Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Presentado por:
Presentado a:
Contaduría Pública
Universidad de Sucre
Sincelejo-Sucre
2020
¿Qué es la violencia?
Una comprensión más amplia de la violencia directa incluye no solo la violencia “conductual”, sino
también la violencia estructural, que es a menudo inconsciente. La violencia estructural son los
resultados de las estructuras sociales y económicas injustas y desiguales y se manifiesta por
ejemplo en la pobreza y en las privaciones de todo tipo.
Las formas de violencia se pueden clasificar de muchas maneras. Una posible clasificación es:
Violencia directa, como por ejemplo la violencia física o de comportamiento, tales como la guerra,
la intimidación, la violencia doméstica, la exclusión o la tortura.
Violencia estructural, por ejemplo, la pobreza y la privación de los recursos básicos y del acceso a
los derechos; los sistemas opresivos que esclavizan, intimidan a los disidentes, y el abuso por las
malas de los impotentes y marginados.
Violencia cultural, por ejemplo, la devaluación y la destrucción de las identidades y de las formas
de vida humanas particulares, la violencia del sexismo, el etnocentrismo, el racismo y las
ideologías coloniales, y otras formas de exclusión moral que racionalizan la agresión, la
dominación, la desigualdad y la opresión.
Las formas estructurales y culturales de violencia a menudo han impregnado tan profundamente
las sociedades que se percibe como inherente. Este tipo de violencia dura más, acabará por tener
consecuencias similares a la violencia directa, o, en algunos casos, incluso los oprimidos responden
con este tipo de violencia. La disminución de las oportunidades de educación en los barrios
desfavorecidos, el acceso limitado a actividades recreativas de los extranjeros, las condiciones de
trabajo peligrosas en determinadas áreas, etc., son actos de violencia estructural y cultural que
tienen una influencia directa sobre el acceso de las personas a sus derechos. Sin embargo, estas
formas de violencia rara vez son reconocidas como violaciones de los derechos humanos.
Lo que sigue son algunos ejemplos de las diferentes formas de violencia en todo el mundo. Estos
no son los únicos. Más información acerca de los efectos de los conflictos armados se puede
encontrar en la sección guerra y terrorismo, así como en otras secciones de este manual.
El acoso o la intimidación son formas de violencia que afecta a los jóvenes y que, a menudo, no se
considera como tal. La intimidación se refiere a un comportamiento agresivo que se repite y tiene
la intención de dañar a alguien. Puede tomar la forma de violencia física, psicológica o agresión
verbal. Puede tener lugar en cualquier situación en la que interactúan los seres humanos, en la
escuela, en el lugar de trabajo o en cualquier otro lugar social. La intimidación puede ser directa,
frente a una persona cara a cara, o indirecta difundiendo rumores o dañando a otro por ejemplo, a
través de Internet. A pesar de que es difícil tener claro las estadísticas, la investigación muestra
que el acoso es un problema creciente. Con frecuencia las víctimas no se atreven a hablar, y por lo
tanto, es muy difícil identificar y apoyar a las víctimas del acoso.
La violencia de género es una de las formas más frecuentes de violencia estructural y cultural. Está
presente en todas las sociedades y sus consecuencias afectan a prácticamente todos los seres
humanos. De acuerdo con el FNUAP, la violencia basada en el género “refleja y refuerza las
desigualdades entre hombres y mujeres y compromete la salud, la dignidad, la seguridad y la
autonomía de sus víctimas. Abarca una amplia gama de violaciones de los derechos humanos,
incluido el abuso sexual de los niños, la violación, la violencia doméstica, la agresión sexual y el
acoso, la trata de mujeres y niñas y otras prácticas tradicionales nocivas. Cualquiera de estos
abusos puede dejar profundas cicatrices psicológicas, daños a la salud de las mujeres y las niñas en
general, incluida su salud sexual y reproductiva, y en algunos casos, acaba con la muerte del
individuo”
La violencia de género no tiene por qué ser física. De hecho, los jóvenes sufren más violencia
verbal, especialmente dirigida a las personas LGBT (jóvenes) y a las chicas.
Denunciar las violaciones de los derechos humanos, educar a la población en esta materia y hacer
campaña por la justicia puede ser peligroso. Los defensores de los derechos humanos son
personas que individualmente, o con otras personas, los promueven y protegen a través de
medios pacíficos y de la no violencia. Debido a su trabajo, estos pueden ser objeto de diferentes
tipos de violencia, incluidas las palizas, las detenciones arbitrarias, las torturas, las amenazas de
muerte, el hostigamiento y la difamación, o las restricciones a la libertad de expresión y de
asociación.
En el año 2000, la Organización de las Naciones Unidas instauró la figura de un enviado especial
cuya principal misión es apoyar la aplicación de la Declaración de 1998 sobre los defensores de los
derechos humanos. La “protección” de los derechos humanos incluye proteger a los propios
defensores y el derecho a la defensa de los derechos humanos. El enviado especial pide, recibe,
analiza y responde a la información sobre la situación de los defensores, promueve la aplicación
efectiva de la Declaración y recomienda estrategias para proteger a los defensores.
La posesión o el control de los recursos naturales como el agua, las tierras de cultivo, el petróleo,
los metales, el gas natural, etc. Ha generado conflictos violentos a lo largo de la historia. El
agotamiento de algunos recursos y la escasez de otros, como el agua o la tierra cultivable, se
espera que se extiendan debido al crecimiento del consumo y al cambio climático. Esto puede
crear más tensiones regionales o internacionales, lo que podría dar lugar a conflictos violentos.
Con el fin de revisar los elementos que son vitales para construir la paz en Colombia, se debe
hacer distinción entre el concepto de “postconflicto” y “post guerra” que son usados por los
medios de comunicación indiscriminadamente. El uso indocto de ambos conceptos puede dar
paso a malinterpretaciones de tipo académico y a predicciones erróneas. El “postconflicto” es el
“período de tiempo que sigue a la superación total o parcial de los conflictos armados. Puede
entenderse como un concepto de un único atributo: la reducción del número de homicidios
relacionados con el conflicto por debajo de un umbral determinado, que le otorga o le niega el
estatus de conflicto activo” (Universidad del Rosario, 2014). Por otro lado la “posguerra” es el
“periodo inmediatamente posterior a una guerra, en el que aún son notables sus repercusiones”
(wordreference, 2014). Así, en un hipotético éxito de las conversaciones en La Habana es correcto
hablar de una posguerra FARC y no de postconflicto, debido a que aún existirán grupos guerrilleros
como el Ejército de Liberación Nacional ELN y las consecuencias de cincuenta años de guerra serán
visibles a pesar de la firma del acuerdo de paz.