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PARÁLISIS PARADIGMÁTICA EN LA
CONSTRUCCIÓN DEL CONOCIMIENTO CONTABLE
Introducción
Señala Hamilton, que entre los años 1500 y 1700 la forma de pensar del
hombre medieval y su manera de percibir al mundo cambian dramáticamente;
esta nueva mentalidad le dio a la civilización occidental los rasgos que la
caracterizan en la actualidad y sentó las bases del paradigma que ha dominado
nuestra cultura durante los últimos 400 años.
Para Hamilton, antes del año 1500 la visión del mundo era orgánica,
había una interdependencia entre los fenómenos espirituales y los fenómenos
materiales; las necesidades comunitarias tenían mayor importancia que las
necesidades individuales; la ciencia medieval estaba basada en el
razonamiento y en la fe y su principal objetivo era entender el significado de las
cosas y de los hechos en lugar de su predicción y control. Los científicos
medievales consideraban a Dios, el alma humana y la ética como aquellos
temas de mayor importancia; pero todo esto empieza a cambiar alrededor del
año 1500 con la revolución científica, la cual se inicia con Nicolás Copérnico,
quien pone en duda y cuestiona la visión de la tierra como centro del universo y
al hombre como figura central de lo creado por Dios, dogma aceptado durante
más de mil años. Esta irreverencia científica ofendió profundamente la
conciencia religiosa de esa época; pero el verdadero cambio en la opinión
científica de entonces fue producto de los trabajos de Galileo Galilei, quien,
mediante el uso del telescopio y su extraordinario talento para la observación,
invalida la vieja forma de ver el cosmos y certifica la hipótesis formulada por
Copérnico como teoría científica válida. Galileo hizo una original combinación
de la experimentación científica con el lenguaje matemático para formular las
leyes que rigen el universo y la naturaleza; y postuló que solo se estudiarían las
propiedades esenciales de los cuerpos materiales, forma, número y
movimiento, que podían ser medibles y cuantificables por los científicos; las
demás propiedades como color, sonido, olor, sabor, eran sólo proyecciones
mentales subjetivas que debían ser excluidas del alcance y dominio científico.
Al respecto Barker (1974) señala, que es muy fácil rechazar una nueva
idea; las nuevas ideas producen cambios, alteran el status quo, generan
incertidumbre. Las nuevas ideas son resistidas en todo el mundo y son
descartadas por personas que asumen que el futuro es simplemente una
extensión del pasado, pero las ideas que nos han traído a donde estamos hoy,
son las mismas que nos llevarán hacia el mañana.
Todo lo anterior tiene que ver con paradigmas, una palabra de moda en
estos días en los contextos científicos. Los paradigmas son una serie de reglas
o reglamentos que hacen dos cosas; primero establecen límites; segundo,
estas reglas y reglamentos nos explican cómo resolver exitosamente
problemas dentro de esos mismos límites.
En su obra, La Estructura de las Revoluciones Científicas, Thomas Kuhn
investiga cómo los científicos cambian sus paradigmas en física, química,
microbiología, y qué pasa cuando esto no ocurre. Lo que detectó Khun
contribuye a explicar porqué muchas veces somos incapaces de anticipar
cambios significativos.
Señala Barker, que los paradigmas actúan como filtros que seleccionan
los datos que llegan a la mente del investigador. Aquellos datos que
concuerdan con su paradigma son reconocidos fácilmente. Los investigadores
ven este tipo de datos con gran claridad y comprensión. Y eso está muy bien,
pero Kuhn también descubrió un alarmante efecto negativo. Con algunos de los
datos los investigadores tenían gran dificultad, porque esos datos no
concordaban con las expectativas creadas por sus paradigmas. Y ciertamente,
cuando más imprevistos eran los datos, mayor era la dificultad de los
investigadores en percibirlos. En algunos casos simplemente ignoraban los
datos inesperados, otras veces distorsionaban esos datos, hasta que se
acomodaban a sus paradigmas, en vez de reconocer que constituían
excepciones a la regla; y en casos extremos Kuhn descubrió que los
investigadores eran literalmente incapaces de percibir datos imprevistos, en
otras palabras, los datos eran invisibles.
A manera de conclusión
Bibliografía consultada