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EVALUACIÓN MÓDULO VIII

● El concepto de víctima en el campo de los derechos humanos: una


reflexión crítica a partir de su aplicación en Argentina y Colombia
● Ana Guglielmucci, Colombia, Universidad de los Andes
● Ideas principales, premisas y/o propuestas
Este documento plantea varias reflexiones sobre el concepto de “Víctima” y el lugar actual
que ocupa en la creación de políticas públicas internacionales y locales basadas en DDHH, así como
en iniciativas para recordar, identificar, reparar y conmemorar las experiencias, dolor y
reivindicaciones de las víctimas. Se entiende entonces que la categoría mencionada es fundamental
para “representar la violencia del mundo para dar sentido a un armazón social, político y
económico” (p.84). Además, se plantea que en la actualidad, la condición de víctima es una forma
de ser reconocida por los estados, así como de reivindicar y acceder a programas de atención que
permiten una incorporación y derecho al ejercicio de la ciudadanía. En este sentido, se ve cómo ello
responde a una política del sufrimiento en la cual hay un constante y simultáneo ejercicio de
victimización, singularización o individuación y aislamiento de los casos.
Sin embargo, la autora propone también que la categoría de víctima permite construir
identidades colectivas que permitan articular demandas contra el Estado para lograr reparaciones
particulares e incluso incidir en procesos políticos. Así, la categoría víctima -tanto individual como
colectiva- puede configurarse como un capital social, cultural, económico o político ante las
situaciones vividas que demandan intervenciones institucionales y estatales.
Además de los anteriores planteamientos, la autora expone que a pesar de que hay un
consenso percibido sobre la definición de la categoría de víctima, “la categoría víctima no posee un
contenido esencial unívoco, su contenido es variable.” (p.85), así, se entiende que es una categoría
abierta a la interpreta e identificación de la persona o grupo que está atravesada por un proceso
histórico-social. Entonces, se comprende que las categorías de víctima y victimario son ambiguas,
flexibles y determinadas por el contexto social en el que surgen. Además, se plantea que se decide
quiénes pueden ser categorizados como víctimas, es decir, quiénes pueden ser incluidos o no en esta
identificación y cómo ésta debe tener una legitimidad social y visión de agencia política. De esta
manera, la victimización tiene efectos humanizantes y deshumanizantes.
Para ejemplificar estos planteamientos, se recogen algunas características de las
experiencias de victimización en Argentina y Colombia, e incluso de Irlanda del Norte. esto, se
expone el caso de victimización en Argentina, Irlanda del Norte y Colombia. Además, se retoma la
reflexión sobre cómo alrededor de las víctimas se cargan múltiples significados y expectativas, bajo
los cuales se espera que haya una “víctima pura”, clara y sin lugar a dudas o ambigüedades, pues no
puede haber estado relacionada o comprometida con acciones violentas; siendo ésto un reto para
reflexionar sobre las víctimas en Colombia y Argentina. Dicha lectura contextual e histórica
muestra la importancia de asumir miradas situadas de las definiciones de víctima para no caer en
anacronismos ni en esencialismos atemporales y binarios.
De igual forma, se expone tres mecanismos que están involucrados en la victimización: 1.
Narrativas del sufrimiento individual generan compasión y empatía, 2. Genera dicotomía al plantear
mecanismos de inclusión y exclusión y 3. Produce verdades políticas al relacionar significados de
autoridad e integridad a las víctimas. Para ampliarlo, se narra el caso de MOVICE y cómo se ha
hecho una distinción entre las víctimas buenas e inocentes y aquellas que son anónimas. En el caso
de MOVICE, se puede evidenciar cómo las víctimas son comprendidas como “guardianes de la
memoria contrahegemónica que cuestiona la violencia estatal” (p. 90). Asimismo, se propone el
papel fundamental de las voces de los y las sobrevivientes, pues éstas dan cuenta de la agencia
política de las víctimas y su participación en organizaciones armadas; situación que devela que estas
son problemáticas más complejas y contradictorias y que no existen víctimas puras.
Se retoma además, la experiencia de algunas víctimas del holocausto Nazi y los
planteamientos de Primo Levi sobre ésto, ya que muestran cómo distintas prácticas generaban que
hubiesen víctimas difusas o contaminadas por sus acciones de alianza con los victimarios y por
ende, eran vistas como potencialmente peligrosas y su experiencia era negada e invalidada. Siendo
ello muestra del continuum entre las víctimas y victimarios, cuyas definiciones y experiencias son
ambiguas, cambiantes, difusas y determinadas por el contexto. Por otra parte, se muestra la
ambigüedad de las víctimas de crímenes de estado como en el caso de la toma del palacio de justicia
en Colombia.
● Reflexión personal en relación a las ideas principales
Esta lectura me permitió reconocer cómo las situaciones de victimización presentadas en
países latinoamericanos como Colombia y Argentina son de gran complejidad y requieren que haya
una mirada amplia, contextual y situada históricamente de las mismas. Asimismo, ser consciente de
cómo las definiciones y formas de interpretar la categoría de víctima y victimario me permite volver
a revisar las comprensiones que he construido a partir de experiencias personales, acompañamiento
a personas y revisión textual. Así, veo esta lectura como una oportunidad para revisar lo obvio y
cuestionarlo, para ver cómo es necesario ir más allá de la visión de las víctimas como inocentes
puras, buenas y sin agencia, y de este modo reconocer los matices y las zonas grises de la violencia
de la cual surge una correlación y continuum entre víctimas y victimarios.
Por otra parte, al leer este texto pude darme cuenta cómo es esperado de las víctimas que
sus acciones, valores y emociones sean coherentes con estereotipos y expectativas de género
femeninas, el lugar de la acción, la resistencia y violencia es pensada como una lógica masculina y
por ende se considera impensable que una víctima pueda asumirlas.
● Esta lectura qué me aporta para trabajar y/o investigar la violencia y el feminicidio:
Considero que esta lectura me aporta reflexiones y conocimientos clave para acompañar a
mujeres víctimas de violencia de género y a las familias de mujeres víctimas de feminicidio al
reconocer el lugar de reconocimiento institucional y social, así como del capital social, político y
económico que representa identificarse como víctima en países como Colombia. Así como me
permite ver la importancia de acompañar a que dicha identificación sea vivida como un proceso y
no como una categoría estática e invariable, así, en mujeres víctimas de violencia de género se
podría hablar sobre su paso de víctimas a sobrevivientes y de esta manera empezar a reconocerlas
en su imperfección, en su posibilidad de violencia y de agencia política.
Además, en el caso de las mujeres que han sido asesinadas, es importante evaluar
críticamente cómo es esperado de ellas que sean puras y no “contaminadas” por la violencia de su
parte, y bajo dicha mirada se legitima y normaliza su muerte. Es por ello que considero fundamental
que como profesional de psicología aporte a visibilizar los impactos humanizantes y
deshumanizantes de la victimización, que pueda reconocer los alcances y límites que develan; de
modo que pueda consolidarse una mirada de las víctimas más real y humana, sin pretensiones de
perfección y pureza.

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