh y de David Ricardo, y algunas tambl6n de Nasaau
Senior y John Sluart Mili, ae q.,iere demollb'ar que estos repesentanlllS de la
economla clásica Intentaron con sus teorlas jUSlilcar el Intento de los patronos de
no mejl(ar el salario de sus lrabajadOfes.
En dichos textos dáslcos de la ecaiomla capílaJIS1a se fundamenta la liber1ad
del comercio y la pugna ablena por una mayor rentabildad. dejando siemp,e al
obrero en la peor condición . La doctrina del Fondo de Jornales -lijo e Inmóvil-
es un ejemplo de lo q.¡e se quiere convertit. por los lraladiSlas de la polllca
económica. en una ley natural de la economla. Si el fondo de jornales de cada
Industria no puede variar, el aumento de lo que se paga a cada ob<ero IOlo podr6
hacerse en base a una dlsm lnuclón del número de obreros.
Dentro del capftulo se hace una bteve refentncla a las teorías de Maflhus sob<e
et ri1mo desmesurado del crecilTienlO de fa población ¡nvísto por él para
lngtaierra. En base a sus Ideas. los economistas cl6sicos argumentan que una
buena parte de la culpa de fa pobreza de tos trabajadores la tiene el aumenlO del
número de sus hijos: elos mismos. por tanlO. son los c:ulpables de su miseria Sl
quiefen mejorar sus condiciones han de disminuir el número de sus hijos. los
p a ~ nada tienen que hacer en10nces para mejoraries su condldón.
Al final del capitulo se da una larga cita de Friedrich Ust , de su tbro Sislema
nacional de Ecaiomla Pofftica (1841 ). en el que se ataca de manera termirente el
sistema del comerdo tbre Internacional Propugna una pro18Cción raclmll serla y
decidida. anles de pennltir que los palles se lancen a la libre competencia.
arla. con lu demás naciones. Es. pues. un sistema nadonal de economla.
opueslO al siSiema lnlemacional : una negación rob.Inda de la lnlaliblldad del
siSlema económico hasla entonces vigente.
Hlberman concluye et cap~ulo con un aulénllco paneglri::o: • La economla
clásica. tan popular e inlluyenle en la primera mitad del siglo XIX. comenzó a
perder algo de sus lllerzas en la segunda mitad. Fueron llet,.,.,. en que
,comenzaron a aparecer lu obfas de un hombre que, aoeplando algunos de los
prindpbs erp ,esios por bs clUlcos, los llevó po, un camino dlferenllt a
conclusiones muy dis•nlaS. Tarrcjén era alemán. Se llamaba Ka11 Man• (p. 281).
CAPÍlULO XVIU .- ¡Proletarios del mundo, unfos!
La primera patle de este capllulo eslá dedicada a Ka,1 Marx.
Ante la explolaci6n de los obnlros, los soclalstas sol\aban con acabar en el
futuro con la sltuadón de Injusticia en que vive el prolelariado. Segun el aulO<.
Man. sin - SUet'lol ulOplcos, da II verdadera rapuesta: no mirando al tuiuro.
sino analizando el pasado para ver cómo y por qué se ha llegado al prwnte.
En el estudio que hace Marx --rundamentalmente en su obra El Cepital-
ínvestige hondamente cómo et trabajo del obfero se ha conWf1ido paulainamenle
en una mercancla, la üni::a que el trllbajadof posee. CJJ8 ha de vender si quiere
subsistir. Pero al venderla resulta que tiene que trabajar mu de lo que su tuerza
,de trabajo requiere para ganar el jo(nal: ese tiempo de mis es la gana,cill que el
propietario redile por el trabajo del obrero: la plL&vaJla. Es decir. 11 prqliellli> se
en~e pnicisamenllt con las horas de trabajo que no le paga al trabajado<.
Hlberman hace et siguiente esquema de las lesis de Marx. resumiendo el
"'ptnooce-..so en tonna de !Me- proposiciones:
- • /IJ sislema capitalista le incumbe la producción de a111culos para la "8flta:
men;a,c;~

- •El valor de ta merc1S1Cía es detennlnado po, el ti8ff'C)O de trabajo


socialmente r>ece 1arÍO Invertido en su produccl6n.
- •El obrero no p::sc, los medios de producciiOn (tierras. herramlenlaS.
16bricu. etc.).
- • Para vivir. et obnlro tiene que vender la unlca mercancla que J)llsee: su
luemi de trabajo.
- • El valor de su fuerza de trabajo. como el de todas las mercanclas. es la
cantidad de 1i8fl1)0 para producirlas: en este caso, la cantidad necesaria para que
et obfero viva.
- •los jornales que le son pagados, por consigulenle. ser6n Iguales a sólo lo
necesario para su manulencl6n.
- •Pero esta cantklad el obnlro puede producirla con una parle de su jornada
de trabajo (menos del t04al).
- •Esto slgnífica que sólo una palle del llempo el oblen> esaaré trabajando
para si mismo.
- •El resto del tiempo de la jomada de lrabajo. el dwen> eslaré lrabajando
para el palr6n.
- •la dilerencla entre lo que el obten> recibe en jornales y el valor de la
men:ancla <1J8 produce es la plusvaVa.
- •la plusvalía o valor exoedenle es para el palrono o pr~e1arlo de los
medios de prodoocló'I.
- •Es la fuenle de fas ullldades, 1n1me1es. renlas. las gana,,c:las de la clase
p,oplelaria.
- •la plusvalla es la medida de III expblación del lrabajo y <1111 hombre en el
slllllma caplúlla• (pp. 293·294).
Pasa luego Hubennan a rlclk:ullzar las leOrías de los llamados soclalstas
1116picos, lales como Robert Owen, Charin Fourier. Salnl-s¡mon, Ellenne Cabe! ... ,
qultnes crelln ""8 111 solución del sirolelarlado se podrla conseguir con la
c:olaboraclón de los burgueses. Marx y Engata se rlen de este lanl"1lco auello.
Al praeta.-do no lo puede aalvar sino el prolelarlado. Ea lnütl acudir a los
sentimlenlos y al bolsllo de los burgueses. El cambio a la nueva sociedad no
vendré por el esluerzo de la c:tue dirtgenle, sino a travts de la acción
reYOluclonarla de la clase 1rabajlldora. • Ouranle casi cua,enta a/loa hemos
lnaillido en que la lucha de ci ■aes es t■ fUerz■ molrlz esencial de le hillDrle y, en
particular, que la ucha de clases en1re III burguesía y et proletariado es la mblme
palanca de la revolución social moderna• (carla a Babel, l.lebknec:h y 01ros
radicales alemanes. escrilll por Engela de ac:i.e,do con K. Marx en 1879) (p. 297).
La expllcacl6n de la lucha de clases como fuerza melriz esencial de la historia
es1i dada por el oonoep10 de hilloria que tienen Marx y Engels. Los
eoonleclmlentos hisl6ricos, dicen, no son cuestión de opor1Unldad ni llocldenlea
sin conexión enn si: no son consecuencia del podef de las ideas ni tienen su
origen en la Influencia de los grandes llonmfes. Todos los cambios ocurridos en la
sociedad son resulledo de las tuerzas económicas de dic:hl sociedad. La
economla, la pollice. et derecho, la retlgl6n, la educación de cada clvllzadón
eslin ligadas. Ceda una depende de 11s ~ y es lo que es por causa de las
Olras . De todas estas fuerzas, la económica es la más I"1)orls,te. el factor básico.
La piedra angular del arco son las ~ qua existen emre los hontlres como
prodUCIOres. El modo de vicia del hombre esté delemllnado por el modo de
produoc:ión que prevalece denlro de cada sociedad en un momento dado.
•Marx lo e,q>one asl: 'He sido llellado por nis eslUdios a la a:ndusión de que
las relaciones legales, así como las formas de los estados, ni podrían ser
enlllfl(lldas por Si msmas ni expl'CN!a• po, el llamado progreso general de la
mente humana, sino (1J8 estén enraizadas '"' las condci:>nes malllriales de 111
vida ( ... ). En la produa:ión sedal que los hombres realizan. ellos entran en
relaciones definidas. las cuales corresponden a un estado delnido de sus fuerzas
malerlales de producción. La suma 101111 de estas relaciones de proó.Jcdcln
oons1•uye la estrudura eoonómica de II sociedad. el verdadero fundamento sot>re
el cual se levantan supereslructuru leg•■s y polhlcas y a las cuales
oonesponden las formas definitivas de la conciencia social. El modo de producción
en la vida material determine el car ácier general de los prooesos sociales, polhicos
y etpirillales de la vicia. No es III con<:itll:il del hombfe t, que delemina su
exlSlencia. sino lo contrario. su exillencle soeíaJ lo que delermina la conc:iencla
( ...). Igualmente. los conceplOS del biel. de la justicia. de la educacil>n. ele . -la
serle de Ideas que cada soeíedad llene-, estén adaptadas a la etapa parkular de
desarrollo eoonómlco que cada IOCiedad ha alcanzado'• (pp. 296-299).
A partir de estas 1eorlas, Mar x y Engels concluyen que el capitalismo ha
surgido necesarlamaite como lucha anlle el sistema feudal. Y que. como
supefllci6n del capitalismo. la sociedad futura será. necesaramenle iambién. la
socialillll. SUl)efllndo la explotación de la mayorfa por unos pooos. con el
.. 8Slabledmlenlo de una nueva sociedad armoniosa en la que la propiedad y el
oonlrof de los medios de produoclón serian transferidos de las msioa de unos
pocos apropiadores capitalistas a las de muchos productores proletarios • (p. 303).
El autor de dicho cambo ha de ser. tiene que ser, el profetariad:>. Y a ellos se
dedica Marx, siendo personalmente el mlerrélro más activo e lnlk.lyeme de la
Asociación Internacional de Trabapdo•'lS (la primera lnlemaclonat). 1undada en
Londtes el 28 de septierrbre de 1864.
Toda la teoria del comunismo queda reducida entonce$ a • la aootidón de la
propedlld privada• (p. 304). ¿t.tedlanle que siÁltma? La revoh.clón. Deffocando
con la violencia todo el orden exlSlenle. En ella los proletariados s ólo v.an a perder
sus cadenas: tienen. en can'bio. un mundo por ganar. - ¡Proletarios de IOdos los
palses , unlos!• • Se debe ertonces e,,..,.ear la fuerza y la sangre llene que correr.
no porque ellos (los revollclonarios) quieran usar la violencia, sino porque la ciase
drigente no cedetia sin ello• (p. 308). La revoiu::lón es. por
tanto. absoh.aarnente neoesaria.
Marx y Engets preyelan el lnmnente hllldlmlento del capltalsmo. Ouerlan
entonoes preparar el proletariado para que -()On su conciencia de c!:sc
recib4eran la historia adoptando totalmente el soclallsmo. .. Entonces. por primera
vez. el horrbre en cierlO sentido esaar• finalmente diferenciado del res.10 del reino
animal y emerg8(6 de las meras condiciones animales de exlstenci• en
condiciones realmente humanas ( ...). Sólo de s¡je ese momento el hombre, más y
más consciaitemente hará su propia historia: sólo desde ese momento las causas
sociales puestas en movimiento por él tendrén en lo prlnc.,al y en una medida
oonllanlemente creci91te los resultlldos que 61 se proponga. Ser• la ucensiOn
del horrbre del reino de la neoesJd8d a! reino de la libenad• (pp. 309-310).
CAPiTll.O XIX .- S i yo pLdler•. anexarla los plllnetu...
Se hace una descripcl6o somera de los grandes 1rust: • cal1ele$• , a:socíaciones
oome,ciatas y combinaci:>nes de llffl)resas para dofrinar la colT1)81encia y
oonlrolar los P4ecios. Igualmente, en el comercio del dinero, lostrust de los
banqueros. con su ¡,ande Influencia. 8 capitalismo del viejo esd'lo se h.aoe
enlOflCes capiuillsmo de nuevo estilo: di! la lbre oompetencla se pasa -después
de 1870- al capilalsmo de monopolios.
Se produce enionces Ian10. se llene 1an10 dinero y se necesilan 1an1as materias
primas, que se debe recumr a una solucioo práctica: nace el inperiálsmo y la
domlnacl6n y •"f)lolad6n M las oolo<liu . Los palaea Industriales. como lngialema.
Eslados Unidos. Francia. Alemania. Italia (...) . buscan colonias donde vender sus
produc101. sus excedenles comerciales: cbnde Invertir su captal IIObfanle y
eJClnter a bajo pn1clo. y sin agotar sus propias reMMII. la materia prima (Jle
neoesltan para abulece, sus ¡,ancles lndulll'iu .
De la e,cplotaci6n del honi>re se ha pasado ahora a la explotación de pueblos
enle!oa.
CAPITULO XX.- El eslabón més débil
Este capftulo también es bl811e. como el anterior. y se puede resumir en tres
parles:
a) El consenso Lnénlme enlre los economislas de que lo que hteresa al
siatema caplaista, po, encina de IOdo. es ganar.
b) La afirmación de que en dicho siSlllma y de manera pennanente se
producen crisis económicas , por lmposiblldad de manlener un equilbrlo constante
entre los diV91SOS laclOfeS de la producción y el mercado: el capitalismo leva. en
su m isma e5encla. la crisis.
e) La conclusión de que sólo en el sistema mardsta es ~ solucionar las
crisis económicas que se pueden plantear.
CAPiTll.O XXI.- Rusia tiene un pla,
Se descrlle el adveninlenlO del socialismo marxista al poder 111 Rusia,
mediante la revolución bolchevique, dirigida po, Lenln. Y el esfuerzo, a partir de
entonoes, por conslrulr una sociedad oomunilta en la que se cambie
lunclamentalmenle el enfoque del caplalsmo individualista. Se tata. dice
Huberman. de •un esfuerzo colecfvo para el bll'leflcio ooledillo. en vez del
esfuerzo personal para la ganancia lndivldual •. Por medio de un sacrificio
descoml.l'lal de todos los rusos ya en 1936 se puede hablar de que los logros
Intentados eslin bUlcam111te conseguidos.
El plan ruso ---ffuberman lo dice de mi modos- funciona mara,llosam111te en
l0doa loa campos. ah posibilidad de crisis, ni de tala de esdmulos para el lrabajo,
ni de peligros para el proletariado: sus compooenl8S opinan y prácticamente
deciden en l0dos 101 proyectos que el Gobierno prq,one al pueblo mediante sus
comisarios locales. Han desaparecido tu ciases sociales y se puede decir que
l0doa tienen responsabilidad en laa declsioMs del Gobierno. Es veldad, eao al,
que se esté exigiendo un sacrificio grande a todo el pueblo. pero se hace
plenamente explicable y tOlerable po, el lulu,o lelz que se p,omete: el peralso ha
8ff118zado ya a lograrse en la tierra.
Y ¿cuál es el fundamento de eslos me,avlllosos logros? Lo explca el aulO!
anies de terminar. M ien1ras se 1110 ibla este capitulo, llegaron notld& di! haber
0
sido lermireda la nueva Consli1Udón de la UASS. la aJ8I no entró en vigor
ínmediatamenle. Primero tenla que ser sometida a IOdo el pueblo. a través de la
Uníón Soviética, para ser discutida, criticada y enmendada. He aqul algunas de las
mU i~anles dispoaicioues del proyecto inicial:
'Mlallo 1. La Unión de Rep:.,bllcas SodaUslas Sovtétcas es un ES1ado
socialista de obreros y can.,esinos-
'Ar1/rulo 4. El fu11danete> eainómlto de la URSS oonsiSl.e en la prq>iedad
socialista de los lnSlrumentos y medios de produocíón. tlrmemente es1abtecida
como resultado de la liquidacíón del sistema caplatisla de economla, la abolición
de la propiedad privada de lol lrslrUmenlos y medios de produoción y la abolción
de la explotaolón del hombre por el hombre.
'Ar11rulo 11 . La vida econdmica de la UASS está del81minllda y dirigida por et
plan económico del Estado. CCl'I los propósllos de a1111enta1 la riqueza pública. un
ncremento so11enldo del nivel material y cul ural de los trabajadores. el
brtalecmlenlll de la lndependeocia de la UASS y de su capacidad detenslva.
'Ar1/rulo 118. Los ciudadanos de la URSS llenen et derecho a lnlbajar. et
derecho a tener trabajo garantizado y el pago de su labor de acuerdo oon su
cantidad y calidad.
'El derecho al trabajo es g, •'lldo por la organlmci6o aodallsla de aoouomfa
nacional el creclmienlO 50Slenido de las fuerzas produdlvas de la socladad
80'M•ca. la ausencia de aillill económicas y la abolición dej deeemplao' • (PP.
387-388).
CAPITULO XXI.- ¿Aenuncia,.n aJ 1zúca1(... )?
Ea el capitulo llnal En ~ se haca un pars,gón entre al plan comunista en la
Unión Soviética y los dilltlfSos planes de la eoonomla en los palses capltalatu. Se
anota que, poi el excesivo respelO a la prqijedad privada -<iue parece siem¡:re
lnlocabl- y el deseo siampre lnsatislecho de ganancias, lodos los planas
lra::uan en el mundo 00Cidenlal , ya que es lff1101Íble dar gusto I lodos los
lntlfHtll económicos de cada ltldO! Industrial y comefdal. Cuenta menos al
bienestar de los pobces que el lnlerés de ganancia de los ricos. Por eso los planes
capitalistas Incluyen la deslluoclón de cosechas, antes que repar1lr los sobrantes
entre los naoeslados.
Como el pueblo no puede aceplar esta slbJación. al mundo capilalsta llene que
recurrir permanentemente a la represión, y acaba por caer. inexorablemenlll. en el
tasclsmo de corle mussoliniano o hlleriano. Y. oon ellos. el ftagelo mayor, para el
ruat panaoan eSlar siempre preparados los lascistas: la guerra.
CCl'I 1.11a moraleJa lermina el libro, tomada de la hiSIOria de Arlhur MO!g81\
aaNca de cómo se capturan los monos en las Indias orientales: • los Mlvos
loman un coco y hacen. en la CO!leZa. un agujero lo baslanll! grande. nada mU
para que la mano vacla del mono pase a lr8'1és. Colocan en el lnlericJ< unos
lem>nes de azucar. D rr:'ls atan el coco a un érbol. El mono deslza su mano
denb'O del coco, agarra el an·,ca, e inmeclia1amen1e pretende retirar la mano. Pero
el agujero no es lo basuin1-, gande para que el puño 08fl"ado del simio, oon los
lerrones, pueda sali-: como la gula del animal no llene UmileS. ¡prefiere morir con
la mano presa en el 0000 a renunciar al azúcar l• (p. 404).

VALORACIÓN T~CNICA Y METOOO..óGICA


El lbro es14 escrito en una lonna sencila y gréftca. Re1ulta lécll de leer y
puede ser convincente para una persona de poca capacidad critica. 54n embargo.
le pobreza de su docunentacl6n. el apriorismo de muchas de sus allnnaciOMS, la
gralUldad de sus crhlcas y la superllcialldad de sus Juicios de valor, hacen que al
leerlo con cler10 inlerés de anéltis resu•e un lb«> poco serio. Ea mu bien una
especie de arenga antirreligiosa y anlicaptalsta. en la que une 8SIDS dos
conceptos como si tormaran parte de un único enfoque de la vtla y de la hilloria.
Con frecuencia se utillza una serie de c•as enlrecomlladas de las cuales no 18
menciona el aulOf. En muchas ocaslOMS se limita a ir(roducir la cita con una true
como: • mudlos historiadores diaalllln (...)•, • un lamoso historiado! (...)•, • un
doa.lmento Inglés de 1316 (...)• No aparecen argumenlOs Mrios y en oani>io si se
obseMI una Insistencia casi 01:11esi·,a en hacer aflnnaclones rolUrdas contra la
Iglesia ca!óllca, hacia la cual manifiella una aversión notable y a la que alribuye -
sin demoSlrar nada grandes injUSliclas e inlel'eSes mezquinos. negándole todo
carécter de !ObrenalUraiidad o, siquiera. de rectitud humana. B tono tajs,te de
sus afrmaclones deja muy hondas dudas sobre 8Sle estudio de la incidencia de la
economla en la hístoria del hanbre.
El litlro. con Ia p,etenSl6n de haCet' una hlstona eoonomca. parece una Oíalril>a
especlslmente en su primera parte- contra la visión que el aubr t i - de la
religión y de "' sociedad "Cle5iés1ica, bajo el pretexto de la p,esencla de la Iglesia
como aliada del caplalsmo y opresora de las clases iileriores de la sociedad. Los
planteamienlOs que se hacen carecen de verdadera altura por la talla de
objetividad y de serenidad para enjuiciar los aoon111Cimienlos.
Falta una visión més amplia de los hechos y un anélísís més profundo de lodos
los factores que iiciclen en el desarrollo histórico. polltico, económico, aillural y
religioso de una época determinada. Resulta demasiado simple p,elllnder -sin
demoslrarto- ""9 IOdo lo que sucede a lo largo de la hilloria depende úni:a y
exduslvamenlll del lfén de dinero.
A lravés de IOda la narración -nc111. gráfica, fédl de llter- 18 insiste
permanentemenlll en que las doctrinas van surgiendo de la misma vda social y 18
van desarrollando. son modlftcadas y lnalmenle detechldu MgÜn ti dls~ de la
contextura económica de esa vtla IOCial, en un verdadero proceso dleI6Clloo de la
historia.
La vida de los pueblos llpal9C8 dwlglda excti.slvamen,e por el desauolo del
come<cio y por la avirHz del dinero, en .., proceso de tesis, andllSls y slntesis. La
historia se va foljando en pos del poder económico. Para Huberman no lienen
nilgún valor las ideas, siempre a rastras de los Intereses comerciales. lnsille
continuamente en que los criterios édcos y morales, la jJs1icia y el bien van
8\/0luclonando según convenga a la situadM de los privilegiados o según el rilmo
de los ac:onteclmienlDS eoonómioos. Hay en todo eUo un despecio latente por los
valores del esplrillJ, por los Ideales , por lo trascendente en el homlxe. No cabe
Dios, no cabe lo sobrenallJral : no cabe lo espirituat IDdo lo que acontece es un
sln1)1e juego de I n - - comen:iales.
En conclu,i6n, la historia no ~tá hecha por otros per30najes q.,e los
oomefdaites. los banq.¡eros, las gentes del dinero. Da la inpresión de que todo lo
demas: las uniw,'"SkladH, las ileas. los Ideales. los valores del esplrilu- .• no
cuentan en absolJto en el desarrollo histórico del honi>!e. La dimensión esplrlual
del ser humano no aparece para nada en IDdo el llbfo: si ecaso "11 la menciona
tangencialmenle, es para negarla o para hacer lronlas soble ella. Todo - i
Eslado, la Iglesia, 11 culrura. la mOflll...- . aoulamente IOdo. se mueve aJ rlmo
del dinero. del poder económico. Se llega verdaderamerle a una
supersin,¡llllcacl6n elemental de los aconledmienlos lan completa, que bula un
poco de c:rtlerb y de objetividad para descubrr en ella II poca seriedad de la
argumentación
Lu relaciones del hombre con el hombfe y de los dill9nl01 putt,I01 entre si
aparecen siempre como las del explotador y el explotado. El avanoe de la hislOrla
está marcado por II creación de slslemas para soju~ar. por el dinero, a los
demés. Aunque. evidentemente, la denuncia de las lnjustidas tiene pal1e da
ven:tad, la slmplllcadón monolemMlca que hace qu•a al an61sls an,¡lllud y
perspedlva. convirtiendo el libro en un es ludio sln valor a la hora de poderto ciar
como aulOrldad en cuai<JJler comel1ario serio de la hl110rla económica mundial
No se puede negar que la historia está p111gaoa de errores. de equlvocadOMS
y de pecados en lm relaciones humanas. Pero ealO no autoriza a un autor que
pretende hace• un recorrido por la historia del honi>!e a sllendar todo lo positivo.
lo subline, de muchas manlestadc,,es sinceras y cona1an1e1 da caridad y de
)Jsticia, de generosidad y de desprendinlen10, de "andeza de Bina que aparecen
con la evidencia de loa hechos en el acontecer humano, especlaJmef1e después
del advenimieoo del c:rtstlanlsmo.

VALORACIÓN DE LAS CONCLUSIONES


Hlberman. en el presente libro, parece querer llegar a dos conclusiOMS
lundamentales. La primera. que la hlsto<la humana es la lucha perperua entre el
hombfe opresor y el oprimido. entre el duello del dinero y el polxe, el1re el
capitalista y el proletario. La sollclón a esla pugna at,¡erta sólo se enoJenlra en la
ucha de cllses y en ta dictadura del proletariado que -mediante la reYOlución-
debe lbrarse de sus cadenas. Se dreoe entonces el comunismo como la
realización hls~rlca de 11 )Jstlda social, redenci{rt 101a1 de II miseria. lberaclón
ven:tadera del honi>!e.
La Olla conclusión se saca sobnt lodo de la primera pane del libro, en la que se
ofrece una visión de la lgl8$la calólca tan nega~a. que quien la acepte no podr6
menos que calllcar la religión como algo que debe ser arrasado.
a) Huberman y la Iglesia católica
Son continua las referencias, a lrallft de IOda la nanackln. en las que ae
ln1en1a preaenlar a la rellgl6n ca1611ca como la gran alada del caplallsmo en la
e,cploladón 1nmiserioorOe de las dues oprirndas.
En el calOlidsmo no se CJJlere ver mu que una fuerza humana. poder0$11.
Injusta y llena de ambiciones econ6mlcu y comerciales. •la Iglesia era el mayor
1erratenlen1e de la época leudal. Los hombres 1)(800~ po, la clase de vida
que hablan hecho y querfan aaeo,Jrarse que irían a la dieslrll de Dios, 11n1es de
morir daban lierras a la Iglesia• (p. 26)W . Este tono de lronla y de burla hacia
IOdo lo que tenga .., ca,acter sobnlnalllral apareoerA en toda la obra. En el mismo
primer caplllllo, por ejemplo. al referirse a los diezmos -<00 los que los cristianos
colaboran al sOSlenlrrienlo del cul.o ca1611co- dla, sin mencionar el nomb<e, a
• un lamoso hislOriador• que afirma que •el diezmo constluia un 1111)1H!SIO agano.
un lrr'4)Uesto sobre los lngrel0$ y un lmpueslO de muelle mu oneroso que
cualquier ouo conocido en los liempos modemos (... )• (p. 27). Llega a decir
Huberman que •una razón para que a los sacerdoles se las l)(d11blera el
matrimonio era simplemente que los jeles de la Iglesia no querian perder ninguna
de las derras de ésla mediante las hlNendas de los hijos de sus funcionarios.•
(íbld.).
A91na vez parece pallar un poco lo negativo de su visión acerca de la lglesla
ca1611ca -e la que menciona siempre con detprecio-díciendo que •en los Inicios
del leudallsmo la lglesle habla sido un elemenlO l)(<>gresiSla, ac:Uvo. Habla
preservado buena parte de la cullllra del Imperio romeno. Esti1T1.dó la ensel'lanza y
estableció escuelas. Ayudó a los pobtes. culd6 a los ni/los sin hogar en sus
orlellnalOs y fundó hospitales para los enfermos (...)• (lb;d.). Pero. unas lneas
más adelanle. agrega: •Alguros cr881 que su obra carltathla fue sobrestimada.
Admlen el hecho de (JJ8 la lglesla ayudó a los pobres y a los enfermos . Pero
sellalan que era el mu rico y mu poderoso 1erra1eníen1e de la Edad Medía y
arguyen que en p1op01dón a lo que pudo hacer con su remenda riqueza, no hizo
ni aun lo que la nobleza. Mlenlru suplicaba y demandaba ayuda de loa ricos para
su obra de caridad. IUVO buen cuidado de no drenar muy prolundamenle en sus
propios recuraoa. Ta~n eslOs crftlcoa de la Iglesia dloen que SI ésla no hubiera
eicplollldo a sus siervos 1an duramente. si no hubiera sacado lanlo del paisanaje.
hubiera habido menos ~dad de 111n111 caridad• (p. 28) .
Al hablar de ese mOYinlenlO maslvo de carAder rellgloso-ai-ttuaJ, Huberman
se refiere a las Cruzadas como una rmYlízad6n general de interés comercial,
utilizando induso la íronla mordaz: •la leroera cruzada --$00 sus palabr8$-- no
IUVO por objelO la reo,peracl6n de la rerra Santa. sino la adquisición de
beneficios comerciales para las oudades de Italia. Los cruzadas dejaron a un lea>
Jerusalén. por las poblaciones comen::lales cosieras• (p. 3-4). Y mAs adelanle: •
(...)mlenns los venedauoa ASlaben disp I lle» a ayudar a la Cruzllla 'por el anor
de Dios', no dejaban que esle gran IIIOOf les OP.g e hasla el punto de renunciar a
una nolable pa111dpadón en el bolín• (p. 35).
Antes habla allrmllá> que •el deseo de rescalar a la Tierra Sarta era genuino y
fue apoyado por muchos que no 1enlan inte,'5 en ello. Pefo III verdadera tuerza
del movlmienlO de las Cruzadas y la energla con que lue realizado se basó
pnnolpamenle en las venllljas que cl4HIOS grupos podlan ganar• (p. 32). Es1os
grupos son. para el autor, los slgulenlel:
1) La Iglesia, que •QUeffa extender su poder, porque mientras mayor tuese el
área de III cristl,ndad, másgr.,de seña et poder y la riqueza de III Iglesia• (p. 33).
b) Iglesia e Imperio bizantinos: que •vio en ellas (las Cruzadas) et medio de
conlllner et avance musulmán en su propio territorio• (bid. ).
c) Los nobles y caballeros, que buscaban bottn.
d) Los clra.,los llalanos de Venecia, G ~ y Pisa. para mejorar su come«:lo.
Cuando. en el capftulo rv del lbro. se narra la conwrslón que sufra el síS1ema
de préstamos de dinero y se clarillca et oonceplO de la usura. de tal manera que la
Iglesia -sin dejar de calificar la usura como pecado- acepta en sus normas
morales et irlter6s comerc ial porque 11e en 61 una legi tima com1111n1ación de las
gananciasoblenldas con et dinero l)(eslado. Hubennan ap,0119eha para una nueva
r
lnvecllva contra la retlgló'I católica. La acosa de doble moral y de adapeando la
doctrina a los alanes comerciales. No diS11ngue el aU1Dr entre un caml)jo en la
doctrina -(1118 no se puede dar y no se da evldent_,,t_ y una apllcac:ión de
lila reglas morales a las ciramllancias distintas que van surgiendo.
C11>l1Ulo po, capllulo. casi página por página. la fnslslencla retlenllhla en et
alaque a la Iglesia no oeaa. Todo lo malo que el aulOr encuenlra 111 la hislOria -
sie~ desde el ángulo de vlsl6n que se ha l)(opueslO. en el que muestra un
prejuicio nollble y no dísinufado-- lo Blribuye a la religión. llamando a la Iglesia
•Inmortal, pero desalmada corporación• (p. 70), aaJSándola de deshumanizada y
presenlándola como un poder puramenle lerreno y, den1ro de las inslluclones
humanas. la peor. Sólo ve una laoela de la par1e humana, a"1)1iada. delormada.
destacancb l)(Oluberanlemenle er10f91 humanos -inevtables unos. opinables
otros- para alrlbulrtos a ta esencia mi1tna de la lnstiluc:16n fundada por JesucrislO
con un In excluslvamente espiritual: fa sahlacl6n eiema del hombre.
Todo alo haoe -como dfjinos at,._ que en et hbro IOda objetividad quede
destruida por su evidente 111ersl6n al catolclsmo. Mu que un análisis hlllórico-
económloo. parece un penllato publldtario. hecho de eslóganes 16ciles de racitw,
con el I n de desacredtar. da t'ece, odiar a la religión católca. •Los numerosos
abulOS de la Iglesia - d e - no podlan pasar lnadv~. La dileiencia entre la
Iglesia que predk:aba y fa Iglesia que adl •aba era tal, que has1a et más eslúpldo
podía verla. Su concen1r11elóo en hacer dinso por cualquier método, no inportaba
a.ial fuese, era cosa corriente• (pp. 1Q9.1 1O).
Su explicación de la Relorma l)(OleStanle es iO,lalmenie el de un problema
pol tico económico: •la lucha IOmó un disfraz religioso. como bien dijo Engels. Se
la lamo Reforma proteslanle. Pero fua, en esencia. la pnmera batalla decisiva de
la clase media contra et feudalismo• (J). 114).
Igual postura 1(1111 cuando se refiere. en el capftuto XIV, a la oolonfzaclóo y
oonqulSll de los pafses recién descublerlos -lglos XV I y XVII- y a la
evangelzaci6n por palle de la Iglesia obrada en ta..or de sus habitantes.
Hubennan quiere l)(esenlar a 6sta como oó"1)11ce vollnlaria de fa 111tplotación de
las colonias y del 11,e,cado humano de tos negros del África. Basta tener un poco
de conocimiento de la realidad de la misión del cristianismo. lleno de carld8d y de
atan aposlólco hacia los habitanles de los nuevos palses y colonias. para -..er
cómo resulta lalso todo lo que en dicho capftulo se lifirma sin demostraciones. O
cómo se presenta una visión parcial de ciertos hechos. en la que se prelende
mostrar una causaidad di'ecta enlre la presencia de misioneros evangelizadores y
las Injusticias Innegables de algunos de los conquistadores. P01que si algo him la
Iglesia en este sentido. lue atenuar el rigor de la conquista. vela- por la justicia y la
caridad en el tralo y erigirse en la mejor defensora de IOs derechos humanos de
loS lndlgenas en 101 pafaes conquislados. Las sil.ladones Injustas se dieron. no
por la presencia de la Iglesia. sino a pesar de ella.
Por 01ra pa,18. et i bto -con 1.111 ceguera comprensible por
los apriorls marxistas-- no descubre nada bueno en los que han tenido dinero o
poder; no acepta ningún valor espirtual ni reooroce ninguna labor positiva a
quienes. con esft.erzo y sacrifí:i> -zciado Inevitablemente con fllT'Oles y
pecaócs . han abierto para el mundo rutas nuevas. han forjado naciones y han
lntenlado -<:on mayor o menor éxl~ mejorar la situación del hombre.
b) La solución a 1rallés del comi.itsmo
Anle las consecuencias del aMllsis hecho en la primera parle del libro. en et
que el slslema c~lalsta. en todas sus formas. es el c:upable de toda la sik.lación
de opresión y de lnjlslicia que presenta la historia del mundo. Huberman ofrece su
solución: el comunismo. tal corno se la conooe en Rusia y que k.lvo su or%len en
las Ideas de Marx y Engels y su realización en el liderazgo de Lenin y su
revoluclOn bOICl1evique.
La siluación hlstóriooi>olhi::a se presenta de tal manera que ciertamente no
cabe sino una postura racional y lógica: la Incitación a la violencia, a la revolución.
corno único remedio anle la silUIOlón creada. (V6ae. por eju::+>iu, el cap. XVL)
Apoyado en IOs fllT'OleS del C~lalsmo y de IUS leorizanles, Huberman VII
levando al lector de la mano al convencimiento de que la redención del lrllbajador
ISia en su conciencia de ciase oprinlda y en la necesidad del despertar viol!lnto y
de la lucha contra IOSopres()(es (cap. XVII) .
La Invitación a la uclll de ciases se hace cada vez nm clara. Y a ello se llaga
en el capitulo XVHL que es quizá el central de lodo el ibro. Es el momento
culmlnanle al que Leo Hubennan quiere llegar: que el ledor acepte que la única
salida de la sociedad. et úni::o ren,edlo para los males del munci> y del horrél<e es
la sociedad plensnen1e comi.ilsta. a la que sólo se llega por medio de la lucha de
ciases y la dictadura del proletariado. Se anuncia ya. como cosa lrmlnenle. la
calda total del slsmma capltaista y se olreoe en la tierra un atiéntico paralso de
paz y de prosperidad a los lnlbajadores.
El caplallsmo. dice. sufre de crisis recurrenles. en las q.¡e siempre le va mal al
obrero y al pobre, que es • el eslabón mu débil• (cap. XX). Esto se resolverá con
la solución que la Unión Soviética ha adoptado de ree11"'.uar el ~alismo por el
m6todo marx Is ta.
V en el capltulo XXI se hace gala de un oplirrismo Í'IControladO. Es la
exaltación albomzada de un paraíso en la tierra. En Rusia todo funciona bien, no
hay nada que temer y los tallos son tan poco no1ables que ni siqLiera vale la pena
que se mendonen. Hay que 110lver a leer despacio dicno capftulo por11J8 westa
un poco aceplar que Hubermen pueda llegar a ese extremo de oplinumo P0f la
bondad del slalema. Ha caldo. qulú sin dal18 cuenta. en el sueno. que con tanta
lronla desprecia, de loa que Marx llana • socialslaa ulOpiooa• .

COlQ.USIÓN ANAL
Todo el lbro es una r9C1,Jlsitoria contra la propiedad privada y un intento de
justili:ar Nstóricamente la eslatallzadón total de los bienes de produa:ión. Sus
argumentos se buen en una visión pa,áallzada de los sistemas económicos de
cone caplallata, epoy6ndoae en vardades a medias, lo que da a sus alnnaclones
un ciel1o aire de veroslmlllld.
Sin embatgo, la narración entera adolece de cierta Ingenuidad: todos los males
...in excepció~ han venído al mundo por el capitalismo en sus mil lormas
hislóricas: la Iglesia ha eslado siel'l1)re Inexorablemente con los explotadotes del
pueblo. En eant>lo. todos los bienes de un paralso lem!flO se tendrén dentro de la
sociedad socialista con los poS1ulados mandlllaa, tal como lo ofrece al mllldo et
comunismo ruso. Es111 podrla ser el resumen de lodo el libro.
Gran cantidad de manlleslBClones de o1tica a situacloMs históricas Irregulares
son excesivamente rotundas y sin matices para que se p, iedan aceptar sin más.
En este lbro, la penona humana no cuenta para nada, y el etplritu parece
proscrlo de sus ~nas: todo se reduce a buscar el bienesl.a r IIIIT'e081. Para
Hubennan las Ideas y los Ideales no llenen nada que hacef en el proceso de la
vida de los homb<es. Todo, absolllamente todo, depende de la evolución natural
de la materia, de la eoonomla, de los lnter- comen:iales.
La religión -<:uando se la hace inter,,enir, en ocasit>nes lorzando inclJSo su
presencia en la situación que se analiza- siempre aparece como un elemento
negativo. mo4esto. Las frases més duras , lenas de Ironía o de burla, se escriben
conlra todo lo que tenga que ver con lo religloso.
No cabe duda que el aulOr del libro escribe con apasionamiento, con rabia, con
fanatismo. No acepta nada de aquellos que no entran en w Idea de la hlsaoria. de
la economla.
De todos modos, por la elementalidad de la eicposici6n -y a pesar de que en
rruchas ocasiones, al menos en la tradua:ión consultada, haya muchas
incorrea:iones de lenguaJ -, el lbro se lee con faclldad y deJa en la mene poco
lormada y poco penetrante una sensaci<n de verosimiltucl que puede desorientar.
Como, adem6s, en vez de exponer doclmas írtroduce abundan!• ejen-.,los de
situaciOMS exlremas y mucha an6cdota lhalrlllva de su vilión de la hislorla, el
leclOr desprevenido puede aceptar inconsdenlemenle su analisis de los hechos.
Desde el pun10 de visla de la doctrina crisllana es. a IOdas uces. un ibro
cof11)1et1rnen1e redla,ab!- No aolamenlll por su aversión y sus ataques a la
Iglesia católica. sino taimién por la negación sistemélica de los valores del espl ritu
humano. por el desprecio de la ley natural y el desconocimiento de la
trascendencia del homb<e. Es una postura canplelamente atea y materialisla. que
reniega necesariamente de l0da creencia religiosa. •Entre las formas del atelsmo
moderno ~lee el Conclio Vaticano 11- debe mencionarse la que pone la
lberación del hombte pñndpalmente en su liberac:lón económica y social.
Pretende ese atelsmo que la reiglón. po su p,opia naturaleza. es un obstécu1o
para esta lberación, porque al orientar el esplrikl humano hacia una vida futura
lusoria, apartaria al hombre del eslua-zo po levantar la ci.idad temporal. PO< eso.
cuando los defensores de esla doctrina logran alcanzar el dominio poltico del
1;$tlldo, alllcan viQlenlll!nente a la reOglón, dilu!ldilmcio el nteí$ffl0, 1Ql)<e todo en
materia educadva, con el uso de todos 105 medios de presión que llene a su
alcance el pode< pubk:o (...). Enseña la Iglesia que la esperanza escatológica no
menna la imponancia de las tareas t~ales. sino q.¡e más bis, proporciona
nue110s motivos de apoyo para su ejercido. Cuando, por el contrario, faltan ese
fundamento divino y esa espM anza de la vida eterna, la dignidad humana sufre
lesiones gavisimas -es lo que hoy con ll'ecuer-cia si.eede • y tos enigmas de ia
vida y de la muene. de la culpa y del dolor . quedan sin soluciorer . llevando no
raramente al hombte a la desesper■.:ión• (oonst. Gaudium et Spes . nn. 20 y 21 ).
Por otro laQ>, es necaario adveftir ~ n palabras de Pablo VI- que •la llllha
de clases erigida en sistema vulnera e in1)ide la paz IOdal y desemboca
latamenlll en la violencia r en el atropelo. llevando a la abollciól ele la lbenad.
para tenninar luego en la instauración de un slS1ema extremadamente a,toritario y
con tendencias totalitarias• (Pablo VI. aloe. a los trabaject>tes en el 75 anlV81114rio
de la Rerum Novaum. 22-V - 1966).
Sobre la sJtuadón del oomunlsmo en Rusia en el al\o 1937 -por las mismas
lechas en las que fue esc:rilO et 11:lro que comen1atnos- dice Pio XI lo sigulenle:
.. cuando se arranca del oorazón de lo6 hombtes la idea misma de Dios. los
honlbles se 118n impulsados necesarilmente a la ~ feraz de una salvaje
barbarie. Y esto es lo <JJ8 con sumo dolor eslamos presenciando: por primera vez
en la hiSIOria asisúmos a. una lucha fríamente cala.dada y cuidadosamente
preparada contra todo lo que es divino. Polque el comunismo es por su misma
naualeza kltalmenle antrreigioso y considera la religión como el 'opio del
poebt>'. ya que los p,inc¡,ios raligiosos. que hallan de la vida ulraterrena,
desvlan al p,oletariaá> del eslueno por reallzat aquel paralso comunisla que debe
alcanzarse en la derra. Pero la ley natural y el AulOr doe la ley natural no pueden
ser conculcados Impunemente: et corronismo no ha podido ni podrá lograr su
intenlO ni sJqulera en el campo puramen1e económico. Es cieno que en Rusia ha
contrl>uldo no poco a saaJdlr a los horrCfes y a las inslllUClones de una larga y
secular inercia y que ha log,lldo con el U10 de l0da clase de medlOs.
lrecuercemente inmorales. algunos 6xlros materiales: pero no es menos cieno.
tenemos de ello testimonios cuallicados y redentlsimos. que de hecho ni slqJiera
en el campo eoonómico ha logrado tos fines que habla. p,anetido, sin contar. por
supuesto. la etdavilüd qüé el 1etroñSfflO ha l~ o a mlllorés de hóni)tH. Hay
que repedr1o: tarrélllkl en el campo eoonómloo es necesaria una moral. un
eentimlenlo moral de la retpOnaablldad, los c uales. clef1amenlll. no denen cabida
en un sistema oerradamenle materialista como et comunismo. Para suS1itulr esle
eentimlenlo moral no queda otro suSIIIIJliYO que et tenorismo que presenciamos en
Rusia. donde los antiguos camaradas de conjuración y de lucha se eliminan
mu1uamen1e: tem>rlsmo que. por otra palle. no consigue conlener. no ya la
corrupción de la moral, pero ni siquiera la dlsoludón del organÍlmo social • (Pio XL
ene. Dlvinl Redemploris. 19-11~1937. en Doctrina pa,tillcia. Oocumen1DS sociales.
BAC. Madrid, 1959. nn. 21 -23) .
Y una u•lme retlexi6n: la pralllndlda solución uniYetsal del socialismo es una
ulOpla enganosa. CJJ• en YeZ de olrecer caminos de seguridad total y de bienestar
definitivo, sólo prelende • quitarle a las genias hunitles la confianza en un oróen
sobtenallJral para sepuhartas en un materialismo que boffa lodos los horizontes
espirílUaJes. Se busca sustíkJir la servilumbfe del patrón por la servilumbre del
Estado. Se persigue cant,iarle de merco a la pobfeza para que no brille en ela
1V1gUna esperanza. sino et renoor de su resentimiento. Pero ¿son felices los
pueblos sometidos a ese proceso revolucionarlo? ¿Lo acepean por sallstacci6n o
por temor? ¿Rep1111en1a para elos el fin de sus fruslrac:iones? Al respecto. Andrel
Amarll, el Intelectual ruso IICluafmenlll bajo prisión por el cargo de revisionismo y
de agresión al sis.,,.. IIMélico. responde de esta m..a a la ~Ión: 'En los
al>ores de su existencia. los Ideales soclaistas pareclan et ansiado suet'lo de una
sociedad lnsotlsllcada. Engendraron muchas esperanzas radlanleS y promovieron
en los estratos más 8111)1ios de la humaridad un enlusíasmo apasionado. B
socialismo. 181 como fue coostruido en Rusia o edificado en terrlorios ocupados
por tropas sovíéllcas, hizo anioos esas llusíonM. Engendró lnsatlslacáón.
Indignación y prolesla en los mejoras corazones y en las mejores menles. ¿Por
qué? Porque minó la posición del hombfe dentro de la sociedad, llmi16rdolo o
despoj6n<blo de sus bienes. derechos y autoridad. o sea de aquello que le ha
pemitldo defender su vida y afirmar su valar en II IOCiedad. Por(JJe trajo consigo
una negación de las llberladn humanas. quedandose atrás de la mayorla de los
palses capllallSlas a pesar de la abundancia de sacrificios y de los excesivos
esfuerzos de doscie'11DS millones de personas en el pal s m6s rico del mundo.
Porque. finamente. atrajo los vicios de la sociedad c:apilallSla en una escala
111oostruosa'• (Jua,, 2 lela ÑIITer. OiagnóSlioo de nuesw tiempo, Medellfn, 1974 .
pp. n.

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