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Ovogénesis

La ovogénesis u ovogénesis es la gametogénesis femenina, es decir,


es el desarrollo y diferenciación del gameto femenino u óvulo mediante
una división meiótica. En este proceso se produce, a partir de una
célula diploide, una célula haploide funcional (el óvulo), y tres células
haploides no funcionales (los cuerpos polares).

Contenido
• 1 La meiosis en la ovogenesis
• 2 Transcripción de genes
• 3 Maduración del ovocito en mamíferos

La meiosis en la ovogenesis
Artículo principal: Meiosis

Diagrama de la oogénesis.
La diferenciación del óvulo hace que este desarrolle un citoplasma
bastante complejo. El gameto femenino provee al futuro embrión,
además de un núcleo haploide, reservas de enzimas, mARNs,
organelos y sustratos metabólicos. Algunas especies producen miles o
millones de óvulos a lo largo de su ciclo de vida (como los erizos de
mar y las ranas), mientras que otras solamente producen unos
cuantos (mamíferos). En las primeras, existen células madre llamadas
oogonias que perduran durante toda la vida del organismo,
replicándose y autorrenovándose. En las especies con un limitado
número de gametos, la oogonia se divide durante los estadios
embrionarios tempranos para generar toda la dotación de óvulos de la
hembra. Por ejemplo, en los seres humanos se llega a tener
aproximadamente 7 millones de oogonias hacia el séptimo mes de
gestación, tiempo a partir del cual este número disminuye
drásticamente. Las oogonias que sobreviven este proceso entran en
una fase de meiosis y se convierten en oocitos primarios. Estos
atraviesan la profase I hasta el diploteno y su desarrollo se detiene en
este estadio. Solamente hasta que la hembra madure sexualmente se
continuará la meiosis, por lo que algunos oocitos primarios son
mantenidos en el diploteno durante más de 50 años.
Aproximadamente 400 de los oocitos primarios originales maduran en
el tiempo de vida de una mujer normal. Durante la telofase, cuando los
oocitos primarios prosiguen con la meiosis, una de las células
descendientes no contiene casi citoplasma mientras que la otra tiene
casi la totalidad de los constituyentes celulares. Esta primera célula se
conoce como cuerpo polar y la otra como oocito secundario. Al entrar
a la meiosis II dicho oocito secundario, nuevamente tiene lugar una
repartición del citoplasma desigual en la que la célula que recibe un
poco más que un núcleo haploide formará otro cuerpo polar y la que
recibe la mayor parte de los componentes citoplasmáticos formará el
gameto femenino ya maduro, el óvulo.
Transcripción de genes
Muchas especies de animales transcriben activamente ciertos genes
en el oocito en desarrollo, especialmente de las proteinas requeridas
antes de que se acoplen los dos núcleos en el cigoto. Por ejemplo, los
genes que codifican las proteínas de la zona pelúcida, ZO1, ZP2 y
ZP3, importantes para el reconocimiento de los gametos masculino y
femenino, son activamente transcritos en el diploteno del oocito
primario del ratón. En algunos anfibios, la transcripción de ciertos
genes es tan activa que los cromosomas, al ser autorradiografiados,
toman la apariencia de escobillas, siendo el ADN el eje central y el
abundante mARN las hebras. En el oocito de Xenopus durante el
diploteno, estos mARNs serán usados durante el desarrollo temprano
de embrión para la síntesis de proteínas, ya que en éste no hay
transcripción. Además, se producen ARN de transferencia y ARN
ribosolmales, que serán usados por el cigoto hasta el estadio de
bástula.
Maduración del ovocito en mamíferos

Ciclo menstrual.
En las diferentes especies de mamíferos ocurren dos patrones de
ovulación: en el primero la estimulación física del cuello uterino
producida por el apareamiento desencadena una secreción de
gonadotrofinas, que hacen que el desarrollo del oocito continúe, ya
que este se encuentra detenido en el diploteno de la profase I, y sea
liberado del ovario para ser fecundado. Este mecanismo de ovulación
ocurre en conejos y visones, que son reconocidos por su alta tasa
reproductiva en relación con otros mamíferos. En el otro patrón, son
factores ambientales, como la cantidad y tipo de luz diaria, los que
estimulan la ovulación. Esto se lleva a cabo mediante la producción de
la Hormona luteinizante y la Hormona foliculoestimulante, que liberan
al oocito de estado de latencia en el diploteno de la profase I. Esto
produce una ovulación periódica y se conoce como estro. En los seres
humanos, la periodicidad en la maduración y liberación de los oocitos
recibe el nombre de ciclo menstrual porque supone el desprendimiento
periódico de sangre y tejido endotelial desde el útero a intervalos
mensuales. El ciclo menstrual representa la integración de tres ciclos
diferentes:
• Ciclo ovárico cuya función es madurar y liberar un oocito.
• Ciclo uterino cuya función es proporcionar el medio ambiente
apropiado para que se implante y desarrolle el blastocisto.
• Ciclo cervical que permite al espermatozoide penetrar en las
vías genitales femeninas en el momento apropiado.
Maduración del ovocito en anfibios
El citoplasma del ovocito incluye vitelo (fuente de energía),
mitocondrias, factores morfogenéticos regulatorios, proteínas
estructurales y enzimas y precursores necesarios para la síntesis de
ADN, ARN y proteínas. Los oocitos se originan de una ovogonia que
es una célula madre y que puede generar un grupo de ocitos cada
año. Durante el diploteno de la profase meiótica ocurre la
vitelogénesis, acumulación rápida de vitelo, que es una mezcla de
nutrientes cuyo principal componente es la vitelogenina. Esta es una
proteína producida por el hígado de la hembra y transportada por el
torrente sanguíneo hasta el ovario. El estado de diploteno en el oocito
de la rana es similar al estadio G2 de la mitosis y puede mantenerse
por varios años. Para proseguir con la meiosis, es necesaria la
secreción de progesterona, que es producida por las células del
folículo en respuesta a las hormonas gonadotróficas.
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