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FORMA. En su sentido más general: perfil, contorno (la variación de algún atributo
[sonoro] de una cosa en el espacio o tiempo), y estructura (la disposición de partes,
relaciones entre partes y de las partes y el todo). En la música, el perfil es resultado de
cambios en algún atributo o parámetro del sonido, en el tiempo, mientras que estructura
tiene que ver con relaciones variadas entre sonidos y configuraciones sonoras, en el
mismo o en diferentes momentos en el tiempo. La palabra se usa a menudo en el sentido
más restringido de un esquema fijo o estándar de relaciones (por ejemplo, “forma-
sonata”), pero esta definición de forma es de poca utilidad en la música del siglo 20, que
ha tendido a salirse de los aquellos patrones fijos, produciendo una fantástica variedad de
nuevas formas. Para poder tratar con esta variedad, nuestra definición básica de forma
deberá ser lo más amplia posible, y un número de nuevos términos tendrán que
desarrollarse.
Adicionalmente al perfil y la estructura, hay un tercer factor que determina la forma. Una
descripción del contorno (o a veces la estructura) de una unidad formal en alguno de estos
niveles jerárquicos frecuentemente involucra ciertas características estadísticas de las
unidades formales que están en el siguiente nivel inferior — por ejemplo, el valor
promedio y rango de cada parámetro importante. Por lo tanto tenemos tres aspectos que
considerar, en cada nivel jerárquico: el estructural (relaciones internas), el morfológico
(perfil, contorno, silueta), y el estadístico (estado, condición [configuración]). Se verá, a
medida que procedamos, que el perfil, a un nivel jerárquico dado, depende de
propiedades estadísticas al siguiente nivel inferior, mientras que la estructura, a un nivel
dado, depende principalmente en las propiedades morfológicas al siguiente nivel inferior,
y de manera secundaria en propiedades estadísticas y estructurales en el los siguientes
niveles inferiores.
Estas relaciones entre estado, perfil y estructura en niveles jerárquicos adyacentes son,
incidentalmente, relevantes al antiguo problema de “forma vs. contenido”. Un poco de
reflexión mostrará que el “contenido” de una unidad formal a un nivel jerárquico dado es
determinado por propiedades estructurales, morfológicas y estadísticas — es decir, por la
forma — de cada una de sus unidades componentes al siguiente nivel inferior. A la
inversa, las propiedades formales en algún nivel jerárquico se vuelven el “contenido” de
unidades formales del siguiente nivel superior. Esto no siempre es obvio en niveles
intermedios, pero lo que finalmente llamamos “contenido” es el resultado de “formas” a
un nivel inferior del primero que hayamos decidido tratar formalmente. (“Forma” vs.
“función” propone una distinción igualmente artificial — inversa a la distinción forma/
contenido, pero que podría ser resuelta también vía el concepto de niveles jerárquicos).
Estos varios tipos de relaciones entre los tres aspectos de la forma en varios niveles
jerárquicos de organización y percepción están representados esquemáticamente en el
diagrama siguiente. Seguiremos encontrando inconsistencias en el desarrollo histórico de
nuevas formas en varios niveles simultáneamente (“vino viejo en nuevas botellas”, y
viceversa), pero no será necesario ya tratar forma y contenido como cosas
fundamentalmente diferentes.
Dentro de cada nivel, se harán distinciones, donde sean apropiadas, entre dos aspectos de
la forma — el estructural (involucrando relaciones internas entre partes) y el morfológico
(involucrando siluetas, o cambios en algún parámetro con respecto al tiempo).
Finalmente, la forma de secciones completas, movimientos y piezas será abordada, y una
tipología provisional de formas grandes se sugerirá.
(diagrama esquemático de relaciones entre los tres aspectos de la forma en cuatro niveles
jerárquicos)
(area ultra-formal)
“contexto o función”
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(área de formas)
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____
Han ocurrido cambios en el marco general dentro del cual las alturas son seleccionadas e
interelacionadas (escalas y sistemas de afinación). Después de dos siglos de una música
cuyos elementos consistían en notas y acordes basados en el sistema temperado de 12
notas, diatónico/triádico, tenemos:
3. El uso de clósters de notas y otros acordes densos y “disonantes” [Ives, Cowell, Bartok]
y “aglomerados” complejos [Cage];
4. un uso más frecuente de ruidos (es decir, sonidos sin una altura saliente) como
elementos estructuralmente equivalentes a tonos y acordes, en lugar de ser elementos
secundarios, de soporte o simplemente de “fondo” [Varèse, Cage, musique concrète,
etc. ].
En algunos casos (como en la musique concrète, y en mucha obra reciente de Cage), los
elementos frecuentemente carecen de alturas salientes que las mismas nociones de
“escala” y “sistema de afinación” se vuelven irrelevantes. Aquí, la distinción convencional
entre sonidos “musicales” y “no-musicales” falla completamente. A la luz de los cambios
que han tenido lugar en la música desde 1900, es evidente que cualquier sonido es
potencialmente “musical” — es decir, cualquier sonido podrá funcionar como un
elemento en el tejido musical, y esto de manera estructuralmente equivalente a cualquier
otro sonido.
Es de interés notar aquí que los cambios formales en este primer nivel formal han
influenciado profundamente, y han sido influenciados por, cambios en el medio (el
desarrollo de nuevos instrumentos, técnicas de ejecución y sistemas de notación). El
ejemplo más obvio de esto es, por supuesto, la música electrónica, pero esta es solo una
de entre la serie de cambios en el medio que comenzó tan temprano como 1910.
En el siguiente nivel, en el cual los elementos sonoros más pequeños se agrupan en lo que
yo llamo clangs (significando cualquier colección de elementos sonoros percibidos como
gestalt aural primario) — han ocurrido cambios estructurales importantes con respecto
tanto a la tonalidad como al ritmo. Es en este nivel que las relaciones de altura que
definen tonalidades se manifestarían en la música anterior al siglo 20 y la evasión o
“trascendencia” de tales relaciones de altura es característica de la música desde 1900.
Esto es significativo estructuralmente (a diferencia de meramente textural), si solo porque
remueve uno de los medios más poderosos para relacionar una parte con otra, y de
proveer tanto continuidad (via similaridad) como variedad entre configuraciones
musicales al nivel del clang y más arriba. Un ejemplo de esta tendencia para evitar
relaciones de altura definitorias de tonalidad se encuentra en la escritura melódica de
Schoenberg, Berg y Webern, y más tarde en la obra de Ruggles — la evasión de la
repetición temprana de una altura previamente escuchada o sus octavas cercanas. En el
posterior sistema de 12 tonos de Schoenberg, la “tendencia” de hecho se volvió un
procedimiento que, junto con varios otros, buscaba reemplazar las funciones estructurales
cohesivas de el anterior sistema tonal.
Con respecto al ritmo, después de siglos de una música basada en ritmos periódicos y
divisibles, organizados principalmente en múltiplos de dos y tres, tenemos:
Adicionalmente a estos cambios estructurales al nivel del clang, han habido otros cambios
de naturaleza tanto morfológica como estadística. Primero, ha habido un mayor uso de
otros parámetros que la altura (y el tiempo) para dar forma a un clang (como timbre,
intensidad, etc.). Segundo, ha habido una tendencia para que los parámetros que dan
forma (silueta) a un clang varíen sobre un rango mayor de valores que los de la música
anterior al siglo 20. Y finalmente, las duraciones de clang tienden a variar más
ampliamente que antes.
2. llegar a un límite más allá del cual el proceso precedente no puede continuar;
esto es usualmente el límite superior o inferior de alguna escala paramétrica, y podría
llamársele un límite intrínseco, para distinguirlo de el #4 más abajo;
La distinción morfológica más importante es aquí aquella entre las formas ergódicas y las
no-ergódicas. Pero estos términos se refieren al contorno de una pieza en algún
parámetro, a diferencia de las relaciones entre partes de una pieza. Por lo tanto, ellas nos
podrán servir para describir el aspecto morfológico de una pieza entera, pero no nos
dicen nada acerca de la estructura. Por esto, otros términos serán requeridos que puedan
distinguir entre varios tipos de estructuras a gran escala. Retornando a la definición
original de estructura como “relaciones entre sonidos y configuraciones sonoras”,
consideremos ahora cómo muchas de estos diferentes tipos de relaciones son posibles.
Están, primero que nada, las relaciones paramétricas sencillas — agudo/grave, fuerte/
suave, rápido/lento, etc. Pero estas ya han sido incluidas en nuestra definición de perfil. El
tipo de relación más simple que es exclusivamente estructural involucraría comparaciones
entre dos o más perfiles al nivel jerárquico inferior, y la especificación de sus posiciones
relativas en el tiempo. La primera pregunta en la determinación de la estructura sería
entonces: ¿es este clang (o secuencia o sección) idéntico en perfil a algún clang (o
secuencia o sección) previo — o es un perfil diferente? Si las dos unidades gestalt que ya
comparamos no son idénticas, entonces ¿son morfológicamente similares, de alguna
forma o en algún grado? Es decir, ¿están “relacionadas” por algún proceso perceptible de
transformación, mediante el cual uno puede considerar que uno se derivó del otro? Y
finalmente, si están relacionados, ¿qué tipo de transformación o variación está
involucrado en esta derivación aparente?
Al responder estas preguntas, los tres términos que fueron usados para describir tipos de
estructuras al nivel de secuencias serán útiles: isomórficas (identidad de perfil),
heteromórficas (completa disimilaridad de perfil), y metamórficas (similaridad parcial de
perfil — relación vía transformación). De hecho, estos términos pueden ser aplicados, a
cualquier estructura en cualquier nivel jerárquico más allá del primero (ya que la
estructura sólo existe — por definición — cuando las partes de una cosa a su vez
contienen partes). Entonces, si se aplica al nivel más alto, podremos comenzar con el
siguiente desglose de tipos estructurales. Cuando no hay similaridades morfológicas
perceptibles en una pieza de música (tal como en algunas piezas tempranas de
Schoenberg y Webern, así como en muchas piezas recientes de Cage), la estructura podrá
ser llamada heteromórfica. Cuando hay relaciones morfológicas perceptibles de varios
tipos (como en la mayor parte de la música), la estructura puede ser llamada metamórfica.
Y si una pieza contiene nada sino la repetición de una entidad morfológica — en
cualquier nivel — podrá ser llamada isomórfica (con respecto a ese nivel y con respecto a
aquel parámetro que determina el perfil de la unidad que se repite). Esto último es
obviamente raro, aunque el Bolero de Ravel provee un ejemplo de, por lo menos, una
estructura que es esencialmente isomórfica en el nivel de sección y con respecto a la
altura y duración de las notas, sino es que en otros parámetros. Y otras manifestaciones de
tal estructuras — y en otros niveles, y en otros parámetros — ciertamente son concebibles
e incluso ocurren comúnmente en la música del siglo 20.
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Tenemos, por lo tanto, como punto de partida, tres tipos de estructuras en el nivel de
formas grandes (así como en niveles inferiores) — isomórficas, metamórficas y
heteromórficas. Por mucho el tipo de estructura más común es el metamórfico, y dentro
de este tipo hay obviamente un gran número de estructuras posibles, reflejando la
múltiplicidad de tipos de transformación morfológica que pueden ser percibidos. Una lista
parcial de tales transformaciones deberá incluir permutaciones en el orden temporal de
las unidades gestalt al nivel jerárquico inmediato inferior — ya sean elementos, clangs o
secuencias, incluso quizás secciones — expansiones y contracciones de intervalos,
extensiones y truncajes (ambas tanto “horizontales” como “verticales”), inserciones y
supresiones de unidades gestalt a niveles inferiores (una vez más, tanto horizontal como
verticalmente), incluyendo todas las variedades de “ornamentación”, las transformaciones
en espejo (inversión, retrogradación, etc.) de la música 12 tonos y la serial que le siguió, y
finalmente, varias distorsiones menos sistemáticas o desplazamientos paramétricos de
unidades gestalt del nivel inferior, que sólo preservan las características topológicas más
generales del perfil de la unidad más grande.
Hay otra clase de estructuras que usan un rango mucho más grande de transformaciones
(aunque también incluyen la permutación). Estas serán llamadas estructuras desarrollantes,
y aunque las estructuras permutacionales fueron comparadas con un kaleidoscopio, las
desarrollantes pueden ser comparadas con el crecimiento de una flor o un árbol. En un
sentido más general, estas estructuras desarrollantes proceden a manera de un proceso
natural en el cual las unidades gestalt en el nivel inferior también sufren cambios
perceptibles, así como perfiles cambiantes en el nivel superior. Dentro de tales estructuras
desarrollantes, podremos distinguir dos tipos, de acuerdo con la dirección aparente de los
cambios morfológicos — ya sea de manera esencial de simple a complejo (como en la
forma sonata-allegro, por ejemplo, o de hecho en tanta música del siglo 18 y 19 — e
incluso del 20) — o en alguna otra dirección, incluyendo sin dirección alguna. El
movimiento Emerson de la “Concord Sonata” (como lo señala Henry Cowell) parece
comenzar con todo al mismo tiempo, en una profusión no muy clara — seguida por una
clarificación progresiva de este material inicial, en el cual una tras otra del conjunto de
cinco ideas temáticas iniciales es escogida — extraída del tejido más complejo — y
sujetada a transformaciones de varios tipos. El proceso parece involucrar un tipo de
variación extractiva, en contraste con la variación expansiva de, digamos, Beethoven o
Brahms o Bartok. Yo le llamo a la primera de estas dos estructuras desarrollantes del tipo
“clásico”, mientras que la segunda puede ser llamada del tipo de “embudo” [“kitchen
sink”].
La tercera de los cuatro tipos de clausura descrita antes (“un abrupto descenso en la
complejidad”) no asume nada acerca de la forma de la música que la precede, pero las
otras tres pueden implicar o están generalmente asociadas con maneras específicas de
comenzar y/o continuar en el nivel de formas grande. Esto a su vez sugiere la posibilidad
de una tipología de formas grandes más general, lo cual se intentará más adelante. Pero
primero, consideremos algunas de las varias maneras en que las piezas comienzan y
proceden. Adicionalmente a (1) la manera “clásica” y (2) el “embudo”, estas incluyen (3)
un tipo serial, comenzando con una de sus muchas variantes de un solo “grundgestalt”
que será la base de todo lo que le sigue; mientras que ambos tipos estructurales
involucran estructuras desarrollantes, yo llamaría a este tercer tipo permutacional, más
que desarrollante. Adicionalmente, el tipo serial sería lo que podríamos llamar
monomórfico — es decir, todas las formas específicas en la pieza (por lo menos a un
nivel) son derivados de un “perfil básico”. Y está el segundo tipo permutacional, que
llamo (4) el polimórfico-permutacional, que involucra un mayor número de “perfiles
básicos” cuyas formas nunca son variadas, pero cuyo ordenamiento secuencial en el
tiempo está sujeto a una variación continua.
4. procesos físicos (Varèse, Cage, Xenakis): algo relacionado con el #3 ya que las
ramas estadísticas de la ciencia física están relacionadas con las anteriores leyes
mecánicas de Newton y de Galileo. Desde la obra de Cage de los 1950s, este modelo a
menudo incluye métodos de azar y situaciones que son indeterminadas en varias maneras
y grados. Entre las manifestaciones formales de este modelo están la forma ergódica (con
fronteras “enmarcadas”) mencionada antes y un tipo de música ambiental (Cage, Alvin
Lucier), en la cual algún proceso físico no solo es el modelo sino que también se vuelve la
fuente o el agente controlador de los sonidos mismos. Los primeros dos de estos nuevos
modelos usualmente dan lugar a estructuras que son desarrollantes, incluso cuando son
no-retóricas — con la excepción de algunos casos en los cuales las estructuras son
completamente heteromórficas (como en Schoenberg, Op. 19 No. 1). Los últimos dos
modelos, por otro lado, dan lugar muy seguido a estructuras permutacionales, ya que
involucran situaciones en las cuales todas las possiblidades están dadas desde antes, y lo
que pasa después resulta simplemente de la permutación de este conjunto de
posibilidades.
Estructural:
1. Desarrollante
a. retórica (generalmente bitemática y metamórfica, con un cierto tipo
de variación aditiva o expansiva);
b. no-retórica (generalmente politemática y metamórfica, pero
con un tipo de variación extractiva o sustractiva);
2. Permutacional
a. monomórfica o serial (todas las formas derivadas de un “perfil
básico”);
b. polimórfica (ordenamiento variable de un conjunto fijo de “perfiles
básicos”);
3. Heteromórfica (atemática).
Morfológica:
1. No-ergódica:
a. forma de arco,
b. forma de rampa
c. (otras?); combinaciones
2. Ergódica (clausura “enmarcada”):
a. usando “todas las posibilidades” (rangos paramétricos amplios).
b. con reestricciones impuestas (rangos paramétricos angostos).
Una manera de detectar la ergodicidad es con la frase “todo está cambiando, todo
permanece igual”: homogeneidad a algún nivel jerárquico. Tampoco hay que olvidar que
la ergodicidad ocurre respecto a algún parámetro, no necesariamente a muchos. Cuando,
respecto a ese parámetro, los estados de los sucesivos objetos musicales permanecen
indiferentes entre sí. Equivale a una distribución uniforme a un nivel inferior en los rangos
disponibles del parámetro en cuestión.
La mayor limitante de este sistema es que reduce a una ‘capa’ (es monofónico más que
polifónico) y por lo tanto le cuesta trabajo indicar cómo se lleva a cabo este proceso para
varios flujos simultáneos, o en qué tipo de espacio ocurre la multiplicidad de flujos más
allá de cada uno por separado. También le falta tomar en cuenta casos de mayor
ambigüedad en el reconocimiento de los gestalts así como integrar aspectos armónicos.
También le falta llegar más abajo a micro-elementos, los constituyentes más
fundamentales del sonido (tanto en el tiempo como en la frecuencia), “micro clangs”.
Tampoco toma en cuenta pero es fácil imaginar cómo se extrapolaría hacia arriba, para
incluir mayores escalas de tiempo (conciertos, estilos, géneros, épocas) y modalidades de
percepción (visual, etc) simultáneas.