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Grupo 102
11/10/2019
Renacimiento Carolingio: Se ubica entre los siglos VII y IX. Se trata del
resurgimiento de la cultura clásica latina en la época del Imperio Carolingio.
Durante este Renacimiento se incrementan los estudios de literatura, jurisprudencia,
arquitectónicos y los estudios litúrgicos.
Renacimiento Otoniano: Se considera la última fase del Renacimiento Carolingio y
fue impulsado por Otón I y sus sucesores. Una de las diferencias entre ambos
renacimientos fue que durante el Renacimiento Carolingio los centros de la vida
cultural eran los monasterios, mientras que durante el Renacimiento Otoniano el
centro será la Corte Real. Todas las manifestaciones artísticas de este movimiento
artístico se hallan en su Renacimiento precedente.
Sobre los siglos XI y XII surge un nuevo grupo social compuesto por personas que
no estaban sometidas a la sociedad feudal de la época. Estas personas fueron
comerciantes, artesanos, médicos, abogados y banqueros.
La población empieza a dirigirse de los campos a las ciudades, siendo estas ultimas
donde mayor cantidad de gente había y las cuales, con el tiempo, se convirtieron en
las principales fuentes de dinero. En las ciudades, estando desvinculados de la
población rural y de los nobles, los burgueses consiguieron el permiso de los
señores feudales para autogobernarse.
La burguesía se caracterizó por no realizar trabajos manuales. Contaron con mano
de obra (obreros y campesinos), a los cuales se le daban un muy bajo salario a
cambio de su trabajo.
Las principales ciudades portuarias y mercantiles (Génova, Venecia y Florencia en
Italia; Burgos, Medina del Campo y Sevilla en la Corona de Castilla; Barcelona y
Valencia en la de Aragón; Nantes, Lyon, París y Rouen en Francia; Amberes, Lieja,
Amsterdam y La Haya en los Países Bajos) constituyeron el desarrollo de la
burguesía comerciante. En el siglo XVI la comunidad mercantil se encontraba muy
internacionalizada.
La burguesía mercantil formaba un grupo experto en las técnicas comerciales y que
controlaba las redes de trafico internacional de mercancías. También mostraron
interés por la producción industrial.
Con el tiempo, la burguesía urbana adinerada se convirtió en prestamista para las
demás clases sociales.
Los pilares del sistema capitalista fueron los banqueros y los burgueses: lucro,
control de los medios de producción, expansión comercial y acumulación de
riqueza.